Upload
jose-luis-limon-farfan
View
17
Download
0
Embed Size (px)
DESCRIPTION
Artículo de interés acerca de la nueva tendencia mundial denomina "Los Numerati".
Citation preview
EXPERIENCIA EDUCATIVA:
ALUMNO:
“LOS NUMERATI”
Computación Básica
UNIVERSIDAD VERACRUZANAFACULTAD DE INGENIERÍA QUÍMICA
CAMPUS XALAPA
LOS NUMERATI 2015
OCTUBRE 2015
ÍNDICE
I. INTRODUCCIÓN....................................................................................................................1
II. NOS VIGILAN.........................................................................................................................2
PROTAGONISTAS: LOS NUMERATI.......................................................................3
EL GOBIERNO COMO NUMERATI..........................................................................4
REALIDAD DEL USUARIO........................................................................................5
¿QUÉ SERÁ DE NUESTRO FUTURO?....................................................................6
III. PONIENDO A PRUEBA EL SISTEMA................................................................................9
IV. CONSECUENCIAS DE SER VIGILADOS..........................................................................9
2 JOSÉ LUIS LIMÓN FARFÁN
José Luis
Limón Farfán
INVESTIGACIÓN DE AFICIONADO 2015
V. CONCLUSIONES.................................................................................................................13
3 JOSÉ LUIS LIMÓN FARFÁN
INTRODUCCIÓN
INVESTIGACIÓN DE AFICIONADO 2015
INTRODUCCIÓN
Ahí fuera hay un 'Gran Hermano' que lo sabe todo sobre nosotros. Quizá George
Orwell tuviera razón. Nos adentramos en un mundo vigilado y medido. Varios miles de
ingenieros, matemáticos e informáticos rastrean y manejan la información que generamos a
cada instante. Una llamada con el móvil, un pago con tarjeta de crédito, un 'click' en
Internet... datos valiosísimos para un imperio de recopiladores que trabajan para empresas,
Gobiernos y partidos políticos. Cientos de miles de ojos pueden adivinar nuestros gustos,
nuestras aficiones y hasta nuestras pasiones. No estamos tan solos como pensamos frente
al ordenador. ¿Dónde se encuentra el límite de la privacidad? ¿Hasta qué punto es lícito
tener acceso a determinada información? ¿Es posible que hoy alguien no sepa
absolutamente nada sobre usted? Stephen Baker, autor del libro 'Numerati', publicado en
España por Seix Barral, narra en este texto exclusivo para 'El País Semanal' las entrañas de
un universo opaco formado por misteriosos personajes que ponen en jaque a legisladores
de ambos lados del Atlántico. Los llamados 'Numerati' controlan hasta nuestros pasos. Y
están dispuestos a escribir el guión de nuestras vidas.
1 JOSÉ LUIS LIMÓN FARFÁN
LOS NUMERATI 2015
NOS VIGILAN
l actor norteamericano Michael J. Fox padece de Parkinson. Cuando los investigadores
clínicos repasan ahora sus programas de televisión de los noventa, mucho antes de
que se le diagnosticase la enfermedad, pueden detectar cambios sutiles en su voz y su
forma de andar. El actor, sin quererlo, nos presenta el caso perfecto para poder estudiar su
comportamiento, ya que ha pasado gran parte de su vida delante de las cámaras. Pero hoy
en día no resulta tan distinto del resto de los mortales. Imprevisiblemente, nos adentramos
todos en un mundo vigilado y medido.
E
En Portland, la ciudad más poblada del Estado de Oregón, tenemos ya una muestra
de lo que se nos puede venir encima. Allí, centenares de
personas mayores han invitado a Intel Corp., el fabricante de
semiconductores, a colocar sensores en sus hogares. Esta
maquinaria realiza mapas de sus movimientos en sus casas y
calcula la media de sus pasos. Registra el tono de sus voces y
el tiempo que tardan en reconocer a un amigo o pariente
al teléfono. Los sensores debajo de sus colchones no sólo
toman nota del peso y de sus vueltas en la cama, también de
sus paseos al baño. El cepillado de dientes, las visitas a
la nevera a medianoche... Todo queda registrado, y todo viaja a través de Internet a los
ordenadores de Intel.
Con este acopio de información, los científicos de Intel están desarrollando lo que
ellos llaman los puntos de partida de comportamiento de cada hogar. Cualquier desviación
de las normas es señal de que algo puede estar fallando. La investigación está en sus
albores. Pero, con el tiempo, esperan programar los ordenadores para que sean capaces
de reconocer los patrones de las enfermedades desde los primeros estadios de Parkinson o
Alzheimer. Confían en que eventualmente se podrán reemplazar enfermeras bien
retribuidas mediante artilugios de vigilancia cada vez más baratos -sin mermar la calidad de
vida de los pacientes.
Mientras se desarrolla ese escenario, una nueva casta de profesionales despunta.
Éstos no son médicos ni enfermeras, pero sí especialistas en encontrar patrones
significativos entre las cada vez mayores montañas de datos digitales. Les llamó los
Numerati. Son ingenieros, matemáticos, o informáticos, y están cribando toda la información
2 JOSÉ LUIS LIMÓN FARFÁN
INVESTIGACIÓN DE AFICIONADO 2015
que producimos en casi todas las situaciones de nuestras vidas. Los Numerati estudian las
páginas web que visitamos, los alimentos que compramos, nuestros desplazamientos con
nuestros teléfonos móviles. Para ellos, nuestros registros digitales crean un enorme y
complejo laboratorio del comportamiento humano. Tienen las claves para pronosticar los
productos o servicios que podríamos comprar, los anuncios de la web en que haremos click,
qué enfermedades nos amenazarán en el futuro y hasta si tendremos inclinaciones -
basadas puramente en análisis estadísticos- a colocarnos una bomba bajo el abrigo y subir
a un autobús. El publicista Dave Morgan es uno de ellos. Desde su empresa Tacoda,
ubicada en Nueva York, ha contratado a estadísticos para rastrear nuestras correrías por la
Red y predecir nuestros pasos. La misma tarde que conversé con él vendió su empresa por
más de 200 millones de dólares.
PROTAGONISTAS: LOS NUMERATI
No es fácil determinar el número total de Numerati, pero a un alto nivel existen varios
miles de personas que realizan estas tareas. Y están orgullosos de lo que hacen. Creen que
sirve para curarnos, para encontrar amigos, para conocer amantes. Muchos de ellos
trabajan en universidades y empresas privadas. Intercambian información en congresos y
conferencias. Si bien no puede hablarse estrictamente de una especie de mafia matemática,
una parte importante de ellos lleva a cabo estas actividades de manera coordinada. Estados
Unidos es su tierra prometida. En Europa, en cambio, regulaciones más estrictas dificultan
su tarea, sobre todo en países como Alemania y Francia.
Quiero dejar muy claro desde el principio que esta ciencia, basada en la estadística,
determina solamente la probabilidad. No puede predecir con certeza el comportamiento de
un individuo. Por eso, los Numerati empiezan a proliferar en sectores en los que se pueden
cometer errores de forma regular sin causarse (o causarnos) problemas. La publicidad y el
marketing son sus campos de pruebas, y Google, una compañía que resuelve nuestras
búsquedas con escalofriante aproximación en nanosegundos, es el primer emperador del
reino.
1Llevo meses dando conferencias sobre los Numerati por Norteamérica y, cuando
describo sus averiguaciones sobre lo que llevamos en nuestros carritos de compra o lo que
tenemos en los botiquines de casa, observó que la gente empieza a menearse en sus
asientos y a hablar en voz baja con los de al lado. Les preocupa el asalto a la privacidad y
les alarma saber que Yahoo! captura una media mensual de 2.500 datos sobre cada uno de
1 Percepción del autor
3 JOSÉ LUIS LIMÓN FARFÁN
LOS NUMERATI 2015
sus 250 millones de usuarios. Al final de las conferencias, alguien suele preguntar si
podemos hacer algo para protegernos de los inquisitivos Numerati.
EL GOBIERNO COMO NUMERATI
Esta creciente preocupación está empujando a políticos y legisladores a
ambos lados del Atlántico para poner freno a una forma de marketing por
Internet conocida como targeting del comportamiento. Están implicadas
compañías como Yahoo! y Google y cientos de pequeñas empresas de
publicidad. Llegan a acuerdos con editores, incluyendo los principales
periódicos y revistas, para colocar a cada visitante un código informático
identificador conocido como una cookie (galleta). Esto les permite seguir
muchos de nuestros movimientos por la web. La mayoría de estas compañías
ni siquiera se molestan en conseguir nuestros nombres y direcciones
(seguramente eso les daría problemas con las autoridades de protección de
datos). Nuestros patrones de navegación les son suficientes. Un madrileño
que lee un artículo sobre París y consulta los precios sobre un tinto de
Burdeos tendrá más probabilidades que los demás usuarios, según decide un
programa automatizado, de hacer click en un anuncio de Air France. Así que
le colocan uno mientras navega por la Red.
Aquellos preocupados con la privacidad pueden borrar las cookies de forma
periódica, o incluso dar instrucciones a su ordenador de que no las acepte. Al hacer esto,
están optando a no ser tratados como una persona conocida, sino como un punto negro
intercambiable. Eso es lo que millones de nosotros hemos sido durante décadas en centros
comerciales y supermercados y en las aceras de las grandes ciudades: virtualmente
indistinguibles de los demás. Muchos lo asociamos con la privacidad.
Sin embargo, no todo el mundo comparte la misma opinión. Ni de lejos. Sentados
uno al lado del otro entre el público, algunos están tan preocupados con la privacidad, que
juran "salirse de la pantalla".
4 JOSÉ LUIS LIMÓN FARFÁN
INVESTIGACIÓN DE AFICIONADO 2015
REALIDAD DEL USUARIO
Pero hay muchos otros que publican los detalles más íntimos de sus vidas en Facebook, MySpace, Tuenti y en las ráfagas de 140
caracteres de Twitter. Mucha de esta gente no tiene inconveniente en contestar encuestas en sitios web de libros, cine o citas.
Quieren sistemas automatizados que les conozcan mejor para poder recibir un servicio personalizado o ampliar sus conocimientos
de obras de creadores que les son desconocidos.
Hay un foso divisorio entre aquellos que quieren que las máquinas estén informadas y sean inteligentes y los que prefieren que se queden
en la oscuridad. Así que la línea divisoria sobre privacidad no es entre los Numerati y el resto de la humanidad; existe (y se hace
cada vez más ancha) entre las personas que tienen diferente opinión sobre ese tratamiento de la acumulación de datos personales.
Como sociedades, no tenemos claro todavía qué papel deben tener las máquinas que cada vez más van a ayudar a gestionar
nuestras vidas.
5 JOSÉ LUIS LIMÓN FARFÁN
LOS NUMERATI 2015
¿QUÉ SERÁ DE NUESTRO FUTURO?
También hay algo evidente. Las cantidades de datos digitales que producimos
continuarán creciendo exponencialmente. Y si está usted preocupado con la publicidad que
estudia su conducta cuando navega por la Red, ya está viviendo un adelanto de lo que se nos
viene encima. Veamos Sense Networks. Es una pequeña y joven compañía startup en Nueva
York que estudia los senderos que vamos dibujando mientras nos movemos con nuestros
teléfonos móviles. En los ordenadores de Sense, cada uno de los millones de personas que
rastrean no es más que un puntito parpadeante en un mapa. Pero los científicos de Sense
pueden estudiar esos puntos y sacar toda clase de información sobre esas personas. Si el
punto se pasa muchas noches en el mismo barrio, Sense puede (cruzando datos del censo)
calcular sus ingresos o el valor medio de su vivienda. Los puntos que pausan en paradas
regulares camino del trabajo son usuarios de trenes de cercanías. Es fácil ver los que van de
copas por la noche. Los que juegan al golf, los que van a la iglesia, los que duermen en
distintos sitios, todos están fichados por los datos.
Esto es sólo el comienzo. Mientras el sistema de Sense sigue los movimientos de los
puntos, empieza a reconocer patrones similares. Asigna a cada grupo o tribu su propio tono de
color. No es posible siempre definir estas tribus, porque los patrones son seleccionados por el
ordenador, no por personas. Pero ahora las tribus trascienden los tradicionales segmentos
demográficos con los que se han guiado los profesionales del marketing durante décadas. En el
esquema de Sense, dos gemelos idénticos podrían tener puntos de colores distintos. Después
de todo, conductas similares pueden ser más determinantes que las mismas edades o el color
de piel.
¿Por qué centrarse en todos estos puntos? Supongamos que un cervecero
monta una promoción exitosa en los barrios madrileños de Moncloa y Argüelles.
Mirando uno de los mapas de Sense, la compañía podría rápidamente ampliar la
campaña a otros barrios que estén parpadeando con los mismos puntos. O
podría anunciar la promoción en líneas de autobuses que llevan viajeros del
mismo colorín. Los políticos, que empiezan a usar técnicas de análisis complejos
de datos para llegar a los votantes potenciales, podrían estudiar los sombreados
de los puntos en sus mítines. Luego podrían buscar grupúsculos de esas mismas
6 JOSÉ LUIS LIMÓN FARFÁN
INVESTIGACIÓN DE AFICIONADO 2015
tribus en otro pueblo o ciudad. Un partido centrista podría encontrar que
personas en barrios que habían descartado como socialistas o nacionalistas
podrían mostrarse receptivas a su mensaje.
El estudio de los movimientos de las personas a través de sus teléfonos móviles es sólo
el principio. Con terminales cada vez más sofisticados, entregamos más y más información
sobre nuestro comportamiento a los Numerati. A través de nuestras búsquedas en el móvil, los
anunciantes, por ejemplo, pueden empezar a estudiar cuándo y dónde nos entran el estímulo
para ir de compras o las ganas de cenar en un buen restaurante. Nokia contempla analizar a la
gente a través de los sitios desde los que envían fotos. ¿Qué puede inferir una compañía sobre
los que hacen fotos del palacio de Buckingham o del puente de Londres? No lo sabrán hasta
que no estrujen los datos.
Al mismo tiempo que muchos se rebotan por la noción de ser seguidos a través de un
punto coloreado, a otros les gusta. En febrero, Google lanzó su programa Latitude en 27
países. La aplicación permite que la gente con terminales de gama alta comparta datos de
localización con sus amigos -y con Google-. En pocos meses, más de 25 millones de personas
se han bajado la aplicación móvil de Facebook. Ésta permite que la compañía de redes
sociales, que ya almacena un inmenso tesoro de información personal, estudie los movimientos
y patrones de comportamiento de una comunidad grande y creciente.
Mientras la economía global flaquea, las posibilidades de los Numerati aumentan. Sus
esfuerzos para ser capaces de refinar las búsquedas de los consumidores potenciales
conllevan la promesa de eficiencia y menores costes. En ningún sitio es esto más evidente que
en el lugar de trabajo, donde las empresas pueden escudriñar los patrones de tecleos y de
búsquedas en la web. En San Francisco, Cataphora ha desarrollado un método para evaluar a
los trabajadores basándose en sus correos electrónicos. Aquellos cuyas frases son reenviadas
más a menudo a los demás son valorados como "generadores de ideas". Y aquellos que
transmiten estas perlas reciben buena nota como "trabajadores sociables". En un diagrama que
Cataphora preparó para una compañía de Internet, cada trabajador es representado por un
disco de color. Los discos grandes y de colores oscuros son considerados activos y eficaces.
¿Y los pequeños y claritos? Puede que sean los primeros que se tengan en cuenta para un
ERE.
7 JOSÉ LUIS LIMÓN FARFÁN
LOS NUMERATI 2015
El sistema de Cataphora es primitivo, y los directivos que se guíen a ciegas por él sin
duda merecen sus propios pequeños discos claros. Al fin y al cabo, los mensajes más
reenviados podrían ser chistes verdes o chascarrillos de la oficina. Estoy convencido de que la
cuantificación del trabajador en su puesto está a la vuelta de la esquina. Los gerentes cada vez
tendrán más en cuenta sus conclusiones. Y las técnicas se harán cada vez más sofisticadas.
Los investigadores del Massachusetts Institute of Technology e IBM, un referente en
análisis del lugar de trabajo, estudiaron recientemente las redes sociales de varios miles de
consultores de tecnología de IBM. Se dieron cuenta de que los trabajadores que mantenían
mucha actividad de correo electrónico con uno solo de sus superiores traían alrededor de 1.000
dólares más de ingresos al mes que la media; aquellos con una actividad menor, pero
mantenida con más de un superior, tenían peores resultados, 88 dólares menos al mes de
media. Estas conclusiones no sorprenden. Pero mientras nosotros los trabajadores producimos
más datos, las máquinas van a desarrollar unos análisis cada vez más precisos.
No es que los Numerati no tengan que asumir grandes retos. Gran parte de los estudios
sobre los empleados de IBM están basados en los mismos algoritmos que la compañía usa
para mejorar las cadenas de suministro de componentes para sus clientes industriales. Pero los
humanos somos distintos de las piezas de maquinaria en cosas importantes. Aprendemos,
cambiamos y conspiramos cuando están en riesgo nuestros intereses. Y somos expertos en
manipular los mismos sistemas diseñados para vigilarnos y controlarnos.
Para enfrentarse a esta complejidad, los Numerati en IBM trabajan con equipos
de antropólogos, psicólogos y lingüistas. Su objetivo es colocar a cada trabajador
en la función correcta en el momento justo, con sólo el mínimo entrenamiento
necesario y rodeado de colegas que lo apoyen para ser tan productivo como sea
humanamente posible. Aunque suena un poco tétrico, tiene su lado positivo. Los
estudios no dejan lugar a dudas de que los trabajadores de la información más
felices son más productivos y se les ocurren mejores ideas. Así que algunas de
las premisas para mejorar la satisfacción en el empleo tendrán que encontrar
sitio en estos algoritmos de productividad.
Mientras estudiaba los distintos laboratorios de los Numerati, llegué a la conclusión de
que en algunas áreas, su metodología nos viene impuesta. En la oficina, claramente, muchos
de nosotros vamos a ser humildes siervos de los datos. Pero en otros apartados, como citas
8 JOSÉ LUIS LIMÓN FARFÁN
INVESTIGACIÓN DE AFICIONADO 2015
online, mantendremos el control. Podemos decidir si queremos mandarles nuestros datos (e
incluso calibrar cómo de ciertos queremos que sean).
PONIENDO A PRUEBA EL SISTEMA
1. Para un experimento, mi esposa y yo nos apuntamos a un servicio de citas online
llamado Chemistry.com. Queríamos ver si podríamos dar el uno con el otro a través
de los algoritmos supuestamente avanzados de la compañía.
2. Contestamos a docenas de preguntas íntimas e intrusivas porque teníamos interés
en que la máquina tuviese información veraz nuestra y que nos conociese mejor.
3. Al final, la ruta para encontrarnos nos hizo vivir algunas aventuras incómodas (y
admito que no me gustaron nada algunos pretendientes que las matemáticas
seleccionaron para mi mujer). No obstante, durante todo el proceso, dimos detalles
para nuestros propios fines. Nosotros éramos los dueños de los datos.
Pero me gustaría añadir otra nota inquietante sobre aquellos hogares vigilados de
Portland. Casi todo lo que hacemos -si se estudia con minuciosidad- da pistas sobre lo que
ocurre en nuestras mentes. Me lo cuentan muchos investigadores. Cuando analizan los
cambios en la rutina de las pisadas sobre el suelo de la cocina o el grado de seguimiento de un
tratamiento médico añaden: "Esto también nos da una buena lectura cognitiva". Es una especie
de dos por uno. Analiza cualquier conducta y obtienes lo que pasa en el cerebro de propina.
Y a mí, hay algo que me da verdadero miedo: se pueden sacar las mismas conclusiones
analizando las palabras que escribimos.
CONSECUENCIAS DE SER VIGILADOS
La novelista británica Iris Marocha padeció Alzheimer hasta su muerte en 1999. Años
después, los investigadores vieron que el vocabulario de sus escritos empezó a perder su
riqueza y complejidad más de una década antes de que se le diagnosticase la enfermedad.
Supongo que ya pueden ir comparando estas palabras que están leyendo ahora mismo con mis
escritos de los ochenta y noventa y, quizá, llegar a conclusiones parecidas sobre mí. Semana
tras semana, todos nosotros agregamos correos electrónicos y otros documentos a nuestros
9 JOSÉ LUIS LIMÓN FARFÁN
LOS NUMERATI 2015
archivos digitales; estamos dejando pistas para que se pueda investigar nuestro desarrollo
cognitivo. O su declive.
Tal vez algunos quieran estar informados (tengo claro que yo, desde luego, no). Pero
pongamos que le llega una oferta en el correo. ¿Permitiría que le colocasen monitores en casa
por, digamos, una reducción de 100 euros al mes en el seguro de salud o en sus impuestos?
¿Y si fueran 500? Con mayor frecuencia vamos a tener que enfrentarnos a estas preguntas.
Apuesto a que inicialmente muchos aceptaremos un ojo electrónico para "supervisar" a aquellos
de los que nos sentimos responsables. Sí, un sensor para que nos diga cuándo la abuela de 90
años se pasa el día en la cama puede tener sentido... Y las cajas negras que las aseguradoras
están probando para medir patrones de tráfico y bloquear el encendido si detectan alcohol o
drogas podrán hacer que un conductor novel de 18 años siga vivo (o cuando menos, bajar el
coste del seguro).
Por tanto, si la vigilancia tiene sentido para jóvenes y mayores, no pasará mucho
tiempo hasta que nos encontremos rodeados de sensores. Nos espiaremos a
nosotros mismos y mandaremos informes digitales. De hecho, el proceso ya
está bastante avanzado. Mire todas esas cámaras de seguridad que llevan años
en nuestras calles y edificios. Para los Numerati, ya estamos entregando las
películas de nuestras mundanas vidas en sus laboratorios, cada día con mayor
detalle.
10 JOSÉ LUIS LIMÓN FARFÁN
INVESTIGACIÓN DE AFICIONADO 2015
LOS NUMERATI
JOSÉ MARÍA IBÁÑEZ
En los últimos años se han creado numerosas empresas especializadas en la recopilación de todo tipo de datos personales; oficialmente para fines comerciales. Toda la información recopilada es cuidadosamente archivada, a la espera de que entre a formar parte activa de las numerosas bases de datos que controlan hasta el más insignificante de nuestros perfiles. Lo verdaderamente preocupante, es que dichas bases de datos son totalmente accesibles para cualquiera que quiera comprarlas; vulnerando todas las leyes que amparan nuestros derechos de privacidad.
El periodista y escritor norteamericano Stephen Baker, a través de su libro Numerati, ha rastreado las verdaderas intenciones que esconden estos personajes en sus cotidianas vidas profesionales. Los Numerati, expone al autor, son una especie de mafia cibernética de la que nadie puede escapar. Se dedican a rastrear toda la información que dejamos plasmada a través de Internet, móviles, tarjetas de crédito..., manipulando nuestra conducta sin que nos demos cuenta. Cada vez que accedemos a Internet, cada llamada telefónica, cada mensaje de móvil o cada compra con tarjeta de crédito, envía información a una base de datos, donde es analizada y procesada por los Numerati, término acuñado por Stephen Baker para denominar a éstos especialistas modernos que siguen la huella de cada uno de nosotros. "Ya están empleando nuestros datos en modelos predictivos, y apenas es el comienzo. En la próxima década cada uno de nosotros generará, a menudo sin saberlo, modelos propios en cada uno de los aspectos de la vida. Nos moldearán como empleados, pacientes, soldados, amantes, consumidores y lectores (...) Seas lo que seas - y cada uno de nosotros somos muchas cosas -, compañías y gobiernos quieren localizarte".
Los Numerati son miles de analistas cuyo trabajo es confrontar los datos o huellas que vamos dejando los seres humanos al hacer las compras en el supermercado, buscar información en Internet, ir al cine, pagar con la tarjeta de crédito, acudir al hospital... "conforman equipos de sicólogos, lingüistas, antropólogos, ingenieros electrónicos y científicos cibernéticos que van recopilando la información que dejan las personas, para conocer sus gustos, sus necesidades y posibilidades de consumo". Pueden modificar nuestros hábitos y, de hecho, lo están consiguiendo. "Algunas compañías como IBM y Amazon, - escribe Baker - están experimentando y construyendo modelos preliminares de todos nosotros que les permitan predecir nuestra conducta (...) Los investigadores de firmas como Microsoft y Yahoo! están contratando afanosamente a científicos de campos tan diversos como la medicina y la lingüística para que los ayuden a procesar los fragmentos de nuestra vida que reciben a manos llenas".
Los Numerati pondrán nuestros modelos en todos los escenarios posibles. Probarán en nosotros diferentes medicinas o anuncios publicitarios "no es necesario que participemos, ni siquiera que sepamos que nuestros fantasmas matemáticos sirven día y noche como ratas de
11 JOSÉ LUIS LIMÓN FARFÁN
LOS NUMERATI 2015
laboratorio. Recibiremos los datos de dichos estudios - el curso óptimo -, en forma de sugerencias útiles, prescripciones u órdenes".
Queda claro que toda la información recopilada por separado resulta insignificante, pero agrupada, puede revelar hasta nuestros secretos más inconfesables. Esta nueva mafia trabaja sin tregua para grandes empresas, gobiernos y partidos políticos. De todas formas, como señala Stephen Baker: "... por mucho que se empeñen en medirnos contamos con la mejor y más potente arma: el cerebro humano, el ordenador más potente y sofisticado del planeta. Somos y seremos imprevisibles en muchas de nuestras acciones, por lo que predecir con fiabilidad continuará siendo, a beneficio de la humanidad, la mejor de nuestras acciones".
Actualmente formamos parte de una sociedad cada vez más controlada y vigilada. Grandes corporaciones, a través de los más sofisticados sistemas de comunicación y captación, acceden constantemente a todo tipo de información; vulnerando con creces todas las leyes de privacidad existentes en los distintos rincones del planeta. A través del control exhaustivo de llamadas telefónicas, mensajes de texto, localización a través de sistemas GSM, redes sociales... gobiernos, partidos políticos, agencias estatales y consorcios globales, vigilan hasta el más mínimo detalle de nuestras vidas y quehaceres cotidianos. Los distintos medios utilizados hasta la fecha para el control y vigilancia a gran escala no difieren demasiado unos de otros. Lógicamente, en el transcurso de los años se han perfeccionado, volviéndose cada vez más sofisticados.
En éste preciso instante, sin duda, alguien conoce nuestros gustos, nuestras aficiones y hasta nuestras pasiones.
12 JOSÉ LUIS LIMÓN FARFÁN
En mi opinión, los Numerati no deberían dañar a la población mundial “espiando” la información de cada uno, habría que crear leyes que prohíban o que regulen el trabajo de estos entes.
Algo en lo que no estoy de acuerdo, es que el gobierno ocupe a los Numerati para beneficiarse, teniendo vigilada a la población para que no revele la información privada que si debería ser dada a conocer, no generalizando, porque hay gobiernos que son la excepción.
INVESTIGACIÓN DE AFICIONADO 2015
CONCLUSIONES
13 JOSÉ LUIS LIMÓN FARFÁN
Hablar de los Numerati, es hablar de un futuro sin privacidad, un futuro en
el que cada vez será más difícil navegar en la red sin tener que ser
vigilados, tendremos que vivir con la inseguridad de que alguien
podría tomar nuestros datos y hacerse pasar por nosotros.
Es incluso preocupante, el saber que podríamos ser vigilados en nuestra
propia casa, pero eso será posible gracias al Gobierno, en su afán
por querer controlar a la sociedad a nivel mundial.
No nos quedará más que adaptarnos a no escribir nuestros datos
personales en la Web, a no realizar movimientos bancarios a través
de portales, y tendremos de desindependizarnos de las redes
sociales, que es nuestra mayor fuente de datos personales en
Internet.