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Otto Zwartjes
Oslo
NORMA Y USO EN LAS GRAMÁTICAS MISIONERAS
HISPÁNICAS EN LA ÉPOCA COLONIAL1
1. Introducción
Se ha dicho que las gramáticas de lenguas amerindias, y las que fueron escritas en Asia y
África por los frailes españoles y portugueses durante la época colonial, son gramáticas
“que no quieren ser gramáticas científicas destinadas a otros lingüistas” (Zimmerman
1997:127).
Uno de los propósitos principales de los gramáticos fue la necesidad política del
adoctrinamiento y catequización de los indígenas, pero no podemos excluir a priori la
posibilidad de que motivos científicos pudieran haber desempeñado un papel secundario.
Según Rowe, el propósito principal de los gramáticos europeos, al escribir sus gramáticas
de las lenguas europeas vernaculares, fue la reforma, la purificación y la estandarización
del dialecto literario (Rowe 1974). Cuando estudiamos las primeras gramáticas de lenguas
amerindias, constatamos que los misioneros en muchos casos traspasan los límites
puramente pedagógicos. En realidad, no será difícil encontrar pasajes u observaciones
„científicas‟ críticas y atinadas sobre las lenguas bajo estudio. Además, se registran a
menudo observaciones y análisis del castellano y del latín de modo que un estudio de la
historia de la lingüística renacentista nunca puede ser exhaustivo sin tomar en cuenta la
obra de los frailes religiosos. Los misioneros dedicaron la mayor parte de su vida al estudio,
análisis, codificación y la „reducción a arte‟ de las lenguas amerindias y supieron captar las
idiosincrasias de las lenguas, como lo demuestran los estudios recientes de Julio Calvo (en
p.), José Luis Suárez Roca (1992), y en otros estudios recogidos por Even Hovdhaugen
(1996), Klaus Zimmermann (1997) Julio Calvo (1998), y Elke Nowak (1999).
Aunque los misioneros-lingüistas permanecieron en principio fieles a los moldes
grecolatinos, estas gramáticas no eran calcos acríticos del modelo tradicional. Abundan
pasajes donde los frailes abandonaron el modelo parcialmente o por completo, cuando la
realidad de las lenguas amerindias misma les forzaba. Cuando los misioneros codificaron
las lenguas en cuestión tuvieron que establecer cuál norma y uso fueron la base de sus
gramáticas y sus diccionarios. Tratándose de lenguas ágrafas, dejando aparte los textos
jeroglíficos, los gramáticos no pudieron sacar sus normas del canon clásico. Sin embargo,
se encuentran con frecuencia observaciones sobre la diversidad lingüística y estas
gramáticas y vocabularios no carecen de una metodología explícita al seleccionar una
variante prestigiosa del „haz dialectal‟ de la lengua en cuestión. En este estudio vamos a
analizar las observaciones de los misioneros acerca de las variantes de la lengua y los
1 Agradezco a Nelson González Ortega sus sugerencias enriquecedoras y las correcciones de este artículo.
criterios empleados en sus clasificaciones de las variantes de cada lengua. Como se sabe,
los autores de gramáticas, tratados de ortografía, vocabularios de la lengua española del
siglo XVI sostienen casi todos una postura implícita sobre el problema „norma‟ y „uso‟ y
„razón‟ (y „autoridad‟) (Pozuelo Yvancos 1986).
Planteamos que las gramáticas de las lenguas amerindias escritas en el nuevo mundo no
formaron una excepción. En realidad reflejan el pensamiento lingüístico renacentista
europeo y los autores muestran tener una opinión clara sobre los distintos registros
lingüísticos, la diferenciación regional, el „buen uso‟ y la „auctoritas‟.2 No hay duda de que
los misioneros lingüistas pudieron competir con sus colegas europeos al escribir sus
gramáticas pioneras de las lenguas vernaculares. En segundo lugar discutiremos la opinión,
según la cual las gramáticas sólo eran descriptivas y no normativas. Uno de los propósitos
secundarios, sin duda, fue la estandarización de los dialectos, la „koineización‟. En América
se promulgaron las „lenguas generales‟ para que sustituyeran a muchas otras lenguas
indígenas y también para imponer una variante estándar supra o interdialectal.3 Si bien es
verdad que no hubo actitud normativa entre los hablantes de las lenguas amerindias, es
también obvio que los gramáticos misioneros, educados en la mayoría de los casos en
España, Portugal, Francia e Italia, conocían bien las obras lingüísticas de la época y no nos
sorprendería si encontráramos referencias implícitas, o ecos de las discusiones lingüísticas
procedentes de Europa. No se puede negar que sí hubo actitud normativa entre los
misioneros-lingüísticos. Si se intenta normalizar las lenguas, estas gramáticas dejan de ser
puramente descriptivas. Se establecieron nuevas normas, como lo hicieron los gramáticos
en Europa. Antes de analizar las observaciones de los misioneros sobre „norma‟ „uso‟ y
„razón‟ en el Nuevo Mundo y en las Islas Filipinas, explicaremos brevemente la discusión
teórica en España.
2. Las tres ‘corrientes’ en España
2.1. La actitud normativista
2 “These descriptions are also to be seen as documents of the linguistic „state of the art‟ of their time, and as
such they are important for the historiography of the science of language. And, finally, such an investigation
may well contribute to the broader perspective of cultural history (Nowak 1999: 8). 3 Hay que observar que no todas las gramáticas de lenguas amerindias, escritas en la época colonial describen
„lenguas generales‟. También se analizan y describen las llamadas „lenguas particulares‟, como el lule y
tonocoté: ”La lengua que enseña esta arte, no es general, pero sí, es particular y propia de cinco muy
numerosas naciones, Lule Ysistiné, Toquistiné, Oristiné y Tonocoté”. (Machoni [1732] 1877 „Al lector‟ : 31).
(…) ”Esto mismo se podrá practicar con la lengua Tonocoté, que es particular de las cinco Naciones ya
dichas; y la usan los de la Nacion Matará, y otras muchas del Chaco, sin otro motivo que ser vecinas á los
tonocotés y Lules, y comerciar con estas en su barbarismo [… ] para que sean de una lengua las Naciones que
adoran á Dios uno y verdadero” (Machoni [1732] 1877 „Al lector‟ 35–36).
La obra lingüística de Antonio de Nebrija se basa en una larga tradición lingüística que
tiene sus orígenes en la Antigüedad. Es sabido que Nebrija partió a Italia atraído por el
florecimiento del estudio de las lenguas clásicas que allí entonces tenía lugar. Así pudo
ponerse en contacto con el pensamiento lingüístico renacentista de autores italianos. Su
gramática castellana marca una nueva fase en la historiografía lingüística de la época. Uno
de los propósitos más importantes fue que quiso equiparar el castellano al latín porque el
castellano era el sucesor lógico del latín, así como el imperio español era el sucesor lógico
del imperio romano. Para él lo más importante era fijar las normas de la lengua castellana
de forma definitiva y facilitar el estudio del latín. En sus propias palabras:
“reduzir en artificio este nuestro lenguaje castellano, para que lo que agora i de
aquí adelante en él se escriviere pueda quedar en un tenor, i estender se en toda
la duración delos tiempos que están por venir, como vemos que se a hecho en
la lengua griega i latina, las cuales, por aver estado debaxo de arte, aun que
sobre ellas an pasado muchos siglos toda vía quedan en una uniformidad
(Nebrija [1492] 1989: 112–113).”
Mencionando a Quintiliano como su fuente, Nebrija estableció que la gramática
en dos partes se gasta: la primera los griegos llamaron methódica, que nos otros
podemos bolver en doctrinal, por que contiene los preceptos i reglas del arte; la
cual, aun que sea cogida del uso de aquellos que tienen autoridad para lo
poder hazer, defiende que el mesmo uso no se pueda por ignorancia
corromper (Nebrija [1492] 1989:117).
Según Quintiliano, las reglas (y autoridad) descansan sobre el uso. Al definir el uso se
aparta de la noción „hablar de la mayoría‟, para ver en él el consensus eruditorum, que es la
norma culta sobre la cual hay un acuerdo entre los estudiosos (Pozuelo Yvancos 1986:82)
Como señaló Pozuelo Yvancos, el título de la gramática de Villalón refleja la
presencia de las reglas, o autoridad, que deben proceder de „los sabios‟: (”Arte o Gramática
para saber hablar escrivir en la lengua castellana; colegida de la auctoridad de los sabios,
conforme a la costumbre y uso común de la lengua no corrompida” Villalón ([1558]
1971).4
2.2. La reacción anti-normativista
4 Esa actitud normativista no la encontramos solo en España. Hay que pensar, por ejemplo, en la gramática del
portugués de Fernão de Oliveira, que, siguiendo a Quintiliano, afirma que ”muitos falão muito mal: so com
mao costume não mais” (Oliveira [1536] 1933: 18). Cuando nacen las lenguas, son „groseras‟, pero pueden
alcanzar una „perfección‟ como ocurrió con el latín y el griego: “E não desconfiemos da nossa lingua porque
os homês fazem a lingua a não a lingoa os homês. E e manifesto que as linguas Grega e Latina primeiro forão
grosseiras: e os homês as poserão perfeição que agora tem” (Oliveira [1536] 1933: 22).
Juan de Valdés defiende la tesis de que el uso es superior a toda norma. Según afirma, el
hombre ”aprende la lengua latina por arte y libros y la castellana por uso.” Esta idea ya se
encuentra en el prólogo de Nebrija donde leemos que la ”necessidad de nuestra lengua, si
no vienen desde niños a la deprender por uso, podrán la más aína saber por esta mi obra
(=arte)
(Nebrija [1492] 1989: 114).
En su escrito Del origen y principio de la lengua castellano ò romance que oi se usa
en España el jesuita Bernardo de Aldrete elabora esta idea y establece que este uso no es
susceptible de arte alguno (Pozuelo Yvancos 1986: 86):
Bien cierto es que para saber la lengua vulgar no es menester arte, ni escuela
para aprenderla en la tierra donde se usa, porque las primeras palabras, que los
niños forman, i las que començando a hablar dizen, son los principios della. En
Castilla oi para hablar Romance no es menester acudir a maestros, que lo
enseñen, que con el hablar mismo se sabe (Aldrete [1606] 1972: I: 47).
En la mayoría de los casos, las obras gramaticales del Siglo de Oro que optan por una
posición „antinormativista‟, sea explícita o implícita, establecen que una gramática debe
estar basada en el „buen uso‟, es decir el escribir de los „sabios‟, los buenos autores, la
literatura (recuérdese que el término „literatura‟ es una traducción literal del griego
grammatikè, la ciencia de las „letras‟). Hay que esperar hasta 1626 cuando reaparece esta
idea novedosa en la gramática de Correas:
La Gramática es arte, o zienzia de hablar conzertada i propiamente en la orden
de las palavras, considerada i sacada de la conformidad i conzierto del hablar
natural o usual de las xentes en sus lenguas; las quales convienen en lo xeneral,
i maior parte de la Gramática… i desconvienen en propiedades i cosas
particulares (1626: 129; apud Ramajo Caño 1987: 34).
2.3. La posición racionalista
Sánchez el Brocense representa la tercera corriente que vamos a analizar, siguiendo la
clasificación de Pozuelo Yvancos (1986). Según Sánchez, ”la norma lingüística se apoya en
la razón y ésta es superior tanto al uso como a la tradición.5 Como señaló López Yvancos,
encontramos otro testimonio ilustrativo de esta tercera posición en la obra de Juan López de
Velasco:
5 “An non legerunt Quinctilianum, qui sermonem constare ratione, vetustate, auctoritate, consuetudine
scripsit?
Ille igitur non rationem excludit, sed in præcipuis enumerat (…) Usus porro sine ratione non mouetur, alioqui
abusus, non vsus dicendus erit. Auctoritas vero ab vsu sumpsit incrementum: nam si ab usu recedat, auctoritas
nulla est” (Sanctius 1587:7r). “Qvoniam res de qua agimus, ratione primum, deinde testimoniis & usu est
comprobanda, nemo mirari debet, si magnos interdum viros non sequamur. (…) Grammatici enim vt inquit
Seneca, sermonis latini custodes sunt, non auctores” (Sanctius 1587:7v).
El uso y costumbre es absoluto tyrano estiende su jurisdición a la escriptura
y assi se apodera de cosas en ella que no basta razón para no seguir lo que se
usa (López de Velasco 1582, apud Pozuelo Yvancos 1986: 89).6
Similarmente, este „mal uso‟ es localizado por Oliveira en su gramática del portugués, y es
también comentado por López de Velasco:
Y por esto el primer fundamento de la orthographia es que quanto ser puedo se
escriua como se habla, o pronuncia, o como se deue pronunciar y hablar:
porque ay muchos que todo lo hazen mal levando por regla lo que usan.”
(ibid.).
3. La variación lingüística en España según los autores renacentistas
Aldrete es una de las fuentes críticas más importantes que se ocupó de la variación
lingüística del español. La base de su información proviene también de los autores clásicos,
lo cual le permite a establecer una comparación entre el español y el latín. Citamos el
pasaje:
Crescio con esto la lengua Latina en las prouincias, si bien no tan pura i elegante como en
Roma, donde ella era natural, i aquel cielo la aiudaua, para que se diesse mejor alos que en
aquel suelo habitauan (…). Lo mismo sucede oi en el Romance, que sin duda se da mejor
alos de Toledo, que alos de otras partes, i mucho menos fuera de España. Pues ia si es
aprendido por arte, sin tener trato con Español, de todo punto parece otro lenguage (Aldrete
[1606] 1972: I: 56).
4. Causas del cambio lingüístico según los autores renacentistas
Como causas del cambio de la lengua, los autores renacentistas mencionan tanto factores
internos como externos. Nebrija demuestra que el español iba cambiando a partir de la
época medieval, y explica el cambio así:
Ésta hasta nuestra edad anduvo suelta i fuera de regla, i a esta causa a recebido
en pocos siglos muchas mudanças; por que si la queremos cotejar con la de oi a
quinientos años, hallaremos tanta diferencia i diversidad cuanta puede ser
maior entre dos lenguas(Nebrija [1492] 1989:112).
Como se puede leer en muchas obras españolas de la tradición humanista, la decadencia de
las lenguas „puras‟ se debe al contacto con otros idiomas. Juan de Valdés dedica muchas
páginas a este aspecto de la „mezcla‟, determinado elementos no-latinos, entre otros
6 Recuérdese las palabras de Sánchez de las Brozas: “non vt ex regula ius sumatur, sed ex iure quod est regula
fiat” (Sanctius 1587:7v).
hebreos y sobre todo árabes‟ en el español. Valdés denomina las distintas lenguas catalana,
valenciana, portuguesa, castellana y vizcaína como „maneras de lenguas‟ (Valdés [1535]
1982:139). Para las variantes del español no emplea el término „dialecto‟, que aparece más
tarde.7 Otro prefieren el término „estilo‟ o „modo‟ de hablar.
8
Citamos los pasajes relevantes valdesianos sobre la mezcla de las lenguas:
…digo que dos cosas suelen principalmente causar en una provincia
diversidades de lenguas: la una es no estar todo debaxo de un príncipe, rey o
señor, de donde procede que tantas diferencias ay de lenguas, quanta
diversidad de señores; la otra es que, como siempre se pegan algo unas
provincias comarcanas a otras, acontece que cada parte de una provincia,
tomando algo de sus comarcanas, su poco a poco se va diferenciando de las
otras, y esto no solamente en el hablar, pero aun también en el conversar y en
las costumbres (Valdés [1535] 1982:139–140). (…) M. ¿Aveis notado alguna
otra regla que pertenezca al acento? V. Ninguna, porque ya sabéis que en las
lenguas vulgares de ninguna manera se pueden reduzir a reglas de tal suerte
que por ellas se puedan aprender; y siendo la castellana mezclada de tantas
otras, podéis pensar si puede ninguno ser bastante a reduzirla a reglas” (Valdés
[1535] 1982:153).
5. Las tres actitudes en las gramáticas misioneras
5.1. La actitud normativista
Para algunos autores, „no hay uso sin arte‟. El arte sirve sobre todo para corregir y evitar los
barbarismos. Un ejemplo ilustrativo viene da la aprobación de Juan Gomez Brizeño en la
gramática del maya de San Buenaventura:
7 “The Greek were aware that their classical literature was written in various „dialects‟, the most famous of
which were Attic, Doric, Aeolic, and Ionic. These dialects were not regarded as provincial idioms in relation
to a standard language, as such a thing did not exist in classical Greek, and as, in the Hellenistic age, a
common Greek was created, this was called „the common dialect‟ (he koine dialektos). Dialektos originally
means „discourse, conversation‟, then „articulate speech‟, „way of speaking‟. (Mankind has only one phone,
„voice‟, Aristotle says, but many dialektoi)”. (Diderichsen 1974: 281). En el siglo de la ilustración va a ser
término corriente; véase por ejemplo la clasificación de los dialectos del vascuence de Larramendi. La lengua
„koine‟ tiene un „cuerpo‟. “El dialecto en una lengua no es otra cosa que una nota, diferencia ó caracter
distinto de la misma lengua, que no le estilan todos los que hablan aquella lengua, sino que se habla en
algunos parages ó provincias determinadas.” (…) “Pues como no solo se llamaba griego el que hablaba algun
dialecto particular suyo, sino mucho mas el que no estando atado á ninguno, usaba todos los dialectos en la
ocasion, así tambien se ha de llamar bascongado, no solo el que habla el dialecto guipuzcoano, ó el bizcaino ó
el navarro y labortano, sino tambien y con mas razon el que hace familiares suyos á todos los dialectos.”
(Larramendi [1729]: 1886 6–7) 8 Cf. Aldrete: “Los modos de dezir, el estilo es otro, del que oi se vsa, i aun los tiempos de los verbos son
algunos diferentes (Aldrete [1606] 1972: I: 178).
…y assi conociendo à la clara el dezvelo de su Autor (que lo es con extremo en
sus significaciones) y que serà de mucho provecho, assi para los que vienen de
otras Regiones à esta, pues con facilidad la podràn aprender à hablar, como
para los Oriundos, y Naturales della, pues con este Arte corregiràn los
barbarismos, que no se pueden escusar à quien sin Arte la habla. (San
Buenaventura 1684: Aprobación del Br. Juan Gomez Brizeño… examinador en
lengua Yucatheca).
Como hemos dicho, el propósito principal de los gramáticos misioneros fue la enseñanza
práctica del idioma indígena. En la realidad lingüística novohispana fue muy difícil
establecer cuál variante o cuáles variantes iba(n) a ser la norma para la „lengua general‟. A
pesar de los avances de los lingüistas renacentistas, debemos tomar en cuenta que para
algunos, la pronunicación del español mismo se situaba por fuera de las reglas, hasta finales
del siglo XVII. Augustín de la Magdalena lo afirma explícitamente, cuando comenta el
„modo de pronunciar‟ en su prólogo a la gramática de la lengua tagala de las islas Filipinas.
Avnque reconozco ay muchos, y diversos Artes (carisimo lector) y todos
trabaxados con mucha erudicion, esto mismo me incitò â que procurasse de
todos ellos disponer vno en que en que [sic] con brevedad, y claridad diesse
noticia de todas las reglas necessarias, para que los principiantes en vna lengua
tan diferente de la materna, pudiessen con facilidad hazerse capazes, y
añadiendo el exercicio de hablar con los naturales, y atendiendo al modo de
pronunciar que ellos tienen como Maestros sin estudio de ella, alcancen en
poco tiempo lo que sin estas reglas tengo por moralmente imposible
alcancen en muchos años, que si bien los naturales la hablan con elegancia y
propriedad, no pueden dar reglas de ella, como nosotros no podemos dar
reglas generales de la Española” (Magdalena 1679: prólogo).
Para establecer la norma, hace falta el fundamento de la „autoridad‟ de los sabios o de los
buenos o antiguos escritores. Según afirman algunos gramáticos e historiadores, las lenguas
amerindias son ágrafas, sin „auctoritas‟ o „lenguas bárbaras‟. El propósito nebrisense de
escribir las reglas de una lengua para que „pueda quedar en un tenor‟ y para que “no se
pueda por ignorancia corromper”, lo encontramos también en la gramática del náhuatl de
Olmos. Además, este autor también estaba consciente de la falta de la autoridad de los
sabios y antiguos:
La orthographía y manera de escriuir y pronunciar suele se tomar de las
escrituras de los sabios y antiguos donde las ay; pero en esta lengua que no
tenía escritura, falta esta lumbre y ansí en ella hemos de andar adeuinando;
pero pondré aquí lo que me parescere acerca de la orthographia y
pronunciación. Y si quadrare podrase poner en uso para que en todos aya
conformidad en el escriuir y pronunciar de aquí adelante (Olmos [1547]
1993:II:173).
Domingo de Santo Thomás opina que el quechua tiene una capacidad prestigiosa, aún
superior al español, cuando sostiene que “lo qual en la lengua española no tiene aquella
gracia ni se dize, tan congruamente” (Santo Thomás [1560] 1994, I: fol. 43v–44r; II:87).
Domingo de Santo Thomás siguió a Antonio de Nebrija quien equiparó el castellano al
latín.
Así Domingo de Santo Thomás equiparó la lengua quechua a las lenguas latina y española:
Por tanto me pareció no ser fuera de propósito, sino muy conforme a él, poner
aquí al fin del arte el praxis de los preceptos y reglas en él dadas, (…) Y
aunque para los exercitados en la lengua latina, griega, y en las demás, no ay
necessidad de advertir desto; pero para los que no lo son, han de notar que
cada lengua tiene su phrasis y modo particular de hablar, y ordena en su
plática o oración las partes della a su modo; y el orden que en una lengua
es elegancia y hermosura, si se guardasse en otra, sería barbarismo y
fealdad. Y assi advierto a los que no tienen noticia de otras lenguas, si viere
que ésta no va conforme a la española, ni suena como ella, no les parezca
lengua bárbara o girigonça. Porque aunque tiene la misma sentencia, no
guarda el mismo orden en el dezirla, como tampoco lo guarda la latina,
griega, ni las demás. Y si alguno, bolviendo la lengua griega en la latina o la
latina en española, guardase la misma orden en la latina [el] que ay en lo
griego, o en la española el que ay en latín, no solamente no estaría tan
elegante, pero sería casi inintellegible y algaravía (Santo Thomás [1560]
1994: ff. 86v–87r; II:143).
Así se estableció que la lengua indígena es autosuficiente, y que siguió sus propias reglas.
Sin embargo, Domingo de Santo Thomás se basó también en el „uso‟, sin que podamos
clasificarlo en la corriente „antinormativista‟:
Porque en cada lengua y términos della, lo principal consiste en el uso:
conviene a saber, porque assí lo usan los que bien la hablan. (Santo Thomás
[1560] 1994: ff. 4v–5; II:30)
Aquí también encontramos un eco de Quintiliano. Eliminando las diferencias regionales
Domingo de Santo Thomás creó una variante „koinética‟, una „lengua general‟ para todo el
territorio de habla quechua. Sobre todo el diccionario de Domingo de Santo Thomás es una
colección del „haz dialectal‟ del quechua. Así el idioma supra o interdialectal es vehicular,
un puente: es la lengua general. No se trata de „un uso‟, una variante específica. No hubo
hablantes de lengua materna de su variante polidialectal.9
Los términos que emplean los historiadores y los misioneros-lingüistas cuando se
refieren a las variantes dialectales, son ya sea una lengua que se habla con „perfección‟ u
otra lengua que se habla „corruptamente‟ o „con más barbaridad‟. En muchas descripciones
leemos que las dos variantes son casi ininteligibles entre sí, como podemos leer en un
fragmento de Lope de Atienza sobre la diferenciación dialectal, pero normalmente se dice
también que se trata de „una lengua‟:
Unos cortan esta lengua más pulida y cortesanamente que otros, y de tal
manera se conoce este extremo, que muchas veces se encuentran sin dejarse
entender, según la diferencia de las palabras más o menos elegantes que usan.
[…] En algunas provincias son tan diferentes los términos que usan y los
vocablos que tienen, como lo son entre los del Reino de Toledo y los de
Sayago (Atienza [1583] 1931:27–28, apud Schmelz 1996:39).
Como se ve, se establece aquí una comparación con la situación lingüística de la península.
También en España, los autores hacen referencia a la diferenciación dialectal del español, y
no nos sorprende que empleen la misma terminología:
La muestra, que desta mudança e hecho, es sacada delo mas cortesano, i
pulido, que en aquellos tiempos se usava, pues conforme aello suele ser
siempre lo que se escriue con cuidado, como las leies, las historias, i otros
libros: del lenguage mas ordinario tengo por sin duda que a sido maior la
mudança (Aldrete [1606] 1972:I:184).
Algunos autores nos informan también sobre las diferencias dialectales. Bertonio nos da un
9 No todos los gramáticos escribieron una variante koinética del quechua. Alonso de Huerta distinguió dos
‘modos de usar’ el quechua, uno pulido y congruo, del inga Cuzco (Incasuyo), y otro corrupto ”que no se
habla con la pulicia y congruydad”, el chinchaysuyo.” (Huerta [1616] 1993: 19). José de Acosta optó por el
medio. Este autor se refiere a la mutabilidad del signo y al cambio de la lengua, e incluye criterios tanto
diacrónicos como sincrónicos: “el modo tosco y corrupto de hablar que hay en algunas provincias; y la
demasiada curiosidad, con que algunos del Cuzco y su comarca usan vocablos y modos de decir tan
exquisitos, y obscuros, que salen de los límites del lenguaje, que propiamente se llama Quichua,
introduciendo vocablos que por ventura se usaban antiguamente, y ahora no, o aprovechándose de los que
usaban los Ingas, y señores, o tomándolos de otras naciones con quienes tratan. Y por huir del vicio de estos
dos extremos se tomó el medio, que es común, fácil y propio, observando en la traducción, la regla de
interpretar sentido por sentido, más que palabra por palabra; túvose en esto más atención a las provincias, que
están fuera del Cuzco y de los pueblos a él comarcanos, y mucho más de los que están desde Guamanga hasta
Quito, y a los de los Llanos, donde no hablan con la perfección que en el Cuzco, sino algo corruptamente y
en algunas provincias con más barbaridad que en otras” (apud Moya 1993: XXIV).
paradigma „normativo‟ y no quiere arriesgarse a incorporar elementos que podrían ser
„menos elegantes‟. Citamos un ejemplo de una definición normativa y no puramente
descriptiva:
aunque los Indios Aymara es que hablan con mas elegancia que otros como
son los Pacases, y estos Lupacas vsam [sic] muy amenudo de syncopas en
muchas partes del verbo: pero aqui toda la conjugacion se pondra sin syncopas
(Bertonio 1603:29).
5.2. La actitud anti-normativista en las gramáticas misioneras
La idea de no acudir a los „sabios‟ que prescriben la lengua, ya existía casi un siglo anterior
a la obra de Aldrete. Esta idea se refleja ya en la primera década del siglo XVI, es decir en
la primera gramática occidental del árabe del fraile Pedro de Alcalá de la orden de San
Jerónimo. Mientras que sus futuros colegas en el nuevo Mundo no pudieron basarse en una
tradición gramatical indígena, Pedro de Alcalá sí introdujo términos gramaticales árabes de
la tradición gramatical, pero Pedro de Alcalá opta por otro camino. De manera explícita nos
informa que ha codificado una variante lingüística de la lengua hablada, del „habla común‟.
El registro clásico que tenía mayor prestigio, no fue interesante para él:
Mi intencion fue, hazer vocabulista dela habla comun y vsada dela gente deste
reyno de Granada y quasi de los reynos comarcanos… (Alcalá [1505] 1971:70)
(…) …porque en esta toue por fin de me conformar ala comun lengua, como
dixe, y no en poco nin en mucho conformarme ala limada lengua delos alfaquis
(o de aquellos que hablan sotil y perfectamente por los terminos de la
gramatica arauiga), por que si a estos yo me conformara no consiguiera a mi
intento, que es de enseñar a los populares, o dar dotrina alos que han de
enseñar (Alcalá [1505] 1971:74).
5.3. La posición racionalista
Aunque sea esporádicamente, también encontramos repercusiones de la posición
racionalista de Sánchez. Me refiero a Francisco Ximénez que escribió su gramática de las
tres lenguas kaqchikel, k‟iche‟ y tz‟utujil a principios del siglo XVIII, en la cual enfatiza
que la „razón‟ debe ser el criterio principal para la gramática:
…quise tomar este travaxo movido de ver: q‟en tantos como han escrito artes
de aquestas lenguas, no ha avido, a lo menos de los q‟ yo he visto, q’ de
razón de muchas cosas de estas lenguas, antes si algunos echando por
medio… (Ximénez [siglo XVIII]
1993:1).
Como observó Rosa Helena Chinchilla, aquí se registra un eco de Sánchez de las Brozas,
que escribió su Minerva en 1591 (Chinchilla 1993:XIII). Otra cita ilustrativa es del mismo
autor: “El dar razon de todo lo q‟ mi talento alcançare, no lo podre executar en quatro o
seis foxas: sino en muchas, porq‟ ay mucho, q‟ decir, y de que dar razon…” (Ximénez
[siglo XVIII] 1993:2).
6. La variación lingüística según las gramáticas misioneras
Anteriormente hemos comentado que en España se compara la situación peninsular con la
latina. De manera análoga, se establecen paralelos entre la situación lingüística en América
y la de España. Citamos un pasaje de la gramática del chayma de Francisco de Tauste:
pero de quien es mas propria, y connatural, es de los indios Chaymas, Cores,
Cumanagotos, Quacas, Parias y Varrigones, y otros confinantes: y aunque es
verdad, que entre estas mismas Naciones dichas tienen en su estilo, y
practica alguna diferencia en la pronuncación, ò ya añadiendo o
quitando alguna silaba, à la voz comun de el nombre, ô verbo; pero no es
parte para no entenderse harto bien los conceptos; como v.g. acà en España
las lenguas Castellana, Aragonesa, Valenciana y Gallega; pero en la realidad
es muy dificil de aprehender: Lo primero por ser totalmente diuersa à todos
los idiomas de nuestra Europa, y ser compuesta por vn Barbarismo tan
incapaz. Lo segundo, es dificil por su mala pronuncacion. Lo tercero,
porque en todo este Gentio carecen de libros, escritos, ò caracteres, pues
ignoran todas Escrituras, ô Letras: y aun se haze mas dificil de aprender,
enseñandola los mismos Indios, aunque mas ladinos en nuestro Castellano,
ô Romance, por ser Gentio en qualquiera estado muy rudo, è incapaz, como
lo hemos experimentado con harto cansancio, y desengaño los Misionarios
(Francisco de Tauste 1680: Pág. 1). 10
Los gramáticos no sólo analizan las diferencias léxicas, sino también fonéticas, como se ve
en el siguiente ejemplo de la gramática del náhuatl de Rincón en su pasaje sobre el corte
glotal, el „saltillo‟:
10 Un segundo ejemplo es una cita de la gramática del kaqchikel, k‟iche‟ y tz‟utujil de Ximénez: ”q‟ segun se
colige de todas las lenguas de este Reyno de Guatemala, desde las lengua [sic] toztzil, zendal, chanabal,
coxoh, máme, lacandon, peten, ixil, qaqchiquel, qaqchi, poqomchi hasta otras muchas lenguas, q‟en diversos
partidos se hablan fueron todas una misma y en diferentes Provincias y Pueblos la corrompieron de
diferente suerte, pero las rayces de los verbos, y nombres por la mayor parte, vienen a ser unas; y no es
maravilla pues lo vemos en nuestro idioma castellano; pues siendo las lenguas de la Europa hijas de la latina,
la han corrompido los italianos de un modo, los franceses de otro, y los españoles de otro, y aun estos de
diversos modos según diferentes provincias, como se ven en los gallegos, montañeses y Portugueses. Y aun
entre los meros castellanos suele aver diferencia segun diferentes ciudades, y lugares” (Ximénez [siglo XVIII;
1993: 1–2).
Accento del saltillo es, quando la syllaba breue se pronuncia con alguna
aspereza como tlaçollo. Esta aspereça no es del todo. H. hablando
propriamente porque en la prouincia de Tlaxcalla, y en algunas otras
apartadas de Mexico pronu[n]cia[n] con este Spiritu aspero muy
affectadamente de manera que no solo es.H. mas aun pronunciada con
mucha aspereça y fuerça verbi gracia tlacohtli, tlahtoani, y por esta causa con
mucha raçon algunos han llamado a este espiritu aspero el saltillo, porque ni
del todo a de ser..H. como en Tlaxcala ni suspension de la sylaba, como
algunos han dicho… no es de vna manera de salto, o singulto, que se haze en
la sylaba (Rincón 1595, apud Smith Stark en prensa).
En el análisis de la variedad lingüística, hay también criterios exclusivamente geográficos.
Esta clasificación se combina de vez en cuando con la clasificación vertical. En la misma
sección sobre el „saltillo‟ Diego de Galdo Guzmán informa sobre diferencias en la lengua
Mexicana, y clasifica la variante „serrana‟ como „peor lengua‟:
Para hablar con perfeccion la lengua Mexicana, y escruilla [sic], se ha de
aduertir, que ay algunos vocablos, que tienen un suspenso, ò mediaciõ agudo:
el qual para pronunciallo perfectamente, le hã puesto vna .h. assi como,
ahmotzit, tlahtlacolli, manehnenque, cihuatl, quimihtalquia, ahtley, y otros
muchos: los quales si dexa el suspenso, o mediacion, se pronuncian
impropriamente y si se les pone la .h. se habla Serranamente, como los
Tlaxcaltecos, ò Cholultecos, que es peor Lengua que la Serrana (Galdo
Guzmán 1642: Aduertencia importante, para inteligencia deste Arte).
Como ya observó Suárez Roca (en Zwartjes (ed.), en prensa) “tampoco faltan las
apreciaciones de carácter diatópico y sociolectal, como ésta que apunta Carochi: “Los
varones no pronuncian la v consonante... pero las mugeres Mexicanas la pronuncian como
se pronuncia en la lengua Castellana” (Carochi [1645] 1983: 1r).”
En otra gramática del náhuatl de Molina encontramos criterios de la clase social del
indígena, contrastando „gente labradora y baxa suerte‟y las „personas yllustres‟:
Es de aduertir, que assi como en todas las lenguas vulgares ay dos maneras se
[sic] pronunciacion, la vna perfecta y verdadera, y la otra imperfecta y mal
pronunciada, que es lo mismo en esta lengua mexicana: lo qual se prueua,
porque enlas cortes de los reyes y principes y entre personas yllustres, se
habla la lengua materna con mas curiosidad y policia, que entre gente
labradora y de baxa suerte. Demanera que estos hablan la misma lengua
vulgar y materna, tan imperfectamente y con tantas incongruidades que las
mas vezes no se dexan entender dela gente noble (Molina [1571] 1945;
segunda parte: 34v–35r).
Los ejemplos podrían multiplicarse, aunque de vez en cuando los gramáticos emplean una
terminología algo distinta, que siempre pertenece a la misma tradición. En la gramática del
eudeva, el autor anónimo habla de los batuqueños, que ”hablan la lengua eudeva más pura
que otros, que confinantes con otras naciones la hablan revuelta y corrupta, pero para
todos sirve la batuqueña que no dejarán de entender” (Anónimo [siglo XVII] 1981:
Advertencia: (81). En su descripción del tarasco, Juan Baptista de Lagunas emplea los
términos siguientes:
Y adviertan que en todas las lenguas vulgares, ay pronunciacion pulitica,
curiosa y bien pronunciada, y también ay otra tosca, plebeya,11
imperfecta y mal pronunciada. Y puesto, que ambas sean maternas y
vulgares es cosa yllustre. Y de aduertir, que la pulitica cortesana sea
vniuersal e muy perceptible a todas como la Tezcucana a los Mexicanos. Y
a los de Michuacan la de Pazquaro, y Cintzuntza. En la qual (no sin trabajo)
he sacado, y hecho esto Arte, y Copia verborum, o Dictionario. Para que
cada qual pueda aprender la cortesana, pulitica, y vniuersal lengua, y sepa
apartar de la incongrua, barbara y mal pronunciada que algunos pueblos
vsan: puesto que la lengua Michuacana, es toda vna” (apud Monzón, en
Zwartjes (ed.) prensa).
Las gramáticas del mapuche, el millcayac / allentiac, ambas de Valdivia y del mixteca de
Reyes respectivamente coinciden en su diferenciación dialectal.12
Ambos autores describen
dos variantes regionales, sin expresar sus preferencias ni sus juicios de valor.
En varios pasajes de su gramática, Luis de Valdivia nos explica que hay dos
variantes dialectales, distinguiendo el habla en el Obispado de Sanctiago, y en el habla de
los Beliches (huilliches o sureños).13
Reyes reduce las lenguas principales del grupo mixteca a dos: la de Tepuzculula y la
de Yanguitlan, que son las „raíces‟ de las demás:
11 Para el término „ plebeyo‟, véase el pasaje ilustrativo de Valdés: ”V. Porque es la más rezia cosa del mundo
dar reglas en donde cada plebeyo y vulgar piensa que puede ser maestro. T. Aunque sea fuera de propósito, os
suplico me digáis a quién llamáis plebeyos y vulgares. V. A todos los que son de baxo ingenio y poco juizio.
T.¿Y si son altos de linage y ricos de renta? V. Aunque sean quán altos y quán ricos quisieren, en mi opinión
serán plebeyos si no son altos de ingenio y ricos de juizio.” (Valdés [1535] 1982: 172). 12
Cf. La gramática de la lengua moxa de Marbán: “En las Reducciones de las pampas de ordinario no vsan
estas interposiciones para significar la negacion…” (Marbán [1685] 1894: 49). 13
Para las gramáticas del millcayac y allentiac, véase también Zwartjes (en prensa).
Aunque como esta dicho la de Tepuzculula es mas vniversal, y clara, y que
mejor se entiende en toda la Mixteca. La de Yanguitlan es general con
differente pronunciación en la primera y tercera persona de los
pronombres.[…] Las mugeres en Yanguitlan dizen yosasinde, yo como,
yocononde, yotejo, y ansi en los de mas verbos, dexando el chuhu de
Yanguitlan, y el di de Tepuzculula dado que algunas falten en esto y vsen el
chuhu
(Reyes [1593] 1976 Prólogo: III–IV).
Reyes analiza las diferencias regionales siguientes: “Differencianse también estas dos
lenguas en la declaración de los possesivos”(ibid.;), de índole léxica: “se differencian en
algunos vocablos” (ibid); de índole fonética, “la lengua de Tepuzculula siguen inumerbales
pueblos, pero con diuersas pronuncaciones” (idem. V), incorpora observaciones sobre
distintos sociolectos:
…con otras muchas differencias de tal suerte, que dexan muchas letras y otras
las pronuncian mal, deuiando del vso y costumbre de Tepuzculula, avnque
tienen algunos modos de hablar exquisitos y cortesanos que excenden [sic]
a otros pueblos, por auer tenido principales de calificados ingenios que han
ilustrado mas su lengua (Reyes
[1593] 1976 Prólogo: V).14
Como ocurre en otras gramáticas de la época, a pesar de las diferencias, “la lengua de
ambos pueblos ha sido siempre vna” (ibid. VII):
Enfin aunque son muchas las differencias desta lengua Mixteca como esta
dicho, y que en vn mesmo pueblo se suelen hallar barrios que tienen diuersos
vocablos, y distintos modos de hablar, es consuelo muy grande saber, que el
que entendiere bien la lengua de Tepuzculula, la puede hablar en todas las
partes dichas de la Mixteca, con seguridad de que sera entendido de los
naturales. (Reyes [1593] 1976: Prólogo: VIII).
14 Compárense las observaciones paralelas en la gramática del cahita: “toda esta [i.e. provincia] usa de un
mismo idioma, los Hiaquis, los Mayos y los Thehuecos, pero se diferencían [sic] en el modo. Sirva de
exemplo: pide lumbre el Hiaqui dicienda [sic]: […] En lo qual consta la diferencia por vna parte en el modo
de hablar, y vniformada por otra en los vocablos, sin que por eso dexe de ser vno mismo el Idioma, pues los
Latinos dicen á las vezes vna misma cosa, y varían no poco en el modo de hablarlas, vsando vnos de estilo
levantado, otros del medio y otros por vltimo del pedestre, siendo todo latín. Mas como para esto es el
maestro mejor el vso, aprovechando más con éste los hombres, que con las reglas todas, por esso en este
Idioma el mexor modo de aprehender es informarse, y hablar con cuidado con los Indios.” (Anónimo [1890]
1989: „Al lector‟: 5–6).
En las „anotaciones‟ sobre el aimara15
y en la gramática del chayma de Tauste16
se
encuentran también observaciones sobre unas diferencias regionales, como el empleo de
sinalefa, sincopas, elisiones verbales.
Otro testimonio en que podemos leer el paralelo entre la buena articulación con la lengua
culta es la gramática del otomí de Neve y Molina:
Este es el modo de mudar los pretéritos de muchos verbos de este Idioma:
todo lo qual no pertenece à lo substancial precissamente, ni al general uso de
todos los nativos, sino á la mayor energia, con que hablan los mas cultos,
por lo qual, aunque no se observàran estas reglas, no por esso dexaría de
entenderse lo que se quisiesse decir (Neve y Molina 1767:125: apud
Zimmermann 1997:127).
7. Causas del cambio de la lengua según las gramáticas misioneras
Es sorprendente la uniformidad de las definiciones de la lengua „general‟ o „universal‟. La
mayoría de los misioneros-gramáticos enfatizan los rasgos que tienen los varios dialectos
en común. Hay pocos autores que también tratan de explicar las causas del cambio de las
lenguas, pero la coincidencia con las teorías renacentistas salta a la vista. Hay que pensar,
por ejemplo en la gramática de Reyes, donde encontramos un pasaje casi idéntico al ya
citado comentario de Valdés. Reyes afirma que:
En la lengua dezian les [sic] naturales no aver innouado cosa alguna ni la
mudaron de como se hablaua antes, sino que se acomodaron al frasis y
modos que tenian de hablar los naturales, avnque despues por discurso de
tiempo con casamientos y victorias en guerras vuo grandes mezclas en la
15 ”Lo principal que se procuro en esta traducciõ Aymara fue no hazer el lenguaje exquisito y obscuro al
comun de los Indios, ya muchas naciones, que hablan esta lengua corruptamente, y que tampoco fuesse
tosco y grossero en demasia. Y assi se procuro vsar de vocablos generales entendidos de quasi todos los
Aymaraes, y de lenguaje accomodado alas naciones que vsan esta lengua Aymara, que son muchas, y tienen
mucha diuersidad” (Annotaciones [1584] 1985, apud Cerrón Palomino, en Zimmermann 1997: 195). Otra cita
del mismo autor: ”la mucha variedad que ay en la pronuncacion de la lengua Aymara la haze parecer
difficultosa y quasi differente la que se habla en vna prouincia de la que se habla en otra, por que en vnas
prouincias se pronuncia mas gutturalmente, que en otras, en vnas quitan letras, o las mudan, o añaden, o hazen
sinalephas y sincopas, en otras no hazen nada desto, y con todo es toda ella vna lengua y de vna misma
construction.” (Annotaciones, apud Cerrón Palomino, en: Zimmermann 1997: 209). 16
“…despues de auer estudiado muy bien esta lengua, y aprehendido sus nombres, verbos, y vozes, con sus
variaciones, y reglas; todavia no entiende al Indio en su conuersacion, quando le oye, o comunica, porque esto
no prouiene de no entender su lengua, y no ser toda vna, sino que el Indio en la practica suele sincopar las
vozes, ô añadirles a sus finales alguna silaba, ô dicciones, que no la distinguen, sino que vsan de
variaciones casi sin medida, […] tambien prouiene el no entenderlos bien de que pronuncian mal, y con
confusion, y de
lengua y esto solo tiene mas aparencias de verdad, y que las grandes
differencias y modos distinctos de hablar esta lengua aya uenido de
mezclarze [sic] los pueblos por guerras o casamientos, por que oy dia se vee,
que no solamente entre pueblos diuersos se vsen differentes modos de hablar,
pero en vn mesmo pueblo se hallia en un barrio de vna manera y en otro, la
otra: siendo la legua Mixteca toda vna. (Reyes [1593] 1976 Prólogo: II–III)
En otra gramática de las tres lenguas del grupo maya, también se comenta adicionalmente
la situación de las lenguas europeas:
…q‟es su propio lugar teniendo otra mayor excelencia sobre todas las lenguas
de la Europa: q‟estas se hallan misturadas cada una de otras lenguas estrañas
por varios accidentes de el tiempo; empero las de estos naturales no tienen
tales mixturas (Ximénez [siglo XVIII] 1993: prólogo, 1)
Cuando los misioneros trataron de buscar una „autoridad‟ por falta de fuentes escritas, unos
mencionan a los „sabios‟, otros prefieren „los viejos‟ como los hablantes más prestigiosos,
aunque esta perspectiva parece incompatible con la idea de la mutabilidad del signo. Como
ya se comentó, los viejos pueden representar una fase anterior en la lengua y pueden
emplear términos que ya están cayendo en desuso. Citamos el pasaje donde se alaba el
„sociolecto‟ de los viejos, como si ellos fuesen representantes de la „autoridad de los
sabios‟:
…y ansi ay muchos otros vocablos que en la lengua antigua de Tepuzculula
no se usaban y por leer los que sauen en la dicha doctrina y oir la dezir en la
yglesia, quando se enseñan, como esta en ella escrito, ha causado confusion,
la quel [sic] se pretende quitar en esta, poniendo los vocablos y modo de
hablar al vso antiguo de Tepuzculula, y que esta lengua, aunque en muchas
cosas, y las mas necessarias, es corta; con todo en otras vsuales suyas, y de su
trato ordinario son muy latos y aun elegantes, y vsan de otras vozes,y estilos,
que aqui en este libro literalmente no se escriven” (Tauste 1680: 2–3).
como oy dia la hablan los viejos que tienen mas noticia de la lengua
(Reyes [1593] 1976 Prólogo: III).
8. Conclusión
Esperamos haber demostrado que las obras bajo estudio son importantes testimonios del
pensamiento lingüístico renacentista. Estas obras son claramente continuaciones „río abajo‟
del pensamiento lingüístico europeo y reflejan las tres corrientes más importantes de la
época, las actitudes normativista, anti-normativista y racionalista respectivamente. Tanto
los misioneros como los gramáticos e historiadores que describieron la lenguas
vernaculares europeas, emplean la misma terminología en sus definiciones y
clasificaciones.17
Cada autor sostiene una actitud implícita o explícita sobre el problema de
„norma‟, y „uso‟. Si bien es cierto que el propósito principal de los gramáticos europeos que
codificaron las lenguas vernaculares en los siglos XVI y XVII, fue la reforma, la
purificación y la estandarización, también es verdad que el propósito principal de sus
colegas misioneros que describieron las lenguas „exóticas‟ fue la enseñanza práctica del
idioma como vehículo para el adoctrinamiento y la catequización. Concluimos que en la
obra de los misioneros también abundan pasajes referidos a la estandarización y la
purificación de los dialectos, los cuales prescriben paradigmas normativos de una variante
„culta‟ con mayor prestigio. Así dejan de ser gramáticas puramente descriptivas. En este
sentido, y como conclusión final, podemos afirmar que traspasan los límites puramente
pedagógicos.
9. Referenci
as
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17
A modo de resumen recapitulamos la terminología empleada. Se contrastan por un lado una lengua que se
habla „bien‟, „con perfección‟ (port. „perfeição‟), „con elegancia‟, „congruidad‟, „pulicia‟, „cortesanamente‟ o
„con mayor energía‟. Es la variante „culta‟, „exquisita‟ y tiene un „estilo levantado‟. Por otro lado se distingue
la variante con menos prestigio que es un idioma „grosero‟ (port. „grosseiro‟), „incongruo‟, „corrupto‟,
„revuelto‟, „plebeyo‟, „imperfecto‟, „mal pronunciado‟ y tiene „un estilo pedestre‟.
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