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8/16/2019 Marzal Cap. 3 Marzal Historia de la Antropología indígenista en México y Perú
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viendo los espaiioles el gran consumo que habia de esta mercaderla,
plantaron otras muchas m s chlicaras de las que antes babia, espe
cialmente en la comarea de la ciudad del Cusco cuyos vecinos tuvie-
ron en un tiempo su mayor rlqueza en estas
hereclades;
porque solia
rentat' carla ano una buena chacra
de
coca mas de veinte mil
pesos.
Pero
ya
ha dado
gran
baja,
y
su contrataci6n
va
de carla
dia
adelga.
zando; 10 uno, porque los indios
han
venido en gran disminuci6n, y
10 otto, porque con el trato y comunicaci6n con los espaiioles, se
van desengafiando y cayendo en la cuenta de que Ie
es de
mM pro
vecho
el
pan,
vino
came que
el
zumo que chupaban desta yerba
[1964, I, 214-225].
Luego Coho describe minuciosamente el uso que
los
indios ha
cen de la coca y los efeetos
que
les produce (aunque piensa
que
hay
algo de imaginaci6n 0 superstici6n, reconoce
que
«los vemos
trabajar doblado con ella»), la cantidad de producci6n, el modo
como se
transporta,
el lugar donde
se planta,
el
modo como
se
planta y bepeficia,
la
.manera
como la curan una
vez hecha
la
recolecci6n, y los mUltiples usos medicinales
en
que se emplea.
Tambioo podfan tomarse como ejemplo las descripciones de otras
plantas
que eran
esenciales para
la
dieta del hombre america
no,
como el
mafz y
la chicha
del mafz (Lib. 4, caps. 3-4), la.yuca
(cap. 7), la
papa
(cap. 13), el aji (cap. 25), etc. En todas las des
cripciones
se nota la misma minuciosidad y el mismo rigor analf-
tico,
con un
serie de referencias a la vida social y cultural del
hombre americano.
m
FUNCIONARIOS
DE LA ADMINISTRACI6N COLONIAL
Ya se vio,
en
el capitulo priIJ
lern,
c6mo puede considerarse prime
ra etapa de la historia de la antropologfa aquella en la que
se
describen
~ t e r n t i c m e n t e las sociedades diferentes
0
se estudian los
meca.nis
mos y resultados de la praxis sociil sobre dichas sociedades
di:ferentes
Luego
en el capitulo
segundo,
se recogieron
1 s
principales
estudios
sobre
las sociedades americanas. Ahora voy a presentar los estudios
vincu-
lados a la praxis colonial, que fueron realizados por funcionarios
de
la
administraci6n y que,
aun
siendo ante todo informes administrativos,
normas de gobiemo 0 tratadOs jurfdicos, merecen,
por su
enfoque
an-
tropol6gico, un lugar en la historia de la antropologia.
Presentar
en esta
historia a funcionarios de
la administraci6n
colonial
no
significa, naturalmente, justificar la
empresa
a
cuyo
servicio estuvieron,
sino
recoger algunos
de sus aportes
a
la
inves
tigaci6n 0 a la praxis social. Par 10 demas, no conviene olvidar
que
la antropologfa se
ha
desarrollado bastante con ocasi6n del colo
nialismo occidental, porque este
ha
obligado al mundo occidental
a estudiar
la manera
de conocer,
manejar
y
dominar
las socieda
des que deseaba colonizar. Este pecado original de la antropologfa
no invalida sus logros te6ricos y metodol6gicos, como el hecho
de
que ciertas ciencias naturales (ffsica, quimica, etc.)
se
hayan des
arrollado sabre
todo con
ocasi6n de los grandes conflictos
mun-
diales,
que han
costado la vida a millones de personas; tampoco
invalida
sus
logros cientificos. Ademas, el problema
de
la
vincu-
laci6n antropologfa/colonialismo
no
se
linuta
a los antrop6logos
118
119
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amateurs
espafioles
en
America en el siglo XVI 0 a los antrop610gos
profesionales ingleses
en
America
en
el siglo xx, sino que
es un
problema edco
pennanente de esta
profesi6n, en
10 que
dene de
ponerse al
setvicio
de
un sistema,
como se
vera, en
mas
de
una
ocasi6n, a
10
Jargo
de esta
historia. Comienzo
por
Toledo, porque,
como observa Angel Palerm, «ninguna
otra
experiencia colonial
expres6
mas claramente que la
del virrey Toledo
den
Peru las rela
clones existentes entre la investigaci6n etnografica y el estableci
miento de
un
sistema de
dominic
sobre
la
poblaci6n
nativa».l
1. Francisco e Toledo 1515-1584)
Nace en
Oropesa (1'oledo)
de una de las grandes
familias nobles
espafiolas. A los diecinueve aftos se pone
al
setvicio del emperador
Carlos,
como
soldado
en
diferentes campafias y
como
diplomatico
en
una serie
de
diffciles
misiones en Europa
y Africa. Felipe II,
que
establece
en
Espafta y
en las
colonias
amerlcanas
uno
de
los siste
mas de administraci6n burocratica
mas avanzacios,
como se
vera
enseguida al hablar de
las
R£Jaciones geogrtf{icas,
Ie
nombra
virrey
del
Peru
en
1568.
hf
Toledo
va
a desarrollar
su
gran c p c ~ d d
de
administraci6n burocratica
y
va
a
ser el
«supremo
organizador
del
ViITeinato»
seg(m
la expresi6n de
Roberto Levillier,
su
principal
bi6grafo.2 Vargas Ugarte hace un
retrato
duro
de
su persona:
Se Ie extendfan los despachos de virrey del Peru, cuando contaba
unos 52 mos. Sin mujer y sin hijos, habiendo llevado basta entoru:es
una vida casi austera, podia -
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El per.(odo de
gobierno de
Toledo duro dice aiios y este muri6
no
mucho
despues de
regresar
a Espana.'
OBRAS
1570-1572) Infonnaciones acerca del sefiorfo y gobierno de los In
cas,
en Roberto
Levillier,
Don Francisco de Toledo,
supremo
Dr
ganizador
del
Peru,
II,
Buenos
Aires, 1940,
pp.
1-204.
(1572-1575) que el seiior Vrso-n JI
don Francisco de
Toledo
hizo para el buen gobierno de estos reinos del pera,
.en Roberto
Levillier,
Gobemantes del pera,
VIII, Madrid, 1925, Colecci6n
de
publicadones
hist6ricas
de la
Biblioteca del Congreso Argentino.
6
;
APORTES
1.1. lAs
«Informaciones»
Se canoce con
este
nombre
a la noticia
que
fue recogiendo el
virrey Toledo
sobre el
senotio,
modo
de gobiemo
y
castumbres
religiosas de los incas, durante
la
visita general al virrieinato, por
5.
GuamAn
Poma, en su Cronica, recoge un dibujo sabre la muerte de Toledo, y
en el texto dice: «EI Virrey don Francisco de Toledo, una vez cumpJidas sus obliga·
ciones en este reino, regres6 a Castilla, donde se present6 a su sedor
el
rey don Felipe
n.
Pero el montero de
camara
no
Ie
permiti6 entrar, ni Ie dio licencia para
eIlo.
Apesadumbrado por este desaire se fue a
su
casa, no quiso comer, se sent6 en su
silla,
desengafiado y muy triste muri6 despidiendose pronto de esta
vida.
Acab6 su
existencia con el dolor ocasionado
por
no haber visto el rostro de su rey y senor y
por el remordimiento de los males que caus6 en este reino, tanto al Inca como a
los
principales indios y conquistadores» (1966,
n
71).
La
versi6n
de
Garcilaso es muy
similar,
y Felipe
n
dijo a Toledo que «no
Ie
habra enviado a Peru para que mataS r
reyes, sino para que siIviese a reyes- (1944,
m
252). . ,
6.
En
1752 se reimprimi6 en Lima,
en la
imprenta de Francisco Sobrino y &des,
el
Tomo primero de
las
Ordenanzas del
PerU
dirigidas
l rey
[
...
] per mano
del
Duque
10
Palata [•••
J
recogidas y eoordinada.s per ellie D. TomdsBallesteros
[
...Jy
n u e v a m e n t
afiadidas las
Ordenanzas [per] el
Conde de Superunda. Bsta recopilaci6n de las
oro&;
nanzas, cuya autorizaci6n para ser publicadas dio el virrey en 1683 y que es
cas
contemporanea de la
RecopilaciOn
de
las
Leyes
de
Indkls (1681). reline tod as las on:Ie-
nanzas de Toledo, reproducidas en Levillier, y otras que fueron dandose posterior,
mente. Es
una
prueba de c6mo casi dos siglos despues de su promulgacl6n s ~
vi,gentes
las
ordenanzas toledanas.
En
1986 y 1989 se public6 en Sevilla, en la
~
la de Estudios Hispanoamericanos, una nueva edici6n de las ordenanzas toleclaruls
en dos tomos. El tftulo es Fmncisco Toledo: Disposiciones gubemativas para el
yjmi.
nato
del
PerU
(1569-1574)
y
1575·1580).
medio del interrogatorio de informantes cualificados
con
cuestio
,
cuidadosamente
preparados.
Las
informaciones,
que
reco-
Toledo
entre
noviembre de 1570 y febrero
de
1972,
son 11 en
todas ellas
entre
los indios,
con
excepci6n
de la Ultima, que
entre los
primeros
conquistadores, y
se
hicieron
tres
en el eus-
dos en
Yucay
y una en
Jauja,
Guamanga
y
en
los
tambos de
Pina,
Limatambo
y Mayo.
En una
larga
carta
al
rey de 1 de
de
1572, Toledo explica
la
metodologfa
de
trabajo, las prue-
que
obtuvo y
las
conclusiones personales
que
saca:
Entendiendo
10 que
importa a serviclo de V.M., bien, asiento y
conservaei6n
de
( Stos reinos del
Peru
y
para
que con mas fuellidad
se pueda planta r I.a doctrina cristiana y la luz evabg6lica
en
los natu
rales de elios y para la buena ls0bemaci6n de sus republicas y mirar
la orden que se podrfa dar, asf en esto corrlo para
que
fuesen manteo
Didos en
paz
y justicia y se excusasen las vejaciones y molestias que
se ha entendido que estos naturales han recibido y
cada
ilia van
recibiendo de sus caciques y mayores. que son muc1laS y dignas de
remedio, demas de
ir
proveyendo el que para esto ha sido necesario
en esta visita general. que voy haciendo
en
todas
las
provincias
de
61
basta liegar a la ciudad del Cusco, mand6 hacer y
se
ha hecho una
infonnacion
con
numero de 100 testigos de estos naturales, de los
mas viejos y ancianos y de mejor entendimiento que se
han
podido
hallar, de los eua es muehos son caciques y principa es y otros de la
descendencia de los Ingas que
hubo en
esta tierra y los demas indios
viejos, de quien se entendi6 que con mas elaridad y raz6n la podian
dar, para los efectos arriba diehos, la eua se envia a V.M. en su rea
Consejo de Indias y para que
V.M.,
siendo servido, la pueda mandar
ver,
por ser
cosa
tan
importante a vuestro real servicio, me pareci6
enviar
una
relaci6n sumaria de 10 que en ella se prueba,
que
es 10
siguiente [
..
] [1940, 3-4].
Luego habla
de
«otra inforrnaci6n [
..
]
con
100 testigosdiferentes
los primeros,
para saber
[
...
]
la costumbre que
los ingas y curacas
otros indios ricos ternan,
en
tiempo de
su
gentilidad e idolatria,
de
Il nb,rrarse
y
que
riquezas llevaban consigo a
sus
sepulturas» (1940,
otros muchos aspectos
de su
sistema religioso y etico.
Las «pruebas» que
Toledo saca pueden resumirse en los si-
t$Ulentes
puntos:
a)
Antes del
inca Tupac
Yupanqui no ternan los naturales
cad-
en
tiempos
de
paz,
sino
s6lo
en
caso
de
canflicto entre
dos
cuando cada grupo
seguia a
sus
indios
mas
valiente:>,
lla-
cinches. AI
extender Tupac
Yupanqui los dominios
de Qui
a Chile.
asohmdo
a
las comunidades que no querian
someterse
usurpO el
gobiemo de toda
la
regi6n;
122
123
http:///reader/full/nuevame.nthttp:///reader/full/nuevame.nt
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b
el
mismo
Tupac Yupanqui fue
quien
instituy6 el regimen de
curacas y principales que encontraron los espafioles, poniendo en
estos cargos a
quien
querfa
y
quitandolos a
su antojo,sin
respetar
la
sucesi6n legftima; el
inca
Huayna
capac
y luego sus hijos Huas
car y Atahualpa hicieron
10
mismo;
c
antes de
la
llegada
de
los espafioles se enterraba a los incas y
curacas
en
luga:res escondidos, con
p rte
de sus riquezas, creyen
do que iban
a resucitar; los cuerpos de los incas muertos tenfan
servicio
de
indios y chacras y
en
las
fiestas importantes los saca
bari
a
la
plaza
y
les
daban
alimento;
d)
adoraban a diferentes dioses
y, en particular, alhacedor
de
todo, VIracocha, al Sol, a Huanacauri, de quien decfan los indios
que: descendian. a Pachacame y a los cuerpos de Huayna capac,
Tupac Yupanqui
Y
otras criaturas, y les ofrecfan oro, plata, ropa,
tierras, ganados y
seIVicio de
indios e indias; ademas, tenfan la cos
tumbre
de sacrificar ninos
y
niiias
hennosos y s in defecto alguno;
e como los indios eran natura1mente ociosos, los incas procura
ban
hacerlos trabajar, «en cosas inutiles, como era en echar
nos
por
unas partes y
por
otras y
hacer
paredes muy largas
de
una parte y
de
otra por
los
caminos
y escaleras de piedras de que
no
habra
necesidad» (1940,
8),
para tenerlos siempre ocupados y evitar levan
tamientos.
y
asf los incas les poruan, a cada diez hombres y
aun
a
carla cinco,
un
mand6n; ademas, "pruebase que estos naturales
es
gente que ha menester curador para los negocios graves que se
les
ofrecen. as de sus
almas
como de
sus haciendas, porque
si no
hu
biese quien los guiase y gobernase en ellos, se perdenan» (1940, 9);
f} en
tiempo de Huayna
capac
habra muy poca coca, s610 se
cultivaba
en
pequefias chacras y se consideraba
un
gran regalo del
inca para
curacas y principales;
la
gente comlin
no la
usaba;
g)
los incas
hacian
trabajar las minas
de
oro, plata y azogue,
enviando indios a cualquier lugar del territorio donde eran descu
biertas
las
minas;
por
su
parte, los curacas y caciques debfan
dar
cada
aDo
al inca
oro
y plata;
h
los indios
de
los
Andesy
chunchos comfan carne humana, y
en
la
provincia del Collao algunos indios c;ometian el pecado ne
Cando la
sodomia).
Las conclusiones personales del virrey eran:
Lo
1.°, que
V.M. es legitimo Senor
de
estos reinos y los ingas y
curacas tiranos,
como
tales intrusos
en
el gobiemo de ellos.
Lo 2.°, que
V.M. puede proveer a
su
voluntad estos eacicazgos en
los indios
que
mejor Ie pareciere, temporal
0
perpetuamente, con
jurisdicci6n
0
sin
ella,
sin
tener respeto a sucesiones y esto serfa una
124
de
las rosas de
mayor impol1aIlcia
para eI
gobiem o espUitual y tem
poral
de
estos indios, porque siempre senin
1
que fueren sus caci
ques y curaeas, as
en
virtudes
como en
vicios.
1.0 3.°,
que, presupuesto el verdadero dominio que
V.M.
tiene de
estos reinos, pareciendo que conviene al buen gobiemo, puede V.M.
dar y repartir
en
esta tierra, temporal
0
perpetuamente, a los espa
noles. sin los escnlpulos que
basta
aquf se poruan, afinnando livia
namente
que
estos ineas eran legftimos reyes y los caciques senores
naturales. siendo falso.
como por
esta
probanza
consta.
1.0
4.°, que, teniendo V.M.
eI
verdadero sefiorlo de estos reinos,
como 1 tiene. y
no
habiendo, como no hay. legftimos sucesores de
los tiranos ingas, todas las minas y minerales y todos los bienes del
sol e idolos y todos los tesoros de las sepulturas y tierras y ganados,
que
estan
dedicados
para
servicio de los cuerpos de los ingas. en que
no
haya poseedores particulares
con
buen titulo. pertenecen a
V.M.
como a rey y senor,
como
bienes vacos, mostrenros y
que
estan
proderelictos.
1.0 5.°, que, siendo V.M.
tal senor
y legftimo rey, Ie toea la tutela
y defensi6n de los indios naturales de este reino y, como
su
tutor,
mediante
su
flaqueza
de
razOn y poco entendimiento,
puede
V.M.
ordenarles Jeyes para
su buena
conservaci6n y hacerselas cumpUr,
aunque las contradigan y parezcan contra
su
libertad,
como
selia
quitarles
que no
esten ociosos y ocuparlos
en
cosas, que a ellos les
estan bien y a la republica, y gobemarlos
con
alglin temor. porque
de otra
manera
no
haran nada,como
se ve y ellos
1
confiesan
en la
probanza de estos hechos [1940. 12-13].
Las Infonnacion es plantean dos problemas interesantes: uno,
su valor etnognifico, y otro, su utilizaci6n politica.
En
cuanto al
primero. es indudable que
las Informacion es
tienen mas riqueza
e datos que el apretado resumen de
las
mismas que hace el vi-
frey
en
una
diez paginas (contra las 200 que tienen las
Infonnacio-
nes en la edici6n de Levillier). Como ejemplo, recojo, un poco al
azar.la
respuesta de cuatro informantes
de
Yucay.
el2
de
junio de
1571. sobre dos de las 19 preguntas del cuestionario:
A la
8.
pregunta dijeron
cada
uno de
por
sf y todos juntos,
que
los dichos Ingas adoraban al dicho Wiracocha
por
hacedor de todas
las cosas. y al Sol y a Pachacamac y a otras guacas, las
adoraban no
por
dioses,
ni por
el hacedor de todas las cosas, sino porque los
teni an
por hijos
0 rosa muy
allegada al dicho Wiracocha; y a otros
adoraban tambien
como
cosas que entendi'an
que pod.{a
interceder
por
ellos con el dicho Wiracocha,
porque
entendian que estaban con
eJ, y los adoraban a algunos en sus mismos cuerpos, y a otros por
que entendian que estaban convertidos en fuentes
0
arboles
0
pie
dras
0
en otros idolos que adoraban, como
era
la dicha
piedra
y
125
http:///reader/full/Informacion.eshttp:///reader/full/Infonnacion.eshttp:///reader/full/Informacion.es
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5/27
guaca de Guanacauri y otros cuerpos .de Ingas, y a estos
01'reclan
todo 10 sobredicho y los venera.ban, y que
10
susodicho se hacia por
los dichos Ingas y caciques 0 indios en todos estos reinos, y ellos 10
vieron y entendieron asf y, demas de
10
haber visto y entendido,
oyeron decir
a
los dichos sus padres y pasados que ellos mismos
10
hacfan asf
y tambi6n los
demas
Ingas e indios que hubo en sus
tiempos [1940,129].
A fa 13. pregunta dijeron
cada
uno de por sf y todos juntos, que
en tiempo de dicho Guaina capac fa coca que habfa era s610 de
ch4caras
para
el rucho Inga y. no habra otras chacaras ningunas de
caciques, n otros indios, y que estas chacaras del dicho fuga las
tenia en valles ca1ientes y que eran unas chacarillas pequenas, las
cua1es el hacia cultivar y tenia regaladas y que
fa
dicha coca no
f
colilfa sino el y a quien el fa querla dar por regalo que era a los
caciques que estaban con el y a otros privados suyos, Y que a los
caciques «unos», que llaman entre elIos, de die:z mil indios, les en-
viaba por
gran
regalo
una
bolsilla de fa dicha coca, y los dichos
caciques
10
estimaban
en
mucho, como cosa que no se comunicaba
fa
dicha coca entre
fa
demas gente comun de los dichos indios no la
tenfan, n la alcanzaban, y que el dicho fuga la estimaba y daba a
los que dicho tienen como cosa de regalo, y que esto saben de esta
pregunta [1940,
131].
Pero, mas iroportante que observar la riqueza de la informacion
es discutir su objetividad. A
priori
puede decirse que
la
investiga-
cion del equipo de Toledo
tiene una
serle de aspectos vaIidos y otra
serie de ellos enonnemente discutibles. Entre los aspectos vaIidos
estan
el
nfunero de infonnantes
(mas de
doscientos),
la
diversidad
de
regiones
(Jauja, Guamanga, la region
cuzqueiia
y la ciudad del
Cusco),la minuciosidad de las
preguntas
Y respuestas, la capacidad
infonnativa de
los
infonnantes caciques, principaies y personas
ancianas,
que tienen un mayor
conocimiento de
la cultura), etc.;
entre
los aspectos discutibles
estlln
la forma
casi jurfdica
de la
in-
fonnacion
que, si wi precision a la respuesta, puede quitarle objeti-
vidad y, sobre t o d ~ la «hip6tesis
de
trabajo» subyacente, que podia
facilmente inficionar
la
informaci6n recogida. El grupo de Toledo
no
era
un
equipo
de antrop6logos
que
tratan de descubrir con sim-
patfa
y «desde
dentro»
los
postulados
y
los mecanismos de
funcio-
namiento de
la sociedad andina, sino
un· equipo de politicos que
quieren probar una serle
de
hip6tesis previas para
justificar
la con-
quista y descubrir las costumbres y mecanismos sociales que per-
mitan
al
gobiemo
y
dominacion
de la poblaci6n conquistada. Aun-
que
muchos estudios
antropologicos puedan tenninar en una ma-
yor
manipulacion
de
los
grupos
estudiados,
los
estudios
de
Toledo
126
tenian ese punto de
partida.
Asl, insensiblemente, estoy
tocando
el
problema
de
la utilizacion
de
las
Infomuu:iones.
Pero antes, volviendo al problema del valor etnografico de las
mismas, estas pueden valorarse tambien a posteriori com:pa:r;indo-
las con los datos de otros cronistas. Es sabido que uno de los pro-
cedimientos metodo16gicos
para
comprobar la veracidad de
un
es-
iudio social es o m P a ~ l o con otros estudios similares. Levillier, en
el
2.° tome de su obra, despuesde publicar el texto de las lnforma-
ciones
hace una detallada confrontation de las mismas
con
«pasa_
jes atinentes» de 49 cr6nicas, muchos de los cuales se exponen 0 al
menos se dtan en esta historia,
como
los de Acosta, Cobo,
Las
Casas, el Inca Garcilaso, Guaman Poma, Calancha,
Avila,
Arriaga,
Cieza de Le6n, Polo de Ondegardo, Sarmiento de Gamboa, Crist6-
hal de
Molina el cusquefio, Gregorio Garcia, Hernando
de
Avenda-
no
la «Cr6nica
anonima»,
etc. Para Levillier «es
elocuente de
por sf
la concordancia de estos testigos que vienen, desde el siglo XVI y
Xvn, a ofrecer ante la historia su ratificacion imparcial.> 1940,
XXVI). PersonaImente
pienso
que
si
en detenninados
puntos
se da
efectivamente esa ratificacion, en
otros
no ocurre eso,
como
es facil
comprobar releyendo con detencion el minucioso trabajo compara-
tivo
de
Levillier;
ademas, prescindiendo
ahora de la
po emica entre
l s dos lecturas de la historia incaica, la «idealizada», representada
par el
Inca
Garcilaso, y la «dura»,
representada
por las Informacio-
nes
de
Toledo y
la
Historia de los Incas de Sarmiento
de Gamboa,
el problema esti, mucho mas que en la
veracidad de las
Infonna-
ionesde Toledo, en las conclusiones queel dedujo.
Asf pasamos al problema de la utilizacion politica de las lnfor-
maciones. Este
esta estrechamente unido
l
polemica de losjus-
los titulos para la
conquista
espaft.ola, como
se manifiesta
en el
prefacio con
que
Sanniento de Gamboa ofrece a Felipe II
su
His-
ttJria de los Incas que, como se
vera
mas adelante,
es
el
comple-
mento
de
las
Informaciones
toledanas:
...J los mismos predicadores, los cuales comenzaron a dificultar
sobre
el
derecho y titulo que los reyes de Castilla tenfan a estas
tierras. Y como vueslro invictisimo padre era tan celoso de su con-
ciencia, mand6 examinar este punto, cuanto Ie fue pos,hle, por doc-
tisimos letrados, los cuales, como la informaci6n que del hecho se
les hizo fue indirecta y siniestra de
fa
verdad, dieron su parecer
diciendo que ·estos Ingas, que en estos reinos del Peru fueron, eran
legftimos y verdaderos senores naturales de esta tierra, 10 cual dio
asa a los extrafios de vuestro reino, asl cat6licos como herejes y
otros infieles para que ventilasen y pusiesen dolencia en el derecho
que los reyes de Espaiia
han
pretendido y pretenden a las Indias;
127
8/16/2019 Marzal Cap. 3 Marzal Historia de la Antropología indígenista en México y Perú
6/27
par 10
cual el emperador
don Carlos. de gloriosa memoria. estuvo a
punto
de dejarlas
[:..
]
Y todo
esto sucedi6
por
la
incuriosidad
de
los
gobemadores
de
aquellos tiempos de estas tierras. que
no
hicieron
laS
diligencias necesarias para
inCormar de la
verdad del hecho. y
par
ciertas informaciones del Obispo
de
Chiapa. que. movido de
pasi6n
contra
algunos conquistadores de
su
obispado.
con
quienes
tuvo pertinaclsimas diferenclas
5egful yo
supe
en
aquella provincia
y
en la de
Guatemala.
donde
ello
pasO.
aunque
su
celo
parece
santo
y estimab} -. dijo cosas
de
los dominios de
esta
tierra. a vueltas de
los conquistadores
de
ella.
que
son
fuera de
10
que
en
las averigua·
ciones y probanzas jurldicas se ha visto y sacado
en
limpio y 10 que
sabemos los que
habemos
peregrinado todas las Indias. despacio y
sin
guerra. inquiriendo
todas
estas cosas
[1947.73].
Esta era Ja
situaci6n. A
raiz
del descubrimiento y
conquista de
America se habfa desatado una polemica sobre
eI
derecho y tftulq
de los reyes de Castilla. promovida. sobre todo.
por
Bartolome de
Las Casas. Los detalles de Ja famosa Jtmta de Valladolid se veran al
habJar de Las Casas. Pero en Ja polemica
misma
conviene distinguir
entre los hechos sociales americanos. aportados
por
misioneros
y
conquistadores. y
su
interpretaci6n etica y jurldica. aportada por;
te6logos y juristas.
Entre
los te6logos. tmO
de
los
que
tuvo
un pape) .
mas
decisivo fue el dominico Francisco
de
Vitoria (1'492-1546),
quien.
en dos famosas
«relaciones»
0
conferencias publicas que
Sl1
teman
en
presencia de toda Ja Universidad de Sa1amanca. «De
indios
recientemente
descubiertos» (1539) y
«De
los indios
0
del
dc:>-,
recho a la guerra de los espaD.oles sobre los barbaros»
(1539).
puso,
las bases
del derecho internacional. En Ja primera relecci6n Vitoria
sostiene el principio de la igualdad jurfdica
de
los hombres y
de 10
pueblos; comienza por preguntarse «si esos barbaros'. antes de
llegada de los espafioles. eran verdaderos duefios publica y prlvada·,
.
mente.
esto es.
si eran
verdaderos duefios
de
las cosas y posesiones, .
privadas y si habfa entre elIos algtmos hombres.
que
fueran verdadc:> ;
IDS prlncipes y sefiores de los demas».
para
concluir:
Queda,pues.
firme de todo 10 clicho que los barbaros eran. sin
dudaalguna.
verdaderos duefios publica
y
privadamente.
y de
igual
modo
.que los cristianos.
y
que tampoco
por
este titulo pudieron ser
despojados
de sus
posesiones como si no fueran verdaderos duenos,
tanto
sus pdncipes
como
las personas
particulares.
Y grave rosa
serra
negades a estos.
que
nunca nos hieieron la
mas
1eve injuria, 10
que
no
negamos a los
sanacenos
y judios. perpetuos enemigos de
la
religi6n cristiana. a quienes concedemos el tener verdadero dominio
de
sus
casas si.
par otra parte. no han
ocupado tierras de cristianos
[1960,665].
128
Luego Vitoria examina
detenidamente carla uno de
los tftulos
para la conquista espafioJa que consideraba ilegftimos (autoridad
Universal del emperador como soberano del mundo. autoridad uni-
versal del papa y su pretendido sefiono sobre el orbe. derecho de
descubrimiento
0
invenci6n,
de eCho de
compulsi6n
de
los
indios
infieles que
se
resisten a recibir la fe cristiana, pecados contra
naturaleza y autorldad de los prfncipes cristianos para reprimirlos.
etc.) y luego
los
tftulos
que consideraba
legitimos (garantizar
el
legitimo derecho del libre transito. el libre comercio. y
la
libre
predicaci6n del evangelio. derecho de intervenci6n humanitaria en
defensa
de
los
inocentes
y para abolir sacrificios
humanos.
dere
cho de intervenci6n por
petici6n de
aliados. etc.).
Como se
ha
visto. el virrey Toledo queria probar precisamente que
en el Tawantinsuyo
no
habfa incas,
ni
curacas leg(timos, Y que se
hacfan sacrificios humanos. porque
emn
tftulos v.illdos
para Ja
con
quista y ocupaci6n espafiola
seg m la
doctrina
de
Vitoria
Ademas
To
ledo deduce de
las
informaciones otra serle
de
pruebas que justifica
ban algunas instituciones coloniales, tales como la encomienda 0 -
Partimiento, la mita
0
trabajo peIsonal, etc.
En
algtmos puntos las
conclusiones de Toledo fueron mas aJJ.a de la misma praxis colonial.
como
par
ejemplo
en la
libertad total
para
poner
y remover curacas.
punto en el cualla administraci6n del virreinato fue mucho mas mo
como 10 prueban los abundant es juicios de los curacas.
las OrdenanlJ1 S de Toledo son importantes como una fuente de
't'onocirniento de la organizaci6n social de las comunidades
andinas.
En
elIas se manifiesta la modelaci6n cultural del marco jurfdico hispa
aunque tambien se descubran una serle de costumbres indfgenas.
que las OrdenanlJ1 S
hacen
suyas. Lo
mas
significativo
de
algunas
ordc:>-
nanzas. como por ejemplo las de
la
organizaci6n de las reducciones.
ho esta
en
el proyecto
mismo 0 en
la
manera
como asel:;UIan las
me
las que se habra propuesto Toledo (mantener a los indios como grupo
8parte.
asegurar la
mano
de ohra para actividades econ6micas vitales,
tomo
la mineria.
0
proteger a los indios de una serle de abusos. etc.).
en
que llegaron a modelar la realidad social. Para ciertos etnohis
basta mediados del siglo xvn. debajo de la organizaci6n
~ ~ l e d n subsistieron los antiguos reinos prehispanicos. pero al £in
~ e n c i 6 a
comunidad que. con una serle
de
modificaciones.
ha
llegado
basta nuestros dfas.
Por
eso.
las rdenanws no
s6lo son interesantes
en
tm
texto
de
pensamiento antropoiOgico
como
tmO
de
los
marcos
129
8/16/2019 Marzal Cap. 3 Marzal Historia de la Antropología indígenista en México y Perú
7/27
jurfdicos que
ha
regulado ]a
realidad
indigena a
1
largo de nuestm
historia
como nos interesan los sucesivos estatutos de comunidades
indigenas), sino como el marco juIfdico
mas
vivo, porque cre6
la
ma
1rlz colonial y porque estuvo vigente como dos siglos y medio.
Las Ordenanzas de Toledo
son
numerosas y prolijas y tienen un
caracter particular, pues se iban ciando sobr e
el
camino, durante
la
visita genera l del viITeinato y
para
regular problemas concretos. El
tomo vm de Gobemantes del PerU
Madrid, 1925, Colecci6n Levi
llier)
reline
ordenanzas
de Toledo sobre los siguientes puntos:
la
. Caja Real , el cultivo de la coca, la ciuda d del Cusco y sus temrinos,
el descubrimiento y explotaci6n de las minas, los indiosyanaconas
de
Charcas, el
orden
que se ha
guardado
en los pleitos
de
indios, el
defensor general
de
los naturales, las £unci ones del in terprete gene
ral de los indios
en
las lenguas quechua, aymara y puquina,
la
or
ganizaci6n
de las
reducciones
de
indios
en
Charcas,
la
distribuci6n
y conservaci6n de las aguas para huertas y casas de Lima, y la
reglamentaci6n del trabajo
de
los indios
en
los obrajes del Cusco.
Todas estas
ordenanzas
se dieron
en
diferentes lugares
de la
sierra
sur
0 del alto Peru; entre 1572 y 1575, con excepci6n de
la
Ultima,
que se
dio
en Lima en 1577. Un comentario general
de
las Orde-
nanzas
10
hace
Levillier
en
la
obra
que acabo
de
citar:
Sus sabias disposiciones no nacieron, con muchas otras del peru,
en
la calma de gabinetes de apacibles teorizantes, ni partieron todas
de Espana, como las humani taria s leyes anteriores. dictadas por
tOO-
logos y juristas. muchos de los cuales jamas estuvieron en Indias;
antes. bien. surgieron como m ed icina id6nea para el estado social
enfermizo, que se inici6 con Pizarro, atenu6se bajo
La
Gasca. cun
di6 nuevamente con Caftete y Nieva y recrudeci6 con Castro, porque
faltaba,
para
contrarrestar los abusos de poderes y encomenderos
ensobeIbecidos, quien uniera a un intelecto superior, autoridad mo
ral y
caracter ferreo. A
la
comprensi6n cabal de 10 que debfa hacerse
,
para
defensa del indio oprimido,
la
organizaci6n del trabajo, el esta
blecimientodel orden y el juego vendico de las instituciones, com
prensi6n alcanzada por su mente sagaz en afl.os de inspecci6n del
inmenso distrito, aiiacJja Toledo arrestos para enfrentarse a los inte
reses heridos y sujetarlos en el temtorio, mientras luchara contra las
autoridades de
la
metr6poli, para que elias, tocadas por intereses
quejosos, no revocasen su reforma:
Hallabase ante estos problemas. E1 regimen
de
£ls encomiendas:
retenerlas para el rey,
0
establecer la perpetuidad,
0
darlas por dos
0
tresvi das; las obligaciones de los encomenderos, obligaciones
de
or
den militar y financiero para con el rey. de orden etico y religioso
para con el indio. La situaciOn civil
del
indio su doctrina, la
tasa
para
pagarIa,
su
trabajo,
la
remuneraci6n del mismo, el derecho de
compelerle
en
ca;o de negarse, su reducci6n
en
pueblos para cMli
zarle y catequizade; su moralizaci6n y su defensa contra los abusos
de 6rdenes, sacerdotes, encomenderos, mineros y espaiioles en gene
ral
que usaban de ellos
en
las chacras,
en
repartimentos,
en
las
minas, en los tambos y yerbales de coca, sin redituar su labor en
forma alguna; la necesidad, en fin, de conciliar las exigencias del
trabajo con los derechos naturales del indio a la libertad. Son estas
ordenanzas las soluciones por el impuestas,7
En
esta valoraci6n global
de
las
Ordenanzas
no
conviene olvi
dar nunca
el contexto politico. Toledo no
era
un fil6sofo
0
te6rico
social,
como
Plat6n 0 Tomas Moro, que presenta un modelo ideal
de sociedad sin mas limitaciones
que
la condici6n
humana
sino
un politico
que
debe
organizar
la vida politica
de una
sociedad
concreta
en
condiciones
muy
peculiares:
eI era
el representante
supremo de
la
metr6poli
cuando
se
estaba
consolidando el
poder
colonial; los descendientes
de
los conquistadores y
demas
colonos
espaiioles pugnaban por mantener los privilegios de la conquista,
cuyo simbolo mas tipico era la encomienda; y los indios
que
ha
bfan perdido
en
la conquista sus jefes,
su
organizaci6n social y
sus
dioses, estaban dispersos y disminuyendo por las pestes, las gue
rras y
la
explotaci6n,
poniendo
en
peligro
la
base
laboral del vi
rreinato. Habfa
que encontrar una
f6rmula
de
organizaci6n social.
Asf nace, 0 mejor se consolida, la reducci6n.
Como ejemplo de ordenanzas, presento la organizaci6n de las
reducciones de la provincia
de
Charcas. que se dieron
en
Arequipa
el 6
de
noviembre de 1575. Los nueve Htulos y 155
ordenanzas
pueden reducirse a tres puntos: los bienes de la
comunidad.
los
deberes
de
los indios y el gobierno
de
la comunidad. Paso a pre
sentar cada
uno
de ellos:
1
Los bienes de la comunidad. Este punto se
desarrolla
sobre todo
en el titulo
VII.
La comunidad tiene un tenitorio. que pe:tenece a sus
parcialidades
y ayllus, cuyo tamaiio esta en funci6n del nfunero
de
indios. tamaiio que debe verificarse cada
tres
mos.
para
que todos los
indios tengan tierra
tit.
IX,
ord..
25 .
Para
vender tierras sobrantes de
las comunidades, hace fulta licencia del corregidor. y de los particula
res,
licencia de la Audiencia VII,S).
n cada
comunidad debe
haber
una
chacra comiln para las personas necesitadas:
Ordeno y mando que
en
cada pueblo se haga de hoy en ade1ante
una chacra de comunidad, asf de maiz como de papas en tierras de
7. Levillier, op
cit.
pp. V-VI.
l31
30
8/16/2019 Marzal Cap. 3 Marzal Historia de la Antropología indígenista en México y Perú
8/27
comiin, del tamaiio que pareciere a corregidor,
para
los pobres. el
from
de
los cuales
en
aDos pr6speros se encierre en piruas aparte de
los
que ha
de haber
en
las
casas
de
la
comunidad, hasta ver si el
siguiente
es
abWldante
0
no, y si
10
fueren vendan de las comidas
del
ai\o
pasado alguna parte y guarden las demas, y las que hubie
ren
cogido
de
presente
para
el efecto que dicho
es;
y el precio de las
que vendieron se meta
en
la caja
de
comWlidad y los aiios que fue
ren esterlles
provean
de comida
a los dichos pobres [VII, 1].
Los alcaldes, con
la
asistencia de los caciques.
deben
vigilar
para que
las
chacras
libres
se den
a los indios
que no
tengan (II.
36) Y
deben inspeccionar
las
chacras que hay en
los andenes y
hacer
reparar estos (IX,
25).
Ademas,
deben
cuidar
de que en
las
partes acomodadas se planten
sauces, alisos 0 frutales
de
Castilla.
«pues es negocio del
que se
les sigue y recrece tanto provecho a
los
naturales de
este reino» (IX, 14) Y que no corten los arboles
por el pie, «so pena de que el indio que 10 cortare, Ie den cien
azotes y trasquilado por
ellol> (IX, 15).
En cuanto al
ganado, asf
de la
tierra
como de
Castilla, debe
colocarse en
buenos
pastos y ser curado de las plagas (VII. 2),
Cuando pase de 2.000
ovejas,
100 cameros
300 vacas y 50 novi
llos,
deben
venderse
los sobrantes
porque
no
es
posible darle la
debida
atenci6n. y su
importe debe r al
fondo
comun
(VII, 3-4).
Las Ordenanzas
estipulan
una
vigilante fiscallzaci6n sobre los
bienes
comunes.
Los alcaldes. con los. regidores. «hallfuldose pre
sente el
cacique
principal y la segunda persona», da:ran cuenta de
los bienes
de la comunidad
carla a fio (VII. 6).
El
dinero
de
la venta
de
los
bienes comunes
y los libros
con
las cuentas
deben
conser
varse en
una
caja con
tres
llaves en
poder
del corregido r, del alcal
de y del cacique VII. 7).
En
la misma casa del cabildo debe
haber
otra caja de
llaves
para guardar
las
ordenanzas
y
demas
pape
les y
un libro en
el
que
se anoten
las ausencias de los doctrineros,
«para que, cu,ando
se
les
hubiere
de pagar,
sea
liquidado primero
las
dichas ausencias con
los
dichos
alcaldes y regidores» (Vll. 8).
Todos los viernes por la mafiana deben juntarse en cabildo,
durante ,una
0 dos horas
para
tratar 10 tocante a los bienes de
la
comunidad
y
demas
cosas
de
la
republica (VII. 9).
2
Deberes y derechos de los indios Se recogen sobre todo en el
titulo
IX. Las Ordenanzas estan
orientada ; a que entre los indios
«cesen las costumbres antiguas,
que
han tenido, contrarias a nues
tra
religi6ncristiana
[ .. ] y los agravios , que
hasta aquf
han recibi
dOl> (IX,
0,
revocan
las
nonnas
hechas
por los visitadores (IX, 31)
y
deben
leerse y publicarse en cada pueblodos veces al ano, por
San
Juany
por Navidad (IX,
32).
Los indios
deben
reconocer el ayllu y parcialidad
paterna
y
no
materna (IX, 2) Y
no deben poner
a
sus
hijos sobrenombres
de
su
gentilidad (de la luna, pajaros, animales, piedras 0 rios) (VIII, 13);
no pueden llevar
un
traje diferente
al
propio,
bajo pena de
100
azotes y ser trasquilados la
primera
vez,
estar atado
dos
horas
en
Wl
palo
en
la plaza,
la
segunda, y
ser
enviado
al
corregidor
para
que
10 castigue,
la
tercera vez (II, 17).
Tampoco pueden tener
ar
mas
de
espafioles, «como son arcabuces, pistoletes, coras, camhi
nas, espadas, pufiales, dagas, ni ballestas, ni otras annas de espa
fioles ofensivas, ni defensivas» (IX,4).
Las
obligaciones econ6micas
mas
importantes
de
los indios
eran
el
tributo y el servicio personal. Los indios solteros
de
dieciocho
ai ios pagan medio tributo, y en llegando a los veinte 10 pagan entero
(IX.
3), ala caja real y un tomfn
para
el hospital (IX, 18). El servicio
personal
para minas,
plazas y otros debe hacerse confonne
al
nilme
ro
real de
indios de las reducciones y
no
por el que
habia en
tiempo
de
los incas (lX, 29);
s610
los uros estan exceptuados, por ser balse
ros,
durante el tiempo dedicado a esa actividad (IX,
30). Por otra
, parte, los indios deben ayudarse unos a otros
en
sus sementeras (IX,
7) Y deben usar libremente
de
sus «tratos y contratos», bajo pena,
para quien
10
impida,
de
ser
desterrado
durante
dos afios, si es caci
que, y de recibir
100
azotes y serle cortado el cabello,
si
es indio
particular (lX, 21). Pero esta libertad de comercio esta limitada,
para
evitar
las ventas incontroladas
de
los espafioles, y asi los indios
no pueden
comprar
cosas
de
castilla,
como
son vino,
ropa
y
otras
cosas superlluas que no
han
menester,
en
cantidad de ocho pesos
para
arriba, si
no
fuere con asistencia del corregidor
y
del sacerdote
de
la
doctrina, y ning(rn espanol, ni
Olla
persona se
10
puede vender,
so pena de que,
por ]a
primera vez, pierda el precio de
10
que
as
vendiere a los tales indios e incurra
en pena
de 100 pesos, apUcado
para
la
camara de
S.M.,
juez y denunciador
por
tercias partes; y
por
la
segunda
pierda
10 que contratare,
y
mas
200 pesos seg(rn desuso,
y
que
sea desterrado
por
diez aiios precisos de los pueblos donde se
vendiere [IX, 5].
; Las
Ordenanzas preven
la erradicad6n
de una serie de costum
bres
andinas, tales
como apretar
«las cabeus
de
las criaturas
re
,cleo
nacidas, como suelen hacer,
para
hacerlas m s largas» (IX, 8),
celebrar taquies y borracheras, y «si algunos bailes quisieren ha cer,
sea el dia y
en
lugares yfiestas publicas,
con
licencia del corregidor
y
del sacerdote» (IX, 9), 0 llevar a
la
«criatura por dentro del aeso a
rafz
de las eames,
cosa de
grande suciedad, sino
que
los traigan
en
los
brazos 0 espaldas»
(IX.
13).
En
cambio se
ordena
«que los
cad-
132
133
8/16/2019 Marzal Cap. 3 Marzal Historia de la Antropología indígenista en México y Perú
9/27
.
ques
y prlncipales. alcaldes y regidores.
coman
en las plazas donde
tienen
costwnbre de juntarse en
los pueblos. pOI"que es justo
que
en esto
se guanle
la costumbre antigua del Inca. atento a
que
ea-
rnen
con
ellos los pobres. comiendo publicamente» (IX. 19).
En cuanto
a
la
moral
publica.
se prohibe
el
juego
de
naipes
y
dados bajo
severas
penas
(IX. 6).
se
proh1be
la
prostituci6n en los
tambos
(IX. 11).
se manda
a los alcaldes
que
«tengan particular
cuidado
en
no consentir que las
indias mozas
esten
en las
punas
en las guardas de los ganadOS» (IX. 12) y se dan nonnas para que
el
ganado
extraviado
sea recuperado
(IX. 22).
Acerca de
la
ensefianza y
doctrina de
los indios.
de que trata el
titulo VllI, se determina:
Primeramente. entiendan que han de creer en
un
solo Dios tOOo-
poderoso,
y
dejar
y
olvidar los ritos e idolos que tenian por sus
dioses
y
1as adoraciones
que
hacfan a piedras
y
al sol
y
a la luna, a
1as
guacas
Y
otra
cualquier criatura, y que no
han
de hacer sacrifi·
c i o ~
ni
ofrecimiento. como 10 haclan a 10 sUsoWcho en tiempo de su
infidelidad,
y
han de creer
y
guardar 10 que
en
la doctrina se
les
ensei'ia y predica; y cuando oyeren tocar la campana de la oraci6n.
se quiten los llautos
y
se hinquell de rodillas
en
el suelo
y
rezaren.el .
Ave Maria, como hacen los cristianos [VII, 1].
Para eso.
deben
obedecer a los c ras • y para instruirse mejor,
d e m ~
de
la lengua general. deben aprender la espanola (VIll, 2).
En
cada
reducci6n debe
haber
«escuela,
para que
los muchachos.
especialmente los hijos de los caciques y principales.
se
ensenen a
leer y escribir
y
hablar la
lengua castellana [ ..J
para ·10
cual
se,
procure un indio ladino y habil,
de que hay
bastante nfunero en
todas
partes.
que silva
de
maestro»; al maestro 10
nombra el
sacer
dote
y
Ie
paga
la comunidad; los alumnos deben asistir basta los
trece 0 catorce anoS
VIll.
3).
La
catequesis se
impartini
a los niiios
todos los dias y a los adultos tres veces a
la semana
antes
de
ir al
tra1;>ajo (VITI, 4): En la
catequesis habfa dos dificultades: una, la
misma
actividad agdcola. y por eso se ordena que, cuando se jun
ten
a beneficiar las chacras
de
la comunidad, el
cura
vaya a darles
catequesis los dias seiialados (VIll. 12). y
que
los pastores no esterl
mas
de
seis meses
sin
venir al pueblo
VIll,
8). sino
que
se arreglen
las
casas
para
que
vayan a
misa cada
dos domingos. «porque. vi'P;
niendo todos. el ganado
no quede sin
guardar. y ha ya alguacil
te
que
tenga
quipo de
los dichos pastores y cuidado
de
recogerlO ,
cada
domingo en ruedas aparte y al tiempo que quieran entrar
la iglesia a misa,
de
noticia a los dichos curas
de
los que faltan
. que sean traidos y azotados»
VIll.
9); ademas no pUeden tenerse
pastOres infieles (VIll.
10);
pero
nunca
pueden los curas
poner pe
nas pecuniarias a los que Caltan a
la
catequesis (VITI. 14).
La otra
dificultad para la
catequesis
era
la acci6n de los especialistas reli
giosos andinos (
8/16/2019 Marzal Cap. 3 Marzal Historia de la Antropología indígenista en México y Perú
10/27
juzgadas en treinta elias y las otras remitidas al corregidor, a quien
en todo caso se puede apelar (I, 14-15); fina1mente, los cargos de
alcaldes, regidores y alguaciles deben ejereerse gratuitamente (I, 16).
En
cuanto
a
la
jurisdicci6n de los alcaldes, estos ejercen Una
funci6n judicial con los indios Unicamente,
tanto
en 10 civil como
en
10
criminal, y una funci6n
de
vigilancia sobre los principales
seIVicios comunales. Con
relaci6n
a
las
causas civiles:
Primeramente, les
doyen
nombre de S.M. poder, para que pue
dan conocer y conozcan de todos los pleitoS civiles que tuvieren
unos indios con oOOs, como no suban de cantidad de 30
pesos
de
plata corrient e,porque de los tales
ha
de conocer de elIos el corregi·
dor. Y ordeno y
mando
que
no
conozcan los dichos alcaldes
de
pleitoS que tuvieren cacique con cacique, ni indios particu1ares
cori
los caciquesprincipales, ni del pleito sobre cacica.zgo, ni de tierras
que litigue un pueblo con otro,
ni
sobre indios a quien deb an
perte
necer, porque de todo ello ha de conocer el corregidor. Y permito
que los d ichos alcaldes conozcan de pleitoS de chacras que usurpaD
unos indios con oOOs de
los
de l;U distrito; en tOOo
10
cual no han de
escrlbir, porque 10 han
de
hacer sumariamente [ll, 1
J.
Con relaci6n a
las
causas principales, los alcaldes pueden corio
cer y juzgar
las
que ocurran en su distrito, que estan sailcionadas
con azotes 0 corte de pelo, pero «en las que haya de
haber pena
de
muerte, 0 mutilaci6n de miembro 0 efusi6n de sangre», s610 pue
den tomar preso al delincuente y
hacer la
informaci6n al corregi
dor
IT,
5). Los alcaldes «oigan
de
justicia
por 10
menos dos 0
reS
veces en
la
semana, sentandose en
un
poyo de la plaza del pueblo»
II.
2) y no
pongan
penas pecuniarias superiores a un
peso (II. 4);
Las ordenanzas siguientes son un verdadero c6digo
de
los
p r i n c i p a ~
les delitos y de
las
correspondientes penas: idolatrla IT, 6),
m a t r i ~
manio
andino
previo 0 servin kuy IT, 8), amancebamiento (II,
9)1
uni6n
marital
con
india infiel
IT,
10), in::esto
IT,
12-14), ceremo
m s fUnebres de las viudas, tales como cortarse el cabello 0 salir
It
las
punas con los parientes de su marido
IT,
15), venta
de
hijas
0
de
otms indias
para
mancebas
n,
16), llevar traje diferente del
propio de los indios
II,
17), maltrato a los propios
padres IT,
19)/
homicidio, antropofagia y envenenamiento
0
hechizamiento ll1
20), pintarse el cuerpo
0 el rostra II,
21) Y hurto
IT,
22-23).
Finalmente, respecto a su funci6n
de
vigilancia, los alcaldes
deben hacer 10 siguiente: visitar la caree cada sabado II, 24), cuiJ
dar
de
que los enfermos hagan testamento, con f6rmulas ".".,.,.,nU,';
das en las
mismas rdenanzas IT,
26), preocuparse
de
los
nos
IT,
27), vigilar
para que
los hijos ilegftiroos
no sean
s e p a r a d o ~ l
de
sus madres sin compensarles par
la crianza IT,
28), supervigi
Jar eI hospital empezando par tener «cuidado de visitar el pueblo
muy de ordiruuio
para saber
los enfermos pobres que hubiere,
para que se lleven al hospital y sean curados [ .. ] y hagan poner
dos 0 cuatro muchachos con un barbero en
la
ciudad
de
su distri
to; para que aprendan a
sangrar
y sirvan de este olicio
en
el pue
b1o» IT,
29),
cuidar de que los artesanos ejerzan libremente sus
bficios y reciban el pago justo, siendo «reselVados de servicios de
tambos y cargos y reparos
de
puentes y caminos y
tan
solamente
sirvan
en
los
demas
oficios leves,
que
siIVen los otros indios den
tro
de cada pueblo» IT, 31), llevar el control para que en cada
pueblo haya mercado dos veces a
la semana IT,
32), vigilar
para
que
las calles y casas esten limpias y
para
que los indios duerman
en
barbacoas
IT,
33), visitar los tambos y hacer
reparar
los puen
tes y caminos (II, 34), entregar
las
chacras libres a los indios
sin
tierm IT, 36), nombrar indios mesejeros para que guarden las cha
eras,
a
fin
de
que
los duefios
puedan
asistir a la doctrina, pagan.
doles
«un
c6modo salario a costa
de
los duefios de las dichas cha
eras,
de los frutos
que de
ellas se cogieren, por el tiempo que las
dichas chacras tuvieren riesgo» (II, 38), vigilar para
que
Illidie
eche ganados
en
las sementeras (II, 39), y, finalmente, organiza r el
esquilmo del ganad o de Castilla y
de la
tierra y repartirlc. entre los
ilidios
m s
pobres, llevando
la
correspondiente anotaci6n el qui-
puc m yoq (II, 41). Los alcaldes
de
un pueblo no pueden entrar
en los terminos de otro llevando su vam, «salvo si fueren yendo
con
algiin preso donde estuviere el corregidor,
con
alg(m recaudo
el delito, 0 en seguimiento de algUn delincuente»
(II,
42).
En
el cumplimiento de su misi6n los alcaldes tienen
la
colabora
del procurador, quien debe proponer en Cabildo todo 10 que
conveniente y necesario al bien del pueblo (II, 43), Y
de
los
mayores y menores, que llevan tarrbien varas de autori
m,
1);
deben rondar de noche y
dar
el toque
de
queda
(
8/16/2019 Marzal Cap. 3 Marzal Historia de la Antropología indígenista en México y Perú
11/27
mano
del dicho escribano» (IV, 2); por Ultimo,
hay
otro indio que
debe desempefiar las £uD.ciones de carcelero, pregonero y verdugo, a
quien
«Ie ha
de
dar
la
comunidad un topo
de chacra de
sementera,
como
a
cada uno
de los
demas,
atento a que)
sera
indio
pobre y ha
de estar ocupado
en eUo,
y
10 mismo
a los alguaciles»
(V,
1-2).
b) Autoridad polftica
A
pesar de
las conclusiones que Toledo
Saca de sus informaciones sobre
los curacas, estos
van
a
ser una
de
las columnas
del
gobiemo de
los pueblos-reducciones.
El
rol del
curaca
esta
definido
no
s6lo
por
10
que este debe
hacer,
sino
por
1
que se
Ie prohlbe,
y
las
prohibiciones
refiejan,
sin
duda, los princi
pales
abusos
que en
este
punto
encontr6 Toledo
en la
visita. Los
caciques «tienen
la
obligaci6n de dar un
buen
ejemplo [ .. J con
su
vida y costumbres, viviendo
honesta
y recogidamente
como c r i s t i ~
nos, porque [ .. J [los indiosJ
imimmn 10
que vieren haoer a sus
ca·
bezas» (VI, 18);deben
juntar
el tJ.ibuto y guardarlo
en la
caja de la
comunidad (VI,
1), del
que
estan
exentos el hijo
mayor
del cacique
(VI,
7),
la mujer casada con
un indio tJ.ibutario
(VI,
13),
la
viuda
0
el
indio
exonerado por
estar
impedido (VI, 14), y la mujer que se
case con el indio de otra
parcialidad
(VI,
15),
porque su
esposo
debe
pagarlo en dicha parcialidad. Ademas, los caciques deben
cui-
dar de
que
los indios vivan en sus pueblos (VI, 87), y requcir a los ,
ausentes
y
no
admitir
a los indios fomsteros (VI, 13);
tambien
de-
ben
cuidar de las acequias y fuentes (VI, 28), y de los
tambos
(VI,
25-26). Los cac iques y
segundas personas deben tener
cabalgaduras
pam
andar,
cosa
que esta prohibida a los
demas
sin licencia del
gobiemo, a
no ser
en caso de vejez 0 de enfermedad (VI, 21).
Se prohlbe a los caciques
haoer
derramas,
0
repartimientos entre
los indios «de plata, ni
de
ganados,
ni
de
otra
cosa alguna,
so
color
de que
es
para pagar su
tasa,
ni
gasto>
de
iglesia,
ni para seguir
pleitos, ni para camaricos a jueoes 0 clerigos» (VI, 2), a no
ser
en 10
casos previstos
de aderezar
los caminos, puentes, tambos
0 iglesias y
para
beneficiar las
chacms
0
el
ganado
de
la
comunidad
(VI,
3).
Se
prohibe tambien
que
en
los viajes Ueven
m s
indios
de
los necesa·
rios 0 indias
sospechosas
(VI;
4), que vayan personalmente a
las
audiencias a seguir los pleitos
(VI,S), que
utilioen mensajcros para
asuntos Personales sin pagarles el trabajo (VI, 6), que anden a hom,
bros
de
indios, a no ser por
enfennedad
grave (VI, 12),
que impidan
el
matrimonio
de
los
indios (VI,
17)
0
encierren a las solteras
con
pretexto
de ayudar
a
la comunidad
(VI, 19),
que «hagan
compai'ifa
con
espafioles [
..
J para
ningUn trato ni
granjeIia, si no fuera con
asistencia del corregidor
de la
provincia, porque se Uevan los tales
el
provecho
'y
los indios el trabajo»
(VI,
20), que
den
banquetes
0 pI &.
sentes a los espafioles
(VI,
22) y
que tengan
esclavos
(VI,
24).
No puedo
terminar
esta presentaci6n
de la obm
de Toledo sin
hacer una breve referenda a Pedro Sarmiento
de
Gamboa (1532-?),
uno de sus principales colaboradores
en la
visita general como cos
, m6grafo
y cronista.
n la
historia colonial
tambien
esta vinculado al
descubrimiento de las
Was
Salom6n y a los viajes al estrecho
de
Magallanes, con una temprana tentativa de colonizarlo. Su obm mas
importante es la
Historia de los incas
(1572) 0 segunda
parte
de
la
historia generalllamada indica
Como dioe
en
el prefacio, «llamo a
esta,
segunda parte, porque Ie precedera
la primera de la
geografica
descripci6n de todas estas tierras [ ..
J
Y t:ras esta segunda parte
se
enviara la
teroem, de los tiempos del evangelio [se refiere a
la
con
quista espafiola]. Todo
10
cual
qued6
acabando
por mandato
de
vuestro visorrey
don
Francisco
de
Toledo» (1947, 80). Diehas
partes
nunca las acab6,
0
al menos no han Uegado
hasta
nosotros;
la
mis
rna Historia de los incas a pesar
de la
recomendaci6n de Toledo, no
se public6
hasta
1906
por el
erudito
aleman
Richard Pietschmann,
el
mismo
que
descubri6
la
cr6nica
de Guaman
Poma.
La cr6nica de Sarmiento,
por
su metodologfa y por su finali.
dad
politiea,
es un complemento
a las
lnformaciones
toledanas. En
el mismo prefacio a Felipe II
se
lee:
En la visita general que [Toledo]
por
su persona viene haciendo
por
toda
la tierra, ha sacado a luz y averiguado por
mucha
swna de
testigos [ .
,]
la terrible, envejecida y horrenda tiranfa de los indios
[
..,]
Para que
V.M.
fuese con
poco
cansancio y con
mucho
gusto
informado, y los demas que
son
de contrario parecer desengafiados,
me fue mandado
por
el
virrey
don
Francisco de Toledo, a quien yo
sigo y silVo
en
esta visita general, que tomase a mi cargo este nego·
cio y hiciese la historia de los hechos de los doce
ingas
de esta tierra
y del origen de los naturales de ella hasta
su
fin [
..
]
e
certificara
del hecho de la verdad de la ¢Sima y
mas que inhwnana
tiranfa de
estos ingas y de los curacas particulares, los cuales
no
son,
ni nunca
fueron, senores naturales [1947,77].
La
cr6nica
de Sarmiento
tuvo una
«fe de probanza
y verifica
cl6n», que
sena
un ejemplo
de
tecnica de investigaci6n social si los
condicionamientos politicos no
Ie
hubieran quitado credibilidad,
hasta bacer
pensar
que quizas
5610
fue
una
farsa.
El manuscrito
se
ley6,
en
quechua, a 42 informantes
de
diferentes ayUus, quienes
< solamente
enmendaron
algunos
nombres de
algunas
personas
y
lugares y otras cosas livianas [ ..J y con las dichas enmiendas todos
los dichos indios
de una
conformidad dijeron
que
la dicha historia
buena y verdadera [ ..Jy que
cretan
que ninguna
otra
histo
ria
que
se haya hecho sera
tan
cierta y verdadera» (l947, 289),
138
139
8/16/2019 Marzal Cap. 3 Marzal Historia de la Antropología indígenista en México y Perú
12/27
A pesar de su tesis juridica
la
cronica
de
Sanniento vale
por
toda
la infonnaci6n que proporciona al recoger una de
las
tradi
dones del Tawantinsuyo cuando
quedaban
todavfa muchos qui-
pucamayos.
Porras
observa al
respecto:
La
versi6n de Sarmiento parece, a todas luces, la traslaci6n di-
recta, aunque algo sombreada de terror y despotismo
de
los anti-
. guos cantares d e los Incas. Se siente
en
ella el halito multitudinario
de los hayllis aclamando a los Incas vencedores, se escuchan las
£rases patemales de e.tos a
su
pueblo,
las
oraciones y los himnos
guerreros, la agorerla de las «calpas» para desentrafiar la sueIte de
los ejercitos incaicos, y
la
pujanza
del
poderlo inca despue. del
triunfo sobre los chancas
.
\lguna vez he dicho que
la
versi6n de
Sarmiento de Gamboa, ruda,
vital,
plena de barbarie y de fuerza, en
contraposici6n a la de Garcilaso, creador de un imperio manso e
idilico,
era
la aut6ntica rapsodia de los tiempos heroicos. La de Gar-
cilaso
es
la versi6n de las fiustas vencidas y de los par ientes seniles y
plafiideros despues
de
la conquista; la de Sarmiento es la versi6n
masculina del imperio incaico, con
una
moral de vencedores.
8
2.
Las
l aciones
geogrlificas
e
elipe
Junto
a personas singulares, aunque
hayan
formado un grupo,
como
los colaboradores de Toledo, aparece ahora por
primera
vez, una
obra
colectiva.
Se trata
del conjunto
de
Relaciones
geogrd-
ficas -monografias antropol6gicas
dbiamos
actualmente- sobre
todas las ciudades
y provincias sometidas a los espanoles,
que se
realizaron
por orden de Felipe il, para facilitar el gobierno de di-
chas
regiones. Sobre
las
Relaciones geogrdficas es interesante cono-
cer
su
~ g e n
su metodologia y
sus
resultados:
2.1. Origen
de
las
«Relaciones»
.
No
es completarnente claro, y as las Rek ciones parecen ser
]a c:ris-
talizaci6n de varios intentos anteriores, cuando la inmensidad de teni-
toricisbajo el gobiemo espanol exige ]a creaci6n de
un
sistema bum-
crati.co complejo y cuando ocupa el trono espanol
un
rey austero y
trabajador
como ue
Felipe
il,
que tiene paciencia para estudiar
los
problemas de Un modo sistematico. El intento
mas
importante parece
8.Ponas Fuentes hist6ricas peruanas.
Uma, Universidad Nacional Mayor de
San
Marcos,
1963,
p.
153.
deberse a Juan de Ovando, sacerdote extremefio, quien fue
una
de las
figures
mas destacadas del
gobiemo
colonial,
negando
a
ser
presidente
del Consejo
de
Indias. En 1569 se Ie
encarga
]a visita del Consejo
de
Indias,
al
que acusa
de
desconocer las reyes
por
falta
de una
recopiJa-
ci6n adecuada y de no conocer suficientemente 1a realidad americana.
Las recomendaciones que haee, al acabar su visita, son: reoIganizar el
Consejo,
hacer
una recopilaci6n de las reyes
dadas
y componer una
descripci6n de todas las prOvincias americanas.
El Consejo se reorganiz6 llegando a
ser
uno de
los organismos
burocraticos mas eficientes en recoger y procesar
]a
informaci6n; sus
integrantes se reunfan sistematicamente
para
revisar
toda la
documen
taci6n que
negaba
de ultramar (cartas de virreyes, de
las
audiencias
0
de los obispos, documentos de denuncia, etc.), la resumfan y e presen-
taban las alternativasal rey con sus pros Y contras para que este decl-
diese; se conservan en el Archivo General de Indias
de
Sevilla muchos
documentos con esta metodologfa de trabajo. De pai"1) conviene obser-
val que esta meticulosidad que tiene
1a
infonnaci 6n colonial espaftola
fucilita
el estudio comparativo de las diferentes regiones americanas y
de la evoluci6n de los problemas durante
el
periodo colonial.
La
segunda
recomendaci6n
de
Ovando fue
haeer
una
recopila-
ci6n de las Ieyes de
Indias.
El COdigo
Ovandino
dividido en siete
libros e inconcluso, sera uno de los primeros intentos
de
recopila-
ci6n, obra que continuara Diego
de
Encinas en sus
Provisiones
(Ma-
drid, 1596 4 vols. 9
y
Juan
Sol6rzano Pereyra
d e
quien se
hablara
en este mismo capitulo- basta concluir con la Recopilaci n
de
las
leyes
de
Indias que se public6 por fin en 1681.
En
cuanto a 1a
tercera recomendaci6n, Ovando
prepare
las «Ordenanzas :reales al
Consejo de Indias»
(24
de septiembre de 1571), en
que
se lee:
Ordenamos y mandamos que los de nuestro Consejo de lndias
con particular estudio y cuidado, procuren tener hecha siempre des-
cripci6n y averiguaci6n cumplida y cierta
de
todas
las
cosas del esta-
do de las Indias, asf en la tierra como en el mar, naturales y mora-
les, perpetuas y temporaies, eciesiasticas y seglares, pasadas y pre-
sentes [ ..
J
y tengan un libro
en
la dicha descripci6n en eI Consejo y
gran cuidado en la correspondencia de virreyes, autoriclades· y mi-
nistros para que informen cada uno de las novedades que hubiese y
10
que sucediere se vaya poniendo y afiadiendo a dicho libro.
IO
9. Hay una edici6n facsimilar moderna del Instltuto de Cullura Hispamca con el
titulo de
Cedulario Indiano
(Madrid,
1946).
10. Citado por Marla del Cannen Gonzalez Munoz en «Estudio preliminar a
Juan LOpez de Velasco., en Geografra y descripciDn univer.sal de las Indias Madrid,
Biblioleca
de
Autores Espanoles, 1971, p. VIII.
141
140
http:///reader/full/crati.cohttp:///reader/full/libro.IOhttp:///reader/full/libro.IOhttp:///reader/full/crati.cohttp:///reader/full/libro.IO
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13/27
Nombrado
Ovando
p ~ i d e n t e
del
Consejo de Indias, se crea el
cargo de cosm6gra£o-cronista, que recae sabr e el secretario de Ovan-
do,
Juan
L6pez
de
Velasco. Este va a concluir
en
1574 una
Geograflay
descripci n universal
e
las
Indias, aunque no va a publicarse basta el
siglo XIX. Esta
obra
comienza con una introducci6n general sobre la
tierra y el mar americanos, en la que no faltan interesantes referencias
a las
culturas
indfgenas y en la que, al abordar el tema politico, reapa-
Ieee la
postura toledana: «su gobiemo y
manera de
repUblica
en
la
mayor parte de
10
descubierto no
Ta [
•••
]
de manera que merezca
nombre de
gobiemo 0 republica, salvo
en
la Nueva Espana el imperio
de Moctezuma y en el Peru el de los Ingas, que
adn
se tiene entendido
que procedi6
de
tirania
m s
que
de
elecci6n ni buen gobiemo [ ..] El
imperio
de
Moctezuma parece
que
tuvo mejo r principio y asf fue m s
justificado, aunque
todos gravados
y oprimidos de sus senores.
n
las
otras
partes
casi tOdos
eran como behetrlas,
solamente obedecfan a
los
que los acaudillaban
en
tiempo
de
guerra,
por
el tiempo
que
durabalO
1971, 15). Tambien se refiere L6pez de Velasco
al
poblamiento ameri-
cano y a la clasica· hip6tesis asiatica: «en efecto todas son conjeturas
Hacas. Y as 0010 queda por creer, bast a que haya mayor averiguaci6n,
que aquel Nuevo Mundo
se
junta con esotro por
alguna
parte, como
de
ello
da
indicio
la
costa
de
la
China
y de
la
Nueva
Espaiia,
.que
v n
corriendo
en
viaje
de juntarse
por
la
parte del septentri6n; y
que
sien
do asE, se habran por aquella parte dilatad 0 en tantos siglos poco a
poco las gentes basta llegar a donde ahora estan» 1971,2). Sabre la
disminuci6n de la poblaci6n indigena afirma:
En
todo
1
descubierto, al principio los naturales fueron muchos
m s en
nllmero
de
los que
e s p u ~ ha
habido,
pOI que en
muchas
provinclas,
donde
habfa
gran
multitud
de
elIos,
han
llegado casi a
acabarse del todo. La
causa de su
disminuci6n fue, al principia, la
guerra,
por
los muchos
que
murieron
en
ella
en
las batallas y reen
cuentros, y desesperados
par
verse rendidos otros,
no
queriendo ve-
nir de
paz,
por
levantarse a los montes, dejaron
de
hacer sus semen
teras
y murieron de
hambre; de 10 cual se sigui6, en los prlroeros
anosmortandades
generales, y enfermedades
nunca vistas en
aque
Bas partes. como
fueron
las virueJas
que les pegaron los espafi.oles; y
despues
aca
fueron faltando mucho c on los malos tratamientos que
los espafioles les hacfan
y
los excesivos trabajos que les dablin con
cargas demasiadas, porque al principio
no
habfa entre elIas otro
recuaje, y con
la labor
de
minas
de
oro y plata, pesquerias
de
perlas,
~ j e r i s
del campo y labores de edificios,
con
que han acabado
gran multitud
de
elIos;
aunque ya,
despues de
que
aquelIo ces6, en
partes hay
donde han
vuelto a acrecentarse
y de haber ya maS
de
10
que antiguamente habra [1971,14].
Son tambien interesantes las observaciones sabre la poblaci6n
no indigena, tanto sobre los espanoles que
pasan
a las Indias,
como los nacidos
en
estas. Pero
la obra
de L6pez de Velasco es,
ante todo, una descripci6n minuciosa de
todos
los territorios
de
America sometidos a Espana,
con
dos grandes «tablas», la de las
Indias del Norte,
con
el virreinato de Nueva Espaiia, cuatro Audien
cias Mexico, Nueva Galicia, Guatemala e isla Espanola) y 17 go
bemaciones, y las
de las
Indias
de
Mediodia,
con
el virreinato del
Peru, cinco Audiencias Panama, Nuevo Reino, Quito, Lima y
Charcas) y nueve gobemaciones. En cada una de estas demarca
ciones administrativas se describen
las
ciudades y pueblos con su
ubicaci6n, clima, recursos, historia, poblaci6n y lista de reparti
miento y pueblos de indios. Por ejemplo, en la Audiencia de Lima
se describen
18
pueblos y ciudades de espanoles.
Esta Geograffa de Indias parece que fue compuesta por L6pez
de Velasco antes de que llegaran las respuest as a los celebres cues
. tionarios de la Relaciones geogro;/icas, si es exaCta la afirmaci6n de
uno de los consejeros: «todo esto que
ha
escrito [L6pez de Velas
co] en este libra
10 ha
sacado de los derroteros y papeles que el
Cansejo Ie habia
dado de
Santa
Cruz»,11
el cosm6grafo del Consejo
de Indias.
En
todo
caso,
la
geografia es
la
mejor
preparaci6n
para
acometer una obra de la envergadura de las Relaciones geogrdficas.
Aunque
parece que
L6pez
de
Velasco mUlca estuvo
en
America,
sin duda ninguna
conoda
bien la realidad que iba a investigar.
2.2. Metodologfa de
las
Relaciones»
Las Relaciones geograficas, aunque se pensaron para America,
pues sabre ella los miembros del Consejo real tenian
mayor
igno
rancia, se hicieran tambien
para
algunas regiones
de
Espana, don
de
se
publica
ron
con
el titulo
de
Relaciones topograficas y
son una
excelente fuente de informaci6n
sabre
como
era
la cultura espano
la en la metropoli, cuando comenzaba la colonizaci6n americana.
El cuestionario
para
America, enviado
en
1577, tenia 50 pre
guntas,
que
estaban precedidas por
unas
instrucciones:
Primeramente, los gobernadores, corregidores 0 alcaldes mayo
res, a quien los ViIreyes
0
Audiencias y otras personas de gobiemo
enviaren estas inStrucciones y memorias impresas, ante todas cosas
1L Citado por Gonzalez Munoz, art. cit.. p. XIX.
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143
8/16/2019 Marzal Cap. 3 Marzal Historia de la Antropología indígenista en México y Perú
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ruiran llsta y memoria de los pueblos de espaiioles e indios que
hubiere en su jurisdicci6n [ ..J
Y
distribuiJ:an las dichas instruccio
nes [ ..J
por
los pueblos de los espaiioles, envil1ndolas a los Consejos,
y doDde no, envil1ndolas a los curas si los hubiere y si no a los
religiosos
a cuyo cargo
fuere
la doctrina mandando a los Concejos y
encargando de parte de
S.M.
a los
curas
y
rellgiosos,
que
dentro de
un
breve tennino las respondan
y
satisfagan como en e1las se
decla
ra, y les envfen las relaciones que hicieren [ ..JY en los pueblos y
dudades, donde los gobemadores corregidores y personas
de
go
biemo
residieren,
haran
las relaciones de elIos,
0
encargarlas
han
a
personas
inteligentes
de
las
CQSa
de
la
tierraP
Las 50
preguntas
contenian todo 10 que hoy llarnarfamos un
«estudio de comunidad» y constitufan una pequeiia
gum,
similar a
la de George P. Murdock, que permitfa hacer un estudio compara
do
de
comw1idades
americanas aunque
no con
la
precisi6n de la
famosa
muestra
etnografica mundial del antrop610go norteameri
cano citado. Los puntos investigados son nombre y sobrenombre
del
pueblo, fundador, clima, ubicaci6n, recursos naturales
-plan
tas,
animales,
minerales--
viviendas, sistema econ6mico, sistema
social, sistema religioso,
vias
de comunicad6 n causas de despobla
miento
etc.
n
fin,
era
una
gufa
que
permltfa
construir la
«historia
natural y moral» del pueblo en el senti do cIasico de la expresi6n.
Hay un
especial
interes
por los
datos sobre
culturas indigenas.
Como
ejemplo, transcribo algunos puntos del cuestionario:
5.
De muchos 0 pocos indios. Y si ha tenido mas 0 menos otto
tiempo que ahora, y las causas que de elIos se supieren, y si los que
hay estlin 0 no en pueblos furmados y permanentes. y el talle y
suerte de sus entendimientos, inclinaciones y maneras de vivir, y
si
hay diferentes lenguas en
toda
la provincia 0 tienen alguna general
en que todos hablen.
13.
Item
10
que
quiere deck en lengua
de
Indios
el
nombre
del
dicho pueblo de Indios, y
por
que se
llama
asf,
si
hubiere
que
saber
n elIo, y romo se llama la 1engua
que
los indios de los dichos pue
blos hablan.
14. Cuyos eran en tiempo de su gentilldad y el sefiorlo que sobre
elIos teman sus senores, y 10 que trlbutaban y las adoraciones, ritos
y costumbres buenas
0
malas que
tenfan.
15. C6mo se gobernahan y
con
quien trafan gueqa y
romo
pe-
leahan, y el habito y traje que
trafan,
y
el
que ahora traen, y los
12.
Marco
Jimenez de Ia Espada, «£studio pre1iminar_,
en
Reiaciones
googrdficas
de
Indios:
PerU 4 vols., Madrid. Ministerio
de
Fomento. 1881