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valeriano-carrasquillo
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Música:12-Stolen-Eyes;present:B.Areskurrinaga HC; Texto: M.Pereira-fragmentos
1-noviembre-
En aquel tiempo, al ver Jesús el gentío, subió a la montaña, se sentó y se acercaron sus discípulos;
y Él se puso a hablar enseñándolos: - Bienaventurados los pobres de espíritu …
En aquel tiempo, al ver Jesús el gentío, subió a la montaña, se sentó y se acercaron sus discípulos;
y Él se puso a hablar enseñándolos: - Bienaventurados los pobres de espíritu …
Quienes viven con el Maestro,
viven las actitudes del Reino,
Quienes viven con el Maestro,
viven las actitudes del Reino,
Jesús no sólo proclamó las bienaventuranzas, sino que las vivió.
Jesús no sólo proclamó las bienaventuranzas, sino que las vivió.
Por eso, la proclamación de
las bienaventuranzas va precedida de
de la actividad de Jesús: le rodeaban enfermos de toda clase, aquejados
de diversos males, endemoniados,
epilépticos, paralíticos, y él los
curaba (4, 23-24).
El sermón del monte es una síntesis de
vida cristiana.
En él, las palabras de Jesús tienen un marco
solemne: habla desde un monte, lugar tradicional de la manifestación de Dios; y cerca de sus discípulos,
rodeado de las multitudes que le siguen,
y en actitud de enseñar.
Los destinatarios son todos, somos todos.
Los gritos de alegría de Jesús, por la llegada del
Reino de Dios y la liberación que viene
con él, fueron interpretados en las
comunidades a las que escribe Mateo como
orientaciones para la conversión y el
cambio de vida que exige dicho
acontecimiento.
Los que viven según el estilo del Reino y encarnan estas actitudes
serán dichosos y tendrán su recompensa en Dios.
Los que viven según el estilo del Reino y encarnan estas actitudes
serán dichosos y tendrán su recompensa en Dios.
En cada una de las bienaventuranzas existe una tensión entre la situación
presente y la que está a punto de brotar.
En cada una de las bienaventuranzas existe una tensión entre la situación
presente y la que está a punto de brotar.
Los pobres, los que sufren, los que tienen
hambre, los misericordiosos... van a ver cambiada su suerte. La actual situación no es
la querida por Dios.
Los pobres, los que sufren, los que tienen
hambre, los misericordiosos... van a ver cambiada su suerte. La actual situación no es
la querida por Dios.
Las bienaventuranzas declaran DICHOSOS a los pobres de espíritu, o sea, a los que han
puesto su confianza sólo en el Señor, a los que tienen la actitud religiosa de
desprendimiento y confianza en Dios;
Las bienaventuranzas declaran DICHOSOS a los pobres de espíritu, o sea, a los que han
puesto su confianza sólo en el Señor, a los que tienen la actitud religiosa de
desprendimiento y confianza en Dios;
La dicha de los pobres radica en el hecho mismo de que ya ha llegado para ellos el Reino de Dios, y en que Dios los ama.
Sin hacer presente el Reino entre nosotros es una farsa proclamar las
bienaventuranzas.
Con las bienaventuranzas
Jesús no sólo proclama que el Reino de Dios ha
llegado, sino que ha llegado
PARA TODOS.
Las bienaventuranzas no van dirigidas a
individuos aislados, o una
élite de consagrados, sino a los creyentes, a
todos los discípulos de
Jesús.
Si algo aparece claro en las bienaventuranzas es que
Dios es el Dios de los pobres, de los que lloran y
sufren. Dios no es insensible al sufrimiento
humano. Dios sufre donde sufre el amor.
Por eso, el futuro proyectado por Dios pertenece a esos hombres y mujeres que sufren porque
apenas hay lugar para ellos en el corazón de los hermanos y
en esta sociedad.
Vivimos en un mundo cada vez más apático, en el que está creciendo la incapacidad para
percibir el sufrimiento ajeno, la incapacidad para sufrir.
En medio de esta apatía social se hace todavía
más significativo el mensaje de las
bienaventuranzas y la fe cristiana en un
DIOS CRUCIFICADO que ha querido sufrir
junto a los abandonados de este mundo.
La verdadera felicidad no es sino la vida misma
cuando es vivida con acierto y plenitud.
La verdadera felicidad no es sino la vida misma
cuando es vivida con acierto y plenitud.
La sociedad actual nos
programa para buscar la
felicidad por caminos
equivocados, que casi
inevitablemente nos conducirán
a vivir de manera
desdichada.
Las bienaventuranzas nos urgen a eliminar programaciones equivocadas.
¿Qué sucedería en mi vida si yo acertara a vivir con un corazón más sencillo, sin
tanto afán de seguridad, con más limpieza interior, más atento a los
que sufren, con la confianza en un Dios que me ama de manera incondicional?
¿En qué creer: en las bienaventuranzas de Jesús o en los reclamos de nuestra sociedad?
Uno se va haciendo creyente cuando va descubriendo prácticamente que somos más felices
cuando amamos, incluso sufriendo, que cuando no amamos y por lo tanto no sufrimos
por ello.
¿En qué creer: en las bienaventuranzas de Jesús o en los reclamos de nuestra sociedad?
Uno se va haciendo creyente cuando va descubriendo prácticamente que somos más felices
cuando amamos, incluso sufriendo, que cuando no amamos y por lo tanto no sufrimos
por ello.
Haití
Ser cristiano es buscar la felicidad,
una felicidad que comienza aquí,
y que alcanzará su plenitud en el
encuentro final con Dios.
Ser cristiano es buscar la felicidad,
una felicidad que comienza aquí,
y que alcanzará su plenitud en el
encuentro final con Dios.Si las bienaventuranzas aparecen
como buena noticia quiere decir que su mensaje no es algo hueco o vacío sino una realidad presente en
nuestra sociedad.
Hay ya en nuestro mundo frutos y
signos de la buena noticia,
del Reino.
Hemos de ser
capaces de descubrirlo
s.
Quien no percibe los signos del Reino ya presente no puede experimentar su cercanía, ni seguir creyendo en su
radical utopía de amor, justicia, paz, fraternidad, verdad, solidaridad, pues
sólo desde la experiencia se puede creer.