Metahagiografía áurea: los santos en el diccionario de ... · PDF fileCRITICÓN, 92, 2004, pp. 47-64. Metahagiografía áurea: los santos en el diccionario de Sebastián de Covarrubias

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  • CRITICN, 92, 2004, pp. 47-64.

    Metahagiografa urea:los santos en el diccionario

    de Sebastin de Covarrubias

    Dominique ReyreLEMSO-FRAMESPA

    Universidad de Toulouse-Le Mirail

    Tambin hay santos en los diccionarios. En ellos los varones canonizados ybienaventurados, las vrgenes y los mrtires hallan lugar al lado de los papas, reyes yotros insignes personajes de todos los tiempos. Pero qu santos? y Por qu tan slounos cuantos reciben derecho de entrada en las columnas del diccionario? Formanparte de la "pequea vida" de su autor o, al contrario, tienen que ver con las grandesideas que ste defendi a costa de su pluma? En ambos casos, no cabe duda de que,vislumbrando la multitud de los santos, todo diccionarista, semejante a San Pablo queya en los albores de la cristiandad exclamaba: Envueltos como estamos en una grannube de mrtires! (Heb. 12, 1), no dejara de experimentar una sensacin de vrtigofrente a la constelacin de mrtires a quienes contemplara a la hora de elegir tan slo aunos cuantos predestinados a la gloria lexicogrfica.

    Tales angustias debieron de asaltar al cannigo Sebastin de Covarrubias, cuando seencontr en la rigurosa necesidad de seleccionar tan slo a algunos mrtires, confesores,santos y vrgenes para insertarlos en la nomenclatura del primer diccionario monolinguede la lengua espaola y, ms que todo, cuando se hall en la obligacin de no herir ladelicada sensibilidad de sus coetneos, la de las regiones, ciudades y hermandades deEspaa, protegidas todas ellas por su santo! Covarrubias no poda ignorar que loslectores de su Tesoro escudriaran cada pgina en busca de sus santos patronos y que,al no hallarlos, se sentiran agraviados y no dejaran de reprochar al autor su descuido,

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    cuando no su menosprecio. Y es lo que pudo ocurrir, segn refiere el propio cannigoen la entrada FERNANDO del Suplemento1 donde dice:

    Atemorizado con la multidud de cosas a que haba que acudir, desconfiando pudiera llegar alfin y cumplimiento de esta obra, fui atracando mucho de lo que haba de decir, y por estacausa me han hecho cargo algunos curiosos de haber sido tan sucinto... (Sup., 244)

    As es como, para dar satisfaccin a estos curiosos, emprendi Don Sebastin laredaccin de un Suplemento (concebido para completar, revisar y enmendar el Tesoro),multiplicando por dos el nmero de entradas que haba dedicado a los santos en suTesoro, y logrando reunir por fin en su dptico lexicogrfico ms de un centenar dedefiniciones de ndole hagiogrfica, cifra de razonable importancia si se compara con lade los santos evocados en los martirologios de la poca (que ofrecen un promedio denovecientas rbricas)2.

    Huelga decir que en el presente estudio no pretendemos comparar diccionario ymartirologio, por ser ambos gneros muy distintos tanto por su funcionamiento comopor su finalidad. Tan slo quisiramos investigar los criterios adoptados por nuestrocannigo en su seleccin de santos y santas3 y, a partir de ah, proponer unos elementosinterpretativos y unos principios que pudieron informar la concepcin del santoralcovarrubeo.

    Primero y sin lugar a dudas, imperaron las exigencias impuestas por el gnerolexicogrfico de aquel entonces, exigencias que se derivan de su triple funcin: ladidctica (transmite una enseanza), la normativa (establece reglas) y la ideolgica(emana de las clases cultas y pudientes de la sociedad, reflejando su propio sistema decreencias)4. De ah que la clave interpretativa ms fehaciente sea la del contextopoltico-religioso, y que, en el caso de un Covarrubias, la seleccin de santos y santasoperada al hilo de las pginas del Tesoro de la lengua castellana o espaola publicadoen 1611, refleje los preceptos dictados por el Concilio Tridentino en materia dehagiografa. Recordaremos tan slo el ms importante de dichos preceptos, que es elrespeto a la verdad de los hechos, que todos los obispos y todas las personas encargadasde ensear tenan que acatar para que

    intruyesen con exactitud a los fieles ante todas cosas sobre la invocacin e intercesin de lossantos, honor de las reliquias y uso legtimo de las imgenes, segn las costumbres de la

    1 A partir de aqu Tes. y Sup. seguidos de la pgina de referencia.2 Recuento realizado a partir del Martyrologue ou ide genrale de la vie des saints, Paris, Couterot,

    1680. Un martirologio incluye a todos los mrtires y confesores de la fe, muertos desde la creacin del mundohasta la poca de su redaccin.

    3 Vase la definicin que da Covarrubias de esta voz: SANTO. En su primitiva derivacin viene del verbosantio, is, ui, tum, xi, ctum, stabilio, consacro, ratum fado, firmo; hinc deducitur sanctus, a, um, por el santoo cosa santa dedicada a Dios. Y santos, los hombres a quien Dios ha escogido para s, principalmente laSantsima Virgen Mara, los apstoles, los mrtires, los confesores y vrgines, tenidos y admitidos en la IglesiaCatlica. Y fuera desto llamamos santos a los hombres virtuosos, religiosos, de buena vida y ejemplo, inverbo sanctis vide D. Thomam, 2,2, quaest. 8, artic. ultimo. San Isidoro, lib. 10 Etymologiarum, lit. S:Sanctus veteri consuetudine appelatus, eo quod hiqui purifican volebant sanguine hostiae tangebantur et exhoc sanc nomen acceperunt, etc. Quasi a sanguine (Tes., 926).

    4 Vase Buzn, 1979, p. 41.

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    Iglesia Catlica y Apostlica, ensendoles que los santos que reinan juntamente con Cristo,ruegan a Dios por los hombres, que es bueno y til invocarles humildemente y recurrir a susoraciones, intercesin y auxilio. Destirrese absolutamente toda supersticin en la invocacinde los santos, en la veneracin de las reliquias, y en el sagrado uso de las imgenes [...]. As seconfirmar al pueblo recordndole los artculos de la Fe [...], exponiendo a los ojos de losfieles los saludables ejemplos de los santos.5

    Esta preocupacin fundamental por la exactitud fue el constante norte que, en lapoca, deba guiar a cuantos escriban sobre los santos, y en este contexto postridentinotenemos que reinscribir la labor lexicogrfica de Covarrubias si queremos apreciar laespecificidad de su aportacin a la hagiografa urea. As podremos entender por qunuestro cannigo pudo utilizar su diccionario como una valiosa arma para lucharcontra confusiones y falsas devociones, intentando puntualizar de qu santo se hablaba,quin haba sido, dnde se haba hecho la deposicin de su cuerpo, dnde se hallabansus reliquias y, por consiguiente, dnde, cundo y cmo se haba de venerar e invocar.Cierto es que a todas estas preguntas no pretenda responder Covarrubias de manerasistemtica, dado el reducido espacio del que dispona en el marco de las entradas de sudiccionario. Sin embargo, no ser cosa descabellada pensar que nuestro cannigoseleccion y desarroll preferentemente las vidas de santos que conllevaban los aspectosms controvertidos o litigiosos en su poca. Tanto es as que, para nosotros, el"Santoral6 de Covarrubias" constituye un relevante exponente de las cuestiones y de losdebates que, en la Espaa urea, se entablaban en torno a la hagiografa.

    Teniendo esto en mientes, y sin perder de vista las exigencias de la escrituralexicogrfica que hacen que la presentacin de la vida de un santo en un diccionario seanecesariamente fragmentaria y elptica, intentaremos en este trabajo apreciar laaportacin de Covarrubias a la hagiografa urea. Para ello, iremos desglosando losartculos del Tesoro y del Suplemento que tratan de santos y santas, dejando de lado, demomento, los comentarios esparcidos en otras definiciones. Para mayor claridad delanlisis, distinguiremos tres apartados sucesivos: el primero se dedicar a los elementosde apertura y clausura de las entradas, como son respectivamente las glosasetimolgicas de los nombres de los santos y las fechas del calendario (pueden darsecasos en que stas aparezcan inmediatamente despus de la etimologa o de laidentificacin del santo, vase infra JORGE); el segundo estudiar la informacin dadasobre las vidas de los santos; y el tercero examinar los comentarios personales deCovarrubias sobre la devocin, la iconografa y la paremiologa.

    LAS E T I M O L O G A S DE L O S N O M B R E S DE S A N T O S Y SUS G L O S A S

    Suele encabezar la entrada dedicada a un santo despus del lema que declina suidentidad la etimologa de su nombre, cosa nada sorprendente en un diccionario

    5 Vase el texto del decreto de la Congregacin General, aprobado en Roma, el 3 y 4 de diciembre de1563, en la sesin XXV del Concilio Tridentino (citado por Civil, 1996, pp. 80-82).

    6 Empleamos la voz Santoral en el sentido general de relacin cronolgica o alfabtica escrita desantos de especial devocin, por una determinada iglesia, orden o regin geogrfica. El Santoral incluye elMartirologio, los ritos litrgicos, todo tipo de advocaciones, la dedicacin a determinadas baslicas,acontecimientos histricos relacionados con la Iglesia... (vase Montes, 2001, p. 205).

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    realizado fundamentalmente para documentar las races de los vocablos y de losnombres, ni tampoco nueva puesto que, desde la Edad Media, las leyendas de santossolan contener comentarios etimolgicos7 con miras a exaltar la figura de sus hroes.Como es sabido, dichos comentarios remiten a la teologa bblica del nombre, segn lacual Dios cifr en el nombre del personaje la especificidad de su vocacin a la santidad.As, la Biblia ensea que Daniel ('Justicia de Dios' en hebreo) alcanz la santidadcumpliendo con la misin inscrita en su nombre, o sea restaurando la justicia de Diosen la corte de Nabucodonosor. Ser intil detenernos en este aspecto de la cuestin dela teologa bblica de los nombres, tan utilizada en otros gneros como el teatro o lapoesa, pero merecer la pena fijarse en la aplicacin especfica que Covarrubiaspropone de dicha teologa en su diccionario.

    Leamos, a modo de ejemplo, la entrada AMB