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INSTITUTO DE INVESTIGACIONES DR. JOSÉ MARÍA LUIS MORA
El Programa Cooperativo Centroamericano para el Mejoramiento del Maíz: Una historia transnacional de la
revolución verde desde Costa Rica y Guatemala, 1954-1963
T E S I S QUE PARA OBTENER EL GRADO DE
MAESTRA EN HISTORIA MODERNA Y CONTEMPORÁNEA PRESENTA:
DIANA ALEJANDRA MÉNDEZ ROJAS
Director: Dr. José Alfredo Pureco Ornelas
Ciudad de México Julio de 2018
Esta Investigación fue realizada gracias al apoyo del
Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología
2
Para María Elena, con amor y gratitud.
Para Jaime, con alegría y esperanza.
3
De la manera más sincera, agradezco:
A mi asesor, José Alfredo Pureco Ornelas, pues su guía y apoyo constante
fueron de gran valía para la concreción de este trabajo. Asimismo, sus atentas
palabras y propositivos cuestionamientos animaron mi esfuerzo. Expreso también
mi admiración por su disciplina en la investigación histórica.
A mis lectores, Mónica Toussaint Ribot y Wilson Picado Umaña, ya que sus
diligentes observaciones y esmerados comentarios contribuyeron a marcar el rumbo
del trabajo. Ha sido para mí una gran fortuna contar con la cuidadosa revisión de
especialistas en dos importantes campos por los que atraviesa la tesis: la historia
centroamericana y la revolución verde.
A todos mis profesores. Con particular aprecio a María José Rhi Sausi,
Alfredo Ruiz Islas, Gerardo Gurza Lavalle y Mario Virgilio Santiago Jiménez, su
dedicación y marcado interés en fomentar el aprendizaje dejaron importante huella
en mi paso por la maestría. De entre todos sus aportes, destaco su empeño por el
cuidado en la escritura, lectura crítica y la discusión en clase.
A mis compañeros. En especial a Janet, Selene, Alicia, Daysi, Nathalie,
Artemio y Alan. La amistad y apoyo mutuo a lo largo de estos dos años fue decisivo
para concretar no sólo un plan académico sino también una aspiración de
crecimiento personal. Atesoro su entusiasmo y complicidad musical.
Deseo al mismo tiempo dejar constancia de mi gratitud al profesor Pablo A.
Piccato quien con gran amabilidad aceptó ser mi tutor durante la estancia de
investigación en Nueva York. Igualmente, agradezco a Bethany Antos, quien con
alto profesionalismo me condujo a través de la consulta de las colecciones del
Rockefeller Archive Center en Sleepy Hollow. Aquel viaje fue crucial para la
redacción de la tesis y el coincidir con ustedes complementó la grata experiencia.
También agradezco a Karina Jiménez, mi querida prima, y a Miguel García,
amigo y compañero de generación, por apoyarme en la elaboración de materiales
para la presentación visual de la tesis. Estoy convencida de que los lectores de este
trabajo valoraran, tanto como yo, su creatividad.
4
Han sido mis mejores propósitos los de dedicarme con todo entusiasmo a
esta tesis y compensar de esta forma las innumerables muestras de cariño y aliento
que he recibido de mi familia, amigos, colegas, profesores y de la comunidad del
Instituto Mora.
5
Índice Introducción 10
Capítulo 1. Los orígenes del Programa Cooperativo Centroamericano para el Mejoramiento del Maíz (PCCMM): Prosecución de la revolución verde en América Latina, 1906-1963 19
1.1. Los Rockefeller, la Fundación Rockefeller (FR) y la investigación
agrícola: Un modelo científico-filantrópico de financiamiento y
transnacionalización
1.2. Antecedentes del Programa en Ciencias Agrícolas “The Wellbeing of
Mankind Throughout The World”
1.2.1. La Junta de Educación General en el Sur de Estados Unidos:
El trabajo de demostración cooperativo para agricultores
1.2.2. La Junta de Educación Internacional en Europa del Este y
China: Extensión del trabajo de demostración cooperativo para
agricultores
1.2.3. La FR en China: Primer convenio de reconstrucción rural
1.3. El Programa en Ciencias Agrícolas de la FR “Toward The Conquest of
Hunger”: El tono geopolítico de la revolución verde
1.3.1. Lineamientos y trayectoria del Programa en Ciencias
Agrícolas: Ruta de llegada a Centroamérica
1.4. Creación del PCCMM: Un diseño de investigación científica acumulativa
asociado a experiencias agrícolas continentales
1.4.1. La formación del Comité de Preservación de Variedades
Indígenas de Maíz
1.4.2. La instauración del Proyecto Interamericano de Mejoramiento
de Cultivos Alimenticios
1.4.3. La fundación del Centro Internacional para el Mejoramiento de
Maíz y Trigo
1.5. Conclusiones del capítulo
6
Capítulo 2. La trayectoria del PCCMM en Centroamérica, 1954-1963 68
2.1. Modernización agrícola e integración económica en Centroamérica:
Trama de inserción del PCCMM
2.1.1. Otras experiencias agrícolas cercanas al PCCMM: El Instituto
Interamericano de Ciencias Agrícolas y el Servicio Técnico
Interamericano de Cooperación Agrícola
2.2. Factores agrícolas del cultivo de maíz en Centroamérica: Campo de
posibilidad para la emergencia de la revolución verde
2.3 Creación y organización y del PCCMM
2.3.1. Circuitos de intercambio
2.3.2. Estaciones experimentales y extensión agrícola
2.4. La experimentación en maíz
2.5. El uso de las nuevas semillas
2.6. Conclusiones del capítulo
Capítulo 3. La transnacionalización del PCCMM desde Costa Rica y Guatemala: Apoyos a la investigación, enseñanza y el programa de becas en ciencias agrícolas de la FR 119
3.1. Apoyos a centros de investigación y universidades
3.1.1. Instituto Interamericano de Ciencias Agrícolas, Costa Rica
3.1.2. Universidad de Costa Rica, San José
3.1.3. Instituto Agropecuario Nacional, Guatemala
3.1.4. Universidad de San Carlos, Guatemala
3.2. El programa de becas de la FR para la movilidad de centroamericanos
hacia México, Colombia y Estados Unidos: Capacitación técnica y estudios
de posgrado
3.2.1. Proceso de selección y registro de los apoyos
3.2.2.Perfil de los beneficiados
3.2.3.Estancia durante la realización de sus estudios y trayectorias
profesionales
3.3. Conclusiones del capítulo
7
Reflexiones finales 167
Fuentes consultadas y bibliografía 169
Anexos Anexo 1- Mapa- Estaciones experimentales y sitios de prueba de los trabajos
del PCCMM 177
Anexo 2- Ilustraciones 178
Anexo 3- Cuadro de presidentes de Centroamerica 1945-1979 196
Anexo 4- Cronología mínima de sucesos destacados en
Centroamérica, 1945-1979 199
Anexo 5- Infografías 203
Anexo 6- Colaboradores del PCCMM 211
Anexo 7- Registro de los beneficiados por el programa de becas en
ciencias agrícolas de la FR en Centroamérica, 1953-1969 214
8
Siglas
CGIAR Consultative Group for International
Agricultural Research
CIAT Centro Internacional de Agricultura
Tropical, Colombia
CIMMYT Centro Internacional de Mejoramiento
de Maíz y Trigo, México
DESARRURAL Servicio Cooperativo de Desarrollo
Rural, Honduras
EAP Escuela Agrícola Panamericana,
Honduras
ENA Escuela Nacional de Agricultura,
México
FR Fundación Rockefeller
IAN Instituto Agropecuario Nacional,
Guatemala
ICA International Council for Agriculture
INCAP Instituto de Nutrición de Centro América
y Panamá
INIA Instituto Nacional de Investigación
Agrícola, México
IRRI International Rice Research Institute
NAS National Science Academy
NCR National Council for Research
OEA Organización de los Estados
Americanos
OEE Oficina de Estudios Especiales
OIAA Office of Inter-American Affairs
ONU Organización de las Naciones Unidas
9
PCCMM Programa Cooperativo
Centroamericano para el Mejoramiento
del Maíz
PIMCA Programa Interamericano de
Mejoramiento de Cultivos Alimenticios
RAC Rockefeller Archive Center
SCIDA Servicio Cooperativo Interamericano
de Agricultura, Guatemala
STAN Servicio Técnico Agrícola, Nicaragua
STICA Servicio Técnico Interamericano de
Cooperación Agrícola
TCA Technical Cooperation Administration
of the Department of State
UACH Universidad Autónoma Chapingo
UFCO United Fruit Company
USAID United States Agency for International
Development
USDA United States Department of
Agriculture
10
Introducción
A lo largo del siglo XX y en lo que va del XXI, la Fundación Rockefeller (en adelante
FR) ha emprendido diversas campañas dirigidas a extender su labor filantrópica-
científica, para el caso latinoamericano han sido de especial relevancia las
iniciativas en materia de agricultura asociadas con la revolución verde. A pesar de
la extensa historiografía que registra la trayectoria de la revolución verde en el
continente, aún no se ha establecido con detalle la identidad del Programa
Cooperativo Centroamericano para el Mejoramiento del Maíz (en adelante PCCMM);
una iniciativa resultado de la colaboración entre Costa Rica, Guatemala, Honduras,
El Salvador, Nicaragua, Panamá y la FR que tuvo como principal objetivo desarrollar
nuevas variedades de maíz. Con intención de contribuir en este sentido, la presente
tesis se interesa por reconstruir la trayectoria transnacional del PCCMM a través de
la consideración de los casos de Costa Rica y Guatemala entre 1954 y 1963. De
esta forma, se registran las directrices de la constitución del PCCMM, su
funcionamiento, su evolución regional y su aportación en la propagación de la
revolución verde en el mundo.
La idea que alienta esta perspectiva es la de estudiar el trascurso de la
revolución verde como un proceso articulador de redes, a través de las cuales se
propició la circulación de conocimientos1 y la interacción e intercambios técnicos-
procedimentales.2 Para el caso centroamericano esta tendencia se manifestó con
mayor fuerza en lo relativo a las labores de investigación y enseñanza agrícola. La
tesis valora el papel de la FR en la promoción de un tipo de modernización agrícola,
probado por vez primera en el sur estadunidense a inicios del siglo XX; sin embargo,
sostiene que la historia del PCCMM desborda la narrativa de la revolución verde. Esto
quiere decir que la revolución verde es un capítulo, entre otros, de la historia agraria
Centroamericana y del propio PCCMM; consecuentemente, el inicio de la
1 Esta propuesta la retomo de Gabriela Soto Laveaga quien apuesta por “la comprensión de la manera en que las personas han entendido la llegada de nuevas prácticas agrícolas y aún más importante, la forma en que los locales reciben el conocimiento”, Kumar, et. al., “Roundtable: New” 2017, p. 410. 2 Olsson, Agrarian Crossings, 2017, [libro electrónico].
11
colaboración con la FR no inauguró los trabajos con semillas en la región ni tampoco
fundó las preocupaciones que movieron a los centroamericanos a asociarse en el
programa.
Como es de suponerse, la definición de revolución verde es un campo de
debate dentro de la historiografía especializada,3 por ello, su conceptualización se
ha construido históricamente y ha mutado en atención al marcaje de su cronología.4
Dentro de las múltiples aproximaciones que cada investigador se ha visto obligado
a ofrecer o retomar, se incluyen elementos como las prácticas agrícolas, los
insumos, la mecanización, las semillas, los materiales, las técnicas de
experimentación, el financiamiento y el manejo de recursos. No obstante, se ha
hecho poco énfasis en la recuperación de la dimensión humana de la circulación
integrada a la revolución verde, así como en el análisis de sus efectos en la
transformación de la investigación y enseñanza agrícola en los países en los que
se instaló. Así, uno de los objetivos de la investigación ha sido contribuir a la
ampliación de la definición de revolución verde para América Latina a la luz de lo
que constituyó la experiencia del PCCMM.
De esta forma, una definición integrada, es decir, conformada por distintas
propuestas, dicta que la revolución verde es, principalmente, un proceso de larga
duración y motor del cambio agrario global. Dentro de esta tendencia, la renovación
en la investigación y enseñanza agrícola ha sido tan importante como el desarrollo
de variedades experimentales de semillas (principalmente híbridos de maíz, trigo y
arroz),5 la difusión de un conjunto de prácticas agrícolas y la integración de insumos
3 Para ahondar en la diversidad sobre las definiciones de la revolución verde y las implicaciones para su estudio histórico, consultar: Picado “Breve historia”, 2011; Picado, “Los significados de la revolución”, 2014. Para conocer el debate reciente sobre la renovación en las narrativas de la revolución verde desde la visión de Prakash Kumar, Timothy Lorek, Tore Olsson, Nicole Sackley, Sigrid Schmalizer y Gabriela Soto Laveaga, consultar: Kumar., et al., “Roundtable: New”, 2017. 4 La primera mención pública de la revolución verde fue expresada en 1968 por William S. Gaud —administrador de la Agencia para el Desarrollo Internacional de Estados Unidos— en un documento donde resaltó los logros de las semillas “mejoradas” genéticamente en la lucha contra el hambre mundial y destacó las experiencias en Pakistán, India, Turquía y Filipinas. Desde ese momento se confrontó el tono verde con las revoluciones rojas comunistas y la revolución blanca de Irán. William S. Gaud, The Green Revolution: accomplishments and apprehensions, 1968, ≤www.agbioworld.org≥ [consultado el 20 se septiembre de 2017]. 5 La técnica de hibridación permite un proceso de combinación genética que no corresponde a la manipulación genética utilizada para el desarrollo de transgénicos, esto quiere decir que no se trata de un organismo genéticamente modificado, que por definición es un organismo que recibió genes
12
biológico-mecánicos6 a la producción. Dicho de otra forma, la educación agrícola es
también una fuerza de cambio en lo agrario, cuyos efectos a largo plazo han
contribuido a sostener el avance de la revolución verde. Este aspecto, al igual que
el resto, ha sido resultado de la interacción e intercambio entre el Norte y Sur Global,
pues el cambio agrario ha permeado ambos hemisferios; visto así, la historia de la
revolución verde es la de una creación conjunta y no la de la transferencia de un
modelo estadunidense por el orbe.7
Por lo anterior, es más adecuado hablar de múltiples revoluciones verdes, la
cuales, dependiendo del caso de estudio, pueden ser mejor abordadas como un
proyecto de modernización agrícola, como pieza de la política exterior
estadunidense, como parte de un proyecto de asistencia agrícola o como un
programa de desarrollo, es así que en todos los casos la indagación demanda un
diálogo entre la perspectiva regional y global. Pues a pesar de que la revolución
verde se ha instalado en diversos países, los resultados han generado efectos
distintos debido a las peculiaridades geográficas y culturales de cada región; las
experiencias más célebres ─por sus récords estadísticos en la producción─ han
sido las ubicadas en áreas con condiciones especialmente favorables por su
diversidad genética, el acceso a obras de irrigación, un contexto político propicio y
personal capacitado para llevar adelante las labores de investigación y enlace con
los campesinos, generalmente profesionistas de la agronomía. Entre los elementos
que se mantienen constantes destacan su vinculación con tramas filantrópicas,
científicas, comerciales y geopolíticas.8
La principal guía de construcción de la investigación fue la perspectiva
transnacional y como eje complementario se retomaron las directrices de la historia
de la filantropía científica. De la mirada transnacional se recupera su apuesta por
de un organismo de diferente especie. Este proceso depende de la siembra de cruzas de variedades de la misma especie en distintos ambientes, los cuales son por lo tanto necesarios para la creación de una nueva generación —que contenga la información genética y desarrolle capacidades distintas. Asimismo, es importante indicar que esta investigación se refiere a estas semillas como mejoradas en atención al lenguaje propio de la época, no obstante, no suscribe la valoración de que necesariamente eran mejores o superiores en comparación con otro tipo de semillas. 6 Fatemi, “La revolución verde”, 1973. 7 Kumar, et al., “Rountable: New”, 2017, pp. 403-404. 8 En el primer capítulo se detalla este aspecto.
13
observar la forma en que se establecieron canales de interacción internacional que,
sin desconocer el papel de las instituciones y diversos agentes, se ocupa de los
protagonistas humanos;9 desde este posicionamiento se estudia la forma en que se
estructuraron las rutas de circulación e intercambio de la revolución verde entre
Estados Unidos y América Latina a través del PCCMM. Sobre los lineamientos de la
historia de la filantropía científica, se retoma la aproximación de Thomas David y
Ludovic Tournès, quienes la definen como un modelo cuyo objetivo no era tratar los
problemas sociales a través de la caridad sino a través del análisis científico para
determinar sus causas y desarrollar soluciones aplicables a gran escala.10 Así, la
filantropía científica es inseparable de una forma de profesionalización, no solo
porque las múltiples fundaciones tienen un complejo aparato administrativo, sino
también porque atraen enormemente la experiencia de los especialistas.11 Los
autores indican que las fundaciones estadunidenses ─incluyendo la FR─ han
operado como una red en al menos cuatro niveles: el de la organización misma; el
nacional, entendido como el país de origen de la organización; el internacional, es
decir, los países donde operan las organizaciones; y finalmente, el transnacional,
que se refiere a la conexión de acciones llevadas a cabo por una organización o un
conjunto de organizaciones en varios países. Agregan que estos niveles se
desarrollan en una "tensión creativa mutua", por ejemplo, cuando las lógicas
transnacionales se enfrentan con las realidades nacionales.12 Este último aspecto
es de especial relevancia para el caso del PCCMM que involucró a seis países y por
tanto, a seis diferentes entramados agrícolas e institucionales.
Esta forma de aproximarse al tema de estudio, distingue a la investigación de
otros trabajos que han abordado la historia latinoamericana de la revolución verde
desde otras perspectivas, en particular de los estudios de caso nacionales. Por ello,
la tesis busca dialogar con autores que problematizan aspectos como la
exportación, adaptación o creación recíproca entre los modelos de modernización
agrícola entre Estados Unidos y América Latina, así como con aquellos que se han 9 Esta idea se ha retomado del diálogo propuesto por C. A. Bayly, Sven Beckert, Matthew Connelly, Isabel Hofmeyr, Wendy Kozol y Patricia Seed. “AHR Conversation”, 2016. 10 David & Tournès, “Les Philanthropies: Un Objet”, 2014, p. 8 11 Ibíd. 12 Ibíd., p. 14.
14
ocupado de extender el análisis de la revolución verde a través de la recuperación
de los intercambios y conexiones entre los países involucrados. Mención aparte
merecen los estudios preparados por científicos adscritos a los programas agrícolas
de la FR, los cuales se inscriben en la lógica de las campañas contra el hambre y
son aún referencia importante para el estudio de casos que no han sido interés de
otras indagaciones.13
Entre las líneas más destacadas en la investigación sobre la revolución verde
en América Latina, se identifican tres. La primera, ha estudiado la revolución verde
desde una perspectiva nacional vinculando sus labores con proyectos de
modernización agrícola más amplios, esta vertiente nos remite a la oleada inicial
que investigó la temática, uno de los ejemplos que mejor representa este grupo es
el trabajo de Cynthia Hewitt en el que se aborda el caso mexicano.14 La segunda,
ha indagado la asociación del modelo mexicano y el estadunidense en la
instauración de proyectos de modernización agrícola. En un sentido amplio puede
decirse que han problematizado entre la implantación de un modelo exógeno y la
adaptación de un modelo de exportación.15 Dos de las investigaciones más amplias
en este sentido son los estudios de Deborah Fitzgerald y Joseph Cotter, en una
línea complementaría, aunque de menor extensión, se encuentra el trabajo de
Servando Ortoll.16 La tercera, ha extendido el análisis destacando los intercambios
y creación recíproca entre los distintos países que se asociaron.17 En este grupo
autores como Nick Cullather, han optado por mostrar los vínculos entre la revolución
verde y la política exterior de Estados Unidos.18 Y en otros casos, como en los
trabajos de Wilson Picado, se han enfatizado las conexiones entre los distintos
países y modelos haciendo hincapié en el carácter geopolítico de la vinculación.19
13 El mejor ejemplo de este grupo es: Stakman, Bradfield & Mangelsdorf, Campaigns against, 1967. Para una revisión crítica de estos materiales ver: Picado Umaña, “Conexiones de la revolución”, 2012. 14 Hewitt, La modernización de la agricultura, 1982, 15 Barkin, et al. Alimentos versus, 1991; Cueto, Missionaries of science, 1994. 16 Fitzgerald, “Exporting American”, 1986; Cotter, “The Origins of the Green”, 1994; Cotter, Troubled Harvest, 2003; Ortoll, “Orígenes de un proyecto”, 2003. 17 Olea, “La introducción del maíz”, 1997; Aboites, Semillas, negocio, 2012; Gutiérrez Núñez, “Cambio agrario”, 2017. 18 Cullather, The Hungry World, 2010. 19 Picado Umaña, “Conexiones de la revolución”, 2012.
15
Dentro de este grupo también sobresale la obra de Tore Olsson quien destaca una
larga tradición de creación recíproca entre Estados Unidos y México en programas
destinados al sector agrario.20
Por lo que a las fuentes documentales refiere, esta investigación abrevó
primordialmente de la revisión de la colección de la Fundación Rockefeller la cual
se alberga en el Rockefeller Archive Center (en adelante RAC), Sleepy Hollow,
Nueva York.21 Gracias a la oportunidad de realizar una estancia de investigación
para visitar este centro, se completó una consulta detallada de distintos grupos
documentales. Su riqueza y excelente preservación permitieron la exploración de
una diversidad de documentos, entre ellos: informes institucionales, folletos,
publicidad, diarios, entrevistas, registros personales, expedientes académicos,
telegramas, correspondencia, fotografías y videos. Entre este conjunto, el material
epistolar y los expedientes académicos constituyeron la columna vertebral del
material primario que se integró a la tesis. Es importante destacar que a pesar de
que esta documentación fue generada en el marco de la colaboración institucional
entre Centroamérica y la FR, la lectura detallada identificó resquicios a través de los
cuales se muestran los intereses y motivaciones de los científicos y profesionales
de la agronomía, protagonistas de esta historia. Otros recursos complementarios
fueron consultados en el Archivo Histórico22 y Biblioteca Central de la Universidad
Autónoma Chapingo y el repositorio digital del Centro Internacional de Mejoramiento
de Maíz y Trigo (en adelante CIMMYT).
En atención a todas estas consideraciones, la hipótesis general de la
indagación, indica que el inicio del PCCMM en 1954 fue resultado del encuentro de
dos tendencias: el cúmulo de experiencias agrícolas de la filantropía Rockefeller y
el interés de los gobiernos centroamericanos por avanzar hacia la modernización
agrícola como resultado de los efectos de la posguerra en la región. Por su diseño,
20 Olsson, Agrarian Crossings, 2017. 21 Para conocer más sobre este centro revisar: Cueto “El Rockefeller Archive”, 1991. 22 Es menester apuntar que la Universidad Autónoma Chapingo no cuenta con un programa especializado para el manejo de su acervo documental antiguo pues éste se encuentra mezclado con el archivo de concentración. De esta forma, los materiales que se resguardan en el Archivo Histórico son más del tipo que se encuentran consignados en el fondo antiguo de una biblioteca especializada. No obstante, la posibilidad de que en un futuro se adecue a los requerimientos de un archivo histórico promete una gran oportunidad para un sin número de investigaciones.
16
el programa centroamericano puede ser considerado como el último del tipo de
colaboración FR-América Latina y el primero de tipo cooperativo continental. Esta
situación no sólo convirtió al PCCMM en un programa puente entre ambos modelos
sino que además su diseño incentivó el papel que tuvo en la circulación de
personas, conocimientos, semillas, prácticas y demás labores de investigación
aplicada a la agricultura y en especial, en lo que a las transformaciones de la
enseñanza agrícola compete. Los circuitos continentales de estas actividades
enlazaron activamente al PCCMM con Estados Unidos, México, Colombia y Cuba.
Asimismo, le permitieron contribuir en la creación de centros de investigación
globales.23 Para desglosar esta hipótesis, la tesis se dividió en tres capítulos, cada
uno de los cuales aborda el tema desde distinta escala incluyendo: la continental, la
regional centroamericana y los alcances internacionales del PCCMM a través de
Costa Rica y Guatemala.
En el primer capítulo, se muestran los orígenes de conformación del PCCMM
los cuales se encuentran asociados a dos procesos de corte transnacional. El
primero de ellos, referente a la actividad filantrópica de los Rockefeller en
investigación agrícola y su relación con la política exterior de Estados Unidos. Para
la revolución verde y el PCCMM las contribuciones más destacas de estas
experiencias fueron: la estipulación de un financiamiento mixto, el desarrollo de las
prácticas demostrativas, la propagación del modelo de extensión agrícola, la
instauración de un programa de becas y la creación de mecanismos de colaboración
entre los programas operativos, las universidades y centros de investigación. El
segundo proceso, remite a los vínculos del PCCMM con otras iniciativas del
continente americano asociadas a la revolución verde, entre ellas: el Comité de
Preservación de Variedades Indígenas de Maíz y el Proyecto Interamericano de
23 En América Latina estos centros fueron creados como resultado de la colaboración que distintos países emprendieron con la Fundación Rockefeller, la Fundación Ford y la Fundación Kellogg, los principales son: El Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo fundado en México (en adelante CIMMYT), el Centro Internacional de Agricultura Tropical establecido en Colombia (en adelante CIAT). Estos centros junto a otros trece, distribuidos en el mundo, se asociaron al Consultative Group for International Agricultural Research (en adelante CGIAR) inaugurado en 1971. La finalidad del CGIAR es la mejor canalización de fondos privados y públicos para el financiamiento de estos centros, Sterling Wortman ─primer Director del PCCMM─ es considerado el principal impulsor de esta organización en representación de instituciones como la Fundación Rockefeller.
17
Mejoramiento de Cultivos Alimenticios. Esta situación permitió que el PCCMM fuera
un punto de recambio en la revolución verde.
En el segundo capítulo, se muestra la trayectoria del PCCMM en
Centroamérica. Para ello, se eligió reconstruir el curso de sus actividades como
conjunto, esto quiere decir que no se hace una enumeración de los casos
nacionales pues se privilegió exponer los circuitos de intercambio entre los países
asociados. Este abordaje también se justifica en el hecho de que en sus directrices,
el PCCMM empalmó dos niveles de organización: el plan regional y el plan nacional.
De esta forma se refiere el proceso de creación del PCCMM y su organización, de
este aspecto se subraya la continuidad de elementos implementados por los
proyectos analizados en el primer capítulo.
En el tercer capítulo se estudia el proceso de transnacionalización del PCCMM
desde los casos de Costa Rica y Guatemala. Para ello, se consideró la manera en
que los apoyos de la FR encauzados a través de las labores del PCCMM permitieron
a instancias costarricenses y guatemaltecas establecer rutas de intercambio con
países fuera de Centroamérica. Así, se analizan los apoyos dirigidos a la
investigación y enseñanza agrícola en dos secciones. La primera, se ocupa del
registro de los apoyos educativos otorgados por la FR a cuatro organismos
destacados dentro de las labores del PCCMM: El Instituto Interamericano de Ciencias
Agrícolas en Turrialba, Costa Rica (en adelante IICA), la Universidad de Costa Rica,
el Instituto Agropecuario Nacional de Guatemala (en adelante IAN) y la Universidad
de San Carlos; de este segmento se recupera el debate a propósito de la
especialización y la enseñanza práctica. La segunda sección, se dedica al estudio
del programa de becas en ciencias agrícolas de la FR que a través de las acciones
del PCCMM aumentó el número de asignaciones a Centroamérica y contribuyo
grandemente a internacionalizar sus logros.
Tras ocho años de funcionamiento, la junta directiva del PCCMM decidió
─durante la reunión de 1961 efectuada en Nicaragua─ incluir dentro de sus
actividades la experimentación con frijol. Posteriormente en la reunión de 1963 en
El Salvador ─previendo la inclusión de otros cultivos─ se cambió el nombre de la
iniciativa a Programa Cooperativo Centroamericano para el Mejoramiento de
18
Cultivos Alimenticios y se amplió su trabajo para incluir maíz, sorgo y arroz,
considerados los granos más importantes de la región. Estos cambios coincidieron
con el traspaso de la administración del PCCMM de la FR al IICA adscrito a la
Organización de los Estados Americanos (en adelante OEA), a causa de esto, el
proyecto se reconfiguró de manera sustancial, con lo que se marcó el cierre de un
ciclo. De esta forma, la tesis abarca los diez años en los que operó el PCCMM de
1954 a 1963. Por otra parte, estas modificaciones dan cuenta de que la iniciativa
original avanzó desde principios de la década de 1960 en un proceso de
diversificación, primero hacia la atención de otros cultivos y después, a la inclusión
de la rama ganadera y la producción de forrajes. Este hecho ha sido uno de los
principales factores que ha garantizado a la iniciativa gran continuidad, pues a pesar
de los cambios administrativos que ha sufrido se ha mantenido en activo desde
1954, sumando un total de 64 años de labor ininterrumpida.
Para concluir esta introducción, resta indicar que si bien la tesis cierra un
período de dedicación y esfuerzo constante por estudiar un proceso abierto y sobre
el que año con año se publican nuevas investigaciones ─lo cual demanda
mantenerse al día y repensar múltiples aspectos─ el resultado final es modesto.
Entre las limitaciones de esta investigación destaca la ausencia de una revisión más
variada de archivos documentales ─específicamente de los centroamericanos─ lo
cual podría ofrecer una narrativa más equilibrada al contrastar la documentación del
RAC. Otra tarea que deja pendiente esta investigación, es la de integrar al análisis la
visión campesina sobre el PCCMM y conocer la manera en que la revolución verde
modificó, o no, sus vidas. Considero que la técnica más adecuada para cumplir con
este propósito es la historia oral. Ahora bien, debido a la distancia temporal entre
nosotros y la génesis del PCCMM probablemente los testimonios que puedan
recuperarse sean los de la segunda generación de las familias involucradas. La
tarea por establecer un registro oral, es también extensiva al caso de científicos y
profesionales de la agronomía, en la cual la tesis ha dado un primer paso al registrar
sus nombres y establecer parte de su trayectoria. Seguramente, los lectores críticos
identificarán ─junto a éstas─ otras carencias, las cuales espero sean valoradas
equilibradamente con los aportes que en la tesis se expresan.
19
Capítulo 1. Los orígenes del Programa Cooperativo Centroamericano para el Mejoramiento del Maíz (PCCMM):
Prosecución de la revolución verde en América Latina, 1906-1963
20
l objetivo de este primer capítulo es reconstruir los orígenes del Programa
Cooperativo Centroamericano para el Mejoramiento del Maíz (en adelante
PCCMM) a partir del enlace de dos procesos transnacionales. El primero de
ellos, refiere a la participación filantrópica de la familia Rockefeller y la Fundación
Rockefeller (en adelante FR) en la investigación agrícola a nivel global y su conexión
con la política exterior de Estados Unidos; en este apartado se destaca la
instauración del Programa en Ciencias Agrícolas en el año de 1943, principal
vehículo de propagación de la revolución verde en América Latina. El segundo
proceso, remite a la creación del PCCMM en el año de 1954 cuyo diseño fue resultado
de la experiencia acumulada por la FR en la promoción de iniciativas diversificadas
en el ámbito agrícola. Al mismo tiempo, se destaca la manera en que los
lineamientos del PCCMM permitieron que el proyecto mantuviera estrecha
colaboración con otras iniciativas agrícolas asociadas a la revolución verde en el
continente, entre ellas: el Comité de Preservación de Variedades Indígenas de Maíz
y el Proyecto Interamericano de Mejoramiento de Cultivos Alimenticios (en adelante
PIMCA). Estas directrices transnacionales muestran la contribución del PCCMM para
la creación del CIMMYT, hecho inaugural de una nueva fase en la globalización de la
revolución verde.24
24 El ordenamiento de este capítulo replica la estructura de la tesis que parte de lo general hacia lo particular, reduciendo en cada segmento la escala de observación de la trayectoria y transnacionalización de la revolución verde a través del PCCMM. Como resultado, las referencias al PCCMM en este capítulo son amplias, el abordaje detallado del proyecto se desarrolla en el capítulo segundo, mientras que el análisis pormenorizado de los casos de Costa Rica y Guatemala se desglosa en el capítulo tercero.
E
21
1.1. Los Rockefeller, la Fundación Rockefeller y la investigación agrícola: Un modelo científico-filantrópico de financiamiento y transnacionalización Desde finales del siglo XIX, los Rockefeller han sido una de las familias más
poderosas en Estados Unidos, cuyos miembros han mantenido protagonismo en el
mundo empresarial, político y filantrópico. El iniciador de esta trayectoria fue John
D. Rockefeller fundador de la Standard Oil Company of New Jersey en 1870, uno
de los mayores monopolios en la historia. Su desintegración, durante la presidencia
de William Howard Taft (1909-1913), resultado de la implementación de leyes anti
trust, llevó a que en 1911 se fragmentara en diferentes compañías. No obstante,
esto no fue un impedimento para que la familia articulara al paso del tiempo una red
empresarial que diversificó sus actividades ─vinculadas a la extracción y
comercialización de petróleo─ llegando a tener asiento en la banca financiera.
Debido al peso del valor empresarial de sus industrias y el capital financiero que
circulaban sus acciones, la incorporación a la actividad política de miembros de la
familia se vio favorecida. En esta línea destaca Nelson Rockefeller quien ocupó el
cargo de gobernador del estado de Nueva York en 1959 y la vicepresidencia de
Estados Unidos en 1974, además de ser candidato a la presidencia representando
al Partido Republicano en 1964 y 1968. Mientras que en la línea de actividad
financiera destacó David Rockefeller presidente del Chase Manhattan Bank desde
1960 hasta su fallecimiento en 2017; este banco estableció relaciones estrechas
con el Fondo de Reserva de Estados Unidos, con la administración de recursos de
la Organización de las Naciones Unidas (en adelante ONU) y con el Banco Mundial.
En tanto que en el área filantrópica destacó la actividad de Laurance Spelman
Rockefeller, quien entre 1940 y 1982 se hizo cargo de la Fundación Hermanos
Rockefeller además de ser administrador y fundador del Fondo de los Hermanos
Rockefeller entre 1967 y 1977.25
El historial de la actividad filantrópica de los Rockefeller se remite a la salud
pública, primer interés de la familia. Su antecedente más antiguo es el Instituto
Rockefeller de Investigación Médica fundado en 1901 con el objetivo de combatir
25 Para ahondar en la historia de la familia Rockefeller consultar: Collier, Los Rockefeller: Una dinastía, 1987; Harr, The Rockefeller Conscience, 1991; Oliver, Nixon and Rockefeller, 1960; Berman, The Influence of the Carnegie, 1983; Parmar, Foundations of the American, 2012.
22
las epidemias que brotaban al sur de Estados Unidos. Debido al éxito obtenido y al
apoyo del gobierno estadunidense, los Rockefeller promovieron la creación de
cuatro agencias filantrópicas dedicadas al financiamiento de investigación científica
privada: la Junta de Educación General ─fundada en 1903─ concentrada en
impulsar la educación sanitaria “sin distinción de sexo, raza o credo”, la FR creada
en 1913 con el lema “hacia el bienestar de la humanidad”, el Memorial Laura
Spelman Rockefeller inaugurado en 1918 para apoyar a mujeres y niños, y la Junta
de Educación Internacional instaurada en 1923 para internacionalizar las
actividades de la Junta de Educación General. Los programas de ésta última
tuvieron gran impacto, en tan sólo una década, la Junta extendió su influencia a más
de 52 países bajo la premisa de atender el problema sanitario a partir de resolver
dificultades técnicas del ámbito rural.26
De las cuatro agencias sólo sobrevive la FR, no obstante, durante el tiempo
que coexistieron fueron legalmente distintas y operaron con fondos separados,
aunque compartieron personal y en algunos momentos al comité directivo. Así, el
Dr. Wickliffe Rose fue presidente de la Junta de Educación General y de la Junta de
Educación Internacional entre 1923 y 1928; y desde 1929 el presidente de la FR
habitualmente también fue el presidente de la Junta de Educación General. De la
misma forma, desde 1932 todos los miembros directivos de la FR tuvieron puestos
asociados dentro de la Junta de Educación General.27 Por tanto, la diferencia más
grande entre estas agencias fue el alcance geográfico de sus actividades, en tanto
que el rasgo común fue su enfoque filantrópico-científico.28
26 Posteriormente la Fundación creó la Escuela de Higiene y Salud Pública en la Universidad Johns Hopkins, la primera institución de su tipo en el mundo. Además, invirtió 25 millones de dólares para la creación de escuelas de salud en: Ankara, Atenas, Belgrado, Bucharest, Budapest, Cluj, Copenhague, Londres, Madrid, Oslo, Praga, Roma, Sofía, Estocolmo, Varsovia, Zagreb, Toronto, Sao Paulo, Calcuta, Manila, Tokio y en Estados Unidos en: la Universidad de Harvard y la Universidad de Michigan. De igual forma, inició el programa de becas universitarias beneficiando aproximadamente a 16 000 científicos de todo el mundo, 28 de los cuales recibieron el premio nobel. Tiempo después, se impulsaron programas para tratar otras enfermedades como la malaria y la fiebre amarilla, y en menor grado para la tifoidea, influenza, rabia, frambesia, bilharziasis, sífilis, tuberculosis, y diarrea por amibas. The Rockefeller Foundation, A Condensed Record, 1963. Para profundizar sobre la relación de la Fundación Rockefeller y China revisar: Brown, The Oil Prince´s, 2011. 27 Para conocer más sobre la organización de la Fundación Rockefeller revisar: Williams, The Rockefeller Foundation, 1964. 28 David & Tournès, “Les Philanthropies: Un Objet”, 2014, p. 8
23
Es importante destacar que el mecanismo de financiamiento filantrópico de
la familia Rockefeller cambió a lo largo del tiempo. En el caso específico de la FR,
una de las transformaciones más importantes se dio entre 1928 y 1929 ─en el marco
de la crisis económica─ cuando reorientó su programa bajo el principio de que
seguir entregando fuertes sumas de dinero a los diferentes programas conduciría a
la liquidación de la Fundación misma. Así, se realizó una declaración de intenciones
en la que se afirmó que la FR se había constituido como una organización filantrópica
que no buscaba establecer trabajos paliativos, lo que equivalía a decir que no
entregaría donaciones que no se insertaran en programas de largo alcance para la
solución de determinadas problemáticas. De ahí que la Junta Directiva reformuló los
asuntos de primordial interés, bajo los siguientes lineamientos: -No concede subsidios o préstamos individuales. -No invierte en obligaciones de carácter financiero. -No evalúa o subvenciona curaciones o inventos. -No financia actividades altruistas que redunden en provecho de particulares. -No respalda campañas de propaganda. -No contribuye a campañas políticas para elegir candidatos o influir en la Legislación. -No contribuye a la fundación, edificación o mantenimiento de hospitales, iglesias, escuelas, bibliotecas o instituciones benéficas locales.29
Desde estos parámetros la FR decidió enfocarse hacia otras áreas de
investigación, no obstante, los programas de medicina y salud pública continuaron
siendo las actividades más costosas. La idea rectora de este reordenamiento fue
“que la totalidad de los programas de las cuatro Juntas Rockefeller relativas al
progreso del conocimiento humano, debía quedar concentrado en la Fundación
Rockefeller.”30 Así, se transfirieron a la FR, las siguientes actividades:
a) Las ciencias naturales que estaban a cargo de la Junta de Educación General y de la Junta de Educación Internacional.
b) Las ciencias sociales, que estaban a cargo del Memorial [Laura Spelman Rockefeller].
c) Las artes y humanidades, que hasta entonces eran de la competencia de la Junta de Educación General.
d) Las ciencias médicas, que tenía a su cargo la Junta de Educación General
29 The Rockefeller Foundation, Reseña del presidente, 1956, p. 72. 30 Fosdick, La Fundación Rockefeller, 1957, p. 168.
24
e) Cuestiones de agricultura y de silvicultura, que hasta entonces eran de la competencia de la Junta de Educación Internacional y de la Junta de Educación General.31
Con el interés de hacer efectivas estas transferencias, el Memorial Laura
Spelman Rockefeller se fusionó con la FR. La Junta de Educación Internacional
continuó operando, sin embargo, Raymond Fosdick indica que “sus fondos habían
sido gastados en gran parte y en seguida fue liquidada”. 32 Por lo anterior,
continuaron trabajando sólo dos agencias Rockefeller: la FR y la Junta de Educación
General. Para llevar adelante sus nuevas labores la FR se reorganizó en las
siguientes divisiones: 1. La división de salud internacional: Dedicada a trabajar en el terreno amplio de la salud. 2. La división de ciencias médicas: Dedicada a promover la investigación en medicina, con particular atención a los estudios sobre psiquiatría. 3. La división de ciencias naturales: Con un programa dedicado a la biología experimental. 4. La división de ciencias sociales: Enfocada a estudiar los problemas sobre la interacción humana. 5. La división de humanidades: Ocupada con estudios y trabajo creativo en literatura, lingüística, historia, filosofía, drama y otros temas de las humanidades.33
Como se ha mostrado, el plan filantrópico de la familia Rockefeller consolidó
sus directrices durante las primeras tres décadas del siglo pasado, siendo su rasgo
distintivo la búsqueda de soluciones científicas a los problemas humanos. Para el
caso de la investigación agrícola y la historia de la revolución verde, la fase de
ensayo en éstos primeros años fue definitoria pues configuró las normas que
rigieron al Programa en Ciencias Agrícolas de la FR. A continuación se exponen tres
proyectos que contribuyeron en este sentido.
31 Ibíd., p. 169. 32 Ibíd. 33 The Rockefeller Foundation, Annual Report, 1951, p. 15.
25
1.2. Antecedentes del Programa en Ciencias Agrícolas “The Wellbeing of Mankind Throughout The World”
Uno de los rasgos distintivos de los proyectos agrícolas de la FR, durante la primera
mitad del siglo XX, fue su interés en propiciar la rápida difusión de conocimientos,
prácticas y tecnología a través del establecimiento de rutas para la circulación de
personas, información e innovaciones científicas. La ampliación de estos canales
de intercambio permitió que en poco tiempo se generara un impacto significativo en
la investigación científica global. 34 Al indagar sobre los antecedentes de ésta
circulación encontramos que los orígenes de la revolución verde ─al igual que su
trayectoria─ son de corte transnacional.
Para ahondar en este aspecto, se recuperan tres experiencias que
involucraron a la Junta de Educación General, la Junta de Educación Internacional
y la FR. La selección de estos casos se ha hecho en función del impacto que tuvieron
en el diseño del Programa en Ciencias Agrícolas de la FR y posteriormente, del
PCCMM. De manera general, puede decirse que se trató de una iniciativa que partió
de Estados Unidos y durante su trayecto estableció vínculos con otros países para
la creación conjunta de lineamientos agrícolas, siendo algunos de los elementos
más difundidos: la demostración agrícola cooperativa, la adopción de criterios
científicos en las prácticas rurales, el modelo estadunidense de extensión agrícola,
las directrices para el establecimiento de trabajo cooperativo y la creación de un
programa de becas para la especialización y acompañamiento de las labores
agrícolas. La FR reconoce que cada uno de estos programas “se dirigió no sólo a la
transformación de la economía, sino también a las costumbres y la cultura de las
sociedades rurales”.35
34 Sobre este punto es pertinente la opinión de Ewout Frankema quien al referirse a la revolución verde indica que “la verdadera revolución no fue la innovación tecnológica, sino la rápida difusión de conocimiento científico útil a través de grandes regiones del hemisferio sur”, Frankema, “Africa And The Green”, 2014, p. 19. 35 The Rockefeller Foundation, “A Digital History”, <https://rockfound.rockarch.org/early-efforts>. [Consulta 23 de enero de 2018]
26
1.2.1. La Junta de Educación General en el Sur de Estados Unidos: El trabajo de demostración cooperativo para agricultores
La agricultura capturó la atención de la Junta de Educación General desde sus
primeros años de formación. Conviene indicar que la Junta comenzó a involucrarse
en el tema a través de sus intereses educativos. Esto es así, debido a que durante
una campaña exploratoria de las escuelas ubicadas al sur de Estados Unidos,
durante 1903, concluyeron que la adecuación de los sistemas educativos
dependería de la mejora en las condiciones económicas que se sustentaban en la
labor del campo. De esta forma, fue su prioridad contribuir a cambiar las prácticas
agrícolas y así, tener un escenario más propicio para su iniciativa educativa.36 A
causa de esto, en 1905 el Dr. Frederick T. Gates ─Director de la Junta de Educación
General─ realizó un viaje al sur, durante el cual remarcó que si la gente de la región
tuviera acceso a los conocimientos prácticos no habría límite para el avance de la
agricultura sureña.37 Para encauzar este interés, Gates pidió en 1906 al Dr. Wallace
Buttrick ─Secretario de la Junta de Educación General─ que realizara un estudio
detallado de la situación en esa área.38
Buttrick realizó su investigación e indicó en su primer informe que debido a la
estrecha vinculación de la zona sur de Estados Unidos con el cultivo de algodón
debía invertirse en la tecnificación agrícola para favorecer la erradicación de plagas
que afectaban a las plantas, pues de lo contrario podrían llegar a convertirse en
generadoras de enfermedades. Así, emprendió junto a su equipo una campaña de
evaluación de las escuelas de agricultura del país para la realización de un
diagnóstico que permitiera implementar una nueva estrategia.39
Fue en el Agricultural College de Texas donde el Dr. Buttrick conoció el
trabajo demostrativo de Seaman Asahel Knapp,40 funcionario del Departamento de
36 Fosdick, La Fundación Rockefeller, 1957, p. 216. 37 Cline, “The Life and Work”, 1936, p. 66. 38 Ibíd., p. 66. 39 Ibíd., p. 181. 40 Seaman Asahel Knapp originario de Essex County en Nueva York nació el 16 de diciembre de 1886. Realizó sus estudios en Troy Conference Academy, el Union College en Schenectady, Nueva York, y recibió el título honorario de Doctor por el Upper Iowa University. Desempeñó su trabajo como educador en diferentes sitios entre ellos el Iowa State School for the Blinds y el Iowa State College of Agriculture. Su labor docente fue acompañada por actividades de divulgación científica,
27
Agricultura de Estados Unidos (USDA por sus siglas en inglés: United States
Department of Agriculture) y experto en programas de educación agrícola.41 El Dr.
Buttrick quedó muy impresionado con los resultados de esta iniciativa, por lo que
invitó a Knapp a dictar una conferencia en Washington. En aquella ocasión, la Junta
de Educación General se decidió a financiar la extensión del programa en 1906 a
Mississippi y posteriormente, en 1907 a Alabama y Virginia, y en 1908 a Carolina
del Norte, Carolina del Sur, Florida y Georgia.42 Aunque la Junta financió el trabajo
demostrativo el control y la dirección del proyecto continuaron a cargo del USDA.43
Knapp ─al igual que otros especialistas─ opinaba que la plaga de chahuixtle
(roya puccinia recondita) que atacaba los cultivos de algodón y maíz había migrado
de los campos al norte de la frontera de México con Estados Unidos desde 1892.
Por tal motivo, había extendido ─a través del USDA─ el trabajo de demostración
cooperativo para agricultores hacia los estados más afectados, a quienes además
de mostrar el control de plagas enseñó la forma de plantar los mejores cultivos de
algodón, maíz y heno. Rodney Cline escribió en 1936 que la propuesta de Knapp
destacando como editor de la revista Western Stock Journal and Farmer y Wallace´s Farmer. Desde la década de 1879 tuvo contacto con Henry Wallace y con James Wilson, importantes personajes asociados a la revolución verde. Ibíd., pp. 1-32. 41 Como empleado del USDA, Knapp comenzó en 1989 a incentivar a los agricultores de Louisiana y Texas a cambiar sus prácticas agrícolas en el cultivo de arroz. Knapp tenía experiencia previa trabajando con agricultores de arroz en Louisiana, pues anteriormente había fungido como asesor de la compañía inglesa North American Land and Timber Company que lo contrató para instar a los habitantes a ocuparse en la labor agrícola. En aquel momento, Knapp diagnosticó que el mejor cultivo para la región era el arroz con técnicas mecánicas y comenzó su labor para convencer a los pobladores de sumarse a su cultivo así como para convertir el área en una zona de atracción de inmigración. Este cultivo, era uno de los más importantes de esa región desde tiempo atrás y el involucramiento de Knapp favoreció que se mantuviera esta tendencia. Uno de los rasgos más significativos de su trabajo fue la observación de que el avance en la mecanización de los procesos agrícolas requería que se implementaran nuevas variedades de arroz, pues las tradicionales no se ajustaban bien a los procesos de molienda. De manera que Knapp, sugirió al gobierno el financiamiento de una exploración a Japón para la búsqueda de nuevas variedades con características deseables culturalmente y comercialmente. En 1898, Knapp fue nombrado “explorador agrícola” por el USDA. Durante su viaje recolectó diferentes muestras de semillas de arroz y otros cultivos que envió por barco a Estados Unidos. Knapp seleccionó una variedad de arroz de la isla Kiushu como la idónea para la agricultura tecnificada en Louisiana, esta variedad se conoció como “arroz Kiushu”. Esta variedad sustituyó a la denominada “arroz honduras”, pues además de reportar altos rendimientos tuvo un mejor desempeño en los procesos de molienda. A esta campaña le siguieron otras en Puerto Rico y distintos países de Asia. Hasta aquí puede decirse que la labor de Knapp se había concentrado en la mejora de las condiciones de la industria arrocera estadunidense. Ibíd., pp. 32-48. 42 Ibíd., p. 66. 43 Ibíd.
28
no incluía elementos totalmente nuevos a las prácticas agrícolas preexistentes en
la región, por lo que su contenido innovador era ofrecer una sistematización de los
usos para hacerlos más efectivos, en ese sentido era un proyecto pedagógico para
la educación rural.44 La propuesta de Knapp se sintetizaba en los siguientes diez
puntos: 1. Preparar una profunda y pulverizada cama para las semillas, cuidando
de mantenerla bien drenada y alcanzar una profundidad de 8, 10 o 12 pulgadas, dependiendo del suelo, con implementos que no saquen a la superficie muchos elementos del subsuelo. (Las profundidades progresivas deben ser hechas gradualmente).
2. Usar semilla de la mejor variedad, inteligentemente seleccionada y cuidadosamente almacenada.
3. En cultivos, darle a las hileras y a las plantas en las hileras un espacio adecuado para la planta, el suelo y el clima.
4. Utilizar la labranza intensiva durante las temporadas de crecimiento de los cultivos.
5. Asegurar un alto contenido de humus en el suelo con el uso de legumbres, estiércol de corral, basura de granja y fertilizantes comerciales.
6. Llevar a cabo una sistemática rotación de cultivos con una cosecha de cobertura de invierno en las granjas del sur.
7. Lograr más trabajo en un día mediante el uso de la fuerza de los caballos y mejores implementos.
8. Aumentar el stock de la granja hasta el punto de utilizar todos los productos de desecho y tierras inactivas de la granja.
9. Producir todo el alimento requerido por las personas y animales de la granja.
10. Llevar una cuenta de cada producto de la granja, para conocer las ganancias o las pérdidas que surgen.45
Para operar el proyecto demostrativo se requería que un granjero aceptara
seguir este decálogo en sus cultivos y permitiera observar a sus vecinos los efectos
de su aplicación en la producción. Aunque Knapp y su equipo asesoraban a los
granjeros voluntarios, la responsabilidad del seguimiento dependía del agricultor,
por lo que su cumplimiento y apego a las normas servía de ejemplo a sus
compañeros a la luz de los resultados obtenidos.46 El USDA retiró entre 1905 y 1906
los subsidios de semillas y fertilizantes a las granjas demostrativas, pues se
consideró que las actividades debían ser financiadas por los propios granjeros ya
44 Ver ilustración 1 en el anexo 2. 45 Cline, “The Life and Work”, 1936, p. 69. 46 La primera se efectuó con cultivos de maíz y algodón durante 1903 en la granja Porter ubicada en Terrell, Texas. Ibíd., pp. 52-55.
29
que de esa forma se aseguraba tener un mayor compromiso. El único apoyo
económico que se mantuvo fue el sueldo de Knapp y el de los agentes especiales,
encargados de la multiplicación de las granjas demostrativas.47
Aunque el trabajo demostrativo tuvo buena recepción entre los granjeros, la
Junta de Educación General consideró que una forma de extender la iniciativa era
involucrar a otros sectores de la población. Fue así que se crearon programas
exclusivos para la atención de granjas administradas por población negra en
Virginia, Oklahoma y Mississippi.48 Para este grupo se emplearon agentes negros
quienes no podían atender áreas de población no negra.49 Otra iniciativa fue la
creación de clubes de trabajo demostrativo dirigido a niñas y niños, quienes fueron
alentados a través de competencias, generalmente centradas en el cultivo de
maíz.50 Igualmente, se fundó el programa de demostraciones en el hogar para
incluir a las “amas de casa” en un entrenamiento que sumaba el estudio de la
economía doméstica y la dirección de los clubes para niñas.51
Visto así, uno de los mayores aportes de Knapp fue estudiar la agricultura
desde un enfoque práctico, hecho que le valió ser reconocido como docente y
promotor en la transformación de las prácticas agrícolas en los estados del sur del
territorio estadunidense. 52 Aunado a esto, Knapp inició en Iowa lo que
posteriormente sería conocido como el trabajo de estaciones experimentales. El
mérito de Knapp no fue haber fundado la primera estación sino proponer al gobierno
que se creara un sistema federal de estaciones experimentales y que cada una de
ellas estuviera conectada con una granja para llevar adelante la observación en
47 Ibíd., p. 65. 48 Entre los planes para la renovación de la enseñanza agrícola en el sur y la inclusión de la población negra destaca la experiencia del Snow Hill Institute localizado en el “Black Belt” de Alabama. El Instituto se dedicó a la impartición de cursos de Elementary School, Junior High School y Senior High School. La enseñanza que recibían las mujeres se basaba en la economía doméstica, es decir: cocina, hechura de ropa, el cuidado de la casa, administración del hogar, crianza infantil y planeación económica. En tanto que los varones eran instruidos en métodos agrícolas modernos y el manejo de granjas a nivel de autoconsumo y de intercambio comercial, en este sentido se enfatizaba la práctica en el cultivo de maíz. Para ello, se retomó el modelo de Knapp y se invitó a los agentes de condado a dar charlas a los alumnos. Snow Hill Institute, RAC Collection General Education Board, Series 01, Box 3, Folder 22. 49 Cline, “The Life and Work”, 1936, p. 69. 50 Ibíd., pp. 73-74. Ver ilustración 2 y 3 en el anexo 2. 51 Ibíd., p. 75. 52 Ibíd., p. 23.
30
campo.53 Igualmente, en 1914 se estableció el sistema de agentes de condado en
Estados Unidos bajo la propuesta demostrativa.
Para la historia de la revolución verde los aportes de Knapp fueron
concluyentes, pues el trabajo demostrativo y el modelo de estaciones
experimentales fue retomado por la Junta de Educación Internacional y el Programa
en Ciencias Agrícolas de la FR.54 Tore Olsson, quien ha estudiado a detalle la labor
de la Junta de Educación General y su relación con los albores de la revolución
verde, propone que recuperar este origen muestra que fue una estrategia probada
por vez primera al interior de Estados Unidos.55 Asimismo, el autor sostiene que la
región sur estadunidense era en aquél entonces un área más similar a América
Latina ─tanto en sistemas productivos como en inestabilidad social para la
industrialización─ que al norte de Estados Unidos.56
La misma FR, da cuenta que estos primeros proyectos de la Junta de
Educación General contribuyeron más allá del mejoramiento del sistema educativo,
pues lo que se logró fue avanzar en la modernización del sur agrario.57 De esta
forma, se re-conceptualizó la agricultura como un negocio, así “los granjeros se
convirtieron en nuevo mercado: pues ahora necesitaban fertilizantes producidos
industrialmente, mejor maquinaria y la asesoría de expertos”.58
1.2.2. La Junta de Educación Internacional en Europa del Este y China: Extensión del trabajo de demostración cooperativo de agricultores
La Junta de Educación Internacional fue creada en 1923 a sugerencia del Dr.
Wickliffe Rose quien buscaba extender fuera de Estados Unidos las actividades de
la Junta de Educación General, entonces bajo su cargo. Los fondos fueron
otorgados por una donación de John D. Rockefeller Jr. y sus labores se dedicaron
a “la promoción y/o avance en la educación, ya sea institucional o no, en todo el
53 Ibíd., p. 26-27. 54 Shaplen, Toward the Well-being, 1964, p. 107. 55 Olsson, Agrarian Crossings, 2017, [libro electrónico]. 56 Ibíd. 57 The Rockefeller Foundation, “documento en línea citado”. 58 Ibíd.
31
mundo”. 59 Su funcionamiento se distinguió por no interesarse en mantener
operaciones permanentes, de manera que sus trabajos buscaron apoyar proyectos
germinales que con el tiempo incidieran en el campo educativo.60 Para Rose la
actividad filantrópica de este tipo se encontraba en ventaja, ya que en su opinión,
“en una democracia, las instituciones no gubernamentales sirven a un propósito
importante y tienen mayor libertad para la iniciativa y la experimentación, por lo que
sirven para estimular y guiar el esfuerzo gubernamental”.61 Por lo que se refiere a
las actividades en el medio rural, la iniciativa de mayor alcance se desarrolló en
Europa del Este y China.
Albert R. Mann ─Director del programa agrícola de la Junta de Educación
Internacional y profesor del Colegio de Agricultura del Estado de Nueva York en
Cornell─ a través de un acuerdo de cooperación con Dinamarca inició un programa
para la realización de trabajos demostrativos en granjas que rápidamente se
propagó a Noruega y Hungría.62 Durante dos años, el Dr. Mann recorrió Europa para
extender el programa, llegando hasta el oeste de Rusia.63
Este proyecto se complementó con el otorgamiento de becas,
aproximadamente a 233 estudiantes para su formación como docentes,
investigadores y administradores.64 Con el interés de hacer más eficiente esta
extensión se instaló una oficina en París dedicada a la coordinación del intercambio
internacional y en particular de la labor de W. E. Tisdale encargado de realizar las
entrevistas a los candidatos. Cabe mencionar que la mayoría de los beneficiados
fueron de origen europeo. 65 Asimismo, se concedieron donaciones a algunos
centros de educación y de investigación agrícola, entre ellos: El Colegio de
Agricultura de la Universidad de Sofía, el Departamento de Investigación de Cría de
59 Ibíd. 60 Ibíd. 61 Ibíd. 62 The Rockefeller Foundation, Annual Report, 1954, pp. 127-128. 63 Fosdick, La Fundación Rockefeller, 1957, p. 218. 64 Fosdick, La Fundación Rockefeller, 1957, p. 183. Para más información sobre la relación de las agencias filantrópicas norteamericanas en Europa consultar: Fondazione Adriano Olivetti, American Foundations, 2003; Tournès, La Philanthropie américaine, 2008. 65 The Rockefeller Foundation, “documento en línea citado”.
32
Animales de la Universidad de Edimburgo y los laboratorios coordinados de
agricultura, botánica, zoología y fisiología de la Universidad de Cambridge.66
Además de los proyectos en Europa, la Junta de Educación Internacional
patrocinó una empresa conjunta entre la Universidad de Cornell y la Universidad de
Nanking en un plan para propiciar el “progreso de la agricultura en China”.67 Estas
actividades fueron impulsadas mediante la investigación en el cultivo de plantas y
la formación de estudiantes chinos en los principios y técnicas modernas. La
estación central de este proyecto estuvo fincada en una granja próxima a Nanking.68
Al referirse a esta experiencia, Fosdick escribió que “tan pronto como se obtuvieron
especies superiores de cereales, judías y otros cultivos que resultaron de los
experimentos, se elaboró un plan para distribuir la semilla entre los agricultores”.69
Estos proyectos de la Junta de Educación Internacional no sólo retomaron el
trabajo demostrativo propuesto por Knapp, sino que además añadieron dos
componentes que fueron centrales para las posteriores empresas agrícolas de la FR
y en especial del Programa en Ciencias Agrícolas, estos son: 1) La inclusión de un
programa de becas para apoyar los objetivos de largo alcance y 2) La asociación
entre las agencias filantrópicas y las universidades de Estados Unidos y del país
anfitrión. La integración de estos dos elementos, antecedentes lejanos en el diseño
del PCCMM, fue categórico para la transnacionalización de la revolución verde, pues
desde esa época la FR fijó su interés en la creación de redes de intercambio para la
movilidad estudiantil y la circulación de materiales.
1.2.3. La FR en China: Primer convenio de reconstrucción rural A penas un año después de haber sido creada, la FR inició su acercamiento a China
a través de la Junta Médica China que comenzó sus labores en 1914. Esta empresa
extendió sus trabajos mediante la creación del Colegio Médico de la Unión en Pekín
fundado en el año de 1917. Igualmente, la familia Rockefeller financió diferentes
misiones colegiales durante la década de 1920 ejecutadas por Comités Baptistas.
66 Fosdick, La Fundación Rockefeller, 1957, p. 218. 67 Ibíd. 68 Ibíd. Ver ilustración 4 en el anexo 2. 69 Ibíd.
33
Hasta 1933, el monto total de las donaciones conferidas a los programas destinados
a China sumaba 37 millones de dólares, lo que la convertía en la mayor inversión
filantrópica de los Rockefeller en todo mundo, siendo la iniciativa más costosa la del
Colegio Médico.70 Ahora bien, la reorganización de la FR en el año de 1928, descrita
en el primer apartado, significó un giro en la vinculación con China ya que se decidió
trabajar en “el avance del conocimiento” a través de sus diferentes divisiones.
Motivo por el cual otorgó la independencia a la Junta Médica y al Colegio Médico.71
A consecuencia de estos cambios, Max Mason ─Presidente de la FR─
encomendó al Dr. Selskar M. Gunn ─Vicepresidente de la FR─ realizar una campaña
exploratoria en China para generar una propuesta bajo un nuevo tipo de programa.
Tras una visita entre 1932 y 1934, y a partir de la experiencia de la Junta de
Educación General en el sur de Estados Unidos y de la Junta de Educación
Internacional en el Este de Europa y China, se inició en 1935 ─dentro del programa
de Biología Experimental de la FR─ la primera campaña dedicada completamente
al tema de la agricultura en un programa de “recostrucción rural”.72
La dirección de la empresa quedó a cargo de Gunn, quien consideró que los
trabajos pioneros en el cultivo de plantas en Nanking, proporcionaban el punto de
partida ideal para la integración del movimiento de reconstrucción rural.73 Según la
perspectiva de Gunn, el proyecto debía guiarse bajo la condición de contribuir a
mejorar la calidad de vida del 85% de la población china dedicada a la agricultura a
través de prácticas demostrativas.74 Con esa meta, Gunn propuso que el énfasis de
la asociación institucional debía hacerse a través de las universidades y no
mediante el apoyo a misiones colegiales.75
El objetivo más amplio fue crear una economía agrícola efectiva,76 por ello,
se incluyeron cuestiones de sanidad, medicina preventiva, economía,
administración rural y obras comunales. Con afán de encaminarse en ese sentido,
70 The Rockefeller Foundation, “documento en línea citado”. 71 Ibíd. 72 Fosdick, La Fundación Rockefeller, 1957, p. 219. 73 Ibíd. 74 Ibíd., p. 183. 75 Mrs. Gunn´s Program for China, RAC Collection R.F., Record Group 1.1., Series 601, Box 14, Folder 143. 76 The Rockefeller Foundation, “documento en línea citado”.
34
la FR apoyó la creación del Consejo para la Reconstrucción Rural de la China del
Norte que se conformó por una asociación entre universidades y el Movimiento
Chino de Educación de Masas, creado anteriormente con soporte de la misma FR.
Esta red promovió que los sitios para las demostraciones agrícolas se acompañaran
con programas de investigación en las universidades y que se mantuvieran
reuniones regulares para su evaluación, 77 las más importantes fueron: la
Universidad de Yenching y la Universidad de Nankai.78 Al igual que en el caso de
los programas de la Junta de Educación Internacional, se integró un programa de
becas para promover la instrucción de estudiantes y funcionarios. La mayoría de los
becarios realizaron sus estudios en China, sobre la base de proyectos locales
relacionados con la reconstrucción rural.79
El programa chino permitió a la FR conocer el alcance de un nuevo nivel de
trabajo conjunto entre la filantropía, las universidades y el gobierno, dirigido a la
implementación de un proyecto agrícola con miras a reactivar la economía nacional.
Sin embargo, se vio truncado al ultimar que: “para generar un impacto notable en
China se necesitaría una vasta cantidad de agregados de la Fundación para poder
llegar a los cientos de millones de habitantes chinos del entorno rural, además de
mucho tiempo y paciencia”,80 por lo que los patrocinadores concluyeron que el
trabajo llevaría décadas antes de rendir frutos. Sumado a esto, los empleados de la
FR registraron inconformidades de los chinos ante los lineamientos del programa,
principalmente entre los investigadores académicos y los responsables de las
demostraciones.81
Aunado a esto la FR asumía que el ambiente en la China de aquél momento
no era el óptimo para su iniciativa, pues el gobierno nacionalista de Chiang Kai-shek
instalado desde 1927 mantenía abierta una fuerte confrontación con las fuerzas
comunistas. A esta situación se agregaba la amenaza de invasión desde Japón. A
pesar de ello, Gunn creía que el programa de la FR además de ofrecer una vía para
la estabilización del país, era una iniciativa bien recibida porque cada facción del 77 Ibíd. 78 Fosdick, La Fundación Rockefeller, 1957, p. 219. 79 Ibíd. 80 Ibíd. 81 The Rockefeller Foundation, “documento en línea citado”.
35
conflicto valoraba las bases del trabajo.82 Más aún, Gunn sostenía que la FR no
demostraría cualidades si posponía el desarrollo de un nuevo programa y esperaba
a una condición utópica que ninguno de sus contemporáneos viviría. 83 Otra
observación, derivada del trabajo de Gunn, indicaba que la FR debía comenzar a
extender sus labores a México y la India, pues desde su visión compartían junto con
China la necesidad de un programa de reconstrucción rural.84
En cualquier caso, la FR terminó sus oficios en 1939, aunque algunos
proyectos menores se continuaron de forma intermitente. La FR encontró fuertes
limitaciones para el desarrollo de su proyecto frente al avance de la guerra civil que
se transformó en la revolución comunista china, en particular desde la invasión
japonesa en 1937. Sobre este episodio, Harry M. Cleaver indica que “la victoria de
los comunistas chinos en 1949 terminó con décadas de esfuerzos, en su mayoría
privados, para “salvar” a China. Como muchos otros, los Rockefeller vieron
desaparecer tras la “cortina de bambú” sus más caros proyectos, tal como la Union
Medical College de Pekín”85 y el programa de reconstrucción rural.
Ahora bien, lo que interesa destacar de la incursión de la FR a China es que
la vinculación ensayada entre el programa de reconstrucción y las universidades fue
replicada por los proyectos que le siguieron, entre ellos, el Programa en Ciencias
Agrícolas y el PCCMM. A parte de ello, la experiencia China sirvió como un prototipo
del Punto IV del programa en asistencia técnica estadunidense desarrollado durante
el gobierno de Harry Truman (1945-1953), el cual eventualmente se convirtió en la
Agencia para el Desarrollo Internacional. Cómo se verá con detalle en el siguiente
apartado este aspecto fue de vital importancia entre la filantropía Rockefeller y la
política exterior de Estados Unidos.86
82 Ibíd. 83 Ibíd. 84 Mrs. Gunn´s Program for China, RAC Collection R.F., Record Group 1.1., Series 601, Box 14, Folder 143. 85 Cleaver, “Contradicciones de la revolución”, 1973, p. 66. 86 The Rockefeller Foundation, “documento en línea citado”.
36
1.3. El Programa en Ciencias Agrícolas de la FR “Toward The Conquest of Hunger”: El tono geopolítico de la revolución verde En consonancia con la actividad desarrollada por la Junta de Educación
Internacional en Europa del Este y de la campaña agrícola en China, la FR a través
del Departamento de Estudios Sociales ─dirigido entonces por Joseph H. Willits─
financió dos proyectos de exploración de la situación agrícola en América Latina. El
principal objetivo fue generar un diagnóstico de las condiciones, políticas,
económicas, institucionales y ambientales que le permitiera a la FR valorar la
pertinencia de iniciar un proyecto de colaboración con la región.
El primero, estuvo a cargo del geógrafo estadunidense Carl O. Sauer quién
en 1942 fue encomendado a recorrer México, Chile, Bolivia, Perú, Ecuador y
Colombia.87 El estudio de Sauer concluyó que las condiciones más propicias se
encontraban en México, seguido de Colombia y Chile. El segundo, también en 1942,
fue responsabilidad de Nathan L. Wettern quien realizó una investigación sobre la
situación mexicana. Lo más relevante de su estudio fue la conclusión de que México
era la puerta de entrada de Estados Unidos hacia América Latina, por lo que un plan
de acción conjunta en materia de agricultura debía arrancar en México para servir
de antecedente para el resto de la región.88
Como resultado de estas investigaciones y debido a las condiciones
internacionales de aquél momento ─ya en pleno desarrollo de la Segunda Guerra
Mundial y la abierta incorporación de los estadunidenses tras el ataque a Pearl
Harbor en 1941─ la atención de la FR se fijó en México a causa de los intereses
comerciales y geopolíticos que Estados Unidos mantenía con su vecino sur. De ahí
87 Este viaje formó parte de las actividades de un núcleo de investigación que estudió de manera más amplia la relación de Estados Unidos con América Latina, otros investigadores fueron: 1) Earl J. Hamilton, historiador de la Universidad de Duke quién durante dos períodos de cuatro meses estudió en Perú y Colombia la historia de la aplicación de la Doctrina Monroe, 2) Melville Herskovits, antropólogo de la Universidad de Northwestern que estudió por un año a la población negra en Brasil, y 3) Robert B. Hall, geógrafo de la Universidad de Michigan dedicado durante ocho meses al estudio de la inmigración y aculturación de los japoneses en Brasil y en otros países latinoamericanos. Interesa destacar que Carl O. Sauer ya tenía experiencia realizando visitas de este tipo, pues mientras encabezó el departamento de Geografía de la Universidad de Berkeley en 1923 realizó campañas de reconocimiento en la costa sur de Estados Unidos y en diferentes regiones de México, aunque fue hasta el financiamiento de la FR que llegó a realizar trabajo de campo en Sudamérica. Cooper, Andean Reflections, 1982, pp. 1- 3. 88 Esteva, La batalla en el México, 1980, p. 63.
37
que el primer plan que inauguró el Programa en Ciencias Agrícolas de la FR se firmó
con el gobierno mexicano en 1943. Éste programa ─y la extensión del mismo en
América Latina─ se centró en el desarrollo de variedades híbridas de maíz, trigo,
arroz, papas y frijol para consumo humano, algunos vegetales y pastos utilizados
como forrajes para ganado. Aunque se afirmaba que no se atendería a la
investigación en áreas vinculadas a la industria alimenticia, en algunos casos, como
en el trigo, ese interés tomó un sitio importante.
La justificación filantrópica del Programa en Ciencias Agrícolas fue
planteada bajo la premisa de que ─según reportaban los estudios de la Fundación─
para la década de 1940 la población mundial, crecía a un ritmo tan acelerado que
en pocos años la producción global de alimentos sería insuficiente para alimentar a
la humanidad. De esta forma, se afirmaba que la situación llevaría a los países más
desprotegidos a vivir hambrunas y escasez. En 1964, Robert Shaplen resumía así
el objetivo del Programa en Ciencias Agrícolas: El mundo puede alimentar sus millones si el conocimiento del suelo, sus productos y las condiciones de su uso pueden ser suficientemente avanzados, difundidos y aplicados. En el ámbito mundial, desde India hasta Sudamérica, el programa y el interés de la Fundación y sus predecesores desde 1905, entró en una nueva fase hace veinte años en México.89
A pesar de que es cierto que durante las décadas de 1940 y 1950 la
población mundial creció a una velocidad sin precedentes ─en parte debido al
empuje de la industrialización y los avances médicos─ es necesario cuestionar la
inevitabilidad de una generalizada carestía de alimentos, toda vez que los contextos
de producción agrícola regionales eran bastante disímiles. A grandes rasgos puede
decirse que Asia fue la región que reportó una baja importante en los niveles de
producción agrícola hasta su incorporación a la revolución verde, mientras que
América Latina mantuvo niveles de producción aceptables que se complementaron
con la importación de granos ─como el maíz─ provenientes de Estados Unidos.
Este hecho sugiere que, además de la actividad filantrópica, el progreso de la
revolución verde estuvo vinculado a cuestiones comerciales y a la política exterior
estadunidense.
89 Shaplen, Toward the Well-being, 1964, p. 91.
38
Así, los problemas agrarios ─ligados al régimen de propiedad de la tierra, el
impulso de reformas agrarias y proyectos de modernización─ fueron reformulados
como problemas de la alimentación, de ahí el resguardo de la labor de la FR bajo la
bandera de la lucha contra el hambre.90 En los informes anuales de la Fundación se
advierte su interés por la relación entre el suplemento alimenticio y la estabilidad
política, lo que sin duda responde a inquietudes más allá del ámbito filantrópico,
aquí un ejemplo: El bienestar físico del hombre es fundamental para su totalidad como individuo, la historia ha demostrado que un pueblo desnutrido no sólo es infeliz sino también frecuentemente explosivo. Si los miembros individuales de la sociedad deben aportar su contribución al progreso humano, sus necesidades más básicas deben ser satisfechas. 91 Nick Cullather indica que la dirección de la revolución verde fue influenciada
por la emergencia de una visión global que estipuló que el hambre y la pobreza no
deberían ser comprendidas como una condición universal de la humanidad, sino
como un peligro para la estabilidad internacional. 92 El autor reconoce como
antecedente tecnológico al calorímetro, la invención de Wilbur O. Atwater que desde
1896 permitió el análisis numérico del consumo de alimento en el cuerpo humano.
La difusión del calorímetro y el lenguaje matemático asociado a él, favoreció el
surgimiento de una perspectiva estadunidense que asumió que el problema del
suplemento alimenticio era un tema que debía ser resuelto por la capacidad de los
científicos y diplomáticos.93 Se sostuvo entonces que la producción de alimentos y
el crecimiento poblacional eran variables controlables, de manera que la nueva idea
de progreso se afincaba en el balance entre ambas.94
90 Picado recomienda revisar el libro: Wallace, ¿Qué hará Norteamérica?, 1941. En él, Wallace desglosa una declaración política sobre la importancia estratégica de la agricultura para Estados Unidos durante la Segunda Guerra Mundial, articulada a partir del desdoblamiento retórico del valor del suelo como tierra de cultivo y como tierra de ocupación geopolítica. Hace especial énfasis en la importancia estratégica que tenía América Latina para Estados Unidos en el contexto de la Guerra, especialmente en términos en que el subcontinente jugaba en cuanto a la producción de artículos estratégicos como el abacá, la quinina y el caucho, materiales indispensables para la industria bélica. Picado, “En busca de la genética”, 2012, pp. 110-112. 91 The Rockefeller Foundation, Annual Report, 1957, p. 143. 92 Cullather, The Hungry World, 2010, p. 8. 93 Ibíd., p. 15. 94 Ibíd., p. 15.
39
Así, los nutriólogos junto a los primeros demógrafos95 comenzaron a elaborar
durante el recambio de siglo, investigaciones sobre los hábitos alimenticios bajo
parámetros descriptivos y cuantitativos que no vinculaban la alimentación como
parte del contexto cultural y social.96 Desde ese mirador, la modificación de los
hábitos de consumo97 era una solución. Asimismo, se indicaba que era necesaria
una transformación de la tradición campesina que requería afincar las nuevas
concepciones científicas y los valores del progreso.98 Dependiendo del caso en
cuestión se trataba de la reconstrucción o modernización rural.
Lo anterior, dio pauta a que Estados Unidos institucionalizara
progresivamente un ideal de estabilidad sustentado en la búsqueda del balance
entre la producción alimenticia y el crecimiento poblacional. Esta perspectiva
comenzó a asentarse durante la administración de Woodrow Wilson (1913-1921) y
se extendió hasta el gobierno de Dwight Eisenhower (1953-1961).99 Estas ideas se
difundieron a través de campañas científicas y diplomáticas emprendidas por
organizaciones con sede en Estados Unidos, entre ellas la FR.100 La labor de estas
instituciones fue acompañada por el gobierno, que a partir de la consigna sobre la
administración racional de los recursos, favoreció que el conocimiento sobre el
suministro de alimento y el crecimiento poblacional permitieran registrar la vitalidad
física de otros países y su conexión con la seguridad de Estados Unidos.101
Un primer ensayo de esta estrategia se ejecutó durante la presidencia de
Wilson, quien en 1917 creó una autoridad nacional sobre el alimento bajo la
95 La FR tomó el liderazgo en el desarrollo de la demografía como una profesión separada de la eugenesia elevándola al nivel de una ciencia de política internacional. Sus primeros egresados estudiaron en Princeton University bajo el financiamiento de la FR. Dudley Kirk, quien llegó a convertirse en el primer demógrafo oficial dentro del Departamento de Estado de los Estados Unidos en 1947, explicó que la teoría de la demografía en ese momento había logrado rescatar al maltusianismo de Malthus al pasar del estudio de los peligros de la sobrepoblación a la investigación sobre la relación entre el crecimiento poblacional y el desarrollo en el mundo moderno de la posguerra. Ibíd., pp. 35-39. 96 Ibíd., p. 16-18. 97 Ibíd. 98 Ibíd., p. 7. 99 De éste último período, es necesario subrayar que la política exterior de Estados Unidos hacia América Latina cambió de manera significativa, ya que se decidió que los programas de apoyo gubernamental se dieran a través de agencias y no de manera directa. 100 Ibíd., p. 20. 101 Ibíd., p. 13.
40
dirección de Herbert Hoover,102 líder de la campaña de rescate de Bélgica durante
la Primera Guerra Mundial.103 Hoover definió el tema de la alimentación como un
punto vulnerable del orden internacional, al mismo tiempo, advirtió que esta
situación podría convertirse en un instrumento para aumentar la injerencia de
Estados Unidos en el globo a partir de la medición de los recursos y la demanda
energética de los países. Para Hoover, era imprescindible que Estados Unidos
ofreciera una ruta de progreso que aumentara los estándares de vida.104 Cullather
señala que Hoover informó a Wilson que Estados Unidos tenía que efectuar un alivio
en cuarenta y cinco naciones para alejarlos del bolchevismo y sacarlos de la
anarquía. 105
El argumento que respaldaba esta estrategia era que las diferencias entre
enemigos y aliados solo ofrecían una seguridad temporal, mientras que la
distribución de alimento marcaba la diferencia entre la guerra y la paz, el orden y la
revolución. Así, las zonas de primera importancia fueron aquellas alejadas del
conflicto bélico en Europa. De manera que la atención se centró en la gran
concentración de población y recursos en América Latina y Asia; de ésta última,
particularmente el área del heartland de Eurasia estudiado por Halford Mackinder.106
Para ello, se desarrolló un nuevo enfoque de las relaciones diplomáticas desde
Estados Unidos, que en el curso de la Segunda Guerra Mundial y la subsecuente
Guerra Fría justificó su presencia en las zonas que diagnosticó como incapaces
para equilibrar su tasa de crecimiento poblacional con la producción de alimentos.
A inicios de la década de 1940, Estados Unidos comenzó una campaña que
reafirmaba su interés en transformar ciertas sociedades agrarias en sociedades
dinámicas modernas, a través de la “creencia” en el poder del avance tecnológico y
la planeación científica.107 La primera organización filantrópica en ejercer esta labor
de misión científica, bajo la perspectiva ensayada por Hoover en Bélgica, fue la FR,
102 Para conocer más sobre la trayectoria de Herbert Hoover como funcionario revisar: Jeansonne, Herbert Hoover, 2016. 103 Ver ilustración 5 en el anexo 2. 104 Cullather, The Hungry World, 2010, p. 22-23. 105 Ibíd., p. 22. 106 Ibíd., pp. 22-24. 107 Ibíd., p. 14.
41
que durante la dirección de Raymond B. Fosdick ─quien compartía la visión
alimentaria de Hoover─ afirmó que era factible una reforma científica a escala global
que mostraría que la escasez no era un “destino”. Aunado a ello, el pensamiento de
Fosdick se distinguía por no suscribir la visión de un límite inevitable de los recursos
postulada por Thomas Malthus.108
Este camino también se imbricó con otros proyectos, en particular con los
que se originaron durante la presidencia de Harry Truman (1955-1953) quien desde
su primer discurso indicó que el Punto IV de su programa estipulaba que la
asistencia estadunidense se otorgaría a través de la ciencia y la tecnología. Wilson
Picado sostiene que el vínculo de esta declaración y las fundaciones privadas puede
parecer obvio, sobre todo si se atiende a la evidente dimensión geopolítica que
adquirieron las relaciones internacionales en aquellos primeros años de la Guerra
Fría. No obstante, menciona que más allá de esto hay una serie de elementos
relacionales que explican estas conexiones de una forma puntual. Uno de ellos, es
el hecho de que el coordinador de la Oficina de Asuntos Interamericanos (OIAA por
sus siglas en inglés: Office of Inter-American Affairs) fuera en ese momento Nelson
Rockefeller, 109 quien además fungía como Secretario de Estado para América
Latina y como miembro de la Junta de la FR. Por estos motivos, Picado señala que
la filantropía estadunidense encontró en el Punto IV el soporte ideológico-
gubernamental para sus labores, aunque no necesariamente lo hicieron explícito,
pues la figura del Estado estaba casi ausente en sus comunicaciones.110
Los programas de agricultura del Punto IV se articularon principalmente a
través del USDA y su mecanismo más usual fue el envío de alimentos, entre ellos el
mayor volumen de las exportaciones se concentró en el trigo, seguido del maíz,
arroz y sorgo.111 Bajo el Título I, los alimentos fueron pagados con monedas del país
108 Ibíd., p. 29. 109 Esta agencia quedó establecida en agosto de 1940 y culminó sus labores en abril de 1946. Su principal función fue promover las iniciativas gubernamentales que buscaban mostrar que todos los americanos formaban parte de “una gran familia”, una estrategia diseñada para atenuar la influencia nazi en América Latina a través de programas que buscaban incidir en “las mentes y los corazones”. Cramer & Prutsch, “Nelson A. Rockefeller´s”, 2012, p, 16-17. 110 Picado Umaña, “Conexiones de la revolución”, 2012, pp. 172-175. 111 Que el trigo fuera más distribuido a través de este programa tuvo el efecto de introducir el consumo de este cereal en sitios donde se ingería marginalmente. A largo plazo, esto incidió en el cambio de las dietas de algunos países que sustituyeron el consumo de maíz o sorgo por trigo, es
42
receptor, cuya contribución fue utilizada para financiar las misiones de Estados
Unidos, las empresas multinacionales, la asistencia militar y los proyectos de
desarrollo.112 Bajo el Título III, los alimentos fueron intercambiados por material
estratégico. Bajo el Título IV ─añadido en 1959─ los alimentos podían obtenerse a
cambio de dólares de Estados Unidos. Sólo bajo el Título II, los granos fueron
mercancías donadas a los pobres, y aún en este caso fueron canalizadas a través
de grupos privados, escasamente neutrales, tales como los Servicios Católicos de
Asistencia.113 Como se verá en los siguientes capítulos, estos programas llegaron
a Centroamérica y se enlazaron con las labores del PCCMM.
Hay que mencionar además, que el Punto IV complementaba la Agricultural
Trade Development and Asistance Act, más conocida como Ley Pública 480,
aprobada en 1954, la cual dispuso que los excedentes agrícolas se movieran a
través del comercio. Se trató de una medida que buscó atenuar la caída de los
precios causada por el incremento de los excedentes agrícolas de Estados
Unidos,114 tras el fin de la Segunda Guerra Mundial. Para ejemplificar la percepción
de esta ley en el medio político, Cleaver da cuenta de que Herbert Humphrey, uno
de sus principales promotores, afirmó que: He escuchado…que la gente puede comenzar a depender de nosotros en materia de alimentos. Sé que no se supone que eso sea una buena noticia. Para mí es una buena noticia, ya que ante todo los pueblos tienen que alimentarse. Y si se busca una forma de lograr que los pueblos se inclinen ante uno y dependan de uno, en cuanto a su cooperación, me parece que la dependencia alimentaria sería estupenda”.115
Visto así, la Ley 480 se utilizó para apoyar objetivos políticos tanto internos
como internacionales, pues “bajo el concepto de ayuda se consolidó un arma de
sometimiento: el poder alimentario”. 116 También incentivó a quienes buscaban
un aspecto cardinal pues se moldearon las preferencias hacia el consumo de trigo aún en países en dónde no se podía producir a gran escala. Warman, La historia de un bastardo, 1995, pp. 223-224. 112 Warman da cuenta de que para el caso de África la adhesión de este punto propició que se importaran alimentos de Estados Unidos y se desarrollara una agroexportación específica para pagarlos. Así, durante la década de 1960 las importaciones de granos destinados a la alimentación humana se duplicaron pero su costó se elevó apenas en un 50%. Ibíd., pp. 101-103. 113 Cleaver, “Contradicciones de la revolución”, 1973, p. 104. 114 Ibíd. p. 68. 115 Ibíd., 69. 116 Warman, La historia de un bastardo, 1995, p. 225.
43
soluciones de largo alcance a los problemas del hambre y a la inquietud social en
el Tercer Mundo, entre ellos a las agencias filantrópicas.117 El volumen de granos
que se movieron a través de esta ley fue muy alto, durante los primeros cinco años
el 28% de las exportaciones de grano recibieron apoyos con un costo de 5 mil
millones de dólares, para mediados de la década de 1960 las exportaciones bajo el
título primero superaron los 15 millones de toneladas. 118 Cabe mencionar que
aunque a Estados Unidos correspondía otorgar los préstamos los cereales eran
vendidos y entregados por compañías a las que se pagaba en efectivo, las
compañías transnacionales eran: Cargill Inc. (Estados Unidos), Continental Grain
Co. (Estados Unidos), LouisDreyfus Co. (Francia), André (Suiza) y Bunge
Corporation (Argentina, Brasil y España).119
Un cambio importante se produjo en 1966 cuando el presidente Lyndon
Johnson (1963-1969) anunció que los envíos futuros de alimentos para la paz, de
acuerdo con la Ley 480, estarían sujetos a modificaciones. La más importante era
que los envíos dependerían ahora de la voluntad de los países receptores por
desplazar el énfasis puesto en la industrialización hacia el desarrollo agrícola. Este
viraje también debía ser acompañado de un interés por expandir o instituir
programas de control de población y abrir las puertas a inversores
estadunidenses.120 Estos cambios incidieron más en Asia que en América Latina,
pues desde 1970 los principales receptores del programa fueron Vietnam y
Camboya asediados por la guerra con Estados Unidos.121
Por lo que se refiere al aspecto comercial de la revolución verde, Adolfo Olea
Franco enfatiza que la experimentación con semillas propició que al paso del tiempo
se convirtieran en una nueva mercancía. Este asunto no era menor si recordamos
117 Cleaver, “Contradicciones de la revolución”, 1973, p. 69. 118 Warman, La historia de un bastardo, 1995, p. 209. 119 Ibíd., p. 225. 120 Cleaver, “Contradicciones de la revolución”, 1973, p. 72. 121 Warman indica que “la selección de los países “amigos” que podían recibir los cereales se hizo siempre con los más crudos criterios políticos en términos de un enfrentamiento global con la Unión Soviética. Yugoslavia, socialista e independiente, fue considerada amiga y recibió ayuda alimentaria. No así el gobierno socialista de Salvador Allende en Chile, electo democráticamente, al que la continuidad de la ayuda concedida a sus predecesores le fue negada, para reanudarse con generosidad insospechada después del sangriento golpe militar de Pinochet.” Warman, La historia de un bastardo, 1995, p. 225.
44
que las semillas son el insumo de producción esencial en la agricultura, de manera
que su venta a gran escala repercutió en las prácticas agrícolas de muchas regiones
en donde era habitual que las semillas fueran almacenadas y reproducidas en cada
cosecha por los campesinos, agricultores y farmers.122 En efecto, las semillas como
nueva mercancía potencializaron el ascenso de empresas semilleras que, desde los
albores del siglo XX, funcionaban en Europa, Estados Unidos, Rusia y Japón.
El caso que mejor ejemplifica el vínculo entre estas empresas y la revolución
verde es el de Henry A. Wallace, originario de Iowa, experto y productor de maíz,
quien durante el New Deal ocupó la Dirección del USDA. Netzahualcóyotl Gutiérrez
indica que se trató “del período más agrario del siglo XX en Estados Unidos”,123 por
lo que la experiencia permitió al maicero sumar importantes relaciones y contactos
en el medio agrícola.124 Wallace dirigía desde aquellos años la empresa de semillas
Pioner Hi-Breed ─una de las más rentables─ actividad que intercalaba con una
activa participación en el Programa en Ciencias Agrícolas de la FR. De hecho, fueron
sus negociaciones las que favorecieron la firma del tratado de colaboración entre la
FR y el gobierno mexicano en 1943.125 Más aún, Wallace se mantuvo cercano al
PCCMM al intercambiar semillas y visitar el programa durante la década de 1950.
Por lo anterior, no es difícil pensar que empresarios como Wallace, estuvieran
interesados en que los experimentos con maíz generaran avances en el desarrollo
de variedades estandarizadas de semillas con potencial comercial. Pues desde
aquellas décadas “las compañías privadas productoras de semillas se convirtieron
en centros importantes para la investigación agronómica aplicada.”126 Se debe
agregar que durante ese período Estados Unidos comenzó a incrementar sus
niveles de producción utilizando semillas comerciales. Se estima que en 1933, se
cultivó el 10% de la superficie total de maíz con variedades híbridas, para 1941,
alcanzó el 40%, aunque en Iowa el porcentaje era superior al 90%. Ya en 1947 poco
122 Olea, “La introducción del maíz”,1997. 123 Gutiérrez Núñez, “Cambio agrario”, 2017, p. 70 124 La labor de Wallace como empresario y político generó impacto en el medio internacional. Ejemplo de ello, es que durante su visita a Estados Unidos en 1959, Nikita Jruschev ─impulsor del cultivo de maíz en Rusia─ visitara la granja maicera y porcina de Roswell Garst en Iowa, la cual había estado asociada a Wallace tiempo atrás. Warman, La historia de un bastardo, 1995, p. 217. 125 Para ahondar en este aspecto revisar Gutiérrez Núñez, “Cambio agrario”, 2017. 126 Warman, La historia de un bastardo, 1995, p. 202.
45
más del 80% de la superficie maicera era cultivada con éstas variedades.127 Esta
situación también favoreció la exportación de maíz, de manera que entre 1954 y
1956 su exportación de 13 millones de toneladas representaba más del 40% del
total de su producción y entre 1960 y 1962 se incrementó al 50%. Este gran volumen
permitió que entre 1971 y 1972 Estados Unidos aportara tres cuartas partes de la
producción mundial de maíz.128
La tesis de Gutiérrez muestra que la participación del gobierno
estadunidense en la propagación de las técnicas de experimentación con semillas
tuvo otra asociación comercial a través de la OIAA. Earl N. Bressman129 ─Director de
la División de Agricultura de la OIAA─ indicó en 1941 que “era crucial que los países
latinoamericanos pudieran construir un comercio con nosotros [Estados Unidos], ya
que el dinero derivado de eso encontraría su camino de vuelta a Estados Unidos en
forma de pagos por productos que no compran ahora”.130 Como se indica en la cita,
para la OIAA era importante la vía comercial que propiciaba la revolución verde, no
sólo en términos del fortalecimiento de las empresas semilleras sino de un circuito
más amplio de implementos agrícolas. De manera general, puede decirse que su
principal interés fue replicar la experiencia del Corn Belt del Oeste de Estados
Unidos, en el sentido de incrementar la producción de maíz en asociación con un
circuito económico afincado en la economía de su país.131 No así, en el uso de la
tecnología que había propiciado aquella primera gran experiencia del siglo XX en el
cultivo del maíz en América.132
127 Ibíd. 128 Otros exportadores importantes eran: Canadá, Australia, Nueva Zelanda y Argentina. Mientas que dentro del grupo de los importadores de granos, los países asiáticos fueron desde 1966 los principales compradores. Ibíd., p. 221. 129 Gutiérrez indica que Bressman era muy cercano a Wallace desde los años veinte, período en que ambos colaboraban en investigaciones del maíz, y luego como consejero científico en el USDA entre 1933 y 1941 cuando Wallace era Secretarío de Agricultura. Gutiérrez Núñez, “Cambio agrario”, 2017, p. 186. 130 Ibíd. 131 Para conocer más sobre la experiencia del Corn Belt y su impacto económico y tecnológico revisar Gutiérrez Núñez, “Cambio agrario”, 2017. 132 La forma de asistencia asentada en los reportes de los investigadores enviados por la Fundación sostuvo la convicción de que el avance tecnológico y las técnicas científicas no podían ser traspasadas de un país a otro sin generar adaptaciones. Por ello era fundamental la participación del equipo de trabajo de la Fundación para la planeación y la implementación de las mejoras agrícolas, incluyendo una supervisión de la investigación que indagara las condiciones y necesidades locales.
46
En opinión de Adolfo Olea Franco, esta asociación comercial revela como un
mito la tesis de que la revolución verde tenía por propósito acabar con el hambre en
América Latina y Asia,133 pues la creación de variedades hibridas de maíz requería
que los cultivos se probaran en regiones diferentes. Y de manera ideal en los sitios
en los que el maíz había evolucionado: Mesoamérica, el corredor centroamericano
y el altiplano andino. Ali M. S. Fatemi agrega que “la revolución verde ha tenido más
éxito en aquellas áreas donde existían condiciones ambientales excepcionalmente
favorables,”134 Asimismo, es importante recalcar que las nuevas semillas requerían
el acompañamiento de agroquímicos específicos para su desarrollo, lo que propició
un encadenamiento de un paquete tecnológico que incluía: la capacitación técnica,
las semillas pie para la experimentación y la venta de insumos químicos. Así, estas
semillas híbridas además de ser una nueva mercancía se convirtieron en un artículo
dependiente de otras mercancías.
En definitiva, la revolución verde no fue exclusivamente un programa
científico de renovación agrícola con fines filantrópicos, ya que también se
encuentra asociada con intereses comerciales y con las mutaciones de la política
exterior de Estados Unidos hacia América Latina. Wilson Picado indica que “la
dispersión geográfica de las plantas es, también, un proceso relacionado con la
dispersión de los sistemas de poder económicos y políticos”.135 En consecuencia,
la experimentación y el desarrollo de nuevas variedades de semillas no fue un
proceso impulsado sólo por razones de mercado o por el peso definitivo de la
ciencia, pues lo que definió el curso de la revolución verde fue el contexto
geopolítico de la época; 136 enmarcado por el conflicto bélico mundial y por el
posterior período de Guerra Fría, delineado en América Latina por el
posicionamiento geoestratégico de Estados Unidos.
Esto refleja una concepción más amplia del rol de la filantropía como actores de base y no solo como observadores que miran hacia abajo desde una torre. Shaplen, Toward the Well-being, 1964, p. 107. 133 Ibíd. 134 Fatemi, “La revolución verde”, 1973, p. 119. 135 Picado Umaña, “Guerras y semillas”, 2008, p. 46. 136 Ibíd., p. 55.
47
1.3.1. Lineamientos y trayectoria del Programa en Ciencias Agrícolas: Ruta de llegada a Centroamérica El Programa en Ciencias Agrícolas de la FR se configuró bajo el principio de
contribuir a la mejora de la nutrición y salud por ser consideradas las “aspiraciones
básicas de la humanidad”.137 Para cumplir con este propósito los esfuerzos del
programa se concentraron en apoyar el incremento de la producción de alimentos
a través de la creación de esfuerzos cooperativos con países que, según la
perspectiva de la FR, estaban menos desarrollados tecnológicamente por lo que
enfrentaban un reto mayor al intentar resolver su abasto agrícola e incentivar su
desarrollo económico.138 En sus directrices se agregaba que las soluciones debían
ser adaptadas a los problemas fuera de Estados Unidos y, al mismo tiempo, ser
útiles para diferentes escenarios.139
Como se indicó previamente, este programa se sirvió de los aprendizajes de
la Junta de Educación General, la Junta de Educación Internacional y la misma FR,
siendo especialmente importantes las experiencias en el Sur de Estados Unidos, el
Este de Europa y China. No obstante, esta nueva modalidad de actividad agrícola
colaborativa que inició en México en el año de 1943 se planteó con tres cambios
significativos. El primero, fue la estipulación de un financiamiento mixto, es decir,
una contribución económica coordinada entre la FR y el país cooperante. El
segundo, fue la integración de un área destinada al apoyo de la investigación y
enseñanza, este rubro se cubrió a través de donaciones a centros educativos, así
como por un amplio programa de becas para estudiantes y funcionarios. El tercero,
fue la decisión de la Fundación por tomar el control de la dirección y ejecución de
los proyectos, lo que distingue a este programa de sus actividades anteriores en las
que se había concentrado en proveer asistencia y financiamiento.
Para resumir la trayectoria del Programa en Ciencias Agrícolas en América
Latina basta decir que tras la experiencia inicial en México 140 el programa se
137 The Rockefeller Foundation, Program in the Agricultural, 1960, p. 1. 138 Ibíd. 139 Ibíd. 140Para conocer más sobre el programa mexicano revisar: Hewitt, La modernización de la agricultura, 1982; Fitzgerald, “Exporting American”, 1986; Barkin, Alimentos versus, 1991; Cotter, “The Origins of the Green”, 1994; Cueto, Missionaries of science, 1994; Olea, “La introducción del maíz”, 1997;
48
extendió a Colombia141 en 1950 y posteriormente, a Chile en 1954. La velocidad con
la que se sumaron nuevos países fue consecuencia de un fluido intercambio. A
través del circuito formado por estos países circularon las semillas resultantes de
cada proyecto, estudiantes y personal administrativo becados, científicos asociados
a la FR, documentos de trabajo, publicaciones científicas, y un sin número de
elementos que potencializaron las actividades específicas de cada país y la difusión
de la revolución verde. Aunque la mayor parte de estas conexiones fueron
promovidas por la FR, es necesario apuntar que también existieron encuentros
gestionados sin su mediación. Esta situación es muestra de que la revolución verde
también guarda una dimensión ─poco explorada─ de cooperación sur-sur.
A pesar de que las actividades en México, Colombia y Chile fueron muy
similares en su diseño y ejecución, en atención a sus particularidades agrícolas
tuvieron resultados disimiles. De forma muy amplia puede afirmarse que el
programa mexicano obtuvo un mayor incremento en la producción de trigo que en
maíz, esta situación favoreció más al núcleo empresarial y la agroindustria que al
sector campesino, no obstante, las variedades híbridas de maíz fueron replicadas
para su siembra en Estados Unidos, Centroamérica y Colombia.142 Con respecto al
programa colombiano, es necesario decir que la investigación con trigo y maíz tuvo
un ritmo lento en comparación con México, así, los mayores logros del programa se
obtuvieron en el desarrollo de variedades comerciales de cebada aprovechables
para la producción cervecera y en la creación de variedades de papa resistentes a
las plagas más comunes del país.143 En cuanto al caso chileno, conviene indicar
que sus resultados más representativos se dieron en el avance de nuevas
variedades híbridas de trigo con cualidades específicas para la elaboración de pan
a escala industrial; igualmente importantes fueron los experimentos con pastos y
Ortoll, “Orígenes de un proyecto”, 2003; Cotter, Troubled Harvest, 2003; Aboites, Semillas, negocio, 2012; González, Respuesta campesina, (s.a.); Gutiérrez Núñez, “Cambio agrario”, 2017. 141 Para conocer más sobre el desarrollo del programa en Colombia consultar: Streeter, Agricultural Change, 1972; Méndez Rojas, “La Fundación Rockefeller”, 2016; Méndez, “Semillas en tránsfuga”, 2016. Para una visión de largo plazo sobre los circuitos transnacionales de las ciencias agrícolas desde la experiencia del Valle del Cauca en Colombia ─sitial de la revolución verde─, leer: Lorek, “Imagining the Midwest”, 2013. 142 Para ahondar sobre los resultados del programa agrícola mexicano en trigo y maíz consultar: Myren, “The Rockefeller Foundation”, 1969. 143 Méndez Rojas, “La Fundación Rockefeller”, 2016, pp. 130-131.
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plantas forrajeras. Un rasgo distintivo del programa en Chile fue su mayor
dinamismo entre las labores agrícolas y el fomento a la industria ganadera.144 En
1957, J. George Harrar ─Director de la División de Agricultura de la FR─ indicó que
la experiencia del programa desarrollado en México generó lineamientos que fueron
aplicados en otros países, dichas directrices fueron descritas de la siguiente forma: 1. La cooperación es el principio fundamental. Esta comienza con una invitación del país receptor a la Fundación Rockefeller, a fin de colaborar en un programa de mejora de alimentos, y con el acuerdo favorable de la Junta Directiva para llevar el trabajo conjunto. 2. Se organizan entonces programas de operación, que constituyen parte integral del Ministerio de Agricultura del país recipiendario y se relacionan con los correspondientes departamentos agrícolas. 3. El personal científico para estos programas de asistencia exterior es seleccionado por la Fundación Rockefeller, teniendo en cuenta su alta calidad personal y científica y debiendo ser, tanto ellos como sus familias, personas que deseen la oportunidad de servir profesionalmente a los fines de la agricultura internacional. 4. Los programas se establecen en consonancia con el ambiente económico y cultural en el cual han de desarrollarse. El propósito de los mismos es más bien acelerar los procesos naturales de evolución que crear revoluciones agrícolas. 5. Se concede una importancia fundamental a la investigación dirigida a la mejora en cantidad y en calidad de los productos alimenticios básicos del país de que se trate. 6. Los resultados de la investigación se dan a conocer tan rápidamente como es posible a los departamentos que tienen a su cargo la multiplicación de las semillas y su distribución, y las actividades de divulgación. Igualmente se hace lo posible para publicar cuanto antes los resultados en boletines técnicos, en circulares populares y en revistas profesionales. 7. Toda la operación se lleva a cabo en estrecha relación con los hombres de ciencia locales, quienes participan en cada fase del programa, inicialmente como asociados y, por último, como directores de investigación. La fase educativa incluye entrenamiento activo, un programa de becas y pensiones, y enseñanza dedicada a los jóvenes científicos agrícolas de otras naciones, que a su vez desempeñarán puestos de responsabilidad en la educación agrícola y en la investigación en sus países de origen. 8. Se promueve la colaboración internacional en todos los casos en que es compatible con los fines básicos de los programas locales. 9. Cuando comienza la colaboración, no se establecen las fechas en que ésta se ha de dar por terminada, sobreentendiéndose que el esfuerzo conjunto proseguirá hasta el momento en que la asistencia de la Fundación no sea necesaria para la continuidad de su buen éxito.145 Por otra parte, es conveniente indicar que desde la década de 1950 el
Programa en Ciencias Agrícolas comenzó a extender sus labores a Asia. El primer
144 Ibíd., p. 151. 145 The Rockefeller Foundation, Annual Report, 1957.
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país en incorporarse a este proyecto fue la India que mediante la firma de un tratado
de colaboración entre el Instituto Indio de Investigaciones Agronómicas y la FR
arrancó sus labores en 1956.146 El objetivo primordial de este programa fue incidir
en las cosechas de trigo y maíz, además del despliegue de apoyos para la
investigación y enseñanza.147 En lo general, este programa siguió los lineamientos
de las experiencias de México, Colombia y Chile, así como los materiales
desarrollados a lo largo del continente. No obstante, se distinguió por haber sido la
primera operación mayor en materia de agricultura de la FR fuera de América Latina.
Asimismo, desde 1959 la FR comenzó a desarrollar programas menores en
África para la prueba de las variedades de maíz desarrolladas en América Latina a
través de acuerdos con instituciones educativas. Entre ellas destacaron: El Colegio
Universitario de Rhodesia (actual República de Zimbabue), El Colegio Makerere
(Kampala, Uganda), la Universidad de Khartoum (Sudán) y El Colegio Universitario
(Ibadan, Nigeria) en asociación con la Universidad de Londres.148 En estos sitios
también se desarrollaban actividades del USDA en asociación al Punto IV.
Es preciso indicar que la extensión de las actividades del Programa en
Ciencias Agrícolas se correspondió con cambios en la estructura de las divisiones
de la FR. Así, en 1950 se designó una comisión que revisó su organización y en
especial el programa de la División de Salud Internacional, en el sentido de ampliar
los trabajos enfocados a la exploración de la relación entre el control demográfico y
las cuestiones sanitarias en combinación con la modernización agrícola. La
comisión estuvo conformada por siete fideicomisarios de la Fundación, tres
funcionarios de la misma y doce científicos provenientes de diferentes
instituciones,149 quienes en conjunto concluyeron que:
146 Para conocer más sobre la experiencia en India revisar: Shiva, The Violence of the Green, 1989; Unger, “India´s Green”, 2014. Para una visión panorámica de la revolución verde en Asia revisar: Cullather, The Hungry World, 2010. 147 The Rockefeller Foundation, Reseña del presidente, 1956, p. 36. 148 The Rockefeller Foundation, Annual Report, 1958, p. 345. 149 Los fideicomisarios fueron: Mr. Walter S. Gifford, Dr. Robert F. Loeb, Mr. Henry Allen Moe, Mr. William I. Myers, Dr. Thomas Parran, Mr. John D. Rockefeller 3rd, y Mr. Walter W. Stewart. Los funcionarios: Dr. Allan Gregg, Mr. Warren Weaver y Joseph H. Willits. Los científicos fueron: Profesor Richard Bradfield de la Universidad de Cornell, Dr. Dean A. Clark del Hospital General de Massachusetts, Dr. L. T. Coggeshall de la Universidad de Chicago, Profesor Gordon M. Fair de la Universidad de Harvard, Dr. Wilson L. Halverson del Departamento de Salud del Estado de California, Profesor Paul C. Malgelsdorf de la Universidad de Harvard, Dr. Keeneth F. Maxcy de la
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Primero- La División de Salud Internacional y la División de Ciencias Médicas, las dos ramas más antiguas de la Fundación, se fusionaran en 1951 para formar unificadamente a la División de Medicina y Salud Pública, con una correspondiente revisión de los servicios de la nueva división en cuatro áreas críticas del problema de salud. Segundo- En el mismo año la División de Ciencias Naturales se reconstituirá como la División de Ciencias Naturales y Agricultura, este cambio en el nombre refleja un viraje en el énfasis del programa hacia un creciente interés en la aplicación de las ciencias naturales en la agricultura. Tercero- Más allá de la consolidación y del cambio de énfasis, la comisión recomienda una coordinación cercana entre todas las actividades de la Fundación. Esto puede ser consumado mediante el desarrollo de programas relacionados e integrados a lo largo de la junta de salud, agricultura, educación, ciencias sociales y estudios humanísticos. Se expresa la convicción de que una acción coordinada de las cuatro divisiones ofrecerá una solución al problema mundial del crecimiento poblacional y del logro del uso adecuado de los recursos, un juicio en concordancia con nuestra creencia de que la base amplia de nuestro plan debe ser la ecología humana.150
Aunado a estas modificaciones, la FR estipuló que a partir de esa fecha las
operaciones internacionales buscarían tener un enfoque práctico antes que de
investigación. Con motivo de esta reorganización, la FR amplió las áreas de su
interés dirigidas a la creación de una “agricultura no convencional”.151 Esto tuvo
como resultado que las mayores subvenciones y donaciones para la investigación
científica aplicable a la agricultura se limitaran a Estados Unidos y Europa.152 Para
Escuela de Higiene y Salud Pública Johns Hopkins, Dr. Hugh J. Morgan de la Universidad de Vanderbilt, Dr. Hugo Muench de la Escuela de Salud Pública de Harvard, Mr. Fairfield Orborn de la Fundación de Conservación, Profesor Lowell J. Reed de la Universidad Johns Hopkins y el Profesor E. C. Stakman de la Universidad de Minnesota. The Rockefeller Foundation, Annual Report, 1951, pp. 16-17. 150 Ibíd., pp. 17-18. 151 Entre estas actividades destacaron aquellas enfocadas en el estudio de la relación del agua y los cultivos bajo la perspectiva del desarrollo de técnicas de racionamiento. Éstas integraron pesquisas sobre el ciclo del agua y la física de las nubes, investigaciones sobre la lluvia e incluso estudios concernientes a separar la sal del agua de mar y hacerla viable para la agricultura. También se desarrollaron estudios sobre energía solar (química y eléctrica) y su relación con los cultivos, específicamente sobre el proceso de fotosíntesis. Además de indagaciones de biología marina con el interés de conocer la cantidad de fijación de nitrógeno transformado por la fotosíntesis de las plantas marinas. El objetivo era averiguar por qué si los océanos proveen de oxígeno en igual o mayor cantidad que las plantas terrestres, los humanos solo obtenía en promedio 18% de su alimentación del mar. Y finalmente, estudios de microbiología, con el interés de encontrar la manera de utilizar la gran capacidad de estos organismos en el manejo químico eficiente y especializado. The Rockefeller Foundation, Annual Report, 1954. 152 Las principales instituciones que recibieron estos apoyos fueron: Columbia University, University of Cornell, la Sociedad Americana de Genética, el Instituto Politécnico de Virginia, el Instituto Politécnico de Brooklyn, la Universidad de Northwestern, Yale University, la Universidad de Princeton, las Universidad de Indiana, Texas y Wisconsin, el Colegio Smith, la Universidad de Washington y el Hospital General de Massachusetts en Estados Unidos; el Instituto de Genética de
52
la historia del PCCMM este aspecto es relevante pues se promovieron los programas
de enfoque práctico antes que de genética.
1.4. La creación del PCCMM: Un diseño de investigación científica acumulativa asociado a experiencias agrícolas continentales
A la par del desarrollo del Programa en Ciencias Agrícolas, la FR apoyó la realización
de congresos internacionales para difundir los avances de los proyectos y medir la
posibilidad de impulsar nuevas iniciativas. Es así que, además de los programas
desarrollados en México y Colombia, uno de los antecedentes más importantes para
la creación del PCCMM fue una serie de eventos que derivaron en la creación de la
Sociedad Interamericana de Cultivadores, Fitopatólogos y Científicos del Suelo.
El primero de estos encuentros fue el Congreso Internacional de Cultivadores
de Maíz efectuado en México en septiembre de 1949, cuyo objetivo fue discutir las
principales técnicas de cultivo del grano en América Latina. La organización de este
evento quedó a cargo de la Oficina de Estudios Especiales (en adelante OEE) del
Programa Agrícola Mexicano que colaboró con la Secretaría de Agricultura y
Fomento, en tanto que la FR otorgó una donación de 13 000 dólares para cubrir los
gastos.153 En este congreso, además de la presentación de trabajos teóricos, se
contó con visitas a algunas de las estaciones experimentales, entre ellas, la que se
ubicaba en la Escuela Nacional de Agricultura en Chapingo (en adelante ENA),
Estado de México. Es interesante anotar que el evento tuvo una amplia convocatoria
logrando reunir a científicos provenientes de Argentina, Bolivia, Brasil, Chile,
Colombia, Costa Rica, Cuba, Guatemala, Perú, Uruguay y Venezuela.
El segundo evento fue el Simposio Interamericano de Enfermedades y
Plagas Vegetales, desarrollado en los alrededores de la Ciudad de México entre
septiembre y octubre de 1950. En esta ocasión se contó con participantes de Brasil,
Gif, Francia; la Universidad de Viena, Austria; la Universidad de Copenhague, Dinamarca; la Universidad de Lund, Suecia; la Universidad de Edimburgo, Escocia; el Colegio Universitario de Londres y la Universidad de Sheffield, Inglaterra; la Universidad de Dublín, Irlanda; la Universidad de Nápoles y Padua, Italia; y la Universidad de Zagreb, Yugoslavia. Las únicas universidades latinoamericanas, todas ellas en Brasil, fueron: la Universidad de Brasil, Paraná y Sao Paulo. The Rockefeller Foundation, Annual Report, 1951, pp. 51-54. 153 The Rockefeller Foundation, Annual Report, 1949, pp. 29-30.
53
Chile, Colombia, Cuba, Ecuador, El Salvador, Estados Unidos, Guatemala,
Honduras, México, Perú y Uruguay. Nuevamente la organización quedó bajo la
responsabilidad de la OEE y de la Secretaría de Agricultura y Fomento de México,
contando con una donación de la FR por 12 500 dólares.154
El mayor logro de ambas reuniones fue el intercambio entre especialistas
latinoamericanos que permitió que en 1951 se creara la Sociedad Interamericana
de Cultivadores, Fitopatólogos y Científicos del Suelo. La FR decidió apoyar
económicamente esta iniciativa, motivo por el cual otorgó una donación para cubrir
los gastos de la primera reunión efectuada en 1952 en Sao Paulo, Brasil. Las
actividades fueron inauguradas con un discurso de E. C. Stakman ─Consultor
especial de la División de Agricultura de la FR─, mientras que el núcleo de las
jornadas quedó dividido en dos grupos. El primero de ellos, se dedicó a la discusión
del ámbito técnico de la agricultura y realizó prácticas en la municipalidad paulista
de Piracicaba con la asesoría de J. George Harrar ─Director de la División de
Agricultura de la FR─. El segundo, sustentó una discusión teórica cuyas
participaciones tuvieron lugar en la ciudad de Campinas. Tras ocho días de trabajo,
se estableció una sesión final de cierre e intercambio de experiencias.155
A esta primera reunión le siguieron ininterrumpidamente encuentros anuales
en distintas sedes de países latinoamericanos, convocando a especialistas de
diferentes áreas de la investigación en agronomía. Como se mencionó
anteriormente, estas reuniones fueron atendidas por científicos de origen
centroamericano, algunos de los cuales ya tenían conocimiento previo de las
actividades desarrolladas en México y Colombia, por lo que su integración a estas
reuniones potenció su inquietud por asociarse con la FR. Destaca Mario Gutiérrez
Jiménez, quien con el tiempo se convirtió en el coordinador del plan nacional del
PCCMM en Costa Rica. Otros asistentes que también se acercaron al PCCMM fueron:
Luis Manlio Castillo de Guatemala y Americo Bressman de Brasil.156
154 The Rockefeller Foundation, Annual Report, 1950, pp. 170-171. 155 The Rockefeller Foundation, Annual Report, 1953, p. 210. 156 Carta de J. George Harrar a Warren Weaver del 6 de octubre de 1949, RAC Collection R. F., Record Group 1.2, Series 300, Box 11, Folder 87.
54
A continuación se desarrolla, el vínculo que guardó Centroamérica con otras
iniciativas agrícolas de la FR en el continente americano. La meta es observar la
forma en que estos intercambios incidieron en su diseño final.
1.4.1. La formación del Comité de Preservación de Variedades Indígenas de Maíz Mientras se desarrollaban las actividades del Programa en Ciencias Agrícolas y
poco antes de la creación del PCCMM se gestó un proyecto que se convirtió en punto
de unión entre México, Colombia y Centroamérica. Se trató del Comité de
Preservación de Variedades Indígenas de Maíz, resultado de un convenio que en
1951 asoció a la Academia Nacional de Ciencias (NAS por sus siglas en inglés
National Science Academy), al Consejo Nacional de Investigación (NRC por sus
siglas en inglés National Research Council), a la Administración de Cooperación
Técnica del Departamento de Estado (TCA por sus siglas en inglés, Technical
Cooperation Administration) vinculado al Punto IV, a la OIAA y a la FR. 157
Las actividades del Comité se desarrollaron durante cuatro años y sus
esfuerzos se concentraron en la recopilación y preservación de semillas con dos
finalidades: 1) Evitar la extinción de variedades nativas que desde entonces se
consideraron vulnerables frente a la convivencia con semillas modificadas
científicamente, y 2) Utilizar el material genético de las semillas recolectadas como
materia prima para futuras pruebas de experimentación.
La idea original surgió del Dr. Friedrich G. Brieger un investigador adscrito al
Colegio de Agricultura Luiz de Queiroz en Piracicaba, Brasil, quien junto a otros
científicos brasileños y colombianos había realizado una visita al Programa Agrícola
Mexicano para conocer los alcances del proyecto de experimentación con maíz, y
que por tanto, estaba interesado en integrarse al desarrollo del mismo. Durante un
viaje que Brieger realizó a Estados Unidos tuvo ocasión de generar una propuesta
oficial al Dr. Ralph E. Cleland adscrito a la Universidad de Indiana, que en ese
momento se encontraba cumpliendo un contrato de tres años de colaboración en la
157 El contrato fue el No. SCC-14029. National Academy of Sciences- National Research Council- Comitee for the Preservation of Indigenous Strains of Maize- Proposal for a Grant Research, RAC Collection R. F., Record Group 6.13, Series 1.1, Box 12, Folder 142.
55
División de Biología y Agricultura de la Academia Nacional de Ciencias, que a su
vez era parte del Consejo Nacional de Investigación. De manera que Cleland
propuso la creación del Comité de Preservación de Variedades Indígenas de Maíz,
bajo las siguientes premisas: A lo largo de América Latina y en algunas partes de Estados Unidos hay innumerables variedades de maíz que están en peligro de morir debido a las incursiones de maíz introducido desde el exterior. Informes confiables indican que, si no se hace nada para preservar estas cepas, algunas de las cuales representan el producto de miles de años de domesticación, una gran parte de ellas se extinguirán dentro de tres décadas. Esto sería un desastre mayor, por las siguientes razones:
a) Resultaría en la pérdida del germoplasma necesario para el mejoramiento de los maíces latinoamericanos a través del desarrollo de variedades híbridas adaptadas a áreas particulares. Esto es importante debido a que aumentar el nivel de vida en América Latina sería difícil a menos que se pudiera lograr tal mejora.
b) Muchos de los genes presentes en este material son importantes para nuestro programa de mejoramiento de maíz [U. S.]. Estamos llegando al punto de disminuir los rendimientos en nuestro trabajo de cría de maíz en Estados Unidos y hemos comenzado a recurrir a México y Centroamérica para el nuevo plasma germinal. Finalmente, también necesitaremos dirigirnos a América del Sur a medida que se descubran allí genes capaces de mejorar nuestras propias reservas en varias maneras.
c) La desaparición de estas cepas privaría a la genética de mucho material de valor en el análisis ulterior del sistema genético en el maíz. Este material será extremadamente útil para la genética si puede ser preservado.
d) La pérdida de este material privaría al etnólogo y antropólogo de una valiosa fuente de información sobre las relaciones de las diversas culturas humanas que se encuentran en América Latina. Un estudio comparativo de las cepas nativas de maíz proporcionaría muchas pistas valiosas para estas relaciones.158
Asimismo, se insistió en que las razas indígenas de maíz contenían genes
que las hacían más resistentes a plagas y enfermedades por lo que el aislamiento
de sus compuestos podrían servir a fines industriales al incorporar estos genes a
las variedades comerciales que se cultivaban en Estados Unidos.159 Aunado a esto,
se enfatizó que el valor del maíz no se restringía a sus usos alimenticios, pues
existía un creciente aprovechamiento de sus derivados con fines industriales, los
más importantes: la elaboración de ceras, aceites, pastas y almidones.160 Años más
158 The Rockefeller Foundation, Annual Report, 1959, pp. 18-19. 159 National Academy of Sciences- National Research Council- Comitee for the Preservation of Indigenous Strains of Maize- Proposal for a Grant Research, Ibíd. 160 Ibíd.
56
tarde, el uso generalizado del almidón de maíz en la industria alimenticia propició
una diversificación de sus derivados, entre los que se cuentan adhesivos, jarabes,
endulzantes y colorantes, así como insumos para alimentos animales, producción
de vitaminas e incluso vacunas.161 En opinión de Arturo Warman, el uso industrial
del maíz y en especial el de la industria refinadora, le otorga “una distinción respecto
a los demás cereales que lo incorpora plenamente a la era industrial y a su promotor:
el capitalismo moderno.”162
Siguiendo las directrices de Cleland se aprobó la creación del Comité que
comenzó sus actividades en 1951, con una donación del TCA de 85 000 dólares
destinados al establecimiento de tres centros de recolección: México, Colombia y
Brasil. Los primeros dos en cooperación con la FR y Brasil a través del Colegio de
Agricultura de la Universidad de Sao Paulo. 163 La división de las labores de
recolección fue la siguiente:
México: México, Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Honduras Británica
[Belice], Nicaragua, Panamá, Cuba, República Dominicana, Haití, Islas
Vírgenes, Jamaica, Martinica y Trinidad.
Colombia: Colombia, Venezuela, Ecuador, Perú, Bolivia (oeste) y Chile.
Brasil: Brasil, Guyana Británica, Guyana Francesa, Surinam, Bolivia (Este),
Paraguay, Uruguay y Argentina.
Estados Unidos: Estados Unidos y Canadá.164
La coordinación de las labores quedó a cargo de científicos experimentados
en el cultivo de maíz, genetistas, botánicos y administradores vinculados a
programas agrícolas. El Director de la coordinación fue Ralph E. Cleland y el
Secretario Ejecutivo fue J. Allen Clarck, adscrito al Consejo Nacional de
Investigación en Washington D. C.165 Otros miembros destacados fueron: William L.
Brown ─Genetista del Departamento de Cultivos de Pionner Hi-Bred Corn
161 Warman, La historia de un bastardo, 1995, p. 39. 162 Ibíd. 163 National Academy of Sciences- National Research Council- Comitee for the Preservation of Indigenous Strains of Maize- Proposal for a Grant Research, Ibíd. 164 Ibíd. 165 Ibíd.
57
Company─, Merlo T. Jenkins ─Agrónomo principal en Investigaciones de Maíz del
USDA─ y Paul C. Mangelsdorf ─Director del Museo Botánico de Harvard
University─.166 Como se observa, en la composición del grupo se encontraban
representados los intereses científicos, políticos y comerciales.
Ahora bien, la labor de recolección fue encomendada a latinoamericanos
previamente capacitados para convertirse en “exploradores botánicos”. Es
menester apuntar que durante los viajes de recolección de semillas participaron
estudiantes y funcionarios de origen centroamericano a través de la extensión del
programa de becas de capacitación de la FR. Uno de los casos que mejor ejemplifica
esto es el de Alfredo Carballo Quirós, quien residió durante 1951 en México y realizó
diferentes viajes para recopilar muestras de maíz centroamericano.167 Años más
tarde, el buen desempeño de Carballo le permitió obtener una beca estudiantil para
realizar estudios de maestría y doctorado en Estados Unidos, además de asumir el
cargo de coordinador regional del PCCMM en 1954. 168 Otros centroamericanos
fueron: el costarricense Mario Gutiérrez Jiménez y el hondureño Albert Miller.169
Asimismo, destaca la participación de Francis J. LeBeau quien era representante
del USDA en Guatemala.
La campaña del Comité concluyó en junio de 1954, logrando recolectar un
estimado de 12 000 muestras divididas en los tres centros. Asimismo, un duplicado
fue enviado a la División de Introducción de Plantas Extranjeras del USDA para su
almacenamiento.170 Las colecciones se mantienen desde entonces en refrigeración
y durante la década de 1960 se enviaron muestras para su multiplicación a las
centrales experimentales ubicadas en México y Colombia, y posteriormente, en
Centroamérica. En México, la colección quedó albergada en la ENA, Chapingo.
En 1955 se negoció un nuevo contrato con el TCA para la clasificación en
parámetros taxonómicos, botánicos, genéticos y citológicos de las colecciones, con
166 Ibíd. 167 Ver infografía en el anexo 5. 168 Carta de George Harrar a Edwin de J. Wellhausen, diciembre 30 de 1952, RAC Collection R. F., Record Group 10.1, Series 313 E, Box 163, Folder 2519. 169 National Academy of Sciences- National Research Council- Comitee for the Preservation of Indigenous Strains of Maize- Proposal for a Grant Research, Ibíd. 170 The Rockefeller Foundation, Annual Report, 1959, p. 20.
58
una subsecuente serie de publicaciones para dar a conocer los resultados, éstas
fueron: Races of Maize in Cuba, Races of Maize in Colombia, Races of Maize in
Central America, y Races of Maize in Brazil and other Eastern South American
Countries.171 Desde 1955 ya se planeaba la elaboración de publicaciones similares
dedicadas a Venezuela, Ecuador, Perú y Chile. Estas publicaciones retomaron el
modelo de Razas de Maíz en México, su origen, características y distribución,172
libro publicado en español en 1951 por parte del Ministerio de Agricultura de México
en colaboración con la FR, una edición en inglés fue publicada posteriormente por
Harvard University.173 Los autores de este estudio fueron Edwin J. Wellhausen y
Efraín Hernández Xolocotzi, éste último científico mexicano quien además de
colaborar en la OEE fue becado para realizar estudios de posgrado en Harvard.
Asimismo, la mayoría de los autores de estas publicaciones fueron miembros del
equipo de los programas agrícolas de la FR y personal latinoamericano. 174
Al respecto de la sistematización de la información llama la atención que los
investigadores encargados de realizar la clasificación se esforzaron por aproximar
los orígenes de la relación entre las razas organizadas, es decir, un incipiente
acercamiento a estudios de la evolución del maíz en América. Además, se indicó
que las colecciones de maíz congelado habían sido contrastadas con muestras de
maíz arqueológico provenientes de sitios del Noroeste de México, Arizona, Nuevo
México y Colorado, las cuales pertenecían a la “raza mexicana” chapalote.175 Más
aún, la Fundación indicó que los estudios fueron utilizados por arqueólogos y
antropólogos para reforzar la propuesta de que en tiempos precolombinos existió
una interacción importante entre las culturas del Norte de México y las
sudamericanas. 176 Un tema ahora plenamente comprobado que sin embargo, fue
motivo de polémica durante las décadas de 1950 y 1960.
171 Estas publicaciones se encuentran en línea para su libre consulta en la página del USDA: ≤www.ars.usda.gov≥, [Consultado el 23 de noviembre de 2017]. 172 Wellhausen & Hernández, 1951. AH-UACH. 173 The Rockefeller Foundation, Annual Report, 1959, p. 18. 174 Ibíd., p. 20. 175 Aunque en el reporte de la FR no se específica a qué estudios se refieren, es probable que se trate de la investigación referida por Warman de Dick y McNeish, quienes en 1948 realizaron excavaciones en Nuevo México y Tamaulipas durante las cuales desenterraron restos de maíz. Warman, La historia de un bastardo, 1995, p. 44. 176 The Rockefeller Foundation, Annual Report, 1959, p. 20.
59
Para ahondar más en los alcances del Comité a través del caso
centroamericano, a continuación se refiere brevemente la publicación Razas de
Maíz en la América Central.177 En la fase de investigación del libro participó Francis
LeBeau como el responsable de la dirección en el trabajo de recolección de maíz
en Guatemala, mientras que Alfredo Carballo fue el responsable de la dirección de
la recolección de muestras en El Salvador, Honduras, Nicaragua, Costa Rica y
Panamá. A los ingenieros Lauro Bucio A. y Gilberto Palacios de la Rosa
correspondió el ordenamiento de las colecciones para el banco de maíz en México,
la preparación de semilla, siembra y cuidado de las parcelas experimentales en la
ENA, Chapingo. Para el análisis de las colecciones se contó con la colaboración de
estudiantes de la ENA y la Escuela de Agricultura de Saltillo, México.178
Los autores de esta monografía fueron: Edwin J. Wellhausen, Alejandro
Fuentes ─Especialista Agrícola del STICA en la estación La Aurora, Guatemala─ y
Antonio Hernández Corzo ─Encargado del Banco de Maíz de la OEE y profesor de
botánica en Harvard University.179 Es de interés mencionar que años más tarde a
través del PCCMM Alejandro Fuentes fungió como Perito Agrónomo a cargo de la
sección de cultivos básicos en el Instituto Agropecuario Nacional (en adelante IAN).
Debido a que la publicación de este libro fue antecedida por los estudios de
México y Colombia, los autores indicaron que durante su investigación: “había
constituido una sorpresa el encontrar muy pocas razas de maíz en la América
Central, que no hubieran sido descritas previamente”.180 La explicación que ofrecían
en este sentido era que la difusión del maíz ignora las fronteras nacionales, y que
la mayor parte de ésta ocurrió en tiempos prehispánicos por lo que era de esperarse
que las variedades se encontraran distribuidas entre el territorio que une a México
y Colombia.181
La mitad de la publicación fue dedicada al estudio de las variedades
provenientes de Guatemala, que se consideró como el centro de la diversidad del
maíz en Centroamérica. La afirmación es inexacta a la luz de investigaciones 177 Wellhausen, et. al., Razas de maíz, 1958, s. p. AH-UACH. 178 Ibíd. Ver ilustración 6 y 7 en el anexo 2. 179 Ibíd. 180 Ibíd. 181 Ibíd.
60
posteriores, no obstante, es relevante en la medida en que muestra un interés por
ubicar centros de diversidad genética del maíz. La monografía registró un total de 1
231 entradas, divididas de la siguiente forma: Guatemala 1 054 Honduras 30 El Salvador 40 Costa Rica 33 Nicaragua 49 Panamá 25182 Es necesario decir que la información de las características de las razas de
maíz en Centroamérica no es tan detallada como en las referentes a México y
Colombia, en parte debido a la escasez de personal para completar los datos. Sin
embargo, esta publicación se distingue de otras por hacer un uso más extenso de
la fotografía para ilustrar las variedades encontradas.183
1.4.2. La instauración del Proyecto Interamericano de Mejoramiento de Cultivos Alimenticios Otras experiencias que se enlazaron con el avance de la revolución verde y que
también contaron con la gestión de la FR —aunque en un diseño distinto— fueron
los proyectos articulados en el Programa Interamericano de Mejoramiento de
Cultivos Alimenticios (PIMCA).184 El cual se estableció en 1959 en México con Edwin
J. Wellhausen al frente de la dirección. El objetivo primordial de este programa fue
estrechar distintas iniciativas concentradas en la experimentación con semillas de
trigo, maíz y papas a lo largo de América, con la intención de reunir esfuerzos
dirigidos a incrementar y sistematizar la asistencia técnica, al tiempo de crear nuevo
material genético. Desde ese momento, se afirmó que el diseño del PIMCA abrevaba
de la experiencia del PCCMM pues gracias a su efectividad y la experiencia ganada
desde su creación era un referente imprescindible.185 Esta situación es uno de los
182 Ibíd., p. 2. Igualmente, se elaboró un cuadro con la lista de las colecciones estudiadas como representantes de cada raza. Ver ilustración 8 en el anexo 2. 183 Las fotografías para la publicación fueron tomadas por Neil MacLellan de la OEE, Ibíd., p. 1. 184 Ver ilustración 9 en el anexo 2. 185 The Rockefeller Foundation, Program in the Agricultural, 1960, p. 247.
61
factores que convirtieron al PCCMM en un programa bisagra entre ambos modelos:
el regional y el interamericano.186
El área de investigación del PIMCA quedó bajo la responsabilidad de los
coordinadores de los programas de maíz, trigo y papas: Edwin. J. Wellhausen,
Norman E. Borlaug 187 y John S. Niederhauser, respectivamente. Además de
involucrar a los programas operativos de la FR (México, Colombia y Chile) y al PCCMM
al PIMCA se sumaron nuevas divisiones: el Área Andina y Sudamérica (Venezuela,
Colombia, Perú y Bolivia), América del Sur (Chile, Argentina y Brasil) y la sección
de Estados Unidos y Canadá. Uno de sus rasgos característicos es que promovió
un fluido intercambio entre América Latina y algunas universidades e instancias de
Estados Unidos y Canadá.188”
Antes de que el PIMCA iniciara sus labores, se hizo una nueva evaluación y
sistematización del germoplasma resguardado en los diferentes bancos de semillas
con el interés de definir el plan de trabajo. Para ello, Wellhausen invitó, a expertos
en el cultivo de maíz a México para que en conjunto se concretaran los métodos y
procedimientos a seguir, afirmando que “la utilización de germoplasma exótico para
el futuro mejoramiento del maíz en Estados Unidos y en cualquier sitio ofrece
grandiosas posibilidades y ello se podría lograr a través de un sólido plan de
cooperación.”189 Entre los invitados destacan los nombres de: Lewis M. Roberts, del
Programa Agrícola Colombiano, Georges Sprague y Lonquist de Estados Unidos y
William Brown adscrito a la compañía Pioneer HiBred Corn Company, 190 una de
las más redituables en la venta de semillas híbridas cuyas oficinas centrales se
ubicaban en Iowa, Estados Unidos. Sobre la participación de Brown, cabe destacar
que visitó las colecciones en Colombia e insistió en que los trabajos no se
sustentaran exclusivamente en el abordaje estadístico, pues consideraba que debía
186 María Rosa Gudiño, retomando a Marcos Cueto, indica que fue a partir de la Segunda Guerra Mundial que “el término interamericano sustituyó al de panamericanismo en todo lo relacionado con acontecimientos y sociedades científicas. Gudiño, Educación higiénica, 2016, p. 154. 187 The Rockefeller Foundation, Program in the Agricultural, 1960, p. 241. 188 The Rockefeller Foundation, Program in the Agricultural, 1966, p. 31. 189 Carta de Edwin J. Wellhausen a William Brown del 6 de febrero de 1959, RAC Collection R. F., Record Group 6.13, Series 1.1, Box 5, Folder 62. 190 Ibíd.
62
destacarse el estudio biológico.191 Fue con ese enfoque que también colaboró en la
edición de las publicaciones Races of Maize in Bolivia y Races of Maize in Chile.192
Siguiendo esta línea de trabajo, una de las primeras metas fue explorar la
región Caribe en búsqueda de nuevo material de germoplasma que pudiera ser
utilizado para proyectos de experimentación de maíz. Para la ejecución de estas
actividades, la FR destinó un importante presupuesto ya que la región no había sido
suficientemente atendida por el Programa en Ciencias Agrícolas. No obstante, se
habían realizado importantes intercambios de plántulas y semillas entre países del
Caribe y el PCCMM, además de que en países caribeños ─como República
Dominicana y Cuba─ se habían efectuado pruebas de variedades hibridas.193
Globalmente se puede afirmar que el PIMCA se convirtió en una de las vías
en que se encauzó la contribución del PCCMM. Además, esta iniciativa coincidió con
la transferencia progresiva de la dirección del Programa Agrícola Mexicano de
manos de la FR a las de científicos mexicanos, lo que también muestra que se
trataba de una opción que paulatinamente retiraría la presencia continua del
personal de la FR que para estos años se concentraba en el impulso de la revolución
verde en Asia y en la creación de centros de investigación internacional como el
CIMMYT.
1.4.3. La fundación del Centro Internacional para el Mejoramiento de Maíz y Trigo Según se ha desarrollado, el modelo de revolución verde impulsado por la FR tuvo
como una de sus prioridades la rápida difusión de conocimientos y prácticas
agrícolas a la par de una extensión geográfica de su alcance. Con este propósito,
la FR comenzó a apoyar la creación de centros internacionales de investigación
agrícola, lo que inauguró una nueva fase en la labor de innovación. Estas
191 Carta de Edwin J. Wellhausen a William L. Brown, del 14 de marzo de 1959, RAC Collection R. F., Record Group 6.13, Series 1.1, Box 5, Folder 62. Carta de Robert F. Chandler a William L. Brown del 19 de mayo de 1959, RAC Collection R. F., Record Group 6.13, Series 1.1, Box 5, Folder 62. 192 Carta de Edwin J. Wellhausen a J. Allen Clark del 24 de agosto de 1959, Carta de Edwin J. Wellhausen a William L. Brown, del 14 de marzo de 1959, RAC Collection R. F., Record Group 6.13, Series 1.1, Box 5, Folder 62. 193 The Rockefeller Foundation, Annual Report, 1959, p. 28.
63
instituciones fueron diseñadas para implementar una administración de recursos
mucho más eficaz que al paso del tiempo cerró la extensión del Programa en
Ciencias Agrícolas bajo el modelo colaborativo.
En los nuevos centros se buscó construir estaciones de experimentación que
apoyaran la investigación, multiplicación y resguardo de semillas híbridas bajo el
auspicio primordial ─aunque no exclusivo─ de la iniciativa privada; modificando así
las facilidades para su distribución. Además, el elevado número de donaciones
privadas ha alentado las críticas de autores que señalan que estas instituciones han
buscado favorecer a los grandes productores de alimentos industriales a nivel global
antes que a los campesinos.
Un ejemplo de esta tendencia es el del Instituto Internacional de Investigación
de Arroz, ubicado en Los Baños, Filipinas (IRRI por sus siglas en inglés International
Rice Research Institute); el cual fue creado en 1960 como resultado de una iniciativa
conjunta entre el gobierno filipino ─bajo el mandato del presidente Ferdinand
Marcos─, la FR, la Fundación Ford y algunas de las principales empresas
productoras de arroz en Asia,194 algunas de las cuales mantenían lazos con grupos
contrainsurgentes en Vietnam. Entre sus colaboradores internacionales se cuentan
a Tailandia, India, Malasia, Pakistán, Taiwán y Japón.
Para América, la instancia más importante fue el Centro Internacional de
Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) resultado de la experiencia en investigación
acumulada por los programas operativos de la FR en América Latina, el PCCMM y el
PIMCA. El CIMMYT se inauguró en 1966 en el Batán, Estado de México. Se eligió esta
ubicación por su cercanía al Colegio de Posgraduados, creado en 1959 en estrecha
relación con el programa agrícola de la FR en México, el cual fue diseñado para ser
194 El plan de trabajo del IRRI abarcó: 1) Conducir investigaciones sobre la planta de arroz en todas sus fases, así como en su manejo, distribución y utilización en términos nutricionales y económicos, 2) Incentivar la capacitación avanzada de jóvenes científicos provenientes del Sur y Sudeste Asiático en la producción de arroz, 3) Propiciar la cooperación entre los científicos del arroz para abordar problemas de la economía internacional del cultivo, 4) Establecer un centro de información y una biblioteca especializada en arroz, 5) Publicar y distribuir por el mundo los hallazgos y recomendaciones de la investigaciones del IRRI, 6) Organizar de manera periódica conferencias regionales e internacionales para discutir problemas sobre el mejoramiento del arroz y 7) Emprender los proyectos relacionados que puedan requerir en el futuro más investigación resultado de los trabajos del IRRI. International Rice Research Institute, Pamphelt, 1962, RAC Collection R. F., Record Group Pamphlet File, Box 4, Folder 55.
64
una de las principales instituciones de estudios de posgrado en el área agrícola en
América Latina. Así como también, por su proximidad a la ENA y al INIA que en 1961
se fusionó con la OEE.
El CIMMYT estableció desde sus primeros años una colaboración muy
estrecha con otros programas regionales, entre los que destacaron: el PCCMM, el
Programa de Maíz de la Zona Norte Andina ─ubicado en Colombia─ y el Programa
Internacional Asiático de Maíz ─ubicado en Tailandia─. La colaboración conjunta
en trigo y maíz involucró a Argentina, Brasil y a la República Unida de Arabia. En
tanto que, la colaboración exclusiva de maíz incluyó a Nigeria y el Este de África.
Finalmente, para el trigo se comenzó por vincular a la India, Pakistán y algunos
países de Medio Oriente.
Además del intercambio con otros programas, el CIMMYT también entabló
relación con agencias ubicadas en otros países, entre ellas: el Instituto Nacional de
Investigación Agrícola ─Colombia y Ecuador─, el Programa Cooperativo en Maíz
del Fondo Nacional de Investigación Agrícola y la Fundación Mendoza
─Venezuela─, así como con la Universidad Agraria y el Servicio de Extensión del
Programa Nacional de Investigación Agrícola ─Perú─.195
El programa de capacitación desarrollado a través de este centro constituyó
una empresa conjunta entre la Organización de las Naciones Unidas para la
Alimentación y la Agricultura (FAO por sus siglas en ingles Food and Agriculture
Organization)196 y la Secretaría de Agricultura de México, al que posteriormente se
integró la Fundación Ford. Los miembros participantes de estos cursos no fueron
exclusivamente mexicanos, ya que entre los asistentes se contó desde los primeros
años con la participación de científicos de Irán, Etiopia, Irak, Afganistán, Turquía,
Siria y la República Unida de Arabia.197 Los períodos de capacitación iniciaban
anualmente en febrero, con la intención de que los estudiantes tuvieran la
195 The Rockefeller Foundation, Program in the Agricultural, 1966, p. 105. 196 Durante los primeros años de funcionamiento de este programa, anualmente se enviaban estudiantes a México. Sin embargo, a petición de la FAO el envío de una nueva generación de estudiantes fue teniendo un mayor intervalo con la finalidad de seleccionar con mayor rigor a los aspirantes. Entrevista a Norman E. Borlaug, realizada por William C. Cobb, Nueva York, junio de 1967, RAC Collection R. F., Record Group 13, Series Oral Histories. 197 The Rockefeller Foundation, Annual Report, 1959, p. 34.
65
oportunidad de conocer el inicio del ciclo productivo del trigo en Sonora ─el mejor
lugar para la producción de trigo del país─ en la Estación Experimental CIANO
localizada en el Valle del Yaqui, cercana a Ciudad Obregón. De forma tal que los
estudiantes tomaban experiencia en las técnicas de cruce, los métodos de
inoculación con plagas, métodos de irrigación, el uso de fertilizantes y de la
producción comercial.198
Al mismo tiempo, este programa de capacitación tuvo como objetivo generar
un efecto en cadena que potencializara la propagación del proyecto de agricultura
a nivel global. Uno de sus mecanismos fue la obligatoriedad de que los alumnos
asumieran el compromiso de que tras la culminación de sus estudios en México,
viajaran a sus respectivos países con muestras de las semillas desarrolladas en el
centro para establecer pruebas y medir sus rendimientos.199 Y finalmente, enviar al
CIMMYT los resultados formales de su investigación como prueba de la conclusión
de su capacitación.
1.5. Conclusiones del capítulo Como se ha mostrado a lo largo de este capítulo, los orígenes de conformación del
PCCMM se encuentran asociados a dos procesos de corte transnacional, el primero
de ellos, referente a la actividad filantrópica de los Rockefeller en investigación
agrícola y el segundo, a los vínculos del PCCMM con otras iniciativas del continente
americano asociadas a la revolución verde. Esta situación permitió que el diseño
del PCCMM fuera de tipo bisagra, siendo así un punto de recambio en la
transnacionalización de la revolución verde. En atención a esta división se
enumeran algunas conclusiones del encuentro de estos dos procesos en el
nacimiento del programa centroamericano.
Sobre las experiencias agrícolas de la filantropía Rockefeller, se destaca que
éstas fueron signadas por una perspectiva de filantropía científica que buscó invertir
198 Para más información sobre esta actividad revisar: Hewitt, La modernización de la agricultura, 1982. 199 Los rendimientos agrícolas se obtienen de la medición del producto cosechado y su relación con la superficie de tierra sembrada. En tiempos de la conquista de América, Arturo Warman indica que los rendimientos se obtenían de la relación entre la semilla sembrada y la cosecha obtenida. Warman, La historia de un bastardo, 1995, pp. 27-28.
66
cooperativamente con diferentes gobiernos para la búsqueda de soluciones
científicas a los que se consideraron grandes problemas de la humanidad, entre
ellos: el hambre. Desde estos referentes, se organizaron las actividades de la Junta
de Educación General, la Junta de Educación Internacional y la FR. Para la
revolución verde y el PCCMM las contribuciones más destacas de estas experiencias
fueron: la estipulación de un financiamiento mixto, el desarrollo de las prácticas
demostrativas, la propagación del modelo de extensión agrícola estadunidense, la
instauración de un programa de becas y la creación de mecanismos de colaboración
entre los programas operativos, las universidades y centros de investigación.
El conjunto de estas labores permitió que se creara en el año de 1943 el
Programa en Ciencias Agrícolas de la FR, a partir del cual se desarrolló e implementó
un modelo de revolución verde en América Latina, principalmente a través de los
programas operativos de México, Colombia y Chile. A pesar de que el PCCMM es el
último episodio de esta tendencia en el continente y se sirvió de los conocimientos
y materiales obtenidos así como del personal capacitado, se distinguió por ser el
primer programa en operar a manera regional incluyendo a todos los países
centroamericanos. La velocidad en el desarrollo de nuevas variedades de maíz y
los resultados obtenidos durante sus primeros seis años de actividad, convirtieron
al PCCMM en la iniciativa fundadora del PIMCA. Edwin J. Wellhausen sostuvo que el
PCCMM mostró a la FR la viabilidad y alcance de las iniciativas cooperativas a nivel
regional, por lo que el caso centroamericano se convirtió en referente para el diseño
del Programa Cooperativo de la Zona Andina y del Programa Cooperativo del
Sureste Asiático.200
Además, se ha enfatizado que el surgimiento del Programa en Ciencias
Agrícolas se dio en un contexto signado por la Segunda Guerra Mundial y el período
de Guerra Fría, situación que se acompañó por los cambios en el posicionamiento
de Estados Unidos hacia el Tercer Mundo y en particular hacia América Latina. De
este grupo destacan el Punto IV del programa de Harry Truman y la Ley 480, ambos
200 Entrevista a Edwin J. Wellhausen, realizada por William C. Cobb, Ciudad de México, junio de 1966, RAC Collection R. F., Record Group 13, Series Oral Histories; Wellhausen, “Algunas reflexiones”, 1990, p. 97.
67
asociados a los programas de asistencia científica volcados a la promoción del
desarrollo de los países, considerados por ellos, como menos avanzados. Fue en
este escenario, donde se imprimió la vertiente comercial y política de la revolución
verde. Igualmente importante ha sido mostrar las ligas que existieron entre la FR y
la política exterior de Estados Unidos hacia América Latina, uno de los ejemplos
más representativos es la figura de Nelson Rockefeller al frente de la OIAA y miembro
de la junta de la FR. Los vínculos entre la filantropía y el gobierno estadunidense no
eran nuevos, en el caso de la FR se remontan al programa de alivio a Bélgica
posterior a la Primera Guerra Mundial.
El diseño del PCCMM y su condición de puente en la investigación agrícola
entre el norte y sur del continente americano, favoreció que el estudio de su
conformación se desarrollase desde el mirador de la historia transnacional. En el
siguiente capítulo, se aborda la trayectoria del PCCMM en Centroamérica entre 1954
y 1963, la fecha de corte se encuentra marcada por el momento en que la iniciativa
pasó de manos de la FR a las de la Organización de los Estados Americanos (en
adelante OEA), hecho que marcó el fin de un ciclo. Finalmente, en el tercer capítulo
se aborda el estudio detallado de la transnacionalización del PCCMM a través de los
casos de Costa Rica y Guatemala.
68
Capítulo 2. La trayectoria del PCCMM en Centroamérica, 1954-1963
69
l objetivo de este segundo capítulo es mostrar la trayectoria transnacional
del PCCMM en Centroamérica. Para ello, se ha elegido reconstruir el curso
de sus actividades como conjunto, esto quiere decir que no se hace una
enumeración de los casos nacionales pues se ha privilegiado exponer los circuitos
de intercambio entre los países asociados: Costa Rica, Guatemala, El Salvador,
Honduras, Nicaragua y Panamá. Este abordaje también se justifica en el hecho de
que en sus directrices, el PCCMM empalmó dos niveles de organización: el plan
regional y el plan nacional. Debido a que la recuperación de cada plan nacional
excedería los alcances de la presente investigación, se eligió desarrollar algunos
aspectos del plan regional en este capítulo y en el tercero el cruce entre el programa
regional y el nacional para los casos de Costa Rica y Guatemala.
Para dar cumplimiento a este objetivo, se comienza por hacer un breve
recuento sobre el avance de la modernización agrícola que se experimentó en la
región centroamericana entre 1945 y 1979, período durante el cual la agricultura fue
el principal soporte de la economía. El interés de este apartado es mostrar que la
instauración del PCCMM bajo un modelo colaborativo respondió al trascurso de la
integración económica en la región, esta perspectiva además matiza el
protagonismo de los elementos externos y la filantropía Rockefeller. De la misma
manera, se describen los factores agrícolas más destacados para el cultivo del maíz
con la intención de mostrar las condiciones de posibilidad para que la revolución
verde se ocupara de ese cultivo.
E
70
Seguido de esto, se refiere el proceso de creación del PCCMM y su
organización, enfatizando en todo momento los circuitos de intercambio que se
establecieron para la circulación de materiales y personas. De este aspecto se
subraya la continuidad de elementos implementados por otros proyectos
─analizados en el primer capítulo─ que antecedieron al PCCMM como: los sistemas
de estaciones experimentales, los trabajos de extensión agrícola, los mecanismos
de financiamiento y la asociación con universidades y centros de investigación.
Este capítulo finaliza exponiendo las técnicas y métodos utilizados durante la
experimentación con maíz, así como los resultados en el uso de las nuevas
variedades. Se resalta que el PCCMM incentivó la siembra de maíz en las planicies y
no en las serranías donde se obtenía un importante volumen de la producción
gracias a la labor campesina, parte de ella, dentro de la agricultura de subsistencia.
En este sentido, destaca el caso guatemalteco. Consecuentemente, el diseño de
las variedades centroamericanas buscó imprimir cualidades que aumentaran sus
rendimientos y capacidad de adaptación a las zonas bajas. Resultado de esto, es
que el programa no haya fortalecido directamente a la agricultura campesina e
indígena y sí lograra beneficiar a la producción de maíz comercial, pues además, la
extensión agrícola no fue una prioridad dentro de las actividades del plan regional.
2.1. Modernización agrícola e integración económica en Centroamérica: Trama de inserción del PCCMM A decir de Héctor Pérez Brignoli, la historia centroamericana entre 1945 y 1979 vivió
un tiempo signado por la reconstrucción tras uno de los períodos de guerra civil en
la región, que a pesar de las esperanzas puestas en diferentes proyectos
conducentes al desarrollo económico, las reformas sociales y, en algunos casos, el
avance de la democracia, condujo a un nuevo período de crisis o de reconstrucción
fallido. La fecha de término de esta fase se registra en 1979 por ser el año en que
cayó la dictadura de los Somoza en Nicaragua.201 A pesar de que el período de
investigación de tesis se acota al intervalo 1954-1963, se recupera la periodización
201 Pérez, De la posguerra a la crisis, 1993, p. 9.
71
de Pérez Brignoli, pues engloba el sentido general en el que el PCCMM se inscribió
en Centroamérica: la tónica de la modernización agrícola e integración económica.
Se debe enfatizar que la integración es una constante en la historia
centroamericana desde el siglo XIX, para cada período se pueden identificar causas
específicas, sin embargo, una de las motivaciones de fondo ha sido la necesidad
continua por ser más fuertes frente a los embates externos. En este sentido, destaca
Estados Unidos que como potencia regional ha renovado la manifestación de su
presencia al paso del tiempo en su afán de salvaguardar sus intereses en el istmo.
Por su condición de vecindad, también destaca México con quien han existido
litigios históricos sobre delimitación de fronteras, ejemplo de ello es el caso de
Chiapas y el Soconusco. Igualmente importantes, han sido los vínculos diplomáticos
entre México y Centroamérica, que han sido un apoyo en momentos de crisis. Otro
de los impulsos para la búsqueda de integración, ha sido el deseo por complementar
sus economías, y con ello, generar un contrapeso afincado en la unidad. Para el
período del que aquí nos ocupamos ambas tendencias se amalgamaron como
resultado de los efectos que en los niveles de exportación generó el fin de la
Segunda Guerra Mundial y la búsqueda de alternativas.
Pérez Brignoli indica que es posible afirmar que durante todo este período
las sociedades centroamericanas enfrentaron tres dilemas que sólo desde un punto
de vista analítico pueden considerarse como diferentes: el del desarrollo económico,
el de la democracia y el de la participación.202 Por lo que al tema económico
corresponde, se destaca la intención de modernizar la infraestructura, diversificar
las actividades económicas y orientar las políticas públicas hacia la consolidación
de un sector empresarial autóctono. En este propósito, fue importante la experiencia
del Mercado Común Centroamericano, pues cristalizó la respuesta más organizada
al desafío económico, no obstante, fue de corto alcance y no logró crear las
condiciones suficientes para el fortalecimiento del desarrollo industrial integrado y
competitivo.203 Ahora bien, este fracaso no se debió a una carencia en el flujo de
capitales o en la disposición de recursos, pues encontró su punto débil en lo social.
202 Pérez, De la posguerra a la crisis, 1993, p. 10. 203 Ibíd.
72
Dicho de manera muy amplia, la industria generó poco empleo y el perfil del sector
rural apenas y se alteró. Esto quiere decir que las mayorías quedaron excluidas de
la expansión económica, que vista así se expresó de manera desigual.204
Para comprender mejor este proceso a nivel regional y ofrecer algunas
puntualizaciones sobre los casos nacionales se recupera brevemente la interacción
entre el crecimiento poblacional y la industrialización, dos de las principales
variables para el estudio del desarrollo. Durante la posguerra, tanto la economía
como la demografía centroamericanas cambiaron vertiginosamente. En términos
poblacionales los datos son más precisos debido a que en aquella época se crearon
y modernizaron las oficinas estadísticas, por lo que la realización de censos fue más
confiable.205 Así, los datos del Centro Latinoamericano de Demografía, destacan el
crecimiento sostenido: “la región compartía niveles de natalidad excepcionalmente
elevados en 1950, como se deduce de sus tasas brutas (TBN) de 48 a 54
nacimientos anuales por cada mil habitantes”.206 Se estima que entre 1950 y 1980
la población pasó de 9 millones a 30 millones, señalada esta tendencia como una
de las más grandes a nivel mundial. A todo esto debe agregarse una mayor
movilidad, resultado de la migración entre países, que comenzó a ser un motivo
importante de modificaciones: “a fines de los sesenta el fenómeno se acentuó,
adquiriendo notabilidad el retorno de población salvadoreña desde Honduras,
motivado por el breve episodio bélico [Guerra de las 100 horas o del Fútbol] entre
ambos países, así como el aumento de la emigración desde Guatemala”.207
La transformación demográfica estuvo acompañada de una sustancial
modificación en el tono productivo de la región. Sofía Méndez sostiene que entre
1950 y 1970 los países centroamericanos crecieron “en promedio a una tasa de 5%
anual, y entre 1970 y 1978 lo hicieron al 5.4%. Durante las últimas tres décadas la
participación dentro de Producto total de las actividades primarias disminuyó de 38
a 27%, y la participación de las actividades industriales aumentó de menos de 14 al
204 Ibíd. 205 Pérez, “La población de Centroamérica”, 2015, p. 186. 206 La población del Istmo, 1991, p. 4. 207 Ibíd., p. 5.
73
21 %”.208 Como se indicó previamente, la expansión industrial o del crecimiento
industrializante se vio favorecida por el establecimiento del Mercado Común
Centroamericano en 1960, sin embargo, esta fue diferenciada según los contextos
nacionales. Los datos de la Comisión Económica para América Latina (CEPAL)
destacan la heterogeneidad del proceso: Costa Rica fue el que alcanzó el grado
más alto de industrialización, en El Salvador el crecimiento fue lento a pesar de que
el país era de los más industrializados antes de la integración, en Nicaragua la
industrialización creció de manera importante hasta el año de 1970 y Guatemala fue
el país en el que más lentamente se desarrolló.209
Es necesario indicar que el caso costarricense se separa en algunos
elementos de lo anteriormente descrito. En opinión de Pérez Brignoli, esto es así
debido a que Costa Rica da cuenta de que otro camino era posible para la región: Simplificando las cosas, pero sin traicionar el fondo del asunto, uno podría decir que la ideología de la modernización, asumida con pasión por las elites empresariales, no logró una traducción efectiva en el ámbito político y social. El éxito costarricense en dicha traducción se puede explicar, en primera instancia, recurriendo a la creatividad y originalidad en el desarrollo de la sociedad civil (partidos políticos, instituciones educativas, producción intelectual, etc.). En efecto, si en algo se distinguió el desarrollo costarricense desde los años cuarenta fue en la originalidad, visión y coherencia con que elites e instituciones asumieron diversos proyectos reformistas. Dicho en otros términos, el ejemplo costarricense muestra con claridad contundente que sin un desarrollo amplio de la sociedad civil no es posible construir una sociedad política democrática y participativa.210
Como se verá a lo largo de éste capítulo y con mayor énfasis en el tercero,
el devenir del proceso de modernización de Costa Rica, el fortalecimiento
institucional de las dependencias agrícolas y un buen número de personal
capacitado en las labores de investigación, hizo que tuviera las condiciones más
idóneas para liderar las actividades del PCCMM. Asimismo, el ejemplo costarricense
revela con gran claridad los contrastes que existieron con el resto de la región, en
particular con Guatemala, en dónde se instaló el gobierno de Castillo Armas por la
vía del golpe militar un año antes de la adhesión del país a la labores del PCCMM.
Cabe mencionar que desde la primera reunión del PCCMM en 1954, asistió una
208 Méndez, “Economía centroamericana”, 1982. 209 Estudios e informes, 1983 p.8. 210 Ibíd., pp. 11-12.
74
delegación guatemalteca en calidad de observadores. Tanto en Costa Rica como
en Guatemala, a lo largo del período 1945-1979 se implementaron cambios en la
institucionalidad agrícola que repercutieron en el interés de ciertos cultivos, entre
ellos el maíz.
La complejidad del marco político de aquél período, no permite hacer
generalizaciones con facilidad, en especial debido a la dictadura de los Somoza en
Nicaragua, instalada en el poder desde 1937, en parte, gracias a la colaboración
estadunidense. No obstante, con interés de señalar las directrices generales sobre
éste tópico, vale decir que se trata de un período que si bien inicia con intentos de
apertura democrática culmina en un panorama de crisis y guerra civil. Aun así, los
gobiernos democráticamente electos alcanzaron a impulsar algunas reformas
sociales; para el tema de interés de esta investigación destaca la promulgación de
reformas agrarias en Guatemala y Honduras, que por vez primera no favorecían
exclusivamente a los propietarios.211 En el anexo número tres se encuentran tablas
que registran a los gobernantes centroamericanos, mientras que en el anexo
número cuatro se incluye una cronología de los sucesos más destacados de este
periodo. La intención de estos anexos es ofrecer al lector herramientas que le
permitan observar de forma condensada el curso de los acontecimientos y las
tensiones sociales que se fueron acumulando.
El ánimo político del período acompañado de una elevación en los precios
del café, el azúcar y el banano ─principales productos de exportación de la región─
y la baja de los precios de las manufacturas de importación, como resultado del fin
de la Segunda Guerra Mundial, permitió que Centroamérica concentrara sus
esfuerzos en diversificar sus exportaciones de productos agrícolas y más adelante
de productos cárnicos. Inclusive, durante la guerra, cuando “la política más
condescendiente de Estados Unidos hacia Centroamérica permitió que las
exportaciones de café destinadas a Europa antes del conflicto, se canalizaran en su
totalidad al mercado norteamericano.” 212 Estos ingresos favorecieron que los
estados centroamericanos aumentaran su capacidad financiera y con ello el
211 Pastor, Historia mínima, 2011, p. 310. 212 Ibíd., p. 16.
75
presupuesto destinado a servicios públicos dirigidos a la medicina y la agricultura.
Lo que en conjunto permitió un crecimiento demográfico significativo.213
A pesar de que entre 1945 y 1979 la mayor parte de los ingresos provenían
de la exportación de productos agrícolas la productividad del agro era muy baja, no
sólo en los cultivos para el mercado interno ─como el maíz─ sino también en la
economía cafetalera, que por entonces constituía la principal fuente de
exportaciones y de empleo.214 Aunado a esto, Guerra-Borges es enfático al afirmar
que en Centroamérica no sólo existió acumulación en la economía, pues también
se fue concentrando en el seno de las sociedades una aspiración al cambio, “cuya
expresión tomó forma política como signo inequívoco de que había llegado a su fin
el período de los gobiernos oligárquicos”.215
Pastor indica que debido a esto, las opciones revolucionarias tomaron fuerza,
el mejor ejemplo de ello fue la elección del gobierno revolucionario en Guatemala
en 1945. No obstante, la llegada al poder de Jacobo Arbenz en 1951 con su
programa de gobierno y reforma agraria, encendieron la alarma en Estados Unidos,
entonces bajo la administración de Eisenhower quién vio en el nuevo presidente
una amenaza para los intereses estadunidenses en la región. Este planteamiento
se justificaba por las reformas que limitaban el poder de la United Fruit Company
(en adelante UFCO) y la campaña anticomunista generalizada por la Guerra Fría.
Así, el gobierno norteamericano apoyó a Miguel Ydígoras Fuentes y a Carlos
Castillo Armas en una serie de actividades que se encaminaron hacia una invasión
desde Honduras en el año de 1954 bajo el nombre de “Movimiento de Liberación
Nacional” el cual logró derrocar al gobierno en turno.216
Este hecho inauguró un período de difíciles relaciones entre Estados Unidos
y los gobiernos democráticos centroamericanos. La situación se tornó aún más
complicada debido a que el gobierno estadunidense mantenía un control casi
absoluto de la OEA además de contar con fuerte presencia en la ONU; dos de las
instancias obligadas a mediar en conflictos políticos internacionales. Estos hechos
213 Ibíd., p. 311. 214 Ibíd., p. 14. 215 Ibíd. 216 Pastor, Historia mínima, 2011, p. 311.
76
propiciaron una avanzada de gobiernos conservadores centroamericanos que
tuvieron apoyo estadunidense. 217
A manera de síntesis podemos decir que durante este período, la economía
centroamericana estuvo arraigada en la exportación de productos primarios que
elevaron su precio en el mercado internacional. Como resultado, se favoreció el
impulso de proyectos para la industrialización y modernización agrícola. De este
último aspecto destaca la diversificación de la producción que incluyó al algodón, el
azúcar y la carne. Ahora bien, por lo que se refiere al maíz y en general a los
productos destinados a la alimentación local, el volumen de la producción
descansaba en pequeñas y medianas fincas cuyos ingresos no les permitía invertir
en mejoras importantes. Esta situación favoreció que la modernización en este
sector se diera a través de proyectos de cooperación internacional. A continuación
se refieren dos experiencias que se desarrollaron con anterioridad a la creación del
PCCMM las que a su vez mantuvieron, desde dinámicas propias, una colaboración
significativa con el programa.
2.1.1. Otras experiencias agrícolas cercanas al PCCMM: El Instituto Interamericano de Ciencias Agrícolas y el Servicio Técnico Interamericano de Cooperación Agrícola En el capítulo primero, se explicó la forma en que el PCCMM delineó parte de sus
directrices a través de su relación con el Comité de Preservación de Variedades
Indígenas de Maíz, el Programa Agrícola Internacional y el PIMCA; de esta relación
se destacó la condición del PCCMM como programa bisagra entre las actividades
vinculadas a la revolución verde en el continente americano. Ahora corresponde
exponer la relación que el PCCMM mantuvo con otras dos experiencias que, aunque
no eran exclusivas de Centroamérica, tuvieron importante asiento en la zona y en
especial en Costa Rica, estas fueron: el Instituto Interamericano de Ciencias
Agrícolas (IICA) y el Servicio Técnico Interamericano de Cooperación Agrícola
(STICA). La meta es mostrar cómo a la par de las labores de la FR en América Latina,
217 Ibíd.
77
se jugaron en Centroamérica intereses en materia agrícola a través de distintas
agencias internacionales.
El IICA, fundado en el año de 1942 en Turrialba, Costa Rica, fue resultado de
una iniciativa de la OEA y gobiernos latinoamericanos. La idea rectora de esta nueva
institución era la de contribuir a la recomposición de la producción de cultivos
estratégicos como el caucho, algunas fibras, arroz, oleaginosas tropicales y plantas
utilizables en la producción de insecticidas, que habían visto afectado su volumen
de producción por el desarrollo de la Segunda Guerra Mundial y en particular por
los eventos acaecidos en Asia.218
Entre los ideólogos de este centro, destacan Henry A. Wallace y Ernesto
Molestina ─Director General de Agricultura de Ecuador. Como hubo ocasión de
exponer en el primer capítulo, Wallace no sólo había ocupado importantes cargos
en el gobierno de Estados Unidos, sino que además administraba una de las
empresas maiceras más ricas, al tiempo de tener vínculos muy cercanos con la FR.
De manera que no es difícil suponer que su incursión en este proyecto resguardaba
intereses políticos y comerciales de Estados Unidos en América Latina. Aún más,
su presencia en el IICA es una muestra de la conexión que hubo entre estos
programas y el posterior Punto IV de la política del presidente Truman.
Debido a que las labores agrícolas del IICA se ocuparon de diferentes cultivos
se decidió que el lugar idóneo para fundar su matriz era Costa Rica, pues contaba
con un clima tropical propicio a la mayoría de las plantas de interés. Durante la
ceremonia de inauguración de las oficinas de Turrialba, participaron Rafael Ángel
Calderón Guardia ─Presidente de Costa Rica─, Henry A. Wallace ─Vicepresidente
de Estados Unidos─, Mariano Montealegre ─Ministro de Agricultura de Costa Rica─
y Earl. N. Bressman ─primer Director General del IICA.219 Recapitulando lo visto en
el primer capítulo, Bressman era cercano a Wallace desde la década de 1920
debido a que ambos eran expertos en el cultivo de maíz; además, Bressman fue
Director de la División de Agricultura de la OIAA cuyo Coordinador era Nelson
218 Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura, “Breve historia”, 2012, s. p. 219 Ibíd.
78
Rockefeller, nuevamente queda expuesta la correlación de intereses entre la FR y el
IICA.
Sin embargo, el camino que siguió el IICA para extender sus labores a lo largo
del continente fue muy distinto al que tomó el Programa en Ciencias Agrícolas de la
FR, ya que a partir de la creación de la OEA en 1948 el IICA pasó a su administración
como el organismo especializado en agricultura del Sistema Interamericano.220 Para
la historia del PCCMM este hecho es sumamente significativo, pues desde 1963
cuando la FR retiró su supervisión y financiamiento el proyecto centroamericano fue
administrado por la OEA a través del IICA.
El STICA fundado en 1948 en Costa Rica, fue la derivación de otros programas
agrícolas que había impulsado la OIAA durante la Segunda Guerra Mundial. Picado
menciona que los objetivos de este servicio eran brindar ayuda técnica en la
producción y distribución de alimentos, así como el desarrollo de un sistema
nacional de extensión agrícola que incluyera la implementación de trabajos
demostrativos, temas de nutrición y economía doméstica.221 Como se desarrolló en
el primer capítulo, los trabajos demostrativos y el sistema de extensión agrícola se
desarrollaron y probaron a partir del modelo de Knapp en la zona sur de Estados
Unidos.
A parte de ello, los trabajos del STICA se ocuparon de suministrar a los
agricultores herramientas agrícolas, semillas e insumos químicos. Igualmente, se
impulsaron proyectos de drenaje, irrigación y conservación de suelos. La ampliación
del rango de actividades se corresponde con un sentido más completo de trabajos
en el medio rural y no sólo en el área agronómica. A diferencia de las labores del
IICA, este proyecto contó con actividades más afincadas en regiones campesinas.
Organizativamente, el STICA fue un departamento que formaba parte del
gobierno de Costa Rica a través del Ministerio de Agricultura e Industria. No
obstante, la dirección del servició recayó durante los primeros años en extranjeros
nombrados por la OIAA, controlado por estadunidenses. Picado indica que fue hasta
el año de 1951 cuando la dirección fue asumida por un costarricense: Carlos Arroyo
220 Ibíd. 221 Picado Umaña, “Conexiones de la revolución”, 2012, p. 190.
79
Blanco. Por otra parte, aunque la mayoría de sus proyectos se ejecutaban a través
de convenios y de la coordinación con el Ministerio de Agricultura e Industria, la
entidad tenía independencia en la formulación de la investigación y extensión,
debido a que contaba con autonomía presupuestaria. Los fondos provenían de las
cuotas pagadas por el gobierno estadunidense y el gobierno local.222
Acerca de la relación del STICA y el PCCMM conviene apuntar que la gran
mayoría de las actividades de extensión agrícola del programa nacional de Costa
Rica se desarrollaron con la colaboración del STICA. Sin embargo, la relación del
STICA con el PCCMM no se agotó a nivel nacional, pues también colaboró en trabajos
de extensión de otros países miembro y sumó esfuerzos en algunos de los
proyectos de las estaciones experimentales ocupadas en el desarrollo de nuevas
variedades de maíz. Al igual que en el caso del IICA, muchos empleados del STICA
recibieron becas por parte de la FR para la realización de estancias de
entrenamiento y estudios de posgrado. Nuevamente, el alto número de beneficiados
por el programa de becas a través de Costa Rica, contribuyó a la especialización de
los trabajos del IICA y el STICA.
2.2. Factores agrícolas del cultivo de maíz en Centroamérica: Campo de posibilidad para la emergencia de la revolución verde La planta de maíz es un pasto anual gigante perteneciente a las gramíneas. Forma
parte de la familia Maydae que tiene cinco géneros, tres americanos y dos
orientales, y es la única especie del género Zea.223 En la nomenclatura científica se
le conoce como Zea mays, nombre que le otorgó Linneo ─fundador del sistema de
clasificación binaria para los seres vivos─ en la primera mitad del siglo XVIII. El maíz
requiere, en promedio, un plazo de 120 días libre de heladas y con fuerte insolación
para entregar sus frutos. Es una planta tropical y la poca resistencia al frío es uno
de sus puntos vulnerables. En cambio, aprovecha mejor el sol y crece más
rápidamente por el tamaño y la disposición de su follaje.224 222 Ibíd., p. 191. 223 Warman, La historia de un bastardo, 1995, p. 24. 224 Warman indica que “la alta productividad del maíz es, en última instancia, un reflejo de la elevada eficiencia fotosintética de la planta, de su capacidad para transformar la luz solar en tejido vivo. Ésta tiene que ver con la superficie del follaje y su disposición para capturar la luz, así como con otros
80
La planta de maíz resiente la sequía en dos períodos críticos: la germinación
y desarrollo temprano y la floración, que en las variedades comerciales más
frecuentes sucede alrededor de 100 días después de la siembra.225 No necesita
mucha agua, aunque el trigo y los cereales de la zona templada requieren de un
poco menos, pero la exige bien distribuida conforme a las fases de crecimiento. Se
ha registrado el cultivo de maíz de temporal en zonas que reciben desde 250 hasta
más de 5 000 mm de precipitación anual promedio.226 En resumen: “heladas y
sequías son los fenómenos que fijan las fronteras naturales de la geografía del
maíz”.227
Por lo que al factor geográfico-ambiental refiere, el cultivo de maíz en
Guatemala se ha distinguido del resto de la región centroamericana por tener una
accidentada topografía, de manera que existen variaciones de altura y clima que
históricamente han incidido en el desarrollo de distintos tipos de maíz. Éste a
diferencia de otros cultivos como frutales tropicales, el café y el árbol de chicle, se
encontraba durante las décadas de 1950 y 1960 circunscrito a áreas específicas de
dispersión, mayoritariamente en las serranías.228
En el citado estudio, Razas de maíz en la América Central, se indica que en
Guatemala durante la década de 1950 el principal volumen de maíz se sembraba
para el autoconsumo en las tierras altas de la mano de indígenas
─mayoritariamente mayas─ con métodos manuales. Entre estos lineamientos,
destacaba el de maíz-chaparral, el cual consistía en que durante la preparación de
una parcela de tierra en un bosque para sembrar maíz se cortaban los árboles y la
maleza o chaparral al principio de la época seca y se dejaba deshidratar antes de
prenderle fuego; después, se plantaba maíz durante dos o tres años seguidos en la
misma parcela desmontada, tras lo cual se descansaba la tierra durante un período
que variaba entre 10 y 15 años. Para restituir la fertilidad del terreno, en el tiempo
en que no se sembraba maíz, se cultivaban leguminosas. Este sistema no era
procesos químicos complejos. La arquitectura de la planta del maíz explica en parte su capacidad de crecimiento, notable entre todas las plantas cultivadas.” Ibíd., p. 28 225 Ibíd., p. 25. 226 Ibíd. 227 Ibíd. 228 Wellhausen, et. al., Razas de maíz, 1958, p. 11. AH-UACH
81
privativo de Guatemala, ya que también se implementaba en otras regiones en
donde la estación seca era lo suficientemente prolongada.229 Otras características
del cultivo en estas regiones era que el uso de fertilizantes químicos era poco
extendido, asimismo, las pendientes de estas laderas hacía imposible el uso de
maquinaria diseñada para terrenos nivelados.
En tanto, en las tierras más bajas de Guatemala, el cultivo de maíz en la
década de 1950 comenzó a implementar maquinaria agrícola,230 entre estas áreas
destacan: San Marcos, Quetzaltenango y El Quiché.231 Empero, el cultivo de maíz
en estas regiones enfrentó la dificultad de que en el clima tropical las malas hierbas
que afectan los cultivos crecen con mayor velocidad, además de sufrir por una
mayor cantidad de insectos y una veloz pérdida de la fertilidad y porosidad del suelo.
Esta situación explica, al menos parcialmente, que el énfasis de los programas
agrícolas de Guatemala se enfocara en esta región.232 En esta zona también se
implementaba la rotación de maíz-chaparral. Tanto en las tierras altas como en las
bajas el cultivo del maíz se hacía a base de hacha y machete.
En el resto de Centroamérica el mayor volumen de cultivo de maíz se
encontraba en elevaciones intermedias. En el caso de Honduras,
predominantemente un país de lomeríos y fuertes pendientes, los maizales se
alojaban en zonas con una altura promedio de 1 500 metros sobre el nivel del mar.233
En Nicaragua las tierras agrícolas se localizaban en los lomeríos de la mitad
suroccidental pues la porción atlántica del país se encontraba casi enteramente
cubierta por densas agrupaciones de bosques pluviales.234 Mientras que en Costa
Rica, un país montañoso de origen volcánico, la mayor parte del territorio agrícola
se encontraba instalado a alturas menores a los 1 500 metros sobre el nivel del mar,
la zona maicera se ubicaba en aquél tiempo a lo largo de la costa del Pacífico.235
En el caso de Panamá, un país en el que continúa el sistema montañoso de Costa
229 Ibíd., p. 15. 230 Ibíd., pp. 14-15. 231 Ibíd., p. 16. 232 Ibíd., p. 19. 233 Ibíd., p. 120. 234 Ibíd. 235 Ibíd.
82
Rica, la agricultura se circunscribía a la vertiente del Pacífico y a algunos valles altos
donde la lluvia era menor y el clima más propicio.236
En Guatemala, durante el proceso de siembra de maíz, los cultivadores
─mayoritariamente indígenas─ separaban por color las variedades. Así, distinguían
entre maíz amarillo, maíz blanco o maíz negro, y éstos, a su vez se clasificaban por
grupos de semillas tardías o tempranas, en relación a la duración del período que
necesitaban para llegar a la madurez y cosecha. Igualmente, se hacía una
separación de acuerdo a la textura del grano, dividiendo entre maíz cristalino o
blando.237
De esta forma, el estudio Razas de maíz en la América Central concluía que
las variedades de las tierras altas tendían a ser tardías y más cristalinas, mientras
que las de las tierras bajas tendían a ser tempranas en su maduración y tenían una
pequeña depresión en la extremidad exterior o dorso del grano.238 Asimismo, se
indicaba que a diferencia de lo que sucedía en México, el maíz amarillo era el
predilecto en Guatemala, siguiéndole en importancia el maíz blanco. El maíz negro,
el rojo y el calicó, o sea de colores mezclados, era relativamente poco frecuente.
Estas preferencias se encontraban marcadas por las vocaciones o usos del maíz,
de esta forma, las variedades de maíz amarillo y blanco se consumían, por lo
general, en forma de tortillas o tamales. En tanto que los maíces verdes, negros o
de colores obscuros solían ser utilizados para degustarse como elotes. 239
Igualmente, cada variedad se encontraba mejor arraigada a un área.240
Ahora bien, una de las principales dificultades para el cultivo de maíz, y en
general para todos los productos agrícolas durante la década de 1950 fue el
almacenamiento a gran escala. Pues no se contaba con la infraestructura adecuada
236 Ibíd. 237 Ibíd., p. 21. 238 Ibíd. 239 Ibíd., pp. 21-22. 240 En Razas de maíz en la América Central, se cita un texto de Mc Bryde escrito en 1947, en el cual se afirmó que “algunos indígenas creen que el maíz de color más obscuro rinde más en suelos pobres que los otros tipos. Igualmente, en algunas regiones se prefiere sembrar el maíz amarillo en los mejores suelos de aluvión, mientras que los maíces blancos y de color obscuro se siembran en laderas pendientes menos fértiles. Es indudable que ciertas variedades, a través de largos períodos de selección natural bajo ciertas condiciones específicas de fertilidad del suelo, han venido a quedar mejor adaptadas a determinadas condiciones específicas”. Ibíd., p. 22.
83
para el resguardo de las cosechas y de los materiales para la siguiente siembra. Se
indicaba así que en Guatemala: Por regla general, se dejan las mazorcas suspendidas en el campo el mayor tiempo posible. En las tierras altas, las brácteas u hojas que cubren la mazorca, “totomoxtle” u “holocho”, se quitan generalmente al tiempo de la cosecha y las mazorcas se desgranan, pero en las tierras bajas, el maíz se almacena en la mazorca misma con las brácteas de la cubierta intactas hasta que el grano se utiliza para la elaboración de tortillas o de tamales. Como resultado de estas manipulaciones, la mayoría de las variedades, a través de un largo período de selección natural, han desarrollado con esas brácteas una excelente protección contra los pájaros, los gorgojos y otros insectos que atacan a los granos almacenados.241
En palabras de Warman: “desde el punto de vista del manejo del grano la
mazorca es un empaque natural, un “contenedor” seguro y uniforme, una envoltura
para regalo.”242 En un comentario, sumamente elogioso, el mismo autor sostiene
que “la mazorca, verdadera excepción de la naturaleza, expresa la enorme
capacidad de la planta del maíz, para concentrar energía en los frutos, en las
semillas fértiles, o mejor, refleja la hazaña de los pueblos que domesticaron y
desarrollaron esa capacidad para conformar la energía a las necesidades
humanas.”243
En cuanto a los orígenes del maíz en Centroamérica, el estudio de Razas de
Maíz en México concluyó que eran cuatro los principales factores que intervenían
en la diversidad de la región, éstos eran: 1. Los maíces primitivos comprendían varias razas de maíz reventón o palomero
que han venido diferenciándose a varias altitudes y bajo diversas condiciones ecológicas o ambientales.
2. Las razas exóticas introducidas de la América del Sur no solamente se establecieron por sí mismas en la población de razas de maíz, sino que también
241 Ibíd. 242 Ibíd. 243 Ibíd. El autor agrega que “la enorme capacidad del maíz para adaptarse tiene que ver con las características físicas y fisiológicas de la planta, pero más tiene que ver con el trabajo y el conocimiento humano. Aunque el maíz es una sola especie tiene un gran número de razas y variedades que presentan diferencias amplias entre sí. Eso se manifiesta en el tamaño de las plantas, que pueden superar los cuatro metros de altura o quedarse por debajo de un metro. El plazo desde la germinación hasta la floración puede variar desde 45 días hasta más de 150, aunque existe alguna probabilidad de que en el pasado existieran variedades más precoces todavía. El número de hojas varía entre 8 y 48 y el número de mazorcas, casi siempre una por planta, puede duplicarse o triplicarse. El tamaño de la mazorca puede cambiar desde 10 hasta más de 60 centímetros de largo y el tamaño de los granos o semillas tiene un rango de variación extrema de 50 a 1 entre las diferentes variedades. (…) Éstas y otras expresiones de la variabilidad tienen propósitos adaptativos a la diversidad de condiciones ambientales y de las necesidades humanas.”243 Ibíd., p. 26.
84
se hibridizaron con las razas indígenas antiguas para formar nuevas razas híbridas.
3. Mediante la hibridación con el teozintle llegaron a formarse otras razas híbridas adicionales.
4. Los aislamientos geográficos y ecológicos tendieron a preservar las razas.244
Los autores del estudio referente a Centroamérica, reconocieron que estos
criterios eran aplicables a su región, sustituyendo la raza Palomero por el Imbricado.
No obstante, incluyeron otro factor de extrema importancia, a saber, la relación de
la población indígena con el maíz. Indicaron que este elemento también operaba
para el caso mexicano, a pesar de que el estudio dirigido por Wellhausen no había
incluido esta variable.
Nuevamente, se enfatizó el lugar de Guatemala en esta tendencia, pues se
reconocía que entre los grupos indígenas del país se practicaba con frecuencia la
rígida selección de tipos de mazorca con grano propio para utilizarse como semilla.
Asimismo, se había observado que las mazorcas provenientes de campos
individuales eran bastante uniformes, mostrando menos variabilidad dentro del
mismo terreno que las muestras llevadas desde México o de algún otro sitio de
recolección. Aunado a esto, se registró que los indígenas tendían a preservar los
tipos poco comunes, tales como las razas Grueso y Ramoso.245 Dicho de otro modo,
los científicos de la FR reconocieron en las prácticas agrícolas indígenas conductas
que podían ser caracterizadas como de “conservación”. No obstante, no existía un
interés por comprender sus labores ni la heterogeneidad de la población indígena,
por lo que sus usos del maíz eran vistos desde una óptica sesgada, así, se afirmaba
que: El terreno abrupto pudo haber preservado tanto a los indios como a la diversidad de maíz. Cuando menos puede haber poca duda de que el indio guatemalteco, ya sea a sabiendas, o por su preferencia por las altitudes elevadas, ha desempeñado un papel importante en la conservación de las razas del maíz que, bajo un tipo de agricultura moderno, habrían desaparecido hace ya mucho tiempo.246
Este argumento se sostenía en la afirmación de que existía una correlación
entre la diversidad del maíz en Guatemala y el porcentaje de habitantes indígenas.
244 Ibíd., p. 24. 245 Ibíd., p. 32-33. 246 Ibíd., p. 33.
85
Así, se indicaba que en los nueve departamentos donde la proporción de población
indígena era de 66% o más se encontraban todas las razas de maíz guatemaltecas
con excepción de Tuxpeño, considerada una raza proveniente de México. En alguna
medida esta opinión empata con la observación de Warman a propósito de que
aunque la mayoría de las razas y variedades de maíz pudieron originarse por
“accidentes” de la naturaleza, la selección y preservación de las casualidades y su
especialización conforme a las potencialidades y limitaciones del medio ambiente
es el resultado de la acción humana, del conocimiento agrícola y su acumulación.247
Según se ha expuesto, a lo largo de la década de 1950 la producción de maíz
en Centroamérica no se destinaba a la exportación sino al consumo interno, por lo
que, a diferencia del café y el banano no había sido prioridad gubernamental
modernizar las prácticas agrícolas de su cultivo. Asimismo, el mayor volumen de
maíz provenía de pequeñas fincas o de terrenos destinados para el autoconsumo,
sin embargo, esto no significa que no existiesen empresas asociadas al maíz y que
por tanto se jugaran intereses comerciales en torno al cultivo.
Durante las décadas de 1950 y 1960, Guatemala destacó no sólo por ser el
principal productor de la región del grano sino también por ser el sitio en donde se
alojaban la mayor cantidad de variedades de maíz. Bajo estas condiciones, los
proyectos de experimentación con semillas de la FR se presentaron como la
oportunidad idónea para los gobiernos centroamericanos de incidir en la producción
de maíz en el istmo y modificar su distribución; arguyendo su intención de asegurar
la cantidad de maíz necesaria para el consumo humano. La consecuencia de estas
labores, de las que tomó parte el PCCMM, fue que la geografía del maíz mutó,
concentrándose en las planicies.248
247 Ibíd., p. 26-27. En 1988, cuando salió la primera edición de La historia de un bastardo: maíz y capitalismo, Warman citó los datos vertidos en el estudio de Razas de Maíz en México coordinado por Wellhausen, Es indicativo que a pesar de utilizar este tipo de materiales el mexicano no dedicara una sección de su libro al estudio de la relación del maíz y la revolución verde, describiendo este nexo sólo de forma superficial. Aún más llamativo, es que al referirse al valor de la diversidad genética del maíz afirmara que constituía “la base para obtener mejores variedades para el futuro del maíz”, pues al asumir que se trata de “mejores” reproduce el típico lenguaje de los defensores de la revolución verde que confiere virtudes excepcionales a las nuevas generaciones de semillas híbridas. Acaso estas observaciones sean indicio de una lectura poco crítica de la revolución verde por parte de Warman. Ibíd. 248 Ibíd.
86
Warman sostiene que este proceso de mudanza en el cultivo de maíz fue una
tendencia generalizada durante el siglo XX en América. Así, menciona que “la pampa
húmeda de la Argentina, una de las regiones productoras de maíz más importantes
de la actualidad, no conoció su cultivo ni la práctica de la agricultura antes del
contacto con el Viejo Mundo.”249 “Tampoco se cultivó en las grandes praderas de
Norteamérica, que hoy son importantes por su producción. Los pueblos que
ocupaban esas zonas vivían fundamentalmente de la caza.”250 Mientras que las
laderas, estrechos valles y cañadas de las grandes serranías en la zona intertropical
(mayoritariamente habitadas por poblaciones indígenas), que estadísticamente son
hoy productoras marginales, eran las regiones más importantes para el cultivo del
maíz,251 tal es el caso de Guatemala.
2.3 Creación y organización del PCCMM El PCCMM comenzó como un Programa de Mejoramiento de Maíz, resultado de un
acuerdo informal entre el Ministerio de Agricultura de Costa Rica, el IICA y la FR, con
el objetivo de desarrollar variedades “superiores” de maíz diseñadas para la siembra
en las tierras bajas de Centroamérica desde 1953.252 El Ministerio de Agricultura e
Industria tenía experiencia en este tipo de trabajos pues desde 1949 había
comenzado la introducción y prueba de variedades de polinización libre e híbridos
desde la Sección del Maíz del Departamento de Agronomía.253 De manera que
desde el inicio se mostró que el principal aporte de la cooperación sería el desarrollo
de nuevas líneas de semillas, así como la articulación de nodos de intercambio
internacional.
La revisión de la correspondencia referente a las labores de esta primera
iniciativa permite decir que la FR fue quien extendió la invitación, un hecho
sumamente significativo pues la visión generalizada dentro de la historiografía de la
249 Ibíd., p. 33 250 Ibíd. 251 Ibíd. 252 Breeding Superior Strains of Corn for the Lowlands of Central America, RAC Collection R. F., Record Group 6.13, Series 1.1 E, Box 13, Folder 150. 253 Directrices del plan nacional del PCCMM en Costa Rica, 1954, RAC Collection R. F., Record Group 6.13, Series 1.1, Box 5, Folder 66.
87
revolución verde señala que los proyectos de colaboración iniciaron a razón de una
solicitud dirigida a la FR. La replicación de esa perspectiva resta fuerza a la conexión
que existe entre la revolución verde y el posicionamiento geopolítico de Estados
Unidos en el llamado, Tercer Mundo. Para el caso centroamericano, este aspecto
es relevante pues, según se expuso a inicios del capítulo, durante estas décadas
Estados Unidos renovó los mecanismos para extender su injerencia en el Istmo.
Este primer plan de trabajo sobre maíz fue impulsado por Alfredo Carballo
Quirós ─futuro coordinador del PCCMM─ quien había recibido una beca de la FR en
1952 para laborar en el Programa Agrícola Mexicano y apoyar la recolección de
semillas del Comité de Preservación de Variedades Indígenas de Maíz. El plan
general del proyecto fue desarrollar semillas para las tierras bajas, cuyos cultivos
reportaran mayores rendimientos a un menor costo de producción, así se indicó
que: El futuro del cultivo de maíz en Centroamérica se encuentra en las tierras bajas; donde es posible obtener más de una cosecha al año, además de que la tierra es susceptible a la mecanización. El desarrollo de las tierras bajas tropicales para el cultivo de maíz ha sido limitado por la falta de semillas superiores y las adecuadas prácticas agrícolas que aprovechen la tierra de la mejor forma y mantengan la productividad de los suelos, además de los problemas de almacenamiento de los granos. El mayor énfasis de un programa de cultivo de maíz para Centroamérica debe ser desarrollar líneas superiores para las tierras bajas.254
Consecuentemente, los objetivos primordiales fueron: 1. Obtener, a través del cultivo, selección y mantenimiento, líneas superiores de
maíz en rendimiento agrícola y resistencia a enfermedades bien adaptadas a las tierras bajas de Centroamérica.
2. Desarrollar material para estudios fundamentales en cultivo y genética del maíz. 3. Ofrecer oportunidades para estudios de posgrado en cultivo y genética del
maíz.255
Para dar cumplimiento a estas labores se dividieron las tareas entre las tres
instituciones asociadas. Al Ministerio de Agricultura e Industria correspondió brindar
servicios de transporte para visitar las estaciones experimentales, pagar los gastos
del programa en Costa Rica y designar personal para enlazar el trabajo con los
254 Breeding Superior Strains of Corn for the Lowlands of Central America, Ibíd. 255 Ibíd.
88
genetistas de la FR.256 El IICA, decidió ocupar a su personal capacitado en genética
del maíz en las labores del proyecto, dirigir los trabajos experimentales en Costa
Rica, proveer tierras y fondos para el trabajo en Turrialba, uniformar el sistema de
comunicación científica y aún más importante, dedicarse a la producción de cruzas
y recombinaciones para la generación de variedades sintéticas y de doble cruza
para ser probadas en otras regiones del Istmo.257 Mientras que la FR contribuyó con
paquetes de semillas base para la experimentación (de los bancos formados a
través del Comité de Preservación de Variedades Indígenas de Maíz), el pago de
todos los servicios de envío aéreo, la donación de equipo especializado para la
experimentación, asistencia técnica, fondos para que el personal realizara viajes
internacionales y la extensión del programa de becas.258
Las labores en Costa Rica avanzaron y a finales de 1953 la FR inició las
gestiones para poner en marcha un programa que involucró a toda Centroamérica,
ahora sí, en respuesta a las solicitudes de los gobiernos de El Salvador, Honduras,
Nicaragua y Panamá. 259 Conviene decir que a estas peticiones les antecedió la
visita de Alfredo Carballo y Sterling Wortman ─primer director del PCCMM─ quienes
instaron a los diferentes Ministros de Agricultura a sumarse a los esfuerzos que se
habían iniciado en Costa Rica. En aquella ocasión, se pidió a los Ministros o a sus
representantes que respondieran unos cuestionarios ─elaborados por Alfredo
Carballo y Mario Gutiérrez─ para tomar registro del estado de la investigación en
maíz por país.260
256 Memorandum of Understanding Among the Cooperative Agencies in Costa Rica, RAC Collection R. F., Record Group 6.13, Series 1.1 E, Box 13, Folder 150. 257 Ibíd. 258 Ibíd. 259 Al respecto de estas solicitudes, la FR indicó en su reporte anual de 1954 que “dado que el maíz es un elemento importante en la dieta de Centroamérica, los Gobiernos de Honduras, El Salvador, Nicaragua, Costa Rica y Panamá solicitaron asistencia de la Fundación para obtener para sus países los beneficios de los avances obtenidos en los otros programas. El resultado fue un programa cooperativo entre los diversos Ministerios de Agricultura para desarrollar variedades mejoradas, intercambiar información y aumentar las instalaciones de producción y distribución de semillas. Con este esfuerzo, la Fundación aportó un modesto apoyo financiero y el asesoramiento técnico de su propio personal. No contó con representación permanente del personal en el programa, sino que sólo proporcionaba la máxima cooperación técnica y científica.” Según se observa, la FR presenta al proyecto de tal forma que su iniciativa por extender las labores quedé relegada ante el entusiasmo de los cooperadores centroamericanos. The Rockefeller Foundation Annual Report, 1954, p. 17. 260 Carta de Mario Gutiérrez a Alfredo Carballo del 2 de febrero de 1954, RAC Collection R. F., Record Group 6.13, Series 1.1, Box 6, Folder 74.
89
Para arrancar las actividades, la FR designó a Edwin J. Wellhausen 261
─entonces Director del Programa Agrícola Mexicano─ una nueva exploración de la
región centroamericana para plantear un tipo de programa. Wellhausen propuso un
modelo de colaboración que administrativamente distinguió a esta iniciativa de otros
proyectos operativos del Programa en Ciencias Agrícolas, pues para su
funcionamiento se empalmó un plan regional a nivel centroamericano y otro a nivel
nacional por casa país miembro; esta decisión se justificó debido al estado desigual
de la investigación agronómica en Centroamérica.262 Fue en este contexto que se
tomó el nombre de Programa Cooperativo Centroamericano para el Mejoramiento
de Maíz, a sugerencia de Wellhausen. 263 No obstante, Carballo remarco lo
inconveniente del nombre pues indicaba que todos estaban acostumbrados a
llamarlo “Proyecto Cooperativo Centroamericano”.264
Durante la primera reunión efectuada en el IICA, asistieron: Bruce Masís D.
─Ministro de Agricultura de Costa Rica─, Lino Vicarioli ─Director de Agricultura de
Costa Rica─, Alfredo Carballo Quirós ─Encargado del Programa de Maíz en Costa
Rica─, J. George Harrar ─Director Suplente de la División de Ciencias Naturales y
Agricultura de la FR─, Sterling Wortman ─Adscrito al Programa Agrícola Mexicano─,
E. C. Stakman ─Consultor especial en Agricultura para la FR─ y R. H. Alle ─Director
del IICA.265 Los asistentes concurrieron sobre los siguientes siete puntos: 1. La cooperación se desarrollaría informalmente, dejando a la experiencia e
iniciativa de las entidades centroamericanas participantes la continuación del esfuerzo y el desarrollo del mismo. Se previó que el desarrollo podría ocurrir de la siguiente forma: a) Las actividades se podrían extender a arroz, frijoles y otros cultivos, si la
empresa tiene éxito y tomando en consideración la existencia de material, interés local y facilidades disponibles.
261 Ver infografía en el anexo 262 Por ejemplo, en el caso de Honduras se indicó que la coordinación del plan regional del PCCMM tuvo que sugerir los lineamientos operativos a la coordinación nacional, bajo la responsabilidad de Eugenio Molina y Juan F. Rothe, “por ausencia total de información, trabajos anteriores y personal experimentado que pudiera hacerlo con buenas bases.” Informe mensual de actividades, RAC Collection R. F., Record Group 6.13, Series 1.1, Box 6, Folder 74. 263 Carta de Donald L. Smith a Alfredo Carballo Quirós del 2 de mayo de 1955, RAC Collection R. F., Record Group 6.13, Series 1.1, Box 5, Folder 67. 264 Carta de Alfredo Carballo Quirós a Donald L. Smith del 25 de mayo de 1955, RAC Collection R. F., Record Group 6.13, Series 1.1, Box 5, Folder 67. 265 Memorandum de la conversación sostenida con relación al Programa de Mejoramiento de Maíz, 21 de enero de 1954, RAC, Collection R. F., Record Group 6.13, Series 1.1, Box 5, Folder 66.
90
b) Si todas las partes lo desearan y las circunstancias fueran propicias se podría llegar al establecimiento de una asociación centroamericana para el mejoramiento de cultivos, que constituiría una demostración palpable de cooperación regional, semejante a los programas regionales de mejoramiento de ganado porcino en los Estados Unidos de Norteamérica y varios proyectos cooperativos desarrollados en Europa después de la terminación de la guerra.
2. El proyecto se iniciará con pruebas relativamente simples de material local y extranjero en cada uno de los países de Centro América, y el establecimiento en Costa Rica de todo el material incluido en tales pruebas o de una prueba representativa del mismo. De acuerdo con la experiencia desarrollada, necesidad y posibilidades, se desarrollarán proyectos centrales de mejoramiento en Costa Rica tendientes a suplementar el trabajo hecho en México y Colombia, siempre que tal trabajo sirva a los demás países de Centro América.
3. El programa nacional de Costa Rica podría ser combinado con el programa internacional del IICA, contando con la ayuda de la FR, para servir mejor los intereses comunes de Costa Rica y el IICA y rendir los servicios que fueren posibles al programa regional.
4. El Ministerio de Agricultura de Costa Rica y el IICA deberán llegar a un acuerdo cooperativo y definir las respectivas responsabilidades en el programa conjunto en Costa Rica, siguiendo el delineamiento general ya discutido por el Ministro Masís y el Director Alle e incluyendo, además los servicios que se prestaran al programa regional.
5. La FR donará el material de maíz de que dispone, pagará los gastos de envío del material movilizado entre los diversos países y gastos de viajes internacionales. También suministrará becas para el entrenamiento de las personas que trabajen en los diversos proyectos. Considerará la posibilidad de suministrar pequeñas piezas de equipo necesarias en los programas nacionales y equipo para las actividades regionales que se efectúen en Costa Rica. La FR donará los servicios del Dr. Sterling Wortman para que sirva de consultor en el proyecto centroamericano en la medida en que sus responsabilidades en México lo permitan. Siempre que fuere posible y necesario proveerá por períodos cortos los servicios de otros técnicos de su personal.
6. El Ministerio de Agricultura contribuirá el material disponible de su programa, terrenos y en la medida en que sea compatible con el interés nacional, equipos, materiales y personal técnico para el trabajo en Costa Rica. Permitirá que el Ing. Carballo actué como agente de enlace entre los programas nacionales.
7. El IICA contribuirá terreno, equipo y los trabajadores y materiales previstos por su presupuesto actual o los previstos en el futuro. Se permitirá que el Dr. Gutiérrez actué como jefe del programa conjunto del Ministerio de Agricultura y el IICA en Costa Rica y como genetista del programa regional conforme
91
éste se desarrolle. El IICA asumirá como su responsabilidad primordial las relaciones internacionales y hará disponibles sus facilidades en Turrialba y la Zona Norte de su Programa de Cooperación Técnica para adiestramiento.266
De esta forma, se creó una estructura que coordinó al grupo y a ésta se
integró la representatividad institucional de cada país. La sede de la coordinación
regional se estableció en Costa Rica por contar con el personal del IICA, además de
cubrir los siguientes requerimientos: 1. Estabilidad política 2. Territorio en ambas áreas costeras [pacífica y caribe] para servir en el programa. 3. Escuela de agricultura, o colegio de nivel suficiente, para asegurar un
aprovisionamiento de la cantidad suficiente de asistentes técnicos para el programa.
4. Buenas vías de comunicación para facilitar las labores de cultivo, en caso de que se necesitara más de una estación de cultivo y prueba.267
Administrativamente, el PCCMM tuvo una Oficina Central de Asesoramiento
(Dirección) a cargo de un miembro del equipo de la FR y un coordinador general. En
el anexo número cinco se integran infografías sobre los directivos que ocuparon
estos cargos. De la Dirección se registra a: Sterling Wortman (enero-noviembre
1954), Donald L. Smith (1954-1958), Robert D. Osler (1958-1959) y Edwin J.
Wellhausen (1959-1963). Entre los coordinadores se tiene a Alfredo Carballo Quirós
(1954-1956, 1957-1959) y a Ángel Salazar Blancud (1958, 1960-1967). Conviene
indicar que el cargo de Director fue una responsabilidad que no tenía funciones
determinadas, y de hecho la tendencia marcó que esta figura fuera perdiendo peso
dentro de la toma de decisiones del proyecto. Sin embargo, entre las
responsabilidades que se mantuvieron constantes se encuentra el envío de semillas
desde México a cargo del Director y el envío de muestras entre Centroamérica que
tocaba al coordinador.
Sobre este organigrama, también es necesario decir que los Directores
desempeñaron sus funciones desde México, pues se encontraban adscritos al
266 Ibíd. 267 Considerations for the Establishment of a Corn Program to Serve Central America, RAC Collection R. F., Record Group 6.13, Series 1.1, Box 6, Folder 74.
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Programa Agrícola Mexicano. Por lo que a los coordinadores respecta, la primera
oficina regional se estableció en Costa Rica, tiempo durante el cual Carballo fungió
como responsable. Fue hasta 1961 que la oficina central del PCCMM fue trasladada
a Managua, Nicaragua, en ese tiempo la coordinación estaba a cargo de Ángel
Salazar Blacud quien desde su nombramiento en 1958 había estado cumpliendo
sus funciones desde México. Se tomó esta decisión por considerar que su nueva
localización se encontraba en una posición central, además de que el Ministerio de
Agricultura de Nicaragua había dado facilidades para la experimentación y
multiplicación de semillas.268 Esto a través de la estación de “La Calera” que para
este propósito fue remodelada y se integró un cuarto frío para almacenamiento269 y
una secadora de semillas, además, se instaló una nueva bomba de riego en “Santa
Rosa”. 270 Estas labores también fueron preparativos para la salida de una
producción comercial de maíz sintético amarillo.271
El primer Director fue el Sterling Wortman, quien a través de la OEE en México
era responsable de las actividades de investigación sobre agricultura tropical en la
estación experimental de Cotaxtla, Veracruz.272Consecuentemente, desempeñó su
cargo vinculado al PCCMM a la distancia.273 Por este motivo, el PCCMM mantuvo un
intercambio de material muy intenso con dicha estación, además de que era una de
las que se concentró casi exclusivamente al estudio del maíz.274 Así, uno de los
primeros objetivos de mediano plazo que se planteó el PCCMM fue cruzar las semillas
mexicanas con variedades centroamericanas para desarrollar nuevas
generaciones.
El PCCMM comenzó sus labores en enero de 1954. Durante este primer año,
las acciones se concentraron en recabar muestras de las variedades locales de
maíz, con especial atención a las que más se cultivaban en la región
268 The Rockefeller Foundation, Program in the Agricultural, 1961, p. 270. 269 Carta de Ángel Salazar Blacud a Samuel C. Litzenberger del 5 de abril de 1961, RAC, Collection R. F., Record Group 6.13, Series 1.1, Box 5, Folder 65. 270 Carta de Ángel Salazar a Samuel C. Litzenberger del 17 de junio de 1961, RAC Collection R. F., Record Group 6.13, Series 1.1, Box 5, Folder 65. 271 Carta de Ángel Salazar a Samuel C. Litzenberger del 8 de diciembre de 1960, RAC Collection R. F., Record Group 6.13, Series 1.1, Box 5, Folder 65. 272 The Rockefeller Foundation, Annual Report, 1958, p. 107. Ver ilustración 10 en el anexo 2. 273 Harrar, Programa Agrícola, 1957, p. 44. 274 The Rockefeller Foundation, Annual Report, 1955, p. 107.
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centroamericana, logrando registrar un total de 1 084 muestras, de las que sin
embargo, para 1955 solo se estudiaron 193.275 Se hizo una depuración tras una
primera clasificación pues algunas variedades se habían repetido.
Paralelamente a la recolección de semillas, se realizó un total de 14 pruebas
quedando a cargo de cada país las respectivas tareas de siembra, toma de datos y
recolección. Es importante decir que desde aquellos primeros trabajos, el PCCMM se
concentró en hacer ensayos de rendimientos uniformes, es decir un estudio
asequible desde el análisis estadístico.276 Esta situación dejó de lado la valoración
de otros aspectos como la morfología o la textura.
Las semillas que se utilizaron durante estas labores, fueron preparadas
durante el mes de marzo de 1954 por Alfredo Carballo en la ENA de Chapingo,
México, sitio en el que se albergó una de las bodegas de la OEE.277 Asimismo en
estos trabajos también cooperaron representantes de la FR y miembros del personal
de las operaciones en México y Colombia.278 Tras la cosecha, se concluyó que las
variedades provenientes de los programas de México y Colombia eran las que
reportaban los más altos índices de rendimiento, específicamente las variedades
Rocamex y Rocol, la primera de origen mexicano y la segunda de Colombia.279
Ese mismo año se efectuó la primera reunión oficial del proyecto entre el 24
y el 30 de octubre en el IICA, Turrialba, Costa Rica para la evaluación del trabajo
realizado durante los primeros meses y para establecer la agenda de trabajo del
segundo año.280 A este encuentro asistieron aproximadamente 50 delegados de
Honduras, El Salvador, Nicaragua, Panamá y del país anfitrión; y se contó con la
presentación de 78 trabajos, todos relacionados con el cultivo de maíz discutiendo
datos ecológicos y económicos.281
También tomaron la palabra, Ralph H. Alle Director del IICA y el presidente de
Costa Rica, José Figueres Ferrer. Según indican Alejandro Fuentes, Carlos Salas y
275 Stakman, et. al., Campaigns Against, 1967, p. 258. 276 Ver ilustración 20 en el anexo 2. 277 Informe mensual de actividades, marzo 1° de 1954, de Alfredo Carballo Quirós a Sterling Wortman, RAC Collection R. F., Record Group 6.13, Series 1.1, Box 5, Folder 66. 278 Harrar, Programa Agrícola, 1957, p. 45. 279 The Rockefeller Foundation, Annual Report, 1954, p. 183. 280 Ver ilustraciones 14, 15 y 16 en el anexo 2. 281 Fuentes, et. al., “Origen e historia”, 1990, p. 93.
94
Ángel Salazar ─agrónomos del PCCMM─ el presidente Figueres fue enfático al
referirse al valor de la cooperación internacional como medio para la resolución de
la problemática regional en materia de agricultura, lo que además ─según su
opinión─ marcaba un cambio hacia la “modernización” de la ayuda internacional,
que distinguía al PCCMM de otras iniciativas en Centroamérica. Particularmente, en
lo referente a la agricultura promovida por la ONU y por el Gobierno de Truman.282
Además, es importante destacar que al encuentro asistieron en calidad de
observadores, representantes de Guatemala, Cuba, Estados Unidos y Venezuela,
así como miembros de la FR y oficiales de la Administración de Operaciones del
Extranjero del gobierno de Estados Unidos. 283 Cabe mencionar que durante la
duración del proyecto las reuniones anuales se realizaron de manera
ininterrumpida, lo cual no sólo es un signo de continuidad sino que también
demuestra un interés permanente en la promoción de la iniciativa.284 En el anexo
número 5 se incluye una infografía sobre este aspecto.
En enero de 1955 se sumó al PCCMM Guatemala a través del Instituto
Agropecuario Nacional (IAN).285 Su incorporación se formalizó durante la segunda
reunión del proyecto, la cual se efectuó por segunda vez consecutiva en Costa Rica
durante el mes de diciembre de ese mismo año. Conviene indicar que Guatemala
se adhirió a las pruebas experimentales desde el primer año de actividades pues
los directivos del IAN estaban muy interesados en hacer parte del proyecto.
A lo largo del segundo encuentro se convocó a 39 representantes y se
discutieron temas referentes a las distintas metodologías existentes para el cultivo
y manejo de maíz con la finalidad de que los participantes decidieran cuál era la
más conveniente para las circunstancias de cada país, aunque siempre atendiendo
282 Ibíd. 283 The Rockefeller Foundation, Annual Report, 1954, p. 183. 284 El único año que se suspendió la celebración de la reunión anual fue en 1957, el motivo fue que el Ministerio de Agricultura de El Salvador, anfitrión de la cuarta reunión había cerrado su presupuesto de 1957 al momento de contraer el compromiso. De esta forma, se pospuso para inicios de 1958, siendo su sede San Andrés. 285 Esta institución recibió una invitación formal para integrarse al PCCMM a inicios de 1954 mediante la visita de Sterling Wortman y Alfredo Carballo Quirós. Variedades mejoradas e híbridos del Programa Cooperativo C. A. y su zonificación ecológica en Guatemala. RAC Collection R. F., Record Group 6.13, Series 1.1, Box 6, Folder 72. Ver ilustración 1 en el anexo 2. Ver ilustraciones 17 y 18 en el anexo 2.
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a los proyectos más amplios de mejoramiento de semillas. Como gesto de la
intención unificadora se decidió que la medida oficial del PCCMM fuera el Sistema
Métrico Decimal. 286 Con el paso del tiempo se añadieron otras medidas de
nivelación como la impresión de un glosario de terminología sobre el cultivo de maíz
y sus usos.287
Este encuentro además coincidió intencionalmente con la reunión anual del
IICA, durante la cual se llevó a cabo la conferencia general sobre “Cultivo y
Producción de Maíz en los Trópicos” con la participación del Centro de Cultivo
Tropical de Maíz de la estación experimental de Cotaxtla, Veracruz, México.288 El
interés de los organizadores era que los participantes del PCCMM emprendieran
mayor relación con otras iniciativas dedicadas a la investigación en maíz. Como se
mencionó anteriormente, el primer director del PCCMM ─Sterling Wortman─ había
laborado en la estación de Cotaxtla, por lo que esta reunión más que establecer
algo nuevo, estaba formalizando algo que venía desarrollándose en la práctica.
Asimismo, es de remarcarse que las colecciones de maíz centroamericano
sembrado en Cotaxtla, cerca del puerto de Veracruz en el Golfo de México,
reportaron un desarrollo altamente positivo.289
Al respecto del plan de trabajo para el segundo año de operaciones del
PCCMM, la reunión resolvió que el objetivo principal era cultivar una selección de las
semillas recolectadas en Centroamérica durante 1954, además de las provenientes
de los programas de México y Colombia en las estaciones experimentales de los
países miembros. De manera que en una segunda fase pudiera compararse el nivel
de rendimiento entre las diferentes semillas. Uno de los primeros resultados indicó
que la variedad hibrida México H-501 era la que mejor se adaptaba a la zona costera
de Costa Rica, en específico al área conocida como Las Delicias. En opinión de la
286 Fuentes, et. al., “Origen e historia”, 1990, p. 94. 287 Glosario de terminología guatemalteca sobre el cultivo del maíz y sus usos, RAC, Collection R. F., Record Group 6.13, Series 1.1, Box 6, Folder 71. 288 The Rockefeller Foundation, Annual Report, 1955, p. 117. 289 Colección, identificación y evaluación de maíces criollos en América Central, Edwin J. Wellhausen, RAC, Collection R. F., Record Group 6.13, Series 1.1, Box 6, Folder 70.
96
Fundación esta variedad reportó mayores rendimientos por hectárea en
comparación con las variedades locales.290
La tercera reunión anual del PCCMM se desarrolló en 1956 en Antigua,
Guatemala, gracias a la gestión del Ministerio de Agricultura de dicho país.291 En
esta reunión se contó con la presencia de J. George Harrar ─Director de la División
de Agricultura de la FR─, Lindsley Kimball, Ralph H. Alle ─Director del IICA─, y Wilson
Popenoe ─Director de la Escuela Agrícola Panamericana (en adelante EAP).
Asimismo, como parte del programa, la Universidad de San Carlos, Guatemala,
ofreció una ceremonia para otorgar el título de Profesores Honorarios a J. George
Harrar, Edwin J. Wellhausen miembros de la FR y al Dr. Irwin E. Melhus profesor del
Iowa State College y destacado investigador sobre el maíz.292Asimismo, se contó
con la presentación del Dr. Paul Weatherwax de la Universidad de Indiana quien
disertó sobre sus teorías acerca del origen del maíz. Esta presentación generó gran
interés entre científicos del PCCMM, por ese motivo durante 1957 se hizo circular
entre los solicitantes copias de la presentación en español.293Lo más significativo
de este encuentro, es que a partir de ese momento el PCCMM comenzó a establecer
vínculos más activos con instancias fuera de Centroamérica. De esta forma el
intercambio de semillas, publicaciones y a afluencia de correspondencia sobre el
proyecto se intensificó. En el siguiente apartado se destaca este punto.
Como es de suponerse, las relaciones entre las instituciones asociadas y sus
representantes no siempre fueron armónicas y desde el inicio existieron fricciones,
el mejor ejemplo en este sentido es el de Costa Rica. Diferentes misivas registran
que entre el Ministerio de Agricultura e Industria y el IICA creció una rivalidad
respecto a que institución correspondía la principal responsabilidad del plan
nacional y regional del PCCMM. Así, entre Bruce Masís ─Ministro de Agricultura e
Industria─ y Ralph Alle ─Director del IICA─ hubo desacuerdos en la toma de
290 Los informes anuales de la Fundación registran que desde el inicio del Programa Agrícola Mexicano en la década de 1940 se buscaba crear diseños de semillas híbridas que además de reportar altos rendimientos tuvieran cualidades específicas como resistencia a las plagas y determinada apariencia, sabor o textura. The Rockefeller Foundation, Annual Report, 1955, p. 117. 291 Ver ilustraciones 21 y 22 en el anexo 2. 292 Fuentes, et. al., “Origen e historia”, 1990, p. 94. Ver ilustración 27 en el anexo 2. 293 Carta de Donald L. Smith a Samuel C. Litzenberger del 26 de febrero de 1957, RAC Collection R. F., Record Group 6.13, Series 1.1, Box 7, Folder 79.
97
decisiones, en el manejo del presupuesto, la responsabilidad de las labores de
extensión agrícola, el uso de equipo y la designación de personal.294
Sobre este último punto existió amplio debate entre los funcionarios del
Ministerio de Agricultura e Industria, el IICA e incluso la FR sobre la designación del
coordinador nacional y regional del PCCMM. Las opciones se dividían entre Alfredo
Carballo Quirós ─adscrito al Ministerio─ y Mario Gutiérrez ─empleado del IICA─,
quien en opinión de algunos estaba mejor capacitado.295 Al final, se resolvió que
Carballo ocupara la coordinación regional y Gutiérrez la del plan de Costa Rica.
Debido a que Carballo era un resuelto partidario del gobierno del presidente José
Figueres Ferrer,296 es probable que las continuas diferencias en aspectos técnicos
y administrativos fueran el reflejo de disputas institucionales entre el Ministerio y el
IICA.
En cualquier caso, las tensiones entre estos agrónomos fueron constantes.
En cartas dirigidas a la División de Agricultura de la FR, Carballo da cuenta de su
desconfianza hacia Gutiérrez quién, desde su opinión, no sólo trataba de tomar
decisiones que no le correspondían sino que además buscaba que la labor del IICA
pasara por encima de las decisiones del Ministerio297 haciéndolo figurar como una
294 Carta de Alfredo Carballo Quirós a Sterling Wortman del 30 de marzo de 1954, RAC, Collection R. F., Record Group 6.13, Series 1.1, Box 5, Folder 66. 295 Sobre este aspecto destaca la opinión de Edwin J. Wellhausen, quién en una misiva dirigida a J. George Harrar indicó: “Respecto a la posibilidad de desarrollar un programa de mejoramiento de maíz en Costa Rica, considero que con Mario y Carballo es posible hacer contribuciones significativas al mejoramiento de maíz en Centroamérica, especialmente si estas actividades pueden ser coordinadas con nuestros programas en México y Colombia. Además, pienso que estos dos hombres son capaces de desarrollar labores de valía para el área Caribe. Con toda certeza, Mario tiene excelente capacitación desde un punto de vista teórico y Carballo obtuvo una excelente capacitación práctica con nosotros en México. De poder establecerse la cooperación, ambos harán un excelente equipo.” Carta de Edwin de J. Wellhausen a J. G. Harrar del 18 de febrero de 1953, RAC, Collection R. F., Record Group 6.13, Series 1.1, Box 6, Folder 74. 296 Durante la campaña de Figueres, Carballo pidió una licencia al Ministerio para poder participar activamente en las labores de propaganda, procurando no desatender sus funciones como coordinador del PCCMM. El nexo de Carballo con Figueres era fuerte, pues dentro del gabinete del presidente se encontraba su hermano, José F. Carballo Quirós, quien anteriormente se había desempeñado como Cónsul General de Costa Rica en Nueva York. Como dato adicional, es menester apuntar que en 1954 el Programa de Becas de la FR rechazó la solicitud de José para realizar estudios de posgrado en Columbia University. Carta de Alfredo Carballo Quirós a Leo S. Wortman Jr., del 24 de marzo de 1953, RAC, Collection R. F., Record Group 6.13, Series 1.1, Box 13, Folder 150. 297 Informe mensual de actividades, 1° de abril de 1954, de Alfredo Carballo Quirós a Sterling Wortman, RAC, Collection R. F., Record Group 6.13, Series 1.1 E, Box 6, Folder 74.
98
“simple agencia”.298 Además, Carballo difería con Gutiérrez en el hecho de que el
PCCMM se ocupara de hacer trabajos de genética pura, pues para él la prioridad era
aumentar las cosechas en Centroamérica sin enredarse en complicados trabajos
genéticos.299 Las molestias escalaron al punto de que el Ministerio se rehusó a
contar con la colaboración de Gutiérrez.300
Por su parte, Gutiérrez insistía en que el PCCMM debía hacer mayor énfasis
en las labores de extensión agrícola,301 para él era una prioridad difundir los logros
del proyecto, por ello fue comisionado por el IICA para realizar un informe sobre el
estado de los servicios de información de investigación agrícola en Sudamérica.302
Contaba con amplia experiencia en este campo pues había laborado como
Supervisor del Programa del Consejo de Bienestar Rural de Caracas, Venezuela;
como Consejero de la Dirección de Agricultura del Ministerio de Agricultura e
Industria de Costa Rica y Supervisor de Estaciones Experimentales del mismo
Ministerio.303 Al igual que Carballo, era de nacionalidad costarricense y se graduó
como Ingeniero Agrónomo en la Facultad de Agronomía de la Universidad de Costa
Rica. Ahora bien, sus estudio de posgrado los realizó en Estados Unidos en Iowa
State College, Purdue University, Maryland University y North Carolina College, con
una beca del OIAA,304 además de contar con una capacitación otorgado por el
Programa de Entrenamiento Interamericano en Washington, D. C. 305 Por su
trayectoria, fue integrado al Programa Agrícola Mexicano desde el año de 1960.306
298 Carta de Alfredo Carballo Quirós a Sterling Wortman del 30 de marzo de 1954, Ibíd. Ver ilustración 23 en el anexo 2. 299 Informe mensual de actividades, 1° de abril de 1954, de Alfredo Carballo Quirós a Sterling Wortman, Ibíd. 300 Carta de Alfredo Carballo Quirós a Sterling Wortman del 21 de junio de 1954, RAC, Collection R. F., Record Group 6.13, Series 1.1 E, Box 5, Folder 66. 301 Carta de Mario Gutiérrez a Donald L. Smith del 2 de diciembre de 1955, RAC, Collection R. F., Record Group 6.13, Series 1.1, Box 13, Folder 150. 302 Observations on the South American Survey for the Establishing of Current Information Services on Agricultural Research, Final Report, Mario Gutiérrez Jiménez, 1955, RAC, Collection R. F., Record Group 6.13, Series 1.1, Box 13, Folder 150. 303 Carta de Ralph Richardson al Secretario de Gobernación del Departamento de Migración de México, del 27 de enero de 1960, RAC, Collection R. F., Record Group 6.13, Series 1.1, Box 6, Folder 68. 304 Carta de Mario Gutiérrez Jiménez a Harry M. Miller del 1° de junio de 1954, RAC, Collection R. F., Record Group 300, Series 2-1954, Box 36, Folder 247. 305 Carta de Ralph Richardson al Secretario de Gobernación del Departamento de Migración de México, del 27 de enero de 1960, Ibíd. 306 Ibíd.
99
2.3.1. Circuitos de intercambio Como se ha referido, el PCCMM mantuvo un intercambio de material y de personal
muy fluido con el Programa en Ciencias Agrícolas de la FR, no obstante, en lo
general el PCCMM tuvo una mayor cercanía al programa mexicano. Es posible
enumerar tres motivos: 1) El programa mexicano tenía una investigación sobre el
maíz mucho más consolidada que el programa colombiano debido a que al igual
que en Centroamérica en México el maíz históricamente ha ocupado un lugar
importante en la alimentación, 2) México y Centroamérica tenían prácticas agrícolas
similares, y una geografía mucho más afín que con Sudamérica, y 3) El programa
colombiano tuvo como prioridad integrar a iniciativas provenientes de Ecuador, Perú
y Venezuela.
Asimismo, en el plan regional del PCCMM la división de tareas por país
obligaba a todos los socios a integrar una estación experimental a las tareas con
maíz, además de administrar otras estaciones experimentales de acuerdo a su plan
nacional. Además, cada plan nacional debía apoyar la multiplicación de semilla útil
al plan regional de las semillas mejor adaptadas a su país. 307 Asimismo, era
obligatorio que en algún momento durante los años de funcionamiento del proyecto
se efectuara al menos una reunión anual del PCCMM en cada país. También era un
compromiso de cada socio emplear personal ocupado exclusivamente en los
trabajos de mejoramiento de maíz, mismos que estarían obligados a asistir a las
reuniones anuales y presentar los avances en investigación. Para esta última
actividad, la mayoría de los países crearon un programa de investigación especial
a través de su respectivo Ministerio de Agricultura o en alguna otra institución.
A parte de ello, destacó la activa participación de universidades y centros de
investigación en las labores del PCCMM, los más importantes fueron:
Guatemala: Universidad de San Carlos, Escuela Nacional de Agricultura, el
Instituto de Nutrición de Centro América y Panamá ( en adelante INCAP), el STICA
y el IAN.
Costa Rica: Universidad de Costa Rica, el IICA y el STICA.
307 Ver ilustración 19 en el anexo 2.
100
Honduras: EAP (se sumó en 1956) y el STICA.
Nicaragua: STAN.
Panamá: Escuela Nacional de Agricultura, Divisa Panamá y el Instituto Nacional
de Agricultura.
Además de los ensayos de rendimientos uniformes que se realizaban en
tierras centroamericanas se inició una serie de intercambio de semillas del PCCMM
que fueron enviadas bajo solitud a diferentes países. Por lo general, los envíos de
semilla con fines experimentales no se cobraban, salvo en algunos casos hacia
dónde la paquetería era muy costosa. No obstante, los envíos con fines de
multiplicación e introducción en grandes cantidades de semilla sí se cobraban.
Como en el resto de los vínculos, este aspecto dependió de la iniciativa de
científicos que se interesaron por probar éstas variedades de maíz. A manera de
ejemplo, destaca la petición del brasileño Renato Ruschel, quien durante una
estancia de entrenamiento en el Programa Agrícola Mexicano en 1956 pidió un
grupo de híbridos de las colecciones de maíces amarillos y blancos, provenientes
de México, el Caribe y Centroamérica para que fuesen probados bajo las
condiciones climáticas de Río de Janeiro, Brasil.308 La reiteración por parte de
Américo Groszmann del Ministerio de Agricultura de Brasil enfatizo su interés, tanto
así que además de comprometerse a enviar los resultados de las pruebas pidió que
se le enviara una copia del informe de la primera reunión del PCCMM.309
Algunas de las solicitudes de semilla se encontraban propiciadas por la
llegada a distintas latitudes de personal que mantenía relación con alguno de los
programas de la FR. Así, tenemos el caso de Samuel C. Litzenberger quien participó
en el programa nacional del PCCMM en Nicaragua y después fue trasladado a
Camboya como Consejero de Agronomía de la United States Operations Mission to
Cambodia en Phnom Penh, a través de quien se extendió un pedido de semilla para
308 Carta de Donald L. Smith a Américo Groszmann del 28 de agosto de 1956, RAC, Collection R. F., Record Group 6.13, Series 1.1, Box 5, Folder 54. 309 Carta de Américo Groszmann a Donald L. Smith del 13 de octubre de 1956, RAC, Collection R. F., Record Group 6.13, Series 1.1, Box 5, Folder 54.
101
el desarrollo de sintéticos.310 Ángel Salazar Blancud ─entonces coordinador del
PCCMM─ envió 24 muestras, entra las variedades mejoradas que se generaron
dentro del PCCMM destacan: Francisco Flint sembrada en Cuba, Dorado de Tiquisate
proveniente de Guatemala y Amarillo Salvadoreño de origen salvadoreño. 311
También para Asia se hicieron envíos en 1962 a Taiwán, en específico al Corn
Research Center en el distrito de Tainan. 312 Asimismo, se enviaron semillas
utilizadas por el PCCMM a algunos países de África, en 1960 se mandaron muestras
de Comiteco-Guat. 418 y Salvadoreño compuesto al Departamento de Agricultura
de Kitale, Kenia.313
Cabe destacar que los informes de las reuniones anuales generaban un
significativo interés para los países que también se encontraban desarrollando
trabajos similares. Las rutas de intercambio en este sentido también son amplias, a
manera de ejemplo podemos mencionar que desde 1956 el primer informe del
PCCMM fue incorporado a la redacción de Bragantia una revista publicada por el
Instituto Agronómico del Estado de Sao Paulo, Campinas Brasil. 314 Otro caso,
mucho más alejado de Centroamérica, fue el pedido realizado por Manuel Dias da
Silva ─adscrito a la Junta de Exportação dos Cereais de los Servicios Técnicos de
Moçambique y el Ministério de Ultramar en la Vila de Joao Belo─ en el cual deja
constancia de tener interés en recibir las subsiguientes ediciones del informe anual
del PCCMM.315 También desde Brasil, fue solicitado el estudio Razas de maíz en la
América Central, por parte de José Verissimo Oliveira responsable del mejoramiento
de maíz en la Estación Experimental Veranopolis en el Estado Rio Grande do Sul.316
De igual forma, el estudio fue enviado en 1959 hacia el Centro de Investigaciones 310 Carta de Samuel C. Litzenberger a Ángel Salazar del 15 de noviembre de 1960, RAC, Collection R. F., Record Group 6.13, Series 1.1, Box 5, Folder 65. 311 Carta de Ángel Salazar a Samuel C. Litzenberger del 8 de diciembre de 1960, RAC, Collection R. F., Record Group 6.13, Series 1.1, Box 5, Folder 65. 312 Carta de Edwin J. Wrellhausen a Ming-Hsien Sun del 16 de octubre de 1962, RAC, Collection R. F., Record Group 6.13, Series 1.1, Box 8, Folder 101. 313 Carta de Edwin J. Wellhausen y M. N. Harrison del 7 marzo de 1960, RAC, Collection R. F., Record Group 6.13, Series 1.1, Box 1, Folder 3. 314 Carta de Jose Elias de Paiva Netto a Donald L. Smith del 22 de diciembre de 1956, RAC, Collection R. F., Record Group 6.13, Series 1.1, Box 5, Folder 54. 315 Carta de Manuel Dias da Silva a Donald L. Smith del 18 de julio de 1957, RAC, Collection R. F., Record Group 6.13, Series 1.1, Box 5, Folder 54. 316 Carta de José Verissimo Oliveira a Edwin J. Wellhausen del 20 de marzo de 1959, RAC, Collection R. F., Record Group 6.13, Series 1.1, Box 5, Folder 54.
102
del Institut National Pour l´Etude Agronomique del Congo Belga317 y a H. H. Storey
del East African Agriculture and Forestry en Kituyu, Kenia.318
En algunos casos, el interés reciproco en la colaboración derivó en que se
añadieran nuevos sitios de prueba para los ensayos de rendimientos del PCCMM.
Ese fue el caso de la solitud de semilla centroamericana por parte del genetista
Ernesto Paterniani de la Escola Superior de Agricultura “Luiz de Queiroz” en
Piracicaba, Brasil.319 La colaboración fue muy fructífera, tanto así que el trabajo
realizado en Piracicaba se añadió a los ensayos uniformes de rendimiento del
PCCMM en 1958. 320 Un caso similar es el del Departamento de Agricultura de
Honduras Británica (actual Belice) que durante 1957 participó en las pruebas
asociadas al PCCMM con un total de 4 réplicas de 22 variedades de maíz amarillo y
de 14 blancas, indicando su disposición por mantener la colaboración durante el
año siguiente.321 No obstante, la salida de Donald L. Smith de la Dirección del
PCCMM cortó la comunicación epistolar y no fueron incluidos en la programación de
1958. A pesar de esto, Robert D. Osler, quien reemplazó a Smith en sus funciones
reanudó el intercambio. Esta situación solo es muestra de la forma en que estos
programas dependían de la constancia y voluntad de quienes estaban a cargo de
las labores de enlace.322
Aunque no se adhirieron de forma constante a los experimentos del PCCMM,
también son significativas las peticiones de semillas de maíz dulce desde el
Departamento de Agricultura de la Guyana Británica que, según se indica en una
misiva, iniciaba en aquellos años labores en un programa de cultivo de maíz.323 Este
interés se hizo más fuerte con la activa vinculación que iniciaron con el USDA a través 317 Carta de Louis C. Williams a R. Gallien del 2 de diciembre de 1959, RAC, Collection R. F., Record Group 6.13, Series 1.1, Box 1, Folder 3. 318 Carta de Claud L. Horn a H. H. Storey del 9 de marzo de 1960, RAC, Collection R. F., Record Group 6.13, Series 1.1, Box 1, Folder 3. 319 Carta de Ernesto Paterniani a Robert D. Osler del 28 de agosto de 1958, RAC, Collection R. F., Record Group 6.13, Series 1.1, Box 5, Folder 54. 320 Carta de Alfredo Carballo Quirós a Ernesto Paterniani del 18 de octubre de 1958, RAC, Collection R. F., Record Group 6.13, Series 1.1, Box 5, Folder 54. 321 Carta de D. H. Romney a Robert D. Osler del 31 de mayo de 1958, RAC, Collection R. F., Record Group 6.13, Series 1.1, Box 5, Folder 61. 322 Carta de Robert D. Osler a D. H. Romney del 12 de junio de 1958, RAC, Collection R. F., Record Group 6.13, Series 1.1, Box 5, Folder 61. 323 Carta de A. S. Mitterlholzer a Edwin J. Wellhausen del 14 de enero de 1959, RAC, Collection R. F., Record Group 6.13, Series 1.1, Box 5, Folder 61.
103
del Servicio de Investigación Agrícola. Así, para 1962, H. H. Fisher, horticultor
responsable de la introducción de plantas, solicitó cinco o seis variedades
centroamericanas para añadirlas a sus trabajos experimentales.324
También se realizaron solicitudes de teozintle, pues a pesar de que éste no
constituía el fuerte de las labores de experimentación del PCCMM, se sabía que se
contaba con muestras de diversos tipos. Así, por ejemplo, en 1962 Friedrich G.
Brieger ─Promotor de la creación del Comité de Preservación de Variedades
Indígenas de Maíz─ solicitó con fines experimentales muestras de Teocintle Gro. y
Teocintle Guatemala, se valoraba mucho la muestra proveniente de Guatemala
porque se consideraba más pura, es decir, menos contaminada con maíz.325 Otra
solicitud de teozintle llegó por parte de James Gordon de la Escuela de Agricultura
de Kumasi, Ghana, a quien le fueron enviadas cinco tipos diferentes de teozintle
guatemalteco.326
Otras misivas consignan envíos de semillas desde el USDA a través del
Servicio de Investigación, asociado a los bancos de semillas del Comité de
Preservación de Variedades Indígenas de Maíz. Estos registros indican que se
enviaron semillas provenientes de las colecciones centroamericanas
─específicamente de Turrialba, Costa Rica─ para ser utilizadas en pruebas para
determinar su resistencia a Pucinia polysora en maíz en la Estación de Investigación
Regional del Ministerio de Agricultura de Samaru en el Norte de Nigeria.327
Es importante recalcar que en muchos casos el intercambio era recíproco, de
esta forma, el PCCMM extendió solicitud a otros países para probar las semillas de
sus programas de experimentación con maíz. Ese fue el caso de la requisición que
hizo Alfredo Carballo a Pedro Obregón en 1954 de las variedades Venezuela-1,
maíz amarillo de origen cubano y Venezuela-3,328 maíz blanco resultado de la
324 Carta de H. H. Fisher a Edwin J. Wellhausen del 11 de abril de 1962, RAC, Collection R. F., Record Group 6.13, Series 1.1, Box 5, Folder 61. 325 Carta de María Luisa Martínez a Friedrich G. Brieger del 26 de septiembre de 1962, RAC, Collection R. F., Record Group 6.13, Series 1.1, Box 5, Folder 57. 326 Carta de María Luisa Martínez a James Gordon del 9 de marzo de 1960, RAC, Collection R. F., Record Group 6.13, Series 1.1, Box 1, Folder 3. 327 Carta de Robert Stanton a C. L. Horn del 13 de enero de 1960, RAC, Collection R. F., Record Group 6.13, Series 1.1, Box 1, Folder 3. 328 Carta de Pedro Obregón a Alfredo Carballo Quirós del 29 de junio de 1954, RAC, Collection R. F., Record Group 6.13, Series 1.1, Box 5, Folder 66.
104
experimentación de la primer variedad.329 Este envío fue acompañado por circulares
del Ministerio de Agricultura y Cría de Estados Unidos de Venezuela, en las cuales
se registra el origen de las variedades y las condiciones de su creación. Así, se
indica que el programa de mejoramiento de maíz inició en Venezuela en 1939 y que
arrancó sus actividades tras la exportación de diferentes variedades desde Cuba,
Puerto Rico, Colombia y Estados Unidos, de éste último se introdujeron muestras
de híbridos probados en Texas, Florida, Iowa y Nueva York.
Es de destacarse que entre los resultados del programa venezolano, se hizo
hincapié en que el maíz híbrido estadunidense “fue débil, sufrió fuertes ataques de
plagas, floreció temprano y su rendimiento fue nulo,” 330 lo que en su opinión
“demostró claramente lo que ha sido comprobado en otras regiones tropicales: que
no es posible hacer uso de los famosos híbridos de los países del norte.”331 Por
estas razones se afirmó que “Venezuela no [debía] importar semilla de maíz de los
Estados Unidos para ser sembrada en el país.”332 En contraposición, se resaltaba
que Venezuela-3, era fruto del trabajo cooperativo entre agricultores, estudiantes y
técnicos que colaboraron a través de la Escuela Superior de Agricultura y de la
Escuela Práctica de Agricultura. 333 Asimismo, se hacía notar que aunque
Venezuela-1 y Venezuela-3 eran casi idénticas en rendimiento, resistencia a la
sequía y a las plagas, se recomendaba el uso de Venezuela-1 porque el maíz
amarillo contiene vitamina A, indispensable para la nutrición.334 No obstante, la
preferencia en el consumo se definió por el maíz blanco que es con el cual se
preparan ─hasta la actualidad─ las arepas, una de las formas de consumo cotidiano
equivalente a las tortillas.
Otro ejemplo de canje de semillas es el que estableció el PCCMM y algunas
empresas semilleras, las más importantes: Pioneer HiBred Corn Co., con sede en
329 Langham & Gorbea, “Maíz blanco Venezuela- 3 Una selección de alto rendimiento”, Circular n° 5, Ministerio de Agricultura y Cría de Estados Unidos de Venezuela, febrero de 1944, RAC, Collection R. F., Record Group 6.13, Series 1.1, Box 5, Folder 66. 330 Langham, D. G., “Venezuela- 1 Una selección de maíz recomendable”, Circular n° 2, Ministerio de Agricultura y Cría de Estados Unidos de Venezuela, diciembre de 1942, RAC, Collection R. F., Record Group 6.13, Series 1.1, Box 5, Folder 66. 331 Ibíd. 332 Ibíd. 333 Ibíd. 334 Ibíd.
105
Iowa, Estados Unidos,335 Semillas Cornelli de Cuba y Semillas Poey S. A., con
oficinas en La Habana, Cuba.336 Ahora bien, la FR indicaba que debía procurar no
establecer asociaciones muy destacadas con empresas, por lo que proponían que
estos vínculos debían hacerse por cuenta de cada país centroamericano que
estuviera interesado.337 Finalmente, entre los principales programas universitarios
que se asociaron sobresale el Atkins Garden and Research Laboratory de Harvard
University, ubicado en Cienfuegos, Cuba.338
2.3.2. Estaciones experimentales y extensión agrícola Nicaragua fue el primer país en tener tres estaciones experimentales asociadas al
plan regional del PCCMM, mismas que se ubicaron en Managua, Chinandega y
Jinotega,339 posteriormente se integró La Calera. Su condición de país meridiano en
la región favoreció el interés por ubicar las primeras estaciones ahí. El resto de las
estaciones asociadas al plan regional fueron: Quetzaltenango (Guatemala); Santa
Tecla, San Andrés, Santa Cruz y Porrillo (El Salvador);340 Tegucigalpa y Choluteca
(Honduras); San José, Turrialba, Puntarenas y Barranca341 (Costa Rica) y; Divisa,
Concepción y Santiago (Panamá). 342 Adicionalmente se asoció la estación
experimental de Cotaxtla, Veracruz, vinculada al Programa Agrícola Mexicano y
especializada en investigación con maíz. Asimismo, se realizaron pruebas
experimentales en otros sitios de México, Colombia, Cuba,343 Jamaica, Venezuela
y Brasil. En el anexo 1 se encuentra un mapa que marca la ubicación de estas
335 Carta de Edwin J. Wellhausen a William L. Brown, del 14 de marzo de 1959, Ibíd. 336 Carta de Ángel Salazar a Samuel C. Litzenberger del 8 de diciembre de 1960, RAC, Collection R. F., Record Group 6.13, Series 1.1, Box 5, Folder 65. 337 Carta de J. George Harrar a Donald L. Smith del 10 de enero de 1955, RAC, Collection R. F., Record Group 6.13, Series 1.1, Box 7, Folder 86. 338 Ibíd. 339 The Rockefeller Foundation, Annual Report, 1956. Ver ilustraciones 24 y 25 en el anexo 2. 340 Ver ilustración 12 en el anexo 2. 341 Ver ilustración 13 en el anexo 2. 342 Ver mapa de las ubicaciones de las estaciones experimentales en el anexo 3. Algunas de las estaciones estaban ubicadas en terrenos particulares de agricultores dedicados al maíz, como en el caso de la estación en Chinandega. Reporte de Alfredo Carballo Quirós a Donald L. Smith del 10 de octubre de 1955, RAC, Collection R. F., Record Group 6.13, Series 1.1, Box 5, Folder 67. 343 El gobierno cubano manifestó desde los inicios del PCCMM su interés porque la FR iniciara un proyecto similar en Cuba, no obstante su petición no fue prioritaria para la Fundación y en su lugar se les invitó a que se adhirieran al PCCMM. Si bien la actitud de los científicos cubanos fue recelosa por esta resolución, se integraron activamente al trabajo conjunto con Centroamérica.
106
estaciones experimentales y de otros puntos en donde se llevaron a cabo siembras
y pruebas asociadas al proyecto.
Por lo que a los trabajos de extensión agrícola se refiere, la FR fue enfática al
indicar que estas labores quedaban a cargo de la administración regional del PCCMM.
Su posicionamiento se justificaba al indicar que “la FR no contaba con la fuerza
humana necesaria, además de que el reto de persuadir a los agricultores a adoptar
las prácticas de mejoras generalmente es mejor ejecutado por los colaboradores
nacionales”.344Por este motivo, fue responsabilidad de la coordinación nacional
planear, ejecutar y propagar el trabajo en extensión agrícola bajo el modelo
diseñado por Knapp de las prácticas de demostración agrícola y la integración de
agentes designados para su difusión.
Al igual que en otros aspectos, los centroamericanos retomaron la
experiencia del programa mexicano, el cual a través de la OEE había integrado al
modelo de Knapp la difusión mediante boletines, circulares, periódicos, programas
de radio, televisión345 e incluso series de videos de 16mm a color y con sonido,346
aunque no se encontró una referencia explícita es muy probable que algunos de
estos videos se hayan difundido en Centroamérica. Otra de las prácticas que se
implementó bajo la adaptación mexicana fue la de los llamados “días de campo”,
durante los cuales además de entregar semillas para incentivar su siembra e invitar
a los campesinos a la adopción de nuevos hábitos agrícolas, se realizaban algunas
convivencias acompañadas de comidas.347 Esta era una labor muy importante pues
se trataba del acercamiento más próximo con los campesinos, además, se sumaba
la presencia de agentes de extensión, maestros y productores.348
En distintas ocasiones, Carballo y Wortman insistieron en que Honduras y El
Salvador eran los países que debían prestar mayor atención a la extensión
344 The Rockefeller Foundation, Program in the Agricultural, 1960, p. 7. 345 Ibíd. 346 Hasta 1962 se habían grabado un total de 16 videos, 14 a color y 2 a blanco y negro, de los que se estimaba se habían distribuido 239 copias en México y otros países latinoamericanos. Entre los títulos destacan: Así como siembres cosecharas, Abone su maíz y coseche más, El mejoramiento del hogar rural y Forraje ensilado: Alimento seguro en la época seca. Agriculural Information, INIA, México, RAC, Collection R. F., Record Group 6.13, Series 1.1, Box 1, Folder 10. 347 Informe mensual de actividades, RAC Collection R. F., Record Group 6.13, Series 1.1, Box 6, Folder 74. Ver ilustración 11 en el anexo 2. 348 Agriculural Information, INIA, México, Ibíd.
107
agrícola.349 Así, en abril de 1954 Carballo sugirió a Floyd R. Olive ─Director del Plan
nacional de El Salvador─ que se dedicaran todos los esfuerzos a la obtención y
distribución de “buenas variedades”, dejando de lado los trabajos de endocría y
demás investigación de laboratorio.350 Para apoyar estas sugerencias se ofreció la
ayuda de un Técnico del Programa Agrícola Mexicano durante la siembra. 351
Además del envío de costales impermeables para envasar semillas y probar su
conservación de esa forma, así como costalitos pequeños para la distribución de
semillas durante las demostraciones entre los agricultores.352
Entre las innovaciones que aporto Centroamérica a la extensión agrícola de
la revolución verde se cuenta la formación de comités de protección de cultivos.
Estos núcleos se desprendían del modelo tradicional de prácticas demostrativas
pero se distinguían por especializarse en la observación y control de insectos. Así,
en la directiva de los comités se integraban los agricultores más sobresalientes por
su capacidad, interés y liderazgo. 353 Parte importante de estos esfuerzos se
encauzaron a través del STICA.
2.4. La experimentación en maíz Los trabajos de experimentación con maíz partieron de la consideración de que el
“mejoramiento” de las variedades de semillas era sólo uno de los factores
importantes en el incremento de la producción. Otros elementos de gran relevancia
eran el estudio de los suelos de cultivo y el control de insectos y plagas, que en
opinión de la FR, habían recibido poco tratamiento a nivel regional.354
Gran parte de las tareas de investigación con maíz, se desprendieron del
estudio de la morfología y citología de las muestras recolectadas en Centroamérica
a través del Comité de Preservación de Variedades Indígenas de Maíz. De manera
que a la publicación Razas de maíz en la América Central, siguieron estudios sobre
349 Informe mensual de actividades, Ibíd. 350 Ibíd. 351 Ibíd. 352 Ibíd. 353 Control de insectos del maíz en Guatemala, RAC, Collection R. F., Record Group 6.13, Series 1.1, Box 6, Folder 72. 354 The Rockefeller Foundation, Program in the Agricultural, 1960, p. 247.
108
la morfología cromosómica. El interés de estas labores era determinar con mayor
precisión la relación entre las variedades. 355 Las observaciones abarcaban el
estudio de variedades mejoradas, colecciones no mejoradas, híbridos e híbridos
dobles.356
Entre los proyectos de más largo alcance destaca el del INCAP que en 1954
recibió una donación por parte de la FR de 10 000 dólares,357 para apoyar una
investigación sobre el valor nutricional de las variedades de maíz de América del
Norte y el estudio biológico de las variedades experimentales que se estaban
desarrollando en Centroamérica. La propuesta surgió del Dr. Nervin Scrimshaw,
quien también invitó a The Arkansas Agricultural Mission y a Semillas Corneli de
Cuba.358
Los análisis bioquímicos de las variedades obtenidas por los programas
locales proporcionaron importante información sobre su valor nutricional, sirviendo
como guía para la selección de materiales destinados a la multiplicación y
venta. 359 Este tipo de subsidios eran considerados por la FR como actividades
colaterales aunque de largo alcance, lo que refuerza la hipótesis de que se buscó
apoyar diversas iniciativas relacionadas a la agricultura y la alimentación, con el
interés de multiplicar los resultados y establecer vínculos de colaboración que
redujeran los costos y los tiempos de trabajo.
Otro trabajo sobre nutrición en el que se vinculó la labor del PCCMM a través
del INCAP fue la investigación de tesis de Sylvia Scheel, originaria de Guatemala,
quien realizó su indagación con la tutoría de Flood S. Andrews del Departamento
de Horticultura de Virginia Agricultural Experiment Station en Blacksburg. La
contribución del PCCMM fue la de enviar muestras de semillas para que pudieran ser
analizadas dentro de las pruebas de Scheel, dedicadas a determinar el efecto del
355 The Rockefeller Foundation, Program in the Agricultural, 1961, p. 270. 356 Para una revisión detallada de las publicaciones asociadas al PCCMM consultar: Bibliografía del Programa, 1984. 357 Este instituto también contaba con apoyo de la Junta Panamericana de Salubridad y la Fundación Kellogg. The Rockefeller Foundation, Annual Report, 1954, p. 166. Asimismo, se había fundado en 1949 como resultado de la colaboración de los gobiernos centroamericanos, The Pan American Sanitary Bureau, The U.S. Public Health Service, la Escuela Agrícola Panamericana y la Fundación Kellogg. RAC, Collection R. F., Record Group 6.13, Series 1.1, Box 6. 358 Annual Report, RAC, Collection R. F., Record Group 6.13, Series 1.1, Box 6, Folder 69. 359 Harrar, Programa Agrícola, 1957, p. 47.
109
medio ambiente en la calidad nutritiva del maíz.360 Algunas de las muestras que se
utilizaron fueron: Rocamex V-520 C, Papaloapan y Venezuela 3, pertenecientes a
las pruebas de maíces blancos.361
Según se expuso en el inicio del capítulo, el PCCMM comenzó sus labores en
1953 como un Programa de Mejoramiento de Maíz en Costa Rica, el cual quedó a
cargo de Alfredo Carballo quien había sido becario de la FR en México y quién se
convertiría al año siguiente en el primer coordinador regional del proyecto. Desde
aquellos primeros esfuerzos, Carballo sostuvo que lo más conveniente para Costa
Rica era el uso de variedades sintéticas o de cruzas simples, pues así los
experimentos de doble cruza (hibridación) podrían realizarse in situ.362 No obstante
esta requisición no fue apoyada por la FR que definió los lineamientos de la
experimentación.
Así, para 1960 el PCCMM comenzó a utilizar la técnica de Selección Masal
Modificada para la manipulación genética del maíz. Durante este período se
reintegraron activamente científicos de la FR: Edwin J. Wellhausen, Sterling
Wortman y Robert D. Osler.363 La inclusión en Centroamérica de variedades de
polinización abierta y de variedades híbridas sintéticas generó un nuevo avance en
la distribución geográfica de las semillas. Ejemplo de ello fue la siembra de la
variedad híbrida Tuxpeño, desarrollada en México, que se propagó en las costas
centroamericanas con destacada presencia en el litoral norte de Honduras una
región en la que, a decir de la FR, en 1966 había llegado a reemplazar al maíz nativo.
Otro caso, resultado de la selección masal, fue el de la variedad amarilla Nicarillo
distribuida comercialmente en Nicaragua para ser utilizada como forraje animal.364
Ahora bien, entre las variedades desarrolladas que reportaron ser resistentes
a las plagas vegetales sobresalen las que fueron probadas en Santa Cruz Porillo en
El Salvador, un área que se consideraba especialmente propensa a las epidemias
360 Carta de Edwin J. Wellhausen a Alfredo Carballo Quirós del 9 de abril de 1954, RAC, Collection R. F., Record Group 6.13, Series 1.1 E, Box 5, Folder 66. 361 Carta de Alfredo Carballo Quirós a Ulysses J. Grant del 8 de septiembre de 1954, RAC, Collection R. F., Record Group 6.13, Series 1.1 E, Box 5, Folder 66. 362 Carta de Alfredo Carballo Quirós a Sterling Wortman del 27 de agosto de 1953, RAC, Collection R. F., Record Group 6.13, Series 1.1 E, Box 13, Folder 150. 363 Fuentes, et. al., “Origen e historia”, 1990, p. 95. 364 The Rockefeller Foundation, Program in the Agricultural Sciences, 1966, p. 118.
110
vegetales. Durante estas pruebas se seleccionaron maíces provenientes de Cuba y
República Dominicana365 que resultaron ser mucho más adecuadas que Tuxpeño y
las variedades locales. Pruebas similares fueron realizadas con resultados muy
parecidos en la Estación Agrícola de Cotaxtla, Veracruz, México.366
Variedades de maduración tardía como Tuxpeño no fueron viables en zonas
centroamericanas en dónde los patrones de lluvia variaban mucho. Por lo que poco
antes de la reestructuración del PCCMM en 1963 se comenzó a trabajar en el
desarrollo de variedades de maduración rápida e intermedia que además fueran
resistentes a las plagas. Estas actividades comenzaron con la cruza de la línea de
Eto Blanco, una variedad masculina estéril creada en Colombia, y Tuxpeño; los
experimentos buscaban que además de los elementos ya mencionados la cruza
permitiera restaurar la fertilidad de Eto Blanco. Asimismo, se comenzaron pruebas
de cruza entre Tuxpeño y un grupo de selección masal proveniente de Cuba y
República Dominicana con el objetivo de diseñar una variedad de similares
características destinada a República Dominicana.367
También en 1960, se comenzaron experimentos con semillas mediante
ensayos de cruces intervarietales, que fueron implementados con la meta de
identificar los rasgos excepcionales a nivel de germoplasma de las variedades
centroamericanas. El segundo paso de este proyecto, fue que las semillas
seleccionadas se cruzaran con Tuxpeño. La semilla que mostró mejores resultados
en su cruza con Tuxpeño fue el tipo Salvadoreño, cuyos cultivos se instalaron en
tierras bajas.368 Salvadoreño era uno de los maíces más ampliamente distribuido en
las tierras bajas a lo largo de la costa occidental centroamericana. Las diferentes
variedades de este tipo se encontraban comúnmente en altitudes bajas de
Honduras y constituían los tipos principales de maíz en las áreas comercialmente
productoras de maíz en Nicaragua.369 Asimismo el uso de estas variedades era
recurrente en el Departamento de Guanacaste a los largo de la costa del Pacífico
365 Estas muestras fueron reunidas a través del programa agrícola mexicano. 366 The Rockefeller Foundation, Program in the Agricultural Sciences, 1966. 367 The Rockefeller Foundation, Program in the Agricultural, 1966. 368 The Rockefeller Foundation, Program in the Agricultural, 1961, p. 270. 369 Colección, identificación y evaluación de maíces criollos en América Central, Edwin J. Wellhausen, Ibíd.
111
de Costa Rica. Otros experimentos importantes, fueron lo que se hicieron para
cruzar Tuxpeño con líneas de maíz amarillo obscuro provenientes de Cuba.
Igualmente, muestras de origen colombiano fueron combinadas con Salvadoreño.
Los resultados fueron positivos, y desde 1960 se comenzó a multiplicar las líneas
más destacas en Nicaragua.370
A manera de síntesis, puede decirse que las actividades del PCCMM en la
experimentación con semillas de maíz desarrolló sus labores con tres variedades
base: Tuxpeño (de origen mexicano), Eto (de origen colombiano) y Salvadoreño (de
origen salvadoreño). Estas muestras fueron seleccionadas por distintas cualidades
como sus tiempos de maduración y la resistencia a plagas; sin embargo, un rasgo
común era su alto rendimiento, esto es, la cantidad de maíz que podían producir por
hectárea sembrada.
En el diseño de las semillas y la selección de muestras para la
experimentación también se consideraban factores de consumo. Sobresalen
aquellos que referían a las características deseables para el uso del maíz como
alimento humano a través de sus diferentes preparaciones. De esta forma, la
demanda de maíz en Centroamérica prefería las variedades blancas, seguidas de
las amarillas. Éstas últimas eran del principal interés de Panamá, en dónde a
diferencia del resto de la región el gusto se resolvía por el maíz amarillo.371 Las
variedades amarillas más usadas en Panamá, fueron: Cuba 40 y Hawaii 5.
Por otra parte, la principal plaga de los cultivos de maíz en Centroamérica en
aquel tiempo era “el truco”, un virus que afectaba con mayor rigor a las tierras bajas
de Guatemala y El Salvador. Ejemplo de ello es que en año de 1960 se perdieron
prácticamente todos los cultivos en esas áreas de la variedad H-503.372 También se
reportó que las variedades Tuxpeño y Salvadoreño fueron muy susceptibles. En
contraste, algunas variedades híbridas Poey mostraron mejor resistencia. Por estos
motivos, los trabajos en el desarrollo de variedades de maíz resistentes a estas
plagas se redoblaron. El Salvador destacó por su colaboración y la extensión de los
370 The Rockefeller Foundation, Program in the Agricultural, 1961, p. 271. 371 Harrar, Programa Agrícola, 1957, p. 47. 372 Harrar, Programa Agrícola, 1957, p. 272.
112
trabajos de los genetistas de su país.373 Es de interés remarcar que la decisión por
incentivar la siembra de maíz en las planicies en vez de las serranías aumentó la
dificultad de diseñar variedades resistentes a las plagas más rapaces. Por otra
parte, estos híbridos de cruzas intervarietales fueron la antesala de las labores para
la creación de semillas de polinización abierta, aunque ésta técnica fue utilizada
más tras la reconfiguración del PCCMM en 1963.374
Otro rasgo a destacar dentro de las labores experimentales del PCCMM, es
que aunque el énfasis de sus labores se encontraba en los trabajos sobre maíz, se
iniciaron trabajos con otros cultivos, resultado del intercambio con instituciones fuera
de Centroamérica. Se realizaron pruebas en Costa Rica de ajonjolí de origen texano
aunque conservado en el Instituto Nacional de Investigaciones Agrícolas de México
─dirigido entonces por Edmundo Taboada─. 375 También se aprovecharon
variedades de frijol provenientes de la estación experimental “La Molina” en Perú.376
Por lo que se refiere a las labores cooperativas sobre el manejo de
fertilizantes en Centroamérica es importante decir que ─aunque no fueron
prioridad─ las pruebas se ocuparon de observar la respuesta de los cultivos de maíz
al nitrógeno, fósforo y potasio en diferentes suelos y condiciones climáticas.377
Hasta 1960, se habían efectuado un total de 17 experimentos en campo, de los
cuales sólo 11 habían sido considerados dignos de ser cosechados.378 Los trabajos
se dividieron de la siguiente forma: Zona A (6 experimentos): Suelos de texturas ligeras a medias formadas
volcánicamente en elevaciones menores a 200 metros sobre el nivel del mar, variaciones en color excluyendo los tonos rojizos.
Zona B (3 experimentos): Suelos rojizos. Zona C (2 experimentos): Suelos de todo color, excepto rojizos, localizados
a elevaciones mayores a 500 metros sobre el nivel del mar.379
373 Ibíd. 374 Ibíd. 375 Carta de Edwin de J. Wellhausen a Alfredo Carballo del 23 de septiembre de 1955, RAC, Collection R. F., Record Group 6.13, Series 1.1, Box 6, Folder 74. 376 Carta de Edwin de J. Wellhausen a Alfredo Carballo del 17 de noviembre de 1955, RAC, Collection R. F., Record Group 6.13, Series 1.1, Box 6, Folder 74. 377 Harrar, Programa Agrícola, 1957, p. 272. 378 Ibíd. 379 Ibíd.
113
Aunque se tenía conciencia de que el número de pruebas era reducido, se
adelantaron algunas recomendaciones para el uso de fertilizantes vinculados al
cultivo de maíz. Se indicó así que en la Zona A se requería 1 kilo de nitrógeno para
obtener 11 kilos de maíz, mientras que en las Zona B y Zona C, se hacía necesario
1 kilo de nitrógeno para 10 kilos de maíz. En la Zona B, el nitrógeno debía
acompañarse con fósforo.380 El área que reportó mejores resultados al uso de
fertilizantes fue la de las zonas altas de Guatemala, cuya respuesta al nitrógeno fue
comparada con la que se registraba en las tierras altas de México. La
recomendación específica para la región era de la aplicación de 100 a 120 kilos de
nitrógeno por hectárea.381 Entre los insecticidas que se recomendaron por parte del
PCCMM destacan: DDT, Aldrín, Dieldrín, Dipterex y Polidol.382
2.5. El uso de las nuevas semillas Adolfo Olea Franco, ha señalado que el lenguaje utilizado en la documentación
generada por la FR y en buena parte de la historiografía de la revolución verde, se
habla de la distribución de semillas y no de su venta.383 Por lo que el autor advierte
que esta situación puede dar pie a equívocos en la explicación del uso y distribución
de las mismas. Más aún, los lineamientos del Punto IV de la política exterior del
gobierno de Harry Truman en Estados Unidos y las directrices de la Ley 480,
descritas en el primer capítulo, permiten pensar que se trata de un intercambio
filantrópico sin una transacción de efectivo u otras mercancías.
Con interés de clarificar los lineamientos de la distribución de semillas
generadas por el PCCMM es necesario decir que tanto en el plan regional como en
los nacionales se crearon sistemas de control de certificación y venta. Estos
programas se coordinaban con instancias de crédito para extender el financiamiento
para la compra de las semillas y sus insumos. Esta era una solución similar a la que
se implementó en otros programas operativos de la región. En México, la
380 Ibíd. 381 Ibíd. 382 Control de insectos del maíz en Guatemala, RAC, Collection R. F., Record Group 6.13, Series 1.1, Box 6, Folder 72. 383 Olea Franco, “La introducción del maíz”,1997.
114
multiplicación y venta de las semillas de maíz quedó a cargo de la Comisión
Nacional del Maíz, en tanto que el manejo de otras semillas estuvo bajo la
responsabilidad de la Secretaría de Agricultura. En el caso de Colombia, la
multiplicación y venta quedó en custodia de la Caja de Crédito Industrial y Minero
dependiente del Banco Nacional de Crédito Agrícola.384
Asimismo, es preciso indicar que aunque las primeras semillas utilizadas
para la experimentación del PCCMM llegaron como donación de la FR a través del
Comité de Preservación de Variedades Indígenas de Maíz, así como de los
programas de México y Colombia, el incrementó en su uso fue resultado de la
compra a la Comisión Nacional del Maíz y a la Caja de Crédito Industrial y Minero.
Ahora bien, la alta demanda internacional de estas semillas generó que la
producción no lograra a satisfacer las necesidades de los compradores, entre ellos,
los centroamericanos. Por ejemplo, en diciembre de 1954 Carballo solicitó a
Wellhausen el envío de 4 toneladas de cada uno de los híbridos H-501 y H-503 a
ser pagadas por el Ministerio de Agricultura de Costa Rica, por estar destinadas a
los trabajos de extensión.385 Esta transacción no se completó debido a la capacidad
restringida de la Comisión Nacional del Maíz, sin embargo, se hicieron envíos
menores para no comprometer los trabajos de demostración.386
Entre los resultados más sobresalientes del PCCMM se encuentra su
contribución al incremento en la producción regional de maíz, los índices mostraron
que en 1960 Centroamérica logró producir más grano del que requería para el
consumo humano directo.387 Al respecto es significativa la opinión de Alberto A.
Boyd ─Ministro de Agricultura, Industria y Comercio de Panamá─ quien al referirse
sobre los alcances del PCCMM indico: Es un hecho notorio y halagüeño que la producción nacional de maíz, limitada antaño a cifras relativamente insignificantes y desarrollada dentro de los estrechos linderos del consumo estrictamente doméstico, ha alcanzado últimamente guarismos impresionantes, permitiendo a nuestro Istmo la exportación de miles de
384 The Rockefeller Foundation, Program in the Agricultural, 1960, p. 7. 385 Carta de Alfredo Carballo a Edwin de J. Wellhausen del 14 de diciembre de 1954, RAC, Collection R. F., Record Group 6.13, Series 1.1, Box 6, Folder 74. 386 Carta de Edwin de J. Wellhausen a Alfredo Carballo del 31 de diciembre de 1954, RAC, Collection R. F., Record Group 6.13, Series 1.1, Box 6, Folder 74. 387 The Rockefeller Foundation, Program in the Agricultural, 1961, p. 270.
115
quintales a países europeos, empeño que hasta hace poco tiempo atrás nos pareció ilusión desorbitada de nuestro optimismo patriótico.”388 No obstante, las eventualidades climáticas influían en los índices de
producción de maíz, así por ejemplo, en 1955 Carballo indicaba que durante ese
año la estación lluviosa había sido muy irregular en toda Centroamérica, por lo que
previa que las cosechas no fueran las esperadas.389 Enfatizaba además de en el
caso de Costa Rica, ese año se llegó al peligro de importar maíz, cuando hacía
cinco años que se exportaba. 390 Esa situación, también complicaba el apoyo
institucional que podía recibir el proyecto, pues era difícil justificar la importancia del
proyecto.
A pesar de todo, la FR indicó que el nivel de eficiencia de la producción seguía
siendo bajo, por lo que los planes nacionales debían dirigirse a mejorar las prácticas
agrícolas en este sentido.391 A partir de ese momento se hizo más trabajo de
extensión agrícola para determinar los requerimientos en materia de fertilizantes,
así como el control de insectos, plagas y la prevención de epidemias.392
Ahora bien, el recibimiento de las semillas fue distinto para agricultores,
consumidores y comerciantes. Por ejemplo, en Costa Rica, la variedad Rocamex v-
520 C, fue bien acogida por los agricultores debido a que reportaba altos
rendimientos. Sin embargo, los consumidores y comerciantes se quejaban de este
maíz debido al menor peso por volumen del grano, además de su susceptibilidad al
gorgojo, lo que dificultaba su almacenamiento. Por otra parte, se indicó que las
“amas de casa” criticaban algunos aspectos del maíz en relación con la preparación
de alimentos.393 Con intención de subsanar estas quejas, se propuso que Ministerio
de Agricultura e Industrias, por medio del Servicio de Economía Doméstica de su
Servicio de Extensión Agrícola, comenzó a estudiar las posibilidades de introducir
modificaciones en los procesos de elaboración de productos caseros a base de
388 Discurso inaugural pronunciado por Alberto A. Boyd, Ministro de Agricultura, Industria y Comercio de Panamá, RAC, Collection R. F., Record Group 6.13, Series 1.1, Box 6, Folder 70. 389 Carta de Alfredo Carballo Quirós a Donald L. Smith del 10 de junio de 1955, RAC, Collection R. F., Record Group 6.13, Series 1.1, Box 5, Folder 67. 390 Ibíd. 391 The Rockefeller Foundation, Program in the Agricultural, 1961, p. 392 Ibíd. 393 Directrices del plan nacional del PCCMM en Costa Rica, 1954, Ibíd.
116
maíz para permitir el uso de maíces dentados y la aceptación de los tipos semi-
dentados.394
2.6. Conclusiones del capítulo Como se ha mostrado, el PCCMM se integró dentro de un proceso de larga duración:
la revolución verde. Asimismo, la revolución verde se insertó en una trama
centroamericana durante la que se vivió un importante proceso de modernización
agrícola ocupado más de los productos de exportación que de los granos de
consumo interno, de manera que el proyecto cooperativo ocupó un nicho
independiente de otros planes dirigidos al campo.
La reconstrucción de la trayectoria del PCCMM, mostró que los términos de la
cooperación entre los países asociados reprodujeron las distinciones impuestas por
el programa de la FR, es decir, que dividió la investigación y la prueba en campo.
Así, Costa Rica tomó la batuta en la administración e investigación del plan regional,
dejando en segundo lugar a Guatemala. En tanto, el resto de los países tuvo menor
presencia en la investigación, quedando restringida su participación a la prestación
de áreas para la prueba en campo. Esto queda corroborado al observar la
asignación de un menor número de becas y donaciones por parte de la FR a
Honduras, El Salvador, Nicaragua y Panamá.
Interesa destacar que la trascendencia del PCCMM en la región no es de
naturaleza económica, esto quiere decir que el proyecto del maíz no transformó la
estructura productiva, como sí lo hicieron posteriormente otros proyectos de la
revolución verde dedicados al frijol y arroz. Por lo tanto, la mayor importancia del
PCCMM a nivel regional y transnacional está en la creación de circuitos para la
circulación de prácticas, ideas, personas y materiales que propagaron la revolución
verde. Sobre la trayectoria transnacional del PCCMM, Robert Shaplen indico en 1964
que el éxito del proyecto fue tal, que incentivó a la FR a extender la investigación de
maíz a los principales países productores del grano, que incluía al hemisferio
394 Ibíd.
117
occidental, a la India, África y China, a través del PIMCA.395 Estos efectos fueron
advertidos por J. George Harrar, desde los primeros años, así mencionó que el
PCCMM ofrecía grandes oportunidades con implicaciones hacia el futuro tanto para
la FR como para otras agencias.396
Además de los circuitos de intercambio con México, Colombia y Estados
Unidos, el PCCMM se distinguió por tener una activa comunicación con la región
caribe, o mejor dicho Centroamérica hacía parte del Gran Caribe. Esta región
comprende la península de Yucatán en México, el Istmo Centroamericano, gran
parte de las Antillas, y porciones de las costas atlánticas de Venezuela y Colombia.
De estos vínculos el más importante se estableció con Cuba, en este caso los
intercambios se efectuaron a través del Buró Agrícola de la embajada de Estados
Unidos en San José, Costa Rica, que conectó con el Departamento Cubano de
Agricultura.397 Asimismo, se enviaron a Cuba, República Dominicana, Jamaica,
Venezuela y Honduras Británica muestras de las semillas centroamericanas.398
Además de que se canjeó material con Brasil y con algunos países fuera del
continente americano, entre ellos: China, Camboya, Ghana, Kenia y Mozambique.
Por último, resta decir que a través del uso de fertilizantes, insecticidas,
equipo técnico, materiales especializados, etc., se afianzo la apertura de un
mercado conectado con compañías estadunidenses, tal y como sucedió durante la
experiencia de la Junta de Educación General en el sur de Estados Unidos. Dicho
de otro modo, se ensancharon las rutas comerciales de la revolución verde. En este
sentido, debe remarcarse que aunque en un inicio estos productos llegaban como
parte de las donaciones de la FR, pasado el primer período de cooperación se
iniciaba un intercambio comercial como cualquier otro, esto muestra una cara no
siempre vista de la filantropía científica. En el siguiente capítulo se abordarán los
casos de Costa Rica y Guatemala a través de los incentivos generados por el PCCMM
395 Shaplen, Toward the Well-being, 1964, p. 112. 396 Carta de J. George Harrar a Donald L. Smith del 9 de junio de 1955, RAC, Collection R. F., Record Group 6.13, Series 1.1, Box 7, Folder 86. 397 Central American Cooperative Corn Improvement Project, Director´s Annual Report, 1956, RAC, Collection R. F., Record Group 6.13, Series 1.1, Box 6, Folder 69. 398 Labores desarrolladas durante 1958 por el Programa Cooperativo Centroamericano para el Mejoramiento de Maíz, RAC, Collection R. F., Record Group 6.13, Series 1.1, Box 6, Folder 71.
118
para la investigación y enseñanza agrícola, los cuales fueron incorporados para
ayudar a solventar el reducido número de personal capacitado.399
399 History and General Purpose of CACP, RAC, Collection R. F., Record Group 6.13, Series 1.1, Box 6, Folder 69.
119
Capítulo 3. La transnacionalización del PCCMM desde Costa Rica y Guatemala: Apoyos a la investigación, enseñanza y el programa
de becas en ciencias agrícolas de la FR
120
l objetivo de este tercer capítulo es estudiar el proceso de
transnacionalización del PCCMM desde los casos de Costa Rica y
Guatemala. Para ello, se considera la manera en que los apoyos de la FR
encauzados a través de las labores del PCCMM permitieron a instancias
costarricenses y guatemaltecas establecer rutas de intercambio con países fuera de
Centroamérica. Así, se analizan los apoyos dirigidos a la investigación y enseñanza
agrícola, uno de los circuitos de interrelación más importantes en la historia de la
revolución verde a nivel global. De este modo, el capítulo se divide en dos
secciones.
La primera, se ocupa del registro de los apoyos educativos otorgados por la
FR a cuatro instancias destacadas dentro de las labores del PCCMM: El Instituto
Interamericano de Ciencias Agrícolas (IICA), la Universidad de Costa Rica, el
Instituto Agropecuario Nacional de Guatemala (IAN) y la Universidad de San Carlos.
En la reconstrucción de las actividades de los centros de investigación se ejemplifica
con la exposición de algunos trabajos de intercambio fuera de la región
centroamericana, mientras que en el caso de las universidades se enfatiza el
fortalecimiento de la enseñanza agrícola a nivel superior con colaboración externa;
de este segmento se recupera el debate a propósito de la especialización y la
enseñanza práctica.
E
121
La segunda sección, se dedica al estudio del programa de becas en ciencias
agrícolas de la FR que a través de las acciones del PCCMM aumentó el número de
asignaciones a Centroamérica. Además de apoyar la proyección internacional del
PCCMM, el programa de becas constituyó un punto importante del curso del mismo,
por tanto, tomar registro de los apoyos otorgados a estudiantes y funcionarios
permitió establecer un parámetro para medir su efectividad e impacto. Esta
estrategia se justifica toda vez que la FR ─responsable de financiar los apoyos─
impuso como condición que los beneficiados retornaran a su país de origen para
desempeñarse profesionalmente en alguna dependencia privada o de gobierno
ligada al medio rural y a la producción agrícola, pues se afirmaba que la finalidad
última del programa de becas era incrementar el número de personal capacitado en
la región, mismo que llevaría adelante las actividades del PCCMM. De esta forma, se
abarca el proceso de solicitud y otorgamiento de las becas, el perfil de los becarios,
sus estancias de estudio en el extranjero ─en Estados Unidos, México y Colombia─
así como su inserción laboral al retornar a Centroamérica.
En los capítulos precedentes se expuso que una de las características más
sobresalientes de la revolución verde fue la rápida propagación de los avances
científicos y técnicos a través de flujos de información internacional, que para el
caso centroamericano se tradujo en su inserción en una red global de intercambio
relativo al maíz. Gran parte de estas conexiones fueron estructuradas por los
promotores de la revolución verde, en este caso por la FR. Debido a esto, se
consideró valioso que la investigación incluyera el análisis de los apoyos a la
investigación, enseñanza y el programa de becas, hasta ahora muy poco abordados
por la historiografía de la revolución verde. De forma tal que, sin descuidar el área
institucional, se pone al centro a los protagonistas y ejecutores del PCCMM, es decir:
a los estudiosos de la agronomía en Centroamérica. O lo que es lo mismo, se
destacan las conexiones humanas de la revolución verde.400
400 La apuesta por subrayar la dimensión humana de la circulación a través del programa de becas se alimenta de la propuesta de Ludovic Tournès y Gilles Scott-Smith, quienes sostienen que el reto de historiar estas iniciativas es analizar la forma en que los programas de becas configuraron patrones profesionales, disciplinas, instituciones y culturas nacionales, al tiempo de observar cómo los propios programas fueron moldeados por estos factores; para ello, se propone combinar una perspectiva de arriba hacia abajo centrada en las instituciones y un abordaje de abajo hacia arriba
122
3.1. Apoyos a centros de investigación y universidades La selección de los centros de investigación y universidades considerados en este
capítulo, se realizó en atención al volumen e importancia en el otorgamiento de
donaciones directas. La revisión de la lista de concesiones del período muestra que,
además del IICA, la Universidad de Costa Rica, el IAN y la Universidad de San Carlos,
sólo es equiparable el monto de las asignaciones concedidas a la EAP ubicada en
El Zamorano, Honduras.401 Es por ello que la recuperación de estos cuatro casos
prácticamente abarca la reconstrucción total de los estímulos de la FR a las
instancias de investigación y enseñanza superior en Centroamérica, asimismo se
integra una descripción general de la presencia de la EAP en la temática.
Para situar el impacto de estas transformaciones es conveniente subrayar
que el número de latinoamericanos que poseían grados avanzados en las ciencias
agrícolas era muy reducido. La OEA en colaboración con el IICA publicó en 1965 un
directorio de latinoamericanos con estudios de posgrado en el área agrícola, en el
que se indica que hasta ese año había un total de 497 profesionales divididos en
toda el área, México y Brasil encabezan la lista con 69 y 74 graduados
respectivamente.402 De la suma total, correspondía a Centroamérica un total de 66
personas dividido de la siguiente forma: a Costa Rica correspondían 24 maestros y
15 doctores, a Guatemala 4 maestros y 3 doctores, a Panamá 13 maestros y 3
doctores, a Honduras 2 maestros, a Nicaragua 1 maestro y a El Salvador 1
maestro.403 Este documento ofrece un estimado de importancia que da pauta para
una mejor comprensión del vigor de la iniciativa profesionalizante durante las
décadas de 1950 y 1960 en Centroamérica.
centrado en los actores. De esta forma, los autores indican que se logra establecer la conexión entre los programas de becas y la construcción y circulación del conocimiento a lo largo del siglo XX. Tournès & Scott-Smith, Global Exchanges, 2018, [libro electrónico]. Cabe mencionar que en el libro coordinado por estos autores, ocupado del estudio de los programas de becas que emergieron a lo largo del siglo XX y sus intercambios globales, entre los que destaca el programa de la FR, no se incluyó ningún texto que se ocupara de América Latina ni tampoco alguno que abordara el tema agrícola. De forma que el desarrollo de este aspecto en la presente tesis amplia la propuesta por ellos expuesta. 401 Ver ilustraciones 33, 34 y 35 en el anexo 2. 402 Organización de los Estados Americanos, Instituto Interamericano de Ciencias Agrícolas, Latinoamericano poseedores, 1965, p. 70. 403 Ibíd.
123
3.1.1. Instituto Interamericano de Ciencias Agrícolas, Costa Rica El IICA404 fue fundado en el año de 1942 en Turrialba, Costa Rica405 y desde 1948
se adscribió a la OEA. Desde su inicio fue uno de los centros más privilegiados en
fondos otorgados por la FR en el marco de las actividades del PCCMM. Entre los
proyectos más costosos dentro del período se cuentan: donaciones para el
desarrollo de recursos bibliotecarios junto a un programa de comunicación científica
(20 000 dólares), el establecimiento de un centro de información agrícola de alcance
latinoamericano (40 000 dólares), el fortalecimiento a programas cortos de estudios
de posgrado impartidos en el IICA (7 500 dólares para la compra de equipo), compra
de equipo para laboratorios (10 000 dólares) y gastos de viaje para personal del
instituto interesado en hacer parte de eventos internacionales o para la realización
de estancias de investigación (10 000 dólares).406
Según se indica, se trató de incentivos para la potencialización de las
comunicaciones científicas, este aspecto es remarcable pues la mayor parte de las
labores de edición e imprenta del PCCMM se realizaron en el IICA, entre ellas
sobresalen la preparación de los informes de las reuniones anuales y el análisis
estadístico de los rendimientos uniformes de maíz. Asimismo, es de destacarse que
dentro de las asignaciones se contemplaron apoyos para la movilidad del personal
del centro, este hecho es relevante debido a que estos viáticos se sumaron al
programa de becas, por lo que el fortalecimiento a la capacitación del personal se
estableció en una doble dimensión.
Otro rasgo a subrayar entre el vínculo del IICA y el PCCMM es que el instituto
fungió como sede de las primeras dos reuniones anuales, por lo que desde el inicio
asumió la responsabilidad de tareas de gran peso dentro del proyecto regional. Uno
404 Para mayor información sobre la creación y lineamientos del IICA consultar el capítulo 2. 405 La sede se estableció en la finca de Turrialba ubicada en la zona de paso del ferrocarril al Caribe. Picado menciona que el trasfondo estratégico de la selección de Costa Rica para hospedar al instituto iba más allá de lo idóneo de las condiciones ambientales, pues las instalaciones del IICA colindaban con la Finca La Hulera, plantación que constituía una de las más importantes estaciones experimentales dedicadas al hule en América Latina, cuyas investigaciones eran conducidas por el USDA. Esta estación se había instalado en el país debido a su óptima condición de “laboratorio” de pruebas ante el ataque del hongo Dothidella ulei, que afectaba las plantaciones de América del Sur. Para complementar el tejido de intereses, el primer director del IICA sería Earl N. Bressman, antiguo socio de Wallace y encargado entre 1941 y 1942 de la División Agrícola de OIAA, manejada por Nelson A. Rockefeller. Picado Umaña, “Conexiones de la revolución”, 2012, pp. 130-133. 406 The Rockefeller Foundation, Annual Report, 1954-1963, anexos de gastos.
124
de los más emblemáticos por su originalidad y alcance fue la preparación de una
bibliografía sobre el maíz para su distribución en Centroamérica407 con una tiraje
de 500 ejemplares. 408 El IICA tenía experiencia en estas labores pues con
anterioridad había preparado bibliografías para otros cultivos como el cacao y el
café.
Por otra parte, desde 1956, el IICA desarrolló indagaciones sobre las
condiciones de almacenamiento de semilla de maíz en Centroamérica. El instituto
se ocupó de esta labor a petición del Ministerio de Agricultura e Industria de Costa
Rica, que también pidió asesoría al Programa Agrícola Mexicano. En aquel
momento, Donald L. Smith, director del PCCMM y colaborador del programa
mexicano, indicó que desde su perspectiva Panamá era el país más avanzado en
este sentido409 gracias a la incorporación del uso de secadoras de semillas. Su
diagnóstico se sostenía en las observaciones que él mismo había realizado durante
su visita a Panamá y de las entrevistas que tuvo con Luis C. Arosamena, encargado
de la unidad de almacenamiento del STICA de Panamá.410 Smith agregaba que los
avances obtenidos en Panamá para el almacenaje de semilla, en buena medida
eran resultado de la colaboración que habían iniciado con The Arkansas Agricultural
Mission y de los trabajos que Panamá había completado en la certificación de
semilla de arroz desde 1952 con la labor de Kermit Stepenson.411 En cualquier caso,
Smith, sugirió al Ministerio de Agricultura e Industria de Costa Rica acercarse con
los ingenieros panameños.412
El creciente interés en el almacenamiento de semillas propició que, al año
siguiente, el IICA tomara la coordinación de una investigación conjunta con el PCCMM
y la Sección de Entomología de la OEE del Programa Agrícola Mexicano, para el
407 Boletín informativo, 1954, p. 1. 408 Carta de Angelina Martínez a R. H. Alle del 14 de febrero de 1958, RAC, Collection R. F., Record Group 6.13, Series 1.1 E, Box 13, Folder 155. 409 Carta de Donald L. Smith a J. Alberto Torres del 18 de mayo de 1956, RAC, Collection R. F., Record Group 6.13, Series 1.1 E, Box 12, Folder 146. 410 Ibíd. 411 Producción de semilla certificada en Panamá y su almacenaje, Luis C. Arosamena, RAC, Collection R. F., Record Group 6.13, Series 1.1, Box 6, Folder 70. Ver ilustración 26 en el anexo 2. 412 Con este propósito se destinaron fondos para que Carlos Roberto de Céspedes y Guillermo Muñoz Sandoval, de nacionalidad costarricense, visitaran la planta de conservación de semillas en Divisa, Panamá. Telegrama de J. Alberto Torres a Donald L. Smith, RAC, Collection R. F., Record Group 6.13, Series 1.1 E, Box 12, Folder 146.
125
estudio de los problemas en el almacenamiento de maíz en condiciones
tropicales.413 El proyecto tuvo una duración de tres años, durante los cuales se
evaluó la infraestructura y las prácticas de almacenamiento en la región
comprendida entre la estación de Cotaxtla, Veracruz, México y la de Divisa,
Panamá. El interés primordial de estas labores fue “la observación de los efectos de
los niveles del contenido de humedad en la semilla de maíz almacenada de modos
diferentes y bajo condiciones climatológicas húmedas y calientes”.414
La relevancia del tema residía en el hecho de que dentro de los programas
de experimentación con semillas de maíz se hacía necesario que la semilla se
procesara y se almacenara desgranada, es decir, separando los granos del olote y
de las hojas que recubren la mazorca. Esta no era una práctica generalizada ni en
México ni mucho menos en Centroamérica, ya que el maíz era habitualmente
almacenado por los campesinos con las mazorcas completas; este hábito era útil
en sitios en los que no se contaba con bodegas especializadas ni con sistemas de
ventilación, pues el olote y las hojas resguardaban las semillas de manera adecuada
y reducían su susceptibilidad a los insectos y la humedad. No obstante, este manejo
de las semillas no era útil a los fines comerciales ni a los de la experimentación
coordinada por la FR, pues el envío de semillas a largas distancias no era factible
con las mazorcas completas.
Ahora bien, debido a que no se proyectaba invertir en cambiar la
infraestructura destinada al almacenaje de semillas en la región, se consideró que
era necesario desarrollar un sistema que permitiera resguardar la semilla por un
periodo considerable y a bajo costo. Esta era una situación especialmente
preocupante para los centroamericanos, pues el resguardo de productos agrícolas
históricamente había sido uno de los retos más graves a vencer en el abasto de
productos dentro de la región, donde no era común la implementación de sistemas
de refrigeración o ventilación mecánica. La solución que ofreció la investigación fue
el uso de DDT en el tratamiento de las semillas previo a su empaque en bolsas de
413 Comunicaciones Científicas Agrícolas, Instituto Interamericano de Ciencias Agrícolas, Servicio de Intercambio Científico, Turrialba Costa Rica. RAC, Collection R. F., Record Group 6.13, Series 1.1 E, Box 13, Folder 154. 414 Ibíd.
126
algodón, bolsas de algodón con forro de plástico o bolsas de papel con tres capas
(teniendo la capa interior impregnada de asfalto).415
Además de la observación de los efectos nocivos que desde aquellos años
se conocía generaba el uso del DDT en productos de consumo humano y en el medio
ambiente por investigadores como Rachel Carson,416 es de destacarse que en la
perspectiva de los investigadores asociados a la FR era más adecuado bañar la
semilla con un producto químico y blindarla de los efectos no deseados que
conservar el método de almacenaje de mazorcas bien conocido en la región. Desde
otro ángulo, es posible afirmar que se trataba de una solución química a un
problema de infraestructura y transporte.
3.1.2. Universidad de Costa Rica, San José La Universidad de Costa Rica fue creada en el año de 1941 durante el gobierno de
Rafael Ángel Calderón Guardia y tuvo su primera sede en la ciudad de San José.
Desde su concepción, la universidad ha tenido un carácter público y ha gozado de
autonomía institucional, siendo administrada de forma tripartita entre la Asamblea
Universitaria, el Consejo Universitario y la Rectoría. Fue durante su primer año de
funcionamiento que la universidad creó la Facultad de Agronomía, la cual absorbió
a la Escuela Nacional de Agricultura fundada en el año de 1926. El cambio
sustancial de esta nueva iniciativa fue diseñar un plan de estudios que otorgó el
título de Ingeniero Agrónomo y no sólo el de Bachiller en Ciencias Agrícolas.
En aquel período, la formación del Ingeniero Agrónomo comenzó a estar
apoyada por materias de carácter obligatorio entre las que se encontraban
matemáticas, inglés, química, botánica, agronomía, horticultura y física, y por
materias electivas de acuerdo con la especialización elegida. Para la enseñanza,
las prácticas en cultivos y las labores de investigación, los estudiantes y profesores
contaban con las estaciones experimentales de San Pedro de Montes de Oca,
Alajuela, Fraijanes, Turrialba y en Santa Cruz de Guanacaste.
415 Ibíd. 416 Carson, Silent Spring, 2002.
127
Sobre la trascendencia de la fundación de la Facultad de Agronomía, Wilson
Picado menciona que la investigación agronómica adquirió mayor continuidad y se
fortaleció estrechamente asociada a la formación de profesionales en fitotecnia y
zootecnia, aunque también se desarrollaron las áreas de economía agrícola y
administración rural.417 Ahora bien, el mismo autor indica que a pesar de algunas
dificultades institucionales ─como presupuesto e infraestructura─ el país disponía
de una tradición de experimentación enriquecida mediante la difusión en revistas y
boletines, así como con la participación de actores privados como las cámaras de
agricultores y los empresarios innovadores. 418 En consecuencia, si bien la
institucionalidad estaba aún en formación, existía un tejido de contactos y redes
privadas a través de las cuales circulaban los conocimientos agronómicos de la
época.
Sin embargo, desde la óptica de científicos involucrados en el manejo del
PCCMM, la existencia de estas redes de discusión agronómica y la creación de la
Facultad de Agronomía no eran suficientes para la resolución de los problemas de
investigación y enseñanza agrícola en el país. Quien expuso con mayor amplitud
este tema, fue Alfredo Carballo Quirós, coordinador del PCCMM entre 1954 y 1959.
En una larga misiva del año 1958, dirigida a Edwin J. Wellhausen ─Director del
Programa Agrícola Mexicano─ Carballo expresó que:
Los orígenes de prácticamente todos los problemas centroamericanos radican directa o indirectamente, en el empirismo; en la falta de técnicos suficientemente capacitados para hacer frente a los problemas y buscarles la solución más adecuada. Y esto es cierto no solamente en la agricultura, sino que lo es también en economía, educación y, en fin, en todas aquellas actividades en que se requiera un amplio conocimiento de cualquiera de las ramas del saber humano para encontrarle solución a los problemas que surgen a diario en una región donde pueblos y gobiernos están empeñados en un desarrollo creciente de la actividad nacional; la producción, la industria, etc.419
Para Carballo, el empirismo había conducido a Costa Rica a la reproducción
de un sistema de enseñanza que promovía la formación de sabelotodos o
417 Picado Umaña, “Conexiones de la revolución”, 2012, pp. 144. 418 Ibíd., p. 145. 419 Carta de Alfredo Carballo Quirós a Edwin de J. Wellhausen del 1° de agosto de 1958, RAC, Collection R. F., Record Group 6.13, Series 1.1 E, Box 13, Folder 155.
128
seudocientíficos que brotaban “precisamente cuando la evolución natural y los
problemas que ella apareja, se convierten en asuntos complicados para quienes
quedaron atrás en sus conocimientos pero siguen en puestos de responsabilidad
en la Administración Pública o en el manejo de empresas privadas”.420 Según se
observa, el debate de fondo era la formación de personas capacitadas en el sentido
práctico de la agricultura o de profesionistas especializados para la resolución de
problemáticas específicas del país y la región. Así, Carballo expuso a Wellhausen
dos alternativas, que desde su perspectiva solventarían la que a su juicio era una
severa desventaja en la preparación agrícola y factor que mantenía “a la agricultura
estancada, al agricultor empobrecido o a penas “pasando” de sus parcelas y a las
economías nacionales estancadas”421: a) Preparar técnicos locales hasta los niveles de Ingenieros Agrónomos, M. S. y aún
doctores. Y/o b) Contar con el asesoramiento técnico PERMANENTE Y CONSTANTE que
técnicos extranjeros de los niveles indicados pudieran darle EN TODAS O CASI TODAS LAS RAMAS DE LAS CIENCIAS AGRÍCOLAS.422
Dicho de otra forma, Carballo proponía a Wellhausen interceder para que la
FR asumiera la preocupación por apoyar a Costa Rica, en el sentido de incentivar la
renovación nacional en la formación agrícola o en la extensión de un programa para
que desde el extranjero se guiara la formación de los costarricenses. Su
posicionamiento es indicativo de la confianza que sentían algunos científicos ─como
Carballo─ en la participación activa de agencias internacionales en la formación de
nuevas generaciones. Además, es muestra de la convicción que sentían por
adherirse al modelo científico de la agricultura estadunidense.
Por lo que refiere específicamente a la Universidad de Costa Rica, Carballo
afirmaba que los egresados de la Facultad de Agronomía habían realizado mucho
por incentivar en la medida de sus limitadas posibilidades el avance en la
investigación y divulgación agronómica.423 Empero, se hacía necesario avanzar
más en materia de investigación y especialización mediante el establecimiento de
420 Ibíd. 421 Ibíd. 422 Ibíd. 423 Ibíd.
129
centros de estudios de posgrado. Carballo consideraba que estos avances además
fortalecerían las labores del PCCMM, indicaba así que: En nuestros programas de mejoramiento de maíz, los primeros resultados en rendimientos son fáciles de obtener cuando recién se comienza con el programa; los aumentos posteriores son más difíciles y hay entonces que considerar y tratar de controlar aquellos factores que afectan el rendimiento, como enfermedades y plagas, etc., y entonces se requiere no sólo el concurso de un genetista que investigue fuentes de resistencia, sino que también el de un patólogo, un entomólogo, etc., que utilicen eficazmente en esos campos de su especialidad. Escoger una mejor variedad local en una prueba de rendimiento; efectuar una selección masal, etc., son trabajos sencillos que cualquiera con un cierto nivel de preparación puede realizar con éxito. Pero mejorar unas líneas puras; endocriar o retrocruzar en busca de fuentes de resistencia o elevar el rendimiento de un cruzamiento doble, no son trabajos sencillos que cualquiera con un entrenamiento más o menos ligero pueda hacer. Ya aquí se requieren los servicios aunados de más de un especialista, para que los esfuerzos de cada uno conduzcan al conocimiento del origen verdadero de problemas tan complejos como los que a diario surgen conforme se perfecciona y avanza un programa de investigación o experimentación.424
Igualmente, Carballo contrastaba la situación de Costa Rica con la del resto
de los países centroamericanos en donde, a su juicio, la situación era más
complicada pues aún existían escuelas dedicadas a la formación de Peritos
Agrícolas y no de Ingenieros Agrícolas, era el caso de Guatemala, Nicaragua,
Panamá, Honduras y El Salvador. Se indicaba así que las deficiencias en la
formación de los Peritos, comenzaban incluso desde el proceso de admisión, pues
por lo general los aspirantes no habían completado una educación secundaria,
debido a lo cual se encontraban en serias desventajas para poder aprovechar
cursos más especializados.
Aún más, debido a que la formación de un Perito era de carácter técnico, sus
egresados no se encontraban en posibilidades de realizar estudios de posgrado en
el extranjero, pues primero debían estudiar una ingeniería o un B. S. (licenciatura).
Esta situación hacía que avanzar en estudios profesionales fuera un camino poco
atractivo para quienes con el título de Perito Agrícola obtenían empleo en una
instancia de gobierno o de la iniciativa privada. Para Carballo la solución más
contundente era el cierre de las escuelas agrícolas dedicadas a la formación de
424 Ibíd.
130
Peritos o, en sus palabras, “buenos capataces de las haciendas”; y en su lugar,
invertir en el fortalecimiento de universidades con estudios profesionales y de
posgrado. 425
Globalmente, Carballo pedía a Wellhausen que interviniera a favor de la
extensión de los fondos destinados a la inversión en mejoras en la investigación y
enseñanza agrícola, al tiempo de promover que el programa de becas de la FR se
hiciera más amplio y permitiera a los Peritos acceder a estudios en el extranjero, sin
la necesidad de tener que hacer estudios de Ingeniería primero. Asimismo, el
coordinador del PCCMM, sugería que esos fondos podían hacerse de manera
conjunta con otras instancias que también extendían becas a centroamericanos,
como la FAO, la Fundación Ford y el IICA. Como se verá en la segunda parte de este
capítulo, la tendencia del programa de becas fue la de incrementar el número de
asignaciones, sin embargo, algunos de los beneficiados no pudieron llegar a obtener
un título de posgrado debido a que eran Peritos Agrícolas.
Desde un posicionamiento próximo al de Carballo, Robert D. Osler
─genetista en el Programa Agrícola Mexicano y Director del PCCMM─ sostenía que
“conforme se tecnifica la agricultura, se requiere personal más altamente entrenado,
de una preparación académica más sólida, más especializado en las diversas fases
de la agronomía,” 426 mismo que, según su visión, no se adquiere al nivel del
Ingeniero Agrónomo o del Bachiller en Ciencias. Más aún, indicaba que “muchos
técnicos se ven en verdaderas dificultades en salir avante cuando se encuentran
con un agricultor bien informado. Los servicios de información, la radio, los
periódicos y revistas, la televisión, etc., llevan constantemente al agricultor
información especializada y detallada, con la cual el técnico agrícola no puede correr
parejo.”427 De esta forma, invitaba a los integrantes del PCCMM a que los esfuerzos
se apuntaran en esa dirección arguyendo que “si se habla de integración
centroamericana, eliminación de fronteras, etc., ¿Por qué no comenzar a hablar ya
del problema de la inopia de técnicos en Centroamérica?”428 425 Ibíd. 426 Mejoramiento de Maíz en el Programa Cooperativo de la América Central, Robert D. Osler, RAC, Collection R. F., Record Group 6.13, Series 1.1, Box 6, Folder 70. 427 Ibíd. 428 Ibíd.
131
En cualquier caso, las donaciones concedidas a la Universidad de Costa Rica
para el mejoramiento de las instalaciones y equipamientos de la Facultad de
Agronomía fueron importantes y encaminaron hacia la especialización. La suma
total de las mismas fue de 60 000 dólares.429 Es menester mencionar que algunas
de las donaciones que recibió la universidad fueron enviadas a través de los
transportes de la UFCO, pequeño signo de la colaboración entre la FR y algunas de
las grandes compañías agrícolas de capital estadunidense con operaciones en
Centroamérica.430 Otra asociación entre la UFCO y la FR, referida en el capítulo
anterior, fue la integración de la EAP ─fundada por la compañía en Honduras en el
año de 1942─ a las labores experimentales del PCCMM, siendo así beneficiada por
un número importante de donaciones. A manera de ejemplo, se destaca la donación
de 75 000 dólares que recibió en 1961 para ayudar a cubrir los gastos de equipo de
campo y de laboratorio, así como también financiar un curso de actualización y
recursos bibliotecarios.431
3.1.3. Instituto Agropecuario Nacional, Guatemala El Instituto Agropecuario Nacional de Guatemala (IAN) fundado en 1944, fue creado
por cultivadores de Cinchona y el USDA para el impulso de trabajos con maíz, frijol,
arroz, trigo, café y hule, a través de sus áreas de investigación y extensión agrícola.
Debido al avance en sus pesquisas sobre maíz el instituto fue incorporado a la red
de colaboradores del PCCMM, de manera que un número importante de su personal
se involucró en las labores de experimentación. En 1965 el IAN fue absorbido por el
Ministerio de Agricultura de Guatemala y su área de investigación quedó
reconfigurada en la Dirección General de Investigación, el cambio fue concluyente,
pues desde ese momento se cerró el financiamiento del USDA y quedó bajo el
mantenimiento y supervisión del gobierno guatemalteco.
Durante la década de 1950, el IAN destacó por sus labores agrícolas, siendo
además un importante colaborador en la creación de la Facultad de Agronomía en
429 The Rockefeller Foundation, Annual Report, 1954-1963, anexo de gastos. 430 Carta de Leonard A. Manuel a F. Baudit M. del 12 de julio 1956, RAC, Collection R. F., Record Group 6.13, Series 1.1 E, Box 12, Folder 146. 431 The Rockefeller Foundation, Annual Report, 1961, anexo de gastos.
132
la Universidad de San Carlos. Debido a que el IAN compartía instalaciones con la
Escuela Nacional de Agricultura en la finca “La Aurora”, Alameda Chimaltenango y
la finca cafetalera Bárcena, se realizaron proyectos coordinados con estudiantes y
profesores en la prueba de las semillas del PCCMM. Cabe mencionar que esta
escuela era colaboradora de la UFCO, pues había recibido donaciones para realizar
mejoras y además, la compañía empleaba en sus fincas a los peritos egresados.
No obstante, esta situación cambió cuando la compañía decidió fundar la EAP en el
Zamorano, Honduras.432
Ahora bien, entre 1954 y 1963 la FR otorgó al IAN un total de 73 780 dólares,
destinados a la compra de terrenos para extender las estaciones experimentales, la
compra de equipo de laboratorio y para fortalecer los trabajos de extensión
agrícola.433 Asimismo, se otorgaron fondos para que personal del instituto realizará
viajes de investigación, este rubro fue el más importante para la
transnacionalización de las actividades del PCCMM a través de IAN.
Uno de los casos que mejor ilustra este aspecto es el de Eugenio Schieber,
a cargo del Departamento de Patología Vegetal del IAN, quien recibió financiamiento
en 1964 para realizar un viaje de investigación a África. El objetivo de su viaje fue
evaluar la incidencia de plagas y enfermedades que afectaban al maíz, así como
también observar la adaptación de variedades desarrolladas en México, Colombia
y Centroamérica en diferentes áreas del continente africano.434 A pesar de que los
padres de Schieber eran de origen alemán, Schieber había residido desde niño en
Guatemala por lo que realizó sus estudios en aquél país obteniendo el título de
Perito Agrónomo en 1949 en la Escuela Nacional de Agricultura. Años más tarde,
en 1957, recibió una beca de la FR para la realización de sus estudios de M. S. en la
Universidad de Wisconsin dentro del marco de las actividades del PCCMM. De
manera que Schieber mantenía contacto con miembros del Programa en Ciencias
Agrícolas de la FR, situación que favoreció que le otorgaran los medios para realizar
su investigación en África.
432 Castillo Montejo, “La enseñanza agrícola”, 2007, p. 51-55. 433 The Rockefeller Foundation, Annual Report, 1954-1963, anexo de gastos. 434 The Rockefeller Foundation, Personal History Record and Application for Travel Grant, Eugenio Schieber Herbstreuter, RAC, Collection R. F., Record Group 1.2, Series 319 E, Box 2, Folder 11.
133
Schieber era especialista en el estudio de las royas que atacaban a los
cultivos de maíz, en particular de las variedades P. zeae (roya de Guatemala), P.
sorghi y P. polysora, las de mayor incidencia en Centroamérica. Los países más
afectados eran Guatemala y El Salvador, de hecho 1960 fue el año en que se afectó
un mayor volumen de la producción.435 Para el caso de África, la variedad de roya
que más incidía en los cultivos de maíz era P. polysora, considerada un tipo de roya
propia del continente americano que había llegado a África en el año de 1949,
devastando extensos cultivos en Ghana y Nigeria. El tema no era menor, si
apuntamos que en aquellos años Sudáfrica era el tercer exportador a nivel mundial
de maíz, por lo que se buscaba evitar la extensión de las epidemias. Además de
esto, en muchos países africanos el cultivo de maíz representaba un volumen
importante en la alimentación humana, mientras que en otros era el principal forraje
ganadero.436 Como dato adicional, Rhodesia ─actual República de Zimbawue─ fue
el segundo país (después de Estados Unidos) en sembrar maíz híbrido
comercialmente.437
Para el diseño de su gira, Schieber contó con las sugerencias de diferentes
investigadores de la FR con experiencia en África, entre ellos: Edwin J. Wellhausen,
Ralph Richardson y John McKelvey. Sumado a esto, Schieber recibió la asesoría
de Robert C. Moncur y Francis J. LeBeau del USDA, quienes le ayudaron a establecer
contactos previos a su visita a África.438 Durante su viaje, el guatemalteco visitó
Ghana,439 Nigeria, Etiopia, Kenia, Uganda, Rhodesia, Sudáfrica, Angola y Portugal,
desde dónde voló hacia Nueva York para entrevistarse con miembros de la FR antes
de su retorno a Guatemala.
Además de la observación de los cultivos de maíz en los diferentes países y
de la serie de entrevistas con funcionarios y científicos africanos, Schieber dictó
435 Corn Stunt Disease in Guatemala, Eugenio Schieber and Manlio Castillo, RAC, Collection R. F., Record Group 1.2, Series 319 E, Box 2, Folder 11. 436 Carta de Robert C. Moncure a Francis J. LeBeau del 14 de abril de 1962, RAC, Collection R. F., Record Group 1.2, Series 319, Box 2, Folder 11. 437 Carta de M. N. Harrison a Eugenio Schieber del 29 de abril de 196, RAC, Collection R. F., Record Group 1.2, Series 319, Box 2, Folder 11. 438 Report of Observations and Study of Maize Diseases in Africa, Eugenio Schieber, 1964, RAC, Collection R. F., Record Group 1.2, Series 319, Box 2, Folder 12. 439 Ver ilustración 36 en el anexo 2.
134
varias conferencias sobre los tipos de roya que se conocían en América. Para ello,
utilizó proyecciones a color que mostraban los efectos de las royas en los cultivos.
Asimismo, Schieber registró que entre las principales variedades latinoamericanas
sembradas en aquel período en África sobresalía, aunque con alto grado de
susceptibilidad a las royas, Cuzco proveniente de Perú.440 De igual forma, corroboró
algunas de las observaciones mencionadas con anterioridad por algunos científicos
africanos al respecto de que las variedades de maíz colombiano eran por su
adaptabilidad al clima africano más adecuadas respecto de las mexicanas.441
Entre los resultados y propuestas más destacados del reporte final de
Schieber se encuentran: 1) Los cultivos de maíz de la región oeste de África eran
los más afectados por la roya del tipo P. polysora, 2) El programa inicial de la FR en
Nigeria permitiría ayudar al resto de los países vecinos a enfrentar las plagas
vegetales, 3) Etiopia era el país menos avanzado en investigación sobre el cultivo
de maíz, por lo que las variedades desarrolladas en América Latina serían de gran
utilidad para realizar siembras iniciales, 4) Las estaciones experimentales de Kenia
eran las más idóneas para arrancar la selección de variedades de maíz con mayor
grado de resistencia a la roya P. sorgui, 5) En Sudáfrica la principal plaga era la
variedad de tizón Helminthosporium turcicum, un problema en común con México,
por lo que indicaba que un trabajo coordinado con el Programa Agrícola Mexicano
sería de gran provecho, 6) A su juicio, la estación de Nueva Lisboa en Angola se
encontraba en buenas condiciones para avanzar en nuevas técnicas de
experimentación que impulsaran un Corn Belt africano, y 7) Proponía que los
jóvenes cultivadores y fitopatólogos de África realizaran estancias de estudio en el
CIMMYT.442 Estas recomendaciones fueron integradas paulatinamente.
El viaje de Schieber, a través del PCCMM, sirvió a propósitos más amplios del
PIMCA y especialmente de la División destinada al maíz, entonces bajo la
responsabilidad de Edwin J. Wellhausen, al evaluar la pertinencia de las nuevas
generaciones de semillas en África. Más aún, la investigación de Schieber ─hasta 440 Carta de Eugenio Schieber a Ralph W. Richardson del 17 de junio de 1965, RAC, Collection R. F., Record Group 1.2, Series 319, Box 2, Folder 12. 441 Carta de Edwin J. Wellhausen a M. N. Harrison del 18 de mayo de 1960, RAC, Collection R. F., Record Group 6.13, Series 1.1, Box 1, Folder 3. 442 Ibíd.
135
entonces única en su tipo─ no sólo fue altamente apreciada por la FR pues también
generó interés por parte de compañías semilleras. Ejemplo de esto, es la solicitud
de Asgrow Seed Company para adquirir una copia del reporte de Schieber, el cual,
según se indica, sería de gran utilidad para la expansión comercial que la compañía
planeaba iniciar en África en la venta de semillas híbridas de maíz. 443
Lamentablemente en el RAC no se consigna la respuesta enviada a la compañía, no
obstante, es indicativo del valor que tenían estas investigaciones en el sector
privado, así como del nivel del PCCMM a escala internacional. Ahora bien, lo que sí
quedó registrado fue el envío de copias del reporte de viaje a las instancias que
recibieron al fitopatólogo durante su visita a África.
Aunado a esto, Schieber tenía experiencia en el manejo de enfermedades en
papas, gracias al trabajo que había tenido oportunidad de realizar junto a J. S.
Niederhauser ─responsable dentro de la sección de papas del PIMCA─ por lo que
tras sus observaciones en África, recomendó al programa extender la colaboración
hacía aquella región mediante el intercambio de las variedades mexicanas anita,
conchita y clarita con Rhodesia y Angola.444
Además de estas labores, Schieber era Consejal de la División del Caribe de
la Sociedad Americana de Fitopatología, por lo que muchos de sus avances en
investigación sobre México, Centroamérica y África fueron presentados en los
encuentros de la sociedad. Estás presentaciones fueron replicadas dentro de las
reuniones anuales del Programa Cooperativo Centroamericano para el
Mejoramiento de Cultivos Alimenticios, continuador del PCCMM.
3.1.4. Universidad de San Carlos, Guatemala La Universidad de San Carlos fundada en el año de 1676, durante el período
colonial, es una de las instituciones educativas más antiguas del continente
americano. Al igual que la mayoría de las universidades de aquél período sus
antecedentes se encuentran asociados a congregaciones religiosas, en este caso
443 Carta de Asgrow Seed Company a The Rockefeller Foundation del 3 de marzo de 1965, RAC, Collection R. F., Record Group 1.2, Series 319, Box 2, Folder 12. 444 Carta de Eugenio Schieber a John S. Niederhauser del 25 de diciembre de 1964, RAC, Collection R. F., Record Group 1.2, Series 319, Box 2, Folder 11.
136
con el Arzobispo de Milán, San Carlos de Borromeo quien gestionó su desarrollo y
en honor a quien lleva su nombre la universidad. Sus primeras instalaciones se
ubicaron en Antigua, Guatemala; no obstante, a raíz del terremoto de 1773 se mudó
a la ciudad capital de Guatemala. Fue hasta 1946 que la universidad recibió
financiamiento para la creación de su Ciudad Universitaria en dónde se afincaron
sus 10 facultades, entre ellas la de Agronomía creada en 1950.
La iniciativa por crear la Facultad de Agronomía provino de un núcleo de
profesores preocupados porque la universidad impulsara la profesionalización de la
enseñanza agronómica en el país, pues al igual que en Costa Rica, el mayor título
otorgado por el sistema educativo guatemalteco ─a través de la Escuela Nacional
de Agricultura─ era el de Perito Agrícola. Ahora bien, para lograr el financiamiento
necesario para la construcción de un edificio independiente, la compra de equipo de
laboratorio, la formación de una biblioteca especializada y la renovación del plan de
estudios, este grupo de profesores adscrito a la Universidad de San Carlos recurrió
a apoyos de la FR y del Programa de Alianza para el Progreso. 445 Entre los
integrantes de este grupo de profesores se cuenta a algunos científicos asociados
a las actividades del PCCMM, como el Ing. Agrónomo Armando Fletes
(posteriormente becario de la FR), y el Ing. Químico Mario Brauner.
Entre 1954 y 1957 la FR otorgó una suma de 20 000 dólares destinados a la
compra de material de laboratorio, suplementos y libros. Si bien se trató de un monto
importante fue hasta el año de 1957 que la Facultad de Agronomía comenzó a
recibir un flujo constante de donaciones a través de la iniciativa “Programa para la
educación agrícola”, que inició a través de la Agencia Internacional para el
Desarrollo de Estados Unidos (USAID por sus siglas en inglés United States Agency
for International Development). Después, se sumó a las actividades Alianza para el
Progreso y extendió su objetivo para apoyar la profesionalización de la enseñanza
en ingeniería agrícola en Guatemala. Otros colaboradores fueron: la Universidad de
San Carlos, Kentucky University, la USAID y, en menor medida, la FR.
Alianza para el Progreso fue un programa de política exterior impulsado por
el presidente de Estados Unidos John F. Kennedy en el año de 1961, la idea básica
445 Ver ilustraciones 30, 31 y 32 en el anexo 2.
137
del programa era promover el desarrollo en América Latina a través de la ayuda
estadunidense al tiempo de restar condiciones materiales para el avance del
comunismo; no obstante, las metas alcanzadas fueron muy cortas. La historiografía
sobre el tema generalmente se divide en dos posiciones. La primera, indica que los
asesores políticos de Kennedy se preocupaban verdaderamente por el desarrollo
del Tercer Mundo, por lo que se explica el fracaso del proyecto debido a las acciones
de las élites y grupos de interés latinoamericanos, al que se sumó la muerte de
Kennedy ocurrida el 22 de noviembre de 1963, con la cual se cortó la continuidad
del programa.446 La segunda, sostiene que la administración Kennedy no logró crear
políticas excepcionales y originales, ya que sus propuestas ─incluyendo a Alianza
para el Progreso─ eran resultado de una inercia en la tradición estadounidense de
búsqueda de la hegemonía política en el Hemisferio Occidental. Bajo esta
perspectiva, los impulsos desarrollistas no alcanzaron para que el breve gobierno
de Kennedy se desmarcara de la tendencia general resultante de la Segunda
Guerra Mundial.447
Para el caso de Guatemala, es de destacarse que, en la opinión de Levi J.
Horlacher ─redactor del informe del proyecto y Director del Programa desde
Kentucky─ el modesto tamaño del programa en educación agrícola en San Carlos
había permitido que los resultados fueran más provechosos y más duraderos en
comparación con iniciativas más ambiciosas.448 El programa tuvo una duración de
siete años, iniciando en 1957 y terminando en 1963, y la suma total de los gastos
del proyecto fue de 236 835 dólares, parte de las donaciones fue entregada por la
FR.449
La prioridad del programa fue apoyar la profesionalización de la carrera de
ingeniero agrónomo mediante la asesoría de profesores de Kentucky University.
Para tal efecto, una de las primeras labores de este equipo fue la evaluación de los
446 En esta línea destacan: Levinson, The Alliance That Lost, 1972; Latham, Modernization as Ideology, 2000, y Schlesinger, A Thousand Days, 2002. 447 Dentro de este grupo sobresalen: Rabe, The Most Dangerous, 1999; Taffet, Foreign Aid, 2007; y Field, Minas, balas, 2016. 448 Program of Agricultural Education in Guatemala, Alliance for Progress, 1963, RAC, Collection R. F., Record Group 1.2, Series 319, Box 2, Folder 13. 449 Ibíd.
138
planes de estudio y de las condiciones de enseñanza para la elaboración de una
propuesta de reforma. Llama la atención la observación de que el sistema existente
promovía un enfoque práctico de la agricultura antes que uno conducente a la
especialización, en palabras del redactor del informe: La filosofía educativa prevaleciente en Guatemala, especialmente la referente a la agricultura, es que un hombre debe saber de todo, la antítesis de la especialización. Esta es la principal razón debido a la cual el plan de estudios está constituido en su presente forma. En otras palabras, en lugar de encontrar necesario llamar a cinco o diez hombres para resolver un problema, se espera que un solo hombre sea capaz de resolverlo. En consecuencia, su educación debe prepararlo para asumir esta responsabilidad.450
Según se observa, la situación era muy similar a la anteriormente descrita
para el caso de la Universidad de Costa Rica desde la perspectiva de Carballo.
Ahora bien, pensando en la preminencia que tenía el cultivo de maíz en el país y
siendo Guatemala uno de los principales promotores del PCCMM en Centroamérica,
no es difícil suponer que las mejoras en la preparación de agrónomos se valoraba
en la medida en que se encontraran en capacidad de avanzar más en el desarrollo
de variedades hibridas de maíz. De manera que se reformó el plan de estudios para
integrar con mayor profundidad materias de genética vegetal, específicamente las
referentes a experimentos mendelianos, que según se indica, tendrían que tener
demostraciones aplicadas al maíz. 451 Otra área de gran interés fue la de
entomología, en este caso las sugerencias las realizó el Dr. Juan G. Rodríguez de
Kentucky University, quien tenía experiencia en los trabajos de experimentación del
Programa Agrícola Mexicano y del propio PCCMM.452 Igualmente, se insistió en la
importancia de incluir materias especializadas en biometría y estadística avanzada,
así como en la extensión de las materias de ciencia animal, en especial en lo
referente a nutrición y forrajes.
Aunque también se incentivó la especialización de los laboratorios para el
manejo de semillas a través de la renovación de criterios de clasificación y
almacenamiento, se indicó que esa era una labor que se beneficiaría mucho de la
450 Ibíd. 451 Ibíd. 452 Ibíd.
139
asociación de la universidad con empresas semilleras, por lo que no se destinó
suficiente presupuesto. Una vez más, se hace presente la vertiente comercial de
todos estos proyectos que apoyaron la creación y extensión de la revolución verde.
Si bien es cierto que se realizaron modificaciones de importancia, el plan de
estudios en San Carlos sólo se reformó parcialmente, pues a criterio de los
directivos de la universidad, Guatemala debía hacer un progresivo tránsito hacia la
especialización pues las exigencias del gobierno y de la iniciativa privada
demandaban amplias habilidades a los estudiosos de la agronomía.453 Aun así, la
evaluación de los beneficiados por el programa fue en lo general favorable, y como
gesto de agradecimiento se otorgó el título de profesor honorario a Levi J.
Horlacher.454
El programa también generó interés fuera de Centroamérica, así lo corrobora
el registro de personalidades asociadas al medio agronómico que visitaron San
Carlos, entre ellas: el Dr. Philip Blackerby de la Fundación Kellogg, el Dr. L. A. Laing
de la Universidad de Londres y UNESCO (por sus siglas en inglés United Nations
Educational, Scientific and Cultural Organization), el Ing. Leonel Robles G. de la
Escuela de Agricultura de Monterrey, México, Mr. Philip Cochin del Fondo Especial
de la ONU y el Dr. C. H. Kuile también de la ONU. Igualmente hubo visitas continuas
por parte de personal de la FR asociado al Programa en Ciencias Agrícolas, por la
frecuencia de sus viajes sobresale el Dr. Lewis M. Roberts, Director del Programa
Agrícola Colombiano entre 1954 y 1958, y Director Asociado de la División de
Agricultura de la FR desde 1960.
A pesar de los cambios políticos en Guatemala, ocurridos entre el golpe
militar contra el gobierno de Jacobo Arbenz y el derrocamiento de la presidencia de
Miguel Ydigoras Fuentes en 1963, la Universidad de San Carlos logró mantener su
autonomía y algunas prebendas, una de las más importantes fue la de ser autoridad
en la revalidación de estudios realizados en el extranjero para la labor profesional
en Guatemala. En aquel período la institución había consolidado su posición como
principal centro de estudios profesionales en agronomía, registrando un número
453 Ibíd. 454 Ibíd.
140
creciente en la matricula que para el año de 1963 fue de 5 777 alumnos en la
Facultad de Agronomía ubicada en la Ciudad Universitaria de Guatemala.455 Puede
decirse que en buena medida fue resultado de las mutaciones que sufrió el plan de
estudios y de las transformaciones dirigidas a la especialización. Ahora bien, una
aspiración de los guatemaltecos que no se cumplió en aquél período fue la creación
de una división de estudios de posgrado, meta que tampoco se logró en Costa Rica.
3.2. El programa de becas de la FR para la movilidad de centroamericanos hacia México, Colombia y Estados Unidos: Capacitación técnica y estudios de posgrado En 1914 la FR otorgó sus primeras becas escolares, sin embargo, fue en 1917
cuando creó el Programa de Becas que hasta la década de 1970 había beneficiado
a un estimado de 10 000 personas en todo el mundo.456 Desde sus primeros años
en funcionamiento, este programa estableció una relación de colaboración muy
estrecha con otros de los proyectos de la FR, fomentando así las conexiones e
intercambios entre las regiones en las que operó. En efecto, uno de los rasgos
distintivos de la filantropía científica de la FR fue su internacionalismo.457 Al respecto
de este concepto, Tournès y Scott-Smith indican que desde 1910 y en especial
después de la Primera Guerra Mundial, los programas de becas comenzaron a ser
utilizados no sólo como instrumentos de la política nacional sino también como
medio para desarrollar la cooperación internacional y el entendimiento recíproco.458
De esta forma, el internacionalismo consideró la movilidad de personas e ideas
como una herramienta capaz de promover la paz a través de la creación de una
“mente internacional”.459 En este sentido, los becarios centroamericanos del área
agrícola se distinguen de otros grupos latinoamericanos al haber tenido un
455 Program of Agricultural Education in Guatemala, Alliance for Progress, 1963, RAC, Collection R. F., Record Group 1.2, Series 319, Box 2, Folder 13. 456 Tournès & Scott-Smith, Global Exchanges, 2018, [libro electrónico]. El programa de becas de la FR se inspiró en los lineamientos del programa de becas Rhodes. 457 Ibíd. 458 Ibíd. 459 Ibíd.
141
intercambio muy próximo con los programas agrícolas de México y Colombia, es
decir más allá de las instancias estadunidenses.
Fernando Quesada ─estudioso del programa de becas de la FR en Chile─
apunta que las ciencias agrícolas fueron de las áreas más promovidas por las
agencias extranjeras en América Latina, sólo superadas por los apoyos a las
ciencias médicas y de la salud. Esta opinión es compartida por Mercedes A.
Jiménez 460 y Marcos Cueto, 461 quienes reconocen que el programa de becas
agrícolas de la FR contribuyó de forma permanente a la profesionalización de la
ingeniería agrícola y el fomento a los estudios de posgrado. El caso más
emblemático es México con la creación del Colegio de Postgraduados asociado a
la ENA de Chapingo, primera institución de estudios de posgrado agrícolas en
México y Centroamérica.
En tanto, Wilson Picado462 sugiere que en Centroamérica la irradiación de la
renovación en la investigación fue resultado del encuentro de las labores del IICA y
el STICA, ambos espacios coordinados intensamente con agencias
estadounidenses, a cuya labor de sumó la actividad del PCCMM. Sobre los alcances
internacionales del PCCMM, Picado sugiere que en buena medida la velocidad de
sus efectos fue resultado de su vinculación con la organización constante de
conferencias regionales destinadas al intercambio de avances y resultados de la
investigación sobre el maíz, “estas prácticas eran evidencias, en la escala regional,
de lo que estaba sucediendo a nivel mundial en cuanto a los procesos de producción
e intercambio de conocimientos agrícolas”,463 de manera que puede afirmarse que
“el ir y venir de semillas era, en sentido metafórico, el ir y venir de conocimientos
mediante la preparación de agrónomos alrededor de la nueva tecnología y con la
capacidad de aprovechar la creciente estructura institucional para la investigación
agrícola”.464
Para el funcionamiento del PCCMM el programa de becas fue muy importante
y su valor quedó expresado desde su primera reunión en 1954. En aquella ocasión 460 Jiménez, “La Fundación Rockefeller”, 1990, p. 973. 461 Cueto, Missionaries of Science, 1994, p. XV. 462 Picado Umaña, “Conexiones de la revolución”, 2012, p. 181. 463 Ibíd., p. 183. 464 Ibíd.
142
Sterling Wortman ─primer director del PCCMM─ “informó sobre la existencia de
posibilidades de entrenamiento de larga y corta duración para personal de los
programas nacionales de mejoramiento de maíz en los centros de investigación en
México y Colombia”.465 A partir de entonces, la FR ─responsable de financiar los
apoyos─ impuso como condición que los beneficiados retornaran a su país de
origen para desempeñarse profesionalmente en alguna dependencia privada o de
gobierno ligada al medio rural y a la producción agrícola. Cabe mencionar que la FR
asignó este deber a todos los beneficiados del programa de becas desde que inició
su extensión en México.
Aunque a la FR correspondió asumir el financiamiento de los becarios, la
selección de los candidatos no fue una labor de ejecución exclusiva de ella, pues la
aprobación de los seleccionados era previamente pactada con los respectivos
Ministerios de Agricultura o con los centros de investigación asociados quienes
aseguraban un puesto de trabajo para los beneficiados. Por supuesto, la primera
intención de postulación provenía de la iniciativa personal de los interesados en
formarse dentro del programa de becas de la FR, de ahí que la integración de estas
personas deba comprenderse como la combinación de intereses en tres niveles: las
inquietudes y propósitos personales de los solicitantes, las prioridades
gubernamentales de cada país y los objetivos de la FR.
Cada uno de estos niveles abarca una comprensión distinta del propósito y
finalidad de la implementación de los avances científicos para la producción de maíz
en Centroamérica, principal objetivo del PCCMM. Esta diversa apropiación es
muestra de las complicaciones que afrontó el proyecto al involucrar a diferentes
actores, en este caso: a distintas instituciones de los seis países centroamericanos
y a la FR ─representante de la llamada “agricultura científica”. En suma, el análisis
de estos niveles da cuenta de los vaivenes en la implantación y/o adaptación en
Centroamérica de los modelos de estudio e investigación aplicada a la agricultura
creados en Estados Unidos, en específico de los vinculados a la revolución verde.
465 Proyecto Cooperativo Centroamericano para el Mejoramiento de Maíz, Primera reunión, 1954, p. 3.
143
3.2.1. Proceso de selección y registro de los apoyos Para valorar adecuadamente el tono de la relación entre el PCCMM y el programa de
becas de la FR conviene explicar la tipología de los apoyos, que se dividieron en tres
categorías:
1. Becas colaborativas
Este tipo de apoyos no eran necesaria ni exclusivamente de tipo económico,
pues su rasgo distintivo fue el tono de colaboración y beneficio recíproco. La
asociación para estas becas quedaba acordada entre alguna institución de
gobierno o educación que se vería favorecida de los estudios del beneficiado al
incorporarlo o ascenderlo laboralmente, así como a título personal del
beneficiado quien se comprometía a colaborar con las iniciativas de la FR. El
tiempo de postulación y los procesos de selección, eran los más largos y
rigurosos de todo el programa de becas, llegando a demorar algunos años antes
de cumplir con los requerimientos mínimos para ser considerado candidato.
Además, la evaluación de los resultados académicos era una constante, pues
en la mayoría de los casos culminó con la obtención de grados de M. S. y PH. D.
2. Becas escolares
Estos apoyos fueron en lo general para el pago de la matrícula, y gastos de
traslado y manutención de los beneficiados quienes se desplazaban al
extranjero para realizar estudios de posgrado o capacitaciones avanzadas.
También se pedía un acuerdo con alguna institución del país de origen y era
igualmente importante que el estudiante gestionara previamente la aceptación
para su incorporación al centro de estudio de su interés.
3. Premios de capacitación
Estos apoyos eran otorgados como premio a estudiantes que por su labor
destacada en alguno de los programas de la FR eran recompensados con el pago
de algún curso de capacitación en la rama de su interés, así como fondos para
su manutención y traslado. A diferencia de las becas estudiantiles que se
144
otorgaban a personas ya empleadas en algún centro de gobierno, los premios
tenían la perspectiva de incorporar laboralmente a los beneficiados en algún
programa de la FR.
Para el caso centroamericano las becas escolares fueron las más
numerosas, seguidas de las becas colaborativas. Los premios de capacitación
fueron menos recurrentes, registrando sólo una asignación a Honduras. Cabe
mencionar que el proceso de selección de los becarios era muy riguroso pues se
buscaba que la “inversión” en los estudiantes realmente pudiera generar impacto.
Los pasos de este proceso pueden ser resumidos así:
1. El solicitante preparaba su documentación y pedía apoyo del Ministerio de
Agricultura de su país o de algún centro de investigación asociado para que
respaldaran su postulación.
2. La FR recibía la documentación y establecía un período durante el cual algún
miembro del personal designado al área de becas haría una visita al país del
solicitante para entrevistar a los candidatos. Para el caso de las becas
asociativas la responsabilidad de la entrevista recaía en el coordinador del área
de becas, debido a esto, podían pasar algunos años para que coincidiera con su
visita.466
3. Si la entrevista era favorable, se entregaban a los solicitantes formularios que
debían ser enviados y acompañados de una respuesta de aceptación de la
institución de su interés para la realización de sus estudios.
4. Finalmente, la FR valoraba la pertinencia de su aplicación y de ser aceptado se
incorporaba por un plazo generalmente de 12 meses con posibilidad de
renovación. Para su seguimiento, se asignaba un tutor académico además de
patrocinadores (generalmente sus empleadores) quienes aseguraban apoyar la
continuidad de la labor del beneficiado.
466 En muchos casos las entrevistas fueron realizadas por Harry M. Miller Jr. ─Director asociado de la División de Ciencias Naturales y Agricultura, 1954─ y John J. McKelvey ─Asistente del Director de la misma División. Lo anterior corrobora la importancia del programa de becas para los directivos de las respectivas divisiones.
145
El libro Missionaries of Science: The Rockefeller Foundation and Latin
America, coordinado por Marcos Cueto, es dentro de la historiografía de la
filantropía Rockefeller, uno de los primeros esfuerzos por aventurar líneas de
indagación fuera del campo económico. A pesar de que el tema de las becas no se
desarrolla, en la introducción se destaca su importante papel. Por ello, se registra el
número de asignaciones y premios de formación que fueron otorgados a estudiantes
latinoamericanos ─distinguiendo la nacionalidad de los beneficiados─ entre 1917 y
1962, mismas que fueron divididas en el área de Ciencias Naturales y Agricultura,
Ciencias Médicas y de Población, Humanidades y Ciencias Sociales. Su
sistematización indica que el área de Ciencias Naturales y Agricultura otorgó apoyos
a 664 latinoamericanos, de los cuales 37 corresponden a estudiantes
centroamericanos, entregados de la siguiente forma: 16 a Costa Rica, 9 a
Guatemala, 7 a Honduras y 5 a Nicaragua.467 Según este registro El Salvador y
Panamá no recibieron ningún apoyo.
A pesar del valor del trabajo de Cueto, por su originalidad y revisión
documental, para los fines de esta investigación se hizo necesario reexaminar los
registros de becarios en el RAC en el interés de ofrecer un conteo exacto que
abarcara los años de funcionamiento del PCCMM y un margen previo y posterior, que
va de 1953 a 1969. Se decidió iniciar el registro en 1953 pues en aquel año se becó
a estudiantes que posteriormente impulsaron la creación del proyecto
centroamericano. A pesar de que el PCCMM mutó en 1963 al pasar a la
administración de la OEA, las becas otorgadas hasta 1969 fueron resultado de las
gestiones del período asociativo del PCCMM y la FR, debido a esto se extendió el
corte temporal hasta esa fecha.
La lectura de los expedientes correspondientes a centroamericanos entre
1953 y 1966 arrojó resultados que no coinciden con el registro de Cueto. La
indagación propia mostró que se asignó un mayor número de apoyos, además de
que se corroboró que Panamá sí contó con becas escolares. Empero, no apareció
ningún expediente rotulado como de El Salvador, aunque la revisión detallada de
los historiales de Guatemala permitió encontrar que Miguel Ángel Guzmán Foresti,
467 Cueto, Missionaries of Science, 1994, p. XI.
146
de nacionalidad salvadoreña, fue becario en el programa de Guatemala para la
realización de estudios de estadística en el North Carolina State College que
beneficiarían al INCAP, su centro de empleo.468 A pesar de estas precisiones, se
mantiene un aglutinamiento del mayor número de apoyos en Costa Rica y
Guatemala. Los detalles se presentan en el siguiente cuadro:469
Becas otorgadas en el marco del PCCMM, 1953-1969
País Becas colaborativas
Becas estudiantiles
Premios de capacitación
Total
Costa Rica 5 22 0 27
Guatemala 4 17 0 21
Honduras 1 11 1 13
Nicaragua 2 14 0 16
Panamá 0 4 0 4
Sumando los tipos de apoyos se tienen un total de 80, cabe indicar que Willy
Lucio Villena de nacionalidad boliviana, recibió dos becas estudiantiles por
Honduras y Nicaragua, de esta forma se tiene un total de 80 becarios con 81 becas.
Se trata de un número que rebasa significativamente el registro de Cueto, lo que
permite pensar que para la elaboración de las tablas de su libro contabilizó
solamente las becas correspondientes a los apoyos universitarios. El autor no ofrece
un listado de los nombres por lo que no es posible corroborar esta suposición. Ahora
bien, contar con 81 apoyos es un número elevado si consideramos que durante el
mismo período el país con más asignaciones fue México que, según el análisis de
Cueto, registró entre 1917 y 1970 un total de 198 apoyos al área agrícola. El registro
de los becarios centroamericanos se encuentra desglosado en los cuadros ubicados
en el anexo. Para el computó de la información se dividió por país y se ordenaron
los nombres por la fecha del otorgamiento de la beca y no siguiendo la ascendencia
468 RAC, Recorder Card, Collection R. F., Record Group 10.1, Subseries 2, Box 1. 469 Los datos para la elaboración del cuadro han sido tomados de las fichas expedientes y de los expedientes en el RAC.
147
alfabética. Los datos que se incluyen son: tipo de apoyo, el nombre del becario, la
fecha de la aprobación de la beca, su nacionalidad, el sitio en que realizó sus
estudios, el tipo de formación que recibió y finalmente, su sitio de adscripción laboral
al momento de la solicitud del apoyo y su adscripción laboral posterior a su retorno
a su país de residencia a través del cual obtuvo la beca.
Igualmente importante es destacar que la revisión de los expedientes
permitió observar que las becas fueron entregadas para atender muy diversas áreas
de la investigación agrícola, que no sólo contemplaron los estudios experimentales
de bioquímica, genética, manejo de suelos, patología vegetal y mejoramiento de
cultivos, sino que también atendieron el estudio de veterinaria, patología animal,
producción de forrajes e incluso ciencias sociales. De manera que puede afirmarse
que los incentivos otorgados por la FR mantuvieron un equilibrio entre la
experimentación y la promoción científica. También es necesario apuntar que el
registro que a continuación se expone para los casos de Costa Rica y Guatemala
no se acotó a los becarios del área agrícola pues se incluyó a becarios de ciencias
sociales asociados al tema agrícola. A través de estudios de: economía agrícola,
difusión y comunicación científica, sociología rural, biblioteconomía y bibliografía
especializada.
Al momento de realizar la solitud de beca la mayoría de los beneficiados se
encontraba laborando en instancias ligadas a la actividad agrícola. En el caso de
los costarricenses sobresalen las siguientes dependencias: Ministerio de Agricultura
e Industria, Universidad de Costa Rica, IICA y STICA. Mientras que de Guatemala
destacan las siguientes instituciones: Ministerio de Agricultura, IAN, Universidad de
San Carlos, STICA y el INCAP.
Por lo que se refiere al país de destino, la indagación mostró que la mayor
cantidad de estudiantes realizaron sus estancias de formación en Estados
Unidos,470 seguido de México y Colombia. En el Programa Agrícola Mexicano los
beneficiados se incorporaron a la OEE, el Colegio de Postgraduados de la ENA ─hoy 470 Las principales fueron: Cornell University, Iowa State College of Agricultural and Mechanic Arts, North Carolina State College, University of Minnesota, University of Illinois, Michigan State University, Louisiana State University, California University, Pennsylvania State University, University of Florida, Rutgers University, Oklahoma State University, Texas A&M University, University of Wisconsin and Purdue University.
148
Universidad Autónoma Chapingo─ y al INIA. En tanto que en el Programa Agrícola
Colombiano los becarios se instalaron en la Oficina de Investigaciones Especiales
y en el Centro de Investigación Agrícola de Tibaitatá. Ésta situación acentúa lo
fluidos que fueron los intercambios entre Centroamérica, México y Colombia.
Caso contrario fue el de Chile, pues no se registra que ningún becario
centroamericano viajase para formarse en el Programa Agrícola Chileno. Esto
puede deberse a que los chilenos tuvieron como prioridad el desarrollo de
variedades híbridas de trigo —grano fundamental de su alimentación— y no de
maíz, principal interés de los centroamericanos. No obstante, la ausencia de
intercambio no deja de ser llamativa si consideramos que ambos programas —el
PCCMM y el chileno— se gestaron casi en paralelo.
3.2.2. Perfil de los beneficiados La lectura de estos registros permitió observar que la edad promedio de los becarios
osciló entre los 25 y 40 años, y que los beneficiados fueron mayoritariamente
hombres casados y con hijos. De hecho, el apoyo de la beca contemplaba un
incremento al monto de manutención para el sostenimiento de la familia del becario,
ya fuese que estuviera residiendo en su país de origen o acompañando al
beneficiado a su lugar de estudios. Se prefirió becar a personas en este rango de
edad pues se buscaba que se encontraran en una etapa de madurez en su
formación académica y experiencia profesional. Además, es necesario considerar
que se trataba de un momento en el que la investigación y duración de la formación
académica se desarrollaba a un ritmo menos acelerado del actual. Dicho de otro
modo, en la década de 1950 la obtención de estudios de posgrado y el ascenso a
puestos directivos se daba a una edad más avanzada. Por otra parte, el único país
que registró becarias mujeres fue Costa Rica, ellas fueron:
1. Angelina Martínez, becaria colaborativa en la Universidad de Illinois para la
realización de estudios de Ciencias Bibliotecarias con especialización en el área
agrícola.
149
2. Olga Lendvayova, becaria escolar para tomar cursos en Rutgers University
sobre Ciencias Bibliotecarias con énfasis en temas agrícolas. Ella recibió en
1963 una renovación para continuar sus estudios en University of North Carolina,
al término de los cuales obtuvo el grado de M. S. Asimismo, es de resaltarse que
Lenvayova participó durante sus estudios en el programa de entrenamiento de
especialistas de George Washington University para la realización de
bibliografías especializadas, la primera de ellas sobre arroz.471
3. María Dolores Malugani, becaria escolar para la realización de estudios de
Ciencias Bibliotecarias en Southern Illinois University.
4. Flerida Hernández, becaria escolar para la realización de estudios de Estadística
en el North Carolina State College. En un principio se consideró que podría
obtener el grado de M. S., no obstante, se le retiró esta oportunidad por
considerar que sus conocimientos en inglés y en matemáticas eran limitados
para avanzar en ese sentido.472
Además de que las mujeres representan apenas el 5.7 % del total de los
becarios, llama la atención que tres de ellas se ocupaban en el área de
biblioteconomía, y sólo una fue apoyada para integrarse en la de matemáticas
aplicadas. Asimismo, es indicativo que todas ellas fueran solteras y no tuvieran hijos
al momento de recibir la beca. Siguiendo la propuesta de Fernando Quirós este
conjunto de aspectos puede ser indicio de las dificultades que tuvieron las mujeres
para la movilidad educativa, no sólo en el medio universitario en general, sino
también en lo que a las disciplinas agronómicas compete en lo particular. 473
Esta consideración se reafirma al observar que dentro del personal directivo
de la FR empleado en la División de Agricultura solo encontramos registro de una
mujer. Se trata de Dorothy Parker quien fue designada responsable bibliógrafa del
Programa Agrícola Mexicano en 1955 y posteriormente, asignada a los programas
en Colombia, India y Centroamérica. En 1960 ascendió al puesto de Asistente del
Director de la División de Agricultura y finalmente, llegó a ocupar el cargo de
471 RAC, Recorder Card, Collection R. F., Record Group 10.1, Subseries 2, Box 1. 472 Ibíd. 473 Fernando Quesada, Report of Research, 2012, p. 4.
150
Directora Asociado en el año de 1963. Se ejemplifica con este caso porque la
revisión de correspondencia da muestra de una continua relación entre Parker y las
becarias costarricenses ocupadas en estudios de Biblioteconomía. Así, el tipo de
integración que se hizo de las becarias centroamericanas fue una extensión de la
afiliación femenina a la División de Agricultura de la FR.
Por otra parte, es necesario decir que en aquello años la incorporación
femenina a los estudios superiores en agronomía era incipiente. Así, la primera
mujer en graduarse en el campo de la agronomía en la Universidad de Costa Rica
lo hizo en 1949,474 mientras que en la Universidad de San Carlos (Guatemala),
María Luisa Martínez Herrera, primera en obtener el título de Ingeniera Agrónoma
se graduó en 1968, es decir, dieciocho años después de que fuese fundada la
unidad académica. Con respecto a la trayectoria de Martínez Herrera, es de interés
destacar que sustentó una tesis, considerada la mejor de su generación, titulada:
“Efecto de ciertos hongos sobre el valor nutritivo, calidad y conservación del maíz
en Guatemala”. La investigación contó con los auspicios del INCAP y fue dirigida por
Ricardo Bressani, becario Rockefeller. En 1956, Bressani recibió una beca en el
marco de las actividades del PCCMM y de las investigaciones del INCAP para la
obtención del grado de PH. D. en Purdue University con un estudio sobre la
extracción y fraccionamiento de las proteínas de maíz.475 Visto así, la relación entre
Martínez Herrera y Bressani es muestra de la continuidad de las actividades en la
investigación con maíz potencializadas por el PCCMM.
Ahora bien, el manejo tan preciso de los estipendios, descrito a inicios de la
sección, contrasta con algunos casos en los que se evidencia que el control de las
becas no fue siempre de la manera más coordinada. Muy probablemente esto se
deba a la mayor o menor capacidad de los responsables de los Ministerios de
474 Curling, “La mujer como docente”, 1990, p. 231. 475 RAC, Recorder Card, Collection R. F., Record Group 10.1, Subseries 2, Box 1. Entre los logros científicos de Bressani se encuentra la invención de la Incaparina, una harina diseñada para combatir problemas nutricionales en Guatemala. Los ingredientes principales de la Incaparina son: harina de maíz y harina de soja, adicionada con vitamina A, vitamina B, ácido fólico, niacina, hierro y zinc. Además de contar con una amplia producción académica y de divulgación científica, Bressani recibió importantes distinciones, entre ellos: Doctor Honoris Causa por Purdue University, Doctor Honoris Causa por la Universidad del Valle de Guatemala, la orden del Quetzal en el Grado de Gran Cruz por el Gobierno de Guatemala y el Premio Internacional Danone para la Nutrición. Ver ilustraciones 28 y 29 en el anexo 2.
151
Agricultura para consensuar con la FR la toma decisiones. Pongamos por caso el
del nicaragüense Enrique Baltodano Ramírez, quien en 1955 llegó a las
instalaciones del Programa Agrícola Mexicano ─entonces bajo la dirección de Edwin
J. Wellhausen─ afirmando ser beneficiario de una beca de la FR a través del
Ministerio de Agricultura de Nicaragua. Aunque en la OEE no se tenía noticia de tal
designación se permitió a Ramírez colaborar en la sección de maíz, siempre y
cuando él mismo solventara los gastos de su sostenimiento. 476 Como no se
encuentra su nombre en ningún registro de becas parece ser que su situación nunca
se hizo regular. El caso de Ramírez también es indicativo en otro sentido, pues es
muestra de que los documentos relativos a las becas consignados en los archivos,
en este caso el RAC, son fuente valiosa para el estudio de los postulantes aceptados
pero no de los rechazados. Es así que la indagación sobre este núcleo representa
otros retos y por supuesto, alberga nuevas respuestas acerca de los perfiles que se
buscaban.477
Otro aspecto que destaca de este grupo de becarios es que a pesar de estar
inscritos en el programa de becas con asignaciones a Centroamérica en al menos
la mitad de los casos su nacionalidad no corresponde con su país de residencia a
través del cual recibió el apoyo. Ejemplo de ello es el caso a Ángel Salazar Blacud
—coordinador del PCCMM— de nacionalidad boliviana quien recibió una beca a
través de Nicaragua, su país de residencia. 478 Otros casos son los de Olga
Lendvayova de nacionalidad checa (o costarricense) y María Dolores Malugani de
nacionalidad puertorriqueña, ambas beneficiadas por el programa de becas desde
Costa Rica.479
476 Carta de Edwin de J. Wellhausen a J. George Harrar del 14 de febrero de 1957, RAC, Collection R. F., Record Group 10.1, Series 313 E, Box 163, Folder 2521. 477 Ludovic Tournès y Gilles Scott-Smith apuntan que el estudio de los rechazados por el programa de becas contribuye a romper la narrativa tradicional que fija su atención en los triunfadores y más famosos becarios. Los autores reconocen que parte del interés en estudiar este tipo de programas se ha desprendido del renombre de algunas de estas figuras, entre ellas: J. William Fulbright, Dean Rusk y Walt W Rostow becarios del programa de la Fundación Rhodes, el economista sueco Gunnar Myrdal y el biólogo francés Jacques Monod becarios de la Fundación Rockefeller, el compositor norteamericano Philip Glass y el político español Javier Solana becarios Fullbright y los primeros ministros Margaret Tatcher y Tony Blair becarios del Foreign Leader Program. Tournès & Scott-Smith, Global Exchanges, 2018, [libro electrónico]. 478 RAC, Recorder Card, Collection R. F., Record Group 10.1, Subseries 2, Box 1. 479 Ibíd.
152
La heterogeneidad en la nacionalidad de los becarios es un rasgo distintivo
del caso centroamericano, el cual contrasta con la correspondencia entre
nacionalidad y país de residencia que se observa en las fichas-expediente de los
becarios de otros países como México, Filipinas y China. 480 La razón de este
fenómeno puede encontrarse en que el IICA y el STICA, fuertemente asociados al
PCCMM, mantenían una conformación marcadamente internacional, por lo que
empleaban a científicos e investigadores de todo el continente americano. Además
de esto, en los expedientes se observa que el Director del IICA o personal directivo
del STICA fue muchas veces el patrocinador de los becarios.
En cuanto a los criterios para la selección, la documentación sugiere que
además de méritos académicos, profesionales y las recomendaciones, se buscaba
que los becarios tuvieran liderazgo. Se afirmaba que cada becario era instruido para
ser pionero en la renovación científica de su país y en la formación de nuevos
recursos humanos. Por consiguiente, la integración de los centroamericanos al
programa de becas debe ser considerada como el punto de encuentro entre la
trayectoria laboral de los beneficiados, los intereses de la FR y los gobiernos
centroamericanos. En este sentido es plausible decir que la llegada de las becas
más que inaugurar un episodio académico y profesional en la vida de los
beneficiados, fueron incentivos otorgados a personas que ya desempeñaban
funciones claves de la investigación agrícola, aún si en su historial no contaban con
títulos avanzados que los acreditaran. Dicho de otro modo, los beneficiados por el
programa de becas en el marco del PCCMM no eran estudiantes destacados sino
empleados sobresalientes dentro de la estructura de gobierno agrícola.
Asimismo, es menester mencionar que algunos de los becarios Rockefeller
ya habían recibido otras becas, lo que les había permitido realizar estudios en el
extranjero y estar en mejores condiciones de preparación para ser considerados por
el programa de becas de la FR. Entre quienes recibieron apoyos por parte del ICA
destaca: el guatemalteco Astolfo Fumagalli Culebro quien recibió una beca para
realizar estudios de B. S. en el Iowa State University.481 Igualmente, Luis Arturo
480 Ibíd. 481 Personal History and Application for a Scholarship in Agricultural Sciences, Astolfo Fumagalli Culebro, RAC, Collection R. F., Record Group 10.1, Series 319 E, Box 171, Folder 2630.
153
Montoya Armas, de nacionalidad peruana y residente en Costa Rica, recibió apoyo
por parte del USDA para realizar estudios de posgrado en el IICA por un período de
15 meses.482 En tanto que Ricardo Bressani, de nacionalidad guatemalteca, recibió
una beca por la Universidad de Dayton para la realización de sus estudios de B. S.483
Otro ejemplo, también de Guatemala, es el de Miguel Ángel Guzmán Foresti, quien
fue becado por la Fundación Kellogg para realizar sus estudios de maestría en North
Carolina State College.484
3.2.3. Estancias durante la realización de sus estudios y trayectorias profesionales Para profundizar sobre este aspecto, me remitiré brevemente a la exposición del
caso de Alfredo Carballo Quirós, quien además de ser el primer coordinador del
PCCMM fue uno de los primeros beneficiados de este programa. A partir del caso de
Carballo y de la somera exposición de su trayectoria escolar y profesional, es
posible aproximar un análisis del impacto del programa de becas. Es de
considerarse que el caso de Carballo, por ser coordinador y tener gran capacidad
de gestión con la FR, permite vislumbrar los mayores alcances de este programa.
Esto es, observar a través del caso del más beneficiado los logros personales y
profesionales. Las preguntas rectoras de esta reflexión fueron: ¿Qué oportunidades
encontró Carballo para estudiar Centroamérica desde Estados Unidos? Y ¿Qué
vías propició para encauzar esfuerzos hacia el avance del PCCMM?
Carballo cursó su bachillerato en el Liceo de Costa Rica entre 1933 y 1937,
posteriormente, realizó sus estudios de licenciatura en la Universidad de Costa Rica
entre 1937 y 1942 obteniendo el título de Ingeniero Agrónomo. 485 Como
profesionista fue empleado por el Ministerio de Agricultura de Costa Rica para
ocupar el cargo de Director de la sección de cultivos de tierras bajas entre 1949 y
482 Personal History and Application for a Fellowship in Agricultural Sciences, Luis Arturo Montoya Armas, RAC, Collection R. F., Record Group 10.1, Series 313 E, Box 164, Folder 2537. 483 Personal History and Application for a Scholarship in Agricultural Sciences, Ricardo Bressani, RAC, Collection R. F., Record Group 10.1, Series 317 E 319 E, Box 17, Folder 2624. 484 Personal History and Application for a Scholarship in Agricultural Sciences, Miguel Ángel Guzmán Foresti, RAC, Collection R. F., Record Group 10.1, Series 319 E, Box 171, Folder 2633. 485 RAC, Recorder Card, Collection R. F., Record Group 10.1, Subseries 2, Box 1.
154
1954. 486 Como becario de capacitación, Carballo participó durante 1952 en la
elaboración de las colecciones de maíz que se crearon en el Programa Agrícola
Mexicano ─en el marco de las labores del Comité de Preservación de Variedades
Indígenas de Maíz─ y le fue encomendada la recolección de las muestras
provenientes de Centroamérica.487
En una misiva de 1952 redactada por George J. Harrar ─Director de la
División de Agricultura─ dirigida a Edwin de J. Wellhausen ─Director del Programa
Agrícola Mexicano─ se indica que Carballo contaba con aptitudes y posibilidades
de ser becado por la FR para la realización de un posgrado. A condición de que
regresara y permaneciera el tiempo suficiente en Costa Rica para lograr echar andar
un programa que sustentará mejor sus méritos y le diera reconocimiento como
científico. 488 Como se explicó en el segundo capítulo, esta primera experiencia de
Carballo en la experimentación de maíz en Costa Rica puso los cimientos de lo que
dos años después sería el PCCMM. Así, en 1955, cuando Carballo era coordinador
del PCCMM, Wellhausen propuso que el costarricense realizara su posgrado con el
apoyo de una beca en el Iowa State College bajo la dirección del Dr. G. F.
Sprague.489 Tras su titulación en 1957, Carballo volvió a Costa Rica y en 1959 fue
becado para continuar con estudios de PH. D. en el North Carolina State College bajo
la tutoría del Dr. H. F. Robinson.
486 Ibíd. 487 Carta de Alfredo Carballo Quirós a Kenneth Wernimont, febrero 27 de 1961, RAC, Collection R. F., Record Group 10.1, Series 313 E, Box 163, Folder 2520. 488 Carta de George Harrar a Edwin de J. Wellhausen, diciembre 30 de 1952, RAC, Collection R. F., Record Group 10.1, Series 313 E, Box 163, Folder 2519. 489 Es indicativo del valor que Carballo confería a esta oportunidad el agradecimiento que escribió a Wellhausen, que a la letra dice: “Como esta brillante oportunidad que la Fundación me brinda para prepararme mejor tiene mucho de sus buenos consejos y de su buena voluntad para conmigo, no quiero dejar pasar esta oportunidad sin hacerle patente mi profundo agradecimiento por sus valiosísimos consejos y su amistosa ayuda y asegurarle que espero tener la oportunidad, en el futuro, de retribuirle en el límite de mis posibilidades tanta gentileza de su parte. Realmente todo esto arranca de aquellos días en que usted tan bondadosamente me llevó a trabajar a su lado; ocasión en que no sólo aprendí la mayor parte de lo que actualmente pueda saber en mejoramiento de Maíz, sino que también pude recibir su consejo y ayuda desinteresados, que de tanto valor me fueron en todo momento. Siempre guardaré muy gratos recuerdos de mis días de trabajo a su lado y eternamente le estaré agradecido por los inúmeros favores de usted recibidos.” Carta de Alfredo Carballo a Edwin de J. Wellhausen, RAC, Collection R. F., Record Group 6.13, Series 1.1, Box 6, Folder 74.
155
El proceso de elaboración de la tesis de Carballo para la obtención del grado
de PH. D. es revelador sobre las posibilidades que encontró para estudiar
Centroamérica desde Estados Unidos. Originalmente, Carballo tenía planeado
realizar un estudio de variaciones genéticas de maíz utilizando los datos obtenidos
durante algunos ciclos de prueba de variedades mexicanas, colombianas y
centroamericanas de las actividades del PCCMM. Sin embargo, su tutor valoró que el
registro estadístico de las mismas era inexacto y que por tanto los datos obtenidos
eran inútiles para la elaboración de una investigación de este tipo. Por este motivo
el trabajo de grado de Carballo se convirtió en un análisis comparativo de
variedades de maíz mexicanas sembradas en Estados Unidos y en México. Ahora
bien, una accidental pérdida del material sembrado en Estados Unidos obligó a que
Carballo acotará su tesis al análisis de las variaciones de los cultivos en México.
Así, la tesis fue concluida y defendida bajo el título “Variaciones genéticas en una
variedad mexicana de maíz de la raza Tuxpeño”, cabe destacar que esa variedad
era resultado del programa de hibridación de maíz que la FR impulsó en México.
Este viraje en los planes de Carballo, lo llevaron a exponer de manera amplia
su punto de vista sobre el programa de becas. Así, en una misiva dirigida a Kenneth
Wernimont —Asistente del Director de la División de Agricultura— declara su sentir
respecto a su experiencia estudiando en North Carolina. En la carta subraya su
desaprobación a la forma en que su tutor desplazó de la investigación su principal
interés: formarse de manera adecuada para atender las necesidades específicas de
Centroamérica. Por la claridad de sus palabras se transcribe a continuación un
fragmento que da cuenta no sólo de su experiencia durante sus estudios de
doctorado, sino más importante aún del sentido que el mismo Carballo daba a su
formación dentro de un amplio proyecto de renovación de la investigación científica
en América Latina: En mi opinión, para mi país y para muchos otros países hispanoamericanos son más necesarios en estos momentos técnicos con una clara idea de la importancia de la investigación, que investigadores muy refinados o altamente especializados que se encuentran con que al regresar no tienen cabida en un medio donde no hay aún consciencia favorable a la investigación en las esferas oficiales y aún públicas. Nosotros necesitamos actualmente más técnicos tipo “leader” que sean capaces de despertar consciencia entre nuestros políticos y en nuestro medio en general, preparando con ello el camino a los futuros investigadores especializados. (…)
156
Por eso no he querido convertirme en un especialista refinado. Porque siento que técnicos con buenos conocimientos generales de Agronomía podemos hacer mucho por desterrar el empirismo de los Ministerios de Agricultura y entidades oficiales dedicadas a la investigación agrícola en América Latina, como paso previo a la futura estructuración de un vasto plan de investigación en problemas científicos fundamentales. Nuestros problemas fundamentales actuales son producir más arroz, más maíz, más frijoles o más carne, y esto no lo vamos a poder hacer con individuos altamente especializados en Genética Cuantitativa, laboratoristas, o de cualquier otra índole; y mientras no resolvamos estos urgentes problemas lo que seguimos haciendo es darles argumentos a los empíricos contra los técnicos. Porque creo firmemente en nuestra misión como “pioneros”, es que me he resistido a convertirme en un refinado especialista y he tendido a acumular más conocimientos generales que formen algo así como un arsenal que me permita enfrentarme al medio ambiente. El “maicero” nuestro debe saber genética del maíz, pero también debe entender de suelos y abonos, plagas y enfermedades, y otros factores que le ayuden a hacerle frente a las responsabilidades a su cargo que se concretan a “aumentar la producción de maíz”. Pensar que nuestros países pueden sostener un especialista en cada una de estas ramas, o un cuantitativista dedicado por décadas a sus números y modelos matemáticos, es una quimera que está lejísimos de realizarse en Latinoamérica.490
Este fragmento es contundente al mostrar que Carballo observó que los
problemas de la producción agrícola eran un común denominador en América
Latina, y que por tanto, la solución a los mismos debía generarse de manera
coordinada. Quizá por ello, Carballo apoyó la creación del PCCMM con un claro
énfasis en el aspecto de la colaboración. Este extracto también explica, al menos
parcialmente, el cambio en el posicionamiento de Carballo a propósito de la
enseñanza agrícola desde una vertiente práctica o especializada. Como se indicó
en la primera sección del capítulo, durante 1957 Carballo era promotor de que la
Universidad de Costa Rica avanzara en la especialización, aún si para ello era
menester recibir apoyo externo. Según muestra ésta carta, en 1961 Carballo había
cambiado su parecer pues sostenía que la investigación y enseñanza en la región
debía promoverse desde un aspecto práctico por ser lo más adecuado para la
atención de los problemas de la producción; y menos desde un ángulo puramente
teórico y ajeno al medio latinoamericano el cual promovía la alta especialización,
entiéndase el modelo estadunidense.
490 Carta de Alfredo Carballo Quirós a Kenneth Wernimont, febrero 27 de 1961, RAC, Collection R. F., Record Group 10.1, Series 313 E, Box 163, Folder 2520.
157
Esta distinción es sumamente importante, porque además de develar que
Carballo no fue un mero receptor de las ideas estadunidenses promovidas por la
FR, da muestra de la creatividad y evolución de su pensamiento al reconocer las
peculiaridades y necesidades de su medio a la luz de sus propias experiencias como
estudiante en Estados Unidos. Dicho de otro modo, su valoración pone al centro la
necesidad de la adaptación de los avances científicos y tecnológicos
estadounidenses a la realidad latinoamericana y más específicamente a la
centroamericana. Esta situación se corrobora cuando se refiere al ambiente
académico que encontró en North Carolina: Es por mantenerme fiel a mis ideas que he encontrado las dificultades que he venido padeciendo aquí, entre gentes que no solo desconocen nuestros problemas y necesidades, sino que tampoco quieren hacer un esfuerzo por comprenderlos y tratan de sacar las soluciones de donde mismo sacan las que pueden corresponder a este medio, de los E. U. A., pero jamás de mi país, por ejemplo. (…)
Aquí me di cuenta de que me las tendría que ver con uno de esos clásicos ejemplares [refiriéndose a su tutor el Dr. H. F. Robinson] que consideran que sólo los “Americanos” hacen las cosas bien y las mejores. (…) Yo deseaba un plan de estudios más acorde con nuestras necesidades, él elaboró un plan de estudios plagado de cursos de “undergraduate” en Cálculo, Geometría Analítica y qué se yo qué más. 491
Por lo que se refiere específicamente al maíz ─tema central de los estudios
de Carballo e interés máximo del PCCMM─ es destacable una distinción entre las
finalidades, que según la visión del costarricense, movían los trabajos de
estadunidenses y latinoamericanos:
Para mí, ellos no están trabajando “en maíz”, sino “con maíz”, que es muy diferente. Ellos usan maíz porque es una planta muy conveniente para sus investigaciones en Genética Cuantitativa, investigaciones basadas en modelos matemáticos derivados según su leal saber y entender y plagados de asunciones poco realistas, pero que les permiten llenar hasta libros de números, números y más números; pero sin que de tanto número, modelos y asunciones, haya salido una sola variedad mejorada de maíz. Cuantitativa es una valiosa rama de la Genética, pero no es la panacea que aquí pretenden que es. Bioquímica es muy importante y está progresando enormemente hacia el conocimiento del gene, su estructura y su función o modo de acción, y no mediante modelos irreales, sino en tubos de ensayo y mediante reacciones sujetas a repetición y mediciones exactas. Bioquímica no es por esto “la” importante rama.492
491 Ibíd. 492 Ibíd.
158
Por otro lado, Carballo, en su calidad de coordinador del PCCMM, comenzó a
tener poder de decisión en la designación de becas, su recomendación era
particularmente valiosa pues él debía asegurar el enlace entre la capacitación de
personal y los planes del proyecto. La opinión de Carballo también era importante
debido a que al haber sido becario conocía los procedimientos a seguir y podía dar
cuenta de las capacidades de los solicitantes para cumplir con las obligaciones que
implicaba obtener una beca. Dicho de otra manera, la comunicación entre becarios,
postulantes y becarios graduados es otro circuito de intercambio a considerar. Entre
los recomendados de Carballo destaca Rudy Venegas Moreno, quien laboraba en
el Ministerio de Agricultura de Costa Rica y fue apoyado para realizar estudios en la
Universidad de California en Berkeley.
A continuación se exponen otras dificultades que enfrentaron los estudiantes
durante sus estancias de estudio. Para ejemplificar sobre los problemas de índole
personal, recupero el caso del guatemalteco Óscar Nery Sosa, quien realizó sus
estudios en University of Minnesota resultado de una beca colaborativa para
completar estudios avanzados en patología vegetal y la obtención del grado de M.
S. Su tutor, el profesor Thomas King, reportó que Sosa mantuvo un trabajo constante
y que destacaba por su inteligencia, dedicación y carisma, no obstante, también
indicó que la labor del estudiante se vio impedida hacia el final de su estancia debido
a que su padre enfermó gravemente. A pesar de que fue operado en Minnesota,
perdió la vista y esa situación mermó hondamente el desempeño de Sosa. 493
Asimismo, se dejó constancia de que el mismo Sosa padeció gravemente de salud,
pues le fue realizada una tonsilectomía, que se agravó a causa de una infección.
Debido a todo esto, se decidió que Sosa volviera a Guatemala para que completara
su tesis de maestría allá, no obstante, no obtuvo el grado de M. S.494 Otro estudiante
que también enfermó gravemente durante sus estudios en Louisiana State
493 Carta de Thomas H. King a Jesse P. Perry Jr. del 19 de octubre de 1962, RAC, Collection R. F., Record Group 10.1, Series 319 E- 321 E, Box 172, Folder 2644. 494 RAC, Recorder Card, Collection R. F., Record Group 10.1, Subseries 2, Box 1.
159
University fue el costarricense Álvaro Cordero Rojas, quien desarrolló una úlcera
que lo mantuvo hospitalizado largo tiempo. 495
Por su puesto, el proceso de adaptación también era uno de los retos que
enfrentaban los becarios durante su estancia en el exterior. Por ejemplo, se reportó
que Fernando Fernández de Córdova Huerta, becario escolar por parte de
Honduras, para realizar estudios avanzados en fertilidad del suelo y química en la
Universidad de Wisconsin, tuvo serios problemas para adaptarse a la vida en
Madison. De hecho, se indica que cayó en depresión y se hizo necesario que tomara
terapia con un psicólogo de la universidad, fue por ello que debió volver a
Honduras.496 Ahora bien, se le concedió la oportunidad de volver años más tarde, y
obtuvo su grado de PH. D. en 1968. En su expediente queda constancia de que, a
diferencia de otros becarios, desarrolló en su trabajo de tesis un tema concerniente
a Centroamérica y de hecho, tuvo la oportunidad de realizar una gira para la
recolección de muestras de suelo, bajo la tutoría de L. E. Engelbert.497
Por otra parte, en algunos casos el retraso para la obtención del grado se
debía a eventualidades en el desarrollo de las investigaciones que tenían como
centro el estudio de Centroamérica. Tal fue el caso de Rodolfo Eduardo Quirós-
Guardia, quien fue becado para completar estudios avanzados en economía
agrícola y obtener el grado de PH. D. en University of Wisconsin. Su tema de tesis
refería a la integración económica por lo que fue empleado por la Secretaría de
Integración Económica, IICA, Guatemala que laboró activamente en el desarrollo del
Mercado Común Centroamericano. De esta forma, la defensa de su tesis se vio
retrasada pues Carlos Castillo ─Secretario Ejecutivo del proyecto por Costa Rica─
retuvo a Quirós-Guardia en Guatemala por largo tiempo ante las dificultades que la
iniciativa afrontó a inicios de la década de 1970.
En otros casos, los menos frecuentes, el estudiante no logró completar la
obtención de un grado de posgrado. Fue el caso de Bernardo Alfonso Roehrs, de
nacionalidad guatemalteca, quien a través de Honduras obtuvo en 1959 un premio
de capacitación para realizar estudios avanzados en economía agrícola y vida rural
495 Ibíd. 496 Ibíd. 497 Ibíd.
160
para la obtención del grado de M. S. en Cornell University. En su expediente se indica
que el profesor C. L. Darrah, comunicó que durante su segundo semestre Roehrs
comenzó a tener dificultades por no contar con el suficiente bagaje de
conocimientos en economía agrícola.498 Esta opinión fue compartida por Kenneth
Wernimont ─Asistente del Director de la División de Ciencias Agrícolas de la FR─
por lo que se le canceló su estadía. A pesar de ello, se hizo énfasis en su buen
entusiasmo como estudiante y sus buenos pensamientos.499
Para mitigar el efecto de estas dificultades fueron importantes las relaciones
de amistad y profesionales que los becarios fueron capaces de desarrollar durante
sus estudios. Dependiendo de su centro de estudios, los centroamericanos pudieron
encontrar un mayor número de compañeros de origen latinoamericano, europeo o
asiático, esta situación y un manejo avanzado, o no, en el idioma inglés modelaron
su experiencia. A estos factores debe agregarse el clima, el cambio de régimen
alimenticio, los eventuales problemas de salud y por supuesto, el manejo de un
presupuesto ajustado. La lectura de la correspondencia, sugiere que algunos
estudiantes se adaptaron mucho mejor que otros y algunos incluso estuvieron en
condición de apoyar a otros estudiantes. Tal es el caso de Astolfo Fumagalli
Culebro, quien a decir de su tutor J. F. Carter contaba con un optimismo capaz de
alentar al resto de estudiantes foráneos que coincidieron con él en North Dakota
State University.500
Aunque fueron pocos los casos en los que una beca se aprobó y el becario
declinó antes de formalizar el acuerdo, estas historias son muestra de la forma en
que complicaciones personales atravesaron la concreción de planes profesionales.
Uno de los ejemplos que mejor expone este punto es el del guatemalteco Alfonso
Aníbal Arriaga Maldonado Perito Agrícola egresado de la Escuela Nacional de
Agronomía asistente técnico de Instituto Nacional Agrícola y Ganadero en “La
Aurora”.501 En 1961 a Arriaga le fue otorgado un premio de capacitación ─el único
que se hubiese concretado para Guatemala─ en el manejo de arroz. Originalmente, 498 Ibíd. 499 Ibíd. 500 Report on Fellow or Scholar in the Agricultural Sciences, RAC, Collection R. F., Record Group 10.1, Series 319 E, Box 171, Folder 2630. 501 Ibíd.
161
Arriaga recibiría su entrenamiento por seis meses en el Programa Agrícola
Colombiano, no obstante, la salida del Dr. Peter R. Jennings ─responsable del
programa en arroz─ hacia el IRRI en Filipinas canceló esta oportunidad pues se
consideró que el guatemalteco no podría recibir la instrucción adecuada.502 Ahora
bien, debido a que la FR estaba muy interesada en apoyar a Arriaga por su
trayectoria profesional, se decidió otorgarle una segunda oportunidad para estudiar
durante cuatro meses en el Rice and Pasture Research Station en Beaumnot,
Texas.503 A pesar de estas consideraciones, Arriaga declinó la segunda asignación
argumentando que sus circunstancias familiares le impedían aceptar la beca,504
también es factible pensar que Arriaga no se interesara en estudiar en Texas.
Ejemplo de la cancelación de la beca, es el del cubano Fermín Francisco
Balerdi Estanga quien fue becado en 1967 para recibir entrenamiento avanzado en
fertilidad del suelo y nutrición vegetal en University of Florida a través del programa
de Costa Rica, en donde residía y trabajaba como asistente de investigación en el
IICA. Balerdi comenzó sus estudios y según se consigna en la correspondencia de
su tutor se desempeñó de forma adecuada, no obstante, el cubano pidió la
cancelación de su beca pues declaro que no tenía intenciones de volver a Costa
Rica. Inmediatamente la FR atendió su solicitud pues reinsertarse en su país de
residencia era un requisito fundamental.
Como se ha destacado, la experiencia de los becarios durante su estancia
de estudios les permitió confrontar sus ideas en un ambiente distinto al que se
desempeñaban en Centroamérica. Aunque algunos fueron más críticos que otros
respecto a los fines y lineamientos del programa de becas, la mayor parte de ellos
reiteraba el valor que este programa tenía para la formación de científicos, para el
impulso de la investigación y por supuesto, para el alivio de los que ellos asumían
como principales retos de la agricultura.
502 Carta de Kenneth Wernimont a A. Aníbal Arriaga Maldonado del 10 de marzo de 1961, RAC, Collection R. F., Record Group 10.1, Series 317 E- 319 E, Box 170, Folder 2622. 503 Carta de Janet M. Paine a A. Aníbal Arriaga Maldonado del 6 de junio de 1961, RAC, Collection R. F., Record Group 10.1, Series 317 E- 319 E, Box 170, Folder 2622. 504 Carta de A. Aníbal Arriaga Maldonado a Kenneth Wernimont del 14 de junio de 1961, RAC, Collection R. F., Record Group 10.1, Series 317 E- 319 E, Box 170, Folder 2622.
162
En este sentido es significativa la opinión del guatemalteco Jorge Luis Juárez
Pérez, quien recibió una beca para su capacitación en el cultivo de cereales en el
Programa Agrícola Mexicano en 1962, e indicó: “Es indudable que al proporcionar
becas para el entrenamiento de personal técnico en la producción y mejoramiento
de cultivos básicos alimenticios, se presta a los países subdesarrollados la más
valiosa de las ayudas, ya que el incremento en rendimiento de tan importantes
cultivos redundará directamente en el mejoramiento de las condiciones de vida de
sus habitantes.”505
Desde un posicionamiento cercano, el también guatemalteco Antonio Aníbal
Sandoval Sagastume, coordinador del plan nacional del PCCMM en su país, indicó al
término de sus estudios de Maestría en Genética Vegetal en el Colegio de
Postgraduados, México: “Estoy seguro que el entrenamiento a nivel, de
postgraduado en los campos de la ciencia y la tecnología, es un factor crucial que
contribuirá a ese impacto que necesitan nuestros pueblos para elevar su eficiencia
de producción y así combatir esa economía de subsistencia que es la base de
sustentación de nuestros subdesarrollo.”506
Por último, es conveniente indicar que todos los beneficiados por el programa
de becas retornaron a su lugar de origen y se insertaron laboralmente en las
dependencias agrícolas del Estado, como profesores en las universidades dirigidas
a la educación agrícola o como asesores de empresas privadas nacionales y
extranjeras. Incuso algunos obtuvieron un ascenso, pongamos por caso el de
William Otto Pfaeffle, de nacionalidad nicaragüense, quien obtuvo una beca
colaborativa en 1956 para realizar estudios avanzados en toxicología y agronomía
general en el Iowa State College, gracias a los cuales obtuvo su promoción en el
STICA, pasando de tercer asistente del Departamento de Entomología a
505 Reporte final del entrenamiento que sobre el mejoramiento de cereales recibí de las Estaciones Experimentales del Instituto Nacional de Investigaciones Agrícolas, S. A. G., mediante una beca concedida por la Fundación Rockefeller, del 26 de abril al 26 de octubre de 1962, RAC, Collection R. F., Record Group 10.1, Series 319 E, Box 171, Folder 2634. 506 Sandoval agrega que: “Durante todos estos años de relación con científicos y funcionarios de la Fundación Rockefeller, me he dado cuenta de que uno de los programas focales de la Fundación ha sido el entrenamiento de técnicos de todo el mundo, que serán en el futuro los líderes que dirigirán esa batalla que tiene la especie humana contra el hambre y el bajo standard de vida.” Carta de Antonio Aníbal Sandoval Sagastume a Edwin del J. Wellhausen del 3 de septiembre de 1964, RAC, Collection R. F., Record Group 10.1, Series 319 E- 321 E, Box 172, Folder 2641.
163
Entomólogo.507 Ahora bien, no se descarta que muchos de los becarios obtuvieran
un mejor sueldo tras sus estudios, aún si este cambio no se reflejó en un ascenso.
Si bien es cierto que el retorno de los becarios es una muestra de la
efectividad del programa, conviene matizar indicando que la revisión de la
documentación sobre sus trayectorias muestra que en algunos casos el
cumplimiento en el retorno a laborar en su país de origen o residencia fue visto como
el paso necesario para buscar un nuevo apoyo de la FR, el cual les permitiera volver
a salir del país. Aunque este hecho no constituye la tendencia predominante, es un
signo que permite preguntarnos si esta situación respondía a su inserción en un
medio distinto que les despertó nuevos intereses, que pensaban no podrían
desarrollar en su país, o si se trata de la búsqueda de nuevos apoyos para fomentar
el desarrollo de la investigación en Centroamérica. En cualquier caso, la mayoría
de los becarios solo recibió el apoyo en una ocasión. Fueron casos excepcionales
los que obtuvieron dos apoyos, entre ellos se cuenta a: Alfredo Carballo Quirós,
Jorge Luis Juárez Pérez y Antonio Aníbal Sandoval Sagastume.
Por su trayectoria también son relevantes otros casos, con el fin de
ejemplificar referiré brevemente tres de ellos. El primero corresponde a Álvaro Coto
Mongue quien recibió una beca escolar como representante de Costa Rica para
realizar una estancia en el INIA en México enfocada al estudio de maíz, dicha
capacitación fue la que le permitió ocupar un sitio en el Comité de resoluciones del
PCCMM, esto es, el órgano destinado a la toma de decisiones. El segundo, es el de
Carlos F. Burgos becario escolar de Honduras ocupado de estudios amplios de
patología vegetal, cuyos conocimientos le permitieron integrarse como Jefe de
Departamento de Producción Vegetal del Proyecto Cooperativo Centroamericano
para el Mejoramiento de Cultivos Alimenticios, proyecto en el que derivó el PCCMM
en 1963, y en 1984 ascendió al cargo de Jefe del mismo Departamento en el IICA.
El tercero corresponde a Óscar Nery Sosa, becario colaborativo por Guatemala
quien realizó estudios de patología vegetal en la Universidad de Minnesota, que lo
pusieron en condiciones de asumir el 1963 la posición de Coordinador de
507 RAC, Recorder Card, Collection R. F., Record Group 10.1, Subseries 2, Box 1.
164
Experimentación para el IAN 508 y posteriormente la Dirección General de
Investigación y Extensión Agrícola del IICA durante el segundo lustro de la década
de 1960. 509 Asimismo conviene indicar que un buen número de becarios fue
empleado por la FAO en diversos programas de agricultura alrededor del mundo.
3.3. Conclusiones del capítulo Como se ha mostrado en este capítulo, los apoyos de la FR dirigidos a incentivar la
investigación y enseñanza agrícola constituyen una de las derivas más importantes
en la transnacionalización del PCCMM. Las rutas fueron amplias y aunque iniciaron
entre Estados Unidos y Centroamérica pronto se extendieron para conectarse con
otros países latinoamericanos y, en casos excepcionales, hacia sitios tan lejanos
como África. Ahora bien, el trazado de estas rutas se encuentra atravesado por
intereses comerciales de compañías agroindustriales y por la política exterior de
Estados Unidos. De manera que se identifican tensiones entre las metas de
centroamericanos y extranjeros en la experimentación con maíz.
Por lo que refiere a las labores en la transformación de la enseñanza agrícola
en Costa Rica y Guatemala, interesa destacar que se efectuó con una marcada
participación extranjera que incluyó a la FR, a universidades estadunidenses e
incluso a un pequeño fragmento de Alianza para el Progreso. La reforma de los
planes de estudio y la fundación de espacios especializados en las disciplinas
agrícolas extendió la injerencia de Estados Unidos en Centroamérica, pues la
educación se consideró una extensión de la promesa de desarrollo “americana”.
Sobre este aspecto, es necesario mencionar que existió debate entre la utilidad de
la especialización para la resolución de los retos de la agronomía y la pervivencia
de un tipo de enseñanza práctica que integraba conocimientos generales. La
opinión de los becarios se divide sobre este punto.
508 Carta de Norman E. Borlaug a Óscar Nery Sosa del 25 de octubre de 1963, RAC, Recorder Card, Collection R. F., Record Group 10.1, Series 319 E- 321 E, Box 172, Folder 2644. 509 Adicionalmente, cabe mencionar que Sosa recibió otros apoyos: Entrenamiento durante 1948 en el Programa Agrícola Mexicano, una beca de la FR para realizar estudios de B. S. en University of Minnesota entre 1952 y 1958, y una beca del ICA para continuar estudios en Minnesota entre 1958 y 1959. Personal History and Application for a Fellowship in The Natural Sciences, Óscar Nery Sosa, RAC, Recorder Card, Collection R. F., Record Group 10.1, Series 319 E- 321 E, Box 172, Folder 2643.
165
Asimismo, el programa de becas agrícolas de la FR fue uno de los medios
más importantes a través de los cuales se desenvolvió e internacionalizó el PCCMM.
Los datos expuestos confirman que se trató de una relación recíproca, pues es
notorio que desde la creación del PCCMM el programa de becas aumentó de manera
significativa el número de asignaciones. Así, en el período 1953-1969 se concentra
el mayor número de apoyos del intervalo 1917-1970.510 Por este motivo, el análisis
del proceso de otorgamiento de becas, los perfiles de los beneficiados y sus
trayectorias son un indicador importante de la efectividad e impacto del programa.
Esta revisión corrobora que la historia de los becarios es también la historia del
PCCMM, aspecto que se acentúa cuando se observa que durante este período dos
coordinadores del proyecto fueron becados por la FR: Alfredo Carballo Quirós y
Ángel Blancud Salazar.
De igual manera, es importante indicar que la documentación revisada
muestra que dentro del programa de becas no existió una correspondencia directa
entre los intereses de la FR, los gobiernos centroamericanos y los becarios, pues se
registran diferencias de opinión. De manera muy amplia puede decirse que la FR
cumplió su propósito de capacitar personal que llevara adelante las labores del
PCCMM en Centroamérica, diera a conocer sus avances y extendiera el cúmulo de
conocimientos, prácticas agrícolas y materiales; entiéndase el avance de la
revolución verde a nivel global. Es menester apuntar que en aquél momento
Estados Unidos había logrado posicionarse como el principal promotor de
programas de becas para la movilidad internacional, en buena parte gracias a la
gestión de la FR que juntó a otras organizaciones filantrópicas extendían la injerencia
de su gobierno en el orbe. 511 Esta situación también fortalecía la economía
estadunidense pues promovía el ensanchamiento del financiamiento que recibían
las instituciones educativas del país y favorecía el consumo internacional de las
mercancías intelectuales y académicas ofertadas por ellos.
Por otra parte, los gobiernos centroamericanos, en especial los de Costa Rica
y Guatemala, completaron su meta por capacitar personal empleado en
510 Son pocos los becarios cuyos registros salen del período analizado, la mayoría de ellos estudiantes y funcionarios ocupados de la medicina y la salud. 511 Tournès & Scott-Smith, Global Exchanges, 2018,[libro electrónico].
166
dependencias estratégicas de la investigación y enseñanza agronómica, lo que se
asumía entonces como una forma de fortalecer la economía nacional y regional. De
esta forma, los becarios empleados en universidades se volvieron agentes de la
transnacionalización de la revolución verde en tanto formadores de estudiosos de
la agronomía.
Ahora bien, desde la perspectiva de los becarios, algunos de ellos
fuertemente comprometidos con el medio rural centroamericano, se identifican
inconformidades en cuanto al alcance del programa de becas e incluso del PCCMM.
Puede decirse que sus intereses en la construcción de soluciones al reto por
diversificar la producción agrícola centroamericana e incrementar su volumen eran
más ambiciosos. Este aspecto es remarcable porque da cuenta de que los becarios
no fueron receptores pasivos y que por el contrario, tuvieron motivaciones que no
sólo involucraron su carrera profesional sino también un sentido de responsabilidad
hacia la atención de la problemática agraria centroamericana. Es por ello que la
relación entre la FR, los gobiernos centroamericanos y los becarios puede ser mejor
comprendida como negociación. Desde esta perspectiva, los becarios tuvieron
mayor o menor capacidad para elegir el sitio de sus estudios, ordenar su plan
curricular de acuerdo a sus intereses y crear comunidad para afrontar dificultades
como la diferencia de idioma, el clima, las enfermedades y los gastos.
167
Reflexiones finales Como se ha mostrado a lo largo de los tres capítulos que componen la tesis, la
historia del PCCMM se encuentra conectada con una trama regional centroamericana
dentro de la cual el tono común del proceso de modernización fue la transformación
de las prácticas agrícolas. A pesar de que los alcances en este propósito tuvieron
efectos disímiles, un factor que contribuyó a atenuar esta situación fueron las
iniciativas de integración regional, que dentro de la historia centroamericana
constituyen uno de los ejes más constantes en su devenir. Visto así, el hecho de
que el PCCMM se constituyera como un programa regional responde en mayor
medida a la tradición de colaboración agrícola antes que a la iniciativa de la FR.
Esta proposición se corrobora al observar que el proyecto se ha mantenido y
renovado al paso de 64 años, aún a pesar de la separación con la FR. Esto no quiere
decir que el Proyecto Cooperativo Centroamericano para el Mejoramiento de
Cultivos y Animales, como se le conoce hoy, sea resultado exclusivo del impulso
regional, pues en buena medida ha dependido del apoyo y financiamiento de
instituciones internacionales, entre ellas la OEA, una instancia fuertemente asociada
al gobierno estadunidense. Lo anterior refleja otra de las constantes en la historia
centroamericana, a saber, su fuerte vinculación con Estados Unidos que, a través
de instancias como el IICA, ha resguardado sus intereses agrícolas en el área por
ser considerada estratégica en la geopolítica internacional.
Por otra parte, el PCCMM también se inscribió en una tendencia continental y
global. De esta forma, lo que en un inicio se pensó sería la historia de la interacción
entre Costa Rica, Guatemala, Honduras, El Salvador, Nicaragua y Panamá con
Estados Unidos ─a través de la intersección de la FR─ se convirtió en el curso de la
investigación en la reconstrucción de circuitos de intercambio que también
incluyeron a México, Colombia, Venezuela, Brasil, Cuba, República Dominicana,
Jamaica, e incluso con sitios tan distantes geográficamente como China, Ghana,
Nigeria, Etiopia, Kenia y Uganda. Sobre ello se han ofrecido ejemplos puntuales que
muestran las posibilidades que se abren al abordar la historia de la revolución desde
perspectivas distintas a los enfoques nacionales. Dichos ejemplos también
168
destacan los principales canales de intercambio de conocimientos sobre el cultivo
de maíz, así como a los mayores productores y consumidores.
¿En qué se distingue la experiencia del PCCMM de otros programas
imbricados con la revolución verde? En que la historia del PCCMM no sólo se
encuentra conectada con una historia regional y continental sino que además fue
un puente en la investigación agrícola entre estas dos escalas. Además, la
trayectoria del PCCMM se separa de otras experiencias similares en América Latina,
por mantener sus actividades de forma ininterrumpida. Igualmente destacable, es
que su impacto no estuviera en la transformación de la estructura agraria, sino en
la investigación y enseñanza agrícola. Principalmente, a través de la reforma de
planes de estudio universitarios, la inclusión de nuevos proyectos de investigación
en las dependencias agrícolas y el programa de becas de la FR.
Es probable que nuevas investigaciones, decidan integrar la experiencia del
PCCMM a procesos más amplios, tanto si se extienden sus antecedentes en la región
tanto como si se avanza en el tiempo para conectar sus primeros años en operación
con aspectos más contemporáneos. O incluso, como sugiere Tore Olsson, “se
abandone la revolución verde como un contenedor narrativo”.512 En cualquier caso,
esta tesis se ha propuesto contribuir al recuperar la trayectoria transnacional del
PCCMM y a destacar el papel de Centroamérica en la historia de la revolución verde
aún antes de la creación del programa cooperativo. Sigrid Schmalzer, atinadamente
indica que “cada sitio dónde ha ocurrido la agricultura tiene un pasado
complicado”,513 ni el PCCMM ni Centroamérica son la excepción, por lo que esfuerzos
futuros deberán ser convocados para ahondar sobre el tema.
512 Kumar, et. al., “Rountable: New”, 2017, p. 416. 513 Ibíd., p. 413.
169
Fuentes consultadas
Archivos
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en: www.ars.usda.gov
177
Anexo 1 Estaciones experimentales y
sitios de prueba de los trabajos del PCCMM514
514 No se incluye la estación de Piracicaba Brasil de la Escuela de Agricultura “Luiz de Queiroz” por motivos de la escala del mapa.
178
Anexo 2 Ilustraciones515
515 Citadas con permiso del Rockefeller Archive Center y del CIMMYT, los derechos por las imágenes pertenecen a estos centros y sólo ellos pueden autorizar su reproducción.
Ilustración 1
Demostración de maíz
Saltillo, Mississippi, Estados Unidos, 1912, General Education
Board, Photo 4000.107.,“Corn demonstration,” 100 Years: The
Rockefeller Foundation, consultado el 17 de noviembre de 2017,
https://rockfound.rockarch.org/digital-library-listing/-
/asset_publisher/yYxpQfeI4W8N/content/corn-demonstration
Ilustración 2
Reunión de campo de un Club de Maíz para Chicos
Elbert County, Georgia, General Education Board, Photo 40000.116,
“Field Meeting of a Boy´s Corn Club”, 100 Years: The Rockefeller
Foundation, consultado el 6 de marzo 2018,
https://rockfound.rockarch.org/digital-library-listing/-
/asset_publisher/yYxpQfeI4W8N/content/field-meeting-of-a-boys-corn-
club
179
Ilustración 3
Ganadores del premio del condado, Miembros de Clubes de Maíz
General Education Board, Photo 40000.118, “County prize winners,”
100 Years: The Rockefeller Foundation, consultado el 10 de
marzo 2018, https://rockfound.rockarch.org/digita
l-library-listing/-/asset_publisher/yYxpQfeI4W8N/co
ntent/county-prize-winners
Ilustración 4
Colocando tallos de tabaco al lado de las plantas de arroz en
experimentación con el control del borde del arroz
Nanking, China, 1935, RF Photo 21224i, “Experimentation with and the application of insecticides,” 100 Years: The Rockefeller Foundation, consultado el 10 de marzo de 2018, https://rockfound.rockarch.org/digita
l-library-listing/-/asset_publisher/yYxpQfeI4W8N/content/experimentation-with-and-the-
application-of-insecticid-1
180
Ilustración 5
Saco de harina bordado
RF Photo, Series 100.N 500655, “Embroidered flour sack,” 100
Years: The Rockefeller Foundation, consultado el 10 de marzo 2018,
https://rockfound.rockarch.org/digital-library-listing/-
/asset_publisher/yYxpQfeI4W8N/content/embroidered-flour-sack
Ilustración 6
Miembros del PCCMM examinando una colección de variedades indígenas de maíz en la ENA.
México, México, 1958, The Rockefeller Foundation Annual Report 1958, Nueva York, The Rockefeller Foundation, anexo.
181
Ilustración 8
Lista de las colecciones estudiadas como representantes de cada raza
Wellhausen, Edwin J., et. al., Razas de maíz en la América Central,
México, Secretaría de Agricultura y Ganadería, Oficina de Estudios
Especiales, 1958. AH-UACH
Ilustración 7
Estudiando las colecciones de maíz provenientes del Caribe, ENA.
México, México, 1962, RF Photo #24937c, “Improvement of maize throughout the world,” 100 Years:
The Rockefeller Foundation, consultado el 25 de abril de 2017,
https://rockfound.rockarch.org/digital-library-listing/-
/asset_publisher/yYxpQfeI4W8N/content/improvement-of-maize-
throughout-the-world
182
Ilustración 9
Ubicación de las Estaciones de Investigación del Proyecto Inter-americano de Mejoramiento de
Cultivos Alimenticios
The Rockefeller Foundation, Program In The Agricultural
Sciences. Annual Report 1959-1960
Ilustración 10
Estación de Cotaxtla
Neil MacLellan, Cotaxtla, Veracruz, México, 1954-1959, CIMMYT, Colección Fotográfica, Serie
Institucional, cosultado el 11 de febrero de 2018,
https://creativecommons.org/licenses/
by-nc-nd/4.0/
183
Ilustración 12
Ing. Ricardo Domínguez mostrando en su mano derecha mazorcas de Rocamex H601 sin fertilizante y en su mano izquierda con fertilizante
MacLellan, Cerca de Santa Cruz Porrillo, El Salvador, 1954, RAC, Collection R. F., Record Group
Photographs, Series 420, Box 112, Folder 2198.
Ilustración 11
Trabajos de extensión agrícola de la Oficina de Estudios Especiales
Neil MacLellan, Cotaxtla, Veracruz, México, 1954-1959, CIMMYT, Colección Fotográfica, Serie
Institucional, cosultado el 11 de febrero de 2018,
https://creativecommons.org/licenses/
by-nc-nd/4.0/
184
Ilustración 13
Alfredo Carballo Quirós inspeccionando maíz en la estación experimental de Barranca cerca de
Puntarenas, Costa Rica
MacLellan, Barranca, Costa Rica, 1954, RAC, Collection R. F., Record Group Photographs, Series 420,
Box 112, Folder 2196.
Ilustración 14
José Figueres Ferrer ─Presidente de Costa Rica─ y delegados de
Colombia durante la Primera Reunión Anual del PCCMM.
Turrialba, Costa Rica, 1954, RAC, Collection R. F., Record Group
Photographs, Series 420, Box 112, Folder 2197.
185
Ilustración 15
Ralph Alle ─Director del IICA─ tomando la palabra durante la sesión inaugural de la Primera
Reunión Anual del PCCMM. En la mesa lo acompañan de izquierda a derecha: Bruce Masís ─Ministro de
Agricultura e Industria de Costa Rica─, José Figueres Ferrer ─Presidente de Costa Rica─, Eugenio Molina ─Ministerio de
Agricultura de Honduras─, Kenneth Wernimont ─Administrador
Asistente para Agricultura de la FR─, Mario Gutiérrez ─Coordinador del
plan nacional de Costa Rica, adscrito al IICA─ y Sterling Wortman
─Director del PCCMM. Otros participantes que no se ven en la
fotografía pero estaban en la mesa son: Carlos R. Pineda ─Subjefe del
Departamento de Agronomía de Nicaragua─ y Alfredo Carballo
Quirós ─Coordinador del PCCMM.
Turrialba, Costa Rica, 1954, RAC, Collection R. F., Record Group
Photographs, Series 420, Box 112, Folder 2197.
Ilustración 16
José Figueres Ferrer ─Presidente de Costa Rica─, tomando la palabra
durante la sesión inaugural de la Primera Reunión Anual del PCCMM.
Turrialba, Costa Rica, 1954, RAC, Collection R. F., Record Group
Photographs, Series 420, Box 112, Folder 2197.
186
Ilustración 17
Luis Manlio Castillo y alguien más revisando semilla que llegó de México para las siembras del
PCCMM en el edificio de almacenamiento de maíz del
Instituto Agropecuario Nacional.
MacLellan, Guatemala, Guatemala, 1955, RAC, Collection R. F., Record Group Photographs, Series 420,
Box 112, Folder 2198.
Ilustración 18
Luis Manlio Castillo y alguien más inspeccionando semilla de la cruza
simple de maíz Rocamex H-501 enviado a Guatemala desde México como parte del PCCMM en el edificio
de almacenamiento de maíz del Instituto Agropecuario Nacional.
MacLellan, Guatemala, Guatemala, 1955, RAC, Collection R. F., Record Group Photographs, Series 420,
Box 112, Folder 2198.
187
Ilustración 19
Campesinos esperando junto al camino para hacer envío de maíz a Ciudad de Guatemala como parte
de las labores del PCCMM.
Huazacapan, Guatemala, s.a., RAC, Collection R. F., Record Group
Photographs, Series 319D: Guatemala-Natural Sciences and Agriculture, Box 85, Folder 1703.
Ilustración 20
William Paddock revisando los informes de rendimiento uniforme del PCCMM, con él se encuentran
(de izquierda a derecha) Luis Manlio Castillo, Lázaro Chacón
─Ministro de Agricultura de Guatemala─, Francis J. LeBeau
─representante del USDA en Guatemala─ y Antonio Aníbal
Sandoval Sagastume ─Agrónomo del IAN.
MacLellan, Cuyuta, Escuintla, Guatemala, 1955, RAC, Collection R. F., Record Group Photographs, Series 420, Box 112, Folder 2198.
188
Ilustración 21
Carlos Castillo Armas ─Presidente de Guatemala─ discutiendo
muestras de variedades de maíz híbrido con William Paddock
─Agrónomo del ICA─ a su derecha. A su espalda y con lentes obscuros
se encuentra Donald L. Smith ─Director del PCCMM─. También los acompaña Franz Pieters ─Director
de Investigación Agrícola en Guatemala. A todos ellos les
expone un agrónomo guatemalteco, probablemente
Alejandro Fuentes.
MacLellan, Guatemala, 1956, RAC, Collection R. F., Record Group
Photographs, Series 319D: Guatemala-Natural Sciences and Agriculture, Box 85, Folder 1702.
Ilustración 22
Carlos Castillo Armas ─Presidente de Guatemala─ escuchando a un
agrónomo guatemalteco. En medio con lentes obscuros se encuentra
Donald L. Smith ─Director del PCCMM.
MacLellan, Guatemala, 1956, RAC, Collection R. F., Record Group
Photographs, Series 319D: Guatemala-Natural Sciences and Agriculture, Box 85, Folder 1702.
189
Ilustración 24
Comparación del crecimiento de maíz entre variedades locales
centroamericanas y las semillas hibridas provenientes el programa
mexicano y colombiano.
Neil MacLellan, Managua, Nicaragua, 1956, RAC, Collection R.
F., Record Group Photographs, Series 420, Box 112, Folder 2202.
Ilustración 23
De izquierda a derecha: Alfredo Carballo Quirós ─Coordinador del PCCMM─ sosteniendo maíces de
cruzas dobles, Carlos Salas ─Responsable del Programa de
Mejoramiento de Maíz del Ministerio de Agricultura e Industria
de Costa Rica─ sosteniendo maíces de cruzas simples de
Rocamex H-501 y Rodrigo J. Pinto ─Director de las Estaciones
Experimentales de Costa Rica.
Alajuela, Costa Rica, 1955, RAC, Collection R. F., Record Group
Photographs, Series 420, Box 112, Folder 2196.
190
Ilustración 25
Samuel Litzenberger ─Agrónomo asociado al PCCMM por Nicaragua─ revisando una mazorca del híbrido
Cuba M-11.
Neil MacLellan, Managua, Nicaragua, 1956, RAC, Collection R.
F., Record Group Photographs, Series 420, Box 112, Folder 2202.
Ilustración 26
Al centro Joaquín Botacio ─Agente de extensión agrícola en Panamá─,
a la derecha C. S. Hendershott ─The Arkansas Agricultural
Mission─ inspeccionando maíz criollo como parte de las labores del PCCMM. Los acompaña otro
agrónomo de Panamá.
Neil MacLellan, Las Tablas, Panamá, 1955, RAC, Collection R.
F., Record Group Photographs, Series 420, Box 112, Folder 2202.
191
Ilustración 27
Edwin J. Wellhausen recibiendo el título honorario en la Universidad
de San Carlos, Guatemala.
Guatemala, Guatemala, 1956, RAC, Collection R. F., Record Group
Photographs, Series 1019, Box 4, Folder 38.
Ilustración 28
Ricardo Bressani ─Bioquímico del INCAP─ trabajando en el laboratorio
junto a otra investigadora.
Neil MacLellan, Guatemala, Guatemala, 1957, RAC, Collection R. F., Record Group Photographs, Series 319D: Guatemala-Natural Sciences and Agriculture, Box 85,
Folder 1701.
192
Ilustración 29
Investigadora del INCAP trabajando en la determinación de
aminoácidos.
Neil MacLellan, Guatemala, Guatemala, 1957, RAC, Collection R. F., Record Group Photographs, Series 319D: Guatemala-Natural Sciences and Agriculture, Box 85,
Folder 1701.
Ilustración 30
Vista general del Laboratorio de Entomología de la Facultad de
Agronomía de la Universidad de San Carlos. Profesor Marcos Flores y los estudiantes Antonio Sandoval
y Osberto Méndez
Neil MacLellan,Guatemala, Guatemala, 1957, RAC, Collection R. F., Record Group Photographs, Series 319D: Guatemala-Natural Sciences and Agriculture, Box 85,
Folder 1701.
193
Ilustración 31
Laboratorio de Biología y Botánica: Estudiantes del Primer Ciclo
reciben explicaciones del Catedrático de Biología General
sobre técnicas de montaje y manejo de microscopio para la
observación de tejidos vegetales. En 1962 había 86 estudiantes en el Primer Ciclo, debido a la escasez de microscopios las prácticas de biología se impartían en cuatro
grupos de estudiantes. Además, el mismo Catedrático impartía la
misma clase a estudiantes de la Facultad de Veterinaria.
Neil MacLellan,Guatemala, Guatemala, 1962, RAC, Collection R. F., Record Group Photographs, Series 319D: Guatemala-Natural Sciences and Agriculture, Box 85,
Folder 1701.
Ilustración 32
Biblioteca mixta de las Facultades de Agronomía y de Medicina Veterinaria. Los estudiantes
consultaban diariamente el material bibliográfico necesario para la
preparación de trabajos asignados por los Catedráticos. Al fondo de la Biblioteca la señorita Dora Corado
atendiendo a un estudiante de Quinto Ciclo
Neil MacLellan, Guatemala, Guatemala, 1962, RAC, Collection R. F., Record Group Photographs, Series 319D: Guatemala-Natural Sciences and Agriculture, Box 85,
Folder 1701.
194
Ilustración 33
Escuela Agrícola Panamericana,
El Zamorano, Honduras, 1960, RAC, Collection R. F., Record Group
Photographs, Series 321, Box 86, Folder 1732.
Ilustración 34
Guillermo Herrera S. dando una conferencia a un grupo de alumnos
de ocho países. Herrera recibió fondos de la FR para estudiar
durante un año en Mississippi State College entre 1947 y 1948.
Posteriormente, en 1958, recibió una beca escolar de la misma
Fundación para realizar estudios de ciencias animales en la Universidad
de Wisconsin. Al término de sus estudios se incorporó a la planta
docente de la EAP.
El Zamorano, Honduras, 1955, RAC, Collection R. F., Record Group
Photographs, Series 321, Box 86, Folder 1732.
195
Ilustración 35
Estudiantes de tercer año saliendo a un viaje a Danlí donde estuvieron por un día para estudiar extensión
agrícola.
El Zamorano, Honduras, 1957, RAC, Collection R. F., Record Group
Photographs, Series 321, Box 86, Folder 1734.
Ilustración 36
Cultivo de maíz en la estación experimental de Kumasi de la
Academia de Ciencias de Ghana
Ghana, 1964, RAC, Collection R. F., Record Group 1.2, Series 319, Box
2, Folder 12.
196
Anexo 3 Cuadro de presidentes de Centroamérica 1945-1979
Costa Rica
Gobernante Período Otilio Ulate Blanco 1949-1953
José Figueres Ferrer 1953-1958 Mario Echandi Jiménez 1958-1962 Francisco José Orlich 1962-1966
José Joaquín Trejos Fernández 1966-1970 José Figueres Ferrer 1970-1974 Daniel Oduber Quirós 1974-1978
Guatemala
Gobernante Período Juan José Arévalo 1945-1951
Jacobo Árbenz 1951-1951 Junta Militar (Cuatro) 1954 Carlos Castillo Armas 1954-1957
Luis Arturo González López 1957 Miguel Ydígoras Fuentes 1958-1963 Enrique Peralta Arzudia 1963-1966
Julio César Méndez Montenegro 1966-1970 Carlos Manuel Arana Osorio 1970-1974
Kjell Eugenio Laugerud García 1974-1978 Honduras
Gobernante Período Tiburcio Carías 1936-1949
Juan Manuel Gálvez Durón 1949-1954 Julio Lozano Díaz 1954-1956
Junta Militar 1956-1957 José Ramón Villeda Morales 1957-1963
Oswaldo López Arellano 1963-1971 Ramón Ernesto Cruz Uclés 1971-1972
197
Owsaldo López Arellano 1972-1975 Juan Alberto Melgar 1975-1978
Junta Militar 1978-1980
Nicaragua
Gobernante Período Leonardo Argüello Barreto 1947 Benjamín Lacayo Sacasa 1947
Víctor Manuel Román y Reyes 1947-1950 Manuel Fernando Zurita 1950
Anastasio Somoza García 1950-1956 Luis Somoza Debayle 1956-1963 René Schick Gutiérrez 1963-1966
Lorenzo Guerrero Gutiérrez 1966-1967 Anastasio Somoza Debayle 1967-1972 Junta Nacional de Gobierno 1972-1974 Anastasio Somoza Debayle 1974-1979
Panamá
Gobernante Período Roberto Francisco Chiari Remón 1949
Arnulfo Arias 1949-1951 Alcibíades Arosemena 1951-1952
José Antonio Remón Cantera 1952-1955 José Ramón Guizado 1955
Ricardo Arias 1955-1956 Ernesto de la Guardia 1956-1960
Roberto Francisco Chiari Remón 1960-1964 Marco Aurelio Robles 1964-1968
Arnulfo Arias 1968 Bolívar Urrutia Parrilla [Designado
por Omar Torrijos] 1968-1969
Demetrio Lakas 1969-1978
198
El Salvador
Gobernante Período Consejo Revolucionario de
Gobierno 1948-1950
Oscar Osorio 1950-1956 José María Lemus 1956-1960 Junta de Gobierno 1960-1961
Directorio Cívico Militar 1961-1962 Eusebio Rodolfo Cordón Cea 1962
Julio Adalberto Rivera 1962-1967 Fidel Sánchez Hernández 1967-1972 Arturo Armando Molina 1972-1977
Carlos Humberto Romero 1977-1979
199
Anexo 4
Cronología mínima de sucesos destacados en Centroamérica, 1945-1979516
1948: Levantamiento de José Figueres Ferrer en Costa Rica e inicio de la Guerra
Civil en ese país. Tras la guerra se creó la Junta Fundadora de la Segunda
República que terminaría aboliendo el ejército. Figueres, apoyado por el
grupo de expedicionarios conocida como La Legión del Caribe intenta invadir
Nicaragua desde Costa Rica para derribar a Anastasio Somoza, pero
fracasa. En Panamá se crea la Zona Libre de Colón una institución autónoma
del estado panameño que funciona como una “zona franca”, es decir, recibe
algunos privilegios tributarios.
1951: Creación de la Organización de Estados Centroamericanos como un
organismo que promueve la integración y la cooperación regional.
1954: En Guatemala derrocamiento del gobierno encabezado por el presidente
Jacobo Arbenz con apoyo de Estados Unidos. Este hecho causa una gran
movilización internacional en denuncia por la flagrante violación de la
soberanía del país centroamericano.
1956: En Nicaragua asesinato del presidente Anastasio Somoza por el poeta
Rigoberto López Pérez.
1957: En Guatemala es asesinado Carlos Castillos Armas, quien se había hecho
del poder tras encabezar el golpe contra Arbenz.
1958: Los países centroamericanos firman los primeros acuerdos de creación del
Mercado Común Centroamericano. En Nicaragua un grupo de veteranos
sandinistas toman las arman para combatir al gobierno, pero son
rápidamente desmovilizados.
516 Datos extraídos de: Rouquie, Guerra y paz, 1994; Bataillon, Génesis de las guerras, 2008.
200
1960: Firma del Tratado General de Integración Económica Centroamericana como
instrumento jurídico que permite el establecimiento del Mercado Común
Centroamericano, fue firmado en primera instancia por Costa Rica, El
Salvador, Guatemala, Honduras y Nicaragua, con la finalidad de unificar
aranceles y construir una unidad aduanera en los respectivos países.
1961: En Honduras, fundación del Frente Liberación Nacional de Nicaragua:
impulsados por la revolución cubana, pronto adoptan el ideario nacionalista
y anti imperialista de Augusto César Sandino.
1962: Jornadas de movilización estudiantil en Guatemala en respuesta al fraude
electoral organizado por el gobierno en las elecciones de diputados. La
movilización incluyó el paro de actividades en la universidad y la protesta
callejera.
1963: Como reacción ante el incremento de la actividad guerrillera de la región, se
crea en Guatemala el Consejo de Defensa Centroamericano, incluido Costa
Rica que no poseía ejército desde 1948. También en Guatemala los oficiales
Yon Sosa, Turcios Lima, junto a otros, forman las Fuerzas Armadas
Rebeldes.
1965: Después de tres años de negociación Panamá y Estados Unidos firman la
Declaración Robles-Johnson, entre los presidentes Marco Aurelio Robles de
Panamá y Lyndon Johnson de Estados Unidos, a partir de este documento
el país centroamericano recupera algunas capacidades administrativas y
fiscales sobre la gestión del Canal.
1967: En Managua, Nicaragua, una manifestación en contra del gobierno fue
masacrada por los oficiales de la Guardia Nacional: se calculan 200 muertos.
1968: En Panamá un grupo de oficiales organiza un Golpe de Estado, entre ellos,
destacó de inmediato la figura de Omar Torrijos, como el líder militar que
conducirá el destino del país hasta su muerte.
1969: A consecuencia de una serie de reformas, en Honduras cientos de
salvadoreños que vivían en ese país se vieron afectados. Esta situación,
201
mezclada con supuestos conflictos fronterizos y entorno al Mercado Común
Centroamericano dio pie a la “Guerra de las cien horas” o “Guerra del Fútbol”
en la frontera entre El Salvador y Honduras. Se trata de un conflicto que tuvo
cuatro días de combate entre dos gobiernos militares más preocupados por
su estabilidad interna que por la población.
1970: Una escisión del Partido Comunista del Salvador (PCS) comandada por
Cayetano Carpio da nacimiento a las Fuerzas Populares de Liberación
Farabundo Martí (FPL)
1971: En El Salvador la Asociación Nacional de Educadores de El Salvador
(ANDES) emprende movilizaciones y paros en busca de mejoras gremiales.
1972: Un fuerte terremoto en Managua, Nicaragua, genera gran descontento social
contra el gobierno, particularmente tras los casos de corrupción en el proceso
de reconstrucción de la ciudad. Ante la tragedia, diversos países mostraron
su apoyo, entre ellos destacó México. El gobierno militar del General Torrijos
emite una nueva constitución política.
1973: La antigua colonia británica conocida “Honduras británicas” toma el nombre
de Belice.
1974: Se promulga una nueva constitución en Nicaragua. El FSLN despliega una
acción de gran visibilidad, al ocupar la casa en donde se encuentran
personalidades políticas y diplomáticas. Primera Conferencia del Ejército
Guerrillero de los Pobres (EGP) guatemalteco. Muere en Madrid el literato y
poeta Miguel Ángel Asturias, premio nobel guatemalteco.
1975: En El Salvador, se crea el Bloque Popular Revolucionario (BPR) un
organismo de masas alrededor de las Fuerzas Populares de Liberación
Farabundo Martí.
1976: Terremoto en Guatemala, se calcula que 20 mil personas mueren. Muerte de
Carlos Fonseca Amador durante un combate en Matagalpa, Nicaragua.
202
1977: Oscar Arnulfo Romero es designado arzobispo de San Salvador; asesinato
del sacerdote Rutilio Grande. Suspensión de ayuda militar norteamericana a
Nicaragua ante violaciones de derechos humanos.
1978: Acuerdos Torrijos-Carter que permiten la recuperación de la soberanía sobre
el Canal de Panamá. Asesinato del opositor Pedro Joaquín Chamorro en
Nicaragua. En Guatemala surge el Comité de Unidad Campesina.
1979: El 19 de julio triunfo definitivo de la revolución en Nicaragua. Derrocado,
Anastasio Somoza Debayle huye a Miami. En El Salvador se captura al
embajador de Francia, el comando negocia y el gobierno declarará Ley
Marcial. Inicio de la crisis económica que afecta a toda Centroamérica.
203
Anexo 5
Infografías
Datos tomados de: The Rockefeller Foundation, Annual Report, 1954-1963; Central American Cooperative Corn Improvement Project, Director´s Annual Report, 1956, RAC, Collection R. F., Record Group 6.13, Series 1.1, Box 6, Folder 69. Realización: Karina Jiménez.
204
Datos tomados de: The Rockefeller Foundation, A Condensed Record, 1963; The Rockefeller Foundation, Annual Report, 1954-1963. Realización: Karina Jiménez.
205
Datos tomados de: Noticiero, 8 de febrero de 1958, RAC Collection R. F., Record Group 6.13, Series 1.1, Box 6, Folder 78; Repositorio digital CIMMYT. Fotografía: The Rockefeller Foundation, “documento en línea citado”. Realización: Karina Jiménez.
206
Datos tomados de: Noticiero, 8 de febrero de 1958, RAC Collection R. F., Record Group 6.13, Series 1.1, Box 6, Folder 78; Repositorio digital CIMMYT. Realización: Karina Jiménez.
207
Datos tomados de: Entrevista a Robert D. Osler, realizada por William C. Cobb, 1966, RAC Collection R. F., Record Group 13, Series Oral Histories; Repositorio digital CIMMYT. Fotografía: Neil MacLellan, 1956, RAC, Collection R. F., Record Group Photographs, Series 420, Box 112, Folder 2202. Realización: Karina Jiménez.
208
Datos tomados de: Entrevista a Edwin J. Wellhausen, realizada por William C. Cobb, Ciudad de México, junio de 1966, RAC Collection R. F., Record Group 13, Series Oral Histories; Repositorio digital CIMMYT. Fotografía: The Rockefeller Foundation, “documento en línea citado”. Realización: Karina Jiménez.
209
Datos y fotografía tomados de: Personal History and Application for a Fellowship, Alfredo Carballo Quirós, RAC, Collection R. F., Record Group 10.1 Series 313 E, Box 163, Folder 2519¸ Repositorio digital CIMMYT. Realización: Karina Jiménez.
210
Datos tomados de: Introducción, RAC Collection R. F., Record Group 6.13, Series 1.1, Box 6, Folder 70. Fotografía: Neil MacLellan, 1956, RAC, Collection R. F., Record Group Photographs, Series 420, Box 112, Folder 2202Realización: Karina Jiménez.
211
Anexo 6
Colaboradores del PCCMM
212
Cuadro elaborado con información de: Central American Cooperative Corn Improvement Project, Director´s Annual Report, 1956, The Rockefeller Foundation, Nueva York, 1957. RAC, Collection R. F., Record Group 6.13, Series 1.1, Box 6, Folder 69.
213
Cuadro elaborado con información de: Ensayos Uniformes de Rendimiento del Proyecto Cooperativo Centroamericano enviados durante 1958, RAC, Collection R. F., Record Group 6.13, Series 1.1, Box 5, Folder 54; Carta de D. H. Romney a Robert D. Osler del 31 de mayo de 1958, RAC, Collection R. F., Record Group 6.13, Series 1.1, Box 5, Folder 61.
214
Anexo 7 Registro de los beneficiados del programa de becas en
ciencias agrícolas de la FR en Centroamérica, 1953-1969517
517 Las tablas fueron elaboradas con datos de las fichas expedientes del RAC y con los archivos de los beneficiados. Asimismo, se utilizó correspondencia. Recorder Card, Collection R. F., Record Group 10.1, Subseries 2, Box 1.
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