REVISTA

HISTORIA NAVAL

INSTITUTO DE HISTORIA Y CULTURA NAVAL

ARMADA ESPAÑOLA

Año XIII Núm. 50

INSTITUTO DE HISTORIA Y CULTURA NAVAL

ARMADA ESPAÑOLA

REVI STA

DE

HISTORIA NAVAL

Año XIII 1995 Núm. 50

REVISTA DE HISTORIA NAVAL

CONSEJO RECF0R:

Presidente:

Vicepresidentey Director:

Redacción, Difusión yDistribución:

Administración:

Director del Instituto de Historia y Cultura Naval, José IgnacioGonzález-AHer Hierro, contralmirante.

José Cervera Pery, coronel auditor. Periodista.

Fernando González de Canales y López Obrero, Secretario Generaldel Instituto de Historia y Cultura Naval; Manuel Martínez Cerro,Jefe del Departamento de Cultura del Instituto de Historia y CulturaNaval; Hugo O’Donnell y Duque de Estrada, de la Comisión Española de Historia Marítima.

Isabel Hernández Sanz, Paloma Moreno de Alborán, Ana Berenguer Berenguer.

Ovidio García Ramos, comandante de Intendencia de la Armada,María Isabel Morante Martínez.

DIRECCIÓN Y ADMINISTRACIÓN:

Instituto de Historia y Cultura NavalJuan de Mena, , a planta.28071 Madrid (España).

EDICIÓN DEL MINISTERIO DE DEFENSA

IMPRIME:

Servicio de Publicaciones de la Armada.

Publicación trimestral: tercer trimestre 1995.Precio del ejemplar suelto: 650 pesetas.

Suscripción anual:

España y Portugal: 2.600 pesetas.Resto del mundo: 30 $ USA.

Depósito legal: M. 16.854-1983.ISSN-0212-467X.NIPO: 076-95-015-X.Impreso en España. - Printed in Spain.

Vocales:

CUBIERTA: Logotipo del Instituto de Historia y Cultura Naval.

SUMARIO

Págs.

Presentación del almirante jefe del Estado Mayor de la Armada .... 5

Nota del almirante director del Instituto de Historia y CulturaNaval7

NOTA EDITORIAL9

lgnacio de Loyola y el mar: Su política mediterránea, por Franciscode Borja Medina, S. J11

Los conocimientos marítimos de Françesc Maciá, por Antonio de laVega Blasco57

/

Estudio sociológico de los ministros de Marina, por José Manuel 1Cuenca Toribio y Soledad García Miranda71

Los orígenes de la IAdiutrix y de la IlAdiutrix, dos legiones romanas surgidas de la Marina Imperial, por Julio RodríguezGonzález89

Los Jovellanos, una familia marinera, por José M. Blanco Núfiez.. 103

Los contenidos humanistas y la presencia del pasado en el palaciode El Viso del Marqués: El debate sobre las esculturas pintadas,por Eduardo Blázquez Mateos113

La historia vivida, por María Gómez Martín127

Documento: Aviso del apresamiento de la carraca portuguesa SanFelipe, por sir Francis Drake (19 de junio de 1587)131

La Historia Marítima en el mundo, por José Antonio Ocampo135

Noticias Generales137

Recensiones143

COLABORAN EN ESTE NÚMERO

Francisco de B. Medina Rojas es doctor en Historia por la Universidad de Sevilla. Esprofesor en la Facultad de Historia Eclesiástica de la Pontificia UniversidadGregoriana de Roma. Entre sus publicaciones se cuenta su tesis doctoral «José deEzpeleta, gobernador de la Mobila, 1780-1781». Sevilla, 1981. Es miembro correspondiente de la Real Academia de Buenas Letras de Sevilla.

Antonio de la Vega Blasco es capitán de fragata del Cuerpo General de la Armada.Como investigador histórico ha publicado diversos estudios sobre el Cuerpo deMaquinistas de la Armada y escrito los libros La propulsión mecánica en la Armada,El resurgir de lá Armada. Certamen Naval de Almería (25 de agosto de 1900), en colaboración con Pilar Ruiz Fernández de Cañete y otros. Colaborador de la RevistaGeneral de Marina, de la que recibió el premio Oquendo en 1981, y de la REVISTA DEHISTORIA NAVAL. Participa en Seminarios del Instituto de Historia y Cultura Naval ydel Centro de Estudios Históricos del Consejo Superior de Investigaciones Científicas.

José Manuel Cuenca Toribio es catedrático de Historia Contemporánea de laUniversidad de Córdoba y miembro de la Real Academia de Buenas Letras deCórdoba. Historiador, ensayista y conferenciante, es autor de numerosas publicaciones,entre las que destacamos Historia de la II Guerra Mundial; Estudios sobre la Iglesiade Córdoba y Andalucía, historia de un pueblo, como más importantes.

Julio Rodríguez González es licenciado en Historia Medieval, Arqueología eHistoria Antigua por la Universidad de Valladolid. Ha publicado numerosos trabajósen diversas revistas nacionales, colaborando especialmente con Historia y Vida y conHistoria 16, y participando en cursos, congresos y simposios a lo largo de los años1986-1994, principalmente desarrollando temas de su especialidad.

José María Blanco Núñez es capitán de navío de la Armada. Investigador Naval,cuenta en su haber con numerosos trabajos y conferencias pronunciadas. Ha sidoponente de la cátedra General Palafox de Zaragoza y conferenciante en distintos seminarios de los organizados por el Instituto de Historia y Cultura Naval.

Eduardo Blázquez Mateos es en la actualidad doctor en Historia del Arte por laUniversidad Complutense de Madrid. Articulista y colaborador en varias revistasnacionales y extranjeras, destacan sus publicaciones en la revista de investigaciónarqueológica e histórica de la Universidad de Turín. Es premio de narrativa 1994 delMinisterio de Cultura con el trabajo sobre Isabel II, La Dama Invisible.

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Hace algo más de doce años, al escribir su salutación en el primer númerode la entonces recién nacida REVISTA DE HISTORIA NAVAL, el Jefe del EstadoMayor de la Armada, almirante Suanzes, basaba la necesidad de su creaciónen la importancia de establecer un hilo conductor que permitiera hacer llegarlos logros de los investigadores y estudiosos al creciente número de aficionados a la historia naval. Entre esos aficionados me honro en encontrarme yo,que desde aquel primer ejemplar me convertí en uno de sus más asiduos eincondicionales lectores.

En los años que han transcurrido desde entonces he disfrutado viendo pasarpor sus páginas prestigiosas firmas, y otras muchas más sencillas, incluso desconocidas, pero que han aportado, y sobre todo difundido, un poco de luzsobre parcelas oscuras de nuestra riquísima historia.

No es de extrañar que, una vez abierta la tribuna y disponiendo de tan vastopasado naval, tan sólo un año después de su aparición, la revista tuviera queaumentar la frecuencia de su aparición. Fue la primera confirmación de que elrumbo escogido era el correcto.

Con este número que ahora aparece, la REVISTA ha llegado al número cincuenta de los publicados. Es momento de hacer un alto en la derrota y, además de alegrarse por lo conseguido, hacer balance, extraer consecuencias,plantearse nuevas metas y tomar aliento para alcanzarlas. Hay aún mucho queinvestigar y difundir y estamos a tres años de 1998, aniversario de importantes acontecimientos con profundo contenido histórico.

El campo de acciónes inagotable. Los hechos están ahí, esperando ser desvelados y dados a conocer; incluso aquello que ya ha sido dicho puede verseenriquecido si se aborda bajo otra opinión o punto de vista diferente. Solo esexigible que el rigor acompañe a todo estudio.

Por ello mi mensaje es de ánimo y aliento, tanto a la revista, como vehículo de transmisión del conocimiento de nuestra historia, como a los lectores, encuyas manos está también contribuir a una conciencia naval tan necesaria paraEspaña.

Finalmente, ya que como amante de la historia me aprovecho de las largashoras de estudio del investigador, de sus reflexiones y conclusiones maduras yrigurosas, quiero también transmitir a él mi aliento y homenaje.

Juan J. ROMERO CARAMELOAlmirante Jefe del Estado Mayor de la Armada

INSTITUTO O HISTORIAY CULTURA NAVAL

ALMIRANrE- ORECTOR

Desde su nacimiento hasta esta mayoría de edad consolidada que supone lapublicación de su número cincuenta, la REVISTA DE HISTORIA NAVAL, integrada en el Instituto de Historia y Cultura Naval, tuvo como objetivo básico destacar las constantes históricas que la mar, desde el marco del análisis o lainvestigación, ha mantenido en su contacto con el hombre. Así, en sus páginas, importantes historiadores e investigadores lograron reflejar los valorestradicionales de un abnegado quehacer, que como inagotable manantial brotade las fuentes documentales.

A lo largo de esta fecunda trayectoria, ha podido advertirse una toma deconciencia de la importancia del mar en la Historia, que ha servido como puntode encuentro de especialistas y estudiosos que aportaron su saber y sus inquietudes investigadoras al mayor realce de la publicación, con resultados más quesatisfactorios dada la acogida que cada número tiene —aun dentro de su limitada capacidad de difusión— en los ámbitos intelectuales y culturales delmundo historiográfico.

Como presidente del Consejo Rector de la REVISTA, he de manifestar lasatisfacción que me produce esta feliz arribada del «cincuentenario», confiando que las próximas singladuras estén también acompañadas por vientosbonancibles, y felicitando a todos cuantos con su solvencia y buen hacer hanhecho posible que lo que naciera un día como proyecto esperanzado, se hayavisto trocado en venturosa realidad

JOSÉ IGNACIO GONZÁLEZ-ALLERAlmirante Director del Instituto

de Historia y Cultura Naval

Presidente del Consejo Rectorde la REVISTA DE HISTORIA NAVAL

NOTA EDITORIAL

CINCUENTA SINGLADURAS

Llegar al número cincuenta de una revista minoritaria y dirigida a sectoresmuy concretos supone dos premisas fundamentales: primera, que ha logradoun buen crédito de aceptación como publicación periódica; segunda, que tieneabierto un horizonte esperanzado, siempre en la perspectiva de mantener lavocación al servicio de sus lectores desde una lograda intercomunicación editorial.

Debemos consignar la importancia del evento y tomarlo como punto departida para nuevos logros, ampliando los cauces de una participación, quedesde 1983, año en que esta REVISTA comienza su ilusionada navegación,hasta este número cincuenta de esperanzado recorrido, se ha visto incrementada con la abundancia de fuentes documentales y aportaciones historiográficasde notoria valía, que ponen de manifiesto el protagonismo histórico del mar ensus hombres y sus hechos, acertadamente conjugados en tanta aportaciónescrita.

La necesidad de reconstruir diversos pasajes del pasado naval, tan rico enmatices y tan sugestivo en su trayectoria, ha estado presente en sus verdaderasdimensiones, profundizando en sus esencias y expresando en sus raíces losobjetivos y propósitos, dentro del amplio campo de acción y posibilidades queofrece tan destacada contribución histórica. De aquí que sea de obligada justicia la expresión de gratitud a todos cuantos han hecho posible que el cincuentenario sea realidad.

Hacer una revista de Historia Naval, con los particularismos que ello comporta, no es empresa fácil, porque la mar, en no pocas de sus facetas, siguesiendo la gran incomprendida a la que desgraciadamente tan pocas veces seasoma el español, pero supone, sin embargo, una sugestiva y atrayente tarea,un serio compromiso en el ejercicio responsable de una fidelidad mantenidasobre el pasado y sus recuerdos; sobre el entorno histórico en que convergentoda suerte de linajes y talantes marineros, y así, durante cincuenta singladuras, autores, colaboradores, redactores, confeccionadores y lectores se hanvisto hermanados en un afán común de superación, como permanente proclamación vocacional de que la Historia cuenta en el mar.

EDiTORIAL

La REVISTA DE HISTORIA NAVAL inicia así una nueva etapa con la firmevoluntad de ser fiel a sus principios y de seguir mostrando los definidos perfiles de su mensaje. Son muchos los suscriptores que tanto en España, Europay los entrañables países de América nos alientan a seguir azocando los nudosde unión que a todos nos atan, y no es tampoco escaso el bagaje de originales pendientes, de destacadas y brillantes firmas, que tanto han de contribuiral mantenimiento de esta línea de estímulos directos que las posibilidades delmar —testigo reiterado de tanta historia— ofrece generoso a quienes sabenconocerlo e interpretarlo.

La feliz circunstancia de esta conmemoración del número cincuenta, debeentenderse como renovada apuesta a la continuidad que sólo puede tener unfin: consolidar y acentuar la excelente aceptación que nuestra REVISTA cosecha entre sus favorecedores, y que continúe brindando esa invitación a su lectura, con la incorporación de nuevos valores que autentifiquen su razón de ser.Desde esta profesión de fe y la autoexigencia de continuar la ruta, un respetuoso y cordial saludo para todos.

EL DIRECTOR

IGNACIO DE LOYOLA Y EL MAR:SU POLÍTICA MEDITERRÁNEA

Francisco de BORJA MEDINA, S.J.Pontificia Universidad Gregoriana, Roma

Íñigo López de Loyola y su vinculación al Mar

Se ha presentado a Íñigo López de Loyola como soldado vasco de tierra adentro, oriundo del valle de haurgui, donde se encontraba el solar y casa-torre de Loyola, entre Azpeitia yAzcoitia. A sus 15 ó 16años, de su torre y vallepasó al real palacio deArévalo, en el corazón deCastilla, al servicio deJuan Velázquez de Cuéllar, uno de los Contadores Mayores de Haciendade Castilla. Muerto Cuéllar (1517), lo admitió asu servicio su pariente,Antonio Manrique deLara, duque de Nájera,virrey de Navarra. Lodemás también es conocido: la defensa de Pamplona (1521), la herida yel cambio de vida.

De esta época se hanrealizado algunos estudios que han ido sacando a la luz una serie deaspectos del Iñigo anterior a su cambio derumbo, que desmitifican esa figura y ladevuelven a su verdadero origen y ambiente.Pero hay, en su vida deestos años, un aspectopoco o nada estudiado:su vinculación al mar. Anónimo. Dibujo de nao en la casa-torre de Loyola

Año 1995 11

FRANCiSCO DE BORJA MEDINA, S. J.

Es sugestivo a este respecto el dibujo a carbón de una nao, recientemente descubierto en la casa-torre de Loyola, con motivo de su restauraciónen 1991, al separar una placa de enlucido de la mocheta de una ventana que seencuentra en la segunda planta, a la salida de la cocina. Documento pictóricode tosca factura doméstica, que ilustra la apertura al mar de los señores de lacasa y solar de Loyola (1).

Los señores de Loyola y el mercado del hierro

En primer lugar, no hay que olvidar que la casa-torre se encontraba junto alUrola, vía fluvial que unía las villas del valle con el mar y era la salida natural, por el puerto de la Rentería de Bedua, a tres millas de Zumaya, del hierrofundido y elaborado en sus ferrerías.

Iñigo pertenecía, por Oñaz-Loyola, a una familia de Parientes Mayores guipuzcoanos y, por su madre, Marina Sayz de Licona, al linaje vizcaíno de losLicona de Lequeitio, transferidos en el siglo xv a Ondarroa. De alguno de ellosse decía que era «mercadero mucho rico», lo cual no obstaba a su condición dehidalguía. Es más, se puede afirmar que los Parientes Mayores eran mercaderes en el sentido de comerciar con el hierro forjado en sus propias ferrerías (2).

Aún está prácticamente inédito el estudio de las actividades económicas delos señores de Loyola, pero no se puede dudar de su integración en el circuitocomercial siderúrgico, tanto respecto de la producción de hierro en sus ferrerías como de su exportación, principalmente por el puerto de Bedua.- Entre los bienes del señor de Loyola, Martín García de Oñaz, hermano deIñigo, se encontraba la ferrería de Ubisusaga, en la jurisdicción de Beizama,con la que confinaba por tres de sus partes y, por la otra, con el arroyo quebajaba de Ysurola. Tenía su molino y casa, calces, presa, libertades y exenciones y facultad para cortar montes, rozar, pacer, beber aguas en la dichajurisdicción. En la misma jurisdicción de Beizama, los señores de Loyolahabían poseído la ferrería de Ybayhederraga con sus pertenencias, montes yderechos; y, en la jurisdicción de Aranaz, la de Ybarrola, derruida al tiempo dela institución del mayorazgo por Martín García de Oñaz (1536) (3).

Por dos documentos inéditos, conservados en el Archivo Histórico deLoyola, además de algún otro editado en Fontes Documentales de S. Ignatiode Loyola, consta del negocio de exportación de hierro en el que participaba elmismoMartín García de Oñaz.

(1) Ilustración tomada de EGUILLOR, J.R., 5. J.; HAGER, H. y HORNEDO, R.M. DE, S. J.:Loyola. Historia y Arquitectura. San Sebastián 1991, p. 55. Agradezco de corazón al R.P. JoséRamón Eguillor, 5. J., archivero de Loyola, y principal autor de esta obra, su licencia para publicar esta fotografia así como el haber puesto a mi disposición, juntamente con los documentosdel Archivo, su competencia y su inestimable ayuda fraterna.

(2) AROCENA, F. DE: «<El abuelo materno de San Ignacio>< en Proble;nas históricos guipuzcoanos en la vida de San Ignacio (San Sebastián 1956), pp. 9-10. AREITIO, D. DE: «<Nuevos datossobre el abuelo materno de San Ignacio de Loyola«, Archivum Historicum Societatis lesu(AHSI) 26 (1957), pp. 218-229.

(3) Monumenta Historica Societatis lesu (MHSI). Fontes documentales de S. Ignatio deLoyola. Docwnenta de S. Ignatiifainilia etpatria, iuventute, primis sociis. Ed. C. de Dalmases,S. 1.. Roma 1977 (en adelante Fontes doc.), pp. 81, 486.

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IGNACIO DE LOYOLA Y EL MAR: SU POLÍTICA MEDITERRÁNEA

EllO de diciembre de 1508, el señor de Loyola se obligaba a entregar aMaría López de Recalde, viuda de Pero Martínez de Idiacaiz, vecina de Azcoitia, 120 quintales de hierro «buenos y marchantes de dar y tomar entre mercaderos», más 680 maravedís de costa, puestos en el puerto de Bedua y pesadoscon el quintal de dicho puerto. Era el pago debido por otros tantos quintales deun crédito que la beneficiaria había traspasado al señor de Loyola sobre losbienes y la persona de Martín Yñiguez de Yrarraga. El señor de Loyola habíadado, por él, una fianza a Juan Ochoa de Recalde que lo tenía preso (4). Elderecho a este crédito lo había otorgado al señor de Loyola el corregidor deGuipúzcoa, Cristóbal Vázquez de Acuña (5).

Treinta años más tarde, entre los recibos inventariados a la muerte de Martín García de Oñaz (1538), se halló un reconocimiento de deuda del mismoMartín Yñiguez de Yrarraga, difunto, y de su mujer Catalina de Eyzmendi, porvalor de 66 quintales de hierro puestos en Bedua, más 748 maravedís (6).

El 7 de abril de 1529 el señor de Zarauz, Juan Ortiz de Gamboa, como principal deudor, y sus fiadores, otorgaban a Martín García de Oñaz, señor deLoyola, 154 quintales de «fierro banda platina que sean buenos e marchantese bien entallados, tales que sean de dar e tomar de mercadero a mercadero...dados y pagados en el puerto de Rentería de Bedua, o en el puerto d’Eguiletao Arraçatia [Arrasate-Mondragón], pesados en qualesquiera dellos, quitos detodos derechos y falta e peso con el dicho quintal» (7).

Como en el primer caso, este pago suponía una transacción anterior con tercero: el señor de Loyola, Martín García de Oñaz, había entregado, en favor deOrtiz de Gamboa, esos 154 quintales de hierro banda a Pedro de Yrigoyen, deYbarluçar, vecino de Azpeitia, con quien el señor de Zarauz había contraídouna deuda. El precio de esa exportación pudo suponer al señor de Loyola unaganancia bruta de unos 3.619 reales (unos 328 ducados).

Es interesante señalar que, muy poco antes de esta fecha, Carlos 1 habíaexpedido en Toledo una Real Provisión de 15 de enero, concediendo a nuevepuertos de la Corona de Castilla licencia para comerciar directamente conAmérica, entre ellos San Sebastián y Bilbao (8).

La actividad siderúrgica estaba unida frecuentemente a la propiedad de losmedios de transporte debido a las ventajas que reportaba a las naos guipuz

(4) Obligación del señor de Loyola en favor de María López de Recalde. Archivo Histórico, Loyola (AHL) 1112. Tendría efecto la próxima fiesta de San Juan de Junio. Firmaron comotestigos Domingo de Egurça, escribano, Martín García de Anchieta y Juan Ochoa de Eyçaguirre, vecinos de Azpeitia.

(5) AHL.CRos, L.: Lafamille maternelle de 5. Ignace (mss), p. 56.(6) Fornes doc., 619.(7) Escritura firmada en la Casa y Solar de Loyola el 7 de abril de 1529, ante el escribano

Juan Martínez de Alzaga, por la que el señor de Zarauz, Juan Ortiz de Gamboa, como principaldeudor, y sus fiadores, otorgaban a Martín García de Oñaz, señor de Loyola, esa cantidad. AHL1—1—1’ n.> 16.

(8) El Emperador en Toledo, 15 de enero de 1529. ENCINAS, D. DE: Cedulario Indiano,1596. (repr. facsímil). Estudio e índices de A. García Gallo. Madrid 1946, 4 vols., IV, pp. 133-136. Años después se revocó esta orden: Felipe II en Madrid, 1 y 21 de diciembre de 1573. Ib!dern, pp. l35l37.

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coanas y vizcaínas la proximidad de los centros de producción y las leyes proteccionistas de preferir las naves de naturales a las de extranjeros y las demayor tonelaje —como eran las naos vascongadas— a las de menor (9). Lospuertos del Norte tenían trato con Flandes e Inglaterra y con Sevilla, mercadoimportante del hierro vascongado en manos de mercaderes vizcaínos y guipuzcoanos que comerciaban con la ciudad y región y con el nuevo mercadoindiano. María López de Recalde, por ejemplo, que, como he indicado, participaba en el mercado del hierro y tenía trato comercial con el señor de Loyola, era propietaria de la nao Trinidad en compañía de su hijo Martín Pérez deIdiacaiz, maestre de dicha nao (10).

Los señores de naos, en tiempo de guerra, debían estar apercibidos paraprestar servicio con sus naos y gente, sobre todo si recibían acostamiento delRey, al igual que los otros nobles y caballeros vasallos del Rey, en virtud deacostamiento, debían servirle con sus personas y hueste (11).

Juan Pérez de Loyola, capitán de mar

El señor de Loyola era uno de estos señores que habían recibido, en atención a sus servicios y a los de sus mayores, rentas reales que le obligaban amantener armas y caballos para su persona y su propia hueste. Así Beltrán deOñaz, padre de Iñigo, luchó en la guerra civil (1476) y en la de Granada(1484). Pero es curioso advertir que su hijo primogénito, Juan Pérez de Loyola, heredero de la casa y solar de Loyola, sirvió a los Reyes Católicos, comocapitán de mar (1493-1496), en la armada de Vizcaya mandada por Iñigo deArtieta(12).

Alonso de Quintanilla, contador mayor de Cuentas, y el doctor Andrés deVillalón, ambos del Consejo Real, fueron a Vizcaya con el fin de cobrar dos cuentos de maravedís repartidos como empréstito para los gastos de la armada (13).

La armada constaba de una carraca, propiedad de Artieta, de 1.000 toneles(c. 1.200 toneladas), una carabela y cuatro naos. Iban a bordo 265 marineros y585 hombres de armas.

La nao de Juan Pérez de Loyola, de 220 toneles (c. 264 toneladas), propiedad del maestre Pedro de Deva, llevaba 40 marineros y 85 hombres dearmas. Entre ellos tres Loyolas: Miguel, Lope (como paje) y «el bastardo de

(9) Pragmáticas. Don Fernando y Doña Isabel en Granada, año 1500, a 3 de setiembre ylos mismos en Sevilla, año 1501, a 20 de junio. Ambas leyes pasaron a la Nueva Recopilaciónde las Leyes de estos Reinos. Segunda Parte, Leyes III y Y, tit. X, lib. VII.

(10) En la participación de la compañía, correspondía 10/12 a la madre y 2/12 al hijo.Véase mi trabajo Iñigo López de Loyola: Probable estancia en Sevilla (1508 y 1511) y su reflejo en los Ejercicios. AHSI 63 (1994) 3-76; p. 38.

(11) Cfr. Pragmática. D. Fernando y Doña Isabel en Granada, año 1500, a 15 de setiembreen Nueva Recopilación, ley XII, tit. IV, lib. VI.

(12) Los Reyes nombraron a Artieta <capitán general de una armada que se organiza paraque ande por los mares». Barcelona, 20 de junio de 1493. Registro General del Sello (en adelante RGS). Madrid-Valladolid (CSIC-Instituto Jerónimo Zurita) 1970, X, n. 1651, f. 219.

(13) Barcelona, 23 de junio de 1493. Ibídem, n.2 1680, f. 190.

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Loyola» (sic) (14). Éste era, sin duda, su hermanastro, Juan Beltrán de Loyola, llamado el Borte, hijo natural de Beltrán Yáñez de Oñaz, señor de Loyola (15).

La armada tenía un coste de 11.729.800 maravedís/año. Juan Pérez recibíaun salario de 30.000 maravedís/año, más los salarios de su gente (6.000 maravedís el marinero y 5.000 maravedís el hombre de armas) y el mantenimientode la nao, por un total de 646.800 maravedís/año.

Por el flete de cada embarcación se pagaban 120 maravedís por tonelada/mes, y correspondía a Loyola 158.400 maravedís cada 6 meses. Pero seseñalaba que la nao de Pedro de Deva había sido tasada a la baja en más de 60toneles de menos, según el juicio de todos los mercaderes que habían cargadoen ella y se advertía que Deva era hombre pobre (16).

No debe extrañar la presencia del heredero del señor de Loyola, guipuzcoano, en una armada vizcaína. Su madre, Marina Sayz de Licona, como heindicado, era de familia originaria de Lequeitio, la patria de Artieta.

Nacido hacia 1469, Juan Pérez de Loyola murió en 1496 en Nápoles,donde, por disposición testamentaria, debía ser enterrado en la iglesia de SantaMaría la Nova, de los observantes franciscanos (17).

Formaba parte de la armada de Iñigo de Artieta desde julio 1493, en que seaprestó en Bermeo, por orden de los Reyes Católicos, para prestar servicio adonde se enviase (18). Destinada a la bahía de Cádiz, con la misión de dar escolta de protección a la armada que se aprestaba en Sevilla para el segundo viajecolombino, el arcediano de Sevilla, Juan Rodríguez de Fonseca (19), recibió

(14) Alarde que se resçibió de la xente del Capitán Xoan Pérez de Loyola en catorce deJullio de noventa y tres años, en nombre del Rey y de la Reyna Nuestros Señores, e del Doctorde Villalón por Xoan de Arbolancha». Colección de Documentos inéditos relativos al descubrimiento, conquista y organización de las antiguas posesiones españolas de América y Oceanía (en adelante CoDoIn América), Madrid 1878; XXX, pp. 372-435. Como bien se indica enColección documental del descubrimiento (1470-1506), director de la edición J. Pérez de Tudela; 3 vols. Madrid, 1994; 1 (22 de septiembre de 1470-12 de junio de 1494) (en adelante ColDocDes) 1, n.9 139, p. 445, la transcripción de los nombres tiene errores; véase original en AGIPatronato 9, ff. 110-112. LABAYRU y GOICOECHEA, E. J. DE: Historia General del Señorío deBizcava en Biblioteca de la Gran Enciclopedia Vasca, Bilbao 1968, t. III, pp. 483-487.

(15) Véase Fontes doc., pp. 191, 794. Entre los Loyola mencionados en Azpeitia, entre1500 y 1515, hay un Miguel: AHL, Caos, L.: Lafa.’nillepaternelle deS. Ignace (mss), p. 18.

(16) Presupuesto sobre el costo de la Armada que se prestó en Vizcaya y de la que fuecapitán Iñigo de Artieta Julio 1493, ColDocDes, n.5 140, pp. 446-449. CoDoin América XXX,pp. 372-435. LABAYRU: Historia.., de Bizcaya III, pp. 483-487.

(17) Testamento de Juan Pérez de Loyola, Nápoles 21 de junio de 1496. Fontes doc.,pp. 139-146, 781-782.

(18) Pleito homenaje que hicieron los capitanes de la Armada de Vizcaya y alardes de lagente embarcada. Bermeo, 12 y de 14 de julio de 1493. ColDocDes, n.5 139, pp. 441-449.

(19) Juan Rodríguez de Fonseca (1451-1524), hijo de Hernando de Fonseca y Ulloa, IIseñor de Coca y Alaejos (t1463), y de su segunda esposa, doña Teresa de Ayala, nació en Toro.Protegido de fray Hernando de Talavera, arzobispo de Granada, fue provisor de Granada y arcediano de Sevilla. Capellán de la reina Isabel desde 1484, se ordenó sacerdote en Barcelona el 6de abril de 1493 y fue obispo de Badajoz (1495), Córdoba (1499), Palencia (1504) y Burgos(1514). Retirado en Palencia durante el reinado de Felipe y Juana, volvió a la Corte durante lagobernación de Fernando (1507-1516). Actuó en los asuntos de Indias, y en unión de su hermano Antonio, Contador Mayor de Hacienda de Castilla, intervino en el proceso de Las Casas.TERESA LEÓN, T.: El obispo D. Juan Rodríguez Fonseca, diplomático, mecenas y ministro deIndias. Hispania Sacra 13 (1960), pp. 25 1-304.

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FRANCISCO DE BORJA MEDINA, 5. J.

orden de los Reyes de marchar a Cádiz, en compañía de Juan de Soria, secretario del príncipe Don Juan, para hacer el alarde de la armada vizcaína (20).

Talento organizativo, Juan Rodríguez de Fonseca, no obstante su condiciónde eclesiástico, elevado a la dignidad episcopal, tuvo a su cargo la organización de las armadas de mar. Su crítico Bartolomé de Las Casas reconoce estahabilidad y comenta que «era muy capaz para mundanos negocios, señaladamente para congregar gente de guerra para armadas por el mar, que era másoficio de vizcaíno que de obispos, por lo cual siempre los Reyes le encomendaron las armadas, que por mar se hicieron, mientras vivieron» (21).

En septiembre de 1493 se confió a la armada de Vizcaya la misión de acudir a la costa granadina para el transbordo de Boabdil, con su familia y séquito, al norte de Africa (22). El 18 de septiembre la armada estaba ya surta enFuengirola. El paso se ejecutó hacia mediados de octubre: Boabdil embarcó,en el puerto de Adra, con su familia y corte (1.130 personas en total) en lacarraca de Iñigo de Artieta. Juan Pérez de Loyola llevó, en su nao, desde elpuerto de Almuñécar, 450 personas. Se transbordaron un total de 6.320 granadinos. La mayoría acompañó a Boabdil al Reino de Fez, algunos fueron a Turquía y otros a Bugía (23).

En diciembre, los Reyes encargaron a Artieta la conducción de gente ymantenimientos a la isla de Canaria, a disposición del adelantado Alonso Fernández de Lugo, para la conquista de Tenerife (24). En febrero Artieta envióa Juan Pérez de Loyola al Puerto de Santa María para embarcar pertrechos(25). La conquista se intentó esa misma primavera de 1494, con la derrota ypérdida de gente en la famosa «matanza» de Acentejo (26).

Concluidas estas comisiones, los Reyes dieron, en junio, orden de pagar ala armada y licenciarla (27), pero un mes más tarde, en julio de 1494, manda-

(20) Provisión de los Reyes al arcediano Fonseca para que tome nuevo alarde de la armada de Vizcaya que se encuentra ya en Cádiz. Barcelona, 4 de agosto de 1493. En la misma fechaReales cédulas a Fonseca, Juan de Soria, Artieta y capitanes de la armada sobre lo mismo. ColDocDes 1, nn. 150-154, pp. 460-461. CoDoin América XXX, pp.l88-l92.

(21) Fa&y BARTOLOMÉ DE LAS CASAS: Obras escogidas. Historia de las Indias. 2 vals.Edic. J; Pérez de Tudela, Madrid 1957 (Biblioteca de Autores Españoles [BAEI, pp. 95-96) 1,cap. LXXVIII, p. 233.

(22) Carta de los Reyes a Colón. Barcelona, 18 de agosto de 1493. ColDocDes, n.> 164,pp. 477-479. Cédula real haciendo a Don Juan de Fonseca varias prevenciones sobre la Armada. Lugar y fecha como arriba, ibídem n.2 165, pp. 479-480. Real Cédula avisando a Don Juande Fonseca del estado de los asuntos con Portugal y sobre las armadas dispuestas. Barcelona, 5de septiembre de 1493, ibídem, n.2 170, pp. 485-486.

(23) REMIRO. G.: «Partida de Boabdil allende con su familia y principales servidores»,Revista del Centro de Estudios Históricos de Granada y su Reino 2(1912), pp. 57-111, 72-74,92-97. CARRIAZO, 3. DE M. : Historia de la Guerra de Granada en MENÉNDEZ Y PIDAL, R.: Historia de España Xviii!, III, pp. 909-9 10.

(24) Zaragoza, 28 de diciembre de 1493. RGS vol. X, n.2 3266, f. 51.(25) Véase PÉREZ DE TUDELA BUESO, J.: «La Armada de Vizcaya» en El Tratado de Torde

sillas y su proyección (Segundas Jornadas Americanistas, Valladolid 1973), t. 1, pp. 33-92, 66.(26) Véase, p.ej., SUÁREZ FERNÁNDEZ, L.: Los Reyes Católicos. La expansión de la fe,

Madrid 1990, pp. 252-253.(27) Los Reyes a Hernando de Talavera, a Fonseca y a Artieta, Medina del Campo, 21 de

junio de 1494, en PÉREZ DE TUDELA: «La Armada de Vizcaya», pp. 86-88.

16 Núm. 50

IGNACIO DE LOYOLA YEL MAR: SU POLÍTICA MEDITERRÁNEA

ron a Fonseca retenerlos y hacer nuevo alarde (28). La armada de Vizcaya sedestinaba a Sicilia, con las otras armadas, a las órdenes del Almirante de Aragón, Galcerán de Requesens, conde de Trivento. Su misión era el transporte delas trópas destinadas a Italia y secundar las operaciones de las mesnadas deGonzalo Fernández de Córdoba, formadas, en su mayoría, por jinetes andaluces y peones vizcaínos, veteranos de Granada (29). La armada de 60 velaszarpó de Cartagena, el 30 de marzo de 1495, a las órdenes de Requesens. Este,conduciendo la vanguardia, llegó antes a Sicilia. Gonzalo de Córdoba, con elresto de las naves, se reunió con él en Mesina el 24 de mayo, después de tocaren Mallorca y Cerdeña (30). La armada de Vizcaya participó en el bloqueo deGaeta (31).

Fallecido el maestre Pedro de Deva, dueño de la nao mandada por Pérez deLoyola, el Consejo Real había ordenado en febrero de 1494, al capitán general Artieta, que obligase a Loyola a entregar la embarcación a María Juan deDeva y Linda (sic), viuda del maestre, para poder cumplir el testamento y enterrar a su marido en la Iglesia de Santa María de Deva (32).

Con esta ocasión, Juan Pérez de Loyola pudo adquirir esta nao como propia, si no poseía otra anteriormente. Los gastos iniciales del apresto de la naohabían corrido por su cuenta. Así se desprende de su testamento, otorgado enNápoles a 21 de junio de 1496. Para cumplirlo, ordenaba a sus albaceas, entreotras cláusulas, vender bien su nao y obtener de sus Altezas lo que le debían(33). Todavía en 1498 no habían acabado los pleitos contra el testamento, enla persona del señor de Loyola, Beltrán Yáñez de Oñaz, heredero universal desu hijo, ocasionados por un dinero librado para el pago de la gente que habíaido con el difunto a Nápoles. El Rey ordenaba al corregidor de Guipúzcoa queresolviera en justicia (34).

Los Parientes Mayores y el mar

El hecho de ser Juan Pérez de Loyola capitán de mar en esas fechas, cuando tenía unos 25 años, suponía que el primogénito del señor de Loyola había

(28) Real provisión. Segovia, 4 de julio de 1494. FERNÁNDEZ DE NAVARRETE, M.: Obras.Tomo 1. Colección de los viajes y descubrimientos que hicieron por mar los españoles desdefines del siglo xv II. Documentos de Colón y de las primeras poblaciones (Madrid, 1954; BAE,75). Número LXXVIII, pp. 392-393. El alarde anterior se había realizado en agosto de 1493.

(29) Los Reyes a Fonseca Segovia, 7 y 27 de agosto de 1494. PÉREZ DE TUDELA, pp. 88-92. LADERO QUESADA, M. A.: Defensa de Granada a raíz de la conquista en Granada después de Id conquista: repobladores y mudéjares. Granada (Diputación Provincial) 1993, pp.230-233. Hay constancia de la presencia de peones vizcaínos y guipuzcoanos en la guerra deGranada. Id.: Castilla ‘ la conquista de Granada (Diputación Provincial) 1993, pp. 260,272, 283.

(30) FERNÁNDEZ DURO, C.: La Marina de Castilla desde su origen y pugna con la de Inglaterra hasta la refundición en laAr,nada española. Madrid, 1894, t. 1, pp. 15-17, 355; SUÁREZ FERNÁNDEZ, L.: Los Reyes Católicos. El camino hacia Europa, Madrid 1990, pp. 50-5 1, 65, 73-75.

(31) LABAYRU: Historia.., de Bizcava III, p. 515.(32) Valladolid, 14 de febrero de 1494. RGS vol. XI, n.2 384, f. 348.(33) Testamento de Juan Pérez de Loyola, Nápoles 21 de junio de 1496. Fontes doc. p. 144.(34) Zaragoza, 6 de octubre de 1498. RGS vol. XV, n.2 2458; f. 292.

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FRANCISCO DE BORJA MEDINA. S. J.

estado embarcado anteriormente en otras armadas, sin duda en la de Guipúzcoa, durante la guerra de Granada. Desde la apertura de hostilidades de Castilla con el reino Nazarí, en 1482, habían intervenido marinos guipuzcoanos yvizcaínos con sus naos. En febrero de 1490, los contadores firmaron, en Sevilla, un asiento con los capitanes guipuzcoanos de la armada, Garci López deArriarán, señor de Arriarán, y Juan de Lezcano, para el bloqueo y guarda delEstrecho (35).

Es interesante notar que las familias de ambos marinos estaban ligadas a losLoyola. Arriarán y Lezcano, o Lazcano, eran linajes de Parientes Mayores guipuzcoanos del bando Oñacino, al que pertenecía el abuelo de Iñigo, Juan Pérezde Loyola, señor de Loyola, hijo de Lope García de Lazcano. Debido a las alteraciones que provocaron los Parientes Mayores entre sus dos facciones banderizas, capitaneadas por los Gamboa y los Oñes (u Oñaz), y a la lucha de amboscontra las villas vascongadas, Enrique IV desterró a Andalucía en 1457, a lavilla de Jimena, en la frontera del reino de Sevilla con Granada (hoy Jimena dela Frontera, provincia de Cádiz), a un grupo de Parientes Mayores banderizos.Entre ellos a Juan Pérez de Loyola, señor de Loyola, a Juan López de Lazcano,señor de Lazcano, y a Lope de Arriarán. Debían permanecer en dicha villacinco años «en servicio de Dios e mío y en defensión de la fee cathólica, guerreando con vuestras personas e con vuestros cavallos e armas, a vuestra costa,contra los enemigos de la fee cathólica», so pena de perder la cabeza (36).

García López de Arriarán, vecino de San Sebastián, era hijo mayor de JuanLópez de Arriarán y nieto de Lope de Arriarán. Había sucedido a su padre, en1488, por título de mayorazgo, en el patronazgo de San Pedro de Arriarán consus rentas y en la casa solar del mismo lugar (37). Servía en la guerra de Granada desde 1482 y, en 1493, sus naos participarán, juntamente con las de Artieta,en el paso de Boabdil a Africa. Juan de Lezcano intervino con las suyas en lacampaña de Italia de 1495-1496. En 1511, mandó la armada vascongada quetransportó de Inglaterra a Cádiz mil arqueros ingleses proporcionados por Enrique VIII a su suegro Fernando el Católico para la empresa de Africa (38).

Además de su origen patrio y la conexión de sus mayores con los Loyola,ambos marinos estuvieron, pues, relacionados con Juan Pérez de Loyola enrazón de sus empleos. No es inverosímil que Lezcano pudiera haber tenidoocasión de encontrar a Iñigo en Sevilla, en 1511. Lo mismo pudo ocurrir conotros capitanes de mar y, por supuesto, con el omnipresente organizador dearmadas, Juan Rodríguez de Fonseca, de cuya relación, en 1493-1494, con laarmada de Iñigo de Artieta, de la que formaba parte Juan Pérez de Loyola,consta documentalmente.

(35) SUÁREZ FERNÁNDEZ: Los Reyes Católicos. El tiempo de la guerra de Granada.Madrid, 1989, pp. 151, 236, 254 not. 10. LADERO QUESADA: Castilla y la conquista, 148.LABAYRU: Historia.., de Bizcaya, III, pp. 482-485.

(36) Fontes doc., pp. 54-64.(37) Los Reyes. Valladolid 23 de diciembre de 1488. RGS y, n. 4495, f. 73.(38) Los otros capitanes fueron Juan López de Aguirre, Sancho Aguirre y Beltrán de Artea

ga. FERNÁNDEZ DURO, C.: Armada española desde la unión de los Reinos de Castilla y de León,Madrid 1895-1900 (en adelante: FERNÁNDEZ DURO: Armada española) 1, pp. 36-40, 50-51.

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IGNACIO DE LOYOLA Y EL MAR: SU POLÍTICA MEDITERRÁNEA

Peregrino a Jerusalén: las congojas del mar

Íñigo de Loyola, en la llamada Autobiografía, esto es, en sus memoriasrelatadas al final de sus días, en 1554, a uno de sus colaboradores más estrechos en Roma, el portugués Luis Gonçalves da Cámara, ofrece datos sobre susexperiencias marineras y abre horizontes para una investigación más a fondoy amplia sobre sus relaciones con el mar y sus hombres.

Me refiero, en primer lugar, a su peregrinación a Tierra Santa, en 1523, quequiso hacer como pobre, viviendo de pura limosna y consiguiendo de losmaestres su pasaje gratis. Iñigo conoció las incomodidades de la vida a bordode la gente sin importancia y no escapó a las congojas anejas a la navegación:veinte años después mantenía vivo el recuerdo de las tempestades sufridas yde naufragios, a los que escapó su propia nave, o naufragios de naves apalabradas en las que, por diversas circunstancias, no llegó a embarcarse.

Estas experiencias, narradas por el mismo Iñigo y conocidas en España yen el resto de Europa desde fines del siglo XVI, a través de las varias de las biografías castellana (1583) y latina (1587) de su discípulo P. Pedro de Ribadeneyra, y sus reediciones, fueron plasmadas por artistas de nota con motivo desu beatificación (1609) y canonización (1622), entre ellos P.P. Rubens y ladinastía flamenca de los van Galle. En el presente trabajo se reproducen algunos de estos documentos iconográficos por su interés artístico e histórico, yaque constituyeron una verdadera técnica de comunicación visual adaptada algran público del siglo XVII para darle a conocer los hechos fundamentales dela vida de Ignacio de Loyola y los milagros que se le atribuían. Del aspectoiconográfico trato con más detalle en el párrafo siguiente.

Su peregrinación a Jerusalén comenzó en Barcelona. Debido a la guerra deFrancisco 1 con el emperador Carlos V, su viaje por mar, de España a Italia,ofrecía peligros. Para su navegación Iñigo había ajustado su pasaje con elmaestre de un bergantín por sólo el bizcocho para su manutención y habíametido a bordo algunos libritos, parte de su equipaje. Pero unos devotos le procuraron una nave más grande donde viajaba un pariente y le convencieron deque la aceptara. El bergantín partió a los pocos días y se perdió en el horizonte a la vista de Barcelona. La nave se dio a la vela hacia el 20 de marzo de 1523(39) y llegó a Gaeta en cinco días con viento recio en popa y «con harto temorde todos por la mucha tempestad» (40).

(39) La figura 2 (n. 22 de Rubens) representa a Íñigo dejando, en un banco de la playa, lasmonedas que le sobraron de la limosna recogida para comprar el bizcocho para su manutenciónexigido por los maestres del bergantín y, luego de la nave, como condición para llevarlo gratis.Véase Acta P. Ignatii, cap. III, nn. 37-38. MHSI, Fornes narrativi de 5. ignatio de L.ovola et deSocietatis lesu initiis. Ed. Cándido de Dalmases, 4 vol. Roma 1943-1965 (en adelante Fontesnarr.), 1, 412-413. Para lectores menos especializados, este documento se puede consultar en SANIGNACIO DE Loyoi: Obras. Edición manual. Madrid. Ed. 5•a 1991 (BAC 86). 1. Autobiografía.Ed. Cándido de Dalmases, pp. 144-145. En adelante, cito esta edición bajo el término Autobiografia. Este documento lo utilizó Ribadeneyra para su Vida, cuya edición crítica, en sus versionescastellana y latina se publicó en MHSI, Fornes narr, 4. Por la razón aducida, utilizo la publicadaen la BAC: RIBADENEYRA, P. DE, SI.: «Vida de San Ignacio de Loyola« en Historias de la Contrarreforina, lntroducc. y notas de E. Rey, S.J., Madrid 1945 (BAC 5) pp. 27-400.

(40) Autobiografía, cap. IV, n.2 38, p. 123.

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Rubens (n.° 22). Embarque de Íñigo de Loyola en Barcelona para Gaeta. Deja en un banco dela playa las monedas que le sobraron

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20 Núm. 50

IGNACIO DE LOYOLA Y EL MAR: SU POLÍTICA MEDITERRÁNEA

La segunda fase de su periplo cubrió el trayecto Venecia-Chipre-Jaffa. Lallamada nave peregrina, la Galión, del maestre Jacopo Alberto, había zarpadocon sólo 13 peregrinos; los demás se habían retirado temerosos por la toma deRodas por Solimán el Magnífico hacía sólo unos meses (24 de diciembre de1522). Otros esperaban la nave capitana. El dogo Andrea Gritti, con quienIñigo tuvo una audiencia concertada por el mercader español que lo había alojado en su casa, dio orden de llevarlo gratis a Chipre en la nave del capitán delgolfo, Benedetto Ragazzoni, que conducía al nuevo lugarteniente de Chipre,Nicok Dolfin (41),

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Detalle: C. Íñigo zarpa de Venecia en La Negrona rumbo a Chipre

(41) Autobiografía, cap. IV, n. 43, pp. 125-126. Para el encuentro con el mercader españoly otras circunstancias del viaje a Tierra Santa, véase: SAN IGNACIO DE LOYOLA: Obras completas.Tomo 1. Autobiografía-Diario espiritual. Introducción, notas y comentarios del P. VictorianoLarrañaga, S.J., Madrid 1947 (BAC 24) pp. 211-218, notas 19-31. cfr. GARCÍA-VILLOSLADA, R.:San Ignacio de Loyola. Nueva biografía, Madrid, 1986 (BAC Maior 28), pp. 247-248.

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Cornelius van Galle (n.° 5). A-B. Escenas del paso de Íñigo de Loyola por Venecia

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FRANCISCO DE BORJA MEDINA, S. J.

Embarcados Íñigo y ocho peregrinos más en esta nave, llamada La Negrona, armada con 19 cañones y 32 hombres de tripulación, zarparon rumbo a Chipre el 14 julio. La navegación duró un mes, hasta el 14 de agosto de 1523, enque desembarcaron en Famagusta. En el viaje, Iñigo no experimentó más percance que el de haber vomitado el primer día. Pero esto se debió más bien a suestado de salud que al mareo. Había tenido calenturas altas los días previos a suembarque y, por prescripción facultativa, había tomado una purga la mañana delmismo día en que se decidió la partida de la nave. El consejo del médico habíasido categórico: preguntado si podía embarcarse para Jerusalén en esas circunstancias, respondió que «para allá ser sepultado bien se podría embarcar». Pero,dispuesto a toda costa a no perder la última ocasión de su peregrinación a Jerusalén, Iñigo subió a bordo. La razón resultó de su parte: el balanceo del mar lesanó. Prosigue el relato: «mas él se embarcó y partió aquel día; y vomitó tanto,que se halló muy ligero y fue del todo comenzando a sanar» (42).

Otro episodio que recordará Iñigo, años adelante, fue el peligro a que seexpuso de que lo abandonaran en alguna isla desierta, a causa de su actitud respecto de «algunas suciedades y torpezas manifiestas que se hacían» y que él«reprehendía con severidad». Los españoles de la nave le descubrieron la amenaza que se cernía sobre su persona y le aconsejaron que moderara sus

(42) Autobiografía, cap. IV, n.2 43, pp. 127-128.

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Rubens (n.° 25). Íñigo de Loyola reprende lasinmoralidades cometidas en la nave —LaNegrona— en su navegación de Venecia a

Chipre

(N.° 26) Cristo se aparece a Íñigo confortándolo durante las dificultades de su navegación a

Jerusalén

22 Núm. 50

IGNACIO DE LOYOLA Y EL MAR: SU POLÍTICA MEDITERRÁNEA

amonestaciones. Llegaron a la isla, pero se levantó un viento fresco que laempujó a alta mar y arribaron presto a Chipre (43). Como único comentario,Iñigo silencia en su relato la proximidad de la isla y el cambio del viento, ysólo señaló el dato «llegaron presto a Cipro» (44). Esta actividad de Iñigo abordo se puede considerar el germen de la misión naval de la se ocuparía laCompañía de Jesús desde su fundación en 1540. -

La segunda parte de la travesía hasta Jaffa no deparó para Iñigo nada interesante que reseñar. Recorrieron por tierra las 30 millas que separaba a Fama-gusta de Salinas (hoy Lárnaca), donde encontraron la nave peregrina, en la quenavegaron rumbo a Jaffa. Se dieron a la vela el 19 agosto y, en seis días, llegaron a puerto, aunque no los dejaron desembarcar hasta el 31 agosto.

Iñigo visitó los Santos Lugares con los demás peregrinos e intentó quedar-se en Tierra Santa, como había sido su propósito, pero el P. Provincial de losfranciscanos no se lo permitió. Antes de abandonar Jerusalén, volvió de nuevopor su cuenta, sin acompañante oficial, al Monte Olivete, o de los Olivos, loque, a causa de las tensiones con los turcos, provocó la preocupación y enfado del superior franciscano que envió un criado armenio para buscarlo y traerlo inmediatamente. El armenio lo asió y lo maltrató. Por el camino, Iñigo imaginaba escenas de la Pasión (45).

La vuelta fue mucho más accidentada. Concluida la visita a los santos lugares, partieron de Jaffa el 3 octubre y llegaron a Lárnaca el 14 del mismo mes,sin más incidencias que la escasez de agua maloliente que les daban mezclada con vinagre. En el puerto esperaban tres naves con destino a Venecia: unagrande del mercader veneciano Jerónimo Contarini; otra grande turca y unamuy pequeña, cuyo patrón admitió gratis a Iñigo, a lo que se había negadoanteriormente el maestre de la mercante de Contarini, burlándose de su pretensión y de las recomendaciones de otros: si era tan santo, como decían, nonecesitaba nave, que caminara por el agua como San Pedro...

Una mañana de principios de noviembre de 1523 se dieron a la vela conviento próspero; pero, a la tarde, se levantó un fuerte temporal que desperdigólas naves. La mercante de Contarini se perdió frente a las costas de Chipre, salvándose la gente. La turca se hundió con toda la tripulación y pasaje. Sólo lapequeña superó la tempestad (46) y llegó a tierra, en la Apulia, en medio delinvierno. Mediado enero de 1524, Iñigo llegaba a Venecia, después de haberestado en la mar, desde Chipre, todo el mes de noviembre y diciembre y lo quecorría de enero (47).

Para marzo, Iñigo había llegado, por tierra, a Génova donde se embarcópara Barcelona en una nave que le proporcionó un marino antiguo conocidosuyo, Rodrigo de Portuondo, del que me ocuparé enseguida. Es muy verosímil

(43) Valtrino Vita, cap. 12, n.2 [491. Fonres narr. 3, 376.(44) Autobiografía, cap. IV, n.2 44, p. 126.(45) Autobiografía, cap. IV, nn. 45-48, cap. V n.2 49, PP. 127-130. La composición del

diseño, obra del flamenco Theodor van Galle, representa estas escenas además de la tempestadsufrida a la vista de Chipre. Véase apartado siguiente.

(46) La figura 4 es un grabado de Theodor van Galle con las escenas de la visita a los santos lugares y la tempestad. La figura 5 es de Rubens y representa la misma tempestad.

(47) Autobiografía, cap. V, nn. 49-50, pp. 129-130.

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Detalle: D. Tempestad y naufragioa la vista de Chipre

Á. erttr,

Theodor van Galle (n.° 6). A-C.Escenas de Iñigo de Loyola en

Tierra Santa

24 Núm. 50

Rubens (n.° 29). La tempestad y naufragio a la salida de Chipre

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IGNACIO DE LOYOLA Y EL MAR: SU POLÍTICA MEDITERRÁNEA

25

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que esa embarcación fuera la carabela del dux de Génova, Antonioto Adorno, que zarpó hacia el 8 de marzo con el correo imperial Bernardino deAlbornoz, que llevaba la noticia de la elección del nuevo papa, Clemente VII(48). Así se entiende mejor que Andrea Doria, entonces al servicio del reyfrancés Francisco 1, le diera caza, como indica la Autobiografía (49). Arribaría a Barcelona hacia el 18 de marzo, día en que el virrey de Cataluña, donAntonio de Zúñiga, acusaba recibo de las cartas de Italia (50), lo que también cuadra con la fecha consignada en este documento por Ignacio: «el añodel 24 en la cuaresma llegó a Barcelona» (51).

Iñigo de Loyola había empleado en sus peregrinaciones más de un año, delque unos cuatro meses y medio fueron de navegación. También tuvo la experiencia de los mares nórdicos: en el verano de 1531 cruzó el canal de la Mancha de Flandes, o Ruan, a Londres y regreso (52). En otoño de 1535 realizó suúltimo viaje por mar de Valencia a Barcelona y de aquí a Génova, en una navegrande. Esta vez, la inseguridad de la travesía mediterránea no provenía deAndrea Doria —que, en 1528, había desertado del rey francés y se había aliado al emperador—, sino de las galeras de Jair al-Din (Barbarroja) que dominaban el Mediterráneo. Por ello, sus amigos valencianos le desaconsejaron elembarque, sin conseguir disuadirle ni hacerle dudar «por muchas cosas que ledijeron, suficientes para ponerle miedo». Pero, en último término, no fueronlas galeras de Barbarroja, sino la tempestad la que dio caza y azotó la navegrande de Iñigo exponiéndole a mayor riesgo de naufragio que en las dos ocasiones anteriores, pues la fuerza del temporal quebró el timón de la nave (53).Con la experiencia de las tempestades pasadas, Iñigo pudo hacerse cargo de lacontingencia de la nave y así afirmó, años más tarde, recordando el trancecorrido en aquella navegación, «que, a su juicio y de muchos que venían en lanave, naturalmente no se podía huir de la muerte»(54).

La iconografía naval de Ignacio de Loyola y su patronazgo de los navegantes

Entre los hechos protagonizados por Íñigo de Loyola tuvieron especialrelieve para los artistas los relacionados con el mar y sus peligros, como se

(48) Lope de Soria a Gattinara. Génova, 7 de marzo de 1524. BibI. Real Academia de la Historia. Col. Salazar 5 Carro (en adelante Bibi. RAH Col. Salazar y Gastro). A-30 f. 398. Soria,embajador del emperador en Génova, se lamentaba de no contar con navíos con una buena pagapara sus capitanes y evitar así que sufriera retraso la correspondencia de Italia con el emperador,aunque el estado dela mar había sido la causa reciente de que los correos no hubieran podido saliren mucho tiempo. Id. a Id. Génova, 8 de febrero de 1524. ibídem. Soria había negociado con eldux Adorno el destino de dos o tres carabelas asalariadas para el servicio de correos entre Génova y Barcelona. Id. a Carlos V (extracto). Génova, 3 y 25 de febrero de 1524. Ibídem, ff. 283-284v.

(49) Autobiografía, cap. V, n.2 53, pp. 131-132..(50) En esa fecha, por la noche, el virrey de Cataluña anunciaba al emperador que había

recibido carta de Hugo de Moncada: Zúñiga a Carlos V. Barcelona, 18 de marzo de 1524. Bibl.RAH. Salazar y Castro A-30 f. 427. CoDoin, España XXIV, p. 346.

(51) Autobiografía, cap. VI, n.5 57, Obras 134.(52) Cfr. ibídem, cap. VIII, n.> 76, p. 146.(53) ibídem, cap. VIII, nn. 90-91, pp. 163-165.(54) ibídem cap. III, n. 33, p. 120.

26 Núm. 50

IGNACIO DE LOYOLA Y EL MAR: SU POLÍTICA MEDITERRÁNEA

puede observar por las ilustraciones. El naufragio de las grandes naves frente a Chipre y la incolumidad de la pequeña donde iba Iñigo, impresionó laimaginación de los artistas y del público y los casos de tempestades calmadas atribuidos a su intercesión llevó a considerarle Patrón de los navegantes.Su nombre quedó también vinculado al mar gracias a las embarcaciones quelo adoptaron.

Los grabados que acompañan este trabajo proceden de dos series fundamentales: la de Madrid y la de Roma (55). La primera serie de 14 estampas,con tres o cuatro escenas cada una, siguiendo la tradición medieval de lanarratio continua, la encargó el P. Pedro de Ribadeneyra a los burilistas flamencos Theodor y Cornelis van Galle, ayudados por Adrian y Jan Collaert yKarel van Mailery. La ejecución siguió el modelo de los 16 lienzos pintados,hacia 1600, por el artista madrileño Juan de Mesa de orden del mismo Ribadeneyra. Cada uno de los episodios, basados en la Autobiografía y representados en las estampas (marcados por las letras A, B, C), se explica en el pie remitiendo al libro y capítulo correspondiente de la Vida latina de Ribadeneyra(1587). La serie se imprimió en Amberes, en forma de libro, en 1610 y, denuevo, en 1622, por Jan van Galle, uno de la dinastía (56).

La segunda serie, más conocida y extendida dado su carácter «semi-oficial», recomendada por el P. General, el napolitano Claudio Aquaviva, fueencargada al entonces joven artista Pedro Pablo Rubens y grabada, al parecer,por J.B. Barbé, para ilustrar la vida latina de Ignacio de Loyola preparada, enRoma, por los PP. Mikolaj Leczyki (Nicolás Lancicio) y Filippo Raynaldi, rector del Colegio Germánico de Roma, con motivo de la beatificación de Ignacio de Loyola en 1609 (57). Consta de 79 grabados numerados. Llevan rótulos, al pie, sin otras referencias. Cuatro de las escenas se dedican al tema delmar, los números 22, 25, 26 y 29. En la edición de 1622, año de la canoniza

(55) Véase RODRÍGUEZ GUTIÉRREZ DE CEBALLOS, A.: «La iconografía de San Ignacio deLoyola y los ciclos pintados de su vida en España e Hispanoamérica en Ignacio de Loyola y sutiempo». Congreso Internacional de Historia (9-13 de septiembre de 1991). Universidad deDeusto, Bilbao 1992, pp. 108-127, 110-113.

(56) Vita Beati Patris Ignatii Loyolae Religionis Societatis lesu fundaroris ad vivurnexpressa ex ea quam P. Petrus de Ribadeneyra eiusde,n Societaris theologus ad Dei gloriam etaci piorum ho,ninwn usun ad utilitarein ohm scripsit: deinde Madriti pingi, postea in tes incidiet nunc demum rvpis excudi curavir Antuerpia? apud loannem Galkeum. De la edición de 1622existe una reproducción litográfica: CREIXELL, J., 5. J.: Album Histórico Ignaciano. Barcelona,1950. Agradezco al P. Hugo Storni, Bibliotecario del Instituto Histórico de la Compañía deJesús, de Roma, sus continuas atenciones y el haberme facilitado fotografías de esta serie (edición de 1610), así como de las de Kilian y Querck indicadas en notas siguientes.

(57) Vita Beati P. Ignatii Loiolae Societatis lesu fundaroris (Romae 1609). Hay una edición facsimilar reciente de los grabados con sus leyendas: RUBENS, P. P.y BARBÉ, J. B.: Vida deSan Ignacio de Loyola en imágenes. Estudio preliminar por AM. Navas Gutiérrez, 5. 1., Granada, 1992. Otra edición más reciente: Vida de San Ignacio de Loyola en grabados del sigloxvii, Dibujante Peter Paul Rubens, grabador en cobre Jean Baptiste Barbé... Edición preparada por Juan Iturriaga, S.J. Bilbao 1995. Agradezco al P. Wiktor Gramatowski, director delArchivum Romanum Societatis Jesu (ARSI), su amabilidad en haberme proporcionado fotografías del ejemplar de la Vita que se custodia en este Archivo, así como a la doctora Lydia Salviucci-Insolera, profesora de Historia del Arte en la Pontificia Universidad Gregoriana, sus indicaciones y la cesión de algunas de las reproducciones en su poder.

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ción de Ignacio de Loyola por Gregorio XV, se añadió el grabado número 80,con la representación de dicho acto.

Este mismo año, Wolfgang Kilian publicaba, en Ausburgo (1622), enforma de libro con rótulos en alemán, una serie de cien estampas numeradas(58). A los grabados de Rubens (edición de 1622) que reproduce, en parte,añadió otros relativos a su infancia y juventud, viajes de París a Ruan y Flandes, etcétera, y un ciclo de milagros atribuidos al santo. El número 96, inspirado en el número 33 de la serie —la tempestad a la salida de Chipre (número29 de Rubens: fig. 6)—, representa al santo entre las nubes amparando a losque le gritan desde la nave en peligro invocando su protección (fig. 7) con unaleyenda explicatoria en alemán: «Aquellos que se confían a la oración de SanIgnacio son salvados de modo portentoso de naufragios seguros».

Esta misma serie fue reproducida en Viena, en 1698, por el P. IgnatiusQuerck 5. J. con leyendas al pie, en verso latino y, en la página de la izquierda, poemas también en latín basados en los clásicos con aplicaciones a SanIgnacio (59). El grabado número 96 lleva por título «S.IGNATIUS PatronusNavigantiurn». Los versos latinos del pie contienen una idea central: al gritode ¡Ignacio! el mar enmudece. Los versos de la izquierda, muy del gusto de laépoca, están basados en la Eneida de Virgilio. Aluden a la fábula de Neptunoprotegiendo a Eneas en su balsa zarandeada por los vientos a quienes expulsade su reino marino. Pero el verdadero dominador del mar y protector de losnavegantes es S. Ignacio. El poema concluye: «Con este Jefe [Ignacio] laarmada gozará de prósperos mares» (60).

Tempestades calmadas

Este grabado de Kilian y su rótulo —más claramente en la edición deQuerck— evoca uno de los tres casos de tempestades calmadas y naves en

(58) Leben Des Heiligen Ignatius Lojolae Stifster des Societeit Jesu. Auspurg MDCXXII.(59) Vita Santi Ignatii Loiolce Societatis lesu Fundatoris. Viena 1698. El P. Querck publi

có dos ediciones este mismo año: una con sólo los grabados, la otra acompañada de poemas latinos inspirados en los clásicos. Empleo esta edición.

(60) Para curiosidad de los lectores no familiarizados con el latín, he aquí la versión castellana. 1. Leyenda al pie del grabado: «En Ignacio tienes, en uno, a Cástor y Pólux, astros propicios para el navegante. Allá el ímpetu de la tempestad aterroriza la nave/no es un juego. Pero,apenas el mar oye a los náufragos gritar ¡ IGNACIO!, enmudece al punto por reverencia a tan grannombre: las tempestades se calman con este celestial Alción portador de bonanza». 2. Páginaizquierda. a) Versión latina del rótulo de Kilian: «Aquellos que se encomiendan a sus oraciones, son liberados de naufragios inminentes>’. b) «Aplaca los mares encrespados» (Virgilio,Eneida canto 1). «Apresurad vuestra fuga, Céfiro, Euro y Noto y no volváis a conculcar más misreinos con semejante cabalgada. Soy el rey del piélago, decidlo a vuestro rey. Ningún derechotiene Hippotades a mi Tridente. Que él gobierne, en estrecha cárcel, a los batalladores vientos.A Nos pertenece poner freno a los dioses marinos. Tales cosas sentencia Neptuno vivamenteirritado al ver a Aquilón destrozar la balsa de Eneas. Y tan pronto lo pronuncia, abate las iras dela aguas altaneras y devuelve al mar su serena faz primera., Las hazañas de Neptuno que narrala fábula poéticamente, lo escribe de Loyola la fe patente. El doma las amenazas del Océano ypone a salvo, en la orilla, a los frágiles miembros de la maltratada balsa. Celebrad marineros concanciones de mar su imperio. Con este jefe gozará la armada de prósperos mares>.

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Kilian (no 96). Ignacio de Loyola ampara a los que le invocan en los peligros de naufragio

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peligro salvadas, atribuidos a la intercesión de Ignacio de Loyola, cuyas informaciones jurídicas se enviaron a Roma en orden a su beatificación (61): el delpequeño navío Santa María de Regla.

Esta embarcación había zarpado, en septiembre de 1598, del puerto de Trinidad, Cuba, con destino a Cartagena de Indias llevando a bordo a numerosospasajeros religiosos y seculares, entre ellos al arzobispo electo de Santa Fe deBogotá, Don Bartolomé Lobo Guerrero y a los jesuitas Alonso Medrano yFrancisco de Figueroa que traía consigo de México. El 23 de septiembre, a lavista de Jamaica, sobrevino un fuerte huracán que duró tres días con susnoches, quebró el árbol mayor y la gavia del trinquete y destrozó las velas,pasando el oleaje por encima del navío con peligro inminente de anegarlo. Elpiloto, Domingo Rodríguez, dejó el navío a su aventura, desesperando de todorecurso humano. En medio del apuro, los jesuitas recordaron la tempestad ynaufragios frente a Chipre de que se libró la pequeña embarcación de Ignacioy comenzaron a invocar a gritos su nombre instando al arzobispo electo y a losrestantes pasajeros a hacer lo mismo. Todos se unieron al clamor y, al grito de¡Ignacio!, el mar se serenó de repente. Se hicieron informaciones jurídicas delhecho en Santa Fe ante el mismo arzobispo Lobo y, en Cartagena, ante el obispo Juan de Ladrada, O.P. (62).

De los otros dos casos, uno tiene relación con el anterior por tratarse de losmismos protagonistas: los padres Medrano y Figueroa. Enviados en misión aEspaña, se embarcaron en Cartagena en el galeón Nuestra Señora de Aránzazu, de 500 toneladas, del capitán Pedro Sánchez Escudero, perteneciente a laArmada de Tierra Firme de la guarda de la carrera de las Indias, capitán general Marcos de Aramburu. La armada zarpó de Cartagena de Indias hacia finesde agosto o primeros de septiembre de 1600. El galeón padeció dos tempestades muy peligrosas. La primera en el canal de Bahama: cercados de bajíos, confuerte corriente por la popa y viento contrario por la proa. La segunda en lasTerceras, donde se levantó un viento repentino que rompió la vela mayorarrastrando al galeón contra la costa. El P. Francisco de Figueroa sumergió enel mar, en ambas ocasiones, una reliquia de Ignacio de Loyola y vino enseguida la calma (63).

El tercer caso fue el del galeón de Nueva España Santo Tomás, de la carrera de Filipinas, en que venía embarcado el P. Gregorio López con nueve compañeros y numeroso pasaje de religiosos y seglares. En 1601, en su viaje deAcapulco a Manila, después de 62 días de navegación, el 30 de abril y el 1 de

(61) La relación de las tres tempestades calmadas en Acta Sanctorurn Mensis Iuiii VII,Antuerpiae MDCCXXX VII, pp. 798 y 813.

(62) RIBADENEYRA, P. DE: Vida del glorioso patriarca 5. ignacio de Loyola, Madrid 1622,pp. 108v-hO. El proceso original de Santa Fe se encuentra en el Archivo de la PostulaciónGeneral de la Compañía de Jesús, Roma, Procesos San Ignacio de Loyola, vol. 12, ff. 282r-v,431-440v.

(63) Ibídem, pp. 1 lOv-1 liv. Para los particulares de los nombres de la armada y los jefes,no indicados en Ribadeneyra, cfr. CHAUNIJ, H. y P.: Seville et lAtlantique (1504-1650). IV. Letraflc de 1596 ó 1620, París 1956, pp. 108-199.

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mayo el Santo Tomás, azotado por el temporal, estuvo a punto de destrozarsecontra los escollos junto a Catanduanes en la contracosta de Manila, en el surgidero que se denominó luego de San Ignacio. El licenciado Antonio de RiberaMaldonado, oidor de la Audiencia de México, que iba de general, se encomendó a Ignacio de Loyola así como otros religiosos y seglares del galeón y se expuso su imagen. El capitán del galeón, Francisco Cadena, veneciano, así como elpiloto mayor y otra gente de mar consideraron las diversas vicisitudes favorables que fueron surgiendo en medio de los peligros, como milagrosas (64).

Hasta aquí las memorias marineras de Iñigo López de Loyola consignadasen su Autobiografía, los hechos extraordinarios que se le atribuyeron en relación con el mar y la iconografía respectiva.

Pero todavía el texto de la Autobiografía brinda un dato, en apariencia sinimportancia, que ilustra la vinculación de Ignacio al mundo del mar: suencuentro con un marino conocido suyo de antaño, Rodrigo de Portuondo, quemencioné más arriba.

Rodrigo de Portuondo

- El texto indicado se refiere al invierno de 1524, final de la peregrinación deIñigo a Jerusalén y su vuelta a Barcelona, desde donde había partido un añoantes. Este es su relato:

«y a la fin llegó a Génova, adonde le conosció un viscaíno que se llamaba Portundo,que otras veces le había hablado cuando él servía en la corte del Rey Católico. Este le hizoembarcar en una nave que iba a Barcelona, en la cual corrió mucho peligro de ser tomadode Andrea Doria, que le dio caza, el cual entonces era francés» (65).

Los historiadores de Íñigo no han concedido importancia a este encuentroy menos a la figura de este vizcaíno que le reconoció en Génova, quizás en elmismo puerto, mientras Iñigo buscaba embarcación. Sin embargo, este datoconstituye una de las claves principales para explicar varios aspectos interesantes de la biografía ignaciana, entre otros su relación con el mar y los hombres que, en la Armada, protagonizaron importantes empresas navales, en lasque también había intervenido su hermano, Juan Pérez de Loyola, mayorazgode su casa. Por ello, es conveniente conocer la personalidad de Rodrigo de Portuondo, originario de Vizcaya, pero nacido en Sevilla (66).

De familia de armadores, con casa solar armera en la anteiglesia de Mundaca, donde se encuentra el lugar de Portuondo («junto al puerto», en euske

(64) Cfr. CHIRIN0, P.: Relación de las islas Filipinas, Manila 1969 (Historical Conservation Society, XV) cap. LXV, pp. 165-168. El P. Pedro Chirino, enviado en 1602 a Madrid yRoma como procurador de la Provincia de Filipinas, entregó al P. General, Claudio Aquaviva,la información jurídica del suceso junto con la Relación citada.

(65) Autobiografía, cap. V, n.2 53, pp. 13 1-132.(66) Así lo afirma el cronista ZAPATA, Luis: «De aquí [Sevilla] fue Portuondo capitán

general de las galeras de España». De algunos hombres señalados de Sevilla en MisceláneaMemorial Histórico Español (MHE) IX, 318,120.

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ra) (67), señor de naos y reputado marino, Rodrigo de Portuondo había participado, con la armada de Pedro Navarro, en la expedición a Orán (1509), almando de su propia nao de 310 toneles (c. 372 toneladas) con 50 marineros,16 grumetes y 4 pajes. En 1516,’ con otras naos procedentes de Sevilla, formóparte de la armada de Diego de Vera aprestada en Cartagena contra Argel. Portuondo mandaba, en esta expedición, dos naos propias, con un total de 550toneles (c. 660 ‘toneladas). Según informes, estas naos, denominadas «portundas», eran «muy buenas naos de casi treszientos toneles y más cada una, muybien en orden» (68).

Las naos de Sevilla eran la del contador de la Casa de Contratación, ‘JuanLópez de Recalde, de 250 toneles, otras tres de 150 toneles, y la del conde Hernando de Andrada, que llevaba a su bordo al Comendador Diego de Vera, con300 hombres de Sevilla y Jerez (69).

En septiembre de 1520 Portuondo se encontraba en Nápoles, en la armadade Hugo de Moncada, a cargo de las naos. En esas fechas, el embajador enRoma, Don Juan Manuel, recomendaba al Emperador a Portuondo, al comendador Loaisa y al maestre de campo Figueroa, por ser:

«personas a quien V.A. deue mucho y que son para seruirle y que V.A. deue a los talestenerlos en memoria para facerles mercedes por dar exemplo a los otros, porque de otramanera no puede ser bien seruido< (70).

Los servicios de Portuondo se referían, sin duda, a las campañas de Áfricaen la armada de Navarro y Diego de Vera y en las últimas llevadas a cabo porHugo de Moncada acompañado por Vera. Portuondo había servido a las órdenes de éste en la empresa de Argel (1516), por lo que era regular que participara también en el segundo intento contra esta plaza (1518) y en el malogradoataque a Los Gelves (1519) y su posterior ocupación (1520), con lo que se consiguió, siquiera fuera momentáneamente, el desalojo de los corsarios y el vasallaje de su jeque (71).

El 16 de julio de 1523 Portuondo estaba en Nápoles a punto de darse a lavela con despachos del virrey, Carlos de Lannoy, para el emperador Carlos(72). Nombrado por éste capitán general de las cuatro galeras de la guarda delas costas del Reino de Granada, con orden al tesorero Vargas (15 de septiem

(67) LABAYRU: Historia.., de Bizcaya IV, 175. Este autor afirma que el primitivo solar seencontraba en el sitio denominado Portuochu (puertito), derruido y sin caserío (esto se publicaba en 1900), pero existía en Mundaca un término denominado Portuondo.

(68) Instrucciones dadas por Diego de Vera y Juan del Río a Vicente Pérez de Albornoz para tratar con el Cardenal acerca de la armada, y acuerdos tomados por éste. MHE VI,Apéndice 19, pp. 471-480.

(69) Ibídem.(70) Juan Manuel al Emperador. Roma 25 de septiembre de 1520. Bibi. RAH. Col. Sala

zary Castro, A-45 f. 24r-v. (md. IV, n.> 6.886, p. 334).(71) FERNÁNDEZ DURO: Armada española 1, pp. 127-131.(72) Lannoy al Emperador. Nápoles, 16 de julio de 1523. Bibl. RAH. Col. Salazar)’ Cas

tro, A-28 f. 379.

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bre de 1523) de tomarle el asiento correspondiente (73), Portuondo fue destinado, poco después, a engrosar con sus galeras la armada del capitán generalde la mar, Hugo de Moncada, con base en Génova, adonde llegó Moncada el25 de noviembre y Portuondo el 5 de diciembre con las cuatro galeras «muymal en orden de todo lo menester». Puesta en orden la armada, Moncada partió para Marsella con 17 galeras (74). -

Cuando a fines del invierno de 1524 Portuondo topó con Iñigo, en Génova,esta ciudad llevaba dos años en poder de los imperiales. Durante el asedio,Andrea Doria había escapado con sus seis galeras y se había refugiado en Marsella desde donde, unido a la escuadra francesa, hostigaba y daba caza a lasnaves del emperador. En septiembre de 1523 Bonnivet atravesaba los Alpes ymarchaba hacia Milán, ocupando las ciudades a su paso. A mitad de noviembre, sin entrar en la capital del ducado, se retiró junto al Ticino para la invernada.

Iñigo, en su camino de Venecia a Génova, atravesó las líneas imperiales yfrancesas durante la contraofensiva de los primeros que hizo retroceder a Bonnivet hasta Francia. El castillo de Cremona se rindió el 21 de febrero de 1524y, el 2 de marzo, el marqués de Pescara cruzaba el Ticino.

En la fracasada campaña de Provenza y sitio de Marsella (julio-septiembrede 1524), Portuondo intervino con sus galeras en apoyo de las operacionesterrestres. Al tiempo de la retirada de los imperiales hacia Italia, Francisco 1cruzaba los Alpes (octubre de 1524) y se dirigía a Milán, que ocupó. A finesde enero del año siguiente, 1525, los franceses saqueaban Saona (75).

El 28 de enero, por la noche, Moncada salía con la armada imperial y unahora antes del amanecer del 29 desembarcaba en la ensenada de Varazze, nolejos de Saona. Doria se presentó con la armada francesa y atacó desde el marcon la artillería de las galeras, mientras soldados y paisanos lo hacían por tierra y bajando de las montañas vecinas. En la confusión, Moncada cayó prisionero con otros jefes. Portuondo hizo frente a Doria, permitiendo la reunión yreembarque de la gente y evitando así la muerte o prisión de la mayoría. Portuondo cubrió la retaguardia hasta Génova, seguido de Doria que apresó lacarraca capitana y tres embarcaciones que habían quedado a la zaga. La armada de Doria bloqueó el puerto de Génova del 30 enero al 2 de febrero. Ante lacaptura del capitán general de la Mar, Moncada, y la diversidad de armadas ycapitanes, el embajador del emperador, Lope de Soria, consideró urgente ladesignación de un mando único que sustituyera a Moncada, por lo que, dadala decisiva actuación de Portuondo en Varazze salvando armada y gente deldesastre y «visto quán bien sirue el dicho Portuondo y quán valerosa persona

(73) El Rey al Ldo. Francisco de Vargas. Burgos, 15 de septiembre de 1523. En LABAYRU:Historia.;, de Bizcaya IV, Apéndice n.< 29, pp. 673-675. La armada constaba de 1 bergantín y 4galeras. Estas llevaban, cada una, 23 oficiales, 90 compañeros sobresalientes y 150 remeros conun costo de 278 1/2 ducados por galeralaño. Portuondo recibía un salario de 250.000 maravedís/año más una ayuda de costa de 20.000 maravedís/año.

(74) Lope de Soria a Carlos V. Génova, 16 de diciembre de 1523. Bibí. RAH, Col. Salazar)’ Castro A-33, f. 282. FERNÁNDEZ DURO: Armada Española 1, pp. 137-148.

(75) Moncada a Carlos V. Génova, 27 de enero de 1525. Ibídem A-34, ff. 76-78. CoDoin,España XXIV, pp. 421-425.

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es para este oficio», requirió a los capitanes de las otras galeras que obedeciesen a Portuondo, como capitán general, hasta que el emperador proveyese, alo que todos accedieron (76).

Terminada la guerra con la batalla de Pavía y la rendición de Francisco 1,cogido prisionero por el capitán Juan de Urbieta (25 de febrero de 1525), Portuondo zarpó de Génova el 31 mayo, de vuelta a España, al mando de unaarmada de 15 galeras, con 15.000 infantes, conduciendo a bordo de la capitana de su mando, la Santa Trinidad, al rey francés prisionero (77).

En 1527 Portuondo era capitán general de la armada de ocho galeras apostada en Cádiz para la vigilancia de la bahía. Una noche, los galeotes de la capitana, la Santa Trinidad, se amotinaron, lo hicieron prisionero y se fugaronaMarruecos. Perseguidos por las otras galeras de la armada, los amotinadoslograron esquivarlas y llegar al río Martil de Tetuán donde lo vendieron. Elalcaide de Xauen, el granadino Muley Ibrahim, se lo adjudicó con otras presas, entre ellas, 60.000 cruzados y la artillería de la galera. Años adelante, elsacerdote sevillano rescatador de cautivos, venerable Fernando de Contreras,informaba desde Tetuán que, entre las presas cogidas en la galera de Portuondo se encontraban, junto con otros pendones que engalanaban la Santa Trinidad, la bandera de oro de martillo, con flores de lis y las armas reales de Francia, perteneciente a Francisco 1.

Estos y otros tesoros habían sido descubiertos, por un cautivo, en unos subterráneos. Una vez que se recuperasen, Contreras tenía la intención de enviarlos a la Virgen de la Antigua, en la catedral de Sevilla, así como los hierros ycadenas de cautivos y las arcas encadenadas donde se guardaban los tesoros.

Tasado Portuondo en 16.000 cruzados, fue rescatado por mediación delmercader genovés Luis de Presenda, quien, después de salir fiador del preciodel rescate, obtuvo licencia para conducir libre a Portuondo al presidio portugués de Arcila, en la costa occidental africana. El mercader se despreocupó dela obligación adquirida y Muley Ibrahim reclamó el rescate inútilmente al reyde Portugal y al Emperador (78).

Liberado Portuondo, el emperador Carlos puso bajo su supervisión, en1528, el apresto de las 50 galeras que se construían en Barcelona. En 1529,como capitán general de SS. MM., a bordo de la galera real Santa Trinidad,mandó la armada que llevó a Carlos 1 desde Barcelona a Italia. Preparada lagalera capitana para conducir a su bordo al Emperador, éste subió, luego, a lade Andrea Doria. En 1528 había pasado del servicio del rey de Francia al del

(76) Lope de Soria a Carlos V. Génova, 29 y 30 de enero y 2 de febrero de 1525. BibI.RAH Col. Salazar y Castro, A-34, ff. 83r-v, 87, 101-103. FERNÁNDEZ DURO: Armada Española 1, pp. 137- 148.

(77) Para el viaje del rey francés en la capitana de Portuondo, véase Fernando Marín, abadde Nájera a Carlos Y. Génova, 31 de mayo de 1525. BN Madrid. Papeles de Gayangos, ms.20.213 (21).

(78) Memorial de Fernando de Contreras. Tetuán, abril de 1545. Sources inédites ¿lel’Histoire du Maroc. 1, pp. 104-116. RICARD, R.: «Mouley Ibrahim, caíd de Chechaouen (circa1490-1539)» en Etudes sur l’Histoire des Portugais au Maroc (Coimbra, 1955), pp. 276-278.

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Emperador, con el que había firmado un asiento general el 18 de agosto deese año (79). Juan Portuondo, hijo de Rodrigo, mandaba la galera San Jerónimo (80).

El 21 de agosto 1529 el Emperador concertó, en Génova, un asiento conPortuondo para la defensa de las costas del Reino de Granada, que serviría demodelo para los sucesivos. Lo nombró «capitán general de las galeras de laguarda las costas de la mar del dicho Reino de Granada y sus comarcas» ypuso, a su cargo, ocho galeras y dos bergantines, doble de las que había tenido a su cargo en 1523. Poco después, el 25 de octubre de 1529, Rodrigo dePortuondo murió en Formentera en un desafortunado encuentro con Cachidiablo, segundo de Jair al-Din (Barbarroja). Portuondo había intentado darle cazacon su galera y la de su hijo Domingo. Este, malherido, fue hecho prisionerocon otros capitanes y murió empalado en Argel, por orden de Barbarroja, conotros prisioneros, en represalia del ataque de Andrea Doria a Cherche! (81).

En la corte del Rey Católico: la empresa de África

El hecho de haber reconocido Portuondo a Íñigo y la afirmación de éste de«que otras veces le había hablado cuando él servía en la corte del Rey Católico»suponen un conocimiento anterior en conexión con el contexto de la cortefernandina, donde Iñigo López de Loyola había servido unos diez años (de 1506-1507 a 1517) como familiar, o «contino comensal», de Juan Velázquez de Cuéllar, uno de los dos contadores mayores de Hacienda de Castilla.

El trato de Portuondo con Iñigo en la corte debió de haber sido relativaménte frecuente («otras veces le había hablado») y familiar ya que, después de13 años, le pudo reconocer a pesar de su aspecto e indumentaria: cojo, con«unos zaragüellesde tela gruesa hasta la rodilla, y las piernas nudas, con zapatos y un jubón de tela negra, abierto con muchas cuchilladas por las espaldasy una ropilla corta de poco pelo» (82). El mismo atuendo que llevaba Iñigocuando, en el camino de Ferrara a Génova, a las puertas de un pueblo cercado,los soldados españoles le tomaron por espía, lo registraron y lo condujeronpreso al capitán, quien, después de interrogarlo, lo conceptuó loco y sin seso.Uno de los habitantes españoles, sin embargo, le atendió y recibió en su casa.

Como contrapartida, no obstante esa misma ropa, un trecho más adelante,por el mero hecho de ser Iñigo guipuzcoano, recibió buen trato de un capitánfrancés, originario de Bayona, ante quien los centinelas del campo francés lotrajeron prisionero. -

La relación de Portuondo con Iñigo en la corte del Rey Católico coincidió,sin duda, con las estancias de Fernando en Sevilla en 1508 y, sobre todo, en

(79) FERNÁNDEZ DURO: Armada española 1, pp. 149-150, Apéndice n.’ 9, pp. 364-369.(80) Ibídem. Apéndice n.< 10, p. 369.(81) LÓPEz DE GÓMARA, F.: Choronica de los mus nombrados Omiche y Haradín Barba

rroja. MI-lE VI, p. 327. FE1ÁNEz DURO: Armada española 1, pp. 136-137, 156-162, 359, 361,369-379, 406, 408.

(82) Autobiografía, Cap. V, n.2 49, p. 130.

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1511. Debido a la obligación de los contadires mayores de seguir a la corte,Iñigo habría marchado también a Sevilla en el séquito dé su protector a cuyoservicio estaba.

En la primera ocasión (1508), Fernando se había dirigido a Córdoba y Sevilla (septiembre-diciembre), para castigar, en persona, la rebeldía de los noblesandaluces, en particular del marqués de Priego y del duque de Medina Sidonia, opuestos a su gobernación en Castilla, en lugar de su hija Juana, a la quereconocían como única soberana legítima castellana. Antes de partir paraAndalucía, ordenó que le siguiesen todos los prelados y caballeros que seencontrasen en su corte, hizo un llamamiento general a los caballeros y órdenes militares de Andalucía y se puso al frente de un ejército de 600 hombresdé armas de sus guardas, 400 jinetes y 3.000 soldados de ordenanza a la suiza.Durante su estancia en Sevilla, Fernando envió en auxilio de su yerno, el reyManuel de Portugal, la armada de Pedro Navarro y un contingente de sus guardas y tropas traídas consigo a Andalucía, para socorrer la plaza portuguesa deArcila, atacada y cercada por el Jerife sa’di. Como he indicado, Portuondo formaba parte de la armada de Navarro y participó en la conquista de Orán unosmeses después.

La segunda visita de Fernando a Sevilla, del 1 de febrero al 21 de junio de1511, tuvo por objeto la preparación de la empresa de Africa como primerpaso a la conquista de Jerusalén. El Rey había mandado aprestar una armadaen los puertos de Andalucía, que debía reunirse en Cádiz.

En 1509, el Rey Católico había enviado un apercibimiento a las villas marítimas y puertos de Guipúzcoa y Vizcaya para armar doscientas setenta naves,cien en Guipúzcoa (algunas de 250 toneles) y setenta en Vizcaya. Uno de lospuertos vizcaínos apercibidos era Portuondo, junto a Mundaca. Otras 30 naves,hasta completar el número de 300, debían aprestarse en los puertos de Tras-miera (83).

Uno de los señores de naos que acudieron al llamamiento real fue el hijo dela azcoitiana María de Recalde, Martín Pérez de Idiacaiz, que, como he señalado, tenía trato comercial con el señor de Loyola.

La organización de la expedición africana desde España, sobre la base de500 hombres de las guardas del Rey, 1.000 jinetes, 300 ballesteros de a caballo y 7.000 infantes, se hacía en Andalucía, y no en Cataluña o Valencia, porque respondía precisamente, según el mismo Rey Católico, a la abundancia demantenimientos y de caballos y de otras cosas necesarias para la armada conque contaba la región andaluza, sobre todo el valle del Guadalquivir, y no lasregiones antes citadas de la corona aragonesa (84).

(83) ZURITA, J.: Historia del Rey Don Hernando el Católico: de las empresas y ligas deItalia (edición de A. Canellas López), Tomo 4. (Zaragoza 1994) Lib. VIII, tit. XLI, p. 407. Lospuertos mencionados eran, en la provincia de Guipúzcoa: Fuenterrabía, El Pasaje, La Rentería,San Sebastián, Ono, Guetaria, Zumaya, Deva y Motrico. En el Señorío de Vizcaya: Ondarroa,Lequeitio, Portuondo, Bermeo, Maida (sic), Plencia, Bilbao y Portugalete. Los de Trasmiera:Castro Urdiales, Laredo, Santander, San Vicente, Llanes, Ribadesella y Ribadeo. Ibídem.

(84) Así lo declara el mismo Fernando: El Rey a Pedro Navarro. Madrid, 24 de diciembrede 1510. DOUSSINAGUE, J. M.: Política Internacional de Fernando el Católico (Madrid, 1944)en adelante D0UssINAGUEI, pp. 360-363, 641-643.

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FRANCISCO DE BORJA MEDINA, 5. J.

Los preparativos de la armada suponían toda una intensa actividad administrativa: armamento, aprovisionamiento, libramientos de pagos a tropas, fletes de buques, etcétera.

El encargado del apresto de la expedición, como en ocasiones anteriores, erael capellán mayor y consejero real, Juan Rodríguez de Fonseca. Al suspenderseen junio la expedición africana, con motivo del ataque del rey francés Luis XIIal Estado de la Iglesia, Fonseca recibió, en 16 de junio, la comisión del ReyCatólico de despedir a las tropas inglesas, estacionadas en Cádiz, y de pagarlessus sueldos, así como a los capitanes de las naos vascongadas que los habíantransportado, los sueldos y fletes de la armada hasta fin de julio (85).

De la complicada burocracia que comportaba la gestión de estos asuntosno estarían ausentes, en esta ocasión, dada su presencia en Sevilla, los contadores mayores que necesitarían, para la dirección de las diversas funciones desu empleo, todo el personal a su servicio. Sobre todo las funciones anejas aloficio de sueldos, a cuyo cargo estaba el pago de la gente de guerra y de lasarmadas y el de su provisión y abastecimiento, y las propias del oficio de tierras, que entendía en la concesión de mercedes personales de maravedís, enrentas o tierras en Vizcaya y Guipúzcoa, que obligaba al beneficiario de estosterritorios al sostenimiento de lanzas y ballesteros mareantes (86).

Iñigo, como allegado, o familiar —«continuo comensal»— del contadorJuan Velázquez, podría haber intervenido en el desempeño de algunas gestiones de mayor confianza, como en ocasiones similares hacían los continos delrey ayudando en sus cometidos a otros altos funcionarios reales (87). Ni seríaextraño que, siendo el otro contador mayor de Hacienda de Castilla, Antoniode Fonseca (88), hermano de Juan Rodríguez de Fonseca, ayudaran a éste ensu comisión los allegados de ambos contadores.

(85) BERNÁLDEZ, A.: Memorias del reinado de los Reyes Católicos (edición de M. Gómez-Moreno y J. de M. Carriazo, Madrid 1962) cap. CCXXVI, 573; DOUSSINAGUE, pp. 461-463.

(86) Cfr. DE LA PLAZA BORES, A.: Escribanía Mayor de Rentas en Guía del investigadorArchivo General de Simancas (Madrid, >1986), p. 241.

(87) LADERO QUESADA, M. A.: Castilla y la conquista del reino de Granada (Granada,1987), p. 166.

(88) Antonio de Fonseca (t23 de agosto de 1532), III señor de Coca y Alaejos, hermano deJuan Rodríguez de Fonseca, fue capitán en la guerra de Granada. Según Bartolomé de las Casasera »caballero valeroso, muy señalado y muy prudente, y muy estimado y privado de los ReyesCatólicos, contador mayor de Castilla, que es el más preeminente oficio que en su casa y corte realtienen’>. Intervino como capitán general en la guerra de Navarra (1512-1513). Asistió a la muertede Fernando el Católico en Madrigalejo (1516). Nombrado capitán general de Castilla y León porCarlos 1, participó en la guerra de las Comunidades y, junto al alcalde de corte Rodrigo RonquiIb, fue responsable del saqueo e incendio de Medina del Campo y tuvo que huir a Portugal y Flandes. Juan lo dejó heredero universal de todos sus bienes, lo que provocó competencias con la sedeburgalesa, de la que Juan era arzobispo, pero el papa Clemente VII falló en favor de Antonio. Altiempo de su muerte era también Comendador mayor de Castilla. Fsis.y BARTOLOMÉ DE LAS CASAS:Obras escogidas. Historia de las Indias, 2 vol. (edición de J. Pérez de Tudela, Madrid 1957,Biblioteca de Autores Españoles [BAEI pp. 95-96), II, cap. XLII, p. 233; DE SM’nTA CRUZ, A.: Crónica de los Reves Católicos (edición de J. de M. Carriazo), 2 vol. (Sevilla 1951) 1 y II, passim;GIRÓN, P.: Crónica del Emperador Carlos V (edición de J. Sánchez Montes) (Madrid 1964), pp.175-176. TERESA LEÓN, T.: El obispo D. Juan Rodríguez Fonseca, diplomático, mecenas y ministro de Indias. Hispania Sacra 13 (1960), pp. 25 1-304. REDoNDo, A.: Antonio de Guevara (1480?-1545) et 1 ‘Espagne de son remps (Ginebra 1976), pp. 111, 119, 395 (not. 242).

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IGNACIO DE LOYOLA Y EL MAR. SU POLÍTICA MEDITERRÁNEA

Así Íñigo podría haber intervenido, de un modo o de otro, en los asuntosdel oficio de sueldos o en el de tierras. En Sevilla había una importante comunidad vizcaína y guipuzcoana, sobre todo de armadores y mercaderes. Entre1504 y 1515, la flota mercante vascongada de Sevilla contaba con 68 unidades, 39 de Guipúzcoa y 29 de Vizcaya. Era la más numerosa después de lasevillano-trianera con 149 unidades. Pero en la vasca predominaba la nao degran tonelaje. De las 39 unidades guipuzcoanas, algunas estaban matriculadasen los puertos o villas más cercanas a la casa de Loyola: dos eran de Zumaya,dos de Guetaria, una de Cestona, una de Azcoitia y otra de Deva (89). De estavilla procedían el maestre y una buena parte de la tripulación de la nao de JuanPérez de Loyola (90). .. -

Ningún lugar más adecuado que Sevilla para un encuentro de Iñigo con unmarino como Rodrigo de Portuondo, cuando, 13 años atrás, en 1511, se encontraba la corte de Fernando en ella y se aprestaba la gran armada para coronarla empresa de Africa. Tanto más si Portuondo tenía su domicilio en Sevilla yla armada se reunía en un puerto tan cercano como Cádiz.

La razón de este trato con Iñigo habría que entenderla no sólo en cuanto paisano, sino también en relación con el servicio desempeñado por Iñigo en la corte.En el contexto sevillano, este servicio estaría relacionado con los pagos para elpertrecho de las embarcaciones y los sueldos a su gente. En 1516, los sueldos decada una de las naos de Portuondo montarán 3.200 ducados al mes (91).

El Mediterráneo, lago turco-berberisco (92)

Íñigo había vivido de cerca, en su juventud, los fracasados intentos dedominar el litoral Mediterráneo africano, no obstante los éxitos primeros.Cuando «él servía en la corte del Rey Católico» se llevaron a cabo las expediciones de Pedro Navarro y Cisneros que dieron por resultado la posesión deplazas claves: el Peñón de Vélez (23 de julio de 1508), Orán (17 de mayo de1509), Bugía (5 de enero de 1510) y Trípoli (25 de julio de 1510) y, como consecuencia, el vasallaje ofrecido al Rey Católico por los soberanos de Argel,Tremecén y Túnez.

(89) LADERO QUESADA, M. A.: El crecimiento económico de la Corona de Castilla en elsiglo xv. ejemplos andaluces en Los mudéjares de Castilla, pp. 280-281. MORALES PADRÓN, F.:Historia de Sevilla. La ciudad del Quinientos (Sevilla >1989) 75. OrrE, E.: >‘El comercio exterior andaluz a fines de la Edad Media’> en Actas del II coloquio de historia medieval andaluza.Hacienda y comercio. Sevilla 8-10 de abril de 1981, pp. 235-236.

(90) .‘Alarde que se resçibió de la xente del Capitán Xoan Pérez de Loyola en catorce deJullio de noventa y tres años...>’ CoDoIn América, XXX, pp. 403-408.

(91) MHE VI, Apéndice 18, pp. 469-470.(92) Para el contexto histórico de esta sección véase, p. ej., FERNÁNDEZ ALVAREZ, M.: <‘La

España del Emperador Carlos V (1500-1558; 1517-1556)» en Historia de España dirigida porRamón Menéndez Pidal XX (Madrid >1982), pp. 504-556, 639-674; GARCÍA ARENAL, M. y DEBUNES, M. A.: Los españoles y el Norte de Africa, siglos xv-xviij (Madrid, 1992), pp. 57-105,163-185; BRAUDEL, F.: El Mediterráneo y el mundo mediterráneo en la época de Felipe II; 2,pp. 338-376.

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FRANCISCO DE BORJA MEDINA, S. J.

Este ambiente se había visto reforzado por las exhortaciones de Julio II aFernando para proseguir la empresa africana y la proclamación de la Cruzadapor el Papa, en la misa solemne de Pentecostés (28 de mayo de 1509).

Pero frente a las victorias, también la derrota de la expedición a Los Gel-ves (agosto de 1510) y la frustración producida por la suspensión temporal dela empresa (junio de 1511). Fernando muere (23 de enero de 1516) cuando sedirigía a Sevilla para reanudar la campaña de Africa y alcanzar su sueño decoronarse rey efectivo de Jerusalén (93).

Muerto Fernando el Católico, fracasaron las expediciones militares deDiego de Vera (septiembre de 1516) y Hugo de Moncada (agosto de 1519)contra Argel, gobernada por los hermanos Barbarroja, [Horuch} y Jair al-Din[Haradín]. Llamados por el soberano argelino, tributario del Rey Católico,para que le ayudaran a sacudir el vasallaje, lo mataron y se hicieron con elpoder.

Los empeños europeos e imperiales de Carlos 1 y el enfrentamiento conFrancia, aliada del Turco, dejarían el Mediterráneo durante cerca de 30 años amerced de los corsarios.

En 1520, Hugo de Moncada y Diego de Vera arrojaron a los corsarios deLos Gelves y obtuvieron el vasallaje del jeque al emperador, pero dos añosmás tarde, en 1522, el rey de Fez, Muley Muhammad al-Wattasi, llamado elPortugués, tomó el Peñón de Vélez que, enseguida, ocupó Barbarroja y suscorsarios argelinos. En 1524 los jerifes sa’dies, Muhammad al-Mahdi yAhmad, arrasaron Santa Cruz de Mar Pequeña, única plaza española en lacosta atlántica africana.

En Alcalá o Salamanca se enteraría Iñigo del amotinamiento de los galeotes contra su amigo Portuondo, su cautividad en Xauen y su liberación. Lo queindicaba la precariedad de las defensas navales, a merced de motines de galeotes que entregaban las mejores naves al enemigo. Y en París llegaría a losoídos de Iñigo, en 1529, la noticia de la toma del Peñón de Argel (21 de mayo),el saqueo de las costas levantinas apoyados por los moriscos y la derrota ymuerte en Formentera (25 de octubre) de su anterior conocido en la corte delRey Católico y protector en Génova, Rodrigo de Portuondo.

Esta tragedia era una manifestación más del dominio del Mediterráneo porJair al-Din (Barbarroja). Había sucedido, en 1518, a su hermano Horuch comorey de Argel y había ofrecido vasallaje a Selim 1, que le reconoció el título debeyrlebey (gobernador). A partir de 1533, nombrado almirante de la armadaturca por Solimán el Magnífico, Barbarroja asolaba con mayor potencia lascostas de España e Italia. En 1534 recuperaba Koron, en Morea, ocupada porlas fuerzas imperiales en 1532 y defendida por tercios españoles, y se hacíacon Túnez, destronando al soberano de la dinastía Hafsi Muley Hacén, oHasan, vasallo de Carlos. -

Estas noticias llegarían a Iñigo en París, antes de marchar a Loyola en laprimavera de 1535. Aquí, o en su camino hacia Madrid y Toledo por Obanos,

(93) GALDEZ DE CARVAJAL, L.: Anales breves del reinado de los Reves Católicos Don Fernando y Doña Isabel, de gloriosa memoria, que dejó manuscritos el Dr. Lorenzo... en Crónicas delos Reves de Castilla. T. 3, pp. 562-563.

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iGNACIO DE LOYOLA Y EL MAR: SU POLÍTICA MEDITERRÁNEA

Almazán y Sigüenza, se enteraría del éxito del Emperador en su campaña deTúnez con la ocupación de La Goleta (14 de julio de 1535) y Túnez (21 dejulio) y la reposición de Muley Hasan, que se reconoció tributario del emperador Carlos. Este le cedió Bona y Biserta y dejó una guarnición española enel puesto estratégico de La Goleta, en la garganta del río a la entrada del puerto de Túnez.

Todavía, como se indicó arriba, en el momento de su embarque en Valencia para Italia, a fines de este año, sus conocidos aconsejaron a Iñigo no hacerlo por temor a Barbarroja, que proseguía su actividad en el Mediterráneo.

La guerra contra el Turco de 1537 a 1540, desfavorable para la Santa Ligaformada en febrero 1538, por el Emperador, el Papa y Venecia, cambió elrumbo de Iñigo y sus compañeros, impidiendo su peregrinación a Jerusalén yllevándolos a Roma (94). Las primeras operaciones contra las costas tunecinasfueron favorables a la Liga, con la toma de Monastir y Susa, cedidas al Rey.vasallo de Túnez, Muley Hamida, que había suplantado a su padre MuleyHasan. Pero la derrota infligida por Barbarroja a Doria en La Prevesa (septiembre de 1538) y la caída, al año siguiente (1539), de Casteinuovo (HercegNovi), presidiado por los españoles, en el golfo de Cattaro (Kotor) en la costadálmata montenegrina, dieron la primacía al Islam en el Mediterráneo.

Recién fundada la Compañía de Jesús (1540), preocuparía a Ignacio eldesastre de la expedición del emperador Carlos a Argel (1541.) y el consiguiente recrudecimiento de la piratería turca y berberisca que asolaba las costas delLevante español y del sur de Italia, agravada la situación con la alianza de Francisco 1 con Barbarroja en 1542-1544. Durante toda la década, las costas mediterráneas de España e Italia sufrieron los ataques berberiscos, no obstante lastreguas ajustadas por el Emperador con Solimán el Magnífico, en 1546.

En 1549-1550, Dragut se había instalado en el litoral tunecino: Los Gelves,Monastir, Susa y en el promontorio llamado Africa (Ifriqiya), hoy Mahdia (alMahdiyya), al sur de Túnez, convirtiéndolos en nidos piráticos contra las costas de Sicilia, sur de Italia y Malta. Enrique II de Francia, por su parte, reforzaba la amistad franco-turca concediendo subsidios a Solimán y proponiendo,en 1551, un ataque conjunto: la ocupación de Mallorca y el establecimiento deuna base en la isla.

Ignacio y las empresas de África (1550-1554)

En este contexto se explica la actitud de Ignacio de Loyola en relación conlas empresas de Africa.

(94) Era la consecuencia del voto de Montmartre, en París (1534), que está en la génesisde la Compañía de Jesús: Ignacio y siete compañeros que se le juntaron en la Universidad parisiense, hicieron voto de peregrinar a Jerusalén para <gastar su vida en provecho de las ánimasy esperar un año la embarcación en Venecia. En cáso de no haberla ese año para Levante, quedarían libres del voto y se pondrían, en Roma, a la obediencia del Papa para que los enviara aejercer el ministerio donde juzgase más conveniente: Autobiografía, cap. VIII, n.5 85, pp. 157-159. Véase, p. ej., VILLOSLADA: Nueva Biografía, pp. 364365. SCHURHAMMER, G., S .J.: Fran

Xavier. Su vida y su tiempo. 4 tomos, 1. Europa (Pamplona 1992) pp. 446-453.

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FRANCISCO DE BORJA MEDINA, S. J.

Entre 1550 y 1554 tuvo ocasión de dirigir su atención a Berbería con motivo de las expediciones organizadas por el virrey de Sicilia, Juan de Vega, paralibrar el Mediterráneo de la piratería. Con ello, Ignacio reviviría el recuerdo delas experiencias que pudo haber tenido en Sevilla durante los meses preparatorios de la gran empresa fernandina.

Así, se interesó por la expedición a Mahdia (21 de junio-5 de octubre de1550) llevada a cabo por la escuadra conjunta del Emperador, el Papa, loscaballeros de San Juan de Jerusalén y el duque de Florencia, mandada por elvirrey de Sicilia, Juan de Vega. Se trataba de acudir en socorro del soberanode los puestos ocupados, vasallo de Carlos, Muley Hamida, Rey de Túnez. Serecuperaron Monastir, Susa, que se cedieron a éste, y Mahdia, que se guarneció con los caballeros de San Juan.

A petición de Juan de Vega, Ignacio alcanzó, para los componentes de lasfuerzas expedicionarias, un jubileo del papa Julio III con las mismas graciasdel Año Santo (ese año lo era) (95). En una carta exhortatoria, en latín, Ignacio comunicaba a los expedicionarios las gracias concedidas por el Pontífice.El encabezamiento rezaba:

«Illustris dominis ac nobilibus et strenuis viris, ducibus ac nuliti bus et oninibus dernuin.christianis qui in Africa contra infideles bellum gerunt, Xpi. dornini protecrionem et auxilium ac salutein in eodern sempiternarn» (96).

Entre estos «ilustres señores y nobles y esforzados varones» se encontraban, déstinados por Ignacio, su compañero Diego Laínez, como capellán delVirrey, y el noble diácono bermeano Martín de Zornoza, abad de Zornoza,jesuita desde 1548, que durante años había sido cautivo de un corsario turco yque era normal que supiera la lengua.

El jubileo se publicó en el campo de Mahdia el 2 de septiembre. Tomada lafortaleza el 10 de septiembre, el 14 se bendijo la mezquita mayor, convirtiéndola en iglesia, y se celebró misa solemne. Laínez predicó al ejército con ocasión del jubileo y de la bendición de la mezquita. A la vuelta, la armada sufrióuna violenta tempestad con pérdida de naves y galeras pero no de personas. Elvirrey Juan de Vega desembarcó de su galera y saltó con gran peligro a unafragata ayudado por Martín de Zornoza (97).

Enjulio de 1551, Jerónimo Nadal acompañó una expedición de socorro alpresidiode Mahdia. La armada de 15 galeras sufrió un fuerte temporal que

(95) Ignacio a J. de Vega. Roma, 9 de julio de 1550. MHSI Sancti Ignatii de Loyola Societatis Iesu fundatoris epistolae et instructiones. 12 vol. Madrid, 1903-1911 (en adelante Epp.Ign.) 3,pp. 111-113.

(96) Roma, 9 de julio de 1550. Ibídem, pp. 113-114. -

(97) Laínez a J. Domnech. Africa, 27 de julio de 1550. Id. a Ignacio, ibídem, 2 y 14 deseptienibre, 5 de octubre de 1550. MHSI Laini Monwnenta. Epistolae el acta Patris lacobiLainü secundi praeposiri generalis Societatis lesu. 8 vol. (Madrid, 1912-1917) 1, pp, 165-173. Martín de Zornoza había recorrido con su amo diversas tierras y mares de Oriente: Arabia, India, mar Rojo, El Cairo, Alejandría, Constantinopla. Aquí le pudo encontrar y rescatarsu paisano, Pedro de Zarate, caballero del Santo Sepulcro, del séquito del Emperador e íntimo amigo de Ignacio de Loyola. Autobiografía de M. de Zornoza en Epistolae Mixtae exvariis Europae locis ab anno ]537ad 1556. 5 vol. Madrid, 1898190l (en adelante Epp. mixtae) 4, pp. 411-414.

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IGNACIO DE LOYOLA Y EL MAR. SU POLÍTICA MEDITERRÁNEA

hundió siete, entre ellas la capitana de Antonio Doria en la que iban Nadal ysu compañero, el estudiante jesuita romano Isidoro Bellini. Arrojados contralos acantilados de Lampedusa, Nadal pudo salvarse en las rocas, pero pereciósu compañero (98).

Con la toma de Mahdia, Solimán consideró que Carlos había quebrantadolas treguas y reanudó las hostilidades. En agosto de este mismo año, 1551, laarmada turca, al mando de Sinán y Dragut, que había pasado al servicio delTurco, se apoderaba de Trípoli, cuya defensa había entregado Carlos, enfeudo, a los caballeros de San Juan de Jerusalén en 1530.

El 5 agosto del año siguiente a la caída de Trípoli, en 1552, la escuadra deDoria era derrotada por Dragut, entre la isla de Ponza y Terracina.

Plan de Ignacio para la defensa del Mediterráneo: la gran armada

Con ocasión de las razias turcas continuadas durante los dos últimos añosen los reinos de Nápoles y Sicilia y últimamente, en concreto, en Reggio Calabria y lugares circunvecinos, Ignacio, el 6 de agosto, precisamente un día después del percance de Doria, comunicaba al virrey de Sicilia, Juan de Vega, pormedio de Nadal, un plan para armar una gran escuadra con objeto de acabarcon la piratería turca en el Mediterráneo.

Las razias producían daños ingentes y no el menor el llevarse «tantas ánimas que van á perdición para renegar de la fe de X°, que por salvarlas murió».Sin apenas oposición, los corsarios aprendían y se hacían prácticos en aquellosmares; destruían, quemaban y se cebaban «en las ánimas, cuerpos y haciendasde los xpianos» (99).

Una de estas víctimas sería, al año siguiente, el francés P. Juan Gutano (dela Goutte). Perseguida su embarcación por corsarios turcos en la navegaciónde Sicilia al continente, fue cautivado en tierra, en las proximidades de Cosen-za, el 10 diciembre 1553. Vendido por 100 ducados a un turco y empleadocomo remero en su galera, murió en Los Gelves en 1555, cuando el rescate,procurado con gran interés por Ignacio, estaba ya a punto (100).

El plan de Ignacio, que deseaba hacer llegar al Emperador, revelaba susensibilidad religiosa humana y política respecto de la cuenca del Mediterráneo —en especial de los reinos de Nápoles y Sicilia— y de las funestas consecuencias que la amistad franco-turca suponía para la Cristiandad, así comosu capacidad organizativa y financiera que, in duda, aprendió en la cortefernandina y experimentó durante los preparativos de la gran expedición africana en Sevilla.

(98) Nadal a J. de Vega. África, 7 de julio de 1551; íd. a A. Vinck. Ibídem, 7 de julio y 11de agosto de 1551; íd. a Ignacio. Ibídem, 28 de agosto y 28 de octubre de 1551. MHSI EpistolaeP. Hieronvmi Nadal Societatis lesu ab auno 1546 ad 1577. 5 vol. (Madrid-Roma, 1898-1962)(en adelante Nadal) 1, pp. 109-119; POLANCO, J. A. DE: Vita Ignarü Loiolce et rerum Societatislesu historia. 6 vol. Madrid, 1894-1898 (en adelante POLANCO: Chronicon) 2, pp. 237-240.

(99) Polanco (ex comm.) a Nadal. Roma, 6 de agosto de 1552 (1.). Epp. Ign. 4, pp. 353-359. POLANCO: Chronicon 2, p. 555. Un estudio de este tema con la traducción francesa deldocumento, pero desde una perspectiva de espiritualidad: D0MINIC BERTRAND, S. J.: Pour unepolitique ,néditerranéenne en La vie politique des chrétiens. Christus 13 (1966), pp. 538-553.

(100) REITES, 1., S. J: dean de la Goutte - Slave of the Turk», AHSI 51(1982), pp. 300-313.

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FRANCISCO DE BORJA MEDINA, 5. J.

Ignacio solicitaba el consejo del virrey Juan de Vega. Pero, hombre profundamente religioso y al mismo tiempo conocedor del mundo de los grandes,afirmaba que, si le constara con mayor certeza que era voluntad divina y quetendría crédito con el Emperador, no esperaría consejo de nadie, sino que iríaal Emperador y al príncipe Felipe sin reparar en las incomodidades y peligrosdel camino, ni en sus indisposiciones, ni en otros inconvenientes, y queemplearía en esta empresa el resto desu vejez.

Las razones de Ignacio: la armada «muro universal»

La gran armada debía y podía hacerse con gastos menores de los que, porentonces, hacía el Emperador. Las razones para ello eran de orden religioso,humano, político y táctico.

En el plano religioso y de defensa del hombre, le preocupaba el daño espiritual de tantos renegados y el escándalo que ello suponía para la Cristiandad.Cargaba la conciencia de los príncipes cristianos que podían evitar, y no lohacían, el cautiverio de tantos niños y gente de todas las edades, sometidos atrabajos inhumanos y a malos tratos por parte de sus dueños, turcos o moros,y expuestos a renegar de la fe. Los emplazaba para el día del juicio dondeverían los príncipes el valor de tantas ánimas y cuerpos, que habían menospreciado, en relación con todas sus rentas y dignidades y señoríos.

Examinaba el incremento de la flota turca en el Mediterráneo y el peligroque suponía su movilidad y ubicuidad para lo poco que iba quedando de laCristiandad. Quizás coñ algo de exageración, afirmaba que, hasta entonces, losturcos no habían sido «bellicosos por mar», pero comenzaban a hacerse prácticos en el Mediterráneo y a cebarse en la Cristiandad. La alianza franco-turcaen la guerra del rey de Francia, Enrique II, contra el Emperador, la analizabaa la luz de la historia reciente de la caída de Constantinopla y del subsiguiente expansionismo turco, basado en la política de desgaste del enemigo, prestando ayuda a unos príncipes contra otros para caer, luego, sobre ambos y apoderarse de sus territorios. Eso era lo que estaba ocurriendo con su apoyo aFrancia: podían volver luego «sin ser llamados, poniendo en grande aprieto lachristiandad por mar y por tierra». Este y los otros inconvenientes se salvabansi el Emperador se enseñorease del mar con una armada potente.

En su mente era lo que hoy llamaríamos una fuerza disuasiva en bien de lapaz. Con ella se sosegarían el Reino de Nápoles y el resto de Italia y Sicilia ylas otras islas mediterráneas, ya que los revolucionarios (ereboluedores») quealborotaban el Reino de Nápoles, sin esperanza de la armada turcá ni de laayuda de Francia por mar, no se atreverían y temerían a la armada del Emperador (101).

(101) Se refería, sin duda, a la sublevación con motivo del intento de introducir la Inquisición en Nápoles en 1547, capitaneada, entre otros, por el príncipe de Salerno, Ferrante de San-severino, y a la defección de éste al campo francés años después, en 1552, pasando a enrolarseen la armada franco-turca. Véase, p. ej., RODRÍGUEZ-SALGADO, M. J.: Un imperio en transición.Carlos V, Felipe II)’ su mundo, pp. 388-389. Ignacio de Loyola era consciente del peligro

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IGNACIO DE LOYOLA Y EL MAR: SU POLÍTICA MEDITERRÁNEA

Del mismo modo el rey francés, sin el apoyo de la armada turca para distraer y desgastar al Emperador, se vería obligado a estarse quieto y no tendríaocasión de revolver Italia. Su inferioridad naval y la falta de socorro por marle haría más débil y, por consiguiente, más amigo de la paz. La ayuda de Enrique a los descontentos era patente en aquellos días: el 21 de julio de 1552 lastropas imperiales eran expulsadas de Sena (102).

En esta misma línea de fuerza defensiva, Ignacio consideraba la armada«muro universal» que, además de los dichos, evitaría los daños de todo tipocausados por turcos y corsarios en las costas de España e Italia y haría innecesarios los gastos de guarniciones destacadas en todas las marinas para acudir a las continuas sorpresas. El ahorro sería grande pues la experiencia de losdos años anteriores había mostrado la enorme cuantía de esos gastos en los reinos de Nápoles y Sicilia y en otras partes.

Por otra parte, la armada facilitaría y aseguraría la libre comunicación entreEspaña e Italia para el bien universal de aquellos reinos y el particular demuchos que padecían las consecuencias del bloqueo.

La octava razón tenía como trasfondo la pérdida de Trípoli, en agosto delaño anterior, hacía justamente un año. Con una armada potenie que señoreasela mar, sería fácil emprender operaciones, primero de reconquista: «ganar loperdido, y mucho más, en todas las costas de Africa y en las de Grecia y enlasislas del mar Mediterráneo» y, segundo, de conquista: «podríase poner el pieen muchas tierras de moros y otros infieles, y abrir gran camino para conquistarlos y consiguientemente hacerlos christianos».

Este ideal de cruzada —estamos en presencia de una convicción religiosacomún al Islam y a la Cristiandad— había sido el ideal fernandino concretadoen su geopolítica, ocupando plazas claves en el litoral norteafricano. Pero, sinarmada —observaba Ignacio— al igual que cayó Trípoli podrían caer otroslugares importantes de la Cristiandad. Ignacio no ignoraba, pues lo había vivido de cerca, que los éxitos de su política y de las campañas de sus armadashabían conseguido para Fernando el Católico el prestigio y el respeto deamigos y enemigos.

De la reputación del Rey Católico, por aquellos años, como propagador dela Cristiandad, es prueba el lugar privilegiado que ocupa su figura en las estancias de Rafael de los palacios vaticanos. En la llamada del «Incendio delBorgo», diseñada en 1509-1511, decoran el zócalo de las paredes laterales, aderecha e izquierda respectivamente del fresco que da nombre a la estancia, lasfiguras entronizadas de Carlomagno y de Fernando con sendas leyendas:«Carolus Magnus Ro[manae] Ecclesiae Ensis Clipeusque» [Carlomagno espada y escudo de la Iglesia Romana] y «Ferdinandus Rex Catholicus Christiani

interno y de la tentación de los nobles de mudar lealtades. En 1554 intercedía en favor del príncipe Ascanio Colonna, prisionero en Castilnuovo y aseguraba a Juan de Mendoza, su castellano, haberle oído repetir que su familia siempre había sido imperial y que, no obstante los ofrecimientos para hacerse francés, jamás haría lo del príncipe de Salerno: Ignacio a Juan deMendoza. Roma, 14 de octubre de 1554. Epp. Ign. 7, p. 655.

(102) Cfr. RODRÍGUEZ-SALGADO, pp. 80.

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Imperii propagator» [Fernando Rey Católico, propagador de la Cristiandad] (103).

Conservando, sin duda, viva la memoria de sus años en la corte de Fernando, Ignacio concedía a la armada por mar la primacía en lo que debería ser laestrategia del Emperador frente a los ataques de la Sublime Puerta y sus aliados y en la defensa pacífica de sus súbditos, en una circunstancia en que laposición del emperador Carlos y de la Cristiandad, en general, pasaba por unode sus momentos más bajos en contraste con los logros de su abuelo Fernando el Católico. El Emperador se encontraba acosado en la frontera occidentalpor Francia, aijada con los príncipes alemanes que le combatían en el interiordel Imperio. Se había producido la fuga de Innsbruck (19 de mayo de 1552), apunto de ser capturado por Mauricio de Sajonia, y .se había refugiado enVillach (Carintia), donde se empeñó aún más en el asiento concertado conAntón Fugger. Los empréstitos a precios elevados, las arcas vacías. El 1 deagosto se concluía el Tratado de Passau, entre su hermano Fernando y los príncipes alemanes, para concentrarse en la frontera de la Cristiandad contra elTurco que había ocupado, en julio, la plaza clave de Temesvár/Timisoara enla Transilvania, y amenazaba Austria.

Para Ignacio, atento a la gravedad de la situación, el apresto de una potente armada por mar devolvería al Emperador su honra y su reputación entre fieles e infieles: podría tomar la iniciativa yendo a buscar a turcos y berberiscosen sus tierras en vez de mantenerse a la defensiva, a duras penas, en su propioterreno, con mucha pérdida de crédito y autoridad. De este modo, —su empeño iba en búsqueda de la paz— cesarían las hostilidades y el Emperador «sinarmas, en cierta manera, podría en muchas partes defender a los suyos».

La financiación de la armada del Mediterráneo

Ignacio de Loyola era consciente de la crisis que afectaba al Emperador,cargado de empréstitos y con un déficit enorme. Por ello, basaba el apresto yla financiación de la armada en la práctica de su tiempo, extendiéndola no sóloa particulares sino a los cuerpos eclesiásticos y seglares. No había aún unaarmada regular permanente. Como he indicado, el Rey contaba con las navesde sus vasallos y con las que los poderosos y los asentistas se ofrecían a armar,pero se hacían pagar de la Corona (104).

Ignacio partía del supuesto de que no faltaría gente al Emperador, «que latiene... mejor que príncipe del mundo que se sepa». En cuanto al apresto de lasnaves y su financiación, el número y su costo se podía cubrir por repartimiento, entre los cuerpos eclesiásticos y seglares de los territorios del Emperador.Sin lo que éste pudiera aportar con sus rentas, que era mucho, la financiacióndebía correr por aquellos que detentaban el poder y las riquezas que, en últi

(103) Constatación personal del autor.(104) Todavía ocurría así en el tiempo de Lepanto. De las 77 galeras puestas por la monar

quía hispánica, 28 pertenecían a asentistas: véase, CEREZO MARTÍNEZ, R.: Las Armadas de Felipe II. Historia de la Marina Española (Instituto de Historia y Cultura Naval) Madrid 1988, p.217.

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mo término, eran los más obligados en razón de la función social del dineropara el bien común, pues estaba en juego el «bien universal de la Cristiandad». Esta finalidad domina todo el diseño ignaciano de la gran armada mediterránea.

Con esta contribución sustancial y la ayuda de las rentas reales —«pareçesin fatigarse mucho»— podrían mantenerse 200 velas e incluso 300, con loque se seguiría un bien para lo poco que iba quedando de la Cristiandad y seaumentaría ésta allí donde, en ese momento, se temía, y con razón, su disminución y su notable daño.

En relación con la función del dinero, Ignacio mostraba su postura críticatanto respecto de la acumulación de unos como del despilfarro de otros y mencionaba explícitamente a las órdenes ricas (jerónimos, benedictinos, cartujos,etcétera) —«á las quales bastaría mucho menos de lo que tienen»— y a grandes y caballeros seglares, pues «lo que se gasta por grandeza en caças y platosy acompañamientos demasiados, más justo es y más á su honrra que se gasteen armar galeras contra infieles á gloria de Dios».

Tanto estas órdenes monásticas como los obispados, sus cabildos y beneficiados de todos los señoríos de S.M., debían contribuir de sus rentas en beneficio de la Cristiandad.

Asimismo, recordaba la obligación de las cuatro órdenes militares (Santiago, Calatrava, Alcántara y Montesa), de acuerdo con su institución, dedefender la.Cristiandad con sus personas y haciendas. Por ello, también ellas,así como lo hacía la de San Juan de Jerusalén, deberían contribuir a esta armada, obteniendo las licencias convenientes del Pontífice (105).

En cuanto a los grandes y caballeros, después de aludir a sus gastos superfluos, como he indicado, les animaba a contribuir al menos con sus dineros:«si no siruen con sus personas, préciensse de ayudar y seruir con sus haziendas. Y de aquí se sacaría grande número de galeras».

El Rey de Portugal podría hacer, en sus señoríos, lo mismo que el Emperador en los suyos: además de ayudar con el erario real, contar con la contribución de los cuerpos eclesiásticos y seglares.

Ignacio, hombre práctico, no olvidaba el interés material lícito y conveniente para el desarrollo de la vida humana y social. Así los mercaderes y lasciudades, especialmente las marítimas. Los primeros podían concertar entre síel armamento de un buen número de naves o galeras que redundaría, ademásdel bien general de la Cristiandad, en beneficio de sus tratos y mercancías.

Las ciudades y villas, en especial las marítimas, que padecían los daños deturcos, moros y otros corsarios, podían emplear en galeras «lo que les había deser robado para que no haya quien se los robe» y gastar en la armada lo que seempleaba en las guarniciones y, libres de robos y gastos, podrían dedicarse asus negocios. A estos gastos podrían contribuir de modo más efectivo lasregiones más afectadas, que eran las de Sicilia y Nápoles.

(105) Consta que, al acceder al trono Felipe 11(1555), la Orden de Santiago mantenía enel Mediterráneo una escuadra anticorsaria de cuatro galeras bajo el mando del ComendadorMayor de la Orden, Luis de Requesens. Ibídem, p. 160.

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También podía armar algunas galeras la señoría de Génova. Las de Luca ySena siempre ayudarían, ya que Venecia no podría. En cuanto a Sena, al parecer, aún no había llegado a Ignacio la noticia de la expulsión de las tropasimperiales con el apoyo del rey francés.

El duque de Florencia, más interesado por afectarle más a su señorío, podíacontribuir a la armada del mismo modo que el Rey de Portugal, contando conlos cuerpos eclesiásticos y seglares.

Finalmente, la décima parte correspondería al Papa («podría y deuría») y alas tierras de la Iglesia «si Dios le diese tanto spíritu»; pero, a lo menos, nosería poco si el Pontífice concediera, a los que de él dependían, las oportunasfacultades para financiar cada uno su parte.

El secretario de Ignacio de Loyola, Juan Alfonso de Polanco, se excusabacon Jerónimo Nadal, en nombre del fundador, de tener que tratar de estos asuntos temporales y daba como razón la falta de interés de aquellos a los quecorrespondía para bien de la Cristiandad: «que si otros, de quienes sería másproprio, no hablan desto, podría ser que uno de los pobres de la Compañía deJesú se pusiesse en ello».

Ignacio, este «pobre de la Compañía de Jesú», se puso en ello. No le faltaba experiencia anterior ni visión de la realidad: su plan de la gran armada parala defensa mediterránea contra turcos y berberiscos recordaba el de Fernando40 años atrás y se adelantaba, en casi 20 años, a la Santa Liga y a Lepanto,incluso en el número de unidades navales: de 200 a 300 velas, la mayor partegaleras (106).

Al virrey Juan de Vega le agradó el plan y juzgó que debía informarse alEmperador y al príncipe Felipe. Pero, el modo de financiarlo, aunque a Vegale pareció muy bueno, veía difícil llevarlo a la práctica (107).

Mirada de Ignacio a Berbería

Aunque este plan se quedase en mero proyecto, Ignacio de Loyola no dejaba de preocuparse por la suerte de los cautivos cristianos y la defensa de laCristiandad.

Desde 1548 tres jesuitas portugueses, enviados a Africa por Ignacio a petición de Juan III de Portugal, trabajaban en Tetuán para el rescate de cautivosy ej ercían el ministerio entre ellos siguiendo el ejemplo del venerable Femando de Contreras, que los había solicitado al Rey portugués, meses antes demorir (tfebrero de 1548) (108).

(106) Ibídem, p. 217. Después de la batalla de Lepanto, Felipe II ordenó aprontar unaarmada de 100 galeras en Italia y 20 en España toda vez que hubiera amenaza de una armadadel Turco. ibídem, p. 158, nota 1.

(107) Polanco (ex comm.) a Nadal. Roma 6 de agosto de 1552 (2.). Epp. ign. 4, pp. 354-359; POLANCO: Chronicon 2, p. 555.

(108) RIcARD, R.: «L’aumónerie des captifs chrétiens et la mission des jésuites portugais ñTétouan (1548)» en Les sources de 1 ‘histoire du Maroc. 1 >re série, IV (París 1951), pp. 273-285.

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Ignacio conocía directamente el problema del cautiverio por las informaciones de Tetuán y por la larga experiencia de su mismo compañero,Martín de Zornoza. Ultimamente Ignacio se ocupaba, en persona, del rescate del P. Juan Gutano, cautivo desde 1553.

Su reacción frente a estas cuestiones candentes para toda la Cristiandad, talcomo Ignacio la contemplaba, fue más intensa y universal en 1554, con ocasión de la embajada enviada al virrey Juan de Vega por los jeques de Los Gel-ves y de Taxora (TadjuralTayura), promontorio a 20 km al este de Trípoli,ofreciendo vasallaje al Emperador. Ambos jeques prometían, a cambio de suprotección, liberar a los cautivos cristianos y permitir la construcción de iglesias y la predicación evangélica, con tal de no forzar a los musulmanes a convertirse a la fe cristiana (109).

El deseo de Ignacio, como el de Fernando el Católico 40 años atrás, eramarchar a la empresa, en persona, a la cabeza del mayor número posible de lossuyos y dedicar a ella el resto de su vida. Su ideal de cruzada espiritual databa de su conversión: su peregrinación a Jerusalén implicaba su propósito dequedarse y el origen de la Compañía de Jesús brota del voto de Ignacio y suscompañeros de la Universidad de París, emitidos en Montmartre, de peregrinar a Jerusalén y gastar su vida en provecho de las ánimas (110). EscribíaJuan Alfonso de Polanco, secretario de Ignacio, al provincial de Sicilia, Jerónimo Doménech, que había proporcionado la noticia:

«También nos hemos tanto regosijado con la nueua de los Gelues y Taxora, que no séqual otra pudiera uenir que más nos alborotara con deseos de passar en Berbería; y nuestro Padre, si la Compañía dispensase con él, pondría los días que le quedan de biuir débuena gana en esta empresa... y, por mucha falta que aya de gente, aunque se desangrasela Compañía, no se faltará en obra que da tanta speranza del diuino seruicio en la conuerSión de Berbería» (111)

Un día antes Polanco refería, de modo más explícito, a Antonio de Araoz,provincial de Castilla, los deseos de Ignacio de verse dispensado de su generalato para dedicarse a la empresa africana:

«Con los años y enfermedades que [nuestro Padre] tiene a cuestas, si la Compañía dispensase con él, desearía grandemente que se le acabasen los días de la vida en esta empresa» (112).

Nótese la semejanza de las expresiónes de Polanco con el lenguaje de Fernando en carta al cardenal Cisneros de 13 de agosto de 1510 desde Monzón,al darle cuenta de la victoria de Trípoli:

(109) POLANCO: Chronicon 3, p. 229. Polanco a Laínez (ex comm.). Roma, 13 de enero de1554. Epp. Ign. 6, pp. 163-164. Laínez se encontraba en Génova. Con la misma fecha, Polancodaba la noticia, reservada por entonces, al P. Francisco Palmio, en Bolonia. Ibídem, pp. 173-174.En agosto se comunica públicamente: Carta circular a los colegios de Italia. Roma, 4 de agostode 1554. Ibídem 7, pp. 378-379.

(110) Para el voto de Montmartre, véase arriba nota 94.(111) Polanco (ex comm.) a J. Doménech. Roma, 16 de enero de 1554. Epp. Ign. 4, p. 195.(112) Id. a Araoz. Roma, 15 de enero de 1554. Ibídem, p. 195.

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«Estamos muy alegres porque su divina clemencia nos muestra y abre cada día más elcamino para que le sirvamos en aquella santa empresa, la qual con su ayuda estamos determinados a proseguir y gastar en ella los días que nos quedan» (113).

Entretanto Ignacio, de acuerdo con la petición del virrey de Sicilia, Juan deVega, de tener personal listo para la empresa nortefricana, trató de preparargente perita en lengua árabe. Procuró la fundación de un colegio en Malta,fomentó el pequeño colegio árabe de Monreale (Sicilia) y consideró el reciénfundado colegio de Granada como una fuente de vocaciones moriscas, cuyalengua era el árabe (114).

Atendiendo a la petición del gobernador de La Goleta, Alfonso de laCueva, trató por el mismo tiempo de enviar jesuitas para esta plaza tunecina,adonde destinó al jerezano Cristóbal de Mendoza con la intención de fundarun colegio para los hijos de españoles y de tunecinos (115).

Pero la guerra entre el emperador Carlos y Enrique II de Francia y su posterior renuncia de la Corona de España en su hijo Felipe (1555) deshizo todaesperanza, abrigada y alentada por Ignacio, de restablecer y continuar la política africana de Fernando el Católico para la defensa de la Cristiandad (116).

A fines de 1552, Carlos había dado la orden de desmantelar y abandonarMahdia, que no podía ser sostenida por los caballeros de San Juan. Bugía, último baluarte de las conquistas fernandinas en el Mediterráneo oriental, cayó el27 de septiembre de 1555 en manos otomanas.

Por la banda occidental del Africa atlántica portuguesa, los sa’dies habíantomado al asalto, en 1541, Santa Cruz de Cabo Gué (Agadir). Como consecuencia, Juan III, con una política similar a la de su primo y cuñado Carlos,evacuó Safi y Azamor y, en 1550, Alcacer y Arcila, plaza esta última socorrida por Femando el Católico, en 1508, desde Sevilla, en apoyo de su yernoManuel de Portugal.

Ignacio asistía así al desplome de la política africana de los reinos ibéricosy del ideal de cruzada de Fernando, una realidad vivida experimentalmente«cuando él —Iñigo López de Loyola— servía en la corte del Rey Católico»;de modo especial durante los meses de febrero a junio de 1511, en que Fernando residía con su corte en Sevilla aprestando la gran armada para llevar acabo la empresa africana y terminar con la conquista de Jerusalén.

Conclusión: los seguidores de Ignacio de Loyola en las armadas

Esta gran armada para la defensa del Mediterráneo y el control del litoralnorteafricano era la que, 40 años después de la proyectada empresa fernandina, diseñaba Ignacio, desde su aposento romano, como «muro universal» para

(113) Citado en DOUSSINAGUE, pp. 351-352.(114) Véase mi trabajo «La Compañía de Jesús y la minoría morisca (1545-1614)>. AHSI

57 (1988), pp. 3-134, 62.(115) Carta circular a diversos colegios de Italia. Roma, 4 de agosto de 1554. Epp. ign. 7,

pp. 378-379.(116) POLANCO: Chronicon, pp. 4, 15-16, 185-186, 199, 216-221.

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la defensa de la Cristiandad, especialmente de los que sufrían las consecuencias del corso con la destrucción de vidas y haciendas y la cautividad de lossupervivientes. Ignacio ponía así, al servicio de su preocupación espiritual yhumana, su visión geopolítica y los conocimientos estratégicos, también enrelación con el mar, adquiridos en la corte de Fernando el Católico.

El desarrollo de los acontecimientos en el Mediterráneo, en los años inmediatamente posteriores, dio la razón a las previsiones de Ignacio. En 1555 lasituación se consideraba insólita: a la armada franco-turca se había unido laargelina. Los otomanos, conscientes de su poderío, actuaban sin apoyo francés, «sin ser llamados», como había pronosticado Ignacio, y devastaban el litoral italiano cautivando a centenares de cristianos: los turcos ya se habían hecho«bellicosos por mar», habían aprendido y se habían hecho «práticos en estosmares» (117).

Habrá que esperar al reinado de Felipe II para que el proyecto que Ignaciode Loyola había juzgado esencial para la defensa de la Cristiandad y de lospobres cristianos que padecían los ataques piráticos se intentase llevar a cabo.La actividad naval en la «frontera de la Cristiandad» se desplegó a lo largo delfrente mediterráneo hasta abocar en la jornada de Lepanto (1571) y en las campañas posteriores del Mediterráneo Oriental (1572), Túnez (1573) y socorro deLa Goleta (1574), aunque sin resultados duraderos.

Para entonces ya había muerto Ignacio de Loyola (1556), pero Diego Laínez, su compañero y sucesor al frente de la Compañía de Jesús (1558-1565),y luego el tercer general, Francisco de Borja (1565-1572), así como sus sucesores, consideraron el ministerio espiritual y caritativo en las armadas comopropio de los miembros de la Compañía de Jesús. Los jefes contaron siemprecon su asistencia. Así los jesuitas acompañaron al conde de Alcahudete en elsocorro de Orán (1558), al virrey de Sicilia, duque de Medinaceli, en la campaña de Trípoli (1560), a García de Toledo en la conquista del Peñón de losVélez (1564) y acudieron al socorro de Malta (1565). El comendador mayorde Castilla, don Luis de Requesens, los llevó consigo en la campaña de Granada (1569) y don Juan de Austria en todas sus expediciones navales. En lajornada de Lepanto, ocho jesuitas españoles y venecianos se hallaron a bordode la galera real de don Juan y en las de Alvaro de Bazán y Agostino Barban-go (118).

La misión en las armadas continuó como uno de los ministerios tradicionales de la Compañía de Jesús, pero ya en otros mares. Baste recordar, entre lasmisiones permanentes posteriores, la Misión Naval de Flandes, fundada enOstende en 1623, por Ambrosio Spinola y encargada a la Compañía de

(117) RODRÍGUEZ-SALGADO, pp. 389-391, cita, en este sentido, los testimonios del papaPaulo IV lamentando el conocimiento que habían adquirido los turcos de las costas y casas deItalia, y del virrey de Sicilia, Juan de Vega, señalando su cercanía, su información sobre lascosas de la Cristiandad y la rutina de su visita anual a las costas de Sicilia para efectuar susrazias.

(118) Véase mi artículo: «Jesuitas en la Armada contra Inglaterra (1588). Notas para uncentenario>’, AHSI 58 (1989) 3-42, 6-8

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Jesús (119) y la proyectada Misión de la Armada del Océano, con base enCádiz, propuesta al rey Carlos II en 1683 por el capitán general de la Armada,conde de Aguilar y aceptada, en 1687, por el recién elegido Prepósito Generalde la Compañía, el español Tirso González de Santalla (120).

DOCUMENTOS

El secretario de la Compañía de Jesús, P. Juan A. de Polanco, por comisiónde Ignacio de Loyola, al Padre Jerónimo Nadal sobre la armada del Mediterráneo.

Roma, 6 agosto 1552 (Epp. Ign. 4, 353-359)

1

Jhs

Pax X.Charísimo Padre en Jesu X.°

No dexaré de communicar á Y. R., tubiendo comissión para ello de nuestro Padre Mtro. Ignatio, vna impressión con que se halla estos días, para quescriua lo que della le pareze. Bien que, si Dios N. S. diese á S. P. alguna señalinterior más efficaz que hasta aqui, ó se persuadiese que tendria crédito con S.M., no esperaría consejo de nadie.

Es el caso que, viendo vn año y otro venir estas armadas del turco en tierras de christianos, y hazer tanto daño, lleuando tantas ánimas que van á perditión para renegar de la fe de X.°, que por saluarlas murió; vitra del aprendery hazerse práticos en estos mares, y quemar vnos lugares y otros; y viendo tanbién el mal que los cosarios [sic] suelen hazer tan ordinariamente en las regiones maritimas, en las ánimas, cuerpos y haziendas de los xpianos., ha venidoá sentir en el Señor nuestro muy firmemente, que el emperador debría hazervna muy grande armada, y señorear el mar, y euitar con ella todos estos inconuenientes, y auer otras grandes comodidades, inportantes al bien vniuersal.

Y no solamente se siente mouido á esto del zelo de las ánimas y charidad,pero aun de la lumbre de la razón, que muestra ser esta cosa muy necessaria,y que se puede hazer gastando menos el emperador de lo que aora gasta. Ytanto está puesto en esto nuestro Padre, que, como dixe, si pensase hallar cré

(119) HAMBYE, E.: L’aumónerie de laflorte de Flandre au XVII sikle, 1623-1 662. Namur1967.

(120) Preparo una nota sobre esta propuesta, en base a la correspondencia del Presidentedel Consejo de Indias, marqués de los Vélez, referente a este asunto, conservada en el Archivode la Compañía de Jesús, de Roma.

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dito con S. M.t, ó de la voluntad diuina tubiese mayor señal, se holgaría deemplear en esto el resto de su vejez, sin temer para yr al emperador y al príncipe el trabajo ni peligro del camino, ni sus indispositiones, ni otros algunosinconuenientes.

Y. R. encomiende esto á Dios N. S. y mire en ello, y auise presto de lo quele pareze en su diuino conspecto.

De Roma 6 de Agosto 1552.De Y. R. sieruo en X.°Por comissión de N. P. Mtro. Ignatio,

+Joán de Polanco+

Al reverso de la misma mano: Para el P. Nadal.En los re gestos: Messina.— A Mtro. Nadal. Vna lettera della motione de N.de parlare, se accadesse di parlare, al imperatore et al principe sopra far armata per aqua.

II

Jesús

Pax Xpi.Charissimo Padre en Jesu Xpo.

En la otra más general dixe breuemente que nuestro Padre, no solamente semouía con zelo de charidad, pero aun con lumbre de razón, para sentir quedeuiesse hazerse una armada grande, y que podría hazerse.

En esta me estenderé en mostrar, primero, que deue hazerse, y cumplemucho que se haga. 2., que se podrá hazer sin mucha costa, antes con menosde. la que agora se haze por S.M.t para las cosas de la mar.

Las razones, que para sentir que deue hazerse mueuen, son estas. Primeramente, que la gloria y honor diuino mucho padece, lleuándose los xpianos. detantas partes, grandes y pequeños, entre infieles, y renegando muchos dellos lafe de Xpo., como se vee por experiencia, con grande lástima de los que tienenzelo de la conseruación y adelantamiento de nuestra santa fe cathólica.

La 2., que con grande cargo de consciencia, de quien deue proueer y noprouee, se pierde tanto número de personas, que desde niños y todas edades,con fastidio de la seruidumbre tan trauajosa y males sin cuenta que padeçen delos infieles, se hazen moros ó turcos; y destos ay tantos millares entre ellos,que el día del juizio verán los príncipes si deuían menospreciar tantas ánimasy cuerpos que valen más que todas sus rentas y dignidades y señoríos, pues porcada vna dellas dió Xpo. N. S. el precio de su sangre y vida.

La 3. es, que se quita vn grande peligro de toda la christiandad, que correcon estas ydas y venidas de los turcos, lo[s] quales, no siendo bellicosos pormar hasta agora, se comiençan á hazer práticos y á çeuarse, y comiençan conlo poco que queda de la xpiandad. á vsar la industria que vsaron para ganar el

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imperio de Constantinopla, ayudando al vn príncipe para resistir y entretenerse con el otro, y desgastarse el vno con el otro, y después, sobreuiuiendo él,tomó lo del vno y lo del otro. Y assí agora vsándose este conmercio conFrançia, ay peligro que después no vengan sin ser llamados, poniendo en grande aprieto la christiandad por mar y por tierra. Y este inconueniente y los dearriba se quitarían con señorear la mar su magestad con potente armada.

La 4. razón es, que con esta armada en gran parte se quitarían las occasiones que tiene el reyno de Nápoles de alborotos y bullicios, que, sin esperançade la del turco, no auría manera para que pensassen salir con su intento losreboluedores: vitra que de Françia no les dexaria tampoco esperar ayuda pormar, y temerian que la armada seria luego sobre los rebeldes; y no solamentese sosegaria Nápoles, pero todo el resto de Italia y Sicilia, y otras ínsulas destemar.

La 5. es, que quando tal fuesse la armada, que al rey de Francia constasseno poder la turquesca venir acá, faltándole aquella ayuda, que tiene para diuertir y desgastar á su magestad, vería que le conuenía estar quieto; y quando nolo estuuiese en su reyno y confines, no tendría occasión de reboluer á Italia;pero siempre en ser inferior en la mar, y faltar el socorro que por mar le viene,estaría más débil, y por consiguiente más amigo de paz.

La 6. es, que se escusarían los daños temporales, que los turcos y cosarioshazen continuamente en todas las costas de España y Italia y otras partes, y losgastos de guarniciones que se hazen en todas las marinas, no sabiendo dóndeha de tocar la armada del turco. Y quánto sean grandes estos, bien se puede veren estos dos años passados en el reyno de Nápoles y Sicilia y otras partes; yestas, siendo la armada muro vniuersal, no serían menester.

La 7., que se haría el paso seguro y fácil de España á Italia; y sábesse quánto importe éste para el bien destos reynos en general, y para el particular demuchos, que tanto padecen quitada esta communicación.

La 8., que sería fácil, teniendo muy potente armada y señoreando todo estemar, ganar lo perdido, y mucho más, en todas las costas de Africa, y en las dela Grecia, y las islas del mar Mediterráneo; y podríasse poner el pie en muchastierras de moros y otros infieles, y abrir gran camino para conquistarlos, y consiguientemente hazerlos xpianos.; donde no auiendo armada, como se tomóTrípol, podrían tomarse otros lugares de importancia en la xpiandad.

La 9. es, que para la honrra de su magestad, y reputación (entre fieles yinfieles harto necessaria), se ganaría mucho con tener tal armada, que los fuesse á buscar en sus tierras, y no se defendiesse acá con trabajo en las proprias,perdiendo mucho del crédito y authoridad en los ánimos de los hombres, conque, sin armas, en cierta manera podria en muchas partes defender á los suyos.Estos son los motiuos que mueuen por vía de razón á N. P. á sentir que debriahazerse esta armada.

Aora, para la 2. parte, de cómo podría hazerse, le occurre lo siguiente.Presupuesto que gente no ha de faltar á 5. M.t, que la tiene por la diuina

gracia mejor que príncipe del mundo que se sepa; los dineros se podrían sacarde diuersas partes.

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IGNACIO DE LOYOLA Y EL MAR: SU POLÍTICA MEDITERRÁNEA

Primeramente se podría dar orden que muchas religiones ricas, que ay enlos señorios de S. M., á las quales bastaría mucho menos de lo que tienen,armassen vn buen número de galeras, como seria: la orden de S. Hierónimo,tantas; la de S. Benito, tantas; la de los cartuxos, tantas; etc. Aquí entran lasabadias de Sicilia y Nápoles, donde no ay religiosos.

La 2. ayuda sería de los obispados y sus capítulos y beneficiados, quepodrían contribuir en todos sus señorios gran suma de dineros para armarmuchas galeras en beneficio de la xpiandad.

La 3., de las quatro religiones de caualleros, que, como la de 5. Juán, también las otras, según su institución, deurían ayudar con las haziendas y personas esta armada contra infieles. Y para lo dicho tener forma, que el papa diesse licencia de sacarlo, ó tratarlo con los superiores dellos allá en España y enlos demás señoríos suyos, pues es para el bien vniuersal de la xpiandad.

La 4. es, de algunos de los grandes y caualleros seglares de sus reynos, quelo que se gasta por grandeza en caças y platos y acompañamientos demasiados, más justo es y más á su honrra que se gaste en armar galeras contra infieles á gloria de Dios: y si no siruen con sus personas, préciensse de ayudar yseruir con sus haziendas. Y de aquí se sacaria grande número de galeras.

La 5. es de los mercaderes, los quales conçertándosse entre si, podrían contribuir para buen número de naues ó galeras, pues aun á ellos sería cómmodopara sus mercaderías, vltra del bien de la xpiandad.

La 6. ayuda es de las mesmas ciudades y lugares de sus reynos y señorios,en especial las marítimas, que, padeciendo tantos daños de turcos y moros yotros cosarios, lo que les auia de ser robado, es muy mejor que lo empleen engaleras, para que no aya quien los robe; y lo que suelen gastar en guarniçiones, que lo gasten en la armada, con la qual no aurá menester hazer gastos ydiuertirse de sus negocios por guardarse. Y en esto podrán más contribuir lasregiones que más bien les viene dello, como son las del reyno de Nápoles ySicilia.

La 7. ayuda podría hazer el rey de Portugal, sacando él de la mesma ósemejante manera de su reyno, como se dixo de los de S. M., algún número degaleras y otras velas.

La 8., las señorías, de Génoua, que podría pagar algunas galeras, y la deLuca y Sena, que siempre ayudarán, ya que la de Venecia no pueda.

La 9., del duque de Florencia, á quien conuiene por su mesmo señorío,vitra del bien común; y podría él también ayudarse, como se dixo del rey dePortugal, de semejantes partes ecclesiásticas y seglares á las que arriba se handicho.

La décima ayuda podría y deuría ser del papa y tierras de la iglesia, si Diosle diese tanto spírito; si no, á lo menos concederá lo que arriba está dicho, queno será poco.

Assi que, Padre charissimo, vea lo que acá occurre áN. P. por vía de razón;que sin lo que el emperador puede ayudar con sus rentas, que es mucho, destas diez partes parece podría sacarse para mantener grande armada; y con ayudar también lo de las rentas reales, pareçe sin fatigarse mucho podrian mantei

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FRANCISCO DE BORJA MEDINA, 5. J.

nerse más de dozientas, y aun, si fuesse menester, trezientas velas, y las más óquasi todas galeras, y seguirse ya gran bien á lo poco que queda de la xpiandad., que sería de sperar mucho se aumentaría por esta vía en gran manera,donde con razón agora tememos la diminución y notable daño della.

Mire Y. R. todo esto, y diga lo que siente; que si otros, de quienes sería másproprio, no hablan desto, podria ser que vno de los pobres de la Compañia deJesú se pusiesse en ello.

Dios, sapiencia eterna, dé á S. M.t y á todos y en todas cosas sentir su sanctíssima voluntad, y gracia para perfectamente cumplilla.

De Roma á 6 de Agosto de 1552.

Reverso, de mano de Polanco: Per il P. Nadal

III

Roma 6 augusti 1552.

[Messina.]—3. Altra inclusa, che mostri quella a Giouan de Vega.

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LOS CONOCIMIENTOS MARÍTIMOSDE FRANÇESC MACIÁ

Antonio de la VEGA BLASCOCapitán de Fragata

A modo de introducción, antes de exponer a nuestros lectores los conocimientos marítimos del diputado Maciá, que a buen seguro les sorprenderán, esnecesario conocer quién era y qué representaba Françesc Maciá en aquellasCortes de principios de siglo.

Françesc Maciá

Françesc Maciá nació en Vilanova y la Geltrú el año 1859. Era hijo de uncomerciante de vinos adinerado, cuya familia procedía de Borges Blanques.

Tras su paso por la Academia Militar de Ingenieros de Guadalajara fuenombrado alférez de dicho Cuerpo el año 1880; tras varios destinos por elterritorio nacional (Madrid, Barcelona y Sevilla), en el empleo de capitán pasóa Lleida y en esta ciudad ascendió á los dos empleos siguientes y se casó conEugenia Lamarca, de una familia de importantes terratenientes. En Lleida sehizo muy querido por sus constantes trabajos en pro del desarrollo de los planes de regadío en la zona, a lo largo de siete años.

Un hecho, con el que poco tenía que ver, fue definitivo en su vida y también en la génesis de su evolución posterior: el 12 de noviembre de 1905 secelebraron elecciones municipales y en Barcelona ganaron los candidatos catalanistas. El conocido dibujante Junceda publicó en el semanario Cu-Cut unoschistes; en uno de ellos, delante del frontón central —en el que se celebra unbanquete— un oficial le pregunta a un transeúnte: ¿Qué se celebra ahí, que haytanta gente? El banquete de la victoria, —se le responde— ¿De la victoria? —

dice el oficial—. ¡Ah! vaya, serán paisanos. Los oficiales del Ejército de laguarnición se consideraron ofendidos y asaltaron el 25 de noviembre las redacciones del citado semanario y las del diario La Veu de Cataluña, destrozándolos. Este hecho, que supone la irrupción directa del Ejército en la normalidadpolítica, fue de graves consecuencias ya que el rey Alfonso XIII se alineó conel Ejército y provocó la dimisión del Gobierno presidido por Montero Ríos:era el antecedente de la Ley de Jurisdicciones (20 de marzo de 1906) votadapor el Gobierno liberal de Moret; el ministro de Marina de este Gobierno eraVíctor Concas. Los delitos contra la Patria y contra el Ejército quedaban sometidos al fuero militar. Es la primera plasmación de la reacción del Ejército a lasacusaciones y ambiente político resumidas en la palabra «responsabilidades»por la derrota de 1898, frente a los Estados Unidos de América. Tras la pérdida de las colonias o provincias de Ultramar se podían perder las provinciaspeninsulares centrífugas: Cataluña y, en menor grado, Vascongadas.

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Estos incidentes, de militares con los medios de comunicación, tenían unantecedente no olvidado: cuando El Resumen publicó el 13 de marzo de 1895un editorial ofensivo para los oficiales del Ejército, al acusarlos (a las últimaspromociones) de no querer ir a combatir a la Guerra de Cuba, El Resumen fueasaltado el mismo día por unos cincuenta oficiales y lo mismo pasó días después con El Globo por similares motivos.

No se trataba, por lo tanto, de un elemento nuevo: a los ataques al Ejército sesumaban los ataques a la unidad de España, ya que desde hacía largos mesespublicaciones como La Correspondencia Militar y El Ejército Español publicaban editoriales propugnando que se hiciese algo contra el nacionalismo catalán.

Françesc Maciá, español y catalán, no estuvo de acuerdo con lo sucedido ycondenó públicamente los hechos. Es, sin apenas percibirlo y mucho menosdesearlo, el primer paso de una gran carrera política.

En Cataluña, es en este ambiente contrario a la Ley de Jurisdicciones en elque va a nacer la Solidaridad Catalana; en este movimiento se alinean los queantes discutían entre sí: el Comité Ejecutivo se formó con Cambó (Lliga),Vallés (federales), Roca (republicanos), Hurtado (republicanos independientes), Carner Junyent (carlista). Su éxito fue enorme. Es en estas circunstanciascuando cuarenta delegados de pueblos del distrito de Borges Blanques acudena Maciá para que se presente a las elecciones. No han pasado desapercibidosni su condena del asalto al Cu-Cut ni sus años dedicados a los agricultores, amejorar las condiciones de los regadíos (en varios pueblos ya tenía, en aquellos momentos, calles con su nombre).

También influye que los carlistas y los republicanos se disputaban a muerte el puesto de diputado por Borges Blanques. Borges era un enclave dominado totalmente por los carlistas; los republicanos, que ya habían renunciado apuestos en otros distritos en los acuerdos globales, no querían ceder éste. Lacandidatura de Maciá fue, por lo tanto, independiente y con el visto bueno deestos otros partidos —solución de compromiso, pero aceptada—. Es ociososubrayar que la corporación militar tachó a Maciá de rebelde y separatista,amén de que oficialmente se le presionó (ilegalmente) para que optase por sucarrera militar o por la política, cuando había muchos militares diputados ysenadores a los que no se ponía ante tal disyuntiva. Incluso se le amenazó conformarle un Tribunal de Honor.

Sin llegar a tanto, y como medio de presión, se le mandó destinado aSantoña a construir un penal. Maciá salió elegido por más de seis mil votos dediferencia, en Borges, y también cabe señalar que fue presentado al mismotiempo por Barcelona y también fue elegido. A la vista de todo lo anterior,Maciá sólicitó la separación del Ejército; le dolió mucho el comportamientooficial y el de muchos de sus compañeros. Inició así una nueva etapa en suvida. Dolorido, pero recordemos sus palabras en el Ayuntamiento de Borges,poco después de su elección: «Los que nos llaman separatistas, no nos conocen. Nuestra obra es de amor y abnegación. No solo luchamos por las reivindicaciones de Cataluña, sino por todas las demás regiones hermanas para conseguir, todas juntas, unidas, construir una España llena de vida, cultura, trabajoy riqueza». El después sería otro.

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LOS CONOCIMIENTOS MARÍTIMOS DE FRANÇESC MACIÁ

El 6 de junio de 1907 fue admitido por la Comisión de Incompatibilidadesdel Congreso de los Diputados, y recordemos que a pesar de que su organización política Solidaridad Catalana se disolvió en breve, él continuó siendo elegido en Borges Blanques para todas las legislaturas siguientes hasta su dimisión, harto de la inutilidad de sus esfuerzos, el 25 de noviembre de 1915.Presidía el Consejo de Ministros don Antonio Maura desde el 25 de enero de1907: era el célebre Gobierno largo; su ministro de Marina, José Ferrándiz.

Proyectos del ministro de Marina Ferrándiz

El 31 de mayo de 1907 el ministro Ferrándiz presentó en las Cortes suProyecto de Ley denominado «Organizaciones marítimas y armamentos navales militares» y comenzó su discusión parlamentaria el 7 de junio. Este proyecto es el mismo, convenientemente retocado, del Plan Naval, fallido, propuesto por el mismo tándem Maura-Ferrándiz el año 1904, ya comentado enestas páginas (R.H.N. n.° 43, págs. 85 a 104).

Conozcamos lo más importante de este proyecto, con más énfasis en elmaterial y en lo puramente técnico, ya que fueron éstas las materias a las queMaciá prestó más atención durante sus intervenciones.

Tras un importante preámbulo, el artículo 1.0 del Proyecto rezaba así: «Lareforma de los institutos, organismos y servicios de la Marina y la creación,dentro de los recursos disponibles, de nuevos elementos de fuerza que son lamateria de la presente Ley, tienen como fin y como límite la defensa de laautonomía y la integridad territorial de la Nación, en forma que asegure nuestra posesión continua y la eficacia militar de las principales bases de operaciones estratégicas, así como su influencia sobre los mares próximos a ellas».

El artículo 2.° estaba dedicado a la organización: Estado Mayor Central;Jefatura de Construcciones Navales; Intendencia General; Dirección deNavegación, Pesca e Industrias Marítimas; Jurisdicción Central de la Armada;Servicios. El artículo 3.° modificaba la organización de los diferentesCuerpos.

Para nuestro caso es importante el artículo 4.°. Se solicitan las siguientescantidades para ser empleadas en buques de combate:

3 acorazados 135.000.000 (15.000 Tn, armamento completo)3 destructores6.300.000 (350 Tn, 28 nudos, armamento completo)25 torpederos29.250.000 (180 Tn, armamento completo)

170.550.000

Por variar el articulado, dado el dictamen de la Comisión Parlamentaria, elrelativo a construcciones, que era el artículo 4.°, pasó a ser el 6.° Los buquesde combate quedaron en las mismas cantidades, salvo los torpederos que quedaron en 24 de 180 Tn a 6.000 ptas/Tn; total: 28.080.000, y en otras atenciones se elevó el número de cañoneros a cuatro, de las mismas características.Asimismo, se dedicó o propuso la construcción de diez buques «propios para

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el combate, ejercicio de la vigilancia y jurisdicción en aguas territoriales, deunas 150 Tn. y 10 a 11 millas a 1.400 pts. la Tn.», en total 2.100.000 pesetasCuriosamente, se dispone que estos patrulleros se construyan «con el producto del material inservible para la marina».

No hacemos constar otras modificaciones al proyecto por no afectar a laspropuestas efectuadas posteriormente por el diputado Françesc Maciá.

La discusión parlamentaria

La discusión parlamentaria se inicia el 20 de noviembre con la intervencióndel diputado Ventosa, que ocupa el primer turno en contra del proyecto. Escontestado, por la Comisión, por el diputado José Contreras. El mismo día seproduce el segundo turno, esta vez por las palabras del diputado Vega deSeoane; por la Comisión le rebate Adolfo Navarrete.

El día 21, el diputado Gómez Acebo ejerce el tercer turno en contra y le responde el vocal Eladio Mille por la Comisión. No es necesario insistir a los lectores que todas estas intervenciones duran horas y horas de exposiciones, réplicas y contrarréplicas, rectificaciones, alusiones, etcétera. Lo normal era quelos que estaban en el uso de la palabra no fuesen interrumpidos, aunque enocasiones así sucedía, por comentarios al hilo de otros parlamentarios o porpreguntas puntuales de algún ministro o, incluso, dependiendo de la categoríadel parlante, del propio presidente del Consejo de Ministros; normalmente elministro apostilla asuntos técnicos y el presidente puramente políticos. Así,Maura interviene en tres ocasiones: una sobre el alquiler de Arsenales, cuando está hablando Ventosa; en el uso de la palabra el diputado Vega de Seoane,Maura le contradice al expresar aquél que sólo se van a construir tres acorazados, y le aclara Maura que eso es en «este» proyecto de Ley y que en ningúnlugar se afirma que sólo se construyan tres y, finalmente, otra intervenciónpresidencial fue por un error de imprenta del Diario de Sesiones, hablando eldiputado Gómez Acebo. Las intervenciones de Maura o de un ministro siempre daban tono a la discusión al involucrar al Gobierno, aunque fuese en asuntos menores. Ferrándiz sólo intervino en una ocasión.

Un ejemplo de lo anterior: en el uso de la palabra decía Ventosa: «Pensardedicar acorazados de 15.000 Tn a perseguir barcos mercantes y correos estanto como montar cañones de 100 Tm para disparar contra mosquitos ogorriones. Su Señoría (se estaba dirigiendo al ministro de Marina) lo sabe muybien... Qué, ¿se ríe S.S.?» (El Sr. Ministro de Marina: «Me río de los gorriones»), sigue Ventosa: «Lo que hay que pedir es que no se ría nadie de los quepretenden montar cañones de 100 Tm para disparar contra los gorriones». Esnecesaria esta precisión, dado que Ferrándiz interrumpirá en numerosísimasocasiones al diputado Maciá.

Dado que numerosos diputados querían intervenir, el presidente delCongreso de los Diputados solicitó a la Cámara que se acordara ampliar en treslos turnos en contra, lo que así se produce: hablaron los diputados Maciá, Miróy Alvarado. Para contestar a todos, el ministro Ferrándiz tomará la palabra el23 de noviembre.

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LOS CONOCIMIENTOS MARÍTIMOS DE FRANÇESC MACIÁ

Primera intervención de Maciá: 21 de noviembre

Maciá entra directamente al grano: cree que es un deber patriótico hacerlo.No habrá en sus palabras intención política alguna, sus pensamientos sobre elproyecto son contrarios: «Yo soy partidario de que se construyan torpederossumergibles y defensas de costas». Cumplirá lo dicho: su intervención será uncúmulo de conocimientos técnicos; demuestra tener una cultura profesionalamplia y que va más allá de los materiales terrestres. Domina el cañón, la coraza y el torpedo. Conoce los tipos de barcos y su empleo. Sus dudas sobre elproyecto son el producto de conocer nuestra pobreza y el estado de la industria nacional, lo que sólo permite defenderse; no hay otras políticas de momento. No son palabras de un diputado que se «ha puesto al día» en el tema delmomento: hay muchas horas de estudio detrás, muchas horas de meditaciónsobre el material naval. Maciá dice que va a tratar de defensas movibles y dedefensas fijas.

Recuerda la aparición del torpedero con 20 nudos de velocidad y la evolución de este tipo de buques; en 1894 se llegaba a los 26 y en 1898 a los 28:«Hoy en Inglaterra hay torpederos que llegan a los 33 nudos y... se están construyendo torpederos Scouts de 1.200 Tn. que llegan a 36 nudos».A continuación efectúa la lectura de numerosos textos relativos a la batalla de Tsu-Hima,según los cuales el triunfo japonés se debió a los torpederos. Cita textos, autores, títulos, etcétera. Después efectúa un relato de los torpederos que se estánconstruyendo en Alemania (500 Tn, 6.000 caballos, 30 nudos) y los inglesesya citados. Por ello deduce que el tonelaje de nuestros torpederos (180 Tn) esescaso, pues en alta mar, con mal tiempo, no pueden navegar.

Como es sabido, en la batalla de Tsu-Hima (25 de mayo de 1905) en la guerra ruso-japonesa, la escuadra rusa al mando del almirante Rojestvensky fuederrotada por la mandada por el almirante Togo; en la batalla intervinieronvarios factores: periplo ruso, adiestramiento, etcétera. Fue decisivo el fuego detiro rápido japonés, pero también, al llegar la noche, los ataques con torpedosfueron importantes, ya que remataron a cuatro buques rusos. Pero el valor deltorpedo fue magnificado. Existía el antecedente del ataque de diez torpederosjaponeses en la noche del 8 al 9 a la flota rusa del almirante Aleixeieff fondeada tranquilamente en Puerto Arturo, en el que fueron averiados seriamente tresbuques.

Maciá continúa su exposición haciendo un análisis minucioso de la evolución del submarino, para terminar diciendo que «desde luego, con submarinoso con sumergibles sería de todo punto imposible el bloqueo de una plaza, quees una de las funciones más importantes de una escuadra».

Le toca el turno al tándem cañón-coraza, con especificación de alcances,pesos de cañones y, sobre todo, perforación... planchas con aceros forjados(Gloire), dulce (casa Schneider), al níquel por procedimiento Martín Siemens,acero Harvey... experimentos de Krupp, Creusot, etcétera. Maciá se dedica acontinuación al análisis de los cañones en uso en las principalés marinas, paraterminar con que las defensas fijas son muy eficaces contra los bombardeósdesde la mar por parte de una flota. Recuerda el caso de Puerto Arturo, en que

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224 cañones de la escuadra japonesa jamás tuvieron nada que hacer contra los58 rusos. Propone la creación de una unidad táctica para la defensa de costas,de tres cañones de 240, tres de 150 y ocho obuses de 28 montados por un precio total de 4 millones. Cita el caso de Mahón, que está defendida en su bocapor «unos cuarenta cañones sumamente anticuados, de tiro excesivamerntelento»; la isla se podía tomar, en todo caso, desembarcando por Fornelis oCiudadela, y recuerda que la isla puede interesar a Francia o Inglaterra.

Estaba vivo en la memoria de los profesionales el hecho de que PuertoArturo no pudiera ser asaltado por mar, dadas sus defensas de costas, y debiera ser ocupado por tierra, tras cruentas batallas terrestres, el 2 de enero. Ya el10 de agosto la flota rusa mandada por el almirante Whiteft había intentado lasalida con grandes pérdidas, incluso algunos buques volvieron a puerto, siendo destruidos durante el sitio.

Hace una síntesis del comercio mundial. Inglaterra, al no ayudarnos en el98, propició el imperialismo americano que tanto daño le está haciendo en elAtlántico, y lo mismo le sucedió al ayudar al Japón en el Pacífico frente aRusia... «De consiguiente, las naciones europeas tendrán que contentarse conlos mercados de Europa y con los africanos, ¿y qué naciones serán las quedominen estos mercados?... Inglaterra y Alemania ». Continua Maciá que a lavista del comercio alemán y del éxito de su «construido en Alemania»...«Como se ve, toda la tendencia de Alemania es a introducirse en los mercados de Europa y africanos y a echar a los ingleses. Esta lucha económica traeráconsigo un día u otro una lucha a muerte entre las dos naciones; no obstante,las entrevistas de los Soberanos de ambas». La premonición se cumplió a lossiete años.

El diputado Maciá pasó a analizar los precios de los acorazados construidos en el mundo. A lo largo de sus razonamientos demuestra que a medida quehaya una industria pesada detrás y más capacidad industrial nacional, másbarata saldrá la tonelada construida.

Dijo que Inglaterra ha construido acorazados de 15.000 Tn a 2.000 francos/Tn; a los Estados Unidos les ha costado un 10 por 100 más. Aquí se produce la primera interrupción del ministro de Marina, que hace signos negativos. Advertido, Maciá da las cifras del coste del acorazado Virginia desglosadoen casco, blindaje y artillería, a 2.180 francos/Tn. Pasa a citar que en Franciael Patrie costó 2.390 francos/Tn, es decir un 20 por 100 más que a Inglaterra.Rusia construye un 10 por 100 más caro que Francia. Alemania construye un15 por 100 más. Por todo ello, Maciá afirma, contundente, que nuestros acorazados, los primeros que se hagan aquí, saldrán un 10 por 100 más caros queen Rusia, o sea, en total «indudablemente» un 40 por 100 más caro que enInglaterra: cada acorazado 60.000.000 de pesetas.

En este momento el ministro de Marina apostilla: «No es indudable»,Maciá: «Cómo que no?»; Ferrándiz: «Ya lo verá S.S. como no, cuando esténconstruidos» El diputado insiste algo amoscado «,Vamos acaso a construirmás barato que Francia?» En este momento, según el Diario de Sesiones, seproduce un intercambio de gestos y palabras digno de ser reproducido: Maciá:«Ya me figuro la contestación que me va a dar S.S.: la velocidad (el Ministro

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LOS CONOCIMIENTOS MARÍTIMOS DE FRANÇESC MACIÁ

de Marina hace signos negativos). ¿No?, es secreto, no digo nada. Si S.S. serefiere a que la velocidad será menor que en el Dreadnought, que llega a 21Nudos y S.S. cree que no tiene necesidad de dar tanta velocidad a nuestros acorazados y que por eso disminuirá el precio del buque, yo le diré que en mi concepto es un error creer que debe disminuirse la velocidad de esos acorazadosporque precisamente ya que S.S. quiere que sean elementos de combate quepuedan moverse mucho para defender la costa española, es necesario que tengan más velocidad que los otros acorazados, porque muchas veces tendránque evitar el combate. De modo que no me convenzo si el menor precio ha dedeberse a eso. (El Ministro de Marina: El método de contratación; el proyectolo dice). ¿El método de contratación? (El Ministro de Marina: El concurso deque habla el proyecto) ¿Pero es que será posible que eso influya en el precio?¿Es que vendrán aquí las planchas y todo preparado y que aquí no se hará másque montarlo?».

En este momento Maciá considera que con esta forma de construcción noadelantará la industria nacional como se pretende. Insiste el diputado enaumentar el tonelaje de los torpederos a 400 Tn por lo que habría que consignar en el presupuesto otros 30 millones más.

Se pregunta Maciá si en el presupuesto se han previsto las municiones, elministro Ferrándiz apostilla «C1aro que no!» y Maciá, imperturbable: «Esoson 6 millones más»; Ferrándiz le interrumpe para decir que tampoco estáincluido el carbón ni otros materiales de consumo. Maciá le pregunta silosbuques van a navegar sin municiones y afirma que en el presupuesto anual sólohay 950.000 pesetas para pertrechos, municiones y todo. El ministro vuelve ainterrumpir para decir: «Para lo que hace falta». Maciá deja entrever su enfado y recuerda: «A mí no me guía en este asunto ningún fin político, Sr.Ministro. Hay una diferencia notable entre los que persiguen un fin político ylos que, como yo, sólo hablan por patriotismo. Yo deseo que dilucidemos esteasunto con calma y con hechos, no con palabras». El ministro no contesta.

Maciá continúa su razonamiento diciendo que hay que hacer continuamente prácticas de tiro con fuego real, a ser posible sobre blanco en movimiento;hay que tener, por lo tanto, municiones de repuesto y también reserva de guerra. Remacha sus palabras afirmando que los cañones de gran calibre se desgastan y que hay que cambiarlos a los 100 disparos, todo ello supone otroincremento en el presupuesto que estima en 19 millones (ya se va por 94 millones más de los presupuestados). Sigue el diputado: «Por consiguiente, esteproyecto de acorazados que, por desgracia, para nada sirven en cuanto a ladefensa del litoral. (El Ministro de Marina: Eso cree S.S.). Lo discutiremos (elministro: ¡ya lo creo!). El resultado es que vamos a gastar 300 millones y no200 como dice el proyecto...».

A partir de este momento Maciá razona y se pregunta que con tres acorazados, cuando estén en listos el año 1918, cómo se va a defender el litoral, conlos 34 que tendrá Francia, 38 Alemania o los más de 60 de Inglaterra. «,Sepuede suponer, ni siquiera defender, la absurda teoríá de que tres acorazadosvayan a atacar a una escuadra que esté bloqueando un puerto español? (Elministro: La teoría no es ésa; ésa es la teoría que S.S. presenta y establece;

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pero no es ésa la teoríá). Pues ¿qué es lo que harán estos tres barcos? (El Ministro:ya lo indicaré a S.S.; si no lo ha leído en el preámbulo del proyecto; ya se loexplicaré). Sr. Ministro de Marina, yo he leído en el preámbulo que cuando sepresenta un buque con miras hostiles, cesa desde aquel momento la protecciónde la costa y del comercio... lo que nadie podrá ni siquiera tratar de sostener esque con tres buques vamos a defender los puertos y las costas españolas. (ElMinistro: ya se lo probaré a S.S.). Todas las apreciaciones, absolutamente todasestán conformes en esto... (El Ministro: Pero comprenda S.S. que eso es lomismo que si se construyera una fortificación en nuestras costas y se preguntara si con ella estaban defendidas todas las cosas de España. El argumento esexactamente igual. Se ha de empezar por algo)». En este momento Maciá solicita que se le reserve la palabra para el día siguiente pues se halla fatigado.

En estos tiempos del fletán, parece adecuado traer aquí el anuncio que terminada la sesión anterior, en la Cámara, se le comunica al ministro de Marina,que dice: «Me telegrafían de Marina lo que sigue: con la misma impunidad quelos años anteriores, los barcos franceses siguen viniendo a pescar y, además, acomprar sardina en estas rías. Salan la sardina a bordo y la exportan sin cumplir formalidad alguna de sanidad, aduana, marina, etc. ocultando el folio, controles y puerto». Se le solicita al ministro que ordene la vigilancia para que nopesquen en aguas jurisdiccionales y que impida que se formen verdaderosmercados flotantes ya que allí no llegan ni los aduaneros ni los carabineros.Algunos pensaron: flota de combate en proyecto y las aguas jurisdiccionalesolvidadas.

Segunda intervención de Maciá: 22 de noviembre

Maciá comienza resumiendo todo lo dicho por él en la sesión anterior ypasa a precisar el coste de las municiones: suponiendo por acorazado cuatrocañones de 305 mm con 100 tiros perforantes por cañón, a 3.000 pesetas:1.200.000 pesetas. Doce cañones de mediano calibre (200 mm) a 125 tiros y1.000 pesetas: 1.500.000. 0 sea, que los tres acorazados: 8.100.000 pesetas.

Afirma que no hay, en el proyecto, talleres especiales, embarcaderoscubiertos para torpederos, diques especiales para submarinos: no hay provisiones de carbón, faltan los torpedos de los torpederos, a bordo y en las bases;en este caso, con 10 torpedos por torpedero, 250 torpedos salen a 1.250.000pesetas más los necesarios en reserva (750). A todo lo anterior, Máciá da unvalor de 25 millones de pesetas, «que sumados a los 45 que costaron por máslos acorazados resultan 70 millones de pts.».

Se para a estudiar los torpederos, se extraña que todos tengan el mismotonelaje ya que razona que deben ser distintos los que van a tener por base aFerrol que los del Mediterráneo. Recuerda que en Tsu-Hima los torpederos de150 Tn no pudieron operar contra los acorazados rusos y sólo pudieron hacerlo los contratorpederos. Para atacar a una escuadra en aguas de Ferrol se necesitan, por lo menos, 15 torpederos más grandes que los previstos, en todo casolos tres destructores del presupuesto son pocos.

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LOS CONOCIMIENTOS MARÍTIMOS DE ERAN ÇESC MAcIÁ

Con citas extensas al almirante francés Bienaimé y a Alfred Duquet, Maciásostiene que con abundantes torpederos y sumergibles se puede defender ellitoral y hacer ataques en masa y nocturnos, y no hay flota de acorazados queresista. Repasa el preámbulo del proyecto en el que se afirma que dentro deunos veinte años España podrá tener nueve acorazados y llega a la conclusiónque como los demás estados que nos rodean seguirán construyendo también alritmo que le permitan sus inversiones, que seguirán siendo la misma píoporción de sus presupuestos, es evidente que seguiremos indefensos. «Que si esosacorazados combatieran, ya sea porque hubiera en la nación un gobierno débilque les obligue a batirse a pesar de su impotencia o porque no pudiera imponerse a los patrioteros que les obligaran a combatir, y en parte tendrán razón,porque si se construye un elemento de combate, es para que combata, esosbuques serían echados a pique, y nos encontraríamos en la misma situación enque nos hallamos ahora con solo torpederos y submarinos para la defensa dela nación». Las referencias al 98 son obvias y no necesitan comentario;. Maciádebería analizar también que una fuerza de nueve acorazados da siempremayor peso internacional y mayores probabilidades de tener aliados. No obstante destaquemos que Duquet acaba de publicar su conocido libro La faillitedu cuirasse en 1906, lo que demuestra que Maciá trabaja el tema con profundidad y actualidad.

Maciá cita a Maura cuando dijo que los marinos estaban de espalda a tierra.Entonces le interrumpe Ferrándiz para decir, «No, dijo que los terrestres estaban de espaldas al mar, que no es lo mismo, sino todo lo contrario». Maciá lecontradice reafirmándose en su cita y explicando que lo que dice Ferrándiz esel comentario de un escritor al tratar sobre las palabras de Maura y continúa:«Pues bien, este proyecto está hecho por un Ministro que está de espaldas a latierra, porque para ello basta ver el estado de nuestra riqueza, remitiéndonos alcomercio especial de la nación en importación y exportación ».

El diputado repasa las cifras de comercio de Inglaterra, Alemania y Bélgica(24.000 millones, 16.000 y 4.500 respectivamente) con las de España (1.878millones). Recuerda que en el quinquenio 1901 a 1905, comparado con el1896 a 1901, el comercio de importación en bandera nacional disminuye en 40millones, y el de exportación en 43 millones, mientras que el comercio conbandera extranjera aumenta 67 millones en las importaciones y 31 millonesaumenta el de exportaciones. Y esa marina mercante en declive es la que hayque proteger con el proyecto.

Pasa, a continuación, Maciá a traer una extensa cita del ingeniero-jefe de laMarina francesa Laubeuf, según la cual la victoria de Lissa no sirvió para nadadada la derrota de Sadowa, en referencia al combate naval el 20 de julio. de1866 que ganó el almirante austriaco Tegethoff frente a una escuadra italianamandada por el almirante Persano; Sadowa fue una derrota del ejército aus-.triaco, durante la misma guerra, frente a otro prusiano el 3 de julio de 1866.Dado el ritmo de construcciones, Francia estaría siempre en inferioridad depoder frente a Inglaterra, Alemania y Estados Unidos. Construyendo acorazadosse hace el juego a Inglaterra, al seguir una política que solo le conviene aella, situación que Maciá considera totalmente aplicable a España.

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He aquí el plan de Maciá: «Yo creo, pues, que deberíamos limitarnos atener 10 divisiones de 5 torpederos cada una, las cuales, en mi concepto, deberían estar: Ferrol, 3; en Cádiz, 2; en las Islas Baleares, 3 y 2 en Canarias. 20submarinos; 4 divisiones de a 3 y 2 divisiones de a 4. Las divisiones de a 3deberían estar: una en Ceuta, otra en Rosas, una en las Islas Canarias y otra enCartagena y de las dos de a 4 submarinos, una en Cádiz y una en las IslasBaleares [...] Además yo creo necesario que se construyan cuatro cruceros apropósito para el caso de un conflicto en Africa... cruceros exploradores.., queno tengan más que unas 3.000 Tn. y lleven cañones de 120 y de 100 ó 75».

El coste de este proyecto, según Maciá, sería 105 millones en torpederos(de 350 Tn), 42 millones en submarinos, 24 millones en cruceros; en talleres,embarcaderos, obras en arsenales, etc. 15 millones, y 15 millones para proyectiles y torpedos; todo ello en el plazo de 10 años. Total: 201 millones y conello estaríamos en condiciones de defender las costas y las islas.

«Nosotros que debemos hacer política de concentración, no debemos construir acorazados, porque eso es para las naciones que siguen una política imperialista, para las de política ofensiva, para las que tienen colonias que defender,para las naciones insulares; no para las naciones pobres como la nuestra, queno tienen industria, que no necesitan esa política ofensiva, que sólo tienennecesidad de defender la integridad de su territorio que se defiende única yexclusivamente con submarinos y torpederos». Esta es la filosofía de Maciá.

En otro orden de ideas, propóne la creación de un Ministerio de Defensanacional, suprimiendo los de Marina y Guerra «alejado de las luchas y de loscambios políticos; pues no presidiendo siempre una idea y un plan es imposible que tengan eficacia los esfuerzos de la Nación». También considera queeste Ministerio debe depender del Jefe del Estado para evitar los cambios deopinión y planes que se producen con tantos cambios ministeriales.

Termina su discurso Maciá recordando la responsabilidad de los diputadosal tener las Islas Baleares y Canarias indefensas.

No siendo motivo de estas páginas la contestación del Gobierno, en bocadel diputado Argüelles, de la Comisión, parece adecuado únicamente exponeruna síntesis de ella. Argüelles contesta «polític amente», con ironía intenta descalificar a Maciá diciendo que ha dado una conferencia «científica», «historiade la artillería», «desde el pedrero y la bombarda». Le acusa de no haberseleído el artículo 1.° y afirma que a las islas se las defiende por «irradiaciónmoral desde la Península» (es una cita a Maura). Le dice a Maciá que está anticuado, que es partidario de la «Jeune Ecole» que ya es Vieja Escuela. Afirmaque el papel de los torpederos en Tsu-Hima fue complementario, que los submarinos noson todavía una realidad y que las 180 Tn de los torpederos sonsuficientes para la defensa de costas. Las necesidades de carbón, municiones,etcétera ya vendrán en presupuestos sucesivos. El diputado Argüelles considera que se están estableciendo las bases de una política nacional que losgobiernos que les sucedan no tendrán por qué cambiar.

El diputado Maciá en su rectificación, además de insistir en lo ya dicho porél, aporta algunas novedades: si se constituyese la Marina como él preconiza,los oficiales sobrantes se podrían emplear en los fuertes de defensa de costas

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y recuerda que en Alemania, Moltke ha hecho precisamente eso: pasar la artillería de costas a la Armada. Insistió en que el precio de construcción sería de4.000 ptas/Tn, a no ser que se trajese todo del extranjero, sin pagar aduana, yse montase aquí, con lo que no se lograría ventaja alguna para la industrianacional.

En la contestación general, técnica, que por el Gobierno hizo el ministro deMarina Ferrándiz el 23 de noviembre, citó en numerosas ocasiones las propuestas del diputado Maciá, lo que dio ocasión a éste de poder intervenir en eldebate el 26 del mismo mes. Ferrándiz había afirmado que no pensaba utilizarlos tres acorazados en forma de escuadra, sino para tener cada uno en una basede operaciones, lo cual es severamente criticado por Maciá ya que no comprende cómo se puede defender una base de operaciones en estas condicionesante una escuadra bloqueante. Si no sale el acorazado, para qué nos sirve? «Sino sale a batirse, estará dentro del puerto, ¿para eso lo queremos? (El ministrode Marina: Es para que si tenemos un aliado que sea el que defienda la basede operaciones, que ese aliado no defienda sólo nuestro territorio sin que hayaun buque español que lo acompañe; y es un solo buque, porque hay que empezar por uno; dentro de unos pocos años habrá dos y después tres; pero hay queempezar por uno, no se pueden crear todos a la vez).»

Pobrísimo razonamiento el del ministro; Maciá defiende una vez más laconstitución de unidades tácticas de artillería, más baratas y que compensaríanel acorazado. «Los cañones de gran calibre de 305 hasta 7 km atraviesan corazas de 305 y de consiguiente que ninguna escuadra se pondrá a tirar a 7 km».

«Voy a contestar a lo que S.S. ha manifestado de que los buques acorazados atacarán al comercio. Pero Sr. Ministro, para atacar al comercio ¿necesitamos buques de 15.000 Tn., acorazados, con cañones de gran calibre o necesitamos buques de pequeño tonelaje y rapidísimos, aunque no sean más queesos scouts de Inglaterra de 1.800 Tn., que llevan cañones de 12 cm.? Y si noquiere S.S. tener esos scouts de 33 ó 34 nudos, que son necesarios para salir aexplorar y por medio de la telegrafía sin hilos comunicar a los torpederos ysumergibles a dónde han de acudir y que puedan servir al mismo tiempo parael caso de complicación en Marruecos, téngalos S.S. de 3.000 Tn. Que nocuestan más que 7 millones de pts. Y que sirven para el caso y para atacar perfectamente al comercio».

Pasa Maciá a contar las experiencias recientes de submarinos. DesdeCherbourgo cuatro submarinos entraron en la rada de Brest por la noche sinque nadie se enterara, pudiendo torpedear a los allí fondeados, y lo mismosucedió con el Gustave Zede que pudo torpedear tres acorazados. Se defiendeel diputado al afirmar que le honra mucho que le llamen de la «Jeune Ecole»cuando las ideas de ésta no han sido rebatidas; los oficiales de la marina francesa prefieren menos acorazados y más torpederos y que el ejército puedaganar la batalla en el Este. El Gustave Zede era un submarino de 266 Tn botado el año 1893 en Tolón.

La contestación de Ferrándiz, pobre de nuevo, queda reflejada perfectamente en los siguientes párrafos: «... Creo que S.S. está equivocado y necesitaría hablar mucho para exponer todos los argumentos con que podría probar

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le el error en que se encuentra al creer que nosotros podemos defendernossolamente con los torpederos y submarinos en la actualidad y que llenaríamoscon ello nuestra misión como potencia marítima. S.S. entiendé que no hacefalta esto, que no es preciso más que defender los puertos y yo creo que necesitamos hacer algo más y que mientras haya acorazados en el mundo nosotrosdebemos tenerlos también, pocos o muchos, en relación con nuestra riqueza».Como se lee, no se aprecian muchas razones, sólo de prestigio, en esta contestación.

Enmiendas propuestas o avaladas por Maciá

Otro aspecto de la insistencia de Maciá en sus propuestas son las enmiendas al articulado de la Ley a las que prestó su firma o aquella otra que presenta él mismo firmando en primer lugar. Apoya una enmienda al artículo 7.° deldiputado Nogues del siguiente tenor: «Se enviarán al extranjero maquinistas yfogoneros de la Armada para que se instruyan en sus funciones, uno de los másesenciales en la moderna industria naval». Otras cuatro enmiendas proponeneliminar en el artículo 6.° los precios de los buques dejando sólo su número ylas toneladas, evidentemente esto es coherente con no estar de acuerdo con loscostes por tonelada de los distintos tipos y también se limita el desplazamiento de los submarinos a 250 Tn, en vez de «250 ó 300» del proyecto.

El 29 de noviembre Maciá, como primer firmante, junto a los diputadosMilá, Montes Sierra, Bofaruil, Rodés, Senante y Llosas presentan una nuevaenmienda al tan traído y llevado artículo 6.°, y solicitan en esta ocasión:

50 torpederos de 250 Tn, 15 de 360 y 35 de 20075.000.0002 scouts de 1.800 Tn y 35 nudos21.000.0004 cruceros sin defensas de 3.000 Tn28.000.0008 torpederos sumergibles de 20 nudos en superficie y15 nudos a ras de agua. 14.400.00012 submarinos ofensivos de 400 Tn, éon máquinas deexplosión y 12 nudos.. . 28.000.000

TOTAL166.400.000 pesetas

En su intervención, el mismo día 29 de noviembre, Maciá aclara que el

motivo de presentar la enmienda antes citada se debía a las palabras del presi

dente del Consejó de Ministros relativas a que en el debate «sólo se habían

empleado palabras e ingeniosidades y no se había presentado un proyecto fren

te a otro proyecto». Maura tercia inmediatamente diciendo: «No dij e que sólo

se hubiera dicho eso; dije que no estaba a eso».

Maciá insiste en su teoría defensiva ya expuesta, trae en esta ocasión varias

citas de un texto sobre estrategia naval de René Daveluy. Su razonamiento era

que la nación más fuerte bloquearía inmediatamente los puertos de lá nación

más débil para no permitir su comercio, y que la única ventaja de la débil es

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LOS CONOCIMIENTOS MARÍTIMOS DE FRANÇESC MACIÁ

que con menos barcos inmovilizaría delante del puerto muchos más. Los acorazados no podrán salir a combatir dada la segura superioridad enemiga, y continúa citando a Daveluy: «Pero con submarinos no se podrá mantener el bloqueo».

Mucho debía leer y sintetizar Maciá sobre armamentos navales ya queconocía la obra escrita del almirante francés René Daveluy, el cual junto altambién almirante Gabriel Darrieus eran profundamente historicistas y también ortodoxamente mahanianos, aunque ello no les impedía comprender lainfluencia de la evolución técnica, en particular el futuro del submarino. Pocoantes de las palabras de Maciá, Daveluy había publicado Etude sur laEstrategie navale (París, 1905) y el mismo año de 1907 también en París,Darrieus dio a luz su importante Lá guerre sur mer. Las predicciones deDaveluy sobre el submarino se cumplirían en la Primera Guerra Mundial; sepueden conocer sus pensamientos posteriores en Les enseignernents inaritimesde la guerre antigermanique (París, 1919).

A Maciá le contesta, por la Comisión, Navarrete, insistiendo en que el plande construcciónes no es la última palabra del Gobierno, sino la primera: seseguirán construyendo. La «Jeune Ecole» no excluye la construcción de acorazados (Maciá está de acuerdo) que es lo que se hace aquí en España, torpederos y acorazados. Navarrete recuerda que ni las naciones menores naval-mente como Noruega y Dinamarca han renunciado a acorazados guardacostas.

Al afirmar tanto Navarrete como Maura que la «Jeune Ecole» no descartala construcción de acorazados demuestran conocer en profundidad los postulados dé esta tendencia del pensamiento marítimo respecto al poder naval. Sehan escrito innumerables artículos y se ha citadó hasta la saciedad que la«Jeune Ecole» era partidaria del torpedero frente al acorazado, cuando en realidad esto se producía cuando se estudia la guerra a hacer y sobre, todo losmedios que puede emplear una nación en ello. El tan citado almirante Aubebasaba sus criterios en un triple enunciado: defensa costera, guerra de’ escuadras y guerra al corso, o lo que es lo mismo, torpederos, acorazados, cruceros.Sus partidarios fueron los que cargaron la mano en la vulnerabilidad del acorazado y el poco coste del torpedero, pero no hay que perder de vista que ésteno era el pensamiento total, fundamental, de Aube; Navarrete y Maciá lo sabían,en el primeró era casi obligado por ser marino y publicista naval, en el segundoes sorprendente.

Pide la palabra Maura para precisar lo expuesto por, él anteriormente ydeseando que Maciá se quede tranquilo: «S.S. ha creído entender que yo habíacalificado de ingeniosidad todo lo que había dicho; hubiera sido una injusticiay una impertinenciá de mi parte, que no estaba en mi intención al dirigirme aS.S. Comprenderá el Sr. Maciá que hablando S.S. con gran competencia técnica de cosas facultativas, yo, al contestarle, no iba a ponerme en el terreno ‘deS.S., primero, porque yo no me ocupé más que del debate de totalidad y, además, por mi absoluta incompetencia en estos asuntos técnicos. De ningúnmodo quiero que crea S.S. que hubo en mis palabrás falta de coñsideración yderespeto a las observaciones de S.S. ... ». ‘

Lo cual para un diputado novel fue un reconocimiento, por parte del presidente del Consejo de Ministros, del valor de sus palabras. Maciá se mostró

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agradecido por ello y a continuación le recuerda a Navarrete que Francia consu capacidad individual y su riqueza puede construir las dos cosas: tienesumergibles como el Narval, «de dos cascos y dos motores» y submarinosofensivos como el Opale (serie de seis); pero saben y han escrito que en casode guerra con Inglaterra tendrán que meter los barcos dentro de los puertos.

Si bien el Narval era un torpedero sumergible botado el año 1899, el Opalehabía sido botado el año 1906 en Cherbourgo, 390 Tn de desplazamiento y 600caballos de potencia en dos ejes, lo cual demuestra lo al día que tenía Maciásu información. Quizás desconocía, porque no lo cita, los grandes problemasde máquinas que tuvieron en las pruebas de mar estos submarinos.

«Nosotros, descontando los 400 millones del presupuesto que pagamos a laDeuda, no tenemos más que 600 millones de pesetas y ¿cómo queréis con esacantidad llegar a un presupuesto de marina de 150 millones?». Es imposible detodo punto. Se refiere Maciá a todo lo que está por hacer en educación, carreteras, etcétera.

En el intercambio de opiniones posterior con el diputado Navarrete interviene dos veces Maura para decirle a Maciá que hay que empezar por poco(respecto al escaso número de unidades, tanto torpederos como destructores):«Es evidentísimo que son pocos; pero se empieza por ahí».

En la discusión del Artículo 6.° es interesante recordar que intervinieron losdiputados jefes de fila más importantes en el momento: el 30 de noviembreMoret (primer turno) que fue contestado por Ferrándiz y tuvo que intervenirMaura; Nogues (segundo turno) contestado por Maura en los debates. El tercer turno en contra del Artículo 6.° fue defendido por el diputado Soriano; lerespondió Montes Jovellar, de la comisión; participaron también Azcárate,Senante y Melquiades Alvarez. Finalmente, el Artículo 6.° fue votado tal comoestaba en el proyecto con 146 votos a favor y 17 en contra, en votación nominal; curiosamente Maciá no participó en la votación.

Que las palabras de Maciá llamaron la atención de los diputados por susconocimientos técnicos y por la claridad de su expresión es evidente; se puedecitar el caso de que varios diputados se refirieron a él posteriormente durantesus intervenciones. Así, el diputado Soriano lo cita al tratar del doble cascode los acorazados; el diputado Feliú confesó «A mi me halaga más, me atraemás el proyecto que patrocina el Sr. Maciá defendiéndolo habilísimamente».

Finalmente, el diputado Senante, al explicar el voto de su minoría, afirmaque votará en contra (del Artículo 6.°) «porque entiende que hay otra soluciónmás en armonía con el resto de los intereses públicos; por ejemplo, la del Sr.Maciá...». Como se observa, Maciá había logrado convencer a algunos diputados con sus razonamientos, bien entendido que eran de la oposición, aunqueentonces no había disciplina, ¿dictadura?, de voto.

El Congreso de los Diputados aprobó finalmente el proyecto el 2 dediciembre de 1907 y lo trasladó en la misma fecha al Senado, cumplimentando el Artículo 9.° de la Ley de 19 de julio de 1837. Era presidente delCongreso Eduardo Dato y secretarios los diputados Marqués de Santa Cruz yJorge Silvela. Se publicó, ya Ley, el 7 de enero de 1908 y se colocó la quilladel primer acorazado (España) el 5 de febrero de 1909.

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ESTUDIO SOCIOLÓGICO DE LOSMINISTROS DE MARINA

José Manuel CUENCA TORIBIOCatedrático de Historia

Soledad MIRANDA GARCÍADoctora en Historia

Introducción

Inexplicablemente, si no se repara en la pesarosa desatención que losgobiernos y la opinión pública de la etapa contemporánea han mostrado hacialos asuntos del mar —siempre vitales para la orientación de cualquier políticaseguida por nuestro Estado—, el Ministerio de Marina llegó casi a desaparecer y a englobarse con otros a lo largo del siglo xix cuando todas las nacioneseuropeas con voluntad de presencia en el escenario internacional más solicitudprestaban hacia ella (1). Tanto en la segunda mitad de esa centuria como en losdecenios iniciales de la siguiente su Cartera fue una Cartera de entrada y hastaal público más ignorante llegaron los ecos de su devaluación entre las elitespolíticas y sociales (2). Desde luego no fue así, como se recordará, en el Siglo

(1) En el tomo segundo de su periódico El Laberinto y en una serie titulada «Un viaje a lasProvincias Vascongadas, asomando las narices en Francia» y poco antes de que lá Marina deGuerra conociese un inesperado y brioso impulso que la condujese pocos años más tarde a suespectacular desarrollo en los inicios de los años sesenta, Antonio Flórez escribía: «NuestroMinisterio de Marina, podrá no conocer la aguja de marear, pero la de vivir sin hacer nada laentiende como ninguno. Convencidos los ministros presentes y pasados de que para poca saludmás vale nada y que el Ministerio de Marina en España tiene poco más que el nombre, han decidido acabar con lo existente para no ser gravosos a la nación. Lo malo será, y tengo sospechade que así suceda, de que en acabando con los pocos buques que hoy tenemos les entre el arrepentimiento, y por no quedarse del todo sin Marina, conserven el Ministerio del ramo. Partidasde grueso calibre hay en los presupuestos; pero todas pueden tolerarse menos la de una lápidasepulcral. Haga el cielo que en vez de semejante desgracia, vuelva la Marina española, por elmerecido renombre que le dejaron las gentes de Trafalgar. ¡Sería horrible ver el ministro deMarina, cruzando tierras en caminos de hierro, y leer en la secretaría del ramo: Aquí nació yvivió (enferma la mayor parte de su vida) la Marina española; hasta que naufragó en calmamuriendo de pereza>. Apud RUBIO CREMADES, R.: Costumbrismo y folletín. Vida y obra deAntonio Elórez. Alicante, 1977, p. 100.

(2) Tal calificación de «entrada» hacía referencia a que el novel ministro, en el caso de lospolíticos de raza, velase en ella sus primeras armas con el conocimiento de las interioridades ydinámica de un ministerio apartado de la mirada de periodistas y comentadores de la actualidadnacional y con escasa presencia én el Parlamento. En caso de superar este aprendizaje, el camino quedaba expedito para el encumbramiento en otras carteras de mayor fulgor; y de producirseun fracaso o revés, éstos no acarreaban desastres equiparables a una gestión desafortunada enHacienda, Gobernación o Estado... Uno de los cronistas más afamados del Parlamento y la política españoles del primer tercio del novecientos, el coruñés W. Fernández Flórez, rompería, sinembargo, muchas lanzas por concienciar a los lectores de ABC de la trascendencia de un eficazdesempeño de la Cartera de Marina. Traigamos ahora sólo un texto a colación: «Siempre es labordifícil la de trazar la silueta de un ministro de Marina. ¿Qúe hace en España un ministro deMarina? Muy pocos españoles están enterados. Nosotros les vemos ir paseando por el banco azul,

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de las Luces, en el que los temas del mar gozaron de prioridad en los planes eintereses de los gobernantes del país, tallándose muchas veces en sus departamentos las carreras políticas más rutilantes, como fueran las del marqués de laEnsenada o la de José Campillo (3). Cuando el ciclo de sus existencia enEspaña y en los países de su entorno histórico-cultural se cierra, con la absorción de todas las ramas de la defensa en un único departamento, parece llegado el momento de trazar al menos su esquemático recorrido.

Ciento çuarenta y dos fueron sus rectores, de los cuales dos únicamente atítulo interino, junto con otros veinticuatro en los que esta interinidad se compatibilizó con la dirección de otras Carteras, por lo que, obviamente, no entrarán en nuestros cálculos. Contra lo que cabía esperar en un régimen civilistacomo el liberal, que rigiera la vida española por espacio de un siglo, el número de entre ellos pertenecientes a la Marina con ser considerable no fue hegemónico ni abrumador: 82, en tanto que los provenientes de los cuadros políticos ascendieron a 43, siendo, finalmente, 17 sus titulares venidos de otrasáreas de la Milicia; sin que se nos olvide consignar que a dos de las personalidades más conocidas que rigieran sus destinos, los gaditanos Alcalá Galiano—guardiamarina— y Montes -de Oca —oficial—, diversos avatares les haríanabandonar su carrera en la Armada, como sucediera respecto al Ejército con elgran administrativista oscense Alejandro Oliván (4).

Pese a la nota ya subrayada de que el Ministerio que nos ocupa fuera considerado en los mores y usos de la política liberal como primer escalón de lasunidades del poder, 83 de los integrantes de este elenco ministerial no ejercieron con anterioridad o posterioridad otras funciones. La razón de ello seencuentra en el hecho de que sólo durante algo más de medio siglo —elperíodo comprendido, en términos latos, entre la 1 y la II República— la

uno tras otro, siempre serios, siempre dignos, siempre callados; unos, gordos; otros, enflaquecidos; algunos, altos; otros, pequeños; otros, de regular estatura... Vienen, pasan, se sientan unosmomentos en el banco de los ministros y se van misteriosamente. ¿Hacen esto tan sólo? No; suactividad, sus iniciativas, no se detienen ahí. Los ministros de Marina, como todos los ministros,tienen profundas preocupaciones, cuyos frutos nutren el Diario Oficial. Un ministro de Marinapuede pasar un día, una semana, un mes entero encerrado en su despacho, con la cabeza entre lasconvulsas manos, echando sus cuentas, meditando. Al salir, un empleado de secretaría recoge susdecisiones. Estas decisiones suelen decir: “Que asciendan a capitán de corbeta a don Fulano deTal”. O bien: “El crucero Mengánez, que está en primera situación, pasará a tercera situación”.

<E1 arcano que encierran estas resoluciones para la mayor parte de las gentes, hace que todavía resulte más- misteriosa la labor de los ministros de Marina’<. FERNÁNDEZ FLÓREZ, W.:Acotaciones de un osente. 1. (1916-1921).Madrid, 1962, pp. 498-9.

(3) - MIRANDA S. y CUENCA ToRIBIo, J. M.: «Sociología ministerial del siglo xviii», enRevista de Estudios Políticos. En toda esta época, sobre todo a partir de 1726, Marina fue unacartera clave. Su evolución desde 1705 fue, a grandes rasgos, la siguiente: 11-VII-1705: Marinaintegrada en la Secretaría del Despacho Universal; 30-XI-1714: creación de la Secretaría deIndias y Marina, junto con las de Gracia y Justicia, Estado y Guerra; 28-1V- 1715: incorporaciónde Marina a Guerra; 14-1-1721: restablecimiento de la Secretaría de Marina; 12-11-1726: nuevaunión a la Secretaría de Guerra; y, finalmente, 21-V-1726: restablecimiento, a título autónomo,de la Secretaría de Marina. -

(4) Idem, «Sociología ministerial del reinado de Isabel 11<>, en Anuario Jurídico -yEconómico Escurialense, XXVI, T. 11(1993).

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ESTUDIO SOCIOLÓGICO DE LOS MINISTROS DE MARiNA

Cartera estuvo en manos de elementos civiles (y ello con no pocas excepciones), desempeñándola en todos los restantes tramos cronológicos marinos deguerra, a menudo por razones de simple antigüedad (5). Insistiremos en que lasexcepciones son aquí numerosas y a veces insólitas. Por vía de ejemplo,recuérdese que en plena cruzada conservadora Narváez nombraría en su último gabinete ministro de Marina a un intelectual, Severo, Catalina, y que susucesor, González Bravo, continuaría en la misma línea al designar para laCartera al egabrense Martín Belda, quien, a pesar de su conocimiento burocrático del citado Despacho, concitaba la animadversión de la cúpula de laArmada, hasta el extremo de atribuirse a su denominación una de las causasesenciales del pronunciamiento de la Escuadra en Cádiz (6). Sin salirnos deesta vertiente del tema, y con el fin de aquilatar la naturaleza política de nuestro Ministerio, sería necesario precisar que aun más que de «entrada», Marinafue, grosso modo, entre 1870 y 1936 una cartera de las llamadas en el argotpolítico de «combinación». En el complicado rompecabezas de la formaciónde los gabinetes de tal tramo de nuestro reciente pasado quedaban invariablemente, al término de las negociaciones y cabildeos, descolocadas algunas piezas, que solían encontrar «encuadre» en un ministerio desprovisto de relevancia, pero de gran prestancia histórico-social, a la que eran muy sensibles losgobernantes sin excesivas ambiciones o atraídos por la tranquilidad más quepor los puestos de primera fila, donde las luchas, incluso las intestinas, eranmoneda corriente. Esta segunda —o primera, si se quiere— naturaleza delMinisterio de Marina determinará que alterne su carácter de entrada con el decombinación, llegando a ocuparla varias veces personajes ya experimentadosen el oficio ministerial —un Luis Silvela, Fernández Prida o un IndalecioPrieto, como ejemplos contrastados—.

No por lo que acabamos de decir algo más arriba será pequeño el númerode los responsables de Marina que asumieron en otro momento de su vida política un segundo ministerio —veintisiete—; nueve de ellos conocierón esta’experiencia ministerial al frente de tres carteras, al paso que siete timonearoncuatro ministerios y dos ‘—uno de ellos nada menos que una de las estrellasmás rutilantes del partido liberal, el controvertido vallisoletano SantiagoAlba—, cinco, bien que su paso por nuestra cartera fuese meteórico (cuatrodías: del 30-noviembre-1906 al 4-diciembre-1906), y Miguel Villanueva seisdespachos en los reinados de Alfonso XII y su hijo. Dato de obligado registroes el gran número de titulares del Ministerio de Marina que alcanzaron la cumbre de la presidencia del Gobierno: catorce. De entre ellos un quinteto ejercieron Marina y Presidencia, en varios casos, como el postrero de los muchos queencabezara el general del Estado Mayor Marcelo Azcárraga, el de FranciscoSilvela en el gobierno que puso fin a su larga carrera parlamentaria o el de sucorreligionario gallego Eduardo Dato de manera simultánea en el tercer y últi

(5) En fecha próxima J. R. Cervera Pery dará a la luz un estudio biográfico sobre JuanBautista Topete con nuevos datos sobre el tema.

(6) CUENCA ToRIBIo J. M. y MIRANDA, S.: Socio1ogía de los ministros de la Restauración(19O2-1931), en Revista de Estudios Políticos, 75 (1992), pp. 87-130.

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mo gabinete que preside (mayo 1920-marzo 1921); otros tres rigieron dos carteras ministeriales amén de la Presidencia; cuatro, tres ministerios y laPresidencia: dos, cuatro ministerios y la Presidencia, y, finalmente, personalidades tan diferentes como Allendesalazar y Santiago Casares estuvieron alfrente de cinco ministerios, a más de la Presidencia (7).

Más que como dato curioso, como muestra de que el trasiego y la brevedadno llegaron siempre a erigirse en notas constitutivas del Ministerio de Marina,o que esta última se contrapesó parcialmente con la designación de la mismapersona para ocuparla, recordaremos que en tiempos de Isabel II José M.Bustillo la desempeñaría en cuatro ocasiones —unos ocho meses en total— yFrancisco Armero, seis. Durante la Restauración el fenómeno se repitió, enparticular con el almirante José M. Beránger, que a los cuatro nombramientosen el último quinquenio de la centuria ochocentista añadía en su hoja de servicios políticos otros seis en los días más azarosos de la «Gloriosa» (8).

Cerraremos el presente apartado con algunas curiosidades ilustrativas, a lavez, de fenómenos o procesos de mayor envergadura. Entre dichas curiosidadesuna de las de mayor entidad es tal vez la de conocer que un apellido ilustre de laArmada, Topete, se repitió en los anales ministeriales de la Marina al encargarsede la Cartera muy fugaz y reiteradamente su hijo. En el plano civil, en la mismacircunstancia se hallan Manuel Silvela y Francisco en el de la Restauración; nomenos sustanciosa es acaso la noticia que nos da cuenta de que de todos los ministros de Marina que se sucedieron entre enero de 1938 y julio de 1977 tuvierancomo progenitores a miembros de la jerarquía más elevada de la Flota, exceptodos, los almirantes Baturone y Nieto Antúnez cuyo padre fue médico, al igual queel de Sánchez de Toca y el de Weyler, éste castrense. Otra curiosidad de interéses la de saber que dos de los marinos presidentes de Gobierno, Juan BautistaTopete y Juan Bautista Aznar, aunque desempeñaron en su primera experienciagubernamental la Cartera de Marina, no la simultanearon como otros marinos yciviles con la jefatura del Consejo. Y, en fin, por no alargar en exceso esta acotación, no será ocioso recordar que tanto Narváez como O’Donnell así comoCánovas ejercieron las responsabilidades de nuestro ministerio a título interino.

(7) <El Sr. Bustillo ha sido una especie de comodín de algunos presidentes del Consejo deMinistros, pero sin mezciarse en la política activa, querido de todos, su administración ha sidofecunda en detalles para la Marina. Pocos son los que después de una larga vida consiguen rodearsu sepulcro de la estimación general: el Sr. Bustillo ha tenido esta suerte>. Los ministros enEspaña desde 1800 a 1869, Historia contemporánea por uno que siendo español no cobra del presupuesto. Madrid, 1870, III, p. 557.

(8) Digna de elogio es la benemérita labor realizada por Dalmiro de la Válgoma.

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ESTUDIO SOCIOLÓGICO DE LOS MINISTROS DE MARINA

Edad de acceso al MinisterioCUADRO 1

CLASIFICACIÓN POR QUINQUENIOS

Edad N.2 de Mm. al % N.2 de Mm. al %1.’ Ministro (129) de Marina

30-34 3 2,32 1 0,7735-39 7 5,42 7 5,4240-44 13 10,10 11 8,5245-49 16 12,40 12 9,3050-54 24 18,60 22 17,0555-59 21 16,27 25 19,3760-64 30 23,25 34 26,3565-69 13 10,10 15 11,6270-74 2 1,55 2 1,55Desconocidos 13 9,15

Edad media de acceso: 54 años, 2 días (55 a., 1 m., 13 d. al Ministerio de Marina).Edad máxima: 74 años (Sartorio).Edad mínima: 34 años (Alba, Lersundi y Silvela).Moda: 54 años (8 casos).Mediana: 55 años.

La primera nota que debe señalarse a la vista de los datos reflejados en elcuadro 1 es la disparidad de edades, la amplitud del arco cronológico que abarca las selecciones ministeriales del grupo analizado: cuarenta y cinco años, quevan de la juventud granada de los nombrados con treinta y cuatro años, a laancianidad de los dos llegados a la Cartera pasada la setentena. Sin embargo,los intervalos inferiores y superiores por el número de sus integrantes son casimarginales, englobándose la mayor parte del conjunto —más del 40 por 100—entre los cincuenta y sesenta y cuatro años; es decir, en una avanzada madurez, que en el último intervalo llega incluso a la senectud en términos demográficos.

Tal nota de dispersión no es, por otra parte, característica exclusiva de losministros de Marina o consecuencia de la extensión cronológica abarcada, sinoqué igualmente se ha observado —incluso, con caracteres peraltados— en lasdistintas fases o etapas en que hemos parcelado nuestro análisis de la eliteministerial española en su conjunto. Análoga observación cabe hacer acerca de

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la edad media de acceso a la Cartera de los ministros de Marina —54 años, 2días—, que, aun siendo de las más elevadas, se incluye dentro de las coordenadas habituales en la carrera ministerial, superada, incluso, por los deAlfonso XIII que podemos considerar como una fase continuista.

Teniendo en cuenta la amplitud cronológica que engloba nuestro estudio —

más de dos siglos y medio— la relativa elevación de la edad de acceso ministerial no puede tener, como en otras ocasiones, una causa en la coyuntura política. Por el contrario, esta posible explicación se halla en el hecho de que setrata de un ministerio de carácter militar y pilotado en la mayor parte de su trayectoria por miembros de las Fuerzas Armadas —69,7 por 100 de los ministerios: 58,45 por 100 marinos; 11,97 de Tierra—, cuya cooptación al Despachose basaba y dependía en mayor medida de la experiencia y de la antigüedad enel Cuerpo —especialmente en la Armada, más apolítica que el Ejército— quede la precocidad de brillantes carreras políticas como en el caso de los civiles.

CUADRO II

CLASIFICACIÓN POR QUINQUENIOS DE LA EDAD DE LOS MINISTROSMARINOS, MILITARES Y CIVILES

Edad Núm. marinos % Núm. militares % Núm: civiles %

30-34 1 6,25 2 5,71

35-39 2 2,56 2 12,50 3 8,5740-44 4 5,12 9 25,71

45-49 9 11,53 7 20

50-54 10 12,82 6 37,5 8 22,6555-59 13 16,66 4 25 4 11,42

60-64 27 34,61 3 18,7565-69 11 14,10 2 5,71

70-74 2 2,56

Edad media de los mm. marinos: 57 a., 3 m. y 26 d. (57,32).Edad media de los mm. militares: 52 a., 1 m. y 15 d. (52,12).Edad media de los mm. marinos y militares: 56 a., 5 m. y 1 d. (56, 43).Edad media de los mm. civiles: 48 a., 4 m, y 15 d., (48, 37).

Tal afirmación se patentiza más claramente si analizamos por separado elcomportamiento cronológico de los tres subgrupos que integran el elencoestudiado: marinos, militares y civiles. Si prescindimos de estos últimos, elnúmero de intervalos quinquenales que engloban las edades permanece inalterable, bien que se observe un envejecimiento del grupo con la disminución delos porcentajes de los escalones superiores y el consiguiente aumento del de

76 Núm. 50

ESTUDIO SOCiOLÓGICO DE LOS MINISTROS DE MARINA

los inferiores; asimismo se registra una mayor concentración de casos entre loscincuenta y los sesenta y cuatro años, que llega a rebasar el 67 por 100.

Por otra parte, el comportamiento de los tres subgrupos es, además, bastante disímil en cuanto a la edad media de llegada al despacho ministerial.El caso de los civiles, su relativa juventud, respecto a los otros subgrupos yal conjunto —48 años, 2 meses, 17 días, semejante a la media de la eliteministerial de fases «rupturistas» como el sexenio democrático— pareceabonar la idea apuntada supra de que, para los políticos de oficio, elMinisterio de Marina fue, en ocasiones, un puesto de «entrada» en la carrera de gobernante.

En el extremo opuesto se halla el comportamiento de los marinos, cuyaedad media de acceso a la poltrona supera en más de nueve años —57 años, 3meses, 26 días, muy superior también a la de toda la elite ministerial española—. La índole peculiar de su actividad profesional que, en muchas ocasiones,los aleja de los centros de poder, sus largas permanencias en Ultramar, puedeser otra de las tantas explicaciones de que el Ministerio les llegase casi a lahora del retiro, situación que no se producirá en los ministros militares que,aunque de edad más avanzada que los civiles, llegaron a ocupar el Ministeriocon la media de 52 años, 1 mes y 15 días.

Edad obituaria

CUADRO III

CLASIFICACIÓN POR QUINQUENIOS DE LA EDAD OBITUARIA’

Edad Núm. de ministros % (125) .‘

35-39 2 1,6040-44 .

45-49 1 0,8050-54 3 2,40 ‘

“ •

55-59 6 4,8060-64 21 • 16,80 .

65-69 22 17,6070-74 23 18,407579 .

22 . 17,6080-84 15 1285-89

‘

5 4• 90-94 4 3,20

. ‘95-99Desconocidos

117

0,8011,97

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Edad media obituaria: 71 años.Edad máxima: 96 años (J. Pezuela).Edad mínima: 37 años (Montes de Oca), 39 años (Severo Catalina).Media: 71 años.Muertes violentas: 8 (un suicidio).

A diferencia del análisis realizado con otras elites enmarcadas en tramos más cortos, no trazaremos aquí, por su imposibilidad más que porsu irrelevancia, ninguna glosa. Carecería de significado, en efecto,englobar comportamientos ante la muerte tan dispares como los del setecientos y el siglo actual, y pretender cualquier referencia o cotejo demográfico de índole general. Bastará, pues, con señalar que, pese a ello, elcuadro obituario que nos ocupa se halla dentro de los parámetros observados en la cúpula ministerial en su conjunto: arcos cronológicos muyamplios; casos aislados de vejez muy avanzada y de tránsitos prematuros; concentración entre los sesenta y los ochenta años, e, igualmente,una edad media obituaria —71 años— comprendida en el sector centrode las establecidas en las distintas fases estudiadas: entre los 67 y los 74años. Nada, por consiguiente, digno de resaltarse en este aspecto, ya deque, incluso el peralte de la edad media obituaria, responde a la mismacausa comentada en otros trabajos; esto es, la presencia de un grupo biológicamente seleccionado, que antes de su integración ministerial havisto transcurrir ya más de la mitad de su trayectoria vital, y cuya esperanza de vida en ese momento es muy semejante a la de sus conciudadanos de su misma edad.

Como apunte final de este parágrafo llamaremos la atención acerca dela desorbitada presencia de la violencia en la forma de muerte de los titulares de nuestro Ministerio. Claro es que se trata de una cartera militardonde tal circunstancia podría no ser insólita o inusual. Pero la significación del hecho dimana, en este caso, de que dichos óbitos no se produjesenen acciones de guerra, sino como resultado de la represión política, afectando tanto a civiles como a militares durante la tragedia de 1936. Si unode los dos únicos ministros marinos de la II República, Azarola, fue víctima de la represión de la zona nacionalista, Abad Conde, Salas González,Mateo García de los Reyes lo fueron en la republicana; y cabe también adscribir en la primera el fusilamiento, ya en el otoño de 1940, del presidentede la Generalitat, Luis Companys. Tiempo atrás, la noble y romántica figura del gaditano Montes de Oca pagó igualmente tributo a la insania hispana. Mas el abanico de su barbarie no queda agotado con los ejemplos precedentes, a los que hay que unir el magnicidio perpetrado en la figura dellíder de los «idóneos», Dato, poniendo el suicidio novelesco en aguas delPacífico de José Pareja Setién, término a este espectacular y terebrantemuestrario.

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ESTUDIO SOCIOLÓGICO DE LOS MINiSTROS DE MARINA

Extracción geográfica

CUADRO IV

EXTRACCIÓN REGIONAL

Región histórica Núm. de ministros % (128) %(142)

Andalucía 40 31,25 28,16Aragón 3 2,34 2,10Asturias 4 3,12 2,79Baleares 2 1,56 1,40Canarias • 2 1,56 1,40Castilla la Nueva 10 7,81 7,04Castilla la Vieja 4 3,12 2,79Cataluña 4 3,12 2,79ExtremaduraGalicia 25 19,53 - 17,60León 1 0,78 0,70Murcia 10 7,81 7,04Navarra 2 1,56 1,40Valencia 4 3,12 2,79País Vasco 7 5,46 4,92

Ultramar 9 7,03 6,29

Lima 3La Habana 2Montevideo 1México 1Santiago de Cuba 1Manila 1

Otros

Milán 1

Desconocidos 14 9,85

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Andalucía figura, como se ve, a la cabeza del reclutamiento de la cúpula de nuestro Ministerio. Otra región en la que al igual que en aquélla lamitad de sus provincias están bañadas por el mar, Galicia, ocupa el segundo puesto en la aportación de los cuadros supremos de la Marina. El tercero en que se sitúa Murcia se debe indudablemente, como analizaremos dentro de un instante, al peso ejercido en ella por Cartagena, cuya existenciaha estado durante siglos más que vinculada, absorbida, por el encuadramiento castrense-administrativo de los problemas y asuntos del mar. Elcuarto puesto de Castilla la Nueva responde a motivos diametralmenteopuestos a los acabados de reseñar para el caso murciano. Fértil vivero devocaciones políticas por la presencia en ella de la Corte y de los poderessupremos del Estado, un buen número de los ministros de Marina deextracción civil nacerían en ella, principalmente en Madrid. El puesto enque hallamos al País Vasco no ofrece singularidad alguna y se acomoda ala tradición histórica y a los comportamientos sociales más invariables ycomunes en dicho territorio. Alguna extrañeza produce, empero, los deAsturias, Valencia y Cataluña, especialmente el del primero, ya que a lasecular incardinación del Principado en el corazón mismo de las actividades y preocupaciones naúticas de nuestra patria, ha unido una especialvocación política que ha peraltado con frecuencia los servicios de sus naturales en los vértices del poder. En Cataluña y en la Comunidad Valencianala presencia del mar en sus empresas y economías encontrará, sin embargo, un poderoso elemento reductor, sobre todo, en el caso del Principado,en su menguada aportación a las ringleras ministeriales, salvo escasos ymuy cortos períodos de la historia nacional. Tampoco implicarán novedades dignas de reseñar los lugares en que hallamos la contribución de losdos archipiélagos, habida cuenta de la característica que con respecto aCataluña y Valencia acabamos de registrar, esto es, su exigua representaciónen las filas ministeriales. Región interior por excelencia, Extremadura, ninguno de los nacidos en ella tendría la responsabilidad de los asuntos delmar.

Extremo de igual e incluso de mayor importancia que el que nos ha ocupado y en estrecha relación con él, claro está, es el análisis de los ministros «propiamente» marinos que tuvieron como lugar de nacimiento lasdistintas regiones o comunidades de la Península y sus archipiélagos.Conforme era previsible esperar, el cuadro anteriormente descrito no sufrirá ninguna variación sustancial, al cotejarlo con este segundo. Andalucía(36; el 44,44 por 100 de los ministros marinos), Galicia (diecisiete) yMurcia (siete) aparecen con los contingentes más nutridos. El hecho no esmás que el corolario de radicar en sus respectivas geografías los tres núcleosbásicos del dispositivo marítimo español. Si alguna nota llamativa resaltaen esta vertiente es la de la elevada aportación civilista de Asturias,Valencia e incluso Galicia; aunque, bien mirado, ello no sea otra cosa másque el resultado lógico de la preocupación de sus gentes por los temas dela mar y el impacto de sus asuntos en toda la existencia de dichas comunidades. Muy ilustrativo resulta el caso de la última. En tiempos de la II República,

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ESTUDIO SOCiOLÓGICO DE LOS MiNISTROS DE MARINA

cuatro de los ministros de Marina fueron coruñeses, tres de ellos civiles, yalgunos con asiduo comercio con los temas marinos, como, y. gr., GerardoAbad, catedrático de la Escuela de Comercio de Vigo y director de la

CUADRO V

ORIGEN URBANO

Capitales de provincia Núm. de ministros

Cádiz 12Madrid 9La Coruña 4Vitoria 3Oviedo 2Valencia 2Sevilla 2Bilbao 2Palma de Mallorca 2Albacete 1Barcelona 1Burgos . 1Córdoba 1Cuenca 1Gerona 1León 1Pontevedra 1Zaragoza 1

Total 47 36,71 %

Grandes pueblos

El Ferrol 13San Fernando 12Cartagena 8Puerto de Santa María 3Jerez 2Algeciras 1Cabra 1

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Corella 1Gijón 1Morón 1Santiago de Compostela 1

Total 44 34,37 %

Total origen urbano 91 71,09 %

Escuela Náutica de La Coruña, ciudad de la que fue concejal y alcalde(1915). Igual cabe afirmar, en la primera década del siglo, del célebre abogado pontevedrés Eduardo Cobián y Roffignac, ministro de Marina en dosocasiones (julio-diciembre 1903; enero-junio 1905) antes de ocupar, también por dos veces, el Despacho de Hacienda.

A la vista de los datos hasta el momento registrados no puede menosde parecer natural el origen urbano de la elite ministerial aquí estudiada,pero en proporción inferior al glogal de la sociología de la cúpula dirigente en toda la andadura contemporánea. La antinomia de sencillez-complejidad, ambigüedad y nitidez, que perfila la fisonomía del Ministerio deMarina, en numerosos aspectos volveremos a encontrarla en el terrenomencionado. Podría así estimarse que la nota de tradicionalismo que algunos de los historiadores de la España contemporánea encuentran muyalzaprimada en su trayectoria y actividad se debería, en última instancia,a ser muchos de sus titulares típicos exponentes de la España profunda yde uno de los términos de la dialéctica campo-ciudad, mundo rural-mundourbano, que atraviesa gran parte de nuestra contemporaneidad. Sin embargo, y como aludiremos dentro de un instante, las auras cosmopolitas dieron igualmente tono en numerosas ocasiones a un Cuerpo cuyo enclaustramiento más provenía de su endogamia que de su formación y orígenes. En todo caso, queda aquí tan sólo hecha mención de una cuestión tanimportante corno todavía poco analizada para el estudio riguroso no ya dela cúpula de la Marina, sino del ser y la actuación de todos los componentes de la Armada.

Cuarenta y cinco de los integrantes del elenco ministerial vendrían almundo en una capital, y un número casi idéntico en grandes núcleos urbanoscomo El Ferrol, San Fernañdo y Cartagena; sin que las grandes ciudades, conla excepción ya explicada de Madrid, ofrezcan, un tanto curiosamente, unacontribución destacada al porcentaje indicado. También entra dentro de lanormalidad la notable comparecencia de ciudades hispanoamericanas, enparticular las más vinculadas al mar. Rasgo cosmopolita que impregnará lastradiciones de la Armada y que aún hoy influye sobre algunos de sus talantes más atractivos.

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ESTUDIO SOCIOLÓGICO DE LOS MINiSTROS DE MARINA

Origen social

Conforme a las pautas que rigieron la recluta de los cuadros de mandode los Ejércitos de Tierra y Mar en la monarquía borbónica hasta la desaparición del Antiguo Régimen, no puede provocar extrañeza alguna la cepanobiliaria de un porcentaje elevado de los hombres que pilotaron elMinisterio de Marina (8). Incluso tras el consolidamiento del sistema liberal, la extendida endogamia de este cuerpo castrense determinaría quedicha nota apenas se desdibujase y perdiera interés. Consignemos que dentro de los 25 titulados que encontramos en el escalafón ministerial, catorce de ellos habían sido investidos por la dinastía borbónica —sobre todo enel xix—, mientras que los blasones de los restantes tenían origen más antiguo,no dejando de ser elocuente el que otros seis pertenecieran a la nobleza titulada, aunque ellos no detentaran ningún título.

Subrayada dicha característica, que hace del análisis de esta parcela de lasociología del Ministerio de Marina uno de los campos más fáciles de roturar,en fuerte contraposición a lo que sucede con el resto de los Departamentosministeriales, salvo, obviamente, el del Ejército (aunque en menor medida, queaquél), pasaremos a acotar que un número considerable —treinta y uno— vieron la luz en hogares marineros, en tanto que, ya con guarismo menor—nueve—, otro número estimable tendría como progenitores a soldados de lasfuerzas de Tierra (9). Asimismo, anotaremos que en mansiones abogacilesmecieron su cuna una cifra no del todo desdeñable de futuros titulares delMinisterio de Marina —ocho—, siendo menor el de extracción mesocrática —cuatro—. Si no faltaron los orígenes acomodados e incluso opulentos enlas carreras de algunos ministros, tampoco dejarían de contarse, corno acabamos de ver, los de extracción modesta y hasta humilde; aunque la balanza seinclinará, en todo momento, y de forma indisputable, a favor de los primeros.Entre éstos podrían citarse, en una larga lista, a gentes como Escaño, VázquezFigueroa, Roca de Togores, Casares Quiroga, etcétera. Y entre los segundos,los nombres de Indalecio Prieto, Gerardo Abad Conde o de Vicente Iranzocomparecen a certificarlo.

Centros de formación, títulos académicos y profesiones

La uniformidad de la porción más cuantiosa de la elite considerada y elingreso en las filas de la Armada a edad muy temprana hasta mediádos delochocientos hará que, en puridad, la indagación de este costado de nuestrainvestigación se circunscriba casi exclusivamente al elemento civil. Es sabido

(9) Aunque no fuera, como es bien sabido, ministro de Marina, pero sí exponente muyvigoroso de los caracteres que han moldeado la cúpula de la Armada en la España del siglo xx;será oportuno, recordar a tales efectos el ejemplo de Carrero, cuyo progenitor perteneciera alEjército de Tierra, así como sus ancestros: «Desciendo de cuatro generaciones de militares yesto en España es bastante...><. TUSELL, J.: Carrero, la eminencia gris del régimen de Franco.Madrid, 1993, p. 24.

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cómo en el siglo XVIII y en los decenios inaugurales del siguiente los hijos dela nobleza superior y segundona destinados o vocacionados por las carreras delas Armas —en las que, importará repetir, ingresaban en ocasiones antes dellegar a la frontera de la adolescencia— realizaban sus estudios primarios enla casa paterna al cuidado de algún sacerdote o instructor particular. De ahí quela constatación de algunos centros de segunda enseñanza en los expedientesacadémicos se atenga casi exclusivamente al famoso seminario de Vergara—erigido, como se sabe, avanzado ya el setecientos— y al Seminario deNobles de Madrid; a la par que los de formación eclesiástica o estatal —éstosuna vez universalizada la enseñanza, al menos la primaria— atañe de ordinario a los cuadros civiles de la cúpula ministerial, como sucederá igualmente,es obvio, cara a la formación superior.

La aportación de la Universidad Complutense —catorce— es, como cabía

CUADRO VI

CARRERA PROFESIONAL

Abogados14Abogado del Estado1Diplomáticos3Catedrático Universidad6Catedrático Esc. Com1Carrera funcionarial9Ingeniero agrónomo1Médico1Comerciante1Ganadero1Taquígrafo1

esperarse de lo dicho anteriormente, avasalladora, figurando la de Santiago ensegundo —cuatro— y también lógico lugar, seguida de Barcelona, Zaragoza yValencia, todas con dos, figurando la de Oñate con uno y la Sorbona con dos.En el mismo plano en que ahora nos desenvolvemos, resultará interesantedejar constancia de que más de la mitad de los ministros civiles de Marinasiguieron la carrera de Derecho, al tiempo que siete de entre ellos obtuvieronla borla de doctorado y tres cursados dicha carrera con otras, mientras que unode los doctorados se licenció en Filosofia y Letras y el primer ministroAllendesalazar, ingeniero agrónomo, ampliaría posteriormente su bagaje intelectual con la licenciatura en ciencias jurídicas. Dos de los tres ministros galenos incluidos en el censo de Marina se doctoraron como paso previo para lacátedra. El otro médico, el aragonés Iranzo Enguita, coronó a su vez los estudios de Magisterio y Derecho. Otro maestro alcanzó igualmente la toga.

Una vez más, el ejercicio de la abogacía resaltará sin rival a la hora de con

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ESTUDIO SOCIOLÓGICO DE LOS MINISTROS DE MARINA

tabilizar las profesiones de los ministros civiles. El foro, pasaporte para todala rosa de los vientos en la política liberal, también otorgaba las patentes y credenciales más seguras o, al menos, más numerosas para nuestra poltrona. Lacarrera funcionarial, con tantos ligámenes en la época con el mundo de la toga,será igualmente otro de los viveros por excelencia de los cuadros ministerialesde la Marina. Dentro de los parámetros que encuadran la sociología ministerial de la Restauración y la II República —en la que, en algunos etremos, nohay solución de continuidad ni ruptura—, la nutrida comparecencia de loscatedráticos en el escalafón ministerial de Marina viene a ser normal comotambién, en menor medida, la de los diplomáticos. Las restantes profesionesque figuran en el cuadro con la unidad solamente, refrendan el amplio abanico social en que se reclutó la elite del poder en los tiempos de la monarquíaliberal y de la II República, aunque, insistiremos, su insignificante porcentajeaconseja no llevar muy lejos las expensas exegéticas.

El que figure un taquígrafo en la nómina de los ocupantes del Ministerio nosemplaza a abordar muy someramente un tema que encontró eco, a veces desmedido, en los medios de información de la época. La valía intelectual y gestora de «donInda» no fue discutida nunca en un país cuya aretología social ha estado siempremuy informada por los prestigios —y también por los oropeles— educativos y académicos. Sin embargo, en alguna ocasión los humoristas de la Restauración y laII República batanearon, a propósito de su profesión hipocrática o jurídica, a algunos de los ocupantes de la Cartera de Marina, con manifiesta injusticia en ciertoscasos como, y. gr., en el de Amalio Jimeno, cartagenero de ilustre prosapia, sinreparar en que era hijo de un prestigioso militar que atesoraba un ancho caudal deconocimientos naúticos; y algo semejante cabe decir de su conterráneo Rocha (10).

Carrera político-administrativa

En esta dimensión, como en todas las restantes del.tema estudiado en laspresentes páginas, debe partirse de la división entre elementos militares y civiles. En cuanto a los primeros, estaba dentro de la naturaleza de las cosas el quela proporción de capitanes generales o comandantes generales de apostaderostuviesen una representación muy cumplida en la cúpula ministerial. Y por igual

(10) <[...] fue nombrado ministro de Instrucción Pública. Esto hizo creer al señor Gimenoque los dioses querían a todo trance que consumiese los preciosos años de su existencia en elrégimen de los asuntos pedagógicos de su Patria. Hombre inteligente, se preparó para ello. Ycuando creía poder ser útil en tal cometido, una nueva situación liberal le hizo ministro deMarina. Pacientemente, sufridamente, sin que nadie le haya oído jamás una queja, el señorGimeno se consagró a estas nuevas cuestiones. Se instruyó, almacenó cultura; supo, después defatigosas indagaciones, lo que era un torpedero, en qué consistía un acorazado, a qué extrañoobjeto se suele adjudicar el nombre de crucero protegido; ya distinguía un teniente de navío deun condestable, y trabó conocimiento con algunas palabras difíciles de la tecnología de laArmada. En estos momentos... El ilustre hombre públiáo es llamado a ocupar la cartera deEstado. Y el señor Gimeno suspiró, miró a los cielos reprochadoramente y aceptó’. FERNÁNDEZFLÓREz, W.: Acotaciones de...

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CUADRO VII

CARGOS POLÍTICO-ADMINISTRATIVOS

Subsecretarios 16Directores generalesEmbajadoresIntendentes

8123

Gobernadores 14Comandantes apostaderoCapitanes generalesDirector general ArmadaVirrey

1928

42

regla el contingente de directores generales y, en especial, de subsecretarios en lossegundos será muy copioso. Más inesperado es el elevado guarismo alcanzadopor los embajadores y los alcaldes, siendo el de estos últimos incluso superior alde los gobernadores civiles, otro de los viveros por antonomasia de los elencosministeriales y cometido casi obligado en el cursus honorum ministerial de laEspaña liberal y aun en la de los decenios centrales de la centuria que ahora acaba.

Carrera parlamentaria

Según es harto sabido en la Cámara Alta de casi todas las legislaturas quecontaron con ella, los marinos hallaron una participación muy estimable. Porconsiguiente, no sorprende la cifra de los que de entre ellos serían un día llamados a regir su ministerio, menor con todo que el de los diputados, bien queen un buen número de casos ambas funciones serían desempeñadas por futuros rectores de la Cartera antedicha, ejercida igualmente con los más altos cargos de ambas Cámaras, salidos, lógicamente, del vivero común de procuradores o diputados y senadores (11). Con todo, habrá que recordar en este punto

(11) El mismo autor se lamentaría en tiempos de la II República de que a varios de losministros de Marina les faltase ahora, a más de la cualificación profesional, los rudimentos delejercicio de gobierno: Desde el banco de los ministros —azul como el mar en el crepúsculo—contempla el señor Giral la marejadilla de las enmiendas. Vedlo. Es el amo de cuanto se muevesobre el oceáno llevando cañones de España. Ayer era rector de la Universidad y le saludabanlos bedeles. Hoy, si al salir del congreso se encuentra tres, seis, nueve contramaestres de laArmada, los tres, los seis, los nueve contramaestres de la Armada se cuadrarán, golpeando lostalones, y sostendrán la mano durante unos seundos a la altura de la visera. Cuando él lo diga,los buques pasarán a ésta o a la otra situación. El firmará los ascensos y los traslados de los marinos, dispondrá las pruebas de velocidad, las de tiro al blanco y las de las estaciones de torpedos.Si le da la gana cada marinero puede encontrar un chorizo en su plato todos los días de fiesta.

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ESTUDiO SOCIOLÓGICO DE LOS MINISTROS DE MARiNA

que a varios ministros le fue otorgada la senaduría con posterioridad a su pasopor los Consejos de la Corona, a la manera, por ejemplo, de Ramón Auñón,marqués de Pilares, capitán general de la Armada, senador vitalicio a partir de1911, después de haber sido diputado por Cádiz en varias legislaturas.

CUADRO VIII

CARRERA PARLAMENTARIA

Diputados30Próceres1Procuradores4Senadores electos16Senadores vitalicios11Diputados y senadores electos9Diputados y senadores vitalicios10Presidente Cortes3Presidente Congreso3Vicepresidentes. Congreso3Presidente Senado3Vicepresidentes. Senado5

El universo cultural

Dado que, en términos globales, la densidad cultural no constituye la característica más saliente de las elites políticas españolas, así civiles corno castrenses, el discreto nivel presentado por el Ministerio de Marina se inserta enlas coordenadas generales. Hubo, naturalmente, no pocas excepciones, no sóloen cuanto a las personas, sino también respecto a los períodos. Así, la Marinailustrada se distinguiría por el ancho universo mental de los saberes, a veces

Y esto lo consiguió el señor Giral estudiando Química. Porque es la verdad. El señor Giral nopudo ser sorprendido nunca en la meditación de ningún problema naval l...I».

<Según declaró el señor Guerra del Río en la sesión del viernes, Companys estuvo algúntiempo preso en un buque. La soledad del cautiverio ha sugerido a quienes la sufrían ideasmuchas veces asombrosas. Indudablemente allí comenzó el señor Companys a interesarse porlos asuntos navales, ya que antes de esta ocasión no se encuentra en su agitada biografía ningúnindicio que permita achacarle preocupación alguna por el océano. Lo que pensó desde entoncesquizás no lo sepan más que él mismo y el jefe del Gobierno que le llevó a tal cargo. Pero algopensó. Algo decisivo que obscureció de repente la amable figura de Giral. Y hoy —todos losabemos— no se desbanca a un ministro tan fácilmente. Cuando Companys hizo saltar a Giralpuede creerse que no viene a hacernos perder él tiempo» ibíd., 11(1931-1933), Madrid 1962,pp. 112y284-5.

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J. M. CUENCA TORiBIO y S. MiRANDA GARCÍA

enciclopédicos, de muchas de sus figuras más relevantes (12). Más tarde, en laetapa liberal, al convertirse de ordinario en un ministerio de «entrada» en elorganigrama gubernamental y en la biografía de buena parte de la elite política, sus responsables no serían por lo común personalidades descollantes, querompieran por su genio o carácter los moldes del cursus honorwn ministerial.No obstante, se contaron entre sus ocupantes personalidades destacadas en elcultivo de las letras o las ciencias, a la manera de Alcalá Galiano, el duque deRivas, Oliván, el marqués de Molins, Severo Catalina, el contralmiranteSegismundo Bermejo, Sánchez de Toca, Pedro Rahola, etcétera.

Por lo demás, convendría distinguir aquí entre la posesión de un orbe intelectual amplio y bien arquitrabado, y el dominio y la competencia en las disciplinas y cuestiones específicamente náuticas; y en tal terreno debe hacersejusticia al alto grado de preparación que, en conjunto, tuvieron los marinos-ministros, según lo atestiguan, entre otros muchos, Mazarredo, Gabriel Ciscar,Vázquez de Figueroa, Antequera, Miranda Godoy... (13). A pesar de ello, debereconocerse que los ministros de Marina provenientes de los escalones de laArmada se movieron con menor fortuna o encontraron mayores dificultadesque sus camaradas de las fuerzas terrestres para ocupar sitiales y sillones en lasacademias nacionales. Muy significativo de lo expresado será el que un presidente de la Real Academia de la Lengua, fugaz ministro de Marina en lajuventud de su dilatada andadura (16-marzo-1845 a 5-abril-1846); el conde deCheste (1810-1906), perteneciera al arma de Caballería (14). Si en las instituciones antedichas siempre se ha procurado recabar el concurso de algún soldado ilustre procedente del Ejército, esta atención se ha visto más descuidadaa la hora de contar con el de almirantes, vicealmirantes o contralmirantes,como expresión del postergamiento inconsciente de una temática como lamarítima de capital importancia para comprender nuestra lengua e historia,nuestra literatura y arte, nuestra cultura, en fin.

(12) La consulta de la clásica obra de F. P. Pavía, será al respecto muy provechosa: Galeríabiográfica de los Generales de Marina, Jefes y personajes notables que figuraron en la mismacorporación desde 1700 a 1868. Madrid, 1873, 3 vols.

(13) Proporciona noticias de interés acerca de la obra reformista de José Vázquez deFigueroa, CASTILLO MANRUBIA, P. en La Marina de Guerra en el primer tercio del siglo XIX(organización, Dotaciones, Buques, Arsenales y Presupuestos). Madrid, 1992.

(14) MARQUÉS de ROZALEJO: Cheste o todo un siglo (1809-1906). Madrid, 1935.

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LOS ORÍGENES DE LA 1 ADIUTRIXY DE LA II ADIUTRIX,

DOS LEGIONES ROMANASSURGIDAS DE LA MARINA

IMPERIAL (1)

Julio RODRÍGUEZ GONZÁLEZLicenciado en Geografía e Historia

Durante muchos años, Roma fue la principal potencia del marMediterráneo y, a lo largo de varios siglos, el Imperio Romano dominó todaslas regiones ribereñas de ese mar. A pesar de controlar una zona del mundocuyo denominador común era estar volcada hacia el piélago, Roma no fue unapotencia marítima como lo había sido su antigua rival Cartago, sino esencialmente terrestre. El conocimiento militar romano de las aguas mediterráneas seredujo al imprescindible para controlarlas. En correspondencia con este concepto del poder militar, el prestigio y los honores se los llevaban las tropas detierra, mientras que los marinos quedaban en segundo plano, siendo miradospor los primeros un poco «por encima del hombro» cuando coincidían en alguna operación que exigiese la cooperación del Ejército y la Armada.

En la época imperial hubo, no obstante, unas circunstancias especiales quepropiciaron un gran trasvase de hombres entre la Marina y el Ejército, cuandoen los años 68 y 69 d.C. con personal de las flotas se formaron dos nuevaslegiones, las 1 y II Adiutrices que, sin embargo, apenas conservaron recuerdosde su origen naval y pasaron a ser dos más de las unidades del Ejército deTierra romano.

Introducción: la Marina imperial romana a mediados del siglo i d. C.

La Marina de Guerra romana surgió como una necesidad impuesta por lascircunstancias de la 1 Guerra Púnica (264-241 a.C.) contra la potencia navalque era Cartago. A los barcos debieron los romanos su victoria final en estaguerra pero adaptándolos para lo que era su fuerte, el combate de infantería,

(1) Abreviaturas empleadas en este trabajo: AE.: L’Année Épigraphique; GIL.: Corpuslnscriptionwn Latinarum (con indicación de volumen y número de inscripcíón); DA.:Dictionaire des Anriquités Grecques et Romaines (con indicación de volumen). París, 1879-1919; DE.: Dizionario Epigrafico di Antichirci Romane (con indicación de volumen). Roma,1959; DI0N.: DION CASIO, Historia Romana; PLUT.: PLUTARCO, Vidas Paralelas; RE.: RealEncycloplidie der Classischen Altertumswissenschafr (con indicación de volumen). Stuttgart,1925; SUET.: SUETONIO, Vida de los Doce Césares; TAC. Hisr.: TÁCITO, Historias; VEG.:

VEGECIO, Instituciones Militares.

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JULiO RODRÍGUEZ GONZÁLEZ

que llevaban a cabo las legiones mediante artilugios que facilitaban la sujeciónde la nave enemiga y su abordaje por los soldados de tierra embarcados parael caso.

Alcanzada la victoria en aquella guerra y, más adelante, superado definitivamente el peligro cartaginés, la Marina Militar romana no volvió a interveniren grandes combates hasta el 2 de septiembre del 31 a.C., cuando Octavio yMarco Antonio se disputaron en Actium, en la boca del golfo griego deAmbriocia, la supremacía del mundo romano, con victoria del primero deellos.

Octavio, llamado desde enero del 27 a.C. Augusto por concesión delSenado romano, se encontró con un Estado completamente desorganizado pormuchos años de guerras civiles y se puso a reestructurarlo, empezando por lasfuerzas armadas. En lo que se refiere a la Marina, conservó sólo los mejoresbarcos que fueron a parar a sus manos tras el fin de las contiendas entre romanos. El grueso de la Marina Imperial fue estacionado en Italia, con dos basesprincipales elegidas por Augusto: la de Misenuin (hoy Miseno, Italia), en laparte norte de la bahía de Nápoles, en el mar Tirreno, y la de Ravenna (hoyRávena, Italia), al norte de la Península Itálica, frente al Adriático (2). Ambasgozaban de la misma categoría y, salvo casos excepcionales en que el mandoestuvo unificado (3), cada una de ellas estaba mandada por un praefectus ciassis (prefecto de la flota), perteneciente al orden ecuestre, ayudado por un subpraefectus classis (4), Estos praefecti no eran marinos profesionales, siendoescogidos, así como otros oficiales de las flotas, de entre las filas del Ejército,entre hombres que habían servido en las legiones como tribunus angusticlavms (tribuno de segundo orden) o en las unidades de auxiliares como praefectus aiae (de un ala, de caballería) o praefectus cohortis (de una cohorte, deinfantería) (5). El mando de una flota no era más que otro peldaño en el cursus honorum (carrera político-militar) de un miembro del orden ecuestre queen ocasiones, y ya algún tiempo después de los hechos sobre los que versa estetrabajo, podía llevar a algún individuo a ocupar importantes posiciones en elEstado, como fue el caso de Lucio Julio Vehilio Grato Juliano, que tras habertenido a sus órdenes a la Flota de Misenum en el año 134, acabó mandando lafamosa y temida Guardia Pretoriana (6).

Las misiones de la Marina de Guerra romana eran básicamente de auxilioa la fuerza terrestre: vigilar las costas y las rutas marinas, control del tráficomarítimo, traslado de tropas y abastecimientos para las mismas, medio detransporte para viajes oficiales y, naturalmente, si era necesario, combatir.

(2) TÁcITo: Anales IV, p. 5; SUET.: »Augusto», p. 49; Veg. V, p. 1.(3) El caso de Lucilio Basso en el año 69 d.C. (STARR, G.C.: The Roman Imperial Navv

3] B.C.- A.D. 324. Greenwood Press, Westport, 1941. p. 31).(4) FERRERO, E.: »Classis». En DE II, pp. 277-278; REDDÉ, M.: Mare Nostrum. Les infras

tructures, le dispositif et 1 ‘histoire de la marine ,nilitaire sous 1 ‘Empire Romain. Ecole Françaisede Rome, Roma, 1986, p. 503 y ss.

(5) FERRERO: op. cit., p. 278; STARR: op. cje, p. 32.(6) STARR: op. cit.. p. 32.

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LOS ORÍGENES DE LA ¡ ADÍUTRIX Y DE LA II ADIUTRIX, DOS LEGiONES...

La Flota de Misenum estableció allí su base en el curso de la reorganización militar de Augusto (7), posiblemente hacia el 20 a.C. Allí estaban susdepósitos y astilleros para las reparaciones y en sus cercanías, en Puteoli (hoyPozzuoli, Italia), se hallaba la residencia del praefectus classis (8). Para cumplir su principal misión, que era que no se interrumpiera la ruta por la que llegaban a Roma los cereales de Egipto y otras provincias norteafricanas, estaescuadra mantenía destacamentos en Ostia (el puerto de Roma que hoy tieneel mismo nombre), Centumceilae (hoy Civitavécchia, Italia), y la isla deCorsica (hoy Córcega, Francia) (9). La Flota de Ravenna tenía su base en unalaguna formada por un estuario y separada por una estrecha lengua de tierradel Adriático, a unos dos kilómetros de la ciudad, y allí estaba desde la épocade Augusto, quizá hacia el 20 a.C. como la de Misenum, y también manteníadestacamentos en diversos puertos adriáticos como Ancona (la actual ciudaditaliana del mismo nombre) o Aquilea (hoy Aquileya, Italia) (10).

Aparte de estas flotas, las más importantes, había otras escuadras que vigilaban las aguas romanas (11): la de Siria, con base en Seleucia de Pieria (hoyMagaracik, Turquía); la de Egipto, que también controlaba el Nilo, con puerto en Alejandría; la de Mauritania, en Caesarea (hoy Cherchell, Argelia); ladel sur de la Galia, establecida en Forum. Iulii (hoy Fréjus, Francia) y la deBritania, basada sin embargo en la Galia, en Gesoriacuin (antes Portus itus yactualmente Boulogne-sur-Mer, Francia). Igualmente, las aguas de los ríos Riny Danubio acogían flotillas romanas (12).

Los barcos de las flotas romanas eran de varios modelos (13), como corresponde a los diversos usos a los que se destinaban. Había hexeras (14), quiaquerremes, quadrirrernes, trirremes, liburnas y dicrotas. De ellos, eran lasliburnas, con dos filas de remeros por banda, las más utilizadas (15) pues su

tamaño y maniobrabilidad, similares en características a las de una fragata delas de la época de la Segunda Guerra Mundial, las hacían muy adecuadas paralas aguas mediterráneas.

Las tripulaciones de estos barcos estaban formadas por soldados navales oclassici milites (16), aunque el servicio en la Marina estaba considerado decategoría inferior al servicio en el Ejército (17), de tal manera que los marine-

(7) Ibídem, p. 13; REDDÉ: op. cit., p. 107.(8) HERON DE VILLEFOSSE, A.: <‘Classis», en DA 1 2, p. 1233.(9) Ibídem; REDDÉ: op. cit.. pp. 197, 201.(10) HERON DE VILLEFOSSE: op. cit.. p. 1233; STARR: op. cir., p. 16; REDDÉ: op. cit., pp.

177, 178, 213, 218.(11) STARR: op. cit., p. 109 y SS.; REDDÉ: op. cit., pp. 171, 236-237, 241, 244, 259, 272,

288-289(12) STARR: op. cit., pp. 129-137, 141-152; REDDÉ: op. cit., p. 291 y SS.(13) STARR: op. cit., p. 52; FERRERO: op. cit.. pp. 274-276.(14) Con seis filas de remos, las hexeras eran tan difíciles de maniobrar que se usaban poco.

A principios del siglo II d.C. sólo uno de estos barcos, de nombre Ops, permanecía en servicioactivo (STARR: op. cit., p. 53).

(15) VEG. y p. 2.(16) C1L VIII 2.728.(17) TAC. Hist. 1, p. 87; SUET. ‘<Galba», p12; FERRERO: op. cit., p. 277.

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ros eran despreciados por los legionarios y para uno de éstos era un castigo sertrasladado a la Armada (18). Cada marino era un soldado (19), por lo que recibía una doble instrucción.

En lo que se refiere a la condición jurídica de las tripulaciones, bajoAugusto (27 a.C.- 14 d.C.) y su sucesor Tiberio (14-37 d. C.), al ser la flotapropiedad personal del emperador, los marineros eran esclavos imperiales olibertos (20). Claudio (4 1-54 d. C.) modificó esta situación y reclutó comomarineros a peregrini (extrajeros) libres, sin ciudadanía romana o latina (21).Estos hombres, tanto conscriptos como voluntarios, que solían ingresar entrelos 17 y los 23 años, servían durante veintiséis años y al final de su período deenganche, junto a otras recompensas, recibían el derecho de ciudadanía romana, transmisible a sus descendientes (22).

El origen étnico de los marinos era variado según la flota en que sirvieran.Centrándonos en las dos de Italia, en ambas había italianos, reclutados en lascercanías de los puertos militares de la Península (23). En la de Misenum habíaademás sardos y muchos procedentes del Oriente helenístico, como frigios,griegos y sirios e igualmente un porcentaje muy significativo (el 28 por 100)de ilíricos (panonios y dálmatas), los cuales también, según palabras de Tácito(24), constituían la mayoría de los miembros de las tripulaciones de Ravenna(quizá hasta un 43 por 100), en compañía de bessos (una tribu tracia) y otrosorientales (25).

Con este material humano y en circunstancias excepcionales, nacieron doslegiones que se incorporaron inmediatamente al Ejército de Tierra romano.

La legión romana a mediados del siglo i d. C.

La unidad militar que conocemos con el nombre de legión había experimentado una larga evolución hasta llegar a los tiempos imperiales. A mediados del siglo i d.C. la vemos tal como quedó después de todas las reformas queculminaron con la efectuada por Augusto. Cada una de las legiones delImperio era una unidad de infantería pesada que contaba con alrededor de5.500 hombres, todos ciudadanos romanos, divididos en diez cohortes de 480soldados cada una, excepto la 1, que tenía 800. También servían en ella 120

(18) Dior LXXIX 3; STARR: op. cit., p. 67.(19) STARR: op. cit., p. 58.(20) Ibídem. p. 66.(21) Ibídem.(22) SUET. «Augusto>, p. 49; DI0N LV 23, 1; STARR: op. cit., pp. 66, 74, 80, 88; FERRERO:

op. cit., p. 277.(23) STARR. op. cir., p. 60; FERRERO: op. cit., p. 277. La presencia de italianos en la flota

demuestra que no todos los marineros eran peregrini sino que también había cives romani , yaque todos los habitantes de la Península Itálica tenían la ciudadanía romana desde la llamada«guerra social»> de los años 91-89 a.C.

(24) TAc. Hist. III, p. 12.(25) STARR: op. cit., pp. 75, 76; FERRER0: op. cit., p. 272.

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LOS ORÍGENES DE L4 ¡ ADIUTRIX Y DE L4 II ADIUTRIX, DOS LEGIONES...

- jinetes, con misiones de exploración y enlace. Su comandante era un legatuslegionis (legado de legión) y su segundo en el mando era un tribunus laticlavius (tribuno mayor), ambos pertenecientes al orden senatorial. Del ordenecuestre eran los mandos que iban a continuación: el praefectus castrorum(prefecto de campamento), generalmente un veterano con largos años deexperiencia que había ascendido desde la tropa, y seis tribuni angusticlavii.La espina dorsal de una legión, en lo que a mandos se refiere, eran los centuriones (centuriones), el principal de los cuales era el centurio primus pilus(centurión primopilo). Los legionarios eran profesionales (excepto el legadoy todos los tribunos, cuyos puestos militares eran parte de su cursus honorum)y se enganchaban por un período de veinte años, al finalizar el cual podíansolicitar el reenganche o se licenciaban con premios en tierras o en metálico.

Los acontecimientos de los años 68 y 69 d.C.

A comienzos del año 68 d.C. el emperador Nerón llevaba casi catorce añosen el poder, pero sus excesos y extravagancias le iban minando el apoyo delgrupo senatorial, el más influyente en la política del Imperio, lo que culminócon la rebelión, a fines de febrero o comienzos de marzo de ese año, de CayoJulio Víndex, el gobernador de la Galia Lugdunense. Víndex no se atrevió aautoproclamarse emperador y ofreció el trono a su colega de la HispaniaCiterior Tarraconense, Servio Sulpicio Galba, quien aceptó el 2 de abril apoyado por el gobernador de la Hispania Ulterior Lusitania, Marco Salvio Otón.

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Trirremes romanas en la época del imperio. (Rafael Monleón. Museo Naval. Madrid)

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Nerón se dispuso a hacer que sus tropas sofocaran las sediciones, y aunqueconsiguió que las legiones de Germania Superior acabaran con Víndex, alcomprobar que, a pesar de haberle auxiliado, éstas tampoco le guardabanmucha lealtad y que su Guardia Pretoriana se pasaba a Galba, se suicidó el 9de junio.

Galba envió sus representantes a Roma, donde él se presentó a finales deoctubre, pero apenas pudo mantenerse en el trono durante unos meses ya que lospretorianos se rebelaron en apoyo de su antiguo cómplice Otón que, una vez asesinado Galba el 15 de enero del 69 d. C., se convirtió en el nuevo emperador.

Entretanto, las legiones de los dos distritos militares de Germania habíanelegido emperador al gobérnador de la Germania Inferior, Aulo Vitelio, y sedirigían a Italia para imponer su candidato, lo que consiguieron tras derrotar alos otonianos en Bedriacum el 14 de abril, lo que ocasionó que Otón se suicidara dos días después. No acabaron aquí las turbulencias, ya que en el mes dejulio las legiones orientales proclamaron emperador al comandante del Ejércitode Judea, Tito Flavio Vespasiano, acción en la que fueron inmediatamentesecundadas por las del Danubio, antiguas partidarias de Otón, Estas tomaronel camino de Italia y el 31 de octubre vencieron en Cremona a los vitelianos,siguiendo luego camino hacia Roma, donde entraron el 22 de diciembre yliquidaron a Vitelio. Vespasiano quedó así como único emperador.

El nacimiento de la 1 Adiutrix y su papel en la guerra civil

Parece ser que hacia el 19 ó 20 de marzo del año 68 d. C. Nerón se enteróde la sublevación de Víndex en la Galia y poco después le llegó la noticia deque parte de las provincias hispánicas secundaban la insurrección. Fue entonces cuando el emperador decidió comenzar los preparativos para sofocarla,para lo cual decidió que parte de los marinos y remeros que tripulaban los barcos de la flota de Misenum formaran una legión provisional (26). Esto debióde suceder a finales de abril o comienzos de mayo (27). J.C. Mann (28) supone, sin embargo, que podía haber estado ya formada el año anterior, ya queNerón pensaba emprender una expedición a las Puertas Caspias (el actualCáucaso) y necesitaba refuerzos. Sea corno fuere, lo que parece claro es elcarácter irregular y cuasi provisional de la nueva unidad, que además recibióel nombre de legio Adiutrix (ayudante), un apelativo referente a que había sidoformada en un momento de peligro para ayudar a las tropas regulares (29). Es

(26) CAGNAT, R.: <Legio>, en DA III, p. 1075; RITTERLING, E.: <Legio», en RE XII.Columna 1381; STARR: op. cit., p. 180; FORNI, G.: «Suil ordinamento ed impiego della Flottadi Ravenna, en Atti dei Congreso Internazionale di Studi su/le Antichit di Classe. Faenza,1968, p. 267; NicoLAs, E.P.: De Neron a Vespasien. Les Belles Lettres, París, 1979, pp. 223,602.

(27) NicoLAs: op. cit., p. 602.(28) MANN. J. C.: Legionarv Recruitment and Veteran Settlement during the Principate.

Institute of Archaeology, Universidad de Londres, 1983, p. 53.(29) CAGNAT: op. cit., p. 1075.

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LOS ORÍGENES DE L4 1 ADIUTRJX Y DE L4 JI ADJUTRIX DOS LEGIONES...

muy posible, como afirma V. Chapot (30), que para aumentar la fidelidad delos marinos reclutados Nerón les hubiese prometido convertirlos en verdaderos legionarios, con la ciudadanía romana y todas las ventajas que eso conllevaba, aunque la Historia nos demuestra que la palabra de este emperador noera muy de fiar y no debe descartarse que pensara devolverlos a su condiciónanterior cuando pasara el peligro. Confiando quizás en esta promesa, la legioAdiutrix le fue fiel hasta que, abandonado por todos los demás, Nerón se suicidó el 9 de junio (31).

Tras el óbito del emperador, se ordenó a la legión de marinos, quizá por losrepresentantes de Galba, que se trasladase a las afueras de Roma, donde sehallaba acampada a fines de julio, junto a algunos destacamentos de las legiones de Germania (32), quizá aquellos que, escogidos por el difunto emperadorpara su expedición oriental y cuando estaban en camino hacia allí, habían sidollamados a Roma en vista de la insurreción producida en algunas provinciasoccidentales. Allá permaneció todo el verano y parte del otoño, en espera dela llegada de Galba, que se produjo hacia el 20 de octubre (33). El nuevoemperador, hombre a la antigua usanza romana, enseguida desconfió de lalegio Adiutrix, posiblemente por la procedencia de sus hombres de la Marinaque, como hemos visto, era un sector de las Fuerzas Armadas con poco prestigio entonces, y seguramente por la fidelidad que suponía en ellos por lamemoria de Nerón, a cuyo final él había contribuido en gran medida. Por todoello trató de disolverla, devolviendo a sus efectivos a sus antiguos destinos. Lalegión, reunida en las cercanías del puente Milvio, en los arrabales noroccidentales de la Urbs, protestó un tanto violentamente por la medida, pidiendoser reconocida como iusta legio (legión regular), por lo que Galba, que quizásólo esperaba un pretexto, ordenó que su caballería acometiera a los soldados,entre los que se produjeron muchos muertos (34). Si entonces era o’ no unalegión regular está confuso pues, según parece desprenderse de las palabras deSuetonio (35), debía de haber recibido ya los emblemas que se acostumbrabaa otorgar a una legión regular, ya que entre sus peticiones a Galba está la deque le sean reintegrados.

Galba, a pesar de lo que había hecho, debió de pensárselo mejor y acabóaceptando la idea de que la nueva legión podía existir y el 22 de diciembre,fecha que pasó a convertirse en dies natalis (día de aniversario) de la nuevaunidad, la convirtió definitivamente en justa legio y le otorgó (o devolvió) susemblemas: el principal, la tradicional aquila legionaria, y los secundarios

(30) CHAPOT, V.: Lo Fiotte de Mis,ie. L’Erma» di Bretschneider, Roma, 1967, p. 222.(31) STARR: op. cit., p. 180.(32) CAGNAT: op. cit., p. 1075; NIcOLAS: op. cit., p. 603.(33) TAC. Hist. 1, p. 6; NIcOLAS: op. cir. p. 354.(34) TAC. Hist. 1, p. 31; Suet. <GaIba 12; STARR: op. cit., p. 180; PARKER, H. M. D.: The

Roman Legions. W. Heffer & Sons, Cambridge, 1958, p. 100 FORNI: op. cit., p. 278; NIc0LAS:op. cir. p. 354.

(35) SUET. «Ga1ba>, p. 12.

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(signa), el capricornio, el caballo alado Pegaso y la galera (36), esta última evidentemente un recuerdo de su origen naval. Igualmente, mediante el decretodado ese día, quedaban licenciados los marineros-legionarios que, entre suservicio en la Marina y en la legión irregular, habían completado su tiempo deenganche o habían quedado incapacitados en acto de servicio, y a ellos y a losnuevos legionarios se les otorgó la ciudadanía romana (37). Lo normal era quecuando se concedía la ciudadanía a soldados que no la tenían, como pasaba enlas unidades de auxiliares, se hiciera al ser licenciados, pero como para serviren las legiones era condición sine qua non el poseerla, se les otorgó ahora (38).La nueva legión fue conocida desde entonces como la 1 Adiutrix.

No obstante, a pesar de haber sido legalizada por Galba, los miembros dela 1 Adiutrix le guardaron un profundo rencor por ser el mayor causante de lacaída de Nerón y el único responsable de la muerte de muchos de sus compañeros en el asunto del puente Milvio, por lo que cuando Otón, el gobernadorde Lusitania que había ido con Galba a Roma, puso al descubierto su conj uración para apoderarse del trono, la 1 Adiutrix, que seguía manteniendo su campamento en las afueras de Roma, se unió a la Guardia Pretoriana en su seguimiento, siendo Galba asesinado —los de la 1 Adiutrix presentaron su cabeza aOtón (39)— el 15 de enero del 69, prestando los ex marinos ese mismo díajuramento al conspirador (40).

Mientras esto sucedía en Roma, en Germania, en los primeros días de enerolas legiones allí estacionadas se habían rebelado contra Galba y habían proclamado emperador al gobernador de Germania Inferior, Aulo Vitelio,quien formó sendos cuerpos de ejército con vexillationes (destacamentos)de soldados escogidos de los dos distritos militares germanos y los envió aItalia, ya contra Otón. Este, para hacer frente a sus enemigos, incluyó a la 1Adiutrix entre las tropas que, al mando de Annio Galo y Vestricio Espurina,se dirigieron hacia el norte, al valle del Po, hacia el 10 ó 15 de febrero, estableciendo contacto con los vitelianos en forma de escaramuza a principiosde abril, en un intento por socorrer Plasentia (hoy Piazenza, Italia) de su

(36) DI0N LV 24; PLUT. <Galba, p. 15; CAGNAT: op. cit., p. 1075; REINACH, A.J.: <SignaMilitaria», en DA IV 2, p. 1311; RITrERLING: op. cit., col. 1265, 1321, 1383; PARKER: op. cit.,pp. 100, 102; R0LDÁN, J. M.: Hispania y el ejército romano. Contribución a la Historia Socialde la España Antigua. C.S.1.C., Salamanca, 1974, p. 191; NicoLÁs: op. cit., pp. 357, 513;REDDÉ: op. cir., p. 509; MANN: op. cit., p. 53; LE BOHEC, Y.: L’Armée Rornaine. Picard, París,1989, p. 262.

(37) CJL III pp. 847 y 848, Diplomas IV y V; CIL X 7.891; RITFERLING: op. cit., col. 1382;STARR: op. cit., pp. 180, 181; PARKER: op. cit., pp. 100, 104; FERRERO: op. cit., p. 277.

(38) De esto había precedentes. Julio César, acuciado por la necesidad de más tropas parala guerra civil contra su rival Pompeyo, reclutó en el 49 a.C. una legión con galos peregrini, quese llamó legio Alaudae, a cuyos componentes concedió dos años después la ciudadanía, sinnecesidad de haberlos licenciado para ello, recibiendo entonces la legión un número y pasandoa convertirse en la V Alaudae (SUET. «César», p. 24).

(39) TAc. Hist. 1, p. 44.(40) TAC. Hist. 1, pp. 31, 36; CAGNAT: op. cit., p. 1075; RITrERLING: op. cit.. col. 1265,

1383; STARR: op. cit., p. 181; VAGLIERI, D.: «Adiutrix (1»’. En DEI, p. 87; NIc0LAS: op. cit., p.354; REDDÉ: op. cit., p. 510.

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LOS ORÍGENES DE LA 1 ADJUTRIX Y DE lA 11 ADIUTRIX, DOS LEGiONES...

ataque (41). La 1 Adiutrix, tan ansiosa de entrar en combate que estuvo apunto de amotinarse para que sus jefes la condujeran a la batalla (42), logrópor fin su objetivo el 14 de abril, cuando en Bedriacum, en las cercanías deCremona (ciudad que hoy tiene el mismo nombre, en Italia), su bando seenfrentó al de Vitelio en una dura batalla en la que, si bien al principio llevóla iniciativa en el combate con la viteliana legio XXI Rapax, a la que tomóalgunos estandartes, la veteranía de las legiones germánicas acabó porimponerse y los otonianos fueron derrotados, perdiendo la 1 Adiutrix suaquila y siendo muerto su legado Cayo Orfidio Benigno (43). Otón se suicidó dos días después.

Con otras tropas del derrotado ejército otoniano, la 1 Adiutrix quedó mactiva en el norte de Italia pero firme en sus convicciones antivitelianas, por loque el nuevo emperador ordenó su traslado a Hispania, partiendo desde laPenínsula Itálica a fines de abril o mayo y llegando allí en el mes de julio (44),Una vez que llegó a la Península Ibérica, no sabemos dónde instaló su acantonamiento (45), pero en aquella época la gran mayoría de las tropas romanasdestacadas en Hispania se situaban en la parte noroccidental de laTarraconense, por lo que no es aventurado pensar que la 1 Adiutrix fuese destinada allí.

La 1 Adiutrix permaneció en su desconocido campamento hispano en espera de acontecimientos, ya que la púrpura imperial estaba de nuevo en disputadesde principios de julio entre Vitelio y Vespasiano, el candidato de las legiones orientales y danubianas. El 31 de octubre las tropas ilíricas del segundovencieron en Cremona a las germánicas del primero y la 1 Adiutrix ya no lodudó, animada además por mensajes que le enviaron determinados prohombres del partido vencedor (46). Mandada quizá por el legado Lucio PupioPraesente (47.), a comienzos de noviembre se pronunció por Vespasiano, aquien prestó juramento el día 12 ó 15 de ese mes y arrastró al resto de la guarnición legionaria de Hispania (VI Victrix y X Gemina), ya de por sí vacilante,a hacer lo mismo (48).

(41) TAC. Hist. 1111, pp. 22-24; NIc0LAs: op. cit., pp. 354, 607.(42) TAc. His!. II, p. 23.(43) TAC. Hist. II, p. 43; PLUT. <Otón» 12; CAGNAT:. op. cit., p. 1075; RITTERLING: op.

cit., col. 1383; STARR: op. cit., p. 181; VAGLIERI: op. cit., p. 87; PARKER: op. cit., p. 100;NicoLAs: op. ch’. pp. 665, 667.

(44) TAC. Hist. II, pp. 66,67; CAGNAT: op. ch’., p. 1075; RITrERLING: op. cii’., col. 1383;VAGLIER!: op. ch’., p. 87; RoLDA: op. cii’., p. 191; NicoLAs: op. cii’.; pp. 354, 997; REDDÉ: op.ci!., p.51O.

(45) ROLDÁN: op. cii’., p. 191.(46) TAC. His!. II, p. 86; NICOLS, J.: Vespasian and the Partes Flavianae. Frank Steiner

Verlag, Wiesbaden, 1978, p. 150.(47) NIcoLs: op. cii’., p. 150.(48) TAC. 1-lis!. II, p. 97; III, p. 44; CAGNAT: op. ci!., p. 1075; RITrERLING: op. cit., col.

1383; VAGLIERI: op. ci!., p. 87; ROLDÁN: op. ci!., pp. 191, 192; NicoLAs: op. cit., p. 846.

Año 1995 97

JULIO RODRÍGUEZ GONZÁLEZ

La fomación de la II Adiutrix

Cuando a mediados de octubre del año 69 las tropas danubianas, mantenedoras de los derechos al trono de Vespasiano, penetraron en el norte de Italia

por Aquilea mandadas por Marco Antonio Primo, legado de la legio VIIGalbiana, viendo el cariz que tomaban las cosas algunos mandos vitelianosempezaron a pasarse al enemigo, como Lucilio Basso, praefectus conjunto delas flotas italianas, lo que arrastró el 20 ó 21 de octubre a la escuadra de Rávenaa hacer lo mismo (49). Cuando los de Vitelio fueron derrotados en Cremonauños días después, muchos de los marineros de esa flota solicitaron ser admitidos en el Ejército y convertirse en legionarios regulares (50). La mayoría deellos sería, como correspondía a la composición étnica de esa flota, de origenpanonio y dálmata, siendo precisamente éstos los orígenes de los reclutas quecubrieron las aproximadamente 5.500 vacantes que quedaron en la escuadra deRávena (51). Aceptada la sugerencia por Primo, hombres como Cneo JulioAgrícola, futuro suegro del historiador Tácito, se encargaron de la selección y

(49) TAC. Hisr. III pp. 12-13, 36, 40; RITTERLING: op. cit., col. 1438; STARR: op. cit., p.184; NIcOLAS: op. cit., p. 835; REDDÉ: op. cit., p. 510.

(50) TAc. Ilist.ffl, p. 50; CAGNAT: op. cit.. p. 1077; VAGLIERI, D.: «Adiutrix (II)», en DEI, p. 89.(51) TAc. Hist. III, p. 50; VAGLIERI: op. dr., p. 89.

Signum del capricornio, portado por la legio 1 Signwn del jabalí, portado por la legio IIAdiutrix (según F. Missori, para el Arquivo Adiutrix (según F. Missori, para el Arquivo

Storico del Museo della Civilti Romana) Storico del Museo della Civiltá Romana)

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LOS ORÍGENES DE LA 1 ADJUTRIX Y DE LA II ADIUTRJX, DOS LEGiONES...

el encuadramiento de los voluntarios (52). Estos nuevos legionarios, aún irregulares, no participaron en la última fase de la guerra civil que dio el poder totala Vespasiano, seguramente por no ser necesaria su intervención al estar los vitelianos ya claramente derrotados. El proceso de selección y entrenamiento de lanueva legión duró hasta el 7 de marzo del 70 d. C., desde este momento su diesnatalis, cuando se convirtió en justa legio que, al haber sido reclutada en condiciones similares a la 1 Adiutrix, no pudo recibir otro nombre que II Adiutrix,recibiendo de Primo sus signa (Pegaso, el jabalí y la galera, ésta por su origennaval) mientras que los nuevos legionarios que habían completado su tiempode enganche entre la Marina y el Ejército eran licenciados y los demás, si no latenían, recibían la ciudadanía romana (53). Como testimonio del pronunciamiento de sus hombres en favor de Vespasiano unos meses atrás, la nueva unidad recibió además los sobrenombres honoríficos de Pia y Fidelis (54). SextoJulio Frontino, del que sabemos que fue legado de la II Adiutrix en el año 70 d. C.(55), fue casi con toda seguridad su primer comandante.

La que pudo ser la legión III Adiutrix

Las fuentes clásicas hacen mención a otra legión reclutada con miembros dela Marina imperial. Esta unidad, al contrario que sus hermanas, no llegó a cuajarcomo justa legio, pero de haberse convertido en legión regular, por sus circunstancias y con sus precedentes, es indudable que hubiese sido la legio III Adiutrix.

Tácito nos informa (56) cómo Vitelio, al saber que sus tropas habían sidoderrotadas en Cremona por Antonio Primo y sus fuerzas danubianas, decidióenviar hacia el norte, para cortarles el paso a través de los Apeninos, a sus últimasreservas, consistentes en catorce cohortes pretorianas (57), toda su caballería y unaciassicis legio, una legión de la Armada. Si, cómo hemos visto antes, la primeralegión de marineros, la 1 Adiutrix, estaba en aquella época en Hispania y la IIAdiutrix aún no existía pero la que había de ser su fuente de reclutamiento, laescuadra de Rávena, se había pasado a Primo unos días antes de Cremona, es fácil

(52) TÁCITO: Agrícola 7; RIrFERLING: op. ci!., col. 1267-1268; VAGLIERI: op: cit., p. 89.(53) CIL III, p. 849, Diploma V; CAGNAT: O. ci!., p. 1077; REINACH: op. ci!., p. 1311;

RrflTERLING: op. cit., pp. 1267, 1439; STARR: op. cit., p. 185; PARXER: op. cit., pp. 102, 103, 104;FERRERO: op. cir., p. 277; NICOLAS: op. ci!., p. 899; MANN: op. cit., p. 53; LE BOHEC: op. ci!., p. 262.En lo que se refiere a los veteranos licenciados en esa fecha es de suponer que entonces yaestarían retirados del servicio, pero se esperó a un día simbólico para otorgarles el diploma de licenciamiento ya que no hubiera sido muy racional seleccionar personal próximo a cumplir su tiempo deenganche y, tras hacerles pasar por las penalidades de un duro entrenamiento, jubilarlos entonces.

(54) AE 1953, 12; CAGNAT: op. cit., p. 1077; RITTERLING: op. ci!., col. 1371-1372,1438-1439; PARKER: op. ci!., p. 101.

(55) GROAG, E. y STEIN, A.: Prosopographia imperii Ro,nani (2. edición) (PJR2), vol.IV/3. W. de Gruyter & Co. Berlín-Amsterdam, 1933, pp. 214-215, n.9 322.

(56) TAC. Hist. III, p. 55.(57) La Guardia Pretoriana hasta la entronización de Vitelio contaba con doce cohortes de

500 hombres cada una. El nuevo emperador aumentó las cohortes a dieciséis y el número dehombres de cada una a 1.000. Sobre el tema de la Guardia Pretoriana ver DURRY, M.: Les cohortes pretoriennes. Editions E; de Boccard, París, 1968, y PASSERIÑI, A.: Le coor!i pretorie.Centro Editoriale Internazionale, Roma, 1969.

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JULiO RODRÍGUEZ GONZÁLEZ

deducir que Vitelio había seguido el ejemplo de Nerón y había formado su propia legión de la Armada, que existiría incluso antes que la II Adiutrix.

¿Entre los miembros de qué flota había sido reclutada esta unidad? Es difícil decirlo, ya que no conocemos su fecha de fundación. J.C. Mann (58) apunta la posibilidad de que fuera de la de Misenum, quizá pensando en que Viteliodominaba el sur mientras que los partidarios de Vespasiano hacían lo propiocon el norte. Pero como no sabemos desde cuándo estaba esta legión irregularbajo las armas y pensando que esto pudo ocurrir en cualquier momento desdeabril del 69, cuando Vitelio dominó Italia, bien pudo haber en esa unidadreclutas de ambas flotas o incluso sólo de la de Rávena, lo que de ser ciertoinfluiría en que esta ciassicis legio se pasara a Primo al conocer que sus excompañeros de la Flota del Adriático se habían puesto a favor de Vespasiano.

Las tropas que Vitelio envió al norte a principios de noviembre del 69 d. C.estaban desmoralizadas y veían su causa perdida tras el resultado de la batallade Cremona y el implacable avance hacia el sur de Primo y sus legiones dePanonia, Dalmacia y Mesia. Cuando éstos llegaron a Narnia (hoy Narni,Italia), a unos 70 kilómetros de Roma, poco antes del 18 de diciembre (59), losvitelianos que guardaban los pasos de los Apeninos, entre los que se hallaba lalegión de la Armada, ni siquiera intentaron una resistencia simbólica y se pasaron al enemigo con armas y bagajes. Este es el último momento en que aparece mencionada en las fuentes esa classicis legio. No sabemos qué fue de ella,si fue sencillamente disuelta o si, como apunta H.M.D. Parker (60), sus miembros fueron reunidos con los marineros de Rávena que habían solicitado sertransformados en legionarios regulares y con los que tenían mucho en común,hasta es posible, si se cumple una de las premisas antedichas, su reclutamiento en la misma escuadra.

El destino de las dos legiones adiutrices

La trayectoria de estas legiones en los siglos siguientes se alejó del mar,con el cual no guardaron ninguna relación aparte de alguno de sus emblemas(la galera) o el apelativo secundario de classica que portó la 1 Adiutrix (61).

A comienzos del año 70 d. C. la ¡ Adiutrix fue trasladada a GermaniaSuperior, donde estableció su base en Mogontiacuin (hoy Maguncia,Alemania) para pasar en el 86 d. C. a Dalmacia, a Burnum (hoy Kistanje,Croacia). Desde allí, a comienzos de la década de los 90, fue trasladada aPanonia, con campamento en Brigetio (hoy Szóny, Hungría) y tras participaren las dos Guerras Dácicas (101-102 y 105-106 d. C.) del emperador Trajanoestuvo un tiempo estacionada en Apulwn (hoy Alba Julia, Rumanía), en lanueva provincia de Dacia, para reinstalarse en el 117 en Brigetio, ahora en

(58) MANN: op. cii., p. 52.(59) TAC. Hist. III, pp. 63,67.(60) PARKER: op. cit., p.lOl.(61) RITTERLING: op. cii., col. 1369-1370.

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LOS ORÍGENES DE LA ¡ ADJUTRIX Y DE JA II ADJUTRJX. DOS LEGIONES...

Panonia Superior. Ésta fue su base definitiva, que desde el año 214 pasó a pertenecer a Panonia Inferior y desde la época del emperador Diocleciano (284-305 d. C.), cuando éste dividió esa provincia en otras dos, Valeria y Panonia II,Brigetio quedó asignada a la primera de ellas. La última mención que conocemos de esta legión se puede fechar a comienzos del siglo y (62).

La II Adiutrix hizo sus primeras armas en la Germania Inferior en la primavera y el verano del año 70, quedando allí acuartelada, en Batavodurum(hoy Nimega, Holanda), hasta que al año siguiente fue trasladada a Britania,donde estableció su campamento primero en Lindum (hoy Lincoln, ReinoUnido), entre el 71 y el 78, y luego en Deva (hoy Chester, Reino Unido), hastael 88 d. C. Ese año pasó de nuevo al continente, a las tierras danubianas deMesia Superior, a Singidunum (hoy Belgrado, Serbia, Yugoslavia) y desde allíen el 107 a Panonia Inferior, a Aquincuin (hoy Budapest, Hungría), su campamento definitivo. Al igual que en el caso de la 1 Adiutrix, su base quedó enclavada desde Diocleciano en la nueva provincia de Valeria, y la última menciónconocida de la II Adiutrix data igualmente de comienzos del siglo y (63).

Ambas legiones participaron a lo largo de su historia en numerosas guerrasen la cuenca danubiana, con ocasionales traslados a Oriente para participar encampañas contra partos y persas.

Conclusiones

La formación de las legiones Adiutrices con elementos navales no carecíade precedentes (64), pero los que hubo correspondieron a legiones efímerasque no dejaron tanta huella en la historia militar romana como estas dos. Apesar de estar formadas con elementos navales no pueden ser consideradas enningún caso como infantería de marina ya que, aparte de los reclutas de la primera hornada, sus soldados no tuvieron nunca un entrenamiento específicopara combatir en el mar y al convertirse en legiones regulares cesó toda surelación con la Armada (recordemos cómo el servicio en la flota era considerado de inferior categoría que el servicio en las legiones). Sus contactos con laMarina se redujeron en lo sucesivo al que tenían con las flotillas fluviales delRin y delDanubio cuando estuvieron destinadas a orillas de estos dos grandesríos, a ocasionales traslados en barco en sus desplazamientos a Oriente y, enel caso de la II Adiutrix, su viaje de ida y vuelta a Britania. Cuando, por larazón que fuese, era necesario embarcar legionarios en las naves de alguna de

(62) Notitia Dignitatuin pars Occidenta/is XXXIII, p. 51.(63) Notitia Dignitarum ,xus Occidentalis XXXIII, pp. 52—57.(64) Antes de estas legiones existieron otras dos cuyos apelativos de classicae nos hacen

suponer que tuvieron su origen en la Marina. Una legio XXX que estuvo en Hispania antes dela batalla de Actium, en el 31 a.C. llevaba el sobrenombre de C/assica (GIL X 18; CAGNAT: op.cit., p. 1072; RITTERLING: op. cit., col. 1369-1370). Hubo otra, la XVII Glassica, que MarcoAntonio alineó en la mencionada batalla (RITTERLING: op. cit., col. 1768; COHEN, H.:Description historique des 1?Oflflaies frappés sous / ‘Einpire Roinain communément appeliésmcc/oil/es impéria/es. Vol. 1. Akademische Druck Verlagsaustalt, Graz, 1955, p. 42, n. 501.

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JULIO RODRÍGUEZ GONZÁLEZ

las flotas romanas, esos soldados no tenían que ser forzosamente miembros dealguna de estas dos legiones. Por otra parte, y salvo ocasionales y muyescasos choques con piratas, el dominio romano del Mediterráneo en épocaimperial hizo que las veces en que legionarios de cualquier legión fueranembarcados, lo fuesen en la inmensa mayoría de los casos únicamente para sertransportados y no para combatir desde los barcos.

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LOS JOVELLANOS, UNA FAMILIAMARINERA

José M.a BLANCO NÚÑEZCapitán de Navío

El matrimonio compuesto por don Francisco de Jovellanos, alférez mayory regidor perpetuo de Gijón, y doña Francisca Ramírez de Jove Miranda Poncede León, hija del señor marqués de San Esteban de Natahoyo y vizconde de laPeña de Francia, allá por el año de gracia de 1732, había traído al mundo cuatro chicas (Benita, 1733; Juana, 1734; Catalina, 1738 y Josefa ¿?) y un chico(Miguel, muerto a edad temprana), que heredaría el mayorazgo. El segundovarón llegado al mundo de ese mismo matrimonio fue don Alonso Jovellanosy Ramírez (1741), con el tiempo caballero de Santiago, el cual, como era lógico en la época, abrazó el Ejército como profesión en su rama naval, sentandoplaza de guardiamarina en Cádiz, en la Real Compañía, el día 11 de julio de1760, con la particularidad de que el mismo día también la sentó el hermanoque le seguía, don Francisco de Paula (1743) quien, para hacerlo, renunció albeneficio eclesiástico de San Bartolomé de Nava que poseía la familia, por loque tal beneficio pasó al cuarto de los hermanos (Gaspar Melchor, 1744), queenseguida encaminó sus pasos al seminario de Avila. Andando el tiempo, elquinto varón Jovellanos y noveno de la familia, bautizado Gregorio (1748),quizá, influido por los hermanos mayores, quizá por la llamada de la mar, quecanta de suave a terrible en esa incomparable playa de San Lorenzo y en esadifícil y resacosa costa que desde Peñas corre, sentaba también plaza de guardiamarina en la Real Compañía gaditana.

Queremos estudiar las vicisitudes de esos tres oficiales de Marina que, desgraciadamente, no dejaron estela en la Armada por tener dos de ellos temprano y trágico final y el otro no haber tenido descendencia de su matrimonio, yme complace enfrascarme en este humilde análisis de sus breves hojas deservicios, por ser los Jovellanos nietos de don Andrés, regidor perpetuo deVillaviciosa, mi paternal concejo, y de doña Serafina de Carreño España, también de rancia hidalguía astur y con apellidos aún presentes en la Armada.

Don Alonso

Es muy poco lo que se conserva en el Archivo don Álvaro de Bazán de elViso del Marqués sobre el segundón de la casa Jovellanos. Empezó a servircomo guardiamarina el día 11 de julio de 1760; el 28 de mayo de 1763 fuepromovido a alférez de fragata, y el 17 de septiembre de 1767 a alférez denavío, y en ese empleo falleció del terrible «vómito negro» el 7 de enero de1768, y no en 1765 como dice don Gaspar Gómez de la Serna (1).

(1) GÓMEz DE LA SERNA, Gaspar: Joveilanos, el español perdido. Madrid, 1971.

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JOSÉ M.BLANCO NÚÑEZ

Al salir fragatilla (cariñoso apodo de los alféreces de fragata en la Armada)resolvió S. M., en San Ildefonso, a 27 de julio de 1764, embarcarlo en el navíoOriente (de 74 cañones, botado en 1753, cuarto de los construidos en los astilleros de Esteiro, Ferrol), luego se le destina de nuevo a la Real Compañía,para que continúe sus estudios, en los que parece ser había brillado a gran altura, en la Academia del Cuerpo «interin no esté embarcado».

De los papeles que dan cuenta de lo anterior, pasamos una carta del Excmo.Sr. bailío frey don Julián Arriaga, de 26 de abril de 1768, que dice:

«Queda enterado de haver muerto en Cartagena de Indias, el día siete deenero último, el Alférez de Navío Don Alonso Jovellanos.

Aranjuez 26 de abril de 1768.»

Esa es toda la memoria histórica de don Alonso en nuestro archivo; quizáen el virreinato de la Nueva Granada se extraviaran parte de sus papeles, o porpereza don Alonso no los rindió a tiempo, o pereciesen en los incendios sufridos por alguno de nuestros archivos, o sabe Dios...

Por otras fuentes sabemos que don Alonso fue un caballero aplicado, queuno de sus hermanos se vanagloria de él, comparándolo nada menos que conel gran Newton, y que fue aficionado a los placeres con el mismo ardor que alestudio; por último, diré que pasó a ultramar a bordo de la fragata Soledad, yque cuando le dio el vómito mandaba un jabeque armado contra los piratas ybucaneros que asolaban el golfo de Darien, entre Portobello y Cartagena dePoniente. Así, a los 27 años de edad, se malogró el listo segundón de losJovellanos, al servicio del rey en las insanas costas del sur del Caribe.

Don Francisco

El hermano siguiente, como decíamos al principio, también ingresó en laArmada, sentando plaza el mismo día que su hermano don Alonso, y aunqueascendió a alférez de fragata el 13 de febrero de 1766, tres años más tarde queel primero, —lo cual puede reflejar la brillantez de aquél—, se le promovió aalférez de navío en la misma fecha que a su hermano, es decir, el 17 de septiembre de 1767. Continúa luego su carrera ascendiendo a teniente de fragatael 11 de enero de 1773, año en que es cruzado caballero de Santiago y nombrado comendador de Aguilarejo en dicha Orden (AHN Expte. 4219) (2), ateniente de navío el 16 de marzo de 1776, a capitán de fragata el 2 de enero de1779 y a capitán de navío el 2 de diciembre de 1782.

La carrera de don Francisco se divide en dos etapas fundamentales: una sirviendo en batallones de Marina, lo que hoy conocemos como Cuerpo de

(2) AGUILAREJO: (Badajoz. Ayuntamiento de Fuente de Cantos). Primera, en orden alfabético, de las encomiendas de la Orden de Santiago. En 1804 rentaba solamente 4.009 realesanuales cuando, por ejemplo, Caravaca rentaba 206.971.

104 Núm. 50

LOS JOVELLANOS, UNA FAMILIA MARINERA

Infantería de Marina, y otra, eminentemente pedagógica, como profesor delas academias de guardiamarinas de Cádiz y Ferrol, de lo que más adelante nos ocuparemos. Por su expediente sabemos que el 21 de junio de 1766fue nombrado subteniente de la Tercera Compañía del Cuarto Batallón;que al ascender a alférez de navío fue nombrado teniente de la OctavaBrigada (de Artillería de la Armada) el 1 de enero de 1768; que el 23 demayo de 1778 recibió el nombramiento de alférez de la Compañía deCaballeros Guardiamarinas de Cádiz (destino de sumo prestigio en laépoca) y que el 23 de mayo de 1778 recibió el de teniente de la Compañíade Ferrol.

En 20 de noviembre del año 1784 se le concedió el retiro de capitán denavío, con sueldo entero y gracia de poder usar uniforme de los guardiamarinas. Es entonces cuando su hermano, el antiguo seminarista que ha conseguido del extraordinario ministro de Marina, el bailío frey don Antonio Valdés,que su soñada obra del Real Instituto Asturiano de Náutica y Mineralogíasalga adelante, le pide sea su primer director.

En el artículo que le dedica la Enciclopedia Asturiana puede leerse:

«Salvó al Correo Tucumán, viniendo de pasaje en 1779, al ser atacado porun corsario inglés en aguas gallegas; con un solo cañón y sin artilleros, se batióen retirada entrando en Corcubión, donde recibió entusiasta acogida y reconipensas oficiales. »

En la hoja de servicios (por supuesto incompleta) de don Francisco, nadahemos encontrado sobre el particular; extraña que no alegase dicha meritoriaacción cuando años más tarde solicita y obtiene el pase a la situación de retirado (entonces se decía reformado), aunque bien pudiera ser por modestia opor olvido.

Lo que sí encontramos fue el aludido nombramiento de director de laReal Escuela de Matemáticas, Física, Química, Minerología y Náutica,establecida en Gijón por los desvelos de su hermano don Gaspar Melchory bajo el patrocinio de la Marina, cuyo ministro, el bailío frey don AntonioValdés, aportó los fondos necesarios, que distrajo en un principio de losque tenía destinados a la canalización del río Nalón, por donde los «chalanerus» bajarían el preciado mineral que se necesitaba para los hornos delas fábricas de artillería naval de Liérganes y La Cavada, en Santander, ymás tarde en las fundiciones de Sargadelos, en Lugo. Veamos el nombramiento:

«Para Director de la nueva Escuela de matemáticas, física, química, mineralogía y náutica, que el Rey viene resuelto á establecer en el Puerto de Gijón,con el importante objeto de perfeccionar en Asturias el arte de cultivar lasminas de carbón de piedra, ha nombrado S. M. al Capitán de Navío reformado Don Francisco de Paula Jovellanos, que reside en aquel pueblo, siendo el Real ánimo, que siempre permanezca la dirección en un oficial de esaclase, ó en la de Brigadier de la Armada, y que para que sea más recomendable el destino, y dar una prueba del aprecio con que S. M. lo mira, es su Realvoluntad que goce el sueldo por entero el oficial que lo obtenga; cuya sobera

Año 1995 105

JOSÉ M.BIANCO NÚÑEZ

na determinación participo á V. E. para que conste en la Capitanía General deese Departamento á los efectos convenientes, comunicándola igualmente conesta fecha á esa Intendencia.

Destinatario: Excmo. Sr. Don Antonio de Arce.»

Dios guarde a V. E. m. a.San Lorenzo 15 de noviembre de 1793

Firmado: Valdés

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9106 Núm. 50

LOS JOVELLANOS, UNA FAMILIA MARINERA

Previamente, en ese mal año de 1793, en el cual la Armada alcanzaba elcénit de su fuerza orgánica y se aliaba nuestra Patria con las potencias europeas contra los regicidas vecinos de allende el Pirineo, don Francisco, comootros muchos españoles, había reaccionado patriótica y emocionantementeante esta terrible guerra que nos llevó a la ocupación de Tolón en combinacióncon los ingleses (esta vez Lángara y Hood, aliados) ofreciendo al Rey «... dosmil codos de madera de construcción para Navíos o Fragatas de los montes queposee con inmediación al mar en Asturias...», madera que, por supuesto, aceptó rápidamente el monarca, por mano de Valdés, en Aranjuez a 13 de marzode 1793.

Don Francisco falleció de muerte natural en Gijón el día 4 de agosto de1798, dejando sumido en profunda congoja al único e ilustradísimo hermanorestante.

Fue precisamente en su etapa de director del Real Instituto cuando «fichó»al alférez de navío don José de Alvargonzález y Zarracina, de antiquísimafamilia gijonesa (pues un Alvargonzález ya era prior de. la cofradía de balleneros de esa localidad en el siglo xvi), ascendiente del héroe de Abtao; donJosé sí, ha dejado tan amplia estela en la Armada, que llega hasta nuestros díascon muchos componentes.

Don Gregorio

Sentó plaza de guardiamarina el 5 de mayo de 1768; ascendió a alférez defragata el 14 de enero de 1771, a alférez de navío el 25 de abril de 1774, ateniente de fragata el 16 de enero de 1776 y a teniente de navío el 23 de mayode 1778.

Su vida marinera la resumió su hoja anual de servicios del año 1779, comosigue:

«En 13 de diciembre de 1769 me embarqué de Guardiamarina en el NavíoTriunfante del mando del Capitán de Navío Don Juan del Postigo hasta febrero de 1770; en los javeques Garrota (ó Gaviota) y Pilar, desde primero demarzo de 1770 hasta el 22 de agosto en que fuí a ser Brigadier deGuardiasmarinas (se escogía y se sigue escogiendo para este cometido a losalumnos más brillantes y de conducta intachable) y estuve en elDepartamento de Cádiz hasta diciembre de 1772 que fuí de transporte alFerrol [como buen asturiano dice «al Ferrol’>, los ferrolanos, decimos aFerrol y de esto podría derivarse una discusión semántica interesante sobresi Ferrol, Ferro, Farol...]. En 23 de diciembre de 1773 (3) me embarqué enla Fragata Perpetua del mando del Capitán de Fragata Don José Bustillo,con destino a Montevideo, Malvinas, Santa Catalina aviendo transbordadoal Navío Santo Domingo del mando del Capitán de Navío Don Martín

(3) Año en que fue cruzado, también, Caballero de Santiago. (AHN Expte. 4220).

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JOSÉ M.’BL4NCO NÚÑEZ

de Lastarria en seis de marzo de 1778, en cuyo navío fuimos a Santa Catalinay desde aquí a Cádiz, donde fuí desembarcado y transbordado al Navío SanRafael del mando del Brigadier Don Juan García del Postigo y en 29 de octubre de 1778 en cuio destino me mantengo.

A bordo del Navío San Rafael

5 de febrero de 1779Firmado: Gregorio de Jove Llanos» (así, separado el Jove del Llanos).

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108 Núm. 50

LOS JOVELL4NOS, UNA FAMILIA MARINERA

Existe una nota muy favorable en los breves documentos que se conservande don Gregorio y es la siguiente: en San Lorenzo de El Escorial, a 17 denoviembre de 1773, el bailío frey don Julián de Arriaga, a la sazón ministro deMarina, anota:

«Quedo enterado de haber el Alférez de Fragata Don Gregorio de Jovellanos,preferido el embarque en la Fragata que se apronta aquí (Ferrol) para LaHavana, al uso de la Real Licencia que se le concedió para ir a su casa.»

Ello debido a comunicación del capitán general de Ferrol, que lo era entonces don Manuel Flores, cuyo oficio nos parece oportuno transcribir por decirmucho del espíritu de don Gregorio:

«Muy Señor mío:

Cumpliendo ayer el mes de plazo para notar en los oficios generales deMarina el Real Despacho de Licencia que Y. E. se sirvió remitirme para elAlférez de Fragata Don Gregorio de Jovellanos, se me presentó este oficialmanifestando, que no haviendo navegado desde que se le promovió, y teniendonoticia del apresto de alguna embarcación, desde luego prefiriendo el adquirirmérito y práctica para Servir con utilidad en su carrera a su propia convenienciaen el uso del citado Real Permiso, apetecía embarcarse.

Me ha parecido mui loable el pensamiento de este oficial y asintiendo a suidea al mismo tiempo que restituyo a sus manos el Real Decreto de Licencia,quedo en proporcionarle se embarque en la Fragata que debe ir a La Havanarespecto de que la urca Santa Rita no promete más que la corta navegaciónhasta Cádiz; y espero merezca la aprobación de V. E. mi procedimiento.

Firmado: Manuel de FloresFerrol 10-11-73. Excmo. Sr. Don Julián de Arriaga.»

Así es como don Gregorio se embarcó en la fragata Perpetua del mando delcapitán de fragata don José Bustillo, en la cual salió para el Apostadero delPlata (Montevideo, desde el cierre de Buenos Aires por falta de calado) y de allía Malvinas (que nos habían devuelto los franceses por mano de Bouganville en1766 y tuvimos que arrebatar a los ingleses en 1769, cosa que ejecutó el virreyBenarelly) y Santa Catalina (hoy en día, Santa Catarina, Brasil).

La hoja de servicios que dejamos reseñada fue desgraciadamente la últimaque tuvo oportunidad de rellenar el malogrado don Gregorio pues, herido degravedad en el combate de Santa María (16 de enero de 1780) a bordo delnavío Fénix, insignia del almirante Lángara, en tal combate y montado por elcapitán de navío (cuando se es comandante del buque insignia, en casi todaslas Marinas, damos la denominación del capitán de bandera) don FranciscoJavier Melgarejo (4), fue desembarcado en Gibraltar, canjeado y alojado, yamoribundo, en San Roque, en la casa del señor Larumbe, justicia de dichavilla, donde falleció en los primeros días del mes de febrero del citado 1780.

(4) Su brillante actuación en el combate le valió su ascenso a brigadier, aunque el mordaz y chirigotero pueblo gaditano injustamente cantaba:

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En el tomo V (Correspondencia) de esa imponente obra que ha acometido don José Miguel Caso González, las obras completas de don GasparMelchor de Jovellanos, encontramos las cartas cruzadas entre el capitán denavío Melgarejo, albacea testamentario de don Gregorio, y también las deLarumbe con don Gaspar Melchor, las cuales, como con toda justicia dice elJ. M. Caso, son de una mezquindad extraordinaria, pero gracias a ellas sabemos que:

«Todo lo que importa el equipaje de su difunto hermano se le debe enviar asu único albacea Melgarejo (5) pues así me lo dijo cuando pasó por aquí conLángara, pues él parece que quiere emplearlo en los sufragios que tenga por conveniente» (carta núm. 86, d).

«La venera guarnecida de diamantes, que es lo único que se ha encontrado, puessólo tenía una muy pequeña de oro, la han tasado y yo la pagaré por el precio, queenviaré a Ud. en la primera ocasión; espero que se presente» (carta núm. 86, f).

Don Gregorio, según parece, no dejó en su testamento nada a sus hermanosy sólo algo a su madre, que el propio Larumbe supone va a ceder para misaspor el alma del difunto. De aquí que don Gaspar Melchor quiera comprar lavenera (nota 2 a la carta núm. 86, a).

«... pues sabe lo estimo (dice Melgarejo a don Gaspar Melchor) desde que nos vimosen Sevilla, y después mucho más por haber tenido bajo mis órdenes a su hermano, quecon mucho honor se portó en el combate, manteniendo su puesto aún después de heridomandando la batería del combés (6) que estaba a su cuidado, que he sentido su desgra

• cia tanto por la amistad que le profesaba como por su eficaz honor, que después le cuidamos mucho; pero a la verdad le reñí varias veces, porque no quería sujetarse a lo quele ordenaba el cirujano, lo que tal vez le originaría su muerte.» (carta núm. 86, 1).

Yo salí con diez navíos6 detener el convoylos perdí, contento estoypues los buques no eran míos

- más yo con mis desvaríosandando en el mar ligerocastigué al inglés severo,pues no hizo más el pobreteque llevarse seis o sietey hacerme a mí prisionero.Por perder siete navíosa uno hicieron General (Melgarejo)al que pierda veinticincopregunto yo ¿qué le harán?

El convoy fue efectivamente apresado por don Luis de Córdoba el 9 de agosto de 1780 e importó 1.000.000 de duros, constituyendo un golpe tremendo para Inglaterra.

(5) Todolo relativo a testamentaría estaba perfectamente reglamentado en la Armada, enlas Ordenanzas de 1748. En el Archivo de la Vicaría Castrense de la Armada existen curiosísimos libros de abintestatos, mostrando las enormes carencias de marinería y oficialidad.

(6) Hay una errata en la transcripción de esta palabra, pues el Tomo V de la obra deCaso, pág. 541, dice »Cember’<.

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LOS JOVELLANOS, UNA FAMiLIA MARINERA

Estos testimonios, con los que luego citaremos sacados también de la obrade Caso, explican la angustiosa zozobra en que debió de quedar don GasparMelchor a la muerte de su hermano.

En el ánimo de don Gaspar Melchor debieron agolparse tristísimos recuerdos y quizás remordimientos, pues en otras cartas hemos encontrado testimonio de cierto distanciamiento y tirantez en las relaciones entre estos dos últimos hermanos, que datan de los tiempos en que el mayor de los dos era juezen Sevilla y don Gregorio guardiamarina en Cádiz y de cierta calaveradaperpetrada por este último que don Gaspar Melchor recrimina severamente,obligándole «moralmente» a continuar en la carrera de la Armada, lo que a lapostre le costó la vida a don Gregorio.

Veamos. Desde Sevilla don Gaspar Melchor escribía a su hermano:

«Cuando esperaba la noticia de tu salida para esta ciudad, recibo la de queno puedes venir, cosa que me ha desazonado mucho, porque si cuando escribiste tu primera me hubieras insinuado los inconvenientes que expresas en tuúltima carta, se hubiera pensado el modo de superarlos, como se hará ahora,mediante Dios. Tu no te desconsueles que yo me encargo de hacerte salir de túsahogos, de poner corrientes tus pertenencias y de equiparte... de lo más preciso...» (carta 5 a., tomo y).

Esta penuria económica no era rara, sino normal, en los marinos de esesiglo existen centenares de testimonios, entre ellos uno ‘muy curioso del heroico Churruca, recientemente publicado. Los uniformes costaban una barbaridad: las pelucas, los sombreros apuntados, los galones de cuatro hilos de oroque guarnecían la casaca, las hebillas de plata... en fin, todo era carísimo y laescasa paga no permitía mantener el decoro que se les exigía por ordenanza;así, no es de extrañar que esta carta continúe:

«... yo no tengo absolutamente arbitrio para librarte ahí el dinero para uniformes, y sí lo tengo para que se te hagan aquí, por lo que debes tratar de venira ésta sin pérdida alguna de tiempo.»

¿Sería un ardid de don Gaspar Melchor para atraerse al hermano menor yasí sermonearlo a gusto?

Días o meses más tarde:

«Mi querido Gregorio: Mucho callas. No has respondido a mi última, y losiento... Escribe...» (carta 5 c., tomó y);

Y, el 29 de abril de 1779, la más grave:

«Amado Gregorio mío:... Diréte francamente en ellos mi dictamen y tú nopodrás negarte racionalmente a seguirle, pues por una parte las experienciasque me han dado mis años y mi empleo, y por otra el cariño que siempre te heprofesado y el interés que yo mismo, como todos los de la familia, tenemos entu bien, son sobrados apoyos en que debe descañsar tu corazón, creyendo ‘queyo no puedo, ni quiero, ni debo engañarte, sino dirigirte en una situación crítica para que te manejes en ella con tino y con prudencia. ‘

A lo hecho ya no hay ‘remedio. ¡Pueda el arrepentimiento borrar del todo lamemoria de cuanto ha pasado! Tu conoces muy bien lo que esto impórtaría.

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Pero, al fin, si no se puede lograr este deseo, logremos lo que no está negado ala prudencia y a la buena conducta...

Me estremezco cuando te oigo hablar de retiro ¿y por qué has de tomarun partido tan miserable? Dejo aparte la triste situación en que te verías, separado de un Cuerpo ilustre... Dejo aparte la pérdida absoluta de tu reputación...».

Luego tras recomendarle prudencia, subordinación y disciplina, termina:

«Pero nunca faltes a tu deber por divertirte, pues sobre ser difícil que lologres con ánimo tranquilo, la experiencia te habrá enseñado que las inquietudes que acarrean las faltas del servicio importan mucho más que el vano gustode divertirse algunos momentos...». (... y no había pasado por una EscuelaMilitar, don Melchor Gaspar, para escribir ésta que lleva el número 77 del tomoII de Caso.)

Yo me estremezco también al pensar que el desdichado teniente de navíodon Gregorio de Jovellanos moría por su Patria y por su Rey nueve meses mástarde de que su hermano datara esa carta.

Su muerte es argumento a favor que utiliza el ministro Valdés para conceder el retiro al hermano mayor, don Francisco de Paula:

«... Y a los de su hermano don Gregorio, Teniente de Navío, que sacrificó gloriosamente su vida en el combate que tuvo contra la Armada inglesa del mandodel Almirante Rodney, el General Don Juan de Lángara...».

Un bel inorire tutta la vita onore...

Como habrán advertido, el cuarto varón Jovellanos, el famoso, el ministro,el ilustrado... influyó decisivamente en las vidas de sus hermanos marinos:seguramente estuvo atento a la concesión de las veneras de Santiago, desde sudestino de juez (Alcalde del Crimen) en Sevilla; consiguió para don Franciscola dirección del Real Colegio, gracias a su gran amistad con Valdés; guió lospasos, o más bien trompicones, de don Gregorio; en fin, veló por toda la familia, demostrando siempre sus dotes de cristiano y su reconocida hombría debien.

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LOS CONTENIDOS HUMANISTASY LA PRESENCIA DEL PASADO EN

EL PALACIO DE EL VISO DELMARQUÉS: EL DEBATE SOBRELAS ESCULTURAS PINTADAS

Eduardo BLÁZQUEZ MATEOSDoctor en Historia del Arte

La figura del Marqués de Santa Cruz es como la de los príncipes italianosdel Renacimiento, formando su corte privada en paralelo a El Escorial, perfilando una de las imágenes más ricas de nuestra historia: la del palacio de ElViso, una de las maravillas de España y emblema de paradigmas complejos.

Así fue como Alvaro de Bazán —como hombre de Armas y Letras, sensible y guerrero modélico— ideó el crear las obras escultóricas fingidas de suTemplo del Sol y de la Fama.

De esta manera, con la participación del círculo andaluz se crean los elementos recurrentes en el renacer de la evocadora emulación del pasado culto.Los monarcas y la nobleza hispana se relacionan así con el gusto neoático, conla pintura sobre grisalla y otras ficciones de los frescos repletos de estasreferencias «neoclásicas» o lombardas. Este gusto anticuario lleva a la realización de pinturas que simulan figuras entalladas en mármoles, bronces y oro,de mármol africano en ocasiones, para permitir sacar los diferentes tonos decolor y para, a su vez, alardear en las capas monocromas con los tratamientosde luces y sombras a través de este tallado-sombreado. El desarrollo del ilusionismo matiza otra de las vertientes del lema de la ijnitatio, del arte imitadordel arte y rival de la Naturaleza.

Este exponente del gusto por la Antigüedad es propio del pensamientohumanista floreciente de Alvaro de Bazán. En ocasiones es un alarde técnicoo decorativo, aunque también será un tema vinculante a los enfoques didácticos. Este es el ambiente en el que los artistas genoveses se están involucrandoen España, surgiendo así los contactos de los Castello, Granello y de LázaroTavarone con el Humanismo sevillano, con referente en el centro granadino,donde bajo el mecenazgo de la noble familia de los Bazán se irá potenciandoel interés por los pintores genoveses.

De esta manera, Lázaro Tavarone se pondrá en manos de Cesare Arbasiapara trabajar en El Viso del Marqués, con el sucesor familiar del mecenas deAntonio Semino en Granada, Alvaro de Bázan «el Viejo». El hijo de éste, elmarqués de Santa Cruz, tendrá puesta su mirada para levantar su nuevo palacio partiendo de los planos ideados por «11 Bergamasco», fechados en 1563según un documento del archivo de Protocolos.

Van poniéndose de manifiesto los temas relacionados con el dibujo de lasesculturas y el juego de estos conceptos como tema central de esta tendencia

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de Tavarone. Uno de los símbolos más importantes para artistas y mecenasserá el conocimiento de las metáforas y significados ocultos de los textos antiguos. De esta forma, Filóstrato «el Viejo» se convirtió en el modelo del círculo en el que se mueven en España los genoveses. Los ejemplos más contundentes se ubicaron en la galería baja del palacio de El Viso del Marqués paraAlvaro de Bazán. De esta manera, entre alegorías morales y virtudes religiosas o heroicas surgen dioses y mitos paganos entre los que se representan alfresco por Tavarone y Arbasia las esculturas doradas como la miel, en veneras

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LOS CONTENiDOS HUMANISTAS Y LA PRESENCIA DEL PASADO EN EL PA LA CÍO

gigantes, del marqués de Santa Cruz, Felipe JI, Enrique III, Mohomet Bey —

nieto de Barbarroja—, dos guerreros turcos y la imagen de un joven pintando.Las referencias a la Antigüedad van canalizándose hacia Filóstrato. En la

historia de Escamandro es donde expresó la relación entre el fuego y el oro, endonde el paisaje marino en llamas es representado y descrito como un mardorado como el sol (1). La cita del autor es la siguiente:

(1) FILÓSTRATO <EL Vijo>: Imágenes, edición de Luis Alberto de Cuenca y Miguel ÁngelElvira, Madrid, 1993, pp. 34-35.

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«El fuego que circunda al Hefesto se derrama sobre el agua, y el propio ríosuplica en su dolor merced a Hefesto. Pero el río no aparece pintado con sucabellera, pues ésta ha ardido, y Hefesto no cojea, pues se le ve correr. Y lasllamas del fuego no son rojas, no ofrecen su apariencia habitual, sino que seasemejan al oro y al sol; esto no lo indica Homero» (2).

(2) FILÓSTRATO eEL Virio>: op. cit., p. 34.

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LOS CONTENIDOS HUMANiSTAS Y LA PRESENCIA DEL PASADO EN EL PALACIO

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El paisaje pintado se empapa de los nuevos gustos del momento. En lainvasión y asedio de Tebas por las tropas de Polinices, el hijo de Edipo,Filóstrato describe el mito del profeta de la ciudad. Este es el hijo de Creonte,Meneceo, que deberá morir en la cueva del dragón para salvar a la ciudad. Eltexto de Filóstrato juega con los elementos comentados al describir la imagendel mártir corno una escultura de color miel, tal y como Platón reprodujo enLa República para adscribir la palidez y el color amarillo de este joven que se

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LOS CONTENIDOS HUMANISTAS Y ¡lA PRESENCIA DEL PASADO EN EL PALACiO

simula en la imagen de André Caron, en el Filóstrato. El fragmento de lasImágenes lo describe así:

«Mira la obra del artista. Pinta un joven bronceado, no educado en la molicie, valiente y formado en la palestra, como la flor de los jóvenes color de mielque ensalzara el hijo de Aristón . Lo adorna con un pecho y costados bien curtidos’> (3).

(3) lbídem, p. 39.

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También, en el retrato de las tropas de Memnón con el lamento de su muerte, Filóstrato describe dos planos: en el celeste está su madre, la Aurora; en elterreno, un primer plano con el héroe tumbado sobre un amplio paisaje en profundidad. El autor advierte así la imagen del muerto:

«No se diría que Memnón es negro, pues el negro profundo de su piel dejatraslucir matices de color [...]. No se trata de la tumba de Memnón, sino delpropio Memnón, que en Etiopía ha sido transformado en estatua de piedra

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negra. Aparece sentado, pero es sin duda su figura, y los rayos del Sol caensobre la imagen. Y es el Sol quien, pulsando como un plectro los labios deMemnón, arranca de ellos una voz y con este artificio sonoro consuela a ladiosa del Día» (4).

La llegada inminente de la Noche, por petición de la Aurora, contextualizael momento de este nuevo debate en el que se alude a los célebres Colosos deMemnón, ubicándose en el templo funerario de Amenofis III en Tebas, ya quelos griegos pensaron que se trataba del héroe etíope del ciclo troyano. Uncorrimiento de tierras provocó su resquebrajamiento evocando lbs chasquidosal amanecer, que fueron interpretados como la llamada del hijo de la Aurora aésta. Este discurso de las esculturas parlantes se mantuvo en el Renacimientoinmerso en un debate altamente mediatizado por la literatura y por «la iconografía de hora», proyectándose en el sorprendente programa de El Viso.

Es en este mundo controlado donde «la iconografia de lugar» se convierteen espacio de poder dominado por la razón del artista, para dar paso al ámbitosalvaje, alejado de las urbes. La situación nueva elegida por Filóstrato estáenmarcada en el estanque de Narciso con la gruta de Aqueloo —símbolo de lascorrientes fluviales— y las Ninfas. En la gruta están ubicadas unas estatuas de«pobre calidad artística y realizadas en piedra local», algunas de ellas están desgastadas por el paso del tiempo, en tanto que otras han sido mutiladas por loshijos de los pastores que, según Filóstrato, están relacionadas con el estanque ylos ritos de Dionisos. La imagen principal está reflejada en las distorsiones delespejo del estanque, retratando la imagen esculpida de la tabla descrita (5).

Por lo tanto, desde los modelos de Filóstrato, puestos de moda en elRenacimiento, se expresa el valor del mármol pintado con figuras del pasado,el material simulado se convirtió así en materia que revelaba la naturaleza desu alma, pues el arte había modelado en ella los diversos componentes anímicos, haciendo visible el curso de los pensamientos, ofreciendo al espectador laimagen de una vida sublimada, recreada por los mitos en esta evocación.

Las pinturas de estatuas y los paisajes en la teoría del Renacimiento

La relación entre la pintura y la escultura es un parangón inagotable para elhombre del XVI. En El Cortesano de Castiglione, el debate se realiza para afirmar una superioridad amplia de la pintura (6). En la imitación de pinturassimulando esculturas destacan en el contexto de lo hispano Cesare Arbasia yLázzaro Tavarone, realizando los trabajos a «grisalla» bajo las pautas deArbasia en la distintas paredes del palacio manchego (7), destacando la de los

(4) Ibídem, p. 46.(5) Ibídem, pp. 75-77.(6) CASTIGLIONE, B.: El Cortesano, introducción y notas de Rogelio Reyes Cano, Madrid,

1984.(7) MAGNANI, L.: II Tempio di Venere. Gíardina e Villa neila cultura genovesa, Génova,

1987. La labor ejecutada por di Bergamasco> abarcaba este tipo de pinturas, imitando doncellas romanas que ubicaba sobre las balaustradas pintadas y daban paso a grandes paisajes conruinas en los telones de fondo.

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césares de la sala mayor del «piano nobile», donde se encuentran los ocho paisajes de Cesare Arbasia. Respaldados en el pasado se establece una relacióncon base en el pasado cultural, social y político.

El emparejamiento escultura-pintura tiene en este contexto un fondo pagano, de humanismo pagano en sus raíces, que se instala en un lugar y una familia excepcional, la de los Bazán. Estas son las ideas de Federicó Zuccari yArbasia, la de relacionar los paisajes pintados con las esculturas pintadas delpasado, rememorado en las vistas las ruinas clásicas. Losdos géneros conviven de nuevo por separado, pero en un mismo espacio, el más noble. En laLettera Prencipi, Zuccaro exalta la perfección de las estatuas, reflejo de labelleza de los cuerpos y la armonía de rostros, expresados en llantos y alegrías.Junto a estos se representará «el marfil de la fuente, las flores, los lirios y lasrosas de las mejilla, los corales de los labios, el azul y el negro de los ojos» (8).El ejemplo lo verifica en la realización de un retrato de Francesco Purbis a lacondesa Angela María Ardiccia que, al faltarle colores para representar subelleza, el académico y poeta Ferrari compuso un poema para completarlo.

En suma, la pintura puede representar cualquier belleza o fealdad, la claridad del día, la oscuridad de la noche, una tempestad en el mar, según FédericoZuccari, así como:

«un lampeggiar dell’aria, un fulminar del Cielo, un’incendio d’una Cittá,una pugna d’un’essercito, una caccia pastorale, un’impresa amorosa, un’armata maritima, un edificio sontuoso, & per conchiuderlapuó mostrar Cielo,Tena, Mare, monti, selve, prati, giardini, fiumi, fonti, Cittá, e campagne, &tutto ci che vuole» (9).

Esta diversidad se vio favorecida por la perspectiva como engaño para lavista, sembrando imágenes para los ojos de los que miran y llegan hasta dondela escultura no puede; éste es el caso de los paisajes con fuego, rayos, relámpagos, luces, la puesta de sol, el nacer de la Aurora. Cherubino Ferrari daMilano (10), poeta de la corte de Mantua, manifestó a Zticcaro cómo la pintu

(8) ZUCCARO, E: Lettera ó Prencipi & Signori amatori della Pittura, p. lii. El texto,fechado en 1605 en Mantua, comienza con un poema de un carmelita llamado CherubinoFerrari. dedicado a Leonora Medici Gónzaga, duquesa de Mantua y Monferrato. La relación dela Corte de Mantua con España fue muy estrecha. Los homenajes a Carlos Y y su hijo fueronimportantes, destacando la alabanza realizada en el palacio de Té al Emperador, donde retratosy paisajes están ubicados en un mismo espacio en la sala de las Aguilas.

(9) ZUCCARO, F.: op. cit., p 111.(10) El poeta carmelita admiró las pinturas de Zuccaro en Mantua, lo que. le llevó a reali

zar unas composiciones poéticas, clasificándólas por su «grazia» como las imágenes pintadaspor Giovanni Bellini, alabadas y recreadas por «el Bembo’>. Así lo expresó éste:

O imagine mia celeste, e pura,Che Splendi pió che’l sole á gli occhi miei,Et mi raffembri ¡1 volto di colei,Che Scolpita ho nel cor con maggior cura.

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ra es una poesía muda o «la Poesia una loquace Pittura». Así como el pintorutiliza colores el poeta requiere de la palabra, lo que uno representa con el pincel el otro lo realiza con la pluma.

También la música y la armonía se complementan, tampoco una sola abejasino muchas son las que hacen la miel. De la misma manera, para hacer unadulce armonía o una suave miel es necesario que en la Academia se junten losingenios, sucediéndose los intercambios precisos de ideas para recibir cadauno lo que no tiene. A la vez que se imparten las clases, educan y forman, ejerciendo con sus estudiantes y discípulos, manejando las normas y los términoscientíficos para su perfeccionamiento. El favor de los príncipes es como «elrocío y la lluvia para la tierra seca».

El espacio de las tertulias es un templo del saber que otorga honor a las ciudades. La acción inventiva del ingenio hace descubrir las semejanzas, locomún y lo singular dentro de la diferencia. De esta manera, los programas deCesare Arbasia y Federico Zuccari recurren a la metáfora y la invención confondo literario y filosófico como fundamento sólido del saber científico. Elingenio y la fantasía son el puente entre la experiencia personal y el pensamiento teorético. La fantasía permite al espectador actuar inventivamente ymodificar los elementos constitutivos de la argumentación literaria. Por tanto,mediante esta traslación de significados, la metáfora revela los múltiplesmomentos y situaciones históricas representadas por las pinturas, respaldadaspor los programas literarios conjuntos. Los argumentos para estos contenidosordenados proceden, en definitiva, de la literatura, el arte y las facultades interpretativas de los mecenas-mentores, ejemplificado, en el caso del palacio manchego, en el triángulo formado por Mosquera de Figueroa, Cesare Arbasia yAlvaro de Bazán.

Por tanto, los planteamientos del círculo romano sacaron, a modo de conclusión resultante, que los grandes modelos de la imitatio en el pasado reciente del siglo XVI serán reflejados en obras muy concretas, entre las que destacaron las pinturas de Peruzzi en la villa Farnesina de Roma y en palacio de ElViso del Marqués. Desde la Farnesina se irradiarán las líneas de un tipo de paisaje y de pinturas sobre esculturas que serán canalizadas por la vía de Génovaen muchos casos. «11 Bergamasco» y Cesare Arbasia lo difundirán por las salasde los palacios de nobles, capillas y residencias reales.

La imagen pintada de los emperadores y del mito de Hércules como alabanza a la familia Bazán

Enmarcadas por las columnas jónicas que soportan su arquitrabe y su frisocorrido correspondiente, aparecen las imágenes de Tavarone cubiertas por unasucesión de historias y personajes que hacen mención a los sucesos del marqués en Portugal. En el ancho de los muros han sido representadas las pinturas de bustos —esta vez grises y no dorados—, simulando las texturas de lasesculturas de los emperadores de origen hispano equiparados con el marqués

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LOS CONTENIDOS HUMANISTAS Y L4 PRESENCIA DEL PASADO EN EL PALACIO

de Santa Cruz. Son Trajano, Adriano, Marco Aurelio y Teodosio, sugiriendoel escenario de una galería-museo a la antigua (11).

Emerge así este teatro de verano comunicado con el jardín estival, quealberga el recodo de Diana al fondo. La imagen de los emperadores se equipara con los héroes del momento, aludiendo a las virtudes de los Bazán, reforzando la metáfora celebrativa anunciada en el zaguán y exaltada por las arquitecturas pintadas de la sala de Portugal.

En paralelo, en el Salón del Linaje se recrea un nuevo teatro presidido porel busto del antepasado virtuoso de la noble familia: Hércules. El busto —conla piel de león— rememora la imágen de la nube dorada y la corona entregada por Hermes al lograr los alabados triunfos del héroe en sus Trabajos.

Esta importancia de las esculturas del pasado fue destacada por el másimportante colaborador del programa del palacio de los Bazán. Se trata deMosquera de Figueroa, quien en su «Elegía a la muerte de Garcilaso de laVega» destaca este valor y significado de las esculturas; tal y como lo describe es un «lugar de laurel con celajes de oro», donde reinan además las sombras de las esculturas de las Tres Gracias y Marte:

Las antiguas estatuas de famosos,las agudas pirámides alzadas,soberbios edificios suntüosos,son señal de riquezas estimadas;que el ánimo creció por medio de ellas,y al fin se ven del tiempo derribadas;la lumbre del ingenio con centellaseternas en los versos vive ardiendo,y llega y corre sobre las estrellas. (12)

(11) BLÁZQUEZ MATEOS, E.: «La Sala de Portugal en el palacio del Marqués de Santa Cruzen Ciudad Real. El retrato de los Héroes y del paisaje documental en Revista de Historia Navaldel Instituto de Historia y Cultura Naval, Armada Española, Año XII 1994, núm. 46, pp. 3 1-44.En el artículo se da una visión sobre la trayectoria de Tavarone en España e Italia, aunque essobre todo desarrollada su labor emprendida en la gran Sala de Portugal.

(12) MOSQUERA DE FIGUEROA, C.: «Elegía a Garcilaso de la Vega en su muerte<’ en Poesíade la Edad de Oro. Renacimiento, edición de José Manuel Blecua, Madrid, 1982, p. 379.

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LA HISTORIA VIVIDA

María GÓMEZ MARTÍNC.E.H.M.

El apresamiento del Virginius

El 13 de octubre de 1873, en plena descomposición de la primera Repúblicaespañola, tuvo lugar un incidente naval con los Estados Unidos que pudo acarrear gravísimas consecuencias, cuando la corbeta española Tornado, almando de Dionisio Castilla, que ejercía misiones de vigilancia entre CaboCruz y Santiago de Cuba, avistó al vapor Virginius, que arbolaba bandera norteameriçana pero del que se tenían fundadas sospechas (que después se confirmaron) de que se tratara de un buque contrabandista.

Conminado por la Tornado a que se detuviera, el Virginius no sólo incumplió la orden sino que aumentó su velocidad, por lo que se inició por parte dela corbeta una persecución en regla, finalizada a cañonazos, que hizo rendirseal fugitivo.

Comprobado que se trataba de un buque filibustero, se dispuso que pusiera rumbo a Santiago de Cuba, y tan pronto fueron desembarcados sus tripulantes se advirtió que entre ellos figuraban algunos dirigentes de la insurrección cubana, como Bernabé Varona, Pedro de Céspedes y Jesús del Sol, por loque juzgados por un tribunal militar, con la anuencia del comandante generalde Santiago, fueron fusilados junto a cincuenta condenados más a la pena última. Ello produjo una gran conmoción política, por cuanto el capitán generalde La Habana se había enterado de las ejecuciones cuando éstas ya se habíanrealizado, y ante el temor de que tan precipitado acto comenzara una guerracon los Estados Unidos, de terribles consecuencias para España, Castelar, presidente en aquellas fechas de la República, buscó todos los medios para evitarel conflicto armado en intensas negociaciones políticas, y con ofrecimiento deexplicaciones que, afortunadamente, lograron su objetivo.

El suceso, sin embargo, produjo muchas controversias y propició numerosos artículos y editoriales de prensa de todas las corrientes políticas, pues lasfórmulas conciliadoras aplicadas al caso y las indemnizaciones que elGobierno español tuvo que abonar a Estados Unidos e Inglaterra (ya que entrelos fusilados figuraban dieciséis británicos) complacieron a unos y disgustarona otros. Como muestra de ello transcribimos unos párrafos del artículo ilustrado que en la edición de Blanco y Negro de 30 de abril de 1898 (un día antesdel combate de Cavite entre los barcos norteamericanos y los del almiranteMontojo) firmó el destacado publicista de la época Gabriel R. España.

Año 1995 127

MARÍA GÓMEZ MARTÍN

«En los dificiles momentos actuales —escribía el articulista— cuando lapatria está comprometida en defensa de su honra y en la conservación de laintegridad de su territorio, es muy oportuno el recuerdo de la captura del buquepirata Virginius por la valerosa Marina de guerra española.

»La evocación de ese incidente, que promovió largas y ruidosísimas disputas y que estuvo a punto de suscitar la misma guerra que ahora sostenemoscontra los Estados Unidos, puede constituir un argumento poderoso contra losque dudan de la vitalidad de nuestro pueblo y creen que las dificultades de hoyno ofrecen precedentes en la historia de España.

»Cuando la cuestión del Virginius provocó sin motivo que lo justificase laindignación yanqui, nos hallábamos en las peores circunstancias y no hubiéramos rehusado a pesar de todo la guerra; la hubiéramos afrontado con los mismos alientos que hoy.

»Y véase si las condiciones eran poco favorables. Nos gobernaba un ministerio republicano presidido por el Sr. Castelar, que no constituía una forma estable y duradera de organización política; luchábamos contra los filibusteros deCuba, llevando ya cinco años de rudo batallar en aquellos campos dondehabíase iniciado la insurrección en 1868; guerreábamos con los carlistas en lasprovincias Vascongadas y Navarra, teniendo sitiadas a Bilbao y Pamplona, aislada a San Sebastián y agitadas Cataluña y Aragón, y peleábamos finalmentecon los cantonales de Cartagena, que habían sublevado a la ciudad e inutiliza.do en el puerto todos los buques de combate. Tal era el estado de las cosas cuan.do ocurrió el apresamiento del Virginius. Prescindiremos del aspecto internacional que tuvo aquella grave cuestión para hacer sólo un ligerísimo relato delos hechos en que tomaron directa participación nuestros bravos marinos.»

De la captura, verificada el 31 de octubre de 1873, se ofrecían curiosos pormenores. A las dos de la tarde se distinguió al sudeste del buque de guerraespañol Tornado el humo de un vapor que poco a poco iba aproxiniándose. Elcomandante dispuso que sin pérdida de tiempo se activaran los fuegos de lascalderas, y vióse bien pronto que la embarcación perseguida cambiaba bruscamente de rumbo y se dirigía al suroeste. Había sospecha de que el buque ala vista fuese el Virginius, que llevaba ya tres años al servicio de los insurrectos de Cuba amparado criminalmente por la bandera norteamericana.

Se dieron apremiantes órdenes para forzar la máquina y procedióse a lacaza con enérgica resolución, por lo que a la hora de la puesta del sol pudie.ron reconocerse dos palos de pailebot y dos chimeneas, señales evidentes queno eran infundadas las primeras sospechas.

Entonces preocupó a toda la tripulación de a bordo, interesada por igual enla captura, que se perdiera la pista al echarse la noche encima. Todos en masavigilaban auxiliados por la claridad de la luna, y, por fin, a las nueve y mediade la noche pudieron ponerse lo bastante cerca para comenzar la intimidaciónpor la fuerza. Se dispararon cinco tiros con granada y al quinto cañonazo paróse la nave perseguida. Se habilitaron en el Tornado dos botes a las órdenes delos alféreces de navío don Enrique Pardo y don Angel Ortiz y se procedió alapresamiento.

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JA HISTORIA VIVIDA

De cómo se verificó éste, da exacta idea la siguiente comunicación dirigida por el último de los citados marinos a su jefe, y escrita con naturalidad y sinarrogancias.

«Consecuente a las instrucciones recibidas de usted para proceder aapresar al buque, a quien durante la tarde y noche del 31 había ustedcazado con la corbeta de su mando, embarqué en el cuarto bote de lamisma, acompañado del primer maquinista y cuatro fogoneros, ademásde la tripulación que indistintamente se componía de individuos detodas las clases de marinería y tropa de esa corbeta, pues en aquellosmomentos de entusiasmo no fué posible evitar que embarcasen los quequisieran. Habiendo abierto de este buque me dirigí hacia el vaporcazado, y notando al hallarme en sus proximidades que estaba lleno degente, le advertí que cualquier agresión sería enérgicamente castigadapor nuestras fuerzas, después de lo cual atraqué por su costado de babor,disponiendo un abordaje simultáneo por toda la gente del bote, el cualse verificó oportunamente después de haberlo yo efectuado. Tan luegome hallé sobre la cubierta pregunté por el capitán, y presentándose ésteme dijo ser el vapor mercante norteamericano Virginius, cuyos papelesle exigí y me entregó. Le hice presente que desde aquel momento quedaba el buque apresado y prisionero a mis órdenes, él y toda la tripulación y pasaje, y acto contínuo dispuse se apoderase nuestra gente deltimón y buque, comisionando al primer maquinista para encargarse dela máquina, advirtiendo a todos que nuestra presencia allí no sería obstáculo para que la corbeta los echase a pique, tan luego se notase agresión de cualquier género, y que toda tentativa para inutilizar máquina,caldera o buque sería inmediatamente castigada por las fuerzas a misórdenes.»

Casi todos los tripulantes expedicionarios, termina Gabriel R. España, entrelos que se encontraban importantes cabecillas, pagaron con sus vidas aquellaaventura, siendo pasados por las armas en Santiago de Cuba a los pocos días.Así fue, en suma, como el excesivo rigor del comandante general de Santiagode Cuba estuvo a punto de provocar una catástrofe y de precipitar una guerraque un cuarto de siglo después sería inevitable.

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DOCUMENTO

Aviso del apresamiento de la carraca portuguesa San Felipe por SirFrancis Drake (19 de junio de 1587)

Después de la incursión que realizó en Cádiz los días 29 de abril a 2 demayo de 1587, Drake permaneció varias semanas asolando las costas y el tráfico marítimo en la zona desde Lisboa al cabo de San Vicente.

Los navíos de Drake, a poco de abandonar este último lugar, fueron sorprendidos el 3 de junio por un temporal duro del WSW que los dispersó. Dosdías después, el almirante inglés sólo tenía consigo diez buques, pero uno deellos, el Golden Lion, aprovechó la ocasión, se desentendió de sus compañeros y emprendió el regreso a Inglaterra con el vicealmirante Borough arrestado a bordo y la dotación amotinada. Drake arrumbó a las Azores con los nuevenavíos que le quedaban, mientras que los dieciocho restantes de la flota semantenían sobre la costa portuguesa en varios grupos dispersos, interceptandoel tráfico de cabotaje, hasta que a principios de julio arrumbaron también hacialas Azores para reunirse con su general.

Cuando Drake se encontraba el 18 de junio sobre la isla de San Miguel,descubrió una vela de gran porte, a la que se aproximó y apresó el día 19 trascorta resistencia. Se trataba de la carraca portuguesa San Felipe, procedente dela India con un cargamento de gran valor; una vez abandonada su dotación enla isla Tercera, Drake emprendió el regreso a Inglaterra con la presa.

Del acaecimiento existen escasísimos testimonios documentales cóetáneos;uno de ellos es el siguiente, recientemente adquirido por el Museo Naval, conel aviso que desde Lisboa se envió a la corte madrileña el 11 de julio de 1587.

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DOCUMENTO

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DOCUMENTO

De Lisboa, a XI de julio [15)87

Lunes a VI deste llego’ la nueva de la tomada de la nao 5.Felíppe en que se avisó cómo en XXI de Junio llegó a la islal’erzera a la villa de la Playa un navío en el que vinieron elcapitán Juan Trigueros, y toda la deína’s gente de . la dicha nao 5.Felippe; y dho, que ha viendo tornado en ella la carga çón, quetraya la 5. Lorenzo por no poder hazer el viaje; venía én alturade XXVII grados llegando a descubrir la isla de Santa María, yluego la de 5, Miguel adonde tomó lengua, y le dieron por nuevala salida de la. armada inglesa por aquellos mares; y habiendoenibiado a.pedir al conde de Víllafranca le diese alguna gente deguerra para poder bazer su viaje con seguri dad, le sobre vino untiempo que le apartó de una isla,. y que yendo la buelta de laisla Terzera le calmnó luego aquella noche, yje halló el díasiguiente cercado de IX navíos de armada, los quales le empezarona cañonear y la entraron apoderándose della; y dho ser FranciscoDrac el que los traya a cargo; con el gua] el dicho capitán dela nao habló dizíendo Francisco Drac que los tiempos le havíanapartado otros XVIII navíos, que le faltaban; y que los teníarepartidos por su orden en diferentes alturas dellos en más, yotros en menos, y que los suyos IX habían tornado aquella, adondehavían encontrado con su nave.

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LA HISTORIA MARÍTIMAEN EL MUNDO

El Consejo Internacional de Museos

José Antonio OCAMPO

El Consejo Internacional de Museos, traducción española del inglés TheInternational Council of Museums (ICOM), es una organización profesionaldedicada al desarrollo de los museos y de la profesión museística en todo elmundo. Está asociado a la UNESCO como Organización No Gubernamental(ONG) de categoría A y goza de un estatuto consultivo ante el ConsejoEconómico y Social de las Naciones Unidas. Mantiene relaciones estrechascon el conjunto de las instituciones gubernamentales y privadas ligadas a sectores culturales y ciéntíficos. Su sede se encuentra en París, en la Casa de laUNESCO. En su sede se encuentra ubicado el Centro de InformaciónMuseológica UNESCO-ICOM, que desempeña un papel importante en el senodel Consejo Internacional de Museos y en la comunidad museística internacional, ofreciendo los servicios de una biblioteca y de un centro de información a los miembros del ICOM.

Históricamente el Centro de Información Museológica es uno de los componentes vitales del ICOM. Creado en 1947 y heredero de la biblioteca de laOficina Internacional de Museos, fundada en 1926 por el Instituto deCooperación Intelectual de la Sociedad de Naciones, el Centro es administrado por el ICOM y está situado en los locales de la Casa de la UNESCO. ElCentro guarda una estrecha relación con esta institución y utiliza sus serviciosinformáticos para proporcionar un acceso por línea a su catálogo bibliográfico. Su base de datos bibliográficos contiene más de 35,000 referencias, y sedesarrolla día a día. Es el Centro más importante del mundo en informaciónmuseológica. Reúne informaciones en todo el mundo y las divulga a la comunidad internacional. Sus idiomas de trabajo son el francés y el inglés.

El ICOM cuenta con más de 10.000 miembros individuales o institucionales en 120 países. En 85 de ellos, los profesionales se han reunido en comitésnacionales asumiendo la tarea de asociar los museos de su país al trabajocomún. Los comités nacionales de algunas regiones se han reunido asimismopara dar mayor fuerza a su acción: formar la Organización Regional del ICOMpara Asia y el Pacífico (con sede en Calcuta, India) y la Organización Regionalpara Hispanoamérica (con sede en Cuenca, Ecuador). Los miembros africanosdel IÇOM optaron por una fórmula flexible de reagrupación por grandes regiones (Africa del Oeste, Central, Austral).

Año 1995 135

JOSÉ ANTONiO OCAMPO

En el seno de 24 comités internacionales del ICOM se realizan los principales objetivos de la Organización: el intercambio de información científica aescala internacional, la elaboración de normas para la profesión, la adopciónde reglas y recomendaciones y la realización de proyectos en común. Estoscomités representan tipos de museos: museos de arte, de ciencias, de literatura, de historia natural..., o bien de disciplinas como la conservación, la educación y la acción cultural; la seguridad, la administración, la documentación, laarquitectura... Cada uno de los 24 comités internacionales realiza una reuniónanual, siempre en distintos lugares, para responder mejor a las peticiones delos miembros. A este conjunto se agregan 10 organizaciones afiliadas quedesearon asociar sus trabajos a los del ICOM.

Hacemos a continuación un resumen de los derechos que pueden tener losmiembros del ICOM, entre otros:

— Obtención de la tarjeta ICOM. Con esta tarjeta se puede entrar gratis ocon precios reducidos en muchos museos del mundo, siempre que seesté al día en los pagos de las suscripciones; además, por lo general, losmiembros del CIM no tienen que hacer cola. Este «derecho» depende,en la mayoría de los casos, de la voluntad de los comités nacionales delICOM y de los propios museos.

— Disfrutarán de una suscripción gratuita del boletín trimestral del ICOMNoticias del mundo, en español, francés o inglés. Obtener rebajas enlibros y artículos de los museos y en algunos libros de ciertas libreríásentre el 5 y el 15 por 100.

— Durante el año 1995 la UNESCO seguirá ofreciendo su publicación trimestral Museuni International a un precio más bajo. Los miembrosindividuales que reciben subvenciones del ICOM para su inscripción(existe una lista de países que pueden beneficiarse de estas subvenciones), tienen derecho a una reducción suplementaria del 50 por 100 enla suscripción a este boletín.

— Recibir las monografias que edita el Grupo de Proyectos Especiales delICOM.

— Participar en la Conferencia General, que tiene lugar cada tres años, através de las actividades de los comités internacionales de numerosasespecialidades, y recibir gratuitamente las Actas correspondientes.

— Posibilidad de obtener becas de estudios y viajes para asistir a lasConferencias generales del ICOM y a las reuniones anuales de loscomités internacionales. Consultar la biblioteca especializada situadaen su sede.

— Participar en los proyectos del ICOM y recibir asesoramiento técnicoprofesional.

— Disponer de traducciones al español de material bibliográfico especializado en francés y en inglés.

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NOTICIAS GENERALES

Reunión en Marsella, Francia

<E1 Mediterráneo, mar abierto, desde finales del siglo xv a comienzos delxx», es el tema central de la reunión que se celebró en Marsella, Francia, entrelos días 2ly 23 del pasado mes de septiembre.

Para más información dirigirse a:

II. Poilroux-Deleuze, 18 me Neuve Sainte Catherine, F-13007 Mársella,Francia.

XVII Conferencia Cartográfica Internacional

Del 3 al 9 del pasado mes de septiembre se celebró en Barcelona, España,la XVII Conferencia Cartográfica Internacional. Aquellos que tengan interéspor adquirir información general pueden solicitarla a:

ICC-95 Conferencia Cartográfica Internacional, Servicios de laConferencia, Balmes 209-211, E-08006 Barcelona, España. Teléfono: (34 3) 2188 758, fax: (34 3) 2 188 959.

XVI Conferencia Internacional sobre Historia de la Cartografía

Los días 11 a 16 del pasado mes de septiembre se celebró en Viena,Austria, la XVI Conferencia Internacional sobre Historia de la Cartografía. Lainformación puede pedirse a:

XVI Conferencia Internacional sobre Historia de la Cartografía, doBiblioteca Nacional de Austria, Departamento de mapas y Museo del Globo,Josefplatz 1, A-1015 Viena, Austria.

Conferencia anual de la LIBER

La Liga de las Bibliotecas Europeas de Investigación (LIBER), celebró suconferencia anual del 3 al 8 del pasado mes de junio en la Universidad de

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NOTICIAS GENERALES

Leuven, Lovaina, Bélgica, con el tema central: «Recursos Electrónicos yGestión de Calidad».

Previamente a la Conferencia se organizaron reuniones de las cuatroDivisiones profesionales, en las que se trataron los temas que siguen:«Desarrollo de las colecciones», «Administración y gestión de bibliotecas»,« Preservación», «Registro», «Demostraciones de intercambiado electrónicoentre bibliotecas», y otros.

La apertura de la Conferencia corrió a cargo del presidente, profesor EskoHiikli, de la Universidad de Helsinki, y la bienvenida correspondió al rector,señor Dillemans.

En las cuatro sesiones previstas se trataron los temas siguientes:

Sesión 1.:: La cooperación en Bélgica.Sesión 2.: Integración.Sesión 3.: Archivo, preservación y depósito legal.Sesión 4.: Calidad y gestión de calidad.

Aquellos que deseen más información sobre cuestiones generales, diríjanse a:

Susan Veijsgard en el Secretariado de LIBER, Biblioteca Real, PO Box2149, DK- 1016, Copenhague, Dinamarca.

Ciclo de conferencias en la Escuela Naval de Marín

Patrocinado por la Dirección General de Enseñanza del Ministerio deDefensa, en colaboración con la Escuela Naval Militar, ha tenido lugar endicho centro un ciclo de conferencias dentro del programa previsto para actividades complementarias y extraescolares en los Centros Superiores de laEnseñanza Militar.

Las conferencias, con periodicidad semanal, fueron impartidas durante elmes de mayo, y tuvieron como participantes a los siguientes especialistas:

Catedrático de Historia Gonzalo Anes, que disertó sobre «La España de laIlustración».

Coronel auditor José Cervera Pery, director de la REVISTA DE HISTORIANAVAL, que tuvo a su cargo «La Marina ilustrada en su protagonismo histórico».

Teniente coronel de Intendencia y académico Juan Antonio RodríguezVillasante y Prieto, cuyo tema fue «El Patrimonio histórico de la Armada enlos arsenales».

Y por último, la historiadora Aurora Rabanal, cuya ponencia trató de«Forficaciones e ingeniera militar durante el siglo XVIII».

Todos los conferenciantes fueron presentados por caballeros guardiamarinas y todas las conferencias estuvieron seguidas de coloquios abiertos.

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NOTICIAS GENERALES

El almirante Álvarez Arenas, nuevo académico de la•Lengua

El almirante en situación de reserva Eliseo Álvarez Arenas Pacheco, destacado escritor y ensayista y distinguido colaborador de esta REVISTA, ha sidonombrado miembro de número de la Real Academia de la Lengua, en la queocupará el sillón «b», vacante tras el fallecimiento del cardenal VicenteEnríquez y Tarancón.

Con el nombramiento del almirante Alvarez Arenas, se recobra la vieja tradición de tener entre los académicos de la Real Española a marinos ilustresque, con independencia de su carrera profesional, han destacado notablemente en el mundo de las letras, tal y como ocurriera con sus predecesores donJosé de Vargas Ponce, don Juan Bautista Arriaza, don Martín Fernández deNavarrete, don Pedro Novo y Colson y, más recientemente, don Julio Guillén,quien ocupó conjuntamente número en la Real Academia Española y en laReal de la Historia, de la que fue Secretario perpetuo.

Otorgados los premios «Virgen del Carmen» 1995

Tras las deliberaciones de los correspondientes jurados, se han otorgadopor el Instituto de Historia y Cultura Naval los premios «Virgen del Carmen»correspondientes al año 1995, y que han recaído en los siguientes autores yobras.

Premio «del Mar» de Libros, Ex aequo y en cuantía de 750.000 pesetascada uno, a Francisco Solano y Manuel Gracia Rivas por sus trabajos sobre«El científico Antonio de Ulloa: Biografía de un marino» e «Historia de laSanidad Naval Española», respectivamente.

Premio «Universidad», dotado con 300.000 pesetas, a la doctora MirellaRomero Recio, por su trabajo titulado «Navegación y sociedad en la épocahomérica y el arcaísmo griego».

Premio «Poesía del Mar», con 200.000 pesetas, al poeta Alfredo Díaz deCerio, por el poema titilado «El mar de nuestro sueño».

El premio «Elcano» de periodismo fue declarado desierto, y el de«Juventud marinera» adjudicado al alumno del colegio salesiano «SanIgnacio» de Cádiz, Jorge Otero Albiol, con diploma al director de dicho centro. Igualmente, se concedió un diploma de honor a don Jaime CarrauOleascoaga, de la empresa «Carrau y Cía.» de la República Oriental deUruguay, por su destacada contribución al fomento de los intereses marítimosespañoles.

II Jornadas de Historia Militar en los Museos de Galicia

Organizadas por la Real Asociación de Amigos de los Museos Militares,con la colaboración del Ministerio de Defensa y de la Junta de Galicia, hantenido lugar en Santiago de Compostela, La Coruña y Ferrol, durante los días

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NOTICiAS GENERALES

21 a 24 de junio, las segundas Jornadas de la Historia Militar en los Museosde Galicia, con un ciclo de conferencias en los que intervinieron el profesorLópez Alsina, el director del Museo Militar de Oslo Dr. Scheen, el tenientecoronel de Intendencia y académico Rodríguez Villasante, el profesorNicholas Rodger, el catedrático Baudilio Barreiro, el director del Museo de losEjércitos de París M. Perot, el catedrático Víctor Alonso y el capitán de navíoBlanco Núñez, que cerró el ciclo.

Las jornadas fueron inauguradas por el presidente de la Junta de Galicia,Manuel Fraga Iribarne, y clausuradas por el jefe de la Zona Marítima, almirante Portal. Los conferenciantes realizaron diversas visitas y recibieron distintos agasajos y recepciones, entre las que destacan las de la Junta de Galicia,Ayuntamientos de Santiago y Ferrol y general jefe de la Región.

Adquisición de un portulano por el Museo Naval

El Museo Naval de Madrid ha adquirido recientemente para sus fondos cartográficos un Portulano del N. de Europa, trazado sobre pergamino de 35 x 48centímetros, que abarca la costa atlántica de España, Francia, Inglaterra, Irlanda,Alemania, Países Escandinavos, Islandia y la costa de la Rusia europea hasta llegar a la península de Komn.

Es una carta plana en la que están señalados los rumbos y los meridianos yparalelos. No existen topónimos más que en la península de Jutlandia, hacia elnorte, y están todos en español.

El pergamino, que se supone de principios el siglo XVI, proviene de laencuadernación del libro Divi Eulogii Corduvensis. Marlyris, Doctoris et electi Archiepiscopi toletani opera. Compluti: loannes Iníguez a Lequerica excudebat. 1574. Es una pieza rara y de gran interés, porque la región geográficaque representa ha sido raramente reproducida en nuestra cartografía y porquepresenta un elevado número de topónimos en castellano.

CONVOCATORIAS

Simposio Internacional de Coleccionistas de Mapas

El III Simposio Internacional de la Asociación Internacional deColeccionistas de Mapas se celebrará juntamente con la Sociedad de Mapas deCalifornia, San Francisco, del 8 al 11 del próximo mes de octubre.

Para obtener más información al respecto dirigirse a: Alfred W. Newman,1414 Mariposa St., Vallejo, CA 94590. Teléfono y fax: (707) 642-9091.

II Congreso Internacional de Historia Marítima

La Asociación holandesa de Historia Marítima, en cooperación con losmuseos rnaríimos de Holanda y Prins Hendrik, celebrarán el II Congreso

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NOTICIAS GENERALES

Internacional de Historia Marítima, en Amsterdam y Roterdam, los días 5 al 8del mes de junio de 1996. La idea central será «Evolución y revolución en elmundo marítimo en los siglos XIX y xx». Las comunicaciones que se propongan habrán de adaptarse a uno de los temas siguientes: «Ciencia y Cartografíanáuticas»; «La construcción, equipamiento y propulsión de buques».; «La gestión y la infraestructura de las marina»; «Compañías navieras» y «Puertos».

Para más información dirigirse a:

Mrs. drs. Corrie Reinders Folmer, P. O. BOX 102, 2.350 Ac Leinderdorp,Holanda. .

IX Asamblea del Congreso Internacional de Museos Marítimos

La IX Asamblea del Congreso Internacional de Museos Marítimos se celebrará durante el mes de septiembre de 1996 en el Museo Marítimo deMerseyside, Liverpool, Reino Unido.

Para obtener más información dirigirse a:

Dr. Boye Meyer-Friese, secretario general del ICMM. Altonaer Museurn,PB. 50.01.25, Museumstrasse 23, D-2.000 Hamburgo 50, Alemania.

¡ Simposio de Historia de la Técnica, la Construcción Naval y laNavegación .

Organizado por la Sociedad Española de Historia de las Ciencias y de lasTécnicas y por la Universidad de Cantabria, con la colaboración del MuseoNaval de Madrid y del Ayuntamiento de Guarnizo, los días 26, 27 y 28 del pró2ximo mes de octubre se celebrará el 1 Simposio de Historia de la Técnica, laConstrucción Naval y la Navegación. Las sesiones tendrán lugar en la EscuelaSuperior de la Marina Civil de Santander (Centro de Estudios «Astillero deGuarnizo»).

Para más información, dirigirse a la Secretaría del Simposio:

Centro de Estudios «Astillero de Guarnizo».Edificio «La Fondona».C./ Fernández Hontoria, núm. 1.39610 El Astillero (Cantabria).Teléfono (942) 55 81 98. Fax: (942) 54 08 55.

Simposio de Historia Naval en Annápolis

Organizado por el Naval Historical Center, dependiente del Departamentode Defensa de los Estados Unidos, tendrá lugar en Annápolis entre los días 25a 27 de octubre próximos el XII Simposio de Historia Naval, en el que parti

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NOTICiAS GENERALES

ciparán destacados especialistas europeos, americanos y asiáticos. DichoSimposio se enmarca el presente año en las actividades programadas para lacelebración del 150 aniversario de la Academia Naval de Estados Unidos.

Los interesados en conocer más detalles del evento, pueden dirigirse al Dr.William B. Cogar, Departamento de Historia Naval de los Estados Unidos.Academia Naval, Annápolis, Maryland, 21402-5044. USA.

XIX Feria Internacional de Instrumentos Médicos y Científicos antiguos

El día 29 del próximo mes de octubre tendrá lugar la XIX FeriaInternacional de Instrumentos Médicos y Científicos antiguos en el HotelPortman, Portman Square, Londres, W. 1., en horario de 10 a 16 horas. En estaedición, la Feria presenta la más amplia selección de instrumentos, libros yobjetos afines nunca reunidos para la venta en alguna parte del mundo, segúnsus patrocinadores.

Para más información, diriirse a:

Peter Delehan. Teléfono: 018 1-866 8659.

II Premio de Investigación «Comendador Pedro de Montserrat»

El Centro de Estudios Borjanos de la Institución «Fernando el Católico»,convoca, en colaboración con la Asamblea Española de la Soberana Orden deMalta y el Instituto Complutense de la Orden de Malta, el II Premio de investigación «Comendador Pedro de Montserrat». Este premio, que será concedido al mejor trabajo de investigación presentado sobre cualquiera de las encomiendas de la Orden Hospitalaria en la Comarca de Borja, está premiado con200.000 pesetas, aunque puede ser declarado desierto total o parcialmente.

Los originales, por triplicado, deberán remitirse al Centro de EstudiosBorjanos, avenida de Cervantes, 13, Borja, Zaragoza, antes del 30 de septiembre del año en curso. A este mismo Instituto podrán dirigirse aquellos quedeseen obtener mayor información al respecto. El fallo se hará público el próximo 30 de noviembre y la entrega oficial a los galardonados tendrá lugar enun acto solemne, cuya fecha se indicará oportunamente.

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RECENSIONES

CEREZO, Ricardo: La cartografía náutica española en los siglos xiv, xv y xvi.Consejo Superior de Investigaciones Científicas. Madrid, 1994.

Pocas veces un libro técnico-científico habrá reunido tantos atractivoscomo los que convergen en la última obra de Ricardo Cerezo, en la que desdeun análisis espléndidamente documentado y basado en rigurosos planteamientos, realiza un minucioso recorrido sobre todo el importante aporte cartográfico español en tres siglos esenciales, desde los ricos matices de la amplitud yde la variedad.

El trazado de cartas y mapas es consustancial a la historia del hombre, deaquí que la cartografía sea el arte, ciencia y tecnología de hacer mapas, y suestudio como documentos científicos y artísticos. En la Edad Media los mapasaparecían en códices y manuscritos como miniaturas decorativas, pero losmapas del mundo de los siglos XVI y xvii sirvieron de vehículos para divulgarlas maravillas de las tierras recién descubiertas. Los avances en la técnica dela navegación y, sobre todo, en los cálculos astronómicos permitieron avanzaren el trazado de cartas náuticas, que dejaron de ser complementos decorativos.

Desde estos parámetros, Ricardo Cerezo, cuya trayectoria como historiadornaval es sobradamente conocida y valorada, ofrece amplia noticia del marcotécnico y científico en que se desenvolvió la cartografía española en los siglosreseñados, y señala cómo la aportación hispana al arte de navegar posibilitó lasexpediciones descubridoras. Su evaluación es clara y terminante al destacar losprincipales escenarios del aporte cartográfico español: las ciudades mediterráneas, en las que se mantuvo la tradición medieval de la escuela mallorquina, yla Casa de Contratación de Sevilla, que centró las actividades, relacionadas conel Nuevo Mundo.

La densidad y amplitud del índice general ya dice a las claras el ambicioso propósito del autor, que no se limita a considerar los rasgos generalesy el papel histórico de la cartografía, sino que a través de diecinueve capítulos —que van desde la breve historia de la geografía y de la astronomía antigua y medieval hasta el nuevo concepto de la cartografía náutica— nadaqueda sin medir y trazar. El examen de las diferentes etapas que conformaron el itinerario expuesto es profundo y meditado, compaginando así proyectos y realidades a través del recorrido histórico.

Un completo rol de cartas náuticas enriquecen las numerosas ilustracionesque se incluyen, así como una bibliografía actualizada, y los índices onomástico y geográfico correspondientes invisten al libro —magníficamente editadopor el Consejo Superior de Investigaciones Científicas— de una mayor prestancia.

El libro, en suma, es un interesante y trascendente recorrido a través de lossiglos xv, xvi y XVII, con la intención de establecer una trayectoria clara y

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RECENSiONES

documentada del componente cartográfico y sus connotaciones. A nuestroentender supera todos los trabajos anteriores publicados sobre el tema y es unaobra de prirnerísima importancia para todos aquellos que se interesan por estoscomplejos pero fascinantes temas de la cartografía naval.

J.C. P.

GONZÁLEZ-RIPOLL NAVARRO, María Dolores: A las órdenes de las estrellas.Fundación BBV. Consejo Superior de Investigaciones Científicas. Madrid,1995; 188 páginas.

Según reza la solapa del libro que comentamos, María Dolores GonzálezRipoll es becaria postdoctoral del CSIC, adcrita al Centro de EstudiosHistóricos, tan bien dirigido por el doctor Francisco de Solano. Ha publicadovarios libros y artículos sobre historia y cartografía de las Antillas, entre losque cabe destacar Una aproximación a la expedición «secreta» de VenturaBarcáiztegui (1790-93) y los reconocimientos de la parte oriental de Cuba.

Dentro de los concursos del Quinto Centenario del Descubrimiento, la fundación BBV dispuso la creación de varias becas para investigar bajo el título«Los vascos y América»; fruto de una de ellas es el libro que se glosa.

Se trata de una biografia del brigadier Cosme de Churruca, con especialatención a sus viajes a América. La autora ha investigado en los archivos tradicionales,como lo son los dos de la Armada, el Viso y Museo Naval; enSimancas y en el Histórico Nacional y, sobre todo, en el archivo privado de loscondes de Motrico en Guipúzcoa, en la ciudad de este nombre, situada en lacasa que fuera de los eminentes Antonio Gaztañeta y del propio biografiado.

Soñ particularmente interesantes los capítulos dedicados a los primerosaños de vida y estudios de Churruca por las importantes novedades que aporta y, sobre todo, el correspondiente a la expedición dedicada al atlas marítimode las Antillas (1792-95).

Recomiendo al lector la lectura de los títulos de la biblioteca que Churrucalegó a su esposa y que figura en el Apéndice; consta de 140 libros, 94 de ellosescritos en francés y 15 en inglés, la mayoría de ellos dedicados a navegación,astronomía, geografía, construcción naval y matemáticas.

El Indice es el siguiente: Capítulo 1. Cosme de Churruca y Elorza, un investigador del mar (1761-1783); Capítulo II. El proyecto hidrográfico (1784-1791); Capítulo III. La expedición del atlas marítimo de las Antillas (1792-1795); Capítulo IV. Fin de un siglo (1796-1805). Completan el libro elApéndice ya comentado y la Bibliografía. Existe, asimismo, un preámbulo deldoctor Francisco de Solano.

Es de fácil lectura, recomendable a los aficionados y también a los expertos del siglo xviii en lo marítimo, por la visión detallada de algunos años de lavida de aquel hombre —en palabras de la autora— de «.,.frágil apariencia física (que) escondía un espíritu inconformista y profundamente reflexivo, inundado de amargura... » que tantas páginas de gloria dio a España. Quizá su

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RECENSIONES

muerte en Trafalgar oscureció los servicios de este oficial, sobre todo el científico.

Leyendo este libro me preguntaba por qué se habrán dedicado tantas páginas y biografías a Churruca (García Mercadal, Navas, etc.) y tan pocas a Ulloa,también merecedor de la atención de los investigadores.

Antonio DE LA VEGA

LLORCA BAUS, Carlos: Historia marinera de Benidorm (1781-1950).Ayuntamiento de Benidorm, 1994; 262 páginas.

Nuestro admirado periodista, historiador e investigador naval, en definitivaescritor, Llorca Baus, nos ofrece en esta ocasión una investigación sobre lasraíces marineras de la ciudad de Benidorm, que a buen seguro serán una sorpresa para la mayoría de los lectores, sobre todo aquellos que pasen hoy por labella ciudad mediterránea. Otras obras importantes de Llorca Baus, recientes,son La Compañía Transatlántica en las Campañas de Ultramar (1990) y Losbarcos de la emigración 1880-1950 (1992).

Nos descubre el autor la importancia de Benidorm en el desarrollo de lasalmadrabas y la participación de sus marinos en la época de las velas en el tráfico con América y Filipinas. También fueron importantes sus corsarios, profesión esta sobre la que recientemente se está investigando bastante dada suimportancia en nuestra historia marítima. Otro aspecto que sorprende al lectores la extensa lista de capitanes de la Marina Mercante, nacidos en Benidorm,que sirvieron en la Compañía Transatlántica, muy por encima, proporcionalmente, a la importancia. del vecindario de la ciudad.

Llorca Baus ha trabajado en los siguientes archivos: Bazán, Histórico delBanco de España, Histórico de Alicante, Marítimo de Barcelona, Naval deMadrid, Simancas y Municipal de Benidorm. Se han dedicado muchas horaspor el autor en su investigación, que es minuciosa y profunda.

La presentación del libro es excelente, tanto la impresión como maquetadoy parte gráfica; las fotografías, planos, cartas y grabados son numerosos y adecuados a lo que se trata en el texto.

El índice de los capítulos es el siguiente: 1. La Adolescencia de Benidorm;II. Corsarios de Benidorm; III. El arte de Benidorm por excelencia: la almadraba; IV. El Almirante Julio Guillén Tato; V. La marina mercante; VI. El gremio de mercantes; VII. La pesca en Benidorm; VIII. Benidorm, la mar de historias, y IX. El Benidorm que se fue por la popa. Completan la obra las fuentesdocumentales y bibliografía. Curiosamente el libro tiene un pórtico, una presentación, un prólogo y hasta una introducción.

Antonio DE LA VEGA

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