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181 CRÍTICA La traducción, como práctica cotidiana y compleja, a menudo se asemeja a una historia de continuos fracasos, pero deberíamos tener claro el tipo de fracaso del que hablamos. En primer lugar, este fracaso no puede ser ni absoluto ni definitivo: muchas palabras, imágenes y estilos son tradu- cidos de manera persuasiva. En segundo lugar, incluso cuando en el pasa- je de una lengua a otra se pierden la fuerza o las connotaciones, puede que hayamos ganado algo: el vislumbre de un nuevo significado o una resonancia que aparece en el preciso espacio que se abre entre los idio- mas. Y en tercer lugar, nuestro criterio para medir el acierto no puede ser la transmisión perfecta de todos los sentidos de un texto o de un discur- so. Esto no sería en absoluto una traducción, sino una réplica inconcebi- ble, casi como ocurre en un relato de Borges donde el mapa de un impe- rio resulta ser tan grande como el imperio mismo. Traduttore tradittore, dice categóricamente el proverbio italiano. Pero el traductor no es un trai- dor, solamente es el orquestador de una segunda forma de vida, diferen- te. O no necesariamente un traidor. La traición es posible, incluso fre- cuente, pero no todas las desviaciones de un original son traidoras. En el otro extremo del abanico de nuestras ideas heredadas, la traducción aparece como una figura imprecisa e inestable del discurso, una sinécdoque de la lectura misma, o de la intertextualidad, o incluso de la literatura. «Al final, toda literatura es traducción», escribe Novalis, citado por Efraín Kristal. Al final puede ser, pero mientras tanto todavía es preciso establecer distin- ciones y aunque Borges aduzca la idea de la traducción dentro de una única lengua, y con ello dilate considerablemente el significado del término, toda- vía separa lo que él llama «escritura directa» de la «imitación» 2 . La traducción, dice, nos ayuda a comprender el «modesto misterio» de la literatura ya que afronta «un texto visible» y las diferentes versiones de este texto, «un parcial y precioso documento de las vicisitudes que sufre el texto» 3 . Borges escribe lite- CREACIONES TRAICIONERAS 1 MICHAEL WOOD 1 Efraín KRISTAL, Invisible Work: Borges and Translation, Nashville, Vanderbilt University Press, 2002, 240 pp. 2 Jorge Luis BORGES, Obras completas, tomo 1, «Versiones homéricas», Barcelona, Círculo de Lectores, 1992, p. 267 [N. de la T.]. 3 Ibid [N. de la T.].

Michael Wood Marzo15 1

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Estudios de traducción

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181CRTICALa traduccin, como prctica cotidiana y compleja, a menudo se asemejaa una historia de continuos fracasos, pero deberamos tener claro el tipode fracaso del que hablamos. En primer lugar, este fracaso no puede serni absoluto ni definitivo: muchas palabras, imgenes y estilos son tradu-cidos de manera persuasiva. En segundo lugar, incluso cuando en el pasa-je de una lengua a otra se pierden la fuerza o las connotaciones, puedequehayamosganadoalgo:elvislumbredeunnuevosignificadoounaresonancia que aparece en el preciso espacio que se abre entre los idio-mas. Y en tercer lugar, nuestro criterio para medir el acierto no puede serla transmisin perfecta de todos los sentidos de un texto o de un discur-so. Esto no sera en absoluto una traduccin, sino una rplica inconcebi-ble, casi como ocurre en un relato de Borges donde el mapa de un impe-rio resulta ser tan grande como el imperio mismo. Traduttore tradittore,dice categricamente el proverbio italiano. Pero el traductor no es un trai-dor, solamente es el orquestador de una segunda forma de vida, diferen-te.Ononecesariamenteuntraidor.Latraicinesposible,inclusofre-cuente, pero no todas las desviaciones de un original son traidoras.Enelotroextremodelabanicodenuestrasideasheredadas,latraduccinaparece como una figura imprecisa e inestable del discurso, una sincdoquedelalecturamisma,odelaintertextualidad,oinclusodelaliteratura.Alfinal, toda literatura es traduccin, escribe Novalis, citado por Efran Kristal.Alfinalpuedeser,peromientrastantotodavaesprecisoestablecerdistin-ciones y aunque Borges aduzca la idea de la traduccin dentro de una nicalengua, y con ello dilate considerablemente el significado del trmino, toda-va separa lo que l llama escritura directa de la imitacin2. La traduccin,dice,nosayudaacomprenderelmodestomisteriodelaliteraturayaqueafronta un texto visible y las diferentes versiones de este texto, un parcial yprecioso documento de las vicisitudes que sufre el texto3. Borges escribe lite-CREACIONES TRAICIONERAS1MICHAEL WOOD1EfranKRISTAL,InvisibleWork:BorgesandTranslation,Nashville,VanderbiltUniversityPress, 2002, 240 pp. 2Jorge Luis BORGES, Obras completas, tomo 1, Versiones homricas, Barcelona, Crculo deLectores, 1992, p. 267 [N. de la T.].3Ibid [N. de la T.].182CRTICAralmente de las vicisitudes que sufre el texto, lo que sugiere que la traduc-cin es tanto una especie de problematizacin como una especie de segundavida. No creo que Borges se resistiera a la idea de que la literatura misma esuna especie de problematizacin, pero l no dira que fuera slo eso.La traduccin es el trabajo invisible recogido en el ttulo de Kristal, y enl se propone situar la escritura de Borges entre sus aplicaciones metaf-ricasyespecficas,entrelaprcticacotidianaylafiguradeldiscurso:latraduccineselprocesomedianteelcualunescritorremodelaunasecuencia de palabras en otra. Considero que la traduccin, escribe Kris-tal, ocupaunlugarmscentralenlaliteraturadeBorgesqueloscle-bres laberintos, espejos, tigres y enciclopedias que abundan en su mundoliterario. Un argumento sugestivo, pero el tema contina siendo escurri-dizo y este admirable libro despliega un balbuceo curioso e ilustrador ensus primeras pginas definiendo su propsito de cuatro maneras distin-tas: El propsito de este libro es demostrar que la traduccin [...] ocupaunlugarcentralenlasreflexionesdeBorgessobrelaescriturayensucontribucin a la literatura. El propsito de este libro es hacer visible lacreatividaddeBorgescomotraductor.Elobjetivoprimordialdeestelibroesofrecerunanlisisdelpapelquehajugadolatraduccinenelproceso creativo de Borges. Mi propsito es destacar la relevancia de latraduccin en la uvre de Borges.Todas estas metas no alcanzan el mismo nivel de satisfaccin y la irreso-lucin de Kristal es comprensible, puesto que al menos tiene en sus manostres avatares distintos de Borges: el Borges que pens y escribi sobre latraduccin,elBorgesquetraducay,elmsinteresanteyelmsina-prensible, el Borges que incorpor en casi toda su ficcin ideas sobre latraduccin.Kristaldedicaseccionesseparadasacadaunadeestastresfiguras y sostiene, en el eplogo, que las complejidades de la traduccindeberandesplazaralasdelafilosofaenelanlisiscrticodelaenergamotriz de su trabajo: debemos comprender los complicados juegos de Borgescon la filosofa, pero no confundirle con un filsofo; como tampoco tene-mos que dar una interpretacin escptica a todas sus ironas. El papel queocupa la traduccin brinda a Kristal la posibilidad de establecer un puenteentre las dos posiciones: Borges piensa en trminos de versiones para evi-tar todo compromiso con las fuentes originales o con su ausencia.El primer objetivo sealado (estudiar la centralidad de la traduccin en eltrabajo de Borges) es el ms claro y plenamente alcanzado; el ltimo (aten-der a su trascendencia en su uvre) se asemeja a una reformulacin delprimero,peronosinvitaainterrogardndeempiezaydndeacabalauvre.Elsegundoobjetivotambinseculmina,aunqueelresultadoesmsdecepcionante:Borgestradujoalcastellanoaescritorestanimpor-tanteseinteresantescomoWoolf,Faulkner,Emerson,Carlyle,Poe,Ste-venson, Kafka, Gide, entre muchos otros; y su primer trabajo publicado,impreso en un peridico de Buenos Aires en 1910, era una traduccin de183CRTICAEl prncipe feliz de Oscar Wilde realizada, segn su madre, cuando Borgestena nueve aos.Se senta orgulloso, segn Kristal, de que su primera publicacin fueseuna traduccin y le gustaba presentarse a s mismo como traductor. Peroestoparecemshabersidounamscaraqueunaprofesin;yelcursorealdelalabordeBorgesenestalneasemuestramsensintonaconlas necesidades percibidas en la cultura argentina que con algn proyec-to de escritura. A l se le atribuye el mrito, entre otras cosas, de habersuscitado por el expresionismo alemn la atencin del pblico hispano-parlante; tambin tradujo del ingls, del francs, del italiano, del anglo-sajn e incluso del nrdico clsico (la Edda en prosa), que aprendi cuandosu vista comenz a deteriorarse en la dcada de 1950. La ignorancia de lalengua no le disuada de su traduccin al castellano: se qued fascinadocon la literatura china y tradujo fragmentos a partir de cotejos de versio-nesinglesasyalemanas.AlgunosdeestostrabajosfueronrealizadoseneloscurostanodelaBibliotecaMunicipaldondeescapdelahondadesdicha de su existencia lgubre y miserable como primer ayudante debiblioteca,untrabajoqueaceptpocoantesdelamuertedesupadrepara aliviar la dependencia que tenan de la fortuna de su madre.La creatividad de Borges como traductor s que salpica todo el estudio deKristal,aunquevistoenconjuntoparezcamsbienligeramentetratada;de hecho, se limita a unas pocas conexiones e interpolaciones. Kristal en-cuentra serias dificultades para defender la relevancia de estos derroteros yal final l mismo se echa para atrs. El compromiso ms radical de Borgescon un original, sostiene, no se produce en sus traducciones, incluso enlas ms cuidadas de ellas; y en otro contexto nos explica el porqu:Sepuedetraducirdentrodelamismalengua,ysepuedecopiardeunalengua a otra. Borges llamara a un texto una copia si las observacionesms pertinentes que se le pudieran hacer tambin se le pudieran hacer aloriginal.Porelcontrario,unaversinesuntextoconimportantesdife-rencias respecto al original o a otra traduccin de la misma obra [...]. Unarecreacin [...] omite muchos detalles para conservar el nfasis de la obra,y puede que aada interpolaciones.Aunque Kristal pretende hacernos ver a Borges como a un re-creador, enlamayoradesustrabajoserauncopista.Suficcinesotroasuntoysinocaptamossuficientementesuprocesocreativoeneltrabajolater-cera meta de Kristal, lo que vemos efectivamente es a lo que apunta esadesafortunada frase: al papel de la traduccin no como figura de la lite-ratura, sino como modelo de una interaccin humana compleja.Al final del cuento Tln, Uqbar, Orbis Tertius, por ejemplo, lo que pare-caunaentretenidafantasamutaenunadevastacinhistrica.Elmundoha sido invadido por un sistema de irrealidad devorador Borges enumerael nazismo, el antisemitismo y el materialismo dialctico como sus equi-valentes y el propio narrador se consagra a lo que l llama una indeci-sa traduccin quevediana4de Urn Burial de Thomas Browne que no pre-tendepublicar.Laindecisindelatraduccindelnarradoresunarespuesta directa a la certeza rotunda del sistema de gobierno; y el textoindito es un ejemplo del trabajo invisible que queda cuando el mundovisible deja de funcionar. Kristal cita a Christopher Maurer, quien identifi-c un cariz quevediano en el ltimo verso de Borges, como la fuente desu calma estoica ante la perspectiva del olvido.Pero ah no se acaba todo. Junto con su amigo Bioy Casares (el cual apa-rececomounodelospersonajesdelcuento),elpropioBorgestradujouna parte de Urn Burial. La traduccin suprima las referencias al cristia-nismo y transmutaba una meditacin sobrelarecompensa a los valoresestoicosenlavidadedespusdelamuerteenunataimadaprotestafrente a la obliteracin. Adems, hizo una interesante interpolacin acer-ca del entierro de los acontecimientos en el silencio.Muchos ms acontecimientos han sido enterrados en el silencio de los quehan sido registrados, y los ms copiosos volmenes no son sino eptomesde lo que ha tenido lugar. La crnica del tiempo comienza con la noche,y la oscuridad an est a su servicio; algunos acontecimientos nunca venla luz; muchos han sido revelados; muchos ms han sido devorados por laoscuridad y las cavernas del olvido.No hay mejor comentario sobre Tln, Uqbar, Orbis Tertius, dice Kristal;y parece estar funcionando algo ms que estoicismo. Mediante la filtracindelavozdeunBrowneficticioatravsdeunpastichedeQuevedo,elnarradorevocaunusodelaliteraturaquenoesmeramentemimticoodeleitante,nisumisoaunmundoquerpidamenteactualizaeldichonietzscheano de que no hay hechos, sino slo interpretaciones. A pesar dequeNietzsche,enrealidad,nodecaexactamenteesto.Dicequelodira.Encontradelpositivismo,elcualinsisteenelfenmenodequenica-mentehayhechos,yodira:no,loshechossonsloloquenoexiste,lonicoquehaysoninterpretaciones.Porsupuesto,elmundodeTlnesrigurosamenteidealista;enl,nohayhechos,slofenmenos.Peronoparece haber diferencias entre estas dos condiciones, florecen de la mismamata. La labor de la traduccin se gesta entre ambas, donde lo que se pier-de u oscurece puede ser tambin preservado y rescatado; donde el hechoy el fenmeno no dejan de traducirse mutuamente y permanecen en juego.Kristal cita la versin discretamente desleal de Borges de una sentencia deKipling;nosetratapropiamentedeunacopiaperotampocollegaaseruna re-creacin. Kipling escribe: acabo de descubrir el principio absoluto184CRTICA4Jorge Luis BORGES, Nueva antologa personal, vol. 7, Tln, Uqbar, Orbis Tertius, Barcelona,Bruguera, 1982 [N. de la T.].sobreelcualsebasanuestramedia-memoriafalsamentellamadaimagi-nacin. nicamente una media-memoria,ylaimaginacineslaformaerrnea de llamarla. Borges escribe: en aquel instante descubr los prin-cipios de la memoria imperfecta llamada imaginacin. La imaginacin esuna forma de memoria, imperfecta porque es humana, pero leal a lo queha ocurrido, por muy esquivo que pueda ser. En este idioma, imaginar elpasado no es inventarlo sino encontrarlo, y el pasado mismo comienza aparecerse a un texto traducido persistentemente. Kristal sugiere que si pensramos que las ideas de la traduccin de Borgesson distintas de las que utiliza en la ficcin, sera posible derivar un plan-teamiento, e incluso una doctrina, basndose en sus observaciones gene-rales.Enmiopininmsqueunplanteamientoymenosqueunadoc-trina. La dificultad con los pronunciamientos de Borges, sobre la traduccino sobre cualquier otro tema, est en su perversidad infalible. Tambin suencanto,porsupuesto;ymsquesuencanto,partedesusignificado.Pero entonces parafrasear se vuelve torpe, puesto que depende demasia-dodeloquenoseestdiciendo.LagranvirtuddellibrodeKristalesque nunca pierde ni la esperanza ni el rastro y pone de manifiesto la con-sistenciadelavisindeBorgesdelatraduccin,ascomosucompleji-dad pendular. Pero tambin se le escapan algunos requiebros y, siguien-dolaspistasdeKristal,quizmerezcalapenamirarmsatentamenteala discreta irona de Borges, no para forzar su concrecin sino para trazarsus movimientos.Borges afirma que las diversas traducciones de un nico texto son dife-rentesperspectivasdeunhechomvil5,unaloteradeloqueseaban-dona y de lo que se subraya (un largo sorteo experimental de omisionesy de nfasis). Y prosigue con su observacin ms frecuentemente citadasobrelatraduccin;KristalcuentaqueelmismoBorgeslaincluyalmenos en tres ocasiones distintas en diversas publicaciones. Presuponerquetodarecombinacindeelementosesobligatoriamenteinferiorasuoriginal es presuponer que el borrador nueve es obligatoriamente inferioralborradorHyaquenopuedehabersinoborradores.Elconceptode texto definitivo no corresponde sino a la religin o al cansancio6.Acontinuacin Borgesescriberefirindosealasupersticindelainfe-rioridad de las traducciones, amonedada en el consabido adagio italiano,perolnoquieredecirquenopuedahabertraduccionesmalas,nica-mente que no tienen por qu serlo. Por la misma razn que los origina-les no tienen por qu ser buenos, y una de las bromas ms ingeniosas deBorgesenesteterrenoestensuinsinuacindequeunoriginalpuede185CRTICA5J. L. Borges, Obras completas, tomo 1, Versiones homricas, cit., 267 [N. de la T.].6Ibid.DiversoscrticoshanllamadolaatencinsobreelhechodequelaletraHcorres-ponde a la letra nmero 8 del alfabeto. Al hablar de recombinacin de elementos, Borgeshabla al mismo tiempo de la traduccin y del proceso creativo literario. La irona descansaen que si la traduccin es peor que el original, las correcciones sucesivas de un texto (ori-ginal o traducido), entonces, no hacen ms que empeorarlo [N. de la T.].ser infiel a sus traducciones. Incluso as, Borges est proponiendo que espreferibleunmodeloperversodelecturaaladesidiaoalarelatividadabsoluta. nicamente puede haber borradores significa que deberamos,como lectores, tratar todos los textos como obras en proceso; asumiendoque existen ambos, tanto la obra como el proceso. De modo parecido, eltexto definitivo existe en funcin de nuestras necesidades antes que delas de la obra misma. El hecho inasible seguir movindose hasta que nosdetengamos, o bien por dogma, o bien porque estemos demasiado can-sados para seguir sus movimientos. Pero es un hecho, no una fantasa nitampoco una invencin moldeada libremente por el lector.Las citas anteriores provienen del esplndido ensayo Las versiones hom-ricas,peroencontramosuntratamientomsdelicadoeirnicoenLostraductores de Las mil y una noches, el cual Kristal recoge como el msconsistente y brillante ensayo de Borges sobre la traduccin. Borges co-mienza su ensayo apelando al concepto de traducir en contra, como si latraduccinfuerasiempre(oamenudo)unintentodelimarlaansiedadde autoridad inducida por traducciones anteriores. Hay que entender esadinasta enemiga, dice Borges. Lane tradujo contra Galland; Burton con-tra Lane. Cada uno busca aniquilar a su predecesor. Pudiramos pensarque el texto traducido se pierde un poco en el proceso, y Borges efecti-vamente as lo cree. Tambin piensa que la prdida de un texto famosoen la traduccin puede ser una forma de encontrarlo que ha injertado otraliteratura. La virtud de estas traducciones en liza es que las mismas slo sedejanconcebirdespusdeunaliteratura.Cualesquierasuslacrasosusmritos,esasobrascaractersticaspresuponenunricoprocesoanterior.Peroeltextoinicialnodesaparece,ynodudaenhablardelafalsifica-cin7operada por Burton y por el resto.No obstante, Borges es ms sutil y ocurrente al abordar el trabajo de J. C. Mar-drus llamado Madrus a lo largo de todo el libro de Kristal, que publicuna traduccin en 1906 de las noches arbigas que despert las sospechasde Borges precisamente por su subttulo: Traduction littrale et compltedu texte arabe. Borges, despus de todo, admira este trabajo pero prin-cipalmente por su infidelidad creadora y feliz. Pero lo admira? Mardrustraduce lujosamente, dice Borges, continuamente quiere el trabajo; rea-liza contribuciones personales, donde la palabra para referirse aqu a lascontribuciones es obsequios, regalos o donativos. En general, dice Bor-ges, Mardrus no traduce las palabras, sino las representaciones del libro:libertad negada a los traductores, pero tolerada a los dibujantes, a quie-nes les permiten la adicin de rasgos de ese orden. Mardrus nunca dejade maravillarse de la pobreza del color oriental de Las mil y una nochesy con una persistencia no indigna de Cecil B. de Mille, prodiga los visires,los besos, las palmeras y las lunas. Borges afirma que, por supuesto, no cri-ticaaMardrusporestasdivagaciones;omejor,parasermspreciso,l186CRTICA7Ibid., Los traductores de Las mil y una noches, pp. 431-432 [N. de la T.].dice que deplorara no por Mardrus, sino por m si leyramos en susobservacionesunpropsitopolicial.Sufinalidad,diceBorges,noesten hacer aicos sino en documentar la extendida admiracin por la ver-sindeMardrus.Perosepuedesospecharsinserunpolica,yesmuydifcil no ver aqu, ms all del reconocimiento de los encantos del orien-talismo,unaadscripcinalaideamscorrectadeunOrientemenosornamentado.Por mi parte considero que Borges ofrece, y esto es lo que hace su argu-mento tan difcil de precisar o de sintetizar, una crtica oblicua pero devas-tadoradeambasideas,tantodelacreatividadcomodelafidelidad.Lacreatividad resulta exquisita, sugiere, si a uno no le preocupa la diferen-cia entre el autor del xodo y Cecil B. de Mille. La fidelidad est bien sia uno no le importa ser un pedante soporfero. En todas y en cada unade las traducciones se darn oportunidades para una eleccin creativa yla fidelidad no tiene por qu ser tediosa, pero abrazar simplemente unade estas abstracciones marcar un lmite a la nica actividad relevante, eldilogo prolfico y potencialmente infinito entre los textos. Cuando Borges,escribiendo sobre Mardrus, utiliza la furtiva frase finge traducir8, sin lugar adudasestsugiriendolocontrario,unatraduccinqueseraloautntico.Pero lo autntico sera sumamente diverso, y nadie dijo que fuera sencillo9.187CRTICA8Ibid., pp. 443-445 [N. de la T.]. 9MichaelWoodesprofesordeinglsyliteraturacomparadaenPrinceton.TheRoadtoDelphi: Scenes from the history of Oracles aparecer publicado a finales de este ao.