Martin Taylor_Los Reyes de Julio Cortázar. El Minotauro Redimido

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Sobre "Los reyes" de Julio Cortázar

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  • Los Reyes de Julio Cortzar:El Minotauro Redimido

    El peronistno imperaba en la Argentina (1945-955) cuando Cor-tzar public Los reyes (1948).' Algunos criticos, en consecuencia, de-claran que este drama minoturico simboliza, veladamente, una condenaa su pas por aceptar este atavismo (eco lejano del rosismo) que se apo-yaba en el "descamisado", actual representante del gaucho, ahora urba-nizado y proletario.2 Tanto en la Argentina peronista como en la Cretaminosiana, la justicia estaba pervertida, se reverenciaban el poder heroicoy las artes marciales, e imperaba un terrorismo que esclavizaba el cuerpoy el pensamiento. Adems, habra cierto parentesco entre el porteo quese senta aislado histricamente (tema dilecto de Mallea y otros argen-tinos) y el Minotauro en su laberinto, entre los intereses capitalistasultramarinos que controlaban la economia argentina y el dominio militarde Creta sobre Atenas, y entre la lucha de "civilizacin y barbarie" conla que se entabla entre el Minotauro y Teseo. Estas y otras analogaspueden trazarse entre la realidad histrica argentina y Los reyes.

    No obstante la oposicin de Cortzar al peronismo,3 esta obra nopretende ser una stira poltica a la manera de Jonathan Swift, recu-bierta de un velo de clasicismo, mitologa y lenguaje elegante. La cos-movisin de Cortzar traspasa las fronteras nacionales y temporales ypenetra ciertos enigmas que persiguen al hombre: el mal que acompaaal poder, sea individual o poltico, la cuestin axiolgica del materia-lismo frente a la vida espiritual, la dualidad en el hombre entre su ser

    ' Julio Cortzar, Los reyes (Buenos Aires: Gulab y Aldabahor, 1949). Enel texto, entre parntesis, cito de la 2* ed., la de la Coleccin Indice, Edit. Sud-americana, 1970.2 Luis Bocaz cree que este drama se limita a un clandestino ataque a Pern:vase "Los reyes, o la irrespetuosidad ante lo real de Cortzar," en Aenea (Con-cepcin, Chile), Alio XLV, No. 419 (enero-marzo, 1968), pp. 47-55.

    . Sobre el peronismo y el efecto que produjo en otro exilado, vase las de-claraciones de Enrique Anderson Ifbert, "Sesquicentenario", Sur, No. 267 (nov..dic., 1960), pp. 35.38.

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  • REVISTA IB ROAMERIC ANA

    humano y animal. Relegando el posible vnculo con la Argentina asegundo trmino, explorar desde una perspectiva literaria -enriquecidasta por haber puesto en escena tal drama- las bases miticas y filos-ficas, el alcance poltico, las imgenes y los mviles, abiertos y ocultosde los personajes. Cortzar no presenta soluciones, sino problemas, tananfractuosos como el laberinto mismo, y por eso un reflejo del hombrecontemporneo., Cortzar entronca con una larga y variada tradici6n-detallada en The Quest for Thesus-4 que en poesia, drama, novela,revista, pelcula y artes plsticas se ha interesado por las hazaas de Teseo.Conocedor de esta tradicin, Cortzar se propone rehacer a su manera elmito cretense elaborado originalmente por Apolodoro, Plutarco y Ovidio.Vale notar, de pasada, que influyen en I, tambin, Gngora, Daro,Borges y Keats.5 Cortizar mismo, sin embargo, se desdobla en su propiafuente, puesto que en su obra posterior (Bestiario,Final del juego, Usarmas secretas, Los premios, Rayuela), sigue elaborando temas y tcnicasiniciadas en Los reyes. Conceptualiza una teratologia que permtie la po-rosidad entre el mundo de los animales y el de los hombres y entre el

    4 Es un libro ilustrado con hermosas fotos de nforas, estatuas, cuadros yfrescos, y lo estructura una colaboracin -de estudios inteligentes de Anne G. Ward,W. R. Connor, Ruth B. Edwards, y Simon Tidworth (New York: Praeger, 1970).The Quest identifica (p. 37) el dibujo de la portada de Los reyes como un nforade figura negra de Vulci (actualmente' en el Museo Britnico).

    iRespecto .la tradici6n hispnica, The Quest analiza Fedra (1911) de Una-munio (pp. 235-236), y tambin nota que el secretario de Carlos V y Felipe II,Gonzalo Prez, tradujo la Odisea, tomando por escudo personal el laberinto (p.209). Omite referencias a Lope de Vega (Rimas sacras, I, "Cuando me paro aconteniplar.. ."), a Borges, a Cortzar, y a Emilio Carballido. El' dramaturgomexicano me inform (nov. 1972) que l y Cortzar, durante una conversacin,se sorprendieron de haber tratado un tema afn: E. Carballido ''Teseo: Tragi.comedia", en La Palabra y el Hombr (Revista de la Universidad Veracruzana),No. 24' (oct.-dic. 1962), Pp. 651-673; y tambin en ingls, con un nuevo des-enlace, en The Golden, Thread,, trad. por Margaret Sayers Peden (Austin: Uni-versity bf Texas, 1970).

    A Apenas hay cuento de Borges que no contenga un meandro intelectual, perosu representacip. fisica es ms patente en "El jardin de senderos que se bifur-can,' "La casa de Asterin," "La muerte y la brijula," y "El inmortal." Respectoal romntico ingls, Graciela de Sola agrega: "Por Keats tiene Cortizar unaconfesada devocin. En los aos en que escribi Los reyes seguramente se sintiidentificado con el poeta de Endymion." Vase Julio Cortzar y el hombre nuevo(Buenos Aires: Edit. Sudamericana,, 1968), pp. 135-136. Cortzar analiz "Laurna griega en la poesia de Keats", tn Revista de Estudios Clsicos (Universidadde Cuyo, Mendoza, Argentina), II (1946).

    o tCito la opiin' de Graciela de Sola. en otro ensayo, "Ravuela: Una invi-tacin al viaje" (en La vuelta a. Cortzar en nueve ensayos [Buenos Aires: Car-los Prez, Editor, 1969], p. 76): "Una intima soldadura enlaza su ltimo libro,Rayuela, con Los Reyes, publicado catorce aos atris. Sus temas y expresin sedespliegan en un continua avance y enriquecimiento, sobre apuntamientos tem-pranamente 'establecido. La Ariadna herida de amor hacia el monstruo 'de belfosrumorosos' .que asume su destino en Los reyes sobrevive, pues, bajo formas dis-tintas, y aun podria sentirse su -latido, no ya' melanclico- sino colmado ep unasimple y viviente 'sagesse', en la Maga maravillad de RyueIa,"

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  • ESTUDIOS

    "mundo de ac y all,"7 la entropia y su funcin literaria,8 y el doppel-ganger. . r

    La inspiracin ms propincua e importante ha de ser la de AndreGide, quien public su "Thse" en Les Cahiers de la PlMiade (avril1946).' A diferencia de la de Cortzar, la versin de Gide se adhierea las leyendas recopiladas por Plutarco;o Gide pinta a un Thse he-roico, astuto y trabajador, que equilibra la fuerza fsica con la inteligenciay la justicia. En estas y otras cuestiones de indole filosfica y estticaCortizar difiere de Gide, pero quisiera destacar tres similitudes: Gide,como Cortzar, considera que el proceso creativo tiende al auto-conoci-miento: "Car il s'agit d'abord de bien comprendre qui 1'on est" (p. 11).Segundo, los dos procuran revelar el mal que aqueja al hombre yqa losdioses, pero Gide, en contraste, se empea en que los dioses esclavizan los hombres: "Tout paraissait divin, qui demeurait inexplicable, et laterreur s'pandait sur la religion, au point que l'hroisme souvent sem-blait impie. Les premieres et les plus importantes victoires que devaittemporter l'homme, c'est sur les dieux" (p. 13). Ambos autores refle-xionan sobre la muerte: Cortzar, joven, con brutal detencin; Gide,viejo, puestos los guantes de terciopelo. Ambos convienen en que hayuna dialctica del poder, y que el impulso y la realizacin parricida

    Graciela de Sola, Ibid., pp. 78-79, sintetiza: "Esta predisposicin a aceptarlo teratolgico (Minotauro, figura clave de su obra), aunque reprimida luegppor un sentido fuertemente realista, subyace en las pginas de Cortzar comouna apelacin hacia una realilad profunda y apenas entrevista, a la cual nosparece aplicables unas palabras de George Canguilheim: 'Se recurre a los mons-truos para legitimar una visi6n intuitiva de la vida en la que el orden se des-vanece frente a la fecundidad'. Pero ese orden que se desvanece es nuestroorden; si la ficcin potica bucea en el 'anti-cosmos' no es porque busque o segoce meramente en la abolicin de un orden. Al menos en el caso de Cortizar,la abolicin del orden se funde en la necesidad, por momentos angustiosa, dedescubrir un orden, de conocerlo." El articulo de Canguilheim es el titulado

    La monstruosidad y lo monstruoso," en Digenes (Buenos Aires), No. 40 (di-tiembre, 1962).8 Rudolf Arnheim discute esta cuestin en Entropy and Art: An Essay on

    Disorder anrd Order (Berkeley: University of California, Press, 1971), passim.En efecto, Cortzar ha intuido, sea en la estructura o en la temtica de su obra,que la lucha constante universal es la que subsiste entre el caos y el orden,entre la disrupci6n de procesos lgicos organizados por el hombre, o 6ste a suvez creando sistemas ilgicos so pretexto de un razonamiento organizador superior.

    a Las citas de "Thse" son de Les Cahiers, aunque sali en libro aparte(Gallimard, juillet 1946). Cortzar, profesor de literatura francesa y partidariode la francofilia del grupo Sur, pudo leer el texto en francs, adems de la traduc-ci6n de Sur, Nos. 147-149 (enero-marzo 1947), pp. 9-58, hecha por Patricio Canto,quien tambin rese "Thse" en Sur, No. 150 (abril, 1947), pp. 77-80. Cor-tzar tradujo al castellano El inmoralista (Buenos Aires: Edit. Argos, 1947).Expreso mi sincero agradecimiento al Prof. Francis Carmody, de Berkeley, porsus consejos sobre Gide.

    10 Consult el cap. "Theseus", de Plutarch's G pletle Work: Parallel Liues,1 (New York: Wheeler, 1939)"

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  • REVISTA IBEROAMERICANA

    arrastran al hombre a construir y as construirse sobre las ruinas de susantepasados.

    ACTO I

    Los reyes, en cinco escenas o actos breves, se desenvuelve delante ydentro del laberinto, punto de enlace entre tierra, mar y cielo, donde lohumano y lo divino confluyen para llevar a cabo una historia que de-terminar el destino de dos reinos (Creta y Atenas), y de cuatro pro-tagonistas (Minos, su hija Ariana, el Minotauro y Teseo). Se observafcilmente que el autor mantiene }as unidades clsicas. Los reyes, sinembargo, se eleva sobre las reglas artificiales de la dramaturgia y ad-quiere mayor cohesin como un drama mitico realizado en un espacio* sagrado -el laberinto- transformando asimismo el tiempo y la accinen elementos sagrados."1

    La mitificacin se percibe desde la escena inicial. Minos se quedaa solas frente al laberinto anhelando la llegada de la barca anual, pro-piciatoria, cargada de las vctimas para el Minotauro, un acto cuyo sig-nificado sombro resalta en la siguiente catacresis: ". .. vuelve cada aocon una barca de Iianto". El concepto personal que del tiempo poseeMinos en espera del barco le imparte un sentimiento tan artificioso yhermtico que el tiempo se le escapa, se le para, como en la alusinbarroca al caracol: "La nave legar cuando las sombras, calcinadas demediodia; finjan el caracol que se repliega para considerar hmedo ysecreto, las imgenes de su mbito en reposo" (11). El tiempo correspon-diente a la Flegada de la nave corre paralelo al que le hace falta alcaracol para salir de su concha, mltiple comparacin que irradia por laobra y abarca la lentitud (las imgenes estticas), el silencio (mar,curva pared del laberinto), y la soledad esencial de los personajes. El ca-racol, en su inevitable y lenta marcha, representa el sentido de justicia'o de fatalidad que envuelve los actos de cada personaje, metfora quepodria extenderse a la misma inexorabilidad en el teatro griego.Ue

    La coincidencia de tiempo secuencial y calendario, inmviles y portanto dotados 'de eternidad, con la repeticin ("cada afo") de un acto

    x Mircea Eliade, en Le 1My:he de 'ternel Retotr: Archtypes et Rpitrton(Paris:' Gallimard, 1969), pp. 23, 30, 65, y passim, demuestra que la mente pri-'mitiva concibe el laberinto como un templo, un axis mundi, delante o dentro'del cual se renen los fieles para repetir un acto sagrado. Por lo tanto, el lugary sus atributos (tiempo, argumento y personajes), funcionan dentro de un marcomitico." Puede haber cierto .parentesco entre el caracol, viscoso e intil, con lafilosofa sartreana de la mala fe, tema expuesto en La Nause.

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    "BAND VAN Mrnus I" (Reproducido con permiso de la VoRPALGALLERY, de San Francisco, California).

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    propiciatorio, presta a la temporalidad y al suceso una duracin mtica."La validacin de este aserto se revela en lo siguiente: En el momentoindicado el autor prefiere la imprecisin de una "maana'' omnipre-sente, o medioda de ese mismo da eterno, y pinta un "Sol ya alto yduro" para fijar la duracin. Los eventos marchan, pero el tiempo y elespacio parecen no transformarse. Tambin confluyen el tiempo y elespacio formando una unidad tal como la vemos representada en losgrabados del holands Maurits Escher, quien a su manera, como Cor-.tzar, juega con la topologa. Este aspecto es crucial para entender laobra entera, porque cuando la perspectiva espacial es trasladada al inte-rior del laberinto, en la cuarta escena, no hay desarmona o separacin-ni en el sentido dramtico ni en el mtico- puesto que exterioridad einterioridad implican una continuacin emocional y dramtica, anlogaen la topologa a la curva de Mbius, donde se rompe la distincinentre anverso y reverso (vase la ilustracin que reproducimos).,14

    Minos, rey del mar, dudat de su capacidad de controlar las fuerzastemporales y divinas que cree se conjuran contra l. Sobre el plano delo fsico visible y de lo invisible onrico se urden tramas que excedensu comprensin: "Oh sueos en que ya no soy el seor!" (11). Su desin-tegracin comenz despus de su inhabilidad de matar un hermoso toro,acto ordenado por Poseidn, dios del mar, para probar su lealtad yrespeto. A consecuencia de este lapso sentimental, el iracundo Poseidnmand que Ddalo construyera una vaca falsa y vaca en que se metila hipnotizada esposa de Minos, Pasifae, para ser amada por el toro.Se desencadena, de ah, una serie de sucesos que torturan al rey, siendoel mayor la construccin del laberinto para encarcelar a la prole de esafornicacin.

    Minos se da cuenta de que el encarcelamiento fsico del Minotauroslo se debe a una imposicin de su voluntad que en absoluto ha borradosu recuerdo o su presencia flageladora en los sueos. Minos se imagina"solo y desceido" ante el Minotauro que se ha transformado en unafigura cuya fuerza moral supera a la suya fsica. Minos, conquistadorde tierras, mares y bienes, no puede vencer la intangible pesadilla per-secutoria. Se imagina, por aadidura, que el Minotauro pueda destro-narlo algn da: "No oyes? Ese ruido! Como si afilara su doble rayo

    13 Plutarco da cada nueve aos. Cierto deseo de verisimilitud le dictar aCortzar un tributo anual. La repeticin coincide con lo dicho por Eliade, deque lo sagrado se basa en la renovacin continua.'4 Vase "Moebius Strip 1," en The Graphic Work of M. C. Escher: Intro-duced and Explained by the Artist (New York: Ballantine, 1971), p. 41. Con

    el permiso de la Vorpal Gallery, San Fran4sG Cgalifornia, reproduzco "Bandvan MSbsus 4.

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  • EsT tDIos 4

    contra el mrmolr!" (18). Desde que la bestia hubo estado en el palacio-tiempo pre-laberntico---- Minos sospech que tramaba su derrota:"Fue.preciso vestirlo de piedra para que no tronchara mi cetro" (19).Cuando el Minotauro corroe la relacin entre padre e hija, el rey ame-naza apresarla en el laberinto si persiste en defender a su medio her-mano.. Minos utiliza su poder temporal con la esperanza, siempre vana, dedominar su ambiente sin comprender que la fuerza fsica se subordinaa; una fuerza mayor y ajena a l.

    Aun cuando Minos pudiera enfrentar de buena fe el acto traicionero,no solucionara el dilema, porque no se trata simplemente de una purgapsicoanalitica, sino de un conjuro de fuerzas divinas y de voluntadeshumanas que ni el poder real -benvolo o desptico- puede alcanzar.Se lanza ciegamente, pues, a una explicacin inventada del iltraje, conel fin' de justificar la muerte de Pasifae y para contrariar simultnea-mente el amor de su hija por el hermano hombre y toro. Comienzanegando que Ariana naciera de Pasifae: "Las madres no cuentan"; "Tnaces de mi como el aroma del vino profundo" (15). Le aplica otros ep-tetos que acentan su prosapia paternal y su pureza: "Hija de rey, pa-loma de oro". De esta manera realza su idea fija que Ariana no fueraconcebida por impulsos sexuales ilicitos, lo cual contrasta con el origenlascivo del Minotauro.

    Minos procura apartarlos an ms repitiendo una descripcin incri-minante del rapto atribuida a Axto,15 compafiero (quiz guardaespalda)de Pasifae. este se resisti6 a la delacin, hasta que "al tercer da de su-plicios Axto derram la verdad con la sangre". Es evidente que Minosinventa la "verdad" que coincide con un juicio preconcebido, comocuando la condena en trminos personales y arbitrarios a una participa-cin activa: ". .. estaba ya en la vaca luminosa, delfn de oro'6 entrelas' hierbas,, y finga un 7mugido solitario y blando. .. " (16). Declaraque Pasifae gozaba del acto sexual, pero se transparenta su propia re-lacin con ella: "Al grito sucedi el gemir del goce, su lasciva melopeaque en mi recuerdo se mezcla todava con azafrn y laureles." Minospudo haber salvado a Pasifae de la muerte si no hubiera oido decir sultima palabra humillante del moribundo Axto: "sonrisa."7 Pasifae

    15 No hallo este nombre en ningn diccionario; puede ser una invencin delautor.

    .1 El delfin de oro est pintado en las paredes de la sala de trono del palaciode Cnossos. Hay fotos del delfin en el articulo por Carlos Aren, "En el albade Creta", La Estafeta Literaria (Madrid), 15 de agosto de 1971, vp. 4-9.17 Acaso el motivo de la risa nazca del taurmaco Henry de Montherlant,quin en su Pasipha (Sceaux: Palimugre, 1947), pinta a una reina desafiadorade la moralidad existente. Aunque a ella le cueste la vida, se jacta de su amorio

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    pag por su gozo: "El nfora ya rota en pedazos execrables" (15). Enun arranque de soberbia y auto-absolucin, caracterizadas por la objeti-.vacin y el menosprecio de Pasifae y de la hembra en general. ("Lasmadres no cuentan" (14).), Minos descarta su propio fallo ante Po-seidn.'

    Mientras que el fantasma del Minotauro puebla los sueos de Minos,apresndolo, aminorando su libertad temporal, el rey lamenta, en unairnica inversin de papeles que recuerda a Segismundo, su prdida defuerza. Los sueos se hacen "tarea real" (19) para Minos, fiador desubstancias: laberinto, hachas, muerte, destruccin. Es un materialistaperseguido por sueos que adquieren proporciones verosmiles. Deseaservirse del sueo mismo para aniquilar la pesadilla que lo inculpa, ypara lograrlo, prefigura la posibilidad de que el Minotauro no sea ferozo que no sufra por su encarcelamiento: "enorme y dulce, enorme y li-bre" (11).

    Soberbio en medio de su dilema, Minos no quiere creer que sus sue-os lo tiranicen, sobre todo delante de Ariana, ms aterrorizada que l:"Una mujer no sabe mirar. Slo ve sus sueos". Ariana parece alentarsepor los sueos: "Quin lo torn feroz ? Tus sueos" (19). Arianaculpa a su padre de que el Minotauro lo espante. Minos asegur apre-sarlo por feroz, pero Ariana declara que "era simple y callado". (18)lo cual implica que Minos invent la ferocidad y la pesadilla: "El estu obra furtiva, como la sombra del rbol es un resto de su nocturnoespanto" (19). Ariana le asigna a Minos su propio laberinto: "T tienesel tuyo poblado de desoladas agonas" (20).

    Ariana tampoco carece de sueos que pintan laberintos imaginarios:'Mi laberinto es claro y desolado, con un sol fro y jardines centrales

    donde pjaros sin voz sobrevuelan la imagen de mi hermano dormidojunto a un plinto". Imagina a- un Minotauro presente a base de unaperspectiva antigua y borrosa, de cuando estaban en el palacio: "No medejaban hablarle, pero a veces nos mirbamos distantes.. ." (18). EsteMinotaurci es "manso y sumido, dorma sobre el follaje seco". Buscaesta' imagen para refutar la que cre su padre, la de .una bestia ham-brienta y colrica que devora "a las vrgenes de trenzas claras". PeroMinos no la deja tranquila y niega el sueo de que el Minotaur no

    y de su fidelidad a su propio modo de ser: ,1.r.je meurs au milieur d'un rire.immense" (p. 42).18 Montherlant, Ibid., incluye en un "Apndice" un papiro suelto de undrama perdido de Euripides, Les Cretois. En el contexto de Los reyes, vale notarque en este pergamino Pasifae se declara inculpable, cargando la responsabilidada Minos por haber enfurecido : a Poseidn (pp. 56-57).

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    destroce a los jvenes atenienses con el hecho irrefutable de que "losatenienses no volvieron a salir" (19).En este punto Ariana contesta en varios niveles mostrando que si"sabe mirar" y raciocinar. Rechaza la desolacin del Minotauro simple-mente porque Minos ha tenido "desoladas agonas", y porque ste quiereinfligir su agona al Minotauro. Arrebata el pensamiento de Minos, ma-terialista, quien a base de consecuencias procura adivinar las causas: Posthoc ergo propter hac. Pone en tela de juicio el concepto 1gico y epis-temolgico de aquel momento: "Nadie sabe qu mundo multiforme oqu multiplicada muerte llenan el laberinto". Su emocin le dicta, sinpoder probarlo, la creencia de que los atenienses vivan. Sin embargo,la misma vacilacin que siente en renunciar al mundo por amor a suhermano, la lleva a dudar -ideando a la inversa de Minos- que el.Minotauro manso del palacio no haya podido transformarse en la bestiadel laberinto. Ella empieza a debatir el dilema: "Saber, sueio meri-diano! Acceder, confirmar! Y en el borde mismo retrocedo como unaola sucia de arena, me repliego a mi confusa ignorancia donde bate ladelicia del horror, la esperanza renovada!" (20).

    Sin poder expresar abiertamente el amor a su hermano, Ariana retaa su padre por haberlos separado. No puede declarar abiertamente suamor profundo, pero todo su ser busca unirse con l. Esta lucha, indi-vidual y mutua entre los dos, interna a la vez que externa, suministraal drama su gran tensin. Su intranquilidad ante el dolor de su padreest compensada por el amor a su hermano, tensin que ella resume enestas palabras: ". . . siento correr una caliente savia de prpura y limnpor mi lengua lacerada" (17). Esta combinacin de sangre y cido indicauna transposicin de elementos gustativos (calor, sabor a sangre, herida,amargura) en elementos cromticos que a su turno reflejan la divisinanmica de Ariana entre dos lealtades.

    La preocupacin de Ariana de perseguir su destino termina en unmiedo enorme que la hace retroceder cuando est a punto de entrar enel laberinto. Ariana no puede reconciliar el mundo externo conf el deadentro: "Estamos de este lado de esas piedras. .. el muro del arquitectosegmenta nuestros mundos" (20). Al final, ella cae en un escepticismoque no la deja actuar ni reconocer su deber. Este escepticismo resultaen una victoria huera para Minos, que cree haberla convencido de lajusticia de su acto: "Ahora eres la reina". Contesta ella: "Ahora no squin soy" (22).

    Resaltan de inmediato las profundas dicotomias entre Minos y Aria-na;, sta repudia la condena del Minotauro y el odio contra su madre,

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  • REVISTA IBEROAM.ERICANA

    lo cual enfurece ms al rey. Contra esa corriente de antagonismo filo-sfico, promotora de tensin dramtica, fluye otra, sintctico-metafrica,de una armonia entre sus respectivas hablas. Es notable el uso del similen este procedimiento:

    ARIANA

    "Eres como una Imina de bronce." (13)"Saber una cosa no es como escucharla." (15)"Nos abriga de su imagen como un escudo." (15)"... como los curvos ojos de marfil en las figurillas votivas." (18)"Lo digo como si escupiera los huesecillos de una paloma asada."(19)". .. como la sombra del rbol." (19)". . . como la pared del pecho.. ." (20)

    ".retrocedo como la ola sucia de arena.. ." (20)

    MINos

    "... como un golpe de ramas secas en la cara." (13)"T naces de mi como el aroma del vino profundo." (15)"..se les veia subir por la pradera como las barcas egipcias que

    traen a los emisarios y las vendas perfumadas." (15-16)"El toro vino a ella como una llama que prende en los trigos."(16)"Ese ruido! Como si afilara su doble rayo contra el mrmol! (18)"Vendrn vestidos de lgrimas como todos los aios." (21)

    La construccin bimembre corresponde a la dic6toma relacin entre.losdos; sin embargo, el empleo exclusivo del simil en el dilogo -quecontrasta con la ausencia de esta.figura retrica en sus respectivos mo-nlogos- subraya el vaivn sicolgico. Ariana y Minos emplean elsmil'9 para fines anlogos: describir actos violentos, negar (Ariana) yafirmar (Minos) la prosapia comn, referirse al impenetrable y teme-roso laberinto, palpar lo intangible ("imagen, "aroma"). Este proce-

    19 Consiltese "Simile", en The Encycpedia of Poetry and Poetics, ed. AlexPreminger, 23 ed. (Princeton: Princeton University Press, 1965).

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  • EsTUDIo 5s

    dimiento resulta en un smil extendido e imaginativo en que Ariana, sinquerer, se parece a su padre, y en que recprocamente se acenta elanhelo minosiano de que Ariana sea como l.

    El esfuerzo continuo de Minos de subrayar su paternidad empuja aAriana a una posicin contraria, la de no fiarse sino en s misma y enel Minotauro: "Hablar es hablarse" (12). Pero llega un momento enque los dos cesan sus respectivos monlogos aislados y se enlazan por lasiguiente pregunta clave que abre paso al tema del "doble"2 : "Tienesmiedo del eco?" (13). De aqu en adelante, los dos buscan integrarsey separarse simultneamente uno contra otra. Esto ocurre en el planoauditivo ("eco"), y tambin en el plano visual los dos se refuerzan alreflejarse cuando Ariana dice: "Eres como una lmina de bronce, meoigo mejor si te hablo. Cuando llegu t te escuchabas en el alto espejodel aire". Es el triple eco del condenado Minotauro, de la solitariaAriana y de la conciencia lacerada de Minos.

    Se puede esquematizar cmo Minos y Ariana desencadenan dos se-ries de conceptos e imgenes imbricadas. Consta en la primera serie, ini-ciada por Ariana, la manera en que Minos se sirve del lxico o del con-cepto de ella slo para repudiarlos.

    MINOS ARIANA

    "Como en todo espejo, alguien quesabe y espera." (13)"Un monstruo no tiene hermanos."(14)

    "Las madres no cuentan.""T eres la hija de un rey." (14)"El nfora ya rota en pedazos exe-crables." (15)

    "Nadie me libr de escucharlo."(15)

    ... alto espejo del aire." (13)

    "Es mi hermano.: (13)

    "Los dos nos modelamos en elseno de Pasifae." (14)

    "Ella ha sido mi madre." (14)

    "Saber una cosa no es como escu-charla." (15)

    A partir de la historia del rapto, Minos inicia las imgenes y los pen-samientos:

    2o Sin mencionar Los reyes, Marta Morello-Frosch estudia "El personaje yes siempre, indefectiblemente, cmica. Toda ella suena en esa sola cuerda y tono.(1968), PP. 323-330.

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  • REVISTA IBEROAMERICANA

    MINOS ARIANA

    "El toro era del norte, rojo y hen- "El toro era del norte, rojo y hen-chido..'." (17) chido." (17)"Con palabras te lo dir para que "Lo digo como si escupiera los hue-la vomites de tu corazn y seas so- secillos de una paloma asada, laslamente la hija del rey." (15) escamas del pescado." (17)

    Anterior al rapto la seguridad poltica de Minos permaneca intacta, suhonra ntegra, su auto-confianza imperturbable. El pasar revista a laseduccin quebranta su emocin. La susodicha inversin de papeles des-taca la irona del desarrollo lingstico-imaginario con respecto a lafuerza psquico-politica. Ariana imita el patrn lingistico e ideolgicode Minos, pero ste no controla definitivamente el ser de ella, lo cuales determinado por el Minotauro. La prueba de esto est en la exgesisde la previa alusin de Ariana: ella rechaza el epteto que le aplic supadre ("paloma de oro"), y desea transformarse en la "paloima asada"o muerta, que renuncia a su pasado areo ("[escupel los huesecillos")y martimo (Minos, rey del mar, "[escupe] las escamas del pescado").

    AcTO II

    Los personajes son como frisos, con la salvedad de que monologany dialogan, nica modalidad de accin. Ni la llegada de los catorce ate-nienses -sumisos a pesar de su potencial destruccin- ni la polmicaacalorada entre Minos y Teseo, pueden turbar las condiciones estticasya notadas. Teseo refuerza la inmovilidad de Ariana, que pas a se-gundo trmino para "quedar apoyada en la pared del laberinto", (25)con la alusin de que "Coincide su tnica con... aquellas columnas"(28). Un "sol que cae a plomo" bajo un "cielo de un azul duro yceido" implica la detencin del tiempo y del movimiento de los per-sonajes. Es especialmente sugestiva la frase "Los condenados permane-cen a distancia, mirando hacia el laberinto", (25) porque brinda unatriple referencia de inmovilidad: "condenados" carecen de rumbo pro-pio; "permanecen; 'mirando" desafa su sentido sintctico y apunta alos ojos carentes de expresividad. Toda tendencia motora en los con-flictos se estanca en un equilibrio de cero, ora una resolucin verbal,ora una resignada aceptacin del destino, con dos notables excepciones:Teseo est encadenado a una dialctica del herosmo que no permitecansancio fsico; el Minotauro, al ofrecerse a morir, como veremos;

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    para la voz y el cuerpo, pero traspasa espiritualmente los muros de suprisin.

    Resulta irnico que el que condena a los atenienses muestre -o pre-tenda mostrar- compasin; Teseo, en contraste, se niega al ms levesentimiento -an consigo mismo- y se aleja de sus coterrneos conasco. Acepta instintivamente que sobrevivir el que ms se arriesgue,y no se dejar conducir al laberinto como un cordero al sacrificio. Suheroismo consiste en "sacar la espada" "sin preguntar mucho" el sig-nificado de su acto, ya que no est habilitado para el pensamiento: "yoiba al gimnasio y dejaba que mis maestros pensaran por m" (37). Pa-labras y filosofas, segn Teseo, no explican su condicin de "hroe",y lo que le hace actuar es "un movimiento y una fuerza" que le "vienende la estirpe" (33). De esta manera l cumple en Cnossos con una mi-sin que est en su sangre y contina haciendo un papel que le concedevalidez ontolgica.

    Teseo y Minos se enfrentan en una contienda en que aqul rechazaarrogantemente cada esfuerzo de escarnio:

    Minos: Quin eres t que me: arroja su cida flecha a tan pocospasos de la muerte?

    Teseo: Un igual.Minos: Teseo. (27)

    Minos, por fin valora la presencia majestuosa de Teseo, a la vez queste confiesa implcitamente la estima a Minos, quien le servia de mo-delo en el uso del poder y la astucia. Esto no impide el que Minos ame-nace dos veces con la muerte a este joven intrpido que ha muerto(entre otros) al jabal Crimoniano y al toro Maratn. Minos vislum-bra, de pronto, que "Teseo el matador" podra servir en su plan, to-davia amorfo, de eliminar al Minotauro. Minos est inseguro an de siuna alianza con Teseo no fuera a desembocar en una trampa y pone aprueba el valor de Teseo: "Oh insensato, pasto codiciado del Mino-tauro!" (29). Ante estas amenazas Teseo no retrocede, pues no havenido a Cnossos a morir sino a derribar al monstruo. "No has venidoa morir", (28) declarado confusamente por Minos, termina en la dobleasercin dogmtica de Teseo, "T ya sabes que no" (29, 30). En. elacto, Minos ve con mayor claridad su alianza con Teseo. Teseo y Minosse unen por un procedimiento que recuerda al que se utiliz en el pri-mer acto, entre Minos y Ariana; as se guarda la simetra entre ydentro de las escenas. La supuesta superacin de diferencias entre losreyes es anloga a la superficial resolucin entre padre e hija.

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    Tseo persigue cuatro metas en Cnossos, analizadas a continuacin :1) destruir al Minotauro de tal modo que todos reconozcan su hlerosmo;2) llevarse a Ariana;,3) destronar a Egeo para hacerse rey; 4) vengarse#por ltimo, de Minos por haber impuesto el humillante tributo. Comotodas las metas estn entrelazadas, Teseo no puede prescindir de ningnpaso si quiere realizar sus fines. El triunfo sobre el Minotauro implica,entonces, una satisfaccin de orgullo y una conquista poltica. La crecidafama que busca al librar al mundo del "ltimo monstruo", (41) sloes asequible si puede escaparse para promulgar la victoria anticipada :".Si no vuelvo cmo sabrn en Atenas que he matado al Minotauroilustre ?" (31). "Ilustre", expresado con somna, revela que Teseo re-procha a la bestia la atencin cosechada, motivo ms que suficiente paradestruirlo. Al, poder escaparse del laberinto, habr logrado dos actos mi-lagrosos (muerte y evasin)," que a los ojos de los atenienses le con-ceder una imagen de invencibilidad.

    Ariana se convierte en una metafrica nota promisoria que ha deredimir a ambos. Tan harto est MVinos de sus deslealtades que no la.echar de menos. Es ms, la presencia de Ariana en Atenas como es-posa y reina de Teseo garantizar la paz poltica: "Slidos nuestros tro-nos" (42). Teseo se aprovechar de su presencia en la mnej or oportunidadpara subir al trono y conseguir la anulacin del tribiuto --esto est sobre-entendido ya que nunca menciona abandonarla en Naxos- lo cual res-cata la. honra de los atenienses y elimina el temor anual del sacrificio.Teseo aparenta aceptar la demanda de que calle el besticidio a cambiode Ariana, acto vacilante que, hasta este punto del drama, nos llevaa calificarlo de hroe burgus, el que vende su misin vital para calmarsu inquietud sexual.

    Plutarco describe a Teseo como un hijo ansioso de regresar paradeleitar a su padre. Egeo, que le tiene intenso afecto, se lanza al mar,adolorido, al divisar la vela negra, izada errneamente y emblema dela muerte de su hijo en el laberinto. En contraste, ningn cario seinsina en Los reyes, porque Teseo desprecia la vejez e impotencia desu padre, responsable del fracaso militar y poltico de su pas. El. Teseode Plutarco, republicano y benvolo, contrasta marcadamente con el deCort zar, dispuesto a restablecer un rgimen totalitario: "Adems soyrey. Egeo est ya muerto para m. Atenas encontrar pronto a su amo".(34). Por su parte, Minos descubre en este potencial usurpador y parri-cida a un aliado que> cornado, le ser obediente por no querer ver de-rrocada otra vez su nacin.

    La alianza durar poco, puesto que, logrado lo antedicho, Teseo

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  • E ST UDIo S

    planear la destruccin de Cnossos debido, ostensiblemente, al tributocclico y afrentoso. El que reprochaba la cobarda a los condenados ydespreciaba a su padre, de pronto y con hipocresa, busca vengarse delque haba infundido pavor a los atenienses y al rey caduco. Motiva aTeseo en esta cuestin la respuesta a la pregunta irnica: "Por qurenuevas el tributo?" Responde Minos con soberbia: "Hubieras hecholo mismo en mi lugar. Egeo tiembla cuando los vientos empiezan a al-zarse desde las aguas, y el plazo se cierra inevitable. Y luego la cere-monia, el pavor de Atenas" (38). Se evidencia aqu que ambos se guandel poder y de la astucia, y que ningn pacto es inviolable. Lo ejem-plifica la demanda minosiana de que Teseo no promulgue la muertedel Minotauro, ya que podr seguir hechizando a los propios cretensescon su poder sobre el mundo subterrneo e imponiendo el tributo a losatenienses. Teseo co-participa provisoriamente de esta duplicidad, por-que quien sola vivir de proezas y jactancias no puede negar su patrnacostumbrado. Teseo, a su turno, violar su acuerdo al gritar su conquistay al servirse de Ariana como escudo ante las posibles represalias deMinos.

    AcTo

    Ariana permanece a solas e inmvil ante la entrada del laberinto,en su mano el ovillo decreciente que la une por Teseo al Minotauro.En su monlogo explica el sobreentendido acuerdo entre ella y Teseoa la vez que se imagina el recorrido sinuoso, el encuentro y luego laspalabras intercambiadas entre Teseo y el Minotauro. Aunque ella ignorala condicin de su hermano, ya no lo concibe como parte del pasado,y por tanto, inasequible, sino en un futuro de probable reunin ("serms rojo", "se enhiestarn", "pasear", "o hablar [491), aspecto ver-bal que implica una reconciliacin entre su deseo actual y la esperanzaanhelada. Ella lo proyecta, tambin, fuera del tiempo histrico a unplano sideral, acto que conviene con su nombre, Asterin: "gusto porlas nomenclaturas celestes y el catlogo de las hierbas".

    Este audaz expediente por parte de Ariana de unirse con su pasadotrunco est hecho racionalmente y con premeditacin, sin el hechizo deAfrodita que impuls a Pasifae. Ariana rehusa ser "hija del rey" y selanza, voluntariamente, contra la tradicin toda, para repetir lo de sumadre: ". .. ven a la hija de la reina, sedienta de tus belfos rumorosos!"(51). La separacin fsica, sin embargo, se mantendr siempre; el Mino-tauro, por su cuenta, se decidir por no regresar jams.

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  • 2 REVISTA IB EROAM1xE RICAN A

    A cTO IV

    Cortzar no se ocupa de la presunta tortuosa y tenebrosa bsquedaporque Teseo 'no va a perderse. El destino lo conduce a la meta tal, comola premeditacin (el hilo mgico) lo, llevar de nuevo a Ariana y a lalibertad. Consta que el hilo prueba la fidelidad de Ariana, pero a quin ?1 1 no sospecha, tan confiado estaba, que ella lo vaya a traicionar, y quela misma cuerda pueda ser el salvoconducto destinado a su adversario.Ariana le dijo a Teseo: "'Si hablas con l dile que este hilo te lo ha,dado Ariana'" (50). Palabras clave que simbolizan el amor de Ariania,

    pero como Teseo no las comprende, las transfiere a su estilo arrogante:"Me dio este hilo, para recobrarme cuando te haya matado" (59). Eneste punto el Minotauro empieza a desconfiar de Ariana, de -su amorhacia ella, y de su relacin con Teseo: "Ariana mezcl sus dedos conlos tuyos para darte el hilo" (60). Se cree capaz de vencer a Teseo,pero la propia divisin fsica parece extenderse, a una ambigedad- emo-cional y filosfica que atena su poder destructivo: "Ahora 'el odio rojomonta por mi frente, s que debera matarte, seguir la senda que el hilome propone, alzarme hasta las puertas como un sol de espuma negra ...Para qu? . .. Para quin? (61). Esta doble interrogacin le hace ;con-cluir que no se redime en "la otra crcel, ya definitiva, ya poblada ho-rriblemente con su rostro, y su peplo". El rostro, el de Ariana, y elpeplo,- el chal de las mujeres, no se refieren simplemente a una decisinesttica de- rechazar las formas superficiales de los humanos porque. nocorresponden -cabeza taurina y cuerpo humano desnudo- a la delMinotauro, sino que el Minotauro reclama contra su constante dicoto-mla ontolgica.

    El hilo :es metaforizado por la fantasa del Minotauro en un arroyo,y.luego ea "viborilla de agua que seala hacia el mar", (59) smbolode Ariana. Recuerda que los estanques del palacio reflejaron su condi-cin de toro-hombre, estado que le conden a la soledad y a la desilu-sin. La misma agua, paradjicamente, le ofrendaba el consuelo de unaintegracin narcisista, nico acto amatorio posible. La carencia de aguale -insta a volver imaginativamente al agua abundante que "aceptaba elbeso de [su) belfo", y al tentativo amor de Ariana, que se confes* sedienta de [sus) belfos rumorosos" (51x). Rota la fantasa, el Mino-tauro se da cuenta- de que el hilo no lo conduce fsicamente a ningnlugar -slo alienta su memoria e imaginacin, los nicos aspectos libresde su ser. Seresigna a rechazar el hilo-ombligo, aparte de la sospechade que Ariana haya pactado contra l, para quedarse donde su propia

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  • ESTUDIos

    imagen permanezca intacta: "A solas soy un ser de armonioso trazado"(61). Su sensibilidad le intima que viva hostigado por su excentricidadcorprea, pero "Aqu, dice, era especie e individuo, cesaba mi mons-truosa discrepancia". Rehusa el pasado (palacio) y el futuro (palacio),sitios y tiempos de desolacin, y opta por el eterno "ahora": "Ahoraveo solamente el laberinto, otra vez solamente el laberinto" (60).

    Teseo aspiraba constantemente a la suprema fuerza que subyugara alos dems a su voluntad, y ahora busca acabar de una vez con el cuerpodel Minotauro creyendo que este acto mortfero terminara la historiafabulosa que divinizaba al Minotauro. Los maestros sabios de Teseo("retricos") alentaban sus celos, pero ste ha aprendido a cultivar loscelos despersonalizados v.g., a disociar el sentimiento de sus actos homi-cidas y besticidas: "No te mato a ti sino a tus actos, al eco de tusactos, su resonar lejano en las costas griegas" (57). El Minotauro res-ponde anlogamente -"Aqu no llega el rumorear de los puertos"(58)- consciente del mltiple significado. Infiere, por su parte, quela vanagloria y el herosmo ajenos no lo afectan. En sentido inversoque desmiente su respuesta, el alcance de su propia fama le es cono.cido a travs del temor de Minos y de las vctimas. Teseo intentar des-truirlo fsica y espiritualmente en una accin impersonal que separahecho y pensamiento con el fin de utilizar el mito de Teseo, basado enla fuerza, para deshacer otro mito, el del Minotauro.

    La anfibologia (toro-hombre), oscuridad-sol, agua-sequa, compaa-soledad, hroe-cobarde) que angustia al Minotauro parece desvanecerseante la respuesta de Teseo a la siguiente pregunta: "Si te ofrezco elcuello, ser cobarde?" (62). {El Minotauro se suaviza ahora, pierde surencor: "No hay malicia en tus ojos, joven rey" (63). En un acto sor-presivo, el Minotauro descarta la tradicin de combate fsico, tan ;queridode los Teseos, y abre camino a que la palabra, la suya propia, decidasu destino. En su afn de eliminar la mayor anfibologa, progenitora detodas -vida-muerte-- se rinde voluntariamente: "No comprendes queestoy pidiendo que me mates, que estoy pidiendo la vida?"21 (65). Alabandonar la vida para alcanzar la inmortalidad, el pagano Minotaurose anticipa al prototipo del cristiano sacrificado. Su acto no es, comoentre los cristianos, gratuito, desinteresado, porque lo impulsa el senti-miento de que, muerto, llegue a la mxima integracin personal ("Muertoser ms yo' (63]) y se vengue de Teseo. El Minotauro no se defiendeinstintivamente del ataque mortal, como una bestia, porque no lo es

    21 Esta frase, que emplea oxmoron, linda en lenguaje mistico. El Minotaurobusca la herida que confiere el amor y la vida eternos.

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    esencialmente, a diferencia de los que se visten de hombres y son ase-sinos por completo. Combate con la inteligencia por la inteligencia. Laconquista, para l, consiste precisamente en trascender su condicin fsicade bestia, la de Teseo, en negar su humanidad para conservar el instintobestial.

    Arguye el Minotauro que Teseo busca y consigue lo efmero al ma-tarlo, para luego escaparse y vanagloriarse del poder poltico y de laposesin de Ariana. Si los Teseos -materialistas y oportunistas- hande poblar la tierra no evitarn, por eso, la penetracin del ubicuo Mino-tauro en los sueos "de sus hijos" desde donde minar su propia fuerzapoltica ("... cornear tu trono") y su papel de hroe y de rey.22 Laapoteosis se realizar, tambin, por una intromisin incestuosa en el sueode Ariana, lo cual de veras espanta a Teseo ms que la muerte misma:

    Ariana, en tu profundidad invioladair surgiendo como un delfin azulsimo.Como la rfaga libre que soabas vanamente.iYo soy tu esperanza!T volvers a m porque estar instaurado,incitante y urgido,en tu desconcertante doncellez de sueo!23 (67).

    Teseo est forzado a publicar la muerte para exorcizar estas palabraslbricas y profticas que zumban en sus odos y calan al hueso: "Calla!Muere al menos callado! ... Los hroes odian las palabras !" (68).Con gritos y muertes cree poder evitar la visin apocaliptica del Mino-tauro, de que "la tierra de los hombres guarde mi argumento en elsecreto rio de la sangre" (64).

    Aco v

    A travs del Citarista, que tae para el agonizante Minotauro, sedescubre que la tortura y la muerte no fueron el destino de los que,asustadizos, entraron como parte del rito del sacrificio a pagar la deuda

    22 Los temores de Minos (" Como si afilara su doble rayo contra el mr-mol!' .181.), estn relacionados con la profeca del Minotauro a Teseo "Cuernosde mrmol se afilarn un da contra tu pecho" [631.). Se completa el circulode Mbbius guardando asimismo la continuidad y la simetra lingisticas.23 La tradicin gongorina se evidencia aqu, como en otros trozos, por eldesplazamiento de adjetivos, el uso de colores y luces que intensifican la sensua-lidad, y cierta opacidad de comprensin, debido, no a imgenes clsicas, sinoa la magia de una simbologa ttrica. Arreglo la frase como un poema paradestacar su intensidad.

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  • ESTUDIos 55

    del asesinato de Androgeo, el hijo de Minos. Se aclara, pues, el enigmadel laberinto, de que no es crcel, sino templo, donde los ateniensesse dedican a rendir culto a la' figura escindida que les otorga la inte-gridad. Al principio, aprendieron a deshacerse del miedo que provinode su ignorancia pblica y su soledad esencial. Luego descartaron lasformas externas y tradicionales del amor, de la belleza y de la feli-cidad. Y, finalmente, renovaron su fe individual y colectiva ante unanueva deidad, que en la vida previa y ultralaberntica era smbolo de logrotesco pero que en su propio sitio es una figura de armoniosa traza:"Mira, slo hay un medio para matar los monstruos: aceptarlos" (64).El Minotauro alienta al entristecido Citarista a que siga taendo y aque Nydia baile, sabiendo que el mayor goce no consiste en la expresinde formas externas de la felicidad.

    Los fieles prometen no olvidarlo, aunque el Minotauro rechaza "elrecuerdo [humano como] hbito insensato de la carne" (74). Juraarraigarse en el ser de los atenienses, y as perpetuarse de una manerapermanente: "En una hora alta acudir a tu voz, y lo sabrs como laluz que ciega, cuando el Msico diga en ti los nmeros finales" (75).Les ofrece una verdadera liberacin, y no un simple rescate del cuerpofsico, tal como lo hizo Teseo. Tanto en la vida como en la muertelos atenienses han de guiarse por el amor y la compasin, artculos defe aprendidos junto al Minotauro, y de este modo evadirn la verdaderamuerte que es la extincin del alma, ejemplificado en las palabras clavedel Minotauro a Teseo: "Qu sabes t de muerte, dador de la vidaprofunda ?" (64). En este duelo de Eros (amor-plenitudivida) contraThanatos (odio-destruccin-muerte),4 se ilumina el contraste esencialentre el Minotauro, que opta por el centro laberntico para integrar suser por medio del amor, aunque lo lleve a la muerte fsica, y Teseo, elque persigue la linealidad del mundo material donde se dedica al afnde manipular, dividir, y conquistar.

    Cortzar arrebata, entonces, la larga tradicin que se asocia con unidealizado Teseo, destructor de monstruos y redentor de pueblos, trans-formndolo en un opresor vulgar que, guiado por el instinto, mata vidase ilusiones. El Minotauro, en contraste, ya no es el smbolo del hombre-bestia que persigue la gratificacin sexual.25 Pierde su condicin grotesca

    24 El concepto Eros contra Thanatos se deriva de las ideas de Carl GustavJung. Guardo para otra ocasin un estudio que enlaza a Cortzar con Jung, Scho-penhauer y Nietzsche.25 La transformacin del Minotauro se nota en los dibujos de Picasso parauna nueva edicin (1931) de Albert Skira de las Metamorphoses de Ovidio.Picasso, junto con Andr Drain, Joao Mir, Ren Magritte, Max Ernst y Diego

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    y se reviste del ideal de la Grecia Antigua -la armona del ser. Liber-tado del impulso de emplear la fuerza fsica, conquista con la palabrasabia, la ternura repartida, la muerte voluntaria, y la profeca de inquie-tar los sueos de los reyes, enemigos del alma.

    University of California, Berkeley.MARTN C. TAYLOR

    Rivera, contribuyeron con distintas representaciones para la revista Minotarcr(13339), tambin de Skira,

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