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NO seas MULA
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NO seas MULA
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Libro: “NO seas Mula”. Derechos Reservados de Autor.
2014. ®
Autores:
Marino Marín Quiceno José Luis Marulanda
Jaime Gómez Gómez Flavio Galán Hernández
Juan Luis Mendoza
Colaboradores José Raúl Moreno Santana
Roman Valdes Ledezma
Impresión Luis Giovanny Sánchez hurtado
Tutor Literario:
Dragoneante: Donaldo Rhenals. Acompañamiento:
Lic. Fanny Alarcón Lombana. Coordinadora del Área de Educativas.
Vigilancia y Apoyo: O.T. Álvaro Pulido Barbosa. E.C. BOGOTÁ “La Modelo”.
Agradecimientos: Dr. Javier Molina.
Excelentísimo Cónsul de México. Dra. Itzel Patiño de Villareal.
Excelentísima Cónsul de Panamá. Dr. Rafael Dezcallar
Excelentísimo Cónsul de España. Licenciado Cristian Mendoza Montoy.
Coordinador de CIFIJ – México. Dr. Iván Cepeda.
Honorable Senador. Dr. Sigifredo López.
Director Fundación Defensa de Inocentes. Mayor ® Edgar Roman Herrera Fetecua.
Director E.C. Bogotá. Dra. Lina Fernanda Betancourt Giraldo.
Subdirectora E.C. Bogotá. Mayor Gustavo Silva Ramírez.
Comandante de Guardia E.C. Bogotá.
Diseño y Diagramación Diego Steve Garcia Garcia
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DESDE LA DIRECCIÓN.
Para el E.C. Bogotá “La Modelo”, es muy
gratificante y satisfactorio ver desarrollar ideas positivas y propositivas como la de éste libro de
prevención y de reflexión, que se consolida como un proceso editorial único en
Latinoamérica. En él, reclusos y reclusas de manera valiente y gallarda, acuden a contar sus historias de vida para desarrollar una especie
de redención de sus actos a través de un breve relato, donde los lectores puedan abordar con
sensibilidad, la realidad cruda y descarnada que nos muestran.
Es para nosotros, como Dirección del E.C. Bogotá, motivo de orgullo y de gratitud, el apreciar con positiva sorpresa, que los reclusos
y las reclusas tanto del E.C. La Modelo de Bogotá, como de la Reclusión de Mujeres del
Buen Pastor de Bogotá, generan un solo bloque de trabajo para entregarnos un texto valioso y
rico en narrativa, en situaciones y reflexiones, demostrando con ello que la resocialización es posible, siempre que los corazones de los
individuos y de los seres humanos sensibles, sinceros y que se arriesgan a aportar sus
errores y sus fallas para que otros no los repitan a futuro.
Ello demuestra, sin lugar a dudas, que son el mejor ejemplo de que las circunstancias y las
penurias, lejos de derrumbar a los valientes, forjan verdaderos hombres, capaces de
reintegrarse a la sociedad aportando positivismo.
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Y forja verdaderas mujeres que en el futuro
serán inmejorables madres, hermanas y educadoras de nuestros hijos e hijas, lo cual
será el verdadero cambio que requiere nuestra sociedad; el verdadero derrotero desde el cual,
miremos atrás a nuestros errores y vacíos, para que no se repitan dentro de las nuevas
generaciones que vienen después de nosotros. Es pues éste breve aporte, el escenario para
agradecer y felicitar a los partícipes y las colaboradoras desinteresadas y ejemplares, que
acudieron al llamado de una idea pequeña y aparentemente simple, pero que seguramente
retumbará en muchos países como un ejemplo de vida a imitar y a replicar en otras cárceles y penitenciarias de todo el mundo. Gratísimo
saludo y agradecimiento a la Dirección del Reclusorio de Mujeres del Buen Pastor de
Bogotá, a los patrocinadores, a los consulados que apoyaron el proceso, a los funcionarios que
acompañaron de manera fraternal el proceso y a todos y cada uno de los hombres y mujeres que aportaron su esencia para que el mundo
reconozca su valía. A todos los lectores y lectoras, gracias por brindarnos un poco de su
tiempo, para obsequiarles una muestra de nuestra sensibilidad humana.
Edgar Román Herrera Fetecua.
Director.
E.C. Bogotá. “La Modelo”.
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PREÁMBULO.
“NO seas MULA”, es una idea literaria del
suscrito Diego Steve García García, quien invita y reúne algunos internos e internas privados(as)
de la Libertad, para que de una manera asertiva, pedagógica, de reflexión y sano debate,
se unan en una tarea de prevención y de orientación a la Sociedad en general.
Demostrando que los internos privados de la Libertad son seres humanos que NO han
perdido su Dignidad Humana, NO han dejado de ser proactivos, propositivos y que si bien es
cierto que algunos han cometido errores, ello por sí mismo, NO constituye una razón para que dejen de aportar a la Sociedad como seres
humanos valiosos y sensibles a una realidad cruda, humana, plagada de malas decisiones y
de delincuentes que se aprovechan de la necesidad económica, la ingenuidad o aún de la
misma ambición de los demás, para lograr sus oscuros y egoístas fines económicos sin importarles que los seres humanos a los cuales
engañan y manipulan, se conviertan en internos privados de la Libertad…
Este libro, es el fruto de meses de esfuerzo, de
trabajo, de dedicación, de compromiso y de una responsabilidad de tejido humano que nos lleva, sin dudarlo, a aportar varias historias a
manera de relato personal, en favor de los lectores, de manera tal que jamás se repitan.
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Por tal motivo, se consolida este texto, como
una invaluable herramienta de prevención, de reflexión, de sano debate y de una crítica clara
y precisa a la misma sociedad como “idiotas útiles del consumismo”, de los medios masivos
de comunicación y de las “oportunidades falaces de dinero fácil y sin consecuencias”.
Es además una muestra real y cruda de que ingresar en una cárcel como privado de la
libertad, es fácil…pero salir de ella es el infierno que viene luego.
Por ésa misma razón, éste libro, que es único
en su género, tiene como objetivo que, a partir de los errores de los protagonistas, otros NO caigan en ellos y destruyan parte de su vida en
una cárcel Colombiana (absoluta vergüenza y que
representa el atroz ejemplo de un internamiento cruel,
inhumano, y degradante) y además convirtiendo a ciudadanos, quizás valiosos, en víctimas de un
hacinamiento repugnante y de un sistema carcelario que está fuera de control y que se le
salió de las manos al Gobierno hace más de 16 años, respecto del cual, NO se ven mejoras a
mediano ni a largo plazo. Por esto mismo, se ratifica la razón por la cual Colombia es actualmente considerada como uno de los
Estados Latinoamericanos vulnerador y desconocedor por excelencia de los derechos
humanos, procesales y fundamentales de sus ciudadanos.
Además, Colombia ocupa el para nada honroso tercer lugar en materia de las Justicias más lentas del Mundo.
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Contando con más de un millón de procesos
represados en sus Juzgados y Tribunales… Y actualmente en crisis carcelaria y crisis en la
Justicia…
Con un hacinamiento global y general del 57% en todas las cárceles del país, NO se esperaría
que algunos reclusos y reclusas se dediquen a hacer propuestas literarias valiosas y proactivas, mucho menos aventurarse de
manera valiente a contar su historia y reconocer sus errores.
Sin embargo, éste libro es la excepción a la
regla y se posiciona como un mensaje claro, preciso y contundente a los lectores, de que los hombres y mujeres internos en centros
penitenciarios siguen siendo parte de la Sociedad y que el deseo, sincero y radical, es
que ningún joven, adolescente, adulto, ciudadano extranjero o colombiano, sea
utilizado como transporte humano de estupefacientes o de sustancias prohibidas; el mensaje reflexivo, sensibilizador y contundente,
es, que si lo has pensado, si lo estás pensando o si te lo llegan a proponer algún día:
“NO seas Mula”…
Diego Steve García García.
Gestor de la idea Editorial.
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INTRODUCCIÓN.
Surge un libro único en su género, que aborda el tema de la prevención en materia de las
llamadas “mulas” o “correos humanos” usado por el narcotráfico.
Idea que emerge como la respuesta de un
grupo de personas actualmente privadas de la libertad en la cárcel Modelo de Bogotá y Reclusión de Mujeres El Buen Pastor de
Bogotá; que desean por medio de éste libro, lograr el objetivo de prevenir a todas las
personas y en especial a los más vulnerables frente al consumo, la población joven,
utilizados hábilmente para el transporte de sustancias prohibidas como la cocaína, Heroína, Hachís, Marihuana, etc.
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Es éste libro se narran historias reales
contadas en primera persona por sus protagonistas: las terribles consecuencias de
tomar decisiones erróneas, y las de otros que son simplemente víctimas de un engaño, de
una manipulación astuta y sucia; de otros inocentes que han sido “cargados”, o puestos
como los delincuentes que llevaban droga, pero que NO son los protagonistas del ilícito, sino las víctimas de un montaje siniestro y vil, donde les
colocan la droga o les realizan el “cambiazo” para luego ser conducidos como los peores
delincuentes que existen en la sociedad… Son seres humanos, hombres y mujeres que están
privados y privadas de la libertad, purgando penas de prisión, que van desde los cuarenta y ocho meses hasta los doscientos cincuenta
meses de prisión.
Penas, y condenas que a nuestro parecer son realmente excesivas, son personas que no
tienen el poder o la categoría de autores o co-autores o mafiosos, sino que son el “eslabón más débil en la cadena” dentro del “negocio” del
narcotráfico y que son simplemente víctimas de las circunstancias, de las necesidades (del
desespero en muchas ocasiones) y por lo tanto, la pena impuesta debería ser convertida en
trabajo y obras sociales en beneficio de la comunidad, permitiendo la resocialización del individuo y evitándole el dolor y la
insatisfacción de la ruptura y desintegración del vínculo familiar. La mayoría de las personas
que caen en el error de dejarse seducir y convencer de transportar droga a otros lugares,
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son gente que ante una calamidad doméstica,
un problema económico fruto de una mala gestión o un mal negocio, llegan a una
situación económica crítica, a la quiebra o muchas otras circunstancias. Son también
seres olvidados del gobierno, víctimas de la falta de generación de empleo que no les permite
llevar una vida digna y brindarles alimento a sus hijos.
NO son seres humanos dedicados realmente al narcotráfico, son simples “mulas”, que son
“sacrificables”; mientras los narcos, los mafiosos de alta monta, purgan ocho años, le
brindan su dinero a los Estados Unidos y “arreglado el asunto jurídico” cuando han movido toneladas de narcóticos, mientras a
muchas “mulas” esos mismos ocho años, se les endilgan por unos pocos gramos de
narcóticos…
Éstos narcos tienen empleados, que están como animales al acecho detrás de éstas personas vulnerables y en medio de situaciones
de extrema pobreza y de extrema necesidad, para acudir a convencerlos por medio de un
discurso y un ofrecimiento de dinero fácil para solventar necesidades económicas y a través de
engaños y falsas promesas de que todo va a salir bien, que “todo está arreglado y garantizado”, les inducen y a veces les fuerzan
a llevar la droga.
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Otros y otras “Mulas” son simplemente objeto
de amenazas y extorsiones en punto de que si no llevan la droga, pueden matar a sus hijos o
familiares.
En resumen, todo lo que hacen estos “enganchadores” que buscan presas fáciles, es
jugar con la miseria, la necesidad y la mala suerte de personas, que al final terminan siendo privadas de la libertad, llevándoles a
agravar más su situación personal; porque ya no son solamente los reclusos, sino que sus
familias, sus seres más queridos, son los que directa o indirectamente sufren las
consecuencias al ser arrastrados a una situación de cárcel.
A diario, vemos que las esposas, se ven obligadas a dejar el cuidado de los hijos para
buscar un trabajo y suplir los gastos de la casa como son: el arriendo, la comida, el estudio,
servicios públicos, salud, entre otras. A veces son los hijos quienes dejan sus estudios para dedicarse al trabajo y sufragar éstos gastos
familiares. Estamos frente a un problema que compete no solo a Colombia y a los ciudadanos
Colombianos sino que también tiene que ver con los países consumidores ya que son éstos
quienes hacen que el negocio del narcotráfico sea muy lucrativo. De ahí que esos países como Norte América, países de la comunidad
europea, Japón y Rusia entre otros muchos, sean tan culpables o más que la misma
Colombia. Culpables de todo lo que conlleva el negocio del narcotráfico y de la miseria y
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destrucción que produce. Ininteligiblemente,
frente a éstos países no se les conocen actuaciones, estrategias o campañas serias,
que hayan dejado precedente de que hayan intentado frenar o al menos minimizar el
consumo, puesto que es lógico que al detener considerablemente el consumo, ello produce
que no sea tan lucrativa y tan valiosa la producción.
Todas las personas que han incurrido en el grave error de acudir a fungir como “mulas o
correos humanos” al servicio del narcotráfico, lo han hecho por diversas circunstancias, que
deben ser objeto de una análisis profundo por parte de las autoridades judiciales, para que las penas impuesta a los mal llamados “mulas”, al
actuar como cómplices, sean menos severas ya que les culpan y condenan como si fueran los
narcos o los grandes “capos”; autores o coautores, siendo éstos quienes tienen toda la
propiedad sobre el manejo de la mercancía, con toda su logística y dándose vida de magnates, están en libertad, mientras que las mulas o
correos humanos son el último eslabón de la cadena de comercialización, son fácilmente
reemplazables. Por lo tanto no es razonable, y es del todo injusto y desproporcional, imponer
penas a las mulas o correos humanos iguales o similares a los autores o coautores, quienes son los dueños del “negocio”.
M. M. Q.
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CASADOS Y ENGAÑADOS.
Mi historia comienza en la ciudad de
Guadalajara, México, a comienzos de enero de 2013. Yo me encontraba desempleado; un
sábado por la mañana, a mí me gustaba salir en bicicleta, hacia el recorrido de 45 kilómetros
de mi casa a la laguna de Chapala, como de costumbre; de regreso a casa, antes de llegar a ella, en la tienda de la esquina, se encontraban
unos amigos tomando cerveza, los cuales al verme me llamaron y me invitaron a tomarme
una cerveza con ellos; ese día en especial había una persona, la cual no se juntaba con
nosotros. Se comentaban muchas cosas de esa persona, no tenía trabajo estable y, sin embargo, vestía
con ropa de marca, usaba buenos perfumes, tenía buenos carros y una bonita casa. Viajaba
mucho y ése día me enteré que recién llegaba de Colombia.
Él decía que era empresario; de él, la gente comentaba en el pueblo que se dedicaba a
negocios turbios. Sacaban sus propias conclusiones, pues no tenía un trabajo estable.
Al pasar unos minutos de ese día y al tomar unas cervezas de más, él me empezó a hacer la
conversación: me preguntó a que me dedicaba y que era de mi vida. Yo le dije que llevaba unos meses desempleado, y recuerdo que cuando le
hice ese comentario, me dijo, “tú eres la persona que necesito”. En ese momento mis
amigos se empezaron a despedir.
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Para referirme a esta persona en adelante, le
llamaré Andrés. Él me invito a seguir tomando en uno de los lugares que acostumbraba. Yo
acepté y nos dirigimos a un lugar muy bonito y caro (de lujo). Llegando al lugar, me dijo que
pidiera lo que quisiera que él pagaba la cuenta. Pasando unos tragos y con más confianza, me
empezó a preguntar que si no me gustaría trabajar con él. Me dice que yo le parezco una persona de confianza, que lo que él me
comentara, aceptará o no su propuesta, que no lo hablará con nadie; me dice que algunas de
las cosas que dicen de él son ciertas, a lo que dice “que le valía madre”.
Me dijo que si no me gustaría que mi vida cambiara. En ese momento, me dijo que se
dedica a traer droga de Colombia hacia México, el modo que utilizaba para traer la droga era
mandando parejas de nacionalidad mexicana a Colombia y que en Colombia sus socios se
encargaban de darnos la droga y mandarnos de regreso.
Andrés me dice que yo no me preocupe de nada porque las autoridades ya están
compradas, que aparte me pagará muy bien y en dólares y por si fuera poco, me dará dinero
para estar de turista, ya que sus socios me llevarán a conocer muchos lugares en mi estancia. Me dijo que era un trabajo seguro y
con buena paga. Al momento me sonó increíble; en un momento pensé que era la solución a mis
problemas ya que llevaba meses sin trabajar; para ese momento, la botella ya se había
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terminado y me dijo que tenía que retirarse
porque debía ir a su oficina a ver a otras personas, el lugar donde nos encontrábamos
estaba lejos de mi hogar, y que su intención era ayudarme y que lo pensara muy bien. Yo le
comenté que no tenía dinero para regresarme, que como me había visto, yo andaba en
bicicleta porque no tenía para el transporte. A ese comentario, me dice que no me preocupe, que mi vida va a cambiar y tomó su cartera y
sacó 100 dólares más pesos mexicanos para el taxi y junto con el dinero me da una tarjeta con
su número, y me dice que lo pensara, que yo era justo la persona que él estaba buscando.
En el transcurso entre el lugar y mi casa, pensé más de una vez en lo que me dijo Andrés ya que mi situación económica no era muy buena, y
aunado a eso, yo soy quien mantengo a mi esposa, tres hijos y dos nietos.
Pasaron algunos días y le comenté a mi esposa
todo lo sucedido. Le digo que es la manera más rápida de salir de nuestros problemas, que no se preocupara de nada que ya llevaban más de
cincuenta viajes y no había pasado nada. Mi esposa dijo rotundamente “NO”. Transcurrieron
dos meses, en los cuales me dediqué a buscar trabajo, pero desgraciadamente no encontré
nada. Mi familia tenía que comer, los gastos de
escuela y otros más inesperados, desencadenó que yo tuviera más deudas y un día, llegando a
casa, sin haber conseguido trabajo y ya sin dinero para darles de comer a mis hijos, mi
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esposa se percata de mi desesperación y de
nuestra cruda realidad. Ella se acerca a mí, y me dice que aceptáramos la propuesta de
“trabajo” que me hizo Andrés.
Al día siguiente, muy temprano, llamé a Andrés para decirle que aceptaba su “trabajo”,
me dijo que era la mejor decisión que había tomado, me invitó a comer y me hizo hincapié en que fuera bien vestido y que él pasaría por
mí a la casa a las tres de la tarde. A ésa hora, escuché el pitido de un carro al mismo tiempo
que sonó mi teléfono y era Andrés. Lo primero que me llamó la atención al salir es que era un
carro último modelo. Ya en el restaurante, me dice que es la mejor decisión que he tomado. Mi primera inquietud fué que si era necesario que
fuera mi esposa. Me contestan que sí porque, aunque tenían a las autoridades compradas,
había menos riesgo de que a una pareja la revisaran. Pero que no me preocupara de nada,
que disfrutara de unas vacaciones con una buena paga. Llegó el mesero y ordenamos; me preguntó que cómo estaba mi familia. Yo
respondí: “tú ya sabes cómo es mi actual situación económica, estamos mal”, y él
respondió que ésa situación se terminará. Andrés me comenta los términos del “negocio”,
él nos dará dinero para los pasaportes, para dejarle dinero a nuestra familia mientras dura el viaje, él paga por persona 2.000 dólares por
kilo y yo le comento que cuantos kilos iba a traer, a lo cual me responde que dos kilos yo y
dos mi mujer y por tratarse de mí, me daría dos mil quinientos dólares por kilo.
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Que le avisara en cuanto tuviera los pasaportes
para comprar los boletos de avión para así avisar a sus socios en Colombia para
informarlos acerca del día en que llegaríamos, para que fuesen al Aeropuerto El Dorado de
Bogotá a recogernos.
Un día antes del día tan esperado de partida, nos encontramos para darme los últimos detalles y me entregó mil dólares para dejarle
dinero a mi familia en mi ausencia; también me dió otros dos mil dólares para la semana de
vacaciones que estaría en Bogotá.
El vuelo fue bueno y al llegar al aeropuerto vinieron por nosotros sus socios Colombianos y tomamos camino al hotel. En ese lapso de
tiempo, el socio de Andrés, de nombre Javier, me comentó, que tengo una semana de
vacaciones en Bogotá, que nos relajáramos, disfrutáramos y que descansáramos, que él me
indicaría el día de regreso, que el vuelo era de noche, que estuviera pendiente y que al día siguiente, muy en la mañana pasaría por
nosotros para dar un tour.
Pasadas las 9:00 a.m., me llamó al teléfono diciéndome que en diez minutos pasaría por
nosotros, que estuviéramos listos en la recepción del hotel. Nos llevó a desayunar y a conocer el cerro de Monserrate, las Minas de
Sal y así transcurrió la semana conociendo más lugares de esta hermosa ciudad.
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Hasta este momento no se mencionaba nada de
“trabajo”; un día antes de nuestra partida me llama Javier al celular y me dice que pasaría
por mí por el hotel para lograr afinar los detalles de nuestra salida para la ciudad de
México; nos dirigimos a desayunar. Entonces Javier me vuelve a repetir las mismas palabras
que Andrés me había dicho en México: “que no me preocupara de nada, que estuviera tranquilo, que las autoridades del Aeropuerto
ya estaban compradas”. Ellos me facilitarían el acceso para abordar el avión sin ningún
inconveniente, que mi avión salía el 23 de julio a las 22:00 p.m. Me dice que al día siguiente
por la tarde me entregarían la droga junto con mis maletas.
Y llegó el día esperado de la partida. Para mi desgracia, se terminaron mis vacaciones y tuve
que afrontar mi triste realidad. Pasaron por nosotros, nos entregaron las maletas, las cuales
ya contenían la droga, acomodamos nuestra ropa y salimos del hotel hacia el Aeropuerto El Dorado. En el camino nos comentó Javier que
estuviéramos relajados, tranquilos, que todo estaría bien, que llegando al Aeropuerto de la
ciudad de México, nos estaría esperando un trabajador de Andrés, el cual nos llevaría a
hospedarnos y así él poder sacar la droga de las maletas y así pagarnos la cantidad acordada.
Llegamos al Aeropuerto El Dorado de Bogotá –Colombia- y nos despedimos de Javier. Era
imposible estar tranquilos.
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En el lapso de documentar el equipaje, los
nervios eran “inocultables”. Había que pasar la aduana, el escáner. Éramos un manojo de
nervios. Empezando el abordaje al avión, yo escucho mi nombre por los altavoces,
indicándome que me acercara al mostrador de la aerolínea, al cual yo me dirigí y al ir llegando
al mostrador me percaté que había un oficial que se identificó como oficial de la SIJIN, policía de investigación. Me pide el pasaporte para
cotejar los datos del tiquete, el cual tenía en su mano y para mí sorpresa y desgracia, me pide
que lo acompañe a identificar mis maletas; al llegar a la sala y ver a más de veinte policías y
dos perros, en ese momento, me dí cuenta que todo lo que me dijo Javier tanto como Andrés, fue una vil mentira…
En ése momento sólo podía pensar en mi
esposa, estábamos casados y fuimos engañados. Y es allí cuando una voz me hace
volver a la realidad diciéndome: “que si reconocía mi maleta”, le respondí que sí, que ésas tres maletas eran mías, pero para mi
desgracia una de las maletas estaba a nombre de mi esposa a lo cual en ese momento la
mandan bajar del avión para que reconociera la maleta. Al momento de llegar ella y abrir las
maletas, nuestros peores temores se hicieron realidad. Encontraron la droga y en ese momento nos leyeron los derechos y
empezamos a vivir la otra cara de la moneda.
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Nos llevaron a la URI (Unidad de Reacción Inmediata)
como detenidos y así al día siguiente hacernos una audiencia de legalización de captura.
Desde ése momento mi vida cambió drásticamente, empecé a vivir la soledad, el
hambre, la tristeza, vejaciones, humillaciones, la falta de mi esposa y la pérdida de todos los
derechos que, como seres humanos, tenemos. Aunado a todo ello, ésta pérdida que he sufrido, además de toda ésta desgracia, fui privado de
ver a mi mujer durante diez meses por razones que hasta ahora desconozco.
No logro imaginar lo que ha de haber sufrido
mi mujer al estar tan lejos de sus hijos y de su familia.
Y si con todo esto no fuera suficiente, fui tachado por un juez como una escoria, un
peligro para la sociedad. Yo creo que mi vida no puede ser juzgada por un solo error que cometí,
por causa de mi situación económica; pero me ganó la desesperación, perdí la razón, y ahora con justa razón lo estoy pagando, porque al
igual que he hecho muchas cosas buenas en mi vida, cometí un error que estoy pagando muy
caro al cual arrastré a la mujer que amo. Para mi desgracia y para desgracia de muchas
personas mal llamadas “mulas”, es fácil engancharnos debido a nuestra situación económica y hábilmente se aprovechan de ello,
ya que saben qué tenemos familia, y que uno haría hasta lo imposible para sacarlos adelante,
no importando, que uno cometa un delito y pueda caer preso.
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Hoy reflexiono que uno no debería llegar a estos
extremos, porque es tan linda la libertad y ahora que estamos privados de ella,
reconocemos y sabemos el verdadero valor que tiene.
Lastimosamente, las deudas, los problemas, las circunstancias, la desesperación, los hijitos,
los nietos y todo aquello que surge alrededor de nosotros, nos empuja a cometer errores muy graves. Finalmente, aquello que decidimos,
siempre traerá consigo como contraparte, una consecuencia y tenemos que asumirla.
Porque como matrimonio que somos, no solamente estamos privados de la libertad en
un país ajeno, sino privados de nuestros hijos(as), de nuestros nietos(as), de nuestra dignidad, de nuestra relación de pareja, de
nuestro hogar. Y ni saber cuánto están sufriendo nuestros hijos(as).
Somos solamente una cifra más y un matrimonio, que ha caído en las redes de los
narcos, quienes acudieron a aprovecharse de nuestra situación y ahora solamente
estamos: “casados y engañados”…
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MENTIRAS OCULTAS.
Mi nombre es Jorge, y mi historia comienza en
el año 2008. Me encontraba trabajando en una multinacional en el Valle del Cauca, la cual le
prestaba los servicios a la Policía Nacional, en cuya empresa desempeñaba el cargo de Handy
Man Driver (Electricista y Conductor). Cuando me dirigía hacia el Aeropuerto de Cali, a recoger unos funcionarios de la empresa que procedían
de Bogotá, encendí la radio y por coincidencia, en ese momento la emisora que estaba
sonando, decía que la gente que quisiera ir a trabajar legalmente a España se pusiera en
contacto con ellos dando el número telefónico para que los llamaran. Esa noticia me llamó mucho la atención porque yo estaba interesado
en viajar a dicho país. Al terminar mi día de trabajo, inmediatamente llamé al número
telefónico de la empresa que estaba ofreciendo el trabajo en España, y me dijeron que la
información la daban personalmente, anoté la dirección y me dirigí a la empresa.
Estando allí me explicaron cómo era el procedimiento para la selección del personal
dependiendo de mis conocimientos y experiencia laboral.
Noté que yo aplicaba para las ofertas que ellos disponían, inmediatamente me inscribí en la
base de datos. A mi familia no les comenté nada de esto, pero sí se lo comenté a mis
compañeros de profesión para que se inscribieran y aprovecharan la oportunidad.
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Ellos no me creyeron porque en esos días
estaba en apogeo que engañaban a la gente haciéndoles promesas que les iban a dar
trabajo en España y resultaba que al final les robaban la plata y la empresa donde yo me
inscribí cobraba $ 50.000 por la inscripción.
Transcurridos 4 meses, yo seguía trabajando en mi empresa y no recibía noticias de la dichosa empresa, hasta que sonó mi celular y
eran ellos diciéndome que me presentara en la oficina, que me tenían noticias de un empleo en
España. Y así fué, me dirigí a donde me esperaban y me dieron el nombre de la
empresa, me indicaron cuanto era el sueldo mensual, la duración del contrato, a que ciudad iba a llegar y que documentación necesitaba
para empezar el trámite del papeleo, para la solicitud del permiso y la visa para poder entrar
a España.
Sin embargo, había algo que me puso a dudar. Fue cuando me dijeron que tenía que conseguirles un millón y medio de pesos para
asegurarse de que yo iba a seguir con los trámites y no me echara atrás. Me acuerdo que
era un día lunes y me daban de plazo hasta el viernes de esa misma semana para que les
consignara ese dinero. Como en el trabajo había un Coronel, al cual
yo conocía, le comenté sobre el tema. Entonces me dijo que le diera el nombre de la empresa
para el averiguar si la empresa estaba registrada en la Cámara y Comercio.
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Confirmamos que la empresa estaba registrada,
todo en regla, sin embargo el Coronel me dijo que el hecho de que la empresa esté registrada
en la Cámara y Comercio no quería decir nada; que ellos después de obtener el dinero podían
irse con él. En ese momento recordé que ellos me habían dado una tarjeta en la cual estaba el
teléfono del dueño que estaba en EEUU. Entonces el Coronel tomó el teléfono del dueño y lo llamó a E.E.U.U. y se contactó
directamente con él, confirmando que estaba legalmente constituida la empresa. Ya con ésta
información, accedí a entregarles el dinero y después de eso me llegó una carta de una
empresa de España con el contrato de trabajo, pudiendo así proceder a solicitar la visa en el consulado Español.
Todo este proceso duró más o menos dos (2)
meses. Cuando llegó el día del viaje, se me hizo muy duro porque nunca me había separado de
mi hija y además mi esposa estaba embarazada. Recuerdo que ése día en la mañana me comí el mejor desayuno de mi vida,
lo hizo mi bebe con apenas 6 añitos.
Salimos a las once de la mañana de la casa. El ingeniero de la empresa para la cual yo
trabajaba me llevó al Aeropuerto y así partí hacia España. En el avión nos encontramos nueve compañeros que íbamos a trabajar con la
misma empresa y estábamos algo ansiosos por llegar a nuestro destino; a eso de las 3:00 pm
llegamos a la empresa en la ciudad de Gijón.
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Los jefes nos dieron la inducción del cargo que
íbamos a desempeñar y nos dijeron que íbamos a estar viajando por toda España porque
íbamos a montar molinos de viento para la generación de energía eólica. En esta empresa
trabajé durante cuatro años seguidos y pude venir a Colombia a visitar a mi familia en varias
ocasiones ya que la paga era muy buena. En Mayo del 2013 yo iba a viajar a España
nuevamente. Tenía las maletas preparadas y mi esposa llegó con un paquete que contenía unas
artesanías y me dijo que si se las podía llevar a Roberto de parte de Fernanda que era la novia
de él; yo le pregunté a mi esposa que si conocía bien a esta gente porque yo con esta chica no tenía mucho contacto, sólo sabía de ella por
una vecina. Como mi esposa me aseguró que si confiaba en ellos, yo le dije a ella que metiera
las artesanías en la maleta. También accedí porque Roberto vivía en la misma ciudad donde
yo estaba trabajando y además Fernanda me había dicho que esas artesanías se las iban a mostrar a la gente de ésa localidad, para tratar
de llegar a un acuerdo de exportarlas de Colombia a España.
Llamé el taxi y mi esposa con las niñas me
acompañaron hasta el Aeropuerto de Cali. Tomé el avión que hacía escala en la ciudad de Bogotá y al llegar a Bogotá yo tenía que
transbordar. Me arrimé a las oficinas de Avianca para pasar las maletas y reclamar el
tiquete hacia Madrid; hasta ese momento todo estaba en completa normalidad.
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Sin embargo, cuando iba pasando por
inmigración, me llamó un agente de la policía y me dijo que si me podía dejar tomar una placa
de rayos x a lo cual dije que no había ningún problema. Me realizó el examen y me dijo que
fuera a tomar el avión porque iba un poco tarde. Estando en la sala de espera, escuché mi
nombre por el altavoz indicando que pasara a la sala para una identificación de una maleta. Hasta ése momento me sentía tranquilo porque
ya era la segunda vez que me sucedía esto. Entonces me dirigí hacia donde me habían
llamado. Un policía me preguntó que si esa maleta era mía y yo le contesté que sí. Me pidió
que la abriera; yo tomé la maleta y la abrí. El policía, al ver las artesanías, me preguntó para quien eran y me dijo que si podía romper una
de ellas y comprobar que no tenía nada adentro. Aunque le respondí que no eran mías,
que era un encargo que me habían hecho para un amigo de mi esposa, permití que las
rompieran si era necesario. Ahí empezó mi calvario...
Al romper una artesanía, de ella salió un polvo blanco con las características de la cocaína. Yo
no sabía qué hacer ni que decir porque se me nubló completamente la mente. El policía
continuó rompiendo las otras artesanías y de cada una de ellas salía el mismo polvo. Inmediatamente, procedieron a leerme mis
derechos, más sin embargo yo le seguía diciendo que eso no era mío, que llamaran a mi
esposa, que preguntaran cual fue la persona que le entregó las artesanías.
NO seas MULA
27
Pero el policía me respondió que eso no le
correspondía a él, que era asunto de la fiscalía; después me dicen que si me dejo tomar el
examen por rayos x y yo le contesté otra vez que sí a lo cual me respondieron que quien me
había hecho esa prueba. Yo le contesté que un policía que estaba de civil al pasar por
inmigración me hizo ese mismo examen. Volvieron y me pidieron el favor que pasara de
nuevo por los rayos x, a lo cual yo les respondí que hasta que llegara un abogado no iba hacer
nada, porque ya me habían leído mis derechos y como por arte de magia aparecieron entre 8 y
10 policías de civil y me empezaron a amenazarme y a intimidarme, diciéndome que si no aceptaba me iban a poner más cantidad
de la que llevaba. A raíz de esto, me entró más temor del que ya tenía y pasé a los rayos x y
pude constatar que la primera prueba que me hicieron al pasar por inmigración había sido
firmada por el policía que me hizo los rayos x. Luego, fui llevado a la oficina de la SIJIN que
queda en el Aeropuerto el Dorado de Bogotá –Colombia, donde empezaron a pedirme
información personal sobre mi dirección de residencia, nombre de mis padres, de mi
esposa, que si tenía hijos… también me preguntaron que si al momento de la captura ellos me habían tratado mal. Yo les comenté del
incidente que tuve con el problema de los rayos x, que varios policías vestidos de civil me
habían amenazado para obligarme a firmar dicha prueba.
NO seas MULA
28
El encargado de la oficina de la SIJIN era un
Oficial en Grado de Cabo, al contarle esto me dijo que él no podía hacer esa anotación
negativa en el informe porque perjudicaría a sus compañeros. Yo le dije que para que me
preguntaba entonces si no iba a realizar ninguna anotación, si no pensaba anotar nada.
Después llegó el patrullero que encontró la droga en mi maleta y le dijo al Cabo que me llevaran para hacer el pesaje de lo encontrado
en la maleta, lo cual finalmente, brindó un peso total de 4.500 gramos en peso bruto.
Me condujeron para tomarme una foto y unas
huellas para la reseña; de ahí me llevaron esposado a la URI de Engativá. Llegamos como a las 11:00 pm; el sitio se encontraba lleno de
detenidos y me tocó pasar la noche esposado a una silla. Como es de suponer, no podía dormir
porque me encontraba consternado y mi mente no asimilaba todavía esa situación.
Sinceramente, yo pensaba que era una pesadilla, de la cual quería pronto despertar… Igualmente, las lágrimas me acompañaban y
solo quería que la tierra me tragara; yo me imaginaba tantas cosas… Y no veía la hora de
que los policías que estaban de turno se quedaran dormidos, para salir corriendo de ese
lugar, pero eso nunca pasó. Es indescriptible la sensación horrible de saber
que eres inocente y que te tratan como el peor delincuente; se aprovechan de tu temor y te
intimidan aún más.
NO seas MULA
29
Te presionan y te señalan como el peor de los
hampones sobre la tierra; es algo que en verdad marca para toda la vida.
El tiempo que llevo detenido me ha hecho reflexionar sobre mi vida, aunque el error no
fue mío, tampoco debo culpar totalmente a mi esposa por lo que sucedió, porque ella se
confió y yo también me confíe y, debí haber dudado en ese momento. Otra conclusión a
la que yo llegué, es que desafortunadamente la justicia en Colombia es muy desequilibrada e injusta, porque lo primero
que hacen es encerrar a la gente, sin importar cuál sea el motivo por el cual se
cometió un error, solo les importa dejar a las personas en la cárcel así sean inocentes.
NO seas MULA
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TIEMPO DE ARREPENTIRSE.
Esta historia, comenzó en la ciudad de México
hace aproximadamente un año. Yo me encontraba en un restaurante de comida
peruana en el centro del Distrito Federal. Allí además venden cerveza y en ocasiones hay
música en vivo, razón por la cual me encontraba a gusto. Pasada una hora aproximadamente de estar en ese lugar, en una
mesa que estaba a mi lado, habían tres jóvenes que también estaban comiendo y tomando
cerveza. En el transcurso de la tarde, hice conversación con ellos y me indicaron que eran
Colombianos y me pareció honesta su compañía hasta ése momento. Quedamos en comer nuevamente y así lo hicimos tres veces
más, hasta que uno de ellos me indicó, que si me quería ganar dinero rápido y seguro. Yo les
dije que sí, que cual era la propuesta y que había que hacer. Me dijeron que tenía que
viajar a la ciudad de Bogotá – Colombia- en avión y de ahí trasladarme a una ciudad más pequeña que estaba a 2 horas en camión; que
no había problema alguno, que solamente me iban a dar una ropa y que la misma tenía que
llevarla a México.
Hasta ahí todo iba bien. Estas personas me dieron para sacar mi pasaporte nuevo; me dieron para comprar celular nuevo porque tenía
que estar siempre en contacto con ellos; me dieron para gastos y aparte les tuve que decir
donde vivía y llevarles para que conocieran donde era mi casa.
NO seas MULA
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Me indicaron que el viaje era por espacio de 5 o
7 días de duración, en que hotel me tenía que hospedar y que al llegar al mismo, otros amigos
de ellos me irían a buscar para brindarme más instrucciones acerca de lo que tenía de hacer,
que no me preocupara de nada porque otras personas ya lo habían hecho.
Y así fue como me decidí a hacer el trabajo; pensé que sería fácil y que además de pasear
por otro país, me iban a pagar un dinero que me hacía mucha falta.
Hablé con mi esposa e hijos y les informé que
iba a hacer un viaje de negocios, que era rápido y que solamente iba por un encargo y me regresaba; hasta ese momento nos les dije que
era para traer ropa impregnada de droga, porque yo sabía claramente que no me dejarían
hacerlo de ninguna manera, por lo que les mentí y así me decidí a viajar.
Bueno, en cuanto llegué a Bogotá me trasladé a la casa de (….). Desde allí me llevaron a un
hotel donde me hospedaron y, al segundo día, me fueron a buscar dos hombres colombianos,
los cuales me invitaron a un restaurante y ahí fué donde me dijeron nuevamente que ropa era
la que me tenía que llevar en la maleta, que no tenía problema alguno por que la droga no estaba a la vista y que solamente tenía que
documentar la maleta y no mostrarme nervioso, que era así más fácil que saliera bien el trabajo.
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Así pasaron los días; un día antes de la salida,
me hablaron estas personas y los fuí a ver a otro lugar que me indicaron y, ya en ese lugar,
me dieron una maleta con ropa diversa en su interior que consistía en pantalones, camisas y
una chaqueta. Me indicaron que ellos iban a estar pendientes de mi salida en el Aeropuerto
El Dorado de la Ciudad de Bogotá; que les avisara y les mandara un mensaje de texto de que todo estaba en orden, para que ellos a su
vez les avisaran a sus amigos que estaban en México y así me fueran a recibir. Hasta ahí todo
parecía muy normal y en orden.
Al otro día muy temprano, me presenté en el apartamento y documenté mi equipaje, abordé el avión y llegamos al Aeropuerto el Dorado, de
Bogotá, donde yo tenía que hacer un cambio de avión y una espera de aproximadamente dos
horas para que saliera el vuelo a México; como el vuelo era por la misma aerolínea, no recogí la
maleta, si no que ellos hacen la conexión de la misma. Todo marchaba bien y empezaron a llamar a los pasajeros; ya en la sala de última
espera me disponía a formarme en la fila que se hace para entregar el pase para abordar,
cuando en ese momento oí por el altavoz mi nombre, que me presentara con el personal de
la aerolínea. Acto seguido me encaminé hacia ellos, me presenté y me dijeron que tenía que acompañarlos a una oficina para revisar mis
papeles. En ése momento sentí un frío que recorría todo mí cuerpo, porque cuando empecé
a seguirlos volteé hacia atrás y ya venían caminando unos policías atrás de nosotros y
NO seas MULA
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me puse nervioso, entré en pánico y mi mente
en su interior no sabía qué pasaba. Al entrar en una oficina, vi la maleta sobre una mesa y ya
había 3 o 4 policías más alrededor de la mesa. Al verme, me preguntaron si ésa maleta era
mía. Les dije que sí, que ésa era mi maleta; entonces me pidieron permiso para abrirla y
revisar su contenido; les indique que sí. Empezaron a sacar toda la ropa y todo lo demás; llegó otro policía con un perro y
empezaron a revisar la maleta con mucha minuciosidad así como también cada prenda.
La verdad, en ése momento ya me temblaban las piernas, me sentía desfallecer; otro policía
me dijo que me iban a revisar a mí, por lo que me llevaron a una máquina de rayos x y, al revisarme, yo salí bien pero entonces fué
cuando los policías empezaron a hablar entre ellos; luego de ello, no sé de qué parte de la
maleta le desprendieron un pedazo de plástico y al hacerlo desprendieron unas bolsas
aplanadas que estaban pegadas en el interior y la ropa la estaba oliendo el perro. Ya para ese momento no sabía qué hacer, mucho menos
que decir. Los policías se quedaron viendo, todos me hablaban, todos se felicitaban entre
ellos, señalando que habían encontrado la droga. En ése momento vi en mí interior como
se me desmoronaba toda mi vida; me acordé de mí familia, de mis amigos, todo esto sucedía en segundos. En ése instante, sientes como te
pasa la vida de un minuto a otro, te falta saliva; ¡¡es una situación indescriptible!!
En ése momento un policía me puso unas esposas en las manos.
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Luego en tono de victoria irónica me indicó que
iríamos a la oficina de la policía, que estaba ahí cerca, para llenar unos papeles. Llenaron la
maleta con la ropa y todo lo que había en su interior y salí junto con 5 o 6 policías de ésa
oficina para ir a la otra.
Pasar esposado en frente de tantos pasajeros que se te quedan viendo, se te llena la cara de vergüenza, de impotencia, de angustia de no
saber que va pasar. Es una experiencia que marca tu mente, marca tu vida.
Cuando iba caminando, en mi cabeza me iba
preguntando a mí mismo que les iba a decir a mi esposa, a mis hijos, a mi madre; como les iba a explicar que me habían detenido en el
Aeropuerto de Bogotá (Colombia) intentando sacar droga del país. Me habían engañado, no
era la ropa solamente impregnada, también habían bolsas en doble fondo.
Ya para entonces estaba en la oficina de policía; allí me preguntaban mi nombre y
demás datos personales; me empezaron a tomar fotos junto con la maleta, con la ropa,
con unas bolsas que al abrirlas se veía como si fuera cocaína. Pesaron las bolsas y me dijeron
que eran aproximadamente un kilo y medio de droga, más lo que traía impregnado en la ropa.
Desde ese momento, me sentí más que traicionado, porque el trato había sido un kilo y
en realidad ellos habían puesto más de lo acordado, y así empezaba mí calvario.
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Después de dos horas de estar en esa oficina,
dijeron que me llevarían a una URI para hacer más tramites y antes de llevarme me dejaron
hacer una llamada telefónica. No tuve el valor de hablar con mi esposa, así que hablé con mi
hermano y le dije que había tenido un problema en Colombia y estaba detenido, que por favor
avisara a mi esposa y a mi mamá, que yo estaba bien, que les hablaba después informándoles en qué lugar estaba porque yo
no sabía a dónde me llevaban ni tampoco cuál era el siguiente paso que había que hacer.
Ya estando en la URI (Unidad de Reacción
Inmediata), pude hablar con mi esposa. La llamada la realicé como a los dos días y ya para entonces toda mi familia estaba muy
preocupada porque las personas que me estaban esperando no sabían nada de mí, ni en
que URI me encontraba. Ahí empezó mi tormento, por lo que las personas que me
mandaron apagaron el celular que tenían; NO me ayudaron con el abogado; en pocas palabras me dejaron solo a mi suerte y desde ese día a la
fecha he pasado meses de angustia, de miedo, de incertidumbre, que de no ser por la ayuda de
mi familia ya me hubiera vuelto loco, lo digo sin mentir.
Estoy arrepentido hasta los huesos por ese grave error que cometí; a la fecha NO ha salido
aun el peso exacto de la droga por lo que no se el tiempo de condena que tendré que purgar en
la cárcel.
NO seas MULA
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Pero me hablan de 128 meses de cárcel; de las
personas que me mandaron no he sabido nada. Solamente porque estoy en un patio donde hay
muchos extranjeros, entre ellos varios mexicanos como yo, es que he sobrellevado esta
situación que desmorona al más fuerte.
La mayor parte del tiempo me gustaba disfrutar y compartir con mi familia, estar con ellos en las buenas y las malas. Mi error
fue ser demasiado confiado con la gente, porque a la hora de los problemas finalmente
vas a quedar solo.
Lo único cierto, es que uno solo tiene la FAMILIA y es por ellos precisamente que “aprendida la lección”, debo retomar el buen
camino. Nada ganamos con pretender ir detrás de espejismos que al final solo nos
destrozan, arrastrando con nosotros a los seres que más amamos, esposas, hijos,
padres, amigos…
NO seas MULA
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CARA O SELLO.
Esta es la historia de un colombiano de 35
años de edad, de nombre Pedro, originario de la ciudad de Manizales, pero que desde hace más
de 15 años se fué a vivir a España. Allá trabajaba en diversos oficios hasta que empezó
la crisis en ese país y, por compromisos de dinero- la hipoteca de su casa y los gastos de la familia, entre otros- tuvo que verse en la
necesidad de buscar de qué forma conseguir dinero para resolver esas graves deudas, y fué
cuando un paisano de él, le dijo que si quería ganar dinero. Una solución era la de venir a
Colombia y llevar droga a España. Su amigo le contó que de esta forma, hace como tres años, hizo la “adecuación” de un par de zapatos con
doble fondo y tuvo la suerte de llegar bien; le pagaron por el trabajo y alcanzó a pagar parte
de las deudas que tenía.
Luego de un tiempo, a través de “su amigo”, le ofrecieron que hiciera el viaje, motivo por el cual regresó, pero que ésta vez ya NO sería
dentro de los zapatos, si no que, ya estando aquí en Colombia, le dijeron que tenía que
tragar unos envoltorios con droga, para lo cual tenía que entrenar durante varios días, para
saber cómo hacerlo y de qué forma hacerlo. En resumen, era absolutamente diferente a la ocasión en que lo hizo su amigo, en la vez
anterior. Durante varios días estuvo en un hotel haciendo prácticas de ingerir cosas y
cuando estuvo preparado, empezó a tragar unos condones llenos de cocaína de
NO seas MULA
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aproximadamente 10 gramos cada uno. Se
tragó más de 78 de éstos y cuando terminó se fué al Aeropuerto el Dorado en Bogotá. Primero
se documentó, pasó después por migración y después por el control donde están las
máquinas de rayos x, pasando todo ésto con muchos nervios por la droga consumida; se fué
caminando hacia la zona donde están las tiendas libres de impuestos, lugar en el cual había dos hombres vestidos de civil y que al
verlo pasar enfrente de ellos lo pararon y le preguntaron qué destino tenia. Él les contestó
que iba para la ciudad de Madrid; ellos le preguntaron su lugar de procedencia, porque
su acento de voz los dejó con la duda, a lo cual él les respondió que era colombiano pero que tenía residencia española. Empezaron a hacerle
otras muchas preguntas, como cuál había sido el motivo del viaje, en dónde había estado,
cuantos días de visita, en fin, fueron bastantes preguntas.
Acabando esto le indicaron que si por favor, les podía acompañar a la oficina para una revisión
corporal a lo cual el accedió. Ya en dicha oficina, le dijeron que subiera a una máquina
de rayos X. Para ese momento era un manojo de nervios, le temblaban las piernas porque él
sabía en sus adentros que en dicha revisión los policías le dirían qué llevaba en el estómago. En la pantalla se veían sombras del color que
indica droga motivo por el cual le dijeron que lo tenían que llevar a un hospital para verificar
que droga era la que había ingerido.
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Para ese momento él ya iba muy nervioso
porque sabía que lo iban a capturar.
Lo llevaron a la oficina de la policía que hay justo a un costado del Aeropuerto El Dorado de
Bogotá –Colombia-, para dar sus datos personales y de ahí llevarlo al hospital. Lo
dejaron hacer una llamada para informar a sus familiares, así lo hizo y empezó su calvario. En ése momento, todos los problemas se te vienen
encima, uno tras del otro, como un castillo de naipes que se derrumba. Se sentía como si
empezara a caer en un hoyo del cual no podría después salirse. Cuando regresa a la realidad,
éste hombre se encuentra con un panorama absolutamente oscuro.
Ya estando en el hospital, le inyectaron suero en el brazo y algún medicamento para que
defecara más rápido y así poder saber qué clase de droga y, cuanto era el peso del contenido de
la misma. Así estuvo dos o tres días, hasta que expulsó la última “bolsa”, el total de cocaína fue aproximadamente 700 gramos. Al finalizar esto,
lo llevaron a la URI (Unidad de Reacción inmediata), donde pasó unos días y empezó a tratar de
comunicarse con la persona que había hecho el trato, esta persona le dijo que le iba ayudar con
el abogado pero que no se le ocurriera dar su nombre, en pocas palabras que no lo delatara porque iba a ser malo para él o para su familia.
Las primeras semanas le contestaba el
supuesto abogado y le dijo que no se preocupara que él llevara su asunto.
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Pero ya como al tercer mes, éste abogado le dijo que la persona que lo había contratado yo
no le contestaba y que tampoco le había pagado los honorarios, que si no le pagaban sus
honorarios él no se iba a presentar a las audiencias.
Pedro, le marcaba todos los días a su conocido, para que le diera una solución pero esta
persona, ya NO le contesto más al teléfono nunca más; esto motivo a Pedro para que
acudiera a sus familiares para ver en qué le podían ayudar. De toda esta situación, ha
pasado ya, más de dos años y Pedro sigue preso, todavía le falta más de un año de purgar condena; de la persona que lo contrató, ya no
sabe nada.
A Pedro, le ha costado mucho trabajo asumir su condición de recluso y, peor aún sentir que
en lugar de una ayuda, ahora es una carga y un conflicto de dinero para su familia cuando desea ayudarlo.
Sin embargo, Pedro tiene la fe de salir pronto.
Tiene la idea de recuperar el tiempo perdido, y de asumir su error con gallardía, para NO
volver a cometerlo, comprometido a NO involucrar nunca más a su familia en ese infierno de la cárcel.
Procura estar atento a cualquier noticia buena
respecto de su país, y además atento a tratar de apoyar a otros presos de su nacionalidad que
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llegan tan desubicados y tan asustados como
llegó Pedro, porque estar preso es un proceso tan complejo que hay varios que NO aguantan
la presión y se suicidan.
Reflexiona y piensa, pues los que enganchan
para hacer el “trabajo sucio”, los que tienen por tarea reclutar a “las mulas”, primero te
buscan para ofrecerte trabajo, te muestran las cosas fáciles…
Pero, cuando todo se vuelve un problema y aparece la oscuridad, y te atrapa, te dejan
completamente solo y abandonado a tu suerte como si no existieras…
Los errores con drogas, “se pagan doble” no solamente terminas en una cárcel, sino que
además arrastras a tu familia a un camino sin retorno, de solo sufrimiento y lágrimas.
Nunca te muestran la cara y el sello…
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AMENAZAS OSCURAS.
Mi nombre es Amílcar, mi ascendencia es
indígena de las tribus del sur del país. Mi edad es de 28 años, conozco las dos culturas porque
estudié mi primaria y el idioma español en la ciudad de Popayán. Siempre me pareció mejor
la ciudad, que vivir con mi tribu. Las comodidades de la “civilización en la
ciudad”, siempre me han llamado la atención, por ende busqué la opción de ganar dinero sin
mucho esfuerzo.
Mi historia inicia en Cali, donde unos amigos me ofrecen que les ayude con el transporte de droga, ya que por mi condición de indígena la
policía no me molestaba mucho; y según ellos, podía traspasar los controles y las requisas con
mayor facilidad. Así lo hice durante seis meses sin ninguna novedad, la droga la movía por
todo Cali y algunas veces a ciudades cercanas, ganaba buena plata y tenía lujos que no se veían lógicamente dentro de mi cabildo
indígena.
Algunos jóvenes de mi resguardo me pidieron que les ayudara a ingresar a trabajar conmigo,
ya que las posibilidades de progresar eran mínimas si continuaban en la tribu, se trabajaba la agricultura, ganadería y siembra
de flores, pero el dinero era muy poco, y en cambio sí era demasiado el trabajo y el
esfuerzo.
NO seas MULA
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Tomé la decisión equivocada de llevarme
conmigo a “trabajar” a otros cinco jóvenes quienes, inicialmente, estuvieron conmigo para
que aprendieran, y después los patrones les asignaron sitios para trabajar, igual a ellos les
fue bien “aparentemente”…
Por su condición indígena, y que al parecer les iba bien en el “transporte de la droga”, se iniciaron las envidias y broncas por parte de los
demás distribuidores y jibaros por las ganancias y, porque como nos iba mejor a
nosotros por la condición de indígenas, iniciaron los líos entre bandas.
Después de un tiempo, a algunos nos cambiaron el trabajo y nos pusieron a viajar a
otras ciudades, como en mi caso a Bogotá. Los primeros viajes me acompañaban a donde yo
debía dejar el paquete y me indicaban todo lo que tenía que hacer. La maleta siempre me la
entregaban preparada y yo me iba para el terminal de buses y compraba el boleto para Bogotá. Algunas veces, viajé de día, otras de
noche; así hice unos pocos viajes sin ningún problema. En el último, me delataron otros
jibaros de Cali, porque ellos sabían de mi viaje y cuando llegué al terminal de buses de Bogotá,
ya unos policías me estaban esperando para una requisa. Ellos me encontraron dos kilos de cocaína, luego me llevaron para la URI (Unidad
de Reacción Inmediata) de Puente Aranda y después ingresé a la Carcel La Modelo.
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En éste momento, mi familia está haciendo la
gestión para que me condenen con las leyes del resguardo. Sin embargo, es mucho más grande
la vergüenza frente a mi pueblo y a mis familiares, mucho más porque yo empujé a
otros a este mismo abismo. Ahora son víctimas de amenazas oscuras de parte de otros jibaros
que son competidores y su integridad corre peligro, porque yo los arrastré a este “negocio”.
En esta sociedad capitalista en que nos
movemos, donde el dios dinero es la verdad revelada, tenemos que tener mucho cuidado,
porque podemos caer en el facilismo y sed de dinero a toda costa, sin importar lo que
debamos hacer, sea bueno o malo.
Siempre los malos caminos al final, traen desolación, ruina y rejas. “Subimos como palma, y luego bajamos como cocos”…
Nos enredamos en amenazas oscuras.
NO seas MULA
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MALA DECISIÓN.
Mi nombre es Francisco, soy español de padres
Colombianos que viajaron de Pereira hace 30 años a buscar un mejor futuro. Ellos trabajaron
en oficios varios todo el tiempo y siempre me decían que tenía que estudiar para que tuviera
un mejor futuro. Así lo hice, hasta que me gradué de la secundaria en Barcelona. La economía de toda España decayó tanto que ya
no teníamos que hacer y muchas veces casi que aguantamos hambre, por eso todos nos
devolvimos para Pereira a comenzar una nueva vida; sobrevivimos con unos pocos ahorros en
una casa que mis padres habían comprado con envíos que hacían desde España a mis tías en Pereira.
La familia se estableció en Pereira, mis padres
colocaron un negocio de ropa, mis hermanos se pusieron a estudiar y yo estudié por un tiempo
y trabajé en una pizzería, pero la verdad, yo quería vivir en España, nunca me adecué a la vida en Colombia. Por eso yo me devolví a
Barcelona con unos amigos.
Allí trabajé en lo que salía, de trabajos varios. No ganaba mucho, pero estaba feliz; entonces,
conocí a unos traficantes de drogas que me ofrecieron trabajar con ellos, vendiendo todo tipo de alucinógenos en la vida nocturna (bares,
discotecas, parques). Mi vida cambió radicalmente porque empecé a ganar dinero y hasta le giraba
a mi familia en Pereira para los gastos.
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Todo aparentemente marchaba bien y pasados
dos años me vine de vacaciones a Colombia. Mis jefes me dieron permiso y antes de viajar
me dijeron que descansara y los llamara una semana antes de devolverme para “hacer una
vuelta” que me dejaría unos buenos euros.
En Colombia, estuve dos meses paseando, y los llamé para que me comentaran cual era “el negocio”. Me explicaron que era llevar dos kilos
de cocaína en las maletas hacia España, que ellos me entregaban las maletas listas y toda la
logística “supuestamente” ya lista y cuadrada.
En el Aeropuerto de Matecaña de Pereira, en Colombia, no me preguntaron nada y pasé sin novedad; pero al momento de llegar al
Aeropuerto El Dorado de Bogotá, NO noté nada anormal y por ello, me confié; en el momento en
que iba a salir el avión, me llamaron y me devolvieron a la sala de espera. Allí, me estaban
esperando 2 policías y un perro guardián para revisar mis pertenencias.
En ese momento me asusté y entré en absoluto pánico, lo cual de inmediato me delató; justo a
los cinco minutos de examinar la maleta, encontraron la droga, me judicializaron y me
llevaron a la URI de la Granja en Bogotá; en éste momento estoy preso en la cárcel “La Modelo” de Bogotá, en espera de mi fallo de
condena, que dicen es de 96 meses de prisión.
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En este tipo de negocios ilícitos no hay amistad ni lealtad por los demás, se maneja la ley del más fuerte y si hay que
pasar por encima de cualquiera se hace sin pensarlo y sin contemplación de nada.
Generalmente “las mulas”, son utilizadas como chivos expiatorios, son olvidados y
dejados a su suerte al momento de caer en una cárcel y, si acaso llegaran a delatar a la organización, lo más seguro es que
pagarán con su propia vida o la de sus familias. Por eso, ya que yo cometí el error,
simplemente puedo decirles:
NO tomen una mala decisión como la mía…
NO seas MULA
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CARRERA SIN FIN.
Todo comenzó dentro de la relación que
sostenía con una amiga. Ella se dedicaba al negocio de bienes raíces. A mi amiga le llegaron
unas personas bastante interesadas en sus servicios inmobiliarios pues estaban buscando
unas propiedades para la renta en Cancún, México. Tras varios encuentros y conversaciones hicieron buenos negocios,
quedando una buena relación de amistad entre ellas.
Al cabo de poco tiempo, teniendo ya buena
confianza, le propusieron que si le interesaba ganar un dinero adicional de forma fácil. A ella le entró la curiosidad por saber de qué se
trataba, cosa que no le explicaron en ese momento. Finalmente, le comentaron que el
negocio era un “trabajo sencillo”, viajar a Colombia desde México y retornar a los pocos
días a México, trayendo consigo cuatro Kilogramos de cocaína en una maleta preparada por ello.
Con la falsa promesa de que todo estaba
arreglado de Aeropuerto a Aeropuerto y no había ningún problema. Al comienzo ella dudó
pues tenía temor de que las cosas no salieran bien; pero ante la insistencia de ellos, que le aseguraban que todo iba a salir bien y que de
ninguna manera iba a tener problemas, ella decidió aceptar ya que se trataba de un viaje
corto.
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Además se dejó “seducir” con el pago de una
suma de dinero buena por el “trabajo”. Finalmente, su viaje se realizó y terminó con
éxito, al menos para ella.
Yo me encontraba económicamente mal, pues llevaba más de seis meses sin trabajo y con
deudas y esto me tenía muy preocupado. Mi amiga al ver mis necesidades económicas, me propuso relacionarme y recomendarme con
estas personas para que me dieran “el mismo trabajo”, propuesta que yo acepte pues
necesitaba dinero rápido ya que las deudas me estaban desesperando.
Me relacionó con estas personas, hablamos del tema, llegamos a un acuerdo y cerramos el
trato. Tenía que traer de Colombia ocho Kilogramos de cocaína hacia Cancún México,
supuestamente con las mismas garantías que mi amiga… es decir “todo arreglado”.
Al cabo de algunos días viajé a Colombia y, me hospedé en un hotel y a los cinco días
siguientes, me contactaron las personas encargadas del “trabajo” en Bogotá Colombia y,
me dieron un teléfono para que estuviéramos comunicados. Ellos eran los encargados de
suministrar el equipaje y hablarme del tema y darme dinero para mis gastos. Me decían todo el tiempo, que tranquilo, que
todo estaba preparado en el Aeropuerto el Dorado de Bogotá; el día 3 de Agosto y
“confiado de que todo iba bien”, asumí la carrera.
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Casi llego tarde al Aeropuerto el Dorado de
Bogotá; y tranquilo, porque confiaba en que realmente ya todo estaba “arreglado con el
personal del Aeropuerto”, según decían ellos, por una buena suma de dinero. Con tan mala
suerte que hubo problemas en mi salida, por sobrecupo en el avión no pude viajar. Después
de haber pasado por migración, controles de equipajes y demás controles de seguridad, tuve que regresarme al hotel y esperar hasta el
siguiente nueve de Noviembre para mi salida rumbo a México. Así que la carrera continuó en
mi caso y llegué nuevamente al Aeropuerto el Dorado y pasando para los controles de
seguridad me detuvieron por una hora, el agente que me retiene, hace unas llamadas, el vuelo estaba próximo a salir e hice una llamada
desde el teléfono celular que me habían dado las personas encargadas de todo y, me dijeron
que no me preocupara y que no me pusiera nervioso, que el agente me entregaría el
equipaje y pasaporte para continuar pero no fue así, el avión despego sin mí. Me retuvieron por mucho tiempo, luego me
llevaron a la oficina de antinarcóticos donde ya no pude hacer nada, pues ellos ya sabían de la
droga. La guardia con la que se había “arreglado el trabajo” la habían cambiado de
turno y por consiguiente fui arrestado; sentí que el mundo se me venía encima.
Estoy desde entonces en privación de libertad, y por la cantidad incautada me determina entre
128 a 156 meses de reclusión en un país ajeno, sin mi familia, sin amigos, sin nadie...
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Me dejé llevar de ilusiones vanas…
Pensé de manera estúpida que el hecho de que
mi amiga había podido pasar sin novedad, eso me “aseguraba” que yo también pasaría sin
novedad por los controles y que todo sería un dinero rápido y fácil y nunca fue así…
Situaciones económicas difíciles, generan
supuestas oportunidades de adquirir dinero fácil, yo fui otra víctima más de las
circunstancias y, “seducido y engañado” por las promesas de personas relacionadas con el narcotráfico; las cuales están al acecho de
personas que como yo tienen necesidades económicas para inducirlas a cometer el peor
error de su vida.
Lo empujan a uno a una carrera sin fin…
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ENGAÑO, TRAS ENGAÑO.
Soy Mario Bross, tecnólogo en administración
de empresas, pero dedicado al comercio. Viví varios años gracias a este trabajo, pero, no
duró para siempre y terminé trabajando como repartidor de domicilios para una conocida
marca de supermercados. Considero que no me iba mal, solventaba todos mis gastos y necesidades de mi familia gracias a este
empleo, así que decidí comprar una motocicleta nueva, ya que era la principal herramienta para
llevar a cabo mi trabajo.
Al mes haberla comprado y debiendo buena parte de dinero de la deuda que adquirí, la moto me fue robada y nunca la pude recuperar;
esto me dejó sin empleo, sin sustento para mi familia y con la deuda encima.
Durante varios meses, envié muchísimas hojas
de vida y acudía a muchas entrevistas pero sin conseguir algún empleo, ya que mi curriculum no muestra gran experiencia laboral, sólo
experiencia empírica y oficios varios. No tardaron en comenzar los problemas en el
interior de mi hogar. A mi esposa, le tocó buscar trabajo y lo encontró, pero el dinero no
alcanzaba y esto no hizo más que crear una especie de rencor y desesperación contra el sistema, al no poder hallar una forma de
ganarme la vida dignamente. Así llego la propuesta…
NO seas MULA
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Viajar a Brasil transportando Hachís en el
doble fondo de una maleta.
Instintivamente dije que no me arriesgaba, pero al comprobar cómo un amigo mío lograba
“coronar los envíos”, en mi cabeza se proyectó un montón de ilusiones y de engaños…
Engaño, tras engaño… Sueños y fantasías, dinero fácil y disponible
para comprar una nueva moto y hasta para pagar buena parte de las deudas adquiridas
durante el tiempo de inactividad.
Todo era fácil y el engaño era perfecto, así que finalmente yo acepté.
Fui capturado en el Aeropuerto el Dorado de Bogotá con casi dos Kilogramos de Hachís.
Ahora estoy preso y condenado a 48 meses de prisión, pues me allané y acepté los cargos.
Por mucho resentimiento que haya tenido contra el sistema y la forma de actuar del
Gobierno hacia los ciudadanos del común, fui yo el gran perdedor. El dinero fácil para mí no existe. Ahora, a pesar que cuento con el
dulce apoyo de mi esposa e hijo, yo fui quien los dejó, y eso es lo que más me duele saber;
que yo les fallé y a pesar de ello, me aman y siguen confiando en mí…
NO seas MULA
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DIVISIÓN DE LA MORAL.
Siempre he sido un hombre emprendedor, de
principios y con ganas de salir a delante y, antes de ser empleado siempre había querido
ser empleador, crear una fuente de empleos.
Tenía mi propio taller de ebanistería donde me iba más o menos bien, contaba con cuatro empleados y sus familias que dependían del
trabajo que yo suministraba.
A mi señora le dieron deseos de trabajar, de hacer algo para aportar dinero extra y salir
adelante, ya que a veces había tiempos malos y el trabajo se reducía considerablemente.
Como mi señora conocía el trabajo de la confección y el manejo de máquinas
industriales, decidí pedir un préstamo en el banco y montarle el taller de confección y
trabajarles a terceros, ya que contaba con amigos que se dedicaban a éste negocio; ellos, mandaban a confeccionar vestuario y podían
suministrarnos trabajo.
Trabajamos duro durante 6 años, ella con el taller de confección con seis empleadas, y yo
con mi taller de ebanistería. Cada año terminado se hacían cuentas para ver que había quedado, pero siempre terminábamos en
ceros, pues los beneficios que quedaban sacando gastos de pago de nómina, arriendo,
servicios, insumos y otros se iban en pagos para bancos.
NO seas MULA
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Finalmente, me cansé de esta situación, y
pensaba que no podía continuar con lo mismo, desperdiciando años sin progresar…
Decidí emigrar a España en busca de mejores
oportunidades. Llegué a España y en cuestión de una semana ya tenía empleo con unos
ingenieros de reformas habitacionales y construcción. Trabajaba como carpintero, montando parket, puertas, cocinas integrales,
en lo cual, me iba muy bien y en cuestión de siete meses, con la colaboración de esta
empresa mi señora pudo viajar a España y en poco tiempo ya se encontraba trabajando en un
taller de arreglos de ropa. Trabajamos duro y ahorrábamos, empezamos
a invertir en Colombia, comprando un taxi de segunda mano, luego pudimos comprar el
segundo taxi quedando a deber algo de dinero, ya estábamos generando cuatro empleos, y
eran cuatro familias que vivían de este trabajo como taxista; esto me llenaba de satisfacción.
Con el dinero que había ahorrado quería montar un restaurante en Pereira, cosa que
hice; pero me quedé corto con la inversión y tuve que vender uno de los taxis. Ya con el
restaurante montado, empezamos a funcionar, pero a pesar de que se hizo un buen trabajo con la decoración, se preparaba una buena
comida, con una excelente presentación, con todo el mobiliario nuevo y el restaurante bien
ubicado en un excelente lugar; no pudimos arrancar con pie derecho.
NO seas MULA
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Ello debido a que a los cinco meses, justo
cuando se empezaba a acreditar el restaurante y a consolidar buena clientela, a la alcaldía se
le ocurrió pavimentar la calle principal y otras por donde estaba ubicado el restaurante, dando
como resultado la pérdida masiva de la clientela que se había ganado, porque no había por
donde transitar y, mucho menos por donde aparcar los carros, llevándome esto a la quiebra.
Perdí aproximadamente 220 millones de pesos,
prácticamente todo lo ahorrado durante 10 años de trabajo en España, quedándome sin
nada, con las manos vacías y con muchas deudas. Sentía mucha ira, e impotencia, porque parte de esa pérdida era también dinero del
trabajo de mi señora y me sentía culpable. Pero lastimosamente, así son los negocios, o se
pierde o se gana.
Esta situación, me llevó a la desesperación, porque al encontrarnos sin dinero sin trabajo y con más de 50 años de edad, nada bueno podía
esperarnos.
La propuesta no tardó en llegarme para llevar cocaína a España, gracias a que yo contaba con
nacionalidad española. Tenía el perfil que les gustaba a las personas dedicadas al micro tráfico. Me negaba a esto por mis propios
principios, siempre he hecho las cosas correctas y de la mejor manera posible, siempre
cumpliendo la ley y confiando en la justicia; pero fue tanta la desesperación que terminé
NO seas MULA
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aceptando el trabajo y, fue también el más
grande error de mi vida, porque terminé siendo capturado por la policía antinarcóticos en el
Aeropuerto de Bogotá, llevando conmigo una maleta de doble fondo con tres Kilogramos de
cocaína que se me había encomendado llevar a España. Finalmente, fue peor la cura que la
enfermedad, por éste error perdí lo más preciado que una persona tiene: “la libertad”, como también, perdí a mi esposa, a mi familia,
mi vínculo social y muchas cosas más.
Ante la desesperación económica y la impotencia, la mejor salida, es analizar con
cabeza fría cada situación, cada decisión y cada consecuencia, porque de lo contrario,
podemos tomar decisiones en caliente, decisiones que van a nublar nuestra visión
y podemos quedar ciegos por causa de la impotencia y el desespero, lo que nos lleva a una lucha entre la moral, la conciencia y los
principios, y llega la división de la moral que generalmente trae consecuencias graves y
negativas como en mi caso.
Tenemos que analizar que siempre hay una segunda alternativa y que por muy demorada que sea para salir adelante,
siempre será mejor tener paciencia y cabeza fría al tener que decidir y actuar.
NO seas MULA
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UNA REALIDAD FRECUENTE.
Esta historia es de John, un colombiano de 40
años, nacido en la hermosa ciudad de Cali. Desafortunadamente desde hace varios años,
yo estuve involucrado en diferentes formas de lo que rodea el “negocio” del narcotráfico.
Aprendí cómo llevar droga de una ciudad a otra, dentro de Colombia y algunas veces ya había hecho viajes llevando maletas con doble
fondo a diferentes países. “Supuestamente” tenía la experiencia…
Tuve oportunidad de ganar plata y conocer
lugares de mí país. Alcancé a comprar una casa para mi familia, y el último viaje que iba a hacer era el de salir de aquí de Bogotá con
destino a Paris, y esto fue lo que me pasó en ese entonces.
Yo ya había hecho fácil éste tipo de trabajos por que controlaba mis nervios y siempre habían
hecho bien la confección del doble fondo en las maletas. Esta vez pasó algo diferente, porque la maleta siempre la habían hecho unas personas
de Cali, pero esta vez la urgencia y los compromisos por entregar la droga, obligó al
dueño a mandar hacer la maleta con otras personas solamente por el hecho que los
habrían recomendado; ello sin saber si las maletas que hacían pasaban las pruebas y los filtros del Aeropuerto. Yo desde que vi la maleta
terminada, noté que era más grande y diferente a las que había llevado anteriormente, no le
presté atención al terminado de la misma, y me confié…
NO seas MULA
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Yo estaba “fresqueado y estaba muy confiado”,
porque como ya había “coronado” en varias ocasiones, y situaciones donde no había ningún
problema y, no lo pensé dos veces, hice planes para mi salida, hablé con mi familia y les
comenté que iba a salir de viaje, por lo que en unos días me trasladaría de Cali a Bogotá para
salir por el Aeropuerto el Dorado. Todo fué bien hasta ahí. Dos días antes de salir me trajeron a Bogotá, me dejaron en un hotel
para evitar contratiempos y poder estar tranquilo y sin prisas.
El día de la salida, y todavía en el hotel, me
acuerdo que ví la maleta y no me daba desconfianza, porque yo era muy confiado en que pasaba el control. Por eso yo NO le brindé
la debida importancia, a mi punto de vista o como se dice vulgarmente “no le hice caso a mi
instinto” y creía que “siempre coronaba y listo”. Ése fué mi peor error, pero yo iba pensando en
la plata que me iba a ganar, en ése momento no pensé en lo malo, así es que tomé la maleta, mis demás objetos personales, mis documentos
y me dirigí al Aeropuerto. Llegué con mucha naturalidad y confianza,
como tantas veces lo había hecho, documenté mi equipaje, me dieron mi pase de abordar y
me fuí hacia migración, después los controles de rayos X y de ahí a la sala de última espera.
Faltaban como treinta minutos antes de la salida del muelle, cuando de repente, dijeron mi
nombre por alta voz informando que me presentara con personal de la aerolínea.
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Era la primera vez que pasaba esto, por lo que
me dirigí hacia el mostrador y el personal de la aerolínea me dijo que los acompañara a una
oficina y, sin más detalle, me fuí junto con ellos; todavía en ese momento yo pensaba que
todo estaba en orden. Cuando entramos en una oficina, había personal de la aerolínea y unos
policías, uno de ellos con un perro; mi maleta estaba sobre una mesa y uno de los policías me preguntó si esa maleta era mía. Me acerqué a
ella, ví la cinta que ponen en la maleta, la que ponen con tu nombre al momento de
documentarla, ví que tenía mi nombre, entonces les dije que sí que era mía, me dijeron
que la iban a revisar, que si les autorizaba para hacerlo. Les dije que adelante; el perro que tienen ellos no se quitaba del lugar solamente
movía la cola; un policía sacó todas las cosas del interior y no sé qué tanto le hacían a la
maleta hasta que uno de ellos la pinchó con un punzón y le pusieron unas gotas de un líquido
que tenían en un frasco (Este sirve para poner unas
gotas en el punzón y de acuerdo al color que marque
indica si hay droga o no) al hacer esta prueba y marcar positivo, el policía me dijo que esa
maleta tenía droga procesada, dentro del caucho de la misma, por lo que me dijeron que tenía que ir con ellos a la oficina de policía para
dar mis datos.
En esa oficina, me tomaron fotos con la maleta y me informaron que la maleta la iban a llevar
al laboratorio, para ver cuánto era el peso neto de la droga incautada.
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Después me llevaron a la URI (Unidad de
Reacción Inmediata) y de ahí, me trajeron a la cárcel La Modelo de Bogotá, para esperar el
peso neto. Hasta el momento, la persona que me dió el trabajo, desapareció y NO me han
apoyado. Tengo un abogado asignado por el Estado Colombiano, pero no se todavía cuánto
tiempo voy a estar preso, me dicen que entre 64 y 128 meses de prisión.
Siempre por la confianza y la “seguridad” de que la suerte será siempre la misma,
entramos a una realidad frecuente, que nos envuelve en la supuesta facilidad de la
“suerte”…
Así, nos lanzamos al vacío sin paracaídas jurando que como siempre ha funcionado así, siempre va a funcionar y luego recordamos
que en la vida real, sí se requiere un paracaídas o morimos en el intento y las
ilusiones no son suficientes para sobrevivir a la caída.
La suerte NO siempre acompaña a las decisiones a la ligera…
NO seas MULA
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EN LA MIRA.
Mi nombre es Cesar. Vengo de una familia de
bajos recursos, tengo 42 años, casado y con dos hijos.
Mi historia comienza en Venezuela, en un momento trascendental de mi vida en donde la
situación política y social de mi país se fué poniendo muy difícil, para empezar me quedé sin trabajo.
Conocí una persona, de nombre Luis, quien
dijo que me iba a brindar trabajo manejando una camioneta Turbo. Ese día me invitó a
tomar una cerveza y yo le dije que no, porque en mi casa no había mercado y me daba pena con mi esposa irme de parranda sin haber que
comer en la casa.
Al otro día me llamó y me dijo que si al fin iba a querer el trabajo o no y, por supuesto, yo le
dije que sí, que lo necesitaba. Me preguntó dónde vivía y le dí mi dirección. Como a la hora, él llego a mi casa en una camioneta último
modelo.
Cuando estábamos por allí, sacó 500 Dólares y me los dió y me dijo que fuera hacer el mercado
con eso, y que ahora no tenía excusa para tomarnos una cerveza; le entregué ese dinero a mi esposa y me fui con él, nos fuimos a un bar
y luego de la tercera cerveza, me comenzó a decir a qué se dedicaba; me explicó, que él
conseguía gente para llevar droga hacia Europa.
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Yo me quedé perplejo, porque jamás pensé que
esa era la razón de su gran amabilidad para ayudarme. Por su puesto le dije que no.
Entonces se molestó y me dijo que ya no le iba a pagar 500 dólares, sino que yo tenía que
devolverle 1.000 Dólares; me dijo que él ya sabía dónde vivía yo, para tomar las represalias
ante mi negativa, si no le daba ese dinero en cinco días.
No tomé más cerveza y me fuí a la casa y al otro día le comenté a mi esposa lo sucedido.
Ella también se molestó y me dijo que yo si quería bolsas (Traduce que era Bobo) que tenía que
haberme dado cuenta de que ese regalo no era gratuito. Justo en ese momento, repica el teléfono y era Luis; me dijo que si ya lo había
pensado y que si no pensaba hacer el viaje, que él necesitaba su dinero; le dije que me diera
cinco días para pensarlo y me dió tres; seguí conversando con mi esposa y me dijo: “seguro
fue él que te llamó” y yo le respondí que sí; ella me dijo desesperada que NO sabía que íbamos a hacer; que no teníamos a nadie que nos
prestara esa cantidad. Entonces yo le dije que me iba a tocar llevar esa droga a Europa, en
pocas palabras, volverme una mula.
A los 3 días me llamó Luis y yo le dije que sí aceptaba; éste se puso muy feliz y me dijo que al otro día pasaba a recogerme a mi casa.
“Hasta ese momento no sabía cómo iba a llevar
la droga”. Pasó a recogerme a la casa y me llevó a las afueras de la ciudad, a una granja.
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Al llegar allí, era una casa de lujo muy bonita,
había unas personas extrañas allí, las cuales me las presentó y me empezó a explicar cómo
iba a llevar la droga a Europa.
Ví unos condones inflados con algo por dentro, lo cual yo no tenía idea de que eran; él me los
señaló y, me dijo que eso era lo que iba llevar y, yo le respondí en donde, y éste me respondió: ¡Pues ingeridos papá!...
Yo respondí que yo nunca había comido nada
tan grande y el comienza a reírse de mí; lo mismo hacían sus amigos y él me responde: “no
te preocupes papá que aquí te vamos a convertir en un profesional”.
Me preguntó si tenía pasaporte y yo le respondí que no, en ese momento saco su teléfono y
llamó a una persona que trabaja en la Oni-diex (Este es el ente encargado de sacar los pasaportes en Venezuela).
La cita quedó confirmada para cinco (5) días después de la llamada; durante esos cinco días
me estuvieron entrenando, me compraron cinco kilos de uva importada y me dijeron que tenía
que comerlas sin morderlas, que las congelara; luego me dieron pedazos de zanahoria de los
cuales hicieron 60 pedazos, parecidos a los condones inflados los cuales me dijeron que se llaman dediles; esos 60 pedazos me comí sin
morderlos, cuando finalicé, Luis y sus amigos me dijeron ya estás listo, “ya eres una mula”.
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Al otro día, cuando fui al baño a defecar, me
asusté al ver los pedazos de zanahoria en la taza del baño, los cuales me inflamaron el colon
y me dió mucho dolor…En ese momento, les llamé por teléfono y me dijeron que no me
preocupara, que eso era normal, que descansara que ellos iban a estar en contacto
conmigo. Llego el día de ir a sacar el pasaporte, me fui a
las tres de la mañana a sacarlo y cuando abrieron a las ocho de la mañana ya había una
persona esperándome, un empleado del lugar que tenía todos mis datos y me hizo pasar
primero. Hice los trámites para expedición del mismo, lo cual realizamos sin contratiempos; pese a que este trámite normalmente dura tres
meses, a mí me lo entregaron en tres días; en ese momento pensé: (Se está acercando la hora).
Llamé a Luis y le dije que ya tenía el pasaporte,
me dijo bueno, compañero, alístese porque ya nos vamos. Me fuí a mi casa y le comenté a mi
esposa que ya faltaba poco para el viaje, y ésta se puso a llorar. Yo le dije que tranquila, que si
Dios quiere todo va salir bien; en ese momento llamó Luis y me dijo que me alistara. Le dije que no tenía ropa ni maleta, y éste me
respondió que no te preocupes por esas cosas, eso es lo de menos; ahora necesito que te
prepares para hacerte un tratamiento para desintoxicar tu cuerpo, para evitar que algún
dedil te vaya a explotar y mueras; me llevaron a la granja de nuevo y ahí pasé tres días; me hicieron el tratamiento para la desintoxicación,
NO seas MULA
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me purgaron como nunca en mi vida lo habían
hecho; pase dos días en el baño, hasta que paró la diarrea y luego me colocaron vitamina B12,
intramuscular.
Llegué a mi casa con cuatro ampolletas de vitamina más, las cuales me las tenía que
aplicar intravenosas, una por la mañana y otra por la noche durante dos días. Mi esposa lloraba y yo le decía: “no te preocupes mi amor
por lo menos tenemos mercado y tienen que comer los niños”; cuando terminé de aplicarme
las vitaminas, suena el teléfono y era de nuevo Luis para decirme que me preparara que al otro
día en la mañana salía. Hablé con mi esposa y le dije: “mi vida,
mañana me voy, te amo, te amo mucho”.
Al otro día me fueron a buscar como a la una de la tarde. Solo llevé dos mudas de ropa buena
y un par de zapatos, todo dentro de una bolsa plástica. Los amigos de Luis cuando me vieron se rieron de mí, por mi sencillez y mi condición
humilde; me subí al carro, pensé que íbamos rumbo a la granja y cuál fué mi sorpresa
cuando me dicen que íbamos para Colombia. Me preguntaron por el pasaporte y se lo
entregué y nos dirigimos hacia la frontera de Colombia.
En la vía San Cristóbal a Cúcuta al llegar, sellado el pasaporte pensé que nos íbamos a
quedar en Cúcuta, pero no fue así.
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Allí nos encontramos con otra persona a quien
le dijeron: “este es el que se va de viaje” y este individuo respondió OK. Me dijo, vente conmigo,
agarré mi bolsa y me bajé del carro; el último individuo me miró y se me reía en la cara,
irónicamente…
En ese momento, Luis y su amigo me dijeron que tranquilo, que todo va a salir bien, ve con él, y nos dirigimos a la terminal. Una vez allí,
compramos dos tiquetes hacia Bogotá; llegamos a Bogotá a las 2:00 pm. Una vez en la terminal,
fueron a recogernos, fuimos comer y luego nos dirigimos a un hotel. Me dejaron allí hasta el
otro día que vinieron a traerme comida; a los dos días salimos a comprar la ropa, maleta y zapatos los cuales iba a utilizar en mi viaje.
Luego fuimos a comprar el tiquete de avión en una agencia de viajes, en dos días era la salida
del viaje.
Me llevaron al Aeropuerto para conocerlo y luego me llevaron al hotel donde me dejaron. Luis me preguntó cómo estaba, yo le dije que
bien; me indicó que faltaba poco para salir, además me dijo que tranquilo, que todo va a
salir bien y yo le respondí que gracias.
El día antes de la partida, me acosté a dormir a las 7:00 de la noche para tratar de no pensar mucho. El vuelo salía al otro día a las 7:30 de
la noche y yo me desperté a las 4 de la mañana para comenzar a ingerir los dediles, me comía
los dediles por hora para que el cuerpo se fuera acostumbrando poco a poco.
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Me comía entre 15 y 20 por hora y cuando eran
las 2:00 de la tarde ya había ingerido la cantidad que ellos me habían asignado. Una
vez finalizada la ingesta, me llevaron al Aeropuerto, dos horas antes de que saliera el
vuelo; me bajé allí y procedí a dejar mi maleta en la aerolínea.
Luego, esperé 15 minutos y procedí a ingresar a migración en donde una funcionaria me pidió
mi pasaporte y me dijo si podía pasar a un chequeo de rutina el cual consiste en pasar por
la cámara de Rayos X, frente a lo cual yo, obviamente acepté; una vez en esta habitación,
habíamos cinco personas para la inspección. Una vez llegado mi turno, me tomaron las placas y una de las personas me dice que
estaba detenido por llevar cuerpos extraños en mi organismo.
Me derrumbé, porque pensé que en verdad, no
iba a salir en los rayos X la ingesta de los dediles que yo llevaba dentro, porque Luis me había dicho que ello no aparecía frente a los
rayos X, pero finalmente me engañó.
Yo iba muy confiado y seguro de que lograría pasar por los controles de rutina, porque ellos
me decían cosas para convencerme y para tranquilizarme, me indicaban que debía estar tranquilo, sereno, que no estuviera nervioso y
que eso me ayudaría a pasar con tranquilidad los controles del Aeropuerto. Pero como puede
uno pasar “tranquilo” sabiendo que a cualquier momento te pueden descubrir.
NO seas MULA
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En un país ajeno, te llevan preso y tu familia vá
a quedar peor de lo que antes estaba. Cuando me dijeron que mi estómago contenía elementos
extraños, se me derrumbó la vida en cinco segundos, pasó mi vida frente a mí, y la imagen
de mi esposa llorando no me abandonaba.
En ese momento pensé que todo se venía
abajo y fue así, porque había perdido lo más importante que tiene todo ser humano en la
vida que es la libertad. Y lo más difícil, en un país que no es el nuestro, lejos de tu familia, en donde tú no conoces a nadie y estas
completamente sólo, a merced de la gente extraña. Es muy difícil acostumbrarte a tanta
gente y, todavía más difícil, llamar a la familia, por la situación económica tan crítica
en la cual nos encontramos muchos extranjeros presos aquí en Colombia.
Lo único que les puedo expresar, es que no traten de solucionar las cosas de la manera
más fácil, ya que casi siempre es la menos indicada; porque si eso fuera así de fácil y
real, yo no estaría donde me encuentro en éste momento, privado de mi libertad y lejos de mi hogar y de mi familia; en la vida no
hay nada fácil y ésta etapa de mi vida no la pienso volver a repetir nunca jamás.
NO seas MULA
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UNOS POCOS PESOS.
Soy de nacionalidad Mexicana, con 53 años de
edad. Me involucré en el sucio negocio del narcotráfico como “Mula” o “Correo Humano”,
como generalmente suele suceder, por medio de unos “amigos”, que viajaban a Colombia
constantemente, para regresarse a México transportando cocaína como “mulas”. Ellos, me decían que se ganaba muy buen
dinero y que era “fácil”, e insistían mucho de que viajara con ellos, frente a lo cual, yo
siempre me negaba, porque sentía temor de que las cosas salieran mal y, además yo me
dedicaba al comercio de ropa y no me quejaba, pues me iba más o menos bien; pero en una ocasión, se me hizo fácil, pedir más mercancía
de la que pudiera pedir, me excedí en el cupo del crédito otorgado y me endeudé al
retrasarme considerablemente con el pago de esa mercancía. Desgraciadamente, no se
cumplieron las metas fijadas para la venta y recuperación del dinero, así los pagos correspondientes, se atrasaron; por
consiguiente no pude cumplir con la fecha de los pagos establecidos.
Comenzaron los cobros y amenazas, no podía
llevar una vida tranquila y fue tanta la presión de las personas a quienes les debía el dinero de las prendas y de la mercancía, que en una
ocasión mis amigos me propusieron nuevamente viajar a Colombia para traer
Cocaína a México; ganar dinero fácil y rápido y, así poder pagar mis deudas…
NO seas MULA
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Ante la presión de las deudas y débil
mentalmente, por la actitud hostil de quienes me cobraban la mercancía, en momentos lo
pensaba demasiado, reflexionaba acerca de si realmente valía la pena arriesgarse tanto, y al
final de cuentas la presión de las deudas me cegó mentalmente y acepté la propuesta de
viajar a Colombia. Se preparó el viaje a principios del mes de
Octubre del 2013, llegué a Colombia sin ningún contratiempo, se preparó todo con las personas
encargadas en Colombia; pero estando próximo a viajar nuevamente, para retornar rumbo a
México con la mercancía; estaba dudando, estaba arrepentido, ya que era la primera vez que lo hacía; las personas de aquí de Colombia
para tranquilizarme me decían que tranquilo, que no iba a pasar nada y que mis amigos que
me habían relacionado con ellos, nunca habían tenido ningún problema y que todo iba a salir
bien; así que me animé. Viajaba el 31 de octubre para México con 1 kilo
y ½ de Cocaína en una maleta de doble fondo; cual fue mi sorpresa cuando ya estando en el
Aeropuerto de Bogotá y ya habiendo documentado mi equipaje y finalmente a punto
de abordar el avión con destino a México, se me acerca una mujer de la Policía Nacional de Colombia, de la sección de Antinarcóticos y me
pide que lo acompañe a una requisa de “rutina”.
NO seas MULA
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Me llevó a una oficina donde llevan a las
personas sospechosas de llevar drogas prohibidas, y lo primero que veo es mi equipaje,
luego me preguntan que si lo reconocía, que si es mío y yo les digo que sí.
Finalmente allí reposaba mi ropa; procedieron
a abrirla y revisar su contenido, encontrando la droga oculta, camuflada en el contenido de la maleta, simplemente envuelta en medio de la
ropa y mis pertenencias y no en doble fondo como antes me habían asegurado.
Sentí que el mundo se me venía encima, me
sentía perdido. Procedieron a leerme mis derechos y luego de trámites y papeleo me trasladaron a la URI (Unidad de Reacción Inmediata),
donde me encontré con unos paisanos de México y otros países, que habían sido también
capturados por lo mismo, por “MULAS” o “CORREOS HUMANOS” como se les dice
vulgarmente a las personas que se involucran en este oficio. Luego tuve un juicio rápido para que me allanara a los cargos, caso que yo no
acepté porque la droga no era mía y me querían acusar como el mafioso mayor, el autor del
delito, siendo solamente un simple cómplice contratado como correo humano.
Actualmente estoy en la cárcel Modelo de Bogotá privado de la libertad esperando
condena no sin antes tratar de lograr un buen preacuerdo que podría ser de 64 meses y otros
supuestos beneficios.
NO seas MULA
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Me siento solo, en país extranjero, lejos de mi
familia, lejos de mis seres queridos, de mis amigos, con peores deudas; por este error estoy
pagando las consecuencias.
Ha sido una experiencia muy negativa en todos los sentidos y, sobre todo he perdido la libertad
y eso no se lo deseo a nadie ya que las condiciones en que se vive en una prisión son muy deprimentes.
Una vez perdida la libertad, en Colombia
pierdes la dignidad humana, y eres víctima de toda clase de violaciones de Derechos
Fundamentales y Procesales. En mi caso, como en la mayoría de los casos
de mis compatriotas mexicanos, la Policía Nacional de Colombia jamás acude a llamar a
la Embajada Mexicana como corresponde. A ellos lo que les interesa es el “positivo”, la
captura y, por supuesto, salir en los medios de comunicación como efectivos y hábiles sabuesos contra las drogas, pasando por
encima de los derechos de nosotros los Extranjeros y violando todos los protocolos de
protección de Derechos humanos, avalados y fruto de convenios Internacionales.
Todo el tiempo te intimidan y te presionan para que delates a los dueños de la droga, sin
importarles que la familia del capturado corra peligro si uno llega a delatarlos.
NO seas MULA
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A estos funcionarios de la Policía, les interesa
más el salir como hábiles investigadores, que proteger a nuestras familias.
Por eso, hoy, en medio de esta situación tan
oscura y deprimente, reflexiono en el punto de que aunque existan cientos de deudas y
problemas económicos, es preferible buscar otras soluciones aunque tengan resultados a mediano o a largo plazo, o buscar ayuda con
la familia o los más cercanos.
Todo lo necesario, para no caer en una asquerosa cárcel por “unos pocos pesos”; a
través de una supuesta salida rápida, tal y como es transportada la droga, para terminar en un país extraño, vivenciar cientos de
vejámenes y de injusticias por una mala decisión, pues a la verdad, una cosa es
contarlo y otra muy diferente es vivirlo día a
día en carne propia.
NO seas MULA
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GRAMOS DE CARCEL.
Mi historia comienza en junio 27 del 2013. Soy
profesional en la cocina con mucha experiencia ya que he trabajado mucho tiempo en
restaurantes de prestigio en España, país donde además, presté mi servicio militar y lo
hice con gusto y con gallardía… En España, la cocina, es una profesión
rentable, pero desde que comenzó la crisis económica vinieron tiempos duros, el trabajo
mermó considerablemente, reduciendo también mis ingresos y lo que ganaba no me alcanzaba,
ya no era suficiente para subsistir pues tengo una familia y una responsabilidad con ellos que no brinda espera.
Debido a la escasez de dinero que necesitaba
para cubrir mis gastos familiares, mi incursión en este viaje, el cual ya me habían propuesto
antes, hoy, la verdad, me arrepiento totalmente, y por el cual he vivido situaciones que NO le deseo a nadie, mucho menos le aconsejo a
nadie, deseo olvidar esa errada decisión. Es importante señalar que uno es débil y se deja
involucrar de personas que dicen que son “tus amigos”; quienes al ver que tu situación
económica es compleja y critica, llegan a “ayudarte”, cuando lo que en verdad desean es su propio beneficio. En la grave situación
económica en que me encontraba, me dejé convencer y decidí hacerlo; me decían que no
pasaba nada…
NO seas MULA
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Algunos, incluso me decían que ellos ya lo
habían hecho y que estaban tan seguros de “coronar”, que para estar bien económicamente,
“lo continuarían haciendo”.
Ya convencido por mis “amigos” me compraron los pasajes y en menos de ocho días viajé a
Bogotá. Llegué de noche y la persona encargada de recibirnos en el Aeropuerto no quiso hacerlo allí y me puso una cita en la Clínica de
Occidente en Bogotá. Se me hizo extraño, pero ya había hablado con uno de mis amigos en
España y él me dijo que no me preocupara y que era por seguridad.
Finalmente me encontré con esa persona y él ya me iba explicando cómo era la situación y
me decía que lo tenía todo controlado en el Aeropuerto y que a mí no me iba a pasar nada;
que ya “todo estaba cuadrado”. Me dió una suma de cinco millones de pesos (dos mil
quinientos dólares), para la estadía y que en mes y medio me llamaría para que nos viéramos y alistarme para el viaje. Se convirtió
en un viacrucis que no ha terminado desde el día en que me disponía a viajar de Bogotá
rumbo a España.
Todo estaba tranquilo, hasta que me llamaron a embarcar. Ya haciendo la fila para abordar el avión me sentí rodeado de policías buscándome
y llamándome por mi nombre; me presenté y me dijeron que si podía hacerme un chequeo
rutinario, situación a la cual no me opuse en ese momento, porque cuando me entregaron la
NO seas MULA
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maleta, me dijeron que estaba bien
“encaletada”, que nisiquiera los perros la olfatearían. Convencido de que no pasaría nada
y que era un chequeo “normal”, me llevaron para una oficina. Allí estaba mi equipaje y
procedieron a abrirlo. Cuál fue mi sorpresa al ver que la droga no estaba camuflada ni
siquiera en doble fondo como me habían dicho todo el tiempo, sino que se encontraba en viva física, envuelta por encima en la ropa; en ese
momento sentí mucha rabia, me sentía engañado e impotente, pero tenía que aceptar
las consecuencias de mi errada decisión. Y más adelante, cuando me hicieron el levantamiento
de cargos y captura, un policía se me acerca y me dice que yo no estaba sospechoso de llevar droga, que mi captura se hizo porque ellos
recibieron una llamada que entró al celular de “cuadrante”, brindando nombres y apellidos
míos completos y demás señas informando como iba vestido y que yo llevaba droga; me
habían chivateado, yo era el señuelo, para pasar a otras mulas de manera mucho más segura; Los mismos que me “contrataron” me
habían señalado, me habían aventado.
Me dijo el Policía, que eso era una práctica frecuente para ocupar a los funcionarios de
Policía, mientras pasaban otras “mulas experimentadas” con mayor carga de narcóticos, y que lamentablemente, yo era un
simple “señuelo”. Que los mismos que me habían contratado, me habían entregado a las
autoridades.
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Esto para lograr, que otros individuos cargados
como mulas, pudieran pasar desapercibidos.
Esta es mi historia, yo me confié de mis supuestos amigos, y ahora estoy pagando
una pena de 64 meses de prisión. Lo he perdido todo y lo peor es que además, le
compliqué la situación a mi familia por culpa de éste error. Lo que estoy viviendo ahora en
prisión no se lo deseo a nadie. Mi madre no soportó el dolor de saber que
estoy en prisión y murió de un ataque al corazón que fue fulminante. No pude ni
siquiera ir a enterrarla y brindarle el último adiós y estar en su sepultura. Me duele
hasta la medula haberle fallado y que ella muriera sabiéndome un delincuente…
Por ganar dinero fácil para solucionar mis problemas económicos he perdido mi libertad;
siento que estoy perdiendo a mi familia y mis sueños se desvanecen en unos gramos de
cárcel.
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SIN SALIDA.
Soy colombiano con 54 años de edad, radicado
en España, donde he vivido por más de 14 años, con esposa e hijos.
Durante todo este tiempo en España, me he
dedicado a la construcción, trabajo que me ha brindado lo suficiente, para llevar una vida digna y solventar mis gastos familiares.
Vivíamos bien hasta que llegó la crisis
económica a España y con ella, otras consecuencias graves.
Uno de los sectores más golpeados por la crisis fue el sector de la construcción y fue ésta, la
causa por la cual me ví sin empleo por mucho tiempo, y por más que me esforcé por encontrar
otro trabajo, no pude conseguirlo. Mi esposa no trabajaba, ya que se dedicaba a cuidar los
hijos y de los quehaceres de la casa. Tratábamos de ahorrar lo más que podíamos; lo poco que teníamos ahorrado se fue esfumando,
se fue acabando. Me fui llenando de desesperación e impotencia al no poder
encontrar ningún tipo de trabajo para solventar mis problemas económicos, las deudas
aumentaban. Decidí regresarme para Colombia con mi familia, tratando de encontrar una solución a mis problemas.
Ya en mi ciudad, Cali, inmediatamente y sin
perder tiempo, me dedique a buscar trabajo y a enviar hojas de vida.
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Pasaban los meses y no encontraba nada y si
por España las cosas estaban mal por acá estaban peor. Esto me llevó aun todavía más a
la desesperación, tenía que solucionar algo. Por mi mente cruzaron muchas cosas; ya me
habían hablado de “una vuelta a España llevando droga” y que pagaban muy bien.
Lo pensé mucho y, al fin, decidí contactar a estas personas. Estuve hablando con ellos y me
explicaron todo el procedimiento de comienzo a fin; se trataba de llevar droga empacada en
dedos de látex y luego ingerida y posteriormente ser extraída por medio de un
laxante y …¡ya se imaginarán el resto!. Inmediatamente dije qué de esa manera no lo
hacía; me dijeron que era la única manera de “garantizarme la vuelta”, ya que, de otra forma,
como por ejemplo en equipaje de doble fondo, no me garantizaban nada y además la droga era
en gel y no era detectada por el escáner en caso de sospecha y que iba muy bien recubierta. Yo me seguía negando por ética moral y además
del peligro de muerte en caso de que se reventara un solo dedil con esta droga, como ya
ha sucedido con otras “mulas”; pero al final me convencieron del viaje a España. Mi esposa no
sabía nada de esa decisión, no quería preocuparla.
En el Aeropuerto el Dorado de Bogotá, pasando por el control de equipaje, no sé porque razón,
solamente sospecharon de mí. Me llamaron los funcionarios de la policía Antinarcóticos y me
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hicieron unas preguntas y luego me pidieron
que los acompañara a la oficina. Ya en la oficina de antinarcóticos, procedieron a
requisar minuciosamente mi equipaje; yo estaba tranquilo pues allí no había nada, pero
luego me llevé un gran susto, cuando me dijeron que me iban a pasar por el escáner de
rayos X; trataba de estar tranquilo, ya que me habían dicho que la droga no sería detectada en caso de que me pasaran por este escáner
porque el producto era en Gel.
¡Fue una vil mentira¡
El escáner había detectado la droga en mi organismo, me sentía fulminado por un rayo, un frio intenso pasó por todo mi cuerpo, me
sentía desfallecer.
Procedieron a leerme mis derechos y a legalizar mi captura y, luego me llevaron a otras oficinas
para que diera del cuerpo y extraer la droga que había en mi organismo. Pasaron varias horas hasta terminar el proceso.
Procedieron luego a examinar el contenido de
uno de los dedos de látex y cuán grande fue mi sorpresa, cuando me dijeron que el contenido
no era cocaína sino que era heroína y había 900 gramos. Me habían engañado doblemente, ya que NO era gel, NO era cocaína y si heroína
y por supuesto, la heroína es más peligrosa que la cocaína.
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Primero, porque crea más adicción a la persona
que la consume y, por esta razón está mayormente penalizada por el código penal,
mucho más en la forma en que yo la llevaba, ingerida, porque en Colombia se penaliza como
un agravante, y es que además está indicada como tentativa de homicidio.
Ahora me encuentro purgando una pena de
96 meses de prisión en la cárcel Modelo de Bogotá. Este tiempo nunca lo voy a
recuperar; he cometido el peor error de mi vida, me encuentro solo, lejos de mi familia, lejos de mi hogar, alejado de mis seres
queridos, siento que les he fallado y todo por querer solucionar un problema…
En cierta forma, doy gracias a Dios que esto
haya pasado ya que si durante el viaje se rompe uno de estos dedos con droga en mi organismo, no estuviera contando la
historia, estaría muerto. Tomo esto como una segunda oportunidad que Dios me
brinda y también para poder reflexionar y en mi condición y posición poder aconsejar a
manera de prevención a todas las personas que por muy mal que vayan las cosas; siempre habrá una luz de esperanza, algo
surgirá en el camino para brindarle solución a los problemas y, no se dejen convencer de
personas inescrupulosas que no les importa para nada la suerte que corran las personas
como nosotros que hoy nos encontramos privados de la libertad.
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ARREPENTIDO.
Mi nombre es Mauricio, tengo 20 años, caí
preso a los 19 años y soy de Pereira, Risaralda. Todo comenzó hace tres años con el cuento del
narcotráfico, en ese tiempo tenía 17 años y mi profesión era la barbería; en el transcurso del
tiempo que estuve en la barbería, conocí a un cierto personaje al que yo le cortaba el pelo. Me hice muy amigo de él, salíamos en horas de la
noche después de cerrar la barbería y nos íbamos a tomar cerveza con otros amigos.
Después de un cierto tiempo, exactamente era un sábado, dicho personaje me hizo varias
propuestas sobre un viaje. Yo tenía 17 años y me faltaba una semana para cumplir los 18 años. Le dije a éste personaje que yo era menor
de edad pero ese comentario se quedó así. El hombre continuaba yendo a la barbería como si
nada. En el trascurso de un mes, después de haber cumplido ya los 18 años, volvió el cierto
personaje para ofrecerme de nuevo la propuesta y yo, ésta vez, acepté de una por las ganas del dinero fácil y de viajar. Ese día me “regaló”
doscientos mil pesos, (100 dólares), para sacar el pasaporte. Yo seguí en contacto con él, pasó
una semana y me dieron el pasaporte; ése día llamé al personaje y me dijo: “listo papito, en
una semana sale a Suhazau, China”. Después que lo llamé, nos vimos en la noche,
ese día me brindó otros 1.000 Dólares para que le diera a mi familia y me comprara ropa.
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Yo me sentía grande, porque en mi negocio ese
dinero no lo ganaba ni en tres meses de trabajo duro.
Pasaron tres días que viví nerviosísimo, emocionado y con un susto muy fuerte. En esos
días me pasé el tiempo compartiendo con mi familia y estudiando algo acerca del país para
donde iba, y me di con la sorpresa de que en ese país era constitutivo de pena de muerte, el delito de transportar droga. Me asusté
demasiado, pero ya no me podía echar para atrás y le comenté a mi tío. Mi tío me dió fuerza
y tranquilidad para el viaje, pero a pesar de mis temores, yo seguí para adelante. Llegó el día,
antes del viaje me llamó el personaje. Me encontré con él en la avenida Los Álamos de Pereira y con otro personaje diferente. Ese día
mi tío me acompañó hasta un cierto punto, y yo me encontré con el personaje; en ese momento
me entregó un bolso, otros 1.000 Dólares, los tiquetes y una escarapela de comerciante; me
dió todo esto, y me dijo que Dios te acompañe, vamos a rezar por ti.
Llegué hasta la esquina, y llegue junto a mi tío; tomamos un taxi hacia su negocio donde tenía
las pertenencias del viaje. Llegué al negocio y yo, asustado comencé a empacar la maleta
donde tenía la mercancía; en ese momento le dije a mi tío que me acompañara, que yo le pagaba los gastos; él me dijo que sí. Al salir del
negocio hacía la terminal me encontré con los amigos, me dijeron que a donde iba, les dije:
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“voy a unas vacaciones que me pagó mi
familia”; me despedí de ellos, y me puse a llorar.
Realmente no sabía si los iba a volver a ver; mi
tío me dijo tranquilo, tranquilo, no llame la atención. Como estaba muy joven para este
viaje tocaba pasar desapercibido y de nuevo tomamos un taxi hacia la terminal.
Llegué a la terminal con mi tío, con la maleta al lado mío y compramos los tiquetes de Pereira
a Bogotá por la flota Bolivariana. Esperamos media hora en la terminal y salimos hacía
Bogotá; salimos a las 9:00 de la noche y llegamos a las 6:00 de la mañana a la terminal de buses de Bogotá.
A medida que se acercaba la hora del vuelo,
me encontraba más nervioso. Mi tío me dijo que me relajara y fuimos a las ducha de la terminal
y me puse la pinta con la que iba a viajar. Después de que me arreglé, nos fuimos a una cafetería a desayunar. Cada minuto, cada
segundo, me sentía más nervioso. Después salimos de la cafetería y mi tío me dijo vamos a
una droguería para que se tome unas pastas para que te relajes. Después de ahí le dije a mi
tío que nos fuéramos hacía el Aeropuerto; tomamos un taxi y en el camino mi tío me seguía diciendo que me relajara; llegamos al
Aeropuerto a las 8:30 de la mañana, me quedé en allí cinco horas y media, estudiando los
perros y los policías, paraba a la policía y le preguntaba la hora, incluso estudiaba con
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cautela cual era la puerta por donde tenía que
salir. Cuando llegó la hora del vuelo, comenzaron a
llamar a los pasajeros con destino de Bogotá hacia París, y le dije a mi tío: “llegó la hora”.
Mi tío me acompañó hasta la puerta de Internacionales, me despedí de mi tío y pensé:
“es la última persona que voy a ver”. Mi tío, me dijo que estemos en contacto y me
puse a llorar y me despedí con un fuerte abrazo. Entré en la puerta Internacionales
hacia inmigración; estaba haciendo la fila y cada momento que se movía la fila trataba de
tranquilizarme. Cuando llegué a inmigración, entregué mi pasaporte y el tiquete y me preguntaron el destino del viaje, y en el
momento me salió como ocupación comerciante de calzado de dama y de niño; entonces el
funcionario de inmigración me miró y me selló el pasaporte, después de ahí, pasé la maleta
por un escáner y también pasé yo por el escáner y no me dijeron nada.
Después de ahí, mi vuelo salía a las 3:30 de la madrugada, hora de despegue. Ya estaba en la
sala de espera, y mucho más tranquilo, cuando comenzaron a llamar a los pasajeros del vuelo.
En ese instante, me paró un perfilador y me pidió el pasaporte y yo tranquilo se lo entregue, me dijo el perfilador: “esto es solo mi trabajo de
rutina”, me dijo que siguiera y ahí iban, dos pasajeros más, y nos metió en una sala y les
tomó la prueba de rayos X, y a mí me dejó de último.
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Al perfilador le llamo la atención la maleta que
llevaba yo mismo, donde llevaba la mercancía y me dijo que la abriera y me hizo sacar mis
pertenencias; ahí chuzo la maleta y llamó a un oficial de policía antinarcóticos junto con un
perro que le llaman Vereto. Este perro Vereto comenzó a ladrar y a morder la maleta y
entonces el policía que estaba con el perro lo retiró y le hicieron a la maleta la prueba del narco test, y salió positiva a Heroína.
Me dieron captura y me leyeron mis derechos,
me llevaron para la URI (Unidad de Reacción
inmediata) de la Granja hasta el otro día que me
dieron la legalización de la captura ante un Juez de Control de Garantías.
Yo no encajaba en mi realidad. Pasé dos días en la URI, y llegaron los guardias del INPEC
para comenzar a movernos y yo seguía sin creerlo, hasta que llegué a la cárcel La Modelo
de Bogotá, a un patio asqueroso, sucio y mal oliente, que llaman “las Primarias” y ahí me reseñaron y yo seguía sin creerlo; hasta el otro
día que nos dieron patio y me ubicaron en el patio 3º de la Modelo de Bogotá.
Mi vida poco a poco se estaba derrumbando
por el error que cometí; perdí a mi familia, mi novia que amaba, y a todos mis seres queridos. Ya han pasado ocho meses, adaptándome a
una nueva realidad, una vida de maltratos, sufrimientos, enfermedades y humillaciones en
todos los sentidos.
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Todo es diferente a la calle, todo aquí son reglas
a punta de malos tratos y de situaciones donde somos solamente “presos”.
Me han condenado a 126 meses de prisión y mi
vida pende de un hilo por la depresión que me persigue cada momento.
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NO LO PENSÉ.
Yo nací en San José del Guaviare hace 35
años. Mi nombre es Octavio, no tengo muchos estudios pero si aprendí medianamente a leer y
escribir.
Mi familia son campesinos que siempre han trabajado la tierra, pero desde hace unos años se dedicaron al cultivo de hoja de coca, y de
opio en algunas ocasiones. Yo desde los 17 años empecé a trabajar como raspachin y luego
pasé a las cocinas en los campamentos de producción de drogas como ayudante; en ese
momento ya tenía ahorros, compré mi primera motocicleta en el pueblo; además, ayudaba a mi familia, utilizaba ropa de marca, frecuentaba
los bares y chongos (lugares) de prostitución.
Con el tiempo, mi cuerpo generó rechazo a los químicos que se utilizaban en los
campamentos; además de varias quemaduras que tengo en mis manos por los ácidos, esto hizo que me retirara y con mis ahorros viajara a
la capital con la idea de darle un cambio a mi vida, todos mis amigos decían que eso por allá
era muy bonito.
Al llegar a la ciudad comprendí que viven con muchos afanes temores, la vida es más cara. Con mis ahorros, monté una panadería pero
quebré por que no se ganaba bien y los ahorros se estaban acabando.
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Entonces llamé a unos amigos de mi pueblo
para pedirles ayuda y me hicieran puente con unos distribuidores de droga para que les
ayudara con las entregas dentro de la ciudad. Empecé a trabajar con ellos y surtía las ollas de
micro tráfico del centro y Kennedy; así estuve por dos años; me pagaban bien, pero ya me
estaba “calentando” (mostrando mucho) con los policías, y con los consumidores porque yo no fiaba.
Me alcanzaron a hacer dos atentados fallidos, y
con mis ahorros, alcancé a comprar unas propiedades en la capital. Entonces, mis
patrones me ofrecieron que fuera a Costa Rica a llevar una droga; me dijeron “que todo estaba cuadrado allá” y que ellos se encargaban de
subirla a los Estados Unidos. Así alcancé a hacer dos viajes sin ningún contratiempo; en el
primero, llevamos la cocaína en maletas; en el segundo, dentro de unas artesanías y para el
tercer viaje, se escondió la droga en unas obras de arte, pero la detectaron los perros y me dieron captura en flagrancia, me atraparon con
la droga en el Aeropuerto El Dorado de Bogotá.
De esto ya hace 12 meses, al investigarme, también me hicieron extinción de dominio, me
quitaron mis propiedades y, en éste momento no tengo nada de dinero, todo lo perdí.
Mis jefes, inicialmente me ayudaron con la contratación del abogado y sus honorarios con
la única condición que no los nombrará.
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Hoy me encuentro condenado a una pena de 96 meses.
Las garantías que se obtienen a través de los negocios ilícitos son grandes, pero a la vez
son volátiles y efímeras, tal como reza en la cultura popular de nuestros abuelos, el dicho: “Pan para hoy y hambre para mañana”.
Lo único que si es grande y relevante son los
sufrimientos de nuestras familias, las malas decisiones y el tiempo que vamos a estar tras
unas rejas. “La libertad no tiene precio”.
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SOY INOCENTE.
Mi nombre es Wilson, tengo 38 años una
esposa linda y tres hermosos hijos, que los amo.
Toda la vida trabajé como mensajero
motorizado en restaurantes, droguerías, pizzerías y en empresas; no ganaba mucho dinero y mi familia es algo grande. Yo quería
comprarles su casita y brindarles estudio a mis hijos, para que algún día en el futuro sean
alguien y no sigan los pasos de sus papás. Los mensajeros conocemos a mucha gente de toda
clase, así que unos amigos me hablaron de ganarme una buena plata y si hacía las cosas bien no tendría problemas. Uno con tantas
necesidades se tienta, no piensa bien las cosas y se deslumbra por lo que se va a ganar.
Me explicaron que la droga la llevaría en mi
organismo, es decir, tragada. Esa parte ya NO me gustó, pero dijeron que no tendría problema, que era seguro, que todo estaba bien
empacado, y continúe el proceso; en dos semanas ya me tenían papeles y tiquetes para
viajar a Argentina. Me pidieron que comiera suave y faltando dos días para el viaje, me
llevaron a un apartamento del norte donde me dieron bananos y uvas congeladas, para dilatar la garganta y, luego me dieron 30 condones que
contenían cada uno, 15 gramos de cocaína, para que me los tragara, y al día siguiente
volara; ellos me ayudaron a pasarlas y todo quedó listo.
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Al día siguiente, en el aeropuerto todo iba bien
y mis maletas pasaron la requisa; pero cuando me dijeron que entrara a la máquina de Rayos
X, me devolvieron porque decían que en mi abdomen se veían como burbujas. Me
preguntaron que cual era la comida del día anterior y yo les contesté que comida normal,
desayuno y almuerzo; me pidieron que me acurrucara, subir y bajar como cunclillas y luego me dejaron continuar hacia la sala de
embarque. A los 20 minutos me volvieron a llamar para que volviera a pasar por la
máquina de Rayos X y allí me hicieron quitar el cinturón nuevamente y ponerme en puntas de
pies y subir lo más alto posible el abdomen; en ese momento el policía me dijo que yo estaba cargado de droga. Yo le dije que no, y me pidió
que volviera a pasar por la máquina y a su vez, llamó a más de sus compañeros; yo me puse
pálido y volví hacer el ejercicio. Todos dijeron que estaba cargado, me llevaron para una
oficina a interrogarme y me indujeron para que expulsara la droga. En ese momento empezó mi calvario, me llevaron a la URI (Unidad de
Reacción Inmediata), realizaron la legalización de captura y luego me trajeron a la Modelo de
Bogotá. En este momento, estoy solo, los amigos que me hablaron del negocio no
aparecen y mi familia destruida porque yo era el que trabajaba y les proveía para todo.
Luego me enteré, que conmigo, se “cayeron” otras dos personas y que los tres habíamos sido
entregados a través de llamadas telefónicas y de fotos de nosotros a través de correos web.
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Muchas veces, damos rienda suelta a las ambiciones y deseos materiales, sin importar
los riesgos y el mal que podemos causar a los demás, y a aquellos que amamos; casi
que autodestruyéndonos de forma invasiva al ingerir y transportar sustancias
alucinógenas en nuestro organismo. Finalmente, las grandes damnificadas son
nuestras familias, porque tarde que temprano, van a tener que visitarnos en una
cárcel o en un cementerio. No alquilemos nuestros cuerpos así prometan todo el dinero
de este mundo, ya que nada justifica el dolor y la ruina que le acarreamos a nuestros seres queridos y el dolor de perder la
libertad. Hoy purgo una condena de 68 meses de prisión.
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COMO SE LLEGA A SER UNA MULA.
Por una mala decisión en mi vida y optar por
un mal camino, en éste momento me encuentro recluido en la cárcel Modelo de Bogotá, lejos de
mi familia y de todos los que quiero.
Soy caleño, toda mi vida he sido mecánico automotriz y tengo dos hijas de 4 y 8 años de edad. Ellas actualmente viven con mis padres
en el distrito de Agua Blanca y son el motor de mi vida pero por causa de mi decisión errada,
hoy están muy lejos y no quiero que vengan a verme aquí.
Mi historia comienza hace tres años cuando llegaron a mi taller unos amigos solicitando que
le hiciera a unos vehículos que tenían unos compartimentos secretos debajo del motor para
transportar droga. El diseño que yo les realicé les gustó mucho, tanto que me trajeron más
carros de otros amigos; se fue dando más confianza, al punto que ya hablaban conmigo acerca del negocio sin rodeos.
Los negocios en Cali estaban muy pesados, el
comercio estaba quieto y no había nada que hacer en la parte “legal”, las deudas no daban
espera; al hablar con mis amigos me dijeron que trabajara con ellos en la distribución y entrega de drogas, por ende adecué mi propio
carro con unas buenas caletas. Ellos me pagarían bien y además, me presentaron a los
contactos.
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Me contaron al detalle lo que debía hacer y
cómo hacerlo; inicialmente distribuí en Cali, Palmira y Tuluá; luego me enviaban más lejos,
como a Popayán, Pasto y el Eje Cafetero; me hacía más o menos tres viajes por semana, el
dinero empezó a verse más en mis bolsillos.
Mi forma y estilo de vida cambió, pensaba que había cogido el cielo con las manos (dinero, lujos,
mujeres y licor); en ese espejismo, se convirtió mi
vida.
Un día, mis jefes me comentaron que tenían la posibilidad de proveerles droga a los mayoristas
de Bogotá; les pareció bien y, me preguntaron que si me le media a transportarla hasta Bogotá, ellos, me doblaban la paga por viaje.
Con esas condiciones, yo realicé varias
entregas en Bogotá sin ningún contratiempo. Lo único que no me explicaron fué que los
mayoristas tenían otros proveedores de otras ciudades y la producción de mis jefes les habían disminuido los pedidos a esos otros
proveedores, para podernos entrar al negocio, lo cual les molestó e iniciaron las rencillas entre
nosotros hasta llegar al punto de amenazarnos, y conformarse tres bandas delincuenciales de
las cuales, cinco personas murieron por el ajuste de cuentas.
Esta situación de sangre y fuego, duró cuatro meses, hasta que los mayoristas pararon esta
situación y nos llamaron a la cordura. Para ello, nos asignaron a cada proveedor unas
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cantidades específicas de producto; esto
funcionó muy bien por un tiempo, hasta que entre nosotros empezamos a vender las
entregas de los demás con las autoridades (sapeando unos a los otros) así se cayeron más de
100 kilos de drogas, y retornaron los problemas.
A mí, me entregaron (me sapearon) mis enemigos con 20 kilos de cocaína, que llevaba en mi
carro, justo ingresando a Bogotá por la autopista sur. Mi gente lo único que me pidió,
era que no diera nombres, ni rutas, es decir que no sapeara nada; que ellos se encargaban
de todo, que mi familia es muy bonita y numerosa y que no los expusiera. En este momento estoy negociando un preacuerdo de
allanamiento a cargos con la justicia, que por lo menos me obliga a veinte años de cárcel...
La avaricia y la sed de poder, muchas veces
nos hacen cometer faltas y vivir situaciones que riñen con nuestros principios, pasando por
encima de los demás sin importar las familias, ni el dolor que podamos generar. En muchas ocasiones, pensamos que podemos hacer
justicia por nuestra cuenta creyéndonos unos súper héroes que tienen el mundo a sus pies,
todo esto es un espejismo, ya que la realidad de la vida es totalmente opuesta, y uno lo
aprende con creces cuando llega a la cárcel, destruido y sin ilusiones de un futuro, tratando de sobrevivir para rehacer una vida.
nuevamente.
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UNA FARSA Y UN MONTAJE.
Mi nombre es Miguel, nacido en España
Granada, donde nació Federico García Lorca. Soy de una familia humilde, me casé; fruto de
ello, tengo dos hijos aunque luego me divorcié en el 2006, y tengo una buena relación con mis
hijos, pero mi esposa no me habla. Trabajaba en decoración de vidrios, trabajé
durante ocho años; fué cuando tuve problemas con mi patrón; estuve trabajando dos años
independiente e hice yo mismo mi propia empresa, en la cual algunos compañeros que
trabajaron con mi ex patrón, trabajaron conmigo durante un año.
A ellos no les podía pagar el seguro, y en temporadas me iba muy bien, pero no podía
tener trabajando a tanta gente; después llegó una carta del Estado Español donde me decían
que debía veintidós mil euros, y yo no lo podía creer, tuve que pedir “un préstamo”.
Me presentaron a Daniel, que es de la Ciudad colombiana de Medellín; él fue el que me hizo el
favor, se me juntaron los gastos y no pude sostener más la empresa y no podía pagarle a
Daniel y él me estaba exigiendo su dinero que eran treinta mil euros. Me ofreció un trato para poder pagarle la deuda, me explicó que tenía
que llevar una maleta desde Medellín a Venezuela, llena de droga. Yo en ese momento,
no tenía otra manera de pagarle, y ya me habían dicho que era una persona de armas.
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Y con esa intimidación y mi familia de por
medio, yo lo tuve que hacer. Daniel, me compró el boleto de avión, me dió para los viáticos y en
una semana ya estaba de vuelta. Al principio estaba muy asustado pero gracias a Dios “todo
salió bien”. Al llegar a Venezuela ya Daniel me estaba esperando.
Le entregué la maleta y me dijo: “muy bien, ya ves que todo te salió bien, queda saldada tu
cuenta”. Nos hospedamos en un hotel y a la mañana siguiente, me dijo que si no me
gustaría hacer otra vuelta, dentro de una semana y me dijo “para que no te vayas con las
manos vacías” pero esta vez, la vuelta era desde Venezuela hacia Madrid (España).
El pago, eran los mismos treinta mil euros, yo quería tener nuevamente mi empresa, así que
sin razonarlo con cautela, acepté. Esa ambición, aunque sana, fue mi peor consejera y
se convirtió en el peor error de mi vida; ya que no tuve suerte, porque al pasar por inmigración en el Aeropuerto de Venezuela, me detuvieron,
los perros me detectaron la maleta, y no tuve ninguna oportunidad. Llegaron directo a mí, me
llevaron a la cárcel de Venezuela; estuve en prisión durante treinta y dos meses, de los
cuales cumplí veinticuatro físicos y seis meses de descuento redimiendo pena, yo salía con el último beneficio del cual te piden un apoyo
familiar y un trabajo, llamé a mi amigo de cuarto y ¡oh sorpresa! resulta que mi amigo me
robó.
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Yo tenía un carro, el cual quería vender para
ayudarme y poder salir y resultó que me robó todo, la mayor parte de los inmuebles eran
míos y me dejó sin nada; le estuve llamando y ya nunca más me contestó al celular; los
beneficios los dan cada tres meses y hasta que salí con el último beneficio, no más tenía que
dar un domicilio. En la cárcel conocí mucha gente de varios
países incluyendo de mi país –España-. Yo conocí un gitano, el cual, me presentó a tres
hermanos de Cúcuta: ellos fueron los que me ofrecieron el hospedaje al salir de la cárcel. Ya
estando con ellos me propusieron un viaje, pero esta vez era muy diferente, no era una maleta sino droga ingerida, llevarla en mi estómago;
eran unas pepas liquidas. Me dijeron que eso no tenía problemas; eran como gelatinas más
duras; me dieron dos opciones una para salir de Argentina y la otra por Bogotá. Yo me sentía
obligado a ayudarlos, en gratitud, por la ayuda que me brindaron y aparte no tenía dinero para regresar a mi país, por lo que acepté con la
única condición de que era mi último viaje, que ya no regresaría, y ellos aceptaron.
Ellos me convencieron de salir por Bogotá,
acepté porque estaba más cerca y, la verdad, yo ya quería regresar a España. Salí el seis de octubre de Cúcuta y estuvimos haciendo
paradas antes de llegar a Bogotá; llegamos el doce de octubre y me llevaron a una casa de
alquiler.
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Yo salía el veintiuno de octubre; ese día a las
diez de la mañana se presentaron con veintiún condones llenos de agua para hacer una
prueba, salió todo bien; y luego trajeron treinta dedales con la cocaína líquida, ellos me dijeron
que tenía que tragarme veinte, con esto me iban a pagar ocho mil euros, pero que si me tragaba
veinticinco era mucho mejor; me los comí y luego quisieron que me comiera treinta y no acepté.
A las siete de la tarde terminé de comerme los
veinticinco dedales, me bañé y descansé un rato. Al irnos, me acompañó un amigo que
conocí en Venezuela, ellos me dijeron que si llegaba a caer me sacaban, que contaban con abogados, que estuviera tranquilo.
Me despedí de ellos en el Aeropuerto, pasó todo
bien; ya en la sala de espera, empezaron a abordar los pasajeros. En ese momento, llega
un policía vestido de civil, me pidió los documentos y me preguntó que para dónde iba. Presenté un salvo conducto de la embajada
Española, me dijo que lo esperara, estuvo llamando durante tres minutos y después me
dijo que lo acompañara a la máquina de rayos x, me dió un papel a firmar, lo firme sin saber
que estaba firmando; como yo estaba tranquilo, pasé una vez por la máquina y me dijo el policía: “tranquilo, que tú ya no viajas”; y se
retiró. Como a los quince minutos llegó, me volvió a pasar otra vez, me arrimó la maleta y
me leyó mis derechos.
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Llamé a mi amigo dándole la noticia de que me
detuvieron llevando droga; mi amigo se llama Enrique el cual conocía a los tres hermanos,
para que se contactara con ellos. Él ya había trabajado con ellos; como a las once y treinta
me llevaron al hospital y me pusieron un suero; yo no quería porque le tengo pánico a las
agujas. A las ocho de la mañana yo ya no aguantaba más, mis compañeros, que estaban ahí detenidos, eran cinco personas, dos
colombianos y tres españoles, me decían que aguantará más, que pasaran las treinta y seis
horas. Hasta el mismo guardia me decía que aguantara; me dijeron que antes de que llegara
yo, ya había una muchacha que venía con su cuñado, que ella no la libró y el sí, él iba para Hong Kong. No aguanté más y solté las
primeras cinco pepas: pesaron 355 gramos. Yo sacando cuentas si me hubiera tragados las
treinta, hubiera sido mil ochocientos gramos.
Los hermanos me habían dicho que solamente iba a llevar un kilo. Me mintieron; al día siguiente me encontré a Manuel, un preso que
estaba en Venezuela. Como a las dos de la tarde, me hicieron la primera audiencia.
Llamé a Enrique porque su mujer era abogada
y yo nada más llevaba 50 euros. Yo acepté cargos a la primera. En el transcurso de mi “legalización”, expulsé cinco dediles más y se
los entregué al guardia. Un guardia me dió sesenta mil pesos colombianos, por los
cincuenta euros, él se quedó con lo demás y me dió la oportunidad de comprar algo de comida.
NO seas MULA
103
Al viernes siguiente nos llevaron a la URI. En el
hospital uno de los hermanos me visitó y me dijo que no me preocupara; me dieron
cincuenta mil pesos. Ya en la URI empezó el calvario, con la gente que llegué éramos cinco,
comíamos lo que la gente nos regalaba; durante ocho días llegaba gente y a otros se los llevaban
a los centros carcelarios. A mí y a otros dos compañeros no nos llevaban porque no teníamos más que el salvoconducto. Solamente
cada cinco días nos daban permiso de meternos a bañar.
Llamaron a la embajada y no se presentaban
porque en el papel decía que éramos presuntos españoles, no teníamos una plena identidad. Se presentó una sargento, una mujer gorda y le
dijo al INPEC que si ellos no se hacían cargo de nosotros, ellos nos tenían que dejar en libertad;
lo cual no sucedió, yo tenía la esperanza que eso pasará. Al día siguiente llegó el INPEC y nos
sacó, ocho personas para la Modelo y siete para la Picota, a mí me habían dicho que yo iba para la Modelo.
Al llegar, solamente bajaron a seis y a mí no
me bajaron, no me aceptaron y me llevaron a la Picota. Allí me quedé en las celdas primarias
durante dos días; al día siguiente por la tarde me llevaron al Erón, allí estuve un mes y medio y el dieciséis de diciembre del dos mil once
llegué a la Carcel Modelo de Bogotá. En el Erón de la Picota, a las cinco y treinta de la mañana
abrían las rejas y a las siete de la mañana ya teníamos que estar bañados.
NO seas MULA
104
Nos dejaban hasta las once y treinta de la
mañana en el patio, a las cuatro y treinta era la última contada y a las cinco y treinta de la
tarde ya estábamos todos en las celdas hasta el siguiente día. En las celdas hace un frio
endemoniado. En las celdas primarias de la Modelo, que son asquerosas y sucias, estuve un
día y medio; ahí me encontré a dos sevillanos; después los hermanos me mandaron cincuenta gramos para que me rebuscara. Ahí tuve
problemas con un gitano, al mes y medio conocí a Ferrari, otro español, con él conviví como mes
y medio porque jamás aseaba la celda.
Además, aquí conocí al Indio, el dueño de la lavandería, la cual él me la ofreció en quinientos mil pesos. Como yo no tenía, se la
vendió a Li, con la condición de que yo trabajara con él; después de siete meses, la
vendió y le hizo el mismo trato y yo ganaba veinticinco mil por semana; después se la
vendieron a Domínguez, en cada venta yo me iba quedando a trabajar; después se la vendieron a Víctor y él me pagaba cuarenta mil
semanales, con él estuve un año hasta que se la vendió a Ricardo un Mexicano. Con Ricardo
tuve un problema, porque Víctor me dió a guardar doscientos cincuenta mil pesos,
cuando regresó Víctor me dio otros doscientos cincuenta mil pesos y me dijo que los guardara junto con los otros, porque era para pagar al
guardia algunos “asuntos”, (Víctor ya era el pluma
del patio) y cuando fui a guardar el dinero ya se
habían desaparecido.
NO seas MULA
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Víctor me hizo responsable por el dinero, yo
tuve que pagar ese dinero siendo que otra persona se lo robó, porque en la lavandería
estaban tres personas, mi patrón era Ricardo pero otra persona que trabajaba ahí era el
responsable pero nunca le hicieron nada.
Un día llegó el pluma, a darme a guardar cien gramos de coca, los guardé en la lavandería y me vió una persona. Se percató donde los
guardé y de inmediato me sapeó, (me acusó) con Ricardo y por eso me despidieron. Entonces yo
me puse a lavar la ropa, me hice independiente, me he ganado la vida en la cárcel, arriesgando
mi vida, escondiendo droga de otras personas. El veinte tres de mayo me llegó la orden de la
condicional, el juez me ordenó pagar una multa de tres salarios mínimos de los setenta y tres, a
los que me habían condenado.
Yo tenía un dinero que había ahorrado, más un poco que me prestaron. Conseguí un millón cuatrocientos mil pesos, en el último año que
estuve preso conocí a Marisol por teléfono, la apunte en el visitor y en el tiempo que llevo
conociéndola vino a visitarme dos veces, la última vez que vino fué el veintisiete de mayo,
como era la única persona que conocía y le tenía confianza, ella se ofreció para ir a pagar la multa y que ella me prestaba los otros
cuatrocientos mil para completar lo que faltaba. Yo se los dí confiado, y resulta que no pagó la
multa, me abandonó y no he sabido nada de ella, en resumen me robó.
NO seas MULA
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Todo esto que me pasó, me pasó por
confiado. Yo estaba bien trabajando solo, ganando lo normal en mi empresa, como
autónomo, yo ganaba lo básico, y por confiar en las personas, confié en mi socio, confié en mi amigo de España, confié en los tres
hermanos; confié en Marisol y me robó; y la moraleja de mi caso, es que no se puede
brindar la confianza tan fácil, se confía uno demasiado y te hacen creer que este trabajo
(mula) es muy fácil y nunca se piensa que llegará el día, que se paga todo con creces.
NO seas MULA
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SOLEDAD NO PROVOCADA.
Mi nombre es Jesica, tengo en la actualidad 28
años Y soy miembro de la población LGBTI. Mi historia de vida mundana inició a muy
temprana edad, a los 15 años. Estando en el colegio se me despertó el deseo por personas de
mí mismo sexo (hombres); como soy de una ciudad intermedia (Ibagué) donde uno se conoce con todo mundo, y a su vez mi familia es
prestante y de gran abolengo, todo lo que viví en mi adolescencia fue muy difícil y oculto ya
que nadie podía saber de mi condición homosexual; llevé una doble vida por un par de
años, hasta que unos amigos conocieron la verdad y me empezaron a extorsionar. Mi familia en ese momento conoció mi secreto y
me relegó hasta el punto de quererme sacar del país para evitar el escarnio público; yo me fuí
para Medellín a vivir con unos amigos de mi misma condición LGTBI; mi familia me olvidó
por completo debido a mi condición homosexual.
Ya en Medellín, hice todo para conseguir mi sustento, desde hacer aseo en casas y bares,
cursos de belleza y prostitución, todo esto acompañado de alcohol y drogas. Mi vida fue
cayendo a un profundo abismo sin retorno; un día mi pareja y unos amigos me plantearon un negocio fácil y muy lucrativo para ganar unos
buenos pesos. El negocio era llevar unas maletas con doble fondo a España, todo me lo
describieron tan sencillo que no podía decir que NO.
NO seas MULA
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Viajaría por dos semanas con todos los gastos
pagos y ganaría veinte mil dólares. Yo que todo lo tenía en mi casa y en ese momento en la
calle con tantas necesidades, no lo pensé mucho para tomar la decisión de arriesgarme a
continuar con el negocio.
Me llevaron con otras dos chicas por una semana a un apartamento a la salida de la ciudad donde teníamos todo para el viaje, desde
ropa nueva, Euros para el viaje, pasaporte y tiquetes. Nos explicaron todo lo que debíamos
decir y hacer durante el viaje a Europa; estábamos como presas porque no nos dejaban
salir, tampoco llamar y siempre estuvimos acompañados por 2 hombres que nos cuidaban todo el tiempo. Un día antes del viaje, mi novio
fue a visitarme y me dijo que todo estaba organizado en los aeropuertos, que me fuera
muy bonita para que no me molestaran con preguntas.
Al día siguiente nos llevaron al aeropuerto de Rio negro y esperaron hasta que ingresamos a
la sala de embarque. El vuelo salió sin ninguna novedad, no me preguntaron nada. La siguiente
escala fue en el aeropuerto El Dorado de Bogotá pero por mal tiempo el vuelo no salió y esa
noche nos llevaron a dormir a un hotel cercano. Yo retiré las maletas para cambiarme y, al día siguiente sobre las 10:00 AM nos llevaron
nuevamente al aeropuerto para continuar nuestro viaje; pasé mis maletas, no me dijeron
nada e ingrese a inmigración. Allí me dijeron que esperara un momento.
NO seas MULA
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A los 10 minutos llegaron dos hombres y una
mujer policía y me pidieron que los acompañara a una oficina para verificar mis datos. En ese
momento, me asusté un poco, pero continué. Al momento trajeron mis maletas, verificaron los
stickers y me preguntaron si eran mías. Yo dudé al momento de contestar pero lo acepte;
las destaparon y empezaron a verificar su contenido en compañía de más policías y dos personas de civil que llegaron después. Pienso
que eran de la oficina de Derechos Humanos porque verificaban que los procedimientos se
hicieran bien. Me leyeron mis derechos y me informaron que iba a ser entregada a las
autoridades por tráfico de sustancias ilícitas. Yo llevaba dos kilos de cocaína pura
distribuidos en dos maletas. A partir de ese momento mi vida, mi pareja y mis amigos se
perdieron, se esfumaron…
Alguna vez, me ubicaron y se comunicaron conmigo para pedirme que no los involucrara, que ellos luego me sacaban del problema; de
eso ya hace seis meses y no han vuelto a aparecer.
Dentro de un mes me llevaran a la audiencia
para dictarme sentencia condenatoria. En éste momento me encuentro sola, sin ayuda de nadie, en una ciudad donde no conozco a
nadie y mi familia no sabe del problema. Tampoco quiero que se enteren y se
avergüencen todavía más de mí.
NO seas MULA
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Al parecer, me van a condenar a 96 meses de prisión y ahora comprendo en mi soledad
y mi angustia, mi dolor y mi situación, que la familia es un gran tesoro que todos tenemos,
siempre estarán con nosotros en todo momento apoyándonos y brindándonos una
voz de aliento si estamos mal, pero yo siento vergüenza de acercarme a la mía…
Los verdaderos amigos no nos llevan por un mal camino, ni nos hacen propuestas
oscuras y amañadas donde siempre seremos los chivos expiatorios. El dinero fácil siempre
vendrá acompañado de ruina, desolación y tristeza, no participes y no apoyes estos “negocios” que lo único que hacen es
descomponer, y destruir cada día más nuestras familias y hacernos esclavos de
nuestros actos.
NO seas MULA
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POR AMBICIÓN.
Mi nombre es Julio, tengo 29 años y soy de
Morelia Michoacán, México. Soy el menor de cuatro hermanos y todos en mi familia estamos
muy unidos. Mis padres fallecieron ya hace 17 años, ambos de cáncer.
En mi familia, todos somos profesionales; yo soy abogado (Licenciado en Derecho), estudié
en una universidad de la ciudad de México y, hace algunos años atrás, radicaba en D.F.,
laborando en mi área y ayudando a mi hermano mayor Federico en algunos casos, él
también es abogado. Yo venía muy bien y económicamente no me iba mal me desarrollaba en mis procesos, en un medio
bueno, económicamente hablando.
Contaba, con varios amigos y amigas de diferentes edades, me gustaba salir a divertirme
a tomar unas copas en buena compañía de mis seres queridos. Un día jueves, hace más de un año, conocí en una reunión a unas personas de
otra nacionalidad que me hablaron y me cayeron increíblemente bien; esa misma noche
nos divertimos al calor de copas, baile y demás. Intercambiamos los números de nuestros
teléfonos y seguimos en contacto; al pasar el tiempo se fue dando más confianza en la supuesta amistad. Un día, en una conversación
con uno de ellos, me empezó a contar poco a poco lo que hacía, o mejor dicho, a que se
dedicaba este hombre; me insistía que si a mí no me interesaría hacer negocios con él, porque
NO seas MULA
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se daba cuenta que a mí me gustaba mucho
viajar en planes de placer y de trabajo. Yo le contesté que no me interesaban negocios
ilícitos porque yo quería mucho mi carrera profesional y personal; el tema ahí quedó y
luego conocí a otros amigos, de esta persona. Pasaron los meses y yo seguí con mis amigos y
mis actividades. Me salió un viaje para acá a Colombia, por
trabajo con un empresa que trabajaba con el buffet de abogados de mi hermano, a una
asesoría y con trabajo de alta gama; curiosamente estando aquí, me contactó por
mensajes una de estas personas que sí estaba en Colombia; lo supe porque en el display del celular aparecía zanahoria: que me encontrara
con un amigo de él, que si le podía hacer un favor a su conocido de llevarle unas cosas para
la ciudad de México.
Yo traía dos maletas, con suficiente espacio para llevar las cosas (Ropa) para llevármela; pero éste “amigo y conocido de mi otro amigo”
revisó y chequeó cuidadosamente mis maletas y acomodó las cosas en mis maletas; faltaban dos
días para regresarme a mi país.
Al siguiente día, después de dejar sus cosas en mi hotel, yo me fuí al centro de Bogotá, a comprar artesanías, café, otros artículos para
llevar a regalar a mis conocidos, y de regreso al hotel a guardar mis cosas, a descansar y en la
noche poderme encontrar con esta persona, porque me invitó a cenar.
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Conversamos, comimos algo rico y listo. Yo me
regreso a dormir porque al día siguiente salía temprano mi vuelo de regreso. De buena
mañana, tomé un taxi rumbo al Aeropuerto El Dorado de Bogotá. Llegué, me documenté y
registré, todo normal. Paso por migración y me sellan mi pasaporte y camino rumbo a la sala
de espera; pasaron unos minutos cuando me mandan a llamar, me buscan y yo me acerco normal y veo que tienen mi equipaje ahí y que
iban a chequear y revisarlo. Me dicen que si los podía acompañar, a lo que acedo y paso a la
oficina donde me piden que reconozca el equipaje; me piden que lo abra pero con la
sorpresa que mi equipaje no se abría, estaba como trabado el cierre de seguridad y “las cremalleras tenían pegamento”.
El policía me dice que él las abre y con sorpresa
que cuando rompe el equipaje dentro de mis dos maletas había droga en bloques.
A partir de ése momento, mi vida cambió totalmente y empecé a vivir este infierno. Mis
maletas reales nunca aparecieron, me procesaron como autor y dueño de la droga,
como el peor traficante de estupefacientes, con una condena de más de diez años cuando yo en
mi vida había probado ninguna droga ni había tenido problemas con la justicia.
Simplemente, me cambiaron mis maletas en un sucio montaje de ambición, y por eso estoy
purgando una condena que es absurda y mucho más, porque “sospechosamente” los
NO seas MULA
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videos que registran el trayecto de mi maleta,
tampoco aparecen, porque seguramente allí está la persona que hizo el “cambiazo de mis
maletas”, por una sucia ambición de dinero.
NO seas MULA
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PERDÍ MI HOGAR, POR MULA.
Me llamo Alberto Silva, tengo 35 años, nacido
en Guadalajara Jalisco, México. Soy casado y con tres hermosos hijos pequeños. Yo vivía en
una zona regular de clase media-baja, y me dedicaba a abarrotar y abastecer almacenes y
supermercados pequeños con productos de consumo alimenticio.
Disfrutaba mucho al lado de mi familia, de mi esposa, porque yo no tenía familia cercana. Soy
hijo único y mis padres habían muerto en un accidente; mi esposa tiene una prima, que está,
casada con un tipo que andaba en negocios sucios y traficaba; todo eso lo sabía la familia, y era un secreto a voces.
Un día, en un bautizo del hijo de la prima,
donde la fiesta fue excesivamente grande, aventaron la casa por la ventana, y el esposo de
la prima, se acercó a conversar conmigo; nos reímos, tomamos unas copas y conversamos por mucho rato y él empezó a comentarme de
trabajar con él, si yo quería transportarle dinero de una ciudad a otra y que me ganaba
un buen dinero. La verdad, no se me hizo nada complicado y me dejé convencer; así que le
empecé a mover dinero del mismo estado de Jalisco.
Pasó un poco de tiempo, yo seguía con mi negocio y trabajándole al esposo de la prima,
cuando un día me llevó a presentarme a un señor ya maduro de edad.
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Me llevan a su casa para que conversáramos y
que él quería conocerme; dentro de la charla, el señor me propone que trabajara de tiempo
completo con ellos, y que me pagaba más, pero que quería hacer una prueba conmigo. El tema
era que quería que viajara a la ciudad de (…) pero con escala en Bogotá, Colombia, para
llevar un kilogramo de cocaína a ese destino. Yo, la verdad, me negué a hacerlo, pero él
seguía insistiendo que la paga sería muy buena y volví a negarme. Cuando le volví a decir que
no me interesaba hacer el viaje, que porque a mí se me hacía muy arriesgado y que no podía
hacerle eso a mi familia; este señor le pidió al esposo de la prima, que si nos podía dejar solos, que quería hablar algo en privado
conmigo. El esposo de la prima se sale y esta persona me dijo que me mostraría algo y que a
lo mejor cambiaba de opinión; me acercó a él y me muestra en su móvil, una fotografía de mi
esposa e hijos, diciéndome que era muy bella familia y que pensara en el bien de ellos, que no les fuera a pasar algo malo…
Pensar, que les sucediera algo por una mala
decisión mía, era una encerrona. En pocas palabras, me amenazaba literalmente que, si no
hacia el trabajo, le podría pasar algo a mi hermosa familia. Pero si lo hacía, también defraudaba a mi esposa; era una elección de
pérdida total. La verdad yo me quedé paralizado y no sabía
qué hacer, esta persona me dijo que no aceptaba un no por respuesta.
NO seas MULA
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Además, me indicó con su mano que tenía 24
horas para salir del país rumbo a Colombia; cuando yo terminé de hablar con este hombre,
salí de inmediato a buscar al esposo de la prima, y él ya no estaba, me dejó ahí. La gente
de esta persona me llevó de regreso a casa. Ahí me dijeron que no fuera a comentar nada, que
solo tenía que hacer el trabajo “fácil”, que tenía que decirle a mi familia, que yo, iba a la capital al D.F. que con eso engañara a mi esposa, y
que le dijera que yo regresaba en una semana, por cuestiones de trabajo.
Al irse, me dijeron que, ellos pasaban al día
siguiente por mí y me llevarían al aeropuerto y me darían todo lo que necesitaba, (dinero, vuelo,
reservación, etc.) Amenazado y consciente de que
eran capaces de causarle daño a mi familia, me fuí a casa a preparar equipaje y salir. Llegué al
día siguiente a tomar el vuelo y por amor a mi familia lo hice; esperando a que no les pasara
nada malo y que todo saliera bien. Duré unos días aquí en Bogotá, tres para ser
más exactos. Pasados esos días, me llevaron 86 capsulas de cocaína líquida para ingerirlas.
Intenté tomarlas todas y no pude, solo pude tragar 53.
Y entonces, llegó el día de salir de viaje vía Madrid. Cuando documenté, pasé a migración,
llegué a la sala de espera y una mujer policía que perfilaba a los pasajeros me señaló a mí
para la revisión.
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Me metieron en una oficina, donde había un
scanner corporal y me indicaron que subiera a tomarme una fotografía de mi cuerpo. En
efecto, ahí se evidenciaban las capsulas en mi estómago e intestinos; en ese momento se me
acabó la libertad, y la felicidad de estar con mi familia. Se cerró el espacio de ver crecer a mis
hijos por algunos años, y ahora debo pasar 48 meses aquí, en este país, lejos de mi hermosa tierra.
Cuida a tu familia, no expongas o pongas en
peligro tu integridad moral por tomar malas decisiones y pierdas tu libertad. Disfruta de
la vida en compañía de tus seres queridos y amados.
Nunca te juntes o hagas relaciones con alguien que pueda poner en peligro tu vida, y
no confíes en la gente. Cuando viajes, cuida siempre tu equipaje.
No le lleves a nadie artículos que, por hacer un favor, tu vida se vea en un problema que te cueste la libertad y asegúrate que en el
aeropuerto, tu equipaje sea bien resguardado y chequea que todo esté en orden para evitar
estar inmerso en cientos de vejámenes que pueden durar muchos años.
NO seas MULA
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CUANDO SALGA DE ÉSTE INFIERNO.
Mi nombre es Patricio, tengo veintinueve años,
soy de clase media y mi historia comienza en Venezuela, en una ciudad llamada Mérida.
Allí comencé con un negocio pequeño de víveres y verduras, el cual creció rápidamente.
Lastimosamente, surgieron cambios políticos y se inicia el régimen de Venezuela, en el cual, se generan miles de persecuciones políticas, una
de esas, recae sobre mi persona. Todo porque no pienso como el gobierno y por alimentar otra
visión de pensar y sentir y por conocer otra forma de vida; entonces, mi negocio empezó a
decaer a raíz de dichas persecuciones, hasta tal punto que tuve que cerrarlo. En ese momento comenzó mi odisea, ya que tuve que gastar el
dinero que había ahorrado. Entonces apareció en mi vida la persona que jamás hubiera
querido que apareciera, su nombre es Pedro.
Este personaje, llegó con la “supuesta” gran solución a mis problemas financieros. Él tenía un carro de lujo, vestía ropa de marca, por lo
cual yo me preguntaba, con la situación que estaba pasando todo el país, cómo era posible
que una persona pudiera darse la vida que él se daba. Por supuesto, nunca me atreví a
preguntarle nada, solo era lo que yo pensaba, lo que sospechaba y lo que decían por ahí. Fue tanta la amistad, que me prestaba dinero
sin cobrarme intereses, hasta que llegó un momento en el que no pude pagarle, y en ese
momento cambió la amistad, y cambió la historia.
NO seas MULA
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Pedro me dijo cómo él había logrado acumular
tanto dinero en tan poco tiempo de su vida; él tan solo a sus veintisiete años, poseía una
fortuna incalculable. Me contó que tenía cinco carros último modelo, adecuados, para
transportar droga de la frontera de Colombia hacia la frontera de Brasil y Guayana y me
ofreció uno de los carros para transportar la droga; yo le dije que sí porque tenía que pagarle de alguna manera.
Con él, conocí toda Venezuela, hice un viaje y
afortunadamente tuve suerte y todo salió bien. Estuve en mi casa cerca de tres meses sin
saber de Pedro, hasta que un día por la mañana me llamó y me propuso otro viaje, pero en esta ocasión consistía en llevar una maleta
con droga hacia Europa.
Le pregunté que si era peligroso, y Pedro me respondió: “tranquilo, que si hiciste el trabajo
con el carro, lo de la maleta es un paseo, tómalo como unas vacaciones”.
Le dije que quería ver la maleta, antes de tomar una decisión y Pedro me respondió:
“tranquilo, no hay problema, déjame cuadrar esa vueltica”.
A la semana, me llamó por teléfono y me dice que va a pasar a mi casa. Le dije que sí, que ahí
lo esperaba. Cuando llegó, me recogió y nos fuimos juntos a tomarnos unas cervezas.
NO seas MULA
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Usted es mi ganador, me decía; no faltó la
bebida, ni tampoco las mujeres, disfrutamos durante dos días; por supuesto, yo no pague
nada.
Al tercer día me dice: vámonos para ir a ver la maleta. Llegamos a una casa muy grande y
muy bonita, salió una hermosa dama a la cual él le decía “tía”, nos invitó a pasar y me mostró la maleta y me dijo, conforme, yo le dije: “está
bien”.
Pedro comenzó a hacer los preparativos; me dijo que yo viajaría a Holanda, que unas
personas me iban a estar esperando allá, que cuando les entregara la maleta me pagarían ocho mil euros y me daría ocho días en
Ámsterdam. Además, me indicó, que yo salía en quince días, y como estaba comprometido para
casarme, decidimos casarnos antes de salir de viaje. Pedro fue mi padrino de boda, el cual
pagó todos los preparativos, ese fue mi regalo; pagó todo (casino, iglesia, banquete y regalos); a la semana de haberme casado, estuve pensando
mucho en los riesgos que podían suceder.
Completamente enamorado, decidí decirle a Pedro que este era mi último viaje, que ya
casado no quería arriesgarme. A él, no le pareció buena esa noticia; dudando un poco me dijo: “mañana nos vamos para Bogotá, porque
tenemos que ir por la droga” a lo cual le respondí que no me gustaba ese cambio.
NO seas MULA
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Pedro me dice no te preocupes, es igual que
salir por Venezuela, allá en Bogotá también todo está “cuadrado” con la gente del
Aeropuerto.
Yo me encontraba molesto por el cambio y, le había dicho a Pedro que no haría ese viaje, y al
cabo de unas horas, Pedro me convenció. Ya en Bogotá, pasó un inconveniente: no
conseguimos tiquete. Pasamos una semana tratando de conseguir un tiquete para salir lo
más rápido posible; la verdad, yo quería terminar ese “trabajo” rápido, extrañaba mucho
a mi esposa a la que llamaba a diario. Hasta que por fin encontramos tickets por
Avianca para salir en tres días. Llamé a mi esposa para avisarle que salía por fin en tres
días y que muy pronto regresaría con ella. Cuál sería mi desagradable sorpresa, cuando ella me
dijo que mi primo hermano se había matado en un accidente.
Entonces yo pensé ¡será una señal de Dios!
¿Me regreso, qué hago?
Le comenté a Pedro lo que había sucedido y él me dijo: “usted sabe cómo es éste negocio, no podemos perder ese tiquete porque si no ¿tú
sabes cómo se cobra?”. Una vez me dijo eso, pensé en regresarme pero no tenía dinero. Llegó
el día de salir y Pedro pensando que yo me iba a regresar, colocó a una persona para que me
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acompañara y que de paso me vigilara. Ésa
persona y yo llegamos al Aeropuerto; lo que Pedro nunca supo es que la persona que me
acompañó estaba embriagada y cuando llegamos al Aeropuerto comenzó a decir un
montón de incoherencias y a comportarse de una manera que llamó la atención de los
agentes del Aeropuerto que en ese momento estaban de turno.
Entonces, se nos acercaron y nos dijeron, buenas tardes señores, nos podrían
acompañar, vamos a hacerles un chequeo de rutina, por favor acompáñenos.
Me llevaron a una sala donde había una máquina de rayos x, me dijeron que me subiera
ahí para tomarme una placa. Al ver que no salía nada, tomaron la maleta y la pasaron
cerca de un perro; el animal se puso inquieto y me pidieron que la abriera. Ellos sacaron toda
la ropa y al darle una revisada exhaustiva, detectaron algo extraño, procedieron a pincharla con un punzón y lograron descubrir
la cocaína.
En ese momento me detuvieron y a la otra persona la dejaron libre ya que no le
encontraron nada. Hasta el día de hoy me encuentro encarcelado en la cárcel La Modelo de Bogotá; llevaba en la maleta tres kilos netos
y me condenaron a siete años de prisión.
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He llamado a mi esposa, pero ella no ha
querido venir a verme, y de mi “amigo” Pedro no sé nada.
Como yo siempre digo, Dios te ilumina el
camino y te vá señalando el camino, te advierte a través de señales; pero si tú no te
das cuenta de ello, es porque no quieres. Tuve la oportunidad de no haberlo realizado,
pero mi propia ambición, pudo más que el amor a mi esposa y mi familia.
En un sitio asqueroso como éste, uno aprende
a valorar la libertad, y aprende a extrañar y a anhelar a los seres queridos, a los que intentaré recuperar cuando salga de éste
infierno.
NO seas MULA
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CAMINO A LA MODELO.
Mi nombre es Valentino Velásquez, padre de
una hermosa hija de 7 años. Soy un ciudadano Español, con la nacionalidad colombiana y
tengo 37 años. Soy divorciado y mantengo buena relación con mi familia, padre y
hermanos. Mi historia empieza a raíz de que, en los
últimos 11 meses, mi situación económica fué muy dura, me quedé sin trabajo. Hacia
negocios y comerciaba, compraba ropa y la vendía pero no me alcanzaba el dinero para
nada. Mi situación se hizo más preocupante; un día,
un amigo de muchos años, me invitó a tomar una cerveza en un bar, aquí en Bogotá, y
conversamos de todo un poco.
Conversábamos muy tranquilamente, acerca de visión, de proyecciones de negocio, analizando opciones que se podían desarrollar.
Toda la conversación enfocada en mi caso para poder obtener un mayor ingreso económico; la
verdad se me escaparon algunas lágrimas, producto de mi desesperación. Mi amigo no
sabía qué hacer para apoyarme en mi crítica situación económica. De repente, me dice que él conoce a una persona que trabajaba “prestando
dinero”, pero que es algo -chueco de droga y dinero-, pero que desde su punto de vista
pensaba que era arriesgado.
NO seas MULA
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Que podía presentarme con este personaje,
pero que físicamente no podía ayudarme más.
Mi amigo, en realidad no mentía pues yo sabía que él no podía ayudarme económicamente y
mucho menos laboralmente. Yo me calmé un poco y pudimos seguir en la conversación, y le
volví a preguntar de su conocido, que me contara más acerca de lo que este personaje hacía.
Me dijo: “si te parece, yo le llamo y concreto
una cita con él para vos”. Inmediatamente, respondí que, en mi desesperación, no veía más
opciones a la mano, así que mi amigo lo llamó, y el personaje indicó que podría encontrarnos ahí mismo donde estábamos.
Al teléfono, le comentó un poco acerca de mí y
que si podía o tenía tiempo para vernos. Esta persona le responde que bueno y le pregunta
dónde estamos y que llegaba en cuarenta minutos. Efectivamente a los cuarenta minutos, este personaje llegó a donde estábamos. Era
una persona aparentemente agradable, al parecer amistoso, e inclusive con una presencia
fuerte y con una mirada de ser una persona segura de sí misma.
Empezamos nuevamente a conversar y a preguntar el por qué o de que quería hablar con
él; mi amigo le contó detalladamente acerca de mi situación económica y yo también le
comenté por encima lo que me sucedía en ese momento.
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Le hablé al respecto de mi necesidad de dinero;
este hombre, me comienza a señalar que era el “trabajo” que él realizaba. Consistía en
conseguir personas que se atrevieran a transportar droga a Europa (España, Francia, Italia
y Holanda). Al comienzo yo dudé, pero recordé mis problemas y la razón me abandonó durante
la conversación, así que yo le dije acerca de mi interés.
Obviamente él se percató de mi acento español y me indicó que era mucho más fácil pasar los
controles por el hecho de tener ciudadanía europea. Además, me dijo que el destino era
Paris (Francia); y que si quería en una semana aproximadamente, él organizaba todo para mi salida, que sus contactos arreglaban todo para
mi viaje; que él arreglaba todo en el aeropuerto con toda la gente que conocía aquí en Colombia
y en Francia para que no hubiera ningún problema.
La verdad, la seguridad con que hablaba hizo que a mí me pareciera muy confiable y me
habló con tanta elocuencia que le creí y obvio que mi necesidad me hizo creerle todavía aún
más.
Pasaron los días y éste señor se comunicó conmigo para decirme el día, la hora, el vuelo y dónde nos encontraríamos para darme viáticos,
conversar de cuánta mercancía llevaría y mi pago por el “trabajo”. Al día siguiente me llamó
para concretar una cita, puso una hora para vernos y conversar de los detalles finales del
NO seas MULA
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viaje y definir como quedaba todo. Nos vimos,
me dió el itinerario, me dijo que llevaría 7 kg en doble fondo en el equipaje, que eran dos
maletas, y que no la detectarían los perros, tampoco el scanner. Me indicó que mi ganancia
sería de 40.000 dólares libres al llegar a Paris. Que me recogerían sus socios y que no habría
ningún problema. La verdad, confié por necesidad y puesto que él
me demostraba tanta seguridad al hablarme, me indujo a confiar aún más.
Llegó el día y tenía todo listo para el viaje.
Pasaron por mí al hotel, me entregaron las dos maletas (equipaje) llenas de ropa. Yo revisé, minuciosamente las maletas, revise detalle a
detalle todo y “se veían normal”…
Llegué al aeropuerto el Dorado de Bogotá, me hice el check-in, todo como se hace. Yo me
comunicaría con él por medio de una Black Berry que él me había dado, para que estuviera en contacto en todo momento.
Me tenían vigilado para saber cómo iban mis
pasos, detalle a detalle en el proceso de migración con tiempo de antelación; mi vuelo
estaba a tiempo (Aerolínea Francesa) al estar caminando por las salas de espera.
En ese momento, en el Aeropuerto el “DORADO”, casi al empezar el abordaje,
escucho mi nombre y me mandan llamar.
NO seas MULA
129
Me bocean y me acerco “natural”, como si nada
pasara, pensando que necesitaban para abordar por mi tiquete, que era de primera
clase. Pero no fue así, resulta que era la Policía Nacional de Colombia, indicándome dos
Policías, que si los podía acompañar a la oficina, para una revisión de “rutina”; que
querían verificar mi equipaje y ahí me dí cuenta que realmente, no había nada arreglado, que me habían engañado y que me había caído por
idiota.
Y por confiar en esta persona, que hábilmente me convenció, ocurrió lo inevitable: me
legalizan la captura, me trasladan a la comandancia (URI de Engativá) y después de 23 días me pasan a la cárcel Modelo de Bogotá.
Aquí estoy, con una condena de 10 años y 8 meses de prisión, sin dinero y con más
problemas que antes.
Puedo aconsejarte, que si estás necesitado
de dinero, no tomes decisiones precipitadas por causa de la misma necesidad.
Decisiones que a la postre, ya no puedes echar para atrás; y terminarás algunos años en un encierro infernal en donde
experimentas situaciones nada agradables, soledad, tristeza, vacío, discriminación,
malos tratos, hambre y la desilusión de estar lejos de los que amas... como pensaba
yo, camino a la modelo.
NO seas MULA
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LA CONFIANZA ME TRAICIONÓ…
Soy Maria Ramírez, tengo 23 años de edad,
soy nacida en Apatungan, un Municipio de
Michoacán, México.
Era estudiante de la Licenciatura de Psicología
Educativa en una Universidad de México. Mi
novio es colombiano, llevábamos una relación
de un año, aunque él vivía en Colombia y yo en
México. Mi novio me pidió que viniera a
Colombia, porque quería casarse conmigo; yo
le comenté a una amiga que ya nos conocíamos
desde hace cinco años atrás. Le pedí a mi
amiga que me acompañara, y ella aceptó venir
conmigo, pues también tenía unos amigos aquí
en Colombia y aprovechaba para verlos y
visitarlos.
Entonces arreglamos todo, y viajamos a la
Capital del País, que era D.F. en México, y de
allá salir para Bogotá. El día 6 de mayo salimos
para Colombia, y llamé a mi novio para avisarle
que en cuanto estuviera en Bogotá, le llamaría
para que nos recogiera en el Aeropuerto.
Yo lo que quería era darle la sorpresa y que no
supiera cuando viajaba yo, así que nos
aventuramos y llegamos a Bogotá con mi
amiga. Cuando llegamos, lo llamé y no me creía
que ya estaba en el Aeropuerto.
NO seas MULA
131
Finalmente llegó a recogernos. Cuando me vió,
se sorprendió de verme y de que en verdad
había llegado. De ahí nos llevó a mi amiga y a
mí a un Hotel que se llama Bogotá In; ahí nos
hospedamos esa noche y al siguiente día
fuimos a conocer Galerías, que es un sector
comercial, y el día jueves fuimos a conocer el
cerro o monte de “Monserrate” que dicen que
es un volcán “dormido”. Estuvimos todo el día
paseando y conociendo.
Ese viernes, nos fuimos hacia el Sur, a la
frontera de Colombia con Ecuador, que se
llama Pasto e Ipiales, Cali. Conocimos el sitio
que se llama las lajas; y fue un viaje con
paisajes hermosos, de hecho es el mejor viaje
que he realizado con mi novio.
Al regreso a Bogotá, nos hospedamos en el
mismo hotel “Bogotá In”. Fue entonces cuando
comenzó mi tortura, puesto que mi “amiga”,
que me había acompañado, me dijo que al
regresarnos a México, teníamos que llevar unas
maletas con droga. Que si no lo hacíamos, los
“amigos” de ella, nos iban a matar. Al comienzo
pensé que era una pésima broma, y ya luego
me dí cuenta que no estaba jugando. Al día
siguiente de estar en Bogotá, aparecieron sus
“amigos”; nos dijeron que teníamos que llevar
una “mercancía” a México.
NO seas MULA
132
Yo me negué y les dije que no quería estar
involucrada pero empezaron a dar nombres de
mis familiares, y me amenazaban diciendo que,
les iban a matar si yo no llevaba la droga.
En ese momento, me desengañé y me percaté,
de que la que decía ser mi “amiga”, era un
monstruo que solo quería involucrarme y que
me había “vendido” con esas personas.
Yo comencé a tener mucho miedo y entré en
pánico. Desde ese momento, nos empezaron a
cambiar de hoteles, y mi novio no sabía
absolutamente nada de lo que estaba
ocurriendo.
Hasta que no pude más y le tuve que contar,
le expliqué la situación y mi novio me decía que
no lo hiciera, y yo le dije que amenazaban con
matar a mi familia. Que yo sabía que lo podían
hacer y que yo tenía que hacer esa entrega de
“mercancía”. Él me dijo que nos fuéramos
juntos, que cuando era la supuesta salida de
regreso a México. Yo le expliqué que mi salida
era para el 16 de Mayo; pero que esta gente
mala, ya me la había cambiado y que la nueva
fecha era el 06 de Junio.
El día siguiente de contarle a mi novio, fui con
él a su casa; cuando estaba allá, me hicieron
una llamada esos hampones y me dijeron que
NO seas MULA
133
me esperaban en el hotel, que me fuera para
allá. En efecto, allá me esperaba uno de ellos.
Me llevaron a comprar el tiquete de avión.
Ese día, no pudimos comprar los boletos, sin
embargo, a la hora de haberme dejado en el
hotel, uno de esos hampones me llevó dos fajas
que tenía que llevarlas en la maleta. Que si se
lo decía a alguien o le contaba a mi novio, mi
familia lo pagaría.
Me dijo ese hampón, que “ya todo estaba listo
y pagado, que ya habían arreglado”…Que
estuviera tranquila, que todo marchaba bien,
que no me fuera a despedir de mi novio; que él
también corría peligro.
Finalmente, al día siguiente, salí a las 10:00
am, para el Aeropuerto el Dorado de Bogotá;
fuí y compré el boleto para salir ese mismo día
y esos hampones me dijeron que esperara a
que me avisaran en que momento “exacto”
tenía que pasar por la aduana.
Y me fui a sentar en una cafetería para tomar
algo y esperar la “orden”. En ese momento
avisé a mi novio que ya me iba para México,
que pidiera a Dios por mí para que todo me
saliera bien.
NO seas MULA
134
Yo le decía a mi novio que tenía mucho miedo y
el me respondía que si yo lo deseaba, que él me
recogía de inmediato y nos escapábamos de
esos hampones, pero yo le decía que no,
porque mi familia estaba en riesgo. Yo le decía
a mi novio, que todo “iba a salir bien”, que
estuviera tranquilo.
Esperé a que fueran las 2:00 pm, del 09 de
Junio de 2014, pasé a la primera revisión y me
sellaron el pasaporte; luego, tenía que
atravesar los filtros. En ese momento, mi
corazón empezó a palpitar muy rápido y duré
más de cinco minutos para pasar el filtro.
Cuando llego ahí, meto mis maletas a la banda
de rayos X, y yo sabía que en ese momento me
iban a descubrir; y en efecto así sucedió, se me
acercó un Policía y me dijo que si yo sabía lo
que llevaba en la maleta.-Yo respondí que no
sabía de qué me hablaba-. El Policía, me dijo
que lo acompañara, me llevó a un cuarto y me
hizo pasar por una máquina para ver si traía
droga ingerida en mi estómago o intestinos. Me
revisaron en ese escáner y vieron que yo no
portaba nada en mi estómago, ni en mis
intestinos.
Luego, llegaron muchos Policías, y cada vez yo
tenía más miedo, y me dijeron que le iban a
practicar una prueba de narco test a la maleta
NO seas MULA
135
y determinar que sustancia era la que llevaba
en mis pertenencias. El reactivo salió positivo
para cocaína; en ese momento me dijeron que
estaba detenida, por el delito de tráfico de
estupefacientes; me leyeron mis derechos y me
dijeron que tenía que guardar silencio o que lo
que dijera estaría en mi contra y me iba a
perjudicar más; jamás llamaron a mi embajada
como corresponde.
Jamás siguieron el protocolo para extranjeros
capturados; mi embajada se enteró por los
noticieros. En ese momento, se me vino el
mundo encima. De allí, me trasladaron a una
Estación de Policía, URI (Unidad de Reacción
Inmediata); me empezaron a tomar todos mis
datos, y me dijeron que tenía el derecho a
hacer una sola llamada; y yo le hablé a mi
novio, y él no me contestaba, y comencé a
llorar, y me di cuenta de que me había
quedado completamente sola.
En ese momento, los Policías me decían que
llamara a mis familiares, a mis papas a México;
pero yo tenía mucho miedo de la reacción de
ellos ante mi situación. Entonces, los Policías,
le hablaron a mis padres, y yo comencé a
llorar; mi papá, solo atinó a decirme, que como
iba a ayudarme ahora, y yo lo tranquilicé y le
dije que no se preocupara, que solo llamaba
para avisarles.
NO seas MULA
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Les dije que yo estaba bien, pero por no
preocuparlos, porque estaba destrozada y fuera
de mí, las emociones me ganaron; entonces los
policías le explicaron a mi papá la situación;
me dijeron que no llorara más que tenía que
ser fuerte, porque venía todavía lo más difícil.
Yo pensaba que mi vida se acabó en ese
instante, en un país lejano, sin amigos, sin
conocidos y mi novio que no me contestaba al
teléfono.
Los Policías en su afán de salir victoriosos,
solamente me presionaban para darles los
datos, nombres y teléfonos de los hampones
que me habían mandado con esa droga en la
maleta; los datos de mi “amiga” y demás
información.
Y yo me quedé callada por miedo a que le
causaran daño a mi familia, por miedo a que
tomaran represalias en su contra. Luego de ese
pequeño infierno, me llevaron a otro, me
trasladaron a una delegación que era la URI de
Engativá; llegamos como a las 7:00 pm.
Ahí me tuvieron esposada por dos horas a un
pasamanos, hasta las 9:00 pm, que llegó una
Señora, que vino diciendo que era mi abogada
de confianza. Yo les dije a los policías que yo
NO seas MULA
137
no conocía a ninguna persona y mucho menos
abogada; así que se enteraron los policías que
yo estaba bajo una amenaza, y me empezaron
a custodiar entre cuatro policías que se
turnaban. Más tarde me brindaron una cobija
y tuve que dormir esposada a la intemperie en
un columpio, en un parque al aire libre, al
frente de la URI; al otro día me metieron a las
celdas. Allí estuve todo el día hasta que en la
noche me hicieron mi primera audiencia. En
esa audiencia, el abogado de Oficio, se dió
cuenta de que las horas de la supuesta captura
no cuadraban, y empezó a pelear eso con
fuerza. Estuvimos apelando eso en la
imputación; y la Juez dijo que yo era un peligro
para la sociedad, y que no me dejaba en
libertad y mucho menos me brindaba la prisión
domiciliaria porque yo era extranjera y no
contaba con un domicilio fijo aquí en
Colombia. Que debido a eso, me tenían que
trasladar a un reclusorio para mujeres; me
enviaron al Buen Pastor de Bogotá.
Desperté y me dieron permiso de bañarme, me
arreglé un poco, y llegamos a reseñarnos y
sacar huellas y fotos.
En ese momento, quería morirme, solo deseaba
que todo fuera una pesadilla horrenda; pero,
no era así; realmente, estaba entrando a una
cárcel en otro país.
NO seas MULA
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Ingresé a la Reclusión de Mujeres del Buen
Pastor de Bogotá el 11 de junio de 2014.
Luego, en la tarde, nos enviaron a otras niñas y
a mí a un patio que es el uno, hasta que nos
asignaran el patio en que íbamos a estar en
definitiva. Ese día en la noche, pensaba
solamente en que estaba realmente sola en otro
país y lejos de mi familia y víctima de una
horrible pesadilla.
Ya comprendía que era muy difícil salir de este
lugar horrible; al día siguiente, me asignaron al
patio 5º, y después de una semana, volví a
saber de mi novio.
Él fue a buscarme a la Embajada Mexicana y
allí le dijeron que yo estaba recluida. Y hasta
ahora, es mi novio, el único apoyo que yo tengo
en este país y en esta Reclusión de Mujeres en
Bogotá - Colombia.
Ahora, sé que estoy empezando a pagar una
condena que es fruto de mis errores y de mi
exceso de confianza porque me dejé
“deslumbrar” por la supuesta sinceridad de mi
“amiga”…
NO seas MULA
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La vida me pasa la factura por los errores que he
cometido, y aunque no merezco estar en una
cárcel en otro país, y estoy pagando algo de lo
que me acusan siendo inocente, no sé cuánto
puedo llegar a purgar en esta cárcel. Recuerdo
que mis padres, siempre me advertían que no me
confiara de las personas, que no fuera tan
excesivamente confiada, y sin embargo, mi
proceder era opuesto. Ahora por confiar
demasiado en la gente, estoy pagando el error de
mi carácter metida en esta cárcel, en un país que
no es el mío, lejos de mis padres, de mi hogar, y
con la imagen permanente del deseo y anhelo de
algún día volver a estar al lado de mis padres,
disfrutando de mi libertad y al lado de la
persona que amo.
NO seas MULA
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ME EQUIVOQUÉ.
Soy Johana, una ciudadana Mexicana, tengo 22
años, mi historia de vida inicia así:
Comienza el 11 de Julio de 2013, recuerdo perfectamente ese día; salí muy temprano de mi
casa, como era costumbre por mi trabajo, pero ese día fué diferente, porque en la noche de ese día, yo viajaría para Colombia.
Sin embargo, antes de salir para este país, yo
quería ir primero al Centro de la Ciudad ya que desde hacía unos días se desarrollaba una Feria
Mundial, en la Avenida donde se encuentra el Ángel de la Independencia en México, D.F.
La Feria, se llamaba algo así como “naciones amigas”. Me llamaba mucho la atención el
poder conocer el medio oriente, y sobretodo, algún día poder conocer la ciudad de Dubái,
conocer Siria, Jerusalém y todos esos lugares. Por eso, me pareció interesante ir a conocer esa feria y disfrutar todas aquellas muestras de esos
países que se reunían.
Había muestras de muchos países del mundo y el recorrido fue bien extenso y muy delicioso. Lo
pasé de maravilla, especialmente, había una muestra muy colorida de Colombia, el país que en la noche iría a visitar; era una de las
muestras más alegres y cálidas y vendían cientos de artesanías y además el reconocido
café colombiano de “Juan Valdes”.
NO seas MULA
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Esa noche, compré maquillaje, y cosas que a la
fecha no he abierto y siguen nuevas.
En el mismo recorrido, venían dos amigos, Juan y Bela, (Isabela). Esa noche terminamos
súper agotados pero muy felices y contentos de haber disfrutado la muestra en detalle,
comentando acerca de todo lo que comimos, aprendimos y conocimos de otros países.
Yo me fui para la casa de Bela hasta que anocheció por completo y me duché, me arreglé
bien linda y me fui con dirección al Aeropuerto Benito Juárez de D.F., pues mi vuelo tenía hora
de salida de la 1:00 am. Yo quería llegar temprano a Bogotá para salir a
buscar unas cosas bonitas, algunas que había visto en mi último viaje. Llegué al Aeropuerto del
D.F., me registré y entregué mi maleta. Luego seguí a la entrada para ir a la Sala de Espera, y
en ese trayecto, llamé a mi madre que desde el mes de mayo no veía, ya que ella está viviendo con mis dos hermanos pequeños en otra ciudad,
porque ellos estudian y ella había venido para apoyar a mi hermana, que había dado a luz a su
segundo hijo y la acompañaba en su recuperación del parto.
Me despedí telefónicamente de mi madre y quedé de regresar en exactamente veinte días.
Le dije que la quería mucho y que Dios me la bendijera mientras duraba mi viaje y por
siempre.
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Se llegó la hora de abordar el vuelo hacia
Bogotá – Colombia -, y tardamos cuatro horas en llegar a Bogotá. Como yo venía rendida de la
caminata por la Feria Mundial de Amigos, me quedé profundamente dormida durante todo el
vuelo.
Llegamos a las 6:00 am a Colombia, al Aeropuerto el Dorado de Bogotá; sentía un frio horrible y buscaba un W.C., porque el frio me
puso de riñones. Pasé por migración, seguí caminando y recogí mi maleta; me faltaba pasar
por aduanas, pero en esta ocasión, había algo diferente: para pasar por aduana habían
muchos Policías Colombianos y algunos con perros. Yo seguí caminando tranquila, se me acercó un Policía y me pidió mi pasaporte, y
noté que su aspecto al mirarlo, no era normal, así que lo mostró al Policía que iba junto a él.
Al encontrarme frente al Agente de aduana, de nuevo se me acercó un Policía, pero esta vez con
un perro, y me solicitó que si podía yo pasar a una requisa de “rutina”, a lo cual yo no me negué y accedí a una oficina, donde se
encontraban tres chicas, muy, muy nerviosas. Sin embargo, yo me senté a esperar, muy
normal. Llegó una señora como de apariencia de unos 45 años de edad. A mi parecer era muy
altanera, grosera y pedante. Para ser una mujer policía, era una vergüenza verla en uniforme, era pedante, prepotente y brusca. Nos llamaba
como a animales, y fue llamando una a una a las chicas que estábamos allí esperando.
NO seas MULA
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Nos revisó hasta la ropa interior, lo cual no sé si
era legal en ese momento o no. Nos hizo quitar los zapatos, las chaquetas, de la maleta, sacó
hasta el último alfiler. Contó la cantidad de dinero que cada una llevaba consigo, y yo seguía
sin saber que era lo que pasaba y no comprendía la actitud, grotesca, hostil y vulgar
de esa mujer; yo tenía otra imagen de las personas colombianas.
Al momento nos dijo que teníamos que esperar; regresó, con otra mujer policía, de nombre
Juliana, lo recuerdo bien. Nos levantamos de allí y sin mediar palabra nos llevaron a un lugar
arriba del aeropuerto, como si fuéramos para migración, y nos metieron a uno de esos cuartos, bastante oscuro; en ese cuarto, había
una máquina y un computador con un scanner, era un bodyscanner, que yo solo había visto en
las series de televisión.
Me asusté un poco, pero me mantuve firme y tranquila. Nos hicieron pasar una a una por ese scanner, y en cuestión de segundos, ese cuarto,
se llenó de Policías de Uniforme y otros de civil. Me puse todavía más nerviosa, pero seguí firme
para tratar de tranquilizarme. Me correspondió el turno a mí, me tocaba alzar los brazos y abrir
mis piernas, y yo me bajé de la máquina, y la mujer policía vulgarota, no me dijo nada. Y después de esa rutina tan degradante y
humillante, se nos acercó la policía vulgar y nos entregó unas hojas con unos documentos, para
firmarlos, y con ello podernos retirar.
NO seas MULA
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Cuando de pronto, uno de los señores que
estaba realizando la prueba, me hizo pasar alrededor de cuatro o cinco veces por la misma
rutina del scanner, y finalmente me preguntó que si yo llevaba más cantidad de dinero de los
10.000 dólares permitidos.-Yo, le contesté que sí- y la verdad era que yo sí traía más dinero del
permitido, que pertenecía a mis ahorros, pues yo rentaba unos vehículos de transporte pesado y los había vendido, porque el negocio estaba
decayendo y además, los hombres se pasaban de listos, por ser una de las pocas mujeres en el
negocio; además, llevaba tres años, trabajando de manera ininterrumpida y por ello tenía mis
ahorros, así que ese dinero lo traía para poder establecerme por un tiempo en Colombia. Mis planes eran de residir en otro país, y elegí a
Colombia, porque es un país hermoso.
Este viaje se consolidaba como un cambio positivo que yo buscaba en mi vida, como un
nuevo comienzo en otro país, en mi vida cotidiana. La rutina me tenía cansada y prácticamente no tenía tiempo ni para
dedicármelo a mí.
Físicamente pesaba 85 kilos, demasiado para mi rango de estatura y edad de solamente 22
años. Yo me convertí, por decirlo así, en el pilar de mi hogar pues mi padre falleció cuando yo tenía solamente cuatro años de edad; con mis
dos hermosas hermanas y una sobrina en camino. Y después de dos años, llegó el pilón,
(que así se le llama en México a la hermana menor); de todos, soy la mayor.
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Siempre tuve la responsabilidad de sostener a
mi familia, apoyarles y cuidar de ellos. Conforme íbamos creciendo, yo me hacia la responsable de
ellos en todo de manera integral. Nunca hemos vivido con lujos, y prometé a mis
padres que los cuidaría de manera responsable; siempre les enseñé a ganarse la vida de manera
digna y honrada. Por azares de la vida, yo me equivoqué y no
estaba haciendo lo correcto en ese momento. Es así como retomando mi historia en el
scannerbody, el Policía me ordenó entregarle el dinero a la policía vulgar. Lo hice como por
reacción, y le entregué de inmediato el dinero a la Policía, sin saber el problema en que me estaba metiendo, producto de esa situación. De
inmediato, me procedieron a leer mis derechos y que yo estaba detenida por el delito de lavado de
activos.
Emergió la noticia mentirosa en los medios colombianos de que yo traía dinero de los narcos, y eso no era así. Pero me dejaron la
imagen por el piso en los noticieros de Colombia, de hecho fué noticia casi durante tres días.
Los policías de civil me empezaron a preguntar
que con quien trabajaba yo, luego me hicieron firmar la hoja de autorización y de “buen trato”, luego supe que no debí firmarla así de buenas a
primeras. No sabía a donde nos llevaban a las otras chicas y a mí, pero algo era seguro, no iba
a ser lindo y tampoco rápido, me había equivoquado y ya no había vuelta atrás.
NO seas MULA
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Estuve en la oficina de la DIAN, (Dirección de
impuestos y aduanas Nacionales); luego en la tarde, me llevaron a la URI (Unidad de Reacción
Inmediata), y como era un viernes, el investigador de Policía, Pancho Villa, buscó un
lugar para esposarme y que yo durmiera allí. Me reseñaron, me tomaron fotos y me tomaron
mis documentos y perfil. Al otro día, me llevaron a Medicina Legal y Ciencias Forenses y me
regresaron a la URI.
El investigador encontró un lugar donde ubicarme para pasar el fin de semana, nos llevó a una estación en el barrio La Candelaria de
Bogotá, a una Celda de esa Estación de Policía.
Era una especie de mini-cárcel, con varios cuartos y celdas y un patio pequeño; yo busqué
una celda solitaria para acomodarme. Me quedé ahí y pasé la noche. En la madrugada llovió temprano y hacia un frio de polo norte, los
muchachos también recluidos salieron al patio y me ofrecieron un café y comenzamos a dialogar.
El lunes muy temprano, llegaron los señores investigadores y el señor de la DIAN, y se portó
muy amable (casi el único colombiano amable), y él me brindó mucho ánimo. Pues como en la audiencia de imputación se me
declaraba como culpable de lavado de activos, yo no sé de leyes, pero en este país, es
descabellada la Justicia y además, es una vergüenza.
NO seas MULA
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Ese día, el Juez, sin un asomo de vergüenza,
me señaló de ser un peligro para la sociedad. Se me presentó como una delincuente de la peor
calaña y se me mostró como una hábil delincuente que lavaba el dinero del
narcotráfico; eso es una falacia y es una bellaquería muy sucia, pero he conocido casos
peores de otras internas. Eso solo demuestra que en Colombia están a años luz de una Justicia real y verdadera.
Ese juez me dijo que como era un peligro social,
y que no tenía arraigo civil en Colombia o un domicilio fijo, que debía ser recluida en la Carcel
para mujeres, mientras cursaba mi proceso. Yo no lo podía creer, yo que jamás había pisado
una comisaria en mi país, ahora me convertía, por el dicho de un juez, en una delincuente de
máxima monta; en mi reclusión, tardé unos meses para “comprender mi situación”. Este ya
no es el país hermoso que yo imaginaba. El día 15 de Julio de 2013 ingresé a la
Reclusión de Mujeres del Buen Pastor en Bogotá. El investigador Pancho Villa me dejó en
reseña y se despidió de mí. En medio de todo, trató de ser “amable” y nunca se portó mal
conmigo o me trató mal; y le agradezco por eso. Hoy ha pasado un año y estoy escribiendo mi historia, y faltan miles de cosas, situaciones,
detalles, que solamente yo conozco dentro de estos muros de cárcel; y creo que podría yo sola,
escribir todo un libro, pero aquí es muy escaso el papel y más escasos los lápices.
NO seas MULA
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Hoy, valoro mi vida, valoro mi libertad, y anhelo
el volver a estar con mi familia. A veces, cuando estamos con ellos, no valoramos lo suficiente, no
lo disfrutamos lo suficiente, no le brindamos el máximo a ellos. Aquí adentro es donde percibes
eso con mayor claridad.
Afuera se vive tan apresurado que no disfrutas realmente de ellos, no los ves con todo el detalle. Pensamos de manera estúpida que la vida se
resume a comprar la mejor ropa, vestir bien, comer bien y vivir pegados de las modas que nos
venden en la televisión.
En una cárcel, lo realmente valioso es el amor de los padres, de los hermanos, de los amigos, de los conocidos; en una cárcel aprendes a
reconocer quienes son valiosos y firmes, porque en una cárcel, esas personas fieles y leales valen
oro…
Generalmente, uno concibe una idea errónea de la cárcel, que se vende en televisión y en las películas, pero pienso que en medio del
hacinamiento, los malos tratos de la guardia y de todos los vejámenes que sufrimos, existen
seres humanos valiosos, que tenemos dignidad, que cometimos un error, que fallamos, que nos
equivocamos, pero ello no nos deja en un abismo donde perdemos nuestros derechos y nuestra dignidad humana; por el contrario, es
donde más deberían respetar el estado de indefensión y de sujeción especial que tenemos
como mujeres, independiente del delito cometido.
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Todas las personas, merecemos una segunda
oportunidad, y a la gente de afuera, se le olvida de manera estúpida, que para caer presos en
una cárcel, la única condición es estar libres…
Nadie quiere comprender afuera que el solo hecho de pisar una cárcel, de por sí, ya es duro
y es miserable, es denigrante y es difícil; mucho más cuando somos extranjeros o extranjeras, y cuando los policías solo buscan el positivo para
quedar bien con sus superiores, y los jueces condenan o condenan por quedar bien con los
medios de comunicación, y eso es un asco en cualquier país.
Para nosotros y nosotras como extranjeras, es mucho más duro, porque no tenemos familia
cerca, no tenemos visitas, no tenemos quien nos brinde una prenda, unos tenis, una blusa, se les
olvida que somos seres humanos con necesidades en todos los aspectos diarios.
Las familias nos hacen falta, y no tenemos quien nos apoye en las audiencias, o a quien
llamar para que nos consuele después de llegar de la audiencia.
Yo estoy condenada a diez años de prisión, por
ingresar un dinero MÍO, que no es de ninguna mafia o narco. Es MÍO, pero lo ingresé de manera irregular y sin embargo, no por ello “lavé
dinero”; eso es basura, eso demuestra la farsa que sobrevive en la Justicia de Colombia, como
me dan diez años de prisión por ingresar irregularmente mi dinero.
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He visto, que brindan hasta cuatro años por un
homicidio y a mí, me dieron diez años por ingresar un dinero MÍO.
Pienso que es injusto, pero se ve que en este
país no lo es; además quiero salir pronto para ver a mi madre, a mi familia; poder regresar al
lado de mis hermanos. Ver a mis sobrinos, abrazar a mis hermanas. Los extraño y los amo, me hacen demasiada falta; aquí he aprendido a
amarlos aún más, con mayor intensidad; encontré algo de mí, que había estado dormido.
Aquí adentro, encontré incluso a alguien en
quien nunca confié, nunca creía que existía y
que siempre concebí como una fábula, conocí
a DIOS, y espero que se quede conmigo y me
ayude a salir de aquí muy pronto.
Yo llegué a decir que DIOS no existía, pero me
arrepiento demasiado porque DIOS es DIOS,
aquí y donde sea. Sobre ÉL, no existe nadie.
Hay que creer en ÉL, confiar en ÉL, porque
confiar en los hombres es una farsa, confiar
en jueces justos es un mal chiste, y confiar en
la Justicia transparente y justa en Colombia
eso si es la verdadera fábula.
Tenemos que seguir a DIOS en las tristezas y
agradecerle por todas y cada una de las
alegrías.
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MI VIDA VALE MUCHO MÁS.
Mi nombre es Mariela, soy ecuatoriana, tengo
21 años de edad. Me encuentro detenida en la Reclusión de Mujeres del Buen Pastor en
Bogotá, Colombia. Estoy condenada a 64 meses de prisión por el delito de Tráfico de
Estupefacientes. Me detuvieron en el Aeropuerto El Dorado de
Bogotá. Me detuvieron y de allí, me enviaron al Hospital de Engativá, y en ese centro
hospitalario duré interna nueve días. Fue en cuestión de segundos que se presentó la
consecuencia de mi elección, de mi error, de mi mala decisión.
Confieso que decidí hacerlo, viajar a Colombia y transportar droga como correo humano, “por
conocer otro país”, y realmente también por ambición al dinero. Porque esta gente te vende
un cuadro muy bien pintado y hermoso, te cuenta una historia con un final feliz de dinero y de opulencia, pero no te cuenta que existe otra
cara de la moneda, que es la cárcel. En cuestión de segundos, yo misma acabé con mi vida.
Cuando quise arrepentirme, ya era tarde, ya
estaba en sus manos, y sus amenazas no demoraron en prosperar. Todo este proceso ha sido muy duro, especialmente cuando me
capturan y me llevan a recluirme al Buen Pastor de Bogotá; imagínese lo peor de este error que
cometí es estar lejos de mi familia, y sobretodo de mi hijo, que contaba con dos años.
NO seas MULA
152
Actualmente, mi hijito tiene cuatro años y lo
extraño demasiado. Cumple años el 17 de octubre; el me fortalece, su imagen y recuerdo
me brinda fuerzas.
Pero la vida en este lugar es un infierno indescriptible, es muy duro, hay que vivirlo para
entenderlo, “acostumbrarse” a tantos diferentes tipos de carácter, a otras mujeres con sus virtudes, con sus defectos, con sus
temperamentos, a las guardianas con sus complejos de superioridad, a internas que se
creen más y otras que se menosprecian. La convivencia, se vuelve muy difícil y hay que
tratar de enredarse lo menos posible en problemas. En una cárcel, son muchas las “cosas” que se ven, pero uno nunca ha visto
“nada”.
Afortunadamente, yo llegué a una buena celda; las compañeras que tengo son buenas personas,
me trataron bien y me ayudaron. Sin embargo, no todas las internas son buenos seres humanos; hay gente de toda clase, de todos los
perfiles, de todos los estratos y de todos los rangos intelectuales.
En el patio donde me encuentro, que es el cinco o quinto, es uno de los mejores, porque no se
ven casi peleas, no se ve casi droga y en medio de todo, es un buen ambiente dentro de lo posible. Las internas son conscientes de que se
está “bien en este patio”, así que no son de muchos problemas, obvio no falta el lunar, no
falta la rebelde sin causa o la niña problemática, de todas maneras, el encierro mata…
NO seas MULA
153
En este patio, lo mortal y lo más dañino, es la
envidia y el chisme, es un mundo oscuro de intrigas y mentiras a toda hora. Llevo trece
meses recluida y aun no me acostumbro a la comida; es pésima. Por esa y muchas más
razones, no le deseo una cárcel a nadie, ni siquiera a mi peor enemigo.
Respecto de la Guardia, no es diferente, hay acomplejadas que se creen mucho mejor que nosotras, y las hay respetuosas de la dignidad
humana, las hay vulgares y grotescas peor que las reclusas y las hay decentes y formales como
personas. En resumen, hay dragoneantes o guardianas para todos los gustos.
En este lugar, la discriminación por nuestro dialecto, por nuestro acento y por nuestras costumbres (ecuatorianas) es muy evidente, nos
señalan hasta por nuestros antepasados indios, y eso me incomoda. Eso hace aún más compleja
y difícil la convivencia en el patio.
Mi mejor consejo es que, cuando la ambición,
llegue al corazón, y por más ansias de dinero
y de “mejores cosas” que puedan pasar por
nuestra mente, es mejor pensar con calma, es
mejor analizar con precaución. Es mejor
tomarse el tiempo de reflexionar, no se puede
tomar decisiones solo pensando egoístamente
en uno mismo. Podemos lastimar a nuestras
familias, podemos caer muy profundo;
finalmente, solo queda la familia, y es mejor
seguir adelante, con dignidad.
NO seas MULA
154
Y MI HIJITO QUE?
Me llamo Karen Burgos, soy ecuatoriana y mi
historia comienza cuando una amiga de mi pasado retorna y nos encontramos.
Nos volvimos a ubicar después de muchos
años, a través de las redes sociales, en Facebook.
Para describir quien es ella, abordó su perfil así: la conocí hace siete años atrás a través de
un amigo; desde ese día que nos presentaron tuvimos mucha afinidad, mucha empatía. Era
muy amigable y buena consejera, y compartíamos muchas actividades juntas y nos gustaba irnos de fiesta. Hablábamos mucho
acerca de los problemas, de las circunstancias, de la situación alrededor; comentábamos los
problemas que teníamos cada una en casa; y los fines de semana salíamos a discotecas y a
rumbas, quizá con el ánimo de olvidar por momentos esa cruda realidad. Bebíamos y bailábamos hasta amanecer y en más de una
ocasión, ello nos trajo muchos problemas. Así continuó nuestra rutina casi durante dos años,
y luego nos alejamos pues ella consiguió una “pareja estable”, perdimos el contacto y no
hablamos por mucho tiempo. Yo seguí en mi rutina de rumba y discotecas. A través del Facebook, ingresé con el ánimo de
encontrar personas y buscar amigos; ingresé como miembro de Facebook y durante varios
días, buscaba amigos de tiempo atrás, hasta que un día, me llegó una solicitud de amistad.
NO seas MULA
155
Era de mi amiga, y no dudé un instante en
aceptarla como mi amiga en Facebook; apenas la acepté comenzamos a chatear y a ponernos al
día de información, situaciones, cosas que nos habían sucedido, cada detalle de todo el tiempo
que no nos habíamos visto. Las dos ya éramos mamás, cada una había tenido su hijo, ella tuvo
una niña y yo un niño. En ese momento, nos pusimos muy felices, el cariño, la amistad y la empatía sobrevivió al tiempo.
Desde ese momento recomenzó nuestra amistad
y seguíamos en contacto, pero únicamente a través del Facebook ya que ella no salía mucho,
pues su esposo era excesivamente celoso. En sus fotos, yo podía observar que le había ido
bien, que tenían una buena casa, muy hermosa. Lo que yo jamás me imaginé, es que detrás de
esos lujos y demás elementos, había “algo diferente”.
Fué en el año 2011, cuando chateábamos durante casi un año y solamente hasta el mes
de abril de 2012, nos reencontramos porque me dijo que pasaría a visitarme. Me sorprendí
gratamente y le dije que era bienvenida en mi casa. Nos quedamos de ver a las 2:00 pm, para
comer una fritada de cerdo y hablar personalmente; y así fue. Ella llegó con su hijita, me comentó muchas cosas de su vida, entre
ellas, que ya estaba harta de su esposo y de sus celos enfermizos, que no la dejaba salir y que la
golpeaba.
NO seas MULA
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A las 7:00 pm, mi esposo nos fue a recoger a
donde estábamos comiendo y conversando, que era a unas pocas cuadras de mi casa; al llegar a
mi casa, su esposo estaba esperándonos y me lo presentó; conversamos un rato con él y muy
“normal”, a mi amiga le comenté que yo estaba trabajando en un Jardín Infantil, y a ella le
gustó la idea de que su hija estudiara allá en ese Jardín, por la forma de educar a los niños, de manera especial y dedicada.
Yo seguía con mi vida cotidiana y seguíamos
chateando “normal”; yo trabajaba en ese Jardín de niños desde las 7:30 am hasta las 1:30 pm;
y allí mismo tenía estudiando a mi hijo. Era una manera más directa de cuidarlo y compartir mucho más tiempo con él.
En vacaciones se abrieron las matriculas del
Jardín de niños y mi amiga convenció a su esposo de poner a estudiar a su hijita en el
Jardín donde yo trabajaba. Lo que nunca pude descifrar a tiempo era que allí comenzó una “persecución” pues yo estudiaba los sábados y
justo allá también resultó estudiando mi amiga. Mi amiga empezó a unirse a mí, casi como
antes, con la diferencia de que ya no salíamos a los bares o discotecas. Mi situación económica
estaba decayendo muy rápido y se puso muy dura; como ella era “mi amiga”, le comenté de esa situación compleja y que mi pareja también
estaba muy preocupado. Es así que ella decide invitarme a comer y en la comida, ella me dice;
“Karencita”, porque así me llamaba, “todo depende de ti”.
NO seas MULA
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El negocio es que puedes ganar muy buen
dinero, transportando droga en tu estómago, varias personas que hemos viajado hemos
“coronado” y estamos muy bien económicamente. Yo, de inmediato, me negué y
me opuse a la idea, porque esos que llevan droga caen siempre.
Sin embargo, ella me dice: yo ya lo hice y míreme, ahí estoy. Yo, sorprendida, le pregunté:
“en verdad tú hiciste eso”, y me dijo, sí, yo fui con mi esposo. No le quería creer. Entonces, me
dijo vamos a mi casa y te enseño las fotos y el pasaporte. Fuimos hasta su casa y en evidencia,
me enseñó las fotos del viaje y su pasaporte. Ella me llenaba la cabeza de tantas cosas, que me animara a hacer el viaje, y que todo me “iba
a salir bien”… Me estaba convenciendo, y me recalcaba que tenía que ir acompañada para que
no me dieran tantos nervios.
Me decía que mientras no tuviera miedo y estuviera tranquila, yo podía “coronar”; que desde que estuviera relajada, eso era solamente
un viaje para pasear. Yo finalmente, me dejé “seducir” y caí en la invitación.
Obviamente, tenía que ir con otra persona,
porque yo no era capaz de decírselo a mi esposo; así que tenía que buscar un acompañante. Pensé en mi cuñado y me despedí de mi amiga,
pero ya la idea estaba recorriendo mi mente con más fuerza y con más “tentación”. En el trayecto
hasta mi casa, solo pensaba en el dinero que iba a ganar…
NO seas MULA
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Llegué a mi casa y no dudé un instante de
convencer a mi cuñado de que me acompañara al viaje. Finalmente mi cuñado me dijo que sí,
que él era capaz de acompañarme. Entonces, mi amiga comenzó a hacerme muchas llamadas, y
en una semana ya mi cuñado y yo estábamos absolutamente convencidos y ya habíamos
tomado una decisión que no íbamos a echar para atrás.
Me llegó un mensaje al teléfono, mi amiga me escribía, “Karencita, vas a ir o no”… El mensaje
lo leyó mi esposo y me empezó a preguntar acerca de ese mensaje, y me insistió tanto,
tanto, que finalmente me tocó contarle la situación; obviamente, empezó a decirme que mirara cuanta gente caía presa por esa
situación. Y yo le decía que sí, que caían muchos, pero porque eran tontos, y se ponían
nerviosos. Llamé a mi amiga y le dije que por su mensaje, ya mi esposo no me iba a dejar ir,
porque no estaba para nada de acuerdo. Y ella se encargó de convencerme de nuevo y
de convencer a mi esposo de que eso era solamente “un paseo”…
Tal fue el poder de convencimiento y la astucia
de ella, que terminó convenciendo a mi esposo y decidió acompañarme. Finalmente comenzó nuestra preparación, que durante dos semanas
incluía, comer troncos de zanahoria enteros, uvas congeladas y banano congelado.
A las dos semanas, llegó el día de tragarnos los condones con la droga…
NO seas MULA
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Mis padres no sabían nada, solamente lo
sabían mi cuñado y mi hermana. Ellos eran otra de las parejas que iban a viajar. Y llegamos a
una casa donde estaban dos mujeres y un hombre, y nos trataban bien al comienzo. Nos
pasaron la droga y nos brindaron cuartos diferentes, nos dieron capsulas de droga y eran
muy grandes, casi no cabían en la garganta. Comenzamos a tragar la droga a las 9:00 am, y
eran las 3:00 pm y nadie podía tragar esas capsulas tan grandes. Estábamos como
acorralados. Ya cambió el trato y llegó un hombre a amenazarnos diciéndonos que si no
tragábamos las capsulas, que nos iban a matar; que para que nos metimos en esto si no íbamos a tragarnos las capsulas.
Me comencé a desesperar porque mi hermanita,
que era menor que yo, comenzó a llorar y decía que se quería ir para la casa. Pero esa gente nos
amenazaba aún más, y diciendo que ya estábamos ahí y que nadie iba a retroceder.
Al día siguiente viajábamos muy temprano. A esa gente no le importaba la dignidad o la
persona, solamente les importa que uno se trague esas capsulas y ya. Todos llevábamos
varios días sin comer nada. A las 7:00 am de ese sábado, nos llevaron al aeropuerto y nos dejaron ahí; salimos desde Ecuador y teníamos escala
en Bogotá; y en el Aeropuerto El Dorado de Bogotá, fué donde nos capturaron, a través del
bodyscanner, y cancelaron el vuelo que teníamos para la Republica Dominicana.
NO seas MULA
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Eso fué la base de nuestra caída. Cancelado el vuelo, nos enviaron para un hotel los de la
aerolínea; al día siguiente debíamos retomar el viaje. Nos llevaron de nuevo al Aeropuerto y nos
hacían muchas preguntas; nos llevaron a una sala donde nos iban a tomar unos rayos X de
“rutina”, allí nos detuvieron y quedamos presos. Solamente nos quedaron las lágrimas como
camino; hacer una llamada para informar a nuestras familias; nos llevan al hospital para
que expulsemos la droga. Duramos ocho días en el hospital y mi familia ya estaba enterada.
Ellos, nuestros familiares, no lo podían creer de nosotros; y un día antes de salir del hospital,
llegaron nuestros padres; para ellos, fue un sufrimiento muy grande y nos preguntaban que
para que hacer esa locura, que si acaso no sabíamos de los riesgos y el peligro de esa
travesía. Al final del día, me hicieron unos rayos X, para ver que no quedaran capsulas de droga en mi organismo. Y los custodios, procedieron a
llevarme a la URI (Unidad de Reacción Inmediata). Mi hermana se quedó en el hospital.
A ese lugar llegué llena de miedo, ya que había muchos hombres, y era la única mujer; y al día
siguiente, tenía que pasar a la Reclusión de Mujeres del Buen Pastor. Mi hermana después. Llegué a las 7:00 am a esta Carcel, y nos meten
en un cuarto al que llaman “La Jaula”. A la 1:00 pm, nos dieron un platico con arroz; a las tres
de la tarde, nos llevan donde la capitana; y están con ella unos psicólogos, y otras personas.
NO seas MULA
161
Ellos, asignan el patio de acuerdo al perfil de
cada reclusa, el delito y otros factores de diferencia entre internas. Me regresaron a “La
Jaula”; cuando llegué, ya había muchas más mujeres y en la tarde nos asignaron patio. A mí
me correspondió el patio 5º, donde reposamos las extranjeras y la mayoría de “mulas” y
personas de “buen perfil”. Nos toca dormir cuatro personas en una celda, me toca dormir en el piso en una colchoneta; acá le dicen
“dormir en carretera”. A los siete meses de estar recluida, me llamaron
a una audiencia donde me condenaron a 64 meses de prisión. Ese día me dió muy, muy
duro. Lloré demasiado y pensaba en mi hijito. ¿Mi hijito que vá a pasar con él? Era demasiado tiempo en un país ajeno, en un
lugar complicado y lejos de mi familia; ha transcurrido un año y aún no he asimilado este
lugar, tampoco esta situación; mucho menos, me acostumbro a la comida.
Solamente, espero que esta pesadilla termine pronto, y poder estar en libertad, abrazar a mi hijo y estar junto con mis padres; lo único que
me queda es reflexionar.
Nunca, jamás, se les ocurra hacer algo así,
como lo que yo erradamente decidí hacer;
siempre te muestran el beneficio, pero jamás
te muestran la otra cara de la moneda, esa
tienes que vivirla entre rejas. Es mejor estar
sin dinero pero en casa. Que estar privada de
la libertad.
NO seas MULA
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MI VIDA, VALE MÁS.
Para abril del año 2013, mi esposo se había
quedado sin trabajo. Buscaba y buscaba y no encontraba una labor que nos aportara
económicamente. Y la situación empeoró día tras día, hasta el punto que tuvimos que pedir
dinero prestado. Yo me dediqué a hacer oficios varios, lavaba
ropa, planchaba, y le servía en los quehaceres a mi cuñada y ella nos brindaba comida. Aparte
estábamos pagando la casa que habíamos sacado a crédito, y entre los recibos de agua,
luz, teléfono y demás gastos, no nos alcanzaba para nada. De manera que la situación se puso todavía más dura y critica; aun mi hija también
trabajaba pero a pesar de ello, tampoco nos alcanzaba el dinero.
Yo conocía ya algunas personas que habían
“trabajado” como transporte humano de estupefacientes o “mulas” y habían “coronado”; ellos decían que era “fácil”.
Yo no pensaba en las consecuencias, en el
riesgo, en el problema o en la cárcel, en ese momento, solo piensas en que va a ser dinero
rápido y fácil; las deudas y las obligaciones, y la presión de los acreedores te nubla la mente. Nos dijeron, que pasábamos tranquilos porque la
Policía “estaba arreglada”… Yo, al escuchar tantas maravillas, convencí a
mi esposo, y lo empuje a tomar esa decisión equivocada de transportar droga…
NO seas MULA
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Le dije, que era como unas “vacaciones
pagadas”, que era un simple “paseo”, que ya otros habían “coronado”, que era fácil.
Decidimos entonces venir a Colombia, nos
pagaban tres mil dólares por “el trabajo”, y nos dieron los pasaportes, nos pagaron el hotel, nos
brindaron lo necesario. Nos llevaron a conocer lugares turísticos; las minas de sal en Zipaquirá, Colombia, nos llevaron a Monserrate. Estuvimos
como cualquier turista. Fuimos al museo de la moneda, a la Plaza de Bolívar, fuimos al desfile
del 20º de Julio de la independencia de Colombia. Vimos a los grupos de la marina, el
ejército, las fuerzas especiales, la policía, etc. Todo iba de la mejor manera, todo era
“maravilloso”; hasta que volvimos a la realidad, y no sabíamos lo que nos esperaba luego.
El día de regreso, ya ellos “arreglaron las
maletas” y dejaron listo el cargamento. La ropa iba impregnada y además la maleta tenia doble fondo. Nos metieron ropa de ellos con la
nuestra; nos dijeron que tranquilos que todo saldría bien, que la policía del aeropuerto “ya
estaba comprada”. Que nunca nos iban a descubrir, que todo iba a salir muy bien.
Nosotros engañados y a la vez confiados, nos aventuramos sin temores a llegar al Aeropuerto el Dorado de Bogotá.
Llegamos y nos registramos, registramos las maletas, y todo iba muy bien, hasta que nos
llamaron por altavoz, nos llamaron por el nombre.
NO seas MULA
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Pensamos que nos llamaban para abordar,
cuando en la sala de espera, llamaron a mi esposo por su nombre y él dijo, soy yo, y le
pidieron el pasaporte. Se llevaron a mi esposo y yo me imaginé lo peor, pero no comprendía por
qué no me llamaban a mí; hasta que a los veinte minutos, me llamaron a mí, exactamente igual
que a mi esposo. Nos llevaron a la misma oficina y a ambos, nos preguntaron lo mismo, que si las maletas eran las de nosotros, que si era nuestra
la ropa y que si sabíamos de lo que contenía.
Nosotros, acudimos a contestar que habíamos comprado esa ropa, pero que no sabíamos que
estaba impregnada o que la maleta tenía doble fondo.
Nos leyeron los derechos y nos apresaron por Narcotráfico, y nos condujeron a la URI (Unidad
de Reacción Inmediata). En ese momento, comenzó nuestro martirio, eran como las 11:00 pm, y yo
solo lloraba; nos pusieron la ropa en bolsas transparentes y nos llevaron presos.
Eso fue el 23 de Junio de 2013. Estuvimos todo el día en la Estación de la Granja, (Comandancia de
Policía). Nos llevaron luego a la Justicia Especializada, porque la maleta con mi nombre,
contenía más de dos kilogramos de heroína. Luego me despedí de mi esposo, al regresar, porque su maleta traía menos droga y el quedó
con la Justicia Ordinaria.
NO seas MULA
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Solamente lo pude volver a ver después de 10
meses de reclusión; mi esposo si demoró en la URI, como tres meses, porque no dejaban
ingresar presos a la Carcel La Modelo de Bogotá, por el mismo nivel de hacinamiento tan brutal.
Después de unos meses logramos
comunicarnos, y jamás le dieron aviso a la Embajada. No supimos nada de nadie, ni de nosotros mismos entre esposos; nos tratan como
simples números.
Como pudo, mi esposo me enviaba cartas con las mujeres que llevaban para el Buen Pastor,
con otras mujeres que llegaban también por “mulas”, y así pude saber cómo se encontraba.
Yo tampoco, sabía mucho de mi familia y no tenía contacto con ellos; aquí adentro como
afuera en la calle, se necesita dinero para llamar y yo no tenía apoyo de nadie y mucho menos
dinero para llamar. Aquí, hay algunas internas que te ayudan y otras que solo “ven negocio”, eso es normal, hay
que “rebuscarse”. Yo pregunté que como se hacía para buscar el desplazamiento y poder ir a
visitar a mi esposo; me indicaron como hacerlo, pero que mi esposo debía estar en la Modelo o
en la Penitenciaria de la Picota en Bogotá; yo fui condenada el pasado 03 de Octubre de 2013. En general, las cosas están “normales” y pues me
duele que casi no pueda ver a mi familia y un minuto a llamada internacional, me sale a 700
pesos, y sin ayuda económica es complicado llamar.
NO seas MULA
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Yo trato de “rebuscarme” para poder llamar, yo
lavo la ropa a otras internas, y lavo la celda y los baños de otras internas que están más holgadas
económicamente. Hablo con mi madre una vez a la semana y con
mi hija también cuando puedo de vez en cuando. Comprobé que lo fácil sale caro, que lo
que realmente dura y permanece no tiene precio…
Lo peor de toda esta situación es haberme alejado
de mi familia y estar lejos de mi esposo; el “paseo
y las vacaciones” no fueron como nos la habían
“pintado”; aquí dentro, se reflexiona acerca de la
familia y acerca de lo valiosa que es la libertad y el
núcleo familiar, que no valen todo el oro del
mundo, los lujos o la opulencia.
Es mejor un hogar humilde, luchador y que afronte
las necesidades con dignidad y con trabajo, y no
salir a buscar soluciones “mágicas” que pueden
llevarte a caer en una cárcel.
“Uno no sabe lo que tiene, hasta que realmente lo
ha perdido”.
Ojala, los mexicanos y los extranjeros en general
no caigan en la tentación de ser “mulas del
narcotráfico”, porque finalmente es más lo que se
pierde que el dinero que se pueda ganar…
Es muy doloroso estar lejos de los tuyos, lejos de
tu país, y cuando te tratan como al peor de los
hampones.
NO seas MULA
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ARREPENTIMIENTO GENUINO.
Todo empezó en enero del 2013; yo conocía a
una persona con la cual había departido en una visita que hice en Diciembre de 2012 a la Feria
de la Ciudad de Cali en Colombia. Allí, en medio de la Feria, conocí a un hombre de nombre
Fernando, al cual yo creía que era una persona de fiar, pues se comportó como un caballero conmigo, mientras los días que yo permanecí en
Cali disfrutando de la Feria. Tanta confianza, llegué a depositar en este personaje, que llegué a
brindarle mi número telefónico en México, y de esa manera, seguimos en contacto, el me
insistía que siguiéramos siendo amigos y cuanto yo le había agradado.
Mi error, mi más grande error, fue confesarle que tenía problemas económicos. Este fue el
detonante para que Fernando diera el siguiente paso. Yo le comenté que era esteticista y que
trabajaba colocando uñas de alta tecnología, pero que ya no tenía material suficiente. El me indica que en España hay muchos materiales en
ese aspecto y que allá la tecnología era mucho más adelantada en esa materia de la estética.
Que él podía ayudarme a conseguir el material, porque yo le interesaba.
En febrero de 2013, él me dice que quiere ayudarme y que quiere invitarme a España,
para comprar todo el material necesario para mi trabajo.
El 12 de marzo de 2013, salgo para Bogotá.
NO seas MULA
168
Allí me recibieron, Fernando y unos “amigos de
él”. Finalmente, me dice que ese mismo día viajábamos para España, que ya teníamos que
alistarnos porque el vuelo era ese día a las 6:00 pm. Me llevó a un lugar a comer y yo “no
sospeché absolutamente nada” porque subió mi maleta a su carro a las 2:00 pm.
Me dijo que regresaría luego de recoger su maleta y como a las 5:00 pm, llegó uno de sus
“amigos” con mi maleta y me dice que Fernando no podía viajar que porque se le presentó una
urgencia grave con la madre, y que yo viajara tranquila que para no perder los tiquetes, y que
el llegaría en el vuelo más próximo, y que me enviaba el boleto y 300 euros para cualquier cosa. Que me iba a llamar, que estaría en
contacto conmigo todo el tiempo.
Al bajar mi maleta del carro, me entrega “otra maleta adicional” y me dice que esa es de
Fernando, que la llevara conmigo, que tranquila, que eran las cosas de Fernando y que él viajaba en el primer vuelo del día siguiente. Yo sentí
algo de sospecha, y me incomodé un poco.
Pero no le presté la suficiente atención o malicia. Su “amigo” además me dijo que al llegar
al Aeropuerto, otro amigo de Fernando me estaría esperando y que estuviera tranquila, que me llevaría a su casa en España mientras
Fernando llegaba en el siguiente vuelo. Yo, jamás toqué esas maletas, mucho menos la
de Fernando, porque cuando estuvimos en el aeropuerto, era Fernando quien las cargaba.
NO seas MULA
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Llegó la hora de salir, yo estaba lista y
tranquila, pero al estar ingresando al avión, suben unos policías y me abordan y me dicen
que están haciendo una revisión de “rutina” y que si yo los puedo acompañar.
Al llegar a la oficina, me dicen que tanto en mi
maleta como en la de Fernando, encontraron una sustancia narcótica en grado de cocaína. Yo no me puse nerviosa, tampoco me asusté,
porque yo no traía nada ilegal y sabía que yo no tenía esa supuesta droga; yo le hago una
llamada a Fernando y le digo que qué me había hecho, que yo dejaba ocho hijos en México. El
me responde irónicamente que no me preocupe que no pasaba nada. Me colgó el teléfono y ya nunca más lo respondió.
Los policías me preguntan que si sabía lo que
llevaba en las maletas y obviamente les digo que no; me detienen por narcotraficante y me llevan
a una delegación de Policía. Me llevan ante un Juez, que de manera
absurda e ilógica me acusa de ser una “mula” y de que soy un peligro para la sociedad, me
acompaña un abogado de la Defensoría del Pueblo, y mi mente aun no reaccionaba; yo aún
estaba en shock. No podía creer que eso me pasara a mí.
Me indica ese abogado que el delito me imponía entre ocho a doce años de cárcel en Colombia.
El mundo se me desvaneció, yo no sabía que decir, me llevan esposada de nuevo.
NO seas MULA
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Llegué a la Carcel de Mujeres del Buen Pastor el
14 de Marzo de 2013; me registran y los policías que me llevan, se roban los 300 euros. El primer
día al amanecer, después de robarme los euros, según los policías porque ese dinero no me lo
permitían en la Carcel y que me podían asesinar por quitármelo; se llevan también todo lo que
contenía la maleta negra de Fernando. Y se llevan mi maleta, pero que agarrara todo lo que pudiera de mis cosas. Todo lo que pude recoger
de mis cosas lo puse en una bolsa plástica. Me meten a una celda muy fea, me empiezan a
registrar, tomar huellas, datos, y fotos. Me pasan para un patio que es el cinco o quinto, y
me dicen que celda me corresponde. Nunca tuve miedo o nervios, porque soy inocente y sabía que no llevaba nada ilegal de mi
parte; jamás sentí miedo o pánico, pero créanme que al llegar a la Reclusión de Mujeres del Buen
Pastor, el miedo y el pánico me invadió. Ya comprendí pronto en la realidad que ahora me
encontraba, recluida siendo inocente, en un país alejado de mi familia, sin amigos, sin contactos, sin nadie que me brindara apoyo; esa sensación
doblega al más fuerte. Me correspondió una compañera de celda que era una persona muy
“irrazonable”, ella me levantaba a las 3:00 am, porque ella se levantaba a esa hora a hacer
ruido y sus cosas. Durante tres meses me tocó así, hasta que por fin la sacaron por su pésima convivencia. Lo más duro para mí fué confesarle
a mi hija en donde estaba yo; pasaron quince días y ella al teléfono me gritaba que eso era
mentira, que no podía ser verdad.
NO seas MULA
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Solamente atiné a decirle en los primeros días,
que cuidara mucho a sus hermanitos y que yo iba a “estar bien”. Aun continúo aquí, recluida
durante 16 meses y no he sido sentenciada, porque no hay aun la plena identidad. Además
jamás le avisaron los Policías a la Embajada, y eso me dilató el proceso.
El Juez me aconseja, que firme un pre-acuerdo por 48 meses en calidad de cómplice, y que con eso ya purgaré mi condena.
Yo perdí mi hogar y me alejé de mi familia,
por confiada, pues me dejé deslumbrar de
una “amistad” que se suponía sincera. Uno no
debe comentar sus problemas a cualquier
persona, a veces es mejor llevar la procesión
por dentro; no todo el que dice ser un “amigo”
realmente, lo es. Llevo ya seis meses sin
saber de mi familia, pero estoy segura de que
saldré pronto de este lugar y podré regresar a
mi hogar, retornar a mi país, recomenzar mi
vida, decirle a mis hijos cuanto los amo y los
extraño y que son ellos mi fortaleza y mi
fuerza; y que en medio de la difícil
convivencia por el hecho de ser extranjera, su
recuerdo me mantuvo firme. Papito DIOS,
ayudame, solo tú sabes que hay en mi
corazón.
NO seas MULA
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VOLVER A CASA.
Soy una mujer de 32 años de edad; madre
soltera de un príncipe hermoso de ocho añitos. Soy nacida en la Ciudad de Guadalajara,
México. Les contaré como es que llegué a La Reclusión de Mujeres del Buen Pastor en
Bogotá, Colombia. Me dicen que si llego a realizar el pre-acuerdo,
me voy a quedar 48 meses en este lugar olvidado de DIOS. Me encuentro detenida por
Tráfico de Estupefacientes. Lo más difícil de esta situación desagradable, es estar lejos de
mi hijito, es dejar atrás a mi familia, a mis amigos, mi país, mis cercanos.
Hace años atrás, conocí a un joven a quien llamaré, “el ingeniero”. Lo conocí, por medio de
un primo mío. Este personaje, me estuvo hablando por celular por un tiempo, y ya luego
me fue a visitar a mi casa. Me invitó a salir y nos hicimos novios. Todo iba bien, salíamos a restaurantes, a otras partes de Jalisco, me
llevaba flores, era muy especial. Incluso fuimos juntos a Cancún; el “ingeniero” era muy atento
conmigo, duramos de novios como tres años. Incluso, me propuso matrimonio, pero yo,
dudaba a ese respecto y pensaba en mi hijo y pensaba en mi relación con el “ingeniero”, porque era algo mujeriego y yo lo había
descubierto en algunas mentiras que me hacían desconfiar y no estaba del todo segura.
NO seas MULA
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El 29 de abril, nos íbamos a casar. Él decía
querer a mi hijo, pero yo sentía que no era así, mi amor de madre, me decía que no lo quería
tanto como para formar un hogar. Yo pienso, que si me caso o me voy a vivir con alguien es
para mejorar en todos los aspectos. Que me quieran a mí y por supuesto a mi hijo, que nos
amen a los dos. A la final terminamos la relación; pero yo ya
había conocido al Jefe o Patrón del “ingeniero”. Cuando me conoció, el jefe no sabía que
éramos novios. Él también me invitó a salir, me coqueteaba, era atento también.
Cuando yo terminé con el “ingeniero”, su Jefe me llamaba, me insistía y a la final acepté salir
con él; incluso yo viajaba a verlo a la Ciudad de (León Guanajuato). Me recibió incluso en una
ocasión con Mariachis. Me llamaba seguido, pero de pronto perdimos la comunicación.
Pasado un tiempo, me llegaron los dos (“el
ingeniero y su jefe) y tamaña sorpresa, porque ninguno de ellos sabía que yo había tenido algo
con el otro. Nos saludamos normal los tres. Pero finalmente, “el ingeniero” se dio cuenta y
empezó a maliciar y al final, aquello terminó en una discusión entre ellos dos.
Al darme cuenta de tantas mentiras de “el ingeniero”; los dos se fueron y yo seguía saliendo con el jefe del “ingeniero”, y con él
solamente de amigos. Lastimosamente mi hijo tuvo un accidente y yo me encontraba muy mal
de dinero, económicamente estaba muy apretada.
NO seas MULA
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Yo trabajaba como mesera y edecán en
restaurantes; así que mi situación se complicó. Con la situación médica de mi hijo, las cosas
empeoraron y yo estaba realmente desesperada. Aquello lo aprovechó el
“ingeniero” para invitarme a hacer un viaje a Colombia, y yo acepté para probar si había
más oportunidades. Pero finalmente, yo me eché para atrás y no quise viajar. El “ingeniero” se molestó demasiado conmigo y
me trató muy mal. Empezó con su acosadera y a incomodarme y no desaprovechaba
oportunidad. Ya sus mensajes eran un poco más hostiles y más directos, tenía que ir yo, o
mandar a alguien de mi familia y eso me ponía muy mal. Acosada y hostigada me veía en medio de una situación muy compleja. A mí me
daba miedo hacer ese “viaje”.
Cuando ya la presión era demasiada, decidí hacer el viaje y venir a Colombia. Salí de
Guadalajara, viajé en autobús al D.F. de México. En el camino, me dí cuenta que había olvidado el pasaporte. Así que tuve que
devolverme y aplazar el tiquete de avión para el día siguiente. Por supuesto, estos “fulanos”
estaban de matarme de la ira. Pero que íbamos a hacer, olvidé lo más importante en casa que
era el pasaporte. Pasada esa noche, no pude dormir y los “fulanos” no me perdían movida, para que yo no me fuera a arrepentir del viaje;
me decían que no se me ocurrieran tonterías, que estaban muy al pendiente de que “no me
pasara nada malo a mí o a mi familia”.
NO seas MULA
175
Ya en Bogotá, me llevaron a la central de
buses y me dirigía a la Ciudad de Tuluá – Valle, en Colombia. Llegué a Tuluá y me estaba
esperando una muchacha, que actuaba todo el tiempo muy extraña como si la estuvieran
siguiendo. Me llevó a un hotel cerca del centro; allí en el Hotel San Gil me hospedé durante
cinco días; yo no supe más de la muchacha. Luego, llegó fue una señora también muy extraña; me brindó algo de dinero y se fue de
prisa. Salía a caminar, a comer, normal; solo conocí los lugares a donde salía a comer o la
iglesia donde yo iba a rezar.
Un día antes de la salida para México, llegó la señora extraña y me llevó a una casa donde había un joven; me recibieron bien, me dieron
de comer; allí me duché, me arreglé, y me dieron una maleta, me dijeron que cambiara
mis cosas y las pusiera en esa maleta, que no pesaba y no se le veía nada extraño. Yo no
pregunté nada y simplemente me dispuse a viajar a Bogotá, a donde llegué a la madrugada. Allí me recibió otro muchacho. Me llevó a
desayunar. Llegué al Aeropuerto El Dorado de Bogotá, me documenté; registré mi pasaporte y
entregué mi maleta; me puse a textear con un amigo de México. Luego en sala de espera, me
puse a jugar en el celular; cuando de repente, ingresan una periodista y un camarógrafo con sus micrófonos y acompañados de un policía.
Yo no entendía, y de pronto, vocearon mi nombre dos veces por el alta voz y en ese
momento, me enfocan la cámara de televisión y me enfocan a mí.
NO seas MULA
176
De repente, el policía me llama por mi nombre
y me dice que van a realizar una revisión de mis maletas, que es “rutinaria”, pero la cámara
siempre estuvo ahí grabando segundo a segundo, y me llevaron a una oficina; me dijo
que si yo estaba embarazada y le dije que no. Me dijo que me iban a pasar por unos rayos X,
y yo le dije que sin problema. Luego llamó por radio y le indicó a otro policía (supongo) que subiera la maleta, que había dicho el
informante como positiva. Me di cuenta que el show estaba armado solo para mí, y que era la
protagonista de esa noticia, que todo lo había “montado la policía con los periodistas y el
supuesto informante”. Se me vino el mundo al piso. Todo en ese instante fue confusión. Jamás llamaron a mi embajada como
corresponde, jamás me brindaron privacidad, al contrario, me expusieron todo el tiempo en
cámaras y no sé si eso estuvo legal y estuvo bien para una extranjera como yo. Mi corazón
latía muy rápido, y sacaron prenda a prenda mi ropa y mis demás cosas, y después trajeron un taladro y abrieron un roto a la maleta y le
salió el polvo blanco, al que el policía me pregunto qué sustancia era y yo le dije que no
sabía. Le hicieron la prueba de reactivo y salió positiva. Se me acerca la periodista con su
micrófono y su cámara y me pregunta que si yo quiero contar mi historia, que si yo sabía la droga que transportaba y yo le dije que no. Yo
estaba en shock, yo estaba como “en otro mundo”, no podía creer lo que me estaba
pasando, solo pensaba que todo estaba ya “montado”.
NO seas MULA
177
Me habían denunciado, me habían señalado
como iba vestida y mi nombre, y por eso llegó la policía colombiana con cámaras y con
periodista a bordo, para mostrarse como los mejores “sabuesos” cuando solamente obedeció
a una llamada “anónima”, de esas que llegan justo para que pasen otras cuatro o cinco
mulas, mientras todos los policías acuden a un solo positivo. Todo estaba “cuadrado”.
Me leyeron mis derechos y yo caminé por el aeropuerto esposada como si nada, porque aún
no comprendía la gravedad del asunto, o porque yo no quería ver la realidad de lo que
sucedía. Me subieron a una patrulla, y me llevaron a una Estación de Policía, me tomaron fotos, me pidieron datos, me tomaron huellas,
nunca supe que llamaran a mi Embajada, como es lo correcto. Luego me tomaron fotos
con la maleta, se les notaba la irónica mirada de “positivo”, y me preguntaban que para cual
cartel trabajaba, que si los zetas o los sinaloas. Yo nunca contesté, solo me daba risa nerviosa. Nunca les demostré miedo o nervios, pero por
dentro estaba destruida y desmoronada. Me llevaron a la URI (Unidad de Reacción Inmediata) de
la Granja. Me preguntaban cientos de cosas, y llegaban cada vez más policías. Algunos se
portaban de asco y otros se portaban bien conmigo y eran decentes. Cuando me metieron a las celdas de la URI, no había una sola mujer
y muchos hombres y ahí sí que me asusté. Y pregunté-
¿aquí me van a dejar?-.
NO seas MULA
178
No se asuste mexicana, a usted la ponemos en
una celda sola para usted, -me respondieron-. Y había un muchacho tirado en una colchoneta
en el piso y era inválido. Ese era el único que iba a estar conmigo en la celda. Ese muchacho
me respetó y se portó muy bien conmigo. Me ayudó mucho y la verdad estoy agradecido con
él. Me brindaba pan, café, me pude comunicar con mi casa. Allí, en esas celdas había 19 hombres y yo la única mujer. En esa URI, pasé
cinco días.
Me llevaron finalmente aquí al Buen Pastor de Bogotá. Llegaron por mí a las 6:00 am; solo me
despedí del chico venezolano. Y a los demás, solo adiós muchachos. Cuando llegué al Buen Pastor, me pusieron en una celda todo el día;
otra vez me tomaron fotos, otra vez la reseña y otra vez las huellas. Estuve en el patio uno,
con treinta mujeres más. Todas hablaban historias de la cárcel y yo ya estaba asustada.
Realmente ahí si me asusté. En la Junta de Patios, me asignaron al Patio quinto o cinco. Es un patio triste, es feo, cuesta demasiado
“adaptarse” la gente cree que uno es una criada o que tiene “lepra”; es un ambiente
hostil y pesado. Hay gente que es buena persona y hay también personas impotables y
complicadas. Son muy contadas las personas sinceras. La hipocresía, la envidia y el chisme son las enfermedades más comunes en este
patio. He batallado duro para “adaptarme”; llevo cuatro meses en reclusión y no ha sido
fácil. Lo más duro es alejarme de mi hijo y saber que me falta tiempo para poder verlo.
NO seas MULA
179
Yo daría lo que fuera para retroceder el tiempo
y para volver atrás y jamás tomar esa decisión. Realmente estoy arrepentida. Quiero pronto
volver a casa. Quiero ser repatriada a una cárcel mexicana, donde supongo que sería más
llevadera mi condena, no lo sé. El trato de la guardia es bueno cuando se puede y malo para
quienes no saben comportarse, de hecho creo que hay reclusas que les afectó el encierro y les fascina que las traten mal. Y hay guardianas
que también les cumplen ese deseo. Yo trato de ser de las internas que no se mete en
problemas y estar bien. Aunque es difícil, porque son metiches y chismosas. Tampoco me
gusta que me pisoteen y no me meto con nadie, para que nadie se meta conmigo. Nuestra celda es súper pequeña y somos cuatro internas en
una misma celda. Me llevo bien con dos de mis compañeras y a la otra realmente no la paso,
porque es hostil y me trató muy mal desde que llegué. Así que ya imaginarán como es la
situación de convivencia. Acerca del venezolano que conocí en la URI, me envía cartas desde la Carcel Modelo de Bogotá. Me llama a menudo,
e iré a visitarlo si logro conseguir que me desplacen a verlo. Llevo detenida desde el 21
de marzo del 2014. Soy una persona que se deja llevar bien si me tratan bien, y que
también sé responder cuando me tratan mal. Extraño demasiado a mi hijo. Trato de llevarme los días en paz, sin problemas y no bajarle al
ánimo, pues no existe nada peor que estar en una cárcel, y fuera de eso amargada.
NO seas MULA
180
Solo puedo indicar, que lo más fácil a veces resulta
lo más difícil…
Fue fácil enredarme en éste problema, y falta ver a
futuro lo difícil que será afrontarlo y salir de él.
Yo confío en DIOS, PUES ÉL tiene la última
palabra.
Espero pronto ver a mi hijo; de verdad es mi motor
y mi fuerza y nada vale la pena sin mi hijo. Yo
solamente les pido perdón a DIOS y a mi hijo; y
anhelo volver a casa, para abrazarlo y volver a
tenerlo conmigo. Yo les pido a DIOS y a mi Santa,
que pronto me concedan el volver a casa con mi
hijo y con mi familia.
NO seas MULA
181
CORRIENDO A LA LUZ.
Mi nombre es Nemesí Monserrath; conocí a
unos “amigos” colombianos, radicados en Honduras hace siete años atrás. Esa “amistad”
me llevó a que me invitaran a Colombia a conocer su país y pasar unos días de
“vacaciones en un hotel cinco estrellas”. La invitación fue real, lo del hotel cinco
estrellas y las vacaciones, no eran precisamente lo que yo me esperaba. Todo
comenzó el 13 de Septiembre de 2013, cuando charlábamos muy amenamente acerca de
muchas cosas. Eran una pareja muy “trabajadora” o al menos eso aparentaban. El 03 de Septiembre de 2013 acepté su amable
invitación y al día siguiente yo ya estaba en Colombia. Esa noche que llegamos, la pasé
muy bien pues yo no hallaba la malicia aun en el viaje. El día 05 de Septiembre de 2013 nos
fuimos a conocer muchos lugares turísticos de Bogotá; finalmente, el día 08 de Septiembre de 2013 y ya secuestrada por ellos, no volví a ver
la luz del sol. Solamente escuchaba sus órdenes y sus malos tratos y yo me trancé en
una pelea con ellos, que eran cuatro, y uno de ellos me golpeó. Me hirió más como persona
que físicamente; me hirió la dignidad porque yo había confiado en mis “amigos”. Finalmente, me dijeron que yo tenía que hacer lo que ellos
me dijeran si era que yo quería ver nuevamente vivos a mis tres (3) hijitos.
NO seas MULA
182
Y me mostraron fotos recientes de mis hijos,
para controlarme y para intimidarme, lograr que yo desfalleciera y les hiciera caso.
Al día siguiente llegó Raúl, y me dijo que era lo
que yo tenía que hacer para que ellos no les causaran daño a mis hijos. De eso dependía la
vida de mis hijos. Hasta donde humanamente pude, me negué a hacerles caso, pero cuando ya vi que sus intenciones sí eran las de
causarle daño a mis hijos, me doblegaron mucho más fácilmente.
Aunque acepté, yo no podía salir de esa casa,
y mucho menos hablar con alguien; los días pasaban y yo no sabía si era de día o de noche. Me preguntaron si quería llevar la droga
adherida a mi cuerpo o tragada. Igual, supongo que mi opinión no iba a marcar gran
diferencia. De todas las maneras tenía que hacer lo que ellos dijeran. En todos esos días,
solo pensaba en como estarían mis hijitos y no pensaba en nada más. Mi cabeza me daba vueltas de la desesperación de no saber si
estaban bien, o les habían causado daño.
Mi “amiga”, la esposa de uno de mis captores, me decía que me dejara curar las heridas de
los golpes o si no que los del aeropuerto iban a sospechar. Me decía que comiera, porque tenía que “entrenarme” para tragarme los dediles con
la droga. Pero me opuse rotundamente a tragarme la droga. Entonces llegaron con unas
lycras y empezaron a prepararlas para adherirles la droga.
NO seas MULA
183
Me tenían amarrada en una sola posición y el
cuerpo me dolía demasiado, era un martirio estar todo el día así amarrada. Solo me
soltaban para comer, ir al baño y poder ducharme. El día de la salida para el
Aeropuerto, me levantaron y supe que eran las dos de la madrugada. Me duché y me dieron
las lycras de ciclista con la droga adherida a ellas. Un pantalón y una blusa holgada. Ellos ya habían alineado y “arreglado” mi bolso de
mano y mis documentos.
Salimos de donde me tenían cautiva, sentía que ese carro daba muchas vueltas; hasta que
una voz que no había oído, me dijo: actúa con naturalidad, estas en la puerta No 6. En ningún momento me dejaron sola. Yo pensaba
en ir al baño y dejar allí tiradas las lycras, pero el intento falló, porque mi “amiga”, me
acompañó hasta ese lugar. Yo hice el papeleo de salida, pasé a migración, y ya no pude hacer
nada, en ese momento me requisó una Mujer Policía, la cual pasé sin problema. Y luego pasé el perro, también sin problema. Mi mente
estaba en blanco y estaba desorientada. Solo pensaba en mis hijitos. Llegué a la sala de
espera para el vuelo. Ellos estaban ahí detrás de mí, vigilándome a través del vidrio. Ya a
punto de abordar el avión, una mujer policía, posó su mano sobre mi hombro y me dijo que la acompañara a una requisa de “rutina”; le
respondí que por supuesto. Llegamos a un cuarto, donde está una máquina de rayos X,
me preguntó si estaba en embarazo; le dije que no. Procedió a revisar mi maleta.
NO seas MULA
184
Al no encontrar nada en mi maleta; tuvo la
brillante idea de pasarme por el bodyscanner; frente a la máquina, yo ya no podía mentir.
En esos segundos, vi pasar toda mi vida por
mi mente en cuestión de milisegundos. Fue todo tan rápido que no podía asumirlo. Me
quedé helada y no musitaba palabra. Y en ese instante ni llorar podía; tenía más vida una momia. Me sacaron esposada del Aeropuerto.
Me llevaron a sacarme fotos, huellas y formas legales. Me preguntó un joven de manera
amable si deseaba comer algo. Ese mismo joven me llevó hacia una oficina y me empezó a
interrogar, a hacerme cientos de preguntas y yo aún estaba en shock. No podía hilar ideas o palabras. Hasta que me pidió el nombre de mi
madre y su número de teléfono. Le pregunté para que lo quería, pero el dolor, la tristeza y la
desesperanza me invadieron y no podía reaccionar adecuadamente. Sentía miedo por
mi familia, sentía vergüenza, sentía un vacío inmenso que no puedo describir. Yo solo pensaba que lo que había hecho, lo hice para
que mis hijitos, estuvieran sanos y estuvieran a salvo.
Ese 12 de Septiembre de 2013 perdí mucho más que mi libertad; que es muy poco, para lo
que dejaba atrás en mi país. Luego de mil cosas más, me trasladaron a la URI de Engativá, donde había muchos hombres y
solamente dos mujeres. Todos intentaban brindarme apoyo, pero ni siquiera cuando
llegaba la comida yo sentía apetito, estaba desconsolada.
NO seas MULA
185
Me sentía como una muerta en vida. El 16 de
Septiembre de 2013 llegué a la Reclusión de Mujeres del Buen Pastor. Cuando me ubicaron
patio y celda, no supe qué iba a hacer, yo presa en un país extraño, lejos de mis hijitos y sin
saber si estaban o no vivos, si estaban bien.
No encontraba la manera de decirle a mi madre, lo que me había sucedido, no encontraba la manera de hacerle saber cómo
estaba ni en qué lugar estaba. Llamé algunas veces y colgaba, porque me faltaba el valor
para confesarle donde me encontraba. No tenía fuerzas para contarle de mi situación, darle esa
noticia podía matarla. Poder hablarle, me llevó tres meses. Hasta que pude tomar fuerzas y confesarle que estaba presa en una cárcel en
Colombia, lejos de mis hijos, de mi país, lejos de ella, lejos de mi hogar. Pero a la vez,
rogándole, que no les contara nada a mis hijitos. Hasta que al menos yo, pudiera saber
cuánto tiempo me iba a quedar en este “hotel de cinco estrellas al que me invitaron” esos amigos que conocía hace siete años atrás.
El padre de mis hijos se llevó a mi hijo menor,
y mi madre por no preocuparme, me lo había ocultado, y yo a mis hijitos les mentí, con la
historia de que estaba “trabajando en México, D.F.”. Acumulo ya catorce meses sin saber de mi hijo
menor. Mis mentiras, además, casi me llevan a perder a mi hijo mayor ya que con el afán de
irse a buscarme a México, D.F. se fué de la casa cinco días a “buscarme”.
NO seas MULA
186
Son los cinco días más duros y traumáticos
que he pasado en este infierno. Situaciones que nunca ven los honorables jueces
colombianos que solo ven mulas, hampones y peligrosas delincuentes en nosotras las
mujeres y supongo que en los hombres que capturan con droga.
Desde que estoy recluida, a mis hijos les ha ido mal en el colegio y de mal en peor. Pero
finalmente tanta situación compleja, me llevó a confesarle la verdad a mi hijo mayor. Esa
confesión para ellos fué muy, muy dura y complicada; para mí, fué simplemente mortal.
De mi familia, nadie más sabe que estoy aquí, y nadie va a saberlo de mis labios, porque ellos
valen demasiado para atormentarlos con una noticia así. Además, mi llamado de condena es
de ocho a doce años y aún no sé cuánto va a ser finalmente.
No he matado, pero he visto a reclusas que por un homicidio purgan cuatro años y están en
libertad, y yo fui secuestrada, golpeada y obligada y purgaré entre ocho años y doce años
de cárcel por defender la vida de mis hijos, pero así es la Justicia en Colombia, una
absoluta vergüenza de sistema penal. Después de seis meses recluida, tuve mi
primera visita, un amigo para el cual no soy indiferente, y él tampoco lo es para mí. Cuando
estamos juntos, la atmosfera es bonita, es cálida, es especial.
NO seas MULA
187
Él hace que algo cambie positivamente en mi
persona.
A través de esta persona, que es especial para mí, he vuelto a sonreír; he logrado sobrellevar un poco mejor mi situación de
encierro. He aprendido a “asimilar” un poco mejor mi condición de reclusa y me siento
mujer, me siento valiosa, me siento valorada.
Aun me encuentro sindicada y espero que cuando me condenen, no sea tan fuerte ese día. Ya he cumplido trece meses en este
lugar y solamente anhelo salir pronto a ver a mis hijos.
Esta es mi historia, soy hondureña y estoy aquí, me derribaron y me destrozaron por
completo, por confiada acabaron con mi vida; pero por mis hijos, sigo fuerte y sigo en pie.
NO seas MULA
188
ENGAÑO SIN FRONTERAS.
Yo me encontraba de vacaciones durante siete
días, con mi novio, en Ecuador. El día del vuelo de regreso, un “amigo” de mi novio fué al
Aeropuerto a “despedirnos”, y nos regaló café.
Entonces, yo lo guardé sin ninguna malicia, pues provenía del “amigo de mi novio”. Además, en mi equipaje aun me quedaba
espacio para poderlo poner allí. Cuando llegamos a Bogotá, para hacer la escala, para
volar con destino a Barcelona, me llamaron por mi nombre estando en la sala de espera y me
llamaron por el altavoz. Me llevaron a una oficina y me dijeron que si era ese mi equipaje y en efecto les dije que sí. Que esa era mi
maleta. Yo estaba absolutamente confundida. Los policías buscaban por todo mi equipaje y
yo no comprendía. Ellos me dijeron que el café que yo llevaba, contenía cocaína en su interior,
y yo les dije que eso era imposible. Me sorprendí total y entré en shock. No podía creer que el “amigo de mi novio” me hiciera eso a mí.
Pues yo era una persona honesta y valiosa. No lo podía creer. Le dije a la mujer policía que yo
no comprendía, que eso no era mío, que yo no sabía nada.
Aun así, me arrestaron y me condujeron a los rayos X, me sentí completamente humillada.
Después de la documentación y los papeleos; me llevaron recluida. Jamás pensé que algo así
me pasaría a mí. Siempre les he dialogado a mis tres hijos acerca de no consumir drogas.
NO seas MULA
189
Le agradezco a DIOS por tener hijos buenos
que jamás se involucraron con drogas. He trabajado para el Alcalde de mi ciudad por más
de 16 años. Tengo además un diplomado en Administración de empresas y estudios en
Derecho Penal. Tengo un hijo que trabaja para el Gobernador de mi isla, y mis otros hijos,
todos tienen trabajos respetables. Aunque acumulo ya once meses en este lugar,
todavía me siento muy mal, muy triste, porque a veces me pregunto, que fue lo que me pasó,
porque me ocurrió a mí.
Yo sé que día a día las cosas eventualmente irán mejorando. Así como me dicen mis hijos y mi madre, que DIOS es el único guia y juez, y
que es en QUIEN, debemos poner la mirada y los corazones. Y rezar para que en estos
tiempos difíciles porque solo DIOS es nuestro salvador.
Lo único que podemos hacer es tener la fe y la confianza suficiente. Desde que conocí al
Sacerdote Wilmar Cadavid en el Reclusorio de Mujeres el Buen Pastor de Bogotá, he asistido
a sus misas. He hablado con el mucho y me reconforta y me brinda aliento. El me levanta el
ánimo y sé que DIOS lo usa para brindarme paz en el corazón. Me ha ayudado a restaurarme y alejar mis miedos. A restaurar
mí esperanza. Estoy gratamente agradecida con el Sacerdote
Wilmar, por todo lo que hace por mí.
NO seas MULA
190
Yo sé perfectamente que DIOS me cuida, y me
guiará a mi libertad y a reunirme con mi familia muy pronto.
Lo único que deseo es volverme a reunir con mi
familia, con mis hijos, DIOS me ha bendecido
con una familia hermosa, compasiva,
comprensiva, amorosa y temerosa de DIOS.
La amistad que se conoce en una cárcel, es una
verdadera amistad, aunque en verdad es
escasa, pero yo cuento con amigas que han
estado conmigo en las “buenas” y en las malas.
NO seas MULA
191
FILIPINAS QUEDÓ ATRÁS.
Mi historia, comienza el día 05 de enero de
2014; yo fui arrestada en el Aeropuerto el Dorado de Bogotá, Colombia. Me sindicaron de
Tráfico de Estupefacientes. Yo me encontraba en la sala de espera para abordar mi vuelo,
cuando, en el altavoz indican mi nombre dos veces. Entonces me acerqué al personal de la aerolínea. Inmediatamente, un policía se me
acerca y me pide mi autorización para revisar mi equipaje. Y obviamente le dije que sí. No
tuve miedo o nerviosismo, porque yo estaba segura de que no portaba nada ilegal en mi
equipaje, así que me dirigí a una oficina, donde revisaron mis maletas. Yo portaba un libro en mi equipaje que me habían “obsequiado”.
Resultó que ese libro salió positivo para la prueba de cocaína. El listón de prueba que le
aplicaron se tornó en color azul y brindó positivo. Yo me sorprendí por completo y no
sabía que estaba sucediendo. Luego me llevaron a otro salón, para revisar mi cuerpo bajo los rayos X; obviamente no encontraron
nada, porque esa droga del libro tampoco era mía, y mucho menos llevaba droga en mi
cuerpo, puesto que soy inocente. Estuve luego en la URI, durante dos días, allí
me pude dar cuenta que existen policías ladrones y corruptos, como el policía que me robó cien dólares; y también hay otros policías
como una mujer policía que al contrario del policía Ladrón, me apoyó y me brindó respeto,
me obsequió una toalla, papel higiénico, cobija y otras cosas.
NO seas MULA
192
Nunca llamaron a la embajada para informar
de mi captura.
Luego, me trajeron a la Reclusión de Mujeres del Buen Pastor de Bogotá. Llegué a esta
cárcel, tres días antes de mi cumpleaños. Estaba desubicada, desorientada, confundida,
estaba triste y alejada de mi país, de mi familia, de mis amigos. No supe que hacer, tampoco que pensar. Me ubicaron en el patio
uno; después fui asignada al patio cinco o quinto. En una celda con otras dos personas.
Aquí adentro es difícil y es duro; pero me he dicho a mí misma que debo ser fuerte. Al otro
día de llegar al patio cinco, llamé a mi padre a Filipinas, y le conté lo sucedido; la noticia fue muy fuerte para él. Pero, pasado un mes de
haber caído presa, mi padre me vino a visitar, para ver que yo estuviera bien.
Yo le soy muy agradecida a DIOS, por haberme
brindado una familia fiel y leal, un hogar
compasivo y comprensivo, que me quiere y me
apoya. Creo que DIOS, le brinda un propósito a
todas las cosas y, desde que llegué a esta cárcel
de mujeres, mi fe en DIOS se ha fortalecido.
Y sigo firme día tras día, estoy esperando mi
próxima audiencia para firmar mi pre-acuerdo,
creo que DIOS me ama, y que todo resultará
bien, en algo positivo y que estaré pronto con mis
seres queridos.
NO seas MULA
193
CIERRE SOCIO-JURÍDICO.
Luego de que usted, como lector(a), ha
abordado cada una de las historias a manera de crónica de los valientes reclusos y las
valientes reclusas que ofrecen su historia de vida cruel y triste, para que reflexionemos,
prevengamos y en sano debate logremos que no se repitan a futuro.
Como gestor de la idea editorial, para mí, es una victoria enorme el que este ejemplar sirva
para que una sola persona, (obvio espero que sean
muchas), una vida no se pudra en el olvido de
una cárcel, por iniciativa propia o por las artimañas de terceros. Con que salvemos una vida del infierno de la cárcel, creo que los
autores de cada historia y el suscrito, estaremos satisfechos.
De otro lado, las historias reflejan que en
Colombia, estamos a años luz de una Justicia eficaz y transparente, y vemos que se nos muestra como eficaz un abordaje de los
órganos de custodia de los aeropuertos y terminales por donde se cruza de un lado a
otro la droga. Pero que a la luz de la verdad, eso es una falacia, pues de alrededor de 35
historias, el 85% fueron denunciadas por anónimos, llamadas, o “extrañas coincidencias”, y muy pocos casos obedecen a
la operatividad acuciosa de los policiales. Obviamente habrá casos en los cuales, se
actúa con precisión, pero cabe preguntarse:
NO seas MULA
194
¿Por qué razón, gran número de policías
corren a ver y “participar de la captura de una sola mula, para dejar pasar otras 10, mientras
están interrogando a la que ha sido denunciada por un anónimo?
Igualmente, vemos que los niveles socio-
económicos predilectos de los “enganchadores” son generalmente, personas con dificultades económicas, con valores, con principios, y casi
solamente un 4% de las historias obedece a una ambición egoísta e irresponsable o hambre
de dinero. La gran mayoría, son personas con graves problemas económicos, lo que hace
demasiado extenso el “abanico” de posibilidades frente al perfil de una “mula”.
Eso contrasta con la realidad en la cual, no se captura y judicializa a los “enganchadores” a
los co-autores, a los dueños del negocio, es decir a los verdaderos narcos y mafiosos que se
brindan la vida de magnates a costa de la libertad de los afligidos y de muchos inocentes. Eso nos demuestra que las acciones de la
Policía y de la Inteligencia Policial, no son tan contundentes como aparentan, porque si
fueran así de efectivas, no capturaban “mulas” en un aeropuerto, donde escáner, perros,
sapos y anónimos les hacen la tarea… Sino que se capturarían a los “enganchadores” y se desmantelaban redes de corruptos, como la
que se desmanteló en el Aeropuerto el Dorado de Bogotá y que les cambiaban las maletas a
los pasajeros inocentes e incautos.
NO seas MULA
195
Que podemos decir de estas asquerosas mafias
dentro de los aeropuertos, que les “cargaban” las maletas con la droga a pasajeros incautos e
inocentes y hoy están recluidos(as).
No hemos visto que salga ninguno de esos inocentes libre, por causa de la confesión de
estas mafias y corruptos. No se ha visto que la Policía, desmantele las mafias de “enganchadores” que secuestra a sus víctimas
para ponerlas como “anzuelo y carne de cañón” para poder pasar holgadamente sus diez o
quince mulas “adiestradas hábilmente”, mientras la gran mayoría corre detrás del show
de una sola captura. En lo legislativo y en la rama judicial, tampoco
se evidencia mucha efectividad y asertividad, porque es grosero, grotesco y absurdo,
brindarle la misma pena a una mula que viene siendo el eslabón más débil de la cadena, que
la pena para el narco, el mafioso o el co-autor que maneja el barco, pilotea la avioneta, es el químico que desarrolla la droga, o al hábil
marino que pilotea el submarino. Se condena a los colombianos y extranjeros,
cuando “ya han destruido la droga”, es decir los y las condenan sin la presencia de la
prueba material… ¿La destruyen o la vuelven a negociar?
Por qué razón la destruyen antes de sentenciar el fallo, y sin la orden del Juez
pertinente, es algo que debería revisarse con minuciosidad.
NO seas MULA
196
Se aprecia, una justicia, absurda y
desproporcionada que se muestra como eficaz y trasparente, acabando con la vida de
personas que han sido manipuladas, engañadas, amenazadas, extorsionadas, e
incluso objeto de secuestros con fines de ponerlos como “anzuelos” y que los policías
aparezcan como los hábiles sabuesos, que “capturan” peligrosas mulas… Suena a chiste cuando se conoce la realidad de
la situación desde adentro, desde la verdad.
Adquiere un tinte de absoluto vacío, que la legislación Colombiana, sacrifique a sus
nacionales, y sacrifique a otros extranjeros que optan voluntariamente o bajo amenaza para fungir como “mulas y correos humanos”, y se
ensañe con ellos, cuando ha sido incapaz para detener, desarraigar y desarticular, con fiereza
las bandas de “enganchadores”, secuestradores y hábiles hampones que ponen a las personas
en una situación de doble perdida, cárcel o cárcel.
Hace falta, revisar con absoluto cuidado la legislación actual frente a las “mulas” y darnos
cuenta, que los perfiles han aumentado a pasos agigantados y que ya no solamente las
mulas optan “voluntariamente” por realizar el “trabajo”, sino que las bandas de narcos, ya sobrepasan los límites hasta llegar a la
amenaza de muerte, el secuestro o las amenazas contra las familias de las mal
llamadas “mulas”.
NO seas MULA
197
Nos falta desarrollar un abordaje pausado,
analítico y tranquilo, para encontrar esos vacíos y buscarles solución desde los colegios,
formando en valores a los niños y las niñas, minimizando la demanda del consumo,
sensibilizando a las personas de que la droga que transportan, puede matarlos, matar a sus
hijos, o ser el veneno que a futuro consuman sus hijos o sus nietos, y a qué tipo de demente, se le ocurre transportar la droga que va a
convertir en adictos a sus hijos o nietos.
Las mafias, los corruptos, los narcos, nunca van a desaparecer, pero si nadie los enfrenta…
¿En manos de quien está el futuro de nuestros hijos y nuestras hijas?
El hampón destruye y gobierna, hasta que el
débil se une con otro débil, y con otro débil, y se hacen diez veces más fuertes que el hampón
y acaban con sus fortalezas, labradas en la sangre y el miedo de otros débiles sin esperanza, que bajaron las manos y dejaron de
luchar…
Miremos la noticia de hace unos pocos días, en la cual, en la Costa Atlántica, un Coronel de
apellido Maestre, que pertenece a la Policía Antinarcóticos, era el cabecilla de una banda de narcos, que deberá responder por siete
toneladas de droga…
NO seas MULA
198
Cuantas mulas y cuantas familias han sido
víctimas de vejámenes y tratos inhumanos por causa de esas siete toneladas de droga, y de las
miles y miles de toneladas de drogas que se comercializan en el mundo.
¿Deberíamos legalizar la droga y, que se
acabe el negocio? Ese es un debate que debemos comenzar a
visualizar como sociedad y como Estados de Derecho. Porque finalmente el lucrarse a costa
de la libertad y de la sangre de los inocentes y los bolsillos de los adictos, es una miserable y
oscura manera de enriquecerse que usan los narcos y los mafiosos.
Usted debe también como lector, abordar elementos de juicio y de criterio, propios; esa
droga podría alcanzar a sus hijos o hijas en cualquier momento.
¿Estamos preparados?
Diego Steve Garcia Garcia. Sociólogo Jurídico.
Gestor de la Idea Literaria.
NO seas MULA
199
EL POLVO ME COSTÓ MI LIBERTAD.
Mi nombre es Serena, tengo 34 años, soy
bonita, de 1.57 de estatura, soy menudita y algo voluptuosa. Ello me facilitaba acercarme a
las personas (hombres) para desempeñar mis “trabajos” y pasar desapercibida. Tengo tres
hijitas hermosas (una de ellas murió, mientras yo
estaba encarcelada) mis otras dos hijas son mi tesoro.
Llevo cinco años recluida, “tratando” de acostumbrarme a la prisión pero a pesar de la
desesperación y la tristeza, aun no lo he logrado del todo. A veces siento que es inútil
seguir luchando contra algo que solo DIOS sabe porque y para que me ha sucedido. A ratos, me pregunto, porque DIOS permite
tanto sufrimiento en una sola persona, eso no lo logro comprender. Llevo mucho tiempo sin
ver a mis dulces hijas y sin poder escuchar sus vocecitas dulces. Soy abuela de una linda
nietecita que dio a luz mi hija de 19 años de edad. Me duele el alma, porque sé que aún me falta
tiempo, para verlas y poder recuperar mi hogar. Estoy condenada a 108 meses de
prisión, y este infierno me está volviendo loca. Todavía no puedo creer que me haya
involucrado en este “negocio” y que con ello, me haya acabado la vida en este agujero; finalmente, ya no es tiempo de llorar, está más
que absolutamente confirmado, que la mayoría de las mulas sean hombres o mujeres,
llegamos a una cárcel, a través de ser engañados(as).
NO seas MULA
200
Mi caso no es la excepción, a mí,
personalmente, me pagaban $ 500.000 pesos, por introducir en mi vagina un dedil con droga
e ingresar a una cárcel con esa droga para que se la expendieran a los presos.
Supuestamente, -así me decía mi jefe- si me atrapaban solamente me enviarían a una
prisión domiciliaria, porque yo velaba económicamente por mis tres hijitas. Eso era el “seguro” que me vendían a mí.
La doña que me contrató, tenía a su esposo,
que había sido “pluma” en varios patios en diferentes cárceles, siempre montaban su
propio “imperio” gracias al tráfico de drogas. El trabajo, era introducirme con la ayuda de un gel dilatador, una especie de cilindro con
forma de miembro viril y mantenerlo allí, hasta ingresar a la cárcel de destino.
Yo pensaba que la parte más dura del “trabajo” era la de introducir el “huevo de droga” entre
mi vagina, pero, estaba equivocada. Comenzaron las dudas, los temores, pero ya no podía echarme para atrás, pues la doña ya
tenía todo programado y como yo tenía que brindarles de comer a mis hijas y pagar mis
deudas, ya todo estaba “listo”. Entonces pronuncie la palabra que me trajo a
esta cárcel, dije la palabra que jamás tuve que pronunciar en mi vida: “trato hecho”… Ese sábado que era la primera vez que lo haría,
llegué con mis tres princesitas para dejarlas en la casa de la doña, porque no tenía quien me
las cuidara.
NO seas MULA
201
A mi hija mayor de 14 añitos, (en ese momento), le
dije que iba a hacer algo ilegal, pero que tranquila que eso iba a salir bien y que
podríamos tener algún dinero.
La doña me compró blusa y un pantalón y unas chanclas para poder ingresar al penal,
pues no quería improvisar o que algo saliera mal. Salimos el sábado anterior, a las 10:30 pm en el último bus, que nos llevaría a Neiva,
rumbo a la cárcel de destino. El viaje fue complicado y agotador; finalmente llegamos al
punto donde debíamos bajarnos y caminar por un camino empedrado, y se veía la naturaleza
a flor de piel, los olores, los sonidos y la paz de la noche en el campo. Caminamos un buen trecho y llegamos a una
especie de fogatas, y estaban allí, esposas, amantes, hermanas, madres, prostitutas y, por
supuesto apenas llegamos a la madrugada, una corte de mujeres se le acercaron casi como
sirvientes, pues sabían que era la esposa de uno de los “plumas” de la cárcel. Le ofrecían sus servicios, le ofrecían comida, que puesto
quería comprar, que necesitaba y por supuesto a mí, como iba con ella, me miraban con
respeto y me trataban bien. Ya se acercaba la hora indicada; los mosquitos, el calor y la gente
hacia que el bochorno se sintiera aún más. Creo que finalmente, eran “señales” de que no estaba haciendo lo correcto y que quizá,
debería echarme para atrás, pero la suerte estaba dispuesta para mí.
Ese día, me picaron mucho los mosquitos y me produjeron muchas ronchas, por lo citadina.
NO seas MULA
202
Nunca pensé que la tragedia me esperaría.
Solamente pensaba en que todo saliera bien. Yo pensaba que eso iba a ser más fácil de lo
que imaginaba. Las mujeres unas oían música, otras hablaban de sus maridos, otras de sus
amantes, otras de sexo, otras de sus hijos, otras simplemente dormían, otras miraban
como perdidas y otras tomaban alcohol y fumaban cigarrillo y otras cosas. Las más comprometidas, eran las madres, que
hablaban de su hijo, como el más recto y valioso ser humano, así fuera el peor de los
delincuentes, pues uno como madre, siempre vera las virtudes de sus hijos aunque sus
hechos digan otra cosa. Como se dice en la cárcel: “la madre es la que nuca miente”…
Vendían tintos, comida, chanclas, bolsas, gaseosas, lo que se requiere para ingresar y lo
que es legal y lo que no lo es también. A la doña le ofrecían de todo. Ella llevaba un
canguro (maletín pequeño a la cintura) que estaba lleno de dinero, así que las vendedoras la trataban como a una figura importantísima,
como si fuera la hermana de Pablo Escobar Gaviria. Y yo iba a entrar como la supuesta
esposa de un preso del mismo patio del esposo de la doña. Así que tenía que hacer bien mi
papel y no embarrarla. Finalmente hicimos la fila para el ingreso, y yo me quedé adelante, pues la doña me pagó un lugar, algunas
mujeres delante de ella para que no nos vieran juntas por si me atrapaban a mí. Al ingresar,
pasé sin problema la requisa femenina.
NO seas MULA
203
Eso sí, me manoseó hasta el apellido esa
guardiana. Después me sentaron en una silla que pita ante el metal y también pasé normal,
y luego me pusieron a sentarme en una silla plástica (Rimax) con las piernas abiertas, para
que el custodio con el perro pudieran pasar por mi lado y olfatearme.
Los nervios me dominaban, pero finalmente pasé todos los controles y pude llegar al patio de destino. Llevaba un recipiente de plástico
con bolsas de comida, y no sabía ni quien era mi supuesto marido. Pero al momento de
caminar por el ingreso al patio, se me acercó un tipo gordo de unos 50 años, con muchas
cicatrices en el rostro supongo que producto de peleas y cuchilladas. Me intentó besar en la boca, para cumplir “su
papel” de esposo, pero yo le giré el rostro y me besé en la mejilla. Luego de ello, me llevó a una
celda, allá estaba un cuarto con dos “camas de cemento” un ventilador y unas cobijas. Un
televisor y olor a incienso. Me temblaban aun las piernas, pero finalmente ya había “coronado”. Entonces, le pedí al señor, que no
me llevara donde el “pluma” que era el esposo de la doña, uno porque ella era muy, muy
celosa y segundo porque no quería que vieran que yo era la “mula”.
Pude descargarme y sacar el paquete de droga de mi vagina, y entregarlo al hombre de las cicatrices en la cara. Y me recosté a descansar
y dormir en una de las planchas de concreto, y el hombre en la otra. Me despertó el sentir que
me estaban tocando las piernas y me sorprendió, ver que este tipo me estaba
NO seas MULA
204
manoseando las piernas y acariciándome
morbosamente, me decía que era muy bonita, que estaba muy buena, que estaba apenas,
seguramente la falta de una mujer, el encierro, la necesidad o no sé la razón.
Pero de inmediato le dije que yo no venía a eso, que estaba equivocado y le hablé fuerte,
incluso le nombre al “pluma” y que yo le diría de su proceder abusivo. En ese instante se alejó de mí. Pero yo nunca imaginé que ese
polvo que no le quise ofrecer a este hombre; me costaría mi libertad a futuro. Ofendida e
indignada al salir de la cárcel y terminada la visita, salí rápido y sin despedirme. Le comenté
del asunto a la doña y ella, llamó a su esposo y por supuesto le dieron la paliza al abusador y eso sería mi marca para luego caer presa.
Este hombre cumpliría su venganza por no haberme acostado con él, de manera muy cruel
e injusta.
La doña, quedó muy contenta conmigo y realicé otros tres o cuatro viajes a esa misma cárcel, pero en esta ocasión, me recibía otro
muchacho, era más simpático, más amable e incluso respetuoso, porque ya sabían cómo les
iba si acaso se sobrepasaban conmigo. Me llevaba de la mano por el patio y cumplía su
papel de esposo y era muy cálido conmigo y me contaba de sus cosas y demás.
Para el 09 de mayo de 2010, todo fue igual, viajamos con la doña y todo aparentemente
funcionaba a la perfección, eso pensaba yo…
NO seas MULA
205
Que engañada estaba, ese día me había
tinturado el cabello, me veía diferente y más bonita, e incluso estaba muy contenta de que
todo era más “tranquilo” al ingreso. Pero,
No imaginaba que la desgracia me estaba esperando en esa cárcel ese día. Al ingreso de
inmediato al leer mi nombre, el Guardián o Custodio me preguntó de nuevo mi nombre y me dijo que porque razón, yo estaba en dos
visitores o lista de ingresos con dos reclusos en el mismo patio. Yo no atiné a decir nada, la
doña nunca me preparó para ese asunto. Ese día me requisaron más de lo normal, me
hicieron esperar al Policía Judicial, y el Guardián me decía que entregara esa droga, que ya me habían “sapeado”, que uno de los
empleados del pluma me había entregado. Que hiciera las cosas más fáciles, que me entregara
y colaborara. Me esposaron y me pusieron en un rincón, que para que NO pudiera
descargarme. Llegó el Policía Judicial y entonces mi mundo se vino abajo, y por más que yo negaba y negaba que estaba como
“mula” y que venía cargada, el Policía Judicial me repitió, lo que dijo el Guardián, que me
habían “entregado”, el hombre de las cicatrices en la cara, con el que no me quise acostar y al
cual le dieron una paliza por haberme manoseado, me había señalado con nombre propio como una de las mulas del “pluma del
patio”. Así finalmente me judicializaron ese día, me llevaron a una celda horrible con otras dos
mujeres y muchos hombres. La doña, solamente me envió una nota en un papel.
NO seas MULA
206
Me decía en la nota que tranquila, que eso me
daban la domiciliaria por mis hijas. Al judicializarme y como no tenía papeles de mis
hijas, un arraigo en Neiva ni nada que demostrara mi situación, me condenaron a 108
meses de cárcel y nunca me dieron la prisión domiciliaria. Me llevaron a la cárcel de
mujeres, que era un anexo de la de los hombres, allá supe con pelos y detalles que el hombre de las cicatrices en la cara me había
“entregado” por no haberme acostado con él. Ese polvo me costó la libertad. Ese calabozo
era horrible, nauseabundo, no tenía ventanas pero si muchos bichos. Los hombres me decían
cosas, obscenidades y vulgaridades y las mujeres eran calladas. Me tocó en un patio con dos lesbianas que me acosaban
insistentemente y una bruja que “leía el tabaco o el cigarrillo”, y solamente atinaba a decirme
que no me veía libertad muy pronto.
Después de purgar tres meses en esa cárcel, la doña, le había entregado mis tres hijitas a mi hermano. Y vino el colmo de mi desgracia, mi
niña menorcita, murió a causa de una golpiza dijo Medicina Legal y Ciencias Forenses. Y mi
hermano y su esposa, se volaron, después de haber –presuntamente- asesinado a golpes a
mi chiquitica de 3 añitos. Dejaron en la calle a mis otras dos niñas, y la mayor, se quedó con la doña. La otra no aguantó el maltrato y se fue
con el padre biológico, pero también la maltrataban y la menospreciaba la mujer de mi
ex esposo y la madrastra me la insultaba, así que se la entregaron al ICBF.
NO seas MULA
207
Pero del hogar del ICBF, se voló.
No sé nada de mi hija de 17 años, desde hace como 7 meses, y a mi hija mayor de 19 años,
me brindó una nietecita que cumple ya 6 meses de edad. Mi vida no ha sido la mejor
estos últimos cinco años. Casi me vuelvo loca, encerrada y mi hija de
tres añitos asesinada a golpes. A pesar de la orden de un Juez para poder ir a las exequias, no me llevaron; pero creo que eso
fue mejor, pues no sé, como hubiera reaccionado yo ante el cadáver de mi bebecita.
No sé para ir cuando salga, no sé por dónde
empezar, pero estoy segura que esta experiencia
me ha marcado la vida y pretendo recomenzar a
construir un hogar nuevo, con un hombre valioso
que me ame, me respete y que me brinde mi
lugar. Pienso esforzarme y trabajar, no tener
nada que ver con negocios ilegales y recomenzar
de la mano de DIOS.
NO seas MULA
208
Finalmente, gracias a un derecho de petición,
que muy amablemente me responde la Policía Nacional de Colombia, para reseñar con cifras
y estadísticas el cierre de esta primera parte de NO seas MULA.
A continuación las escandalosas cifras de capturados por el delito de Tráfico de
Estupefacientes. A cierre de fecha del pasado 10 de Agosto de 2014.
Espere la segunda parte de este libro para 2015, con especial énfasis en el Microtrafico.
MINISTERIO DE DEFENSA NACIONAL POLICÍA NACIONAL
DIRECCIÓN DE INVESTIGACIÓN CRIMINAL E INTERPOL
CAPTURAS A CIUDADANOS COLOMBIANOS Y EXTRANJEROS POR EL DELITO
DE NARCOTRÁFICO REGISTRADOS EN EL PAÍS
PERIODO COMPRENDIDO DEL 01 DE ENERO AL 31 DE DICIEMBRE 2012-2013 Y DEL 01 DE ENERO AL 10 DE AGOSTO 2014
PAÍS NACIMIENTO LUGAR CAPTURA 2012 2013 2014
NO REPORTADO CESAR 1 0 0
NO REPORTADO CÓRDOBA 0 0 3
NO REPORTADO DIJIN 0 0 1
NO REPORTADO M. BOGOTÁ 0 0 4
NO REPORTADO M. CÚCUTA 0 0 1
NO seas MULA
209
NO REPORTADO M. MEDELLÍN 0 0 4
NO REPORTADO M. MONTERÍA 0 0 4
NO REPORTADO M. NEIVA 0 0 1
NO REPORTADO M. PEREIRA 0 0 1
NO REPORTADO M. POPAYÁN 0 0 1
NO REPORTADO NARIÑO 0 0 4
NO REPORTADO UNIPOL 0 0 5
ALEMANIA M. MEDELLÍN 1 0 0
ALEMANIA M. SANTA MARTA 1 0 0
ANGOLA ANTINARCÓTICOS 0 0 1
ARGENTINA M. BOGOTÁ 1 0 0
ARGENTINA M. SANTA MARTA 0 1 4
ARMENIA DIJIN 0 1 0
ARMENIA M. BOGOTÁ 0 1 0
ARMENIA M. CALI 3 0 0
ARMENIA META 0 1 0
ARMENIA M. MEDELLÍN 3 1 0
ARMENIA M. SANTA MARTA 0 1 0
ARMENIA QUINDÍO 0 0 1
ARMENIA UNIPOL 0 6 0
ARMENIA VALLE 2 0 0
ARUBA GUAJIRA 2 0 0
AUSTRALIA ANTINARCÓTICOS 0 0 1
BELGICA M. BOGOTÁ 0 1 0
BIRMANIA M. BOGOTÁ 0 1 0
BOLIVIA ANTINARCÓTICOS 1 2 0
BRASIL AMAZONAS 3 0 6
BRASIL ANTINARCÓTICOS 2 0 1
BRASIL M. SANTA MARTA 0 1 0
CANADA ANTINARCÓTICOS 0 2 0
CANADA ANTIOQUIA 0 1 0
CANADA M. CALI 0 0 1
NO seas MULA
210
COLOMBIA AMAZONAS 149 106 93
COLOMBIA ANTINARCÓTICOS 1.202 1.103 665
COLOMBIA ANTIOQUIA 4.255 4.141 2.396
COLOMBIA ARAUCA 275 220 108
COLOMBIA ATLÁNTICO 393 422 299
COLOMBIA BOLÍVAR 915 1.539 1.048
COLOMBIA BOYACÁ 457 460 275
COLOMBIA CALDAS 1.846 1.940 1.621
COLOMBIA CAQUETÁ 426 418 252
COLOMBIA CASANARE 262 243 210
COLOMBIA CAUCA 722 711 373
COLOMBIA CESAR 759 961 628
COLOMBIA CÓRDOBA 527 617 499
COLOMBIA CUNDINAMARCA 2.401 2.319 1.826
COLOMBIA CHOCÓ 289 195 125
COLOMBIA DICAR 43 9 4
COLOMBIA DIJIN 307 324 206
COLOMBIA
DIRECCIÓN DE CARABINEROS Y SEGURIDAD RURAL 47 14 0
COLOMBIA
GRUPOS ESPECIALES DE INVES. CRIMINAL - GROIC 527 0 0
COLOMBIA GUAINÍA 20 17 18
COLOMBIA GUAJIRA 320 426 234
COLOMBIA GUAVIARE 133 172 119
COLOMBIA HUILA 665 712 485
COLOMBIA MAGDALENA 253 281 176
COLOMBIA MAGDALENA MEDIO 862 934 611
COLOMBIA M. BARRANQUILLA 3.082 3.704 2.437
COLOMBIA M. BOGOTÁ 13.532 15.745 10.860
COLOMBIA M. BUCARAMANGA 3.637 3.402 2.397
COLOMBIA M. CALI 4.690 4.971 1.594
COLOMBIA M. CARTAGENA 1.699 1.356 964
NO seas MULA
211
COLOMBIA M. CÚCUTA 1.877 1.692 1.189
COLOMBIA META 170 162 157
COLOMBIA M. IBAGUÉ 873 938 674
COLOMBIA M. MANIZALES 2.601 2.516 2.416
COLOMBIA M. MEDELLÍN 11.872 10.626 7.791
COLOMBIA M. MONTERÍA 1.993 2.975 2.122
COLOMBIA M. NEIVA 645 625 717
COLOMBIA M. PASTO 685 1.025 554
COLOMBIA M. PEREIRA 2.381 2.528 1.016
COLOMBIA M. POPAYÁN 672 591 397
COLOMBIA M. SANTA MARTA 800 856 598
COLOMBIA M. TUNJA 582 301 148
COLOMBIA M. VILLAVICENCIO 494 508 427
COLOMBIA NARIÑO 616 646 577
COLOMBIA NORTE DE SANTANDER 326 288 228
COLOMBIA PUTUMAYO 344 254 178
COLOMBIA QUINDÍO 7.093 3.549 1.692
COLOMBIA RISARALDA 1.069 924 379
COLOMBIA SAN ANDRÉS 52 75 34
COLOMBIA SANTANDER 431 415 274
COLOMBIA SUCRE 725 896 530
COLOMBIA TOLIMA 873 906 615
COLOMBIA UNIPOL 6 4.133 2.289
COLOMBIA URABÁ 646 646 271
COLOMBIA VALLE 3.561 4.701 3.952
COLOMBIA VAUPÉS 19 20 6
COLOMBIA VICHADA 46 40 22
COSTA RICA ANTINARCÓTICOS 2 1 3
CROACIA M. MONTERÍA 1 0 0
CUBA DIJIN 0 0 1
CUBA M. CALI 0 1 0
CUBA M. SANTA MARTA 1 0 0
NO seas MULA
212
CURACAO ANTINARCÓTICOS 2 0 0
CURACAO M. BARRANQUILLA 0 1 0
CHILE ANTINARCÓTICOS 1 0 1
CHILE M. SANTA MARTA 0 1 0
CHINA ANTINARCÓTICOS 0 1 1
DINAMARCA ANTINARCÓTICOS 1 0 0
DOMINICA ANTINARCÓTICOS 0 0 2
ECUADOR ANTINARCÓTICOS 4 10 7
ECUADOR ANTIOQUIA 1 0 0
ECUADOR CUNDINAMARCA 0 1 0
ECUADOR DIJIN 0 0 12
ECUADOR M. BARRANQUILLA 0 2 0
ECUADOR M. BOGOTÁ 0 2 2
ECUADOR M. CALI 1 0 0
ECUADOR M. MEDELLÍN 0 1 0
ECUADOR M. PASTO 1 0 1
ECUADOR M. POPAYÁN 0 0 1
ECUADOR NARIÑO 6 6 4
ECUADOR UNIPOL 0 1 0
ECUADOR VALLE 0 0 1
ESLOVAQUIA ANTINARCÓTICOS 0 1 0
ESPAÑA AMAZONAS 1 0 0
ESPAÑA ANTINARCÓTICOS 54 33 9
ESPAÑA ANTIOQUIA 1 1 0
ESPAÑA CAUCA 0 1 0
ESPAÑA DIJIN 0 2 3
ESPAÑA M. BOGOTÁ 0 3 3
ESPAÑA M. CÚCUTA 0 1 0
ESPAÑA M. MANIZALES 1 0 0
ESPAÑA M. MEDELLÍN 0 0 3
ESPAÑA M. PEREIRA 1 0 0
ESPAÑA M. SANTA MARTA 1 0 0
NO seas MULA
213
ESPAÑA VALLE 2 0 1
ESTADOS UNIDOS ANTINARCÓTICOS 19 3 2
ESTADOS UNIDOS ANTIOQUIA 1 1 0
ESTADOS UNIDOS CALDAS 1 0 0
ESTADOS UNIDOS CUNDINAMARCA 1 0 0
ESTADOS UNIDOS DIJIN 0 0 1
ESTADOS UNIDOS M. BARRANQUILLA 0 0 1
ESTADOS UNIDOS M. BOGOTÁ 0 1 0
ESTADOS UNIDOS M. CALI 2 4 0
ESTADOS UNIDOS M. IBAGUÉ 0 1 0
ESTADOS UNIDOS M. MEDELLÍN 1 1 1
ESTADOS UNIDOS QUINDÍO 1 0 0
ESTADOS UNIDOS TOLIMA 1 0 0
ESTADOS UNIDOS UNIPOL 0 1 0
ESTADOS UNIDOS VALLE 1 0 0
FILIPINAS ANTINARCÓTICOS 0 0 1
FINLANDIA ANTINARCÓTICOS 0 0 1
FRANCIA ANTINARCÓTICOS 0 1 0
FRANCIA DIJIN 0 1 0
FRANCIA M. BOGOTÁ 1 0 1
FRANCIA QUINDÍO 1 1 0
FRANCIA VALLE 1 0 0
GABÓN CUNDINAMARCA 0 0 1
GEORGIA M. BOGOTÁ 0 0 1
GRAN BRETAÑA ANTINARCÓTICOS 3 1 0
GUATEMALA ANTINARCÓTICOS 1 4 3
GUATEMALA HUILA 0 1 0
GUAYANA ANTINARCÓTICOS 0 5 0
HOLANDA ANTINARCÓTICOS 0 4 3
NO seas MULA
214
HOLANDA DIJIN 0 1 0
HOLANDA M. BOGOTÁ 0 0 2
HONDURAS ANTINARCÓTICOS 23 4 0
HONDURAS DIJIN 0 0 2
HONDURAS SAN ANDRÉS 1 2 0
INDONESIA ANTINARCÓTICOS 0 0 1
IRAN ANTINARCÓTICOS 1 1 0
IRLANDA ANTINARCÓTICOS 0 1 0
ISRAEL ANTINARCÓTICOS 1 3 0
ISRAEL VALLE 0 0 1
ITALIA ANTINARCÓTICOS 6 6 3
ITALIA ANTIOQUIA 1 0 0
ITALIA DIJIN 1 5 0
ITALIA M. BOGOTÁ 0 0 1
ITALIA M. CARTAGENA 1 1 0
ITALIA VALLE 1 0 0
JAMAICA DIJIN 0 0 1
LIBANO QUINDÍO 0 1 0
LITUANIA M. BOGOTÁ 0 1 0
MARRUECOS M. SANTA MARTA 0 0 1
MÉXICO ANTINARCÓTICOS 8 17 13
MÉXICO DIJIN 0 0 2
MÉXICO M. BOGOTÁ 0 0 1
MÉXICO M. BUCARAMANGA 0 1 0
NICARAGUA ANTINARCÓTICOS 3 1 0
NIGERIA ANTINARCÓTICOS 1 0 0
NORUEGA M. CARTAGENA 0 0 1
PAKISTÁN DIJIN 0 0 1
PANAMÁ ANTINARCÓTICOS 1 7 3
PANAMÁ CÓRDOBA 1 0 0
PANAMÁ CHOCÓ 0 1 0
PANAMÁ DIJIN 0 1 0
NO seas MULA
215
PARAGUAY ANTINARCÓTICOS 0 1 0
PERÚ AMAZONAS 21 8 1
PERÚ ANTINARCÓTICOS 1 2 1
PERÚ ANTIOQUIA 0 1 0
PERÚ CALDAS 0 1 0
PERÚ DIJIN 0 1 1
PERÚ M. BOGOTÁ 0 2 3
PERÚ M. CALI 0 1 0
PERÚ M. CÚCUTA 0 0 1
PERÚ M. MEDELLÍN 0 1 0
PERÚ M. PASTO 0 0 2
PORTUGAL ANTINARCÓTICOS 1 1 0
PORTUGAL M. BOGOTÁ 2 0 0
PORTUGAL M. MANIZALES 1 0 0
PORTUGAL M. MEDELLÍN 0 0 1
PUERTO RICO ANTINARCÓTICOS 2 0 2
PUERTO RICO DIJIN 0 0 8
PUERTO RICO M. PEREIRA 0 0 1
REPUBLICA CHECA M. MANIZALES 0 1 0
REPUBLICA DOMINICANA ANTINARCÓTICOS 16 26 9
REPUBLICA DOMINICANA DIJIN 1 2 0
REPUBLICA DOMINICANA M. BOGOTÁ 0 1 0
REPUBLICA DOMINICANA M. BUCARAMANGA 0 1 0
RUMANIA ANTINARCÓTICOS 0 1 1
RUSIA ANTINARCÓTICOS 0 0 1
RUSIA QUINDÍO 0 1 0
SALVADOR ANTINARCÓTICOS 2 0 1
SAN MARINO NARIÑO 0 0 1
SUDÁFRICA ANTINARCÓTICOS 2 0 0
SUIZA ANTINARCÓTICOS 2 0 0
SUIZA DIJIN 0 1 0
NO seas MULA
216
TRINIDAD Y TOBAGO ANTINARCÓTICOS 0 0 1
URUGUAY ANTINARCÓTICOS 0 1 0
VENEZUELA ANTINARCÓTICOS 29 35 5
VENEZUELA ARAUCA 6 4 1
VENEZUELA ATLÁNTICO 1 0 0
VENEZUELA BOLÍVAR 0 2 0
VENEZUELA CALDAS 1 0 0
VENEZUELA CAUCA 0 0 1
VENEZUELA CESAR 0 0 1
VENEZUELA DICAR 1 0 0
VENEZUELA DIJIN 0 1 2
VENEZUELA GRUPOS ESPECIALES DE INVES. CRIMINAL - GROIC 5 0 0
VENEZUELA GUAINÍA 0 0 1
VENEZUELA GUAJIRA 1 7 2
VENEZUELA M. BARRANQUILLA 2 4 1
VENEZUELA M. BOGOTÁ 2 1 1
VENEZUELA M. BUCARAMANGA 0 0 1
VENEZUELA M. CALI 6 5 0
VENEZUELA M. CARTAGENA 1 0 0
VENEZUELA M. CÚCUTA 49 38 34
VENEZUELA M. IBAGUÉ 1 0 0
VENEZUELA M. MANIZALES 1 1 0
VENEZUELA M. MEDELLÍN 1 2 0
VENEZUELA M. MONTERÍA 1 1 0
VENEZUELA M. PEREIRA 0 1 0
VENEZUELA M. SANTA MARTA 0 0 2
VENEZUELA NORTE DE SANTANDER 1 0 2
VENEZUELA QUINDÍO 1 0 1
VENEZUELA SUCRE 1 3 0
VENEZUELA UNIPOL 0 1 0
VENEZUELA VALLE 1 0 0
NO seas MULA
217
VENEZUELA VICHADA 4 1 0
NO REPORTADO AMAZONAS 13 2 6
NO REPORTADO ANTINARCÓTICOS 1 2 21
NO REPORTADO ANTIOQUIA 0 1 2
NO REPORTADO ARAUCA 0 2 0
NO REPORTADO ATLÁNTICO 0 0 5
NO REPORTADO BOLÍVAR 1 1 4
NO REPORTADO BOYACÁ 0 1 1
NO REPORTADO CALDAS 13 12 23
NO REPORTADO CAQUETÁ 0 0 33
NO REPORTADO CASANARE 7 5 1
NO REPORTADO CAUCA 5 0 3
NO REPORTADO CESAR 32 18 1
NO REPORTADO CÓRDOBA 0 1 1
NO REPORTADO CUNDINAMARCA 2 2 11
NO REPORTADO CHOCÓ 4 2 1
NO REPORTADO DIJIN 3 4 26
NO REPORTADO
DIRECCIÓN DE CARABINEROS Y SEGURIDAD RURAL 1 0 0
NO REPORTADO GRUPOS ESPECIALES DE INVES. CRIMINAL - GROIC 4 0 0
NO REPORTADO GUAINÍA 20 9 0
NO REPORTADO GUAJIRA 0 0 1
NO REPORTADO GUAVIARE 10 4 0
NO REPORTADO HUILA 3 4 0
NO REPORTADO MAGDALENA 6 4 1
NO REPORTADO MAGDALENA MEDIO 23 19 4
NO REPORTADO M. BARRANQUILLA 7 6 23
NO REPORTADO M. BOGOTÁ 548 282 58
NO REPORTADO M. BUCARAMANGA 81 0 5
NO REPORTADO M. CALI 142 236 5
NO REPORTADO M. CARTAGENA 99 92 2
NO REPORTADO M. CÚCUTA 44 30 145
NO seas MULA
218
NO REPORTADO META 3 6 0
NO REPORTADO M. IBAGUÉ 0 0 2
NO REPORTADO M. MANIZALES 55 31 15
NO REPORTADO M. MEDELLÍN 284 196 51
NO REPORTADO M. MONTERÍA 0 2 9
NO REPORTADO M. NEIVA 0 2 4
NO REPORTADO M. PASTO 36 98 6
NO REPORTADO M. PEREIRA 6 4 4
NO REPORTADO M. POPAYÁN 6 0 2
NO REPORTADO M. SANTA MARTA 7 4 10
NO REPORTADO M. VILLAVICENCIO 9 12 4
NO REPORTADO NARIÑO 20 30 109
NO REPORTADO NORTE DE SANTANDER 0 0 1
NO REPORTADO PUTUMAYO 2 0 3
NO REPORTADO QUINDÍO 65 26 20
NO REPORTADO RISARALDA 7 0 5
NO REPORTADO SAN ANDRÉS 1 1 0
NO REPORTADO SANTANDER 2 3 5
NO REPORTADO SUCRE 5 3 0
NO REPORTADO TOLIMA 13 2 0
NO REPORTADO UNIPOL 0 25 278
NO REPORTADO URABÁ 2 1 0
NO REPORTADO VALLE 20 58 15
NO REPORTADO VAUPÉS 1 0 0
NO REPORTADO VICHADA 1 0 1
TOTAL 88.115 91.876 60.941
NO seas MULA
219
Etiquetas de fila Suma de 2012 Suma de 2013 Suma de 2014
ALEMANIA 2 0 0 ANGOLA 0 0 1 ARGENTINA 1 1 4 ARMENIA 8 11 1 ARUBA 2 0 0 AUSTRALIA 0 0 1 BÉLGICA 0 1 0 BIRMANIA 0 1 0 BOLIVIA 1 2 0 BRASIL 5 1 7 CANADA 0 3 1 CHILE 1 1 1 CHINA 0 1 1
COLOMBIA 86147 90298 59776 COSTA RICA 2 1 3 CROACIA 1 0 0 CUBA 1 1 1 CURACAO 2 1 0 DINAMARCA 1 0 0 DOMINICA 0 0 2 ECUADOR 13 23 28 ESLOVAQUIA 0 1 0 ESPAÑA 61 41 19 ESTADOS UNIDOS 28 12 5 FILIPINAS 0 0 1 FINLANDIA 0 0 1 FRANCIA 3 3 1 GABÓN 0 0 1 GEORGIA 0 0 1 GRAN BRETAÑA 3 1 0 GUATEMALA 1 5 3 GUAYANA 0 5 0 HOLANDA 0 5 5 HONDURAS 24 6 2 INDONESIA 0 0 1 IRÁN 1 1 0 IRLANDA 0 1 0 ISRAEL 1 3 1 ITALIA 10 12 4 JAMAICA 0 0 1 LÍBANO 0 1 0 LITUANIA 0 1 0 MARRUECOS 0 0 1 MÉXICO 8 18 16 NICARAGUA 3 1 0 NIGERIA 1 0 0 NO REPORTADO 1615 1243 956 NORUEGA 0 0 1 PAKISTÁN 0 0 1 PANAMÁ 2 9 3 PARAGUAY 0 1 0 PERÚ 22 17 9
NO seas MULA
220
PORTUGAL 4 1 1 PUERTO RICO 2 0 11 REPUBLICA CHECA 0 1 0 REPUBLICA DOMINICANA 17 30 9 RUMANIA 0 1 1 RUSIA 0 1 1 SALVADOR 2 0 1 SAN MARINO 0 0 1 SUDÁFRICA 2 0 0 SUIZA 2 1 0 TRINIDAD Y TOBAGO 0 0 1 URUGUAY 0 1 0 VENEZUELA 116 107 55
Total general 88115 91876 60941
FUENTE: DIJIN-POLICÍA NACIONAL. DATOS EXTRAÍDOS EL DÍA 11 DE AGOSTO DE 2014 A LAS 15:00 HORAS, INFORMACIÓN PRELIMINAR SUJETA A VARIACIÓN.
NO seas MULA
221
NO seas MULA
222
El listado de los reclusos del E.C. MODELO DE BOGOTÁ, involucrados en el proceso de recopilación, reforma, adición, edición y publicación de las 36 crónicas REALES, de correos humanos de estupefacientes o “MULAS”, se consolida así:
Nombre Cedula o
Pasaporte TD Nacionalidad Cargo
Diego Steve Garcia 11.200.460 35 86 84 Colombiano Coordinador Marino Marín Quiceno 10.090.498 36 67 07 Colombiano Autor
José Luis Marulanda 94.456.356 36 65 95 Colombiano Autor
Jaime Gómez Gómez 79.652.027 36 81 91 Colombiano Autor
Juan Luis Mendoza G - 10202152 36 73 35 Mexicano Autor Flavio Galán Hernández G - 09721128 36 67 09 Mexicano Autor José Raúl Moreno G- 12102441 36 58 86 Mexicano Colaborador Roman Valdes Ledezma 1833453 36 03 81 Panameño Colaborador
El listado de las internas de La Reclusión de Mujeres del BUEN PASTOR DE BOGOTÁ, del patio 5º y del patio 9º, involucradas en el proceso de compartir su historia y su crónica de vida, de cómo fueron “enganchadas como “mulas”, aprehendidas y judicializadas”, para enarbolar la edición y publicación de sus once (11) crónicas REALES, de correos humanos de estupefacientes o “MULAS”, se consolida así:
Nombre Cedula o
Pasaporte TD Nacionalidad Cargo
Linda Lugtt Ramírez Ávila
G - 14202447 071888 Mexicana Colaboradora
Maribel Guzmán Rubalcaba
G - 5878043 0705992 Mexicana Colaboradora
Susana Rubalcaba Medina
G - 02717510 071676 Mexicana Colaboradora
Claudia Alatriste Pérez
G- 1068378 070960 Mexicana Colaboradora
Daniela María Trinidad
G - 2460508 070992 Mexicana Colaboradora
Ilian Rosa Riveros CC 5400833 070289 Paraguaya Colaboradora
Charmaine Barroma
EB 8489705 071563 Filipina Colaboradora
Eileen Flores 443204822 071461 Hawaiana Colaboradora
Elsy Merilyn López Guzmán
E- 309707 071134 Hondureña Colaboradora
Eliana Sthepanie Bernal
1.108.455.733 070714 Colombiana Colaboradora
Andrea Biviana Herrera
52.344.110 068632 Colombiana Colaboradora