Me escribió en su Corazón, vida del P. Bernardo de Hoyos

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  • 7/30/2019 Me escribi en su Corazn, vida del P. Bernardo de Hoyos

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    Mximo Prez, S. J.

    me escribi en su Corazn

    Vida Popular de

    Bernardo F de Hoyos

    1993

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    PORTADA: Busto del P. Hoyos modelado porJos Ignacio Ferrer M-F. (1993)

    DIBUJOS: Pripalmar

    Para saber ms

    M. PREZ: El Poder de los dbiles. Biografaamplia y seleccin de escritos de Beranrdo F.de Hoyos.

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    DEL EDITOR

    El 16 de enero de 2009 el papa Benedicto XVI firm el decretoque admita la beatificacin del Padre Bernardo de Hoyos, que,siguiendo los procedimientos en vigor, se celebr en laArchidicesis de Valladolid, donde se promovi la causa, el 18 deabril de 2010, en el paseo Central del Campo Grande de Valladolid, yfue presidida por Mons. Angelo Amato, prefecto de laCongregacin para las Causas de los Santos, como representantepontificio.

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    NDICE

    PRLOGO........................................................................................... 6

    1. HECHODE FUEGOYDE RECTITUD..................................................7

    2. UN BELLO ENTENDIMIENTO....................................................... 11

    3. ENEL TROQUELDELA VIDA COMN.............................................. 16

    4. MADURANDOPARA DIOS............................................................... 20

    5. TINIEBLASY LUCES....................................................................... 25

    6. EL TESORO ESCONDIDO............................................................ 30

    7. UN ESTUDIANTE MOVILIZA ESPAA................................................ 36

    8. FUGAZMENTE SACERDOTE............................................................ 42

    9. SU CAUSA, EN MANOSDELA IGLESIA............................................48CRONOLOGABSICA........................................................................ 51

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    PRLOGO

    Hace dos aos, a ruegos de la Vicepostulacin de su causa,escrib una biografa amplia de Bernardo Francisco de Hoyos bajoel ttuloEl poder de los dbiles.

    La misma Vicepostulacin me pide ahora un compendio

    popular. Esto, y no otra cosa, intento que sean estas pginas.El ttulo de esta obrita me lo ha prestado el mismo Bernardo.

    Al firmar su consagracin al Corazn de Cristo, como se ver en elcaptulo 7, conoci (dice l) que Jess reciba mi nombre en suCorazn. Tal expresin me parece una acertada sntesis de lavida y misin de Bernardo, marcadas ambas por la predileccin deJesucristo.

    Intento dirigir mi obra a todos los pblicos. Por fidelidad a laspersonas y a los hechos que vivieron, me ha parecido mejor aducircon frecuencia sus palabras textuales. Ms importante que mispalabras y mi visin personal, creo que es ponerse en contacto conlos mismos testigos y con las palabras que emplearon paracontarnos lo que vivieron.

    Estas citas van escritas en letras cursivas y generalmente son

    literales, salvo pequeas modernizaciones del lenguaje para quesu antigedad no resulte dura a los menos acostumbrados a textosaejos.

    Mximo Prez S.J.

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    1. HECHODE FUEGOYDE RECTITUD

    En cinco de setiembre de mil setecientos y once aos,yo, Don Cristbal Snchez, cura y beneficiario de la iglesiaparroquial de Santa Mara de esta villa de Torrelobatn, puseleo Santo y Crisma y bautic a Bernardo Francisco que

    haba nacido el da 21 de agosto de este presente ao, hijolegtimo de D. Manuel de Hoyos, secretario del Ayuntamientode esta villa, y de Da. Francisca de Sea... Dile porabogado a S. Francisco Javier.

    As, en el baptisterio de Santa Mara de Torrelobatn,comenz su camino hacia la santidad el nio Bernardo Francisco

    de Hoyos.Quince das antes de este histrico 5 de setiembre de 1711

    Doa Francisca de Sea haba trado prematuramente su nio almundo con no poco trabajo y hasta con mucho peligro de muerte.Muchas veces mi madre me dijoescribir ms tarde Bernardoque atribua mi vida a un milagro... pues la hicieron muchassangras y otros remedios que deban quitarme a m la vida.

    Esto explica, en parte, el cuidado que la madre puso en laeducacin de su hijo pues le daba a conocer el cielo que, siperda aquel hijo, le quitaba un gran santo.

    Era Doa Francisca una mujer de mucho remango y decisiny poco dada a pamplinas y remilgos. Mujer de genio varonil, quenada tena de las dulzuras vulgares de su sexo, nos dice quien latrat. Este rasgo materno marc tambin fuertemente el

    temperamento de su retoo. Ms tarde Bernardo reconocer quesu pasin dominante es la ira.

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    Tambin lo reconocern quienes vivieron con l, pues localificaron de genio vivo, colrico y ardiente; de espritu defuego;de pasiones vivas, ardientes y fogosas;de sumamenteresuelto y desembarazado.

    Pero, para ser fiel al bautismo recibido, el nio y el jovenBernardo tendrn que hacerse mucha fuerza. Tanta debi hacerseque, aos ms tarde, l mismo reconoce que su genio ya no esen mucho grado, aunque s es todava lo suficiente paraocasionarme algunos mpetus de enojo.

    Algunos quiz no pasaron de la superficie de Bernardo y loenjuiciaron slo como atento, modesto, dulce y agradable y

    caritativo con todos. Pero los que le conocan ms ntimamentenotaron que esa superficie tranquila era fruto de un equilibrio de

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    fuerzas entre sus pasiones vivas, ardientes y fogosas y su nomenos ardiente y frrea voluntad. Quien no le conociese, seequivocara tenindole por de genio apagado... pero tena muchoque vencer en este particular, escribe Mucientes, uno de sus

    ntimos. Y el P. Diego Tobar, ltimo formador que le trat, expresalo mismo: quien no tratase ntimamente su alma, creera que notena pasiones, pero no que las venca.

    Si de Doa Francisca recibi Bernardo un fuertetemperamento, de Don Manuel, el padre, pudo aprender lahonradez y coherencia en la conducta. D. Manuel era hombreacreditado por su veracidad y rectitud profesionales, fuertemente

    respaldadas por motivos religiosos. As lo reconoci elAyuntamiento en pleno a la muerte del secretario. Bernardo era yaun adolescente de trece aos y medio.

    Las palabras del testamento paterno debieron resonar en elcorazn de Bernardo cuando aquel fue ledo ante la familia: A mishijos recomiendo que sean temerosos de Dios y de la propiaconciencia, obrando y procediendo bien segn sus obligaciones,porque as merecern el agrado de la misericordia de su Majestadque les guiar en su santo servicio para permanecer en l hasta lamuerte, guardando obediencia, respeto y veneracin a su madre,abuelo, to y todas las otras personas, a fin de que consigan enesta vida el afecto de todos y, en la otra, el descanso eterno.

    Energa materna y rectitud paterna es lo que reflejan las pocasancdotas que conservamos de la infancia del nio Bernardo,probablemente transmitidas por D. Francisco, el abuelo materno.

    Dicen que mientras se celebraba un baile familiar, el nioentr en la sala provisto de un libro, se subi a un taburete y, comosi fuera el ms ferviente misionero, comenz a leer con tonosolemne, un pasaje que haba encontrado contra los bailes. El baileces al instante bajo la voz atiplada del celoso misionero.

    Cuentan tambin que al entrar en una habitacin algo oscurade su casa, repar que all se estaba haciendo alguna cosa

    menos honesta. Como si fuera el profeta Jons, el nio amenaz

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    a la casa con la ira de Dios clamando: La ira de Dios viene sobreesta casa!

    Ardientemente intrpido dicen textualmente los testigossuba a los siete aos a un pulpito porttil que estaba a la puerta de

    la iglesia, para predicar a sus compaeros el mismo sermn quepor la maana haba escuchado y del cual, segn parece, se habaenterado bastante.

    Un da lleg a la villa Don Francisco de Ochoa, obispo de ladicesis palentina (a ella perteneca entonces Torrelobatn), parahacer la visita pastoral. Confiri rdenes sagradas a los nuevosclrigos de la regin y administr el sacramento de la Confirmacin

    a 245 personas. En las listas aparecen Bernardo, de nueve aos ymedio, y su hermanita Mara Teresa, solamente de tres.

    Ambos hermanitos, junto con todos los habitantes de la villa ymuchos de las aldeas vecinas, tomaron parte en la procesinsolemnsima del Corpus que aquel ao coincidi con la visita delObispo.

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    2. UNBELLO ENTENDIMIENTO

    El nio Bernardo posea un bello entendimiento. Tal joya nodebera perderse. No eran suficientes para l las enseanzas dealgn preceptor de la villa. Por este motivo sus padres deciden queel muchacho, de diez aos solamente, vaya a vivir a la casa de unata suya en Medina del Campo; as podra asistir a las clases delcolegio de San Pedro y San Pablo, fundado y dirigido por los

    jesuitas. Era el mismo colegio en el que siglo y medio antes habaestudiado el joven Juan de la Cruz.

    Los jesuitas formaban muy bien en la gramtica, pero ponanms empeo todava en imprimir la piedad en sus colegiales.Confesin y comunin frecuentes, exhortaciones para honrar a laVirgen, consejos para superarse y evitar todo pecado aunque fuera

    venial: este era el clima espiritual que se respiraba en el colegiomedinense.

    Como instrumento privilegiado para la formacin religiosa semimaba la Congregacin Mariana del colegio: en ella los nios y

    jvenes eran exhortados y adiestrados en la perfeccin cristiana.Era muy puntual a las confesiones y comuniones que losestudiantes de nuestras aulas de Gramtica practican todos los

    meses y reciba con suma docilidad los buenos consejos de susmaestros cuando exhortaban a sus discpulos a la devocin aMara Santsima..., se nos cuenta de Bernardo. El nio habaentrado decididamente por una piedad ms intensa de la que habapracticado hasta entonces en su pueblo donde lo ordinario eraacercarse una vez al ao, o poco ms, a los sacramentos de laconfesin y comunin.

    Pero qu soaba aquel nio de diez aos, o qu no lesatisfaca para hacer aquella trastada? Una madrugada, sin

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    avisar a nadie, le roba a su ta la borriquilla y emprende el caminode Madrid distante 120 kilmetros. Como si la borriquilla fuera elcaballo ms trotn, en un par de das llega a la corte y encuentra,nadie sabe cmo, la casa de su to Toms, contable de su

    Majestad.El nio de diez aos vena, ni ms ni menos, para que su to le

    buscase el mejor colegio, porque todo le quedaba pequeo a suansia de aprender.

    Don Toms de Hoyos lo devolvi a Medina, pero influy sinduda en la decisin que tom su hermano Manuel sobre el

    muchacho: Para el curso siguiente ira a estudiar al colegio deVillagarca.

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    Villagarca de Campos, situada a veinte kilmetros deTorrelobatn, era el sitio ideal para Bernardo. All, por lagenerosidad de Doa Magdalena de Ulloa, junto al noviciado de los

    jesuitas, haba surgido un colegio. Cerca de mil alumnos, venidos

    de toda Espaa, aprendan en l la gramtica y las humanidadescon el mtodo ms exacto y ms til de todos importado dePars.

    Cada casa del pueblo era una posada que acoga entre seis yocho nios. A las siete (hora solar) la campana colegial, la famosaparlera, convocaba a los colegiales a la misa matutina y a lasonce les daba suelta para ir a comer a sus posadas. A la una de la

    tarde la parlera volva a encerrar a los colegiales en sus clasespara liberarlos a las cuatro y media. La misma campana marcaba alas seis la hora de recogerse en las posadas para hacer losdeberes escolares; y a las ocho, la hora de las ltimas oraciones yde cenar.

    Cuatro aos estuvo Bernardo sometido a este rgimen escolarde horarios cumplidos y vacaciones escasas. Durante este tiempofue madurando su piedad. Bernardo rebasaba ampliamente lanorma vigente en los colegios jesuticos de la comunin mensual yse acercaba a la Eucarista cada domingo y en las fiestasimportantes. Esta frecuencia era entonces el listn para loscristianos fervorosos.

    Bernardo quera ser de estos fervorosos. Conocemos lapreparacin minuciosa que para comulgar haca de vspera: unasveces lea algn libro piadoso; otras, practicaba alguna penitencia

    corporal; no pocas, visitaba algn enfermo o distribua a los pobresalgn dinerillo del que le enviaban sus padres para gastospersonales.

    La Congregacin Mariana, existente en el colegio lo mismoque en el de Medina, le ayud a exigirse cada vez ms. En ella nose admitan los estudiantes vulgares. El provincial Gil GonzlezDvila haba dejado bien claro ms de un siglo antes que en la

    Congregacin se admitan pocos y con mucha probacin. Lstimaque no se conserven catlogos! Pero todos los indicios llevan a

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    pensar que Bernardo fue de estos pocos muy probados yadmitidos.

    Abierto a grandes ideales, y profundo escrutador de cuanto le

    rodeaba, Bernardo no pudo menos de observar aquellos jvenesnovicios que junto a su colegio hacan el aprendizaje de la vidareligiosa. Desde el fondo de su corazn iba emergiendo unallamada cada da ms definida: por qu no tambin l?

    Slo tena trece aos y medio y haba tomado ya una decisinirrevocable: sera de la Compaa de Jess. Sus padres, que lecrean an un nio superficialmente entusiasmado a causa de laproximidad de los novicios, sometieron razonablemente a examenla pretensin del hijo. Y pudieron comprobar lo que en frase certeraexpresara uno de los compaeros: este nio es ya muy hombre.

    Era ya un hombre en su modo de pensar y en su modo detomar decisiones. Era tambin un hombre en su modo de lucharcontra las dificultades. Porque las dificultades para realizar suvocacin iban a comenzar ahora.

    La primera dificultad surgi a la pronta muerte de D. Manuelde Hoyos. Los tutores nombrados por el padre se replantearon elproblema del permiso concedido por el difunto D. Manuel. Detrsde ellos estaba probablemente el abuelo Francisco, para quienBernardo deba de ser su ojito derecho. Pero Bernardo mostr queera ya un hombre de personalidad muy hecha cuando se mantuvoinquebrantable en su decisin.

    La segunda dificultad vino de donde menos poda esperarloBernardo. El era un muchacho listo, piadoso, de buen carcter. Sinembargo, cuando pidi oficialmente su admisin en la Compaa,aquella le fue denegada. Razn? Su pequea estatura y suaparentemente dbil salud.

    Y era verdad todo. Desde siempre Bernardo haba sidopequeo. Su desarrollo corporal no iba en paralelo con sudesarrollo psicolgico y espiritual. Aparentaba tener dos o tres aosmenos de los que tena.

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    En cuanto a su salud, tambin era verdad que aparentementeera dbil: su cuerpo pequeo induca a pensar que Bernardo eraenfermizo. Pero afortunadamente esto era slo una apariencia. Lavida intensa que llev despus lo confirma. Los superiores, que

    enviarn cada tres aos informes a Roma, calificarn su salud derobusta. El mismo Bernardo, pidiendo permiso para ciertaspenitencias, afirma: tengo ms fuerzas de las que usted piensa.Pero su pequea estatura y su aparentemente dbil salud eranun muro objetivo que le impeda ser novicio de la Compaa.

    La dificultad le hizo crecerse espiritual y psicolgicamente.Despus de orar mucho, estudi por dnde poda atacarse el

    problema. Perspicaz como era, descubri el punto dbil. Y el puntodbil era un viejecito, el P. Flix de Vargas, retirado ya enVillagarca de importantsimos cargos de gobierno. El anciano, endistintas entrevistas, qued tan cautivado por el joven que tom sucausa como propia y la defendi ante el P. Provincial. Hecha la luzsobre el candidato, se termin concediendo a Bernardo la admisinal noviciado.

    Esta se fij para el 11 de julio de 1726, cuando Bernardo

    acabase su ltimo curso de Humanidades. Faltaba todava un mesy diez das para que el joven cumpliese los quince aos.

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    3. ENEL TROQUELDELA VIDA COMN

    El fin de un novicio jesuita es formarse perfecta imagen deJess, copiando en su alma la perfeccin de las acciones yvirtudes de esta divina imagen del Padre. As pudo leer Bernardoen un manuscrito que le entregaron cuando entr al noviciado paraque l lo copiase, lo estudiase y comenzara a practicarlo.

    Al final del noviciado, segn nos cuenta el maestro, el noviciolo tena casi de memoria y el manuscrito se haba enriquecidocon anotaciones personales valiossimas.

    Efectivamente, el noviciado no era para hacer grandes cosas,sino para hacer las cosas ordinarias de la vida comn con muchoespritu. El aprendizaje consista, por tanto, en llenar de sentidoamoroso la monotona de una distribucin de cosas menudasbastante apretada.

    Aparte de esta monotona, que era el plato fuerte delnoviciado, los novicios deban pasar diversas pruebas, con lascuales ellos mismos y los superiores podan conocer el grado demaduracin religiosa que iban adquiriendo.

    Las pruebas principales eran las siguientes: Hacer el mes de

    ejercicios, segn el modo y orden propuesto por S. Ignacio, paraconocer y amar a Jesucristo hasta desear identificarse totalmentecon l; peregrinar durante un mes pidiendo limosna por diversoslugares para acostumbrarse a mal comer, mal dormir y a dependerde la providencia; servir a los enfermos de los hospitales duranteotro mes; ensear el catecismo a los nios.

    Adems de esto, cada novicio practicaba las penitencias

    privadas que el maestro le autorizaba, y se humillaba tambin condiversas penitencias pblicas como besar los pies de sus

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    hermanos, acusarse pblicamente de sus culpas, comer en elmismo plato de los pobres que venan a pedir limosna, etctera.

    Mientras Bernardo practicaba todo esto en su noviciado eran

    canonizados en Roma dos jvenes estudiantes jesuitas: uno deellos no haba terminado todava sus estudios de teologa, el otrono haba concluido su primer ao de noviciado. Luis Gonzaga yEstanislao de Kostka, elevados a los altares, comenzaban a serpropuestos como modelo de la juventud estudiantil europea.

    Pero era dentro del noviciado, sobre todo, donde los noviciosse esforzaban ms que nadie por emular a los dos santos jvenes.El maestro de novicios, Juan de Loyola, hbil escritor de vidas desantos, escribi con esta ocasin la vida de los nuevos santos.Intentaba as aumentar el hambre de santidad que, de por s, yatenan sus novicios.

    Tambin sonaba por entonces en el noviciado de Villagarca elnombre de otro joven jesuita ms reciente. Haba ingresado en elnoviciado de Malinas (Blgica) y muerto cinco aos despus en

    Roma durante sus estudios de Filosofa. Este joven era JuanBerchmans: se haba propuesto seguir los pasos de Luis Gonzaga,alumno de promociones anteriores en el mismo colegio.Berchmans haba emulado a Gonzaga tan perfectamente que suproceso de canonizacin ya estaba avanzado. Relatos manuscritosde las virtudes heroicas de Berchmans pasaban de mano en manoy despertaban en los novicios deseos encendidos de imitarlo.

    La nota especfica de la santidad de Berchmans haba sido suacierto y coraje para llenar de santidad heroica la vida comn de unreligioso estudiante; por eso su biografa se cotizaba muy alto entrelos novicios.

    Bernardo, en medio de la monotona del noviciado, se propusoigualar la perfeccin de Berchmans. Consigui una estampa del

    joven y la coloc en sitio donde pudiera tenerla siempre a la vistapara no olvidarse de su propsito. Despus, con una perspicacia

    inslita en un joven de quince aos, fue analizando cada uno de los

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    ejercicios del noviciado y marcndose audazmente metasconcretas para conseguir realizarlos con toda perfeccin.

    Pronto los compaeros de Bernardo se dieron cuenta de que

    Berchmans haba venido al noviciado de Villagarca bajo un cuerpoms menudo e infantil, pero con un alma igualmente generosa ydecidida. Por eso comenz a correr por el noviciado el mismo dichoque haba corrido por el noviciado de Malinas: Parece otroBerchmans, parece otro Hoyos.

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    Los ojos inteligentes e insobornables de los compaerosfueron testigos de esa continua lucha por la fidelidad a laobservancia de las reglas. He odo a muchos de suscondiscpulos, que le trataron ntimamente y le observaron sus

    acciones, que jams le vieron cometer falta de regla, escribe Juande Loyola. No es exageracin, sino pura realidad, porque a lamuerte de Bernardo, varios compaeros suyos lo escribieron de supuo y letra en sus declaraciones firmadas.

    Este olor y fama de Hoyos como mulo de Berchmans en laobservancia perseveraron durante varios aos en el noviciado deVillagarca y llegaron hasta Italia. Efectivamente, diecisiete aos

    despus del paso de Bernardo por Villagarca, entr en aquelnoviciado el joven Juan Andrs Navarrete. Aos ms tarde sufrirel destierro impuesto por Carlos III a los jesuitas y en Italia seentretendr escribiendo la vida de algunos jesuitas ilustres muertosen el exilio. Segn l, el ideal de alguno de estos jesuitas habasido imitar al venerable hermano Berchmans y al P. Bernardo deHoyos.

    Y es que cuatro aos despus de la muerte de Bernardo losjvenes novicios jesuitas podan leer un volumen con las vidasparalelas de Berchmans y de Hoyos. Las escriba Juan de Loyolaen un intento de probar esta tesis: que, entre el estudiante deMalinas muerto en Roma a los 22 aos y el neosacerdote deTorrelobatn muerto en Valladolid a los 24, exista un claro empateen el campeonato por la santidad en la vida comn.

    Si Juan Berchmans haba escrito su famosa frase antes medejar hacer pedazos que faltar deliberadamente a una regla,Bernardo escriba en una cuenta de conciencia: reconozco en mun deseo de no quebrantar la mnima regla por cuanto tiene elmundo...; y esto otro: primero caern las estrellas que faltar auna regla.

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    4. MADURANDOPARA DIOS

    Difcil tarea para un periodista si tuviese que llenar todos losdas una columna sobre la vida de un noviciado... Porque en unnoviciado no pasa nada; no cambia nada, sino el panorama interiorde cada novicio. Todo pasa por dentro.

    Bernardo, a punto de cumplir los 15 aos, se tir de cabeza aesta vida dispuesto a conseguir su maduracin interior. Su vida enel primer ao de noviciado fue pasando por cuatro etapas, unesquema interior que se ir repitiendo, con ms o menosalternancias e intensidades, a lo largo de toda su vida.

    Hubo, en primer lugar una etapa de alegra y de normalidad.Como los otros jvenes que con l haban pedido su admisin,estaba hacindose a la sorpresa de la nueva vida. Tiempo defervor, s, pero de normalidad. Probablemente otros vivan la mismasituacin con parecida intensidad.

    A los seis meses, en el Adviento de 1726, entra en una nuevaetapa: el joven novicio comienza a experimentar fenmenosinteriores que le sorprenden y le dejan perplejo: una nueva luzinterior le ilumina las realidades espirituales; el corazn se le derriteante el Seor; los ojos comienzan a derramar abundantes lgrimas

    de alegra y de sentimiento espiritual...Prximo a la Navidad como est, es el descubrimiento del

    amor de Dios hecho nio lo que le tiene tan absorbido el coraznque no sabe qu hacer. No se sabe dnde ha encontrado unaestampa muy del gusto de la poca: representa un Nio Jessechando el anzuelo a un estanque donde nadan corazones parapescar uno de ellos. Bernardo proyecta sobre la pintura su realidad

    interior y se deshace de devocin: Nio mo, no tanto que mequemo y abraso... Alma de mi vida, vida de mi alma, alma y vida de

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    mi vida y alma: hiere, consume, abrasa, enciende este micorazn.

    Otras veces es la representacin de un Nio Dios cazador. Loha ledo as en la nota necrolgica del P. Manuel Padial, un

    anciano jesuita de Granada. A l comienza a sucederle lo mismo:el nio le dispara al corazn flechas de amor y cada blanco quehace le deja suspenso y fuera de s.

    Fiel al principio de su fundador San Ignacio, de que el amorconsiste ms en obras que en palabras, el novicio analiza con sumaestro los resultados de tales fenmenos. Nada de esto le lleva acentrarse sobre el gusto espiritual, sino que le desprende de todo lo

    terreno, le empuja a la humildad, al escondimiento y a no cometeradvertidamente ninguna imperfeccin, aunque me den la muerte.

    A esta etapa luminosa sucede su primera noche oscura. Unanoche muy lbrega y muy larga para un principiante. Su primeracuaresma en la vida religiosa se pareca a la cuaresma de Jessen el desierto. La oracin era como la sequedad del desierto en lacual slo se hacan presentes, y con una terrible fuerza, las

    tentaciones. Tentaciones contra la fe, tentaciones de blasfemia ytentaciones de impureza. As desde el Mircoles de Ceniza hasta elViernes Santo a la misma hora en que el alma santsima de Cristobaj triunfante y gloriosa al limbo de los Santos Padres.

    Como colofn de estas alternativas, Bernardo pas a la etapade la maduracin, etapa para sacar el jugo a las experienciaspasadas. En sus apuntes personales resumi estas experienciasbajo el ttulo Medios contra las tentaciones, dados porJesucristo. Todos los remedios se resumen en paciencia,esperanza, fidelidad y hacer lo contrario de lo que sugiere latentacin; remedios que, en definitiva, no son sino glosas de lo quesu padre, S. Ignacio, ya le haba enseado en el mes de EjerciciosEspirituales.

    Durante el tiempo de noviciado, Bernardo encontr un amigo,Agustn Cardaveraz. Agustn era estudiante de Teologa en el

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    colegio de San Ambrosio de Valladolid. La amistad se inici porcarta y por iniciativa del director espiritual de ambos, el P. Juan deLoyola, porque nunca en la vida se haban visto.

    A pesar de vivir separados por cuatro o seis decenas de

    kilmetros, slo se veran en la vida una sola vez, y esto no porms de dos das. Sin embargo, entre el telogo de 24 aos y elnovicio de quince aos y medio naci una profundsima amistadespiritual que se mantuvo por medio de una correspondenciaepistolar continua.

    Agustn, unas veces ser el amigo que acompaar aBernardo en las duras noches oscuras que an le esperan. Otras

    veces ser el consejero espiritual que la inicie y oriente en loscaminos de la mstica. Y cuatro o cinco aos ms tarde, cuandoBernardo descubra el gran tesoro del Corazn de Cristo, lospapeles se invertirn: Bernardo tomar la iniciativa y Agustnintentar secundar sus planes.

    Entre las alternancias espirituales, entre los dimes y diretesepistolares con Agustn, y entre las cuentas de conciencia al P.Juan de Loyola estaba ya inminente el 12 de julio de 1728. Ese dase cumplan dos aos de su entrada en el noviciado. Cunto habamadurado en dos aos! Al entrar ya se deca de l que eran unnio muy hombre; ahora poda decirse que era un novicio muymaestro.

    Muy maestro, porque haba aprendido a manejarse en losproblemas espirituales; y muy maestro porque tambin habaaprendido para los dems. Dentro de poco, y a lo largo de sus

    estudios, Bernardo, con permiso de sus superiores, impartirinstrucciones espirituales a algunos compaeros que le piden esefavor.

    Para pedirle este tipo de ayuda espiritual los compaeros sesienten movidos probablemente por dos cualidades de Bernardo: laprimera, su claridad en analizar los fenmenos espirituales propiosy ajenos y las dificultades de la vida de perfeccin; la segunda, la

    eficacia en encontrar los medios ms aptos para conseguir los finesque uno se propone.

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    Al trmino de estos dos aos, el novicio estaba maduro paraasumir el compromiso de los votos de pobreza, castidad yobediencia en la vida religiosa de la Compaa de Jess.

    Bernardo se prepar concienzudamente con ms oracin y

    una dosis mayor de penitencia: puso en la camanos relata untestigo una tabla udosa que la endureciese ms sobre la muchadureza que tiene siempre un pobre y delgado colchoncillo a que sereduce la cama ms regalada que tienen nuestros hermanosnovicios.

    Aquel doce de julio, cuando ya el sacerdote haba colocadosobre los corporales el copn para impartir la comunin, se acerc

    Bernardo al altar y comenz a leer la frmula de sus votos. Alcomenzar a leer la frmula, vi en la sagrada Eucarista al mismoJesucristo que me oa, como juez en su trono, muy afable... Mecaus mayor reverencia amorosa y amor reverente verle entrar yestar en mi lengua. Despus de comulgar me dijo el Seor estaspalabras intelectuales: Desde hoy me uno ms estrechamentecontigo por el amor que te tengo.

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    5. TINIEBLASY LUCES

    Bernardo ha terminado su noviciado y acaba de comenzar susestudios de Filosofa. Ahora reside en su antiguo colegio deMedina, sitio donde los estudiantes jesuitas de la provincia deCastilla se dedican a sus estudios filosficos y a su formacinespiritual despus del noviciado.

    Est advertido sobre tres peligros que la nueva vida puedepresentar para un joven religioso. Algunos estudiantes, en efecto,pueden tomar los estudios como un expediente para cumplir ocomo tiempo para pasarlo alegremente. Otros, por el contrario,corren el riesgo de apasionarse de tal modo por las materiasestudiadas que lleguen a concederles preferencia sobre los valoresespirituales y las virtudes adquiridas en el noviciado. Y no faltarn,

    finalmente, quienes comiencen a dar culto a la vanidad, tannatural en los jvenes estudiantesescribe Juan de Loyola quemuy pocos se hallan sin ella.

    Bernardo, muy consciente de sus riesgos, acomete la nuevaetapa eligiendo con claridad y decisin tres posturas con las cualesquiere vivirla.

    La primera actitud fue tomar en serio la recomendacin que elfundador de su orden haba escrito a los estudiantes: que tengandeliberacin de ser muy de veras estudiantes.

    La segunda era mantener la misma decisin tomada y vividapor su modelo Juan Berchmans. Este lo haba escrito as: Nuncame avergonzar de practicar lo que me ensearon en elnoviciado. Bernardo lo expresaba con estas palabras: Si los

    jvenes jesuitas continuasen en los fervores y vida que empiezanen el noviciado, llegaran a ser grandes santos.

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    Su tercera resolucin fue combatir la vanidad. He entendidoque muchos, fieles hasta este momento al Seor, han naufragadoen este escollo... y de este modo reserv intacto mi afecto de estapolilla, no deseando ni lucir ni dejar de lucir.

    Talento tena de sobra para destacar. Si no, al terminar laFilosofa nunca hubiera sido designado como defensor de variastesis en un acto acadmico pblico. Por otra parte, sutemperamento ardiente le empujaba a acalorarse en lasdiscusiones filosficas escolares tan fomentadas en aquel sistemade estudios.

    Su condiscpulo Mucientes, que observaba atentamente suconducta nos testifica lo que vio: Observ varias veces que,cuando en el ardor de las disputas se le decan algunas palabrashirientes incluso con gestos de desprecio hacia su persona ytalento, se callaba del todo; o, si hablaba, era con talcircunspeccin que no ofenda ni la caridad ni la humildad.

    Los tres aos de estudio en el colegio medinense, lejos demitigar el fervor de Bernardo, fueron para l de ascensin decisiva

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    y de llegada a aquella cumbre mstica que los maestros enTeologa Espiritual llaman desposorio espiritual. Pero antes dellegar a esta cumbre, Bernardo deba ser probado y madurado enel sufrimiento.

    Una buena dosis de sufrimiento le vena de fuera, pero lamayor parte del dolor le manaba de la misma sustancia del alma.

    De fuera le vinieron la muerte de su madre y lasdesavenencias familiares subsiguientes en las cuales se vioenvuelto. De fuera le vino tambin cierta prevencin y desconfianzade su superior provincial sobre el espritu que le guiaba y elexamen a que fue sometido.

    Pero al mismo tiempo, desde su interior comenzaron a surgirledesconfianzas en la misericordia de Dios, tentaciones de blasfemiay de impureza, tedio de la oracin, de la Misa, comunin y demsactividades espirituales, envuelto todo en tan profunda tristeza quele dejaba postrado y sin ganas de seguir adelante en la vida quellevaba.

    Muestra de su tormento interior son estas breves lneas con

    que concluye una carta al P. Loyola dndole cuenta de concienciay relatndole su situacin anmica: Esta carta va regada conlgrimas que brotan de mis ojos; y me parece que soy la criaturams infeliz que de mujeres ha nacido.

    Bernardo tena la sensacin de estar viviendo un verdaderoinfierno. Y no le faltaba razn, porque estaba experimentando elalejamiento de Dios con toda su crudeza. No s cmo explicar tanterrible tormento, ni puede haber palabras tan expresivas que loden a entender: qu congojas! qu melancolas! qu tristezas!qu penas! qu tormentos! Parece que est la sustancia del almaoprimida por una inmensa mole.

    Casi medio ao dur la prueba, desde el 14 de noviembre de1726 hasta el 17 de abril del ao siguiente. Ese 17 de abrilafortunadamente era domingo de Pascua y la luz del cirio pascual

    comenz a rasgar las densas tinieblas que durante varios meseshaban ocupado el corazn el Bernardo. Este comenzaba a darse

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    cuenta de que, como antao con los discpulos en el camino deEmas, Jess resucitado caminaba tambin con l y le abra lainteligencia y calentaba su corazn. Le pareca a Bernardo que lavoz de Jess repeta las palabras del Cantar de los Cantares:

    Levntate, date prisa, amiga ma... y ven, que el invierno ya hapasado.

    Bernardo confiesa que enton como himno de accin degracias el salmo 132: Bendito el Seor que no nos entreg enpresa de sus dientes. Hemos salvado la vida como un pjaro de latrampa del cazador: la trampa se rompi y escapamos.

    Las pruebas anteriores, que le haban puesto a punto de

    despearse en la desesperacin, ahora desembocaron en unatemporada de profundas comunicaciones divinas. Comenz aexperimentar los mpetus del amor divino. El vocablo mpetu loaprende Bernardo de santa Teresa y entiende por esto unaespecie de padecer y gozar al mismo tiempo que purifica el almamucho ms que otros trabajos y pruebas... un suavsimo martirio,un dulce martirio de padecer y gozar.

    Con su clarividente capacidad de anlisis, Bernardo se pone aescribir un tratado sobre los mpetus del amor divino. Quienescribe esas pginas no es un doctor curtido por un largomagisterio y por el trato de almas msticas, no; es un simpleestudiante de Filosofa que acaba de cumplir dieciocho aos.Escribe lo que l ha experimentado, y va clasificando losfenmenos espirituales con una claridad y seguridad que pasman asu experto director espiritual, Juan de Loyola. El autor de los

    mpetus, afirma Loyola, es muy superior a su edad y a lasnoticias que podan haberle dado los libros.

    Tanto los sufrimientos como las gracias espirituales que ibarecibiendo el joven Bernardo le iban conduciendo a una gracia muyespecial, la gracia de la pertenencia mutua y total entre Cristo y suamigo Bernardo, llamada tcnicamente, por eso, desposorioespiritual.

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    Despus de una larga maduracin, esta gracia iba aconcedrsele en el da de la fiesta de la Virgen, 15 de agosto de1730, cuando le faltaba slo una semana para cumplir diecinueveaos.

    Al contrselo a su director espiritual, Bernardo emplea todoslos elementos barrocos de su imaginacin y de la imaginera yliteratura religiosas a que estaba acostumbrado. Mas lo esencial dela gracia son, sin duda aquellas palabras de Jess que l percibe yque, al tiempo de orlas, obraban lo que decan: Ya eres mo y yosoy tuyo. Ahora puedes decir y firmarte Bernardo de Jess: Teres Bernardo de Jess y yo soy Jess de Bernardo. Mi honra es

    tuya y la tuya, ma. Todo lo mo es tuyo. Lo que yo soy pornaturaleza, t lo participas por la gracia: t y yo somos uno.

    Estas palabras no eran de las que lleva el viento, ni eran puraimaginacin de Bernardo. Eran palabras eficaces que hacen lo quedicen. El mismo Bernardo lo constata: Yo senta hacerse yobrarse en m alma todo lo que estas visibles ceremoniassignificaban: Senta como aniquilarse el hombre viejo y parece queme revesta del hombre nuevo. Al decirme el Seor aquellaspalabras Jess de Bernardo, etc., me pareca que, de algunamanera, de los dos nos hacamos uno: tan estrecha era la uninque experiment.

    Con la defensa de varias tesis en acto acadmico solemnecoronaba Bernardo sus estudios de Filosofa en el verano de 1731.l, a punto de cumplir veinte aos, y sus compaeros de cursoentre los cuales probablemente era el ms joven, se preparaban

    para iniciar, despus de unas cortas vacaciones, sus estudios deTeologa en el colegio de san Ambrosio de Valladolid.

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    6. EL TESORO ESCONDIDO

    Tesoro escondido es ttulo de un libro del cual hablaremospronto. Lo escribi Juan de Loyola por iniciativa de Bernardo, perono es demasiado temerario suponer que el ttulo fue sugerido por elmismo Bernardo.

    Y es que en este ttulo Bernardo poda ver reflejada su propiahistoria. Una historia como la de aquel hombre de la parbolaevanglica que, sin buscarlo, se top con un tesoro.

    Bernardo haba llegado al colegio de san Ambrosio deValladolid en setiembre de 1731. Seguramente su intencinexclusiva consista en estudiar profundamente la Teologa y seguirsu lnea de santidad.

    No esperaba Bernardo hallar ningn tesoro oculto. Perocuando ya estaba bajando la cuesta de su segundo curso teolgicosalt de repente la sorpresa y se encontr con el tesoro delante, sinhaberlo buscado.

    Es verdad que l no lo haba buscado, pero Alguien s hababuscado a Bernardo y lo haba preparado para este encuentro. Siel encuentro pudo parecer a muchos una casualidad, no lo era para

    Aquel que haba elegido a Bernardo como instrumento para revelara la Iglesia espaola las riquezas de su Corazn.

    A la luz de este encuentro toda la vida anterior de Bernardopuede interpretarse como una preparacin hecha por el Seor paraesta tarea. As lo entendi su primer bigrafo, Juan de Loyola. Yas parece lgico entenderlo, como vamos a ver.

    Las cosas pasaron as.

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    El 29 de abril de 1733 el correo trajo una carta para Bernardode su amigo Agustn Cardaveraz. Agustn, con una salud precaria,se ocupaba en dar clases de Gramtica en el colegio jesutico deBilbao, mientras que en ratos libres ejercitaba sus ministerios

    sacerdotales. Precisamente para uno de estos ministerios pedaayuda Agustn a su amigo Bernardo.

    La villa de Bilbao celebraba la fiesta del Corpus con gransolemnidad. Durante la octava de esta fiesta, la parroquia de sanAntn organizaba cultos especiales en honor del Santsimo y, coneste motivo, haba encargado un sermn para el da de la octava alP. Cardaveraz. El tema del sermn se lo haba marcado Agustn a

    s mismo. Quera hablar del culto al Corazn de Cristo tal y comohaba sido revelado a la religiosa Margarita Mara medio sigloantes, pero todava desconocido en Espaa. l s lo conoca, yadems lo practicaba, aunque lo haca exclusivamente en privado;mas en Espaa, segn su frase grfica, era todava ayer mientrasen otros reinos era ya maana.

    Para preparar su sermn peda Agustn a su amigo que lesacase unos datos de un libro de la biblioteca donde l haba

    descubierto esta devocin cinco o seis aos antes, cuando eraestudiante de Teologa en san Ambrosio. El libro llevaba comottulo: Culto al Sagrado Corazn, y su autor era el jesuita P. Josde Gallifet, actualmente consejero del P. General en Roma. Y, datocurioso, la edicin del libro haba sido sufragada por Felipe V, reyde Espaa.

    Aquel 11 de junio de 1733 sera predicado en la parroquia

    bilbana de san Antn el primer sermn enEspaa sobre la nueva devocin del Corazn de Jess. No

    sabemos qu fruto hizo el sermn de Cardaveraz en sus oyentes,mas s sabemos que, antes de ser predicado, ya haba hechosuficiente fruto al ganar para la causa del Corazn de Cristo elprimer apstol de ella en Espaa.

    Aquella semana deba estar Bernardo tan atareado con susestudios que, desde el mircoles 29 de abril hasta el domingo 3 de

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    mayo, le fue imposible buscar el libro en la biblioteca y hacer elextracto.

    Qu pas por el corazn de Bernardo cuando ley aquellosprrafos suplicados por su amigo? Es mejor que l lo diga: Yo,

    que no haba odo jams tal cosa, empec a leer el origen del cultodel Corazn de Jess y sent en mi espritu un extraordinariomovimiento, fuerte, suave y nada arrebatado ni impetuoso, con elcual me fui luego al punto delante del Seor Sacramentado, paracooperar cuanto pudiese, a lo menos con oraciones, a la extensinde su culto.

    Es el primer toque que el Seor daba a Bernardo. El crea

    que, por ser todava un estudiante, nicamente podra cooperarcon oraciones. Pero al da siguiente, da 4 de mayo, el llamamientodel Seor se aclara y da un paso ms: mientras adoraba al Seoren la hostia consagrada, me dijo clara y distintamente que querapor mi medio extender el culto de su Corazn para comunicar amuchos sus dones.

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    Pasan dos das ms y la gracia se profundiza para quitar delcorazn de Bernardo aquel gnero de turbacin que le habaentrado por sentirse incapaz de realizar esta tarea: me dio aentender que yo dejase obrar a su Providencia, que ella meguiara.

    Cinco das ms tarde, el 10 de mayo, Bernardo hace sucompromiso: le ofrec hasta la ltima gota de mi sangre en gloriade su Corazn.

    Y, por fin, el da 14 de mayo, fiesta de la Ascensin, la graciallega a su culminacin: Dime a entender que no se me daban agustar las riquezas de este Corazn para m slo, sino para quepor m las gustasen otros. Ped a toda la Santsima Trinidad la

    consecucin de nuestros deseos. Y pidiendo esta fiesta enespecial para Espaa, en que ni aun memoria parece que hay de

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    ella, me dijo Jess:Reinar en Espaa, y con ms veneracinque en otras muchas partes.

    Lo que, a nuestro propsito, puede deducirse de esta graciaiterativa concedida a Bernardo es lo siguiente:

    1. Que se trata de una gracia, no slo para enriquecimientopersonal de Bernardo, sino tambin para ser instrumentopor cuyo medio Dios quiere dar a conocer a otros lasriquezas del Corazn de Cristo.

    2. Que este instrumento tiene una misin similar a la de otroinstrumento llamado Margarita Mara de Alacoque: lo quepor medio de ella quiso realizar Cristo en su Iglesia,

    proporcionalmente es lo que Cristo quiere realizar porBernardo en Espaa y sus virreinatos de Amrica.

    Jesucristo promete a Bernardo reinar en Espaa con msveneracin que en otras muchas partes. Por qu precisamente enEspaa? Es porque los espaoles son mejores? Es porque lonecesitan ms?

    Sin duda todo depende del sentido que se d al trmino

    reinar y al comparativo ms. Ayudar a descifrarlo conocer elsentido mismo que, segn parece, daba Bernardo. Lapreocupacin de Bernardo era que, mientras la devocin alCorazn de Cristo era ya conocida en otros muchos pases, enEspaa ni aun memoria parece que hay de ella. Juan de Loyolalo confirma al afirmar que tal culto era conocido en casi todas lasprovincias de la Cristiandad, menos en Espaa. Y aade: eran

    tan escasas las noticias que tenamos en Espaa de estaamantsima devocin que, aun los que estaban empeados enfavorecerla, saban muy poco en este punto.

    Este desconocimiento sobre el nuevo culto parece ser lo queimpresionaba a Bernardo; y darlo a conocer, extenderlo, organizarcultos pblicos y conseguir el Oficio y Misa del Sagrado Corazn,fundar cofradas del Sagrado Corazn, etc., esto es quiz lo que lentenda por el Reino del Corazn de Jess en Espaa. Segn

    esto, la promesa de Jess a Bernardo no parece puedainterpretarse como un campeonato ganado por Espaa frente a las

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    otras naciones o partes del mundo. Ms bien parece ser unarespuesta al ansia o queja de Bernardo, el cual sufra porque eltesoro escondido era desconocido an en Espaa, mientras enotras muchas partes era conocido y venerado. Si esto es as, lo

    que Jess quera decir a Bernardo es que lo que l conoca deotras partes tambin se producira en Espaa, y con no menosvigor.

    Uno de los primeros colaboradores de Bernardo, el P. Pedrode Pealosa, da esta misma interpretacin: Aunque Espaacomienza la ltima en su carrera, podr su alentado fervor alcanzary, por ventura, pasar, con el favor divino, a los primeros.

    Pasarn slo dos aos y Bernardo se felicita porque ya lavisto con sus propios ojos lo que tanto deseaba, ver por mispropios ojos rendidas adoraciones de los fieles a este amableCorazn.

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    7. UN ESTUDIANTE MOVILIZA ESPAA

    Lo ms urgente para Bernardo era realizar l mismo, lo queluego enseara a los dems. Por tanto deba hacer cuanto antessu consagracin al Corazn Divino al cual quera consagrar todossus pensamientos y obras. El soaba con hacer la entrega de smismo el viernes despus de la octava del Corpus, porqueprecisamente ese era el mismo da en que Jess haba pedido aMargarita Mara que se instaurase en la Iglesia la fiesta de suCorazn. Quedaban para ello cuatro semanas que Bernardoemple en prepararse.

    Aquel da doce de junio de 1733 Bernardo celebr por primeravez la fiesta del Corazn de Jess. Fue una celebracin en privado,porque para trabajar por conseguir la celebracin pblica haba

    sido elegido l.Bernardo us la misma frmula que cincuenta aos antes

    haba empleado el P. Claudio de la Colombire, frmula que mstarde l ir entregando a cuantos jesuitas quisieran imitarlo.Despus de la Misa, estamp su firma bajo el escrito con estaspalabras: Discpulo amantsimo del Corazn de Cristo, BernardoFrancisco de Hoyos. Bernardo confiesa que al firmar, conoc que

    Jess reciba mi nombre en su Corazn.Bernardo no es ms que un simple estudiante que se prepara

    para el sacerdocio. Sus superiores quieren que se dedique a losestudios con todas sus fuerzas. Tambin l lo quiere y tiene bienclaro que su misin no puede ser una huida de sus obligaciones deestudiante. Pero a partir de este momento se siente con unacantidad de fuerzas y de proyectos en la cabezaque l mismo se

    admira de que sus campaa propagandstica no le absorba tiempodel estudio.

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    Adems, l no quiere ni debe hacer la campaa directamente.Ve claro que ha de hacerla por medio de otros jesuitas. Y estos

    jesuitas, no sern sus compaeros, sino los mayores que l que yaestn metidos en el trabajo pastoral. Con una fina perspicacia

    Bernardo no se fija en cualesquiera, no; pondr los ojos, sobretodo, en los ms significativos de la provincia de Castilla.

    Ganar para su causa a los que haban sido superiores yformadores suyos, era una utopa. Sin embargo, al poco tiempo

    vemos a Bernardo alentando un grupo de jesuitas maduros: atodos ellos ha entregado la frmula de consagracin del P. laColombire y ha conseguido que consagren a Corazn de Jesssus personas y su actividad apostlica. En el equipo hayprovinciales y exprovinciales, rectores, maestros, predicadores,misioneros... Es justo el comentario de Juan de Loyola sobre estehecho: No puede dejar de admirar que los primeros hombres deuna provincia fuesen los que abrazaban los intentos de Bernardo y

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    los llevasen a efecto. Se ha formado el grupo de susconfidentes, como le gusta decir al mismo Loyola.

    La necesidad ms urgente para lanzar la campaa de

    propaganda sobre el Corazn de Jess era tener un libro escritodonde se expusiera la esencia y solidez de este culto, lasdificultades y oposiciones de que haba triunfado, y los favores quehaban recibido los devotos. Esta tarea se la encomendBernardo a su director espiritual, Juan de Loyola. En realidad laidea y el esquema eran de Bernardo. Tambin se encargBernardo de recoger fondos para pagar la edicin, as como decorregir las pruebas y distribuir la edicin.

    Tras muchas dificultades y retrasos de la censura y de laimprenta el libro ve la luz a finales de 1934, ao y medio despusde haber comenzado Bernardo su tarea. Sale bajo el ttulo Tesoroescondido en el Sacratsimo Corazn de Jess descubierto anuestra Espaa....

    El libro es enviado por Bernardo a los reyes de Espaa, a losprncipes (futuro Fernando VII y su mujer Brbara de Braganza) y a

    diversos personajes de la corte. Tambin es enviado a todos losObispos de Espaa a travs del Arzobispo de Burgos. A esteprelado pide Bernardo que forme con todos los obispos de Espaauna sagrada confederacin para extender los cultos del Coraznde Jess y para solicitar del Papa su fiesta, Oficio y Misa.

    La confederacin de Obispos se lleva a efecto y hace lasplica a la Santa Sede. Slo falta la carta del Rey de Espaa.

    Bernardo la consigue tambin movilizando la influencia del P.Clarke, confesor real. Las ciudades ms importantes de Espaareciben gruesos paquetes de ejemplares del Tesoro Escondido.El gran misionero Pedro de Calatayud, del grupo de losconfidentes, propaga por millares este libro en sus misiones.

    A estos confidentes da la consigna de que en lapredicacin, en el confesionario, en las conversaciones privadas y

    en toda ocasin exhorten a la devocin al Corazn de Jess.

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    Bernardo sabe tambin que muchas personas no leen. Paraestas personas emprende la campaa de las estampas. Hace traerde Roma estampas y tambin un negativo para poder reimprimirlasen Espaa. Tantas estampas debieron de repartirse que Loyola no

    duda en afirmar que seguramente apenas hubo lugar ni pequeaaldea en toda Espaa donde no se adorase por este medio elCorazn de Jess.

    Con las estampas corran de mano en mano tambin lasnovenas. Por encargo tambin de Bernardo, el P. Juan de Loyola,el escritor del grupo de confidentes, redact el texto de laprimera novena. Bernardo meta en un sobre una estampa del

    Corazn de Jess y un ejemplar de la novena y se la enviaba atodo el mundo con este sobrescrito: A N.N. de N. que Dios guardemuchos aos. Cosa parecida haca cuando enviaba el sobre a unconvento de religiosas: El que remite a usted esta estampa ynovena le ruega se digne introducir en su santa comunidad ladevocin al Corazn de Jess, y suplica a todas las religiosas quecomulguen todos los primeros viernes de cada mes.

    Todas estas novenas se hacan en privado. Bernardo preparcon todo esmero la primera novena solemne y pblica que se hizoen Espaa en honor del Corazn de Jess. Las dificultades quetuvo que superar slo Dios las sabe. Se trataba de una devocinnueva, quien la promova era un estudiante que, a juicio demuchos, debera dedicarse ms a sus libros que a promovernovedades... Era normal que el rector y los consultores de la casarecelasen. Bernardo confes que hubo mil oposicioncillas, unas

    de monta y otras rateras.Al fin el rector, P. Francisco de Rvago, opt por una solucin

    intermedia: permitir la novena, pero no en el templo, sino en lacapilla de las Congregaciones que estaba adosada al templo ytena puerta directa a la calle.

    Y la novena se hizo con toda pompa: predicador, chantre,cantores, msicos y... calor, mucho calor; porque, adems de estar

    en el mes de junio, la capilla se abarrotaba de pblico. La gentecontribuy con sus donativos a los gastos de manera que las

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    limosnas fueron mayores de lo que se necesitaba y esperaba.Aquella novena fue la que rompi el miedo de los otrospredicadores, de manera que, segn Bernardo, se ha abierto lapuerta para que se pueda hablar francamente de la causa del

    Corazn de Jess en los pulpitos.Los asistentes fueron exhortados a comulgar todos los

    primeros viernes de mes, y tambin fueron invitados a la novenadel ao prximo. Y los de la comunidad jesutica qu?Admiraron el suceso por milagroso y piensan que claramenteanda aqu el dedo de Dios.

    Uno de los fichajes ms valiosos para el grupo de losconfidentes fue el del misionero tafalls P. Pedro de Calatayud.El consigui que la causa del Sagrado Corazn prosperase en lasclases populares sobre todo. No hubo dicesis espaola que norecorriese en sus cincuenta aos de correras apostlicas. Laaportacin del P. Calatayud a la causa se haca en el pulpito, en elconfesionario, en la propagacin de estampas y libritos y dejandoestablecidas las cofradas del Corazn de Jess en centenares de

    pueblos y ciudades que misionaba. Slo en Asturiasafirma elmisionero superan el centenar.

    Pero el mismo Calatayud reconoce que Bernardo fue el que lelanz a esta campaa: l fue el impulso y el motor para que yopredicase esta devocin desde el pulpito; para que la insinuase avarias y muchas comunidades religiosas y la abrazasen muchasalmas piadosas de estos dos reinos de Murcia y Valencia; para que

    yo fundase las Congregaciones del Corazn de Jess en Lorca,Orihuela, San Felipe, Elche, Novelda, Aspe, Petrel, Villena,Almansa y Onteniente.

    Seis aos antes, en una de sus pasadas por Villagarca,Calatayud haba conocido al novicio que era Bernardo entonces. Elmaestro de novicios quiso que el provecto misionero conversasecon el novicio quinceaero, para que dictaminase sobre su espritu.

    Quin iba a decirle que, seis aos ms tarde, aquel novicio iba aanimar al misionero para que hiciera tres cosas: predicar sobre el

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    Corazn de Jess, escribir sobre lo mismo y fundar lascongregaciones o cofradas del S. Corazn...!

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    8. FUGAZMENTE SACERDOTE

    Francisco Mucientes y Manuel Pereira, los dos compaerosde curso de Bernardo, iban a ordenarse durante aquel cuarto cursode Teologa que acababan de comenzar. Pero Bernardo no seordenara: le faltaba la edad cannica, ya que hasta dentro de unao no cumplira los veinticuatro aos.

    Es cierto que poda pedirse dispensa, pero esto no entraba enel modo de ser de Bernardo. Por qu debera l singularizarseante una disposicin de la Iglesia? Y por qu deberan hacerse enprovecho suyo gastos de secretara en la curia vaticana? Estas dosrazones le movan a callar y esperar pacientemente, sin hacer casode cuantos le sugeran lo contrario y aun se ofrecan a sufragarlelos gastos que pudiera haber.

    Alguien debi tratarlo con el P. Provincial que tambin habasido primer maestro de novicios de Bernardo; y el Provincialintervino manifestando al rector de San Ambrosio, P. Rvago, queera su voluntad que el H. Hoyos se ordenase este ao desacerdote.

    Bernardo comenz en serio su preparacin espiritual

    inmediata para el sacerdocio. Desde el 14 de septiembre, fiesta dela Santa Cruz y casi comienzo de curso, senta Bernardo especialllamada par fijarse sobre la cruz y la corona de espinas queadornaban el Corazn de Jess. Bernardo lo entendi: queraJess darme a gustar la corona de espinas que cie su Corazn.

    Y de verdad se la da a gustar. A veces, segn cuenta l, sualma se encontraba anegada en un mar de penas y sumergida enun abismo de amargura tal, que muchas veces me hubiera quitadola vida, si el Seor no me hubiera dado fuerzas.

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    Pero en esa misma tristeza mortal y angustia encentaba tantoconsuelo que no quisiera, por todo el mundo, apartar de los labiosese vaso de amargura. Era la preparacin que Jess estabahaciendo de su sacerdote asimilndole a l y hacindole gustar lo

    mismo que l quiso gustar por salvar a los hombres.

    El 18 de diciembre de 1734, da de la Expectacin del Partode Nuestra Seora, Bernardo fue ordenado subdicono. El 31 dediciembre recibi el diaconado. Y el da 2 de enero del nuevo ao1735, el mismo Obispo de Valladolid, en un gesto de buenavoluntad, enviaba su carroza al colegio de san Ambrosio para traera su palacio los tres ordenandos jesuitas.

    Las impresiones espirituales del da las recogi Bernardo ensus papeles: Al tiempo de recibir la potestad sacerdotal sent lamudanza que se obraba en mi alma, mirndola hermoseada con elcarcter sacerdotal... Al pronunciar el Obispo aquellas palabrasrecibe el Espritu Santo, me llen todo de un sagrado pavorpercibiendo interiormente la compaa de tan divino husped enlas gracias y dones que se me comunicaban. Tambin me declar

    el Seor cmo este Sacramento del Orden ha manado de suCorazn pursimo, el cual me comunicaba la potestad decomunicar los tesoros de su preciosa sangre.

    El da 6 de enero, fiesta de la Epifana, iba Bernardo acelebrar su primera misa en el templo de san Miguel. Madrug pararenovar sus votos como hacan ese da los estudiantes jesuitas;renovacin que hizo, como era su devocin, ante sus santos(Juan Evangelista, Francisco de Sales, Ignacio de Loyola,Francisco Javier, Luis Gonzaga, La Colombire, P. Padial ytambin ante las cuatro santas favorecidas especialmente por elCorazn de Cristo, Gertrudis, Teresa, Magdalena de Pazzi yMargarita. Jess me confirm la eleccin que haba hecho de mpara procurar su culto. Despus sali del colegio de san Ambrosiohacia el templo de san Miguel para celebrar su primera Misa.

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    Los meses restantes hasta julio el neosacerdote se dedicinteriormente a saborear la ordenacin recibida, y exteriormente, acoronar sus estudios teolgicos con el examen final.

    Poco pudo ejercitar los ministerios sacerdotales, pues aprimeros de septiembre ya estaba nuestro sacerdote traspasandola puerta del colegio de san Ignacio en la misma ciudad deValladolid. Se dispona a realizar la ltima etapa de su formacin:un ao dedicado ms intensamente a la oracin y a la formacinespiritual, que los jesuitas llaman tercera probacin.

    All le esperaba como Instructor espiritual el P. Diego Tobar,un hombre insobornable, enrgico, firme, imparcial. l sera el guade este ltimo itinerario espiritual de Bernardo.

    El experto maestro de espritu slo pudo observar a Bernardodurante dos meses y medio. En este breve tiempo pudo advertir enBernardo los siguientes rasgos de los cuales deja constancia en suDictamen escrito: el primero, su admirable docilidad y rendimientode juicio a los superiores; el segundo, su mortificacin exterior einterior; el tercero, una naturalidad tan grande en sus actuaciones,

    que ni aun los que vivieron muchos aos en sucompaa llegarona sospechar que Bernardo fuese hombre de gran virtud.

    A estas notas aade Tobar otra que le llam profundamente laatencin: Por ms que le observ en las muchas ocasiones enque por mi oficio le hablaba y lo vea, jams not en l alguna faltade regla.

    Y todava nota otra cualidad de Bernardo: la clarividencia con

    que perciba los fenmenos espirituales que sucedan en su alma yla nitidez con que los describa. Cualquiera que se acerca a leer lascuentas de conciencia de Bernardo, puede comprobar que el sagazInstructor daba en el clavo.

    Apenas dos meses y medio llevaba Bernardo en su retiro de laProbacin cuando se sinti indispuesto. Nada grave, pens l. Y,hecho como estaba a no concederse exenciones, aguant de piedos das. Al tercer da un compaero le advirti que sera mejorquedarse en cama, puesto que se haban dado en Valladolid

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    bastantes casos de tabardillo que haban ocasionado bastantesmuertes. Primero quiero ir a celebrar Misa y despedirme deJess, contest Bernardo. Pareca como si sospechara suprximo fin.

    El nombre popular de tabardillo no era sino lo que hoy, mstcnicamente, llamamos tifus. Pronto la enfermedad se manifestcon toda su violencia. Fiebres altsimas, desmayos, dolores agudosde cabeza, saltos del corazn, fatigas, temblores y, sobre todo, unased insoportable. El P. Tobar nos dice que cuando Bernardo intentconfesarse por ltima vez, tuvo que enjuagarse la boca porque lasuma sequedad que tena en ella le impeda hablar.

    El P. Rector Manuel de Prado, el mismo que le haba abiertola puerta del noviciado, el mismo que le haba asistido en suprimera Misa, le impona ahora la santa uncin de los enfermos. lcuenta que le oy repetir varias veces a Bernardo: Oh, qubueno es habitar en el Corazn de Jess!

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    Al poco tiempo de recibir la santa uncin, Bernardo entreg suvida en el Corazn de Jess donde haba vivido. Pocos aos antes,hablando de los mpetus del amor divino, haba escrito: Yoespero, como santa Teresa, que, si es la voluntad de Dios, he de

    rendir la vida a manos de tan amorosos matadores. El Corazn deJess se lo concedi sin duda.

    Era el 29 de noviembre de 1735. Bernardo haba vividoveinticuatro aos, tres meses y nueve das. En la Compaa deJess no haba llegado a vivir nueve aos y medio.

    Su muerte se comunic inmeditamente a todas las casas de laprovincia religiosa, como suele hacerse en la muerte de todo

    jesuita. Una semana ms tarde sala una nueva carta a todas lascasas: era una breve necrologa de cinco o seis hojas, una especiede curriculum vitae, que tambin se escriba en todas lasdefunciones jesuticas.

    Lo extraordinario, que slo tena lugar en fallecimientos depersonas excepcionales, era la llamada Carta de Edificacin, oElogio. Esta carta slo se escriba por mandato del P. Provincial y

    muy raras veces. En este caso el Provincial era el P. FranciscoMiranda, quien comision para ello al P. Prado. Esta carta, elogiooficial de la Compaa, constituye la primera biografa de Bernardoy en ella se manejan algunos de los escritos que despus emplearJuan de Loyola para escribir la biografa de Bernardo.

    Finalmente en los informes que cada tres aos el P. Provincialpor oficio deba enviar a Roma, informa sobre la figura de

    Bernardo, muerto no haca mucho. Es el primero en reconocer queBernardo fue el instrumento elegido para propagar el culto al S.Corazn en Espaa: Se abrasaba en amor y en devocin hacia elSagrado Corazn; y a su celo y a sus iniciativas se debeprincipalmente que tal devocin se haya difundido felizmente pornuestra Espaa.

    Bernardo fue enterrado, sin duda, en el enterramiento

    dedicado a la comunidad del colegio de S. Ignacio donde l estabahaciendo su tercera probacin y donde muri. Este lugar era una

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    cripta abovedada delante del presbiterio en el templo de sanMiguel. Sabemos que devotos suyos iban a rezar ante su tumba yque algunos obtuvieron grandes favores.

    Cuando en 1767 el rey Carlos III expuls a los jesuitas, el

    templo se cerr al culto durante siete aos, hasta que en 1775 fueconvertido en parroquia. Con esta ocasin el templo se habilitpara recibir las sepulturas de los fieles. Esta conversin llevconsigo traslados de tierras y construccin de nuevas sepulturas.As desapareci el enterramiento jesutico.

    Todas las pesquisas y excavaciones hechas concienzu-damente para encontrar la tumba del siervo de Dios, no han dado

    resultado positivo alguno.

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    9. SU CAUSA, EN MANOSDELA IGLESIA

    A poco de su muerte, se escribieron dos biografas deBernardo. La primera fue escrita por el Manuel de Prado, Rector dela casa donde haba muerto el joven. Esta biografa tena el rangode elogio oficial, es decir, es algo que se escribe por mandatodel P. Provincial y slo de aquellos sujetos que han dejado detrsde s una estela innegable de santidad. Es una obra breve peromuy abundante y precisa en sus datos.

    Cinco aos ms tarde el P. Loyola terminaba la segundabiografa. En ella se copian literalmente muchos de losabundantsimos apuntes espirituales de Bernardo. Pero estabiografa tuvo dificultades en la censura.

    Las dificultades no venan de la obra misma, sino delambiente jansenista y antijesuitico que estaba gestndoseentonces en Espaa. En tales circunstancias no pareca prudentepublicar la vida de un apstol del Sagrado Corazn. De hecho estabiografa permanece todava indita y slo se conservan de ellatres o cuatro manuscritos.

    Unos aos ms tarde, en 1767, la enemistad contra losjesuitas desemboca en la expulsin decretada por Carlos III de

    Espaa y de todos sus territorios de ultramar. Seis aos despusde este destierro, el Papa Clemente XIV suprime la Compaa deJess. Restaurada sta cuarenta aos ms tarde por el papa PoVII, todava tiene que sufrir varios destierros. Es comprensible quedurante todo este tiempo los jesuitas no encontraron ni paz niocasin de introducir el proceso del P. Hoyos.

    Por fin, en 1895, D. Antonio Cascajares, Arzobispo de

    Valladolid, comienza el proceso diocesano que termina a finales de

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    siglo. En l se habla de varios milagros atribuidos a la intercesindel P. Hoyos.

    Al proceso diocesano sigue el proceso apostlico o ante laSanta Sede. En ambos procesos se reconoce la fama de santidad

    de Bernardo y se aprueban sus escritos as como la incoacin de lacausa.

    Pero, a pesar de quedar introducida, la causa qued en vamuerta ya que, transcurrido ms de siglo y medio de la muerte delsiervo de Dios, faltaban testigos contemporneos, y esto dificultabamucho el proceso.

    Por fortuna la Sagrada Congregacin de Ritos cre en 1930una Seccin Histrica: en esta seccin entraban las causascarentes de testigos contemporneos a los hechos, y tal falta detestigos directos poda suplirse con una exhaustiva investigacinhistrica.

    Esta investigacin histrica ha sido llevada a cabo, y muysatisfactoriamente, por el P. Eusebio Rey, y tambin ha sidoaprobada por la Sagrada Congregacin. Dicha aprobacin supone

    dos cosas: primera, que la documentacin presentada es vlidahistricamente; segunda, que ofrece fundamento slido paraelaborar sobre ella la ponencia sobre las virtudes heroicas delsiervo de Dios.

    Tambin ha sido presentada al estudio de los jueces laponencia sobre las virtudes heroicas del P. Hoyos. Cuando le toquesu turno, los telogos se pronunciarn sobre las virtudes heroicas

    del siervo de Dios. Y si este dictamen es positivo, como se espera,entonces el Sumo Pontfice declarar heroicas las virtudes del P.Hoyos y dar comienzo el examen de los milagros a l atribuidosen orden a una posible beatificacin.

    Una palabra final sobre los milagros atribuidos al P. Bernardode Hoyos.

    Al escribir su biografa, el P. Loyola hace mencin de varioshechos conceptuados por l como milagrosos, y que tuvieron lugar

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    durante los cinco aos que median entre la muerte del joven y laterminacin de su escrito.

    De estos hechos la Iglesia no ha pronunciado ningn dictamenporque nunca se han presentado a su examen autorizado.

    Los tres primeros presuntos milagros atribuidos a laintercesin del P. Hoyos y presentados al examen oficial de laIglesia lo fueron en la curia diocesana de Valladolid entre 1946 y1949. De otros dos milagros se hizo proceso en la curia diocesanade Madrid entre 1948 y 1950.

    El resultado de estos procesos ha sido remitido a laCongregacin de los Santos de Roma. De entre estos milagros se

    escoger uno que, previo dictamen positivo de mdicos y detelogos, pueda servir para la beatificacin del siervo de Dios. Peroeste examen no podr realizarse hasta que previamente no sehayan declarado heroicas las virtudes del P. Hoyos, punto en elque actualmente se encuentra la causa.

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    CRONOLOGABSICA

    1711

    20 agosto

    Nace en Torrelobatn (entonces dicesis de Falencia, hoyprovincia de Valladolid).

    5 setiembreEs bautizado en la iglesia de Santa Mara de Torrelobatn.

    1720

    23 mayo (9 aos)

    Recibe el sacramento de la Confirmacin.

    Octubre (10 aos)Comienza a estudiar nfima Gramtica en el colegio de S. Pedro yS. Pablo en Medina del Campo.

    1721

    ?

    Hace una escapada a Madrid para que su to Toms le encuentro

    un colegio donde estudiar.Octubre (17 aos)

    Prosigue sus estudios en el colegio jesutico de Villagarca deCampos (Valladolid) durante cuatro aos hasta julio 1926.

    1726

    11 julio (15 aos menos mes y medio)

    Es inscrito en el registro de los novicios en Villagarca de Campos.

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    1728

    12 julio (17 aos menos mes y medio) Emite sus primeros votos.

    Octubre (17 aos)

    Comienza sus estudios de Filosofa en Medina.1731

    Junio (a punto de cumplir 20 aos)

    Por designacin de sus profesores, defiende pblicamente unastesis en acto acadmico solemne.

    Octubre (20 aos)

    Comienza su cuatrienio de estudios teolgicos en el colegio de S.Ambrosio de Valladolid.

    1733

    3 mayo - 12 junio (a punto de los 22 aos)

    Revelaciones del Corazn de Jess. Gran promesa. Consagracinpersonal. Comienza propagar el culto del S.C. entre sus amigos.

    1734

    Despliega ferviente actividad para propagar el culto del S. Coraznpor medio de un libro, imgenes, novenas, cofradas, etctera.

    Octubre (23 aos)

    Comienza el cuarto curso de teologa.

    18 diciembre (23 aos)Es ordenado de subdicono.

    31 diciembre

    Recibe el diaconado.

    1735

    2 enero (23 aos)

    Es ordenado de presbtero.

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    6 enero

    Celebra su primera Misa en el Templo de S. Miguel de Valladolid.

    Junio

    Organiza en el Colegio de S. Ambrosio la primera novena solemneen honor del S. Corazn.

    Setiembre (24 aos)

    Comienza el ao de Tercera Probacin.

    18 noviembre

    Cae enfermo.

    29 noviembre (24 aos, 3 meses y 9 das)Muere.