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Me levantare y volveré a la casa de mi padre... Jesús dijo: Cierto hombre tenía dos hijos; y el menor de ellos le dijo al padre: "Padre, dame la parte de la hacienda que me corresponde." Y él les repartió sus bienes. No muchos días después, el hijo menor, juntándolo todo, partió a un país lejano, y allí malgastó su herencia viviendo perdidamente. Cuando lo había gastado todo, vino una gran hambre en aquel país, y comenzó a pasar necesidad. Entonces fue y se acercó a uno de los ciudadanos de aquel país, y él lo mandó a sus campos a apacentar cerdos. Y deseaba llenarse el estómago de las algarrobas que comían los cerdos, pero nadie le daba nada. Entonces, volviendo en sí, dijo: "¡Cuántos de los trabajadores de mi padre tienen pan de sobra, pero yo aquí perezco de hambre! "ME LEVANTARÉ e iré a mi padre, y le diré: 'Padre, he pecado contra el cielo y ante ti; ya no soy digno de ser llamado hijo tuyo; hazme como uno de tus trabajadores .'" Y levantándose, fue a su padre. Y cuando todavía estaba lejos, su padre lo vio y sintió compasión por él, y corrió, se echó sobre su cuello y lo besó. Y el hijo le dijo : "Padre, he pecado contra el cielo y ante ti; ya no soy digno de ser llamado hijo tuyo." Pero el padre dijo a sus siervos: "Pronto; traed la mejor ropa y vestidlo, y poned un anillo en su mano y sandalias en los pies; y traed el becerro engordado, matadlo, y comamos y regocijémonos; porque este hijo mío estaba muerto y ha vuelto a la vida; estaba perdido y ha sido hallado." Y comenzaron a regocijarse. Su hijo mayor estaba en el campo, y cuando vino y se acercó a la casa, oyó música y danzas. Y llamando a uno de los criados, le preguntó qué era todo aquello. Él le dijo: "Tu hermano ha venido, y tu padre ha matado el becerro engordado porque lo ha recibido sano y salvo." Entonces él se enojó y no quería entrar. Salió su padre y le rogaba que entrara. Pero respondiendo él, le dijo al padre: "Mira, por tantos años te he servido y

Me Levantare y Volveré a La Casa de Mi Padre

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un hermoso fragmento de la sagrada escritura junto con una de las oraciones más hermosas

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Page 1: Me Levantare y Volveré a La Casa de Mi Padre

Me levantare y volveré a la casa de mi padre...

Jesús dijo: Cierto hombre tenía dos hijos; y el menor de ellos le dijo al padre: "Padre, dame la parte de la hacienda que me corresponde." Y él les repartió sus bienes.

No muchos días después, el hijo menor, juntándolo todo, partió a un país lejano, y allí malgastó su herencia viviendo perdidamente. Cuando lo había gastado todo, vino una gran hambre en aquel país, y comenzó a pasar necesidad. Entonces fue y se acercó a uno de los ciudadanos de aquel país, y él lo mandó a sus campos a apacentar cerdos. Y deseaba llenarse el estómago de las algarrobas que comían los cerdos, pero nadie le daba nada.

Entonces, volviendo en sí, dijo: "¡Cuántos de los trabajadores de mi padre tienen pan de sobra, pero yo aquí perezco de hambre! "ME LEVANTARÉ e iré a mi padre, y le diré: 'Padre, he pecado contra el cielo y ante ti; ya no soy digno de ser llamado hijo tuyo; hazme como uno de tus trabajadores.'" Y levantándose, fue a su padre. Y cuando todavía estaba lejos, su padre lo vio y sintió compasión por él, y corrió, se echó sobre su cuello y lo besó. Y el hijo le dijo: "Padre, he pecado contra el cielo y ante ti; ya no soy digno de ser llamado hijo tuyo." Pero el padre dijo a sus siervos: "Pronto; traed la mejor ropa y vestidlo, y poned un anillo en su mano y sandalias en los pies; y traed el becerro engordado, matadlo, y comamos y regocijémonos; porque este hijo mío estaba muerto y ha vuelto a la vida; estaba perdido y ha sido hallado." Y comenzaron a regocijarse.

Su hijo mayor estaba en el campo, y cuando vino y se acercó a la casa, oyó música y danzas. Y llamando a uno de los criados, le preguntó qué era todo aquello. Él le dijo: "Tu hermano ha venido, y tu padre ha matado el becerro engordado porque lo ha recibido sano y salvo." Entonces él se enojó y no quería entrar. Salió su padre y le rogaba que entrara. Pero respondiendo él, le dijo al padre: "Mira, por tantos años te he servido y nunca he desobedecido ninguna orden tuya, y sin embargo, nunca me has dado un cabrito para regocijarme con mis amigos; pero cuando vino este hijo tuyo, que ha consumido tus bienes con rameras, mataste para él el becerro engordado." Y él le dijo: "Hijo mío, tú siempre has estado conmigo, y todo lo mío es tuyo. "Pero era necesario hacer fiesta y regocijarnos, porque éste, tu hermano, ESTABA MUERTO y ha vuelto a la vida; estaba perdido y ha sido hallado."

(Evangelio de Lucas 15,11- 32)

Page 2: Me Levantare y Volveré a La Casa de Mi Padre

TÚ ME SONDEAS Y ME CONOCES, SEÑOR.…

Señor, tú me sondeas y me conoces; sabes si me siento o me levanto, tú penetras y conoces de lejos lo que pienso. Distingues mi camino o mi descanso,

todos mis pasos te son familiares.

Aún no está en mi lengua la palabra cuando ya tú, Señor, la conoces entera. Me envuelves por doquier, y colocas tu mano sobre mí. Tanto saber me sobre pasa,

es sublime, y no lo abarco.

¿Adónde iré lejos de tu espíritu, adónde huiré lejos de tu mirada? Si escalo los cielos, tú allí estás, si me acuesto en el abismo entre los muertos, allí también

estás.

Si vuelo al margen de la Aurora para irme a la otra orilla del mar, también allá tu mano me conduce y me tiene tomado tu derecha.

Si digo entonces: "¡Que me oculten, al menos, las tinieblas y la luz se haga noche sobre mí!", pero para ti ni son oscuras las tinieblas y la noche es luminosa como

el día.

Pues eres tú quien formó mis entrañas, quien me tejió en el seno de mi madre.

Te doy gracias porque me has formado portentosamente, porque son admirables tus obras y mi alma bien lo sabe. Pues conocías hasta el fondo de mi alma, no

desconocías mis huesos.

Cuando, en lo oculto, me iba formando, y entretejido en lo profundo de la tierra, tus ojos veían todas mis acciones, se escribían ya todas en tu libro y calculados

estaban mis días antes que existiera el primero de ellos.

¡Qué incomparables encuentro tus designios, Dios mío, qué inmenso es su conjunto! Si me pongo a contarlos son más que las arenas; si los doy por

terminados aun me quedas tú. Nunca terminaré de estar contigo.

Señor, sondéame y conoce mi corazón, ponme a prueba y conoce mis sentimientos; mira si es que voy por mal camino y condúceme por el camino

eterno.

Salmo 138 (139).

Page 3: Me Levantare y Volveré a La Casa de Mi Padre

No te inquietes por las dificultades de la vida, por sus altibajos, por sus decepciones, por su porvenir más o menos

sombrío.

Quiere lo que dios quiere.

Ofrécele, en medio de tus inquietudes y dificultades el sacrificio de tu alma sencilla que, pese a todo, acepta los

designios de su providencia.

Poco importa que te consideren fracasado, si dios te considera plenamente realizado, a su gusto.

Piérdete confiado ciegamente en Dios que te quiere para sí; y que llegara hasta a ti, aunque jamás le veas.

Piensa que estas en sus manos, tanto más fuertemente asido, cuando más decaído y triste te encuentres.

Vive feliz, te lo suplico. Vive en paz.

Que nada te altere.

Que nada sea capaz de quitarte la paz.

Ni la fatiga psíquica, ni tus fallos morales. Has que brote de y conserva siempre sobre tu rostro, una dulce sonrisa, reflejo de

la que el señor continuamente te dirige.

Y en el fondo de tu alma coloca antes que nada, como fuente de energía y criterio de verdad, todo aquello que te llene de

paz de Dios.

Recuerda: cuanto te oprima y te inquiete es falso.

Te lo aseguro en nombre de las leyes de la vida y de las promesas de Dios.

Por eso, cuando te sientas apesumbrado y triste:

Adora y confía.