Medios Narrativos Para Fines Terapeuticos Cap 1 y 2 White

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1. RELATO, CONOCIMIENTO Y PODER

En este captulo, yo (Michael White), presento un resumen de

algunos de los ms recientes avances en teora social que a David

Epston y a m nos parecieron de gran inters y tambin algunas

de las consecuencias que, en nuestra opinin, esas ideas tienen para

la terapia.

La exposicin terica incluye algunos aspectos del pensamiento

de Michel Foucault sobre el poder y el conocimiento. Michel Foucault

fue un intelectual francs que se describi a s mismo como un

historiador de los sistemas de pensamiento, y cuya obra consideramos

de gran importancia.

Tal vez los lectores estn familiarizados con el debate sobre el poder

que se suscit en la literatura sobre terapia familiar en los ltimos

aos. Me permitir resumir aqu, aun a riesgo de simplificarlas,

las posiciones adoptadas en ese debate. Algunos han sostenido que

en realidad el poder no existe, que es algo que se construye en el lenguaje.

Y que quienes experimentan sus efectos han contribuido a

producirlo. La otra posicin sostiene que el poder existe realmente

y que es ejercido por algunas personas con el propsito de oprimir

a otras. La polmica parece haber llegado a un punto muerto y

ello no ha contribuido a hacer avanzar nuestra reflexin sobre el poder

y su funcionamiento.

Creemos que Foucault proporciona una va para abandonar este

callejn sin salida. No obstante, para los que no estn familiarizados

con sus ideas y su estilo, su lectura suele resultar difcil. En este trabajo

he hecho todo lo posible por presentar algunas de sus ideas en

una forma que, espero, las haga razonablemente accesibles. No s

hasta qu punto lo he logrado: esto slo puede decidirlo el lector.

Quizs algunos lectores prefieran pasar por alto este captulo,

leer los captulos 2, 3 y 4 y despus volver al primero, ya en busca de

20 MEDIOS NARRATIVOS PARA FINES TERAPUTICOS

respuestas a las preguntas que se habrn formulado acerca del contexto

terico y poltico de nuestros mtodos de trabajo.

Fue a travs de los escritos de Bateson (1972, 1979) como llegu

a conocer el mtodo interpretativo. No me estoy refiriendo a un

mtodo interpretativo en el sentido psicoanaltico del trmino. Los

expertos en ciencias sociales se refieren al mtodo interpretativo

cuando estudian los procesos por los que desciframos el mundo.

Dado que no podemos conocer la realidad objetiva, todo conocimiento

requiere un acto de interpretacin.

Al cuestionar que las nociones lineales de causalidad (derivadas

principalmente de la fsica newtoniana) fuesen adecuadas para explicar

los hechos en los sistemas vivos, Bateson argumentaba que

para nosotros no es posible conocer la realidad objetiva. Refirindose

a la mxima de Korzybski que afirma que el mapa no es el territorio

, Bateson afirma que la comprensin que tenemos de un

hecho, o el significado que le atribuimos, est determinada y restringida

por su contexto receptor; es decir, por la red de premisas y

supuestos que constituyen nuestros mapas del mundo. Comparando

estos mapas con pautas, argument que la interpretacin de todo

acontecimiento est determinada por la forma en que ste encaja

dentro de pautas conocidas, y llam al proceso codificacin de la

parte a partir del todo (Bateson, 1972).

No slo sostuvo que la interpretacin de un evento est determinada

por su contexto receptor sino tambin que aquellos acontecimientos

que no pueden pautarse no son seleccionados para la supervivencia;

para nosotros, tales acontecimientos no existen como hechos.

La obra de Bateson me llev tambin a prestar atencin a una

dimensin que en general no tiene demasiado eco en la terapia:

la dimensin temporal. Al afirmar que toda informacin es necesariamente

la noticia de una diferencia, y que es la percepcin de la

diferencia lo que desencadena todas las nuevas respuestas en los sistemas

vivos, demostr que situar los eventos en el tiempo es esencial

para la percepcin de la diferencia, para la deteccin del cambio.

Los rganos de los sentidos del ser humano slo pueden recibir diferencias,

y las diferencias deben codificarse en forma de acontecimientos

en el tiempo (es decir, en cambios) para que sean perceptibles.

(Bateson, 1979, pg. 79)

Al estudiar la analoga del texto, percib una cierta semejanza entre

la nocin de mapa y la de narracin. No obstante, el concepto de

RELATO, CONOCIMIENTO Y PODER 21

narracin tiene algunas ventajas sobre el de mapa, ya que requiere

la localizacin de los acontecimientos en pautas transtemporales.

La narracin incorpora la dimensin temporal. Para citar a Edward

Bruner:

Quiero terminar sealando que la estructura narrativa tiene una ventaja

sobre otros' conceptos afines, como la metfora o el paradigma,

porque destaca,el orden y la secuencia, en un sentido formal, y es ms

adecuada para el estudio del cambio, el ciclo vital y cualquier otro

proceso de desarrollo. El relato como modelo tiene un interesante aspecto

dual: es tanto lineal como instantneo (1986a, pg. 153).

Con respecto a la terapia familiar que es nuestra rea de inters

especial el mtodo interpretativo, en vez de proponer que cierta estructura

subyacente o disfuncin de la familia determina el comportamiento

y las interacciones de sus miembros, sostendra que es el

significado que los miembros atribuyen a los hechos lo que determina

su comportamiento. As, desde hace algn tiempo me intereso por

cmo las personas organizan sus vidas alrededor de ciertos significados

y cmo, al hacerlo, contribuyen inadvertidamente a la supervivencia

y a la carrera del problema. Y, a diferencia de ciertos tericos

de la terapia familiar, en vez de considerar que el problema es de

algn modo requerido por las personas o por el sistema, me intereso

por las exigencias del problema para su supervivencia, y por el efecto

que tienen esas exigencias sobre las vidas y las relaciones de las personas.

He propuesto que las respuestas de los miembros de la familia

a las exigencias del problema, tomadas en su conjunto, constituyen

inadvertidamente el sistema de apoyo a la vida del problema (White,

1986a).

En publicaciones anteriores me he referido a la forma en que pueden

situarse los problemas en el contexto de tendencias con lo

que parecen tener una vida propia en la que con el tiempo llegan a

ejercer ms influencia y a cmo los miembros de la familia parecen

no advertir la ndole progresiva y direccional de su coevolucin alrededor

de las definiciones del problemas: Adems, he propuesto la externalizacin

del problema como un mecanismo para ayudar a los

miembros de la familia a apartarse de las descripciones saturadas

por el problema de sus vidas y relaciones (White, 1984, 1986a,

1986b, 1986c, 1987).1

La analoga del texto me proporcion una segunda descripcin de

la manera en que las personas organizan sus vidas alrededor de de-

1. Puede consultarse un amplio resumen de estas ideas en Munro (1987).

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MEDIOS NARRATIVOS PARA FINES TERAPUTICOS

terminados problemas. A travs de esta analoga, se puede considerar

que esta organizacin refleja la interaccin de lectores y escritores

en torno a ciertos relatos o narraciones. La carrera o el estilo

de vida del problema se convierte en la narracin del problema.

Esta descripcin me abri nuevas reas de indagacin, incluyendo

una exploracin de aquellos mecanismos que hacen que ciertos textos

tengan mrito literario, y me anim a proponer una terapia de

mrito literario (White, 1988).

ANALOGA

En los inicios de las ciencias sociales, los estudiosos de este campo,

en un esfuerzo por justificar su empeo, lograr credibilidad y reclamar

legitimidad, buscaron en las ciencias fsicas positivistas mapas

sobre los que basar su interpretacin de los acontecimientos en

los sistemas sociales. Cuando el positivismo la idea de que es posible

tener un conocimiento directo del mundo empez a ser objeto

de conocimiento, los expertos en ciencias sociales se dieron

cuenta de que otros cientficos procedan por analoga. Observaron,

adems, que las analogas de las que ellos estaban apropindose ya

haban sido adaptadas a partir de otros campos por las ciencias fsicas

que la ciencia le debe ms a la mquina de vapor que la

mquina de vapor a la ciencia (Geertz, 1983, pg. 22) y se sintieron

libres para buscar en otra parte las metforas de las que habran

de derivar sus teoras. Geertz explica este desplazamiento como

la reformulacin del pensamiento social.

As, se ha hecho evidente para los expertos en ciencias sociales que no

necesitan ser falsos fsicos ni humanistas de saln, ni tampoco inventar

un nuevo dominio del ser como objeto de sus investigaciones.

Pueden seguir su vocacin, tratando de descubrir un cierto orden en

la vida colectiva.... (1983, pg. 21.)

Actualmente se acepta que toda formulacin que postule significado

es interpretativa: que estas formulaciones son el resultado de

una indagacin determinada por nuestros mapas o analogas o,

como dice Goffman (1974), por nuestros marcos interpretativos. Por

lo tanto, las analogas que empleamos determinan nuestro examen del

mundo: las preguntas que formulamos acerca de los hechos, las realidades

que construimos y los efectos reales experimentados por

quienes participan en la indagacin. Las analogas que usamos determinan

incluso las propias distinciones que extrae-mos del mundo.

RELATO, CONOCIMIENTO Y PODER 23

Mi tabla de analogas (que, en alguna medida, est inspirada en

la representacin de Geertz del desarrollo de las ciencias sociales)

refleja el intento de considerar las construcciones unidas a algunas

de las analogas adoptadas por las ciencias sociales en su relativamente

breve historia. La analoga est especificada en la primera columna;

la manera en que la analoga construye la organizacin social

en la segunda; la probable interpretacin de los hechos

presentados como problemticos, en la tercera; y en la cuarta, las

soluciones caractersticas ante los hechos problemticos generados

por la analoga. Esta tabla no presenta, en modo alguno, todas las analogas

que han sido empleadas en la historia de las ciencias sociales.

Cmo seleccionamos o determinamos las analogas que adoptamos?

Nuestras preferencias por ciertas analogas vienen determinadas

por mltiples factores, incluyendo los ideolgicos y las prcticas

culturales imperantes. Al preferir una analoga sobre otra, no

podemos recurrir a criterios tales como su correccin o exactitud,

dado que estos atributos no se pueden establecer para cualquier

analoga. Pero podemos, al menos en alguna medida, investigar las

analogas a travs de las que vivimos, situando nuestras propias

prcticas dentro de la historia del pensamiento social, y examinando

y criticando los efectos de esas prcticas.

La significacin de las distinciones entre diferentes analogas, tal

y como aparecen en la tabla, y los efectos de las interpretaciones realizadas

por medio de estas analogas pueden ilustrarse con un par

de ejemplos. Si bien stos son generales e hipotticos, se aproximan

mucho a las circunstancias y prcticas reales que hemos presenciado.

Ejemplo 1

Si una persona que sufre alguna forma de crisis aguda acude a

una clnica donde se trabaja segn analogas tomadas de la tradicin

de la ciencia positivista, es muy probable que la crisis sea interpretada

como un colapso y una regresin. Se intentar convertir

la experiencia de la persona en un diagnstico preciso, segn ciertos

sistemas de clasificacin, y se formularn preguntas dirigidas a

identificar una causa del colapso que sea coherente con el modelo.

Luego, los expertos aplicarn diversos procedimientos: entre

otros, la investigacin de la historia de la afeccin y la revisin del

pasado atenindose a los principios del modelo. El objetivo sera recuperar

a la persona y reconstruirla, devolvindola as a un nivel de

funcionamiento aceptable .

RELATO, CONOCIMIENTO Y PODER 25

Pero si el contexto receptor de esta misma crisis es el proceso ritual

que se conoce como rito de pasaje (Van Gennep, 1960; Turner,

1969)2 se impondr una construccin diferente del problema y

se formularn preguntas distintas. La crisis ser interpretada en su

relacin con ciertos aspectos de una transicin o rito de pasaje en la

vida de la persona, y se introducirn interrogantes que permitan situar

a la crisis en relacin con:

1. La fase de separacin: separacin, quiz, de cierto status, aspecto

de la identidad o rol que ya no se considere viable para la persona

en cuestin;

2. La fase liminal o fronteriza, caracterizada por cierto malestar,

confusin y desorganizacin, y tambin por mayores expectativas

para el futuro; y

3. La fase de reincorporacin, caracterizada por el acceso a un nuevo

status, que especifica nuevas responsabilidades y privilegios

para la persona en cuestin.

As, la analoga del rito de pasaje podra servir para generar preguntas

que inviten a las personas a determinar a) lo que la crisis podra

estar dicindoles acerca de aquello de lo que tal vez se estn separando

y que ya no es viable para ellas: quiz ciertas actitudes

negativas que tienen hacia s mismas o que los otros tienen hacia

ellas, o bien expectativas y mandatos para su vida y sus relaciones

que experimentan como empobrecedoras; b) qu claves les da la crisis

acerca de las nuevas situaciones y roles a que podran acceder; y

c) cundo, cmo y en qu circunstancias estos nuevos roles podran

realizarse.

De este modo, un contexto receptor establecido por esta analoga

de rito de pasaje puede interpretar la crisis en trminos de progreso

y no de regresin, sin negar sus aspectos perturbadores.

Ejemplo 2

A veces acuden en demanda de terapia, a causa de sus problemas,

parejas cuya relacin fue en un comienzo relativamente agradable

y mutuamente satisfactoria. Si el contexto que recibe esta presentacin

est influido por analogas tomadas de las ciencias

2. David Epston ha popularizado esta analoga en Australia y Nueva Zelanda.

Con su apoyo, otros la han recogido y aplicado en una amplia gama de contextos.

Puede consultarse un excelente anlisis de la aplicacin de esta analoga en contextos

residenciales en Menses y Durrant (1986).

24 MEDIOS NARRATIVOS PARA FINES TERAPUTICOS

26 MEDIOS NARRATIVOS PARA FINES TERAPUTICOS

biolgicas, lo ms probable es que a la fase inicial no problemtica

se le asigne la etiqueta de fase de la luna de miel y se la considere

un reflejo inexacto de la relacin; al mismo tiempo se supondr que

la fase problemtica posterior es un fiel reflejo del estado de cosas

en la relacin, estado de cosas que estuvo siempre presente y al acecho

bajo la superficie, pero se vio desfigurado y encubierto por la

fase de la luna de miel. Se supondr tambin que los problemas en

cuestin reflejan procesos an ms profundos de disfuncin y psicopatologa

asociada, a los cuales se atribuir la condicin de realidad

objetiva o verdad. Los expertos emprendern operaciones

destinadas a identificar esos niveles ms profundos de realidad objetiva,

rastreando la historia de la disfuncin y la psicopatologa,

quizs hasta las familias de origen de ambas partes y en las relaciones

de sus respectivos padres. Se trata de una interpretacin tpica

de la psicologa profunda que est saturando la cultura occidental.

Sin embargo, si el contexto receptor de las experiencias de la pareja

viene dado por la analoga del texto, lo que para el modelo biolgico

son niveles pueden considerarse relatos alternativos que

compiten entre s. Entonces puede determinarse cul de esos relatos

resulta ms atractivo para la pareja. En estas circunstancias, el

relato preferido es siempre el de la fase inicial libre de problemas.

Se examinar ese relato para establecer qu informacin puede proporcionar

a los cnyuges sobre su capacidad de resolver problemas

y se rastrear la historia de esa capacidad en sus familias de origen.

La pareja podr entonces hacer planes para reproducir, poner en

prctica y perfeccionar esas habilidades en los momentos difciles

de su relacin.

LA ANALOGA DEL TEXTO

Tenemos una marcada preferencia por las analogas que aparecen

en la parte inferior de la tabla, por aquellas relacionadas con los

avances ms recientes de las ciencias sociales, libres de realidades

objetivas. En esta exposicin se prestar especial atencin a la analoga

del texto, que ha dado lugar a lo que Geertz denomina la ms

amplia y reciente reformulacin del pensamiento social.

Los investigadores en ciencias sociales se interesaron por la analoga

textual despus de observar que, si bien una manifestacin del

comportamiento se produce en el tiempo, de modo tal que cuando

se le presta atencin ya no se est dando, el significado que se

adscribe a ese comportamiento se prolonga en el tiempo. Fue

RELATO, CONOCIMIENTO Y PODER 27

esta adscripcin de significado lo que llam la atencin de los investigadores

que, en su esfuerzo por entenderla, apelaron a la analoga

del texto. Esto permiti considerar la interaccin de las personas

como la interaccin de los lectores respecto de ciertos textos.

Esta analoga hizo tambin posible concebir la evolucin de las vidas

y las relaciones en trminos de lectura y escritura de textos, en

la medida en que cada nueva lectura de un texto es una nueva interpretacin

de ste, y por lo tanto, una nueva forma de escribirlo.

Los expertos en ciencias sociales llegaron a la conclusin de que

no podemos tener un conocimiento directo del mundo, y que todo

lo que las personas saben de la vida lo saben a travs de la experiencia

vivida. Esta propuesta llev a la formulacin de nuevos interrogantes:

Cmo organizan las personas su bagaje de experiencias

vividas? Qu hacen con esta experiencia para darle un

significado y explicar as sus vidas? Cmo se da expresin a la experiencia

vivida? Los investigadores que adoptaron la analoga del

texto respondieron argumentando que, para entender nuestras vidas

y expresarnos a nosotros mismos, la experiencia debe relatarse

, y que es precisamente el hecho de relatar lo que determina el

significado que se atribuir a la experiencia.

En su esfuerzo de dar un sentido a su vida, las personas se enfrentan

con la tarea de organizar su experiencia de los acontecimientos

en secuencias temporales, a fin de obtener un relato coherente

de s mismas y del mundo que las rodea. Las experiencias

especficas de sucesos del pasado y del presente, y aquellas que se

prev ocurrirn en el futuro, deben estar conectadas entre s en una

secuencia lineal, para que la narracin pueda desarrollarse. Se puede

decir que esta narracin es un relato, o una autonarracin (vase

Gergen y Gergen, 1984). El xito de esta narracin de la experiencia

da a las personas un sentido de continuidad y significado en

sus vidas, y se apoyan en ella para ordenar la cotidianeidad e interpretar

las experiencias posteriores. Puesto que todos los relatos tienen

un comienzo (o historia), un medio (o presente) y un fin (o futuro),

la interpretacin de los eventos actuales est tan determinada

por el pasado como moldeada por el futuro. Para ilustrar este punto,

me referir a algunos aspectos del trabajo de campo de Edward

Bruner (1986a) con indgenas norteamericanos.

Al exponer su estudio de los relatos etnogrficos de los indgenas

norteamericanos, Bruner demuestra cmo la interpretacin de sus

actuales circunstancias vitales cambi radicalmente con la generacin

de un nuevo relato, que propondra una historia y un futuro alternativos.

En las dcadas de los 30 y los 40, el relato dominante

28 MEDIOS NARRATIVOS PARA FINES TERAPUTICOS

acerca de los indgenas norteamericanos interpretaba el pasado

como glorioso y el futuro como asimilacin. Al atribuir significado a

las actuales circunstancias dentro del contexto de este relato, tanto

los antroplogos como los indgenas norteamericanos interpretaban

los hechos de la vida cotidiana de los nativos como la expresin de

un proceso de ruptura y desorganizacin, como un estado de transicin

en el camino de la gloria a la asimilacin. Esta interpretacin tena

efectos reales. Por ejemplo, justificaba ciertas intervenciones de

la cultura dominante, como la apropiacin de ciertos territorios.

En la dcada de los 50 surgi un nuevo relato, que explicaba el

pasado como explotacin y el futuro como resurgimiento. Si bien se

poda suponer que los hechos de la existencia cotidiana de los nativos

norteamericanos no haban cambiado significativamente durante

este perodo, con un contexto receptor expresado en este nuevo

relato, surgi una nueva interpretacin de estos hechos.3 Se pas

entonces a considerarlos una expresin de resistencia y no de desorganizacin.

Esta nueva interpretacin tuvo tambin sus efectos

reales, incluyendo el nacimiento de un movimiento que enfrent a

la cultura dominante con la cuestin del derecho a la tierra. Bruner

llega a la siguiente conclusin:

En mi opinin, empezamos con una narracin que ya contiene un comienzo

y un fin, que enmarcan el presente y nos permiten interpretarlo.

No se trata de que tengamos inicialmente un conjunto de datos, los

hechos, y que debamos luego construir un relato o una teora para explicarlos.

Por el contrario... las estructuras narrativas que construimos

no son narraciones secundarias acerca de los datos sino narraciones

primarias que establecen lo que habr de considerarse como datos. Las

nuevas narraciones producen nuevo vocabulario, nueva sintaxis y un

nuevo significado en nuestros relatos etnogrficos; ellas definen lo que

constituye los datos de esos relatos (1986a, pg. 143).

Es evidente que el sentido de significado y continuidad que se logra

a travs de la narracin de las experiencias tiene un precio. Una

narracin no puede abarcar jams toda la riqueza de nuestra experiencia

vivida:

... la experiencia vital es ms rica que el discurso. Las estructuras narrativas

organizan la experiencia y le dan sentido, pero siempre hay

3. Adems de permitir una reinterpretacin de estos hechos, el segundo relato

tambin permiti a los aborgenes norteamericanos representar significados alrededor

de muchos aspectos de su experiencia vivida que no eran visibles en las lecturas

del primer relato.

RELATO, CONOCIMIENTO Y PODER 29

sentimientos y experiencias vividas que el relato dominante no puede

abarcar (E. Bruner, 1986a, pg. 143).

La estructuracin de una narracin requiere la utilizacin de un

proceso de seleccin por medio del cual dejamos de lado, de entre el

conjunto de los hechos de nuestra experiencia, aquellos que no encajan

en los relatos dominantes que nosotros y los dems desarrollamos

acerca de nosotros mismos. As, a lo largo del tiempo y por

necesidad, gran parte de nuestro bagaje de experiencias vividas queda

sin relatar y nunca es contado o expresado. Permanece amorfo,

sin organizacin y sin forma:

Algunas experiencias son rudimentarias, en el sentido de que simplemente

no entendemos lo que estamos experimentando, o bien porque

esas experiencias no son narrables, o bien porque carecemos de los

recursos representativos y narrativos, o porque nos falta vocabulario

(E. Bruner, 1986b, pgs. 6-7).

Si aceptamos que las personas organizan su experiencia y le dan

sentido por medio del relato, y que en la construccin de estos relatos

expresan aspectos escogidos de su experiencia vivida, se deduce que

estos relatos son constitutivos: modelan las vidas y las relaciones:

Es en la ejecucin de una expresin donde reexperimentamos, revivimos,

recreamos, relatamos, reconstruimos y reactualizamos nuestra

cultura. La ejecucin no libera un significado preexistente, que yaca

dormido en el texto... Por el contrario, la ejecucin misma es constitutiva

(E. Bruner, 1986, pg. 11).

De todo esto se desprende que la analoga del texto propone la

idea de que los relatos o narraciones que viven las personas determinan

su interaccin y su organizacin, y que la evolucin de las vidas

y de las relaciones se produce a partir de la representacin de tales

relatos o narraciones. De modo que la analoga del texto es

diferente de aquellas analogas que propondran, en las familias y

las personas, una estructura o patologa subyacente, constitutiva o

modeladora de sus vidas y relaciones.

La evolucin de las vidas y relaciones a travs de la representacin

de relatos se vincula con la relativa indeterminacin de todos

los textos. La presencia del significado implcito, de las diversas

perspectivas de los diferentes lectores de determinados acontecimientos,

y de una amplia gama de metforas disponibles para la

descripcin de tales eventos, confiere a todos los textos un cierto

3O MEDIOS NARRATIVOS PARA FINES TERAPUTICOS

grado de ambigedad. Y, en el sentido en que lo toma Iser (1978),

esta indeterminacin o ambigedad exige que las personas se comprometan

en la generacin de significado, bajo la gua del texto.

Al estudiar textos de cierto mrito literario, Jerome Bruner afirma:

Es esta relativa indeterminacin de un texto lo que permite un espectro

de actualizaciones. Y as, los textos literarios dan comienzo

a "representaciones" del significado, en vez de formularlo (J. Bruner,

1986, pg. 25).

Para Geertz, la indeterminacin de los textos y el aspecto constitutivo

de su representacin son motivo de satisfaccin:

Lionel Trilling cita en alguna parte la pregunta dolorosa, amarga y escptica

que formula un esteta del siglo XVIII. Cmo es que todos empezamos

siendo originales y terminamos siendo copias?. Esa pregunta

tiene una respuesta sorprendentemente alentadora: es el hecho

de copiar lo que permite inventar (1986, pg. 380).

Los relatos estn llenos de lagunas que las personas deben llenar

para que sea posible representarlos. Estas lagunas ponen en marcha

la experiencia vivida y la imaginacin de las personas. Con cada

nueva versin, las personas reescriben sus vidas. La evolucin vital

es similar al proceso de reescribir, por el que las personas entran en

los relatos, se apoderan de ellos y los hacen suyos.

As, la analoga textual nos introduce en un mundo intertextual,

y ello en dos sentidos. En el primero, afirma que las vidas de las personas

estn situadas en textos dentro de textos. En el segundo sentido,

cada vez que se cuenta o se vuelve a contar un relato, a travs

de su realizacin, surge un nuevo relato, que incluye al anterior y lo

ampla.

LA ANALOGA DEL TEXTO Y LA TERAPIA

Hemos examinado hasta aqu la idea de que las personas dan

sentido a sus vidas y relaciones relatando su experiencia y que, al interactuar

con otros en la representacin de estos relatos, modelan

sus propias vidas y relaciones. Si aceptamos esta propuesta, cmo

explicamos entonces la experiencia que una persona tiene de sus

problemas y la presentacin de stos para la terapia?4

En este sentido podran hacerse una serie de suposiciones. Po-

4. Creemos que terapia es un trmino inadecuado para describir el trabajo que

aqu se examina. El Penguin Macquarie Dictionary describe la terapia como trata

RELATO, CONOCIMIENTO Y PODER 31

driamos asumir que la experiencia de una persona es problemtica

para ella, por ejemplo, porque se la sita en relatos que otros tienen

acerca de ella y de sus relaciones, y que estos relatos son dominantes

en la medida en que no dejan espacio suficiente para la representacin

de los relatos preferidos por la persona. O podramos tambin

suponer que la persona en cuestin participa activamente en la

representacin de unos relatos que encuentra intiles, insatisfactorios

y cerrados, y que estos relatos no incluyen suficientemente la

experiencia vivida de la persona, o se hallan en contradiccin con

aspectos importantes de esa experiencia vivida.

Es posible, sin duda, explorar muchas otras especulaciones. Podramos

asumir, por ejemplo, que la experiencia de determinados

problemas y su presentacin en la terapia forma parte de la representacin

de un relato que se ha hecho popular en la sociedad occidental

en los ltimos aos. No obstante, y para los fines de este

anlisis, adoptamos el supuesto general de que las personas experimentan

problemas, para los que a menudo acuden a terapia, cuando

las narraciones dentro de las que relatan su experiencia y/o

dentro de las que su experiencia es relatada por otros no representan

suficientemente sus vivencias. Y por tanto, suponemos tambin

que en estas circunstancias, habr aspectos significativos de su

experiencia vivida que contradigan estas narraciones dominantes.

Cules son las implicaciones de estas suposiciones para la actividad

que llamamos terapia? Si aceptamos que los supuestos son razonables,

entonces podremos tambin dar por sentado que, cuando

alguien acude a terapia, un resultado aceptable para l podra ser la

identificacin o generacin de relatos alternativos que le permitan

representar nuevos significados, aportando con ellos posibilidades

ms deseables, nuevos significados, que las personas experimentarn

como ms tiles, satisfactorios y con final abierto.

miento de enfermedad, desorden, defecto, etc., por medio de medicinas o procesos

curativos. En nuestro trabajo, no entendemos los problemas en trminos de enfermedad,

y no creemos hacer nada que pueda relacionarse con una curacin.

Recientemente ha habido intentos de afrontar preocupaciones de esta ndole, y

en ciertos trabajos se ha propuesto la idea de conversacin teraputica (por ejemplo),

Anderson y Goolishian, 1988). Esta descripcin es atractiva, quiz, porque, en

parte, los trminos terapia y conversacin son contradictorios por definicin; y

conversacin cuestiona en cierto modo las realidades construidas y las mistificaciones

introducidas por el trmino terapia. No obstante, no estamos enteramente

de acuerdo con el hecho de que el trmino conversacin se considere suficiente

como descripcin de un enfoque basado en el re-relato de la experiencia, o con que

este trmino represente adecuadamente el singular proceso que describimos.

32 MEDIOS NARRATIVOS PARA FINES TERAPUTICOS

La experiencia vivida y los relatos alternativos

Se ha insistido en la idea de que las personas son ricas en experiencia

vivida, que slo una fraccin de esta experiencia puede relatarse

y expresarse en un determinado momento, y en que una gran

parte de la experiencia vivida queda inevitablemente fuera del relato

dominante acerca de las vidas y las relaciones de las personas. Estos

aspectos de la experiencia vivida que quedan fuera del relato dominante

constituyen una fuente, llena de riqueza y fertilidad, para

la generacin, o regeneracin de relatos alternativos.

Siguiendo a Goffman (1961), he llamado a aquellos aspectos de

la experiencia vivida que caen fuera del relato dominante, acontecimientos

extraordinarios. Al definir los acontecimientos extraordinarios,

Goffman afirma que en la estructuracin de la experiencia

en el entramado social del desarrollo de una persona a lo largo de

la vida... los acontecimientos extraordinarios son ignorados en favor

de aquellos cambios en el tiempo que son bsicos y comunes para

los miembros de una categora social, aunque sucedan independientemente

para cada uno de ellos (pg. 127).5 Las nociones de

Goffman de entramado social y categora social pueden equipararse

al relato dominante y al grupo de personas de determinada

identidad cuyas vidas estn situadas en este relato.

Si bien no es posible predecir la existencia de estos acontecimientos

extraordinarios a partir de una lectura del entramado social

o del relato dominante de la vida de una persona, estn siempre

presentes. Incluyen toda la gama de sucesos, sentimientos,

intenciones, pensamientos, acciones, etc., que tienen una localizacin

histrica, presente o futura, y que el relato dominante no puede

incorporar. La identificacin de los acontecimientos singulares puede

facilitarse mediante la externalizacin de la descripcin dominante,

saturada de problemas, de la vida y de las relaciones de una

persona. La externalizacin del relato saturado de problemas puede

iniciarse fomentando primero la externalizacin del problema y rastreando

despus la influencia del problema en la vida y las relaciones

de la persona. Se empieza por preguntar a las personas cmo ha

estado el problema afectando a sus vidas y sus relaciones. Al lograr

separarse de la descripcin de la vida saturada por el problema, de

la lectura habitual del relato dominante, las personas estn en mejo-

5. Para m, esta idea puede identificarse con la nocin de Bateson del proceso

estocstico: Si una secuencia de hechos combina un componente aleatorio con un

proceso selectivo, de modo que slo ciertos resultados del azar puedan perdurar, se

dice que esa secuencia es estocstica (1979, pg. 253).

RELATO, CONOCIMIENTO Y PODER 33

res condiciones para identificar los acontecimientos extraordinarios.

Esta externalizacin ayuda tambin a interrumpir la lectura y la

representacin habituales de estos relatos. Cuando las personas se

separan de sus relatos, pueden experimentar un sentimiento de

agencia personal; y a medida que se apartan de la representacin de

sus relatos, se sienten capaces de intervenir en sus vidas y en sus relaciones.

El descubrimiento de acontecimientos extraordinarios, y

la externalizacin del problema, pueden fortalecerse despus instando

a las personas a describir su influencia, y la influencia de sus

relaciones con los otros, sobre la vida del problema. En el captulo

2 se expone detalladamente este enfoque (White, 1986a, 1988).

Una vez identificados los acontecimientos extraordinarios, se

puede invitar a las personas a atribuirles significados. Para que esta

asignacin de significado pueda realizarse, es necesario que los acontecimientos

extraordinarios se organicen en un relato alternativo. Y

en este proceso, como reconoce Vctor Turner (1986), el imaginar

desempea un papel muy importante. Se pueden introducir diversas

preguntas que ayuden a comprometer a las personas en esta adscripcin

de nuevos significados, preguntas que las involucren activamente

en para usar la expresin de Myerhoff (1982) la reescritura

de sus vidas y de sus relaciones. Estas preguntas pueden, por ejemplo,

invitar a las personas a explicar los acontecimientos extraordinarios

(por ejemplo: Cmo pudo usted resistirse a la influencia del

problema en esta ocasin?); o bien invitarlas a redescribirse a s mismas

y a redescribir a los otros y sus relaciones con ellos segn lo que

se refleja en los acontecimientos extraordinarios (por ejemplo: Usted

logr resistirse al problema, qu le dice eso de usted como persona?

); o finalmente, invitarlas a reflexionar acerca de algunas de

las nuevas posibilidades que abren los acontecimientos extraordinarios

(por ejemplo: Cmo cree usted que esta informacin sobre usted

mismo afectar a sus prximos movimientos?).6 Al considerar la

terapia como un contexto para la reescritura de las vidas y las relaciones,

he propuesto una terapia de mrito literario (White, 1988).

A medida que los relatos alternativos se prestan a ser representados,

es posible expresar y difundir otros aspectos, amables pero

anteriormente negados, de la experiencia de la persona. Invitar a las

personas a convertirse en espectadores de su propia representacin

de estos relatos alternativos favorece la supervivencia de los relatos

y el sentido de agencia personal. Esto puede facilitarse alentando a

las personas a identificar aquellas expresiones de aspectos de la ex-

6. Consltense otros ejemplos de estas preguntas en White (1988).

34 MEDIOS NARRATIVOS PARA FINES TERAPUTICOS

periencia vivida que previamente habran quedado sin relatar, y a

revisar los verdaderos efectos de estas expresiones sobre sus vidas y

sus relaciones.

La resistencia de los nuevos relatos y su elaboracin pueden

tambin favorecerse reclutando un pblico externo. Este proceso

tiene una doble vertiente. En primer lugar, con el hecho de asistir a

la representacin de un nuevo relato, el pblico contribuye a la escritura

de nuevos significados; esto tiene efectos reales sobre la interaccin

de la audiencia con el sujeto del relato. En segundo lugar,

cuando el sujeto del relato lee la experiencia que la audiencia tiene

de la nueva representacin, ya sea a travs de la reflexin sobre

estas experiencias, ya sea por una identificacin ms directa, se embarca

en revisiones y extensiones del nuevo relato.

Como ya se expuso anteriormente, en una terapia de tradicin

oral la recuperacin de las vidas y relaciones se logra principal, aunque

no exclusivamente, haciendo preguntas. En una terapia que incorpora

la tradicin narrativa, esto se logra tambin recurriendo a

diversos documentos escritos. Ms adelante se presentan diferentes

formas de tales documentos.

En conclusin, la re-narracin de la experiencia necesita del

compromiso activo de las personas con la reorganizacin de su experiencia,

con la libre recombinacin de los factores naturales en

todas las pautas posibles (Turner, 1974, pg. 255). Y es esto, junto

con las invitaciones a ser conscientes de un proceso en el que son simultneamente

actores y pblico de su propia representacin, y en

el que cada uno produce sus propias producciones, lo que proporciona

un contexto de reflexividad (vase Tomm, 1987). Este contexto

aporta nuevas posibilidades a las personas respecto de la posesin

de s mismas, de los otros y de sus relaciones.

LA NARRACIN DOMINANTE COMO CONOCIMIENTO DOMINANTE Y UNIDAD DE

PODER

Un aspecto til de la analoga del texto es que nos ayuda a analizar

los relatos que proporciona el contexto sociopoltico de la experiencia

de la persona. El primer relato acerca de los nativos norteamericanos

estaba enmarcado por la ideologa dominante en cierta

poca en los Estados Unidos: el sueo del crisol donde se forjara

una sola Amrica. El segundo relato estaba enmarcado por ideales

diferentes, vinculados al naciente conocimiento del multiculturalismo

y la identificacin y valoracin de muchas Amricas, de la

RELATO, CONOCIMIENTO Y PODER 35

Amrica mltiple. Desde luego, es discutible hasta qu punto se ha

impuesto este segundo relato.

Al igual que los relatos de los aborgenes norteamericanos, tambin

los relatos de las personas que acuden a terapia estn enmarcados

en un contexto ms amplio. La analoga del texto no slo nos

proporciona un marco que nos permite tener en cuenta el contexto

sociopoltico de las personas cuyas vidas estn situadas en muchos

textos, sino que nos permite tambin estudiar la accin y los efectos

del poder sobre las vidas y las relaciones. Esta posibilidad es importante,

porque la perspectiva del poder se ha pasado frecuentemente

por alto en la literatura teraputica en general, y sobre todo en la benvola

visin que solemos tener de nuestras propias prcticas.

Los anlisis del poder que han aparecido en la literatura teraputica

lo han representado, tradicionalmente, en trminos individuales:

como un fenmeno biolgico que afecta a la psique del

individuo; o como una patologa individual que es el resultado inevitable

de experiencias personales tempranas y traumticas; o en

trminos marxistas, como un fenmeno de clase. Ms recientemente,

ciertos anlisis feministas del poder lo han enmarcado como un

fenmeno represivo especficamente vinculado a la diferencia entre

los sexos. Ello sensibiliz a muchos terapeutas respecto de las expe

riencias de malos tratos, explotacin y opresin relacionadas con el

sexo.

Si bien no dejamos de reconocer los efectos liberadores del anlisis

del poder en cuanto mecanismo represivo vinculado al sexo, creemos

que es importante tambin considerar el espectro ms general

del poder, no slo sus aspectos represivos sino al mismo tiempo sus

aspectos constitutivos. En este sentido es importante la obra de Michel

Foucault. La siguiente exposicin de la contribucin de Foucault

al anlisis del poder no es en modo alguno exhaustiva; por el

contrario, slo se presentan algunos de sus conceptos. Adems, los

lectores advertirn una cierta e inevitable superposicin de ideas entre

los diferentes apartados.

El conocimiento y el poder como constitutivos

Por lo general se afirma que el poder es represivo en su accin y

en sus efectos, y negativo en fuerza y carcter. Se dice del poder que

descalifica, limita, niega y contiene. Sin embargo, Foucault sostiene

que nosotros experimentamos sobre todo los efectos positivos y

constitutivos del poder, que estamos sujetos al poder por medio de

36 MEDIOS NARRATIVOS PARA FINES TERAPUTICOS

verdades normalizadoras que configuran nuestras vidas y nuestras

relaciones. Estas verdades, a su vez, se construyen o producen

en el funcionamiento del poder (Foucault, 1979, 1980, 1984a).

As, al examinar los efectos positivos del poder, Foucault no hace

referencia a lo positivo en el sentido usual, es decir, a lo positivo

como algo deseable o beneficioso. Se refiere ms bien a que el poder

es constitutivo o determinante de las vidas de las personas. La

idea de un poder cuyos efectos son negativos aporta una teora de la

represin, mientras que la idea de un poder cuyos efectos son positivos

conduce a una teora acerca de su papel en la construccin

de las vidas de las personas. Y al discutir las verdades, Foucault

no asume la creencia de que existen hechos objetivos o intrnsecos

respecto de la naturaleza de las personas, sino ms bien ideas construidas

a las que se asigna un status de verdad. Estas verdades son

normalizadoras en el sentido de que construyen normas en torno

a las cuales se incita a las personas a moldear o constituir sus vidas.

Se trata, por lo tanto, de verdades que especifican realmente las

vidas de las personas.

Segn Foucault, un efecto primario de este poder a travs de la

verdad y de esta verdad a travs del poder es la especificacin

de una forma de individualidad, una individualidad que es, a su vez,

un vehculo de poder. En vez de afirmar que esta forma de poder

reprime, Foucault sostiene que subyuga. Forja a las personas como

cuerpos dciles y las hace participar en actividades que apoyan la

proliferacin de conocimientos globales y unitarios, as como

tambin las tcnicas del poder. No obstante, al referirse a conocimientos

globales y unitarios Foucault no sugiere que haya conocimientos

universalmente aceptados. Se refiere, en cambio, a

aquellos conocimientos que pretenden constituir verdades unitarias

y globales: los conocimientos de la realidad objetiva de las modernas

disciplinas cientficas. Como sujetos de este poder, a travs

del conocimiento, somos:

...juzgados, condenados, clasificados, determinados en nuestras decisiones,

destinadas a un cierto modo de vivir y de morir, en funcin de

los verdaderos discursos que son los agentes de los efectos especficos

del poder (1980, pg. 94).

Los efectos constitutivos del poder que se ejerce por medio de las

verdades normalizadoras puede ejemplificarse a travs de la descripcin

que hace Foucault (1984a) de la historia del deseo sexual.

Al rastrear la historia de la sexualidad, Foucault cuestiona la creen-

RELATO, CONOCIMIENTO Y PODER 37

cia popular que afirma que, durante el rgimen Victoriano, el sexo y

el poder estaban vinculados a travs de una relacin represiva. Arguye,

por el contrario, que esta poca asisti a una proliferacin de

discursos referidos al sexo, y a una creciente incitacin a hablar

de l. Al indagar los detalles de este gran sermn sexual, describe

someramente los cambios en las prcticas confesionales durante

el siglo XVII y los desarrollos en las formas de controlar la sesexualidad

de los nios.

El nfasis en las prcticas confesionales se desplaz para incorporar

no slo los actos, sino tambin todos aquellos pensamientos,

sentimientos, fantasas, sueos, etc., que pudieran tener la ms leve

relacin con el deseo sexual. Con el propsito de detectar todas las

posibilidades, se introdujeron mtodos para vigilar las palabras que

las personas usaban y los movimientos corporales que hacan. Tambin

se idearon procedimientos para escuchar todas las formulaciones

del deseo sexual y para registrar y difundir las diversas observaciones

y descubrimientos de estas actividades. En resumen, en esta

poca se produjo la transformacin del deseo en discurso, junto con

la construccin de una verdad normativa acerca de la sexualidad.

Con respecto a la peligrosa sexualidad de los nios, surgi

todo un campo de opinin dedicado a su explicitacin y reglamentacin.

Aparecieron numerosos manuales que fomentaban, en pay

tutores, una preocupacin por el desarrollo sexual de los nios

y por las numerosas posibles complicaciones de tal proceso.

Estos manuales daban meticulosas instrucciones sobre los mtodos

correctos para supervisar la sexualidad infantil:

Alrededor del escolar y su sexualidad prolifer una literatura de preceptos.

Opiniones, observaciones, consejos mdicos, casos clnicos,

esbozos de reformas y planes para la creacin de instituciones ideales

(1984a, pg. 28).

As, segn Foucault, la idea de una represin sexual histrica y

una liberacin sexual moderna es una estratagema que disfraza lo

que ha sucedido realmente: una incitacin al discurso sobre el deseo

sexual, la construccin del conocimiento sobre la sexualidad, y

la especificacin de formas de sexualidad acordes a estas verdades

. Las vidas de las personas se constituyen a travs de estas especificaciones

y por medio de las tcnicas para la continua produccin

y proliferacin de discursos de verdad sobre el deseo sexual:

En realidad, lo que es singular en las sociedades modernas no es que

hayan condenado al sexo a una existencia en la sombra, sino que

38 MEDIOS NARRATIVOS PARA FINES TERAPUTICOS

se hayan dedicado a hablar de l ad infinitum, al tiempo que lo explotaban

como el secreto (1984a, pg. 35).

Poder/conocimiento

Al considerar la dimensin constitutiva del poder, Foucault llega

a la conclusin de que poder y conocimiento son inseparables, hasta

tal punto que prefiere colocar ambos trminos juntos: poder/conocimiento

o conocimiento/poder. Al estudiar la historia de los sistemas

de pensamiento, deduce que el surgimiento y el xito

espectacular de las disciplinas de vida, trabajo y lenguaje a partir

del siglo XVII, dependieron de las tcnicas de poder y que, a su vez,

la cualidad expansiva del poder moderno dependi del progreso en

la construccin de aquellos conocimientos que proponen la verdad

. As, es evidente que un dominio de conocimiento es un dominio

de poder, y un dominio de poder es un dominio de conocimiento:

No puede haber ejercicio posible del poder sin una cierta economa

de discursos de verdad, economa sta que acta mediante y sobre la

base de esta asociacin. Estamos sujetos a la produccin de verdad a

travs del poder y no podemos ejercitar el poder si no es a travs de

la produccin de verdad (1980, pg. 93).

Al situar juntos de este modo conocimiento y poder, Foucault se

opone a una concepcin del poder y el conocimiento que sugiere

que el conocimiento slo se hace problemtico cuando es ejercido

por aquellos que tienen poder para alcanzar sus propios fines. Sostiene,

en cambio, que todos nosotros actuamos coherentemente

dentro y a travs de un determinado campo de poder/conocimiento

y que, aunque estos actos tienen sus efectos reales, no pueden identificarse

con motivos especiales. Aqu Foucault no habla de todas las

formas de poder, sino de una forma de poder particularmente moderna

e insidiosa.

De este modo, Foucault nos libera de la preocupacin por el

punto de vista interno cuando se trata de explicar la accin del poder,

cuestionando las preocupaciones que podamos tener con respecto

a quin planifica sus efectos y a las decisiones que se tomen

sobre su ejercicio. Ya que todos estamos presos en una red o tela de

araa de poder/conocimiento, no es posible actuar fuera de este dominio,

y todos sufrimos simultneamente los efectos del poder y

ejercitamos este poder en relacin a los otros. Sin embargo, esto no

indica en modo alguno que todas las personas sean iguales en el

RELATO, CONOCIMIENTO Y PODER 39

ejercicio del poder, ni que unos no sufran ms que otros sus efectos

de dominacin.

Por lo tanto, no nos preguntamos por qu ciertas personas quieren

dominar, qu buscan, cul es su estrategia general. Preguntmonos,

en cambio, cmo funcionan las cosas en el nivel del sojuzgamiento

cotidiano, en el nivel de los procesos continuos e ininterrumpidos que

sujetan nuestros cuerpos, gobiernan nuestros gestos, dictan nuestros

comportamientos, etc. En otras palabras... deberamos tratar de descubrir

por qu los sujetos se constituyen gradual, progresiva, real y

materialmente a travs de una multiplicidad de organismos, fuerzas,

energas, materiales, deseos, pensamientos, etc. Deberamos tratar de

captar el sometimiento en su instancia material, como una constitucin

de los sujetos (1980, pg. 97).

La concepcin de Foucault de la inseparabilidad de poder y conocimiento

se refleja en su discrepancia con quienes sostienen el

predomiinio de unos conocimientos sobre otros. Pregunta qu conocimientos

alternativos quedaran descalificados y qu personas o

grupos de personas se veran disminuidos por este predominio?

Foucault sostiene que es el aislamiento en que se encuentran determinados

conocimientos respecto de los conocimientos discontinuos

que circulan a su alrededor lo que inviste a sus discursos con

el efecto del poder. Este aislamiento se logra fundamentalmente por

medio del desarrollo de discursos de realidad objetiva que permiten

a estos conocimientos ocupar un lugar en la jerarqua de los conocimientos

cientficos. Foucault rastre la historia de los conocimientos

cientficos a los que se otorg ese status, investigando sus

efectos, sus limitaciones y sus peligros.

La cuestin central de la filosofa y del pensamiento crtico desde el

siglo XVIII ha sido siempre: qu razn es la que usamos? Cules son

sus efectos histricos? Cules son sus lmites y cules sus peligros?

(1984b, pg. 249).

Anlisis del poder ascendente versus descendente

Foucault defiende un anlisis del poder ascendente, no descendente.

En vez de proponer que las tcnicas del poder son activadas

desde arriba para transformar a los que estn abajo, l propone

que el origen de estas tcnicas se produce en el nivel local. De hecho,

su disponibilidad fue un prerrequisito indispensable para el

40 MEDIOS NARRATIVOS PARA FINES TERAPUTICOS

xito de la expansin de los conocimientos unitarios y globales a

partir del siglo XVII, as como tambin para el surgimiento del capitalismo.

Estas tcnicas fueron esencialmente tcnicas de control social,

de sometimiento, dirigidas a la objetivizacin o cosificacin

de las personas, y a la objetivizacin de sus cuerpos. Se trataba, entre

otras, de tcnicas para la organizacin y distribucin de las personas

en el espacio, a fin de obtener la mayor eficiencia y economa;

para el registro y la clasificacin de las personas; para la exclusin

de grupos de gente y para la asignacin de identidad a esos grupos;

tcnicas para el aislamiento de las personas y para el desarrollo de

medios eficaces de observacin (vigilancia) y evaluacin.

Foulcault detall tambin la tecnologa elaborada para reclutar

personas que participaran activamente en su propio sometimiento.

Cuando se establecen las condiciones necesarias para que las personas

experimenten una evaluacin continua segn determinadas

normas institucionalizadas, cuando no se puede escapar a estas

condiciones, y cuando se puede aislar a las personas en su experiencia

de tales condiciones, esas personas se convierten en sus propios

guardianes. En estas circunstancias, los individuos evaluarn

perpetuamente su propio comportamiento y actuarn sobre ellos

mismos para convertirse en cuerpos dciles.7 Segn Foucault, vivimos

en una sociedad en que la evaluacin, o juicio normalizador,

ha reemplazado a la accin judicial y a la tortura como mecanismo

primario de control social: la nuestra es la sociedad de la mirada

omnipresente.8

As, la preocupacin de Foucault va ms all de la ideologa y sus

efectos. Se ocupa de las tcnicas mismas de poder necesarias para

el desarrollo del conocimiento:

Es al mismo tiempo mucho ms y mucho menos que la ideologa. Es la

produccin de instrumentos eficaces para la formacin y acumulacin

de conocimiento: mtodos de observacin, tcnicas de registro,

procedimientos para la investigacin, aparatos de control. Todo esto

significa que el poder, cuando es ejercido por medio de estos sutiles

mecanismos, necesariamente desarrolla, organiza y pone en circula-

7. La anorexia nerviosa y la bulimia constituyen probablemente la mxima expresin

de esta forma de poder.

8. Segn Foucault (1979), el panptico de Jeremy Bentham fue propuesto como

un modelo ideal para esta forma de control social. Este modelo se examina ms explcitamente

en el captulo 2. Puede argumentarse que, en las relaciones entre los sexos,

este modelo es parcial: es ms frecuente que los hombres sean los instrumentos

de la mirada normalizadora y las mujeres su objeto.

RELATO, CONOCIMIENTO Y PODER 4 1

cin un conocimiento, o ms bien, ciertos aparatos de conocimiento,

que no son constructos ideolgicos (1980, pg. 102).

Foucault argumenta tambin que, as como estas tcnicas fueron

desarrolladas en el nivel local, es tambin en este nivel donde el

ejercicio del poder est menos oculto y, por lo tanto, es ms accesible

a la crtica. Promueve el estudio de la historia del poder y de sus

efectos en los extremos de la sociedad, como en clnicas, organizaciones

locales, la familia, etctera.

Conocimientos subyugados

Foucault no slo ofrece un anlisis de las teoras totalitarias

globales sino que revisa tambin otros conocimientos, los que 11ama

conocimientos subyugados. Propone, as, dos clases de conocimientos

subyugados. Una est constituida por los conocimientos

eruditos previamente establecidos, que han sido excluidos por la

revisin de la historia llevada a cabo a partir de la aparicin de un

conocimiento ms global y unitario. Segn Foucault, estos conocimientos

eruditos han estado enterrados, ocultos y disfrazados en

una coherencia funcional de sistematizaciones formales, que est

destinada a enmascarar los efectos de ruptura del conflicto y la lucha.

Slo se pueden resucitar estos conocimientos por medio de una

erudicin cuidadosa y meticulosa; y en esta resurreccin se hace visible

una vez ms la historia de la lucha, y se cuestionan las pretensiones

de verdad unitaria.9

La segunda clase de conocimientos subyugados est constituida

por aquellos que Foulcault denomina conocimientos populares locales

o indgenas, es decir, los conocimientos regionales que

estn actualmente en circulacin, pero a los que se niega el espacio

en el que podran representarse adecuadamente. Se trata de conocimientos

que sobreviven en los mrgenes de la sociedad y que se consideran

de bajo rango, insuficientes y exiliados del dominio legtimo

de los conocimientos formales y las ciencias aceptadas. Son los

conocimientos ingenuos, ubicados muy abajo en la jerarqua, por

debajo del nivel exigido de cognicin o cientificidad (Foucault,

1980).

Foucault seala que, a travs de la recuperacin de los detalles

de estos conocimientos autnomos y descalificados (en la unin

9. Como ejemplo de un intento de resucitar el conocimiento erudito sometido,

vase: Dale Spender, Women of Ideas: And What Men Have Done to Them (1983).

42 MEDIOS NARRATIVOS PARA FINES TERAPUTICOS

del conocimiento erudito y los recuerdos locales) podemos redescubrir

la historia de las luchas y los conflictos. Y, al proporcionar un

espacio adecuado en el que estos conocimientos puedan realizarse,

podemos desarrollar una crtica efectiva de los conocimientos dominantes,

una crtica cuya validez no dependa de la aprobacin de

los regmenes de pensamiento establecidos.

Creo que es a travs del resurgimiento de estos conocimientos de

bajo rango, estos conocimientos no cualificados, incluso directamente

descualificados... y que implican lo que yo llamara un conocimiento

popular... que es a travs de la reaparicin de este conocimiento,

de estos conocimientos populares locales, de estos

conocimientos descualificados, que la crtica realiza su obra (1980,

pg. 82).

As, es evidente que Foucault no propone ideologa alternativa

alguna, ningn otro conocimiento unitario ideal alrededor del cual

podamos organizar nuestras vidas. Y tampoco sugiere que sea posible

negar el conocimiento, es decir, experimentar el mundo y actuar,

fuera de los efectos mediadores del conocimiento y de las prcticas

discursivas. Ni tampoco defiende un retorno a una versin del

positivismo que intente establecer prcticas basadas en la idea de

una experiencia inmediata que escape al confinamiento en el conocimiento

. Defiende, en cambio, la insurreccin de los conocimientos

subyugados contra las instituciones y contra los efectos

del conocimiento y del poder que invisten al discurso cientfico, la

insurreccin de los conocimientos:

...que se oponen principalmente no a los contenidos, mtodos o conceptos

de una ciencia, sino a los efectos de los poderes centralizadores

que estn vinculados a la institucin y al funcionamiento de un

discurso cientfico organizado dentro de una sociedad, como la nuestra

(1980, pg. 84).

RELATOS ALTERNATIVOS Y DISCURSOS CULTURALMENTE DISPONIBLES

He sostenido que la analoga del texto proporciona un marco

que nos permite considerar el contexto sociopoltico ms amplio de

las vidas y relaciones de las personas, y que el anlisis de Foucault

del poder/conocimiento puede proporcionarnos ciertos detalles de

ese contexto ms amplio. Tambin he presentado un resumen de

RELATO, CONOCIMIENTO Y PODER 43

aspectos del pensamiento de Foucault vinculados al poder y el

conocimiento. Cules son las implicaciones prcticas para la terapia?

En la exposicin de la analoga del texto se ha sostenido que el

significado se consigue a travs de la estructuracin de la experiencia

en relatos, y que la representacin de esos relatos es constitutiva

de las vidas y las relaciones. Como esta narracin de la experiencia

depende del lenguaje, al aceptar esta premisa estamos tambin proponiendo

la idea de que asignamos significado a nuestra experiencia

y constituimos nuestras vidas y relaciones a travs del lenguaje.

Al usar el lenguaje no estamos comprometindonos en una actividad

neutral. Existe una reserva de discursos culturalmente asequibles

que se consideran apropiados y relevantes para la expresin o

representacin de determinados aspectos de la experiencia. As,

nuestra comprensin de nuestra experiencia vivida, incluida la que

conocemos como autocomprensin, est mediatizada por el lenguaje.

Y es de suponer que esos discursos de verdad de los conocimientos

unitarios y globales contribuyen significativamente a esta

mediacin de la comprensin y a la constitucin de las personas y

de las relaciones.

Ahora bien, cmo modifica esto nuestra visin general de la experiencia

que una persona tiene de un problema? Segn esa visin

general las personas experimentan problemas que con frecuencia

llevan a la terapia cuando las narraciones en las que cuentan su

experiencia y/o en las que su experiencia es narrada por otros, no rentan

suficientemente su experiencia vivida y, en estas circunstancias,

habr aspectos significativos de sus vivencias que contradigan

esta narracin dominante. En primer lugar, a la luz del anlisis

de Foucault, podramos suponer adems que aquellas narraciones

que no representan suficientemente las experiencias vividas de una

persona o entran en contradiccin con aspectos vitales de esa experiencia,

estn significativamente influidas por los discursos de verdad

de los conocimientos unitarios. En segundo lugar, podramos

suponer que las personas son incitadas a realizar acciones, a travs

de las tcnicas de poder, que afectan a sus vidas y a sus relaciones, a

fin de someterse y someter a otros a las especificaciones referentes

a la condicin y las relaciones personales contenidas en estos discursos

de verdad.

A continuacin expongo algunas ideas sobre una orientacin teraputica

muy influida por el pensamiento de Foucault. Seguir

luego una discusin de ciertas prcticas teraputicas basadas en el supuesto,

ya mencionado, acerca de cmo las personas experimentan los

problemas, a la luz del anlisis de Foucault del poder/conocimiento.

44 MEDIOS NARRATIVOS PARA FINES TERAPUTICOS

Orientacin teraputica

Al aceptar el anlisis de Foucault acerca del surgimiento de conocimientos

globales y unitarios (es decir, los conocimientos cientficos

con pretensiones globales y unitarias de verdad), debemos

mostrarnos cautos a la hora de situar nuestras prcticas en los discursos

de verdad de las disciplinas profesionales, aquellos discursos

que proponen y defienden explicaciones de realidad objetiva respecto

de la condicin humana. Y dado que es el aislamiento de estos

conocimientos de los conocimientos en general, as como tambin

su establecimiento en la jerarqua de la cientificidad, lo que los dota

de poder, debemos cuestionar el aislamiento de los conocimientos

de las disciplinas profesionales respecto al campo de los conocimientos

discontinuos. Adems debemos cuestionar tambin el cientificismo

de las ciencias humanas.

Si aceptamos que poder y conocimiento son inseparables que

un mbito de conocimiento es un mbito de poder, y un mbito de

poder es un mbito de conocimiento y si aceptamos que simultneamente

soportamos los efectos del poder y ejercemos poder sobre

otros, entonces no podemos contemplar con aquiescencia nuestras

prcticas. Ni tampoco podemos dar simplemente por sentado que

nuestras prcticas estn fundamentalmente determinadas por nuestras

propias motivaciones o que podemos evitar toda participacin

en el campo del poder/conocimiento a travs de un examen de tales

motivos personales.

Deberamos suponer, por el contrario, que estamos siempre participando

simultneamente en mbitos de poder y de conocimiento.

As, deberamos esforzarnos por establecer condiciones que nos

ayuden a criticar nuestras prcticas formadas en ese mbito. Deberamos

trabajar para identificar el contexto de las ideas en las que

nuestras prcticas estn situadas, y explorar la historia de esas ideas.

Esto nos permitira identificar ms rpidamente los efectos, peligros

y limitaciones de estas ideas y de nuestras propias prcticas. Y

en vez de pensar que la terapia nada tiene que ver con el control social,

supondramos que esa posibilidad est siempre muy presente.

Por lo tanto, trataramos de identificar y criticar aquellos aspectos

de nuestro trabajo que podran vincularse con las tcnicas de control

social.

Si aceptamos la propuesta de Foucault de que las tcnicas de poder

que incitan a las personas a constituir sus vidas a travs de la

verdad se desarrollan y perfeccionan en el nivel local y se adoptan

luego en niveles ms amplios, entonces, al unirnos a otras personas

RELATO, CONOCIMIENTO Y PODER 45

pura cuestionar estas prcticas, debemos aceptar tambin que estamos

inevitablemente comprometidos en una actividad poltica. (Y

por otra parte, tendramos asimismo que reconocer que, si no nos

unimos con otras personas para cuestionar estas tcnicas de poder,

tambin estamos comprometindonos en una actividad poltica.)

No se trata de una actividad poltica que implique la propuesta de

una ideologa alternativa, sino de una actividad poltica que cuestiona

las tcnicas por medio de las cuales se somete a las personas a

una ideologa dominante.

Apartarse de los conocimientos unitarios

La externalizacin del problema ayuda a las personas a identificar

los conocimientos unitarios y los discursos de verdad que las

estn sometiendo, y a liberarse de ellos. Al describir la influencia del

problema en la vida y las relaciones de la persona, estos conocimientos

unitarios pueden ponerse en evidencia alentando a las personas

a identificar ciertas creencias acerca de ellas mismas, los

otros y sus relaciones, que se refuerzan y confirman continuamente

debido a la presencia del problema. Por lo general estas creencias

estn vinculadas a una sensacin de fracaso a la hora de lograr ciertas

expectativas, cumplir ciertas especificaciones y satisfacer determinadas

normas. Estas expectativas, especificaciones y normas

pueden dar detalles sobre las verdades de los conocimientos unitarios.

Entonces ser posible explorar la historia del efecto de estas

verdades en la constitucin de la vida y las relaciones de esas personas.

A travs de este proceso de externalizacin, las personas

adoptan una perspectiva reflexiva respecto de sus vidas, y pueden

considerar nuevas opciones para cuestionar las verdades que experimentan

como definidoras y especificadoras de ellas mismas y de

sus relaciones. Esto les ayudar a negarse a la cosificacin de sus

personas y sus cuerpos a travs del conocimiento.

Cuestionamiento de las tcnicas de poder

Tal como sucede con los conocimientos unitarios, las tcnicas de

poder que incitan a las personas a constituir sus vidas a travs de

la verdad pueden cuestionarse recurriendo a la externalizacin

del problema. Como se mencion anteriormente, estas tcnicas incluyen:

las de organizacin de las personas en el espacio, las de re46

MEDIOS NARRATIVOS PARA FINES TERAPUTICOS

gistro y clasificacin de las personas, las de exclusin de grupos de

personas y las de asignacin de identidad a estos grupos, as como

tambin las tcnicas para el aislamiento de las personas y para asegurar

medios eficaces de vigilancia y evaluacin.

A medida que indagamos los efectos del problema sobre las vidas

y las relaciones de las personas, es posible identificar las

exigencias necesarias para la supervivencia del problema. Estas exigencias

incluyen la organizacin especfica de las personas,

as como tambin determinadas relaciones consigo mismas y con

los dems; y pueden identificarse explorando la manera en que el

problema parece obligar a las personas a tratar a los dems y a s

mismas. As, se revelan los detalles de las tcnicas de poder a que las

personas estn sujetas, sometindose ellas mismas y sometiendo a

los dems.

Una vez identificadas estas tcnicas, es posible localizar acontecimientos

extraordinarios por medio de una investigacin de aquellas

ocasiones en que la persona podra haberse sometido a estas tcnicas

pero se neg a hacerlo. Entonces se puede invitar a la persona

a generar significados alrededor de estos acontecimientos extraordinarios.

Con este propsito se pueden formular preguntas respecto

al modo en que la negativa de la persona a proceder segn las exigencias

del problema podra haberle ayudado a combatir ese

problema y, por ende, las ideas que lo refuerzan y de las que depende

para su supervivencia. Despus se pueden identificar y vincular

entre s otros ejemplos de desafo con el fin de presentar un relato

histrico de resistencia. Se puede invitar a reflexionar sobre otras

posibles oportunidades de extender este relato de resistencia y sobre

los probables efectos sobre la vida y las relaciones de la persona, en

caso de que la resistencia tenga xito. Al identificar estos acontecimientos

extraordinarios, ser posible cuestionar eficazmente el sometimiento

a las tcnicas de juicio normalizador, o sea, a la evaluacin

y clasificacin de las personas y sus relaciones segn las

verdades dominantes. Los cuerpos dciles se convierten as en

espritus animados.

Resurreccin de los conocimientos subyugados

En la medida en que el desenlace deseable de la terapia es la generacin

de historias alternativas que incorporen aspectos vitales y

anteriormente negados de la experiencia vivida, y en la medida en

que estos relatos incorporan conocimientos alternativos, puede afir-

RELATO, CONOCIMIENTO Y PODER 47

marse que la identificacin y provisin del espacio para la representacin

de estos conocimientos es un aspecto central del esfuerzo

teraputico.

Como hemos visto, la externalizacin del problema puede utilizarse

para identificar y externalizar el conocimiento unitario. Esto

es til porque ayuda a las personas a cuestionar las verdades que

especifican sus vidas, es decir, a no dejarse subyugar por los conocimientos

unitarios. Adems, al ayudar a las personas a apartarse de

estos conocimientos unitarios, la externalizacin abre un espacio

para la identificacin y la circulacin de conocimientos alternativos

o subyugados.

En la anterior exposicin acerca de analoga textual y terapia, se

propuso la idea de que es posible generar y regenerar relatos alternativos

a travs de la representacin de significado alrededor de

acontecimientos extraordinarios. Esta representacin puede tambin

proporcionar una base para la identificacin de los conocimientos

subyugados y para la apertura de espacios en los que puedan

circular estos conocimientos. Y tambin en este caso la

identificacin de estos acontecimientos extraordinarios puede verse

facilitada por la externalizacin del problema.

Despus de la externalizacin de los conocimientos unitarios, se

pueden localizar acontecimientos extraordinarios investigando

aquellos aspectos de la vida de la persona (y de las cualidades que

experimenta en relacin con los otros) que es capaz de valorar, pero

que no encajan con lo que especifican estos conocimientos unitarios,

es decir, que no se adaptan a las normas y expectativas propuestas

por estos conocimientos. Luego se puede alentar a las

personas a descubrir las importantes implicaciones que estos acontecimientos

extraordinarios tienen para ellas mismas y sus relaciones,

y a identificar aquellos conocimientos extraordinarios que podran

incorporar estas nuevas comprensiones. De este modo se hace

posible la representacin de conocimientos locales, populares o indgenas.

Tambin pueden identificarse conocimientos eruditos por medio

de trabajos arqueolgicos. Se puede pedir a las personas que

investiguen los archivos de su familia y su comunidad, as como

aquellos documentos histricos que podran tener relacin con los

mbitos especficos de sus prcticas vitales, en un intento de localizar

conocimientos previamente establecidos que concuerden con

los acontecimientos y los conocimientos extraordinarios. Al establecer

estos relatos histricos de conocimientos subyugados, y al invitar

a la reflexin acerca de cmo se podra abrir un espacio para la

48 MEDIOS NARRATIVOS PARA FINES TERAPUTICOS

futura representacin y circulacin de estos conocimientos, las personas

pueden apreciar su singular historia de lucha y asumir ms

explcitamente estos conocimientos en la constitucin de sus propias

vidas y relaciones. En terapia, cuando las personas asumen estos

conocimientos extraordinarios asistimos, como dice Foucault, a

la insurreccin de los conocimientos subyugados.

TRADICIONES ORALES Y ESCRITAS: UNA DISTINCIN

Este captulo se ha centrado en ciertos avances recientes de la teora

social, con particular referencia a la analoga del texto, a la historia

de los sistemas de pensamiento de Foucault y, en trminos

generales, a la relevancia de estas nociones para esa actividad comnmente

denominada terapia. Aunque en nuestra cultura occidental

los medios de las terapias institucionalizadas son fundamental

y predominantemente orales, en este libro destacamos sobre

todo la tradicin escrita. Permtaseme distinguirla brevemente de la

tradicin oral.

Evidentemente, habla y escritura son diferentes. Si bien puede

afirmarse que la palabra hablada precedi a la palabra escrita en un

sentido histrico, y que la escritura se bas en el habla, tambin se

puede establecer que, en las sociedades que leen y escriben, ambas

tradiciones han evolucionado como formas independientes. Refirindose

a las diferencias entre el lenguaje oral y el escrito, Stubbs

(1980) afirma: El lenguaje escrito no representa directamente al

lenguaje oral. Se desprende de ciertos hechos la evidencia de que los

dos sistemas son, al menos parcialmente, autnomos (pg. 41). Despus

de pasar revista a algunas de las diferentes formas del lenguaje

escrito y sus relaciones con la lengua hablada, Sutbbs sostiene que:

...tenemos que aceptar, que en las comunidades con un elevado desarrollo

de la lectura y la escritura, al menos para cierta gente, el vnculo

entre lenguaje hablado y escrito est claramente debilitado, y

que las formas escritas suelen perder algo de su carcter secundario

y adquirir un carcter primario e independiente (pg. 41).

El status de verdad asignado al lenguaje oral y al escrito, as

como su xito relativo, dependen, en cierta medida, de su campo de

actividad. Sin duda, en muchos de los mbitos oficiales de nuestra

sociedad, poner algo por escrito es ms prestigioso. Pero en otros

medios prevalece la idea que tan bien expresa esta frase popular:

RELATO, CONOCIMIENTO Y PODER 49

Slo lo creer si lo oigo de su propia boca. Pese a ello, en nuestra

cultura prevalece un mecanismo general que refuerza la importancia

de una dimensin escrita para nuestro trabajo. En muchas circunstancias,

lo escrito adquiere una insuperable autoridad, por el

hecho de que no se oye sino que se ve. En el mundo occidental hay

una antigua tradicin que privilegia a la vista sobre los otros sentidos,

una tradicin de oculocentrismo.10

Es una prctica cultural habitual depositar una extraordinaria

confianza y una gran fe en lo que puede verse con los ojos. Esto

queda reflejado en la abundancia de adjetivos que existen para atribuir

capacidad de conocimiento a las personas y exactitud a las ideas.

Esos adjetivos son predominantemente oculares. Por ejemplo, de

las personas que supuestamente poseen un conocimiento legtimo

de algo se dice que son visionarias, perceptivas, clarividentes.

Por el contrario, si se considera que una persona carece de esas cualidades,

se la llama ciega, corta de miras. Y de ideas elevadas se

dice que son iluminadoras, esclarecedoras.

La tradicin escrita

Stubbs (1980), al resear la contribucin de los sistemas de escritura,

afirma que una sociedad que los posee tiene nuevos recursos

intelectuales que facilitan enormemente el pensamiento, porque:

1. Cada generacin no tiene ya que empezar desde el principio o

desde lo que la generacin anterior recuerda y transmite.

2. La escritura permite la acumulacin de sabidura registrada.

3. La escritura permite que los descubrimientos sean registrados en

una forma que hace ms fcil estudiarlos y considerarlos crticamente,

y ello a su vez conduce a ms descubrimientos.

4. El nivel de informacin de la lengua escrita es ms elevado y

menos predecible.

5. La escritura transforma drsticamente la relacin maestro-alumno,

y favorece la independencia de pensamiento, ya que puede

haber conocimiento sin conocedor, conocimiento que exista independientemente

en los libros (pg. 107).

10. Muchos autores, particularmente del mundo intelectual francs, han identificado

la proliferacin de la razn con la tradicin de oculocentrismo, y la han criticado

con dureza. Unos, como Irigaray (1974), han propuesto privilegiar otros sentidos.

Otros, como Foucault, se han limitado a criticarlas prcticas oculocentristas,

como la mirada normalzadora y sus efectos de sometimiento.

50 MEDIOS NARRATIVOS PARA FINES TERAPUTICOS

Se puede argumentar que estas supuestas ventajas son al mismo

tiempo relativas y dependientes de la cultura. Por ejemplo, se ha demostrado

que en determinadas culturas puede existir un pensamiento

independiente transmitido por otros medios, incluyendo la

narracin oral, el canto y la danza. ste es el caso de muchos de los

conocimientos de los aborgenes australianos, que existan en la letra

de ciertas canciones, con las que creaban el mundo cantando,

a lo largo de las generaciones (Chatwin, 1988).

Sin embargo, si bien aceptamos que las conclusiones de Stubbs

adolecen, en alguna medida, de cierto etnocentrismo, consideramos

tambin que apoyan la proposicin de que, en nuestra cultura, el

uso de la tradicin escrita en terapia promueve la formalizacin, legitimacin

y continuidad de los conocimientos populares locales, la

autoridad independiente de las personas y la creacin de un contexto

para el surgimiento de nuevos descubrimientos y posibilidades.

La tradicin escrita y el tiempo

Para percibir el cambio en su vida para experimentar que su

vida progresa y para percibir que est cambiando, una persona

necesita mecanismos que le ayuden a organizar los eventos de su

vida en el contexto de secuencias coherentes en el tiempo, a travs

del pasado, el presente y el futuro. Dicho de otro modo, la deteccin

del cambio es vital para la representacin de significados y para experimentar

agencia personal en la propia vida; y esta deteccin del

cambio es engendrada por la introduccin de una concepcin lineal

del tiempo. Pese a ello, la dimensin temporal ha sido frecuentemente

ignorada en el mundo de la terapia.

Como el concepto de que el tiempo es lineal requiere la capacidad

de registrar secuencias de hechos (Stubbs, 1980), y como la

escritura es el instrumento ideal para proporcionar tal registro,

podra parecer que la tradicin escrita fuera un importante mecanismo

para la introduccin de la concepcin lineal del tiempo y,

por ende, para la generacin de significado en nuestras vidas. Las

personas que acuden a terapia suelen sentirse incapaces de intervenir

en una vida que se les aparece como inmutable; estn bloqueadas

en su bsqueda de nuevas posibilidades y significados alternativos.

En consecuencia, es posible que la tradicin escrita, en

la medida en que permite reflejar la experiencia sobre la dimensin

temporal, tenga mucho que ofrecer en las actividades definidas

como terapia.

RELATO, CONOCIMIENTO Y PODER 51

Organizacin de la informacin

Al establecer distinciones entre lenguaje escrito y hablado,

en funcin de las limitaciones impuestas por la conciencia focal,

Chafe (1985) introduce la nocin de unidades de idea. Las unidades

de idea representan la capacidad de memoria a corto plazo

de una persona, una capacidad que fija y limita la cantidad de informacin

que podemos recibir en determinado momento en el

tiempo:

...una unidad de idea expresa lo que se retiene en la memoria a corto

plazo en determinado momento; que la memoria a corto plazo contiene

aproximadamente la cantidad de informacin que puede expresarse

cmodamente con unas siete palabras en ingls; y que el contenido

de la memoria a corto plazo cambia aproximadamente cada dos

segundos... (pg. 106).

Segn Chafe, la lengua escrita no slo libera a las personas de las

restricciones impuestas por la limitada capacidad temporal e informacional

de la conciencia focal en el sentido de que tenemos

tiempo para dejar vagar nuestra atencin por una gran cantidad de

informacin y dedicarla a una organizacin ms deliberada de los

recursos lingsticos sino que proporciona tambin el mecanismo

mediante el cual puede incrementarse significativamente el contenido

informacional de las unidades de idea, y a travs del cual eslas

unidades pueden reorganizarse en diferentes relaciones de

dependencia.

As, siguiendo la lnea de Chafe, podemos defender la introduccin

de la tradicin escrita en terapia, basndonos en el hecho de

que permite aumentar la cantidad de informacin que puede procesarse

en nuestra memoria a corto plazo en un momento dado. Adems,

la tradicin escrita permite la organizacin ms deliberada

de los recursos lingsticos y la reorganizacin de unidades

de idea en diferentes relaciones de dependencia. Es decir, puede

sostenerse que la escritura proporciona un mecanismo por el cual

las personas pueden participar ms activamente en la determinacin

de la organizacin de la informacin y la experiencia, as

como en la produccin de diferentes relatos de los eventos y las experiencias.

Estos comentarios referentes a la utilidad de la escritura tienen

tanta importancia para el lector como para el escritor, y tanta importancia

para el terapeuta como para la persona que acude a terapia.

52 MEDIOS NARRATIVOS PARA FINES TERAPUTICOS

CONCLUSIN

He presentado hasta aqu un resumen de algunos avances recientes

de la teora social, prestando especial atencin a la analoga

del texto y al pensamiento de Foucault: he explicado diversas propuestas

referentes a las caractersticas de una terapia que se ajusta

a estas ideas; y he defendido la incorporacin de los medios escritos

a la terapia. Esta ltima propuesta no es nueva en absoluto. Hay ya

bibliografa sobre el tema que aborda este aspecto. No intentar

aqu resumir esa bibliografa; los lectores que deseen consultarla

pueden comenzar con el texto de Burton, The Use of Written Productions

in Psychotherapy (1965).

Con respecto a las tradiciones oral y escrita, si bien David Epston

y yo no asignamos mayor jerarqua a una que a otra, ambos privilegiamos

la tradicin oral en nuestro trabajo. Conversamos con la

mayora de las personas que buscan nuestra ayuda, pero no les escribimos

a todas, ni participamos con todas en la co-construccin

de versiones escritas de nuevas historias.11

Con frecuencia, la falta de tiempo limita nuestra utilizacin de la

tradicin escrita. Sin embargo, al revisar las ventajas de esta tradicin,

mientras escribamos este libro, nos hemos visto obligados a

cuestionar la conveniencia de organizar nuestra actividad en torno

al tiempo como factor determinante.

11. Esto no siempre es as. Muchas veces hemos trabajado valindonos de medios

literarios con personas que buscan nuestra ayuda pero se niegan a hablar con nadie,

y tambin con aquellas que no quieren ver a persona alguna.

2. LA EXTERNALIZACIN DEL PROBLEMA1

La extemalizacin es un abordaje teraputico que insta a las personas a cosificar y, a veces, a personificar, los problemas que las oprimen. En este proceso, el problema se convierte en una entidad separada, externa por tanto a la persona o a la relacin a la que se atribua. Los problemas considerados inherentes y las cualidades relativamente fijas que se atribuyen a personas o relaciones se hacen as menos constantes y restrictivas.

He planteado la descripcin saturada por el problema como un relato dominante de la vida familiar. Al ayudar a los miembros de la familia a separarse y separar sus relaciones del problema, la externalizacin abra la posibilidad de que se describieran a s mismos y a sus relaciones desde una perspectiva nueva, no saturada por el problema; permita el desarrollo de una historia alternativa de la vida familiar, ms atractiva para los miembros de esa familia.Desde esta nueva perspectiva, las personas eran capaces de descubrir hechos acerca de sus vidas y relaciones que anteriormente, desde el relato saturado por el problema, no estaban en condiciones de percibir, hechos que contradecan este relato y proporcionaban los ncleos para la generacin de nuevas historias.

He observado que la externalizacin de los problemas ayuda a las personas en su lucha contra los mismos, y he llegado a la conclusin de que, este abordaje:

1. Hace disminuir los conflictos personales ms estriles incluyendo las disputas en torno a quin es responsable del problema.

2. Combate la sensacin de fracaso que aparece en muchas personas ante la persistencia del problema pese a sus intentos de resolverlo.

3. Allana el camino para que las personas cooperen entre s, se unan en una lucha comn contra el problema y logren sustraerse a su influencia.

4. Abre nuevas posibilidades de que las personas acten para apartar sus vidas y relaciones de la influencia del problema.

5. Permite a las personas afrontar de un modo ms desenfadado, ms eficaz y menos tenso problemas que parecan terriblemente serios.

6. Ofrece opciones de dilogo, y no de monlogo, sobre el problema.

En el contexto