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Una aproximación a la influencia de Friedrich Nietzsche en la obra de Rubén Darío An Approach to the Influence of Friedrich Nietzsche in the Works of Rubén Darío Javier GARCÍA CRISTÓBAL Universidad Complutense de Madrid Recibido: 18-04-03 Aceptado: 12-06-03 La importancia de Friedrich Nietzsche se hace patente en la obra de Rubén Darío, tanto en prosa como en verso. Sin embargo, la figura del alemán, unas veces admirada, es en otras denostada. A través de las palabras de Darío se pretende mostrar la presencia del filósofo en el poeta y encontrar, asimismo, una posible explicación a la actitud contradictoria del nicaragüense. SUMARIO 1. Modernismo y modernidad: Darío y Nietzsche. 2. Nietzsche en la obra de Rubén Darío. 3. La moral estética y la ética del artista. 4. Referencias bibliográficas. 103 Anales de Literatura Hispanoamericana 2003, 32 103-114 ISSN: 0210-4547 RESUMEN PALABRAS CLAVE Darío Nietzsche Los raros Nihilismo Cristianismo The importance of Friedrich Nietzche is obvious on Rubén Darío’s work, both prose and verse. However the German figure is as admired as insulted. It is intended to show the pre- sence of the philosopher in the poet through Darío’s words as well as finding a possible explanation of the contradictory attidude of this Nicaraguan man. ABSTRACT KEY WORDS Darío Nietzsche Los Raros, Nihilism Christianism

Nietszche Ruben Dario

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  • Una aproximacin a la influencia de FriedrichNietzsche en la obra de Rubn Daro

    An Approach to the Influence of FriedrichNietzsche in the Works of Rubn Daro

    Javier GARCA CRISTBAL

    Universidad Complutense de Madrid

    Recibido: 18-04-03Aceptado: 12-06-03

    La importancia de Friedrich Nietzsche se hace patente en la obra de Rubn Daro, tantoen prosa como en verso. Sin embargo, la figura del alemn, unas veces admirada, es enotras denostada. A travs de las palabras de Daro se pretende mostrar la presencia delfilsofo en el poeta y encontrar, asimismo, una posible explicacin a la actitudcontradictoria del nicaragense.

    SUMARIO 1. Modernismo y modernidad: Daro y Nietzsche. 2. Nietzsche en la obra deRubn Daro. 3. La moral esttica y la tica del artista. 4. Referencias bibliogrficas.

    103Anales de Literatura Hispanoamericana2003, 32 103-114

    ISSN: 0210-4547

    RES

    UM

    EN

    PALABRASCLAVE

    DaroNietzscheLos rarosNihilismo

    Cristianismo

    The importance of Friedrich Nietzche is obvious on Rubn Daros work, both prose andverse. However the German figure is as admired as insulted. It is intended to show the pre-sence of the philosopher in the poet through Daros words as well as finding a possibleexplanation of the contradictory attidude of this Nicaraguan man.

    ABS

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    KEYWORDS

    DaroNietzsche

    Los Raros,Nihilism

    Christianism

  • 1. Modernismo y modernidad: Daro y NietzscheSon cada vez ms los estudiosos que leen el Modernismo hispanoamericano desde la pers-

    pectiva de la modernidad. Alberto Acereda recoge en su estudio crtico sobre el modernismopotico numerosas referencias al respecto1. l mismo defiende que modernismo y moderni-dad son conceptos afines por cuanto el modernismo trae consigo una literatura cimentadasobre una visin moderna de la vida y el arte. En este mismo sentido, Iris M. Zavala encuentraen el modernismo la creacin de un nuevo modo de conocer, de una nueva episteme propia dela modernidad2. Tambin el libro de Cathy L. Jrade anuncia, ya desde su ttulo, Modernismo,Modernity and the development of Spanish American Literature3, la necesidad de relacionar ambosconceptos.

    Esta nueva lectura se suele apoyar en el diagnstico de los factores desde donde se origin elModernismo. Gutirrez Girardot4 analiza algunos de esos elementos que configuran el caldode cultivo del modernismo literario hispnico, vinculndolos al contexto artstico, ideolgico,histrico y poltico europeo. Analiza Girardot la concepcin del arte en las sociedades burgue-sas de fin de siglo, su relacin con la expansin del capitalismo y la ordenacin burguesa de lavida; as como el proceso de secularizacin caracterstico de la modernidad, y el reflejo de todoello en la visin que el artista tiene de s mismo y en su actitud hacia el mundo que le rodea. Unaactitud crtica frente a los excesos de la razn moderna representados en el idealismo y el posi-tivismo decimonnicos, pero tambin crtica frente a las carencias de un proyecto modernoque, tampoco en el mundo hispnico, daba una respuesta satisfactoria ante la nueva situacinhistrica. Jos Miguel Oviedo defiende que el modernismo es, sobre todo, la expresin de unaconciencia crtica respecto al positivismo, as como un intento por acercar a la modernidad lasideas, el pensamiento y la sensibilidad de la Amrica finisecular5. Algo parecido a lo que defen-di Federico de Ons:

    El modernismo es la forma hispnica de la crisis universal de las letras y del espritu queinicia hacia 1885 la disolucin del siglo XIX y que se haba de manifestar en el arte, la ciencia,la religin, la poltica y gradualmente en los dems aspectos de la vida entera, con todos loscaracteres, por lo tanto, de un hondo cambio histrico cuyo proceso contina hoy6.

    Pues bien, en la obra de Rubn Daro aparece reflejada esta actitud crtica que es a la vez opo-sicin al pasado y configuracin del presente. No hay en el poeta nicaragense una ruptura con

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    1 Alberto Acereda. El modernismo potico. Estudio crtico y antologa temtica. Salamanca. Almar. 2001, pgs. 37-44.

    2 Iris M. Zavala. Rubn Daro. El Modernismo. Madrid. Alianza. 1989, pgs.9-283 Cathy L. Jrade. Modernismo, Modernity and the development of Spanish American literature. Austin. University of

    Texas Press, 1998.4 Rafael Gutirrez Girardot. Modernismo. Barcelona. Montesinos, 1983. 5 Jos Miguel Oviedo. Antologa crtica del cuento hispanoamericano. 1830-1920. Madrid. Alianza. 1989, pg. 22.6 Cit. por Rafael Gutirrez Girardot, op. cit., pg.18.

  • la tradicin anterior, ni una huida del momento histrico que le toc vivir. Ms bien, su obraes una respuesta a la crisis que envolva ambas cosas. Eso s, una respuesta que prefiri elensueo y el misterio del Arte a una razn instrumental locomotora del progreso moderno.Porque, como defiende Carmen Ruiz Barrionuevo,

    la reflexin potica de Daro desde su poca juvenil, dentro de las pautas imitatorias, hasta laformacin de un sistema literario completo e individual en el que la poesa ya no ser slo imi-tacin clasicista ni sentimiento romntico, sino imaginacin y lenguaje7.

    El discurso modernista de Daro fue a la vez crtico con la modernidad y configurador de lamisma en el mbito hispnico.

    Algo parecido supuso la obra de Friedrich Nietzsche, primero en la tradicin alemana, y lue-go, debido a su enorme influencia, en toda la cultura occidental. Porque, como defiendeHabermas, con la entrada de Nietzsche en el discurso de la modernidad cambia de raz laargumentacin8. Nietzsche, segn Habermas, renuncia a una nueva revisin del concepto derazn y licencia a la dialctica de la Ilustracin. Con ello, pretende reformular hasta el extremola envoltura de razn de la modernidad como tal.

    As pues, antes incluso de subrayar las referencias directas que, a lo largo de su obra,Daro realiza sobre la figura de Nietzsche, se podra postular la existencia de un aire defamilia entre ambos autores, caracterizado, desde esta perspectiva, por su actitud al mis-mo tiempo crtica e impulsora de la modernidad. La paradoja implcita en la afirmacinanterior se resuelve desde la explicacin del concepto de modernidad esttica que realizaMatei Calinescu en su Faces of Modernity9. Para Calinescu la modernidad esttica se confi-gura en un proceso dialctico frente a una tradicin sentida como una forma de autoridad;frente a la modernidad histrica de la expansin del capitalismo y el modo de vida bur-gus; y frente a la conciencia de novedad que ella misma se proclamaba y que, con el pasodel tiempo, termina por institucionalizarse siendo entonces percibida como una nueva tra-dicin10.

    2. Nietzsche en la obra de Rubn DaroEl 2 de abril de 189411, en el peridico La Nacin de Buenos Aires, Rubn Daro public el

    primer artculo en castellano dedicado a la figura de Friedrich Nietzsche, con el ttulo: Los

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    7 Carmen Ruiz Barrionuevo, En su loco afanar la mente ma: de Epstolas y poemas a Prosas Profanas enAlfonso Garca Morales (ed.), Estudios en el centenario de Los raros y Prosas profanas, Salamanca, Universidad deSevilla, 1998.

    8 Jrgen Habermas. El discurso filosfico de la modernidad. Madrid. Taurus. 1989.9 Matei Calinescu. Faces of Modernity. Bloomington. Indiana University Press. 1977.10 Cfr. Alfonso Garca Morales, Presentacin en Alfonso Garca Morales (ed.), op. cit., pgs. 16 y 17.11 En torno al debate sobre su fecha de publicacin, Cfr. Gonzalo Sobejano. Nietzsche en Espaa. Madrid.

    Gredos. 1966, pg. 48, nota 18

  • raros. Filsofos finiseculares: Nietzsche12. Se trata de una fuente muy relevante para nuestroestudio, ya que desde l se puede postular cul era el grado de conocimiento que, en esa fecha,tena Rubn Daro del filsofo de Sils Mara.

    Para Gonzalo Sobejano, se trata de un artculo informativo y precipitado, una divagacinsiguiendo sobre todo a Brandes. Sobejano nicamente rescata de todo el texto la semblanzadedicada a la personalidad de Nietzsche: un alma de eleccin, un solitario, un elitista, unraro13.

    Noel Rivas, sin embargo, no est de acuerdo con esta valoracin. Para Rivas, Daro muestraun conocimiento de la vida y de la obra de Nietzsche nada desdeables. Defiende que, del cita-do artculo, se desprende que el nicaragense conoca las publicaciones ms recientes sobre elfilsofo, porque recomendaba a sus lectores las obras originales y las traducciones francesas,los estudios de Henri Albert, y sobre todo la reciente obra de Jorge Brandes, Hombres y Obras,en que estn estudiadas profundamente la personalidad y las doctrinas del filsofo alemn14.

    Si su conocimiento era desdeable o no, depende, claro, de con quin se le compare.Podemos admitir, empero, que su conocimiento no era desdeable para las exigencias de unartculo periodstico sobre un tema, probablemente, muy poco conocido por los lectores, yquiz suficiente en relacin con la crtica que hasta entonces se haba desarrollado sobre elfilsofo alemn. Ir ms all en la valoracin, me parece excesivo si tomamos en cuenta: pri-mero, que es entre 1883 y 1885 cuando Nietzsche public su monumental obra, As hablZaratustra; que es en 1886 cuando sale a la luz, Ms all del bien y del mal y al ao siguiente, Lagenealoga de la moral; que en 1888 publica El caso Wagner, Nietzsche contra Wagner y Ditirambosde Dionisos, y en 1889, El crepsculo de los dolos; a las que habra que sumar El Anticristo: mal-dicin al cristianismo, Ecce Homo y La Voluntad de Poder que fueron publicadas pstumamente;obras sin cuya lectura es difcil tener un conocimiento nada desdeable del pensamientoNietzscheano. Segundo, supuesto que Daro se sirvi de la crtica del momento que le pillabams a mano (Brandes y Henri Albert, el introductor de Nietzsche en Francia), hoy esa crticatiene muy poca relevancia, debido, principalmente, a que no es hasta despus de la SegundaGuerra Mundial y de la divisin de Alemania en dos, que el archivo Nietzsche (ubicado enWeimar) pas a depender de la por entonces Repblica Democrtica Alemana, pudiendoempezar a ser consultado a partir de 1954. Lo que permiti que Karl Schlechta15 examinara laobra completa de Nietzsche, demostrando las falsificaciones y manipulaciones del pen-samiento nietzscheano llevadas a cabo por el entorno de la hermana del filsofo, Elizabeth

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    12 Recogido en Rubn Daro. Obras completas. Ed. de M. Sanmiguel Raimundez y Emilio Gasc Contell. Madrid.Afrodisio Aguado, 1950-53, vol. V, pgs. 710-717; E.K. Mapes. Ruben Daro: Escritos inditos. New York. Instituto deLas Espaas. 1938, pgs. 54-56; Noel Rivas Bravo, Un raro excluido de Los raros en Alfonso Garca Morales(ed.), op. cit., pgs. 70 y 71.

    13 Rubn Daro, op. cit., pg. 712.14 Citado por Noel Rivas Bravo, op. cit., pg. 71.15 Karl Schlecta. Nietzsches grosser Mittag. Frankfurt. A.M. 1954.

  • Frster Nietzsche. De tal forma, que los investigadores no han dispuesto hasta 1967 de unaedicin crtica de la obra completa16.

    En cualquier caso, estos argumentos no pretenden incidir en la valoracin de Noel Rivas,porque entiendo que sta se restringe a las circunstancias que he sealado ms arriba.Simplemente las he citado para notar una de las dificultades que plantea la investigacin his-toriogrfica de la crtica de Nietzsche y, por tanto, de cualquier estudio comparado sobre suinfluencia.

    Ahora bien, en lo que s coinciden Gonzalo Sobejano y Noel Rivas es en que, casi con todaprobabilidad, el artculo no tuvo ninguna repercusin en la Espaa del momento. Lo que no esobstculo para reconocer en Daro, como hace el propio Rivas,

    la presencia adelantada en el nicaragense de autores y obras, que, como las de Nietzsche, y lasde otros raros, fundamentaron lo que hemos acordado en llamar la Modernidad17.

    Una tesis, por lo dems, plenamente consistente con lo expuesto en el primer apartado deeste estudio.

    La razn que ambos crticos aducen para defender la escasa influencia que debi tener elartculo, es el poco conocimiento que se tena en la Espaa del momento del triunfante movi-miento modernista hispanoamericano y, por ende, de su mximo baluarte, el nicaragenseRubn Daro. Escasez de conocimiento que contrasta con la vitalidad del nietzscheanismoque, apenas unos aos despus, en mayo de 1899, segn se desprende de una crnica del pro-pio Daro en su segunda visita a Espaa, azotaba la pennsula:

    [...] una bocanada de viento alemn, de la odre (sic) de ese admirable loco de Zarathustra, harevuelto ms de un cerebro juvenil, que con el justo deseo de una renovacin de ideas y de uncambio de rumbo, se precipita a lo primero que encuentra extrao y nuevo18.

    Esta referencia directa al admirable loco de Zarathustra ahonda en la que considero unade las tesis fundamentales respecto a la influencia de Nietzsche en Rubn Daro, a saber: si bienla personalidad del filsofo alemn (Nietzsche como personaje literario, un genio a mediocamino entre el filsofo, el artista y el loco, en definitiva, un raro), le resultaba fascinante yadmirable, la posibilidad de que sus ideas se expandiesen como estandartes de la modernidad,de lo nuevo, a Daro le provocaba espanto. Tanto pavor le produca, que incluso en su famosa

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    16 La edicin crtica de las obras de Nietzsche comenz en 1964 y ha sido responsabilidad de los filsofos G.Colli y M. Montinari. Friedrich Nietzsche. Werke. Kritische Gesamtausgabe. Ed. G. Colli y M. Montinari. Berlin. Walterde Gruyter. 1967. Sobre las ediciones de las obras de Nietzsche resulta muy til la Bibliografa de Gianni Vattimo.Introduccin a Nietzsche. Barcelona. Pennsula. 1966.

    17 Noel Rivas Bravo, op. cit., pg. 71.18 Rubn Daro, La joven literatura II. Un estilista, lo que vendr en La Nacin, 2 jul., 1899. Citado por Noel

    Rivas, op. cit., pg. 69.

  • Letana a Nuestro Seor Don Quijote, suplica la intercesin del Caballero de la triste figura paralibrarnos de los superhombres de Nietzsche.

    De tantas tristezas, de dolores tantos,de los superhombres de Nietzsche, de cantosfonos, recetas que firma un doctor,de las epidemias de horribles blasfemiasde las Academias, lbranos, seor.

    Y es quiz este miedo a la expansin de las ideas nietzscheanas (entendiendo por tal la vul-garizacin de la filosofa de Nietzsche, surgidas ms a la luz al resplandor del personaje, quetras la lectura y anlisis de sus obras), una de las razones que excluyeron al filsofo de Sils Marade aparecer como uno ms de los de Los raros.

    Sin analizar cules podran ser las razones de este miedo, me limitar a apuntar una queconsidero fcilmente identificable: el cristianismo al que Rubn Daro no renuncia, bienporque no puede, bien porque no quiere. Son numerosas las composiciones donde estalucha interior por su religiosidad se trasluce en todo su dramatismo. Una lucha que ejempli-fica en el nicaragense el conflicto que en el mundo hispnico se produce entre los idealeslaicos y racionalistas de la Modernidad y la arraigada tradicin cristiana de Amrica Latina,esto es, el proceso de secularizacin que ya seal como uno de los ejes sobre los que se con-figura la Modernidad. En el poema Caminos encontramos reflejado con enorme nitidezeste conflicto:

    Qu verdad se indica,cul es la va santa,cuando Jess predicao cuando Nietzsche canta?La va de querer,o la va de obrar?La va de podero la va de amar?.........................Santidad y herosmotienen el propio vuelocon el genio que vuela entre los dos:los Santos y los Hroestienen el propio cielo, y todos ellos buscan la direccin de Dios19.

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    19 En O.C., V, pgs. 1.440-1.442. Citado por Gonzalo Sobejano, op. cit., pg. 203.

  • Como afirma Louis Bourne, Rubn Daro

    fue prisionero de la religin de su formacin e incapaz de mantenerla; se nos manifiesta ate-morizado por la posibilidad de dejarla definitivamente, incluso con un sentido de pecado, eintenta hallar otras opciones20.

    Quiz por eso termina dibujando un Dios a su medida, un Dios que parece un creadorartstico, un poeta. Un Dios para Santos y Poetas, para los que aman y para los que pue-den. ste es el Dios que define en el prembulo a Paz (1915): Dios no es sino una granVoluntad que penetra todas las cosas por la naturaleza de su intensidad [...] Yo creo enese Dios21.

    Sin duda, el anuncio de la muerte de Dios anunciada por Nietzsche en La Gaya Ciencia,debi remover an ms la precaucin de Daro por las ideas del filsofo de Sils Mara.Aunque aquello que Nietzsche parece defender tras tan manoseado eslogan pudiera inclusoser compartido por el nicaragense. El tema de la muerte de Dios representa en Nietzsche elfin de toda concepcin idealista y el fin de la metafsica occidental, representa la negacin detodos los trasmundos inventados por la religin, la gran mentira que convierte a la vida enuna sombra y al vivir en lo que Sartre llam un ejercicio de mala fe. La idea de Dios, enten-dida como el fundamento del mundo verdadero, es la gran enemiga de la vida. El espritulibre es aqul que es capaz de perderle el respeto, capaz de asumir la desaparicin de estefundamento, es decir, capaz de asumir que se debe acabar con el mundo verdadero (lo queimplica acabar con la dicotoma entre mundo verdadero y mundo de las apariencias), liqui-dar a la metafsica y aceptar que nada debe sustituirla. La muerte de Dios empuja al hombreal mbito de la libertad plena, donde la nica necesidad es la creacin; la creacin de nuevasposibilidades de ser humanos ms all del bien y del mal. No hay anhelo ultramundano, elnico anhelo es la propia vida. Unas ideas que no estn tan lejos del pensamiento que setransluce en algunos textos de Daro, de algunas composiciones donde se le escurre, comosin darse cuenta, una concepcin vitalista del mundo, de la luz, poemas donde canta a la luzmediterrnea, como hace en Helios: Helios! Portaestandarte/de Dios, padre delArte/danos siempre el anhelo de la vida. O poemas donde exalta el triunfo del Arte, porencima de todo, por encima incluso de las categoras transcendentales kantianas del pen-samiento, como en el poema de 1989, Cyrano en Espaa: El Arte es el glorioso vence-dor. Es el Arte/el que vence el espacio y el tiempo.

    Si bien, junto a esta entrega a ideales apolneos de belleza y a anhelos vitalistas, el pen-samiento filosfico de Rubn se resiste a aceptar plenamente los martillazos del autor delAnticristo. En ocasiones la filosofa que se desprende de los versos de Daro parece oponerse a

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    20 Louis Bourne. Fuerza invisible. Lo divino en la poesa de Rubn Daro. Mlaga. Analecta Malacitana. 1999, pg.371.

    21 Citado por Louis Bourne, op. cit., pg. 371.

  • cualquier intento de abandonar las seguridades de los valores e ideales transcendentes. Assucede en La cancin de los osos22:

    Bien sabis: la vida es corta,Y teniendo en vuestras fauces una torta,O un panal,Profesis vuestros principios ms all del Bien y del Mal.

    En ocasiones, esta oposicin al pensamiento inmoralista de Nietzsche se transforma enalgunos pasajes de la obra de Daro en desprecio. Es el caso que recoge Noel Rivas, del estudioque Rubn dedica en la segunda edicin de Los raros a una de las obras de Camilo Mauclaire,El arte en silencio, donde dice: El alma de nuestro siglo est analizado con penetracin ycordura a la luz de una filosofa amplia y generosa, poco conocida en estos tiempos de super-hombros y otras Nietzschedades23.

    Son numerosas las alusiones sobre algn aspecto de la figura o el pensamiento de Nietzscheen Rubn Daro. Pero ello no implica, como sugiere Rivas Bravo, que tal abundancia de referen-cias pueda servir para justificar que Daro conociera en profundidad el pensamiento deNietzsche. En este punto, me parece ms acertada la afirmacin de Debicki y Doudoroff, cuan-do sostienen que las lecturas del nicaragense sobre el filsofo eran de segunda mano, trata-mientos periodsticos con toda probabilidad24. En esto tampoco la cantidad es sinnimo decalidad. La mayor parte de las alusiones, o referencias indirectas, en ningn momento muestranun conocimiento exhaustivo de la obra. Y como ya hemos visto, el artculo dedicado al filsofopublicado en La Nacin, tampoco. Lo cual, ciertamente, no es bice para que el nicaragensehubiera sido un gran conocedor de la filosofa del alemn. Pero de haber sido as, por qu enton-ces tanto rechazo, tanto desprecio, si como estamos viendo hay numerosos elementos comunesentre ambos. Nuevamente, la cuestin religiosa pudiera aproximarnos a la respuesta. Un casodigno de mencin en este sentido es el poema Peregrinaciones. En sus versos el poeta recreasu vida como un recorrido alegrico desde la oscuridad a la alegra de la fe y del milagro. Y es pre-cisamente en ese camino donde la figura de Nietzsche molesta y es condenada por su atesmo:

    Por las calles de los difuntosvi a Nietzsche y Heine en sangre tintosparecan que estaban juntose iban por caminos distintos

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    22 Citado por Reichardt Dieter, Ruben Daro y Alemania, Papeles Revista del Ateneo de Caracas, mayo-julio,1967, pg.182.

    23 Noel Rivas, op. cit., pg. 74.24 Rubn Daro. Azul Prosas profanas. Edicin, estudio y notas de Andrew P. Debicki y Michael J. Doudoroff.

    Madrid. Alambra. 1985, pg. 46.

  • No slo en la poesa hay ataques al alemn, tambin en los cuentos observamos esta inqui-na contra el filsofo que de vez en vez padeca el nicaragense. En el cuento Por el Rhin, laprotagonista, la muy dariana Margarita, grita desde la ventana a un personaje que se caracteri-za a s mismo como el magnnimo Zarathustra: Muerte a Nietzsche el loco!.

    Empero esta agresividad, el trato se suaviza cuando, como he sealado, la alusin se hace alpersonaje y no al pensamiento. Por ejemplo, en Versos de ao nuevo, donde Nietzsche aparecerepresentando la amable nostalgia de las tabernas y las tertulias argentinas.

    Kant y Nietzsche y SchopenhauerEbrios de cerveza y de azurIban, gracias al calembourA tomarse su chop en Auers25.

    Hasta aqu he recogido algunas alusiones a la figura de Nietzsche en la obra de Rubn Daro.Como ha quedado reflejado, el trato a la figura y al pensamiento del filsofo por parte del poetaes desigual. Admirativo cuando lo representado es el personaje, fustigado, e incluso mandadoasesinar, cuando la representacin roza su filosofa moral. Y sin embargo, tambin he apunta-do algunos temas donde la filosofa de ambos autores coincide. En este ltimo apartado, trata-r de mostrar cmo la tica inmoralista de Nietzsche est en concordancia con la moral est-tica propugnada por Rubn Daro, y cmo ambas coinciden en la tica aristocrtica del artista.

    3. La moral esttica y la tica del artistaEn un pequeo libro titulado Rubn Daro y la moral esttica, lvaro S. Jofre sita las aporta-

    ciones del modernismo desde la dialctica civilizacin y barbarie tal y como se plantea en elconocido libro de Sarmiento26. Esta dialctica implica dos movimientos. El primero, que uti-lizar como eje de mi argumentacin, sigue el sentido barbarie-civilizacin y, en el mbito dela literatura hispanoamericana, se puede observar

    en la reaccin que partiendo del naturalismo literario y del positivismo filosfico los conduce,sin desvirtuarlos en lo que tienen de fecundos, a disolverse en concepciones ms altas [...]27.

    Pues bien, el desarrollo de la moral esttica transcurre paralelo a este primer movimientode la modernidad hispanoamericana, cuya anunciada superacin vendr precisamente de lamano de la literatura y el arte. Dice Jofre que la moral esttica se define a partir de la sustitu-cin del juicio tico por el juicio esttico. Este ltimo es un juicio puro cuando no caben en llos intereses, ni los apasionamientos, ni ninguna determinacin externa al sujeto. As, la moral

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    25 Citado por Noel Rivas Bravo, op. cit., pg. 79.26 D.F. Sarmiento. Facundo. Civilizacin y barbarie. Madrid. Nacional. 1975.27 Jos E. Rod. Rubn Daro. Montevideo. Ed. Jos Rod. 1899.

  • pura aparece cuando la voluntad del sujeto est determinada por principios interiores, y noexteriores como las pasiones, la poltica, la sociedad, etc. Cuando la moral pura se pronunciacomo juicio esttico surge el esteticismo moral.

    El ejercicio de esta moral esttica implica algunas actitudes tpicas del modernismo. Entreellas est, por ejemplo, la torre de marfil que simbolizara el objeto puro, el mbito puro del arteal que aspira la moral esttica y cuya bsqueda en el modernismo, en Rubn Daro, se orientadesde un voluntarismo que se esfuerza por construir un mbito unitario y armnico de la vida.La moral esttica construye, por tanto, un mbito de marginalidad con respecto a lo exterior, alos otros. Al esteticismo moral le sigue la bsqueda de la anormalidad, de la rareza. Recordemosel ejemplo de Los raros de Daro. Una rareza que en los otros se observa con fascinacin, comola conquista de un tesoro. Por eso quiz la fascinacin que, como he tratado de mostrar, Darosiente por el personaje de Nietzsche. Como por los otros raros. Incluso por un decadentismoque puede aproximar a la anormalidad. Ser maldito supone, desde el juicio esttico, regirseconforme a una moral que se ha olvidado de los otros, de valores externos, extramundanos.Esta moral esttica es tambin la moral del hroe, la moral del hombre en el horizonte de la tra-gedia que se puede definir, con palabras del profesor Antonio Blanch:

    como un ser deseante, constantemente impulsado hacia algo que parece necesitar, aunque esealgo caiga muchas veces fuera de su alcance. Curiosamente, por resultarle inasequible su obje-tivo, tiende el deseo humano a afirmarse con mayor intensidad y a movilizar a su favor otrastendencias secundarias, an aquellas aparentemente contradictorias28.

    Una definicin que sirve tambin para el artista en general, y en especial para la sensi-bilidad del poeta modernista. Por eso, la moral del artista es siempre trgica porque sloen su creacin se da lo infinito del anhelo y lo limitado de las posibilidades para llevarlo acabo.

    Pues bien, esta moral esttica, como ya he sugerido, la encontramos en Rubn Darotematizada en su concepcin aristocrtica del Arte, recordemos el Prlogo de Cantos deVida y Esperanza: Yo no soy un poeta para las muchedumbres, aunque s que indefectible-mente tengo que ir a ellas; en el egotismo de su poesa, mi poesa es ma en m; o en lavaloracin de lo excelente, de lo fuera de lo comn, de lo extrao, que como ya he dicho, serefleja en Los raros. Pero, como a continuacin tratar de mostrar, la moral esttica delmodernismo se puede fundamentar en la filosofa de Nietzsche. De este modo, la influenciadel filsofo alemn en la obra de Daro est radicalmente presente, en el sentido en que lacreacin artstica puede ser explicada desde la reflexin filosfica. Es decir, en el sentido enque desde la filosofa de Friedrich Nietzsche podemos explicar algunos aspectos de la crea-cin literaria de Rubn Daro.

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    28 Antonio Blanch. El hombre imaginario. Una antropologa literaria. Madrid. PPC. 1995, pg. 349.

  • Peter Berkowitz en un libro reciente sobre Nietszche titul uno de sus captulos La tica delarte: El nacimiento de la tragedia29; en l analiz el nacimiento de la tragedia no desde lo que la cr-tica ha venido considerando el tema dominante de esta obra: la creatividad artstica, sino desdeotra categora: la sabidura. Por ello, Berkowitz, ms all de las afirmaciones de Nietzsche en elPrefacio de la obra en la que justifica la existencia del mundo slo como fenmeno esttico30,defiende que el inters principal del autor en este texto est estrechamente ligado a lo que elScrates de Platn llamaba la antigua querella entre filosofa y poesa. Una querella, digamos,que no es ajena a este estudio. El problema se formula en torno a la siguiente cuestin: Qu es msadecuado para la comprensin del mundo y del cosmos, la poesa o el pensamiento filosfico? Larespuesta de Nietzsche es clara: el Arte es ms adecuado y, por ende, ms sabio que la filosofa.

    Pero dentro del Arte, el mito trgico simboliza la sabidura dionisaca expresada con losmedios apolneos. Lo que interpretado desde la categora de la sabidura apuntada porBerkowitz implica que la tragedia es el mejor instrumento del conocimiento. En Daro, estsubyacente esta conviccin en algunos de sus poemas, en especial en aquellos que tratan temasexistenciales. Un claro ejemplo de lo que estoy diciendo sera el poema Nocturno de Cantosde vida y esperanza, donde todo un conjunto de dudas existenciales sazonadas por las pequeasocupaciones diarias, las dudas religiosas, o la bohemia, elevan el poema a la categora de lo tr-gico desde donde se comprende la fugacidad del tiempo.

    En El nacimiento de la tragedia, Nietzsche formula un movimiento paralelo al que seal alhablar de la configuracin de la moral esttica en Hispanoamrica, en el sentido barbarie-civi-lizacin, cuando arremete contra la idea de que exista una armona previa representada por lacalma de los dioses Olmpicos. Era el ideal de mesura apolneo el que armonizaba, el mismoideal que transformaba las fiestas orgisticas en autnticas celebraciones que representaban eldespertar del arte en comunin con la naturaleza o la voluntad de vivir. Pero esta unidad se vertruncada, para Nietzsche, por la traicin de Scrates, que en nuestro paralelismo estara repre-sentada por la razn instrumental de la modernidad, reflejada en el positivismo y el historicis-mo, al poner la vida en funcin de una hipottica razn, en lugar de poner la razn en funcinde la vida. La disociacin de estos valores est en la base de la cultura occidental, que nace jus-tamente a partir del sometimiento de la vida a la razn, de lo dionisiaco a lo apolneo, o mejordicho, de la disolucin de ambos aspectos, ya que en la cultura antigua estos dos aspectos son,para Nietzsche, correlativos. Aspectos que estn presentes en el Arte. Por eso, la reflexin est-tica aparece como modelo de la reflexin filosfica, y la crtica al falseamiento de la visin delmundo antiguo puede entenderse tambin, en clave contempornea, como una crtica al his-toricismo y al positivismo del siglo XIX.

    Por todo ello, adems de las alusiones directas en la obra del nicaragense a la figura y alpensamiento de Friedrich Nietzsche, algunas de las cuales han sido sealadas en este trabajo,

    Javier Garca Cristbal Una aproximacin a la influencia de Friedrich Nietzsche en la obra...

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    29 Peter Berkowitz. Nietzsche. La tica de un inmoralista. Madrid. Ctedra. 2000, pgs. 70-96.30 Ibd., pg. 70.

  • hay, sin duda, una influencia del filsofo de Sils Mara en la obra de Rubn Daro y probable-mente del Modernismo entero, paralela a la influencia que Nietzsche ha tenido, y tiene, en laModernidad. Una investigacin ms exhaustiva que sta puede servir para entender mejor losprocesos dialcticos de construccin y derribo que han acompaado, o mejor, que acompaana la Modernidad.

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