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Marx, Engels, Lenin, Dzerzhinsky, Kalinin, Kirov - La moral revolucionaria.pdf

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LA MORAL REVOLUCIONARIA 1

LA MORAL REVOLUCIONARIA

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MARX y FEDERICO ENGELSFundadores del comunismo científico y guías del proletariado internacional.

DEL ARTICULO “CONSIDERACIONES DE UN JOVEN AL ELEGIR PROFESIÓN”

. . .Si nuestras condiciones de vida nos permiten elegir cual-quier profesión, vamos a elegir la que nos proporcione mayor dignidad; una profesión basada en las ideas de cuya veracidad estemos completamente segu-ros, que brinde las mayores po-sibilidades para actuar en aras de la humanidad y para aproxi-marnos al objetivo común, con relación al cual toda profesión es sólo un medio de acercamiento a la perfección.La dignidad es lo que más eleva al hombre, lo que infunde noble-za suprema a su actividad y a todos sus anhelos, lo que le per-mite destacar inmaculado sobre la muchedumbre, despertando su admiración.Pero la dignidad puede pro-porcionarla únicamente una profesión en la que no sea-mos instrumentos serviles, sino creadores independien-tes en su medio; una profe-sión que no requiera actos vituperables, vituperables, aunque sólo sea en aparien-cia, y que incluso el mejor pueda abrazar con noble or-gullo. Una profesión que po-sea todo eso en grado super-lativo no es siempre la más elevada, pero es siempre la más preferible... .Si el hombre trabaja sólo para sí, puede, quizá, ser un científico famoso, un gran sabio, un exce-lente poeta, pero jamás podrá ser un hombre perfecto y verda-deramente grande.La historia considera grandes a los hombres que, trabajando para el fin común, se ennoble-

cen a sí mismos; la experien-cia destaca como más feliz al hombre que ha proporcionado la felicidad al mayor número de personas..... .Si elegimos una profesión en la que podamos, más que en ninguna otra, trabajar para la humanidad, no nos doblare-mos bajo su peso porque será un sacrificio en bien de todos; entonces no experimentaremos una alegría mezquina; limitada, egoísta, sino que nuestra felici-dad pertenecerá a millones de seres, nuestra obra tendrá una vida tranquila, pero eternamente eficaz, y sobre nuestros restos mortales derramarán lágrimas amargas las personas nobles.

SENTIMIENTOS(De los versos juveniles de Marx)

No sabría obrar con calma,Con sosiego y mansedumbre,Pues llevo fuego en el almaY acometo de costumbre.Quiero que sea mi vidaUna sola acometida,Emplear mi energía y mi poderEn escalar las cimas del saber.Y tanto el corazón como la menteMe mandan que no sea indiferente.Y todo ello, a cada instante,Me lleva siempre hacia adelante.Vivir ocioso, vegetando.Peor sería que la muerte.Yo retaría hasta a la misma suertePara poder seguir luchando.1836.

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F. ENGELS DE LOS “DISCURSOS EN ELBERFELD”

8 de lebrero de 1845.. .En la sociedad comunis-ta, en la que los intereses de los individuos no se con-traponen, sino que se unen, desaparecerá la competen-cia. Cae de su peso que no existirá la ruina de algunas clases, de las clases en ge-neral, como las que constitu-yen en la actualidad los ricos y los pobres. En la produc-ción y distribución de los bie-nes necesarios para la vida desaparecerá la apropiación privada, el afán de cada per-sona de enriquecerse por su cuenta...

.. .Para protegerse de los crímenes, de los actos de violencia descarada, la so-ciedad precisa de un vasto y complejo organismo de ins-t i tuciones administrativas y judiciales, que requieren un gasto inmenso de fuerzas humanas. En la sociedad comunista, esto será sim-plif icado de manera infinita precisamente porque por extraño que parezca, en esa sociedad, la administración deberá ocuparse no sólo de los distintos aspectos de la vida social, sino también de la vida social entera en todas sus manifestaciones particulares, en todas sus direcciones. Abolimos el antagonismo entre cada in-dividuo y todos los demás, oponemos la paz social a la guerra social, cortamos de un hachazo la raíz mis-ma de los crímenes y, con ello, hacemos superflua la mayor parte, una parte con-siderablemente mayor, de la actividad a que se dedi-can en la actualidad las ins-

tituciones administrativas y judiciales. Ya ahora, los crímenes pasionales ceden su lugar cada día más a los crímenes por cálculo, por interés: el número de deli-tos contra el individuo dis-minuye, en tanto que el de delitos contra la propiedad aumenta... Los delitos con-tra la propiedad desapare-cerán por sí solos allá don-de cada uno reciba todo lo necesario para satisfacer sus necesidades físicas y espirituales, donde dejen de existir las jerarquías y diferencias sociales. Los tribunales que sustancian causas criminales desapa-recerán por sí solos, y los que se ocupan de asuntos civiles casi exclusivamente de las relaciones de pro-

piedad o, por lo menos, de relaciones que tienen por premisa el estado de guerra social, también dejarán de existir; los pleitos, que son hoy resultado natural de la enemistad general, serán entonces únicamente raras excepciones y podrán sol-ventarlos con facil idad tri-bunales arbitrales.

El permanente estado de guerra es hoy asimismo la fuente de actividad de los organismos administra-t ivos: la policía y toda la administración se ocupan únicamente de que la gue-rra siga siendo oculta, in-directa, y no se transforme en violencia descarada, en crimen. Pero si es infinita-mente más fácil mantener la

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paz que encerrar la guerra en ciertos límites, de la mis-ma manera es infinitamente más fácil dirigir la sociedad comunista que una socie-dad en la que reina la com-petencia. Y si la civil ización ha enseñado a los hombres, incluso ahora, a considerar provechoso para sí mante-ner el orden público, la se-guridad social y el interés social y, de este modo, ha-cer superfluas, en la medida de lo posible, la policía, la administración y la justicia. ¡Con cuánto mayor motivo ocurrirá eso en una socie-dad en la que la comunidad de intereses pasará a ser el principio fundamental y en la que el interés social no se distinguirá ya del interés de cada individuo! ¡Todo lo que se hace ya ahora a pesar de las instituciones sociales, alcanzará muchí-sima más difusión cuando las instituciones sociales no lo impidan, sino que, por el contrario, contribuyan a ello!...

F. ENGELS DEL “DISCURSO ANTE LA TUMBA DE MARX”

17 de marzo de 1883.. .Pues Marx era, ante todo, un revolucionario. Co-operar, de este o del otro modo, al derrocamiento de la sociedad capitalista y de las instituciones polít icas creadas por ella, contribuir a la emancipación del pro-letariado moderno, a quien él había infundido por pri-mera vez la conciencia de su propia situación y de sus necesidades, la conciencia de las condiciones de su emancipación: tal era la ver-dadera misión de su vida.

La lucha era su elemento. Y luchó con una pasión, una tenacidad y un éxito como pocos. ..

Por eso, Marx era el hombre más odiado y más calumnia-do de su tiempo. Los gobier-nos, lo mismo los absolutis-tas que los republicanos, le expulsaban. Los burgueses, lo mismo los conservadores que los ultrademócratas, competían a lanzar difama-ciones contra él. Marx apar-taba todo esto a un lado como si fueran telas de ara-ña, no hacía caso de ello; sólo contestaba cuando la necesidad imperiosa lo exi-gía. Y ha muerto venerado, querido, l lorado por millo-nes de obreros de la causa revolucionaria, como él, di-seminados por toda Europa y América, desde las minas de Siberia hasta California. Y puedo atreverme a decir que si pudo tener muchos adversarios, apenas tuvo un solo enemigo personal.Su nombre vivirá a través de los siglos, y con él su obra.

F. ENGELS DE LA OBRA “EL ORIGEN DE LA FA-MILIA, LA PROPIE-DAD PRIVADA Y EL ESTADO”. . .Por tanto, el matrimonio no se concertará con toda libertad sino cuando, supri-miéndose la producción ca-pitalista y las condiciones de propiedad creadas por ella, se aparten las conside-raciones económicas acce-sorias que aún ejercen tan poderosa influencia sobre la elección de los esposos. Entonces el matrimonio ya no tendrá más causa deter-minante que la inclinación

recíproca... .. .Por eso, cuando lleguen a desaparecer las conside-raciones económicas en vir-tud de las cuales las muje-res han tenido que aceptar esta infidelidad habitual de los hombres la preocupa-ción por su propia existen-cia y aún más por el porve-nir de los hijos, la igualdad alcanzada por la mujer, a juzgar por toda nuestra ex-periencia anterior, influirá mucho más en el sentido de hacer monógamos a los hombres que en el de hacer poliandras a las mujeres.

Pero lo que sin duda alguna desaparecerá de la mono -gamia son todos los carac -teres que le han impreso las relaciones de propie -dad a las cuales debe su or igen. Estos caracteres son, en pr imer término, la preponderancia del hom -bre y, luego, la indisolubi -l idad del matr imonio.

La preponderancia del hombre en el matr imonio es consecuencia, senci -l lamente, de su preponde -rancia económica, y des -aparecerá por sí sola con ésta. La indisolubi l idad del matr imonio es consecuen-cia, en parte, de las condi -ciones económicas que en -gendraron la monogamia y, en parte, una tradic ión de la época en que, mal com -prendida aún, la v incula -ción de esas condic iones económicas con la mono -gamia fue exagerada por la rel ig ión. Actualmente es in -f r ingida en mi les de casos. Si e l matr imonio fundado en el amor es el único mo -ra l , sólo puede ser moral e l matr imonio donde el amor persiste. Pero la duración del acceso del amor sexual

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es muy var iable según los indiv iduos, part icularmen -te entre los hombres; en vi r tud de el lo, cuando el afecto desaparezca o sea remplazado por un nuevo amor apasionado, el d i -vorcio será un benef ic io lo mismo para ambas partes que para la sociedad. Sólo que deberá ahorrarse a la gente el tener que pasar por el barr izal inút i l de un plei to de divorcio. . .. ...Pero, ¿qué sobrevendrá? Eso se verá cuando haya crecido una nueva gene-ración: una generación de hombres que nunca se ha-yan encontrado en el caso de comprar a costa de dine-ro, ni con ayuda de ninguna otra fuerza social, el aban-dono de una mujer, y una generación de mujeres que nunca se hayan visto en el caso de entregarse a un hombre en virtud de otras consideraciones que las de un amor real, ni de rehusar entregarse a su amante por miedo a las consecuencias económicas que ello pue-da traerles. Y cuando esas generaciones aparezcan, enviarán al cuerno todo lo que nosotros pensamos que deberían hacer. Se dictarán a sí mismas su propia con-ducta y, en consonancia, crearán una opinión pública para juzgar la conducta de cada uno. ¡Y todo quedará hecho!...

F. ENGELS DE UNA CARTA A G. GUILLAUME-SCHAK(Alrededor del 5 de julio de 1885)

,. .Es para mí evidente que la mujer trabajadora, como consecuencia de sus fun-ciones fisiológicas especí-

f icas, necesita una defensa especial frente a la explota-ción capitalista.

Las inglesas part idar ias del derecho formal de la mujer a ser explotadas por los capi ta l is tas de modo tan i l imi tado como los hombres están interesadas en su mayor parte, d i rec -ta o indirectamente, en la explotación capi ta l is ta de los t rabajadores de ambos sexos. A mí, lo conf ieso, la salud de la generación futura me interesa más que la igualdad absolu -ta formal de ambos sexos durante los úl t imos años de existencia del modo de producción capi ta l is ta. Estoy convencido de que la verdadera igualdad de derechos de las mujeres y los hombres sólo podrá ha -cerse real idad cuando se supr ima la explotación de unos y otros por el capi ta l y cuando los quehaceres do-mést icos, que se efectúan ahora indiv idualmente, se conviertan en una rama de la producción social . . .

F. ENGELS DE LA INTRODUCCIÓN A LA OBRA DE C. MARX “TRABAJO ASALARIADO Y CAPITAL”

.. .Es posible un nuevo or-den social en el que des-aparecerán las actuales diferencias de clase y en el que -tal vez después de un breve período de transi-ción, acompañado de cier-tas privaciones, pero en todo caso muy provechoso moralmente-, mediante el aprovechamiento y el desa-rrollo con arreglo a un plan

de las inmensas fuerzas productivas ya existentes de todos los individuos de la sociedad e imponiendo el deber general de traba-jar, se dispondrá por igual para todos, en proporciones cada vez mayores, de los medios necesarios para vi-vir, para disfrutar de la vida y para educar y ejercer to-das las facultades físicas y espirituales. Que los obre-ros van estando cada vez más resueltos a conquistar, luchando, este nuevo orden social, lo patentizarán, en ambos lados del Océano, el día de mañana, 1 de mayo, y el domingo, 3 de mayo.

DEL ARTICULO “FEDERICO ENGELS”

“ . . .Los dos tomos de El Capi ta l son la obra de am -bos: de Marx y de Engels. Las leyendas de la ant igüe -dad nos muestran diversos ejemplos de emocionan -te amistad. El proletar ia -do europeo t iene derecho a decir que su ciencia fue creada por dos sabios y lu -chadores, cuyas relaciones mutuas superan a todas las emocionantes leyendas ant iguas sobre la amistad entre los hombres. Engels s iempre, y en general con toda just ic ia, se posponía a Marx. “Al lado de Marx -escr ib ió en una ocasión a un viejo amigo suyo- me corres -pondió el papel de segun -do viol ín” . Su car iño hacia Marx mientras éste v iv ió y su veneración a la memo -r ia del amigo muerto, fue -ron inf in i tos. Engels, e l lu -chador austero y pensador profundo, era hombre de una gran ternura. . .

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V. LENIN Fiel continuador del marxismo, fundador del Partido Comunista

de la Unión Soviética y del Estado socialista soviética.

DEL ARTÍCULO “UNA TENDENCIA REGRESIVA EN LA SOCIALDEMOCRA-CIA RUSA”.. .Reconocemos que la camaradería es un deber, que es un deber apoyar a todos los compañeros, un deber dar prueba de to-lerancia para con las opi-niones de nuestros cama-radas; pero para nosotros ese deber de camarade-ría surge del deber ante la socialdemocracia rusa y ante la socialdemocra-cia internacional, y no a la inversa. Reconocemos nuestro deber de cama-radería hacia Rabóchaya Mysl no porque sus re-dactores sean camaradas nuestros, y consideramos camaradas nuestros a los redactores de Rabóchaya Mysl sólo mientras ellos actúan en las filas de la socialdemo-cracia rusa (y, por tanto; inter-nacional). Por eso, si estamos convencidos de que los “ca-maradas” se apartan del pro-grama de la socialdemocracia, que los “camaradas” restringen o deforman los objetivos del movimiento obrero, entonces consideramos nuestro deber expresar nuestra convicción con toda nitidez y sin reticencia alguna...

DE UNA CARTA A P. LEPESHINSKIGinebra, 29 de agosto de 1905.. .Cada activista del Partido tiene sus defectos y debilida-des, pero hay que ser pruden-te para, al criticar los defectos o analizarlos ante los organis-mos centrales del Partido, no

rebasar el límite tras el que empieza el chismorreo.

DEL ARTICULO “UNA VEZ MAS SOBRE EL PARTIDISMO Y EL SIN-PARTIDISMO”.. .Pero precisamente porque no-sotros defendemos el partidismo por principio, en interés de las grandes masas, en interés de su liberación de todo género de in-fluencias burguesas, en interés de la plena y más profunda cla-ridad de los agrupamientos de clase, precisamente por eso nos es preciso trabajar con todas nuestras fuerzas y vigilar con el mayor rigor para que el espíritu de partido se traduzca no sólo en palabras, sino en hechos...

DEL ARTICULO “PEQUEÑA

ILUSTRACIÓN PARA ESCLARECER GRANDES CUESTIONES”

. . .No podemos construir el comunismo más que con los materiales que ha creado el capitalismo, más que con ese aparato de cultura que se ha formado en un ambiente burgués y, por ello -cuando se ha-bla del material humano como parte de ese aparato de cultura-, está nece-sariamente impregnado de sicología burguesa. En eso reside la dificultad de la edificación de la socie-dad comunista, pero eso es también la garantía del éxito de dicha edificación. Lo que distingue al mar-xismo del viejo socialismo

utópico es que este último quería construir la nueva sociedad, no con la masa de material humano engendrada por el capitalismo mercantil, expoliador, inmundo, sangriento, sino con seres ex-traordinariamente virtuosos cria-dos en estufas e invernaderos especiales. Esta idea ridícula es hoy día risible para todos; pero no todos quieren o no todos sa-ben meditar la doctrina opuesta, el marxismo, meditar cómo se puede (y se debe) construir el comunismo con una masa de material humano estropeado por siglos y milenios de esclavitud, servidumbre, capitalismo y pe-queña producción fraccionada, por la guerra de todos contra to-dos para lograr un puesto en el mercado, para obtener un precio más elevado de los productos o del trabajo...

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F. DZERZHINSKIDestacado dirigente del Partido Comunista y del Estado Soviético, ardiente revolucionario,

presidente invariable de la Comisión Extraordinaria de toda Rusia para luchar contra la especulación, el sabotaje y la contrarrevolución.

DEL DIARIO DE LA PRISIÓN30 de abril de 1908

.. .¿Dónde está la salida del infierno que represen-ta la vida actual, en la que impera la ley lobuna de la explotación, la opresión y la violencia? La salida está en la idea de la vida basada en la armonía, de la vida pletó-rica, que abarque a toda la sociedad, a todo el género humano; la salida está en la idea del socialismo, en la idea de la solidaridad de los trabajadores. Esta idea se acerca ya a su triunfo y el pueblo está dispuesto de todo corazón a hacerla suya. Hay que unir las filas de los predicadores de esta idea y tremolar bien alto la bandera para que el pueblo la vea y la siga. Y ésta es, en la actualidad, la tarea más imperiosa de la socialde-mocracia, la tarea del puñado que quede indemne.El socialismo debe dejar de ser únicamente una previsión científica del futuro. Debe con-vertirse en una antorcha que encienda en el corazón de los hombres fe y energía invenci-bles...

10 de mayo de 1908.. .’No merecería la pena vivir si no alumbrase a la humanidad la estrella del socialismo, la estrella del futuro. Porque el “yo” no pue-de vivir si no encierra en sí todo el mundo restante y a todos los demás seres. Tal es este “yo”…

21 de mayo de 1908.. .Hay que inculcar a las ma-sas nuestra seguridad en la

bancarrota inevitable del mal para que no se vean domina-das por la duda, para que so-porten este momento cerrando filas y dispuestas a la lucha. Esto es tarea de los teóricos. Y es tarea de los demás revelar y poner al desnudo ese mal, po-ner al desnudo los sufrimientos y suplicios de las masas y de los luchadores arrancados de su medio por el enemigo; con-cederles toda la importancia que tienen en realidad y que les da ánimo para soportarlo todo con valor y sin vacilacio-nes. Sólo así podrá infundirse a las masas valentía y concien-cia moral de la necesidad de la lucha. Son necesarios tanto los que influyen sobre las mentes como los que inculcan en el alma y en el corazón la seguri-dad en la victoria. Son necesa-

rios científicos y poetas, maestros y agitadores. Recuerdo el extraordi-nario influjo que ejerció el folleto Desde el cam-po de lucha, editado por el partido ‘’Proleta-riat”, en el que se des-cribían los sufrimientos de la gente, su firmeza y valentía en la lucha. ¡Cómo desearía que se publicase ahora un fo-lleto semejante! Hoy es más difícil reunir hechos y compararlos, ya que son muchísimos y de gran importancia. Pero hoy tenemos también más fuerzas. Si alguien emprendiera esa labor o, por lo menos, toma-ra en sus manos única-mente la dirección de esa labor, dentro de uno o dos años podría apa-recer un libro como el

citado. En él se reflejarían no sólo nuestros sufrimientos y nuestra doctrina, sino también esa ansia de una vida pletórica y verdadera, para cuyo logro no regatea el hombre ni sufri-mientos ni sacrificios.. .

31 de diciembre de 1908.. .En la cárcel he madurado en las torturas de la soledad, en las torturas de la añoranza por el mundo y por la vida. Y pese a ello, en mi alma no ha germinado jamás la duda en la justicia de nuestra causa. Y ahora, cuando todas las es-peranzas han sido enterradas, quizá para largos años, en to-rrentes de sangre; cuando han sido crucificadas en los postes de las horcas; cuando miles y miles de luchadores por la li-

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bertad sufren en las ergástulas o han sido deportados a las tundras nevadas de Siberia, yo me siento orgulloso. Veo masas inmensas, puestas ya en movi-miento y que hacen tambalear-se el viejo régimen; masas, en-tre las que se preparan nuevas fuerzas para una nueva lucha. Me siento orgulloso de estar a su lado, de verlas, sentirlas y comprenderlas y de haber su-frido mucho junto con ellas. La cárcel es, con frecuencia, dura y, a veces, incluso terrible. . . Y, sin embargo, si hubiera de vol-ver a empezar la vida, la empe-zaría como lo he hecho. Y no por deber, por obligación, sino porque es para mí una necesi-dad orgánica... .No maldigo ni mi suerte ni los largos años de cárcel porque sé que eso es necesario para derruir otra cárcel inmensa que se encuentra tras los muros de este horrible pabellón. Esto no son cavilaciones vanas ni frío cálculo, sino resultado del an-helo insuperable de libertad, de vida plena. Allá, los cama-radas y amigos beben ahora a nuestra salud, y yo, aquí, solo en la celda, pienso en ellos: que vivan, que forjen las armas y sean dignos de la causa por que luchamos. ..

3 de junio de 1909.. .Vivir ¿no significa, acaso, te-ner una fe inquebrantable en la victoria?

S de agosto de 1909.. .A la par con eso, empiezo a sentirme alarmado. Yo me iré, pero esta vida horrible conti-nuará aquí como antes. ¡Cosa extraña e incomprensible! No son los horrores de esta tétrica casa lo que le encadenan a uno a ella, sino el cariño a los cama-radas, a los amigos, a los veci-nos desconocidos, extraños y, pese a todo, entrañables. Aquí hemos sentido y comprendido

cuan necesario es el hombre para el hombre, qué es el ser humano para el ser humano. Aquí hemos aprendido a amar no sólo a la mujer y a no aver-gonzarnos de nuestros senti-mientos ni de nuestro deseo de hacer felices a todos nuestros semejantes.

.. .Y si aquí añoramos las flores, aquí también hemos aprendido a amar a la gente como ama-mos las flores. Precisamente aquí, donde no existe la lucha a muerte por un pedazo de pan; aquí, donde aflora a la superficie todo lo que allá per-manecía oculto, por necesidad, en el fondo del alma humana. Y por eso amamos este lugar de nuestro martirio, pues aquí he-mos comprendido que la lucha que nos ha traído a semejante sitio ¡es también una lucha por nuestra felicidad personal, por emanciparnos de la violencia que nos ha sido impuesta, de las cadenas que nos oprimen!

19 de septiembre de 1898.. .Y nosotros, los deporta-dos, debemos ahora acumu-lar fuerzas, tanto físicas como intelectuales y morales, para estar preparados cuando lle-gue el momento. Pocos serán, ciertamente, los que envidien nuestra suerte; pero nosotros, al ver el futuro resplandeciente de nuestra causa; al ver y com-prender su pujanza y adquirir conciencia de que la vida nos ha elegido para luchadores; al luchar por ese futuro mejor, jamás, jamás cambiaríamos nuestra situación para vegetar como pequeños burgueses. Lo que menos nos entristece son los diversos sinsabores de la vida, ya que nuestra vida con-siste en trabajar para la causa, que se halla por encima de to-das las pequeñeces cotidianas. Nuestra causa nació no hace mucho, pero su desarrollo será

ilimitado, es inmortal.

17 de noviembre de 1898.. .Dices que nuestros senti-mientos se refieren a toda la humanidad más que a cada individuo tomado por separa-do. No creas nunca que eso es así. Quienes dicen eso son unos hipócritas: se engañan a sí mismos y engañan a los demás. No se puede tener sentimientos sólo hacia todos en general: todos en general es una abstracción, en tanto que la suma de los diversos individuos es concreta. En realidad, un sentimiento sólo puede nacer ante un fenóme-no concreto y jamás ante una abstracción. El hombre puede compadecerse de la desgra-cia social sólo en el caso de que se compadezca de cada desgracia concreta de cada individuo aislado. . .

21 de octubre de 1901. . .No sé odiar a medias o amar a medias. No sé entre-gar úni-camente la mitad del alma. Puedo entregar toda el alma o no entregar nada. He bebi-do del cáliz de la vida no sólo toda la amargura, sino toda la dulzura. Y si alguien me dice: “Mira las arrugas de tu frente, tu organismo extenuado, tu vida actual; mira y comprende que la vida te ha destrozado”, responderé: ¡No es la vida la que me ha destrozado, soy yo el que ha doblegado la vida; no es ella la que ha tomado todo de mí, sino yo el que ha toma-do todo de ella, con avidez y con toda el alma! ¡Sí!

16 de junio de 1913.. .El alma humana, como una flor, absorbe inconscien-temente los rayos solares y añora en todo momento el Sol y su luz; pero se marchita y deshoja cuando el mal oculta esa luz. En esta inclinación

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de cada alma humana hacia la luz solar se basa precisa-mente nuestro ánimo, nues-tra fe en un futuro mejor de la humanidad. Por eso, jamás debe existir la desesperanza. . . La hipocresía se ha conver-tido en el genio del mal de la humanidad: de palabra, amor; en la vida, lucha implacable por la existencia, por alcanzar la llamada “felicidad”, por ha-cer carrera... La dicha ¡supre-ma del hombre, la máxima di-cha que le está dada, consiste en ser rayo luminoso para los demás, en esparcir luz él mis-mo. El hombre no teme enton-ces ni los sufrimientos, ni el dolor, ni la pena, ni la miseria. Deja entonces de temer a la muerte, aunque sólo entonces aprenda a amar de verdad la vida. Sólo entonces andará por la Tierra con los ojos abier-tos y verá, oirá y comprenderá todo; sólo entonces saldrá de su angosto cascarón y sentirá las alegrías y los sufrimientos de todo el género humano, y sólo entonces será verdade-ramente un hombre.

19 de enero de 1914.. .Donde hay amor debe ha-ber también confianza...

Quien tiene una idea y está vivo no puede ser inútil, salvo en el caso que abjure de su idea. Y solo la muerte, cuando llegue, dirá su palabra acerca de la inutilidad. Pero mientras palpite la vida y esté viva la idea misma, cavaré tierra, haré el trabajo más ingrato, daré todo lo que pueda. Y esta idea tranquiliza, permite soportar el tormento. Hay que cumplir con el propio deber, hay que recorrer hasta el fin el propio camino. E incluso cuando los ojos, ya ciegos dejan de ver la belleza del mundo, el alma conoce esa belleza y sigue siendo una servidora suya. El

suplicio de la ceguera queda, pero hay algo por encima de ese suplicio: en la fe en la vida y en los hombres, es la libertad y la conciencia del deber inmutable. A ALDONA BULGAK16 de marzo de 1914

Cuando pienso en todos los infortunios que acechan al hombre en la vida, cuando pienso que este se ve priva-do con tanta frecuencia de todo por lo que sentía mayor afección, mi pensamiento vuelve a decirme que en la vida hay que amar de todo corazón y con toda el alma lo que no es pasajero, lo que no puede ser arrebatado al hombre y gracias a lo cual es posible también su afec-ción a distintas personas y cosas…

El amor al género humano, sufriente y oprimido, y la añoranza en el corazón de cada uno por la belleza, la felicidad, la fuerza y la ar-monía nos empujan a bus-car la salida y la salvación aquí, en la propia vida y nos muestran esa salida. El amor abre el corazón del individuo no sólo para sus allegados, le abre los ojos y los oídos y le infunde fuerzas titánicas y seguridad en la victoria. En-tonces, la desgracia se Con-vierte en fuente de felicidad y de fuerza, pues llega una idea clara y alumbra la vida, hasta entonces sombría. Desde ese momento, toda nueva desgracia deja de ser fuente de renunciación a la vida, fuente de apatía y de-cadencia, y no hace más que impulsar al hombre, una y otra vez, a la vida, a la lucha y al amor. Y cuando llega el momento, cuando llega el fin de la propia vida, puede

uno marcharse tranquilo, sin desesperación y sin temor a la muerte. . .

A SOFÍA DZERZHINSKAYA24 de junio de 1914.. .Quiero ser digno de las ideas que sustentamos los dos. Y me parece que cual-quier manifestación de debili-dad por mi parte, el ansia de final y de tranquilidad, cual-quier “no puedo más”, sería una traición y una renuncia a mis sentimientos hacia voso-tros y a la canción de la vida que ha vivido y vive en mí...Ya no debe ser una flor de estu-fa. Debe poseer toda la dialécti-ca de los sentimientos para ser capaz de luchar en la vida por la verdad y por las ideas. Debe tener en el alma algo sagrado mucho más vasto y más fuer-te que el sagrado sentimiento hacia la madre o hacia los se-res amados, cercanos, queri-dos. Debe saber amar la idea, lo que le unirá a las masas, lo que será luz resplandeciente en su vida. Debe comprender que tanto tú como los que le rodean, todos a los que él se siente ligado y ama, tenéis una cosa sagrada y amada, más fuerte que el amor al hijo, que el amor a él; una cosa sagrada, cuya fuente son él, el amor y el apego a él. Este sentimien-to sagrado es más fuerte que todos los demás, es más fuer-te por su mandato moral: “Así debes vivir y así debes ser”. La conciencia de este deber, como de cualquier otro relacionado con el sentimiento, no puede ser inculcada actuando única-mente sobre la razón...

.. .Renunciar a los bienes de la vida para luchar por ellos junto con los que no los tie-nen e inculcar en la actualidad una especie de ascetismo.

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Pero estos pensamientos no me abandonan y los comparto contigo. Yo no soy un asce-ta. Se trata únicamente de la dialéctica de los sentimientos, cuya fuente se encuentra en la vida misma y, a mi pare-cer, en la vida del proletaria-do. Y el quid de la cuestión está en que esta dialéctica realice todo su ciclo, en que haya síntesis en ella: la solu-ción de las contradicciones. Y que esta síntesis, siendo pro-letaria, sea al mismo tiempo “mi” verdad, la verdad de “mi” alma. Es preciso tener con-ciencia interna de la necesi-dad de ir a la muerte en aras de la vida, de ir a la cárcel en aras de la libertad; tener fuerza para soportar con los ojos abiertos todo el infierno de la vida, sintiendo en la pro-pia alma el grande y sublime himno de la belleza, la verdad y la felicidad, tomado de esa misma vida...

17 de febrero de 1916. . .Amo la vida tal y como es en su realidad, en su mo-vimiento eterno, en su armo-nía y en sus horribles con-tradicciones. Todavía ven mis ojos y oyen mis oídos, el alma percibe y el corazón no se ha endurecido aún. Y la canción de la vida vive en mi corazón... Y me parece que quien oye esta canción en su corazón, por muchos mar-tirios que padezca, jamás maldecirá su vida, jamás la sustituirá con otra, tranquila y normal. Porque esta can-ción lo es todo, es la única que perdura: es la canción del amor a la vida. Y aquí, en la cárcel, lo mismo que allá, en la calle, donde tanto abundan ahora los horrores, esta canción vive, es eterna como las estrellas: esas es-trellas y toda la belleza de la naturaleza la engendran y la

llevan a los corazones huma-nos, y estos corazones can-tan y tienden eternamente a la resurrección...

A WLADISLAW DZERZHINSKIDestacado dirigente del Par-tido Comunista y del Estado soviético; Presidente del So-viet supremo de la URSS des-de 1938 hasta su muerte.

11 de septiembre de 1916.. .¿Y en la vida social? Me he fundido por completo no sólo con mis pensamientos, sino con las masas, y debo com-partir con ellas toda la lucha, todas las torturas y esperan-zas. Jamás he vivido con los ojos cerrados, dirigidos sólo a mis pensamientos. Jamás he sido idealista. He conoci-do los corazones humanos y me parece sentir cada latido de esos corazones. .. He vivi-do para cumplir hasta el fin mi misión y ser lo que soy...Debo sufrir hasta el fin todo lo que me está predestinado. No puede ser de otro modo. Me siento tranquilo. Y aunque ignoro lo que me espera.. . mi pensamiento dibuja sin cesar imágenes del futuro que lo co-ronará todo. Soy optimista, a pesar de todo...

DE UNA CARTA CIRCULAR A LAS ADMINISTRACIONES DE LOS SINDICATOS Y TRUSTS Y A LOS DIRECTORES ROJOS19 de junio de 1924

.. .No hay que temer la crí-tica, no hay que velar los defectos; antes al contra-rio, hay que ayudar a que se pongan en claro y no ver descrédito en todo. Sólo puede desacreditarse quien

oculta sus defectos, quien no desea combatir el mal, es decir, precisamente quien debe ser desacreditado. Hay que saber ver la verdad y aceptarla de las masas y de cuantos participan en la producción. No hay nada peor que los autobombos y la suficiencia. Sólo se pue-de avanzar cuando se busca el mal, paso a paso, y se le vence. Al mismo tiempo, hay que terminar con la práctica habitual entre nosotros de acomodarse a la masa, a los obreros. Debemos recordar que los obreros de nuestro país, como nosotros mismos, no son aún cultos; que en ellos predominan a menudo los intereses de grupo sobre los intereses de toda la clase obrera; que, con frecuencia, no comprenden en grado su-ficiente que sólo su trabajo útil y la productividad de su labor pueden crear el Esta-do comunista y conservar su propio Poder soviético. Cada dirigente de la economía debe luchar para conquistar prestigio y confianza entre las masas obreras; pero la lucha por esta confianza no debe ser aprovechada en modo alguno como ins-trumento de demagogia, de acomodamiento a las ma-sas, de satisfacción de sus deseos en perjuicio y a cos-ta del Estado, a costa de los intereses de la alianza con el campesinado, ni de satis-facción de las reivindicacio-nes de carácter localista. Este camino demagógico es, quizá, el más nocivo: adormece a las masas, las aparta de las tareas funda-mentales de la clase obrera en la producción, minimiza los sacrif icios hechos por la clase obrera y, en última instancia, hunde nuestra in-dustria...

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M. KALININDestacado dirigente del Partido Comunista y del Estado soviético;

Residente del Soviet Supremo de la URSS desde 1938 hasta su muerte.

¡SED PERSONAS DESARROLLADAS EN TODOS LOS ASPECTOS!Del discurso pronunciado en una reunión de acti-vistas del Komsomol de Dniepropetrovsk3 de marzo de 1934.. .Quiero decir, en particu-lar, unas cuantas palabras acerca del compañerismo entre la juventud. Durante los años juveniles, el hom-bre se siente mucho más inclinado a la amistad y a la ayuda colectiva a los camaradas. Rara vez un joven abandonará al ca-marada que se encuentra en una situación difícil. De cada cien casos se pue-den dar dos o tres en que esto ocurra. Estos sen-timientos adquieren una importancia extraordinaria en el combate. La seguridad ple-na en la firmeza del compañero de al lado eleva considerable-mente las cualidades combati-vas de una unidad. Y el fuego del enemigo no provoca ningún pánico, o, en todo caso, éste es menor. Estos sentimientos unen estrechamente y disciplinan a los combatientes. El compañe-rismo, la amistad de clase, hay que fomentarlos por todos los medios entre la juventud. Es ésta una de las cualidades más socialistas, imprescindible en to-das partes y, en particular, en la lucha de clases.Muchos se han acostumbrado a comprender el compañerismo como simples palabras; pero si este sentimiento se desarrolla acertadamente, si se procura que los komsomoles y la ju-ventud sin partido, que los ca-maradas y amigos compartan

sus alegrías de la producción, superen juntos las dificultades, asimilen juntos la técnica, ayu-dándose de verdad unos a otros, pasen juntos sus ratos de ocio, dedicándose a la cultura física y al deporte, etc., tendremos en el compañerismo un excelente y fecundo complemento de la emulación socialista... .Para ser un comunista fir-me se requiere, ante todo, una firme ideología comunista. La ideología comunista nos permi-te abordar acertadamente cada problema, cada fenómeno. .La ideología comunista es para los luchadores de la revolución proletaria lo que para el astró-nomo, pongamos por ejemplo, un colosal telescopio, o para el investigador de laboratorio, un microscopio. La ideología comu-nista permite al político, al hom-bre público, comprender plena y acertadamente la situación en

que trabaja, organizar la masa y conducirla al com-bate; le da la posibilidad de ver, comprender y se-ñalar con acierto las pers-pectivas. Todo esto en su conjunto fortalece al hom-bre, lo hace más resisten-te no sólo a las pequeñas adversidades de carácter individual, sino también a otras más grandes. Si en la vida de uno lo princi-pal es la idea colectiva y común, si por encima de todo está para uno la cau-sa de la colectividad y si se vive con los mismos in-tereses y esperanzas que los que nos rodean, estos intereses comunes de los trabajadores son los que nos hacen jóvenes a los comunistas viejos.Tomad el período de la guerra civil y el de nues-tra construcción socialis-

ta. En aquellos días, todos los trabajadores, sin excluir a los viejos, demostraron prodigios de heroísmo y de entusiasmo’, realizaron hazañas extraordina-rias, que hoy día demuestran y realizan también. Esto lo debe comprender la generación que nos sucede, los komsomoles y la juventud obrera y koljosiana. De los viejos bolcheviques y de los proletarios viejos, templados en los combates, deben apren-der los hábitos colectivos, la pa-sión creadora, la comprensión y la visión teórica de los aconteci-mientos...

ALGUNAS CUESTIO-NES DEL TRABAJO DE MASAS DEL PARTIDODel discurso pronunciado en la conferencia de los dirigen-tes de las organizaciones del

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Partido en las empresas de la ciudad de Moscú 21 de abril de 1942

El dirigente del Partido debe ser de una honradez absoluta en su trato con los demás. El secreta-rio de la organización del Partido es el ojo del Partido. No sé si os dais cuenta cabal de ello. Por eso, cualquier simpatía o antipa-tía de tipo personal debe dejarse al margen. Si por cualquier mo-tivo no simpatizáis con alguna persona, eso lo debéis ocultar tan profundamente que nadie pueda adivinarlo. Mal irán las cosas si la gente se da cuenta de que en vuestro trato no sois imparciales. Ocurre a veces que una perso-na común y corriente habla poco

SERGUEI KIROVDestacado dirigente del Partido Comunista y del Estado Soviético,

participante activo de las tres revoluciones rusas.

DE LAS CARTAS A M. MARKUS*30 de septiembre 1 de octubre de 1911

.. .¡Diantre! ¡No está mal vivir, a pesar de todo! A veces se empieza a comprender a personas que son capaces de sa-crificar incluso la vida por un instante fugaz, por un instante que pue-de dominar al hombre por completo, colmar su alma y su corazón, sus pensamientos y todo su ser. En efecto, ante el hombre se alza un dilema: o una vida gris como el otoño y monó-tona hasta dar náuseas, larga e infinitamente aburrida, y tras ella una muerte tan insignifican-

te, innecesaria e insen-sata, o un momento ra-diante como el primer rayo del sol naciente, bello, divino, pictórico de vida, emoción y entu-siasmo, un sólo momen-to seguido, como acorde final, de la muerte. Y se prefiere lo segundo. ..Tomsk, 13 de diciembre de 1911.. .Es feliz quien no advier-te cómo pasan los años. En cambio, es profunda-mente triste la situación de quien siente cómo pa-san los minutos..... .Se dice con frecuen-cia: “No puedo hacer nada”. Es un profun-do error. El hombre no puede no hacer nada; contra ello se sublevan la sicología, la fisiolo-

y se mantiene apartada, pero trabaja bien; en cambio, otra tra-baja malamente, pero acude con frecuencia al Comité del Parti-do, al del sindicato o a la organi-zación del KomsoImol, siempre está a la vista y se le destaca. Eso está mal. Si el secretario del Comité del Partido quiere gozar de prestigio, debe aparecer sin tacha a los ojos de las masas. Eso no quiere decir que no pue-da tener relaciones más íntimas, más amistosas con determina-das personas. Claro que puede. Pero en sus relaciones sociales debe tratar a todos con igual im-parcialidad. Su posición debe ser la siguiente: “Eres mi amigo, eso está muy bien; pero si descuidas el trabajo, si haces el vago, si te zafas de las tareas de produc-

ción, te exigiré más que a los otros y te cargaré la mano más fuerte que a los demás”. Así es como debe portarse con la gente el secretario de la organización del Partido.En todas las cuestiones debéis adoptar una conducta que per-mita a la gente darse cuenta de vuestra sinceridad y honradez. Nunca conseguiréis ocultar a las masas la hipocresía, y por eso debéis hacer todo lo posible por evitarla. No conseguiréis enga-ñar a las masas, y si la gente se da cuenta de que alguien obra hipócritamente, nunca más le creerá.

Si conseguimos desarrollar en nosotros estas cualidades nos será más fácil trabajar...

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gía y todo lo demás, y el hom-bre sucumbe, sucumbe... por culpa del ocio (¡!) ¡Es el fin más terrible!...

DEL DISCURSO PRONUNCIADO EN EL JARDÍN POPULAR DE LA CIUDAD DE ASTRACÁN4 de septiembre de 1919

Pronto hará dos años que Ru-sia se dividió en dos campos beligerantes: la burguesía y el proletariado. Muchos de noso-tros gimen y lloran ahora sin querer ver lo que ocurre alre-dedor. Y alrededor ocurre algo grande: dos gigantes descomu-nales —la burguesía y el prole-tariado— se han enzarzado en una lucha a muerte. Y quien no participa en esta lucha, quien huye de ella con la esperanza de esconderse, es un desertor y un traidor a su clase, a sus hijos y hermanos. Hoy no pue-de ni debe haber personas sin partido...

DEL INFORME ANTE EL IV CONGRE-SO DE LOS SOVIETS DE LA PROVINCIA DE ASTRACÁN22 de noviembre de 1919

.. .En vano se piensa que nuestra tarea consiste en ex-terminar el mayor número po-sible de enemigos. A los co-munistas se nos calumnia con frecuencia, diciendo que no apreciamos la sangre huma-na. Eso no es cierto. Es una abominable calumnia. Res-petamos la sangre humana como cosa sagrada. Quisiera que me indicaran el nombre de algún representante de los partidos o grupos políticos de Rusia que se atreva a afirmar que aprecia y quiere más a los

obreros y campesinos que el Partido Comunista. . .

DEL INFORME ANTE UNA REUNIÓN DEL GRUPO COMUNISTA DEL CONGRESO DE PRESIDENTES DE LOS COMITÉS EJECUTIVOS DE LOS SOVIETS COMARCA-LES, DISTRITALES Y URBANOS DE LA CIUDAD DE LENINGRADO19 de enero de 1926

.. .Si se ha cometido un error, hay que someterlo al juicio, si no de Dios, de nuestro mundo comunista; hay que examinar-lo en todos sus aspectos, ana-lizar las partes que lo integran y ayudar a los camaradas a comprender cómo han llega-do a semejantes conclusiones erróneas. Hay que ayudar a ese camarada a subsanar su error, si es que puede subsa-narlo, y después advertir a los demás, a todo el Partido en su conjunto. Si un camarada, en una mañana aciaga para él, empieza a cojear de la pierna izquierda, puede paulatina-mente marchar de tal manera hacia la izquierda que se hará más izquierdista que el propio lado izquierdo.

Resultará muy sonoro y bonito proclamar que se está contra los nepman, contra los kulaks, contra el trabajo asalariado, contra todas las desviaciones y cosas oportunistas, que se es un hombre absolutamente de izquierda; pero es indudable, querido camarada, que puedes ir demasiado lejos por ese ca-mino, como resulta indudable también que es igualmente pe-ligroso para ti y para el Partido

que te desvíes demasiado a la derecha o demasiado a la iz-quierda.Hoy, en los momentos que vi-vimos, es extraordinariamente peligrosa toda desviación, todo apartamiento de la posición del Partido. He indicado ya, al ha-blar de los problemas que tene-mos planteados en general, que es equivocado hacerse la ilusión de que entre nosotros todo mar-cha a pedir de boca.

Nos esperan aún dificultades colosales. Y por eso, toda relajación en el Partido, toda desviación a la derecha o a la izquierda nos causarán, sin duda alguna, un daño in-menso en nuestra labor. Ha-bía discrepancias y las hemos resuelto. Existen unas resolu-ciones del Congreso y propo-nemos ahora que esas reso-luciones sean consideradas como las únicas que podemos tener hoy a nuestra disposi-ción. Hay que aplicar esas resoluciones a conciencia, no con un acatamiento formal, sino de verdad..,

.. .Hemos sabido defender nuestra Patria obrera y cam-pesina completamente solos y en las condiciones más difíci-les. Creo que en lo sucesivo sabremos, sin ningún género de dudas, rechazar cualquier interferencia del exterior. Pero ¡ay de nuestra revolución, ay de la dictadura del proletaria-do si embrollamos nuestras propias filas comunistas! Vi-vimos ya dos años sin Lenin, sin el gran guía y fundador de nuestro Partido y nuestro Estado. Sustituimos a Lenin con millones de miembros del Partido, con la inmensa co-lectividad que tenemos aho-ra. Necesitamos conservar a toda costa la unidad de esa colectividad.

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DEL DISCURSO PRONUNCIADO EN EL VI CONGRESO DE LA UNION DE JUVEN-TUDES COMUNIS-TAS LENINISTAS DE RUSIA12 de julio de 1924

…Debemos esforzarnos por vincular nuestra vida privada con la lucha, con la edificación del comunis-mo.Esto no quiere decir, claro está, que debamos renun-ciar a nuestra vida priva-da. El Partido Comunista no es una secta, y por ello no puede predicarse ese ascetismo. En una fábrica escuché que una obrera decía, dirigiéndose a sus compañeras: “Camaradas obreras, no debéis olvidar que por cuanto ingresáis en el Parti-do, habéis de renunciar al mari-do y a los hijos”.Es claro que no se puede en-focar así la cuestión. No se tra-ta de que haya que renunciar al marido y a los hijos, sino de educar a los hijos de modo que se conviertan en luchadores por el comunismo, de hacer que el marido sea también un luchador. Hay que saber fundir la propia vida con la vida social. Esto no es ascetismo. Al contrario, gra-cias a esa fusión, gracias al he-cho de que la causa común de todos los trabajadores se con-vierte en la causa de cada uno, gracias a eso, la vida privada se enriquece. No se hace más po-bre, sino que proporciona viven-cias tan brillantes y profundas como jamás proporcionara la vida familiar pequeñoburguesa.

NADIEZHDA KRUSPSKAYAEstadista Soviética y notable pedagogo; esposa y compañera de lucha de Lenin.

Saber fundir la vida propia con el trabajo en aras del comunis-mo, con la labor y la lucha de los trabajadores para edificar el comunismo es una de las tareas a cumplir. Vosotros, los jóvenes, estáis empezando a organizar vuestra vida y podéis hacerla de modo que no exista divorcio en-tre la vida privada y la social...

DEL ARTICULO “LENIN COMO PERSONA”. . .Lenin fue marxista revolucio-nario y colectivista hasta el fondo del alma. Toda su vida y su acti-vidad estuvieron subordinados a un gran fin: la lucha por el triunfo del socialismo. Y esto marcó su sello sobre todos sus sentimien-tos y pensamientos. Le eran aje-nas la mezquindad, toda envidia ruin, la maldad, la venganza y la vanidad, tan inherentes a los in-dividualistas con espíritu de pe-

queños propietarios.Lenin luchaba, planteaba las cuestiones con brus-quedad, pero jamás invo-lucraba nada personal en las discusiones; enfoca-ba los problemas desde el punto de vista de la causa, por lo que de cos-tumbre los camaradas no se ofendían por su brus-quedad. Examinaba con mucho detenimiento a las personas, escucha-ba atentamente lo que decían, trataba de com-prender la esencia de sus palabras y, por ello, sabía captar su personalidad a través de una serie de menudencias insignifi-cantes; sabía abordar a las personas con magní-fica sensibilidad, descu-brir todo lo que tenían de bueno y valioso, todo lo

que podía ser puesto al servicio de la causa común.He podido observar en todo mo-mento que cuando una persona visitaba a Lenin, se transforma-ba, y por eso los camaradas querían a Ilich, y él mismo ex-traía del contacto con la gente lo que muy raramente podría extraer otro. No todos saben aprender de la vida, de la gente. Ilich sabía hacerlo. No era astuto ni diplomático con nadie, no en-gañaba a nadie, y la gente perci-bía su sinceridad y franqueza.La solicitud por los camaradas era un rasgo peculiar suyo. Se preocupaba de ellos en la cárcel y en libertad, en el destierro, en la emigración y cuando fue Pre-sidente del Consejo de Comisa-rios del Pueblo. Se preocupaba no solamente de los camaradas, sino también de personas muy ajenas que necesitaban su ayu-da. La única carta que conservo

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de Ilich contiene esta frase: “Leo las cartas que llegan a veces a tu nombre pidiendo ayuda y pro-curo hacer todo lo posible”. Eso fue en el verano de 1919, cuan-do Ilich tenía de sobra preocupa-ciones de otro carácter. La gue-rra civil estaba en su apogeo. En esa misma carta escribe: “Pare-ce que los blancos han vuelto a tomar Crimea”. Los asuntos eran más que suficientes, pero jamás oí decir a Ilich que no tu-viera tiempo cuando se trataba de ayudar a alguien.Me decía constantemente que debía preocuparme más de mis compañeros de trabajo. Un día, durante una depuración del Par-tido se atacó sin fundamento a uno de mis funcionarios del Comisariado del Pueblo de Ins-trucción Pública. Lenin encontró tiempo para rebuscar en viejas publicaciones y encontrar datos probatorios de que dicho funcio-nario había defendido a los bol-cheviques ya antes de Octubre, siendo aún militante del Bund.Hay quien dice que Lenin era un hombre bueno. Pero la palabra “bueno”, tomada del viejo léxico de los virtuosos, no es muy apli-cable a Ilich, resulta insuficiente e inexacta.Para Ilich no existió nunca el ais-lamiento familiar ni de círculo, tan peculiar de los viejos tiempos. Jamás separó lo personal de lo social. Ambas cosas se fundían en él en un todo único. Jamás podría haber amado a una mujer que discrepara de sus puntos de vista, que no fuera compañera de trabajo. Tomaba un afecto a la gente rayano en la pasión. Es típico su afecto a Plejánov, del que tanto había aprendido; pero eso no le impidió nunca luchar a más y mejor contra Plejánov cuando veía que éste no tenía razón, que su opinión era perju-dicial para la causa; no le impidió tampoco romper definitivamente con él cuando Plejánov se hizo defensista.

Los éxitos de la causa alegraban profundamente a Ilich. La causa constituía su propia vida, lo que amaba y lo que le cautivaba. Le-nin procuraba acercarse lo más posible a las masas y sabía ha-cerlo. La relación con los obre-ros le proporcionaba muchísimo. Le proporcionaba una verdadera comprensión de las tareas de la lucha proletaria en cada eta-pa. Si estudiamos con atención cómo trabajaba Lenin en calidad de científico, de propagandista, de literato, de redactor y de or-ganizador, le comprenderemos también como persona. . .

DEL ARTICULO “LE-NIN ACERCA DE LA MORAL COMUNISTA”Lenin pertenecía a la genera-ción que se formó bajo la in-fluencia de Písariev, Schedrín, Nekrásov, Dobroliúbov, Cher-nishevski y de la poesía de-mocrática revolucionaria de los años sesenta. Los poetas de Is-kra ridiculizaban acerbamente las supervivencias de las viejas costumbres de la servidumbre, fustigaban la depravación, el servilismo, la adulación, la do-blez, el espíritu pequeñobur-gués y el burocratismo. Los es-critores de la década del 60 en-señaban a estudiar la vida con atención, a barrer las supervi-vencias del viejo régimen de la servidumbre. Lenin odió desde su infancia el espíritu pequeño-burgués, el chismorreo, los pa-satiempos chabacanos, la vida familiar “al margen de los inte-reses sociales”, la transforma-ción de la mujer en un objeto de distracción, de diversión, o en una dócil esclava. Despreciaba la vida impregnada de insince-ridad y espíritu acomodaticio. A Ilich le gustaban especialmen-te la novela de Chernishevski ¿Qué hacer?, la sátira punzan-te de Schedrín y los poetas de Iskra, muchos de cuyos versos

se sabía de memoria, y amaba a Nekrásov.Vladímir Ilich hubo de vivir mu-chos años emigrado en Alema-nia, Suiza, Inglaterra y Francia. Asistía a las reuniones obreras, observaba con atención la vida y las costumbres de los obreros, su vida doméstica, su descanso en el café y sus paseos..... .Vivimos en el extranjero bas-tante pobremente, la mayor par-te del tiempo en habitaciones al-quiladas a bajo precio en casas habitadas por gente muy diver-sa, y nos alimentábamos en ca-sas de huéspedes y en restau-rantes baratos. En París, a Ilich le agradaba mucho frecuentar un café en el que unos cantores ejecutaban sus propias cancio-nes sobre temas democráticos y relacionados con la vida coti-diana. En ellas se criticaba con gran mordacidad la democracia burguesa y diversos aspectos de la vida. A Ilich le gustaban, sobre todo, las canciones de Monte-gus. Hijo de un comunero, escri-bía buenos versos sobre la vida en los arrabales de la ciudad. Ilich entabló conversación con él durante una velada, y hasta más de medianoche estuvieron hablando de la revolución, del movimiento obrero y de que el socialismo creará un modo de vida nuevo, socialista.Vladímir Ilich vinculó siempre es-trechamente los problemas de la moral con los de la concepción del mundo..... .En el discurso pronunciado el 2 de octubre de 1920 en el III Congreso de la Unión de Ju-ventudes Comunistas de Rusia, Vladímir Ilich habló de la moral comunista, explicó con ejemplos sencillos y concretos en qué consiste la esencia de la moral comunista. Dijo que la moralidad feudal y burguesa engañan, em-baucan a los obreros y campesi-nos y embotan su conciencia en provecho de los terratenientes y capitalistas, en tanto que la

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moralidad comunista se deriva de los intereses de la lucha de clase del proletariado. Dijo que la moralidad comunista debe es-tar orientada a elevar más aún la sociedad humana, a emancipar-la de la explotación del trabajo. La base de la moralidad comu-nista está en la lucha por afian-zar y culminar el comunismo. Lenin mostró con ejemplos con-cretos cuan importantes son la cohesión, la capacidad de domi-narse, de trabajar sin escatimar esfuerzos en lo que es necesa-

Lo más preciado que posee el hombre es la vida, se le otorga una sola vez y hay que saber vivirla de modo que al final de los días no se sienta pesar por los años pasados en vano, para que no exista una angustia por el tiempo perdido y para que al morir se pueda exclamar “toda mi vida y todas mis fuerzas han sido entregadas a la causa más noble en este mundo, la lucha por la liberación de la humanidad”.

Nikolái Ostrovski

rio para fortalecer el nuevo régi-men social; qué gran disciplina consciente hace falta para ello, y cuan imprescindible es una firme solidaridad en el cumpli-miento de las tareas planteadas. Ilich dijo a la juventud que debe entregar todo su trabajo y todas sus energías a la causa común.Y la vida de Lenin fue un ejem-plo de cómo debe hacerse eso. Ilich no podía, no sabía vivir de otra manera. No era un asceta; le gustaba patinar, montar en bicicleta, trepar por los montes

y cazar; le gustaba la música y amaba la vida en toda su polifa-cética belleza, quería a los ca-maradas y a la gente en general. Todos conocen su sencillez y su risa, alegre y contagiosa. Pero en él, todo estaba subordinado a una sola cosa: la lucha por la vida para todos, por una vida ra-diante, instruida, acomodada y pictórica de contenido y alegría. Lo que mayor júbilo le causaba eran los éxitos en esta lucha. Lo personal se fundía de por sí con su actividad social...