14
MINISTROS EXTRAORDINARIOS DE LA SAGRADA COMUNIÓN DOCUMENTOS DEL MAGISTERIO Instrucción “Fidei Custos” (1969) Normas para los laicos para que pudieran, en determinadas circunstancias, distribuir la comunión. - Cuando falte el ministro ordinario (obispo, presbítero y diácono) - Cuando el ministro ordinario no puede (enfermedad, edad avanzada, ocupaciones pastorales) - Cuando el número de fieles que se acercan a la comunión es tan grande que la celebración se alargaría excesivamente. “El cristiano que haya sido elegido como MESC debe distinguirse por su fe, costumbres santas y madura edad, y deberá estar rectamente instruido para el desempeño de tan noble encargo. En caso de necesidad podrá ser designada una mujer de reconocida piedad, siempre que no pueda hallarse otra persona idónea” (no. 5) Motu proprio “Ministeria Quaedam” (1972) Pablo Vi estableció que los “acólitos” instituidos”, que son laicos, fueran ministros extraordinarios, pero permanentes, de este ministerio de la comunión. Las razones son las mismas de “Fidei Custos”. Entre sus funciones, con relación a la Eucaristía, se mencionan también, en las mismas circunstancias anteriores, que puedan exponer públicamente a la adoración el sacramento de la Sagrada Eucaristía y hacer después la reserva del Santísimo (sin bendecir al pueblo). (VI) Instrucción “Immensae Caritatis” (1973) La Congregación de los Sacramentos establecía los motivos (los de Fidei Custos: el insuficiente número de ministros ordinarios y para llevar la comunión a los enfermos; ministros ordinarios impedidos) y las modalidades; la

Material Para Ministros

Embed Size (px)

Citation preview

Page 1: Material Para Ministros

MINISTROS EXTRAORDINARIOS DE LA SAGRADA COMUNIÓN

DOCUMENTOS DEL MAGISTERIO

Instrucción “Fidei Custos” (1969)Normas para los laicos para que pudieran, en determinadas circunstancias, distribuir la comunión.- Cuando falte el ministro ordinario (obispo, presbítero y diácono)- Cuando el ministro ordinario no puede (enfermedad, edad avanzada,

ocupaciones pastorales)- Cuando el número de fieles que se acercan a la comunión es tan grande que

la celebración se alargaría excesivamente.“El cristiano que haya sido elegido como MESC debe distinguirse por su fe, costumbres santas y madura edad, y deberá estar rectamente instruido para el desempeño de tan noble encargo. En caso de necesidad podrá ser designada una mujer de reconocida piedad, siempre que no pueda hallarse otra persona idónea” (no. 5)

Motu proprio “Ministeria Quaedam” (1972)Pablo Vi estableció que los “acólitos” instituidos”, que son laicos, fueran ministros extraordinarios, pero permanentes, de este ministerio de la comunión. Las razones son las mismas de “Fidei Custos”. Entre sus funciones, con relación a la Eucaristía, se mencionan también, en las mismas circunstancias anteriores, que puedan exponer públicamente a la adoración el sacramento de la Sagrada Eucaristía y hacer después la reserva del Santísimo (sin bendecir al pueblo). (VI)

Instrucción “Immensae Caritatis” (1973)La Congregación de los Sacramentos establecía los motivos (los de Fidei Custos: el insuficiente número de ministros ordinarios y para llevar la comunión a los enfermos; ministros ordinarios impedidos) y las modalidades; la autoridad que concede la facultad es el obispo: “los Ordinarios del lugar tienen la facultad para permitir a personas idóneas, elegidas individualmente como ME, en casos concretos o también por un período de tiempo determinado, en caso de necesidad, de modo permanente” (no. 1)Persona idónea: que se distinga por su vida cristiana, por su fe y por sus buenas costumbres; agrega que “no será elegido para tal oficio alguien cuya designación pueda causar sorpresa a los fieles”.

“Instrucción sobre algunas cuestiones acerca de la colaboración de los fieles laicos en el sagrado ministerio de los sacerdotes” (1997)Ministro ordinario de la sagrada Comunión es el obispo, el presbítero y el diácono. Son ministro extraordinarios: el acólito instituido y el ministro extraordinario (delegado por el obispo diocesano) en modo estable (con una bendición). En casos excepcionales e

Page 2: Material Para Ministros

imprevistos, la autorización puede ser concedida ad actum por el sacerdote que preside la celebración eucarística.

Instrucción Redemptionis Sacramentum Sobre algunas cosas que se deben observar o evitar acerca de la Santísima Eucaristía - Congregación para el Culto divino y la disciplina de los sacramentos (2004)Cap. II - La participación de los fieles laicos en la celebración de la eucaristía1. una participación activa y consciente36. La celebración de la Misa, como acción de Cristo y de la Iglesia, es el centro de toda la vida cristiana, en favor de la Iglesia... De este modo el pueblo cristiano, “raza elegida, sacerdocio real, nación santa, pueblo adquirido”, manifiesta su orden coherente y jerárquico». «El sacerdocio común de los fieles y el sacerdocio ministerial o jerárquico, aunque diferentes esencialmente y no sólo en grado, se ordenan, sin embargo, el uno al otro, pues ambos participan de forma peculiar del único sacerdocio de Cristo».37. Todos los fieles, por el bautismo, han sido liberados de sus pecados e incorporados a la Iglesia, destinados por el carácter al culto de la religión cristiana, para que por su sacerdocio real, perseverantes en la oración y en la alabanza a Dios, ellos mismos se ofrezcan como hostia viva, santa, agradable a Dios y todas sus obras lo confirmen, y testimonien a Cristo en todos los lugares de la tierra, dando razón a todo el que lo pida, de que en él está la esperanza de la vida eterna. Por lo tanto, también la participación de los fieles laicos en la celebración de la Eucaristía, y en los otros ritos de la Iglesia, no puede equivaler a una mera presencia, más o menos pasiva, sino que se debe valorar como un verdadero ejercicio de la fe y la dignidad bautismal.38. Así pues, la doctrina constante de la Iglesia sobre la naturaleza de la Eucaristía, no sólo convival sino también, y sobre todo, como sacrificio, debe ser rectamente considerada como una de las claves principales para la plena participación de todos los fieles en tan gran Sacramento. «Privado de su valor sacrificial, se vive como si no tuviera otro significado y valor que el de un encuentro convival fraterno».39. Para promover y manifestar una participación activa, la reciente renovación de los libros litúrgicos, según el espíritu del Concilio, ha favorecido las aclamaciones del pueblo, las respuestas, salmos, antífonas, cánticos, así como acciones, gestos y posturas corporales, y el sagrado silencio que cuidadosamente se debe observar en algunos momentos, como prevén las rúbricas, también de parte de los fieles. Además, se ha dado un amplio espacio a una adecuada libertad de adaptación...

2. Tareas de los fieles laicos en la celebración de la santa Misa43. Algunos de entre los fieles laicos ejercen, recta y laudablemente, tareas relacionadas con la sagrada Liturgia, conforme a la tradición, para el bien de la comunidad y de toda la Iglesia de Dios. Conviene que se distribuyan y realicen entre varios las tareas o las diversas partes de una misma tarea. 45. Se debe evitar el peligro de oscurecer la complementariedad entre la acción de los clérigos y los laicos, para que las tareas de los laicos no sufran una especie de «clericalización», como se dice, mientras los ministros sagrados asumen indebidamente lo que es propio de la vida y de las acciones de los fieles laicos.46. El fiel laico que es llamado para prestar una ayuda en las celebraciones litúrgicas, debe estar debidamente preparado y ser recomendable por su vida cristiana, fe, costumbres y su fidelidad hacia el Magisterio de la Iglesia. Conviene que haya recibido

2

Page 3: Material Para Ministros

la formación litúrgica correspondiente a su edad, condición, género de vida y cultura religiosa. No se elija a ninguno cuya designación pueda suscitar el asombro de los fieles.

2. La distribución de la sagrada comunión88. Los fieles, habitualmente, reciban la Comunión sacramental de la Eucaristía en la misma Misa y en el momento prescrito por el mismo rito de la celebración, esto es, inmediatamente después de la Comunión del sacerdote celebrante. Corresponde al sacerdote celebrante distribuir la Comunión, si es el caso, ayudado por otros sacerdotes o diáconos; y este no debe proseguir la Misa hasta que haya terminado la Comunión de los fieles. Sólo donde la necesidad lo requiera, los ministros extraordinarios pueden ayudar al sacerdote celebrante, según las normas del derecho.91. En la distribución de la sagrada Comunión se debe recordar que «los ministros sagrados no pueden negar los sacramentos a quienes los pidan de modo oportuno, estén bien dispuestos y no les sea prohibido por el derecho recibirlos». Por consiguiente, cualquier bautizado católico, a quien el derecho no se lo prohíba, debe ser admitido a la sagrada Comunión. Así pues, no es lícito negar la sagrada Comunión a un fiel, por ejemplo, sólo por el hecho de querer recibir la Eucaristía arrodillado o de pie.

Capítulo VII - Ministerios extraordinarios de los fieles laicos146. El sacerdocio ministerial no se puede sustituir en ningún modo. En efecto, si falta el sacerdote en la comunidad, esta carece del ejercicio y la función sacramental de Cristo, Cabeza y Pastor, que pertenece a la esencia de la vida misma de la comunidad. Puesto que «sólo el sacerdote válidamente ordenado es ministro capaz de confeccionar el sacramento de la Eucaristía, actuando in persona Christi».147. Sin embargo, donde la necesidad de la Iglesia así lo aconseje, faltando los ministros sagrados, pueden los fieles laicos suplir algunas tareas litúrgicas, conforme a las normas del derecho...151. Solamente por verdadera necesidad se recurra al auxilio de ministros extraordinarios, en la celebración de la Liturgia. ...152. Por lo tanto, estos ministerios de mera suplencia no deben ser ocasión de una deformación del mismo ministerio de los sacerdotes, de modo que estos descuiden la celebración de la santa Misa por el pueblo que les ha sido confiado, la personal solicitud hacia los enfermos, el cuidado del bautismo de los niños, la asistencia a los matrimonios, o la celebración de las exequias cristianas, que ante todo conciernen a los sacerdotes, ayudados por los diáconos. Así pues, no suceda que los sacerdotes, en las parroquias, cambien indiferentemente con diáconos o laicos las tareas pastorales, confundiendo de esta manera lo específico de cada uno.

1. El ministro extraordinario de la sagrada comunión154. Como ya se ha recordado, «sólo el sacerdote válidamente ordenado es ministro capaz de confeccionar el sacramento de la Eucaristía, actuando in persona Christi». De donde el nombre de «ministro de la Eucaristía» sólo se refiere, propiamente, al sacerdote. También, en razón de la sagrada Ordenación, los ministros ordinarios de la sagrada Comunión son el Obispo, el presbítero y el diácono, a los que corresponde, por lo tanto, administrar la sagrada Comunión a los fieles laicos, en la celebración de la santa Misa. De esta forma se manifiesta adecuada y plenamente su tarea ministerial en la Iglesia, y se realiza el signo del sacramento.155. Además de los ministros ordinarios, está el acólito instituido ritualmente, que por la institución es ministro extraordinario de la sagrada Comunión, incluso fuera de la

3

Page 4: Material Para Ministros

celebración de la Misa. Todavía, si lo aconsejan razones de verdadera necesidad, conforme a las normas del derecho, el Obispo diocesano puede delegar también otro fiel laico como ministro extraordinario, ya sea para ese momento, ya sea para un tiempo determinado, recibida en la manera debida la bendición. Sin embargo, este acto de designación no tiene necesariamente una forma litúrgica, ni de ningún modo, si tiene lugar, puede asemejarse la sagrada Ordenación. Sólo en casos especiales e imprevistos, el sacerdote que preside la celebración eucarística puede dar un permiso ad actum.156. Este ministerio se entienda conforme a su nombre en sentido estricto, este es ministro extraordinario de la sagrada Comunión, pero no «ministro especial de la sagrada Comunión», ni «ministro extraordinario de la Eucaristía», ni «ministro especial de la Eucaristía»; con estos nombres es ampliado indebida e impropiamente su significado.157. Si habitualmente hay número suficiente de ministros sagrados, también para la distribución de la sagrada Comunión, no se pueden designar ministros extraordinarios de la sagrada Comunión. En tales circunstancias, los que han sido designados para este ministerio, no lo ejerzan. Repruébese la costumbre de aquellos sacerdotes que, a pesar de estar presentes en la celebración, se abstienen de distribuir la comunión, encomendando esta tarea a laicos.158. El ministro extraordinario de la sagrada Comunión podrá administrar la Comunión solamente en ausencia del sacerdote o diácono, cuando el sacerdote está impedido por enfermedad, edad avanzada, o por otra verdadera causa, o cuando es tan grande el número de los fieles que se acercan a la Comunión, que la celebración de la Misa se prolongaría demasiado. Pero esto debe entenderse de forma que una breve prolongación sería una causa absolutamente insuficiente, según la cultura y las costumbres propias del lugar.159. Al ministro extraordinario de la sagrada Comunión nunca le está permitido delegar en ningún otro para administrar la Eucaristía, como, por ejemplo, los padres o el esposo o el hijo del enfermo que va a comulgar.

Directrices para la Pastoral de la Salud en México73. Los Ministros Extraordinarios de la Comunión (MEC) y visitadores de enfermos. En muchas comunidades están presentes los MEC. Son presencia de la comunidad eclesial con los enfermos y sus familias; al mismo tiempo son los “oídos” de la comunidad, para detectar necesidades, para suscitar respuestas de la comunidad, para ser “puente” entre los enfermos-familias y la comunidad.Desarrollan un rol misionero de primera importancia; en muchas situaciones son la única modalidad “misionera” de una comunidad, la única forma de salir del templo y acercarse a las vivencias y necesidades de la gente. Pueden ser evangelizadores con los lejanos o alejados de la práctica eclesial.Surgieron para favorecer la pastoral con los enfermos y, sin olvidar los preciosos servicios que desarrollan en los templos (en particular cuando falte el ministro ordenado), deben tener una formación particular para acompañar a los enfermos y sus familias en las difíciles situaciones de la enfermedad, de la ancianidad y de la discapacidad. Su formación debe contemplar la capacitación a la ayuda a través de la relación interpersonal, al acompañamiento de los familiares, al seguimiento en la estación del duelo.Particular importancia, y por ende capacitación, necesitan los que obran en los centros de salud, acompañando también a los profesionistas y a todas las personas en las decisiones éticas.

4

Page 5: Material Para Ministros

PREGUNTAS MÁS FRECUENTES Y PISTAS DE SOLUCIÓN

¿Es suficiente seguir el Ritual?Compartir la comunión, llevarla a los enfermos es un gesto de la comunidad cristiana local. Ésta, por medio de un visitador, reconoce en el enfermo a uno de sus miembros, se pone a su disposición y le pregunta por lo que necesita. Si uno se limita a un ritual impersonal, contentándose con observar escrupulosamente las rúbricas, su forma de realizar este servicio deja a desear.

Cuando un MESC entra en una sala de enfermos en el hospital, ¿Qué tiene que hacer?Saludar a los enfermos, familiares y trabajadores que los rodean. Interesarse por su estado de salud y escucharlos.Después de un espacio de comunicación mutua y espontánea, se procede como propone el Ritual: saludo, deseando la paz; petición de perdón; oración (retomando cuando los enfermos y sus familiares nos han comunicado); lectura de la Palabra de Dios (del día o del domingo, preferiblemente), el Padrenuestro; presentación de la hostia consagrada y comunión; espacio de acción de gracias; despedida.

¿Se le debe preguntar al enfermo si necesita confesarse?Esta pregunta puede resultar indiscreta. Ante un enfermo que pide espontáneamente recibir la comunión, se ha de seguir como regla la actitud de confianza con que son acogidas en un templo las personas que se acercan a comulgar.

¿Y si el enfermo dice que quiere “confesarse” antes de comulgar?Propondremos al enfermo ponerlo en contacto con un sacerdote. No debe antes “confesarse con el MESC”, para poder tener la visita del sacerdote.Si vemos que el enfermo no quiere comulgar, pero no manifiesta una negativa explícita, seamos muy respetuosos, sin investigar o forzarle. Tengamos en cuenta la posibilidad de que el enfermo pase por una cierta crisis de fe. Debemos estar dispuestos a acogerlo y acompañarlo tal cual es, en actitud de respeto y de amistad. Se puede proponerle la comunión espiritual.

Normas del ayunoLos enfermos y las personas de edad avanzada, así como sus cuidadores (familiares o profesionales), pueden recibir la comunión “aunque hayan tomado algo en la hora inmediatamente anterior” (CIC 919, 3).

¿Donde se llevan las hostias consagradas?Se lleven en las “píxides”, comúnmente conocidas como “relicarios”.

¿Se puede hablar mientras se lleva la comunión?

5

Page 6: Material Para Ministros

Cuando se va de camino y nos encontramos con conocidos, debemos comportarnos con naturalidad. Alguna vez puede ser necesario decirles la razón de no detenernos con ellos. Es cuestión de sentido común discernir las actitudes a tomar.

¿Se pueden dejar unas formas consagradas para otros días o a los familiares?No, el MESC debe dar la comunión, no dejarla a los familiares o a otras personas o guardarla en su casa. Terminado el recorrido en el hospital, el MESC vuelva al templo o capilla para dejar las hostias consagradas que no han sido consumidas.

¿Qué hacer en el caso de situación matrimonial irregular?Se valore el camino de conversión; se invite a la oración; se aconseje acudir con un sacerdote para verificar si hay las condiciones para la celebración de la confesión sacramental (arrepentimiento y decisión de no vivir más como si fueran cónyuges) y, después (sólo después), recibir la comunión.

¿Y si el enfermo no parece estar lo suficientemente conciente como para recibir la comunión?No se debe dar la comunión a una persona que no está en condiciones de comprender el sentido de este gesto. Debemos encontrar otras formas de presencia cristiana: rezar o ayudar al enfermo a hacer la señal de la cruz.

¿Quién puede administrar el Sacramento de la Unción de los Enfermos?Sólo los sacerdotes (obispos y presbíteros) son ministros del sacramento de la Unción de los enfermos.Esta doctrina es definitive tenenda. Ni los diáconos ni los laicos pueden desempeñar dicho ministerio y cualquier acción en este sentido constituye simulación del sacramento. Los MESC no deben hacer “unciones” sobre los enfermos que puedan generar dudas o cuestiones.

¿Qué posición tomar respecto a las oraciones de “sanación”?Los fieles (también los MESC) son libres de elevar oraciones a Dios para obtener la curación. Las oraciones de curación no litúrgicas (libres, no presentes en los textos litúrgicos) se realizan con modalidades distintas de las celebraciones litúrgicas, como encuentros de oración o lectura de la Palabra de Dios. “Es necesario que durante su desarrollo no se llegue, sobre todo por parte de quienes los guían, a formas semejantes al histerismo, a la artificiosidad, a la teatralidad o al sensacionalismo” (Congregación para la Doctrina de la FE, 2000).

6

Page 7: Material Para Ministros

Comunión a los enfermos

Después de la acogida de los enfermos y de algunas informaciones sobre su estado de salud, se empieza la liturgia.

La paz del Señor esté siempre con ustedes.Y con tu espíritu.

RITO PENITENCIAL

Hermanos y hermanas, para prepararnos a esta celebración, reconozcamos nuestros pecados.

Señor Jesús, que curaste a los enfermos:Señor, ten piedad de nosotros.

Señor Jesús, que perdonaste a los pecadores:Cristo, ten piedad de nosotros.

Señor Jesús, que te entregaste a la muerte para sanarnos y darnos fortaleza:Señor, ten piedad de nosotros.

Dios todopoderoso tenga misericordia de nosotros,perdone nuestros pecados y nos lleve a la vida eterna. Amén.

Se pueden usar otras fórmulas (se encuentran en el Ritual de la Unción de los enfermos)

LITURGIA DE LA PALABRA

Lectura del santo Evangelio según san Juan (6, 51)Jesús dice: “Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo; el que coma de este pan vivirá para siempre. Y el pan que yo les voy a dar es mi carne para que el mundo tenga vida.Palabra del Señor.

O bienLectura del santo Evangelio según san Juan (6, 54-59)Jesús dice: “El que come mi carne y bebe mi sangre, tiene vida eterna y yo lo resucitaré el último día. Mi carne es verdadera comida y mi sangre es verdadera bebida. El que come mi carne y bebe mi sangre, permanece en mí y yo en él.Como el Padre, que me ha enviado, posee la vida y yo vivo por él, así también el que me come vivirá por mí.Este es el pan que ha bajado del cielo; no es como el maná que comieron los padres de ustedes, pues murieron. El que come de este pan vivirá para siempre".Palabra del Señor.

7

Page 8: Material Para Ministros

O bienLectura del santo Evangelio según san Juan (14, 6)Jesús dice: “Yo soy el camino, la verdad y la vida. Nadie va al Padre, si no es por mí':

O bienLectura del santo Evangelio según san Juan (15, 5)Jesús dice: “Yo soy la vid, ustedes los sarmientos; el que permanece en mí y yo en él, ése da fruto abundante, porque sin mí nada pueden hacer ustedes”. Palabra del Señor.

O bienLectura de la primera carta del apóstol san Juan (4, 16)Queridos hijos: Nosotros hemos conocido el amor que Dios nos tiene y hemos creído en ese amor.Dios es amor y quien permanece en el amor, permanece en Dios, y Dios en él.Palabra de Dios.

U otras lecturas bíblicasSe pueden usar las Lecturas de la Eucaristía del día o del Domingo.

Puede seguir una breve reflexión sobre la Palabra de Dios proclamada.

Es oportuno rezar a Dios con unas “oraciones de los fieles”.

RITO DE COMUNIÓN

Oremos confiadamente al Padre con las palabras que nos enseñó nuestro Salvador:Padre nuestro...

Este es el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo. Dichosos los invitados a la cena del Señor.Señor, no soy digno de que Tú entres en mi casa,pero una palabra tuya bastará para sanarme.

El Cuerpo de Cristo. La sangre de Cristo. Amén.

Antífona“Yo soy el pan de la vida, que ha bajado del cielo. El que come de este pan vivirá para siempre. El pan que yo les voy a dar a ustedes es mi carne para que el mundo tenga vida”

Oremos.Señor y Padre nuestro,que nos has llamado a participar del mismo pan y del mismo vino, para vivir así unidos a Cristo.

8

Page 9: Material Para Ministros

Ayúdanos a vivir unidos a él, para que produzcamos fruto, experimentando e1 gozo de su redención.Por Jesucristo, nuestro Señor.Amén.

O bien una de las siguientes oraciones

Señor Dios todopoderoso, te damos gracias por este don sagrado que constituye nuestro alimento. Derrama en nosotros tu Santo Espíritu y con el vigor que nos comunica este alimento celestial, haz que nos entreguemos de corazón a tu servicio.Te lo pedimos por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

Señor, Padre santo, omnipotente y eterno Dios, te suplicamos confiadamente que el sagrado Cuerpo de nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, sea para nuestro hermano, que lo acaba de recibir, un remedio sempiterno para el cuerpo y para el alma. Por Jesucristo nuestro Señor.

Dios nuestro, que llevaste a cabo la obra de la redención humana por el Misterio Pascual de tu Hijo, concédenos que, al anunciar llenos de fe, por medio de los signos sacramentales, su muerte y resurrección, recibamos cada vez con mayor abundancia los frutos de la salvación. Por Jesucristo nuestro Señor.

BENDICIÓNSi el ministro es sacerdote o diácono

La bendición de Dios todopoderoso.Padre, Hijo + y Espíritu Santo,descienda sobre ti (ustedes) y permanezca para siempre. Amén.

Si el ministro no es ni sacerdote ni diáconoQue el Señor nos bendiga,nos libre de todo mal y nos lleve a la vida eterna. Amén.

Puede suceder que el enfermo no pueda comulgar por motivos de salud o no quiera comulgar antes de reconciliarse sacramentalmente. En este caso se puede hacer todo el rito y, después del Padre Nuestro, proclamar la oración para la “comunión espiritual”.

Jesús mío,creo firmemente que estás en el Santísimo Sacramento del altar.Te amo sobre todas las cosas y deseo tenerte en mi alma.Ya que ahora no puedo recibirte sacramentalmente,ven espiritualmente a mi corazón.Como si ya te hubiera recibido,te abrazo y me uno enteramente a ti:Señor, no permitas que jamás me separe de ti.Amén.

9

Page 10: Material Para Ministros

10