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OESIA Uníversítat Autónoma de Barcelona Bibliotecad'Humanitats Francisco J. Dlaz de Castro Palabras para ti Decía Antonio Machado que su principal aspiración era que sus ver- sos se cantusen por la gente como anónimos. Seguramente, de todos los poetas de los últimos cuarenta años es José Agustín Goytisolo uno de los poquísimos que ha alcanzado esa aspiración compartida con el viejo maestro: "Prefiero que recuer- den alguno de mis versos/ y que olvi- den mi nombre". En la voz de Paco Ibáñez poemas como "Me lo decía mi abuelito", "El lobito bueno" o, más que ninguno, "Palabrus para Julia" han llegado a ser populares sin que el nombre de su autor lo conozcan más alhi de cuatro perso- nas. Y ni falta que hace. Al menos para aquellos poetas que. como .José Agustín y no pocos más, aspiran más que a ninguna otra cosa a que su poema consiga identificación, revelación y escalofrío en el lector. Así lo reitera uno de los poemas ..finales de Como los trenes de la noche. ..... el poema termina ahí! en el pecho sobresoltado/ que lo repite y hace suyo/ hasta olvidar quien lo escribiera.I Entre el poema y el autor/ la primacía es del poema". Como los trenes de la noche es un título tomado de unos versos del poema ~EI revuelo de sus cabellos", de su libro anterior La noche le es propicia (1992): "Hoy la anarquia de las sábanas/ y el revuelo de SIlS cabellos! la devuelven a la alegría/ de l/na injancia entre los olores! de II/l jardín que mil/ca olvidó/ desde el que oía oscuros trenes/ ql/e escapa- ban hacia la noche"; De la mano del estímulo acústico se forjaba en un libro plenamente erótico el símbolo oscuro de los trenes nocturnos que llevan del amor a la intuición de la muerte mediante una referencia a la fugacidad del tiempo. Ahora esa intuición la amplifica el autor en un libro que, más que en una recupera- ción de sus temas principales, con- siste en un logrado y muy actual ejercicio de voz poética. Enfrentado a la experiencia del tiempo. de la nostalgia y del deterioro, el sujeto poético de Goytisolo logra con pre- cisión aunar vitalismo y elegía en unos poemas de difícil sencillez. Dedicado in memoriam y desde la soledad del superviviente a Carlos Barral y a Jaime Gil de Bicdma, Como los trenes de lo noche impli- ca un grado significativo de compli- cidad sentimental y artística con la poesía de ambos, como ha señalado Perc Rovira: "con ello José Agus- tín Goytisnlo alude a que en este último lihro suyo hay algo de diálo- go con los de sus amigos. Por ejem- plo con el rechazo de la identidad poética de Gil de Bicdma. en Poe- mas póstumos, o con las relaciones entre la niñez y la vejez en Lercio- I/{'.I· de cosas. de Carlos Barrul". La noche le es propicia es un libro de erotismo concreto y desbordado I? José Agllstín Goytisolo, el/ Polilla, noviembre del 94. FOTO: TORRElLO-. (rsobran palabras, pero J10 extra- vío" J. con la historia puntual de un encuentro fugaz -una noche de amor de dos desconocidos- en el que una conciencia femenina desdoblada busca alcanzar los sentidos perdidos de su biografía mientras da rienda suelta por fin a sus i.OJ ulsos como vía para reconocerse: "Yahora per- cibe/ UIl l/O sé qué de apego hacia misma". Frente al aparente arrebato del sentimiento en La noche le es fllVpi- cia (que aporta un muy acabado logro de imaginario femenino), el nuevo libro, más desnudo de artifi- cios elocutivos, se plantea la auto- consideración de la voz con un tono de remembranza reflexiva. En COIIIO los trenes de la noche, en efecto, José Agustín Goytisolo aborda des- de una mayor distancia analñica la .rcconsidcración de toda su poesía intimista y aun hay lugar para algu- nas referencias al aspecto crítico de su escritura. Y esto es así porque, más que replantear todos sus temas. lo que le ha importado en esta oca- sión al autor ha sido actualizar la entidad de su personaje poético, recoger los rasgos de identidad característicos de los libros anterio- res y reflexionar sobre los estímulos que guían su escritura del presente. Todo ello en un libro presentado formalmente como fruto de un designio compositivo muy particu- lar. Piensa José Agusiín que el rit- mo de la lengua hablada en castclla- no encaja nuis adecuadamente en el verso eneasílabo que en el octosíla- bo, como suele defenderse. Goyli- solo. que, al igual que José Hierrn, ha usado frecuentemente el cuenxí- Iabo con gran variedad y riqueza tic matices. ha querido en esra ocasión que su libro todo gravite en torno a esa medida. y son cuatro partes de nueve poemas eneasílabos los que componen la organización textual de Como los trenes de la noche. Tres .primeras partes en las que se dislri- buyen la historia y el argumento de la obra apuntando a la conclusión, en la cuarta, en tomo al sentido, entre elegíaco y liedonista de una biogra- fía de poeta, la del propio autor, que en este libro de consecuencias, de finales, se configura de nuevo. Ya en los nueve poemas de la pri- mera parte advertimos el desdobla- miento de la mirada del sujeto poéti- co en dos voces -un yo que habla y un tú al que se dirige- y en dos tiem- pos que se contemplan mutuamente. Desde la sensi- bilidad infantil tal COIllO perdu- ra en el recuer- do, con todas sus imprecisio- ncs y rcelabora- clones, la con- ciencia del mundo forma una contradic- ción de la que el yo' actual es consciente: al mundo infantil de luces, for- mas, colores e ilusiones .ha sucedido 'el mundo adulto del desengaño, empobrecido en ideales y sueños. Tras la constata- ción de esa antinomia, la voz del poema se dirige a los restos de aque- lla conciencia del niño para recia- mar su ayuda en las postrimerías: "Niño que fuiste: no le dejes/ohora que acaba vuestro tiempo.Z Id los dosjuntos al andén/ para empren- dcr et gran viaje." Frente a la realidad inmediata del hoy. la realidad de entonces se recrea con gran riqueza de estímulos sen- soriales. de cosas y de presencias concretas que lijan la duracién de las experiencias: los antiguos olores del jardín. los árboles, el pósito de la subasta del pescado, las voces enton- ces incomprensibles. Estableciendo el punto de contraste, el escenario íntimo de la memoria se define con dos certeros versos: "DI/Ice el am- lila de la tarde/ breve el jardin y vas- to el reino" A la mitad de esta primera parte, sin embargo, interviene ya la pers- pectiva actual, la que materializa con cierta autoindulgencia -que fija las señas de identidad del protago- nista actual- que la infancia se está considerando desde el presente de un sujeto mucho más precario, renuente en apariencia a conocerse demasiado bien; alguien que no dice no resistir contemplarse a solas en el espejo: "Siempre encubriendo/ lo que eres: un temeroso/ ya/rasado sentimentali/ U11 lobo sin garras ni dientes,! un desastre como persa- l/a". Completan el autorretrato dos rasgos muy distintos: el vitalismo hedonista que resiste, pese a todo -"Abre lit pecho a tanta ofrenda/ COIllO recibes; siendo efímero/ te sientes libre y ele vado/ igual que el pájaro que canta">, y la punzada persistente de la desaparición de la madre, reflejada en el lecho de muer- te del padre con un patetismo que contagia el escalofrío: "¿ En qué pen- saba esos momentos/ mirando siem- pre hacia la Iww?/ Adivinarlo era mlly fácil.! Te recorrió un escalo- frío." Así configurada la entidad de quien habla en estos poemas, las dos part.es centrales del libro ofrecen en su recorrido por diversos temas el balance final de la experiencia. Can- ciones, elegías y poemas eróticos desgranan, con variedad de estímu- los sensoriales, con la delicadeza de la poesía tradi- cional y con la inmediatez de la palabra actual, un recorrido vital marcado por la inclina- ción inteligente al sentimiento y por la invitación al propio reco- nocimiento del lector en cada poema. Así, en "Una sombra", la necesidad del desahogo amis- toso y de .la con- fidencia. o en "Mano a mano", con recuerdos de tango, la cró- nica precisa del final de IIn amor: "Dos cafés y WI vaso de agua/fría: COI/lO su corazán/ y tus ojos. Ella habla y hablary no sabes qué decir/( ... y Es la hora de 10.1' tulioscs/ sin reproches y sin tristent.t mano a mano habíais quedado/ [Pero ql/é agrio este café!". M¡ís simbólicos y máx enigmáti- cos. los poemas de la tercera parte se enfrentan a los mismos temas desde una mayor y más general distancia reflexiva: lo fugitivo de la realidad en el olvido ("Mar de hoy"). la per- duración de una imagen infaruil sobre el vértigo de lo pasado ("El limonero era real! y lo demás fueron visiones", en "Nuevos ritmos"), la profundidad del tiempo, la obsesión de la soledad, el desasimiento ("Nada quieres que ya 110 tengas.Z ¿Qué más puedes 110 desear?"), el dibujo de un niño como punto de partida del desengaño, o la celebra- ción de la amistad: "Así sientes la libertadr/ conversar COII la gente 'lile amas.! Pronto llega la poe.fía/'''/ los amigo.\! lr hacéis sitio el1 la n'/I- n;tÍ,,", Frente a la devastación del pasado y con la conciencia de las devasta- ciones futuras. la parte final recupe- ra todas las reflexiones de un libro tan intensamente meditativo y las dirige hacia la precaria afirmación de una manera propia de entender el presente: la vida como teatro. el jue- go de aplazar la muerte, escribiendo hasta que termine la función. los amores pasados como argumento de la sencilla intensidad del carpe dietn ("Esto es perennidad: vivir/ el lodo simple de la vida/ quererte asir a lo que escapa"), y, cómo no, una rea- firmación de la rebeldía continua que fundamenta buena parte de sus libros: "Actor/ entre el inmenso repertorio/ de esta tragedia milena- ria/ vas a seguir siempre ell el ban- do/ de los rebeldes y sus sombras". El último poema, "Como los trenes de la noche" explica el sentido sim- bólico del título del libro y amplía el diálogo a todo destinatario. Es una reflexión sobre el miedo a la muerte, un consejo de serenidad en la tradi- ción epicúrea y, además de un buen poema de estirpe clásica, es una her- masa letra para ser cantada en tono luminoso: "Atraviesa la soledad/ coma los trenes de la nochet/ la luz que huye es más hermosa/ cuando el ave /.0 sobrevuela/ El viaje termina pronto/ y después ya no ocurre nada." El valor insuperable de la vida se defiende, así, mejor que nun- ca, como apuesta a una sola carta, como un avance de espaldas que permite seguir contemplando hasta el final todo aquello que los días van dejando atrás. En la conclusión de su poética, la escritura entendida ante todo como revelación compartida con el lector: "Todo lo que has sentido: todo/ lo que cantaste con palabras/ si son sólo emociones tuyas/ =vivencias tuyas- poco importan.Z Porque deseos y esperanzas/ y mal de amor y sufrimiento/ los tienen muchos. Mas si cuentas/ algo que pueda des- pertar/ una emoción dormida en otro/ -"na revelación entre las line- as-/ elpoema termina ahí! en el pecho sobresaltado/ que /0 repite y hace suyo/ hasta olvidar quien lo escribiero", Conseguir ese resultado implica siempre en José Agustín Goylisolo, y ahora más que nunca, saber producir con las palabra. jus- tas y con el artificio verbal un efecto de realidad y de confidencia que el lector cómplice reconozca y asuma como compartible. Se entiende que esta poesía. en la voz de su autor o en la ya muy cascada de Paco Iba- . ñez, sea la que abarrota los audito- rios. Una lección que muchos poetas se empeñan en ignorar, y así les sue- le ir.

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OESIA Uníversítat Autónoma de BarcelonaBiblioteca d'Humanitats

Francisco J. Dlaz de Castro

Palabras para ti

Decía Antonio Machado que suprincipal aspiración era que sus ver-sos se cantusen por la gente comoanónimos. Seguramente, de todoslos poetas de los últimos cuarentaaños es José Agustín Goytisolo unode los poquísimos que ha alcanzadoesa aspiración compartida con elviejo maestro: "Prefiero que recuer-den alguno de mis versos/ y que olvi-den mi nombre". En la voz de PacoIbáñez poemas como "Me lo decíami abuelito", "El lobito bueno" o,más que ninguno, "Palabrus paraJulia" han llegado a ser popularessin que el nombre de su autor loconozcan más alhi de cuatro perso-nas. Y ni falta que hace. Al menospara aquellos poetas que. como .JoséAgustín y no pocos más, aspiranmás que a ninguna otra cosa a quesu poema consiga identificación,revelación y escalofrío en el lector.Así lo reitera uno de los poemas..finales de Como los trenes de lanoche. ..... el poema termina ahí! enel pecho sobresoltado/ que lo repitey hace suyo/ hasta olvidar quien loescribiera.I Entre el poema y elautor/ la primacía es del poema".Como los trenes de la noche es un

título tomado de unos versos delpoema ~EI revuelo de sus cabellos",de su libro anterior La noche le espropicia (1992): "Hoy la anarquiade las sábanas/ y el revuelo de SIlS

cabellos! la devuelven a la alegría/de l/na injancia entre los olores! deII/l jardín que mil/ca olvidó/ desde elque oía oscuros trenes/ ql/e escapa-ban hacia la noche"; De la mano delestímulo acústico se forjaba en unlibro plenamente erótico el símbolooscuro de los trenes nocturnos quellevan del amor a la intuición de lamuerte mediante una referencia a lafugacidad del tiempo. Ahora esaintuición la amplifica el autor en unlibro que, más que en una recupera-ción de sus temas principales, con-siste en un logrado y muy actualejercicio de voz poética. Enfrentadoa la experiencia del tiempo. de lanostalgia y del deterioro, el sujetopoético de Goytisolo logra con pre-cisión aunar vitalismo y elegía enunos poemas de difícil sencillez.Dedicado in memoriam y desde la

soledad del superviviente a CarlosBarral y a Jaime Gil de Bicdma,Como los trenes de lo noche impli-ca un grado significativo de compli-cidad sentimental y artística con lapoesía de ambos, como ha señaladoPerc Rovira: "con ello José Agus-tín Goytisnlo alude a que en esteúltimo lihro suyo hay algo de diálo-go con los de sus amigos. Por ejem-plo con el rechazo de la identidadpoética de Gil de Bicdma. en Poe-mas póstumos, o con las relacionesentre la niñez y la vejez en Lercio-I/{'.I· de cosas. de Carlos Barrul".La noche le es propicia es un libro

de erotismo concreto y desbordado

I?

José Agllstín Goytisolo, el/ Polilla, noviembre del 94. FOTO: TORRElLO -.

(rsobran palabras, pero J10 extra-vío" J. con la historia puntual de unencuentro fugaz -una noche de amorde dos desconocidos- en el que unaconciencia femenina desdobladabusca alcanzar los sentidos perdidosde su biografía mientras da riendasuelta por fin a sus i.OJ ulsos comovía para reconocerse: "Yahora per-cibe/ UIl l/O sé qué de apego hacia símisma".Frente al aparente arrebato del

sentimiento en La noche le es fllVpi-cia (que aporta un muy acabadologro de imaginario femenino), elnuevo libro, más desnudo de artifi-cios elocutivos, se plantea la auto-consideración de la voz con un tonode remembranza reflexiva. En COIIIOlos trenes de la noche, en efecto,José Agustín Goytisolo aborda des-de una mayor distancia analñica la. rcconsidcración de toda su poesíaintimista y aun hay lugar para algu-nas referencias al aspecto crítico desu escritura. Y esto es así porque,más que replantear todos sus temas.lo que le ha importado en esta oca-sión al autor ha sido actualizar laentidad de su personaje poético,recoger los rasgos de identidadcaracterísticos de los libros anterio-res y reflexionar sobre los estímulosque guían su escritura del presente.Todo ello en un libro presentado

formalmente como fruto de undesignio compositivo muy particu-lar. Piensa José Agusiín que el rit-mo de la lengua hablada en castclla-no encaja nuis adecuadamente en elverso eneasílabo que en el octosíla-bo, como suele defenderse. Goyli-solo. que, al igual que José Hierrn,ha usado frecuentemente el cuenxí-Iabo con gran variedad y riqueza ticmatices. ha querido en esra ocasiónque su libro todo gravite en torno aesa medida. y son cuatro partes denueve poemas eneasílabos los quecomponen la organización textualde Como los trenes de la noche. Tres.primeras partes en las que se dislri-

buyen la historia y el argumento dela obra apuntando a la conclusión,en la cuarta, en tomo al sentido, entreelegíaco y liedonista de una biogra-fía de poeta, la del propio autor, queen este libro de consecuencias, definales, se configura de nuevo.Ya en los nueve poemas de la pri-

mera parte advertimos el desdobla-miento de la mirada del sujeto poéti-co en dos voces -un yo que habla yun tú al que se dirige- y en dos tiem-pos que se contemplan mutuamente.Desde la sensi-bilidad infantiltal COIllO perdu-ra en el recuer-do, con todassus imprecisio-ncs y rcelabora-clones, la con-ciencia delmundo formauna contradic-ción de la que elyo' actual esconsciente: almundo infantilde luces, for-mas, colores eilusiones .hasucedido 'elmundo adultodel desengaño,empobrecido enideales y sueños. Tras la constata-ción de esa antinomia, la voz delpoema se dirige a los restos de aque-lla conciencia del niño para recia-mar su ayuda en las postrimerías:"Niño que fuiste: no le dejes/ohoraque acaba vuestro tiempo.Z Id losdosjuntos al andén/ para empren-dcr et gran viaje."Frente a la realidad inmediata del

hoy. la realidad de entonces se recreacon gran riqueza de estímulos sen-soriales. de cosas y de presenciasconcretas que lijan la duracién delas experiencias: los antiguos oloresdel jardín. los árboles, el pósito de lasubasta del pescado, las voces enton-

ces incomprensibles. Estableciendoel punto de contraste, el escenarioíntimo de la memoria se define condos certeros versos: "DI/Ice el am-lila de la tarde/ breve el jardin y vas-to el reino"A la mitad de esta primera parte,

sin embargo, interviene ya la pers-pectiva actual, la que materializacon cierta autoindulgencia -que fijalas señas de identidad del protago-nista actual- que la infancia se estáconsiderando desde el presente deun sujeto mucho más precario,renuente en apariencia a conocersedemasiado bien; alguien que no diceno resistir contemplarse a solas en elespejo: "Siempre encubriendo/ loque eres: un temeroso/ ya/rasadosentimentali/ U11 lobo sin garras nidientes,! un desastre como persa-l/a". Completan el autorretrato dosrasgos muy distintos: el vitalismohedonista que resiste, pese a todo-"Abre lit pecho a tanta ofrenda/COIllO recibes; siendo efímero/ tesientes libre y ele vado/ igual que elpájaro que canta">, y la punzadapersistente de la desaparición de lamadre, reflejada en el lecho de muer-te del padre con un patetismo quecontagia el escalofrío: "¿ En qué pen-saba esos momentos/ mirando siem-pre hacia la Iww?/ Adivinarlo eramlly fácil.! Te recorrió un escalo-frío."Así configurada la entidad de

quien habla en estos poemas, las dospart.es centrales del libro ofrecen ensu recorrido por diversos temas elbalance final de la experiencia. Can-ciones, elegías y poemas eróticosdesgranan, con variedad de estímu-los sensoriales, con la delicadeza de

la poesía tradi-cional y con lainmediatez de lapalabra actual,un recorridovital marcadopor la inclina-ción inteligenteal sentimiento ypor la invitaciónal propio reco-nocimiento dellector en cadapoema. Así, en"Una sombra",la necesidad deldesahogo amis-toso y de .la con-fidencia. o en"Mano a mano",con recuerdosde tango, la cró-

nica precisa del final de IIn amor:"Dos cafés y WI vaso de agua/fría:COI/lO su corazán/ y tus ojos. Ellahabla y hablary tú no sabes quédecir/( ...y Es la hora de 10.1' tulioscs/sin reproches y sin tristent.t mano amano habíais quedado/ [Pero ql/éagrio este café!".M¡ís simbólicos y máx enigmáti-

cos. los poemas de la tercera parte seenfrentan a los mismos temas desdeuna mayor y más general distanciareflexiva: lo fugitivo de la realidaden el olvido ("Mar de hoy"). la per-duración de una imagen infaruilsobre el vértigo de lo pasado ("Ellimonero era real! y lo demás fueron

visiones", en "Nuevos ritmos"), laprofundidad del tiempo, la obsesiónde la soledad, el desasimiento("Nada quieres que ya 110 tengas.Z¿Qué más puedes 110 desear?"), eldibujo de un niño como punto departida del desengaño, o la celebra-ción de la amistad: "Así sientes lalibertadr/ conversar COII la gente'lile amas.! Pronto llega la poe.fía/'''/los amigo.\! lr hacéis sitio el1 la n'/I-n;tÍ,,",Frente a la devastación del pasado

y con la conciencia de las devasta-ciones futuras. la parte final recupe-ra todas las reflexiones de un librotan intensamente meditativo y lasdirige hacia la precaria afirmaciónde una manera propia de entender elpresente: la vida como teatro. el jue-go de aplazar la muerte, escribiendohasta que termine la función. losamores pasados como argumento dela sencilla intensidad del carpe dietn("Esto es perennidad: vivir/ el lodosimple de la vida/ quererte asir a loque escapa"), y, cómo no, una rea-firmación de la rebeldía continuaque fundamenta buena parte de suslibros: "Actor/ entre el inmensorepertorio/ de esta tragedia milena-ria/ vas a seguir siempre ell el ban-do/ de los rebeldes y sus sombras".El último poema, "Como los trenesde la noche" explica el sentido sim-bólico del título del libro y amplía eldiálogo a todo destinatario. Es unareflexión sobre el miedo a la muerte,un consejo de serenidad en la tradi-ción epicúrea y, además de un buenpoema de estirpe clásica, es una her-masa letra para ser cantada en tonoluminoso: "Atraviesa la soledad/coma los trenes de la nochet/ la luzque huye es más hermosa/ cuando elave /.0 sobrevuela/ El viaje terminapronto/ y después ya no ocurrenada." El valor insuperable de lavida se defiende, así, mejor que nun-ca, como apuesta a una sola carta,como un avance de espaldas quepermite seguir contemplando hastael final todo aquello que los días vandejando atrás.En la conclusión de su poética, la

escritura entendida ante todo comorevelación compartida con el lector:"Todo lo que has sentido: todo/ loque cantaste con palabras/ si sonsólo emociones tuyas/ =vivenciastuyas- poco importan.Z Porquedeseos y esperanzas/ y mal de amory sufrimiento/ los tienen muchos.Mas si cuentas/ algo que pueda des-pertar/ una emoción dormida enotro/ -"na revelación entre las line-as-/ elpoema termina ahí! en elpecho sobresaltado/ que /0 repite yhace suyo/ hasta olvidar quien loescribiero", Conseguir ese resultadoimplica siempre en José AgustínGoylisolo, y ahora más que nunca,saber producir con las palabra. jus-tas y con el artificio verbal un efectode realidad y de confidencia que ellector cómplice reconozca y asumacomo compartible. Se entiende queesta poesía. en la voz de su autor oen la ya muy cascada de Paco Iba- .ñez, sea la que abarrota los audito-rios. Una lección que muchos poetasse empeñan en ignorar, y así les sue-le ir.