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 Mosaico literario de una historia de reyes y de profetas –  1Re 12-2Re 17 Cássio Murilo Dias da Silva Resumen El presenta artículo se concentra en los elementos literarios usados en la composición de la historia sincrónica de los dos reinos divididos, Israel/Efraim y Judá El deuteronomista se  vale de fuentes, documentos, relatos y modos de narrar para componer un relato !ue está le"os de ser neutral #l contrario, el deuteronomista narra la historia de manera intencional$  y tal intencionalidad está presente en detalles mínimos %os varios &'neros literarios, las opciones narrativas y teoló&icas y la coherencia de con"unto demuestran !ue ()eyes (* +*)eyes ( no es solamente la historia de reyes, sino tam-i'n, y principalmente, la historia de profetas 1. ¿La ruptura de un reino? ()eyes (+* es el epílo&o del .%i-ro de la Sucesión Dinástica0 despu's de lar&os capítulos de e1pectativa, finalmente el lector sa-e !uien su-irá al trono de Judá, despu's de David 2na  ve3 !ue Salomón está entroni3ado, sa&rado y revestido, el deuteronomista descri-e los  varios aspectos del suceso r de David0 un rey sa-io 4()e 5,(+6,(78, e1imio constructor 46,(6+ 9,*68, -uen comerciante 49,*:+(;,*98, pero cuyo reino contiene som-ras y tensiones 4((8 Salomón está -astante ideali3ado, casi sin pecados$ pero, de al&una forma, es un político há-il como su padre David mantuvo unido el frá&il consorcio Judá+Israel, por medio de su ha-ilidad política$ de manera diferente, Salomón re!uirió usar la fuer3a %as tensiones entre las dos porciones del reino de Salomón no fueron superadas, apenas !uedaron adormecidas o mal ventiladas %a ascensión de )o-oam, un rey totalmente sin preparación  y sin mayor ha-ilidad política, ofreció la ocasión para la ruptura <or lo tanto, se pre&unta0 =la separación norte+sur constituyó de hecho la división de un imperio> En t'rminos administrativos, sí$ en la práctica, sin em-ar&o, apenas se oficiali3ó el re&reso a lo !ue ha-ía antes de David0 las tri-us de sur y la coalición de las tri-us del norte En otras pala-ras, aun!ue en la historia contada por el deuteronomista, la división del reino salomónico sea casti&o por los pecados de Salomón 4()e ((8, en verdad poseía raíces mucho más anti&uas 4Cf *Sam *;,($ repetido en ()e (*,(:8 2. El trabajo redaccional del deuteronomista ()e (*+ *)e ( narra, de modo sincrónico, las historias de los dos reinos hermanos0 Judá 4Sur8 e Israel o Efraim 4?orte8 Ese -lo!ue de te1to presenta la si&uiente or&ani3ación0 ( %a división del reino 4()e (*+(58$ * %os dos reinos antes de Elías 4()e (7+(:8$ 5+ el ciclo de Elías 4()e ( @ *)e (8$ 7+ El ciclo de Eliseo 4*)e *+A8$ 6+ %os dos reinos hasta la caída de Samaria 4*)e 9+(8 El deuteronomista no escri-ió su o-ra historio&ráfica ex nihilo #ntes, utili3ó el material pre+e1istente al&unas fuentes históricas oficiales y otras no+oficiales, narraciones populares, relatos prof'ticos y otras fuentes indep endient es   <or otro lado, el deuteronomista contó con material tradición, pero tam-i'n heredó y aplicó es!uemas de discursos y modos de narrar historias y, con ellos, compuso sus propios relatos Se trata de &'neros literarios presentes en lar&a escala en la historia de los reinos divididos 2n -reve elenco permitirá concluir la importancia de esos &'neros literarios en la historia sincrónica de los dos reinos hermanos En orden alfa-'tico0

Mosaico Literario de Una Historia de Reyes y de Profetas

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Mosaico literario de una historia de reyes y de profetas 1Re 12-2Re 17Cssio Murilo Dias da SilvaResumenEl presenta artculo se concentra en los elementos literarios usados en la composicin de la historia sincrnica de los dos reinos divididos, Israel/Efraim y Jud. El deuteronomista se vale de fuentes, documentos, relatos y modos de narrar para componer un relato que est lejos de ser neutral. Al contrario, el deuteronomista narra la historia de manera intencional; y tal intencionalidad est presente en detalles mnimos. Los varios gneros literarios, las opciones narrativas y teolgicas y la coherencia de conjunto demuestran que 1Reyes 12 -2Reyes 17 no es solamente la historia de reyes, sino tambin, y principalmente, la historia de profetas.1. La ruptura de un reino?1Reyes 1-2 es el eplogo del Libro de la Sucesin Dinstica: despus de largos captulos de expectativa, finalmente el lector sabe quien subir al trono de Jud, despus de David. Una vez que Salomn est entronizado, sagrado y revestido, el deuteronomista describe los varios aspectos del sucesor de David: un rey sabio (1Re 3,1-5,14), eximio constructor (5,15-9,25), buen comerciante (9,26-10,29), pero cuyo reino contiene sombras y tensiones (11). Salomn est bastante idealizado, casi sin pecados; pero, de alguna forma, es un poltico hbil como su padre. David mantuvo unido el frgil consorcio Jud-Israel, por medio de su habilidad poltica; de manera diferente, Salomn requiri usar la fuerza. Las tensiones entre las dos porciones del reino de Salomn no fueron superadas, apenas quedaron adormecidas o mal ventiladas. La ascensin de Roboam, un rey totalmente sin preparacin y sin mayor habilidad poltica, ofreci la ocasin para la ruptura.Por lo tanto, se pregunta: la separacin norte-sur constituy de hecho la divisin de un imperio? En trminos administrativos, s; en la prctica, sin embargo, apenas se oficializ el regreso a lo que haba antes de David: las tribus de sur y la coalicin de las tribus del norte. En otras palabras, aunque en la historia contada por el deuteronomista, la divisin del reino salomnico sea castigo por los pecados de Salomn (1Re 11), en verdad posea races mucho ms antiguas (Cf. 2Sam 20,1; repetido en 1Re 12,16).2. El trabajo redaccional del deuteronomista1Re 12- 2Re 17 narra, de modo sincrnico, las historias de los dos reinos hermanos: Jud (Sur) e Israel o Efraim (Norte). Ese bloque de texto presenta la siguiente organizacin:1. La divisin del reino (1Re 12-13);2. Los dos reinos antes de Elas (1Re 14-16);3.- el ciclo de Elas (1Re 17 2Re 1);4.- El ciclo de Eliseo (2Re 2-8);5.- Los dos reinos hasta la cada de Samaria (2Re 9-17).El deuteronomistano escribi su obra historiogrficaex nihilo. Antes, utiliz el material pre-existente algunas fuentes histricas oficiales y otras no-oficiales, narraciones populares, relatos profticos y otras fuentes independientes. Por otro lado, el deuteronomista cont con material tradicin, pero tambin hered y aplic esquemas de discursos y modos de narrar historias y, con ellos, compuso sus propios relatos. Se trata de gneros literarios presentes en larga escala en la historia de los reinos divididos. Un breve elenco permitir concluir la importancia de esos gneros literarios en la historia sincrnica de los dos reinos hermanos. En orden alfabtico: Anuncio de una seal:Normalmente, durante un anuncio de salvacin o de castigo, el mediador proftico declara que un evento futuro confirmar que sus palabras presentes son veraces. Normalmente, el mediador declara que Yahv mismo har ocurrir algo que servir de seal: Esta es la seal; en seguida explica la seal y describe ese evento futuro. En 1Re 13,3, despus de vaticinar el nacimiento de Josas (v. 2), un hombre de Dios annimo anuncia la seal que corrobora su palabra: el altar del santuario de Betel se agrietar y las cenizas que estn sobre ella se desparramarn. Pese a que el nacimiento de Josas ocurrir, aproximadamente, despus de trescientos aos, el altar de Betel se agrietar en aquel mismo instante (sin hablar de la mano de Jeroboam que se queda temporalmente paralizada). Anuncio del nacimiento de un hijo:Este tipo de relato sigue un esquema estereotipado, no obstante cierta flexibilidad de elementos: un mensajero divino (normalmente un ngel) comunica a una mujer estril que ella (milagrosamente) concebir y dar a luz un hijo, al cual se le atribuye un nombre y un destino; se narra tambin las reacciones de la mujer; casi siempre el anuncio es seguido por su cumplimiento, esto es, por el nacimiento del nio. Pese a que 2Re 4,11-17 pertenece a este tipo de relato, tiene la particularidad de que Eliseo no ha sido enviado por Yahv para comunicar tal noticia; antes bien, la promesa es una iniciativa de Eliseo, como un modo de agradecer a la sunamita por su hospitalidad. Incluso Eliseo extiende su mano como gesto de su autoridad y prerrogativa por ser hombre de Dios: la palabra de Eliseo es eficaz y la sunamita, efectivamente, concibe y da a luz un hijo. Sin embargo, 1Re 13,2 no se encuadra en este gnero literario: el annimo hombre de Dios vaticina que nacer Josas, pero tal noticia no es dada a la madre; esto est ms bien, en funcin de la reforma que ser narrada en 2Re 22-23. Declaracin de alianza:Afirmacin por la cual dos partes prometen fidelidad, colaboracin y cumplimiento de obligaciones uno para el otro. Hay varios modos de afirmar tal compromiso. En 1Re 22,4 y 2Re 3,7, yo soy como t, mi pueblo es tu pueblo, mis caballos son tus caballos tiene una connotacin tpicamente militar y la frase es usada para sellar la coalicin de dos reyes de igual poder que salen juntos a la misma batalla. Hasta los mismos reyes muertos son invocados en 1Re 15,19: una alianza entre t y yo, entre mi padre y tu padre. En todos estos casos, los reyes envueltos tienen una paridad de importancia y la alianza es propuesta para la realizacin de un proyecto conjunto. Algo semejante ocurre en 1RE 20,32-33, en el cual el trmino hermano indica que ambos, Acab y Ben Hadad, son reyes de igual poder y que no habr ventaja para Acab en caso de muerte de Ben Hadad. Es manera diferente en 2Re 16,7: soy tu siervo y tu hijo, son palabras del rey vasallo para pedir socorro a su soberano. Es probable que cada una de estas declaraciones tuviesen su respectiva importancia en las relaciones oficiales entre los estados y, por lo mismo, eran incorporadas en los tratados escritos. Entrega de misin:Episodio en el que alguien con autoridad enva a un subordinado a decir algo a una persona especfica. Es muy comn en narraciones de profetas. Cuando se trata de entregar un mensaje, el esquema tpico es: vas a decir a: as dice Yahv:. En 1Re 12,22-24, Yahv ordena que Semaya diga a Roboam y a su ejrcito que no suban a guerrear contra Jeroboam y las tribus del Norte. En 1Re 14,5.7-11, Yahv manda que Ajas de Silo comunique a la mujer de Jeroboam que el hijo de ese rey morira si ella entraba en la ciudad. En 1Re 21,17-19, Elas es enviado a acusar a Ajab por el asesinato de Nabot. El lector es siempre informado de que el mensaje es entregado y ha producido sus efectos: Roboam y su ejrcito desisten de partir a la guerra; cuando la mujer de Jeroboam volvi a su casa y pas por la puerta de su casa, el nio ya estaba muerto; la respuesta de Ajab a Elas es una confesin de su crimen: Entonces, me atrapaste!. An hay que hacer notar la diferencia entre estos tres relatos. En el primero y en el tercero, el deuteronomista no describe la entrega del mensaje, sino que pasa del discurso de Yahv al profeta, a la respuesta de los destinatarios: el deuteronomista deja al lector la tarea de llenar la laguna, una vez que el mensaje se entrega es urgente y no puede ser postergado. En el segundo relato, sin embargo, el deuteronomista retarde el contenido del mensaje, hasta el momento que Ajas repasa a la mujer. Esa dilatacin aumenta el dramatismo del relato, a fin de exaltar la veracidad de las palabras de Ajias. Por otro lado, la misin puede forjar el hacer algo y no decirlo. En 1Re 19,15-16, Yahv enva a Elas a ungir dos reyes y un nuevo mediador proftico. De estas tres misiones, Elas comienza la tercera (ungir a Eliseo: 1Re 19,19-21) y realiza solamente sta; Las otras se realizarn bajo el protagonismo de Eliseo, pero no exactamente como Yahv ordenara a Elas: Eliseo apenas sugiere a Jezael que d un golpe de estado en Damasco, pero no lo unge rey (2Re 8,7-15); quien efectivamente derrama leo sobre la cabeza de Jeh no es Eliseo, sino uno de sus discpulos que l enva (2Re 9,1-13). De ese modo, el deuteronomista instiga al lector a esperar atento la ejecucin de las rdenes dadas por Elas. Fbula:Una historia breve, en la cual animales o plantas hablan y hacen afirmaciones de cuo moral o ideolgico. En 2Re 14,9, por medio de una fbula que implica una zarza, un cedro y unos animales salvajes (todos del Lbano), el rey de Israel intenta evitar una guerra contra el rey de Jud. El uso de los rboles para representar a los reyes es mencionado anteriormente por el deuteronomista (Jue 9,8-15) y la zarza es siempre el rey tirano. Historia de la batalla proftica:Este tipo de relato describe un conflicto militar que es decidido por la actuacin de un mediador proftico. En 1Re 20,1-34, la actuacin de un profeta (posteriormente calificado como hombre de Dios) garantiza por dos ocasiones la victoria de Israel sobre Aram. En el relato del deuteronomista, las dos intervenciones del mediador proftico son una respuesta a las provocaciones que los arameos hacen al Dios de Israel: primero, Ben Hadad invoca sus dioses para la primera batalla; despus, los siervos del rey de Aram afirman que Yahv es incapaz de vencer en una batalla en la planicie. Leyenda proftica:Una serie de episodios del ciclo de Eliseo son aqu caracterizadas: narraciones normalmente breves, en cada una de las cuales se narra in nico milagro, una historia cerrada, independiente, sin ninguna relacin con las dems. En una situacin de crisis, Eliseo es llamado a intervenir por medio de su palabra y el problema es milagrosamente solucionado. En 2Re, son seis las leyendas breves que describen el poder de la palabra de Eliseo: dos milagros de curacin (la fuente insalubre, en 2,19-22 y la sopa envenenada, en 4,38-41), dos milagros de multiplicacin (el leo de la viuda, en 4,1-7) y los panes de la proposicin, en 4,42-44), una maldicin (las osas que destrozas a los chistosos de Betel, en 2,23-24) y una victoria sobre las aguas (el hacha que flota, en 6,1-7). En esas historias, los personajes son planos, sin historia personal, sin trazos psicolgicos, sin nombres, sin mritos para recibir un milagro, lo que a su vez no tiene ninguna importancia en la vida poltica nacional, ningn significado religioso y menos an, un valor moral. La nica finalidad didctica es provocar temor, respeto y admiracin por el mediador proftico. Parbola jurdica:Episodio en el que algn personaje relata a otro (normalmente el rey) una violacin del derecho o de las costumbres, a fin de que el oyente emita un juicio. Lo que el personaje oyente no sabe es que la violacin narrada es una transposicin simblica de un crimen que el oyente mismo cometi y, condenando el violador usado en el relato simblico, se est condenando a s mismo. Solamente despus de emitir su sentencia, el oyente es informado acerca de artificio. As, en 1Re 20,39-42 (con una extraa pre-historia en los versculos 35-38): Acab desobedeci las rdenes de Yahv y no ejecut a Ben Hadad; un mediador proftico annimo y disfrazado, por medio de una parbola jurdica, hace que Acab decrete su propio castigo. Relato de accin simblica:Se trata de una narracin en la cual el narrador proftico representa de modo teatral el significado de su mensaje. El esquema tpico de esos relatos es: a) Yahv instruye un mediador para que haga determinadas acciones; b) el mediador proftico ejecuta tales acciones, y c) presenta el significado de ellas ligndolas a su predicacin. En 1Re 11,29-39, el rasgado del manto de Ajas de Silo y los diez pedazos pegados por Jeroboam representan la ruptura del imperio salomnico y la separacin Norte-Sur. Relato de revelacin a un profeta:Este tipo de historia relata un mensaje confidencial de Dios para el mediador proftico. En general, se usa la frmula introductoria y la palabra de Yahv vino a antes del contenido del mensaje. En 1Re 17,2-4 y 8-9, Elas es instruido acerca de los lugares a los cuales debe ir. La finalidad de esos desplazamientos no es huir de Jezael, sino ausentarse del periodo de la gran sequa, para que Yahv pueda humillar a Baal y convencer a los israelitas de que slo l, y no Baal, es el verdadero Seor de las lluvias. En 1Re 21,28-29, Yahv explica a Elas que cambi de idea y decidi postergar la desgracia que, en principio, recaera sobre Acab: l vendr en los das de Ocozas. Este tipo de relato enfatiza la intimidad entre Yahv y su mensajero, al punto que Yahv siente la necesidad, no slo de instruir al mediador proftico. Sino tambin darle la satisfaccin de sus decisiones. Sumario de actualizacin:En estilo etiolgico, la frmula hasta los das de hoy atestigua que los efectosde lo que fue narrado permanece incluso en los tiempos del narrador. Completando el fin de un episodio, tal frmula establece la continuidad histrica de varios hechos: la separacin de los dos reinos hermanos, en 1Re 12,19; la salida de Edom de la dominacin de Jud, en 2Re 8,22a; la destruccin del templo de Baal y la ignominiosa construccin hecha en su lugar, en 2Re 10,27; la disputa territorial narrada en 2Re 16,6; la deportacin de los israelitas del Norte, en 2Re 17,23; la prctica religiosa ambigua de los samaritanos, en 2Re 17, 34.41.El elenco de los gneros literarios y de las frmulasusadas por el deuteronomista para completar su historia del periodo de los reinos divididos podra prolongarse, y mucho: orculo, declaracin de inocencia, discurso de acusacin, lamento, itinerario, profeca de punicin, juramento solemne, relato de invasin y varios otros. Estos ejemplos bastan, no slo para ilustrar la variedad de material que el deuteronomista tena a su disposicin, sino tambin para corroborar cuan inmenso fue el trabajo redaccional para armonizar todo en su proyecto literario-teolgico. De hecho, el deuteronomista no slo utiliz el material pre-existente (seleccin, estructuracin, plan y redaccin final), sino que tambin acrecent los elementos redaccionales que caracterizan su narracin. Como elementos redaccionales, en 1Re 12 2Re 17, es posible Hay siempre un mediador proftico en los momentos-claves de la historia: Cisma (Ajas de Silo y el hombre de Dios annimo de 1Re 13). Idolatra de Acab (Elas). Golpe de estado de Jeh (un hijo de profeta annimo, enviado por Eliseo). Hay siempre un personaje-clave, emblemtico, en momentos histricos, temas e instituciones: Jeroboam (cisma); Jezabel (el culto a Baal). El esquema de fondo es la promesa-cumplimiento: Divisin del reino (1Re 12,15 prometido en 1Re 11,29-39). Al final de cada etapa histrica, hay un discurso de un personaje o una reflexin personal del deuteronomista: 1Re 11: orculos de AJas de Silo, sobre la divisin del reino salomnico; 2Re 17,7-23: reflexiones del redactor, despus de la cada de Samaria.3. Reyes y mediadores profticos

La historia de los reinos no es solamente la historia de los monarcas: es tambin la historia de los mensajeros de Yahv. En efecto, la preocupacin del deuteronomista es eminentemente religiosa, pues el escribe una historia sagrada: los avances y retrocesos polticos y econmicos son juzgados bajo el teln de fondo de la fidelidad a la alianza. Por eso, hay dos tipos de personajes-ejes que polarizan todos los episodios: el rey y el mensajero divino. Todo gira alrededor de la relacin entre ellos. Pero, a veces aparecen sacerdotes, pero no se llegan a robar la escena.La historia de los reyes no es narrada de modo entusiasta. Antes bien, a veces lega a ser montona: un formulario fijo es aplicado a todos los monarcas y, en algunos casos, es toda la informacin que el deuteronomista nos ofrece.De manera diferente, los relatos que envuelven a los mediadores profticos enviados por Yahv, son vvidos y provocativos: normalmente, el lector es instigado a tomar partido por el mensajero divino. A pesar de que son dos las figuras prominentes Elas y Eliseo , otros mediadores de menor envergadura hablan y actan en nombre de la divinidad.3.1 ReyesMientas que el reino del Sur lucha por mantener la fidelidad a la dinasta davdica, el del Norte conoce sucesivos golpes de estado y, por lo tanto a varias dinastas (nueve o cinco, en el caso que se considere o no como iniciadores de las dinastas a los reyes que no fueron sucedidos por sus hijos, as como a los dos monarcas que reinaron pocos das (Zambra, siete; Salud, treinta)Esta es la lista de los soberanos de ambos reinos en este perodo:Israel/Efraim (Norte)Jud (Sur)

Jeroboam I 931-910Nadab I 910-909Bas 909-886El 886-885Zimr 885 (sete dias)Onr 885-874Ajab 874-853Ocozias 853-852Joram 852-841Jeh 841-814Joacaz 814-789Jeroboam II 783-743Zacaras 743 (seis meses)Salum 743 (um ms)Menahem 743-738Peqahyah 738-737Peqah 737-732Oseas 732-724Roboam 931-913Abiyyam 913-911Asa 911-870Josafat 870-848Joram 848-841Ocozas 841Atala 841-835Jos 835-796Amasias 796-781Azaras (Ozias) 781-740Jotam 740-736Ajaz 736-717

Para presentar cada uno de esos monarcas, el deuteronomista utiliza un formulario patrn, compuesto de tres elementos:introduccin, juicio, conclusin. Introduccin:Noticias biogrficas (nombre del padre y duracin del reinado; de dos reyes del Sur se informa tambin la edad con la que subi al trono, y el nombre de la madre) y reyes contemporneos. Se trata de las coordenadas histricas y biogrficas. Ejemplos: 1Re 14,21-22; 15,25; 2Re 15,1-7. Juicio:Los reyes son clasificados en las siguientes categoras:a) hizo el mal (todos los del Norte y algunos del Sur): todos los de Efraim, porque continuaron la ruptura de Jeroboam; Los del Sur, porque no prohibieron el culto a Yahv en los santuarios locales, o porque permitieron la idolatra; Ejemplos: 1Re 14,22; 15,26.b) hizo el bien parcialmente (seis reyes del Sur): no centralizaron el culto; Ejemplos: 1Re 15,11-14. Conclusin:Las indicaciones de los textos en que se puede leer los otros hechos de tal rey (fuentes) y las informaciones concernientes a la muerte, la sepultura y el sucesor. Ejemplos: 1Re 14,29-31; 15,23-24.Sin duda, se trata de un esquema teolgico, cuyos criterios para avalar y juzgar los reyes no son otros sino los establecidos en el libro del Deuteronomio, principalmente el culto a un nico Dios (Yahv) en el santuario central (el templo de Jerusaln).El balance final es pesimista, es decir, el saldo es negativo. El Norte, en poco ms de dos siglos de independencia tuvo diecinueve reyes de diversas dinastas: todos condenados. El Sur, con un caminar de poco ms largo (cerca de trescientos cuarenta y cuatro aos, hasta la cada bajo el dominio de Nabucodonosor) y una monarqua ms estable (veinte reyes de una nica dinasta, la davdica), no es que estuvo mejor: los monarcas del periodo incluido en 1Re 12 2Re 17 son todos censurados, en mayor o menor grado.Se debe, todava, anotar que el deuteronomista se niega a proporcionar a Atalia ese formulario patrn (2Re 11,1-3). Pese a que ella haba reinado cerca de seis aos en Jerusaln, la ausencia de talcurrculum vitaeindica que, para el deuteronomista, Atalia no rein legtimamente. El hecho causa ms extraeza an, porque en el caso de los reyes ms perversos e idlatras, el deuteronomista no deja de consignar tal formulario.La existencia de algunos de esos reyes (y, por tanto, la presencia de Israel y de Jud en el escenario poltico internacional del Antiguo Oriente Prximo)es comprobada por documentos extra-bblicos, entre los cuales citamos: Acab de Israel, en una inscripcin sobre la campaa de Salmanasar III, rey de Asiria, contra los reyes siro-efraimitas. Ao 853. Omr de Israel, en la estela de Mesa, rey de Moab. Entre los aos 852 y 842. Acab y Joram (talvez tambin Jeh), de Israel, as como Joram y Ocozas, de Jud, en la estela de Tel D, erigida en honor a Jazael, rey de Damasco. Entre los aos 852-841. Paralelos bblicos: 2Re 9,14-29; Os 1,4-5. Jeh de Israel, en dos textos asirios sobre los tributos pagados por los reyes vasallos a Salmanasar III, rey de Asiria. Ao 841. Menahem de Israel, en una lista de reyes que pagaron tributo a Teglatfalasar III, rey de Asiria. Ao 738. Paralelo bblico: 2Re 15,19-20.Para completar este periodo se puede anexar la cada de Samaria, que 2Re 17,5-6; 18,9-11 y la Crnica Babilnica atribuyen a Salmanasar V, en el 722, pero que Sargn II se atribuy a s mismo, en una inscripcin del 721.3.2 Los mediadores profticosMuy a propsito, hasta el momento presente, este artculo evit, en tanto y cuanto fue posible, hablar de los profetas. La razn es simple: es necesario observar el uso de los trminos con los cuales se designan a los hombres cuya misin es ser portavoces de la divinidad. La Biblia Hebrea conoce cuatro trminos:roehvidente,hozehvisionario,ish elohimhombre de Dios u hombre divino, ynabiprofeta. Aunque en 1Re 12 2Re 17, excepto una nica aparicin dehozehen 2Re 17,13, slo se encuentran los trminosish elohimynabi. Muchas veces, elish elohimtambin es llamadonabi, pero esa doble nomenclatura apenas puede indicar dos aspectos de una nica actividad de mediacin: elish elohimtiene una palabra poderosa para transformar la realidad, mientras que la palabra denabidenuncia el presente y anuncia el futuro.En la obra deuteronomista, el trminonabies aplicado a varios personajes: Dbora (Jue 4,4), Samuel (1Sam 3,20), Gadeom (1Sam 22,5), Natn (2Sam 7,2; 12,25), Elas (1Re 18,22.36), Eliseo (1Re 20,22.38), Jons ben Amitai (2Re 14,25), Isaas (2Re 19,2) y otros. Si, por un lado, el deuteronomista omite profetas famosos (tales como Ams, Joel, Oseas),por otro lado, habla de varios grupos profticos, llamadosbene h-nebiimhijos de los profetas. Y, no obstante que haba profetas al servicio del rey, la gran mayora de profetas y hombres de Dios tenan una relacin, ms o menos, belicosa con relacin a los monarcas y a la casa real.Por ser tambin aplicado a los profetas de Baal y a los falsos profetas, el ttulonabino implicaba un juicio positivo. Algo muy diferente ocurre conish elohimy conbene ha-nebiim, que son ejemplos de una profeca, normalmente perifrica, que surge en tiempo de crisis y a favor de los oprimidos. Esos dos tipos de mediadores actan en grupos (varias veces, elish elohimest asociado a losbene ha-nebiim, que parecen constituir su grupo de discpulos) y, por actuar en una profeca perifrica, su Dios tambin es perifrico y a-moral (su principal caracterstica no es la bondad, sino el poder).Losbene ha-nebiimactan en varias localidades, normalmente juntos, pero eventualmente tienen una misin individual. Aparentemente Eliseo y su grupo tuvieron el apoyo de la sociedad efraimita (2Re 4,8-17.42-44); no obstante, son perifricos como Elas.No es el caso del trminonabique parece ser ms bien aplicado a una profeca central, que nace por presiones sociales, a fin de criticar o legitimar la moralidad pblica. Elnabinormalmente acta de forma individual, sin un grupo alrededor. El Dios de la profeca es central (el centralizador) central y moral (Yahv bendice o castiga conforme el comportamiento tico del ser humano).Sumando los captulos de los dos libros de los Reyes, son cuarenta y siete; de estos, veintids son consagrados a mediadores profticos o citan su actuacin. La mayora de esos veintids captulos se encuentran en el bloque de textos estudiados en este artculo. En 1RE 12 2Re 17, a lado de los mediadores profticos, cuyo nombre conocemos, son citados, annimamente diversos otros (de Yahv o de Baal). Casi siempre es posible identificar a los reyes en cuyo reino actan:MEDIADORES PROFTICOSREYES

ElnabiAjas de Silo (1Re 11,29-39; 12,15; 14,4.7-11)Salomn y Roboam (Israel unido), Jeroboam I (Norte)

Elish elohimSemaya (1Re 12,22-24)Roboam (Sur)

Unish elohimque viene de Jud y unnabide Betel, ambos annimos (1Re 13)Jeroboam I (Norte)

Elish elohimynabiElas (1Re 17-19; 21; 2Re 1-2)Acab y Ocozas (Norte)

Los cemnebiimescondidos por Abdas (1Re 18,4)Acab (Norte)

Unnabiannimo (1Re 20,13.22), tambin llamadoish elohim(v.28)Acab (Norte)

dosbene ha-nebiimannimos, uno de ellos tambin llamado denabi(1Re 20,35-43)Acab (Norte)

nabiMiqueas ben Yemla (1Re 22)Acab (Norte) e Josafat (Sur)

Elish elohimynabiEliseo (2Re 2-9; 13)Joram, Jeh, Joacaz (Norte).Pero, talvez ya bajo Acab y Ocozas.

Losbene ha-nebiimde Betel, Jeric (2Re 2)

Losbene ha-nebiimde Guilgal (2Re 4,38-41)

Uno de losbene ha-nebiimdiscpulo de Eliseo (2Re 9,1-10)Joram e Jeh (Norte)

ElnabiJons ben Amitai (2Re 14,25)Jeroboam II (Norte) ?

Todos losnebiimde Yahv (2Re 17,13.23)

Este elenco, no obstante sumario, dice mucho. La casi totalidad de los mediadores profticos citados en 1Re 12 2Re 17 actan en el reino del Norte y, normalmente, en contraposicin a la casa real. Diferentemente, los mediadores profticos que actan al Sur (apenas uno es citado en el periodo de la existencia de los dos reinos hermanos), parecen estar, de algn modo, ligados a la casa real: Natn (1Re 1), Isaas (2Re 18-20) y Julda (2Re 22).A ms de eso, la abundante presencia de mediadores profticos confiere coherencia y dinamismo a la historia deuteronomista: a lo largo de ella, se van cumpliendo los vaticinios y orculos de los mensajeros divinos.3.3 Mediadores profticos y sucesin monrquicaLa idea de que la legitimidad de un mediador divino es garantizada por sus crticas mordaces al rey es simplista y no corresponde a la realidad. De hecho, en diversas ocasiones se encuentra unnabio unish elohimactuando en una lnea bien diversa. En diversas ocasiones, el deuteronomista usa un tipo de relato proftico, en el cual el mensajero divino garantiza y legitima al rey, independientemente de el monarca, en el ejercicio de su realeza, sea fiel a Yahv o no y al santuario de Jerusaln. Ya en 1Samuel se encuentran los relatos de las unciones reales de Sal (9,1-10,16) y de David (16,1-13). Ambas cuentan con los mismos elementos:Sal (1Sam 9,1-10,16David (1Sam 16,1-13)

Uncin10,116,13

Privacidad9,27; 10,14-1616,2-5.13

Aprobacin de Yahv9,15-17; 10,116,1.3.7-9.12

Designativonagidlder, prncipe9,15; 10,116,1

Consecuencias10,7.9; 11,616,13

Este mismo modelo se repite en el relato de la uncin de Jeh, por un discpulo de Eliseo:Jeh (2Re 9,1-13)

Uncin9,6

Privacidad9,6.11

Aprobacin de Yahv9,3.6

Designativonagidlder, prncipe9,3.6

Consecuencias10,7-9a

Sin embargo, son muy diferentes los relatos de las unciones regias de Salomn y de Yos: ambos son ungidos en el Templo y en pblico para que seanmelek, rey, y quien los unge no es unnabi, ni unish elohim, ni uno de losbene ha-nebiim: la uncin es realizada por el sacerdote (Sadoc unge a Salomn,elnabiNatn est presente, pero apenas como testigo: 1Re 1,3-40; Yoyada unge Yos, sin la presencia de ningnnabini ningnish elohim: 2Re 11,12-14).Por otro lado, la nominacin de Jeroboam como primer rey del Norte, tampoco encaja en el modelo: no obstante se da en un ambiente privado, elnabiAjas de Silo no unge a Jeroboam. A pesar de que el texto afirma la privacidad del acto (ambos estaban solos en el campo), el rito de entronizacin se resumen en el gesto simblico de la rasgadura del manto de Ajas y la colecta de diez pedazos. Por otro lado, sin embargo, se debe preguntar porqu esa diferencia o, en otras palabras, qu tipo de rey es ungido por el mediador proftico. Esa cualidad de uncin parece estar ligada al inicio de una nueva dinasta. De hecho, Saln y Yos, no obstante haber recibido una uncin regia, no la recibirn de un mediador proftico, sino de un sacerdote: ambos continan la dinasta davdica, y no inauguran una nueva. La uncin del sacerdote implica la aprobacin institucional del nuevo monarca. Nada ms coherente: Salomn, ungido rey por un sacerdote, construir el templo de Jerusaln. En el caso de Jeroboam, es bien probable que el deuteronomista niegue la uncin regia al monarca que reactivar los santuarios de Dan y Betel y que, en ellos, instalar los becerros de oro para declarar su independencia religiosa con relacin al templo de Jerusaln.4. ConclusinEl deuteronomista tiene como marca general de su obra, explicar no slo el exilio de Jud en Babilonia, sino tambin la deportacin sufrida por Israel/Efraim. Estas dos catstrofes parecen desmentir la promesa de Yahv, con sus consecuencias sociales, polticas, econmicas y religiosas. La permanencia en la tierra prometida est vinculada al cumplimiento de las clusulas de la alianza (Cf. Deut 30,15-20). Pero, la historia del pueblo de Yahv en la tierra prometida es una historia de continuo deterioro. De hecho, la fidelidad al pacto del Sina va empeorando cada vez ms: Josu lider una generacin fiel; la generacin de los Jueces alternaba fidelidad e infidelidad; pero con la monarqua (Samuel y Reyes), la infidelidad se institucionaliza, al punto de que los monarcas promueven la ruptura de la alianza. Para tratar de sanar este problema, Yahv manda a los profetas.

Hay un cierto consenso entre los exegetas de que gran parte de 1Re 12 2Re 17 habra sido escrito durante la reforma de Josas (entre el 622 y el 609 a.C.), muy probablemente para animarla y propagarla. En el relato sobre la historia de los dos reinos hermanos y divididos, el deuteronomista sobrecarga la presencia de los mediadores profticos en el reino del Norte, para enfatizar que si los reyes de Samaria hubiesen seguido la orientacin de los mensajeros de Yahv, Israel/Efraim no hubiera sufrido la destruccin, pues el pecado del monarca arrastra tambin al pueblo. El presente de Jud (tiempo de Josas) es el momento ideal para que el pueblo e Yahv en Jud reencuentre el camino de la fidelidad, predicado por los profetas y hombres de Dios.No es azar que el deuteronomista, en su balance final sobre el reino de Israel/Efraim afirme con todas sus letras:Yahv advirti a Israel y Jud por medio de todos sus profetas y de todos sus videntes, diciendo: convirtanse de sus caminos perversos y guarden mis mandamientos y mis estatutos, conforme a toda la ley que ordene a sus padres y que les comuniqu por medio de mis siervos, los profetas (2Re 17,13).La historia de la monarqua en Israel (del Israel unido, as como de los dos reinos divididos) no es solamente la historia de los reyes: es tambin la historia de los mensajeros de Yahv. No es azar, por lo tanto, que los libros de Josu Jueces Samuel - Reyes, en la Biblia Hebrea, sean llamados de los profetas anteriores.Bibliografa complementariaBrenner, Athalya,Samuel e Reis a partir de uma leitura de gnero, So Paulo, Paulinas, 2003, 371p.Bright, John,Histria de Israel, So Paulo, Paulus, 7a edicin, 2004, 621p.Brown, Raymond E., Fitzmyer, Joseph A. y Murphy, Roland E. (editores),Novo comentrio bblico So Jernimo - Antigo Testamento, So Paulo, Academia Crist/Paulus, 2007, 1263p.

Brueggemann, Walter y WOLFF, Hans Walter,Dinamismo das tradies do Antigo Testamento, So Paulo, Paulus, 1984, 204p. (Nueva Coleccin Bblica).Buis, Pierre,O livro dos Reis, So Paulo, Paulus, 1997, 84p. (Cuadernos Bblicos, 70).Cazelles, Henri,Histria poltica de Israel, So Paulo, Paulus, 2a edicin, 1997, 260p. (Biblioteca de Ciencias Bblicas).Ceresko, A. R.,Introduo ao Antigo Testamento numa perspectiva libertadora, So Paulo, Paulus, 1996, 351p. (Biblia y Sociologa).Donner, Herbert.Histria de Israel e dos povos vizinhos, Petrpolis/So Leopoldo, Vozes/Sinodal, 20002, 2 vols., 534p.Faria, Jacir de Freitas,Profetas e profetisas na Bblia, So Paulo, Paulinas, 2006 (Bblia en Comunidad - Teologas Bblicas, 5).Gibert, Pierre,Os livros de Samuel e Reis, So Paulo, Paulus, 1987, 79p. (Cuadernos Bblicos, 44).Gottwald, Norman K.,Introduo socioliterria Bblia Hebraica, So Paulo, Paulus, 1988, 639p. (Biblia y Sociologa).Gunneweg, Antonius H. 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(Biblia y Sociologa)Cssio Murilo Dias da Silvarua Bernardino Martins Filho 250 - H 13Campinas/[email protected], Martin, O deuteronomista, enRevista Bblica Brasileira, Fortaleza, Nova Jerusalm, vol. 10, 1993, p. 13-183 (original:berlieferungsgeschichtliche Studien - 1.Die sammelnden und bearbeitenden Geschichtswerke im Alten Testament, Halle, Max Niemeyer, 1943. 224p.; tambin Tbingen, 2 edicin, 1957).En el 2003, en un congreso internacional sobre la historia antigua de Israel, Nadav Naaman present una aproximacin crtica respecto de las fuentes que el deuteronomista tena a su disposicin. El texto completo de su conferencia se encuentra en Nadav Naaman, The Sources Available for the Author of the Book of Kings, en Mario Liverani (editor),Convegno Internazionale Recenti Tendenze nella Ricostruzione della Storia Antica dIsraele, Roma, Accademia Nazionale dei Lincei, 2005. Un resumen se encuentra en http://www.orientalisti.net/trends.htm. Para una discusin de las varias propuestas acerca de la composicin de la Obra Histrica Deuteronomista, comprese Enzo Cortese,Deuteronomistic Work, Jerusalem, Franciscan Printing Press, 1999 (Studium Biblicum Franciscanum - Analecta, 47).Un amplio estudio sobre las leyendas breves se encuentra en Alexander Rof,Storie di Profeti, Brescia, Paideia, 1991 (Biblioteca de historia e historiografa del tiempo bblico, 8).Un anlisis del simbolismo de este relato se encuentra en Cssio Murilo Dias da Silva, A careca de Eliseu, os moleques e as ursas, enPerspectiva Teolgica, Belo Horizonte, Departamento de Teologa da Facultad de Filosofa y Teologa, vol. 39, 2007, p. 379-386.Un elenco incluyente se encuentra en Buke O. LONG,2Kings, Grand Rapids, Eerdmans, 1991, p. 291-324 (The Forms of the Old Testament Literature, 10).Estas secciones relativamente largas forman el esqueleto de la obra deuteronomista.Hay, sin dudas una tercera categora (hicieron el bien ntegramente), reservada a los reyes reformadores-centralizadores del culto, Exequias y Josas, que son equiparados a David. Pero, la historia de estos reyes est fuera del bloque de texto tratado en este artculo (2Re 18,3; 22,2).Sobre el reinado de Atalia, confrntese las varias observaciones de Norman K. Gottwald,The Politics of Ancient Israel, Louisville, Westminster John Knox, 2001; as como Rita de Ccia LoAtalia rainha de Jud, So Bernardo do Campo, Universidad Metodista de So Paulo, 2006 (disertacin de maestra, disponible en:http://ibict.metodista.br/tedeSimplificado/tde_busca/ arquivo.php?codArquivo=303).Cf. William W. Hallo (editor),The Context of Scripture, Leiden/Boston, E. J. Brill, 2003, 3 vols.; James Bennett Pritchard (editor),Ancient Near East Texts/ANET, Nova Jersei, Princeton, 3a edicin, 1969; Jacques Briend,Israel e Jud - Textos do Antigo Oriente Mdio, So Paulo, Paulus, 1985 (Documentos del mundo de la Biblia, 2); un resumen se encuentra en Antonio Gonzlez Lamadrid, Histria Deuteronomista, en Jos Manuel Snchez Caro (editor),Historia, narrativa, apocalptica, Estella, Verbo Divino, 2003, p.185-189; Confrntese tambin, del mismo Lamadrid,As tradies histricas de Israel, Petrpolis, Vozes, 2001, p. 145-149.Esta misma estela de Tel D provoca disensin entre los estudiosos, una vez que cita la casa de DWD. Hay quien interpreta elvavcomomater lectionisparay, por lo tanto, seria la casa de Dd (personaje totalmente desconocido). Hay, sin embargo, quien vocaliza DWD como DaWiD, lo que sera la nica referencia extra-bblica a David, comprobando, as, su existencia histrica. Un resumen de esta discusin, con indicaciones bibliogrficas, se encuentra en http://www.airtonjo.com/historia_israel03.htm y enhttp://www.airtonjo.com/historia20 .htm.Para una aproximacin ms detallada de cada trmino y de la diferencia entre ellos, Cf. Jos Luis Sicre,Profetismo em Israel, Petrpolis, Vozes, 1996, p. 74-92.Un estudio profundo de este tipo de relato y de sus implicaciones en los libros de Samuel y Reyes, se encuentra en Antony F. Campbell,Of Prophets and Kings, Washington, The Catholic Biblical Association of America, 1986 (The Catholic Biblical Quarterly - Monograph Series, 17)