2
No tengo dudas, se trata del activo mas valioso entre todos, es la joya que todo ser humano debiese atesorar como invaluable. Cuando estamos imbuidos de ella, la vida es otra: los colores brillan con más intensidad, los matices del entorno ya no aturden sino que maravillan. Uno se vuelve panteísta:todo parece estar vivo, inclusive las cosas inertes. Situacionesque en el pasado pudieron parecer insoportables, ahora sbitamente parecen provistas de inter!s y hasta nos parecen divertidas. "#u! ha cambiado$. %or supuesto que el mundo no ha cambiado, nosotros sí. Si embargo, el elí&ir de la energía no llega para quedarse permanentemente, se consume progresivamente. 'al cuál como la manoseada, pero no por eso menos til, analogía de la vela: da lu( por algn tiempo mas o menos largo, pero )nalmente el cebo se consume y la vela deja de brillar. *+ortunadamente para nosotros, a di+erencia del brillo de la vela que se marcha para no regresar muere con la vela-, nuestras energías se marchan para retornar nuevamente en un +utromas o menos pr &imo. /a pregunta es: "cuándo volverá$, pero no menos importante es la interrogante: "con cuánta intensidad$. %orque no basta con disponer de la energía biol gica necesaria para mantenernos con vida. No, no. Somos seres humanos, queremos más, nuestra ra(a ha pasado por siglos enteros batallando con denuedo para liberarse en buena medida del yugo que implica vivir como un animal salvaje, sin saber si habrá merienda, ignorando si habrá un re+ugio seguro en el cuál pasar la noche, libre de las amena(as del clima, seguro de los depredadores y no en menor grado libres del miedo constante... el 0drenante0 de energía más implacable de todos. 1l asunto es llegar a ser lo su)cientemente hábiles para manejar y administrar de manera inteligente nuestros variables reservorios energ!ticos, incrementarlos... y no menos importante, evitando que su mani+estaci n nos da2e tanto a nosotros como a quienes nos rodeen. /a desidia del 3ojo que aguarda pasivamente no sirve, el hambre del adicto que busca aumentar su estamina arti)cialmente menos an, ambos son caminos que con3uyen en un in)erno muchas veces sin retorno. *precia tu energía, cuídala pero mani)!stala... y resp!tala. No desesperar su ausencia, y no abusar de su compa2ía.

No Tengo Dudas

  • Upload
    egoquu

  • View
    214

  • Download
    0

Embed Size (px)

DESCRIPTION

Poesía

Citation preview

No tengo dudas, se trata del activo mas valioso entre todos, es la joya que todo ser humano debiese atesorar como invaluable.

Cuando estamos imbuidos de ella, la vida es otra: los colores brillan con ms intensidad, los matices del entorno ya no aturden sino que maravillan. Uno se vuelve pantesta: todo parece estar vivo, inclusive las cosas inertes. Situaciones que en el pasado pudieron parecer insoportables, ahora sbitamente parecen provistas de inters y hasta nos parecen divertidas. Qu ha cambiado?. Por supuesto que el mundo no ha cambiado, nosotros s.

Si embargo, el elxir de la energa no llega para quedarse permanentemente, se consume progresivamente. Tal cul como la manoseada, pero no por eso menos til, analoga de la vela: da luz por algn tiempo mas o menos largo, pero finalmente el cebo se consume y la vela deja de brillar. Afortunadamente para nosotros, a diferencia del brillo de la vela que se marcha para no regresar (muere con la vela), nuestras energas se marchan para retornar nuevamente en un futro mas o menos prximo. La pregunta es: cundo volver?, pero no menos importante es la interrogante: con cunta intensidad?.

Porque no basta con disponer de la energa biolgica necesaria para mantenernos con vida. No, no. Somos seres humanos, queremos ms, nuestra raza ha pasado por siglos enteros batallando con denuedo para liberarse en buena medida del yugo que implica vivir como un animal salvaje, sin saber si habr merienda, ignorando si habr un refugio seguro en el cul pasar la noche, libre de las amenazas del clima, seguro de los depredadores y no en menor grado libres del miedo constante... el 'drenante' de energa ms implacable de todos.

El asunto es llegar a ser lo suficientemente hbiles para manejar y administrar de manera inteligente nuestros variables reservorios energticos, incrementarlos... y no menos importante, evitando que su manifestacin nos dae tanto a nosotros como a quienes nos rodeen. La desidia del flojo que aguarda pasivamente no sirve, el hambre del adicto que busca aumentar su estamina artificialmente menos an, ambos son caminos que confluyen en un infierno muchas veces sin retorno.

Aprecia tu energa, cudala pero manifistala... y resptala.No desesperar su ausencia, y no abusar de su compaa.