1
Nanotecnología, nanometro, nanociencia, nanoscópico,..., el prefijo nano está formando un nuevo vocabulario. Parece como si todo lo anterior, todo lo que conocíamos, al adherirse a la raíz nano- (del griego, enano, pequeño...) resurgiera con un significado magnificado. El mundo que se advierte en lo diminuto, el nanomundo, se rige por leyes extrañas, diferentes, incluso controvertidas. ¿No nos estremeceríamos de sorpresa si lanzáramos una manzana contra un muro y ésta apareciera intacta al otro lado? Contra todo lo que se pueda llegar a pensar, la ciencia nanoscópica está más cercana al mundo de nuestros sueños, de nuestras fantasías, un mundo aparentemente construido por ilusionistas y magos. Para los amantes de lo fantástico, en su mayor y más completo sentido, ver como una manzana cae de un árbol sigue siendo un fenómeno sorprendente, ¿cómo dos cuerpos se atraen por el simple hecho de tener masa?, “!!!Inconcebible¡¡¡”, que diría Vizzini en “La Princesa Prometida”[1]. Y es que los fenómenos, no por ser norma, y por consiguiente normales, pueden alejarse de la sorpresa, del misterio y, por tanto, de nuestras sensaciones más profundas. Todas las ramas del saber y del sentir son capaces de producir esas sensaciones. Lo que realmente conocemos es la forma de pensar y dar explicación a los fenómenos, en todas sus diferentes variantes: arte, ciencia, filosofía, mito,… Pero, ¿son parcelas disjuntas?, ¿hay algo de mítico en la ciencia?, ¿hay algo de ciencia en el arte?, ¿hay algo de arte en el mito?, y así, sucesivamente. Chris de la mañana, susurrando sobre el micrófono de la KOSO de su helada Cicely en Alaska, no dudaría en eliminar cualquiera de esas artificiosas fronteras. Con sus propias palabras [2]: Desde los albores de la civilización, la mitología nos ha acompañado como un arte de la explicación. No es de extrañar que en la misma Ilíada [3] tengamos ya un gran referente de cómo lo pequeño hace referencia a lo máximo, estableciendo una analogía con la nanotecnología. El escudo de Aquiles representa un microcosmos. Sobre ese círculo de pequeñas dimensiones forjado por Hefesto, todo queda representado. Pero si este ejemplo no fuese suficiente, no hay más que acercarse al museo británico y contemplar una de las maravillas de la arqueología: el vaso de Licurgo [4]. Las sorprendentes cualidades en la transmisión y reflexión de la luz de dicha pieza histórica solo pueden ser explicadas hoy en día por medio de la Nanotecnología. Una pieza en donde conviven el mito, el arte, la historia y la ciencia. En el arte, el lenguaje muchas de las veces recurre a caminos obtusos, zigzagueantes. Sin embargo, en su periplo también se ha buscado la condensación, el máximo dentro de lo mínimo, alcanzando lo sublime desde lo más pequeño. Un ejemplo perfecto son los Haikus japoneses, y dentro de este género, sin miedo a la mezcla cultural, algunos de Jose Luis Borges [5] resultan muy sugestivos y emocionantes. Por ejemplo: En este Haiku, de escasas siete palabras, podemos hacer un recorrido a lo largo del tiempo. La inmensidad del pasado, representada por la “vieja mano”, escribe en el presente para que en el inmenso futuro sus versos sean olvidados. Leemos además, desde la primera línea (la mano que viene del pasado) hasta la ultima, el futuro (lo que sucederá irremediablemente). ¿Y qué sucede con la Ciencia? La mecánica cuántica proporciona a la Nanotecnología sus sorprendentes cualidades, donde las manzanas pueden atravesar paredes, donde un gato puede estar vivo y muerto a la vez, como si estuviera condenado a deambular por el Hades. Construye un imaginario social sorprendente, mágico, fantástico y mítico. Como en un rito chamanístico, los científicos invocarán a la función de onda, a las densidades de probabilidad, a las funciones de transferencia, a los hamiltonianos matriciales, tan misteriosos como el mismísimo dragón de Merlín, como el Polifemo de Odiseo o como los dedos de Eos abriendo el amanecer, pero a la vez, tan placenteros y reales al ser imaginados. En esta exposición no queremos cerrar la puerta a ninguno de todos estos magos, a ninguna de las fantásticas aventuras del ser humano, y para ello queremos dibujar con nuestra ilusión, con nuestra magia, una caverna actualizada, un espacio oscuro construido con las nuevas tecnologías que el progreso ha dado a nacer. El arte, la ciencia y el mito se van a dar la mano para hablar de Nanotecnología, y cada uno de sus magos nos hará disfrutar del misterio de lo desconocido, desde su propio rincón. Y de esta forma, enlazados entre mitos e hipótesis, creencias y experimentos, entre leyendas y demostraciones, encontraremos esa luz tenue de una pequeña vela robada a los dioses, rodeada por esa gigantesca oscuridad necesaria y acogedora que nos permitirá temblar, imaginar y sentirnos vivos. [1] “La Princesa Prometida” (The Princess Bride). Rob Reiner, 98 minutos, 1987. [2] Extracto del guión del capítulo “Despierta” (Tercera Temporada) de la serie “Doctor en Alaska” (Norther Exposure), Joshua Brand y John Falsey. [3] Ilíada, XVIII, 478 – 608. [4] http://www.britishmuseum.org/explore/highlights/highlight_objects/pe_mla/t/the_lycurgus_cup.aspx [5] Jose Luis Borges. Diecisiete Haiku. Madrid. Alianza Editorial. 1981. Col. Alianza Tres, 159. La vieja mano sigue trazando versos para el olvido “Cuando pensamos en un mago, la imagen que nos viene a la mente es la de Merlín. Una larga barba blanca, un sombrero de cucurucho,... ¿no es así? Bueno, en una de las leyendas del rey Arturo, este arquetípico mago se retira, se jubila del negocio de los conjuros. Sus motivos: lo racionalista domina. Se acaba la era de la magia. Bueno, el viejo Merlín debería haberse quedado porque esos mismos racionalistas, intentando poner una cuerda alrededor de la realidad, de repente se han encontrado con la psicodélica tierra de la Física. Una tierra de quarks y neutrinos, un lugar que se niega a jugar bajo las reglas de Newton, un lugar que se niega a jugar bajo ninguna regla, un lugar más apropiado para los Merlines del mundo”. Nanoconfluencias: Nanoconfluencias: Miradas art Miradas art í í sticas hacia lo inmensamente peque sticas hacia lo inmensamente peque ñ ñ o. o. A la memoria de: Pilar Juan Martí – Miguel Muñoz García Laura Mataix Mataix – Vicente Matutano Latre Guillermo Muñoz Matutano Agradecimientos: Amparo Gasent Moscardó Joan Muñoz Matutano Pablo de la Cruz Martínez Elena Garcerá Rius Isabel Maria Martínez Ascensión Camero Arranz Joan Pascual García Pilar Bosch Roig Salomé Cuesta Valera Maria José Martinez de Pisón Pilar Muñoz Juan Aidan Imamkulieva Ricardo Pérez Blasco Josep Canet Ferrer Maria Vidal Matutano Organiza: Asociación cultural “Piratas de la Ciencia” Patrocina:

Nanotecnología, nanometro, nanociencia, nanoscópico,..., el prefijo nano está formando un nuevo vocabulario. Parece como si todo lo anterior, todo lo que

Embed Size (px)

Citation preview

Page 1: Nanotecnología, nanometro, nanociencia, nanoscópico,..., el prefijo nano está formando un nuevo vocabulario. Parece como si todo lo anterior, todo lo que

Nanotecnología, nanometro, nanociencia, nanoscópico,..., el prefijo nano está formando un nuevo vocabulario. Parece como si todo lo anterior, todo lo que conocíamos, al adherirse a la raíz nano- (del griego, enano, pequeño...) resurgiera con un significado magnificado. El mundo que se advierte en lo diminuto, el nanomundo, se rige por leyes extrañas, diferentes, incluso controvertidas. ¿No nos estremeceríamos de sorpresa si lanzáramos una manzana contra un muro y ésta apareciera intacta al otro lado? Contra todo lo que se pueda llegar a pensar, la ciencia nanoscópica está más cercana al mundo de nuestros sueños, de nuestras fantasías, un mundo aparentemente construido por ilusionistas y magos.

Para los amantes de lo fantástico, en su mayor y más completo sentido, ver como una manzana cae de un árbol sigue siendo un fenómeno sorprendente, ¿cómo dos cuerpos se atraen por el simple hecho de tener masa?, “!!!Inconcebible¡¡¡”, que diría Vizzini en “La Princesa Prometida”[1]. Y es que los fenómenos, no por ser norma, y por consiguiente normales, pueden alejarse de la sorpresa, del misterio y, por tanto, de nuestras sensaciones más profundas. Todas las ramas del saber y del sentir son capaces de producir esas sensaciones. Lo que realmente conocemos es la forma de pensar y dar explicación a los fenómenos, en todas sus diferentes variantes: arte, ciencia, filosofía, mito,… Pero, ¿son parcelas disjuntas?, ¿hay algo de mítico en la ciencia?, ¿hay algo de ciencia en el arte?, ¿hay algo de arte en el mito?, y así, sucesivamente. Chris de la mañana, susurrando sobre el micrófono de la KOSO de su helada Cicely en Alaska, no dudaría en eliminar cualquiera de esas artificiosas fronteras. Con sus propias palabras [2]:

Desde los albores de la civilización, la mitología nos ha acompañado como un arte de la explicación. No es de extrañar que en la misma Ilíada [3] tengamos ya un gran referente de cómo lo pequeño hace referencia a lo máximo, estableciendo una analogía con la nanotecnología. El escudo de Aquiles representa un microcosmos. Sobre ese círculo de pequeñas dimensiones forjado por Hefesto, todo queda representado. Pero si este ejemplo no fuese suficiente, no hay más que acercarse al museo británico y contemplar una de las maravillas de la arqueología: el vaso de Licurgo [4]. Las sorprendentes cualidades en la transmisión y reflexión de la luz de dicha pieza histórica solo pueden ser explicadas hoy en día por medio de la Nanotecnología. Una pieza en donde conviven el mito, el arte, la historia y la ciencia.

En el arte, el lenguaje muchas de las veces recurre a caminos obtusos, zigzagueantes. Sin embargo, en su periplo también se ha buscado la condensación, el máximo dentro de lo mínimo, alcanzando lo sublime desde lo más pequeño. Un ejemplo perfecto son los Haikus japoneses, y dentro de este género, sin miedo a la mezcla cultural, algunos de Jose Luis Borges [5] resultan muy sugestivos y emocionantes. Por ejemplo:

En este Haiku, de escasas siete palabras, podemos hacer un recorrido a lo largo del tiempo. La inmensidad del pasado, representada por la “vieja mano”, escribe en el presente para que en el inmenso futuro sus versos sean olvidados. Leemos además, desde la primera línea (la mano que viene del pasado) hasta la ultima, el futuro (lo que sucederá irremediablemente).

¿Y qué sucede con la Ciencia? La mecánica cuántica proporciona a la Nanotecnología sus sorprendentes cualidades, donde las manzanas pueden atravesar paredes, donde un gato puede estar vivo y muerto a la vez, como si estuviera condenado a deambular por el Hades. Construye un imaginario social sorprendente, mágico, fantástico y mítico. Como en un rito chamanístico, los científicos invocarán a la función de onda, a las densidades de probabilidad, a las funciones de transferencia, a los hamiltonianos matriciales, tan misteriosos como el mismísimo dragón de Merlín, como el Polifemo de Odiseo o como los dedos de Eos abriendo el amanecer, pero a la vez, tan placenteros y reales al ser imaginados.

En esta exposición no queremos cerrar la puerta a ninguno de todos estos magos, a ninguna de las fantásticas aventuras del ser humano, y para ello queremos dibujar con nuestra ilusión, con nuestra magia, una caverna actualizada, un espacio oscuro construido con las nuevas tecnologías que el progreso ha dado a nacer. El arte, la ciencia y el mito se van a dar la mano para hablar de Nanotecnología, y cada uno de sus magos nos hará disfrutar del misterio de lo desconocido, desde su propio rincón.

Y de esta forma, enlazados entre mitos e hipótesis, creencias y experimentos, entre leyendas y demostraciones, encontraremos esa luz tenue de una pequeña vela robada a los dioses, rodeada por esa gigantesca oscuridad necesaria y acogedora que nos permitirá temblar, imaginar y sentirnos vivos.

[1] “La Princesa Prometida” (The Princess Bride). Rob Reiner, 98 minutos, 1987.[2] Extracto del guión del capítulo “Despierta” (Tercera Temporada) de la serie “Doctor en Alaska”(Norther Exposure), Joshua Brand y John Falsey.[3] Ilíada, XVIII, 478 – 608.[4] http://www.britishmuseum.org/explore/highlights/highlight_objects/pe_mla/t/the_lycurgus_cup.aspx[5] Jose Luis Borges. Diecisiete Haiku. Madrid. Alianza Editorial. 1981. Col. Alianza Tres, 159.

La vieja manosigue trazando versos

para el olvido

“Cuando pensamos en un mago, la imagen que nos viene a la mente es la de Merlín. Una larga barba blanca, un sombrero de cucurucho,... ¿no es así? Bueno, en una de las leyendas del rey Arturo, este arquetípico mago se retira, se jubila del negocio de los conjuros. Sus motivos: lo racionalista domina. Se acaba la era de la magia. Bueno, el viejo Merlín debería haberse quedado porque esos mismos racionalistas, intentando poner una cuerda alrededor de la realidad, de repente se han encontrado con la psicodélica tierra de la Física. Una tierra de quarks y neutrinos, un lugar que se niega a jugar bajo las reglas de Newton, un lugar que se niega a jugar bajo ninguna regla, un lugar más apropiado para los Merlines del mundo”.

Nanoconfluencias:Nanoconfluencias:Miradas artMiradas artíísticas hacia lo inmensamente pequesticas hacia lo inmensamente pequeñño.o.

A la memoria de:

Pilar Juan Martí – Miguel Muñoz García

Laura Mataix Mataix – Vicente Matutano Latre

Guillermo Muñoz Matutano

Agradecimientos:Amparo Gasent MoscardóJoan Muñoz MatutanoPablo de la Cruz MartínezElena Garcerá RiusIsabel Maria MartínezAscensión Camero ArranzJoan Pascual GarcíaPilar Bosch RoigSalomé Cuesta ValeraMaria José Martinez de PisónPilar Muñoz JuanAidan ImamkulievaRicardo Pérez BlascoJosep Canet FerrerMaria Vidal Matutano

Organiza:

Asociación cultural “Piratas de la Ciencia”

Patrocina: