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9 7 7 1 6 9 5 0 8 8 7 0 3 0 0 0 0 5 Nº 5/2003 6,5Pensamiento y lenguaje Pensamiento y lenguaje · Gómez Pereira · Reparación del sistema nervioso central · Redes de la memoria · Zumbido de oídos · Ver a ciegas · Gómez Pereira · Reparación del sistema nervioso central · Redes de la memoria · Zumbido de oídos · Ver a ciegas 4 o trimestre 2003

Mente y Cerebro 05. Pensamiento y Lenguaje

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Mente y Cerebro 05. Pensamiento y Lenguaje

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Nº 5/20036,5€

Pensamientoy lenguaje

Pensamientoy lenguaje

· Gómez Pereira

· Reparación del sistema nervioso central

· Redes de la memoria

· Zumbido de oídos

· Ver a ciegas

· Gómez Pereira

· Reparación del sistema nervioso central

· Redes de la memoria

· Zumbido de oídos

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Octubre de 2003Nº 5SUMARIO

Pensamientoy lenguaje

Pensar y hablarLudwig Jäger¿Hemos de “pensar primero y luego hablar”? Así reza un viejo consejo.Pero sólo en el proceso de la comunicación surge nuestra concepción del mundoy se configura la estructura de los procesos mentales.

18

Procesamiento cerebral del lenguajeAngela D. Friederici¿Dónde procesa nuestro cerebro los elementos del lenguaje hablado? Las últimasinvestigaciones hablan de la activación secuencial de distintas regiones cerebrales,con una pauta temporal muy precisa.

26

Las redes de la memoriaGuillén Fernández y Bern WeberEl cerebro decide muy rápido qué sucesosretiene de la fugaz corriente de la vida.

51

Reparación de las lesionesdel sistema nervioso centralManuel Nieto SampedroLas lesiones producidas en el sistemanervioso central son la causa principalde la discapacidad funcional permanente.

10

Agudeza visual de las focasHermann EnglertCiegos, observadores de las estrellasy sibaritas. De todo hallamos entre losejemplares del acuario de Bochum.

58

Reflexión en grupoWolfgang Stroebe y Bernard Nijstad“Cuatro cabezas son más creativas queuna sola”, se dice mientras convoca unareunión en busca de ideas nuevas.

64

Zumbido de oídosG. Langner y E. Wallhäusser-FrankeEl fenómeno de los zumbidos de oídosrepresenta una tortura casi insoportablepara muchas personas.

70

Las cicatrices de la infanciaKatharina Braun y Jörg BockVivencias traumáticas y falta de cariño enlos primeros años de vida pueden alterarlas conexiones en el cerebro.

78

Ver a ciegasPetra StoerigAunque un ataque de apoplejía puedacegar, en la mayoría de los casos siguenllegando informaciones, si bieninconscientemente, de los ojos al cerebro.

82

Neurobiología del tranceRüdiger Braun¿Funciona la hipnosis? ¿Tiene efectoscurativos el estado de trance?

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Conocimientoe innovación

Neurofilosofía

Robots dialógicos. Los pesimistas. Los neurodirec-tivos.

Los beneficios de la siesta. Memoria animal. De-sarrollo de las espinas. ¿Era autista Newton? Modi-ficación de la orientación. Dolor y microglía. Infeccio-nes y aspirina. Menos suicidios en Europa. Tasa demortalidad. Paro, depresión y genética

Gómez Pereira(1500- post 1563)

Sincronización y aprendizajeDonald Hebb, famoso psicólogo canadiense, des-cribió, hace más de medio siglo, la autoorganiza-ción de las células nerviosas. Dio así los primerospasos hacia el descubrimiento de las bases cere-brales del aprendizaje.

Libres, pese a todoCon personas que niegan la existencia del librealbedrío tiene suficiente experiencia cualquier psi-quiatra requerido por el juez. Durante los últimosveinte años se ha venido repitiendo en mediospenalistas y psquiátricos que no es responsable eldelincuente, sino “la sociedad”. Ahora el lugar deésta lo ocupa “el cerebro”.

SECCIONES

RETROSPECTIVA

PUNTO DE MIRA

8

ENCEFALOSCOPIO

5

46

SYLLABUS

92

LIBROS

94ENSAYO FILOSÓFICO

96

MENTE, CEREBRO Y SOCIEDAD

47

Antes de saber hablar, los niños pueden pensarSabina PauenEs raro que los niños hablen antes del primer año. Pero sí pueden pensar. Muchoantes de que digan “mamá” aprenden a ordenar sus experiencias.

30

Procesamiento inconsciente de la informaciónBettina RolkeNuestro cerebro evalúa sin cesar una multitud de informaciones procedentes denuestros sentidos. Lo hace de forma inconsciente. Pero, ¿quién podría pensar que sepueden leer palabras e incluso “comprender” su significado sin que nos demoscuenta?

36

MentirasUlrich KraftCon la verdad se llega lejos; la mentira, en cambio, tiene las patas muy cortas.¿Es cierta esa contraposición? Psicólogos, antropólogos y neurobiólogos sostienenque mentir constituye un componente esencial de nuestra inteligencia social.

39

Instituto Max Planck de Psicolingüística de NimegaAnnette LessmöllmannEn ese centro lingüistas, psicólogos, etnólogos, neurobiólogos ymédicos investigan sobre las relaciones entre pensamiento y lenguaje.

44

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Portada: PICTURE PRESS

COLABORADORES DE ESTE NUMERO

ASESORAMIENTO Y TRADUCCIÓN:

JUAN AYUSO: Pensar y hablar, Procesamiento cerebral del lenguaje,Mentiras, Punto de mira, Robots dialógicos, Los pesimistas yNeurobiología del trance; I. NADAL: Antes de saber hablar, los niñospueden pensar, Los neurodirectivos, Las redes de la memoria, Las ci-catrices de la infancia y Ver a ciegas; ALEX SANTATALA: Pro-cesamiento inconsciente de la información; FRANCESC ASENSI: InstitutoMax Planck de Psicolingüística de Nimega y Agudeza visual de las fo-cas; IGNACIO NAVASCUÉS: Reflexión en grupo y Zumbido de oídos;STEPHAN POHL: Syllabus.

Copyright © 2003 Spektrum der Wissenschaft Verlagsgesellschaft mbH, D-69126 Heidelberg

Copyright © 2003 Prensa Científica S.A. Muntaner, 339 pral. 1.a 08021 Barcelona (España)

Reservados todos los derechos. Prohibida la reproducción en todo o en parte por ningún medio mecánico, fotográficoo electrónico, así como cualquier clase de copia, reproducción, registro o transmisión para uso público o privado,

sin la previa autorización escrita del editor de la revista.

ISSN 1695-0887 Dep. legal: B. 39.017 � 2002

Imprime Rotocayfo-Quebecor, S.A. Ctra. de Caldes, km 3 - 08130 Santa Perpètua de Mogoda (Barcelona)

Printed in Spain - Impreso en España

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Mente y cerebro 05/2003 5

ENCEFALOSCOPIO

Los beneficios de la siesta

Mientras dormimos, la conciencia se desvanece, pero el cerebro sigue activo. Emite éste ondas eléctricas lentas

durante el sueño profundo, en que los músculos se hallan rela-jados, y ondas irregulares durante el sueño paradójico, enque movemos los ojos bajo las párpados y se acelera nues-tro ritmo cardíaco. Si el sueño profundo regenera el cuerpo yredistribuye la energía en los músculos, el sueño paradójicoconsolida determinados recuerdos de la jornada. Investiga-ciones recientes han descubierto que una siesta de una horacumple ese papel de consolidación.

Podemos despertarnos de la siesta con una mayor capa-cidad para reconocer mejor ciertas formas geométricas.SarahMednick, de la Universidad de Massachusetts, mostró a ungrupo de voluntarios ciertos patrones de barras horizontalesmuy finas y apretadas.Tras las barras horizontales había ban-das oblicuas, en dos configuraciones (véase la figura). Losparticipantes debían, en fracción de segundo, determinar laconfiguración de las barras oblicuas que había detrás de lasbarras horizontales. A una parte del grupo, Mednick mandóecharse una siesta de una hora, mediado el día de entrena-miento. Los individuos que habían dormido la siesta obtuvie-ron mejores resultados que los que se dedicaron a otra ocu-pación.Lo que era más.Sus resultados, tras la siesta, mejorabanel rendimiento alcanzado en el momento más acertado de lamañana: aprendieron durmiendo.

Los tests de discriminación visual consisten en decir,en una fracción de segundo, cuál era la alineación seguida

por las barras oblicuas que se hallan detrás.Antes de la siesta, la discriminación parece difícil (a y b).

Después, el sistema visual mejoró mucho (c y d).

a b

c d

Memoria animal

Los humanos miramos hacia atrás para recuperar la viven-cia de acontecimientos pasados (memoria episódica) y

hacia delante para anticiparnos a necesidades previsibles. Sin

mayor prueba en contra, parecía que se trataba de una doblefacultad exclusiva de las personas.Hasta que se ha decido some-ter a prueba en las aves que guardan su alimentación; las hayque, en efecto, forman recuerdos integrados y flexibles de loque habían escondido, dónde lo habían guardado y cuándo.

Desarrollo de las espinas

La comunicación entre neuronas se produce a través de la sinapsis.Estas estructuras residen, en determinados tipos de neuronas, en unos salien-

tes celulares que reciben la denominación de protrusiones espinosas.Según parece, el desarrollo de las espinas puede venir inducido por neu-ronas estimuladoras, lo que significaría que los cambios operados en ladensidad de espinas reflejaría cambios en la actividad sináptica. Se acabade descubrir que el responsable directo del crecimiento de las espinas esuna proteína. Dicho polipéptido, GluR2, forma parte de un canal iónico res-ponsable de la transmisión de señales entre neuronas.

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6 Mente y cerebro 05/2003

Dolor y microglía

El dolor nos alerta del peligro, en particular si el daño está escondido.El dolor neuropático, crónico, acostumbra aparecer cuando han que-

dado dañado un nervio por intervención quirúrgica, presión de los hue-sos, diabetes o una infección. Se trata de una afección importante, queafecta a millones de personas en todo el mundo. En algunos casos nopueden paliarlo los analgésicos al uso. Acontece así con la alodinia tác-til. Quien la padece llega a sufrir un dolor intenso ante estímulos quepor lo común son indoloros. En experimentos con ratas a las que sehabía provocado alodinia táctil mediante lesión del nervio se ha com-probado que la inhibición farmacológica de los receptores P2X4 sitos enlas células de la microglía, bloqueaban la sensación dolorosa.Los recep-tores P2X intervienen en la neurotransmisión sináptica. Que en la alo-dinia táctil se requiere la activación de los receptores P2X, quedó demanifiesto cuando se observó que las células de la microglía en las quese había inducido receptores P2X4 replicaban los signos de la alodinia.Ahora bien, la microglía hiperactiva participa en la patogénesis de lasenfermedades neurodegenerativas y en el accidente cerebrovascular;por consiguiente, si aumenta la concentración microglial de receptoresP2X4 en dichas condiciones, tales receptores podrían constituir un obje-tivo terapéutico determinante en las alteraciones del sistema nerviosocentral y en la hipersensibilidad ante las lesiones nerviosas.

Trayectoria que sigue el dolor. Las células nerviosas de la periferiadel organismo sienten el dolor y envían la información

a neuronas espinales (recuadro), desde donde cursa hasta el cerebro.Si se corta el nervio periférico, se congregan

las células gliales y producen receptores P2X4.

NERVIO DE LA ESPINA DORSAL

NERVIO PERIFERICO

MICROGLIA

Modificación de la orientación

El cerebro construye la noción de derecha e izquierda graciasa neuronas especializadas. Ciertas neuronas sólo reaccio-

nan cuando vemos un objeto moverse hacia la derecha, en tantoque otras se excitan si vemos el movimiento de un objeto haciala izquierda. En un ensayo realizado con simios se ha demostradorecientemente que esta noción puede manipularse mediantecorrientes eléctricas. En el experimento, realizado por JochenDitterich, de la Universidad de Washington, consistía en implan-tar un electrodo en neuronas de simios, neuronas específica-mente sensibles a los movimientos hacia la derecha. El simiodebe reparar en una pantalla qué objetos se desplazan hacia laderecha. Si se le retira el electrodo, no comete ningún error, peroen cuanto el electrodo emite una leve corriente, el mono confundela orientación de los objetos.

¿Era autista Newton?

¿Es posible que uno de los mayores genios de todos lostiempos, Isaac Newton, tuviera un serio problema men-

tal? Eso creen, al menos, el psicólogo Simon Baron-Cohen, dela Universidad de Cambridge, y el matemático Ioan James, dela de Oxford. Habría padecido el síndrome de Asperger, unaforma particular de autismo. El autismo puede presentarse endiversos grados de gravedad e ir asociado a capacidades insó-litas. Por lo demás, el síndrome de Asperger no comporta pro-blemas de desarrollo intelectual. Según Baron-Cohen, presen-taba el cuadro típico de dicho síndrome. Genio absoluto en elcampo de la matemática, se mostraba obsesivo en el trabajo,hasta el punto de olvidarse de comer cuando se hallaba absortoen los cálculos.

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Mente y cerebro 05/2003 7

Infecciones y aspirina

En un número reciente del Journal of Clinical Investigationse exponían los resultados de un estudio sobre la virtud

de la aspirina para combatir las infecciones. El ácido salicíli-co, metabolito principal de la aspirina, puede regular dos genesde Staphilococcus aureus y reducir la capacidad de la bacte-ria para adherirse a las células del cuerpo.

Paro, depresión y genética

La depresión constituye una de las cinco causas principa-les de incapacidad del mundo. A la depresión puede lle-

garse por la pérdida del trabajo. Pero no todos los que estánen paro caen en ésta. En un estudio de un grupo extenso deadultos jóvenes de Nueva Zelanda, se ha demostrado que losmás proclives a la depresión portan una variante alélica pe-culiar del gen que determina al transportador de serotonina,una proteína que controla los niveles de este neurotransmi-sor en las sinapsis cerebrales. El estudio avala la tesis de quelas enfermedades mentales y otras patologías complejas nopueden explicarse sólo por factores genéticos o sólo por fac-tores ambientales, sino que surgen de la interacción entreambos. El gen en cuestión cifra la síntesis de 5-HTT, un trans-portador químico que ajusta la transmisión de la serotonina.El gen se presenta en dos versiones comunes: el alelo largo(l) y el alelo corto (s, por “short”).

El estudio se basa en una muestra de 847 voluntarios, alos que se ha seguido a lo largo de más de dos decenios,desde la edad de 3 años. Se computaron episodios biográfi-

cos con escenas de estrés —fracasos amorosos, privacio-nes, enfermedad y crisis laborales— que acontecieron entrela edad de 21 y 26 años. Se les preguntó también a los volun-tarios de 26 años si se habían sentido deprimidos en el añoanterior. Los investigadores contrastaron la respuesta con unsegundo test de ratificación a los amigos sobre los síntomasde depresión de los voluntarios. En total, el 17 % de los par-ticipantes en el estudio informaron de un episodio de de-presión grave en el año anterior y un 3 % declararon haberespeculado con el suicidio. Entre los voluntarios que dijeronno haber sufrido situaciones angustiantes graves, la proba-bilidad de depresión era la misma, con independencia de susalelos 5-HTT. Pero los efectos negativos de experienciasadversas eran más intensos entre las personas con un alelos y, mayor incluso, si portaban dos alelos s. Para las perso-nas con dos alelos s (17 % del grupo), la probabilidad de unaepisodio depresivo grave se elevó hasta un 43 % entre laspersonas que habían sufrido cuatro o más episodios angus-tiantes. Retrotrayéndose a los registros de abusos infantiles,la investigación descubrió un vínculo adicional entre gen de5-HTT y la depresión.

Menos suicidios en Europa

En los últimos veinte años la mortalidad por suicidio en laUnión Europea ha caído en un 15 por ciento en el caso

de los varones y casi un 30 por ciento en el de las mujeres.Se trata, empero de un avance desigual. En efecto, para lasmujeres la disminución afecta a todos los países de la UniónEuropea, para los varones concierne sobre todo a Europaseptentrional y central. España e Italia, dos naciones con una

tasa tradicionalmente baja, no han registrado cambios sig-nificativos en el último decenio. Sin embargo, por vez primera,se ha experimentado una mejoría en el Este europeo yHungría, que tenían la tasa de mortalidad más alta del mundo;en esos países ha caído un 26 por ciento en los varones yun 46 por ciento en las mujeres. (En cambio, la tasa siguesiendo altísima en Rusia, donde los suicidios superan los falle-cimientos por enfermedades cardiovasculares de sus coe-táneos de la Unión Europea.)

Tasa de mortalidad

Durante más de un siglo y medio, exactamente desde 1825 hasta 1992, se admi-tía que la mortalidad de los organismos de larga vida aumentaba de una forma

exponencial. La tesis la propuso Benjamin Gompertz en un trabajo publicado porlas Philosophical Transactions de la Regia Sociedad de Londres. Pese a que esaidea parecía confirmarse en numerosos ejemplos, la rebatieron en un artículo apa-recido en Science James R. Carey y otros. No hay tal crecimiento exponencial, si-no que se produce una meseta cuando se alcanza determinada edad, muy elevada.Lo que no se sabe todavía con certeza es la razón de dicha planicie. Las opcionesse reducen a dos principales: la hipótesis de la heterogeneidad y la hipótesis selec-tiva. De acuerdo con la primera, a lo largo del tiempo los individuos de baja tasade mortalidad formarían una sola cohorte, porque los demás habrían fallecido,razón por la cual se nivelaría la tasa de mortalidad en edad avanzada. Para la hipó-tesis selectiva, las tasas de mortalidad están moldeadas por la selección natural,selección que termina por dar lugar a una nivelación de las tasas de mortalidad aedad avanzada. (En esta segunda pues, no se requiere ninguna heterogeneidaden la población).

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José María López Piñero

Gómez Pereira nació en Medinadel Campo y era hijo del comer-ciante Antonio Pereira, quizá de

origen judeoconverso, y de Margarita deMedina, también de una familia de mer-caderes. En la Universidad de Salamancafue discípulo de Juan Martínez Silíceo,del que aprendió la filosofía natural deorientación nominalista, y estudió medi-cina de acuerdo con los supuestos delgalenismo arabizado anterior al huma-

nista. Tras graduarse volvió a Medina,donde permaneció el resto de su vidadedicado al ejercicio de su profesión ya los negocios familiares. Llegó a tenergran prestigio como clínico, como lodemuestra el hecho de que fuera llamadoa la Corte para asistir al príncipe donCarlos, aunque no llegó a desempeñarningún puesto en la casa real. Fue, porel contrario, el prototipo de médico eintelectual plenamente integrado en elestamento burgués de Medina, durantelos años de florecimiento económico dela ciudad. Ello influyó en el carácter desu obra científica, que no puede equi-pararse a la procedente de las universi-dades de la época.

Publicó únicamente dos libros, ambosresultado, al parecer, de una preparacióndurante varias décadas. El primero, quetituló Antoniana Margarita (1554) enhonor de sus padres, es una de las obrasmás famosas de la historia del pensa-miento científico español. Su tema cen-tral es la insensibilidad de los animales(bruta sensu carent), que fue el primeroen defender. Con un razonamiento seme-jante al de la estatua de Condillac, afirmaque si los animales sintiesen, tendríancapacidad de juzgar y no se diferencia-rían de los seres humanos: �Si los ani-males ejerciesen los actos de los senti-dos exteriores como el ser humano, unperro o un caballo al ver a su dueño con-cebiría lo mismo que concibe un serhumano cuando ve a su señor y afirmaríamentalmente que aquél era su amo... lue-go habría que concederle la distinción,que es la más importante de las operacio-nes racionales... Si los animales sientencomo nosotros y juzgan, componen ydistinguen... ¿Dónde queda la diferen-cia específica del ser humano? ¿Por quéle llamamos animal racional?�. Aunqueno utiliza la palabra �autómata�, concluyeque los animales �se determinan a obrary a moverse mediante ciertas cualidadestransmitidas por los objetos extrínsecosa los órganos de los sentidos�. Esta teo-ría, que le lleva a estudiar el comporta-miento animal con gran detalle, suponeuna determinada filosofía natural. En surigurosa tesis (1975), José Bernia demos-tró que era falso el atomismo y el meca-nicismo que Menéndez Pelayo y otrosautores le habían atribuido arbitraria-mente. Su física continúa siendo la tra-dicional, aunque sustituya la materiaprima aristotélica por los cuatro ele-mentos considerados en su conjunto, dedonde procederían las cualidades pri-marias. Fundamentalmente, es la filoso-fía natural nominalista que había apren-dido de un seguidor de los calculatoresbajomedievales como Martínez Silíceo.También la anatomía y la fisiología delsistema nervioso en la que se basa es ladel galenismo arabizado que había estu-

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RETROSPECTIVA

Gómez Pereira(1500- post 1563)La psicología de los animales

1. Portada de la primera edición deAntoniana Margarita (1554) de GómezPereira.

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Mente y cerebro 05/2003 9

diado en Salamanca. Su rebelión frentea la autoridad de Aristóteles y Galeno esmuy distinta a la surgida en el seno delmovimiento humanista. Afirma queErasmo de Rotterdam y los demás auto-res de su mentalidad se limitaban a unamera discusión terminológica, en lugarde interesarse por el discernimiento dela realidad. Considera que ha consegui-do romper la �fascinación� de los clási-cos, actitud que puede servir de ejemploa los �que, como yo, se esfuercen eninvestigar la verdad�. De todas formas,recomienda cautela en la crítica de lasdoctrinas antiguas, que reserva para laedad madura tras una vida dedicada alestudio.

El libro de Gómez Pereira motivó doscríticas inmediatas. Miguel de Palacios,catedrático de teología en Salamanca,lo atacó desde la ortodoxia académicaen sus Objectiones... adversus nonnullaex multiplicibus paradoxis AntonianaeMargaritae (1555). Francisco de Sosa,vecino de la propia Medina, defendió�que los brutos sienten y por sí se mue-ven�, en su Endecálogo contra AntonianaMargarita (1551), sátira destinada a lec-tores burgueses. Más tarde, la teoría deGómez Pereira acerca de la insensibili-dad de los animales fue expuesta y cri-ticada por el médico Francisco Valles enDe sacra philosophia (1587) y porFrancisco Suárez en De anima (1621),obras ambas de gran difusión en todaEuropa.

Como pensador antiaristotélico se refi-rieron a Gómez Pereira dos simpatizan-tes del atomismo del siglo XVII: el rio-jano Rodrigo de Arriaga, que era profesorde la Universidad de Praga, en un Cursusphilosophicus (1632) reeditado siete

veces para los centros docentesjesuitas, y el médico portuguésIsaac Cardoso, exiliado enVenecia por judaizante, en suPhilosophia libera (1673). Elpropio Descartes, en una cartade 1641 a una personalidad tansignificativa como Marin Mer-senne, dijo que no conocía An-toniana Margarita y que no leinteresaba. Sin embargo, a par-tir de esta época se relacionó demodo habitual con su obra, aun-que sus adversarios lo hicieronpara cuestionar su originalidad,como ya a finales del siglo hizoel obispo Pierre Daniel Huet en

su Censura philosophiae cartesianae(1689). La teoría de Gómez Pereira fuetambién tenida en cuenta por otras figu-ras clave en la configuración de las imá-genes modernas del organismo animal.En su tratado De anima brutorum (1672),el médico inglés Thomas Willis lo citócomo el primer autor que había defen-dido que los animales carecen de sensa-ción. Utilizando la expresión �les bêtessont des machines� y planteando su posi-ble influencia sobre Descartes, algo pare-cido hizo Pierre Bayle en un comenta-rio publicado en su revista Nouvelles dela Republique des Lettres (1684), queamplió en el artículo dedicado a Pereira

de su Dictionnaire Historique et Critique(1695-1697).

Durante el siglo XVIII, médicos tanimportantes como el suizo Albrecht vonHaller, el aragonés Andrés Piquer y elfrancés Théophile Bordeu se ocuparon dela teoría de Gómez Pereira. Una reediciónde sus dos libros se publicó en Madrid(1749) y no se han localizado ejemplaresde otra muy anterior en Frankfurt (1610),que cita Nicolás Antonio. Lo convirtie-ron en uno de los tópicos de la apologíade la ciencia española Feijoo y más tardeJuan Pablo Forner y el italiano CarloDenina, funcionario en la corte prusiana.El enfoque nacionalista se acentuó en lasegunda fase de la llamada �polémicasobre la ciencia española�, durante la cualMarcelino Menéndez Pelayo escribió sufamoso artículo sobre Antoniana Marga-rita (1878-79).

La condición de mero debate ideoló-gico de esta polémica y el obstáculo queha significado para la investigación his-tórica se refleja, una vez más, en la ausen-cia de estudios rigurosos sobre Pereirahasta fechas muy tardías. Apesar del inte-rés por su obra que el gran historiador dela medicina Max Neuburger dio a cono-cer en 1936, la tesis de Bernia, desgra-ciadamente inédita, continúa siendo elúnico acerca de su teoría de la psicologíaanimal y solamente José Jiménez Girona(1966-67) ha analizado en detalle susegundo libro, fundamentalmente dedi-cado a las fiebres: Nova veraque medici-na experimentis et evidentibus rationi-bus comprobata (1558). A pesar de suarrogante título se enfrenta con la pire-tología tradicional con un método pura-mente escolástico que, lo mismo queAntoniana Margarita, utiliza ampliamentela argumentación ad absurdum. Lossupuestos básicos son los que ya hemosexpuesto. Afirma que el calor patológicono se distingue del natural más que porsu cantidad. Define la fiebre como un�calor inmoderado... engendrado en todoel cuerpo por la naturaleza, que se esfuerzaen producirlo�, enunciando así un aspectobásico de la concepción moderna de fie-bre como un proceso reactivo. Ofreceademás una nueva interpretación de sumecanismo de producción, basada en lataquicardia como fenómeno primario dela respuesta del organismo. Por lo demás,acepta la clasificación galénica de las fie-bres, a las que solamente pone objecio-nes de importancia secundaria.

Hasta la publicación por Nicolás GarcíaTapia de patentes españolas del Renaci-miento (1990), se desconocía que GómezPereira inventó unos molinos que podíanfuncionar sin presas. Otro ejemplo de laesterilidad de la citada polémica.

2. Perro (Canis familiaris). Pintura delcódice de historia natural de JaimeHonorato Pomar (ca. 1590). La especiezoológica cuyo comportamiento más endetalle estudió Gómez Pereira.

3. Mono capuchino (Cebus capucinus).Otra pintura del códice de Pomar (ca. 1590).Debido a que su hábitat coincide conuna de las zonas más tempranas delasentamiento colonial en América, era elplatirrino más conocido y difundido encautividad en la época de Gómez Pereira.

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Manuel Nieto Sampedro

El sistema nervioso central (SNC)puede sufrir agresiones de ín- dole muy diversa. Cada tipo dedaño induce, puede presumirse,

una respuesta fisiológica específica. Elneuropatólogo J. G. Greenfield reducía,sin embargo, las lesiones a dos gruposgenerales, atendiendo a sus efectos mor-fológicos. Las dividió en isomórficas yanisomórficas. Hoy sabemos que estosdos tipos de lesión también difieren, ybastante, en el plano celular y en el mo-lecular.

Las lesiones anisomórficas alteran lamorfología del SNC de forma obvia. Son

lesiones abiertas, provocadas por agen-tes mecánicos. Destruyen la fronteraentre el SNC y el resto del organismo (laglia limitans), así como la barrera he-matoencefálica local. Tras una lesión deeste tipo, la destrucción de vasos san-guíneos y el espasmo vascular causanisquemia y sus asociados anoxia e hi-poglucemia. Las células sanguíneas yproteínas del suero invaden entonces elárea lesionada. Veinticuatro horas des-pués de la lesión se manifiesta con cla-ridad el edema, resultante de la acumu-lación de fluido extracelular y de lainflamación de los astrocitos.

La sucesión de los acontecimientossigue un proceso bien conocido. Inme-

diatamente después de una contusión,se observan anormalidades electrofisio-lógicas y estructurales en los axones delas sustancias gris y blanca. En un inter-valo de 8-24 horas se aprecia necrosis ydegeneración de la mielina de estos axo-nes. La acumulación de fagocitos de ori-gen sanguíneo (que eliminan la mielinadegenerada y otros residuos celulares)ocurre unas 48 horas postlesión. La lla-mada muerte neuronal secundaria, o re-trasada, comienza 1 o 2 días tras la le-sión. Grupos de neuronas cercanas alárea lesionada, o conectadas con ella,mueren pocos días después del trauma.El número de neuronas perdidas comoconsecuencia de la muerte neuronal

10 Mente y cerebro 05/2003

Reparaciónde las lesionesdel sistemanervioso centralEn los países desarrollados, las lesiones producidas en el sistema nervioso central

son la causa principal de la discapacidad funcional permanente y muerte de niños

y adultos jóvenes, sólo superada por las enfermedades cardíacas y el cáncer

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secundaria es bastante mayor que el per-dido inmediatamente tras la lesión(muerte neuronal primaria). Por último,a las lesiones secundarias se atribuye lapérdida de función en muchos de lostraumas del SNC.

En las lesiones anisomórficas, mien-tras los macrófagos sanguíneos fagoci-tan los restos celulares y progresa lamuerte neuronal secundaria, los astro-citos próximos a la zona lesionada pro-liferan. Sus prolongaciones agrandadasy fibrosas forman una trama que se ase-meja a la glia limitans, pues separa delresto del organismo la nueva superficiecreada por la lesión. Los fibroblastos deltejido conjuntivo adyacente se divideny se disponen sobre la capa de astroci-tos reactivos, fibrosos, depositando colá-geno y completando la formación de lanueva frontera del SNC, constituida aho-ra en �cicatriz glial�.

Las lesiones isomórficas no dañandirectamente la glia limitans. Pertene-cen a esta clase las causadas por neuro-toxinas, la degeneración walleriana y lostumores. La iniciativa en la respuesta alas lesiones isomórficas la lleva princi-palmente la microglía, que prolifera abun-dantemente durante los 3 a 5 días quesiguen a la lesión y se diferencia enmicroglía reactiva y macrófagos. Despuésde la respuesta microglial inicial, apa-recen astrocitos reactivos, que evitan ala microglía reactiva y se disponen a sualrededor.

RemodelacionesEn el sistema nervioso periférico, la plas-ticidad neural permite las remodelacio-nes continuas que el desgaste de la vidacotidiana exige. Parte de este desgasteson lesiones leves, mecánicas por lo co-mún y casi nunca incapacitantes. Losindividuos lesionados tienen tiempo yoportunidad de reproducirse. Por ello, elproceso evolutivo ha conservado meca-nismos de plasticidad neural que per-miten la reparación de esas lesiones. Lapresencia de lámina basal con sus pro-teínas neuritogénicas y la interacción delos brotes axonales con las células deSchwann y la mielina periférica estimu-lan la regeneración de los axones perifé-ricos dañados.

La plasticidad del sistema nervioso delos mamíferos tiene funciones fisioló-gicas muy amplias e importantes. Susposibilidades, sin embargo, alcanzan unlímite. En el SNC de los mamíferos, laplasticidad neural parece dirigida fun-damentalmente a potenciar procesos deaprendizaje y memoria [véase �Plasti-cidad neural�, de Manuel Nieto, Mentey cerebro, 3, 2003]. Los mecanismos de

sinaptogénesis reactiva permiten, comomucho, la reparación de pequeñas lesio-nes, secuelas por ejemplo de la rupturau oclusión de algún capilar sanguíneo,restañable con ayuda de brotes termi-nales y los mecanismos que operan enla renovación sináptica.

Cuando las lesiones alcanzan grave-dad incapacitante y si, caso improbable,el individuo lesionado sobrevive, su posi-bilidad de reproducirse es prácticamentenula. Eso significa que las mutacionesconducentes a una reparación efectivade lesiones en el SNC no carecen de po-sibilidad de seleccionarse y conservarse.De ahí que no ocurra la reparación espon-tánea de lesiones en el SNC de los mamí-feros. Las propiedades de la macroglíaconvencional del SNC de los mamífe-

ros terminan por inhibir, en vez de poten-ciar, el crecimiento axonal.

Daño neuronal, glía reactivay plasticidad neuralPodemos resumir en dos los problemasfundamentales que se presentan con unalesión: daño o muerte incluso de algu-nas neuronas y conversión en reactivade una proporción de la glía. El inter-cambio continuo de información entreneuronas y glía que tiene lugar en cir-cunstancias normales, se altera cuandola glía se torna reactiva. La plasticidadneural es una propiedad de los conjun-tos neurona-glía, con la glía normal.

En situación de normalidad, los astro-citos y la microglía cumplen funcionesmúltiples: contribuyen a la implantación

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1. LA DESAFERENTACION DEL HIPOCAMPO por lesión de la corteza entorrinalconvierte los astrocitos normales en astrocitos reactivos hipertróficos, con filamentosintermedios asociados y aspecto fibroso.

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de la barrera hematoen-cefálica, captan y meta-bolizan neurotransmisores,suministran metabolitos alas neuronas y controlan lacomposición iónica delmedio extracelular. Ese aba-nico de tareas se modificapara enfocarse en una res-puesta efectiva ante unalesión. Además de contro-lar el edema, de desconec-tar sinapsis, la glía se ocupaahora de fagocitar restoscelulares, de relacionarsecon el sistema inmunita-rio, de producir cantidadesextra de factores de creci-miento, de restituir la glialimitans y la barrera hema-toencefálica, etcétera. Enesta situación comprome-tida, las células gliales sehallan sometidas a deman-das mucho más exigentes.Las células disponibles in-tentan cubrirlas mediantevarias reacciones plásticas.Una es la hipertrofia; si espreciso, la división también.

La perturbación ante laque reacciona la glía reacti-va entraña siempre grave-dad; por ejemplo, un episo-dio epiléptico o una lesión.En efecto, puesto que haymuchas clases de perturbaciones y dostipos de lesiones, la respuesta de la glíaes variopinta. El uso de una misma expre-sión, �glía reactiva�, para fenómenos tandispares genera confusión y obstaculizael planteamiento claro del problema quepresenta la reactividad glial. En su acep-ción común, �glía reactiva�, indica célu-las de mayor tamaño que la forma enreposo y que expresan más filamentosintermedios, lo que les confiere el aspecto�fibroso� que les da su nombre alterna-tivo.

Comparados con los normales, losastrocitos próximos a una zona lesio-nada adquieren apariencia mucho másfibrosa, con prolongaciones agrandadas.Los filamentos intermedios se asocian;aumenta así la expresión de su consti-tuyente principal, la proteína fibrilarácida glial (GFAP, de �glial fibrillary aci-dic protein�).

Esta descripción de la astrogliosis ydel elemento celular característico de la�cicatriz glial� puede considerarse ladefinición morfológica de un astrocitoreactivo. Pero muchos de los astrocitosreactivos provienen de nueva prolifera-ción. Aunque el número de astrocitos

permanece estacionario en el adulto, losastrocitos conservan la potencialidad dedividirse; lo hacen en respuesta a una le-sión anisomórfica. Los astrocitos capa-ces de proliferar (capaces de astrocito-sis) son llamados también astrocitosreactivos, aunque son más parecidos entodas sus propiedades a los astroblastosque a los astrocitos en reposo o a losreactivos fibrosos.

Importa dejar claro que los astrocitospueden tornarse fibrosos sin proliferar(como en el caso de las lesiones iso-mórficas). Pero se ignora si los astroci-tos que proliferan eran previamente astro-citos maduros en reposo, astroblastosprecursores o células madre neurales quese diferencian en astroblastos. Tampocosabemos en qué proporción los astroci-tos que proliferan, se tornan a conti-nuación astrocitos fibrosos. Estas áreasde investigación tal vez no han recibidosuficiente atención.

En cualquier caso, las lesiones gravessuperan las capacidades de la glía y per-turban la homeostasis tisular, colocandoa las neuronas en una situación de altoriesgo. El edema en el SNC, consecuenciainmediata de una lesión, es de carácter

intracelular, con interven-ción destacada de los as-trocitos, que aumentan devolumen. Los astrocitosreactivos edematosos venmermada su capacidad deinactivación de excitotoxi-nas y de homeostasis deiones; pero muestran tam-bién aspectos clínicos bene-ficiosos. Esas dos caras dela moneda se deben a la con-tradicción entre la necesidadde restituir la glia limitansy la necesidad de restituir lasfunciones perdidas.

Desde el punto de vista dela restitución de funciones,parecería razonable la inhi-bición completa de la for-mación de una nueva glialimitans, ahora cicatriz glial.Aunque los astrocitos quetejen la cicatriz glial sonfuente de factores de creci-miento, la cicatriz constitu-ye uno de los mayores obs-táculos para la regeneraciónde los axones lesionados.La situación óptima para fa-vorecer el proceso de re-paración sería la inhibicióncontrolada de la formaciónde la cicatriz, durante lasventanas temporales ade-cuadas para permitir el pa-

so de axones en regeneración.La proliferación astroglial viene modu-

lada por dos tipos de moléculas: los mitó-genos, cuya presencia en el cerebro esbien conocida, y los inhibidores de la pro-liferación, antimitóticos, cuya presen-cia en el cerebro de rata y estructura handescrito Nieto Sampedro y su grupo, delInstituto Cajal. El inhibidor natural dela división de astrocitos lo sintetizan lasneuronas centrales, que regulan así lageneración de astrocitos.

MicroglíaConsideraciones similares a las expues-tas a propósito de los astrocitos puedenhacerse sobre el número, tipo y reacti-vidad de la microglía. Pero entrañan ma-yor complejidad. Les viene ésta, por unaparte, de su origen mieloide y su poste-rior migración embrionaria al tubo neu-ral; por otra, deben tal complejidad a laposible permanencia o migración de pre-cursores mieloides en el SNC adulto. Lamicroglía es, a buen seguro, el tipo peorconocido de célula neural.

En lesiones anisomórficas, en las quela sangre invade el tejido neural, las célu-las acumuladas durante los primeros días

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2. EN LA CORTEZA, los astrocitos que se dividen en respuestaa la lesión tienen aspecto y propiedades similares a los astroblastosen cultivo (C).

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postlesión son fundamentalmente mono-citos/macrófagos de origen sanguíneo.Más cuestionable es la naturaleza de larespuesta microglial a lesiones isomór-ficas. En este caso, la microglía acumu-lada en el sitio de la lesión puede origi-narse por división de microglía o susprecursores presentes en el SNC, o pormigración y división de precursoreshematopoyéticos. Como quiera que sea,se observan dos tipos muy diferentes demicroglía reactiva: i) microglía mode-radamente reactiva, que conserva la mor-fología estrellada de la microglía enreposo, con prolongaciones menos abun-dantes y más gruesas; ii) microglía muyactivada, macrófagos ameboides, quefagocitan activamente restos celulares eincluso células aún vivas. Señalemos,por fin, que nos hallamos muy lejos deconocer los mecanismos moleculares delas relaciones entre microglía reactiva yastroglía reactiva.

Promotores e inhibidores glialesde la supervivencia neuronaly de la neuritogénesisLos astrocitos reactivos producen, pode-mos admitir, niveles más elevados de fac-tores neurotróficos que su forma enreposo. La síntesis de tales factores limitala extensión de la muerte neuronal secun-daria. No se ha estudiado todavía la espe-cificidad de los factores tróficos produ-cidos tras una lesión. Es probable que losfactores liberados por la glía en respuestaa las lesiones sean factores de especifi-cidad amplia, dirigidos a familias de neu-ronas, más que a tipos neuronales úni-cos. Todavía no disponemos de suficientesdatos para una afirmación general, nipodemos excluir que las lesiones selec-tivas de un tipo neuronal causen la pro-ducción preferente de factores de creci-miento exclusivos de esas neuronas.

Otra cuestión importante concierne alos factores neuritogénicos que inducenlos brotes axonales reactivos y regene-rativos. Los mecanismos de crecimientode brotes en axones no dañados no pare-cen ser los mismos que causan la apari-ción de brotes regenerativos en los axo-nes lesionados. Los brotes axonalescolaterales y regenerativos parecen indu-cidos por factores derivados de la glía,como la proteína S-100 y los FGF ácidoy básico, solos o unidos a laminina yproteoglicanos tipo heparán sulfato.

La pérdida funcional provocada porla interrupción de circuitos neurales enlas lesiones del SNC se debe fundamen-talmente a la muerte neuronal y a la des-trucción de axones. Los problemas parala reparación funcional de esas lesionesson esencialmente de dos tipos: las neu-

ronas adultas no se dividen y se halla inhi-bida la regeneración axonal. Por lo queconcierne al primero, no sabemos guiara las células madre para sustituir a lasneuronas muertas por sus equivalentes.

En lo que respecta a la inhibición dela regeneración axonal, hemos de teneren cuenta que la inhibición no se debe ala incapacidad de las neuronas centralesde producir brotes axonales, ni a queéstos alcancen una longitud limitada ensu crecimiento. Se trata de una conse-cuencia de las propiedades de la glíareactiva. La �cicatriz glial� en las lesio-nes anisomórficas separa, a menudo,neuronas que antes de la lesión estabanconectadas; impide así el restableci-miento de nuevas conexiones. Las neu-ronas que han perdido su inervación ori-ginal son inervadas por brotes axonalesde neuronas cercanas ilesas, lo que noconduce a la recuperación de la funciónprimitiva.

Los astrocitos reactivos fibrosos inhi-ben la regeneración, al impedir la ini-ciación de brotes axonales o al provocarel colapso de los conos de crecimientoya formados. Los astroblastos, por elcontrario, potencian la formación de bro-

tes axonales y les proporcionan una super-ficie promotora del crecimiento; sinembargo, suministran a los brotes direc-ciones de crecimiento equivocadas, ale-jándoles de sus blancos originales.

Sin un blanco neuronal, los brotesregenerativos se atrofian; el contacto conun blanco incorrecto puede producir dis-funciones.

Los astrocitos reactivos fibrosos, eltipo celular más característico del tejidogliótico formado tras lesiones isomórfi-cas, es responsable de la producción deproteoglicanos inhibidores del creci-miento neurítico y, por ende, de la rege-neración axonal. Estos proteoglicanosinhiben la iniciación de brotes neuríti-cos y repelen o provocan el desplome delos conos de crecimiento iniciados en suausencia.

En los oligodendrocitos y en la vainade mielina del SNC normal, existen ade-más varias glicoproteínas que bloqueanla neuritogénesis y la regeneración axo-nal. El papel fisiológico de estos in-hibidores estriba, probablemente, en elestablecimiento de fronteras entre terri-torios neuronales, tanto axonales comodendríticos. La inhibición de la regene-

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3. EL TEJIDO GLIOTICO formado tras una lesión inhibe la restauración de lasconexiones sinápticas originales por dos mecanismos distintos: por adhesión preferente(signos + en el esquema) de los conos de crecimiento a los astroblastos del tejido glióticoanisomórfico, que suministra direcciones de crecimiento erróneas (a) y por repulsióny atrofia de los brotes axonales (signos – en el esquema) causada por los proteoglicanosexpresados por los astrocitos reactivos (b). Los astrocitos fueron inmunoteñidos (c) conanticuerpos contra GFAP (verde), proteoglicano inhibidor (rojo) o ambos (amarillo).

a

b

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+ ++ ++ ++ ++ ++ +

– –– –– –– –– –– –

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ración parece ser un desafortunado efectosecundario de una respuesta destinada aevitar la formación de circuitos disfun-cionales.

Plasticidad neuraly trasplantes en el SNCEl trasplante de tejido nervioso en unSNC adulto constituye, por sí mismo, laprueba más difícil a que se puede some-ter la plasticidad de éste. ¿Posee el SNCadulto capacidad para integrar célulasgliales nuevas, o nuevos grupos de neu-ronas, y formar con ellas conexiones fun-cionales? La respuesta es un �sí� con-dicional. Se ha ensayado la potencialidadterapéutica de trasplantes en el SNC,particularmente en casos de pérdida deneuronas a consecuencia de neuroto-xinas, enfermedad degenerativa o de-fectos genéticos. Los trasplantes de glíase hacen con la idea de potenciar la res-puesta neurotrófica, de guiar a los bro-tes neuríticos regenerativos y de prote-gerlos de la influencia deletérea de la glíareactiva.

El uso efectivo de trasplantes como ins-trumento clínico o de investigaciónrequiere la supervivencia óptima deltejido trasplantado. Cuando las neuro-nas se trasplantan en una cavidad crea-da en la sustancia gris del huésped, su

supervivencia es variable, dependiendode la edad y tipo del tejido donador. Lasneuronas embrionarias corticales, engeneral, sobreviven bien; otras neuronas,como las de los núcleos del rafe o sep-tum, muestran una supervivencia medio-cre, y las neuronas del cuerpo estriadono sobreviven en absoluto. La supervi-vencia y el crecimiento de los trasplan-tes se pueden asegurar en todos los casossi el tejido donador se coloca en la ca-vidad del huésped con un lapso de 8 a15 días después de crear esta cavidadreceptora.

La vascularización de los trasplantes�el suministro de nutrientes y oxígenoy la eliminación de metabolitos tóxi-cos�resulta indispensable para su super-vivencia. Ahora bien, la vascularización,por si sola, no explica la variabilidad enla supervivencia de las distintas regio-nes del SNC, ni la existencia de un inter-valo óptimo más allá del cual la super-vivencia de los trasplantes disminuye denuevo. La razón reside en otra causa: enla cavidad receptora del trasplante (unalesión en el tejido huésped) se induce laproducción local de factores neurotró-ficos y neuritogénicos, esenciales parala supervivencia y formación de brotesaxonales en las neuronas trasplantadasy en el huésped.

Durante el lapso de tiempo entre lacreación de la cavidad y la colocaciónen ella del trasplante, se acumula endicha cavidad una actividad trófica ele-vada, cuyo máximo coincide con el inter-valo óptimo para la supervivencia e inte-gración de los trasplantes.

La integración del trasplante con eltejido huésped requiere la formación deconexiones neuronales recíprocas entreambos. Lo que, a su vez, necesita la ini-ciación y crecimiento de axones, origi-nados tanto en las neuronas del huéspedcomo en las del tejido implantado. Lostrasplantes que han tenido más éxitohasta el momento han utilizado SNCembrionario como tejido donador. Laobservación experimental es que los axo-nes originados en las neuronas embrio-narias implantadas son capaces de cre-cer y extenderse largas distancias en elSNC adulto hasta alcanzar las célulasdel huésped que les sirven de diana.

En este dominio, varios milímetrospueden considerarse distancias largas enel cerebro de una rata. Los axones no sóloalcanzan las células apropiadas, sinoque, además, se proyectan con alta espe-cificidad hasta el lugar correcto del somao la arborización dendrítica. Así, los tras-plantes de septum embrionario envían susaxones a las neuronas granulares del giro

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SEPTUMCAVIDAD ENTORRINAL

IMPLANTE

HIPOCAMPO

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2

1

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TEJIDOLESIONADO

TEJIDO NOLESIONADO

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2

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CELULAS ENLA CICATRIZ

DIAS POSTLESION

b

a4. TRASPLANTE para la reparación del SNC lesionado. Se crea unacavidad en el SNC de un animal como lesión anisomórfica, cavidad que seráreceptora del trasplante (a). La supervivencia e integración de trasplantes detejido cerebral introducidos en una cavidad del cerebro huésped mejoranotablemente si entre la formación de la cavidad y la colocación en ella deltrasplante transcurre un intervalo de tiempo. Durante ese intervalo, el tejidocerebral del huésped produce cantidades crecientes de mitógenos y defactores neurotróficos y neuritogénicos. La supervivencia de los trasplantesdepende del intervalo postlesión y presenta una estrecha correlación con elcontenido de factores neurotróficos en el tejido que forma las paredes de lacavidad y con el número de células gliales en esas paredes. Sin embargo, nose observa correlación con el número de capilares sanguíneos o con laconcentración de neurotoxinas en la cavidad (b).

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dentado. Allí, se proyectan sólo por lacapa inmediatamente encima del somay la parte externa del árbol dendrítico;dejan, en cambio, vacante la zona inter-media entre estas dos capas.

Estas observaciones indican que elSNC del huésped adulto es un �terreno�apropiado para el crecimiento dirigidode los axones procedentes de neuronasembrionarias trasplantadas. ¿Puede de-cirse lo mismo de los brotes reactivos oregenerativos procedentes de los axo-nes adultos del huésped?

En general, la respuesta es negativa.Los trasplantes no reciben todas las pro-yecciones del huésped. Espontánea-mente, los brotes mielinizados de lasneuronas adultas crecen sólo unas pocasmicras; a partir de ahí, degeneran o for-man sinapsis locales. Las neuronas adul-tas presentan un problema intrínseco: suescaso crecimiento a distancias largas.Además, el SNC adulto no constituyeun ambiente propicio para el crecimiento,como pone en evidencia el hecho de quelos brotes axonales centrales sólo crez-can distancias largas, incluso muy supe-riores a las normales, envueltos en lavaina de mielina de un nervio periférico.

En ratas se han empleado trasplantesde nervio periférico para conectar losmuñones separados de la médula espi-nal seccionada; para conectar zonas delcerebro con áreas muy distantes de lamédula espinal y, más recientemente,para inducir la regeneración de los axo-nes del nervio óptico. Las fibras ner-viosas que crecen en estas condicionesconducen impulsos nerviosos de un modonormal.

Sin embargo, cuando estas fibras salende la vaina de mielina periférica, se mues-tran incapaces de penetrar en el tejidodel SNC más allá de unas decenas de

micras. A este respecto, los trasplantesde tejido nervioso central embrionariose comportan de forma muy parecida alos de nervio periférico. Puesto que elcrecimiento de los axones depende deseñales que las neuronas intercambiancon su entorno inmediato, la apariciónde glía reactiva y las nuevas propieda-des de la interacción neurona-glía reac-tiva frustran la integración de los tras-plantes. Los axones de las neuronasembrionarias pueden navegar en el SNCadulto. Los axones adultos, sin embargo,sólo son capaces de progresar en unentorno favorable que les proporcionanlos trasplantes de nervio periférico o losde SNC embrionario.

Los trasplantes de SNC embrionariose revelan eficaces sólo en la restaura-ción de algunos tipos de función. Los défi-cits cognoscitivos que aparecen a con-secuencia de las lesiones en la sustanciagris cortical o en las fibras nerviosas queviajan en el haz denominado fimbria-fornix, así como los asociados con lavejez, pueden ser parcialmente restau-rados mediante trasplantes de SNCembrionario.

Los trasplantes de neuronas secreto-ras de hormonas pueden también compen-sar defectos específicos, ya sean genéti-cos o experimentalmente inducidos. Lostrasplantes de neuronas dopaminérgicaso incluso de médula adrenal, en anima-les de experimentación, reducen los tras-tornos motores que ocurren en la vejezo derivan de lesiones que destruyen elnúcleo de la substantia nigra.

En humanos se ha recurrido a tras-plantes de médula adrenal y, más recien-temente, de substantia nigra embriona-

ria para intentar corregir los síntomas dela enfermedad de Parkinson. De mo-mento, tales trasplantes tienen un com-portamiento paralelo a la dopamina oagonistas de la dopamina suministradosexógenamente. Como no restauran loscircuitos originalmente presentes, logranmejores resultados en capacidad neuro-moduladora que conectiva. Los efectosque estos trasplantes producen tempo-ralmente en algunos casos, suministraninformación sobre los requerimientosmínimos necesarios para la recupera-ción de funciones.

Trasplantes de astrocitosLos astrocitos pueden cultivarse a par-tir de tejido cerebral perinatal. Las célu-las astrocíticas así cultivadas consisten,mayoritariamente, en astroblastos, unascélulas capaces de producir factores neu-rotróficos, unir e inactivar excitotoxi-nas y cuya membrana posee laminina yproteoglicanos neuritogénicos. Son, pues,células que favorecen la reparación delesiones en el SNC, como mostraron en1986 Nieto Sampedro y colaboradores.

El trasplante de astroblastos purifica-dos aceleraba la reparación de las con-secuencias conductuales de la ablaciónexperimental de la corteza frontal de larata. Los astroblastos trasplantados pro-bablemente actuaban ayudando a losastrocitos del huésped a soportar la cargaadicional impuesta por la lesión; de esemodo, la composición del microambienteneuronal retornaba a valores dentro delas capacidades tamponadoras de lascélulas gliales disponibles. Pese al inte-rés prometedor de tales experimentos, nose ha avanzado en esa línea.

Mente y cerebro 05/2003 15

SEPTUMLC, RD

TALAMO

AMIGDALA

CORTEZAASOCIACIONAL

SUB.

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SEPTUMRD

TALAMO

AMIGDALA

CORTEZAASOCIACIONAL

SUB.

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5. LA INTEGRACION DE LOSTRASPLANTES en el cerebro de unhuésped adulto es incompleta. Lostrasplantes de corteza entorrinalembrionaria envían axones a las dianascorrectas del cerebro huésped y formanallí conexiones específicas. Sin embargo,sólo reciben del huésped dos de los sieteaferentes que normalmente llegan a estaárea de la corteza, los provenientes delseptum y el rafe dorsal (RD). Los aferentesprovenientes del locus coeruleus (LC),subículo (Sub.) pre y prosubículo (PrS),amígdala (Amig.) y corteza asociacional,no consiguen inervar el trasplantecortical.

Page 18: Mente y Cerebro 05. Pensamiento y Lenguaje

Trasplantes de glía envolventede bulbo olfatorioLa migración de las células de Schwannen el SNC se encuentra sometida a fuer-tes restricciones. Sin embargo, existe enel bulbo olfatorio un tipo de macroglíaespecial, la llamada glía envolvente, queestá presente en los componentes perifé-rico y central del sistema olfativo. Las pro-piedades de esta glía se parecen muy pocoa las de microglía u oligodendrocitos,pero poseen características fenotípicasintermedias entre astrocitos y células deSchwann, aunque difieren de ambas porsu origen embriológico y otras propie-dades.

La glía envolvente acompaña a losaxones olfatorios en su complejo caminodesde la mucosa olfatoria (sistema ner-vioso periférico) hasta el bulbo olfato-rio (SNC). Es, probablemente, respon-sable en gran medida de la capacidadregenerativa de los axones olfatorios.Tiene propiedades promotoras de la neu-ritogénesis, como las células de Schwann

y puede migrar e integrarse en el SNC,lo mismo que los astrocitos.

Merced a su capacidad de envolveraxones y aislarlos del microambiente,pudo en 1994 el grupo de Nieto Sampedroaplicar trasplantes de este tipo de glíapara promover la regeneración de axo-nes sensoriales y su crecimiento en lamédula espinal a través de capas de glíareactiva. Las células envolventes tras-plantadas parecen comportarse como lohacen en el sistema olfatorio durante eldesarrollo. En la actualidad estamos exa-minando la posible utilidad general delos trasplantes de este tipo de glía o glíasimilar en promoción de la regeneraciónaxonal en el SNC.

Reparación de lesiones:extensión experimentalde la plasticidad neuralLas lesiones del cerebro y médula espi-nal han adquirido una enorme impor-tancia social y económica. Los acci-dentes constituyen la causa principal dela muerte de niños y adultos jóvenes.

Para todas las edades combinadas, elnúmero de muertes por accidente sólose ve superado por las enfermedades car-díacas y el cáncer.

Además, si examinamos el número deaños potenciales de vida (y trabajo) per-didos, las lesiones superan a los restan-tes problemas juntos, porque ocurrensobre todo a personas de edad inferior alos 45 años. En el pasado, las lesionesgraves del SNC solían ser mortales acorto plazo. Actualmente, los trata-mientos de estas lesiones han avanzadolo suficiente para poder salvar la vida amuchas de sus víctimas, pero no paracurarlas. Las consecuencias finalesdependen del área del SNC dañada y dela gravedad de la lesión.

Hasta el momento no hay ningún tra-tamiento efectivo; las máximas aspira-ciones de las terapias actuales son el tra-tamiento del edema agudo, el alivio delos síntomas y la rehabilitación, paraenseñar a los pacientes a adaptarse yvivir lo mejor posible con lo inevitable.

Con estas premisas, no debe sorpren-dernos que el interés de muchos inves-tigadores se centre en la reparación fun-cional de las lesiones de cerebro y médulaespinal. Mi hipótesis de trabajo es queel conocimiento de los mecanismos quegobiernan la plasticidad neural hará posi-ble la reparación de lesiones en el sis-tema nervioso central de los mamíferos.En efecto, si conocemos las posibilida-des de respuesta natural del SNC a lasperturbaciones externas (una de ellas, laslesiones), podremos utilizar esta infor-

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DRO 6. GLIA ENVOLVENTE purificada del bulbo olfatorio de la rata adulta (arriba). La glía

envolvente, inmunopurificada a partir de cultivos primarios de bulbo olfatorio de rataadulta, puede guiar (b) y rodear axones de neuronas de ganglio raquídeo (c) enco-cultivos de ambos. La glía envolvente mostró inmunorreactividad específica con elreceptor de neurotrofinas de baja afinidad (a), la proteína S-100 (b) y el antígeno O1 (c),cuando envuelve individualmente los axones sensoriales (fluorescencia verde). El anticuerposecundario que permite la visualización de neurofilamentos axonales presentafluorescencia roja. Las estructuras doblemente marcadas muestran fluorescencia amarillooro (b) o verde claro, blanquecino (c). En (c) los núcleos celulares fueron marcados conDAPI (azul-violeta).

a

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mación para intervenir en dicha reacción,reforzándola o inhibiéndola, consi-guiendo la reparación del tejido lesio-nado.

Para ello hemos de tener en cuentaalgunos principios generales: 1) De-bemos utilizar hasta donde sea posiblela respuesta espontánea de reparacióndel SNC. 2) Como esa respuesta cam-bia en el tiempo después del trauma, eltipo de intervención necesaria cambiarácon el tiempo postlesión y las inter-venciones se dirigirán a manipular laexpresión temporal de la respuesta deautorreparación. 3) Puesto que el tipode daño causado por la lesión cambiatambién con el tiempo, el tratamientode las lesiones requerirá muy probable-mente intervenciones múltiples. 4) De-bemos usar, hasta donde sea posible, losmismos compuestos y células que usael sistema nervioso.

Una parte importante del proceso dereparación funcional es la navegacióndirigida de los axones en regeneraciónhasta sus dianas sinápticas. Dado elnúmero y complejidad de los paquetesde fibras en el SNC, resulta hoy hartodifícil incluso concebir cómo guiar indi-vidualmente cada fibra y cada paquetede fibras hasta sus blancos. La repara-ción funcional sólo será posible si losaxones, cuando se les da la oportunidadde crecer, saben a dónde dirigirse. O sila actividad nerviosa es capaz de modu-lar la conectividad neural, adecuándolaa la función necesaria. En el estado actualde nuestro conocimiento, semejanteplanteamiento tiene, obviamente, todaslas características de una declaración defe y esperanza: los axones sabrán a dón-de ir, si les damos la oportunidad.

Los estudios experimentales no hanposibilitado aún la reparación de lesio-nes, aunque nos permiten encarar elfuturo con un optimismo precavido.Creemos saber, a grandes rasgos, qué eslo que hay que hacer para tratar las lesio-nes del SNC. Queda el trabajo de hacerloy, dada la complejidad del problema,puede ser empresa larga y ardua.

Mente y cerebro 05/2003 17

MANUEL NIETO SAMPEDRO es profesorde investigación del Consejo Superior deInvestigaciones Científicas, en el departa-mento de plasticidad neural del Instituto Cajalde Madrid. Licenciado en ciencias químicaspor la Universidad de Madrid, se doctoróen bioquímica y microbiología en el NationalInstitute for Medical Research de Londresen 1971. Su interés en la reparación de lesio-nes de cerebro y médula espinal le ha con-ducido al estudio de los procesos responsa-bles de la plasticidad del sistema nervioso.

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Ludwig Jäger

En el supuesto de que nos hubiéra-mos criado sin hablar �recuér-dense �El salvaje de Aveyron� oKaspar Hauser�, ¿podríamos

pensar? ¿Qué clase de humanos sería-mos? ¿Podríamos recordar nuestropasado o hacer proyectos para el futuro?Las cuestiones de ese tenor nos llevandirectamente a la frontera de un debatecrucial en lingüística.

Para Jerry A. Fodor, filósofo de la Uni-versidad Rutgers, y los lingüistas NoamChomsky y Steven Pinker, del Institutode Tecnología de Massachusetts, el len-guaje y el pensamiento constituyen dosfunciones mentales separadas. El len-guaje no ejerce ningún efecto en los pro-cesos cognitivos: sólo sirve para remitir�envíos postales mentales�, recíprocos,entre humanos. Si desaparece el lenguaje�como sucede parcial o totalmente enel caso de los �niños salvajes��, no severían afectadas las capacidades men-tales superiores.

En el bando contrario militan el filó-sofo Daniel C. Dennett, el psicólogo LewD. Wygotski y el psicolingüista StephenC. Levinson. Para éstos, nuestro pen-samiento se sostiene en el lenguaje; ellenguaje materno influye de un mododecisivo en nuestra forma de pensar.Repercute, pues, en el desarrollo del pen-samiento si un �niño salvaje� no aprendeninguna lengua o si se pierde total o par-cialmente la capacidad de lenguaje.

Peter Carruthers y la lingüista JillBoucher llaman comunicativa o cogniti-va, respectivamente, a esas concepcio-nes divergentes en torno al lenguaje. Lospartidarios de la primera posición se apo-yan en estudios con afásicos. Si se sometea prueba el rendimiento mental de estaspersonas con capacidad lingüística mer-mada, los resultados no son esencial-mente peores que los de probandos sanos.Pero como los afásicos investigados yahabían aprendido una lengua antes de supatología, no queda claro si su capaci-dad mental se hubiera desarrollado igualsin esa circunstancia.

Existe algo, por lo menos, que indicaque los infantes pueden categorizar cosasantes de romper a hablar, algo que sepodría deber a que ya disponen de un �len-guaje de la mente�. Se trataría de unfenómeno independiente de las lenguassingulares y de las experiencias cultu-rales. Ese germen de lenguaje consta,según una hipótesis lingüística, de lascaracterísticas o componentes elemen-tales de significado con los que trabajanuestro pensamiento: �masculino� o �fe-menino�, �animado� o �inanimado�.

Para los niños, la adquisición de vo-cabulario consistiría en encontrar eti-quetas para las combinaciones de talescaracterísticas. Así, �soltero� sería anima-do, masculino, no casado. George P. La-koff, de la Universidad de California enBerkeley, y otros lingüistas opinan quela mente trabaja con metáforas uni-versales; por ejemplo, �más es alto� o�grande es importante�. Tales metáfo-ras se reconocen después en las lenguassingulares: Die Preise steigen, the pri-ces go up, los precios suben. O: Morgen

18 Mente y cerebro 05/2003

Pensary hablar¿Hemos de “pensar primero y luego hablar”? Así reza un viejo consejo.

Pero sólo en el proceso de la comunicación surge nuestra concepción del mundo

y se configura la estructura de los procesos mentales

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ist ein grosser Tag, a big day, un grandía.

Influjo aristotélicoUno de los puntales más sólidos de laconcepción cognitiva del lenguaje sebasa en el desarrollo paralelo, durantelos primeros años, del lenguaje y otrasfacultades mentales. Además, algunospsicólogos, neurocientíficos y lingüis-tas han venido recogiendo, de un tiempoa esta parte, nuevas pruebas que apun-tan a lo siguiente: el lenguaje influye enmuchos tipos de procesos cognitivos, sies que éstos no son, a la postre, impen-sables sin aquél.

La concepción comunicativa del len-guaje, que predominó hasta finales delsiglo XVIII, debido fundamentalmente alpeso de la tradición de Aristóteles (384-322 a.C.), puede caracterizarse por lassiguientes líneas principales:

� La realidad existe con independenciade los logros cognitivos del hombre (rea-lismo epistemológico).� Cada persona se basta a sí misma en elproceso de conocer; no se requiere, pues,el intercambio con los demás (solip-sismo).� El lenguaje humano representa un mediointroducido, �conforme a un acuerdo�,para describir contenidos mentales.� El hombre se forma conceptos de lascosas sin necesidad del lenguaje.

En el seno de esta tradición los signoslingüísticos se limitaban a ser recursospara el recuerdo. Para Kant, constitui-rían meros �vigilantes del concepto�.

El conflicto entre las concepcionescomunicativa y cognitiva del lenguajese desencadenó en las postrimerías delsiglo XVIII. Johann Georg Hamann (1730-1788), Johann Gottfried Herder (1744-1803) y Wilhelm von Humboldt (1767-1835) llegaron a la conclusión de que ellenguaje no representa únicamente �enpalabras del último� un �instrumentoen sí indiferente hasta cierto punto� delpensamiento.

HumboldtTras haber investigado numerosas len-guas, incluidas algunas de los indiosamericanos, Humboldt llegó a la con-clusión de �que la diversidad de las len-

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1. LA ESTELA DE HAMMURABI. El famoso rey delsiglo XVIII a.C. fijó las leyes de su tiempo en escrituracuneiforme. Los lingüistas se preguntan hasta quépunto el lenguaje escrito configura nuestropensamiento.

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guas no consiste tanto en una mera diver-sidad de signos cuanto en que las pala-bras y las construcciones sintácticas for-man y determinan los conceptos al mismotiempo, y en que... cada lengua repre-senta una visión del mundo�. No existeun mundo prefijado de antemano, ni con-ceptos independientes de la cultura. Ellenguaje, prosigue, no sirve sólo para elintercambio de conceptos, sino tambiénpara la formación de los mismos. Aquíla comunicación lingüística desempeñaun papel importante. En breve, �el len-guaje es el órgano constituyente del pen-samiento�.

Los seguidores de Humboldt distin-guen en la concepción lingüística cog-nitiva tres planos en los que el lenguajeejerce su influencia:

� Mediante la forma de clasificar el mundouna determinada lengua (�la estructuradel léxico�), así como por su gramática,� A través de la presentación física, la�materialidad� del lenguaje: oral, escrito,gestual, etc.,� A través de las propiedades generalesdel lenguaje; se trata, sobre todo, dedeterminar si el lenguaje sólo representao también configura la realidad.

En los años veinte y treinta del siglopasado Franz Boas (1858-1942), Edward

Sapir (1884-1939) y Benjamin Lee Whorf(1897-1941), entre otros, defendieron latesis de que el vocabulario y la estruc-tura de cada lengua repercuten en el pen-samiento. Posición a la que, andando eltiempo, se la conocería por principio derelatividad lingüística o hipótesis deSapir y Whorf.

En la tradición de Humboldt, Whorfanalizó las lenguas de los indios norte-americanos. Las comparó con las delámbito europeo. En su estudio de la len-gua de los hopis de Arizona creyó com-probar que dicha lengua apenas permiteexpresar relaciones temporales. Así, losverbos no contaban con formas de pasadoy brillaban por su ausencia las metáfo-ras lingüísticas que relacionan espaciocon tiempo. Esa peculiaridad de la len-gua ha repercutido decisivamente en elpensamiento de los indios: a ella se debesu imagen atemporal del mundo.

Pero hoy día ya se da por rebatida estatesis de la atemporalidad de la lengua delos hopi. Ekkehart Malotki ha presentadoen su obra Hopi Time los matices con losque esta lengua describe el tiempo. Loshopi cuentan con más de doscientasexpresiones para determinar el tiempo:desde adverbios temporales (ayer, hoy,temprano o tarde), pasando por horas deldía, meses, estaciones del año, hasta unsistema diferenciado de sufijos verbalesque permiten una precisa narración delcurso temporal. Lo curioso es que Whorf,con su visión errónea de la lengua hopi,suministró paradójicamente la mejordemostración de su propia hipótesis.Probablemente no descubrió las nume-

rosas formas temporales porque habíaabordado sus estudios con las expecta-tivas de un hablante europeo.

Así opera el lenguajeAsistimos a un pujante renacimiento dela tesis que defiende la influencia de lasestructuras lingüísticas en las mentales.El grupo liderado por Stephen C. Levin-son, del Instituto Max Planck de Psi-colingüística en Nimega, ha demostradocon experimentos muy sencillos que laestructura del lenguaje determina la formade resolver los problemas espaciales.Alinearon tres figuras de animales antelos voluntarios del ensayo. Debían éstosgirar 180 grados y colocar las figuras taly conforme estaban ordenadas anterior-mente. Los europeos agrupaban los ani-males de derecha a izquierda, mientrasque los aborígenes australianos las re-partían siempre en las direcciones de lospuntos cardinales. Los probandos se-guían, pues, en su comportamiento ladescripción espacial de su respectivalengua: referida a la propia persona o enrelación con los puntos cardinales.

También los experimentos de MingyuZheng y de Susan Goldwin-Meadow, dela Universidad de Chicago, indican quela lengua materna conforma las estruc-turas mentales. Examinaron a niños sor-dos y a niños con audición normal deEE.UU. y de China. Los normales apren-dían inglés o chino mandarín, mientrasque los sordos no tenían prácticamenteningún conocimiento de un lenguaje desonidos o de señas. Se mostró que losniños sordos de los dos países emplea-

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2. PRECURSORES DE SU TIEMPO.Aristóteles (a la izquierda) y Wilhelm vonHumboldt se ocuparon del fenómeno dellenguaje y llegaron a resultados diferentes.

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ban los mismos gestos para describir elmovimiento de los objetos. En cambio,los niños que aprendían una lenguamaterna expresaban los sucesos rela-cionados con el movimiento de maneradistinta, en función de la lengua propia.

Pero, en opinión de los partidarios dela concepción cognitiva del lenguaje,éste no sólo actúa sobre el léxico res-pectivo, que analiza y divide el mundoen conceptos, y además sobre la corres-pondiente gramática; también el hechode si los signos lingüísticos se presen-tan oralmente, por escrito o por señas pro-duce un efecto distinto en las estructu-ras y en los procesos mentales de losusuarios del lenguaje.

Walter Ong, catedrático de retórica dela Universidad de San Luis, mantuvodurante mucho tiempo la tesis de que la�literalización� de las lenguas ha trans-formado el pensamiento humano, desdelas estructuras míticas y prelógicas hacialas racionales y lógicas. Pero la tesis deOng en esa forma tan radical se consi-dera hoy superada. Muchos de los logroscognitivos, que se atribuían a esa litera-lización, o ya existen en las culturas ora-les o al menos no tienen que ver exclu-

sivamente con el paso del lenguaje oralal de los signos escritos.

El color del osoSylvia Scribner y Michael Cole, exper-tos en psicología cognitiva, investiga-ron en 1973 los efectos de la escrituraen los vai. Esta tribu de Liberia utilizatres formas distintas: la escritura vai (si-lábica), la árabe alfabética y la inglesa.Se sirven de ellas según la ocasión. Losinvestigadores demostraron así que losefectos del lenguaje escrito en el pensa-miento lógico, en la abstracción y en lamemoria sólo se hacían patentes en elinglés escrito, pero no en las otras dosmanifestaciones de escritura. La razónde que no tuviesen tal repercusión ni laescritura vai ni la árabe alfabética estri-baba en que no se enseñan como lenguasde cultura en las escuelas.

Con el trasfondo de estos resultadosse analizan de forma novedosa y críticalos famosos trabajos de Alexander R.Luria. En 1931 y 1932 este neurólogo

ruso había realizado estudios compara-tivos en Usbekistán y Kirguisia entrepersonas con diferente dominio de laescritura. Llegó a la conclusión de quela capacidad de leer y escribir palabrassencillas transforma notablemente losprocesos mentales y posibilita las deduc-ciones lógicas.

Luria sometió a los sujetos del ensayoque no sabían escribir a una prueba derazonamiento silogístico. �En el norte,donde nieva, los osos son blancos. NovajaZemlja está muy al norte y allí siemprehay nieve. ¿De qué color son los osos enNovaja Zemlja?� Las respuestas mayo-ritarias fueron: �No lo sé. Yo vi un osonegro y no conozco otros�. O bien: �Sereconoce el color de un oso cuando unolo ve�. Unicamente el presidente de unaexplotación agraria colectivizada y quetenía conocimientos básicos de escriturarespondió en el segundo intento: �Si meguío por sus palabras, tienen que serblancos�. Tampoco hay aquí absolutaseguridad de que las transformaciones

3. ¡VAMOS POR AQUI! En el guugu yimithirr de Australia no existen palabras paraderecha e izquierda. Los aborígenes se orientan por los puntos cardinales.

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de la mente sean atribuibles sólo a lacapacidad de escribir. Es muy probableque los cambios radicales operados porentonces llevaran a la gente a adoptar nue-vos esquemas mentales. Después de laRevolución de Octubre se crearon allíescuelas y la población fue instruida ennuevos métodos agrícolas.

Tesis de Ong Además, muchas de las facultades cog-nitivas, que presuntamente se deben alpensamiento literal, se encuentran ya enlas culturas orales. Ong, antropólogocultural, suponía que la memoria cultu-ral de las sociedades ágrafas era ahistó-rico-homeoestática. En otras palabras, losindividuos adecuan siempre el pasado alpresente, un fenómeno que efectivamentetiene lugar. Así, Jack Goody y Ian Wattsdescriben un caso de amnesia colectivaen la tribu de los gondsha en Gana. Deacuerdo con las tradiciones orales de latribu, en la transición al siglo XX el fun-dador del estado de Gondsha, NdewuraJapka, había tenido siete hijos; cada unodominaba uno de los distritos del país.Sesenta años más tarde, el desarrollo po-lítico había promovido la desaparición

de dos de los distritos. Los mitos se mo-dificaron: narraban ahora la vida de loscinco hijos de Ndewura Japka. Y ya nose volvió a hablar más de los otros dosdistritos.

Sin embargo, también las culturas ora-les disponen de métodos para transmitirsus tradiciones de generación en gene-ración. En tribus de Ruanda y Burundi,por ejemplo, todos los textos importan-tes �orales� pertenecen a uno de los tresgéneros siguientes: poesía, historia opreceptos legales. Hay �expertos� en ca-da uno de estos apartados y la transmi-sión se ajusta a reglas y ceremonias fijas.Cuando un experto comete algún error,los especialistas en textos lo sancionanseveramente. De esta forma se transmi-ten incluso comentarios a los textos lega-les, una capacidad que se suponía exclu-siva de las culturas escritas.

Los representantes de la concepcióncognitiva del lenguaje se han visto for-zados a abandonar la tesis de que sólola escritura permite distanciarse de lalengua, haciendo así viable una refle-xión sobre ella. Pero tampoco las len-guas basadas en la escritura disponen deestrategias para aislar palabras del flu-

jo discursivo, comentarlas, parafrasear-las y, si es necesario, sustituirlas porexpresiones más adecuadas. Un ejemplode la investigación reciente nos lo ofre-ce el lenguaje de señas en el ámbito ale-mán; aunque no dispone de la escriturautiliza, sin embargo, tales �estrategiasdiscursivas�.

El lenguaje escrito no ejerce en exclu-siva el influjo determinante sobre lasprestaciones mentales que le concedíanlos antropólogos culturales. Ello noempece que Jack Goody y Sybille Krämerpartan del supuesto de que al menos algu-nas operaciones lógicas o algorítmicassólo han sido posibles con el invento deformas especiales de notación escritas.Nuestra lengua cotidiana contiene re-ferencias lógicas; por ejemplo, en formade partículas modales como �en tantoque�, �es decir� o conjunciones como�porque�. Pero sólo los llamados textosescritos operacionales, como la lógicaformal, permiten realizar operacionesmás complejas que lo que podríamos lle-var a cabo de memoria. Nos apoyan ennuestra función de máquinas pensantesfundamentadas en símbolos. Si se tratade demostraciones matemáticas, sole-mos captar un paso, no el proceso entero.

Manzanas y perasHasta ahora la cuestión capital era lasconsecuencias para la mente de un len-guaje plasmado en expresión escrita.Pero hay que preguntarse también porotras formas materiales de presentacióndel lenguaje. En el instituto de investi-gación sobre medios y comunicacióncultural de la Universidad de Colonia,hemos abordado los efectos de la formavisual-gesticular del lenguaje de señasen las estructuras mentales de los comu-nicantes. Se pusieron de manifiesto lasdiferencias evidentes entre las redes con-ceptuales de los hablantes del lenguajeoral y las correspondientes a las del len-guaje de señas. Medimos el tiempo querequerían los probandos para valorar laproximidad de significado de dos con-ceptos y comprobamos que, en los usua-rios del lenguaje oral, el concepto �man-zana� se encuadraba más cerca de lacategoría general �fruta� o de la adjunta�pera� que en los usuarios del lenguajede señas. Visto desde el ángulo contra-

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4. INDIOS INFRAVALORADOS.Partiendo de sus propios esquemasmentales, los antropólogos europeosno se percataron de la mayoría de lasexpresiones temporales en el lenguajehopi.

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rio, los usuarios del lenguaje de señasasociaban el concepto �manzana� másestrechamente a una actividad como�comer� o a un atributo como �redondo�.

Se trata, según el término que acuña-mos, de una incorporación. Es decir, losusuarios del lenguaje de señas puedenfundir en un gesto nombre y verbo (�elpez nada�), o también verbo y adverbio(�corre rápidamente�). Los resultadosde nuestras investigaciones apuntan a lainfluencia efectiva de la materialidad dellenguaje (visual-gesticular o vocal-audi-tiva) en la estructura del pensamiento.

Un tercer grupo de representantes dela concepción cognitiva del lenguajetematiza la relación epistemológica entrelenguaje y pensamiento. Se refiere, pues,a los efectos generales del lenguaje, conindependencia de cuáles sean las len-guas singulares y su instrumentación lin-güística. Según una de las hipótesis,nuestro pensamiento se basa en una suertede �lenguaje interior� desarrollado en laniñez más temprana. En la onda del psi-cólogo ginebrino Jean Piaget, los niños�en su progreso del uso del lenguaje�atraviesan primero una fase autista, luegootra egocéntrica y, por fin, una tercerasocial. En la fase egocéntrica, el niñocomenta su actuación: �Ahora saco laspiezas, ahora construyo una casa. Si asíno sale bien, lo tengo que hacer de estaotra manera�. Más adelante, sus decla-raciones se dirigen de un modo crecientea los demás; el lenguaje, que antes estabacentrado en el yo, se transforma en len-guaje social.

Si Piaget veía una atrofia de la for-ma egocéntrica del lenguaje en la tran-sición a una configuración social, LewDemjonovitsch Wygotski defendía unatesis completamente distinta en suPensamiento y lenguaje, publicado en1934. Este psicólogo ruso había obser-vado que los niños incrementaban el usodel tipo de lenguaje egocéntrico cuandodebían resolver problemas. En su opi-nión, el lenguaje egocéntrico se separabadel externo social para constituirse, comolenguaje interno, en estructura básicadel pensamiento. Evidentemente no setrata de un lenguaje silencioso, sino deun proceso interiorizado de orden lin-güístico-cognitivo para solucionar pro-blemas. Muchos especialistas tornande nuevo la mirada hacia las tesis de Wy-gotski. Peter Carruthers sostiene quedeterminadas formas del pensamiento�la deducción causal, entre ellas� ne-cesitan el apoyo de un lenguaje naturalinteriorizado.

De la relación entre lenguaje y pen-samiento no se han ocupado sólo lin-güistas y filósofos. Muchos profesiona-les de la biología evolutiva sospechanque el lenguaje, la cognición y la con-ciencia surgieron paralelamente en lafilogénesis humana. André Leroi-Gour-han, paleoantropólogo, piensa que este

impulso en el desarrollo fue desencade-nado por una de las principales con-quistas de nuestros antepasados: la adop-ción de la postura erecta. Gracias a ello,no sólo liberaron las manos; el cráneocambió su geometría: del prognatismoque prolongaba horizontalmente el ejecorporal a la configuración típica de lasespecies que caminan erguidas. Dentrode ese nuevo espacio craneal se ubica-ron, en la corteza cerebral, nuevas regio-nes que alojan una serie de funcionesmentales superiores, la del lenguajeincluida. Los elementos más destacadosen esta zona de la corteza cerebral aumen-tada de tamaño son el área de Broca (parala producción del lenguaje) y el área deWernicke (para la comprensión del len-guaje).

En esa fase, el cerebro debió de haberdesarrollado sin duda una de sus facul-tades fundamentales: representar losobjetos del entorno de una forma nueva,con lo que surgió un tipo más avanzadode conceptos.

No sólo el hombre. Los primates dis-ponen, al menos en un nivel elemental,de la facultad de construir conceptos.Pueden diferenciar o �discriminar� obje-tos de su entorno, asignarles un signifi-cado y reaccionar ante ellos. Además,poseen un concepto primitivo de sí mis-mos, de su propia identidad. Si en unexperimento se le pinta a un primate unpunto rojo en la nariz y él se lo ve en elespejo, intenta borrárselo por todos losmedios.

Pero las capacidades cognitivas de lossimios están muy por detrás de las delhombre; de esta clase de concepto sólo

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5. HABLAR ENSEÑA A PENSAR.Los niños se acompañan a veces en susactividades de una descripción verbal.Evidentemente es algo que les ayudaa resolver problemas.

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6. EVOLUCION DE LA MENTE. En un cráneo de mayor tamaño se podían alojarregiones cerebrales con funciones superiores. Los campos coloreados sirven para elcontrol motor. El lenguaje está localizado en el área de Broca y en la de Wernicke.

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disponen en presencia del objeto corres-pondiente. En el mundo de los ordena-dores se diría que el pensamiento tieneque presentarse on line. Los expertos enciencia cognitiva hablan, a este respecto,de conceptos de primer orden. A veces,basta la información de un solo canalsensorial para movilizar el concepto; porejemplo, en el caso de los felinos, quereconocen su presa sólo por el olor. Enotros casos el concepto se sustenta envarios tipos de informaciones simultá-neas: olor, color y movimiento.

Aparición de nuevos conceptosAdiferencia de felinos y simios, el hom-bre no está limitado a dicho tipo senso-rial de conceptos. Puede reflexionar sobreobjetos que no ve, ni oye ni huele en esemomento; puede realizar, si se me per-mite la expresión, un procesamiento offline. Además no sólo discrimina entreobjetos, sino que los clasifica tambiénen grupos de categoría superior. Estasnuevas prestaciones son posibles gra-cias a que los conceptos sensoriales estánligados a significados de signos lin-güísticos y, con ello, integrados en lasredes conceptuales del lenguaje. A estosconceptos se les denomina conceptos desegundo orden.

Para nuestros antepasados ofrecíamuchas ventajas la aparición de los nue-vos conceptos basados en el lenguaje; nosólo porque podían así pensar en obje-tos que no tenían a la vista:

� El procesamiento off line no está aco-plado a reacciones motoras inmediatas,sino que se apoya en representacioneslingüísticas desconectadas de la situacióndel momento.� Las escenas imaginadas pueden tenerun índice temporal. En correspondencia,sólo así se pueden caracterizar y poste-riormente analizar los recuerdos.

� Accedemos a la capacidad de la �repre-sentación dual�. De ese modo, perma-necen en la conciencia separados entresí los contenidos percibidos on line (elrecorrido del paseo) y la representaciónoff line (el trabajo pendiente en casa).� La separación de la conciencia off linede la on line posibilita la conciencia delyo. Sólo en el �ámbito off line� se puedeidentificar el yo como fuente de su pen-samiento y de sus acciones.� La capacidad de prestaciones de losconceptos aumenta drásticamente cuandoéstos se integran en la red de los signoslingüísticos. De este forma, las personasque oyen la palabra gato no sólo se ima-ginan el animal, sino que pueden expli-car lo que es un gato, es decir, parafra-sear el concepto y asociar el término aun campo semántico complejo: ojos degato, gato hidráulico, paso felino, etcé-tera. Para Derek Bickerton, lingüistadocente en la Universidad de Hawai, ellenguaje representa un lugar mental endonde existe todo el �saber sobre el gato�suministrado por el lenguaje y deposi-tado allí como un concepto general y noreferido a una situación especial. SegúnBickerton, la creación del signo lin-güístico �gato� genera ese lugar.

Los cacahuetes excitanHace unos años Giacomo Rizzolatti des-cubrió, por casualidad, un fenómeno queproporciona un fundamento neurobio-lógico a las teorías sobre el origen dellenguaje y a su interpretación cognitiva.

En el equipo de Rizzolatti, de la Uni-versidad de Parma, estudiaron las neu-ronas del área F5 del cerebro de ma-cacos, células que intervienen en latraducción a movimientos manuales delas informaciones visuales sobre los obje-tos. Merced a ello, los simios agarran conseguridad el objeto deseado. Las neuro-nas F5 tienen, pues, propiedades moto-

ras y sensoriales; forman un �sistema deencaje-observación-ejecución�. Las neu-ronas F5 revisten particular interés parael lingüista. Al procesar las caracterís-ticas de los objetos y, partiendo de ahí,prefigurar así para la mano la forma deagarre, �clasifican� los objetos en fun-ción del significado para el sujeto enacción. Dicho de otro modo, estas neu-ronas sirven de soporte a un primer con-cepto elemental.

Pero había algo más. Cierto día, cuandoun macaco observaba a uno de los cien-tíficos en el momento en que éste exten-día la mano para recoger unos cacahue-tes, el instrumento de medición registróuna excitación de las neuronas F5 del ani-mal. Los neurofisiólogos estudiaron elfenómeno a fondo y descubrieron unnuevo tipo de neuronas: unas células queno sólo se disparaban cuando los anima-les del experimento movían sus manosdirigidas por lo que contemplaban ellosmismos, sino también cuando veían mo-vimientos análogos en los experimenta-dores. Rizzolatti y sus colaboradores lasdenominaron �neuronas de espejo�,puesto que proyectan la acción de unindividuo en el cerebro de otro. Mástarde, se demostró este sistema de espejoen humanos.

Los movimientos intencionados es-timulan, pues, las neuronas en el cere-bro del que está en mi entorno próximo.A esto se añade la tesis de los paleoan-tropólogos de que la comunicación en laevolución de los homínidos surgió comoun lenguaje de señas que, más adelante,dejó paso al lenguaje oral. Rizzolattiadapta la formulación anterior a la �hipó-tesis del sistema del espejo en la evolu-ción del lenguaje�, según la cual el len-guaje se ha desarrollado como �un usorecíproco de gestos�.

Desde el inicio de la filosofía, ha inte-resado el significado exacto de �enten-der�. ¿Cómo sé yo, con mi entendimiento,lo que otro quiere decir con sus palabrasy sus gestos? La respuesta podría ser queyo entiendo algo cuando se activan enmi cabeza las neuronas de espejo, es de-cir, cuando yo observo que alguien ini-cia una acción. Entonces se activa en míel mismo programa motor que en el otro�reprimiendo la acción propiamentedicha� y yo puedo acabar dicha acciónen mi cerebro.

24 Mente y cerebro 05/2003

AREA DE BROCA

AREA DE WERNICKE

HOMO SAPIENS

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AREA F5 REGION STS

CISURA DE SILVIOCISURA DE SILVIO

PLIEGUE TEMPORALSUPERIORPLIEGUE TEMPORAL

7. COMPARACION CON LOSMONOS. La ubicación de las regiones dellenguaje en el cerebro humano estimula alos expertos a proponer novedosas teoríassobre el origen del lenguaje.

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Rizzolatti aventura la tesis de que laprimera comunicación entre dos sujetospudo ser �un accidente motor�: un indivi-duo ejecutó un movimiento y en un obser-vador no se produjo durante un breve ins-tante la inhibición total de los programasmotores. Nosotros tendemos también atales movimientos involuntarios cuandoalgún acontecimiento nos absorbe. Lapersona observada deducía que el obser-vador le había �entendido� por el arran-que del movimiento reflejado.

Hasta aquí nos movemos en el planode la conciencia on line. El paso al modooff line se da en el mismo instante en queun individuo inicia intencionadamen-te un movimiento con la voluntad demovilizar el concepto correspondienteen la mente del otro: el gesto se trans-forma en signo y el concepto corres-pondiente ya está disponible en cual-quier momento determinado.

A favor de la hipótesis de Rizzolattisobre el origen del lenguaje tenemos elhecho de que la zona F5 del cerebro delmacaco se corresponde con el área deBroca del cerebro humano; es decir, exac-tamente con la región responsable de laproducción del lenguaje. Pero tambiénen lo concerniente a la comprensión delenguaje encontramos paralelismos: encada interacción mano-objeto partici-pan, además de las neuronas F5, célulascerebrales del surco temporal superior.La investigación neurológica ha com-probado que algunos primates constru-yen conceptos de primer orden en esaregión. Además se trata de una zona quehalla su correspondiente en el área deWernicke del cerebro humano, donde seinterpreta el significado de los signoslingüísticos recibidos.

Si la hipótesis del espejo no anda de-sencaminada, los conceptos surgirían dela comunicación entre los hombres. Unelemento central de nuestra mente sedesarrollaría a partir del uso del len-guaje. A Humboldt le alegraría oírlo.

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LUDWIG JÄGER es catedrático de filologíaalemana en la Escuela Técnica Superior deAquisgrán. Investiga los efectos de la mate-rialidad del lenguaje en la mente.

DIE SPRACHE ALS MEDIUM DES GEISTES. L. Jä-ger en Gibt es eine Sprache hinter dem Sprechen?,dirigido por E. König y S. Krämer. Suhr-kamp; Frankfurt del Main, 2002.

INDISKRETE SEMANTIK.E.Linz. Fink;Munich,2002.

Bibliografía complementaria

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Angela D. Friederici

�Tan� era la única sílaba queaquel hombre sabía pro-nunciar cuando Paul Bro-ca (1824-1880) le exami-

nó, hace casi un siglo y medio. �MonsieurTan� estaba todavía en condiciones decomprender preguntas sencillas. A ellasrespondía acentuando, de manera diferen-te en cada caso, sus �tans�. A su muerte,dos años después de su relación conBroca, la autopsia reveló una grave lesiónde la parte inferior del hemisferio cere-

bral izquierdo, a la altura de la terceracircunvolución del prosencéfalo. Ante esaobservación, el neurólogo y antropólogofrancés consideró dicha zona la sedecerebral de la producción del lenguaje.En su honor, llamamos área de Broca aesa región.

Andando el tiempo, en 1874, Carl Wer-nicke (1848-1905), neurólogo de Breslau,describió una patología de signo inverso;se trataba de enfermos que hablaban,pese a no entender el lenguaje verbal. Lospacientes afectados presentaban dañadala circunvolución superior del lóbulo

temporal izquierdo. Desde entonces aesta región cerebral se le atribuyeron lasfunciones de comprensión del habla.

Durante mucho tiempo, se aceptó concarácter general esta distribución de lasfunciones lingüísticas en las regiones deBroca y de Wernicke, respectivamente.Sin dejar de advertir que, en casi todoslos diestros y más o menos en dos ter-cios de los zurdos, sólo interviene elhemisferio cerebral izquierdo en el de-sempeño de las funciones mencionadas.Más tarde, algunos investigadores co-menzaron a cuestionar semejante plan-teamiento, apoyados en estudios depacientes con trastornos del lenguajecausados por daños cerebrales. Tambiéncontradecían tal concepción admitidaciertos experimentos en los que la esti-mulación eléctrica provocada en dife-rentes regiones de la corteza cerebral setraducía en trastornos muy específicosdel lenguaje. Poco a poco se hizo patenteque el esquema de las dos áreas pecabade una simplicidad excesiva.

Los neurolingüistas empezaron a di-señar un nuevo modelo. A tenor delmismo, las funciones del lenguaje no sereducen a unos zonas restringidas, sinoque se ubican en una parte considerablede la corteza. Para tales funciones pare-cen incluso revestir especial relevanciaregiones subcorticales; por ejemplo, eltálamo posterior izquierdo. Cabe la posi-

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Procesamientocerebral dellenguaje¿Dónde procesa nuestro cerebro los elementos del lenguaje hablado?

Las últimas investigaciones hablan de la activación secuencial de distintas regiones cerebrales,

con una pauta temporal muy precisa

Area de Broca: Parte inferior de latercera circunvolución del lóbulofrontal izquierdo de la corteza cere-bral; participa en la producción dellenguaje.

Area de Wernicke: Circunvoluciónsuperior del lóbulo temporal iz-quierdo que participa en la com-prensión del lenguaje.

Léxico: Conjunto de las palabras deuna lengua.

Prosodia: Patrones de acentuación y deescalas de entonación —la melodía

de la frase— que pueden modificarel significado literal de las palabras.Puede caracterizar el texto hablado:discriminando,por ejemplo,si se tratade una frase enunciativa,de una interro-gación o de si el hablante está en esosmomentos triste o alegre.

Semántica: Los significados ligados apalabras y frases.

Sintaxis: Todas las combinaciones ad-misibles de las palabras que formangiros o frases, es decir, lo que co-múnmente se entiende por gramática.

Glosario

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bilidad de que se activen redes neuro-nales complejas del cerebro, lo mismoen la producción que en la comprensióndel habla. Dichos módulos individualesestán en parte especializados en deter-minadas tareas; verbigracia, en la for-mación de verbos o en la captación detextos escritos.

El desarrollo vertiginoso de las téc-nicas de formación de imágenes permitehoy rastrear la actividad cerebral durantela ejecución de un acto cognitivo. Conayuda de estas nuevas técnicas hemosvenido investigando, en el Instituto MaxPlanck de Leipzig, los puntos donde elcerebro procesa el lenguaje y el modode participación de las distintas zonas endichas tareas. Ahora estamos en condicio-nes de presentar un modelo que describelo que sucede en el cerebro desde la lle-

gada de una información acústica hastala interpretación de la expresión oída.

En nuestros experimentos nos intere-saban sobre todo dos cuestiones:

� ¿Qué áreas cerebrales procesan la sin-taxis, la semántica y la prosodia (es decir,la construcción de una oración, el sig-nificado de las palabras y la melodía dela frase) del lenguaje hablado?� ¿Cómo se armonizan en el tiempo losdiferentes procesos parciales?

Comenzamos por la ubicación cere-bral del procesamiento de la sintaxis ydel relativo a la semántica. Recurrimosa la resonancia magnética funcional, unmétodo que permite registrar la activi-dad neuronal durante los cambios de con-centración de oxígeno en la sangre.

Dispone de una buena resolución espa-cial de aproximadamente dos milíme-tros, pero es una técnica bastante impre-cisa en la dimensión temporal. Ennuestros experimentos medimos la acti-vidad cerebral de los probandos mien-tras oían tres tipos de frases:

� Frases correctas (por ejemplo: Dimosde comer al ganso),� Frases con errores semánticos, es decir,que contenían un significado de palabraincorrecto (Alimentamos la regla demedir), o� Frases con un error sintáctico �grama-tical (Alimentamos a la vaca en).

Para averiguar cuáles son las regio-nes cerebrales que procesan informa-ciones semánticas, expusimos a los pro-

ZEF

A

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bandos, en forma secuencial, frases consintaxis y prosodia constantes y dondesólo cambiaba la semántica. La palabra�ganso� la transformamos en �regla demedir�. Si se altera la actividad neuro-nal en una determinada región cerebralposiblemente sea ésa competente en sig-nificados de palabras; el resto de losaspectos sigue al fin y al cabo inalte-rado.

Retículas especializadasDe esta manera estudiamos si el cerebroreacciona ante informaciones semán-ticas de forma distinta de su comporta-miento ante informaciones sintácticas.Obtuvimos el resultado siguiente: frasesdistintas activan, sin excepción, el áreade Wernicke sobre todo, aunque en pro-porciones totalmente diferentes en lassecciones anterior, media y posterior res-pectivamente. La circunvolución de laparte anterior procesa preferentemente

la estructura de la frase, mientras que laparte central se ocupa de los significadosde las palabras. Y la parte posterior, enfin, parece tener competencias por igualen ambas funciones; puede que colaboreen la armonización del significado delas palabras con su concatenación gra-matical. Sólo por este procedimientopuede originarse una interpretación deltexto hablado.

Pero el procesamiento del lenguaje nose limita al área de Wernicke. Intervienentambién, de forma muy activa, zonasadyacentes situadas en el lóbulo frontalizquierdo. Las informaciones sintácti-cas, por ejemplo, están activadas por elopérculo frontal, una zona que abarca elárea de Broca por la superficie, si bienpenetra unos dos centímetros en el inte-rior encefálico. Determinada zona dellóbulo temporal y otra del frontal, res-pectivamente, procesan siempre con-juntamente la semántica o la sintaxis, a

cuyo efecto constituyen una suerte deminirretícula. El lóbulo frontal se activasólo cuando aumenta el nivel de exi-gencia, es decir, en casos de frases máscomplejas que los ejemplos menciona-dos más arriba.

Abordamos, por último, la separaciónde la información prosódica de la semán-tica. Con ese propósito, filtramos el de-sarrollo de la altura de tono de una frasehablada con normalidad; para los pro-bandos sometidos a examen mediante latécnica de resonancia magnética fun-cional, reprodujimos la melodía aisladade la frase como escala de sonidos. Almismo tiempo, les hacíamos oír fraseshabladas normalmente en las que, sin em-bargo, sólo se podía reconocer una es-tructura sintáctica, pero ningún conteni-do, puesto que se trataba de seudopalabrascarentes de sentido. Los experimentosarrojaron el siguiente resultado: a dife-rencia de lo que sucede con la sintaxis

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Al oír una expresión, nuestro sistema cerebral de recono-cimiento del habla intenta en primer lugar registrar las uni-dades fónicas individuales: ejecuta un análisis acústico-foné-tico. Después, filtra las informaciones posteriores por dosvías: los tipos de palabras son analizadas conjuntamente porsecciones superficiales del lóbulo temporal en el hemisfe-rio izquierdo y por regiones más profundas del lóbulo fron-tal (en la imagen, a la izquierda). El sistema de reconoci-miento del habla decide, por ejemplo, si está ante unsustantivo o un verbo y capta de esta manera la estructurasintáctica.Posteriormente, llega el turno, en este canal de proce-samiento, de las informaciones semánticas o de significa-dos. Se plantea la decisión de quién hace algo a quién.Además, el lenguaje hablado contiene las informaciones

prosódicas sobre la escala de la entonación (la melodía dela frase). Esta última se procesa en un segundo canal, prin-cipalmente en el hemisferio derecho. Pero todo esto sucedevertiginosamente: el sistema precisa para todos estos pro-cesos un máximo de 600 milisegundos por palabra.

Procesamiento en la cadena de montaje: un modelo nuevo

A. FR

IEDER

ICI

UNA COSA DETRAS DE LA OTRA. La corteza auditiva (azul)analiza la composición fonética del texto oído. La sintaxis (rojo)y la semántica (naranja) se analizan en el hemisferio cerebralizquierdo; el procesamiento prosódico tiene lugarfundamentalmente en el hemisferio cerebral derecho (verde).Se ilustra un corte transversal a unos dos centímetros deprofundidad tras la vista exterior de los dos hemisferios,en la parte anterior de la imagen.

PROSODICO

SINTACTICO

SEMANTICO

AUDITIVO/FONOLOGICO

HEMISFERIOIZQUIERDO

HEMISFERIODERECHO

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y con la semántica, aquí es ante todo elhemisferio derecho el que procesa la pro-sodia, es decir, la región cerebral espe-cializada, de preferencia, en las infor-maciones emocionales. Para procesar ellenguaje hablado tienen, pues, que cola-borar estrechamente el hemisferioizquierdo y el derecho.

¿Cuál es el decurso temporal de estosprocesos? Para investigarlo, utilizamosun procedimiento más preciso, desde laóptica temporal, que la tomografía deespín nuclear. Registramos con el elec-troencefalógrafo (EEG) los potencialescerebrales en correlación con aconteci-mientos. Este método suministra muchasmediciones aisladas de electroencefaló-grafo; se visualizan así algunas oscila-ciones típicas en la curva de la corrientecerebral (alteraciones no reconociblesen un electroencefalograma individuala causa de la fuerte actividad de fondo).El trazado de la curva se modifica deforma característica en el momento enque una frase oída contiene una palabraerrónea.

Pero no hay que obviar que el cerebroreacciona a su vez, de forma muy dife-rente, ante fallos semánticos y sintácti-cos. Cuando un concepto erróneo es difí-cil de procesar semánticamente, la curvadel potencial cerebral se desvía 400 mili-segundos después del estímulo haciavalores más negativos. Esta caracterís-tica oscilación de la curva �la llamadacomponente N400� aparece en todos losprocesos de elaboración semánticos; lohace con tanta mayor intensidad cuantomás complicada se presenta la integra-ción de una palabra en el contexto de unafrase. Por su parte, un fallo sintáctico pro-voca ya al cabo de 160 milisegundos unatípica respuesta cerebral en la parte ante-rior izquierda del encéfalo: el llamadocomponente NTAI (negatividad tem-prana anterior izquierda).

Las mujeres hablanmás deprisaNuestro cerebro procesa primero la gra-mática y posteriormente el contenidosemántico de una frase. Posiblemente unade las retículas entre los lóbulos fronta-les y temporales constituye, en primerlugar, rápida y automáticamente, unaestructura sintáctica del texto oído, quese refleja en una señal NTAI. Después,otra retícula demanda contenidos semán-ticos que confluyan con las informacio-nes sintácticas (oscilaciones N400).

Pero si el mensaje no se puede inter-pretar inmediatamente �debido, porejemplo a fallos gramaticales� se des-vía de nuevo la curva de corriente cere-bral, aproximadamente 600 milisegun-

dos tras el estímulo, a valores positivos.Este componente P600 revela que el cere-bro vuelve a analizar lo oído a la búsque-da de una interpretación adecuada.

Ahora bien, ¿qué sucede con la pro-sodia? Cuando la melodía de la frase nose ajusta a la semántica o a la sintaxis,otra fuerte oscilación N400 vuelve arevelar que hay un problema de inter-pretación. Así, por ejemplo, en la falsaentonación de la frase (aquí marcada porla coma) �Peter promete, trabajar Anna�.En este caso viene después un compo-nente P600; una señal de que el cerebroarranca con un nuevo intento de inter-pretación: �Peter promete a Anna que vaa trabajar�.

Partiendo de los resultados de nues-tros experimentos, elaboramos un modelo�de cadena de montaje� del procesa-miento lingüístico (véase el recuadro�Procesamiento lingüístico en la cadenade montaje: Un modelo nuevo�). El cere-bro se propone abordar los aspectos indi-viduales, en parte secuencialmente, enparte en paralelo; e intenta formar unainterpretación libre de contradicciones,como es lógico, a partir de los resulta-dos individuales e incluso si fuera nece-sario probando una y otra vez.

En una serie de nuevos experimentos,les hicimos oír a nuestros probandos fra-ses con palabras matizadas emocional-mente de forma positiva o negativa; porejemplo, �querido� u �odiado�. Estas

iban respectivamente acentuadas ade-cuada o inadecuadamente, es decir, segúnel caso positiva o negativamente. Adife-rencia de los demás ensayos, nos topa-mos aquí con el dato de la diferencia desexo: las mujeres reaccionan mucho antesque los varones ante las informacionesemocionales de la prosodia: a los 200 mi-lisegundos, frente a los cerca de 750 delos varones. Es probable que éstos, al con-trario que las mujeres, procesen prime-ramente por separado el significado dela palabra y la melodía de la frase, paraestablecer luego la relación entre ambas.Parece, en cambio, que, para las muje-res, adquiere mayor importancia la pro-sodia que la semántica; en caso de duda,dominaría la primera. ¿Hubiera podidomonsieur Tan hacerse comprender mejorante las mujeres que ante los hombres?Tal vez.

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DISTRIBUCION DE FUNCIONES. Según el modelo clásico, de las funciones de lenguajese encargarían sólo dos centros ubicados en el hemisferio cerebral izquierdo. El área deBroca produce palabras y frases, mientras que el área de Wernicke recibe informacionesde la corteza auditiva primaria a través del lenguaje percibido acústicamente, para suposterior procesamiento.

AREA DE BROCAPRODUCCION DEL LENGUAJE

AREA DE WERNICKECOMPRENSION DEL LENGUAJE

LOBULO FRONTAL

LOBULO TEMPORAL

CORTEZA AUDITIVAPRIMARIA

A. FR

IEDER

ICI

ANGELA FRIEDERICI dirige el Instituto MaxPlanck de Investigación Neurofisiológica deLeipzig.

NEUROKOGNITION DER SPRACHE.G.Fleming,G. Rickheit y H. M. Müller. StauffenburgVerlag; Tubinga, 2002.

Bibliografía complementaria

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Sabina Pauen

�Guau-guau� balbucea Lam-bertín. �Mi pequeño ha-bla�, piensa la madreextasiada. Desde ahora

no sólo tiene un bebé, sino también uninterlocutor. Cuando empiezan a hablar,la relación entre padres y bebés se re-fuerza enormemente. Alos científicos lesresulta entonces más fácil ocuparse dela vida mental de los pequeños. Estudian,por ejemplo, a todo lo que un bebé de-signa con �guau-guau�. ¿Sólo al canichedel vecino? ¿A todos los cuadrúpedos?¿También a una mariposa? ¿Y a un arma-rio? De esa forma, los psicólogos evolu-tivos tratan de descubrir qué cosas lospequeños consideran pertenecientes a lamisma clase, elementos de un mismogrupo o categoría.

Pero, ¿qué ocurre con los críos quetodavía no pueden hablar? ¿Qué pasapor la cabeza de un lactante? ¿Puedenpensar antes que hablar? Hasta la décadade 1960 se admitía que los bebés apenaseran capaces de recordar lo visto y oídoy, menos aún, de pensar sobre ello. Seles suponía hojas en blanco que, en losprimeros meses de vida, hacían poco másque recibir, sin filtrar, informaciones porlos órganos de los sentidos.

Por eso, hasta hace poco, los psicólo-gos evolutivos estaban convencidos de

que los pequeños no empezaban a inte-resarse por las causas de los sucesosantes de los dos años, ni atribuirlas adeterminadas cosas. Creían incluso quese iniciaba cuando los infantes empeza-ban a hablar. Pero los científicos estu-dian ahora las capacidades de los críosdesde el día de su nacimiento. ¿A quéresultado han llegado? Dicho en breve:los lactantes de pocos meses aprenden arecordar cosas y a comparar sus propie-dades; de ese modo ponen orden en suentorno.

Y esto es muy necesario, pues la plé-tora de nuevas impresiones que, desdeel entorno, bombardean constantementea los retoños amenaza con exigir dema-siado al nuevo cerebro. Para ordenar lassensaciones, su cerebro agrupa las cosasen categorías, las clasifica en una suertede cajones mentales. Así, el niño no nece-sita volver a aprender cada vez todas laspropiedades de cada uno de los objetos,sino que puede trasladar las experienciascon un objeto a otros que aún le son des-conocidos. Por ejemplo, tan pronto como

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Antes de saberhablar, los niñospueden pensarEs raro que los niños hablen antes del primer año.

Pero sí pueden pensar. Mucho antes de que digan “mamá”

aprenden a ordenar sus experiencias

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Lambertín se ha formado la categoría�silla�, reconoce de inmediato, inclusoen un domicilio ajeno, el mueble en elque el papá y la mamá se pueden sentar.

Perro desconocidoLos estudiosos que se disponen a inves-tigar con algo más de precisión cómo seorigina este tipo de conocimiento, setopan pronto con un problema: ¿cómopueden saber de qué logros mentales sonrealmente capaces los infantes menoresde un año? ¡No se lo pueden preguntar!Para superar este obstáculo los psicólo-gos evolutivos recurren a un dato: laespecial atención que prestan a lo des-conocido.

Existe un experimento clásico que seaplica con lactantes a partir de los dosmeses. El psicólogo les va enseñandovarios pares de imágenes, consecutivos.

En las imágenes aparecen ejemplaresdistintos de una misma categoría, porejemplo, gatos. Al verlos, el bebé debe-ría familiarizarse con esa categoría. Elpsicólogo detecta que el crío se ha fami-liarizado porque dedica ahora tantomenos tiempo a contemplar una imagencuantos más pares de esa misma cate-goría se le han presentado.

Se le muestra luego un par de imáge-nes, en una de las cuales aparece un repre-sentante de otra categoría; por ejemplo,un perro. El crío tampoco ha visto antesel gato concreto de la segunda imagen;le es, pues, también extraña. Sin embargo,si se detiene más tiempo en el perro, sig-nifica que le resulta más insólito que eldesconocido gato. De esa conducta lospsicólogos concluyen que la criaturaasigna el perro a una nueva categoría(teniendo en cuenta que otros lactantes

que no han pasado por la fase de fami-liarización dedican por igual el mismotiempo a las dos imágenes).

Con niños algo mayores �desde losseis meses� el test suele ser diferente.Se les ofrece para que jueguen modelospequeños de los objetos del test; porejemplo, gatitos de plástico de diferen-tes razas. Se les da primero, uno trasotro, diversos modelos de una catego-ría y, luego, un ejemplar de la otra cate-goría. Sabremos que puede ya distin-guir las categorías porque cada vez juegamenos con las figuras, hasta que apa-rece la nueva categoría; en cuyo ins-tante comienza a ocuparse del postrerjuguete más tiempo.

Varios grupos de investigadores hanrealizado tests de este tipo en distintospaíses. Los resultados con lactantes demenos de seis meses son contradicto-

CO

RBI

S

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rios. Así, de acuerdo con varios estudiosestadounidenses, a esa edad los bebéspueden distinguir categorías; sin em-bargo, las pruebas que nosotros hemosrealizado en el Instituto de Psicología deMagdeburg nos mostraron lo contrario:en los primeros meses de su vida los lac-tantes no están aún en condiciones decategorizar objetos. Pero muy otro es elresultado con niños de siete meses: éstos,

en nuestras series de pruebas, se entre-tenían notablemente más tiempo con losjuguetes de la categoría que acababa deaparecer; ahora sí son capaces de dife-renciar clases distintas de objetos.

La investigación sobre la maduracióncerebral en los primeros meses de viday sobre el desarrollo del sentido de lavista respalda también la hipótesis deque los lactantes son capaces, a los seis

o siete meses, de clasificar objetos encajones mentales (véase el recuadro �Elcerebro de un recién nacido no es unatabula rasa�).

¿De qué categorías se apropian prime-ro los niños? ¿Cómo evolucionan? Pues-to que la categorización se inicia preci-samente en la fase de desarrollo en la quelos bebés alcanzan su plena agudezavisual, diríase que atienden, de modo

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Además de los psicólogos evolutivos, los investigadores delcerebro abordan también con qué capacidades vienen almundo los bebés. Mediante técnicas de formación de imá-genes han establecido, por ejemplo, que partes del cerebrodiversas procesan, ya en los recién nacidos, tipos de infor-mación distintos.Así el lóbulo temporal izquierdo de la cor-teza cerebral de los lactantes reacciona ante las palabras. Lalateralidad —la concentración del hemisferio cerebral izquierdoo derecho en determinadas funciones— empieza ya antes delnacimiento: los que después serán zurdos suelen chuparse elpulgar izquierdo en el vientre de la madre, y a la inversa.Desde el punto de vista de su morfología externa, el cere-bro de un recién nacido se asemeja al de un adulto. Tienetodas las estructuras importantes y el número de neuronasno aumentará. No obstante, al cerebro le falta mucho hastasu plena madurez. Hacia los cinco años habrá triplicado supeso y seguirá aumentando hasta que cumpla los dieciochoaños. En este período de maduración se hacen más tupidaslas redes neuronales. Crecen las prolongaciones nerviosas ylos lugares de contacto entre neuronas, las llamadas sinap-sis. De ese modo se amplía el cerebro del niño con el correrdel tiempo, aunque no aumente el número de neuronas.Pero el cerebro va eliminando sinapsis ya desde la más tiernainfancia. Si en una determinada área crecen desmesurada-mente, durante un tiempo, las conexiones nerviosas, éstasse reducen por lo general de inmediato en esa zona. Es decir,al principio el cerebro produce un excedente de contactosy, después, establece qué conexiones deben persistir. Poreso crecen, desde el segundo mes de vida, las conexionessinápticas en el córtex visual. A los seis meses, las neuro-nas en esa área están tan estrechamente conectadas comono lo volverán a estar después, ya que a partir de esemomento se reducen los lugares de contacto.De todas mane-ras, al final del proceso quedan todavía más sinapsis que alinicio de la pubertad (véase la figura).

El momento de este cambio depende de lo que sucede encada una de las fases del desarrollo. Los recién nacidos ape-nas si pueden ver los objetos clara y distintamente, pues niel cristalino ni las conexiones nerviosas del ojo a la cortezacerebral han acabado de madurar.Y no sólo esto; como lacabeza del crío crece muchísimo el primer año, cambia con-tinuamente la distancia entre el centro de los ojos.Además,no posee todavía pleno control de los músculos oculares.Por eso, los recién nacidos perciben contrastes fuertes yestímulos en movimiento, pero apenas si distinguen peque-ñas diferencias entre objetos, ni tonalidades de color o gra-dos de claridad. La agudeza visual mejora constantementedurante los primeros meses y, a los seis, alcanza el nivel delos adultos. Pero hacia el final del cuarto mes los bebés dis-

tinguen ya los aspectos esenciales de su entorno y coor-dinan en su cerebro las informaciones visuales procedentesde los dos ojos. Probablemente aumentan con rapidez lasconexiones sinápticas hasta alrededor del sexto mes, puesa esa edad se alcanza la plena agudeza visual.

El niño ya puede sentarse recto y empieza a descubrir suvasto entorno. El cambio es especialmente drástico en lasculturas occidentales en las que los bebés permanecen, enlos primeros meses, mucho tiempo en casa y, cuando salen,lo hacen tumbados y resguardados en cochecitos protegi-dos; ahora se les abre, en los paseos por la ciudad y los par-ques, una nueva perspectiva: los peques se asombran antelos coches que pasan cerca, observan a personas y anima-les y escrutan la variedad de productos en los escaparates.Lo que un niño llega a ver a esa edad depende en granmedida de la cultura en la que crece. Un niño esquimal vea diario cosas totalmente distintas de las que percibe otroque crece en una selva africana o en una gran ciudad.Así pues, las conexiones en el córtex visual se seleccionandespués, cuando el crío empieza a percibir con detalle suentorno. El cerebro se guía por el principio elemental del“úsalo o déjalo”. A diferencia del incremento de las sinap-sis, que depende de la maduración, el cerebro suprime des-pués los nexos sobrantes teniendo en cuenta ante todo lasexperiencias de aprendizaje. Sólo se consolidan las cone-xiones que se utilizan con frecuencia; el cerebro puede, así,procesar informaciones eficientes y adecuadas a las condi-ciones vitales del niño.

El cerebro de un recién nacido no es una tabula rasa

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preferente, al aspecto exterior de losobjetos. Si esto fuera así, los primerosobjetos que podrían agrupar serían losque se parecen y que, a su vez, mostra-ran una diferenciación manifiesta deotros objetos, es decir, clases de objetoscomo gatos, perros, sillas o mesas. Estetipo de objetos formarían las categoríasbásicas; por el contrario, les sería menosfácil organizar categorías globales comoanimales, muebles o vehículos, puesagrupan objetos que difieren mucho ensu aspecto exterior. Sin embargo, nues-tras pruebas nos han llevado a la con-clusión contraria: se diferencian antes lascategorías globales que las básicas.

Por consiguiente, no es sólo ni fun-damentalmente el parecido exterior elque determina la partición en categorías.Así, niños de once meses distinguenjuguetes de animales y muebles que es-tán dotados de una apariencia externasimilar con la misma perfección que dis-tinguen juguetes que mostraban todaslas diferencias naturales entre estas dosclases de objetos. Los lactantes algo máscrecidos configuran, pues, nuevas ca-tegorías no sólo por la abstracción visualde la apariencia externa. Pues, de nohaber sido así, deberían haber catego-rizado mejor los juguetes cuyo aspectoexterno difería mucho de los que sehabían igualado en sus apariencias ex-ternas.

Ojos que no ven,corazón que no siente¿Qué puede, pues, regir la categoriza-ción? ¿Intervienen quizá los conoci-mientos y sensaciones previas? En esecaso, los juguetes de animales les recor-darían a los pequeños en fase de fami-liarización a los animales reales. Avalaesta hipótesis el dato siguiente: los niñosde nueve meses que han crecido con ungato o con un perro, pueden distinguirentre estas dos especies, siendo así que,sin esta experiencia, suelen fallar inclusoa los once meses.

Independientemente del criterio enque se funde el retoño para categorizar,debe poder poner los objetos delante delojo mental. A ese hecho los psicólogosevolutivos lo denominan formación derepresentaciones mentales estables. Pero,¿están en disposición de hacerlo bebésde seis meses? Aprimera vista parece queno. Si les quitamos algo con lo que esta-ban jugando entusiasmados y lo escon-demos, bajo una toalla por ejemplo, nolo buscan. Al parecer rige aquí el dicho�ojos que no ven, corazón que no siente�.Apoyado en tales observaciones, JeanPiaget (1896-1980) negó a los niños de

esa edad la captación de la �permanen-cia del objeto�, es decir, saber que algosigue existiendo aunque no se le puedaver. Según Piaget, esta capacidad empiezaa manifestarse hacia el final del primeraño. Pues es a esa edad cuando los críos,puestos en situaciones semejantes, empie-zan a rebuscar por todas partes las cosasrepentinamente desaparecidas.

Se trata, empero, de una impresiónengañosa. Estudios algo más recientes�por ejemplo, con ayuda de la llamada

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SABI

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1. PELIGRO DE CONFUSION. Pruebas con juguetes de animales y muebles, fieles unosa la naturaleza (arriba) y otros ajustados en su aspecto externo (abajo), muestran que loslactantes no elaboran categorías atendiendo sólo a las semejanzas externas.

2. ¿QUIEN TIENE LA INICIATIVA? Hasta los lactantes creen que es el animalde peluche y no la pelota el causante del movimiento. En el paradigma animal-pelota,si el animal y la pelota, después de haber rodado juntos (arriba), reposan inmóvilesen rincones distintos (abajo), los lactantes de siete meses miran expectantes al animaly esperan que pronto se volverá a mover.

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prueba del puente giratorio (véase figu-ra 3)� permiten concluir que los lac-tantes recuerdan objetos que han dejadode percibir. En este experimento, elpequeño está sentado en una mesa, a laque se ha fijado, con una bisagra, unalámina rectangular. Esta lámina puededesplegarse o recogerse acercándose oalejándose del niño. Después que el críose ha acostumbrado al proceso de que lalámina se despliegue y se cierre, el expe-rimentador coloca, bien visible, un objetosobre la mesa. Si vuelve a desplegar lalámina de adelante a atrás, primero el críove que la pierde de vista y luego que lalámina topa con el objeto y no alcanzalos 180o. Como no está habituado a esapercepción, debería prestarle una aten-ción más duradera.

Pero si el experimentador provoca,con un truco, que la lámina acabe el girode 180o de costumbre, el bebé sólo se

puede sorprender de esta imposibilidadfísica, si aún se acuerda del objeto tapado;pues ¡la lámina debería chocar con elobjeto! El resultado es muy ilustrativo:los bebés de tan sólo seis meses con-templan más rato la lámina �imposible-mente� extendida 180o, pese a serlesconocida en virtud de los ejercicios defamiliarización. Parece, pues, que cuen-tan con una representación del objeto yque se preguntan dónde ha quedado elobjeto que era visible. Por lo tanto, exis-ten ya en esta fase de desarrollo las con-diciones mentales previas para agruparlos conocimientos sobre objetos y for-mar unos primeros conceptos, aun antesde poder hablar.

Otras observaciones permiten sospe-char que los lactantes recuerdan objetosy personas concretas y que estructuranmentalmente tales recuerdos, muchoantes de que empiecen a hablar. Fijé-monos en el llamado miedo al extraño,que comienza a manifestarse alrededorde los siete meses: a esta edad, no lesgusta que ningún extraño les tome ensus brazos, sino que prefieren a las per-sonas allegadas. Significa ello que dis-tinguen entre personas de su confianzay personas desconocidas; llegan inclusoa reconocer a su madre en fotografías.Identifican a las personas más allá de suaspecto exterior y recurren a sus expe-riencias anteriores para interpretar loque acaban de percibir.

Con todo, esto no explica por qué loslactantes configuran categorías globa-les. ¿Qué les lleva, por ejemplo, a di-ferenciar entre seres vivos y seres iner-tes? La teoría de la evolución puedeayudarnos a entenderlo. Para bebés inde-fensos, animales y hombres representanun peligro o una preocupación. Por esoles conviene observar con más atencióna los organismos que a los objetos y, porconsiguiente, deben poder distinguirunos de otros.

Es posible que intervengan en estoesquemas innatos de percepción. Los re-cién nacidos ya muestran un especialinterés por las caras y las miran con pre-ferencia a otros objetos de complejidadanáloga. El interés innato por todo loque se mueve en su campo de visiónayuda también al lactante a distinguirpronto entre seres vivos y cosas inani-madas. De esa manera aprenden, desdelos primeros meses de vida, que muchosobjetos se pueden mover por sí mismos,mientras que otros necesitan una fuerzaexterior. Quizá son estos criterios aún másdecisorios que los rasgos de la cara y otrascualidades �estáticas� para formarserepresentaciones mentales, antes de queempiecen a hablar. Por último, todo lo

que se mueve atrae mágicamente lamirada de los recién nacidos. Y, a partirde los tres o cuatro meses, los lactantesdirigen la mirada hacia donde se encon-trará en los segundos siguientes un obje-to móvil.

Según esto, los bebés deberían tam-bién interesarse por todo lo que participaen los movimientos: piernas, brazos, alaso ruedas. Sin embargo, para deducirmovimientos por estas propiedades está-ticas del objeto, los lactantes deben poderrelacionar entre sí dos tipos diferentesde conocimientos: uno sobre el aspectoexterior del objeto y otro sobre su com-portamiento. Si los lactantes lo consi-guieran, los psicólogos podrían expli-car por qué los bebés ordenan bajo unamisma categoría a los juguetes de es-pecies animales distintas, a pesar de lasdiferencias de sus aspectos externos.Todos los juguetes de animales acti-varían, pues, el mismo conocimientoprevio; por ejemplo, cómo se mueven.Pero, ¿pueden los lactantes asociar ya,en realidad, la imagen de su incipienteautomovimiento con la vista de los jugue-tes de mamíferos?

Un armario no es un “guau-guau”Ala pregunta anterior puede contestarsecon el �paradigma del animal y la pelota�(véase figura 2). Los bebés sujetos delexperimento contemplan cómo un ani-mal imaginario en forma de gusano yuna pelota dan vueltas uno alrededor delotro. Ambos cambian con frecuencia lavelocidad y la dirección, es decir, mani-fiestan movimientos que son caracterís-ticos de los seres vivos. ¿Consideran losbebés del experimento que el causantedel movimiento es la pelota o lo atribu-yen al �desconocido� animal?

Nuestras pruebas dan como resultadoque, desde el parvulario, se halla fijadala interpretación de esta escena: �el ani-mal juega con la pelota�, �el animal em-puja la pelota� o �el animal quiere comer-se la pelota�. Los participantes en laprueba atribuyen inequívocamente la cau-sa del movimiento al animal, pues hanaprendido a asociar los movimientosimprevisibles con animales, no con obje-tos inanimados. Identifican como vivienteal animal imaginario, a causa de su apa-riencia externa, y a la pelota como objetoinanimado; después, aplican su sabersobre las características del movimientoen estas dos categorías globales.

Pero, ¿qué pasa con los niños algomenores? Por ejemplo, lactantes de sietemeses, ¿atribuyen el movimiento al ani-mal y no a la pelota? Los científicos pue-den volver a valerse de las preferenciasde los bebés. Los lactantes miran con

34 Mente y cerebro 05/2003

a

b

c

3. MAGIA. En la prueba del puentegiratorio el crío se halla sentado en unamesa, en la que una lámina rectangularpuede plegarse hacia el niño o desplegarsealejándose del mismo (a). Un objeto queestá detrás detiene la lámina al desplegarsehacia atrás (b). Pero si la lámina acabasu despliegue (c), los críos se sorprendenante tal imposibilidad física.

TH

OM

AS

BRA

UN

Page 37: Mente y Cerebro 05. Pensamiento y Lenguaje

particular interés y agrado los objetos quese mueven o que deberían moverse. Silos experimentadores les muestran unaescena en que animal y pelota, despuésde dar vueltas juntos, permanecen inmó-viles cada uno en un rincón, los bebésdirigen sus ojos curiosos al animal, quizáporque se sorprenden de su inmovilidady esperan que, de un momento a otro,vuelva a moverse. Así pues, a esa edadya han captado no sólo las característi-cas externas, sino también los aspectostípicos del movimiento de los seres vivosy de los objetos. Pero si al animal ima-ginario le falta la cara o el pelaje, no sedesencadena la reacción de los infantes.Al parecer, no reconocen al juguete comoanimal sin estos rasgos externos carac-terísticos y, por tanto, no esperan que semueva.

Una variante de la prueba confirmanuestra interpretación. Una mano cogeanimal y pelota a la vez y los muevecomo en la prueba original. En este caso,los lactantes atribuyen el movimiento ala mano y no al animal, pues miran porigual a ambos juguetes tan pronto comoacaba la representación y los dos jugue-tes yacen inmóviles en su rincón. Esdecir, a partir de la segunda mitad delprimer año de vida, los infantes no sólose preguntan qué causa el movimiento,sino que ya saben la respuesta recurrien-do a los conocimientos adquiridos sobrelas categorías globales.

Aunque, al nacer, los lactantes no pue-den hablar, sí pueden pensar bastantebien. Recuerdan cosas, comparan ras-gos y, de esa manera, tratan de ordenarsu entorno (por lo demás caótico) consus impresiones en continuo cambio.Esto aclara, pues, por qué Lambertínllama �guau-guau� tanto al caniche delvecino como a la mariposa, es decir, atodos los animales. Pero difícilmentedesignará así a un armario, a no ser queesté cubierto de pelos y se le haya pin-tado una cara.

Mente y cerebro 05/2003 35

SABINA PAUEN es profesora de psicologíaevolutiva en la Universidad de Heidelberg.

WAS GEHT DA DRINNEN VOR? DIE

GEHIRNENTWICKLUNG IN DER ERSTEN FÜNF

LEBENSJAHREN. L. Eliot. Berlin Verlag; Ber-lín, 2001.

BEEINFLUSST SPRACHE DIE OBJEKTKATEGO-RISIERUNG IN DER FRÜHEN KINDHEIT? S.Pauenen Sprache und Kognition, vol. 19, pág. 3;2001.

Bibliografía complementaria

El cariño favorece más el aprendizajeinfantil que el entrenamiento prematuro

Muchos conatos de algunos padres por enseñar a sus retoños lo máximo posi-ble lo antes posible producen situaciones harto grotescas. En Japón, son habi-tuales las clases de inglés prenatales a partir del sexto mes de embarazo, pen-sadas como una de las muchas formas de mejorar la preparación del temido“juken”, la prueba de admisión, para críos de dos años, en las guarderías deelite. Pero este método de aprendizaje tiene el mismo éxito que la enseñanzade los números a un embrión dando golpes en el vientre de la madre: nulo.Lise Eliot, neurobióloga del Instituto médico de Chicago, desenmascaró estasprácticas como estimulaciones adicionales totalmente inútiles, que no dejanninguna huella en el cerebro en desarrollo.

Algo parecido sucede con las expectativas ilusorias, repetidas una y otra vez,de que los niños aprovecharían más si se les instruyera desde muy pronto enmaterias escolares regladas. Clases de lenguas extranjeras y matemáticas en losparvularios, ejercicios de lectura y escritura, en muchos casos ligadas de inme-diato con una edad de admisión precoz y con un estándar educativo obliga-torio como fondo. No faltan, pues, propuestas de exigencias tempranas a loscríos.

Sólo que, por desgracia, no hay ningún indicio de la eficacia de un adiestra-miento prematuro en el estudio; al contrario. Hace ya unos diez años queRobert Rescorla y sus colaboradores, de la Universidad de Pennsylvania, reco-gieron experiencias de todas las zonas de EE.UU. sobre la educación formal aedades tempranas. El resultado fue que los niños sometidos a tales “exigen-cias” tenían tendencia a iniciar su propio curso escolar con una creatividadfrenada, con más temor y con una incorporación negativa.

Pero si los supuestos trucos mágicos son tan inútiles como los programas deempollar antes de la escolarización, ¿cómo pueden los educadores responsa-bles promover la capacidad de aprender de un retoño? Patricia Kuhl, AndrewMeltzoff y Alison Gopnik sostienen, en su libro Forschergeist in Windeln(Espíritu investigador en pañales), que se trata de un fin posible, aunque porvía indirecta. En primer lugar, los neonatos deben poder estructurar, para lograrun aprendizaje tosco, una relación segura con sus allegados, por lo general lospadres.Después empiezan, casi inmediatamente, a percibir su entorno y a obser-var los cambios; captan también las relaciones y aprenden a influir en los acon-tecimientos.

Conviene entonces encauzar, por todos los medios, la atención del retoño apersonas, objetos y acontecimientos. Esto activa su innata disposición explo-ratoria que, a su vez, fomenta el desarrollo cognitivo. Para fomentar el habla,la capacidad expresiva emocional y la autoconciencia de los pequeños y paraotorgar a su mundo una estructura, los educadores no deben proceder conpremura, sino sonsacarles con habilidad preguntas y, luego, no dejar ningunasin respuesta.

Antes de que un pequeño rompa a hablar, inquiere en su entorno. Si algo des-pierta su curiosidad, trata de obtener más información. Pero después les tocael turno a los adultos; sus reacciones son decisivas para el éxito del aprendi-zaje. Sólo cuando los educadores permiten la fantasía y la creatividad de loscríos, pueden los incipientes científicos proseguir sin trabas sus ansias deaprender y comenzar así a comprender conexiones.

Gabriele Haug-SchnabelBióloga del comportamiento y profesora titular

en la Universidad de Friburgo.

Cuanto antes, ¿mejor?

Page 38: Mente y Cerebro 05. Pensamiento y Lenguaje

Bettina Rolke

�Mantenga la distanciade seguridad�, acon-seja el indicador lu-minoso de la auto-

pista. Queda enseguida atrás, lo mismoque otros indicadores, situados en ellateral: �Placas de hielo� �� Infopista,F.M.���Zona de descanso� �� Logro-ño� � �Salida a 250 metros�. De repenteel deslumbrante destello de un radar.¿Me afecta? ¡Imposible! Tenía la vistaconcentrada en la carretera; cualquierdisco de limitación de la velocidad, estoyseguro, me habría llamado la atención.Reflexiono sobre lo observado en losúltimos minutos. Pero las imágenes demi memoria visual son incompletas, pla-gadas de puntos en blanco.

Lo experimentamos a diario, Aunquenuestro entorno nos parezca, en todomomento, continuo en el espacio y eltiempo, transcurrido cierto intervalo sólorecordamos retazos de la escena. ¿De-jamos acaso de percibir, de forma cons-ciente, muchos detalles, un indicador dela carretera por ejemplo? ¿Cómo consi-gue, entonces, el cerebro representarnosimágenes completas y con sentido?

En el marco de una disertación delgrupo de trabajo de psicología generaly fisiológica de la Universidad deMarburg abordé los límites del proce-samiento consciente de estímulos visua-les. Para ello, colocamos ante una pan-talla a un grupo de voluntarios. Debían

éstos recordar las palabras, que habíanido apareciendo en rápida secuencia. Nonos interesaba sólo por qué alguien�pasaba por alto� una palabra, sino, sobretodo, comprobar la hipótesis de que nues-tro cerebro, pese a no prestar atención alas palabras, sí las evalúa; lo hace, portanto, de forma inconsciente.

¿Cuándo se nos queda realmente fijadauna información en la memoria? Losexpertos en psicología cognitiva opinanque advertimos todos aquellos detalleshacia los que nos dirigimos de formaconsciente. Através de este �foco de aten-ción� quizá se fije la representación efí-mera de un estímulo en el cerebro. Haciaqué polaricemos nuestra atención, depen-derá, en buena medida, de cuán impor-tante nos parezca. El conductor que buscala salida correcta de la autopista se con-centrará en los carteles azules; dejará ensegundo plano los de otros colores.

Podemos poner máximo empeño enatender a todos los detalles importantes.Muy pronto, sin embargo, nuestra aten-ción llega al límite de su capacidad. Lodemostraron con un experimento senci-llo Jane Raymond, Kimron Shapiro yKaren Arnell, del Centro de Neurocien-cias Cognitivas de Bangor (Gales). Elensayo, a grandes rasgos, consistió enlo siguiente: presentaron a los volunta-rios muchas letras diferentes en rápidasucesión en un mismo punto de la pan-talla del monitor de un ordenador. Losprobandos debían fijarse en dos letras conun color diferente del resto e indicarlas

al final de la prueba. De esta manera apa-recieron en el monitor dos caracteres encolor blanco intercalados en una suce-sión de caracteres en negro.

Se produjo un fenómeno inesperado.Si la segunda letra blanca seguía a la pri-mera, tras un intervalo de 200 a 500 mili-segundos, los voluntarios no podían recor-darla. Incluso afirmaban no haber vistoninguna segunda letra blanca. Se les pidióluego que ignorasen la primera letrablanca y atendiesen sólo a la segunda.Sorprendentemente, ahora no tenían nin-guna dificultad en recordar las últimas.

Por lo que parece, nuestro cerebronecesita una suerte de �tiempo de refle-xión� para introducir estímulos cons-cientes en la memoria. Durante ese inter-valo temporal �también denominado�parpadeo de la atención�� los proban-dos no podían prestar atención a la se-gunda letra blanca, aun cuando se es-forzasen en ello.

¿Significa eso que todas las informa-ciones que no percibimos consciente-mente se pierden sin remisión? Para res-ponder a esta cuestión le presentamos anuestros participantes una ristra de pala-bras en rápida sucesión, siempre en lamisma zona del monitor. Les solicitamosque se fijasen en tres palabras blancas(�palabras objetivo�) dentro de una seriede palabras en negro, para indicarlas des-pués. Nos apoyábamos en lo que ya sa-bíamos sobre el procesamiento de estí-mulos atendidos y les presentamos lasegunda palabra blanca 250 milisegun-

36 Mente y cerebro 05/2003

Procesamientoinconscientede la informaciónNuestro cerebro evalúa sin cesar una multitud de informaciones procedentes de nuestros sentidos.

Lo hace de forma inconsciente. Pero, ¿quién podría pensar que se pueden leer palabras e incluso

“comprender” su significado sin que nos demos cuenta?

Page 39: Mente y Cerebro 05. Pensamiento y Lenguaje

Mente y cerebro 05/2003 37

dos tras la primera palabra objetivo.Resultado: los probandos sólo podíanrecordar aproximadamente la mitad delas segundas palabras ofrecidas.

Nuestro objetivo era, no obstante, ave-riguar si el cerebro procesa las palabrasno atendidas; es decir, inconscientes.Vino aquí en nuestra ayuda una obser-vación conocida desde hace muchos años:una palabra escrita es más fácil de captary pronunciar si aparece en un contextopropio. Por ejemplo es mucho más sen-cillo leer la palabra �pastel� si sigue a lapalabra �torta� que si aparece a conti-nuación de �cuerda�. Se trata de un ejem-plo de asociación semántica. Así la pala-bra �torta� facilita manifiestamente elreconocimiento y pronunciación de lapalabra �pastel� debido a su similitud designificado (semántica).

El efecto de la asociaciónsemánticaMerece la pena detenerse en la asociaciónsemántica. Podemos ilustrar dicho efectosi nos imaginamos nuestra �memoria designificados� como una red cerebral de nu-merosos nodos enlazados entre sí. Cadanodo representa un concepto léxico, esdecir, el significado abstraído a partir deuna palabra concreta. Por ello, los concep-tos afines se encuentran más próximos oestablecen una conexión más fuerte en-tre sí que los conceptos de significadodispar. Al leer la palabra �torta� se activaen el cerebro el concepto léxico �torta�;con ello, la activación se extiende a otrosnodos conceptuales enlazados. Puestoque los nodos de �torta� y �pastel� yacenpróximos, se activa �pastel� a través de�torta�; por eso, �pastel� tiene cierta ven-taja cuando aparece ante los ojos.

En el experimento se varió a conti-nuación la proximidad semántica de dospalabras objetivo. Se hizo entre lasegunda y la tercera. Los voluntariosreconocían mejor la tercera palabra obje-tivo cuando ésta iba precedida de otrapalabra objetivo de significado afín.Podían así identificar la palabra �pastel�con mayor corrección y frecuenciacuando seguía a �torta� que cuando apa-recía tras �cuerda�. Era evidente que noshallábamos ante un caso típico de aso-ciación semántica. Con todo, el efectose producía sólo si los sujetos recorda-

ban la segunda palabra objetivo prece-dente (cuerda o torta). Pero si la segundapalabra era captada, durante el parpadeode la atención, de manera incompleta yno se recordaba, entonces la afinidadsemántica entre la segunda y la tercerapalabra objetivo no incidía en la cuotade recuerdo. De lo que se infería contoda claridad que el significado de laspalabras que no hemos procesado deforma atenta se pierde.

Ahora bien, durante nuestros experi-mentos registrábamos la actividad elec-troencefalográfica. Gracias a ello pudi-mos rebatir tal deducción. Para obtenerel encefalograma (EEG) se aplican elec-trodos sobre la cabeza. Los potencialeseléctricos medidos reflejan la suma dela actividad neuronal de una zona deter-minada del cerebro; puede establecerseuna correlación, temporal y precisa, delos mismos con sucesos; por ejemplo, conla aparición de una palabra blanca en lapantalla. A diferencia del comporta-miento, que es la consecuencia de eta-pas de procesamiento ya transcurridas,el EEG informa casi en directo de la acti-vidad cerebral.

El procesamiento del significado delas palabras se puede leer especialmente

en una evolución particular del gráfi-co de EEG, la denominada N400: la lí-nea del EEG varía aproximadamente400 milisegundos tras la presentaciónde una palabra en una forma caracterís-tica: cuanto menos encaje una palabraen el contexto significativo de una frase,tanto más negativos serán los valorestomados por la gráfica del EEG. Inves-tigadores del habla se basan en la medi-da del encarrilamiento semántico, que secorresponde con la evolución de la N400.En nuestro estudio se dio dicho efectoN400: cuanto más divergían la segunday tercera palabras objetivo, tanto máspronunciada era la evolución negativadel EEG. Para nuestra sorpresa, tambiénvariaba el N400 de forma similar cuandouna persona no podía recordar el textode la segunda palabra objetivo.

Podemos, pues, comprender el signi-ficado de palabras aun cuando no lesprestemos ninguna atención, no tenga-mos experiencia consciente, ni logremosrecordarlas. En nuestro cerebro se acti-van conceptos asociados a palabras sinque nosotros seamos conscientes de ello;en nuestra memoria semántica se alte-ran estados, aunque no nos hayamos per-catado de una palabra.

CUERDA

BARCOROCIO

HILO

LANA

LAMPARA ALFOMBRA

SILLA

MESATORTA

HORNO

PAN

MANTEQUILLA

MARRON

MADERA

ABEDUL

SAUCE

GINKGO

HAYA

PAJARO CARPINTERO

GATO

ABEJA

JIRAFA

AMARILLO

ROJO

VERDE

RANA

TIGRE

OSO POLAR

ALCE

GALLETAS PASTEL

BIZCOCHO

SOFA

RED DE LA MEMORIA. Al oír o leeruna palabra, nuestro cerebro activa elcorrespondiente “concepto”, esto es,su significado. La activación se extiendede forma inconsciente a conceptosemparentados.

TH

OM

AS

BRA

UN

Page 40: Mente y Cerebro 05. Pensamiento y Lenguaje

Así las cosas, alguien podría sentirseincómodo. ¿Estamos indefensos y a mer-ced de estas percepciones inconscien-tes? ¿Podríamos hallarnos inducidos ala compra de determinados productos através de astutos mensajes publicitariosno percibidos e intercalados en las pelí-culas? Llegados a este punto, debería-mos considerar que el significado de los�estímulos perdidos� se desintegra pro-bablemente de forma inmediata en elcerebro. En nuestro estudio, el análisisinconsciente del significado sólo seplasma sensiblemente en el EEG, perono en la tasa de éxito de los recuerdos.Resulta, pues, poco probable que poda-

mos ser inducidos a cometer accionesmediante estímulos percibidos de formainconsciente. La activación de signifi-cado de breve duración podría explicar,sin embargo, por qué nos parece con-sistente nuestro entorno. Pese a que noseamos conscientes de un sinfín de deta-lles simultáneos, podemos orientarnoscon presteza en nuestro entorno com-plejo.

Una respuesta que no resuelve, porsupuesto, el problema. La guardia civilde tráfico nunca admitirá como excusaque hicimos caso omiso de una señalporque coincidió con un lapso de faltade atención.

38 Mente y cerebro 05/2003

A través de un experimento con palabras y la mediciónsimultánea de corrientes eléctricas se demuestra que pro-cesamos las palabras también de manera inconsciente. Losvoluntarios deben descubrir palabras blancas intercaladasen una hilera de palabras negras en rápida sucesión (12 porsegundo), para indicarlas luego. Mientras el sujeto se hallaocupado en procesar de forma atenta la primera palabraobjetivo, se le escapa a menudo la segunda.En algunos casos,ni siquiera recuerda haberla visto.Pero el cerebro analiza, de modo inconsciente, el significadode la “palabra perdida”. Nos lo indica el electroencefalo-grama: la evolución del potencial (diagrama A) se producecuando la persona percibe de forma consciente la segunday tercera palabras objetivo y además las recuerda. Cuanto

menos afines, semánticamente hablando,ambas palabras, tantomás “negativamente” procederá el curso de la curva en lafranja N400. (Por convención, los valores negativos se refle-jan en la parte superior del diagrama; los positivos, en laparte inferior.) La razón de ello es muy simple: cuando dospalabras son afines se hallan más próximas en nuestra memo-ria semántica. La desviación del N400 aparece menos nega-tiva porque la palabra ya había sido “preactivada” por laanterior.Asombrosamente este efecto se mantenía —aunque algodebilitado— cuando el participante no había percibido deforma consciente la palabra precedente (diagrama B).Nuestrocerebro puede, pues, reconocer de forma inconsciente elsignificado de una palabra.

Operación inconsciente de las palabras

ONDINAMOMENTO

CARAMELOCOLA

ENANOSALTO

COLADORPAN

SALTO

FALLOESPALDA

TESTIGOSUELDO

SARTENTRAICION

PASTELCAIDA

POSTEINQUILINO

PIELGASOLINA

CHISTE

*******

MESA

1. PALABRA OBJETIVO

1. P

ALA

BR

A

OB

JETI

VO

2. P

ALA

BR

A

OB

JETI

VO

3. P

ALA

BR

A

OB

JETI

VO

2. PALABRA OBJETIVO

3. PALABRA OBJETIVO

NINGUNA

DEBIL

FUERTE

CUERDA – PASTEL

PAN – PASTEL

TORTA – PASTEL

AFINIDAD DE SIGNIFICADO ENTRE

REGISTRO EEG

0,5 1 1,5 2 2,5 3SEGUNDOS

MEDICION DE N400

B

A

CUERDA – PASTEL

PAN – PASTEL

TORTA – PASTEL

2 2,5 3

PAS

TEL

N400

SEGUNDOS

+5

–10

0

+5

–1

MIC

ROVO

LTM

ICRO

VOLT

TH

OM

AS

BRA

UN

BETTINA ROLKE, bióloga, recibió en 2001el premio de jóvenes científicos de la SociedadAlemana de Psicofisiología y su Aplicación(DGPA) por sus experimentos sobre el pro-cesamiento inconsciente de la información.

FLEETING MEMORIES: COGNITION OF BRIEF

VISUAL STIMULI. Dirigido por V. Coltheart.The MIT Press; Cambridge, 1999.

MISSED PRIME WORDS WITHIN THE

ATTENTIONAL BLINK EVOKE AN N400SEMANTIC PRIMING EFFECT. B. Rolke et al.,en Psychophysiology, vol. 38, pág. 165; 2001.

Bibliografía complementaria

Page 41: Mente y Cerebro 05. Pensamiento y Lenguaje

Ulrich Kraft

�No mentirás�, ordena eloctavo mandamiento.Pero lo que una vez seesculpió en piedra di-

ríase que no vale hoy día ni siquiera elpapel en el que está escrito. Lo que esmás: se le ignora y desprecia. Los psi-cólogos y los sociólogos coinciden enque, desde la primera mentira contadapor Adán y Eva en el paraíso, la especiehumana no ha dejado de faltar a la pala-bra. Todo el mundo hace trampas, mientey engaña, de forma habitual, voluntaria,astuta y calculada.

Científicamente está demostrado quenos desenvolvemos entre engaños y tram-pas. Gerald Jellison, de la Universidadde California en Los Angeles, registrólas conversaciones cotidianas de veintevoluntarios y analizó después las false-dades grabadas en las cintas. El resul-

tado fue para los amantes de la verdadconsternador: desde el punto de vistaestadístico incluso los participantes mássinceros habían mentido una vez cadaocho minutos. �Muchas veces �anotaJellison� son pequeñas mentiras, peromentiras a fin de cuentas.�

¿Qué nos impulsa a ese comporta-miento munchhausenano? (El barón deMünchhausen es un personaje literarioalemán, arquetipo del mentiroso com-pulsivo.) La tesis de Jellison es que setrata de nuestra constante búsqueda dedisculpas por conductas que los demáspodrían considerar inadecuadas. Así, elmoderno barón mentiroso inventa unatasco de tráfico como pretexto de suretraso, aunque él, poniendo su mano enel pecho, nunca había tenido el propó-sito de llegar puntualmente a la cita. Hayque reseñar que los mayores fanfarronesen la investigación de Jellison eran con-secuentemente los probandos con más

contactos sociales: vendedores, enfer-meras, abogados, psicólogos y perio-distas.

Desde que se sabe cuánto le cuesta a laespecie humana atravesar la jungla de lamentira se empieza a interesar la cien-cia por esta característica tan típica delHomo sapiens. Paul Eckmann, directordel laboratorio de interacción humana dela Universidad de San Francisco y unode los pioneros en la investigación sobrela mentira, asegura que el engaño cons-tituye un componente central de la vida;por ello, la comprensión del fenómenoreviste un interés capital para casi todoslos asuntos humanos.

Al objeto de llegar al fondo de la natu-raleza de la mentira, los neurólogos hacena sus probandos contar mentiras en ellaboratorio, al tiempo que miden la acti-vidad cerebral. Los psicólogos, por suparte, analizan señales delatoras en lamímica y gesticulación del embustero;

Mente y cerebro 05/2003 39

MentirasCon la verdad se llega lejos; la mentira, en cambio, tiene las patas muy cortas.

¿Es cierta esa contraposición? Psicólogos, antropólogos y neurobiólogos sostienen

que mentir constituye un componente esencial de nuestra inteligencia social

Page 42: Mente y Cerebro 05. Pensamiento y Lenguaje

investigan además nuestra capacidad dedetectar los engaños y tratan de descu-brir cuándo y cómo aprenden a mentirlos niños.

Tendencia al malLos resultados de la investigación vanarrebatando progresivamente a la men-tira su aureola negativa. Muchos antro-pólogos opinan que no es tan lamenta-ble que el hombre tenga semejante talentopara las tretas sutiles y los engaños refi-nados. Y que esta característica no derivade una tendencia al mal, sino que repre-senta un componente esencial de nues-tra inteligencia social.

Una mentira inocente sobre el nuevopeinado que tan poco favorece a nues-

tra vecina fomenta la convivencia pací-fica más que la verdad desnuda. Y aligual que este pequeño embuste, la mayo-ría de nuestras mentiras provienen fun-damentalmente del deseo de contentar anuestros semejantes, de no desemasca-rarlos ni ofenderlos.

Pero con esto no hemos rehabilitadodel todo al barón de Münchhausen, pueslas investigaciones en este campo tam-bién nos demuestran que la mentira reper-cute ante todo en beneficio propio y lausamos para aprovecharnos de otros. Elser humano simula hábilmente hechosfalsos, finge con astucia y se presentacon una bien ensayada amabilidad paraaparecer en primera línea de la mejormanera posible y conseguir llevar a cabo

sus propios intereses. Algo aplicableespecialmente a los varones, según elestudio de Robert Feldmann, psicólogode la Universidad de Massachusetts enArmherst. Los componentes femeninosde su ensayo, en el que participaron enconjunto 242 estudiantes, deslizabanmentiras en sus conversaciones con unapersona desconocida fundamentalmen-te para elevar la sensación de bienestaren su interlocutor. A sus compañerosmasculinos, por el contrario, les intere-saba dar la mejor imagen posible de símismos.

Para los expertos en evolución bio-lógica, la vida social con todas sus je-rarquías y entramado de relaciones hatraído al mundo este fenómeno del frau-de y la mentira. La mentira intenciona-da sólo se podía desarrollar en el senode grupos complejos. También los chim-pancés que viven en bandas son maes-tros en simulación: mediante trucos, en-gaños y gesticulación teatral luchan encoaliciones cambiantes por el rango, el

40 Mente y cerebro 05/2003

DEF

D-M

OV

IES

1. MENTIR TODOS A UNA. En la película irlandesa “¡Larga vida a Ned Devine!”,muere de un fallo cardíaco una persona que se había hecho millonaria con el primerpremio de la lotería. Sus paisanos no quieren renunciar a sus ganancias y encubren sufallecimiento presentando como Ned Devine a Michael O’Sullivan (David Kelly, a laizquierda) ante el representante de la sociedad de loterías.

Page 43: Mente y Cerebro 05. Pensamiento y Lenguaje

alimento y las parejas sexuales. Y no sepierda de vista el riesgo implícito paraestos primates, pues existe la amenazade degradación social si se descubre latrampa.

Partiendo de la base de que la verdades un bien escaso en nuestra sociedad,no basta con que uno mismo sea un per-fecto tramposo. Quien no quiera ser enga-ñado en cada paso, ha de poder descu-brir la simulación ajena. Según losantropólogos, habría que atribuir a esasuerte de carrera armamentística entreel desenmascaramiento y el refinamien-to de la mentira, el desarrollo filogené-tico de la inteligencia social. Quizá trajoincluso el lenguaje. Algunos sostienenincluso que el aumento de tamaño delcerebro humano se debe, en último tér-mino, a la presión evolutiva de tener quementir de forma progresivamente másrefinada.

Abona esta hipótesis el hecho de quetoda mentira intencionada implica unabrillante actuación intelectual: ocultarla verdad y sustituirla por una historiairrefutable exige no sólo enorme creati-vidad sino que presupone la capacidadde trasladarse al interior de las mentesajenas. El mentiroso tiene que contem-plar esta puesta en escena teatral propiadesde la perspectiva de la persona enga-ñada; así sabrá qué directrices deberámarcarse para que la representación

resulte convincente. Justamente uno delos logros cognitivos característicos delser humano consiste en poder imaginarsecómo la persona engañada le ve a unomismo en el acto de mentir, una activi-dad que consiste en algo así como endarle la vuelta al pensamiento.

Con las técnicas de la tomografía deresonancia magnética funcional (TRMf),Daniel Langleben, de la Facultad deMedicina de Pennsylvania, investiga lazona de ubicación cerebral del procesoembaucador. Este método permite reco-nocer un aumento de la actividad cere-bral por la mayor afluencia de riego san-guíneo en las regiones correspondientes.Langleben disponía que sus probandosmintiesen intencionadamente: cada unode ellos debía contar una mentira, de laque él solo podía saber que era efecti-vamente una mentira. A cada uno de losparticipantes se le entregaba un naipe enun sobre cerrado; nadie, ni siquiera eldirector del experimento, sabía de quénaipe se trataba en cada uno de los casosconcretos. Una vez que cada voluntariohabía visto su carta a escondidas, se lecolocaba en la cabina del tomógrafo,

donde un programa de ordenador le ibamostrando, naipe a naipe, el mazo enterode la baraja, planteando sucesivamenteel interrogante de si en cada caso concre-to se trataba del naipe en cuestión.

Con anterioridad Langleben les habíaexhortado expresamente a mentir. Inclusocuando en el monitor apareciese el naipeverdadero y la respuesta verídica hubieratenido que ser positiva, los probandosdeberían negar la coincidencia. Con loque se tenía la certeza de que exactamenteuna de las 36 respuestas negativas decada uno de los participantes era men-tira y precisamente ese �no� es el quequerían estudiar los investigadores conayuda de las imágenes de la TRMf.

Declaración de culpabilidaden el laboratorioLos científicos descubrieron cada men-tira. En determinadas regiones cerebra-les aumentaba la actividad de manerasignificativa, siempre que los proban-dos recurrían al engaño. Y era especial-mente llamativo este aumento de acti-vidad en dos zonas: en el giro cingularanterior y en la corteza prefrontal.

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2. NOTICIAS FALSAS LIBERADORAS. En la novela de Jurek Becker “Jacobo elmentiroso” (llevada al cine en 1999, con Robin Williams) las noticias completamenteinventadas sobre la aproximación de las tropas aliadas fortalecen la voluntad desupervivencia en el ghetto de Varsovia.

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Ambas regiones son corresponsablesde los contenidos de memoria que lle-gan a nuestra conciencia. El giro cingu-lar controla la atención y los impulsos.En la corteza prefrontal reside la ins-tancia inhibidora del cerebro. Aquí serechazan episodios mentales irrelevan-tes en ese momento y que no deben apa-recer ante el ojo cerebral; por ejemplo,los hechos verdaderos, pues para men-tir hay que reprimir algo y ese algo es laverdad.

Había otro dato interesante. Si no seobligaba a mentir a los probandos, noaparecían cambios en la actividad cere-bral. Lo que lleva a la hipótesis de quela sinceridad es por así decirlo el estadocognitivo normal. O dicho en otros tér-minos: toda violación del octavo man-damiento exige de las neuronas unesfuerzo superior, pues el cerebro tiene

que impedir en primer término que sediga la verdad.

Un trabajo de un equipo de psicólo-gos de la Universidad de Michigan con-firma también que el embuste y la men-tira ponen a prueba las células de lasustancia gris. En el ensayo se preguntóa los voluntarios si conocían a determi-nadas personas y ciertas circunstanciasde algunos sucesos, al mismo tiempoque medían los correspondientes inter-valos de reacción. El resultado fue elsiguiente: cuando los probandos reco-nocían sinceramente que no tenían niidea de lo que se les preguntaba apreta-ban la tecla del �no� lo más tarde al cabode medio segundo; si respondían min-tiendo, el tiempo de reacción duraba másde un segundo. Ni siquiera después deser puestos al corriente del trasfondo delestudio y de tener ocasión de �entre-

narse� apretaban el botón correspon-diente con mucha más rapidez.

Aunque Langleben se centra en des-cifrar los procesos neurobiológicos delacto de mentir, no ignora las posibilida-des de sus experimentos. Por el hechode medir inmediatamente la actividadcerebral, la TRMf es superior al detec-tor de mentiras usual.

Desde hace una veintena de años, PaulEkman se ocupa de estudiar las señalescorporales que delatan a los mentirosos.En uno de sus experimentos más cono-cidos este investigador de las emocio-nes mostraba a un grupo de aspirantes aenfermeras un vídeo con imágenes de per-sonas a las que tuvieron que amputarlessus extremidades. La tarea consistía enconvencer a un entrevistador, que noveía la cinta, de que precisamente esta-ban contemplando en ese momento unabella película de la naturaleza con pai-sajes agradables.

Para motivar a estas mentirosas porencargo se remitía a que, en su prácticaprofesional diaria, tendrían que ocultarfrecuentemente ante sus pacientes emo-ciones como consternación y repugnan-cia; y que la simulación bien dominadaera por tanto una propiedad importantede su gremio. Como control se utilizabauna segunda película con un paisaje decosta bonito y que las probandas podíandescribir honradamente como tal.

Ekman grabó a las estudiantes de enfer-mería en un vídeo y analizó su mímicay su expresión corporal. Y descubrióalgo muy interesante: incluso las men-tirosas más convencidas no podían ocul-tar por completo sus verdaderas reac-ciones internas, aunque sólo por unbrevísimo instante. Menos de un cuartode segundo se mantienen esas llamadas�microexpresiones faciales� �fugacesmomentos en los que cae la máscara yla cara revela las emociones sinceras,como la repugnancia o el apuro� hastaque una sonrisa las vuelve a ocultar. ParaEkman, no pensamos si antes no senti-mos. Si un sentimiento no es totalmenteconsciente, ya aparece la correspondienteexpresión en la cara.

Los investigadores también encon-traron �microgestos� delatores como cor-

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T 3. ¿LOBO CON PIEL DE CORDERO?El padre de la novia (Robert de Niro, a laizquierda) comprueba con diferentes testsde un detector de mentiras en la película“Mi novia, su padre y yo” (EE.UU., 2000)si el novio y futuro esposo de su hija esrealmente una persona honrada.

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tas sacudidas de cabeza o rápidos enco-gimientos de hombros. Sin embargo,tales movimientos, mínimamente insi-nuados, sólo se podían reconocer encámara lenta. Es posible que ésa sea larazón por la que cuesta tanto reconocerel embuste sufrido.

Alternativa:echar una moneda al aireBella DePaolo, de la Universidad de Vir-ginia, tras examinar un centenar de es-tudios sobre el desenmascaramiento dela mentira, llegó a la conclusión de que laprobabilidad de averiguarlo no superael puro azar: el promedio de aciertos, depoco más del cincuenta por ciento, es sóloligeramente más alto que la tasa de pro-babilidades.

Pero hay un grupo de personas quedetecta y descubre a los tramposos conmucha más seguridad. Se trata de los afá-sicos, personas que como consecuenciade una lesión del hemisferio cerebralizquierdo pueden entender el sentido depalabras sueltas, pero no el de frases com-pletas. En cierta ocasión un grupo de afá-sicos estalló en carcajadas en un discursode Ronald Reagan, porque percibieron suspalabras como mentiras. Más tarde secomprobó que el político efectivamenteno había dicho la verdad. Junto conEckman, Nancy Etcoff, del Hospital Ge-neral de Massachusetts en Boston, some-tió a prueba esta observación y les pro-yectó a diez afásicos los vídeos con elexperimento de las estudiantes de enfer-mería. Aunque ellos no podían com-prender el texto, a la hora de diferenciarentre mentira y verdad llegaron a acer-tar en el sesenta por ciento de los casos.

El hombre como detectorde mentirasPara Etcoff, los afásicos sienten unasuerte de experiencia �¡ajá!� cuandodetectan una mentira. Al sustraer de laspelículas, concentrados pues en la expre-sión facial, los afásicos elevaron su ren-dimiento a casi el 75 por ciento. Tal vezel lenguaje oculte otras capacidadescomunicativas de las personas; solemosescuchar sin atender a signos no verba-les, como la expresión del rostro. Sinllegar al extremo de Charles Maurice deTayllerand, ministro de Asuntos Ex-teriores de Napoleón, quien afirmó encierta ocasión que �el lenguaje le fuedado al hombre para ocultar sus pensa-mientos�. Lo cierto es que las personassanas tienen dificultades para interpre-tar las señales en el rostro del mentiroso;en el estudio de Etcoff los no afásicosno obtuvieron mejores resultados cuandose quitó el sonido a las películas.

Es posible que, tras esta ceguera, seoculte también una estrategia de super-vivencia. Quien se proponga vivir conla verdad por delante en una sociedad tanmentirosa corre el peligro de quedar mar-ginado. Bella DePaolo llevó a cabo unainvestigación en colegios americanoscon un resultado curioso: aquellos mucha-chos que percibían con extraordinariasensibilidad los engaños y las fanfarro-nadas y no disimulaban su postura eranvalorados como poco competentes social-mente tanto por los compañeros comopor los profesores. En contraposición,según un estudio de Robert Feldmann,los adolescentes que saben mentir conmucha convicción y que raramente sonpillados en sus trampas, gozan de espe-cial reconocimiento y éxito en sus gru-pos respectivos.

Ya por su parte el Papa Paulo IV (1476-1559) reconoció cuán humano era vio-lar el octavo mandamiento: �El mundoquiere ser engañado, por tanto es enga-ñado�, declaraba en su día. Los investi-gadores de la mentira van incluso másallá al afirmar que detrás de todos lospequeños engaños y mentiras se dan ensu opinión toda una serie de procesos cog-nitivos complejos sin los que quizá nosería posible la convivencia humana.

Pero, ¿qué sucede con los engañospremeditados con intenciones crimina-les? ¿Deben contar con nuestra absolu-ción sólo porque ahora se sabe que lamentira es un signo de inteligencia social?Evidentemente no, pues al fin y al cabono se trata de peccata minuta sino dedelitos en toda regla. Pese a la tomo-grafía de resonancia magnética la cien-cia no nos puede eximir de la condenamoral del mentiroso. Así como tampocoresolverá nunca la paradoja del cretensemendaz, aquel que afirmaba que todoslos cretenses mentían.

Mente y cerebro 05/2003 43

DIE LÜGE, DAS SALZ DES LEBENS. P. Stiegnitz.Edition Va bene;Viena, 1997.

LOB DER HALBWAHRHEIT:WARUM WIR SO MAN-CHES VERSCHWEIGEN. D. Nyberg. FischerTaschenbuch; Frankfurt del Main, 1999.

TELLING LIES. CLUES TO DECEIT THE MAR-KETPLACE, POLITICS AND MARRIAGE. P. Eck-man. W. W. & Company; Norton, 2001.

BRAIN ACTIVITY DURING SIMULATED DE-CEPTION. AN EVENT-RELATED FUNCTIONAL

MAGNETIC RESONANCE STUDY. D. D. Lang-leben y otros en NeuroImage, vol. 15, n.o 3,pág. 727; 2002.

Bibliografía complementaria

Page 46: Mente y Cerebro 05. Pensamiento y Lenguaje

Annette Lessmöllmann

�Der Fauper der die Lüspeln febbttekken das Baktor�.

Con esta exótica frase se trabajaen el Instituto Max Planck de Psicolingüística de Nimega. Pese a lo que parece, no per-

tenece a ningún dialecto holandés. Lo-cución tan �absurda� sirve sólo para con-seguir nuevas perspectivas en el estudiodel procesamiento del lenguaje por elcerebro.

Junto a la Biblioteca Hertziana deRoma y el Instituto de Historia del Arteen Florencia, el Instituto Max Planck dePsicolingüística forma un trío de centrosde investigación alemanes fuera de susfronteras. La razón de tan curioso exi-lio tiene un nombre: Willem Levelt.Cuando en 1975 la Sociedad Max Planckdecidió crear un grupo para la investi-gación del lenguaje pensó en este renom-brado psicólogo holandés para dirigirlo.Reunía las condiciones requeridas: unabsoluto dominio de los métodos expe-rimentales de psicología y un conoci-miento cabal de los postulados teóricosmás avanzados de la lingüística. PeroLevelt había fundado ya en Nimega un

Instituto de Psicología. No quería aban-donar su ciudad. La Sociedad Max Plancktransigió.

Desde su fundación son muchos losinvestigadores que han acudido aNimega, una ciudad de 150.000 habi-tantes, cuyo precioso casco antiguo fuedestruido por los bombardeos de los alia-dos. El Instituto ha adquirido renombreinternacional.

La psicolingüística estudia la com-prensión del lenguaje, su producción yaprendizaje, con particular detenimientoen los mecanismos procesadores delmismo. Se caracteriza el Instituto deNimega por la fluida interrelación entrelos diversos proyectos. Lingüistas, psi-cólogos, etnólogos, neurobiólogos ymédicos trabajan hombro con hombro yaportan sus modernos métodos de inves-tigación. Podemos ejemplificarlo en lasinvestigaciones cerebrales desarrolladasen los últimos diez años. Abordan el exa-men cerebral de nuestra capacidad lin-güística.

La investigación del lenguaje tropiezacon una grave dificultad. No puede estu-diarse en modelos animales de experi-mentación. Durante años, hubo quebasarse en el estudio de pacientes que,como consecuencia de lesiones neuro-

biológicas, presentaban trastornos dellenguaje. Hoy, gracias al progreso de lastécnicas de formación de imágenes, pode-mos investigar las áreas de procesamientodel lenguaje también en personas sanas.El Instituto de Psicolingüística creó enoctubre de 2002 un centro especial dedi-cado a la formación de imágenes neu-rológicas, en el que participan cuatrouniversidades holandesas y cuenta coninstalaciones de resonancia magnética ytomografía de emisión de positrones,entre otras.

Con estos métodos se localizan, porejemplo, las áreas del cerebro que seactivan cuando se realiza el análisis sin-táctico de una frase. Se examina así laactividad cerebral de las personas quese someten voluntariamente a la explo-ración cuando leen y corrigen frases sinsignificado, si bien resultan perfecta-mente reconocibles desde el punto devista estructural. Un ejemplo de ello esla frase �Der Fauper der die Lüspelnfebbt tecken das Baktor�, en la que nodebiera decirse �tecken� sino �teckt�(*�Tecken� sería un verbo en plural y noconcordaría con �Der Fauper�, que seríael sujeto en singular. N. del T.) En unpaso siguiente se les presentan a losvoluntarios palabras sin ningún sentido

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Instituto MaxPlanck dePsicolingüísticade Nimega En ese centro lingüistas, psicólogos, etnólogos, neurobiólogos y

médicos investigan sobre las relaciones entre pensamiento y lenguaje

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Mente y cerebro 05/2003 45

en un listado, no en una concatenaciónde frases. A pesar de que el trabajo delectura sigue siendo el mismo, el cere-bro no realiza ahora ningún tipo de aná-lisis sintáctico. Los investigadores com-paran los patrones de actividad en amboscasos y demuestran que hay una regiónde la corteza frontal del hemisferioizquierdo que resulta indispensable parael procesamiento sintáctico.

Yélî dnye y guugu yimithirrJunto a los experimentos de laboratorio,en Nimega se desarrollan trabajos decampo. Stephen Levinson acaba de retor-nar de una estancia de tres meses enPapua Nueva Guinea, donde investigóel yélî dnye, idioma con el que se comu-nican unas 4000 personas. Para los lin-güistas, no merece menos atención quecualquier otro de los 6000 idiomas quese hablan hoy en el mundo. Sólo quienconoce la diversidad puede formularhipótesis coherentes sobre estructurasinnatas; en éstas reside la principal misiónde la psicolingüística: buscar los meca-nismos congénitos de que disponen todaslas personas gracias a los cuales puedenaprender su lengua materna con una cele-ridad y perfección que los adultos sólopueden soñar cuando estudian otroidioma.

En Nimega han comenzado a afloraralgunas objeciones contra la doctrina delas �ideas innatas� formulada por NoamChomsky. Según este teórico norteame-ricano, el rápido aprendizaje de la len-

gua materna sólo puede explicarse ad-mitiendo que desde el nacimiento dis-ponemos de unos conocimientos gra-maticales, por supuesto sumamenteabstractos.

La conveniencia de no limitarse a len-guas indoeuropeas fue subrayada ya porWilhelm Wundt. Alrededor de 1900 pro-movió el estudio de lenguas desconoci-das mediante métodos antropológicos.Era la vía adecuada para comprobar lainfluencia que ejerce la cultura peculiarde una sociedad determinada sobre suidioma. Por eso se ponen en tela de jui-cio muchos aspectos que, basándose enel análisis de los idiomas germánicos, sereputaban componentes del funciona-miento general del lenguaje.

Muchos idiomas recurren a las palabras�derecha� e �izquierda� para situar obje-tos en relación con el propio cuerpo o conotros objetos. Pero eso no significa, nimucho menos, que todos los idiomas dis-pongan de este tipo de localización.

El guugu yimithirr, idioma habladoen Australia, utiliza el sistema absolutode referencia, apoyado en una fijacióngeográfica: �este� y �oeste�, por ejem-plo. Es decir, no dicen �la vaca está a laizquierda del caballo�, sino �la vaca estáal oeste del caballo�. Los investigado-res del Instituto Max Planck demostra-ron que estas personas también se orien-tan de forma diferente en ámbitos nolingüísticos.

Gunter Senft lo aclara mediante unexperimento. Un voluntario tiene sobre

la mesa tres figuras de animales. De dere-cha a izquierda se suceden una vaca, unpollo y un gato. La persona ha de rete-ner el orden y luego se le hace dar ungiro de 180o. Se le ponen las tres figu-ras en la mano y se le solicita que lasordene como las acaba de ver. Si el volun-tario es europeo, dispondrá las figurasde la misma manera en que las observó:a la izquierda el gato, en el centro elpollo y a la derecha la vaca. Ahora bien,en términos absolutos se ha alterado elorden de los animales. En efecto, al giraresta persona ha incluido su propio sis-tema de referencia derecha-izquierda,por lo que el gato y la vaca han inter-cambiado las posiciones.

Un hablante del idioma guugu-yimi-thirr obrará de un modo completamentediferente. Coloca los animales exacta-mente igual que estaban antes. Ningunafigura cambia de lugar ya que �deacuerdo con las conclusiones a que lle-gan los investigadores de Nimega� elaborigen australiano no se incluye a símismo en la referencia, sino que se ali-nea en unas coordenadas geográficas;puesto que éstas no cambian, persistetambién inalterado el orden de los ani-males.

Estos resultados evocan la tesis dellingüista y antropólogo Benjamin LeeWhorf. Postulaba éste que la lenguaposeía una influencia determinante sobreel pensamiento; quien no dispone de unapalabra para decir �izquierda� tampocosabe lo que es �izquierda�. En el Institutose ha establecido un �moderado neo-whorfianismo�. Aunque todavía no sesabe si el idioma actúa sobre el pensa-miento o por el contrario es el pensamien-to el que actúa sobre el idioma.

PENSANDO AL REVES. Después de un giro de 180o se han de ordenar las figurasde animales exactamente igual que estaban antes. Son alineadas de nuevo de derechaa izquierda. En términos absolutos la vaca y el gato permutan sus posiciones.

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Hans-Ludwig Kröber

Con personas que niegan la exis-tencia del libre albedrío tiene suficiente experiencia cualquier

psiquiatra requerido por el juez. Aboganaquéllas por una sentencia de �inocente�,al asegurar que no son responsables desus acciones. Durante los últimos veinteaños se ha venido repitiendo en mediospenalistas y psquiátricos que no es res-ponsable el delincuente, sino �la socie-dad�. Ahora el lugar de ésta lo ocupa �elcerebro�.

Con harta frecuencia se han instru-mentado demasiado al pie de la letra losresultados de los experimentos deBenjamin Libet: antes de que un pro-bando decida levantar casualmente subrazo izquierdo o derecho, las regionescerebrales motoras correspondientes hanencauzado la operación. Al hilo de ello,muchos han extraído la conclusión de quela alternativa �izquierda o derecha� nose decide libremente, sino que ya estácuasideterminada por el cerebro. Pero loque tal interpretación oculta es la difi-cultad de muchas personas para tomaresas decisiones casuales. Ahora bien, lasdecisiones donde está en juego la librevoluntad no son casuales, ni muchomenos incondicionales: sólo podemostomar decisiones en el marco de las posi-bilidades existentes y sólo lo podemoshacer con libertad justamente porqueexisten esas posibilidades.

Las investigaciones, por ejemplo, deDaniel Wegner sobre procesos automa-tizados muestran que completamos per-cepciones actuales con conocimientosprevios, lo que, con las instruccionesexperimentales adecuadas, lleva al auto-engaño. Pero no se trata de algo nove-doso. El hombre no podría sobrevivir enabsoluto si no echase mano de sus esque-mas automatizados en relación con lamayoría de sus funciones motoras y tam-bién de sus congniciones.

Sea por caso la decisión de tomar ono tomar el ascensor. Wegner puede, qui-zás, explicar como reacción inconsciente

que un visitante recién llegado a un edi-ficio tome el ascensor, pero sin saberexplicar la opción alternativa de su invi-tado si éste sube por las escaleras parafortalecer el corazón. No se puede con-cluir ni de lejos, a partir de la frecuen-cia de movimientos automatizados, quenuestras decisiones bien meditadas seproducen inconscientemente y sólo sonpresuntamente �nuestras�.

Pero lo más interesante de todo es laposición dominante en los debates sobreestas cuestiones en Alemania. (Dicho seade paso, hay que felicitarse de que porfin vuelvan a discutir sobre estos temasneurobiólogos, psicólogos, psiquiatras yfilósofos.) Así, Gerhard Roth compartetambién la opinión de que la voluntad libreno es otra cosa, por muy práctica que sea,que una ilusión: el órgano de la decisiónsería, en su opinión, el sistema límbico,mientras que a la corteza cerebral �res-ponsable de funciones intelectuales supe-riores�le reservaría el papel de meroinstrumento asesor.

Según Roth, el sistema límbico es elprototipo de las experiencias emocio-nales de la persona acumuladas durantetoda la vida. Estas dominan las decisio-nes importantes. Pero lo único indiscu-tible es que estas emociones se refierena vivencias reales que la persona en cues-tión de todas formas puede recordar. Susreflexiones y en último término sus deci-siones se basan en esas experiencias pro-cedentes de sus vivencias.

Ahora bien, no se puede utilizar comoargumento contra la libertad de decisiónsubrayar que aquí lo más importante esel contenido emocional de las vivencias.A no ser que se definieran escuetamentecomo �libres� sólo las decisiones que setomaran al margen de las emociones. Laóptica de Roth es compatible con con-ceptos psicopatológicos muy asentados,según los cuales el contenido emocio-nal de las experiencias determina sugrado de penetración en el campo de laconciencia y la dificultad para volver adesterrarlas de ahí. Algunos experimentosdemuestran lo que la introspección re-

vela: que pese a todo es, pongamos porcaso, posible reprimir conscientementey con determinación visiones sexualescautivadoras. En tomografías cerebralesse aprecia que la decisión de la volun-tad de los probandos casi �desconecta�las zonas cerebrales activadas por losestímulos sexuales.

En la vida cotidiana una decisión setoma generalmente contra algo, en con-creto contra un automatismo. Así, po-dríamos replicar a Wegner: una personaque, guiada por su corteza cerebral, seapoya en su experiencia vital emocio-nal, almacenada en su sistema límbico,y que se decide por no usar el ascensor,toma naturalmente esa decisión con ple-na libertad.

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PUNTO DE MIRA

Libres, pese a todo

HANS-LUDWIG KRÖBER es catedrático de psi-quiatría forense en el Instituto ClínicoBenjamin Franklin de la Universidad Librede Berlín.

Los argumentos actuales en contradel libre albedrío se fundamentan eninterpretaciones sesgadas de experimentosaislados

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Mente y cerebro 05/2003 47

Hanno Charisius

Extraídos de un diálogo en la Red.Invitado: �¿Puedes explicar qué es eso de tener 18 años?�. Elbot:

�Tengo cien mil sensaciones por se-gundo�. Elbot: �Exacto�. Los robots nopasan por los problemas de la pubertad,pero, como el autómata Elbot del ejem-plo, pueden hacer como si estuvieranperfectamente informados del tema tra-tado. Elbot es un robot dialógico (�chat-bot�), un programa informático quesimula conversaciones en la pantalla.

¿Cuál es la máxima aspiración de esosprogramas robot, mejor dicho, de suscreadores? Superar el test de Turing, unjuego de preguntas y respuestas ideadohace ya más de cincuenta años por AlanTuring para comprobar la similitud delas máquinas con el ser humano. El par-ticipante tiene que decidir, en un diá-logo tecleado, si un interlocutor desco-nocido es de carne y hueso o de plásticoy silicio. Hasta ahora, ninguna máquinaha conseguido disfrazar por completosu naturaleza.

Desde hace unos años, sin embargo,se están dando pasos hacia la simula-ción de la capacidad de diálogo. Se requie-ren dos componentes: un programa y unléxico, que esté archivado en un �ficherode comprensión� o �base de conocimien-tos�. Al robot programa le correspondentres funciones: identificar las palabrasclave en el texto del interlocutor, anali-zar su relación con las restantes entra-das de datos y seleccionar en la base deconocimientos una respuesta adecuadasegún las reglas de una suerte de gra-

mática mínima. Con ello, los creadoresde los robots dialógicos se aproximan ados cuestiones fundamentales en la inves-tigación sobre la inteligencia artificial(IA), a saber: ¿cómo funciona el len-guaje? y ¿de qué hablan las personas?

Desde que Joseph Weizenbaum, delInstituto de Tecnología de Massachu-setts, desarrolló el programa �Eliza�apenas si ha cambiado el principio fun-cional: los autómatas reaccionan antelas entradas de datos del usuario. Wei-

MENTE, CEREBRO Y SOCIEDAD

Robots dialógicosLos robots lingüísticos asesoran y ejecutan ventas por Internet,sin que evidencien el menor rastro de inteligencia

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zenbaum desarrolló entre 1964 y 1966un programa de interlocución que re-medaba la conversación entre un psi-quiatra y su paciente. El principio es deuna sencillez aplastante: Eliza devuelveen el diálogo las declaraciones del usua-rio planteadas en forma interrogativa.Se trata de un recurso tradicional entreterapeutas del lenguaje para reflejar enel paciente sus propios estados de áni-mo y sentimientos. A estos efectos Eli-za busca determinados patrones léxi-cos en las entradas de datos del usuarioy reacciona conforme a una tabla decorrespondencias (a la entrada �a� lecorresponde la salida �x�), dando unarespuesta prefabricada. Para sorpresade Weizenbaum muchos pacientes mos-traron su satisfacción con el psiquiatraelectrónico.

Hoy día numerosas casas comercialesdesarrollan en todo el mundo programasrobot como asesores de ventas. Pese a

su proximidad con la IA, los robots dia-lógicos carecen del menor rastro de inte-ligencia. Andy Richardson, de la empresafrancesa Cybion, subraya que tales pro-gramas comerciales no entienden lo quedice el ser humano; tienen sólo sentidocuando están hechos a medida de unámbito especial, pero cuando abando-nan ese terreno restringido, surge la frus-tración del usuario, porque los autóma-tas no son capaces de hacer frente a laspreguntas.

Pero en el supuesto de que se supe-rase algún día el test de Turing, ¿sería laprueba real de la inteligencia de los robotsdialógicos? El famoso argumento de laestancia china, del filósofo John Searle,rebate tal hipótesis. En el experimentose encierra a una persona en una habi-tación llena de caracteres escritos chi-nos, que simbolizan la base de conoci-mientos. Como no domina esta lengua,le entregan el programa, un libro con las

reglas para manipular dichos signos.Después se introducen caracteres chi-nos en la habitación a través de unaranura. La persona en cuestión consultaen su libro qué tiene que hacer con lossignos y devuelve los signos al exteriorsiguiendo las instrucciones.

Para eso no tiene por qué entender quelos signos entrantes representan pre-guntas, a las que los caracteres salien-tes dan respuesta. Searle explica que �silas instrucciones del libro son buenas,salen las respuestas adecuadas�. Y con-cluye que �sólo con la implantación deun programa no hay ni de lejos garantíade comprensión�. Por lo que la supera-ción de un test de Turing lo máximo quepuede acreditar a un robot dialógico essu capacidad para engañar a los exami-nadores. Pero lo que no se puede atesti-guar con el test de conversación es la inte-ligencia �indiferentemente de que éstasea artificial o biológica.

Rolf Degen

�Con sucesos como el atentado al World Trade Center o lamasacre de Erfurt se con-

mueve la confianza primigenia de muchagente.� Así resumía la prensa diaria hacepoco la inquietud de los participantes enel simposio de psicoterapeutas de Pots-dam. Por su parte los psicoterapeutasnorteamericanos también habían lanzadosimilares advertencias catastrofistas muypoco después de la caída de las torresneoyorquinas. El Instituto Psiquiátricodel estado de Nueva York descargó supesar en los medios de comunicación conla frase de que �los sucesos traumáticosocasionan todavía más daños psíquicosde lo que se podía esperar�.

Si los fabricantes de tapones para eloído extendieran el mensaje de que elruido provoca todavía más daño del quese podría esperar, serían denunciadospúblicamente como negociantes hipó-critas. Sin embargo, los psicoterapeutasque insisten en la necesidad de trata-miento especializado de la gente apare-cen ante la sociedad como humanistashonradamente preocupados por todos

estos problemas. Hay un pesimismo exa-gerado, muy propio de este gremio, quealimenta en buena medida este alarmismofrente al alma frágil de las víctimas detraumas.

No opinan del mismo modo los psi-cólogos de extracción empírica. A suparecer los sucesos traumáticos suelencomportar incluso consecuencias muchomenos negativas de las que la gente

Los pesimistasLos psicoterapeutas que sólo perciben la parte vulnerabley débil del hombre hacen un flaco servicio a la sociedad

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Mente y cerebro 05/2003 49

Christoph Schönhofer

Para empezar, se da una analogía sencilla. El ser humano se hallapermanentemente en medio de un

gigantesco flujo de información. Sin in-terrupción llegan al cerebro datos de lossentidos; con ellos se mezclan recuer-dos, a los que nosotros recurrimos cons-ciente o inconscientemente. Con todo,para que podamos sobrevivir, nuestracentral rectora interna debe interpretar,condensar y evaluar sin cesar una infi-nidad de datos; en gran medida, tambiénsuprimirlos sin más. En este sentido no-sotros nunca tomamos nuestras decisio-nes sobre la base de nuestro pleno saber.Y sin embargo, gobernamos nuestra vida�en cualquier caso, de una u otra for-ma�, gracias a esa enorme y eficientemaquinaria de elaboración.

Apenas si es otra la situación en unaorganización compleja. De continuo en-tran nuevos correos electrónicos; ofer-tas, estadísticas de mercado y quejas,por correo ordinario y fax; encuestas porteléfono a los clientes; a ello hay que aña-dir la experiencia de los empleados, queuna y otra vez ilumina la situación. Paradirigir de forma óptima una empresa,

teóricamente se debería captar, evaluary comparar entre sí todos esos datos, conel fin de tomar después decisiones estra-tégicas. Ahora bien, eso es prácticamenteimposible. Un método así agotaría casiindefinidamente todos los recursos, sobretodo el del tiempo.

¿Por qué, pues, no inspirarse en el ce-rebro humano? Esta es la pregunta quese hicieron cinco jóvenes asesores deempresa. El planteamiento de la Mana-gement Manufaktur de Sarnen convencepor su sencillez: detectar los puntos débi-les en la gestión científica de una empresay desarrollar soluciones a los problemaspor analogías entre los procesos cere-brales y los desarrollos organizativosempresariales �si se quiere, el plan deasesoramiento con la carga cierta de laneurobiología.

En las macroorganizaciones, el pro-blema esencial en torno al manejo deinformación estriba en la división y cla-sificación de los datos en relevantes eirrelevantes. En nuestra época de tráficoelectrónico de datos, la cantidad de datosque entran y salen se ha multiplicado deuna forma casi exponencial. Nadie debeser excluido de las informaciones; poreso, al distribuirlas, siempre preferimos

enviarlas a un receptor de más que demenos. El resultado: se comunica dema-siado y las informaciones importantesse pierden a menudo en la jungla dedatos.

En el cerebro hay una instancia que,sobre la base de experiencias anterioresy de su interés, analiza todas las infor-maciones antes de que se abran pasohasta la conciencia y las filtra despuéssegún el objetivo. Se trata del hipocampo,una unidad de control perteneciente alsistema límbico. Este controla, en pri-mera línea, nuestro comportamiento afec-tivo, pero también interviene en el apren-dizaje de nuevos contenidos de lamemoria y de nuevas formas de con-ducta. Ayuda, además, a distribuir losdatos aferentes a los otros centros cere-brales pertinentes. En otras palabras: notodos los lugares de elaboración reci-ben todos los datos que les son relevan-tes. A eso se llama eficacia. La naturale-za nos da un ejemplo.

�Al igual que el sistema límbico adoptaen el cerebro la función del administra-dor central del conocimiento, una em-presa necesita un oficial jefe de conoci-miento�, explica Stefan Scheurer, sociodel Management Manufaktur. En 2001

Los neurodirectivosToda gran empresa está sometida a diario a un fuego cruzado ininterrumpido de informaciones.Para reaccionar con éxito, deben reestructurarse con la mayor eficacia posible.Pero, ¿cómo? La respuesta podría hallarse en el ejemplo del cerebro humano

espera. Así, por ejemplo, Daniel T. Gilbert,psicólogo en Harvard, preguntó a másde mil probandos cuánto dolor sentiríanpor la pérdida de un ser querido o la pér-dida repentina de trabajo. Y contrastósus pronósticos con las declaraciones depersonas que habían sufrido realmenteel trauma mencionado líneas arriba.

Un resultado inequívoco: los pro-nósticos sobre las consecuencias de losinfortunios eran demasiado sombríos.Los entrevistados creían que tendríanque soportar las consecuencias de lasdesgracias durante más tiempo y másduramente que lo hicieron las víctimasauténticas de esos sucesos. No caemosen la cuenta de que nuestra psique dis-pone de mecanismos de defensa extraor-dinariamente eficaces para aliviar lasamargas experiencias originadas por loshorrores. Gilbert opina que �estos meca-

nismos de defensa son para el espíritulo que el sistema inmunitario es para elcuerpo�.

Parece manifiesto que el hombre hadesarrollado estas autodefensas. Si elshock causado al hombre primitivo alhuir del tigre de diente de sable o el pro-ducido por el ataque de un clan enemigole hubiera paralizado todos sus miem-bros durante varios meses, la evoluciónle habría eliminado como un ser fraca-sado.

Todo indica que los psicoterapeutas nocreen a menudo mucho en este sistemainmunitario psicológico, aunque debe-rían alegrarse de que la naturaleza lesapoye en sus esfuerzos por tranquilizaranímicamente al hombre. En un estudionorteamericano a largo plazo en el quese trataba de predecir el desarrollo aní-mico de los probandos, resultaban dema-

siado negativos los pronósticos de los psi-coterapeutas.

Lamentablemente este pesimismo pro-fesional rige de forma creciente comonorma obligatoria. Ejemplo de ello es quealgunos jóvenes norteamericanos a sucuarto desordenado le dan sarcástica-mente el nombre de �zona cero�, es decir,el nombre de la plaza del derruido WorldTrade Center. Y los pedagogos no cele-bran la estabilidad mental de los ado-lescentes traumatizados, que han con-seguido distanciarse, con mucha rapidez,de aquellos terribles sucesos; muy porel contrario se lamentan de que los jóve-nes han perdido todo sentimiento de pie-dad al confrontarse con el atentado terro-rista. En todo caso los psicoterapeutastienen un as en la manga: siempre podrándeclarar como síntoma la ausencia desíntomas.

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50 Mente y cerebro 05/2003

él y sus colegas reestructuraron, con esepropósito, el departamento de investiga-ción de una gran asesoría empresarial deámbito internacional. Desde entonces, lasinformaciones que se eligen y se trans-miten están mejor encaminadas a un fin.Condición importante del transporte sintropiezos: cada paquete de informaciónestá ligado a un único contenido, defini-do con nitidez. Además, se envuelven los�bocadillos� de manera que muestrensiempre una estructura definida y, portanto, puedan ser recibidos y clasifica-dos por el receptor sin dilación. �Cadadepartamento debe también operar ac-tivamente por sí mismo y suscribir de-terminadas categorías de conocimientoo incluso anularlas�, dice Scheurer. Perola tarea del director general va más allá.Unidades empresariales, que reciben in-formaciones similares, pero que no saben

nada unas de otras, son puestas en con-tacto entre sí y animadas a un intercam-bio regular de conocimientos.

Pero volvamos al cerebro. Para evitaruna sobrecarga de la conciencia, nues-tro órgano de pensamiento automatizael máximo posible de procesos; por ejem-plo, conducir. Aun alumno de autoescue-la le resulta aún bastante oneroso simul-tanear la atención a la carretera, introducirla marcha adecuada, utilizar correcta-mente el embrague, el freno y el acele-rador, y, además, seguir las indicacionesdel profesor. Todo esto lo hace automáti-camente un conductor experimentado; porejemplo, puede concentrarse por com-pleto en una conversación o en una trans-misión de radio y llegar a su destino sinsentirse agotado. Sólo cuando en el ca-mino pasa algo inusual, concentra todasu atención en la circulación.

En una empresa, el análogo a la con-ciencia es la dirección, que debe versedescargada al máximo de los asuntos coti-dianos. Una buena dirección se reconoceen que el jefe no se inmiscuye en todoslos detalles. El negocio marcha tambiénsin él, en cualquier departamento. Si esesto lo que sucede, el director puede dedi-carse a su verdadero cometido: la plani-ficación estratégica. Sólo cuando se pre-sentan sucesos extraordinarios debeintervenir en procesos concretos.

Nuestro cerebro no sabe de departa-mentos aislados, sino sólo de racimos deneuronas que, por razón de la elabora-ción de condiciones parecidas de proble-mas, establecen estrechas conexionesentre sí. ¿Podría funcionar una empresasin estructura departamental? �No seríaproductivo�, dice Scheurer. �Claro quelos baluartes locales del saber deberíanarrinconar el lema �lo principal es quenuestro departamento funcione bien� enfavor de un pensamiento común de losprocesos.� Esto significa que cada em-pleado se considere parte de un procesoglobal; por ejemplo, en el caso de un fa-bricante, desde la planificación y desarro-llo de un producto hasta su comercia-lización.

El mejor requisito para lograrlo estárepresentado por un modelo ideal deempresa transparente y sostenida portodos los empleados. �Un modelo idealde este tipo no se puede imponer. Debedesarrollarse en la interacción entre todoslos implicados.� Si cada empleado hallaun vínculo personal con el objetivocomún y reconoce sus intereses perso-nales en los objetivos de la empresa,entonces se puede identificar con ella yhace un mejor trabajo. El interés máximo:sobrevivir con éxito, es decir, como enel cerebro.

Y TODAVIA UN DOCUMENTO MAS.Muchas empresas se ahogan en lacorriente de datos.

IMA

GEB

AN

K

JUDO STRATEGIE: EINE LEKTION ZUR WETT-BEWERBSDYNAMIK IN ZEITEN DES INTERNET.D. B.Yoffie, M. A. Consumano en HarvardBusiness Manager, vol. 5, pág. 72; 1999.

PRINZIPIEN DYNAMISCHER ORGANISATION.M. Lambertz et al. en Zeitschrift für Betrieb-swirtschaftslehre, vol. 9, pág. 959; 2000.

TINK LIMBIC. H.-G. Häusel. 2.a edición.Haufe; Friburgo, 2002.

Bibliografía complementaria

Page 53: Mente y Cerebro 05. Pensamiento y Lenguaje

Guillén Fernándezy Bern Weber

¿Ha leído el periódico estamañana? Recordará se-guro el accidente de avia-ción. Pero, ¿qué noveda-

des había en la sección financiera? Nose preocupe, usted no se halla en estadosenil, aun cuando, antes de acabar deleer este artículo, se pregunte por el títulodel mismo. De la infinidad de informacio-nes desordenadas que recibimos cadadía, sólo una fracción minúscula quedaanclada en la memoria. No se trata deninguna debilidad mental, sino de unaabsoluta necesidad. Pues almacenar unoa uno en el �disco duro� la ingente canti-dad de datos llevaría, en un brevísimoplazo de tiempo, a nuestro cerebro alborde de su capacidad.

Hace sólo unos veinte años, todavíase asociaba el cerebro a una suerte deordenador biológico que grabara sin dis-criminación cuanta información le lle-gara. De entonces acá hemos ido apren-diendo que el cerebro es, ante todo, unmaestro en desechar lo superfluo de lacorriente de datos. A la manera de unared de malla amplia, se ocupa sólo deretener los peces grandes. Pero, ¿cómoreconoce que se trata de un pez grande?

A lo largo de ese intervalo temporalse ha multiplicado el conocimiento dela forma en que trabaja la memoria. Laelectroencefalografía (EEG), la tomo-grafía de resonancia magnética funcio-nal (TRMf) y otras técnicas de seme-jante tenor posibilitan poco menos quecontemplar cómo retiene, recuerda yolvida el cerebro. Y, como sucede confrecuencia, todo resulta más complicado

que lo que se creía. Porque la memoriano presenta, en modo alguno, un sistemaunitario. Antes bien, diríase que hay espe-cializadas en tareas concretas de la memo-ria diferentes áreas cerebrales.

En el aprendizaje del desarrollo de losmovimientos participa preferentementela memoria procedimental o no-decla-rativa. Una vez hemos aprendido a mon-tar en bicicleta, en cuanto nos volvemosa sentar en el sillín sabemos automáti-camente qué músculos mover. El cere-bro recuerda y convoca al programa�montar en bicicleta� sin que su dueñosea consciente de ello. En las conductasaprendidas también se almacenan talesprogramas en la memoria no-declara-tiva.

Pero en los recuerdos conscientes,piénsese en el accidente de aviación leídoen el periódico de la mañana, la respon-

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Las redesde la memoriaNuestro cerebro decide rapidísimamente

qué sucesos retiene de la fugaz corriente de la vida

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sable es la memoria declarativa. Aquíno sólo cuenta el conocimiento apren-dido de hechos, sino también la propiahistoria vital, es decir, las vivencias yexperiencias que la persona ha tenidohasta ese momento. Sólo la memoriadeclarativa posibilita un acceso cons-ciente a sucesos del pasado. Es, por asídecir, la pantalla sobre la que se repre-senta al ojo interno lo recordable. Qué�film� se proyecte depende de haciadónde se encamine la conciencia.

Para que podamos recordar, más tarde,una experiencia, el cerebro debe alma-cenarla, mientras dura, en la memoria acorto plazo, la memoria operativa delcerebro. Retiene por un momento infor-maciones y sensaciones, mientras dejaque siga fluyendo la constante corrientede las vivencias conscientes. No obs-tante, tales contenidos efímeros de lamemoria se perderán irremediablemente,si no se trasladan a la memoria a largoplazo. Si falta este paso, la experienciase olvida con tanta rapidez como la infor-mación financiera del ejemplo con quehemos iniciado este artículo. Por el con-trario, los contenidos almacenados en lamemoria a largo plazo se hacen accesi-

bles, una y otra vez, a la concienciacuando recordamos.

Sin memoriaEn 1957 se recabaron ya unos indiciosdecisivos sobre qué estructuras cere-brales podrían participar en el almace-namiento mnemónico. Los obtuvieronWilliam Scoville y Brenda Milner. Ela-boraron un informe de su paciente Hen-ry M. que, con 27 años, hubo de someter-se a una operación neuroquirúrgicadebido a graves ataques epilépticos. Sele extirparon grandes fragmentos dellóbulo temporal medio de ambos hemis-ferios. La intervención fue un fracaso:Henry sufrió, después de la interven-ción, una pérdida selectiva de memoria.Podía recordar hechos y sucesos quehabían ocurrido tiempo atrás, pero nolos recientes.

Sabía el día de su cumpleaños, perono cuántos años cumplía. Al parecer,todo lo que vivió después de la opera-ción no encontraba camino en su memo-ria. La consecuencia del daño en el lóbulotemporal fue, pues, una anterogradia, esdecir, una amnesia hacia el futuro. Lainvestigación neuropsicológica poste-

rior revelaría que se había visto afec-tada, sobre todo, la memoria declarati-va. Henry no podía recordar nunca habervisto un juego de habilidad que él prac-ticaba a diario. A pesar de ello, resolvíala tarea cada día más rápidamente. El de-sarrollo de los movimientos requeridosse grababa en su memoria no-declarati-va, sin que pudiera recordar consciente-mente el proceso de aprendizaje.

Resulta, pues, patente que hay quebuscar la llave de la formación de lamemoria declarativa en el lóbulo tem-poral medio. Pero esta área cerebral,unos pocos centímetros abajo y detrásde la sien, aloja en cada uno de los hemis-ferios estructuras diversas, delimitablesunas de otras. Como ahora sabemos, cadauna desempeña una tarea definida. Desdeun punto de vista neuroanatómico, ellóbulo temporal medio consta del hipo-campo, que está rodeado del córtex para-hipocámpico, y del córtex rinal. Pero laamígdala, que desempeña una funcióncentral en la elaboración de emocionesy vivencias, también forma parte dellóbulo temporal medio (véase figura 1).

Merced a las observaciones en pacien-tes con lesiones cerebrales, como Hen-ry M., nos es posible avanzar afirmacio-nes aproximadas sobre la localización dela formación de la memoria declarativa;no nos permiten, sin embargo, acotar losprocesos y su desarrollo en el tiempo.Para ello, se requiere medir la actividadcerebral de personas que retienen yrecuerdan con normalidad. En 1980,Thomas Sanquist y sus colaboradores,de la Universidad de California en Los

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TH

OM

AS

BRA

UN

CEREBRO

AMIGDALA

LOBULO TEMPORAL

MEDIO

CORTEX RINAL

CEREBELO

CORTEX PARAHIPOCAMPICO

HIPOCAMPO

ELECTRODOS

CABLE

1. EN MITAD DEL CEREBRO. Hasta el lóbulo temporal medio llegan los electrodos quelos cirujanos implantan en los epilépticos antes de extirpar el foco del ataque. Los diezcontactos de los electrodos miden, en distintos lugares, casi en tiempo real la actividaden el córtex rinal y en el hipocampo. Ambas áreas cerebrales desempeñan una funciónimportante en el almacenamiento de recuerdos. La figura de la izquierda muestra elcerebro desde arriba (falta casi por entero un hemisferio cerebral); la imagen de laderecha muestra un corte transversal del cerebro.

AMIGDALA

CABLE

ELECTRODOS ELECTRODOS

CABLE

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Angeles, crearon un test de memoria sen-cillo, pero elegante. Los sujetos del expe-rimento debían retener palabras que ibanapareciendo, una tras otra, en una pan-talla, mientras los investigadores seguíansimultáneamente en la electroencefalo-grafía la actividad cerebral. Sanquistdescubrió que el EEG distinguía ya enlos primeros segundos, según el caso, sigrabamos o no una palabra vista en lapantalla.

A mediados de 1990 se consiguió, pormedio de la tomografía de resonanciamagnética funcional (TRMf), tener datosalgo más precisos sobre la localizacióny naturaleza de este primer paso en elproceso de retención. Por alteracionesdel flujo sanguíneo en el cerebro, el pro-cedimiento crea después una imagen, enla que se hacen visibles las áreas cere-brales especialmente activas.

En el año 1998, James Brewer, de laUniversidad de Stanford, y AnthonyWagner, de la de Harvard, publicaron si-multáneamente los primeros estudios dela TRMf sobre la formación de la memo-

ria declarativa. Habían llegado a un resul-tado coincidente: cuanto más intensa esla actividad del córtex parahipocámpicoen el procesamiento de una vivencia,mayor es la probabilidad de que el sujetola recuerde después. Con ello confir-maron también el rol decisivo del lóbulotemporal medio en el almacenamientoen la memoria declarativa. Por lo visto,todas las informaciones que son accesi-bles al recuerdo consciente deben pasarpor este cuello de botella.

Sin embargo, la tomografía de reso-nancia magnética funcional roza el límitede su capacidad cuando se trata de inves-tigar el proceso en un orden de magni-tud de segundos: a su favor cuenta quemuestra, con precisión de milímetros,en qué zona del cerebro se desarrollandeterminados procesos. Ahora bien, conuna precisión temporal de sólo pocossegundos el procedimiento va a remol-que de los rapidísimos impulsos y de loscambios de actividad neuronal.

La electroencefalografía, por el con-trario, mide la actividad cerebral casi en

tiempo real, pero ofrece informacionesmuy toscas sobre la localización de lossucesos. Se debe a que los electrodoseferentes se aplican en el cráneo, lejos,por tanto, de la fuente de actividad eléc-trica. Lo ideal sería introducir directa-mente en las regiones interesadas unoselectrodos adecuados. Mas, aparte de lasconsideraciones éticas, no parece quenadie se preste a semejante manipulación.

Ocasionalmente se han colocado estoselectrodos en personas con epilepsiaaguda. Si no tiene éxito tratar el sufri-miento con medicamentos, la extirpa-ción quirúrgica de la región cerebralafectada ofrece hoy una buena oportu-nidad para prevenir futuros ataques, conefectos colaterales limitados. Para loca-lizar con precisión la zona afectada, losmédicos implantan finos electrodos, tanpróximos como es posible al presuntofoco del ataque. En cuanto los pacien-tes sufren un ataque epiléptico, se intentadelimitar con precisión el área cerebralinteresada. En última instancia, esto posi-bilita tratar con cuidado, en la opera-ción, el tejido cerebral sano.

¿Retenido u olvidado?En uno de nuestros experimentos de-sarrollados en la clínica de epileptolo-gía de Bonn, utilizamos el test de memo-ria de palabras de Sanquist. El epilépticoestá sentado en una habitación, oscura einsonorizada, aislado del mundo exterior.Mira a una pantalla negra, donde, cadatres segundos, aparece en blanco unapalabra. El ejercicio consiste en retenerel máximo posible de los doce concep-tos presentados.

En el lóbulo temporal de los sujetosse han implantado unos electrodos queregistran sin interrupción los potencia-les eléctricos y sus cambios en el tiempo.Fuera de la habitación, un ordenadoranota el curso del potencial y retienecuál de las palabras se ha mostrado enese intervalo de tiempo. Después de queha visto todas las palabras, y durantemedio minuto, el sujeto debe contar haciaatrás, de tres en tres, partiendo de unnúmero entre 81 y 99. Este ejercicio leimpide ir repasando mentalmente losdoce conceptos. Después de este ejerci-cio intermedio, sólo puede nombrar aque-llas palabras que realmente ha archivadoen la memoria.

Por lo general, el sujeto ha retenidoalgunas palabras, pero no puede recor-dar otras. Y esta diferencia nos interesaespecialmente. En la evaluación del expe-rimento comparamos la actividad cere-bral en el momento de la presentaciónde las palabras, de las que se acuerda elsujeto, con los patrones de actividad de

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El premio Nobel de medicina de2001 se concedió a tres científicosque habían hecho grandes aporta-ciones en el campo de la investi-gación del cerebro.Eric Kandel,unode los galardonados, se ha ocupa-do de los fundamentos celulares dela memoria.Descubrió que se alterala conexión célula-célula entre neu-ronas muy activadas en repetidasocasiones. Si una célula nerviosarecibe, vía hendidura sináptica, uninput sincrónico de dos o más neu-ronas diferentes que se disparanexactamente al mismo tiempo, notarda en reaccionar, susceptible, alinput más débil. Incluso llega a quela célula subordinada, después deunos cuantos acoplamientos de estetipo, transmite también una señalatinada que es tan débil que en cir-cunstancias normales sería igno-rada. A este efecto se le designacomo potenciación a largo plazo.En el año 2000 Heinz Beck y suscolaboradores, de la Universidadde Bonn, demostraron que habíacélulas del hipocampo humano que poseían también tal plasticidad sináptica.La quetamina bloquea los receptores implicados en esta versatilidad e inhibeen los humanos la formación de la memoria. (La consecuencia es una amnesiaa corto plazo.) La plasticidad sináptica parece, pues, desempeñar una funcióndecisiva en la formación de la memoria declarativa.

Neuronas sensibilizadas

DPA

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las que no recuerda. Merced a este aná-lisis podemos determinar con gran exac-titud cuándo y qué áreas intervienen enla grabación certera.

Los resultados globales dieron comoresultado el cuadro siguiente: la primeraestación de todas las palabras es el cór-tex visual primario. Con un electrodoadicional medimos, unos 100 milise-gundos después de la presentación, unaactividad alta en el córtex visual. Unos210 milisegundos después llega la infor-mación al córtex rinal en el lóbulo tem-poral. Aquí comenzaron a aparecer dife-rencias apreciables. La actividad eléctricade las neuronas era notablemente másacentuada en las palabras de las que podíaacordarse el sujeto que en las que igno-

raba en el test de memoria (véase recua-dro �Se graba una palabra�).

Cuantas más neuronas del córtex rinalparticipan, en el primer medio segundodel procesamiento de un suceso, mayores, por lo visto, la probabilidad de queuno recuerde más tarde lo vivido.

La diferencia de actividad entre rete-ner y olvidar se volvía a presentar ennuestros sujetos, pasados unos 200 mili-

segundos, ahora en el hipocampo. Y tam-bién aquí dependía del grado de activi-dad neuronal el que una palabra se gra-bara en el cerebro.

El hipocampo y el córtex rinal cons-tituyen la puerta de la memoria. Sólo lasinformaciones que la franquean puedenalmacenarse en las redes neuronales.Dado que estas dos áreas tienen una cons-titución anatómica muy distinta, resulta

Mente y cerebro 05/2003 55

En los dos primeros segundos se decide ya si el sujeto delexperimento podrá o no recordar después la palabra pre-sentada. Al grabar se incrementa (entre 300 y 600 milise-gundos después de la presentación de la palabra) la activi-dad eléctrica, analizada por electroencefalografía (EEG), enel córtex rinal (imagen izquierda, línea verde), visible como

un potencial negativo algo más intenso. Tras 500 milise-gundos responde el hipocampo (imagen derecha); tambiénaquí se observa un incremento de la actividad, si se retienela palabra —en este caso, invertido,medible como un poten-cial eléctrico positivo algo más alto (línea verde)—.El efectodura casi 1500 milisegundos.

Se graba una palabra

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–40

–20

20

40

400 800 1200 1600 2000

MILISEGUNDOSMICROVOLT

CORTEX RINAL

–60

–40

–20

20

40 MILISEGUNDOS

400 800 1200 1600 2000

MICROVOLT

HIPOCAMPO

TH

OM

AS

BRA

UN

NA

TU

RE

PUBL

ISH

ING

GRO

UP

PALABRAS OLVIDADAS DESPUES PALABRAS RECORDADAS DESPUES

2. EXCITACION SINCRONICA EN ELCEREBRO. Entre 100 y 300 milisegundosdespués de que el sujeto del experimentoha observado la palabra en la pantalla, susneuronas se activan en el hipocampo y enel córtex rinal exactamente al mismotiempo (rojo). La sincronización posibilitala transferencia de la información entrelas regiones cerebrales implicadas en lamemoria. Una intensa desincronización,tras unos 800 milisegundos, finaliza latransmisión (azul).

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46

44

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38

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320 500

TIEMPO (MILISEGUNDOS)

DESINCRONIZACION SINCRONIZACION

FRE

CU

EN

CIA

(HE

RTZ

)

1000 1500

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difícil que sean responsables de la mismatarea. Así pues, ¿qué sucede en estas dosestructuras del lóbulo temporal medio?

Modificamos ligeramente la �viven-cia� del experimento con palabras. Lossujetos recibían ahora unas listas condos clases diferentes de palabras: en una,conceptos muy frecuentes en la vida co-tidiana y en la otra, palabras que no sesuelen utilizar. Por ejemplo, la palabra�casa� le es más familiar al sujeto delexperimento que el cultismo �catafalco�y, por tanto, le suscita más asociaciones.De nuestros resultados se desprende queesto tiene repercusiones en los procesosde almacenamiento.

En el procesamiento de las palabraspoco utilizadas se mostró que la diferen-cia de actividad entre palabras recorda-das y no recordadas se presentaba sólo enel hipocampo. Al parecer, y con ayuda deun análisis del significado, el córtex rinaltrata de integrar las palabras en frasesenteras o de establecer enlaces. Se lograbastante bien en la grabación de �casa��como evidencia la alta actividad en elcórtex rinal�, pero no en el caso de �cata-falco�. Tal vez al córtex rinal le facilitala retención el poder conectar la vivenciacon informaciones ya almacenadas.

El hipocampo, por el contrario, pareceque se las arregla sin dichas asociacio-nes de significado. Pues mientras el cór-tex rinal puede influir positivamente enla formación de la memoria, el hipo-campo lleva a cabo la retención en sen-tido estricto.

Cabe preguntarse si el córtex rinal �seentiende� con el hipocampo, y en quéforma. Desde hace bastante tiempo sesabe que un recuerdo no se archiva, a fin

de cuentas, como un todo, sino en com-ponentes parciales en zonas del cerebrototalmente distintas. Así, un caballo noes simplemente un caballo, sino una mez-cla de cuadrúpedo, olor a establo, �Bo-nanza� y muchos más. Si de nuevo apa-rece el caballo en la conciencia, sevinculan los aspectos parciales hastaintegrar un todo al conectarse en una redlas asociaciones neuronales implicadas.Según se sabe, las células nerviosas sedisparan sincrónicamente con una fre-cuencia de 40 hertz. Estas oscilacionesgamma agrupan el �conjunto neuronal�para generar un �caballo�.

Durante nuestras pruebas con el testde la memoria con palabras pudimosencontrar, además, junto a una alta acti-vidad en el caso de las palabras recor-dadas después, esas oscilaciones gamma(fruto de un análisis especial) tambiénal retener. Si las palabras se transmitían,con éxito, a la memoria declarativa,muchos miles de neuronas empezaban,unos 200 milisegundos después de lapresentación de una palabra, a excitarse,exactamente al mismo ritmo, en el hipo-campo y en el córtex rinal.

Excitación unificadora La fugaz sincronización �transmite� la in-formación del córtex rinal al hipocampo,pero la modificación en la actividad glo-bal de las regiones cerebrales que ellocomporta resulta inapreciable. Se conclu-ye todo el proceso unos 800 milisegun-dos después con una fuerte desincroniza-ción �impulsos descoordinados� de laasociación de neuronas (véase figura 2).

Las rápidas y rítmicas descargas seocupan, presumiblemente, también de

los cambios operados en el plano celu-lar. Las sinapsis existentes se refuerzany se establecen nuevas conexiones en-tre neuronas. Cuanto más se repite unavivencia, tanto más firmemente se suel-da la correspondiente red neuronal: lainformación nueva se graba en el cere-bro (véase el recuadro �Neuronas sen-sibilizadas�).

Aunque pudimos comprobar, sólo unos310 milisegundos después, una intensaactividad neuronal en el córtex rinal enrelación con una palabra presentada, laexcitación sincrónica se puede observartras 200 milisegundos. ¿Se ponen deacuerdo las estructuras entre sí, inclusoantes de que la información alcance ellóbulo temporal medio? Para explicareste fenómeno podemos acudir a los efec-tos de atención: al parecer, las estructu-ras indispensables del cerebro de lossujetos adoptan una especie de expecta-tiva; por así decir, se preparan para lainformación que se va a presentar.

Podemos distinguir dos clases de aten-ción. Por una parte, nos inclinamos poracontecimientos que destacan de entrela cantidad de información y son quizásimportantes para la supervivencia. Locomprobamos ante un pastel de olorseductor: todos, hartos o hambrientos,dirigimos hacia él nuestra atención. Notenemos ningún influjo consciente enestos procesos de abajo arriba. Presu-miblemente son fruto de un desarrollobiológico muy antiguo y garantizan queel ser humano perciba rápidamente cam-bios importantes en su entorno.

De otra manera sucede en la forma dearriba abajo. Activamos esta atención yla dirigimos a un fin; por ejemplo, mien-tras lee ahora este artículo. En los pro-cesos de arriba abajo parecen participarmuchas áreas cerebrales, sobre todo delos lóbulos frontal y parietal. Posibilitanencaminar una gran parte de la capaci-dad mental hacia tareas concretas. Aquíintervienen los conocimientos previos:

56 Mente y cerebro 05/2003

G. FE

RN

AN

DEZ 3. REBANADA POR REBANADA. En

contraposición a las mediciones de loselectrodos, la tomografía de resonanciamagnética funcional permite, durante unaprueba de memoria, escanear todo elcerebro (aquí de atrás hacia adelante) en loscambios de actividad. Además del lóbulotemporal medio (flechas rojas), en laformación de la memoria participantambién las áreas del córtex en transiciónentre los lóbulos temporal y el occipital(flechas azules) y del lóbulo frontal (flechasverdes).

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cuanto a más mallas está ligada la redde informaciones y vivencias, más fáciles pescar un pez vivencial. Quien se va-le de reglas mnemotécnicas como ayudade aprendizaje, construye activamenteasociaciones entre la información reciénaprendida y la ya conocida

Por último, los sentimientos contri-buyen también a la formación de lamemoria. Todos sabemos que las expe-riencias con contenido emocional seasientan mejor en la memoria que lo ruti-nario y trivial con lo que no tenemosninguna relación especial. Nadie ha olvi-dado el terrible atentado contra el WorldTrade Center del 11 de septiembre de2001. Según el mecanismo de abajoarriba, el cerebro ha elaborado esta expe-riencia con gran atención; se constituyeasí en un �pez grande� en la red de losrecuerdos. Pero si se daña, por un ata-que de apoplejía, la amígdala (compe-tente en los estados emocionales), elcerebro no almacena mejor imágenesconvulsas de horribles accidentes queimágenes de muestras aburridas o de flo-reros.

La estrecha cercanía anatómica inducea suponer que las neuronas de la amíg-dala influyen en la elaboración de lainformación en el hipocampo y en el cór-tex rinal. Posiblemente allanan el caminoa la memoria a un suceso cargado deemoción.

La imagen de la forma de trabajo delsistema de memoria declarativa se haagudizado. Las informaciones se diri-gen, a través de las áreas sensoriales delcórtex, al lóbulo temporal medio y pasan,una tras otra, a las estructuras que par-ticipan en el procesamiento de la viven-cia. La jerarquía se inicia en el córtexrinal. Intenta encajar una informaciónen un contexto de significado y la trans-mite por la sincronización gamma alhipocampo, que almacena el contenidode la memoria.

El hipocampo, como el córtex para-hipocámpico, posibilita al ser humanograbar una nueva vivencia. Además,diversas estructuras cerebrales, que estánfuera de los sistemas propios de la memo-ria, influyen en el procesamiento: por unaparte, la amígdala, que evalúa emocio-nalmente lo vivido; por otra, el área quegobierna la atención en los lóbulos parie-tal y frontal. Las informaciones que lle-gan recorren muy rápidas las estacioneshasta almacenarse en el hipocampo.Pasados uno o dos segundos, está clarosi recordaremos el título de un artículodel periódico.

Probablemente el accidente de avia-ción queda tan bien grabado en la memo-ria, porque lo relacionamos con otrascatástrofes y la nueva lectura de la muertede seres humanos suscita emociones.Además, este suceso podría afectarnos

(quizás hemos reservado ya las próximasvacaciones). Las informaciones bursá-tiles, por el contrario, nos llegan sin nin-guna relevancia personal, salvo que ten-gamos dinero invertido en acciones.

Mente y cerebro 05/2003 57

Algunos científicos abordan la investigación de lamemoria con mucho ingenio. Eleanor Maguire, delUniversity College de Londres, ha investigado el cere-bro de un grupo de población especialmente “capaz deretener”: los taxistas de Londres. Deben grabar muchí-simos itinerarios y rutas para trasladar a sus pasajeros,entre la maraña de calles, por el camino más corto posi-ble desde A a B; un entrenamiento ideal para la memo-ria espacial. Pero a Maguire le interesaba saber si elcerebro experimentaba en razón de ello cambios mor-fológicos. Así ocurría. En comparación con el de losconductores corrientes, el hipocampo de los taxistasera bastante mayor. También en la comparación entreellos halló un resultado sorprendente: cuanta más expe-riencia profesional tenían, tanto más evidente era elefecto. Por consiguiente, el hipocampo crece en eltranscurso del tiempo y con el aprendizaje. Se ignorasi esto sólo es válido para la capacidad de retenciónespacial o lo es también para otros logros de nuestramemoria declarativa. Pero algo hay que apunta a losegundo. Diversos déficits de memoria en enfermos deAlzheimer o de otras demencias ligadas a la edad vanacompañados en alto grado de una reducción del áreadel hipocampo.

Un plano de la ciudad en el hipocampo

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GUILLEN FERNANDEZ dirige el grupo inves-tigador de neurología cognitiva y de la memo-ria en el Centro F.C. Donders de Formaciónde Imágenes Cerebrales de Nimega. Lideratambién un equipo de trabajo de neurofi-siología cognitiva y producción de imágenesen la clínica de epileptología de Bonn, al quese halla adscrito BERND WEBER.

REAL-TIME TRACKING OF MEMORY FOR-MATION IN THE HUMAN RHINAL CORTEX AND

HIPPOCAMPUS.G. Fernández et al. en Scien-ce, vol. 285, pág. 1582; 1999.

HUMAN MEMORY FORMATION IS ACCOM-PANIED BY RHINAL-HIPPOCAMPAL COUPLING

AND DECUPLING. J Fell et al. en NatureNeuroscience, vol. 4, pág. 1259; 2001.

BIOPSYCHOLOGIE. J. Pinel, W. Boucsein.Spektrum Akademischer Verlag; Heidel-berg, 2001.

OBSERVING THE TRANSFORMATION OF

EXPERIENCE INTO MEMORY. K. A. Paller etal. en Trends in Cognitive Sciences, vol. 6, pág.93; 2002.

Bibliografía complementaria

Page 60: Mente y Cerebro 05. Pensamiento y Lenguaje

Hermann Englert

Se le ve impaciente, con la panzaapoyado en una suerte de casi-lla de tiro subacuática. Gira, ner-vioso, la cabeza a un lado y otro.

El ejercicio va a empezar. Tras chapo-tear un rato, ha llegado el momento. Enla cabecera del armazón distinguimosdos tablillas de plástico con franjas blan-cas y negras; en una tablilla las franjasson horizontales y en la otra verticales.Sin titubear Bill, una foca macho, sedirige hacia la tablilla de rayas hori-zontales; como asegurándose, echa unaúltima mirada hacia delante y, por fin,mueve con su hocico un pestillo. Se oyeel pitido agudo de un silbato, que aplaude

el acierto: �Muy bien�. Eso significa elpitido, me explica Michael Weifen, delequipo investigador de mamíferos mari-nos de Bochum dirigido por GuidoDehnhardt. Weifen anota la hazaña deBill en una tablilla.

Puede pasarse a otra sesión. Se eva-lúa así la agudeza visual de las focas enel acuario. El ejercicio consiste en dis-tinguir entre tablillas de franjas vertica-les y tablillas de franjas horizontales.Las franjas se van estrechando cada vezmás hasta que el número de aciertos enla distinción se confunde con los origi-nados por el azar.

Dehnhardt, catedrático de zoologíageneral y neurobiología de la Universidaddel Ruhr en Bochum, comparte la idea

de que ciertas opiniones muy difundidassobre la capacidad visual de los anima-les carecen de base. El ha centrado sutrabajo en las capacidades sensorialesde los mamíferos marinos. Puesto quelas focas no disponen de ningún sistemade ecolocación, deberían de orientarsemediante el sentido de la vista. No parece,repone Dehnhardt. A menudo los ani-males cazan en aguas costeras o muyprofundas, medios turbios u obscuros;si dependieran de su vista, se hallaríanen graves aprietos. Recuerda el caso decierta foca, lampiña, que dormitaba enel enorme estanque de osos polares delzoológico de Colonia; aunque ciego,podía orientarse y nadar sin la menordificultad.

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Agudeza visualde las focasCazadores ciegos, observadores de las estrellas y sibaritas. De todo hallamos entre los ejemplares

del acuario de Bochum investigados por Guido Dehnhardt, empeñado en desentrañar los mecanismos

de orientación de los mamíferos marinos. ¿Cómo logran guiarse cuando a su alrededor no hay más

que un mar ilimitado?

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Mente y cerebro 05/2003 59

Con el mencionado Bill y con otro lla-mado Sam, Dehnhardt abordó la influen-cia de la turbidez del agua, un parámetroecológico, sobre la capacidad sensorialde los animales. Los zoólogos aprove-chan el crecimiento de las algas en elacuario de las focas y estudian su capa-cidad visual durante varios días en aguascada vez menos transparentes.

En el estado actual de la investigaciónpuede afirmarse que, en condiciones denormalidad, las focas presentan una agu-deza visual similar a la de un gato. Billdistingue dos puntos separados por unángulo visual de cinco minutos de arco;Sam, mucho más viejo, sólo llega a nueveminutos. Por mor de comparación: lapersona humana es capaz de reconoceren su campo visual estructuras separa-das por un ángulo de un minuto. Resultaevidente que, al empeorar la visibilidad,

las focas deben fiar cada vez menos ensu agudeza. El medio donde se desen-vuelven alcanza en ocasiones tal gradode turbidez por partículas en suspensión,que estos piscívoros no ven más allá deun metro.

Economía masculinaEl grupo de focas que constituyen elequipo sujeto a investigación lo integransiete machos. ¿No constituye un riesgoque haya sólo machos? La esperada agre-sividad se produjo el primer año, durantela época de celo de mayo y junio, pero

hoy conviven en armonía. Y colaboranen los ensayos.

Bill ha realizado su ejercicio: portreinta veces ha mirado y presionado labarra. Hacia el final del proceso, cuan-do las franjas se hallan muy juntas, du-da; la probabilidad de acertar es la delpuro azar.

¿Cómo se orientan los mamíferos ma-rinos en su medio natural? Para nosotrosel mar viene a ser una masa enorme yuniforme de agua. Para ellos, sin em-bargo, ofrece numerosos indicadores yestructuras que se escapan a nuestra per-

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�Los océanos esconden muchas estructurasque no percibimos los humanos�

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Disciplina y motivación son las condiciones que definen auna foca que participe en un programa de investigación.“Para que un animal esté en plena forma ha de aprenderdesde pequeño a concentrarse para un ejercicio”,dice GuidoDehnhardt, estudioso de los mecanismos de orientación enlos animales. Deben empezar por advertir que la presenciadel investigador no sólo no es hostil, sino que puede resul-tar divertida. Bill, Sam y Marco llegaron hace apenas dosaños al acuario de Colonia. Procedían de un estanque deHolanda, donde no habían recibido entrenamiento alguno;al cabo de tan sólo seis semanas descansaban ya en el regazodel investigador. El primer paso en el adiestramiento es elde habituación: los animales aprenden a acercar su hocicoa una pelota de plástico cuando se les hace una señal. Unavez dominan ese ejercicio, siguiendo la trayectoria de la pelota,se les puede llevar a cualquier lugar.En el trabajo diario, cada miembro del grupo, tras recibirla orden oportuna, nada hasta una señal de plástico negroque cuelga de una cuerda sobre la superficie del agua. Deese modo se logran dos objetivos: mantener un orden enel grupo y ejercitar la disciplina.En el adiestramiento desempeña una función importanteel “refuerzo secundario”. Al principio, después de realizaruna acción acorde con lo deseado, los animales recibenun trozo de pescado, arenque en particular. Mientras lesofrece la comida, el educador toca el silbato: un pitidobreve. Al cabo de un tiempo, los animales asocian la in-gesta con el silbato; al final es sólo el silbato lo que setoma como recompensa. Hay una gama amplia de pitidoscon distinta significación. Uno solo, breve, indica que elejercicio es correcto; otro largo y potente significa quela ejecución ha sido espléndida.

El pescado no es la única recompensa utilizada en el adies-tramiento. El interés por la prueba y el deseo de recono-cimiento constituyen unos poderosos incentivos para losanimales. Se manifiesta en su participación espontánea enun ejercicio, lo que no ocurre siempre. Median, en efec-to, diferencias entre unos ejemplares y otros: los hay curio-sos, vanidosos, amables, celosos, dominantes o derrotis-tas. Henry, una de las dos estrellas del experimento con elminisubmarino, reclama el centro de atención. Si cree quese le posterga, se muestra contrariado y puede morder,celoso,a un compañero.

Focas en perfecta formación

HOCICO EN LA BOLA. La “habituación” forma parte deladiestramiento básico de las focas.

TODOS PARTICIPANTES MASCULINOS. Estas focas nojuegan, sino que están trabajando.

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cepción sensorial. ¿Cuáles? Existen gra-dientes en la concentración de sal y di-ferencias de temperatura, así como sus-tancias químicas que dan al aire y al aguaun olor y un sabor característicos de unlugar y una situación concretos. Por ejem-plo, en los frentes térmicos o de salini-dad, en las zonas con corrientes ascen-dentes y en otras regiones donde un aguarica en nutrientes llega a las capas supe-riores y penetra la luz, de repente cre-cen cantidades ingentes de fitoplancton.Se trata de organismos minúsculos queviven de la fotosíntesis. De ellos se apro-vecha el zooplancton, otro eslabón de lacadena trófica. En estas zonas de inten-sa actividad de depredadores y de-predados el fitoplancton libera una sus-tancia, el ácido dimetilsulfúrico, cuyoolor, perfectamente perceptible, pudieraservir de guía a las focas. Sabido es quelas aves experimentan atracción por estearoma.

Una referencia para la orientacióndurante la natación pudiera ser lacorriente óptica: la impresión visualmóvil que capta una foca cuando se des-plaza junto a una corriente de partículassuspendidas en el agua. El flujo ópticopuede informarle sobre la dirección desu movimiento y la distancia recorrida.Pero los zoólogos apuntan a otra señalclave: en su navegación, los animales seguiarían por las estrellas. �Si se tiene encuenta que algunas focas árticas se des-plazan más de 1500 kilómetros en direc-ción sur hasta Terranova o Nueva Escocia,fuera del alcance visual de la costa, lonormal es que cuenten con un sistemade orientación de este tipo�, aduceDehnhardt. No serían los únicos: las avesse orientan por los astros.

En el nuevo campo de la ecologíasensorial, como Dehnhard ha denomi-nado su ámbito de investigación, la cues-tión de partida concierne a las infor-maciones disponibles en el medio parala orientación. De éstas, unas son ocea-nográficas. En la desembocadura de losríos, el agua dulce no se mezcla inme-diatamente con la salada del mar, sinoque se forman enormes frentes, queseparan aguas con grandes diferenciasde salinidad. Aunque estas masas deagua no son estacionales, terminan pordescribir, con los años, patrones de dis-tribución característicos. De ellos pue-den servirse los animales para su des-plazamiento.

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1. EN PLENO EJERCICIO. Con el hocicoempuja la corredera del lado de lasfranjas horizontales. C

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Importa entonces dilucidar si los ani-males captan la información física a tra-vés de algún canal sensorial peculiar. Porlo que respecta al contenido salino, elequipo de Dehnhardt ofrece ya una res-puesta afirmativa taxativa. En un estu-dio sobre el sentido del gusto, JulianeSticken midió las concentraciones de saldistinguibles por las focas. Con ese obje-tivo, entrenó a dos ejemplares, Schorschy Henry, para que mantuvieran en suhocico una suerte de boquilla, lo mismoen el suelo que bajo del agua. A travésde la cánula en cuestión recibían en sucavidad bucal dos soluciones salinas,distanciadas un breve intervalo tempo-ral. Debían indicar si las dos solucionestenían o no la misma concentración desal. Para comunicar su decisión, basta-ba que soltaran la boquilla si diferíanlas concentraciones de sal. De acuer-do con los resultados obtenidos por labióloga, en el rango de concentracio-nes salinas del mar, los animales podíandistinguir unas diferencias menoresdel uno por mil, es decir, una diferen-cia de un gramo de sal por litro de agua.De ello infieren que tal sensibilidadpodría ser suficiente para reconocer los

frentes marinos y utilizarla en la na-vegación.

Entra dentro de lo probable que talfinura de percepción gustativa les sirvatambién para saber a qué profundidad seencuentran, pues la salinidad del mediopresenta una distribución estratificada.Apoyados en ese indicio, podrían orien-tarse hacia las zonas de mayor concen-

tración de presas, con el consiguienteahorro de inversión energética en la bús-queda.

A la caza del submarinoEl centenar de vibrisas que posee la fo-ca constituyen unos receptores táctilesde finísima sensibilidad; cada vibrisaestá inervada por unas 1600 fibras ner-viosas, unas diez veces más que los bigo-tes del gato. Para que las vibrisas con-serven su sensibilidad incluso en aguasfrías, la sangre debe irrigar los folículospilosos, consiguiendo así mantenerse aelevada temperatura. En las imágenesobtenidas con rayos infrarrojos se observaque la región de las vibrisas en torno alhocico, al igual que los ojos, irradiamucho calor. Cuando una foca sumer-gida se acerca a un objeto, puede iden-tificarlo sirviéndose de tales pelos tác-tiles, a la manera en que el hombre sevale de la mano en la obscuridad.

Los peces dejan, en su avance, hue-llas hidrodinámicas, una suerte de esca-leras de cuerda características formadaspor cadenas de remolinos en sentidosopuestos. Durante unos minutos, el aguafluye por estas huellas más veloz quepor su alrededor. Cuando en el acuariose sumergieron los animales en las pro-ximidades de una esfera vibrante, per-cibieron con sus vibrisas movimientos

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2.VIBRISAS. Las tonalidades amarillasy rojas indican zonas particularmentecalientes: ojos, orificios nasales y vibrisas.

3. SENSIBLES A LAS CARICIAS. GuidoDehnhardt, de la Universidad de Bochum,con un ejemplar de foca. CO

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del agua inferiores a una milésima demilímetro. ¿Se apoyan en tales huellasdelatoras para la depredación?

Para comprobarlo, se pergeñó el expe-rimento siguiente: provocar su reacciónante un minisubmarino. Participaron lasfocas Nick y Henry. Se les colocó unamáscara (para taparles los ojos). Se lesincorporaron auriculares que sólo lespermitían oír murmullo blanco (formadopor sonidos de todas las frecuencias),para impedir cualquier estímulo acús-tico. Los investigadores sumergieron unminisubmarino propulsado por héliceque dejaba una huella de torbellinos,similar a la generada por un pez. Luego,se desconectó el submarino, se les qui-taron los auriculares a los animales yéstos se pusieron a buscar. En un prin-cipio, nadaron sin rumbo, pero en cuantose cruzaron con la estela del submarinoenfilaron en la dirección correcta, haciael artefacto. Unicamente en tres ocasio-nes de cada cien perdieron la pista enmedio de las agitadas aguas. Pero cuandose les libró de la máscara se orientaron

por la vista directamente hacia el sub-marino.

Hasta veinte segundos después de dejarde funcionar la hélice, las focas eran ca-paces de reconocer el rastro del subma-rino, lo que representaba un alejamientoteórico de cuarenta metros. El rastro deun pez, con su estructura articulada ycompleja, permanece mucho más tiempo.Ante esos resultados, los investigadoresinfieren que una foca pueda captar lahuella de un arenque situado impruden-temente a 180 metros distancia.

Focas en la noche¿Qué decir de la astronavegación? Deacuerdo con la concepción dominantedurante largo tiempo, tal método de orien-tación no estaría al alcance de las focas,dada su supuesta limitada capacidadvisual fuera del agua, sobre todo conpoca luz. Pero lo cierto es que depredan

sin titubear peces en la oscuridad o conpoca luz. �Posiblemente hayan desarro-llado mecanismos para compensar suescasa visión�, indica Björn Mauck, cola-borador de Dehnhardt. La córnea del o-jo de la foca da lugar en el aire a unaserie de deformaciones de la imagen queson todavía más notables de noche,cuando la pupila se dilata. Sin embargo,es probable que se activen mecanismoshasta ahora desconocidos �por ejem-plo en la estructura íntima de la córnea�que compensen este inconveniente. Demomento, Mauk ha demostrado que, apesar de su supuesta pobreza visual, reco-noce puntos luminosos aislados que si-mulan la luz que llega desde las estre-llas lejanas.

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HANS ENGLERT es biólogo.

4. AGRUPADO EN ANILLO. Cuando están distendidos, los animales se entregana los juegos.

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Wolfgang Stroebe y Bernard Nijstad

Todo empezó en el año 1953 cuan-do Alex Osborn, copropieta-rio de una de las mayoresagencias de publicidad en aquel

momento (Batten, Barston, Durstine &Osborn, Inc.), publicó el libro AppliedImagination. El objeto preciso de estaobra era exponer los principios y losmétodos del pensamiento creativo. Paraello, el autor proponía, en las 10 últimaspáginas, un método con el que supues-tamente se podía más que duplicar lasideas innovadoras de un grupo: �la tor-menta de ideas�. La expresión inglesabrainstorming (tormenta o tempestadcerebral) provenía de sus colaborado-res, con quienes había ensayado el mé-todo; a Osborn le convenció porque losparticipantes tenían que hacer uso delcerebro (brain) para resolver de formaimaginativa un problema.

El método en cuestión cobró en seguidauna enorme popularidad �lo mismo enmedios industriales que burocráticos�y adquirió de inmediato carácter de cul-tura general. Muy pronto apareció comopalabra clave en el venerable dicciona-rio Webster de la lengua inglesa y pocosaños más tarde lo hizo en el diccionarioalemán Duden. Si hoy se efectuara una

consulta en Internet con el buscador�Google�, aparecerían 230.000 res-puestas para este concepto. Por otra parte,muchos asesores de organizaciones nocesan de recomendar esas reflexiones engrupo como panacea contra la perezaintelectual. Por eso, puede sonar casiherético cuestionarse en este artículo silas reuniones colectivas de este tenoraumentan la creatividad.

Osborn estaba convencido de que laspersonas reciben una inspiración recí-proca a la hora de buscar ideas: la pro-puesta de uno alienta a los demás a encon-trar una idea afín y mejor y un terceroasocia, a veces, dos ocurrencias para for-mular una proposición genial. Por otraparte, Osborn partía de que las ideas pro-vienen siempre, en última instancia, dela experiencia de los procesos ideato-rios individuales. De aquí que la mayo-ría de los capítulos de su obra se dedi-cara a la estimulación de la creatividadindividual. En este sentido, distinguíados tipos de procesos: el �pensamientoanalítico�, encargado del análisis, la eva-luación, la comparación y la selección;y el �pensamiento creativo�, que repre-sentaba, es decir, que ofrecía �visiones�.En tanto en cuanto estos dos procesosdiscurren separados, se observa una esti-mulación recíproca. Sin embargo, si el

pensamiento analítico se instaura condemasiada precocidad, puede cortar deraíz el genio creador.

Prohibida la críticaEl �aplazamiento de la crítica� era unade las dos condiciones imprescindibles,en la opinión de Osborn, para una reu-nión satisfactoria de reflexión conjunta.La crítica temprana comporta el riesgode derribo, por culpa de la censura pro-pia o ajena, de ideas especialmente ori-ginales. La segunda premisa rezaba: �lacantidad genera calidad�. Esta se basabaen la hipótesis de Osborn de que un grannúmero de ideas suponía automática-mente muchas ideas buenas. A partir deestas consideraciones, el autor extrajo lascuatro reglas de oro para su tormenta deideas:

1. Se prohíbe todo tipo de crítica.2. La cantidad es bienvenida.3. La asociación libre es saludable.4. Merece la pena reflexionar sobre lasideas ajenas.

La tercera regla estimula la manifes-tación de ideas sin ningún tipo de refle-xión y sustrae, en consecuencia, cualquierfundamento a la posible crítica. Hay queanotar todas las propuestas, por dispa-

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Reflexiónen grupo“Cuatro cabezas son más creativas que una sola”, se dice el presidente de la agencia de publicidad

mientras convoca a los directivos a una reunión en busca de ideas nuevas.

Pero no es oro todo lo que reluce en las hoy tan ponderadas reflexiones conjuntas

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ratadas que parezcan. La evolución yla selección tienen lugar en una sesiónposterior. Si se respetan estas reglas, unapersona puede generar, por término me-dio, el doble de ideas que si estuviera sola,eso al menos escribía Osborn en 1957,en la segunda edición de su obra.

Espoleadas por la declaración de Os-born se acometieron numerosas investi-gaciones internacionales. Pero ya a loscinco años de la publicación de AppliedImagination, Donald W. Taylor, Paul C.Berry y Clifford H. Block, psicólogos dela Universidad de Stanford, dieron a laimprenta un estudio experimental de1958, donde se contradecía la eficaciadel método de Osborn. Estos investiga-dores dejaron que los probandos re-solvieran, según las reglas de la �tor-menta de ideas�, un problema durante

12 minutos, bien de manera individualo en grupos de cuatro. Para su compa-ración, reunieron las propuestas de lascuatro personas que trabajaron de formaindependiente, contando sólo una vezlas mismas ocurrencias. El rendimientose midió tanto por la cantidad de las pro-puestas como por su calidad evaluada porlos peritos.

El resultado fue que cuatro personasproducían, por separado y en el mismotiempo, no sólo muchas más ideas queel cuarteto, sino también ideas de muchamayor calidad. A idéntica conclusión sellegó en otros estudios, con indepen-dencia de que los probandos fueran estu-diantes o trabajadores de una empresa.

Pero Osborn acertó en que la cantidadgenera calidad; lo hemos podido com-probar una y otra vez en nuestros pro-pios experimentos. La estabilidad de estarelación es tal, que nos ha permitidorenunciar a la calidad de las ideas comoparámetro del rendimiento.

A partir de estos estudios cabe pre-guntarse la razón de la popularidad deesas reflexiones conjuntas. ¿Acaso en lavida real cuentan otros aspectos más quela cantidad y la calidad de los resulta-dos? Quizá la respuesta radique en lamotivación: probablemente, las tor-mentas de ideas generadas en el círculode los colegas sean mucho más diverti-das que en soledad. Nuestros probandos

1. SESION CREATIVA. Las ideas fluyen mejor dentro de un grupo, al menos eso cree lamayoría de las personas.

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han admitido de forma casi unánime queel trabajo en grupo depara bastante mássatisfacción. Pero también creen que lastormentas colectivas de ideas son máseficaces. Así, más del 80% de los pro-bandos estadounidenses, alemanes uholandeses encuestados considerabanque el grupo potenciaba la creatividad.¿Cómo se explica esta concepción des-figurada de la realidad?

Lo abordamos en un programa deinvestigación ambicioso. Deseábamos,ante todo, conocer los factores que alte-raban las tormentas colectivas de ideasy, si era posible, eliminarlos.

Al principio, sospechamos que la causadel menor rendimiento grupal residía enel temor a la crítica: quizá los partici-pantes con propuestas atrevidas temíanhacer el ridículo ante sus compañeros,pese a que la primera regla de Osbornprohíbe la crítica. Para someterlo aprueba, invitamos (Wolfgang Stroebe yMichael Diehl) a unos estudiantes depsicología de Tubinga a participar enunas tormentas individuales o colectivasde ideas sobre el tema �¿Qué podemoshacer para mejorar la relación entre lostrabajadores extranjeros y los alema-nes?� durante 15 minutos. A la mitad de

los participantes solitarios les hicimoscreer que serían observados mientraslanzaban sus ideas por el micrófono. Paraello, instalamos unas cámaras de vídeoen las salas y explicamos a los proban-dos que grabaríamos en una cinta lasesión entera para su exhibición poste-rior, con fines didácticos, en las aulas.Por eso, debíamos contar con su con-sentimiento firmado. El engaño funcionó,pues una parte de los voluntarios expresósu deseo de retirar el consentimiento des-pués de la sesión.

Así pues, podemos suponer que elmiedo al ridículo en estas sesiones indi-viduales era, por lo menos, tan grandecomo en las reuniones de grupo. Comocabía esperar, los probandos sometidosa vigilancia a través del vídeo genera-ron, lógicamente, menos ideas que quie-nes trabajaron en solitario sin ser moles-tados. No obstante, la diferencia entreellos era mucho menor que la derivadade la comparación entre grupos e indi-viduos. En otras palabras, el temor a lacrítica ajena sólo podría justificar unafracción insignificante del menor ren-dimiento del grupo.

Otra posibilidad, bastante clara, es quealgunas personas del grupo se esfuercen

menos de lo que lo harían �en solitario�.Se trata del fenómeno del �remolón�: silos demás trabajan mucho, puedo con-fiar en el rendimiento colectivo sin com-prometer, con mi actitud pasiva, el resul-tado final. De hecho, algunos aspectosde la situación grupal estimulan a losremolones. Resulta más difícil recono-cer la aportación individual durante unatormenta colectiva de ideas y, por otrolado, todos sabemos que las ideas no seevalúan de manera individual, sino colec-tiva. Los miembros de un grupo, queconsideran estar menos informados sobreel tema de reflexión, pueden retraerse alpensar que los demás aportarán mejoresideas.

La carga de los remolonesPara aclarar la importancia de los remo-lones expusimos a personas aisladas ytambién a varios cuartetos a las sesio-nes de tempestad de ideas. Se comunicóa la mitad de los grupos que, una vez con-cluida la sesión, se evaluarían por sepa-rado las ideas de cada participante. Y seindicó a la mitad de los probandos quetrabajaron solos que, antes de la eva-luación, se reunirían sus ideas con las delos otros tres pensadores solitarios paraque nadie pudiera reconocer el rendi-miento personal. Así pues, los proban-dos participaron por separado o en grupoy abrigaban la esperanza de recibir unaevaluación individual o colectiva (véasela figura 2, izquierda).

Los voluntarios aportaron más y mejo-res ideas cuando pensaban que iban a serevaluados de forma individual. Sinembargo, este efecto resultó muchomenor que la archiconocida repercusiónnegativa del grupo. Con independencia

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UN GRUPO

CON UN DISPOSITIVO DE "SEMAFORO"

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GRUPOS PERSONAS AISLADAS

2. MEJOR SOLO. Un grupo genera, en un mismo tiempo, menos ideas que cada unade las personas por separado (izquierda). Si se hace creer a cada miembro del grupo quesu rendimiento se evaluará por separado, la creatividad aumenta (columnas azules). Losinconvenientes del grupo derivados del bloqueo recíproco se demuestran en elexperimento siguiente (derecha). Cuatro probandos se sientan, en cabinas aisladas conuna luz, a modo de semáforo, que se pone roja en cuanto alguno de los cuatro empiezaa hablar y condena a los demás al silencio. El rendimiento aditivo de los pensadoressolitarios disminuye de forma espectacular, incluso por debajo del rendimiento de uncuarteto reunido para una reflexión interactiva.

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del tipo de evaluación esperada, los gru-pos no llegaron siquiera a la mitad de laspropuestas de los pensadores solitarios.De lo que se infiere que en todo grupohay remolones, pero no reside en ello larazón de la caída espectacular de su ren-dimiento.

Como última posibilidad quedaba unfactor mucho más difícil de manipular.Osborn suponía que, en las reflexionesconjuntas, las ideas de unos inspirabanlas de otros, en un flujo recíproco. Pero,¿no podría suceder justamente lo con-trario, es decir, un bloqueo mutuo? Enprimer lugar, se encuentra el efecto deltiempo: como en un momento dado sólouna persona puede tomar la palabra, todoslos demás deben aguardar con sus ideas.En segundo lugar, cada miembro se ocupaobligatoriamente de la idea que acaba deexponerse e interrumpe su propio pen-samiento. Tanto la distracción como laespera forzosa (o ambas) podrían expli-car el rendimiento menor del grupo.

Por esta razón, introdujimos en lascabinas insonorizadas, en las que traba-jaban por separado cuatro probandos,una especie de semáforo con tres lucesrojas y una verde. Cada participante podíaexpresar su idea por el micrófono sólocuando su luz estaba verde. Al principiodel experimento, la luz de los cuatrovoluntarios parpadeaba en verde, peroen cuanto uno tomaba la palabra, la luzde los demás se ponía en rojo. De estamanera, se bloqueaba a los probandos quepensaban en solitario, como si estuvie-sen en un grupo de cuatro.

El resultado fue desolador: los pro-bandos del experimento del semáforo,al igual que los de los grupos �norma-les�, produjeron la mitad de las ideas delos pensadores solitarios. ¿Por qué losparticipantes bloqueados no aprovecha-ron el tiempo de espera para elaborar,

recoger y presentar ideas en cuanto par-padeaba la luz verde? No puede tratarsede una distracción por las ideas de losotros, pues, en el experimento de la tem-pestad de ideas con el semáforo, nadiepodía escuchar a los demás. De ahí saca-mos otras dos conclusiones: en primerlugar, un participante no quiere arries-garse a olvidar su idea durante el perío-do de espera y, por este motivo, repiteconstantemente su pensamiento, lo quele impide, como es natural, tener nuevasocurrencias. Además, es evidente queesperar hasta que la luz se ponga verdegenera estrés. Se trata de una experien-cia común: quien no aproveche de inme-diato las pequeñas pausas que se produ-cen en un debate candente, no llega nuncaa tomar la palabra.

Sólo puede hablar una personaPara eliminar este efecto negativo, deci-dimos regular el tiempo de espera a tra-vés de una lista de oradores; cualquierapodía incorporarse a la misma apretandoun botón. Las personas, instaladas encabinas individuales, se valieron de undispositivo de comunicación con auri-culares que les permitía inspirarse en lasideas de los demás. En un monitor con-templaban la lista de oradores. De formasorprendente, esta lista no tuvo ningunarepercusión positiva, sino, por el con-trario, muy negativa: si durante un cuartode hora cuatro personas, pensando porseparado, emitían 68 propuestas, la cifra,al incluir la lista, bajó a 28. Al parecer,el seguimiento de la lista de oradoresbloqueaba considerables recursos cog-nitivos que no podían utilizarse para ladetección de ideas.

En los años ochenta, Jay F. Nunamakery su equipo, de la Universidad de Arizona,desarrollaron un método más eficaz parasolucionar los efectos del bloqueo en lasreflexiones conjuntas. Se sirvieron delordenador. Los miembros del grupo intro-ducen sus ideas en un ordenador comu-nicado en red con los de los demás. Laimagen aparece en las pantallas divididaen dos mitades por una línea horizontal.Cada vez que alguien efectúa una pro-puesta, en la mitad superior se repre-senta una muestra aleatoria de las ideasdel resto de los voluntarios, mientras quela idea propia se lee en la mitad inferior.

Como han demostrado los estudiosestadounidenses, este tipo de tormentas

colectivas brinda el mismo número deideas que las tormentas individuales.Con todo, la técnica informática noaumentó la creatividad.

La ausencia de estimulación recíprocase debe posiblemente a que los usuariosdel ordenador apenas contemplan laspropuestas de los demás durante la refle-xión participada. Cuando Paul Paulus ysu grupo, de la Universidad de Texas,modificaron esta tarea, de forma que losprobandos tuvieran que reproducir lasideas de los demás después del experi-mento, observaron efectos claramentesinérgicos.

Este tipo de tormentas colectivas plan-tea, sin embargo, muchos problemas téc-nicos y administrativos. Quien quieraahorrarse los gastos y las contingenciasde los programas y de los ordenadores,puede obtener el mismo efecto de unamanera muy sencilla con la técnica delbrainwriting (tormentas de ideas porescrito) que ha expuesto con detalleArthur B. VanGundy, experto en comu-nicaciones de la Universidad de Okla-homa: los miembros del grupo escribensus ideas en unas fichas, que luego seintercambian.

Si se considera que las tormentas colec-tivas fueron cuestionadas ya desde suintroducción y declaradas ineficaces porlos científicos, merecería la pena buscarotras explicaciones para justificar su éxitoininterrumpido. ¿Puede la diversión resul-tar tan determinante? Robert Sutton yAndrew Hargadon, de la Universidad deStanford, señalan que el número y la cali-dad de las ideas sólo representan dos delos numerosos criterios de efectividad. Poreso, han propuesto a las empresas que uti-licen las reflexiones en grupo para mo-tivar a sus directivos, impresionar a losclientes o aumentar los ingresos (siem-pre y cuando el cliente esté dispuesto apagar los costes de la sesión). No obs-tante, aunque estas razones podrían ex-plicar por qué las empresas están dis-puestas a afrontar estas pérdidas deproductividad, sigue resultando un mis-terio que, todavía hoy, se dé por sentadoque tales reuniones de intercambio deideas estimulan la creatividad.

¿Es posible que nuestros experimen-tos supervaloren la menor capacidad delgrupo? Podría ser que un colectivo com-pensara las carencias de ideas medianteuna mayor selección de las mismas.Decidirse, al final, por una solución útiles, en última instancia, un criterio impor-tante de éxito práctico. Y nada puedendecir contra este argumento los estudiosrealizados hasta la fecha.

Para cribarlo, nuestro equipo de laUniversidad de Amsterdam, con Eric

Mente y cerebro 05/2003 67

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RN 3. EL NORTEAMERICANO ALEX OSBORN

popularizó, en los años cincuenta del siglopasado, la búsqueda colectiva de ideas conla publicación de Applied Imagination.

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Rietzschel, investigó en esa dirección.Solicitamos a los estudiantes de psico-logía propuestas para mejorar las cla-ses; para ello, les reunimos en grupos decuatro o en grupos individuales para de-sencadenar tormentas de ideas según lasnormas de Osborn. Luego, determinamoscuáles eran las mejores propuestas. Paranuestra decepción, los estudiantes quetrabajaron en solitario ofrecieron unelenco bastante más original de ideasque el grupo. De aquí no se puede ne-cesariamente inferir que los grupos eli-jan, por norma, peor. En realidad, se venperjudicados al reunir menos propues-tas. Sin embargo, los grupos no lograncompensar esta deficiencia con una mejorselección final de las ideas.

En el fragor de la batallaOtra diferencia entre el laboratorio y lapráctica podría residir en la duración delas sesiones de tempestad de ideas, quese vio muy limitada en nuestros expe-rimentos y que resultó exactamente igualpara ambas partes. También en las empre-sas vale el aforismo �el tiempo es oro�,pero quizá debería darse una actitud másflexible. Si los grupos trabajan durantemás tiempo, pueden generar, como esnatural, más ideas. En colaboración conHein Lodewijkx, de Utrecht, observa-

mos precisamente que los grupos detamaño creciente dedicaban de formavoluntaria más tiempo a la tempestad deideas. Así, los sextetos trabajaban casi15 minutos más que los pensadores soli-tarios, que sólo resistían media hora. Deeste modo, los grupos compensabanparte de la merma de su rendimiento, pesea continuar muy retrasados con respectoa los imaginativos solitarios (véase lafigura 4).

Por último, las compañías recurren, enocasiones, a �guías� o �formadores� degrupo, que no hemos utilizado en nues-tros experimentos. Se ocupan de que serespeten las normas de la reflexión in-teractiva, estimulan a los lacónicos paraque aporten sus ocurrencias, vigilan lageneración continua de ideas y propo-nen nuevas líneas de pensamiento. Losguías preparados reducen, sin duda, lapérdida del rendimiento, pero represen-tan, por otra parte, un coste considera-ble. Es muy probable que se pueda renun-ciar a esta figura, si se administran atodos los miembros reglas adicionalespara tales reuniones. Así, Paulus y sugrupo demostraron que las orientacio-nes del tipo de �concéntrate en la tarea�o �no explayes tus ideas� aumentan laproductividad no sólo de los grupos, sinotambién de los pensadores solitarios.

Apropiación posterior de las ideasLa fe inquebrantable en las tormentascolectivas de ideas se basa probable-mente en esta creencia: dentro del grupoafloran más y mejores ideas que en lasoledad. Nosotros hemos comprobadouna y otra vez que la mayoría de los par-ticipantes en los experimentos colecti-vos e individuales también están con-vencidos de ello, pese a que, visto de unamanera objetiva, el resultado sea el con-trario.

¿En qué se sustenta tamaña ilusión? Lamayoría de las personas no ha tenido laoportunidad de comparar la productivi-dad real de los grupos frente a la de losindividuos. Por regla general, sólo com-paran las ideas generadas en el grupo conlas que ellos mismos llevaban antes deasistir a la reunión. Como es lógico, elresultado del grupo es mejor, pues �co-mo se dice tan a menudo� cuatro cabe-zas piensan más que una. Sin embargo, elproblema es otro: ¿acaso cuatro cabezas,que se reúnen para tratar un problema,piensan mejor que cuatro cabezas porseparado? La respuesta, como ya hemoscomentado, es negativa.

Además, los participantes en sesionesprolongadas de grupo tienen dificultadespara separar, de forma retrospectiva, lasideas propias de las ajenas. Enseguida seolvidan quién propuso una idea determi-nada. El peligro es grande, pues uno seatribuye ideas que, en realidad, procedende otra persona. Lo demostramos en unestudio de Tubinga. Una semana despuésde los experimentos preguntamos a cadaparticipante qué ideas, entre todas las pro-puestas, eran propias. Todos los encues-tados sobrevaloraron su aportación indi-vidual. Sin embargo, los que trabajaronen sesiones de grupo exageraron más que

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4. ¿FANTASIA ALADA? En las sesiones electrónicas de tempestad de ideas, elordenador de cada miembro del grupo está unido en red con los demás (gruposinteractivos). Se produce una estimulación recíproca que sólo se percibe cuando cadamiembro se obliga, de acuerdo con las instrucciones, a considerar las propuestas ajenas(grupo interactivo 2, izquierda). Cuantas más personas se reúnen para debatir en torno ala solución de un problema, tanto peores son, en proporción, los resultados con respectoal trabajo de cada uno de ellos por separado, aun cuando los grupos estén dispuestos aprolongar de forma voluntaria la tempestad de ideas (derecha).

Page 71: Mente y Cerebro 05. Pensamiento y Lenguaje

los que lo hicieron en solitario. De hecho,cada miembro de un cuarteto se apropió,por término medio, del 61% de todas lasocurrencias argumentando que las habíanmencionado o que, al menos, tambiénhabía pensado en ellas.

Por último, las tormentas colectivasde grupo evitan una posible sensación defrustración. Cuando se trata de una bús-queda individual de ideas, cada sujetoes responsable de los resultados obteni-dos. Si se queda bloqueado durante mu-cho tiempo, quizá viva la experienciacomo un fracaso personal. En cambio,en una reflexión interactiva, la respon-sabilidad se reparte entre los miembros.Las pausas ideatorias de unos no llamanla atención porque la monopolizaciónde la reunión no resulta deseable. Así, nodebe extrañar que �como expusimosen nuestro estudio de Utrecht� los indi-viduos dedicados a la búsqueda de ideasrefieran muchos más fracasos, por locomún, que los que intervienen en sesio-nes de grupo.

En multitud de estudios se ha demos-trado la falsedad de la declaración deOsborn sobre la eficacia de las tormen-tas colectivas. La inspiración recíproca,presumida por Osborn, se contrapesacon los efectos negativos establecidospor la interrupción del proceso ideato-rio propio al escuchar a los demás. Elrendimiento de los grupos no sólo esmenor que el de un mismo número deindividuos que trabaje en solitario, sinoque a medida que crece el grupo, losresultados empeoran progresivamente.En cambio, así como los dúos son ca-paces de obtener un rendimiento casiequivalente al de dos pensadores solita-rios, los cuartetos sólo alcanzan, de ordi-nario, la mitad de las ideas de cuatro pro-bandos que piensen en soledad.

Los efectos estimuladores sólo seponen de manifiesto cuando los partici-pantes pueden intercambiar sus ideas sinningún tipo de bloqueos ni distraccio-nes. Así sucede con la tormenta electró-nica de ideas. Quien desee la inspiraciónrecíproca entre los miembros del grupo,sin necesidad de costosos programas deordenador, debería trabajar primero ensolitario y anotarse todas las ideas. Acon-tinuación, se intercambian las propues-tas de todos asegurándose de que cadauno lee y reflexiona detenidamente sobrelas ideas ajenas. Luego, se procede a unanueva tormenta individual de ideas. Laspersonas con una mayor inclinaciónsocial que necesiten expresar ideas enequipo, deberían hacerlo en grupos redu-cidos. De hecho, es más divertido siem-pre trabajar con otra persona; además,la merma de creatividad resulta mínima.

Mente y cerebro 05/2003 69

WOLFGANG STROEBE es catedrático depsicología social en la Universidad de Utrecht.BERNARD NIJSTAD investiga y enseña en eldepartamento de psicología organizativa dela Universidad de Amsterdam.

APPLIED IMAGINATION.A. F. Osborn. Scrib-ner; Nueva York, 1953.

BRAINSTORMING. M. Diehl y W. Stroebe enHandwörterbuch der Angewandten Psychologie,dirigido por A. Schorr.Deutscher Psycho-logen Verlag; Bonn, 1993.

WHY ARE GROUPS LESS EFFECTIVE THAN THEIR

MEMBERS. W. Stroebe y M. Diehl en Euro-pean Review of Social Psychology, dirigido porW. Stroebe y M.Hewstone, vol. 5, pág. 271.Wiley; Chichester, 1994.

Bibliografía complementaria

Page 72: Mente y Cerebro 05. Pensamiento y Lenguaje

Gerald Langnery Elisabeth Wallhäusser-Franke

Voces de espíritus y dioses. Esocreían, en la antigüedad, queeran los acúfenos. Tales rui-dos fantasma, percibidos sólo

por los afectados, escapan a cualquiermedición física. Platón hablaba ya deuna �música cósmica� que le acompaña-ba día y noche.

Los acúfenos repercuten en la vidacotidiana de millones de personas. Lagama de ruidos es variadísima: desdezumbidos, siseo y silbidos hasta tinti-neo, pitidos y cantos, pasando por cre-pitaciones, percusión y rechinamiento.Tanto el tono como la intensidad delruido pueden modificarse en el trans-curso de la enfermedad.

El trastorno que produce estos ruidosubicuos depende del sujeto. Algunas per-sonas los encuentran molestos e inclusodesagradables; para otras, apenas influ-yen en sus percepciones y rendimiento.No obstante, la pérdida del silencio con-lleva una sobrecarga física y psíquicainsoportable para una cuarta parte de losafectados, que casi nunca logran con-centrarse y sufren trastornos del sueño,depresiones y estados de angustia. Asíescribía Bedrich Smetana, compositorcheco, en carta a un amigo: �Lo que másme tortura es el estruendo interior, prác-ticamente ininterrumpido, que retumbaen mi cabeza y que, en ocasiones, seacentúa hasta alcanzar un estrépito tor-mentoso. Este ruido infernal se mezclacon el sonido de trompetas y otros ins-trumentos desafinados acallando la

música que en ese momento escucho enmi interior. Muchas veces no tengo másremedio que interrumpir mi trabajo�.

Los egipcios formulaban ya propues-tas detalladas para controlar los zumbi-dos de oídos. Por desgracia, todos los tra-tamientos elaborados hasta la fecha handado muy pocos frutos. Todavía hoy, loszumbidos permanentes de oídos repre-sentan un problema médico. El que nose disponga de ningún alivio para losacúfenos obedece a una razón sencilla:pese a que la alteración permanente delsilencio es conocida desde hace tresmilenios y medio, y pese a que los inves-tigadores han propuesto una serie de hi-pótesis acerca de los mecanismos pato-génicos, persiste el debate sobre suscausas reales. En condiciones normales,todas las sensaciones acústicas, bien sean

70 Mente y cerebro 05/2003

Zumbidode oídosEl fenómeno de los zumbidos de oídos o acúfenos, del que informaba ya Platón, representa una tortura

casi insoportable para muchas personas. La percepción acústica enervante nace en el propio cerebro del

enfermo y a ella contribuye sobremanera el estrés

Page 73: Mente y Cerebro 05. Pensamiento y Lenguaje

Mente y cerebro 05/2003 71

las manifestaciones de nuestros interlo-cutores, el ruido de un tren al pasar, lasbocinas de los coches o la música, seoriginan en una señal exterior. Las ondassonoras llegan al oído, se transformanen impulsos nerviosos dentro del oídointerno y son conducidas, por la vía acús-tica, hasta la corteza cerebral. Sin em-bargo, en los acúfenos no interviene nin-gún estímulo sonoro exterior. El ruidopara el afectado es, no obstante, total-mente real y, a menudo, extraordinaria-mente molesto.

Búsqueda de la fuenteemisora anómalaSobre las causas del denominado acú-fenos objetivo se ha avanzado bastante.La sensación acústica surge a través defuentes endógenas; por ejemplo, vasossanguíneos estrechados o contraccionesmusculares. Estos producen un sonidoreal que excita las células sensorialesdel oído interno, sonido que puede me-dirse colocando micrófonos hipersensi-bles dentro del oído.

Sin embargo, el número de personascon acúfenos subjetivos es mucho mayor.En este caso, el ruido fantasma sólo loperciben ellas, por cuyo motivo resultacasi inaccesible a la investigación cien-tífica. Aunque se ha progresado. Me-diante la tomografía por emisión de po-sitrones y otras técnicas de formaciónde imágenes se ha demostrado que la cor-teza auditiva de los pacientes con zum-bidos se activa de modo patológico. Suactividad se corresponde con la sensa-ción acústica subjetiva del afectado.¿Cuáles son, entonces, los mecanismosneuronales responsables? ¿Dónde exac-tamente se origina la actividad nerviosaanómala?

Hemos intentado dar respuesta, apli-cando diversos métodos, en nuestrogrupo, constituido por biólogos y físicos,de la Universidad Técnica de Darmstadt.Por modelo animal escogimos jerbos deMongolia. Los conocimientos adquiri-

dos con ellos sobre el origen de los acú-fenos podrían guiar la búsqueda de tra-tamientos y explicar los resultados pre-liminares satisfactorios de los nuevosmétodos curativos.

Muchos tratamientos se basan en lasuposición de que los zumbidos se ori-ginan en el oído interno. Esta parte delsistema auditivo opera a la manera de untransformador acústico; convierte lasoscilaciones sonoras en impulsos ner-viosos que, a través de distintas esta-ciones de relevo, excitan la corteza audi-tiva, es decir, la región de la cortezacerebral encargada de procesar los estí-mulos acústicos.

La onda sonora llega, en principio,por el conducto auditivo, el tímpano ylos huesecillos del oído hasta la ventanaoval situada detrás del estribo. Luego,las oscilaciones del caracol, o cóclea,del oído interno alcanzan la membranabasilar que descompone cada señal acús-

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1. ESTRUENDO EN LA CORTEZA AUDITIVA. Ni tapándose los oídos desaparecen losacúfenos, esos zumbidos enervantes procedentes del cerebro.

Page 74: Mente y Cerebro 05. Pensamiento y Lenguaje

tica en sus distintas frecuencias. Lascélulas sensoriales situadas a lo largo dela membrana basilar, las denominadascélulas ciliadas internas, recogen estasoscilaciones y envían los impulsos ner-viosos correspondientes al cerebro. Co-mo es natural, las distintas frecuenciasde las que se compone la señal determi-nan qué células ciliadas �y, en conse-cuencia, qué neuronas�se excitan. Estaordenación, basada en la frecuencia �tonotopia�, se continúa a lo largo de todala vía auditiva. Con ayuda de métodosvarios se ha demostrado que la audiciónde distintos tonos activa regiones dife-rentes de la corteza auditiva.

El oído sano es un órgano extraordi-nariamente capaz. La finura de su sen-sibilidad le viene, sobre todo, de las célu-las ciliadas externas, distribuidas en treshileras, que actúan como amplificador.Sus �cilios�, dispuestos como los tubosde órgano, vibran activamente con la fre-cuencia de oscilación sonora de la cócleay procuran una mayor inflexión de lascélulas ciliadas internas. De este modo,la señal llega a multiplicarse mil veces.La elevada sensibilidad del amplifica-dor coclear puede incluso generar piti-dos retroactivos, que recuerdan los de unequipo de altavoces. Las oscilaciones delas células ciliadas, así originadas, siguen

un camino inverso al de la señal acús-tica normal y alcanzan, a través de laventana oval y de la cadena de hueseci-llos, el tímpano. Desde ahí son disper-sadas; en ocasiones, el tono es tan alto,que las personas más próximas percibenel pitido; se habla entonces de �emisio-nes otoacústicas�.

¿Podrían ocasionar acúfenos estas acti-vaciones espontáneas de las células cilia-das? Eso pensaban, al principio, muchosinvestigadores. A diferencia de los acú-fenos, que suelen cursar con lesionesauditivas, las emisiones otoacústicas sóloprovienen de células ciliadas sanas.Además, el pitido originado por las emi-siones se oye sólo al principio. Pro-bablemente, al poco rato, los mecanis-mos inhibidores reguladores extinguenel ruido a lo largo de la vía auditiva. Unade las modalidades de tratamiento de losacúfenos ha descartado definitivamenteque el oído interno cause estos ruidos tanmolestos: después de la sección quirúr-gica del nervio acústico de pacientes sor-dos con acúfenos y, en consecuencia,tras la interrupción de la comunicaciónentre las células ciliadas y los centrosauditivos del tronco del encéfalo, loszumbidos subjetivos y desagradablescontinúan haciendo estragos entre losafectados.

Así pues, los acúfenos surgen en algúnlugar situado en las estaciones de relevodel sistema auditivo después de la cóclea,es decir, los núcleos cocleares del troncodel encéfalo, el tubérculo cuadrigéminoinferior del mesencéfalo, el cuerpo geni-culado interno o la corteza auditiva.

La corteza cerebral,fuente del estruendoPara descubrir la fuente de estos ruidosanómalos examinamos a jerbos con acú-fenos. Mediante dos procedimientos demarcado investigamos las regiones cere-brales de la vía auditiva con una activa-ción patológica.

De manera sorprendente, los centrosauditivos del tronco encefálico de losanimales de experimentación apenas seexcitaron; no hubo ni la más remota hipe-ractividad como cabría esperar de unafuente de ruidos fantasma. En principio,este hallazgo prueba, una vez más, quelos acúfenos no se originan en las célu-las ciliadas; en caso contrario, debería-mos haber hallado una estimulaciónascendente por el tronco del encéfalo. Porotra parte, las células sensoriales esta-ban claramente dañadas por un trauma-tismo acústico o la administración desalicilato sódico. Las mediciones delumbral auditivo confirmaron la pérdidaauditiva de los roedores.

El mesencéfalo también queda des-cartado como lugar de origen de losacúfenos. En nuestros estudios de mar-cado, no se apreció ningún aumento dela actividad en estas regiones auditivasque pudiera indicar algún suceso pato-lógico.

Sólo tuvimos éxito en los centros audi-tivos de la corteza cerebral. Estos debenactivarse siempre en los acúfenos, puessólo así aparece la percepción acústica,ya sea por una fuente sonora real o porun ruido fantasma. De forma análoga ala estimulación permanente de las regio-nes auditivas más altas entre los enfer-mos de acúfenos, los jerbos afectados pre-sentaban, en las regiones acústicas, unaactividad muy superior a la de los ani-males de referencia.

Se sabe, por otro lado, que, en el hom-bre, la aspirina induce un tipo especialde acúfenos; a menudo, se limita a unsolo tono. Si se administra salicilatosódico, compuesto relacionado con laaspirina, a los animales de experimen-tación, sucede algo parecido: se observaun patrón estriado en las imágenes de acti-vación de la corteza cerebral; estas�estrías de actividad�, que detectamosen nuestro laboratorio y que seguían unaordenación tonotópica en la corteza cere-bral, corresponden a ruidos de una banda

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2. TRANSFORMADOR ACUSTICO. El sonido se transmite, a través de vibraciones, ala membrana basilar de la cóclea. Las fuerzas de cizalla que actúan sobre la membranatectoria doblan los cilios y estimulan las células ciliadas.

MEMBRANA TECTORIA

COCLEA

ESTEREOCILIOS

CELULAS CILIADAS

INTERNAS

CELULAS CILIADAS EXTERNAS

MEMBRANA BASILAR

MARTILLO

YUNQUE

ESTRIBO

TIMPANO

HUESECILLOS DEL OIDO

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estrecha, como pueda ser un silbidomonótono.

Así pues, estos ruidos misteriosos delos oídos pueden inducirse empírica-mente en un modelo animal, para su aná-lisis ulterior. La segunda conclusióntiene, sin embargo, mucha más impor-tancia: los acúfenos parten, en realidad,de una lesión de las células ciliadas deloído interno, pero la actividad neuronalque corresponde al ruido fantasma naceen la corteza auditiva y no en el oído. Laausencia de relación entre la lesión audi-tiva primaria y la actividad de los acú-fenos en la corteza podría explicar, asi-mismo, por qué esa sensación permanentede ruido, que tienen muchos enfermos,persiste largo tiempo después de haberrecuperado la audición.

¿Cuál es, entonces, el mecanismo cau-sante de los zumbidos? Nosotros cree-mos que, en este caso, operan mecanis-mos de compensación y control delsistema auditivo. Normalmente, estos

mecanismos facilitan la adaptaciónambiental más eficiente posible de lafunción auditiva. Los circuitos de retro-alimentación extinguen los estímulosinsignificantes procedentes del aflujoconstante de percepciones. Sin embargo,

no sólo apagan los ruidos ambientalesintranscendentes, como el tic-tac delreloj, sino que amplifican también seña-les esenciales.

Los ruidos de la naturaleza represen-tan, a menudo, el primer aviso de un peli-gro; el crujido de una rama puede dela-tar al enemigo escondido entre la nochey la niebla o detrás de un arbusto. La audi-ción posee, pues, un importante papelfilogenético como sistema primitivo dealarma; por ello, la vía auditiva se comu-nica con las regiones del cerebro quegobiernan la atención, por ejemplo, conel locus coeruleus o la formación re-ticular del tronco del encéfalo. Asimismo,existen contactos con el sistema límbicoprosencefálico, responsable de las emo-ciones, en particular con los núcleosamigdalinos, esenciales para las reac-ciones de estrés y de angustia. Para ilus-trar la relación íntima entre los sistemas

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3. ALBOROTO ENFERMIZO.Los acúfenos suelen iniciarse con untraumatismo acústico; por ejemplo, trasescuchar una música estruendosa o conlas tracas de los festejos.

DPA

4. DEL OIDO A LA CORTEZAAUDITIVA. Hasta que los impulsosnerviosos de las células ciliadas de lacóclea alcanzan la corteza auditiva delcerebro, son filtrados y modificados endistintas estaciones de relevo. Las flechasrojas indican el camino seguido desde eloído izquierdo hasta el cerebro; las azules,las vías nerviosas descendentes que regulanlas aferencias. Los núcleos de la olivabulbar ayudan a la orientación acústica,pero no intervienen en los acúfenos.

CUERPO GENICULADO

CORTEZA AUDITIVA

TUBERCULO CUADRIGEMINO

NUCLEO DEL LEMNISCO LATERAL

NUCLEO COCLEAR

CORTEZA CEREBRAL

TRONCO DEL ENCEFALO

COCLEA

TALAMO

MESENCEFALO

NUCLEOS DELA OLIVA BULBAR

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límbico y auditivo pensemos en el efectoemocional de la música: sin la conexiónneuronal con los centros de la afectivi-dad, un aria de ópera no podría deparar,por ejemplo, ese agradable escalofrío alos melómanos.

Con toda probabilidad, el sistema lím-bico y las regiones encargadas de la vigi-lia refuerzan, en el caso de los acúfenos,la retroalimentación positiva entre lasregiones auditivas del tálamo y la cor-teza auditiva. Así se desprende tambiénde la relación conocida entre la actividadcortical de los acúfenos y la actividadneuronal del locus coeruleus y de losnúcleos amigdalinos de los animales deexperimentación.

Ilusión cerebralA partir de estos hallazgos hemos ela-borado un modelo neuronal sobre la gé-nesis de los acúfenos. Se parte de la ine-xistencia del silencio neurobiológicoabsoluto. Aun cuando no llegue ningúnruido al oído, por la vía auditiva circu-lan en todo momento señales caóticas yespontáneas. El cerebro ha aprendido ainterpretar estas descargas como �silen-cio�. Se trata de un fenómeno corrobora-do en un experimento neuroacústico delaño 1953: la mayoría de las personas, com-pletamente sanas, acaban percibiendo,al cabo de un rato, un ruido, incluso den-tro de una cámara insonorizada.

La lesión auditiva explica que las célu-las ciliadas de la cóclea, el nervio audi-tivo y también los centros de la vía audi-tiva ascendente no se activen de la forma

espontánea habitual con una determi-nada franja de frecuencias. El mesencé-falo trata entonces de amplificar la sin-tonía, pues las neuronas mesencefálicasque responden a las frecuencias vecinasse inhiben recíprocamente. Las neuro-nas más activas se acaban imponiendo,mientras que las células dañadas envíanmenos señales. Este mecanismo audi-tivo se ha descrito [véase �Sistema acús-tico de orientación�, por Manfred Kössly Marianne Vater, MENTE Y CEREBRO,n.o 4, 2003], entre otros, para los mur-ciélagos, pero también para la visión delos animales y humanos: una superficiegris aparece más clara sobre un bordenegro. De manera análoga, en el caso delos acúfenos, el mecanismo en cuestiónamplifica ligeramente las señales de lasfrecuencias situadas en las lindes deldaño auditivo.

Estos �picos� del espectro de fre-cuencia llegan hasta el tálamo auditivo;desde allí se dirigen a la corteza audi-tiva. Si se intensifica la retroalimenta-ción entre ambas instancias controladaspor los centros de las emociones o laspropias regiones responsables de la vi-gilia, estos componentes anómalos seamplifican de forma exagerada. Así apa-recen, en concreto, los acúfenos, porexcitación del sistema auditivo sin quellegue ningún ruido al oído.

A través de una simulación informá-tica hemos comprobado la verosimilitudde esta hipótesis. Para ello, representa-mos con el ordenador 100 neuronas decada uno de los cuatro planos de proce-

samiento de la vía auditiva ordenadaspor franjas de frecuencia según el prin-cipio de la tonotopia. En el plano másbajo �el oído interno� se suprimió, enprincipio, la actividad espontánea de las�células ciliadas virtuales� de una deter-minada franja. Esta supresión se corres-pondía, por así decir, con la lesión audi-tiva. El siguiente plano jerárquico�ilustrativo de los núcleos auditivosdel mesencéfalo� amplificaba la sin-tonía de frecuencia mediante una inhi-bición lateral. El tercer plano, talámico,y el cuarto, cortical, se hallaban unidosmediante retroalimentación positiva.La intensidad de la retroalimentación�influida, en el cerebro, por el estrés yla vigilia� se reguló mediante estimu-lación �informática�.

El resultado confirmó nuestro modelo.En el plano inferior de este sistema audi-tivo electrónico, la actividad aumentómínimamente en la frecuencia fronte-riza con el daño auditivo. Cuando seconectó el circuito de retroalimentaciónpositiva entre el tálamo estimulado y lacorteza cerebral, el tono alcanzó ense-guida valores extremos en la cortezaauditiva. De hecho, incluso con un dañoauditivo leve �es decir, una disminu-ción ligera de la �actividad de las célu-las ciliadas��, el ordenador desencade-nó una activación local, limitada, de sucorteza auditiva. Era como si escucharaun silbido.

Así pues, la lesión auditiva aislada noorigina los acúfenos. Estos aparecen sólocuando el cerebro trata de compensar lasseñales aferentes neuronales omitidas;el ruido fantasma y enervante se percibetanto más alto cuanto más se activa laretroalimentación positiva entre el tálamoy la corteza auditiva. En última instan-cia, nuestra vida afectiva desempeña unamisión primordial en la génesis de estos

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5. COMIENZO INOFENSIVO. A raíz deuna lesión auditiva, el oído interno dejade procesar determinadas frecuencias(segundo trazado, empezando desde abajo). Losdiversos mecanismos de amplificacióny filtro, como por ejemplo la inhibiciónlateral, producen picos de frecuencia(tercer y cuarto trazado, desde abajo). Si lapersona afectada dirige su atencióny manifiesta una actitud negativa haciaesta alteración, se excita un bucle deretroalimentación entre la corteza auditivay los cuerpos geniculados; se produceentonces una resonancia catastrófica.

AM

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FRECUENCIA

ACUFENOSCORTEZA

CEREBRAL

CUERPO GENICULADO

TUBERCULO CUADRIGEMINO

NUCLEOCOCLEAR

FORMACIONRETICULAR

SISTEMA LIMBICO

EMOCIONY CONTROL

CENTRAL

ATENCION

OIDO INTERNO CONDEFICIT AUDITIVO

SEÑAL DE ENTRADA POR EL OIDO

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ruidos patológicos: el sistema límbicogira el regulador del volumen.

La importancia que tiene oír susurrossospechosos en el monte puede resul-tar fatal, incluso para el hombre mo-derno: se ha demostrado en diversosestudios que el estrés contribuye deforma capital a la génesis de los acúfe-nos. Muchos pacientes empiezan con

los zumbidos de oídos en las épocas deestrés. El silbido o zumbido inacabablesupone una presión más y, en conse-cuencia, el sistema límbico acentúa laretroalimentación entre el tálamo y lacorteza auditiva, con lo que se cierra elcírculo vicioso.

Al principio, los acúfenos represen-tan una especie de sobreinterpretación

cerebral. Las señales originadas a partirde la lesión auditiva y de su compensa-ción se perciben como un aviso muyimportante y desencadenan los meca-nismos de amplificación emocional.Luego, cuando se ha recuperado toda lacapacidad auditiva, estos zumbidos sub-jetivos debieran desaparecer, pero nosuele suceder así. Al parecer, la percep-

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Para conocer a fondo los mecanismos neurobiológicosdesencadenantes de los acúfenos tuvimos que investigarsimultáneamente la actividad de todas las regiones del encé-falo que participan en la vía auditiva. A tal fin elegimos latécnica de la 14C-2-desoxiglucosa (técnica 2-DG). Estemétodo se basa en que la glucosa satisface casi en exclu-siva los requerimientos energéticos de las neuronas.Cuandose sustituye esta glucosa por su variante radiactiva 2-DG,los productos de degradación se acumulan dentro de lasneuronas. Si se colocan, por último, cortes finos del encé-falo de los animales de experimentación sobre una películaradiológica, su oscurecimiento revela la can-tidad de glucosa consumida por las dis-tintas regiones del encéfalo y, en conse-cuencia, su grado de actividad.Otro método neuroanatómico se basa enel análisis de la actividad neuronal a tra-vés de determinadas proteínas. Una deellas es la c-fos.Cuando se excita de formaconstante una neurona, se estimula la sín-tesis de esta proteína dentro de su núcleo;la neurona se puede visualizar en los cor-tes encefálicos con la ayuda de anticuer-pos. El marcado de c-fos resulta particu-larmente intenso si el sistema nerviosoafronta lo desconocido, por ejemplo, losacúfenos recientes. En este caso, el encé-falo modifica el patrón de sus contactosneuronales,mitigando algunas de las sinap-sis existentes y reforzando o creando otrasnuevas. El marcado de c-fos permite ras-trear estos procesos.Otro requisito de los experimentos paraelaborar un modelo de esta enfermedadfantasma consiste en inducir acúfenos alos animales de experimentación. Duran-te los años ochenta, Pawel Jastreboff, dela Universidad de Emory de Atlanta, des-cubrió que el salicilato sódico causabaacúfenos a las ratas. Se trata de una sus-tancia emparentada con el ácido acetilsa-licílico, más conocido como aspirina. Esprobable que los salicilatos lesionen lascélulas ciliadas externas.Ahora bien, ¿cómo puede un animal de ex-perimentación expresar que padece acúfe-nos? Jastreboff y su grupo resolvieron elproblema con un elegante truco: acondi-cionaron a los roedores a mostrar aversiónfrente al silencio absoluto; sin el ruido defondo, los animales se agitaban y manifes-

taban agresividad.Después de administrar el salicilato sódico,parecían encontrarse mucho mejor, pese a continuar alojadosen un entorno silencioso. Por consiguiente, algo debían deoír y sólo podía tratarse de un ruido fantasma.El segundo método para desencadenar los acúfenos en elexperimento se basa en el traumatismo acústico producidopor una pistola de juguete. Si bien la audición puede prote-gerse frente a tonos altos y constantes, reduciendo la sensi-bilidad, semejante adaptación no sirve para un estímulo acús-tico repentino. Este último provoca una pérdida acústica, enparte,reversible pero,a menudo, induce acúfenos permanentes.

A la caza del sonido fantasma

SALICILATO CONTROL TRAUMATISMO ACUSTICO

TONO SINUSOIDAL

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REGION AUDITIVA DEL TRONCO DEL ENCEFALO 5 mm

0,5 mm

100 %

50 %

10 %

DETECCION DE LOS ACUFENOS DE LA VIA AUDITIVA

REPRESENTACION DE LOS ACUFENOS. Los campos rojos y amarillos denotan unagran actividad metabólica y, en consecuencia, una experiencia auditiva. Estas imágenesse han representado con el método de 2-DG. Cada capa de las columnas correspondea un corte horizontal dado de la corteza auditiva. La visión de la región cerebral es,en consecuencia, lateral. El control procede de un animal sano, instalado en unambiente normal; la última columna es el registro después de emitir un sonidosinusoidal. Los cortes del tronco del encéfalo revelan la activación simultánea de unaestación de relevo de la vía auditiva, el tubérculo cuadrigémino inferior.

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ción del ruido se acaba independizandocuando perdura el tiempo suficiente.

Aprendizaje lleno de dificultadesDe la misma manera que la repeticiónayuda a fijar los conceptos en la memo-ria, los ruidos fantasma requieren, almenos, un �aprendizaje� parcial. Así sedesprende de la síntesis intensiva de laproteína c-fos que apareció en nuestrosanimales de experimentación; esta pro-teína delata la conversión y nueva for-mación de contactos neuronales perma-nentes. Las técnicas de imagen señalanque la corteza auditiva humana tambiénpuede sufrir una transformación duradera.Según parece, las regiones corticales res-ponsables de la frecuencia de los ruidosfantasma se amplían.

¿Qué repercusión tiene todo esto parael tratamiento de los zumbidos de oídos?Por desgracia, las tentativas terapéuti-cas apenas se han visto coronadas por eléxito. Nuestro modelo neuronal podríaresultar útil. Sin duda, los acúfenos obe-decen, al principio, a una lesión del oídointerno, por pequeña que parezca. Cuantoantes se trate la lesión, más difícil resultaque el ruido fantasma se asiente en el cere-bro a través de los mecanismos de apren-dizaje. Muchas veces, los acúfenos sonconsecuencia de una sordera repentina,cuyo origen reside en una lesión del oídointerno. Para estos casos se han utili-zado medicamentos que propician la per-fusión y el metabolismo de las célulasciliadas, al propio tiempo que combatenlos acúfenos. Esta aplicación terapéu-

tica supone un giro de 180 grados, pueslos médicos sospechaban desde hacetiempo que la fuente emisora anómalase situaba en el oído interno, incluso des-pués de recuperar la función auditiva y,por esta razón, trataban de suprimir deforma yatrógena la actividad de las célu-las ciliadas. Desde el punto de vista neu-robiológico, es como si se llamara aBelcebú para exorcizar al diablo, puescuantas menos señales emiten las neu-ronas del oído interno, tanto más losmecanismos de retroalimentación acti-van el regulador, es decir, acentúan losacúfenos, según nuestro modelo.

El estado de alerta extrema excita toda-vía más los circuitos de retroalimenta-ción. Preocuparse en exceso de los acú-fenos puede acentuarlos; sería preferibleignorar ese ruido molesto para alejarloo incluso para mantenerlo por debajo delumbral sensorial. No obstante, el con-trol se halla en manos del sistema lím-bico, y estas regiones encefálicas, filo-genéticamente antiquísimas, escapan ala regulación consciente; de ello podríadar fe cualquiera que haya sufrido penasde amor. Así pues, es imposible repri-mir, sólo con la voluntad, los poderososbucles neuronales de retroalimentaciónque perpetúan los acúfenos.

No obstante, se puede influir por otrasvías en el sistema límbico, aunque serequiera un proceso laborioso de apren-dizaje y cambios de hábitos. Son cadavez más los tratamientos que persiguendesacoplar de las sensaciones negativaslos zumbidos de oídos y dirigir la aten-ción hacia sonidos reales. Los respon-sables de la terapia conductual trans-miten, durante meses, estrategias queayudan al paciente a afrontar mejor esaalteración constante del silencio y sussecuelas: angustia, trastornos del sueñoy depresiones. Los pacientes portan,durante algunas de estas terapias, unenmascarador. Por su aspecto externorecuerda a un audífono; el dispositivoemite un sonido análogo al rumor leja-no del mar. Este sonido permanente ocul-ta o �enmascara� el ruido fantasma. Noobstante, el propósito final del trata-miento de los acúfenos es percibir laaudición como algo hermoso. Si la aten-ción acústica se desvía hacia estímulosque inducen emociones positivas, bienuna música armoniosa o el sonido rela-jante de la naturaleza, se logra alejar

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6. RUIDOS, PRESION, BARULLO.La vida cotidiana puede estresar hastatal punto a las personas que induzcaacúfenos.

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cada vez más el zumbido. Según nues-tro modelo, debiérase con ello mitigarlos circuitos de retroalimentación con-trolados por la atención y las emocionesy reducir la percepción de los acúfenos.Estos métodos, relativamente nuevos,requieren aún tiempo, pero dan mejoresresultados que los tratamientos farma-cológicos. Muchos pacientes logran unamejoría de su calidad de vida o inclusola desaparición completa de los zumbi-dos después de estas terapias.

La respuesta terapéutica no significaen absoluto que las alteraciones plásti-cas del sistema auditivo secundarias alos acúfenos desaparezcan por completo;un paciente que se haya curado corresiempre el peligro de sufrir una recaída,

sobre todo si no se controla definitiva-mente la lesión auditiva, es decir, lacausa primaria del trastorno. Hoy comoayer, el campanilleo de los oídos es unaseñal de aviso del sistema auditivo. Estaseñal advierte del peligro del estrés y dela necesidad de descanso. No hay malque por bien no venga, incluso en losacúfenos.

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GERALD LANGNER enseña zoología e inves-tiga en la Universidad Técnica de Darmstadt.ELISABETH WALLHÄUSSER-FRANKE se haocupado del apartado metodológico de lainvestigación sobre acúfenos aquí descrita.

A la neuropsicóloga Herta Flor le interesaba, en realidad, el dolor fantasma,propio de las personas que han sufrido la amputación de un miembro.Descubrióque el fenómeno se debía a una nueva organización de la corteza cerebral. Sepreguntó entonces: ¿Podría explicarse la sensación fantasma de los acúfenospor un cambio análogo en la estructuración cerebral?Para verificar esta hipótesis, el grupo de investigación de Flor, de la Universi-dad de Heldelberg, comenzó por examinar las frecuencias de los acúfenos de10 pacientes.Todos sufrían los denominados acúfenos zonales, un ruido de ban-da estrecha análogo a un silbido. A continuación, Flor y sus colaboradorespresentaron a los pacientes, a través de unos auriculares, el sonido de los acú-fenos y otras tres frecuencias más; como referencia, repitieron este experi-mento con 15 personas sanas. Entre tanto, los investigadores se valieron de laresonancia magnética funcional, método que visualiza la actividad de las regio-nes encefálicas, para conocer en qué lugar de la corteza cerebral se procesa-ban estas señales.Resultado: las zonas excitadas de los probandos sanos se ordenaban sobre unalínea según la frecuencia, a la manera de las cuentas de un rosario. Los pacien-tes con zumbidos de oídos mostraban un cuadro completamente diferente.La región responsable de la elaboración de la frecuencia de los acúfenos nosólo se había ensanchado a expensas de las frecuencias vecinas, sino que ocu-paba incluso territorios situados fuera de la corteza auditiva. La región de losacúfenos abarcaba un espacio mayor cuanto más insoportable era el ruido fan-tasma para el paciente. Se sabe por los pianistas que esta enorme fuerza expan-siva de la corteza no es inusitada, ni necesariamente patológica. Cuando unpianista se ejercita asiduamente, al cabo de los años se agrandan las regionesde la corteza motora responsables del movimiento de las manos.De esta maneramejora la movilidad digital. En el caso de los acúfenos y también en el deldolor fantasma, tal “fortalecimiento neuronal” tiene una clara repercusiónnegativa.¿Por qué no dar la vuelta a estos argumentos? Los investigadores de Heidelberse preguntaron: ¿Si se reduce una frecuencia, tendrán las otras que retroceder?El nuevo tratamiento de los acúfenos en Heidelberg consiste en exponer a lospacientes durante dos horas diarias a tonos situados en la vecindad inmediatadel ruido fantasma, que son procesados por las regiones cerebrales vecinas. Sila hipótesis es correcta, estas regiones vuelven a detectar las frecuencias ori-ginales y la reorganización cortical patológica remite, con lo que debería de-saparecer la alteración enervante del silencio. Los primeros resultados de estosexperimentos se muestran sumamente alentadores: después de cuatro sema-nas de tratamiento han remitido los acúfenos de un tercio de los probandos.

ULRICH KRAFT

Cómo combatir los acúfenos con sonidos

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Katharina Braun y Jörg Bock

Hiperactividad, falta de aten-ción, autismo, trastornos enlos hábitos alimentarios, es-quizofrenia, ansiedad y depre-

siones forman un rosario de alteracio-nes que solían silenciarse en público.Hoy ocupan un lugar destacado en losmedios de comunicación. Se han venidoatribuyendo a la pérdida de los padres,a su separación y otras vivencias trau-máticas en la primera infancia. Tal afir-mación carecía de apoyatura científicasuficiente.

Pero ahora se están dando pasos fir-mes, aunque lentos, en la identificaciónde las causas: las experiencias traumáti-cas influyen, de forma determinante, enlas conexiones neuronales del cerebroinfantil y en el equilibrio de los neuro-transmisores. Estos cambios profundosdeberían incrementar, en grado notable,la predisposición a trastornos psíquicosulteriores.

Tiempo atrás, se suponía que el de-sarrollo y funcionamiento del cerebrose hallaban genéticamente fijados. Sinembargo, los estudios de los últimos añosapuntan en otra dirección: la variedad delos influjos del entorno determina la for-mación de redes nerviosas en el cerebro.En los primeros meses y años de vida,estos influjos proceden, en los humanosy en muchos animales, preferentementede los padres.

Hace ya algunos decenios que lasobservaciones del comportamiento indu-cían a sospechar que los procesos deaprendizaje de la primera infancia, rebo-

santes de sentimientos (por ejemplo, elvínculo emocional entre el recién nacidoy sus padres), dirigen el desarrollo espi-ritual y mental del retoño. René Spitz(1887-1974), del Instituto psicoanalí-tico de Nueva York, investigó en los añoscuarenta del siglo pasado con cientos delactantes que habían nacido en un orfa-nato. Comprobó que alrededor de un diezpor ciento de estos bebés se retraían,después, de su entorno: no prestabanatención a las otras personas, a menudose estiraban pasivos en sus camas y mos-traban un retraso en su desarrollo psíqui-co general.

Para determinar qué produce estostrastornos, proyectó Spitz un estudio alargo plazo con los niños de la inclusa.Descubrió que les faltaba, además deapetencias intelectuales, sobre todocariño emocional. Estas primeras in-vestigaciones ofrecieron indicios de quelos niños adaptan su comportamientoal entorno, al tiempo que experimentansus primeras emociones después del naci-miento.

En los decenios siguientes, de 1950 y1960, el matrimonio Harlow investigócon animales, en el laboratorio de pri-

mates de la Universidad de Wisconsin,qué ocurría cuando las crías perdían asus padres a temprana edad. El resultadoconfirmó las observaciones de los estu-dios con los niños del orfanato: crías desimios que crecieron sin madre estabantrastornadas en períodos posteriores desu vida y apenas si jugaban. Además, los

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Las cicatricesde la infanciaVivencias traumáticas y falta de cariño en los primeros años de vida

pueden alterar las conexiones en el cerebro.

¿Reside ahí una de las causas de los trastornos psíquicos?

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1. FILIGRANA. Micrografía laséricaconfocal de una neurona de un polluelo,sometida a un proceso previo de tinción(arriba). En la imagen de un corte dedendrita, tomada con gran aumento,se distinguen con nitidez las sinapsisespinosas (abajo).

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monos sin madre eran mucho más pusi-lánimes y menos exploradores que suscongéneres criados en circunstanciasnormales. Muy pocas de estas hembrastuvieron hijos y, si parieron, no sabíanqué hacer con ellos: los ignoraban oincluso los maltrataban.

¿Qué fallaba? ¿Cómo pueden unasexperiencias emocionales o su ausenciaacarrear estas alteraciones drásticas delcomportamiento? Para encontrar una res-puesta, los expertos en neurobiologíaanimal han empezado, en los últimosaños, a investigar cómo afectan al cere-bro los tempranos procesos emociona-les y de aprendizaje. Era ya conocidoque las neuronas de algunas zonas de lacorteza cerebral (por ejemplo, del cór-tex visual) pueden establecer conexio-nes distintas, si, durante determinadasfases del desarrollo, faltan los estímu-los adecuados del entorno. Ahora seinvoca la intervención de otro sistemacerebral: el �sistema límbico�, que de-sempeña una función destacada, a tra-vés de los sentimientos, en el control delcomportamiento, en el aprendizaje y enla configuración de la memoria.

El equipo encabezado por HenningScheich, de la Politécnica de Darmstadt,y nuestro grupo del Instituto Leibniz deNeurobiología y de la Universidad Ottovon Guericke de Magdeburg, estudia-mos la formación de la relación emo-cional entre un recién nacido y sus padres.A ese fenómeno los psicólogos y etólo-gos lo denominan �impronta filial�.

En nuestro experimento, les presenta-mos a polluelos recién nacidos los rui-dos, artificialmente producidos, de una

gallina clueca y les dejamos una gallinadisecada para que se acurrucaran (los pri-meros estímulos agradables con los quese encuentran los polluelos en su vida).Terminaron por asociar el estímulo acús-tico, hasta ese momento irrelevante (lavoz artificial de la �madre�), con la situa-ción emocional y quedaban marcadospor la impronta del ruido: los polluelosdistinguían de otros estímulos acústicoslos sonidos de la clueca y salían corriendohacia ella, tan pronto como los oían.

¿Qué pasa en el cerebro de los anima-les cuando se configura la impronta?Hallamos que las propiedades de las célu-las nerviosas de algunas partes del pro-sencéfalo cambiaban mucho. Estas áreascerebrales se ocupan de reconocer el es-tímulo de la impronta y, probablemente,de valorarlo también emocionalmente.Corresponden a las llamadas zonas aso-ciativas de la corteza cerebral de losmamíferos. En estas áreas convergenseñales procedentes de diversas partesdel cerebro. El sonido aprendido activamucho más esas zonas del cerebro en lospolluelos que han configurado la im-pronta que en los animales de control sinla madre artificial sustituta; el metabo-lismo y el consumo de energía de lascélulas nerviosas son en aquéllos másaltos que en polluelos que oyen por pri-mera vez en su vida el estímulo acústicoy que no tiene, por tanto, para ellos nin-guna referencia emocional.

Además, en los animales con impron-ta estas células nerviosas reaccionan

mediante impulsos eléctricos más inten-sos �más sensibles� ante el estímulode la impronta. ¿Cómo se opera tal cam-bio? Posiblemente se reorganizan lassinapsis, es decir, los contactos trans-misores de información entre las neuro-nas. En los primeros noventa minutos des-pués del inicio de la impronta filial seincrementan los contactos sinápticosen un área del cerebro del polluelo que, enlos mamíferos, corresponde a la partefrontal del córtex cingular, un sector delsistema límbico que está detrás de lafrente. El incipiente cerebro produce laimpresión de querer captar y retener enel máximo posible de canales los nue-vos impulsos que encierran interés parasu supervivencia.

Escardar en el cerebro del polloEn el curso de este proceso van desapa-reciendo algunas sinapsis; se asiste a una�selección de sinapsis�. Los polluelos deuna semana dotados de impronta pre-sentan, en las zonas asociativas del pro-sencéfalo, menos sinapsis �espinosas�que los animales sin impronta. Por espi-nosas hemos de entender cierto tipo desinapsis, en su mayoría muy excitado-ras; en ellas las protrusiones de otrascélulas nerviosas, en forma de taponesespinosos, se acoplan a las terminacio-nes nerviosas que reciben las señales(véase la figura 1). En el transcurso deesta selección, de entre un exceso deofertas de conexiones sinápticas ines-pecíficas, permanecerán al final activas

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2. ACOGEDOR. Los degús (Octodon degus) constituyen un modelo animal idóneo parainvestigar la influencia del contacto con los padres en el desarrollo cerebral de las crías.

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sólo las procesadoras del impulso emo-cional importante. Tales conexiones que-dan fijadas en la red neuronal; con eltiempo se consolidan incluso más. Peroel cerebro eliminará las conexiones, in-númeras, que no se requieren para elimpulso. Gracias a ese proceder, podráreaccionar de un modo más encauzado,ante los impulsos significativos.

Ahora bien, la selección de sinapsisreferida no se da en los polluelos que cre-cen sin ningún contacto social; en con-secuencia, tampoco pueden optimizarsus circuitos límbicos. Lo mismo el incre-mento de las conexiones que su subsi-guiente desmantelamiento sólo tienenlugar cuando el animal puede relacionarel estímulo acústico de la impronta conla situación emocional positiva. Un es-tímulo emocionalmente neutro no pro-duce nada; si al sonido de la clueca nole acompaña la presencia de la gallina

artificial, no se dan esos cambios sináp-ticos en los polluelos. Por otro lado, bas-tan unos treinta minutos de reclamo acús-tico y la presencia de la madre artificialpara que se ponga en marcha la selec-ción. Las vivencias emocionales tem-pranas codeterminan, pues, los patronesbásicos de las conexiones neuronales enel sistema límbico, durante los primerí-simos estadios del desarrollo. Lazos quepersisten sean cuales sean los logros enconducta y aprendizaje posteriores.

En la impronta filial se altera tambiénla bioquímica de las células nerviosas.Afecta en particular a los neurotrans-misores, el glutamato por ejemplo. Enlos animales que han fijado la improntadel reclamo de gallina, el estímulo acús-tico implicado en aquélla insta la sínte-sis de más neurotransmisores en el pro-sencéfalo que cuando se trata de polluelossin la impronta; para éstos el sonidocarece de sentido.

A su vez, el neurotransmisor activalos receptores NMDA, un tipo de anclajeen las células nerviosas. Al parecer, elcerebro traba la relación emocional en-tre el recién nacido y sus padres conayuda del glutamato y de los receptoresNMDA. Si, durante el proceso de apren-dizaje, el glutamato no puede acoplarsecon los receptores NMDA(supongamosque los hemos bloqueado adrede), ni,por tanto, activar las células nerviosas,los polluelos no asociarán el sonido dela impronta y la situación emocional. Enese caso los animalitos no podrán fijarimpronta alguna.

Progenitores solícitosTambién en los humanos los procesos depercepción y aprendizaje deberían diri-

gir la selección de sinapsis, pues losmamíferos conforman, asimismo, sinap-sis en el cerebro para adaptarse a suentorno. Desde su nacimiento, los pri-mates establecen nuevas conexiones endiversas áreas cerebrales (nosotros hemosestudiado las formadas en el sistema lím-bico); y, a su vez, desmantelan sinapsis.

Mas esta capacidad de adaptación delcerebro de las crías de los primates tienesu lado oscuro: se amolda con idénticaeficacia a las condiciones desfavorablesdel medio (por ejemplo, a la falta decariño) o graba en la memoria vivenciastraumáticas. De ello podrían resultarconexiones indebidas en el sistema lím-bico, que podrían producir trastornos delcomportamiento en humanos y anima-les y quizá también determinadas enfer-medades psíquicas.

Para verificar estas conjeturas, estu-diamos en nuestro laboratorio a crías dedegú (Octodon degus), un roedor queconstituye el modelo animal idóneo parainvestigar el influjo de la interaccióncría-padres en el desarrollo del cerebrode los mamíferos:

� A diferencia de las ratas o ratones, ha-bituales en los trabajos de laboratorio,estas crías perciben con todos los senti-dos desde el nacimiento.� Los degús �hablan� entre ellos de unaforma bastante compleja. Su comunica-ción por sonidos cumple una funciónimportante en el comportamiento social,dentro de la familia y de la colonia.� El padre participa activamente en elcuidado de las crías.

Separamos a crías degú de sus padresy hermanos, durante distintas fases del

80 Mente y cerebro 05/2003

Los fenómenos de la impronta se distinguen de otros pro-cesos de aprendizaje en varios aspectos característicos.Tienen lugar dentro de determinadas “fases sensibles” de lavida; basta un breve contacto con el estímulo u objeto aconectar o con la situación, para que quede fijado perma-nentemente en la memoria. El fenómeno de la impronta sepresenta tanto en los mamíferos como en los humanos. Lascrías, a los pocos días de nacer, reconocen la voz de su madrede entre un gran número de otras voces. Por otra parte, lascrías de madres depresivas parecen estar emocionalmentedesamparadas por la falta de manifestaciones afectivas enel registro plano de su madre. Los retoños pueden, además,distinguir el olor del pecho de su madre de otros olores ydel olor de otras mujeres; los niños criados con biberónno muestran ninguna preferencia por el olor de su propiamadre.

Fijación sólida

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desarrollo; unas veces por corto tiempoy otras por tiempo más largo. La segre-gación constituye para ellas una viven-cia emocional muy negativa, a menudoligada a estrés y miedo. Al medir el con-sumo energético en el cerebro de las críasseparadas, observamos que el sistemalímbico, en particular, operaba a mediogas (véase la figura 3).

Por razones éticas obvias no puedenrepetirse esos experimentos en huma-nos. Pero, tras la caída del telón de acero,pudo estudiarse la situación de huérfa-nos rumanos que habían vivido en con-diciones de abandono. Se corroboró enellos una similar falta de actividad en elsistema límbico frontal. Muestran tam-bién un déficit equivalente pacientes quesufren trastornos de atención, esquizo-frenia y violencia enfermiza.

Igual que habíamos hecho con lospolluelos, abordamos en los degús loscambios operados en las sinapsis en elcurso del tiempo. Si las crías se de-sarrollan en el seno familiar, junto a suspadres y hermanos, al principio se incre-mentan en el córtex cingular frontal lassinapsis espinosas, cuyo número va luegodisminuyendo paulatinamente. Si, porel contrario, a las crías se las separa unaspocas horas de sus padres en la primerasemana, tienen después en esa región delcerebro casi una vez y media más detales sinapsis. La situación recuerda lade los polluelos sin posibilidad deimpronta filial. También en este casoparece, pues, que la experiencia desa-gradable ha bloqueado la escarda desinapsis o, al menos, la ha retrasado enel tiempo.

Pero la privación emocional no só-lo acarrea una sobreabundancia de si-napsis. El córtex cingular frontal de losanimales con carencias emocionalespresenta muchas menos sinapsis de ca-ña. Se trata de un tipo de conexiones si-nápticas que se fijan directamente en lasprolongaciones nerviosas que reciben laseñal y que, a diferencia de las espino-sas (casi exclusivamente excitadoras),pueden ejercer también un efecto in-hibidor. Así pues, por la separación delos padres se aplaza el equilibrio entrelos tipos de sinapsis y las conexionesexcitadoras.

Otras partes del sistema límbico cam-bian también en función de la experien-cia emocional. Mencionemos:

� el nucleus accumbens, que intervieneen la génesis de las pasiones;� la amígdala, que es el centro del miedoy la agresión;� el hipocampo, o puerta de entrada deinformaciones en la memoria.

Tales alternativas sinápticas puedentener resultados muy distintos según laregión del cerebro. Alargo plazo, el equi-librio entre las regiones límbicas delcerebro puede alterarse radicalmente conconsecuencias imprevisibles para la esta-bilidad psíquica posterior.

Además, se desnivela la concentra-ción de neurotransmisores, en especialdopamina y serotonina. Estas dos sus-tancias regulan el procesamiento cerebralde las emociones. En muchos trastornospsíquicos de humanos se encuentran de-sestabilizados tales neurotransmisores.De acuerdo con nuestros resultados entrelos degús con carencias emocionales, sealteran tanto la cantidad de fibras ner-viosas que producen dopamina o sero-tonina como también la densidad de lasmoléculas receptoras pertinentes. A lostres días sólo después de unas pocas ycortas separaciones aumentan, en partesdel sistema límbico, los receptores dedopamina y serotonina.

Todos estos cambios biológicos en elcerebro deberían repercutir de un mododirecto en la conducta social y en elaprendizaje posteriores y originar, talvez, trastornos psíquicos. A tenor de losprimeros resultados obtenidos en inves-tigaciones que se están llevando a cabosobre el comportamiento de los degús yratas de laboratorio privados del con-tacto paterno, se confirmaría dicha hipó-tesis. Cuando los animalitos aterrizan enun entorno extraño, empiezan a explo-rarlo con una actividad corporal febril.Su reacción al reclamo materno es, ade-más, mucho menor.

A primera vista estas alteraciones delcomportamiento se asemejan asombro-samente a los síntomas de los niños quepadecen hiperactividad y falta de aten-ción. ¿Podría este comportamiento excén-trico en los humanos tener también lamisma causa, es decir, la segregacióndel núcleo familiar? Sería posible. Al finy al cabo, las vivencias emocionalesdeberían influir en el desarrollo del cere-bro de los neonatos humanos igual quelo hace en los animales. También en elloslos cambios sinápticos en los circuitosemocionales límbicos perturban las car-gas psíquicas.

Consecuencia dramática de estas cone-xiones erróneas en el cerebro: una redneuronal conectada en falso que puedeprovocar desde trastornos comporta-mentales y de aprendizaje hasta enfer-medades psíquicas. Ahora bien, en lamedida en que estas relaciones se vayanaclarando, podrán quizá los científicosvalerse de la capacidad de adaptación delcerebro para corregir los desarrollos erró-neos. Llegado ese momento, los mediosde comunicación no sólo informarían delos trastornos psíquicos, sino tambiénde nuevos métodos de ayudar a los afec-tados.

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3. EFECTO FAMILIAR. El metabolismoen el cerebro frontal de una cría de degúes más activo cuando está con la familia(arriba) que cuando se le ha separado deella (abajo). La parte izquierda de ambasimágenes ofrece el diagrama original; laderecha, las coloraciones respectivasen las que se puede apreciar la actividadmetabólica (en una escala creciente desde elrojo, pasando por el amarillo, verde y azul, hastael violeta).

KATHARINA BRAUN y JÖRG BOCK inves-tigan en el instituto de Neurobiología de lafacultad de ciencias de la Universidad Ottovon Guericke de Magdeburg.

VOM SÄUGLING ZUM KLEINKIND. NATUR-GESCHICHTE DER MUTTER-KIND-BEZIEHUNGEN

IM ERSTEN LEBENSJAHR. R. A. Spitz. Klett-Cotta; Stuttgart, 1996.

KLINISCHE BILDUNGSFORSCHUNG -THEORIEN

-METHODEN -ERGEBNISSE. Dirigido por B.Strauss, A. Buchheim, H. Kächele.Schattauer; Stuttgart, 2002.

Bibliografía complementaria

JÖRG

BO

CK

Page 84: Mente y Cerebro 05. Pensamiento y Lenguaje

Petra Stoerig

De repente, Juanito ha desapa-recido del bar. Estaba ahí, sen-tado en el taburete de al lado.Tampoco aparecen ni el ta-

burete, ni la lámpara que colgaba sobreel mismo. Pero no es cierto. Juanito si-gue ahí, sentado en su taburete. ¿Qué haocurrido? Simplemente que ha cambiadoel campo de visión del observador; depronto, ha perdido la mitad del campode visión.

De estos síntomas suele ser responsa-ble un ataque de apoplejía, una interrup-ción del riego sanguíneo hacia una zonadel cerebro. Si el ataque afecta al córtexvisual primario, los pacientes lo experi-mentan exactamente igual que unaceguera por pérdida o lesión de los ojos.Aquí, sin embargo, los ojos siguen fun-cionando. Puesto que la mitad izquierday la mitad derecha del campo visual setratan, una independiente de la otra, enel hemisferio cerebral opuesto, respec-tivamente, en un ataque de apoplejía queafecte a un solo lado desaparece unamitad del campo visual: se origina loque llamamos ceguera lateral (véase elrecuadro �¿Por qué es �ciega� la visióna ciegas�).

Por sorprendente que parezca, talespacientes pueden recibir estímulos en elcampo visual ciego, aunque de fomainconsciente. El progreso de la investi-gación reciente abre la esperanza a que

los afectados, encauzados, ejerciten esacapacidad. Más aún: tras un entrena-miento oportuno, podría incluso resta-blecerse, en parte, la capacidad de verconscientemente.

Los logros visuales en las zonas �cie-gas corticales� del campo visual se des-cubrieron a través de experimentos conmonos y otros animales. Los simios,incluso tras la extirpación quirúrgica delcórtex visual, pueden aprender a volvera agarrar objetos. Parece, pues, que lasinformaciones ópticas siguen llegandoal sistema visual; al fin y al cabo, los ojosy los nervios ópticos no dejan de fun-cionar pese a la ceguera del córtex. Elnervio óptico lleva las señales desde elojo hasta una decena de grupos distin-tos de células nerviosas de regiones cere-brales profundas, el llamado sistemaóptico subcortical. Desde ahí las seña-les llegan no sólo al córtex visual, sinotambién a otras zonas de destino, delinterior de la corteza y por debajo de lamisma.

Hace unos treinta años Ernst Pöppel,hoy en la Universidad de Múnich, yLawrence Weiskrantz, de Oxford, ini-ciaron la investigación en humanos.¿Podían éstos emplear tales caminossuplementarios de información? Rogarona los pacientes con ceguera lateral quereaccionaran en su campo ciego ante es-tímulos luminosos. Debían señalar conla mano dónde sospechaban que estaba laseñal o dirigir la mirada hacia ella.

Aunque no tenían conciencia de ver laseñal, y sólo podían barruntar algo de suvisión, muchos resolvieron correcta-mente la tarea. No perdían la capacidadde percepción visual, sino la vivenciaconsciente de la misma. Weiskrantz ysus colaboradores bautizaron este fenó-meno como �ver a ciegas�.

Los monos no cazan ratonesEn cualquier ensayo, adivinar es algoque a los voluntarios suele incomodar.Andando el tiempo, se han ideado otrosprocedimientos indirectos que, en parte,han resultado incluso más sutiles. Conuno de estos sistemas, Silke Jörgens hahallado, en nuestro laboratorio de laUniversidad de Düsseldorf, que los cie-gos laterales pueden establecer una co-nexión de contenidos de los objetos pre-sentados en el campo ciego con los vistosconscientemente.

Jörgens se valió del efecto impronta:reconocemos con mayor rapidez las cosassi poco antes nos hemos encontrado conobjetos similares. A los voluntarios, lapsicóloga les presentaba, en el campo devisión sano, dibujos de animales y de ali-mentos, para que los clasificaran en cate-gorías coherentes. Con breve antelaciónles había ofrecido, en el campo dañado,otro estímulo; a saber, o bien el mismodibujo (otro objeto de una de las doscategorías) o un garabato no figurativo.

Algunos pacientes categorizaron conmás rapidez los objetos visibles para

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Ver a ciegas Aunque un ataque de apoplejía pueda cegar, en la mayoría de los casos siguen

llegando informaciones, si bien inconscientemente, de los ojos al cerebro.

Y un día las imágenes quizá logran encontrar el camino de la conciencia

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ellos, si antes se les había mostrado, enel campo ciego, el mismo objeto u otroque guardaba una estrecha relación decontenido con él. Por ejemplo, si al sujetose le presentaba en el campo ciego unratón, elegía rápidamente como animalal gato que se le había presentado en elcampo sano; pues todos sabemos que losgatos cazan ratones. Por el contrario, elmodelo abstracto o una imagen sin rela-ción de contenido con el objeto a clasi-ficar no suscitaban el efecto impronta.Así, un ratón presentado en el campociego no influía en la velocidad de reac-ción al categorizar un mono.

Tony Marcel, de la Universidad deCambridge, obtuvo resultados simila-res. Halló que se interpretaba de distintamanera una palabra ambigua presentadaen el hemisferio sano �por ejemplo,�banco�� según apareciera en el hemis-

ferio ciego �dinero� o �parque�. Por tan-to, el cerebro no sólo puede hospedarinconscientemente informaciones, sinoque las puede procesar con sentido.

Con todo, este �ver a ciegas� no surgeautomáticamente tan pronto como lalesión cerebral ha destruido la visiónconsciente. Si fuera así, todos los pacien-tes investigados deberían poseer tal capa-cidad. Pero no ocurre así. La visióninconsciente se ha de aprender. Y hay unexperimento que muestra la curva deaprendizaje. El paciente había de decirsi en su campo de visión ciego se le aca-baba de mostrar una espiral azulgrana ono. Después de más cien pasadas mejo-

raba los aciertos: subía de un cincuentapor ciento (que es el porcentaje de aciertoaleatorio) al ochenta por ciento.

Parece, además, que las competenciasaprendidas en este ejercicio pueden tras-ladarse a otras tareas similares. Los suje-tos distinguían mejor, en una pruebasiguiente, entre una espiral parada y otraque giraba sobre su eje. Por regla gene-ral, rige que el coeficiente de aciertoscrece tanto más lentamente cuanto másdifícil es la nueva tarea. Aunque se ignorasi se da, en principio, un límite de difi-cultad a partir del cual ya no es posibleresolver las tareas sin la participación dela visión consciente.

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1. UNA MIRADA CINEMASCOPICA AMENAZADA. Por un ataque de apoplejía en elhemisferio izquierdo se pierde la visión consciente de los objetos situados en el campode visión derecho; por ejemplo, no veríamos al hombre con el anorak amarillo.

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Las observaciones de la conducta demonos ciegos corticales demuestran hastaqué punto puede aprenderse la �visión aciegas�. Sirvan de prueba las investiga-ciones que viene realizando desde losaños setenta Nicholas Humphrey, en laUniversidad de Cambridge. A diferen-cia de otros etólogos, Humphrey observódurante muchos años a Helen, una mona;no sólo en las situaciones típicas de loslaboratorios, sino también en un ambientenatural. Esta ampliación de su mundo per-mitió a Helen desarrollar una buena

�visión a ciegas� espacial. Pese a la ce-guera cortical en ambos hemisferios, eracapaz de rodear los obstáculos y reco-ger la comida. Se requería, sin embargoque los objetos fueran opacos (véase lafigura 3); por ello, Helen no pudo evi-tar una pared de plexiglás. Al parecer seorientaba visualmente, a pesar de suceguera.

¿Qué pasa en el cerebro con la �visióna ciegas�? Para tratar de aclarar estacuestión, se recurre cada vez más a lastécnicas de formación de imágenes. Estas

hacen visible la actividad cerebral durantela resolución de tareas mentales y per-ceptivas. Así, la tomografía de resonan-cia magnética funcional (TRMf) apro-vecha la circunstancia de que el contenidode oxígeno en la sangre aumenta allídonde las células cerebrales están másactivas.

Por las mediciones se aprecia que elpaciente con ceguera lateral recibe estí-mulos visuales tanto en el campo visualnormal como en el ciego, mientras sefija en un punto intermedio. En las tomo-

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En condiciones normales, el campo de visión del ser humanosuele alcanzar, en horizontal, al menos 180 grados.A partirdel cruce de los nervios ópticos, el hemisferio cerebralizquierdo procesa la luz que incide en el campo de visiónderecho de ambos ojos y, a la inversa, el hemisferio cere-bral derecho procesa todo lo que se encuentra a la izquierdadel eje de fijación. La mayoría de las fibras nerviosas se diri-gen al cuerpo geniculado y, desde aquí, al córtex visual pri-mario en el lóbulo occipital. Si un ataque de apoplejía des-conecta la parte que está tras el cruce de nervios ópticosde la vía óptica, el afectado pierde de repente la visión enla mitad de su campo de visión del lado opuesto y, por

cierto, en ambos ojos. Su imagen normal de gran angularse ve reducida a la mitad, y la mitad que falta desaparece.Además, las fibras nerviosas cursan desde el ojo hasta deter-minadas zonas por debajo de la corteza cerebral que, porsu parte, directamente o a través de otros puntos de con-trol, envían señales de entrada desde la retina a las áreassuperiores del córtex visual. Pero en el caso de los ciegoscorticales, estas regiones cerebrales no sólo reciben des-pués informaciones, si los segmentos anteriores de las víasópticas aún siguen intactos, es decir, si el ataque de apo-plejía ha excluido directamente el propio córtex visual pri-mario o una zona cerebral.

Por el cruce al córtex visual

CORTEX VISUAL PRIMARIO

NERVIO OPTICO

CRUCE DEL NERVIO OPTICO

CUERPO GENICULADO

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grafías se distinguen, con bastante cla-ridad, los patrones de activación de-sarrollados por el hemisferio sano y losdel hemisferio dañado. El estímulo, porejemplo, activa, en la mitad normal delcampo de visión, el córtex visual pri-mario (abreviado, V1) del hemisferiocerebral sano; esa zona deja de reaccio-nar en la parte dañada.

Con la ayuda de la TRMf, los inves-tigadores pueden acercarse más a lascapas superiores del córtex visual, laszonas que elaboran las informacionesque parten del córtex visual primario.Estas áreas de distribución, que rodeanen la región occipital al V1 por todaspartes y desde allí se extienden haciaadelante, se ocupan de diversos aspec-tos relacionados con la visión: movi-mientos, profundidad, color o forma.

Hace ya unos diez años Hilary Rodmany Charles Gross, de Princeton, descu-brieron en monos �y poco después Se-

mir Zeki (University College de Londres)también en los humanos� un fenóme-no sorprendente: en contraposición al cór-tex visual primario, las zonas superio-res reaccionan en el hemisferio cerebraldañado (si bien la mayoría de las veces,poco) ante un estímulo en el campo visualdefectuoso. Se descubrió en el área cere-bral hMT+, que analiza los movimien-tos. Al parecer, las informaciones visua-les no sólo cursan por el córtex visualprimario dañado, sino que pueden ro-dearlo y alcanzar las regiones cerebra-les superiores. Según el tipo de estímulo,reaccionan también las otras zonas delcórtex visual conectadas; por ejemplo,las que elaboran colores y formas.

Estación de destino:rehabilitaciónCuán activas sean estas áreas dependedel tiempo durante el cual han ejerci-tado los pacientes la �visión a ciegas� y

del éxito alcanzado en ello. Así, en viden-tes a ciegas experimentados apenas si sediferencia la actividad de su hMT+ enla mitad cerebral dañada de la parteopuesta (véase el recuadro �Efecto acu-ñado de aprendizaje�). Si un pacienteaprende a �ver a ciegas�, cambia elmodelo de activación en el hemisferiodañado: las señales aferentes, que rodeanel córtex visual primario, se vuelven másvigorosas.

Les interesa a los propios afectadosconocer las posibilidades de recupe-ración de la visión consciente. La me-jor oportunidad la tiene el paciente queingrese en la clínica en cuanto advier-ta una merma del campo de visión. Sise le atiende con rapidez adecuada-mente, puede recuperar el tejido dañado.Con ello retorna también la visión cons-ciente.

Sin embargo, los pacientes no suelenreaccionar con la rapidez requerida, por-

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TH

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2. LENTA RECUPERACION. A lo largode unos veinte años la ceguera corticalabsoluta del campo de visión derecho(negro) de este paciente ha idodisminuyendo de forma paulatina. Losdistintos tonos de grises indican cómomejora la competencia visual desde unazona relativamente ciega (en la partesuperior y en la inferior) hasta casi alcanzaruna visión normal.

A la pregunta de por qué la visión a ciegas es, después detodo, ciega, es decir, inconsciente, los investigadores tien-den a responder con dos posibles razones que presumible-mente son complementarias: la carencia de señales aferen-tes y la falta de proyecciones de retorno.La última consideración tiene su origen en el hecho de quelas zonas superiores del córtex visual deben devolver, trasprocesarlas, las informaciones que reciben del córtex visualprimario, otra vez al córtex visual primario para posibilitaruna reproducción consciente. En el sistema óptico se hanencontrado muchas conexiones nerviosas que vuelven haciaatrás. Con todo, todavía está poco claro para qué sirvenestos retornos de las conexiones nerviosas. Su tarea esen-cial podría consistir en hacer conscientes las impresionesvisuales, siendo el córtex visual primario la “pantalla” dondese proyectan. Pero, según nuestros experimentos, puede vol-ver a ser posible una visión consciente sin el córtex visualprimario. Mas, dado que en estos casos las retroproyeccio-nes ya no pueden llegar al dañado córtex visual primario,la hipótesis no puede explicar todos los diagnósticos.Cabe otra explicación: para formar una imagen consciente

las zonas cerebrales superiores necesitan señales aferen-tes desde el córtex visual primario.Una posible razón seríaque debe preprocesar estas informaciones procedentes dela retina. Bien es verdad que las zonas superiores del cór-tex visual reciben señales marginales de áreas cerebralesprofundas subcorticales. Pero según la segunda hipótesis,éstas no pueden reemplazar del todo a las informacionesprocedentes del área primaria, en particular porque, trasel ataque del córtex visual primario, llegan muchas menosseñales de entrada a las zonas corticales superiores. En elcaso de que la visión consciente dependa del número eintensidad de las señales que entran en las zonas supe-riores del córtex visual, una excitación suficientementefuerte de estas zonas debería poder reestablecerla. Queinmediatamente después de un ataque de apoplejía pue-den presentarse alucinaciones en los campos de visión deuna ceguera cortical indica que es posible una visión cons-ciente, si bien irreal, incluso sin córtex visual primario.Todo ello, como también nuestro primer éxito en la recu-peración del campo de visión en casos de ceguera corti-cal, habla en favor de esta consideración.

¿Por qué es “ciega” la visión a ciegas?

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que desconocen la causa de la pérdidade visión de un lado y la atribuyen alrepentino deterioro de un ojo. Si el ictusse descubre demasiado tarde, el tejidocerebral ya está muerto. A estos pacien-tes sólo les queda la rehabilitación. Enella aprenden, en la mayoría de los casos,a compensar la limitación del campo devisión con movimientos de cabeza o deojos hacia la parte ciega. De esta manerareducen al menos el peligro de chocar.Pero el campo de visión afectado sigueciego; así al menos lo sostiene la orto-doxia actual.

En los últimos años, nuevos enfoquesterapéuticos han dado un primer paso enotra dirección. Erich Kasten y sus cola-boradores, de Magdeburg, se proponenreducir el área ciega con una estimula-ción dirigida en las zonas limítrofes delcampo de visión afectado. Por este medioconsiguen, al menos en algunos pacien-tes, que la parte del campo de visióncapaz de ver se amplíe angularmente envarios grados. Parece que el entrena-miento alienta a las células nerviosasque se hallan en la zona gris entre lostejidos que son capaces de funcionar ylos destruidos y, por tanto, afectados,pero que aún no están muertos. Con todo,la máxima mejora posible depende decuán amplia sea esta zona de transición.Si la necrosis del córtex visual primarioes total, la terapia no da resultado.

Con nuestro enfoque, intentamos entre-nar, de una forma sistemática, en la�visión ciega� a los pacientes ciegos cor-ticales. En el programa de ejerciciosaprenden a reaccionar en el campo devisión ciego ante diversos estímulos, adescubrirlos, a distinguirlos y a dar conellos con la mano. Después de algunassesiones de entrenamiento, la vida coti-diana de los afectados se beneficia tam-bién de los progresos en el aprendizaje:la mayoría de los pacientes se muevecon una creciente seguridad y hay inclusoquien se arriesga a volver a montar enbicicleta.

Vuelta a la visión conscientePero lo más sorprendente es que en algu-nos de nuestros pacientes, que se hanentrenado con intensidad desde hace añosen la �visión ciega�, retorna paulatina-mente la percepción consciente. Comoprimer indicio pueden, la mayoría de lasveces, volver a reconocer en muchoslugares del campo ciego estímulos lumi-nosos llamativos; si bien a menudo muchomenores y más oscuros que en el camponormal. Posiblemente se encuentre, enla base de este fenómeno, una reorgani-zación ardua del sistema óptico. Sóloporque pudimos estudiar durante muchosaños a los mismos pacientes, estábamosen condiciones de descubrir la mejoríade la visión.

Esta ceguera cortical �relativa� puedereducirse más adelante. Uno de nuestrospacientes sufrió en 1980, en un accidentede bicicleta, un traumatismo cráneo-encefálico grave, que le provocó una ce-guera lateral. Desde entonces ha en-trenado incansable su capacidad visualy, hoy, de la merma absoluta de su campode visión de entonces sólo queda unafranja horizontal comparativamentemenor. Por encima y debajo de ella tieneuna visión casi normal y puede distin-guir colores y formas (véase figura 2).

Con mucha paciencia y práctica los cie-gos corticales pueden, pues, volver aaprender la visión consciente. Si se lograhallar en la rehabilitación nuevos cami-nos de fomentar esta reorganización yde sacar un provecho óptico de la capa-cidad de adaptación del cerebro, quizápodrían un día todas las personas con esetipo de ceguera volver a ver el mundoen cinemascope.

86 Mente y cerebro 05/2003

3. BIEN ORIENTADA. La mona Helen,ciega cortical total, era capaz de moversesin problemas en el campo de pruebas,después de que había recopilado lasexperiencias de la visión a ciegas en elmundo tridimensional. La foto procedede una histórica grabación en vídeo.

PETRA STOERIG enseña psicobiología expe-rimental en la Universidad Heinrich-Heinede Düsseldorf.

BLINDSIGHT:A CASE STUDY AND IMPLICATIONS.L. Weiskrantz. Clarendon Press; Oxford;1986.

BLINDSEHEN. P. Stoerig en Klinische Neu-roophthalmologie, dirigido por A. Huber yD. Kömpf. Thieme; Stuttgart; 1998.

Bibliografía complementaria

En el sistema visual de un paciente ejercitado en la visión a ciegas, una espi-ral azulgrana que gira provoca un modelo característico de activación.Mientrasel córtex visual primario sólo reacciona en el hemisferio derecho sano, el áreahMT+, competente en los movimientos, reacciona también en el hemisferioizquierdo dañado. Zonas que están activas, por estimulación, en el campo devisión izquierdo sano, aparecen coloreadas de verde; de rojo, las del campoderecho de ceguera cortical; y de amarillo, las que reaccionan ante estímulosde ambos hemisferios del campo de visión. La imagen cerebral TRMf se ha“hinchado” para que se aprecien mejor las zonas de la corteza cerebral queestán en los surcos.

Efecto acuñado de aprendizaje

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hMT/V5

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Rüdiger Braun

Así describe una participantede una de las tantas ceremo-nias de vudú haitianas: �Elcompás, que hasta entonces

había requerido una atención insoporta-ble, se había ralentizado en un gradomás, con un ritmo de movimiento comode cámara lenta, de manera que mi con-ciencia tenía ahora tiempo de vagar deun sitio para otro. Qué maravilloso redo-blar de tambores, dirigirse hacia ellos y,todo eso, sin esfuerzo alguno.� Lo quehabía experimentado era un momentode trance, una situación entre la vigiliay el sueño, entre la actividad y la rela-jación; una condición en la que se des-dibuja la percepción corporal y parecedilatarse el tiempo.

Llámense curanderos, chamanes, bru-jos o gurús, no hay apenas sociedadhumana que no cuente con algunos exper-tos capaces de sumergirse en esos cam-pos misteriosos del extramundo. Se sir-ven de los trances para deslizarse en unpresunto universo de una dimensión des-conocida. Estos expertos del arrebato

esperan encontrar en ese lugar consuelo,sanación o la fusión con una fuerza supe-rior.

Erika Bourguignon, de la Universidadestatal de Ohio, analizó, en los años se-senta del pasado siglo, la bibliografíaespecializada sobre 488 culturas dife-rentes. En más del noventa por ciento delos casos encontró rituales ampliamenteextendidos, cuya finalidad consistía enalcanzar estados de conciencia simila-res al trance. El espectro, muy variado,va desde diferentes prácticas de medi-tación, pasando por la hipnosis y el arre-bato, hasta los cultos con ayuda de ladroga o el trance de la posesión, situa-ción ésta en la que aparentemente unespíritu extraño se apodera de un dan-zante.

Espíritus, danzas salvajes, tamboresatronadores, drogas alucinógenas, ¿cómopueden originar una acción sanadora?No extraña que durante mucho tiempola ciencia valorase estas ceremonias detrance como un vulgar engañabobos. Setrataba de algo carente de racionalidad,inaccesible a una criba analítica, esoté-rico o en el mejor de los casos exótico.

Unos decenios atrás, ningún científicoriguroso se hubiera jugado su prestigioen esas cuestiones. Pero el criterio ha idocambiando con el paso de los años. Unestudio de la Organización Mundial dela Salud acreditaba a las técnicas detrance etnomédicas aplicadas a enfer-medades psicosomáticas tanto éxito cura-tivo como a la moderna medicina aca-démica. Wielant Machleidt, catedráticode psiquiatría social en Hannover, ve in-cluso el origen de la las psicoterapia enlos ritos de trance de los chamanes.

De la hipnosis, una técnica de trancemuy difundida, se valen numerosos psi-coterapeutas. Liberado del cariz de looculto y de la imagen de atracción deferia, el tratamiento con hipnosis consi-gue a menudo progresos más rápidos quelos métodos del psicoanálisis clásico.Incluso hay dentistas que se sirven de lahipnosis para tratar sin anestesia a pacien-tes alérgicos o proclives a la ansiedad.En un estado de trance profundo se pue-den soportar imperturbablemente inclusodolores muy fuertes.

A través de una red internacional, sepretende ahora aplicar los métodos de la

Mente y cerebro 05/2003 87

Neurobiologíadel trance¿Funciona la hipnosis? ¿Tiene efectos curativos el estado de trance?

Esos fenómenos, aceradamente criticados, comienzan a atraer

la atención de la neurobiología

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psicología, la fisiología y la neurobio-logía modernas para descubrir el tras-fondo enigmático del trance. Dieter Vaitl,director del instituto de psicobiología yde medicina de la conducta de la Uni-versidad de Giessen, quien coordina,además, ese proyecto internacional, creeque la capacidad de llegar al estado detrance es una manera de reaccionar enel hombre tan normal como pudiera ser-lo el sueño, ya que la conciencia no esalgo físicamente delimitado, sino un pro-ceso dinámico. Entre la atención concen-trada y el sueño profundo hay toda unaserie de situaciones de conciencia en cu-yo campo de acción oscila la persona mu-chas veces a lo largo de un mismo día.

Casi todo el mundo ha experimentadoen alguna ocasión esos estados cam-

biantes: cuando una música rítmica nosabstrae y nos hace olvidar el tiempo;cuando ejecutamos mecánicamente acti-vidades rutinarias (conducir el automó-vil) o cuando nos hallamos sumergidosen la lectura de una novela fascinante ais-lados por completo del entorno. Las alu-cinaciones antes de dormirse no son nadatan extraño: uno cree que tropieza aun-que esté dormitando en el sofá, y reac-ciona sacudiendo involuntariamente laspiernas. O bien cree oír voces y se des-pierta, pero no encuentra a nadie en lahabitación.

Muchas culturas aprovechan tales esta-dos especiales de conciencia y los trans-forman en un verdadero arte. El hombreha desarrollado estimulantes físicos, psi-cológicos o farmacológicos para salir del

habitual mundo cotidiano y ver las cosascon otros ojos. Los indios mexicanos uti-lizan con este fin mezcalina, un alucinó-geno que se obtiene del peyote. En Africase provoca el trance con música y danzasrítmicas. Los monjes tibetanos, por elcontrario, se sumergen en el silencio y enla inmovilidad: se concentran en repetirmonótonamente unas palabras y practi-can técnicas de respiración que dismi-nuyen el contenido de dióxido de car-bono en la sangre, lo que puede llevardesde estados similares a la ebriedad has-ta el desvanecimiento. Nuestra sociedadoccidental, marcada por la racionalidad,prefiere la hipnosis terapéuticamente con-trolada como instrumento del trance.

Aunque se trate de métodos muy dis-tintos pueden producir percepciones yefectos similares en el cuerpo, efectos ypercepciones que pueden tener caracte-

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1. DESINHIBICION ABSOLUTA.Participante de una ceremonia de vudú en Haití.

Page 91: Mente y Cerebro 05. Pensamiento y Lenguaje

rísticas muy diferentes según la honduradel ensimismamiento. La experienciadel trance va casi siempre unida a unaprofunda relajación, a un sentimientodel dejarse llevar. El pensamiento setransforma; se acentúan los sentimien-tos. Casi siempre predomina un deter-minado aspecto de la percepción, mien-tras que los demás quedan desconectados.Vaitl explica que, con las técnicas deautorrelajación, la mera concentraciónen una mano, por ejemplo, puede pro-vocar la sensación de que la extremidadcrece en relación con el cuerpo o se sepa-ra de él.

Trance en el balancínTambién es muy característica la sensa-ción de perder el control sobre sí mismo.Cambia la imagen que uno tiene de supropia persona. A mayor profundidaddel trance se difuminan los límites entreel sujeto y el objeto, entre lo interior ylo exterior, entre el yo y el mundo circun-dante. Sujetos experimentados en situa-ciones de trance informan de esa sensa-ción de extenderse y de fundirse con elmedio. Ocasionalmente percibían tam-bién en ese estado colores y sonidosintensos o escenas complejas

Vaitl y Ulrich Ott se centran en los efec-tos de las técnicas de trance rítmicas, esdecir, los efectos en el cuerpo de las dan-zas de trance y del sonido de los tam-bores. De entrada, hay que obtener datosde laboratorio comparables, pues cadauno baila de manera individual y muydiferente. (Un problema nada fácil.) Paraestimular rítmicamente los cuerpos dediferentes probandos en la medida mássemejante posible, Vaitl y Ott desarrolla-ron una tumbona basculante, controladapor un mecanismo electrónico. En ella

los voluntarios se balanceaban con deter-minadas frecuencias.

Se trataba de conocer el efecto ejer-cido en el cerebro por un movimiento cor-poral rítmico, muy sencillo. Se instruyóa los voluntarios que se relajasen, aun-que despiertos y con los ojos abiertos.Mientras los participantes se columpia-ban en el balancín, se registraba su acti-vidad cerebral en electroencefalogramas(EEG), se medía con una cámara de vídeoel diámetro de sus pupilas y se contro-laba su ritmo cardiaco y frecuencia res-piratoria.

Ya al cabo de pocos minutos, cam-biaba de manera llamativa la actividadcerebral de la mayoría de los partici-pantes. Mientras que en las personas des-

piertas con los ojos abiertos predominala actividad eléctrica a una frecuencia deentre 14 y 32 hertz �las llamadas ondasbeta� en los probandos subidos al balan-cín las oscilaciones eléctricas caían auna frecuencia de 3 a 7 hertz. Estas ondastheta se hacen presentes generalmenteen el momento de conciliar el sueño yrevelan la disminución de la atención.Muchos voluntarios informaban que lesresultaba bastante difícil quedarse des-piertos: se deslizaban a situaciones agra-dables y casi olvidaban dónde se encon-traban.

John Gruzelier, del Colegio Imperialde Medicina, cosechó resultados seme-jantes con mediciones de EEG en volun-tarios hipnotizados. Además, observó

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3. MEDICINAS ALTERNATIVAS.En muchos ámbitos culturales, como porejemplo aquí en Nepal, se tratan lasenfermedades con rituales de chamanes.

2. EN EL COLUMPIO. Con este balancíncontrolado por un mecanismoelectrónico, Dieter Vaitl y Ulrich Ott seproponen descubrir el modo en que losmovimientos rítmicos corporales actúansobre el cerebro.Y para ello miden nosólo la actividad eléctrica cerebral de losvoluntarios, sino también la dilataciónde sus pupilas, el ritmo cardíacoy la frecuencia respiratoria.

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una disminución drástica de la actividadcerebral en el lóbulo frontal izquierdo,es decir, en el área responsable de la pla-nificación de la acción y del control lin-güístico. Muchos psicólogos y neuro-biólogos consideran esta área la sede dela conciencia del yo.

Por el contrario, el hemisferio cere-bral derecho, encargado de la imagina-ción y de los procesos creativos, estabamás activado que en los momentos pre-cedentes. Lo que explica, según Gruze-lier, que las personas hipnotizadas ten-gan dificultades en la fluidez de laexpresión verbal, a la hora de tomar deci-siones o de manifestar sus críticas.

En las series experimentales de Giessense desplazó en los probandos el modelode ondas cerebrales, sobre todo con unafrecuencia de oscilación de 0,1 hertz:seis ciclos de balanceo por minuto. Losmovimientos de balanceo más rápidos omás lentos producían efectos más dé-biles. Lo que quiere decir que determi-nados ritmos están especialmente in-dicados para desencadenar cambios deconciencia. Por lo que no sorprende que,en el caso de los ritos de danza y de tam-bores, existan en todo el mundo especia-les ritmos de trance muy similares.

Melinda Maxfiel, de la FundaciónArrien en Los Angeles, descubrió que unsonido de tambor monótono, uniforme,de cuatro golpes y medio por segundo,promueve el tránsito del cerebro desdelas ondas beta hacia las theta. Estos datosno sólo corresponden exactamente alritmo con el que muchos chamanes ini-cian sus viajes de trance, sino que sonlas ondas cerebrales las que se despla-zan también en el estado theta con esafrecuencia. Parece que en este caso hay

una perfecta sincronización entre el cere-bro y los golpes de tambor.

El cerebro entre dos lucesPero, ¿cómo puede influir un movimien-to rítmico como el balanceo o la danzaen el estado de actividad del cerebro? ParaVaitl y Ott, la clave se escondería en losiguiente: los movimientos oscilatoriosdesplazan la sangre en el cuerpo de susprobandos, fenómeno que a su vez activalos receptores barométricos, encargadosde regular, a través del pulso, el abas-tecimiento sanguíneo del cerebro. En laposición con la cabeza hacia abajo dis-minuye el ritmo cardíaco; en la posturacontraria, aumenta. Eso significa queexiste una sincronización del ritmo car-díaco con el ritmo del balanceo. Después,la respiración se acompasa al tacto y sehace más profunda y regular. En últimotérmino, esa sincronización del orga-nismo a través de los receptores baro-métricos sumergiría al cerebro en unaespecie de estado crepuscular.

Pudiera ser que con la danza el meca-nismo funcionase de manera similar, conla salvedad de que el danzante puedeinfluir con sus movimientos en la esti-mulación de sus receptores barométri-cos. Para corroborar su hipótesis, elequipo de Giessen estudia actualmentea danzantes de la escena tecno con ayudade un sistema de medición portátil y conmando a distancia, que les permite reco-ger datos sobre frecuencia respiratoria,presión sanguínea y actividad cerebral.Algunos resultados provisionales indu-cen a pensar que los bailarines, ya desdeel principio de un festival de música ybaile tecno, se encuentran, sin tomar dro-gas, en un estado parecido al trance, que

se corresponde más o menos con el delos probandos del balancín o los del gol-pear hipnótico del tambor. Y en mediodel baile se profundiza todavía más enese estado de trance.

Se busca respaldo también en moder-nos sistemas de formación de imágenespara investigar los procesos cerebralesdurante el estado de trance provocado rít-micamente. Abrieron esa senda DavidSpiegel y su grupo, de la Universidad deHarvard. Hace cuatro años estudiaron apacientes hipnotizados con ayuda del to-mógrafo de emisión de positrones (TEP).Con esta técnica se puede detectar casial milímetro un aumento de la circula-ción sanguínea en determinadas áreas yestablecer así qué regiones del cerebromuestran particular actividad durante lahipnosis.

El equipo de Harvard se sirvió de un re-finado experimento para esclarecer si laspersonas hipnotizadas se encontrabanrealmente en otro estado de conciencia osi quizá sólo simulaban esta vivencia. Alfin y al cabo, no todo el mundo es hipno-tizable. Las personas dotadas para fanta-sear y que pueden desplegar sin esfuerzoimágenes en su interior llegan con másfacilidad al estado de trance que las quese relajan con dificultad por miedo a per-der el autocontrol. A los probandos se lesdio la instrucción, durante la hipnosis, depercibir imágenes de colores solamenteen tonos grises. Donde se había conse-guido la hipnosis total, las regiones cere-brales responsables de percibir los colo-res aparecían menos irrigadas. Pero si nocambiaba la actividad cerebral allí, esapersona fingía ver tonos grises aunque enrealidad los percibía de colores.

Catherine Bushnell y Pierre Rainville,de la Universidad McGill de Montreal,

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4. HIPNOTIZADO. En las culturasoccidentales el trance les ayuda a losniños a quitarles el miedo de la temidavisita al dentista.

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avanzaron un paso más. Se propusieronaveriguar cómo se puede influir en lasensación de dolor de alguien en estadode hipnosis. Mientras controlaban lasmediciones con el TEP ordenaban a losprobandos hipnotizados sumergir la manoen una palangana con agua hirviendo, yles sugerían después que el líquido teníauna temperatura agradable. Los pro-bandos, impasibles, dejaban su manodentro del agua, pese a que, despiertos,la hubiesen retirado enseguida. Unica-mente cuando les dijeron que el líquidoestaba a una temperatura insoportable-mente caliente reaccionaban en conse-cuencia.

Los datos de las mediciones arrojabanlos mismos resultados en todos los par-ticipantes. La transformación sugestivainfluía decisivamente en la actividad dela parte anterior del giro cingular, zonadel cerebro que enlaza las percepcionescon las sensaciones y controla la inten-sidad de los sentimientos. Cuanto, debidoa la sugestión del hipnotizador, más altase sentía la temperatura y, por ende, eramás intenso el dolor, tanto más activaera esa región cerebral.

Algunos neuroteólogos creen haberdado con las causas de las vivencias reli-giosas asociadas a un estado de tranceprofundo. Pretenden, en efecto, explicarhasta el último detalle las bases neuro-nales de la religiosidad con métodos pro-pios de las ciencias experimentales.Andrew Newberg, de la Universidad dePennsylvania, investigó, con ayuda dela tomografía computarizada de emisiónde un solo fotón (TCEF), a monjas cla-risas y a budistas, que contaban con unaexperiencia meditativa de decenios.

A las voluntarias, conectadas con eltomógrafo por ordenador, se les habíaindicado que tirasen de una pequeñacuerda en cuanto notasen que llegabanal trance o que se alteraban sus sensa-ciones de tiempo y espacio. Después deponer en marcha las mediciones con TCEFllegaron al siguiente resultado: durantelas vivencias de trance está más activoque en otras circunstancias el lóbulo fron-tal, zona cerebral que tiene entre otrasla función de dirigir la concentración y laplanificación de la acción. Por el contrario,la actividad de las neuronas quedaba fuer-temente reducida en el lóbulo parietal

derecho, responsable de la percepcióndel movimiento así como de la orienta-ción en el tiempo y en el espacio. SegúnNewberg, el lóbulo parietal es tambiénla región cerebral en la que el hombre pro-yecta la imagen de sí mismo.

Espíritu puro, incorpóreoCon ello el investigador había retratadocon fidelidad las experiencias de las quele informaban sus voluntarias: estar total-mente despiertas y concentradas y sen-tir al mismo tiempo que el cuerpo se di-lata y se hace uno con el cosmos. Newbergespecula que si la actividad del lóbuloparietal disminuye durante el estado detrance, se pierde el acceso a la percep-ción del cuerpo, con lo que el meditantetiene la vivencia de ser un puro espírituincorpóreo. Además, la meditación des-plaza también la actividad en el sistemalímbico, área cerebral que enlaza per-cepciones y pensamientos con sensa-ciones. Y Newberg concluye que ésapuede ser la explicación de las fuertesemociones vividas durante los arroba-mientos extáticos y representa quizá tam-bién el estímulo para buscar tales si-tuaciones.

Michael Persinger, de la UniversidadLaurentina de Sudbury, supone que al-gunas transformaciones en los lóbulostemporales del cerebro pueden ser el ori-gen de vivencias extáticas. En sus expe-rimentos reclama la intervención exte-rior de intensos campos magnéticos sobrelas correspondientes zonas craneales delos probandos para así desencadenar enellos vivencias de trance. Algunos tie-nen la sensación de estar flotando, otros

se sienten asaltados por multitud de imá-genes y visiones o experimentan la pre-sencia de un poder invisible. El hechode que el lóbulo temporal esté implicadoen estados de transformación de la con-ciencia avala y completa los resultadosde investigadores del trance como Gru-zelier. Pues esta zona cerebral no sólocumple la misión de entender el len-guaje; también reconoce objetos, figu-ras y rostros y relaciona todo ello enescenas plásticas. Podrían surgir visio-nes a partir de la conjunción errónea deelementos visuales.

Es posible que se tengan que activarsimultáneamente varias regiones cere-brales para que se produzca el trance. Yase han identificado algunas de las regio-nes implicadas. Pero ahora la investiga-ción se enfrenta a un gran reto: sabercómo encajan las piezas del mosaico.Cuando se logre, entenderemos qué eslo que pasa realmente en una ceremoniade vudú o una sesión de hipnosis.

Mente y cerebro 05/2003 91

ZEN AND THE BRAIN. TOWARD AN UN-DERSTANDING OF MEDITATION AND CON-CIOUSNESS. J. H. Austin. MIT Press; Cam-bridge, 1999.

TRÄUME, TRANCE UND KREATIVITÄT. G.Schütz. Junfermann; Paderborn, 1999.

TRANCE, SCHARLATANE UND SCHAMANEN.DIE PSYCHOLOGIE AUSSERGEWÖHNLICHER

BEWUSSTSEINSZUSTÄNDE. J. Büttner. BoDGmbH.; Norderstedt, 2001.

Bibliografía complementaria

AG

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CU

S

5. PASO ACOMPASADO EN LAMUSICA BEAT. En las fiestas tecno, laforma hasta hora más moderna del ritodel trance, bailan generalmente losjóvenes, con ayuda de drogas o sin ellas,hasta caer en trance.

Page 94: Mente y Cerebro 05. Pensamiento y Lenguaje

Christian W. Eurich

En la noche cerrada del bosque seoye un murmullo de hojas. Presto,un corto batir de alas y un grito de

muerte. La lechuza ha descubierto a unratón. Tras un raudo vuelo en picado leha dado caza. El lance se ha desarrolladoen la más absoluta oscuridad. La rapazse ha valido sólo de su oído. A lo largode la evolución, estas aves han llevadosu capacidad de orientación acústica auna perfección refinadísima.

Tal capacidad de identificación ha des-pertado el interés de los neurólogos.¿Qué procesos se desarrollan en el cere-

bro de la lechuza durante la caza noc-turna de ratones? ¿Por qué le permitenlocalizar la presa de forma tan precisasin recurrir a la vista? Pero no sólo lesatrae lo que ocurre, en ese momento, enlos circuitos de conmutación nerviosos.Puesto que las estructuras cerebrales queparticipan en este proceso son dema-siado complejas, resulta inverosímil quese hereden por entero. Tales estructurasdeben responder, en parte al menos, a unproceso de aprendizaje. Surge, inme-diata, una cuestión apasionante: de quémodo en este tipo de procesos de apren-dizaje las neuronas involucradas se vin-culan en redes especializadas y eficien-

tes. Expuesto con mayor generalidad:¿en qué consiste el proceso cerebral delaprendizaje?

Ya en 1949, Donald O. Hebb, psicó-logo canadiense, ofreció una respuestapionera al proponer que, cuando una neu-rona activa, de un modo reiterado, a otra,se refuerza la influencia de la primerasobre la segunda; se establecen, por ejem-plo, nuevos puntos de contacto entreambas, de suerte que, en la siguiente oca-sión, la primera neurona excitará a lasegunda con mayor intensidad. De estaforma, las células nerviosas podríanmodificar su sensibilidad de una maneraflexible y con ello contribuir a que unsistema nervioso adquiera capacidad deadaptación y de aprendizaje. En el apren-dizaje de Hebb, los cambios operados enel tejido nervioso sólo dependen de lasactividades de las células participantes;se trata, por ende, de un aprendizaje auto-organizado.

Cierto es que la propuesta de Hebbsno iba más allá de una de una interesantereflexión teórica. Pero en los años setentaquedó demostrado que por lo menos el

92 Mente y cerebro 05/2003

SYLLABUS

Sincronización y aprendizajeDonald Hebb, famoso psicólogo canadiense, describió, hace más de medio siglo,la autoorganización de las células nerviosas. Dio así los primeros pasoshacia el descubrimiento de las bases cerebrales del aprendizaje

TH

OM

AS

BRA

UN

CAMPO AUDITIVO

CAMPO AUDITIVO

a b

TRAYECTOS DE RETARDO

TRAYECTOS DE RETARDOTRAYECTOS DE RETARDO

TRAYECTOS DE RETARDODEL OIDO IZQUIERDO

DEL OIDO DERECHO

DEL OIDO IZQUIERDO

DEL OIDO DERECHO

1. COMPENSACION. Señales provenientes del oído izquierdo y derecho recorrentrayectos de retardo de diferente longitud y excitan determinadas neuronas delmesencéfalo (representado por un círculo en el dibujo). Si un ruido proviene de la derecha,llega antes al oído derecho que al izquierdo (a). Este lapso viene compensado por dostrayectos de retardo neuronales distintos, de modo que sólo en la célula nerviosamarcada en rojo se encuentran las señales de izquierda y derecha al mismo tiempo.Se activa así la neurona que indica el lugar del origen de la onda. Un ruido que seproduzca en el medio, excitará la otra célula nerviosa (b).

Page 95: Mente y Cerebro 05. Pensamiento y Lenguaje

Mente y cerebro 05/2003 93

hipocampo �región del cerebro a la quellegan las informaciones para la memo-ria de largo plazo� funcionaba deacuerdo con ese principio. Agrandes ras-gos, el experimento consistió en losiguiente: dos células nerviosas de esazona, enlazadas entre sí, recibieron almismo tiempo una descarga eléctricamediante electrodos que emitían un pulsoeléctrico, un potencial de acción.

La primera célula se hallaba acopladao asociada de antemano a la segunda; portanto, ésta recibió el potencial de acciónde la primera de forma adicional, me-diante un estímulo externo. La segundadobló, en consecuencia, su excitación.En lo sucesivo, la primera podía activara la segunda célula mucho más fácil-mente: la ligazón entre ambas se reforzó.Se trataba del fenómeno conocido por�potenciación a largo plazo� (PLP). Ave-ces, no obstante, la descarga sobre dosneuronas asociadas relaja el nexo vin-culante. Se habla entonces de �depre-sión a largo plazo� (DLP).

Durante bastante tiempo no quedóclaro si la activación simultánea de lasneuronas comportaba una PLP o produ-cía una DLP. Hace escasos años, sinembargo, se descubrió que el resultadodependía de la prioridad temporal de laexcitación. Porque, aun cuando parezcaque dos células se activen a la vez, elimpulso recibido por una precede en mi-lisegundos al recibido por la otra. Si la des-carga llega antes a la primera célula, laasociación se refuerza: se produce poten-ciación a largo plazo. Si la secuenciasigue el camino inverso (la segunda neu-rona se excita independientemente delpulso sobre la primera), nos encontra-remos ante una depresión a largo plazo.Con otras palabras, la excitación tieneque ver con el momento temporal. A eselapso entre impulsos se le denomina�ventana de aprendizaje�.

Ventana temporalen el cerebro de la lechuzaPero, ¿qué relación guarda esto con lacaza de ratones por la lechuza? Deentrada, la temporización precisa de-sempeña un papel primordial. Para ubi-car con exactitud a su presa, la rapazparte del ruido del ratón, que llega a suoído más cercano a dicha fuente sonora.Si, desde la situación del ave, el roedorhace ruido más a la derecha, la onda llegaantes al oído derecho de la lechuza queal izquierdo.

Tales diferencias mínimas de tiemposon detectadas por determinadas neuro-nas del mesencéfalo de la rapaz. Enefecto, cada una de estas �células loca-lizadoras� recibe dos señales nerviosas,

una de cada oído. Sin embargo, en el ca-mino hacia ellas, el impulso provenientede un oído se demora determinado lap-so de tiempo, diferente para cada una delas células, con respecto a la señal quellega del otro oído. En ello intervienenlas conexiones nerviosas, que retienendurante un intervalo breve la señal de unode los lados. Se las denomina trayectosde retardo.

Los impulsos nerviosos de ambos oídosllegan exactamente al mismo tiempo ala célula localizadora; ésta compensa elretardo unilateral implicado en la diferen-te arribada de las ondas a los oídos de larapaz. De esta forma, la célula se excitay señala de dónde viene el ruido. Las de-más células permanecen mudas.

¿Cómo se originan en el cerebro de lalechuza estas complejas conexiones ner-viosas con los trayectos de retardo afi-nados en su temporización? WulframGerstner lo atribuye a un aprendizaje deHebb, con sus ventanas de aprendizajetemporales. Para demostrarlo, simulócon sus colaboradores, en 1995 y median-te una red neuronal artificial, cómo seproducía la conexión de las células loca-lizadoras en el sistema auditivo de lalechuza en los trayectos de retardo. Pormodelo de neuronas reales se sirvierondel sistema �neurona de integración y dis-paro�, un esquema idóneo para repre-sentar el aprendizaje de Hebb

Al principio de cada simulación, unamisma �neurona de integración y dispa-ro� se halla conectada con muchas neu-ronas preconectadas a lo largo de dife-rentes trayectos de retardo paralelos. Siestas neuronas reciben, todas al mismotiempo, una señal exterior, el potencialde acción llega en instantes distintos ala �neurona de integración y disparo�,debido a los diferentes retardos.

Entra ahora en juego la regla de apren-dizaje de Hebb. La segunda neurona deun dúo asociado reúne los impulsos yemite un tren de descargas secuencialesa un determinado valor de onda. Entoncessólo se refuerzan los trayectos de retardocuyos potenciales de acción llegan pocoantes de ese instante; todos los demás sedebilitan. Después de algunas iteracio-nes, la simulación se ha autoorganizado.Sólo permanecen los conductores contiempos similares de retardo; las neuro-

nas segundas siempre fueron alcanza-das por los estímulos externos que teníanesa temporización exacta, como en elcaso de las células localizadoras de lalechuza.

En mi instituto de la Universidad deBremen, en colaboración con investiga-dores de Chicago, logramos crear la reglade aprendizaje de Hebb en el modelo desimulación; reconocimos series especí-ficas de potenciales de acción. En estose mostró el sistema muy flexible: cuandose modificaron los plazos de tiempo dela señal en los trayectos de retardo, lasimulación produjo una red artificial deneuronas conectadas correcta. Medianteesta variación, la conexión que retrasauna señal unos milisegundos demás, nose elimina, sino que su tiempo de retar-do se reduce lo necesario para coincidircon la duración apropiada.

No sabemos si las lechuzas utilizanexactamente este principio de organiza-ción para estructurar su cerebro. Perocontamos al menos con una imagen dela forma en que las lechuzas puedenaprender a ubicar su presa en la oscuri-dad y cazarla.

OK

API

A2. DEPREDADOR NOCTURNO. Lalechuza caza al ratón en la obscuridadmás absoluta. Lo consigue merced a unoído extraordinario y a un refinadoprocesamiento de la señal en el cerebro.

CHRISTIAN W.EURICH,doctor en física, tra-baja en el instituto de neurofísica teórica ads-crito a la Universidad de Bremen.

DONALD O.HEBB TEÓRICO DE LA MENTE.PeterM. Milner en Investigación y Ciencia, págs.62-67; marzo 1993.

Bibliografía complementaria

Page 96: Mente y Cerebro 05. Pensamiento y Lenguaje

BRAIN-WISE. STUDIES IN NEUROPHI-LOSOPHY, por Patricia Smith Church-land. The MIT Press; Cambridge, 2002.MODERN PHYSICS AND ANCIENT FAITH,por Stephen M. Barr. University of NotreDame Press; Notre Dame, 2003.

Al socaire de la neurología han flo-recido numerosos neologismos. El de neurofilosofía va asociado

a Patricia Smith Churchland, docente deesa nueva disciplina en la Universidadde California, que con su última obra(Brain-Wise) nos propone un manualescolar. Había trazado ya las principa-

les líneas de su pensamiento en Neu-rophilosophy: Towards a Unified Un-derstanding of the Mind-Brain, apare-cido en 1986. La neurofilosofía trata delos mecanismos cerebrales de las facul-tades superiores (inteligencia y librealbedrío, entre otras). En última instan-cia busca la explicación neurológica dela mente, la conciencia y el sentido dela propia individualidad.

Construye el libro sobre tres hipótesisbásicas. Afirma la primera que la activi-dad cerebral es exclusivamente una acti-vidad cerebral y, en cuanto tal, sujeta ainvestigación mediante los métodos pro-pios de las ciencias empíricas. De acuerdocon la segunda hipótesis la neurociencianecesita de la ciencia cognitiva para deter-

minar qué fenómenos deben explicarse.Ciencia cognitiva cuyos contenidos, a lapostre, pertenecen sólo a la neurología.Por último, para comprender la natura-leza de la mente nos basta con entenderla constitución y funcionamiento del cere-bro, desde el plano neuronal hasta el nivelde su organización.

Adiferencia de la genética molecular,cuyos principios fundamentales parecenya bien asentados, reconoce que la neu-rofilosofía tiene todavía un largo caminopor recorrer en su búsqueda de tales basa-mentos. Por lo que, aunque esto no loconfiesa, sus declaraciones caen en elterreno de lo especulativo. El mismo enque se mueven sus adversarios segui-dores del funcionalismo, J. A. Fodor enparticular, que conciben la mente comouna suerte de programa de ordenador,independiente del mecanismo físico enque se ejecute. A éstos les llama, conpalmaria injusticia, �brain-averse philo-sophers�, En general, Churchland no semuestra generosa con los discrepantes.O desfigura su pensamiento hasta el ri-dículo o los silencia. (En una reseña re-ciente aparecida en Science, Ned Blockcriticaba con dureza la obra, subrayandosu omisión de la epistemología contem-poránea afín a la defendida por ella y lasaportaciones, en otra línea, de Saul Kripkey David Chalmers.)

Si todo proceso mental, sea el reco-nocimiento de nuestra propia identidad,la toma de decisiones o la resolución deuna paradoja matemática, es cerebral,tendremos que dejar de lado la intros-pección y los métodos de estudio delcomportamiento ajenos a un enfoquequímico o físico. En esa concatenaciónde postulados declarativos de Church-land, el autocontrol que creíamos deri-vado de una voluntad cultivada procede,por el contrario, de determinadas redesneuronales y neuroquímicas; el yo es unconstructo cerebral puro. Cualquier otroplanteamiento, cuando no resulta inane,

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LIBROS

Neurofilosofía

419

BASTONES

CONOS

400 450

LONGITUD DE ONDA (nm)

AB

SO

RB

AN

CIA

RE

LATI

VA

500 550 600 650

496 531 559 nm

Espectros de la absorción de cuatrofotopigmentos de la retina humana

Page 97: Mente y Cerebro 05. Pensamiento y Lenguaje

�appears highly doubtful�, en tanto quesu tesis ofrece �all probability�.

Recursos retóricos aparte, Churchlandenseña al alumno de filosofía las nocio-nes básicas que debe dominar para poderabordar con rigor los temas, más allá delo que ofrecen los textos de historia dela epistemología, la psicología o la ética.En muchos niveles, la investigación cere-bral arroja luz sobre los estados de lamente, cambios de conducta y disfun-ciones cognoscitivas o lingüísticas.¿Cuáles son esos niveles del sistema ner-vioso que conviene que el discenteconozca con rigor? De entrada, las estruc-turas espaciales, desde la molécula (1nanómetro) hasta el sistema nerviosocentral (1 metro), pasando por la sinap-sis (1µm), neurona (100µm), red (1mm),mapa (1cm) y sistema (10cm), Buenosería que el alumno se adentrara, luego,en los niveles funcionales.

La función primaria de las neuronasreside en la emisión y recepción de seña-les. En ese cometido, el factor principallo constituye el movimiento de iones,como el de sodio Na+, a través de la mem-brana celular. Conceptos estructuralesfundamentales son saber que el soma dela neurona contiene el núcleo y otrosorgánulos implicados en la respiracióncelular y en la síntesis de proteínas. Laintegración de las señales ocurre a lolargo de las dendritas y el soma. Si la inte-gración de las señales resulta en una des-polarización intensa, se generará unaespiga, que se propagará a lo largo delaxón. Cuando una espiga alcanza el ter-minal axónico, se libera el neurotrans-misor en la hendidura sináptica. Importaenmarcar esos rudimentos en el contextohistórico reciente, que permitan percibirel avance de las bases neurológicas; porejemplo, a propósito del aprendizaje y lamemoria, seguir la senda recorrida desdeel nivel de sistema, a mediados del siglopasado, hasta los actuales estudios quí-micos, pasando por el descubrimientode la plasticidad neuronal.

También, conjugar lo sabido con lomucho que queda por conocer sobre laforma en que opera el sistema nervioso.Se ignora algo tan crucial como la rela-ción que existe entre la actividad de cadaneurona y la actividad de las redes. O laintegración coherente entre redes. Sedesconoce incluso qué es lo que consti-tuye una red, habida cuenta de que cual-quier neurona puede establecer cone-xiones con redes distintas.

Para afianzar sus conocimientos bási-cos, el alumno de filosofía debe estarfamiliarizado con las técnicas de for-mación de imágenes y su interpretacióncartográfica; importa que sepa valoraren su justa medida las posibilidades rea-les de las mismas. Con dos en particu-lar deberá desenvolverse, la resonanciamagnética funcional (RMf) y la tomo-grafía de emisión de positrones (TEP).Se apoya la primera en la variación dela concentración de oxígeno en sangreen función de la actividad neuronal (ma-yor actividad requiere más oxígeno ymás glucosa). El adjetivo �funcional� leviene de su operación: cartografía laactividad, mientras que la resonanciamagnética cartografía sólo la estructura.Por su parte, la TEP define también laactividad, si bien recurriendo a un emi-sor de positrones. La detección del posi-trón emitido permite determinar la dis-tribución del emisor en el cerebro a lolargo de un tiempo dado, unos 40 segun-dos. No debe, empero, confundirseaumento de actividad en una región conespecialización de ésta en una tarea con-creta.

Con el funcionalismo, otra obsesiónde Churchland es la religión. Aunque laalusión es permanente a lo largo de laobra, le dedica la última parte. Se trata deuna toma de partido, la opción materia-lista, ajena a la neurofilosofía en sentidoestricto. No parece que tenga mucho quever el proceso cognoscitivo con el con-tenido del conocimiento. Una cosa es

nuestra facultad de entender la física cuán-tica y otra muy distinta la física cuánticapropiamente dicha. Mezcla credulidadcon creencia, superstición con adscripciónreligiosa, apoyada en tópicos decimonó-nicos que hablan de la retirada de la reli-gión a medida que avanza la ciencia.

Los neurocientíficos que son a la parcreyentes no sólo admiten sino que inves-tigan los mecanismos cerebrales rela-cionados con la conciencia, el yo, el pen-samiento, el lenguaje, las emociones, larazón y la voluntad. Aunque ha sido enla arena la física donde ha prendido conmayor fuerza ese debate entre ciencia yreligión, que tiene a la mente por puntode encuentro o de confrontación (ModernPhysics and Ancient Faith).

Stephen M. Barr, profesor de física enel Instituto Bartol de la Universidad deDelaware, desmonta el aparente enfren-tamiento entre conocimiento científicoy creencia para reducirlo a un claro anta-gonismo entre la visión materialista delhombre y la visión no materialista. Trasuna exposición sumaria de los tipos dematerialismo (del romo al llamado cien-tífico) y un breve repaso de las aporta-ciones al progreso científico por figurascuya fe era pública, expone cinco des-cubrimientos fundamentales del siglo XX

(teoría de la gran explosión, teorías uni-ficadas de campos, coincidencias antró-picas, teorema de Gödel y teoría cuán-tica) para defender su tesis de la nobeligerancia.

LUIS ALONSO

Mente y cerebro 05/2003 95

COMPORTAMIENTO AGRESIVO

PLACIDEZ

PLACIDEZCOMPORTAMIENTO ORALCOMPORTAMIENTO HIPERSEXUAL

Cambios de conducta producidos porlesiones de estructuras límbicas.

Page 98: Mente y Cerebro 05. Pensamiento y Lenguaje

La ciencia ha desarrollado a lo largo de su historia diversos métodospara lograr nuevos descubri-

mientos partiendo de un conocimientocientífico previo. Algunos filósofos delsiglo XX (Carnap, Popper, Hempel, etc.)hablaron incluso de una lógica del des-cubrimiento científico, que podía ser de-ductiva, inductiva y probabilitaria. La me-todología es un requisito indispensablepara avanzar en el conocimiento. Sinembargo, la ciencia ha cambiado muchoa lo largo de esa centuria, vinculándosecon la tecnología. Ya no basta con des-cubrir nuevos hechos, nuevas leyes ynuevas teorías. Es preciso, además, quelos descubrimientos científicos genereninnovaciones técnicas. Se plantea enton-ces la cuestión de si existe una lógica dela innovación, es decir, un conjunto demétodos que conduzcan al logro de nue-vos artefactos partiendo de técnicas pre-existentes.

Al respecto, conviene recordar las pro-puestas que hizo Leibniz sobre el Arte deInventar y los métodos combinatoriospara desarrollarlo. Como buen raciona-lista, Leibniz reflexionó a fondo sobre elArs Inveniendi y propugnó un conjuntode reglas para favorecer la invención. Suspropuestas se orientaron, sobre todo, a lainnovación conceptual, pero también seocupó de las invenciones técnicas, a lasque concedía una gran importancia parael progreso humano y social. Su objetivoera muy ambicioso. No sólo se trata deinventar, sino de hacerlo racionalmente,es decir, conforme a un método inven-tivo. Dicho método se basa en la teoríaleibniciana del conocimiento, según lacual todos los seres humanos tenemosideas claras y oscuras, distintas y confu-sas, adecuadas e inadecuadas, que sonmejorables tanto por medio de la expe-riencia como por el análisis racional.Partiendo de nuestras propias ideas y apli-cando el método leibniciano sería posi-ble lograr que nuestras ideas fueran másclaras, más distintas y más adecuadas.

¿Cómo proceder? Leibniz propuso unconjunto de reglas para mejorar la cali-dad de nuestras ideas, entendidas éstascomo herramientas que nos permitenconocer mejor o peor el mundo, así comointervenir en él.

1. La primera consiste en delimitar losrequisitos de cualquier noción que use-mos, es decir, definirla, precisando suspropiedades específicas. Dada una ideacualquiera, hay que definirla medianteotros términos, contrastando las diver-sas definiciones que tengamos de unamisma noción. Así se logra que las ideassean distintas, al estar definidas por mediode notas.

2. A su vez, esas notas son definibles.Hay que aplicar la regla 1 a todos y cadauno de los términos que hayan aparecidoen cada una de las definiciones de par-tida.

3. El proceso se repite para las sucesi-vas definiciones que van surgiendo, demodo que todas las ideas que manejemostengan su correspondiente definición. Enese árbol de definiciones aparecen térmi-nos comunes a ideas aparentemente hete-rogéneas. Esos vínculos conceptuales sonla clave del arte de inventar leibniciano,porque permiten proponer nuevas defini-ciones, que agrupan bajo notas comunesa nociones inicialmente inconexas.

4. Este proceso de análisis por mediode definiciones tiene un límite: tarde otemprano llegamos a términos que ya nopodemos definir, por ser máximamentegenerales o inteligibles por sí mismos(tautologías). Estas ideas descubiertas alo largo del proceso de análisis de con-ceptos serán los términos primitivos apartir de los cuales hay que sintetizar lasideas iniciales, procediendo de manerainversa a la fase de análisis.

5. El resultado último del análisis esla obtención de los requisitos más sim-ples y generales o, al menos, aquellos quepodemos considerar como más simples.

6. Partiendo de esta colección de requi-sitos cuasi-simples, el método de sínte-sis consiste en combinarlos unos conotros de las diversas maneras posibles,lo cual generará algunas de las nocionespreviamente existentes, pero tambiéndará lugar a problemas y nociones nue-vas. En la medida en que el análisis hayaido más lejos, la síntesis combinatoriapodrá ser más o menos inventiva.

La marca distintiva de un buen usodel Ars Inveniendi radica, por una par-te, en el hallazgo de buenas definicio-

nes a lo largo de la fase de análisis y, porotra, en la producción de invencionesútiles en la fase de síntesis. La síntesisha de justificar combinatoria y deducti-vamente lo ya conocido; además, ha desuministrar nuevos teoremas, nuevoshechos o nuevos artefactos. Para sabersi una definición es buena o mala existeun primer criterio: que sea constructiva,es decir, que muestre en la definiciónmisma la posibilidad de lo definido.

Salvando las distancias, esta metodo-logía para la invención de conceptospuede ser ampliada a las innovaciones.La constructibilidad de los artefactosinventables es el criterio básico paraseleccionar entre todos los inventos posi-bles aquellos que pueden llegar a serefectivos. En el caso de las innovacio-nes técnicas, la combinación de nocio-nes se traduce en integración de com-ponentes de diferentes artefactos y elhallazgo de las nociones más simplesequivale a la determinación de las com-ponentes elementales de un aparato. Másinteresante todavía es la regla que pos-tula recopilar las diversas definicionesdisponibles de la noción investigadaantes de iniciar el análisis de las mismasy la ulterior síntesis combinatoria. En elcaso de la invención técnica, ello equi-valdría a recopilar las tentativas previasde otros inventores, analizarlas, redu-cirlas a sus componentes elementales y,a continuación, combinar esas compo-nentes de todas las maneras posibles.Muchas de esas combinaciones seráninviables técnicamente, pero otras no.Estas son las que hay que poner a prue-ba según su mayor o menor funciona-lidad, utilidad, coste, etc. Así como lasinnovaciones conceptuales de Leibnizestaban orientadas a generar nuevas ver-dades, el método inventivo leibniciano,aplicado a otros ámbitos del saber, ha detener como criterio de selección el incre-mento del grado de satisfacción de otrosvalores (eficiencia, utilidad, elegancia,belleza, aplicabilidad, rendimiento, coste,etc.), y no ya del valor epistémico �ver-dad� (o �verosimilitud�).

96 Mente y cerebro 05/2003

ENSAYO FILOSÓFICO

Conocimiento e innovación

JAVIER ECHEVERRÍA

Instituto de Filosofía, CSIC

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