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LOS HIDROCARBUROS GRAN RIQUEZA NATURAL Venezuela está excepcionalmente dotada de fuentes energéticas, petróleo, gas natural, energía hidroeléctrica y carbón. Pero los hidrocarburos constituyen el recurso que ha incidido con mayor fuerza en la vida de la nación, pro- duciendo cambios estructurales en su economía y generando nuevos paradigmas en su sociedad. Es el petróleo un recurso natural no renovable (al que anteriormente se le asignaba un origen mineral), cuya géne- sis orgánica, se ha comprobado, data de unos 440 millones de años, basada en la acumulación de restos de inftnidad de seres marinos cuya alimentación dependia de la flora acuá- tica, que a su vez asimilaba la energía solar. Sobre estos res- tos que se fueron depositando en el fondo del mar se forma- ron, a través de los tiempos, diferentes capas con los sedi- mentos que las corrientes de agua arrastraban hasta los ma- res. En dicha materia orgánica se encuentran los orígenes del petróleo; de ahí que las fuentes petroleras están situadas en regiones que alguna vez estuvieron inundadas por mares o cerca de las costas, formando las cuencas sedimentarias del mundo. En Venezuela la producción de petróleo se distribuye en cuatro grandes cuencas: la del lago de Maracaibo, conside- rada también conjuntamente con la cuenca de Falcón, la cuenca Barinas-Apure, la cuenca oriental y la denominada Tuy-Cariaco, o cuenca de Margarita, en etapa de explora- ción. De posterior conocimiento, aunque de gran relevancia es el área conocida como Faja petrolifera del Orinoco. También en etapa de estudio la cuenca del golfo de Vene- zuela. La primera de las cuencas, la del lago, cubre una superfi- cie de 16.750.000 ha. y está limitada al Oeste por la sierra de Perijá; al Sur y Este, por la cordillera de los Andes hasta las montañas de Trujillo y el limite Oeste del estado Falcón, 103

LOS HIDROCARBUROS - ance.msinfo.infoance.msinfo.info/bases/biblo/texto/libros/SI.1994.a.4.pdf · Las principales formaciones petrolíferas ... pasaron,por tanto,a constituirse en

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LOS HIDROCARBUROS

GRAN RIQUEZA NATURAL

Venezuela está excepcionalmente dotada de fuentesenergéticas, petróleo, gas natural, energía hidroeléctrica ycarbón. Pero los hidrocarburos constituyen el recurso queha incidido con mayor fuerza en la vida de la nación, pro­duciendo cambios estructurales en su economía y generandonuevos paradigmas en su sociedad.

Es el petróleo un recurso natural no renovable (al queanteriormente se le asignaba un origen mineral), cuya géne­sis orgánica, se ha comprobado, data de unos 440 millonesde años, basada en la acumulación de restos de inftnidad deseres marinos cuya alimentación dependia de la flora acuá­tica, que a su vez asimilaba la energía solar. Sobre estos res­tos que se fueron depositando en el fondo del mar se forma­ron, a través de los tiempos, diferentes capas con los sedi­mentos que las corrientes de agua arrastraban hasta los ma­res. En dicha materia orgánica se encuentran los orígenes delpetróleo; de ahí que las fuentes petroleras están situadas enregiones que alguna vez estuvieron inundadas por mares ocerca de las costas, formando las cuencas sedimentarias delmundo.

En Venezuela la producción de petróleo se distribuye encuatro grandes cuencas: la del lago de Maracaibo, conside­rada también conjuntamente con la cuenca de Falcón, lacuenca Barinas-Apure, la cuenca oriental y la denominadaTuy-Cariaco, o cuenca de Margarita, en etapa de explora­ción. De posterior conocimiento, aunque de gran relevanciaes el área conocida como Faja petrolifera del Orinoco.También en etapa de estudio la cuenca del golfo de Vene­zuela.

La primera de las cuencas, la del lago, cubre una superfi­cie de 16.750.000 ha. y está limitada al Oeste por la sierrade Perijá; al Sur y Este, por la cordillera de los Andes hastalas montañas de Trujillo y el limite Oeste del estado Falcón,

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y al Norte, por el golfo de Venezuela y el mar Caribe. Esteúltimo sector inmerso, a espaldas de la historia, en el con­flicto limítrofe con Colombia.

Las principales formaciones petrolíferas de la cuenca dellago de Maracaibo se encuentran en los municipios Cabimas,Lagunillas y Baralt, en la costa oriental del lago; en Mara yMaracaibo, al Noroeste, y en el municipio Colón, al Sur. Elárea costera de los dos primeros municipios y la cubierta porel lago son las de mayor producción. La cuenca de Falcónarranca del limite Este del lago de Maracaibo y se extiendehasta la plataforma continental al Este del citado estado Fal­cón.

La cuenca en su conjunto (considerando la superficie,producción de las cuencas de Maracaibo y Falcón) ha parti­cipado con más del 70% del petróleo extraído a escala na­cional. En 1979 alcanzó niveles próximos al 79% del total, ydiez años más tarde, en 1989, la cuenca del lago de Mara­caibo sola participa con el 70% de la producción total paraese año que fue de 1.899.000 barriles diarios.

La cuenca oriental, o del Orinoco, abarca sectores de losestados Anzoátegui, Monagas, Guárico y Delta Amacuro.Ocupa una extensión de 15.300.000 ha y su participación esmás o menos del 25% de la producción total. En esta cuencase destaca por sus grandes potencialidades la llamada Fajapetrolifera del Orinoco, que cubre 4.200.000 ha adicionalescomprendidas entre Calabozo (Guárico) y Tucupita (DeltaAmacuro), con unas reservas estimadas de 3 billones de ba­rriles, siendo el más grande reservorio petrolifero delmundo. Las reservas probadas de la Faja son de 230.000millones de barriles, en su mayoria de crudo pesado, loscuales han empezado a venderse en el mercado internacionalbajo la forma de Orimulsión.*

La cuenca Barinas-Apure abarca sectores de los estadosApure, Barinas y Portuguesa, en una extensión de 8.700.000ha, pero no ha sido desarrollada comercialmente, a pesar deestar bajo procesos intensivos de exploración y que en algu­nos años ha participado con más del 2% del total nacional.

* Orimulsión es el resultado de mezclar petróleo pesado con agua yaditivos especiales para su estabilización. Puede sustituir al carbóu en laproducción de energía eléctrica. En abril de 1994 fue aceptado en laComunidad Económica Europea como combustible natural. lo cual leexonera del pago de impuestos, ampliando BUS posibilidades depenetración de mercados.

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En 1979, la participación de su producción fue del 1,5% deltotal; pero en 1989 no registró participación. La cuencaTuy-Cariaco comprende la parte Nororiental del país, desdela depresión de Santa Lucia hasta las islas de Margarita yCoche. Su extensión es de 1.400.000 ha, comprendidas en­tre la cordillera de la Costa -la serrania del Interior-, las pe­ninsulas de Araya y Paria y las citadas islas.

La superficie total de las cuencas petroliferas ocupa másde 45.479.000 ha; y, a su vez, cada cuenca comprende una ovarias subcuencas. La producción total en 1979 fue de860.072.191 barriles, o sea 136.741.229 m3,con un pro­medio diario de producción de 2.356.362 barriles, el cualdisminuye en los años siguientes, debido a la dinámica delmercado mundial, colocándose en 1984 en alrededor de1.600.000 bid y en 1989 en 1.900.000 bid; [luego se recu­pera en 1990 con 2.556.000 bid; en 199 con 2.833.000bid Y en 1992 con 2.830.000 bid. Niveles de producciónestos que se han caracterizado también por variaciones enlos precios como consecuencia de los cambios en la de­manda de los principales centros consumidores a escalamundial y que, a su vez, han repercutido en la participacióndel producto petrolero en el Producto Interno Broto, siendosobrepasado en los años noventa por el producto no petro­lero. Para 1992 (a precios corrientes) la actividad petroleraparticipó en el PIB con 738.000 millones de bolivares entanto 9ue la actividad no petrolera alcanzó 850.000 millonesde bohvares.

En materia de reserva, el potencial de Venezuela es pro­metedor. Particularmente ricas son las citadas áreas al Estedel lago de Maracaibo, las del golfo de Venezuela y la plata­forma continental. Cabe destacar especialmente la Faja pe­trolifera del Orinoco, con una extensión de 700 kilómetrosde longitud y hasta 60 kilómetros de ancho, que bordea elOrinoco al Sur de los estados Guáríco, Anzoátegui y Mona­gas, cuya producción se calcula, para fmes del presente sigloen cerca de un millón de barriles diarios, que se pueden ob­tener utilizando métodos primarios, considerados como con­vencionales.

Respecto a la naturaleza de las reservas, se tiene comoprobadas aquellas cantidades del hidrocarburo existentesbajo el suelo y que han sido descubiertas. Constituyen el de­pósito subterráneo de la industria, o lo que se pudiera llamarel inventario de existencias. Para 1989 rebasan los 59.000millones de barriles. No se incluye en este concepto el petré-

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leo cuya existencia cierta no ha sido verificada, por no ha­berse llegadohasta él y efectuado los cálculos de medición,o aquél que no es extraible por los métodos hasta ahora co­nocidos. Al ritmo actual de la producción, estas reservas ga­rantizan al pais actividades para aproximadamente ochentaaños, Mas, si se agregan las reservas probadas de 230.000millones de la Faja petrolifera del Orinoco de petroleo ex­trapesado y pesado, el total de 289.000 millones de barrilesubica a Venezuela entre los paises petroleros más importan­tes a escala mundial.

Las reservas han aumentado a través de los años como re­sultado de la aplicación de técnicas más avanzadas en lasoperaciones de perforación y explotación, de los descubri­mientos de nuevas áreas productoras, de la extensión deáreas conocidas y de revisiones de reservas anteriores. Aúnasí es muy importante mantener el principio conservacionistaen la explotación de este recurso natural, según el cual lasreservas probadas deben aumentar en una proporción mayorque la tasa de explotación.

Las reservas potenciales están integradas por el volumende hidrocarburos existentes en las diferentes cuencas petrolí­feras del país, pero que no son susceptibles de medición. Lasreservas probadas son la parte conocida y de posible explo­tación de las reservas potenciales. Y, como se sabe, a partirdel 21 de agosto de 1975, la Ley Orgánica que reserva alEstado la industria y el comercio de los hidrocarburos (Le:Sobre la Expropiación Petrolera), establece en su articulo 1 ,entre otros, que las concesiones otorgadas por el EjecutivoNacional quedarán extinguidas a partir del 31 de diciembrede 1975. Por tanto a partir del 12 de enerode 1976 todas lasactividades petroleras las realiza la empresa estatal Petróleosde Venezuela, S.A. (PDVSA), por medio de sus filiales ope­radoras (Lagoven, Maraven y Corpoven), empresas asociadascon compañías internacionales, bajo la forma de conveniosoperativos, para facilitar la realización de determinadas fun­ciones,o de convenios de asociación (compañías mixtas)querequieren la aprobación del Congreso y el control de las ac­tividades en más del 50% por parte del Estado venezolano.'También cuenta PDVSA con Siete filiales especializadas enexplotación de carbón, una, en transporte, comercialización,investigación, otras.Y, además, con ocho empresas en el ex­terior para manejo de inversiones, refinación, etc. Con mo­tivo de la nacionalización del petróleo las reservas petroleraspasaron,por tanto, a constituirse en reservas nacionales. An-

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teriormente, estas últimas estaban formadas con las áreas de­vueltas a la nación por los concesionarios, una vez escogidaslas parcelas para futura explotación y cuyo limite era la mi­tad de las concesiones en exploración.

Las reservas probadas de gas superan los 1.200 billonesde m3, de los cuales más del 90% se halla en los mismos ya­cimientos de petróleo, o sea de gas asociado, ubicados prin­cipalmente en la cuenca del lago de Maracaibo, el resto es degas no asociado. La producción bruta en 1989 es cercana alos 40.000 millones de m3, y la producción neta, descon­tando el gas reinyectado a los yacimientos, es de 25.000 mi-llones de m3•

La tasa conservacionista que se impuso el país en materiapetrolera, después del "boom" de los precios del petróleo,para el periodo 1976-1980 fue de 2,2 millones de barrilesdiarios, dentro de la cual se enmarcó la producción diariapromedio de 1978 que, como se sabe, fue de 2.165.530 ba­rriles. Sin embargo, la producción promedio para 1979 so­brepasó dicha tasa al colocarse en 2.350.000 barriles diarios,lo que significa un incremento cercano a los 200.000 barri­les respecto al promedio del año anterior; es decir, un au­mento aproximado del 9% que puede interpretarse comorespuesta a los problemas derivados de la crisis de Irán y susrepercusiones en el mercado petrolero.

Por otra parte, para el citado año 79 se orientó la activi­dad exploratoria, no sólo hacia la búsqueda de hidrocarbu­ros livianos y medianos, sino también hacia las áreasproduc­toras de crudos pesados, extrapesados y de gas. En tal sen­tido se intensificó el programa de perforación costa afuera yse robusteció el esfuerzo explorador dirigido a la cuantifi­cación de las reservas de la Faja petrolífera del Orinoco yotras áreas de la región oriental, disponiendo para esto úl­timo de un presupuesto equivalente al 61% de los 1.300 mi­llones de bolívares, que constituían los fondos destinados a laexploración, actividad a cargo de las empresas petrolerasnacionales. Mas para 1985 ya se había paralizado gran partede estos programas, los cuales se retoman a mediados de1994 sobre siete áreas de exploración de alta calidad locali­zadas unas en el oriente: delta del Orinoco, región Amacuro,noreste de Monagas; al noroeste de Barinas; en la plataformacontinental frente a las costas de Paraguaná; en el flancomontañoso norte de los Andes y en la franja occidental dellago de Maracaibo junto a la sierra de Perijá. Areas que, seestima, contienen cerea de las 2/3 partes de las reservas po-

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tenciales de crudos livianos, medianos y condensados, apartede las reservas de pesados y extrapesados de la Faja petrolí­fera del Orinoco, con lo cual se podría aumentar considera­blemente la producción para los próximos diez años.

De todas formas, y hoy por hoy, Venezuela continúa en1994 con un alto grado de vulnerabilidad en su economiabásicamente monoproductora; con una gran dependencia delos compradores del mercado energético, principalmente deEstados Unidos y sometida a las consecuencias de los con­flictos económicos y religiosos de los paises del golfo Pér­sico, asi como de los aumentos de producción de los llama­dos productores independientes También con una gran dis­yuntiva frente a la utilización de los recursos para cubrir lanecesidad de expansión de su industria petrolera enfrentadaa serias interrogantes sobre el futuro del consumo del hidro­carburo, herido gravemente por el desarrollo de una genera­lizada conciencia conservacionista (por ejemplo la ReuniónCumbre de la Tierra celebrada en Rio de Janeiro, Brasil, ju­nio de 1992) y la moderada expansión de la economiamundial, frente a la necesidad de utilizar tales recursos en ladiversificación de nuestra propia economia.

Constituye la actividad petrolera la principal fuente delingreso nacional, sustentada en la demanda permanente deeste bien. Esto se explica por su condición de fuente prima­ria de energia, a lo cual se añaden otras caracteristicas que re­fuerzan tal situación, tales como la de ser líquido y, portanto, fácilmente transportable y almacenable; la de no dejarresiduo, es decir, que se consume integramente; y su granpoder energético en relación con su peso.

La explotación a escala comercial de los hidrocarburosen el país, imprimió desde sus inicios un sello peculiar a laeconomia, transformándole su esencia rural, Así, el año 1917fue el punto de partida de una nueva era económica paraVenezuela. Grandes capitales norteamericanos, ingleses yholandeses se disputaron las concesiones petroleras, que fue­ron otorgadas al margen de la conveniencia nacional. Seinicia la producción en gran escala y con ella la demanda detrabajadores y el florecimiento del comercio.

En las reglones vecinas a los campos petroleros surgieronnuevas actividades y se intensificaron las ya existentes. Laactividad agrícola tradicional progresó sólo en algunos ren­glones con el crecimiento de las necesidades del consumointerno, el cual, por supuesto, aumentó considerablementecon la formación de nuevos y grandes centros de consumos

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en las áreas petroleras y con el aumento del poder adquisi­tivo de los habitantes de las ciudades.

El déficit de la producción agraria con respecto al con­sumo interno fue suplido mediante las importaciones, lo quea su vez intensificó la actividad comercial. Fueron distraídosen esta fonna capitales que hubieran podido ser invertidosen otras actividades de tipo productivo de mayor beneficiopara el pais.

Se establecieron así vínculos con relaciones de gran de­pendencia por parte de la economía venezolana de aquellospaises que aportaron inicialmente los elementos necesariospara la explotación de sus grandes existencias mineras y dehidrocarburos. La mayor parte de los beneficios que estasactividades reportan han Ido a parar más allá de nuestrasfronteras, dejando en el país hasta 1976 sólo una parte, re­presentada por los impuestos y las regalías, pero no losefectos saludables de las reinversiones en otras actividades, acuyo impulso vitalizador surgirían las industrias de trans­formación y de elaboración de las propias materias primas.Y, peor todavía, a pesar de la nacionalización de las indus­trias petroleras y del hierro, la economía venezolana está to­davía atrapada en lazos de dependencia que dificultan su ex­pansión.

Además, la industria petrolera, por sus características es­peciales,dio origen a una gran desigualdad entre los costosde los factores de producción que ella utiliza y los de lasotras industrias, lo que ha representado fuertes vallas para elcrecimiento del resto de la economía. Esta situación, que re­dunda en una mayor dependencia de los hidrocarburos,pone en evidencia la necesidad de diversificar la producciónmediante la creación de nuevas industrias, el fortalecimientode las existentes y el impulso de las actividades agrícolas engeneral. La diversificación económica requiere, a su vez, unaadecuada orientación de los recursos para que los sectoresno petroleros puedan desarrollarse ampliamente. Sin em­bargo, este proceso de ajuste no se ha realizado en fonnaapropiada para evitar que la economía continúe desarticu­lándose; por el contrario, políticas sectoriales e incoherentes,además de corruptas, ban caracterizado el manejo de la Ve­nezuela petrolera.

De ahí que pueda decirse.. en términos generales, que lasventas del crudo han permitido el desarrollo de situacionesfuera de proporción y lógica, tales como el continuo creci­miento del gasto público y el robustecimiento de la capaci-

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dad de importación en limites injustificables. Sin embargo,no todo es negativo: pues también debe señalarse que hanfacilitado la realización de programas de aprovechamientohidráulico, la creación de algunas industrias básicas y la rea­lización de determinadas politicas de estímulo a la industria ya la agricultura, si bien estos logros no corresponden al nivelde las inversiones ni al de las expectativas del pueblovenezolano. A partir de 1994 han renacido algunasesperanzas relativas a un crecimiento moderado peroconsistente y continuo de la economía, sobre la base de laapertura de nuevos espacios a la inversión, de laincorporación a nuevos mercados y de la aplicación demedidas de justicia social. El tiempo dará las respuestas aesta confianza.

LA EXPLOTACION COSTA AFUERA

Desde el momento en que el espacio venezolano ha au­mentado al internarse en las aguas de las 200 millas de suZona Económica Exclusiva (ZEE), se despertaron inquietu­des y surgieron muchas interrogantes sobre el uso que debiadársele al mismo, particulannente en lo relativo a la explo­tación de sus recursos naturales y entre éstos el petróleo.

Cuando se llega a este punto, las transnacionales se alerta­ron, los gobiernos de los paises desarrollados afinaron supercepción para la búsqueda de nuevas fuentes proveedorasde energía.Las empresas nacionales fortalecieron su orgulloy las máximas autoridades sonrieron en la segura espera deun futuro sereno. Y las mayorías populares se debatieronentre la incertidumbre y la esperanza ante un futuro que,como ha sido siempre, no garantiza, el que se solventen susproblemas.

Ya no importaba nada más; en el refluir del dinero por elmismo conducto que, desde más de media centuria, ha ve­nido expulsándolo está la propia esencia que permitirá con­tinuar engrosando las arcas del fisco nacional. Torres negrasaqui y allá, cerca de Cubagua; el MTC IX -pozo descubri­dor- se empina en el nuevo horizonte petrolero venezolano.Más hacia el Este, el Mejillones y el Tres Puntas, en periodo

* Parajulio de 1994, a escala mundial, Venezuela ocupa el quinto lugar enproduecién y el sexto en te8eJVas.

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de prueba; el Patao escupiendo gas y el Guarao 1 que, juntocon el Orinoco 1, resultaron secos, pusieron a prueba lafuerza natural del delta frente al empuje petrolero.

Las exploraciones no se detienen ante lo costoso y arries­gado que resultan las operaciones costa afuera, particular­mente en esa área de equilibrio tan precario donde susmanglares, mariscos, morichales y hombres se confundencon los innumerables brazos que entrelazan al Orinoco conel Atlántico.

Hacia el Noroeste, las torres podrían obstaculizar el trá­fico de la navegación a través del corredor marítimo delgolfo de Venezuela, al estimular los niveles de sedimenta­ción de las aguas; además de trastornar el equilibrio de lavida en el área.

No es lo mismo explorar y explotar petroleo, por ejem­plo, en el golfo de Venezuela, que en la plataforma conti­nental correspondiente al extremo Este del país, frente aldelta del Orinoco, pues los recursos naturales son de diferen­tes categorías,así como son distintos los niveles de sedimen­tación y de fuerza de las aguas, entre otros. De tal forma quela explotación petrolera en el primero no solamente debe serproducto de factibilidad de realización, como consecuenciade superación del injusto, para Venezuela, problema limí­trofe con Colombia, sino también debe estar en función dela mayor o menor conveniencia que pudiese representar di­cha actividad en comparación con el mantenimiento delequilibrio ecológico, con la explotación del recurso pesca uotros. En la ZEE, en el Atlántico, debe tomarse muy encuenta los problemas Iimitrofes con Guyana, aún sin definir;estimar también en cuánto afecta a la riqueza camaronera ymanglera de la costa del delta y analizar las repercusionessociales en las comunidades locales, especialmente en las in­digenas. Situaciones peculiares también existen por la im­precisión en alguna parte de los limites con Trinidad. Y en laZEE del Caribe además se requiere investigar las conse­cuencias de la explotación de los recursos sobre las pobla­ciones pesqueras, así como la incidencia en las actividadesagrícolas de las áreas interiores inmediatas.

Frente a esta nueva realidad de exploración y explotacióndel petroleo venezolano costa afuera, se han actualizadonumerosas interrogantes, muchas de ellas todavia sinrespuestas, referentes a los efectos de la actividad petroleraen la economia de las poblaciones costeras inmediatas aéstas, a sus fonnas de vida, a las relacionescon el entorno en

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el cual se realiza aquella actividad, a su significación dentrodel contexto nacional y a la posición futura de la misma.Surgen otras preguntas tales como: hacia dónde conduceesta situación de la Venezuela de hoy; hacia dónde van loscaminos nutridos de petróleo que corren en lasprofundidades de las aguas; en cuánto pueden contribuir amejorar la calidad de vida del venezolano o a dañarla; encuánto se robustece la espita del proceso de vaciamiento dela venezolanidad; en qué medida se va a aprovechar unaexperiencia de explotación petrolera de más de medio siglo,y qué alternativas pueden ofrecerse para que se constituyanen actividades enriquecedoras de una ocupación espacialhumanizada.

Estas y muchas otras interrogantes conducen a hurgar enrealidades precedentes que pueden ayudar a entender el fe­nómeno y a encontrar respuestas alternativas, al menos paraalgunas de ellas. En efecto, Venezuela, como país latinoa­mericano de desarrollo capitalista dependiente, está sujeto ala sucesión de principios organizadores del espacio que hanestado influidos por la dinámica de la formación social y defactores externos sobredeterminantes. Los efectos de dichosprincipios permanecen y se entremezclan, por lo que nopuede decirse que exista la transfonnación de una forma deorganización del espacio en otra que le sucede. Sucesión ysuperposición de organizaciones espaciales que es común alos paises no desarrollados.

En aquellos países cuyas economías han dependido de unrecurso primano exportador, no siempre éste ha actuadocomo determinante en la ocupación de nuevos espacios. Yaa fines de siglo, cuando se puede decir que el modelo deocupación abarca las tres dimensiones: terrestre, acuática yaérea, a nivel continental, los casos de explotación del petró­leo y de otros recursos en el mar adquieren un relevanteinterés, constituyendo expresión fundamental de ese procesode ocupación continental del espacio latinoamericano lacreciente exploración y explotación de la plataforma sub­marina y del mar patrimonial.

En este sentido debe señalarse que tales exploraciones yexplotaciones obedecen a coyunturas económicas interna­cionales y a facilidades tecnológicas. Aparte de que la pene­tración y ocupación de los mares para sondeos petroleros,capturas pesqueras, bases militares, usos tutisticos y demásfines constituyen un fenómeno generalizado a escala plane­taria.

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En el caso de Venezuela, concretamente, el patrón colo­nial de poblamiento: puerto-ciudad-campo, adecuado parala economía de exportación de productos primarios agríco­las, no genera por transformaciones internas, a través deltiempo, el patrón ciudad petrolera-capital y una periferiamarginada. Ni tampoco, de otra parte, el sistema de pobla­miento nacido de la agricultura comercial cafetalera andina.

Es el crecimiento del gasto público y del circulante, engeneral, como efectos, directos e indirectos de la explotaciónpetrolera, los que han permitido el cambio estructural de laeconomía nacional y que se manifiesta por el paso de la tra­dicional economía agrícola a la minera, así como por el re­forzamiento de la gran ciudad. Y en relación directa con elcrecimiento de la población se mantiene la vida de ciudadescon muy limitadas actividades económicas propias, estandomás bien vinculadas a los servicios y a las inversiones en in­fraestructuras. Pero desde el punto de vista de la creación denuevas bases económicas, una vez cumplido el cambio es­tructural señalado anteriormente, puede decirse que lo lo­grado hasta el momento no alcanza los limites que requerirlaun desarrollo integral y armónico; sólo puede hablarse demodificaciones periféricas en la estructura económica

Por otra parte, el proceso de nacionalización de la indus­tria petrolera iniciado en el pais a mediados de 1975 no seha perfeccionado debidamente, pues todavía existen proble­mas en cuanto a los equipos en uso, a la contratación de latecnología y, fundamentalmente, a la comercialización. Fac­tores éstos que inciden en la continuación de dependenciade las empresas transnacionales y que siguen controlandobásicamente el negocio petrolero (a pesar del tímido comer­cio de negociaciones directas de país a pais) en el contextode un marco de definiciones provenientes del exterior. Auncuando la nacionalización puede ser considerada como unaavanzada en los cambios de la estructura juridica y socialque han modificado, levemente, aspectos socioeconómicosdel país.

Se infiere del análisis global que todavía no están claraslas perspectivas de la influencia del desarrollo petrolerocosta afuera sobre la economía y vida en general de las po­blaciones costeras inmediatas, por lo que se refiere a laoportunidad de creación de nuevas fuentes de trabajo y a lasvinculaciones con las actividades agrícolas -subsectores ani­mal, vegetal y pesquero- que se practican en las zonas co­rrespondientes. Tampoco está clara la relación con los pro-

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blemas del ambiente y con los de seguridad y defensa de lasnuevas áreas que se incorporan al quehacer económico na­cional. Y, además, no han sido medidos los posibles efectosmultiplicadores sobre el territorio venezolano del descubri­miento y explotación de estos nuevos recursos petroleros, nosólo en cuanto a los contingentes de población que lo pene­tran, sino en relación a los apetitos internacionales que pue­den llegar hasta provocar desequlibrios politicos con objetode asegurarse la posesión de aquéllos.

Podria pensarse que la exploración en si es útil porquepermite la evaluación de los recursos, calibrar las potenciali­dades; pero el decidir su explotación sin tener respuestas alas preguntas hechas al comienzo, junto con el alerta quesurge de una tradición de esta actividad, que no ha SIdoorientada a la consolidación de una Venezuela autónoma ysoberana, son situaciones que llaman a la reflexión. De abi lanecesidad de saltar la barrera cuantitativa de pais productor yexportador de petróleo para alcanzar la opción cualitativa,utilizando finalmente este recurso en el desarrollo de unaeconomia propia para lograr su transformación social.

También los mares venezolanos, la riqueza que encierranen petróleo, minerales, flora y fauna, esperan de sus liderespolíticos y cientificos una sabia y oportuna utilización coad­yuvante al logro de mayores niveles de bienestar para la ro­munidad.

PROTECCION y SEGURIDAD EN LA ZONA ECO­NOMICA EXCLUSIVA

En la problemática de la Zona Económica Exclusiva sontambién de gran importancia los aspectos relacionados conla contaminación, asi como con los problemas de seguridady protección de la soberania nacional.

En efecto, cada vez es más evidente la apreciación intere­sada y distorsionada de la verdad geográfica relativa a que elpoder destructivo del hombre termina en la orilla del marpara comenzar el poder ilimitado y regenerativo de la natu­raleza. La especialista en contaminación, ingeniera Genovevade Genatios explica que sobre la base de tales ideas se hapermitido el vertido en el mar, en la~os y en ríos, de lasaguas residuales de ciudades e industrias, asi como la lim­pieza y deslastre de buques petroleros. Pero la capacidad de

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dilución y de autopurificaci6n del agua ha llegado a su li­mite en numerosas zonas, lo cual se registra, por ejemplo, enla presencia de manchas negras suspendidas en la superficiea manera de alfombras sucias y desagradables, producidaspor vertidos de colectores domésticos e industriales.

También se pone de manifiesto, entre otros, en la pérdidade vida marina en zonas donde antes abundaban flora yfauna beneficiosas; en el ennegrecimiento de las playas de­bido a la presencia de petróleo; en la acumulación de des­perdicios de la más variada indole; e, inclusive, en la apari­ci6n de enfermedades, algunas de las cuales son de caráctermortal para el ser humano. En este último caso es muy re­presentativo lo sucedido en 1965 en la babia de Minamata,Japón, cuyo nombre se dio a la enfermedad debida a intoxi­caci6n petroquimica y que afect6 a numerosas personas através de los mecanismos de la cadena alimenticia.

Venezuela ofrece ejemplos de estos tipos de contamina­ci6n y muchos otros más, donde actúan como focos susprincipales dos, lagos y costas maritimas. En Morón(Carabobo), debido a la evacuaci6n inadecuada de los des­perdicios de algunas plantas de la industria petroquimica, seregistra contaminaci6n mercurial. Frecuentemente, cuandohay afluencia de turistas, tienen que ser cerradas varias pla­yas del litoral central contaminadas por los desechos prove­nientes de las alcantarillas de los pueblos inmediatos.

Asi, el mar considerado como último recurso y el mayor"granero de la humanidad", es también su máximo receptor,pues le llegan productos provenientes del ambiente en gene­ral, lo que equivale a decir que puede ser afectado por ma­teriales que proceden de la tierra, del aire o de su senomismo.

Como agravante de esta situaci6n cabe señalar el que lacontaminaci6n de los ecosistemas marinos se expande dete­riorando en alto grado las distintas comunidades y afectandola diversidad de especies que son el sustento de la actividadpesquera. Otra incidencia negativa se registra en el caso delplancton, elemento básico de alimentaci6n y fuente provee­dora de oxigeno, que se encuentra en grandes proporcionesen el mar, siendo su preservación la clave del mantenimientode la fauna marina. El plancton es muy sensible a la conta­minaci6n y su destrucci6n rápida, ya sea por derramamientode petróleo o por otras causas; y como el agotamiento deesta unidad es constante y progresivo, son afectadas todas las

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cadenas biológicas, al ocasionarse desajustes en los nivelestróficos de las comunidades animales.

Sobre la industria petrolera, en general, recae una altacuota de responsabilidad en los problemas de contaminaciónde los mares, por la forma como se realizan sus crecientesactividades, las cuales causan, en diversas oportunidades, es­tallidos y escapes de pozos submarinos inadecuadamenteexplotados; también contaminan las operaciones de deslastrey lavado de buques petroleros en alta mar, así como los acci­dentes causados en los sistemas de transporte de petróleo yderivados. Todas estas situaciones producen, como se sabe,la presencia en el mar de manchas aceitosas capaces de cu­brir extensas zonas, como las denominadas "mareas negras"que impiden el paso de los rayos solares e imposibilitan latransferencia del oxigeno del arre al agua, dando tiempo a sutransformación en material más pesado que ésta, capaz dedepositarse en las profundidades con su potencial de cargaletal que afecta de inmediato o a largo plazo el ambiente.

Tales riesgos y accidentes son una continua amenaza,como ha quedado demostrado en la larga lista de playas dedistintos paises ennegrecidas por el petróleo, siendo tambiénVenezuela victima de esta situación. Se considera, además,que aquéllos son un peligro creciente debido a la tendenciaa aumentar la perforación de pozos petroliferos en el fondode los mares y a la construcción de buques cisternas con ca­pacidades cada vez mayores. Muy conocidos son los casosdel hundimiento del buque cisterna Torrey Canyon, portadorde una carga de 117.000 toneladas de petróleo, en viaje deKuwait hacia Inglaterra y cuyo derrame, en 1967, en la zonadel Canal de la Mancha afectó playas inglesas y francesasprovocando una gran mortandad entre las aves acuáticas,imposibilitadas de nadar o volar al quedar sus plumas adhe­ridas al cuerpo; igualmente fueron aniquiladas grandes can­tidades de crustáceos y otros animales marinos del litoralafectado. Más adelante, en 1978, el Amoco Cádiz, portadorde 220.000 toneladas de petróleo procedente del golfo Pér­sico hacia el puerto de Le Havre (Francia), tuvo el mismodestino que el anterior, generando similares efectos devasta­dores. También, más adelante, en los años ochenta y en losnoventa, con cierta frecuencia se tiene noticias de desastresecológicos producidos por la actividad petrolera, tal es elcaso a comienzos de los noventa, de la catástrofe del ExxonValdéz en costas de Alaska.

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Esta situación, de alcance mundial, según la ingeniera G.Genatios es indicativa de que el hombre todavía no posee latécnica ni los instrumentos apropiados para controlarla, deahí que la explotaci6n del petróleo submarino y el transportepetrolero resulten cada vez más temerarios; a lo cual se afta­den las limitadas iniciativas en materia de confiabilidad delos medios de transporte por parte de las compañías que seocupan de su comercializaci6n. Surgen así otras interrogan­tes sobre la continuaci6n y aumento de los patrones de des­truccíón por parte de la industria petrolera costa afuera queobliga a reflexionar sobre su conveniencia. De ahí que searecomendable para la realizaci6n en la ZEE de nuevas per­foraciones y explotaciones, el establecimiento de controlesrígidos a modo de evitar la destrucción del mar. Tambiéndebe atenderse las recomendaciones de la OrganizaciónConsultiva MarítimaInternacional (OCMI) tendientes a pro­teger el mar, así como actualizar la legislaci6n venezolana enesta materia, en función de las nuevas realidades y posibili­dades de explotación de recursos en la zona.

En relación con las acciones de protección y seguridadque reclaman estos espacios geográficos al incorporarse alquehacer económico nacional, cabe señalar que, una vezevaluadas sus potencialidades en recursos naturales tanto re­novables como no, más las factibilidades de explotación, pa­san a convertirse en áreas de vital importancia por su propiosignificado o por su valor político y estratégico, o por lacombinaci6n de ambos caracteres. De ahí que la seguridadde los mismos sea fundamental, convirtiéndose en una va­riable de gran relevancia en materia de ordenamiento espa­cial; así, cuando se habla de explotaci6n de recursos no re­novables (fundamentalmente petróleo) en estas zonas, hayque añadir, al estudio de los aspectos geográficos, econ6mi­cos, sociales y ecológicos, aquellos orientados a la J?rotee­ci6n de las instalaciones de exploración y explotación; ytanto más deben ser las garantías de seguridad cuanto mayo­res sean las expectativas econ6micas o estratégicas del espa­cio en cuestión,

Desde una perspectiva general, la protecci6n de espaciosabiertos no es fácil y requiere avanzadas técnicas y proce­dimientos, especialmente en el campo de la electrónica; portanto, dada la coyuntura energética mundial, la explotaci6nde petróleo, en especial aquella que se realice costa afuera,debe estar acompañada de los más sofisticados sistemas deprotección y seguridad,

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SECUELAS ECOLOGICAS

Ecología y petróleo. El intimo vinculo que une a estaciencia y este recurso suscita, de inmediato, numerosas pre­guntas. Preguntas muy graves, por tratarse de Venezuela.PorCjue la primera que sale al paso, fundamental más queinicial y que lleva dentro de si un profundo contenido dra­mático, es: ¿Hasta dónde la presencia del petróleo en Vene­zuela y la forma como éste ha sido explotado ha modificadola ecología de nuestro país? Y a continuación de ésta surgenotras que, de enumerarlas, casi podria decirse que empren­derla un interminable camino. Porque independientementede la acción material que ocasiona el aprovechamiento yexplotación directa del petroleo y las consecuencias directasde esa explotación, ¿cuáles son otras, indirectas, que en eldesarrollo de nuestra nación, en su evolución económica,urbanística, social y en general, ha traído para nuestro país laforma como ha sido proyectada y llevada a cabo la explota­ción de ese recurso natural no renovable? Problemas estos alos cuales sólo me referiré en sus aspectos esenciales, subra­yando el interés de algunos y juzgando desnudamente lascausas que los suscitan, así como sus consecuencias.

Porque me resulta muy díñcil, dentro de mi concepciónglobal de la ciencia, referirme exclusivamente a las secuelasecológicas; es decir, únicamente a través del análisis delequilibrio de la naturaleza en relación con la explotaciónpetrolera y de las interrelaciones de los organismos con sumedio, del estudio de las funciones vitales en su ambientenatural y, aún incluyendo lo inerte, su proceso de interac­ción consigo mismo y con lo biótico. Cuando sabemos queel problema va mucho más allá, pues en ese equilibrio eco­lógico es esencial el hombre. El hombre como ente principaldel entorno. Y en este momento la ecología trasciende loambiental considerado como medio tisico-biótico y alcanzala dimensión espacial como producto de lo social. Por ello elenfoque esencial de nuestro análisis ecológico traspasará ladimensión ambiental-humana hacia lo espacial-social, inde­pendientemente de la referencia especifica a la ecología. Es­tos conceptos se sustentan en la consideración de que unasociedad determinada, una formación social, estructura suespacio, es decir, imprime una particular forma de organi­zación. El espacio modificado, apropiado, humanizado,constituye uno de los elementos materiales que influye denuevo en la formación social de cuya dinámica ha surgido

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en tanto espacio humanizado. La organización del espacioes una manifestación de las modificaciones que sufre la na­turaleza por parte de la sociedad. En este proceso de inte­racción es uno de los aspectos más importantes, según el es­pecialista en contaminación ambiental, ingeniero EduardoGenatios, "el desarrollo de una tecnología que implique pocoriesgo, no contamine y sea de aplicación descentralizada. Lallamadatecnología real, o verdadera tecnología; aquella queno es desvirtuada por la orientación única de obtención debienes, aquella que no produce contaminación. Aún cuandohasta tanto se pueda alcanzar ese ideal, se puede aceptar unconcepto no extremo, referido a una tecnología que, aunquemarque cierta evolución contaminante, no llegue a ser dege­nerativa".

Mas, en el caso de Venezuela, me referiré no sólo a loque la explotación del petróleo ha significado, sino ademásdesde el punto de vista de ciertos aspectos de la conductahumana. Cuando se negoció el petróleo se negoció, también,parte de la dignidad nacional Fue el hombre quien dirigiótan oscuros manejos. Por tanto, para circunscribir el pro­blema en su amplia y justa dimensión, debo expresar algu­nas reflexiones sobre temas ampliamente conocidos, peroque no pueden silenciarse. Así, desde el momento en que elhombre abandona la vida nómada entra en contacto perma­nente con la naturaleza. Cierto es que los recolectores deconchas y sus antepasados, muy lejanos si recordamos alhombre de Neardenthal, se mantenían en contacto con lanaturaleza y de ella vivían. Mas ese contacto, por la movili­dad de los pequeños grupos que lo practicaban, le permitía ala naturaleza fácilmente reponerse de cualquier acción agre­sora. Lo que no ocurre con el sedentarismo, especialmenteen el avanzar del tiempo, donde el hombre, el grupo socialque se ha ubicado en determinado sitio, comienza a modifi­car el ambiente de una manera flrme y decisiva para asegu­rarse de una vida estable, con permanencia. Así inician suspasos los cultivos y la cría

El desarrollo de los grupos humanos sedentarios se am­plia. Muy lentamente comienza a formarse los burgos, y conmenos lentitud, el hombre extiende su dominio sobre la na­turaleza. Es decir, a modificar sustancialmente el entorno,obligado a ello por el aumento de la población. Y muy pos­teriormente, con el desarrollo de los medios de comunica­ción, con el adelanto técnico, con el desarrollo de las metró­polis contemporáneas y la satisfacción de las necesidades

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vitales de más de 5.000 millones de habitantes que hoy tieneel mundo, que para el año 2.000 se estima llegará a cerca de6.000 millones, el hombre, además de ampliar su dominiosobre la naturaleza que desde sus comienzos encierra elgermen de la destrucción, embiste ahora directamente contraésta de la cual hasta el presente ha vivido, en una desmedidaacción, que potenciando hasta el máximo el inicial impulsodestructivo, amenaza atentar contra la propia vida de quienle ha dado la suya.

La actividad petrolera es representativa de esta situación,la explotaci6n de nuestro petróleo y las consecuencias quepara la vida nacional ha tenido esa explotaci6n, rebasan elmarco del hecho material en si, de lo que puede modificar elambiente, la presencia del taladro, del oleoducto, del gaso­ducto, del tanque de almacenamiento, de los mecanismos deconsumo y de exportación. Porque si esos hechos materialeshan modificado nuestra ecología donde ellos se han cum­plido, ha sido el cambio estructural que la explotación delpetróleo ha ocasionado en nuestra economía y la forma ale­gre -para no calificarla por ahora de otra manera- como hasido utilizada la riqueza proveniente de esa explotación, laque ha ocasionado la más peligrosa y condenable modifica­ción de esa nuestra ecología y toda nuestra vida social. Por­que el violento desarrollo de la explotaci6n petrolera marcael momento en que ésta trasciende el impacto ecológico paraafectar a todos los órdenes de la vida nacional.

Antes de continuar se hace necesaria una definición deposiciones. Al señalar al petróleo, a su explotación. a su in­dustrialización, a su comercio, como la causa principal delproceso de destrucción en unos casos y de modificación enotros de nuestra ecología, y al señalar además, que la accióndirecta del hombre sobre la naturaleza para asegurar su su­pervivencia constituye un esencial hecho de degradaci6nambiental, podría creerse que el país hubiese estado muchomejor si no se hubiese explotado el petróleo y que la natura­leza estaría totalmente conservada si el hombre no la hubieseutilizado en su propio beneficio. De razonarse así se tendríaforzosamente que considerar la época del recolector de con­chas como vida perfecta para mantener el equilibrio ambien­tal. Y, hablando directamente del petróleo, si esa nuestraprincipal riqueza estuviese todavía oculta en las entrañas dela tierra. Pero no ha>: tal. Porque el problema no radica sóloen la 16gica utílización que el hombre debe hacer de la natu­raleza para asegurar su desarrollo y, en el caso del petróleo,

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la explotación de una riqueza natural cuya utilización esfundamental para nuestro desarrollo. Porque el problema noreside sólo en la propia explotación del petróleo, en su in­dustria o mercadeo, sino en la manera cómo ese recurso na­tural ha sido explotado y en la forma alegre en que el Es­tado ha utilizado la riqueza proveniente de su explotación.

Se sabe que la explotación del petróleo se inicia como talen Venezuela en los años próximos anteriores y posterioresa 1920. Zumaque 1 levanta hacia lo alto sus negras columnasen 1915, El Barroso n en 1922 y La Rosa en 1924. El capi­tal fmanciero internacional se estremece con esos estallidos.Al alcance de su mano estaba una presa fácil. Y junto con laentrega de nuestro petróleo a los consorcios internacionalesanglo-holandeses y norteamericanos, lesionándose ast la so­beranía nacional, se inicia el proceso de cambio estructural ydeformación que de manera violenta se cumple en nuestraeconomía, De inmediato el fisco se encadena a la renta mi­nera y el país comienza a vivir, con menos escasez que antes,del misero beneficio que le producia la explotación de supetróleo por parte de compañías con poder omnimodo quese mantuvieron hasta la muerte de Juan Vicente Gémez.Mas, y sólo con la única intención de señalar los alcances deesa entrega, me permito citar un párrafo de la respuesta quea los reclamos desmedidos de las compañias explotadorasdió en 1933 un propio Ministro de la dictadura, Dr. Gumer­sindo Torres: "En Venezuela se han concedido los másamplios favores a los interesados; los plazos más largos; losderechos más fijos y más amplios; el menor número de im­puestos y los impuestos más reducidos que en ninguna otralegislación similar. A la confianza, lealtad y cordialidad delGobierno corresponden instalando fuera del país sus refine­nas en Curazao y Aruba; y actualmente la Standard hacepreparativos para establecer la suya en Trinidad, a pesar decuantas facilidades tiene para su establecimiento en la Re­pública. En Venezuela no sólo se exoneran hoy las maqui­narias, sino multitud de efectos de todo género. El monto delas exoneraciones asciende en diez años a la cantidad de Bs.233.359.462,66 y los impuestos recaudados en igual pe­riodo montan a la cantidad de Bs. 171.952.126,10. De lacomparación de estos guarismos resulta el cálculo desconso­lador de que habría sido preferible no cobrar impuesto al­guno de explotación en cambio del pago de los derechos deaduana exonerados". Como se ve Venezuela les regalaba el

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petróleo a las compañías y encima les pagaba para que se lollevaran.

Ese cambio estructural, ese paso a saltos de la Venezuelapastoril a la Venezuela minera, junto a los problemas eco­nómicos, presupuestarios y de balanza de pagos que origi­naria, comienza a hacer sentir sus efectos en el ambiente deVenezuela y en la mentalidad de quienes la pueblan. Movi­das sólo por su desmedido afán de lucro y por su poder in­controlado las compañías explotadoras, para ejecutar el he­cho material en si no teman consideración alguna en lo quey a quienes lesionaban.

La superficie del lago de Maracaibo se pobló de torres deexplotación, iniciándose así el proceso de contaminación dellago. De la misma manera se pueblan y contaminan loscampos de Zulia y Falcón y de otros lugares en el oriente.Al amparo de la demanda de brazos para el trabajo surgie­ron ciudades deformadas y caseríos miserables. La agricul­tura en los sitios de explotación directa fue destruida, yabandonada la existente en regiones cercanas por ausenciade brazos que, oprimidos por el miserable salario campesinoprovenientes de la Venezuela semifeudal, corren a engan­charse en los dominios de la vida menos miserable que, porlos contrastes del comienzo, le ofrecía la industria petrolera olas actividades que indirectamente se desarrollaban. Y era in­salvable la diferencia existente entre las viviendas construidastras rejas metálicas para >JI alto personal de las compañíasexplotadoras, con jardines cubiertos de grama y flores, yaquellas donde se velan obligados a vivir, ocupando exten­siones yermas, el enorme grupo de venezolanos hacinadosen conglomerados de insalubres construcciones erigidasmediante la ejecución de una política de tierra arrasada. Nohubo freno alguno para esa acción devastadora del ambientellevada a cabo por las filiales de la Royal Dutch Shell y de laStandard Oil.

Acción devastadora que, con resultados evidentes, se pro­yectó sobre la casi totalidad del país, con la excepción deImportantes zonas montañosas, los Andes y los espacios lo­calizados en la margen Sur del río Orinoco. La explotacióndel petróleo, lo señalé antes, produjo un cambio estructuralen la vida económica del pafs. Pese a lo exiguo de las canti­dades recibidas por el Estado venezolano por concepto deimpuestos, la débil producción agropecuaria comienza adeclinar a medida que avanza la explotación petrolera. Elpaisaje rural sufre profundos cambios; regiones productoras

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enmarcadas en verde se convierten en eriales y se dispersamás el hábitat rural. Antes que esa explotación cobrase in­tensidad, aún dentro de la propia década del 20 al 30, Vene­zuela era un país productor agropecuario, cuyos principalesrenglones de exportación, como se ha dicho, fueron el café,el cacao, el añil, el tabaco, las pieles, etc. Con el producto dela exportación de esos bienes, Venezuela compensaba subalanza de p~os y su balanza comercial. Y el presupuestonacional, reflejo claro de nuestro estado de atraso y de ladebilidad de nuestra producción, oscilaba para esa décadaalrededor de los 100 millones de bolívares.

Apenas el dinero proveniente de los exiguos impuestosde la industria petrolera comienza a ingresar a las arcas delEstado, el fisco se encadena a la renta minera. Para el año de1936, cuando ya nuestras importaciones hablan ascendido acifras muy elevadas para la época, el 90% de nuestra balanzade pagos se cubre con el producto de la renta petrolera. Y elpaís entero, todos lo sabemos, comienza a vivir de modo de­ñnido bajo la órbita del petróleo. Crece el comercio de im­portación de articulos de consumo, las ciudades pasan a con­vertirse, por su crecimiento, en polos de poderosa atracciónpara la población campesina cuya vida estaba enmarcadapor las miserables condiciones que le imponia la existenciade un régimen semifeudal. El campo, lentamente, se veabandonado mientras el éxodo campesino aumenta la pre­sión sobre las nacientes urbes, ahora en vigoroso desarrollo.y cuando, a partir de la mitad del siglo presente el mundotrata de reconstruir su economía, Venezuela orienta la suyapor la via del urbanismo y la macrocefalia urbana, cuyosefectos negativos tanto desde el punto de vista económicocomo desde el humano no pudieron ser contrarrestados porel desarrollo de una industria nacional que, de haberse des­centralizado, quizás hubiese podido frenar la presión hu­mana sobre las grandes ciudades.

Debido a estas razones no es arriesgado afirmar que elseñalado cambio estructural que por la presencia de la ex­plotación petrolera se produce en la economia nacional, esmucho más amplio, mucho más extenso, y abarca todos losaspectos de nuestra vida social y cultural; originando defor­maciones siempre por el mismo hecho, por la forma comose realiza la explotación de nuestra principal riqueza minera.Explotación que, como lo hemos visto, hiere directamentenuestro ambiente, nuestra ecología humana, socio-espacial.

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Las cifras actuales de concentración de nuestra poblaciónen las zonas urbanas son índice claro del proceso de desgastey destrucción sufrido por el ambiente de Venezuela. Para elmomento en que se inicia la explotación del petróleo converdadero carácter económico, la señalada década de losaños de 1920 a 1930, la población de Caracas sobrepasabaescasamente la cifra de 100.000 habitantes y el resto de loque podria considerarse para la época como centros urbanosera casi insignificante. Maracaibo tenia cerca de SO.OOOhabitantes, Valencia 30.000, Barquisimeto 24.000, SanCristóbal 20.000. Para el presente (según Censo 1990) lapoblación de Caracas, del Area Metropolitana Interna al­canza a 2.600.000 habitantes; Maracaibo ha superado el mi­llón de habitantes; Valencia se orienta por el mismo caminocon una población actual de 900.000 habitantes; y tambiénregistran importantes crecimientos Barquisimeto, Maracay,Ciudad Guayana y Ciudad Bolivar.

La comparación de esas cifras permite apreciar con ma­yor claridad cómo se ha cumplido el proceso de éxodocampesino y el de desarrollo urbano a expensas de los dañosambientales. Para la citada década del 20 al 30 la poblacióntotal de las que para la época podrían señalarse como ciuda-

DISTRIBUCION POBLACION

_ .••.......

AJo 1924• Poblacion rural 77 7&~ Poblacion urbana 23 7&

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Año 1994• Poblecibn rural 16 fg

~ Poblecibn urbana 84 fg

des agrupaba alrededor del 23% del total de la poblaciónnacional, radicándose en el campo el 77% restante, es decir,más de las tres cuartas partes de la población total. Para esaépoca la verdadera Venezuela vivia en el campo. Y estas ci­fras, para el presente, lo hemos visto, han cambiado de ma­nera alarmante debido al violento éxodo de la poblacióncampesina hacia la ciudad, hacia esa ciudad que le ofreceradio, televisión, cine, posibles servicios asistenciales y edu­cacionales, cobijando todo esto el más resonante clima deviolencia Hoy, en el campo venezolano vive apenas el 16%de la población total, mientras el 84% se agrupa en los cen­tro urbanos.

Los cinturones de miseria que rodean nuestras grandesciudades y que cobijan la mayoria de la población de cadauna de éstas, son el más dramático ejemplo de ese proceso yuna de sus consecuencias.

Este crecimiento humano de la ciudad, que obligó a undesmedido desarrollo urbanístico, no se ha efectuado tre­pando hacia el espacio, verticalmente. En el Area Metropoli­tana, muy especialmente, es cierto, ha aparecido el gran edi­ficio, aspirante a rascacielo. La humanidad que vive en esosedificios, vietima del hacinamiento que ellos le imponencrea, a su vez, graves problemas que no han sido resueltos,

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por lo que sus efectos negativos se multiplican. Mas, en suaspecto esencial, el crecimiento de esas ciudades ha sido ho­rizontal. Ha sido mediante la ocupación progresiva y radicalde todo el magnífico cinturón natural que para los años del20 rodeaba nuestras ciudades. Para los años de 1920, SabanaGrande no era aún como lo es ahora un suburbio de Cara­cas; a esa pequeña población de entonces iban los caraque­ños de vacaciones. Chacao era un pequeño núcleo campe­sino, lo mismo casi era Petare, punto de enlace entre la capi­tal y los valles del Tuy. Y Los Dos Caminos y Los Chorroscomenzaban a ser pequeños lugares de recreación vacacio­nal. Catia estaba rodeada por campos desiertos de viviendas.y Antfmano, Las Adjuntas y Los Teques eran pe<I.ueñoscentros poblados no vinculados urbanísticamente a la VIda dela capital.

Quien observe una fotograña aérea de lo que son hoyesas zonas, quien contemple el cinturón de miseria que lasrodea, aparte de meditar sobre los graves problemas huma­nos que semejante concentración ciudadana produce, en unarápida ojeada puede apreciar cómo y a costa de qué se hadesarrollado nuestra ciudad capital. Y lo mismo ha ocurridoen el resto de las ciudades que se han nombrado, las que handevorado de manera inmisericorde considerables cuotas denuestros campos. Cabe agregar que este proceso de pobla­miento destructivo se ha robustecido, particularmente en lasdos últimas décadas, con la inmigración incontrolada pro­veniente de otros países del continente, en especial los locali­zados más cerca de nuestro país, y que es atraída por losmejores niveles de vida en comparación con los que privanen los países de donde emigran.

Procesos éstos que han incidido directamente y de ma­nera destructiva en el equilibrio de nuestro ambiente; y que,directa o indirectamente, tienen un solo origen: la explota­ción del petróleo. Durante la primera época de la dictadurade Juan Vicente Gómez, el desmedido poder de las compa­ñías transnacionales que explotaban nuestro petróleo, eraigual o si no mayor que el de la propia dictadura. Para ex­plorar nuestros campos y explotar el petróleo las compañíaspracticaban la política de tierra arrasada sin conmiseraciónalguna, y sin que ninguna autoridad intentase poner freno alos resultados de esa acción. La contaminación de las aguasdel lago de Maracaibo es claro ejemplo de lo que por faltade autoridad ocasionó la explotación y exportación denuestro petróleo llevadas a cabo por las transnacionales. Los

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otros puertos de embarque del petróleo sufrieron en suecología daños irreparables. Y el mismo daño sufrieronnuestros campos, debido al éxodo no controlado de la manode obra hacia la explotación petrolera o bajo su espejismo yal sistema semifeudal imperante en la Venezuela pastoril queconstituía, junto con las transnacionales del petróleo, el ver­dadero poder de la dictadura.

La muerte de Juan Vicente Gómez, el fin de esa dicta­dura, abrió ante Venezuela la posibilidad de corregir loserrores y de cicatrizar las heridas profundas que éstos habianocasionado. Pero no ocurrió así, En algunos sectores denuestra vida pública, en el político esencialmente, se inicia­ron y comenzaron a afirmarse hechos positivos que garanti­zaban el respeto al ser humano, a su libertad de pensa­miento. Para el sector económico la situación fue distinta.Cesó, en parte, la complicidad del Estado venezolano paracon la diaria violación de derechos de la nación por parte delas trasnacionales. Pero en nada cambiaron los contratos ce­lebrados durante la época de Gómez, ni la actitud de lastransnacionales para con el país. Fue años más tarde IsaíasMedina quien, desde su emocionado discurso de Maracaibo(1942), inició una politica de rescate de nuestra riqueza pe­trolera y de respeto al cumplimiento de las normas que de­berian regir para esa explotación; politica que debido a lacorrelación de fuerzas internacionales permitió que variosaños después, durante el gobierno de Carlos Andrés Pérez, seefectuase lo que aquí se ha denominado nacionalización dela industria petrolera. Por tanto desde ese momento no es yasólo a las transnacionales del petróleo a las que debemosformular cargos en relación con las incidencias de esaexplotación en nuestra ecología sino también el propioEstado venezolano.

En este sentido no puede menos que lamentarse que,dentro del conjunto de decretos dictados por el presidenteCarlos Andrés Pérez en Cumaná, a poco tiempo de haberseiniciado en el ejercicio de las funciones casi ilimitadas que leotorgó el Congreso Nacional (1974), algunos muy justossobre conservación del medio ambiente, no se hubiesentambién establecido claras providencias en lo que respecta ala relación explotación petrolera vs. protección ambiental.Mucho más cuando para la fecha no se habia celebrado aúnla transacción por medio de la cual Venezuela pasó a serpropietaria mediante el pago de varios miles de millones de

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bolivares de una industria de extracción y transporte de pe­tróleo marcadamente anticuada.

Celebrada esa transacción y a juzgar por publicacionesoficiales,Maravén, Petr61eo y Conservaci6n Ambientol, enlos años recientes los problemas de contaminación ambientalocasionada por la industria petrolera están bajo control. Sesabe, que esa industria, su establecimiento y funcionamiento,tiene que alterar in suu el medio fisico-biótico. Pero segúndicha publicación los anteriores excesos de contaminaciónse han logrado controlar en alto grado desde el momento enque Venezuela asume directamente la industria petroleraporque según las empresas filiales de Petróleos de Venezuelahan dotado a sus estrocturas de una politica y sus corres­pondientes instromentos para la protección del ambiente, nosólo en el ejercicio de sus actividades industriales y mariti­mas sino también en la tarea general de prevención y controlde la contaminación. En el caso del aire, se señala que la in­dustria reutilizael 98% del gas producido en el propio pro­ceso de producción de petróleo, con lo cual se reduce enalto grado la contaminación generada por el gas disperso enla atmósferao quemado en mechurrios. Simultáneamente seutilizan filtros en las chimeneas y en los alivios de todas lasplantas y refinetias; tal es el caso del sistema de alivio cen­tralizado de la refineria de Punta Cardón (Falcón).

En cuanto al suelo, la industria petroleranacionalizada hareducido considerablemente los daños al disminuir las áreasde deforestación y las picas en las zonas de perforaciones;de 60 metros de ancho a lo más angosto posible las picas, yel área deforestada a una hectárea cuando en el pasado cu­boa de 10 a 15 hectáreas.

La prevención contra la contaminación del agua es demayor importancia, aún cuando es similar a ésta en tierra; esdecir, está básicamente relacionada con los derrames de pe­tróleo y de lodo.

En el recurso agua, concretamente, ha sido sustituida ladinamita en la exploración sismográfica por cañones de airecomprimido o gas que crean ondas sísmicas que disturban almínimo la vida acuática. El lodo que se usa en la perforaciónde pozos hoy se deposita en sitios especiales en lugar de lan­zarlo a las aguas del mar o del lago de Maracaibo como sehaciaantes,o simplemente de depositarlo en cualquier zonaterrestre adyacente al pozo sin ninguna prevención descon­taminante. Además, se han afinado los estudios geológicosdel subsuelo y los cálculos de toda la instrumentación y

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equipos utilizados a los fines de evitar los reventones de pe­tróleo y gas durante las peñoraciones. Se destaca, también,que las empresas nacionales han tomado especial cuidado enla exploración costa afuera, en la plataforma continental: alos fines de evitar los derrames de petroleo.

En el caso del transporte del petróleo hay que separar dela flota mundial al grupo de tanqueros venezolanos que sedesplaza entre los paises vecinos del Caribe J los terminalesnacionales. Los tanqueros venezolanos, segun, estas fuentesoficiales, no contaminan el mar, sino que usan las instalacio­nes de deslastre que tienen los terminales petroleros del pais.Es innegable que todos estos hechos son positivos; pero enlo que se refiere a las aguas maritimas en su conjunto elproblema de la contaminación continúa porque las flotastransnacionales con frecuencia violan los convenios y lasmedidas muy generales que se toman en relación con deslas­tramiento, limpieza, prevención de accidentes, etc., afectandoa la~ masa marina, como se ha señalado en otro puntoantenor.

Otra fuente de contaminación del mar proviene de losefluentes de las refinerias localizadas en las costas; mas desdehace algún tiempo se tratan lasaguas usadas por dichas reñ­necias antes de devolverlas al mar.

Mención especial merece el lago de Maracaibo por ser laprincipal fuente productora de petróleo desde hace setenta ynueve años. Además de lo complejo del medio y de la di­versidad de técnicas y vías a utilizar para el cumplimiento detodo el proceso desde su extracción hasta su almacena­miento o transporte a las refinerías o vaciado en los tanque­ros para la exportación. Un panorama que cubre más de5.500 pozos, 200 estaciones recolectoras, refinerias a orillasdel lago, nueve terminales de embarque y cerca de 20.000kilómetros de tubería, sin incluir las plantas de inyección degas y agua y los equipos terrestres, conforman un espectromuy complejo de dominar, sobre todo porque no fueronapltcadas desde el comienzo todas las medidas preventivasde contaminación. Es asf como hoy el lago sufre un procesode grave deterioro, a pesar de las medidas que toma la indus­tria petrolera nacionalizada para evitar la corrosión de lasinstalaciones causada por los derrames de petróleo, juntocon las otras medidas protectoras de las operaciones talescomo trampas de petróleo, controles automáticos de pozos yestaciones, y sistemas de control y alarma de anormalidadesen la operación, vigilancia aérea de las operaciones petrole-

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ras en el lago. Desde luego que el problema de degradacióndel lago proviene no sólo de las fugas y de los derrames depetróleo, sino también de la salinización de sus aguas comoconsecuencia del dragado de la barra de Maracaibo y de serel vertedero natural de las aguas negras de sus ciudades cos­teras y de los desechos del pujante desarrollo agrícola e in­dustrial del área.

Pero esto no es todo. Porque tanto en materia de explo­tación del petróleo como de desarrollo urbanístico, para citarotro ejemplo, el problema no reside sólo en limitar al mi­nimo la embestida ambiental que produce esa industriao esedesarrollo. Además de ese limite,debe establecerse la debidacompensación. En el caso del desarrollo urbanistico, porejemplo, la situaciónes bastante fácil de comprender. No esposible pensar que la manera de detener los estragos que eldesarrollo urbano produce en el ambiente sea paralizar esedesarrollo. Pero si, y esto es lo que aún no se ha hecho,compete a un Estado responsable tomar las providencias ne­cesarias para reglamentario y exigir el cumplimiento de lasmedidas compensatorias que retribuyan a la comunidad, concreces si es posible, la lesión que causa el urbanismo. Y esasmedidas compensatorias, ~ue no se han tomado en relacióncon el urbanismo y de alh la forma inorgánica y de lesiónpermanente que éste ocasiona al ambiente, tampoco se toma­ron frente a los problemas producidos directamente por elestablecimiento de la industria petrolera.

y si bien es verdad, que al asumir el Estado la industriadel petroleo el atentado contra la naturaleza se ha detenidoen cierto limite, lo cierto es que la herenciaque nos dejó esaindustriaen el área de la ecologia, provocó lesiones profun­das y no reparables. Además la lucha por mantener nuestroequilibrio ecológico no está en circunscribirse sólo a laagresión directa contra la naturaleza. Su contorno es muchomás amplio y su alcance más dilatado. Junto a la naturalezaestá el hombre. Y en la vida en común del hombre y la natu­raleza está la sociedad, la ciudad, el desarrollo rural e indus­trial del pais, todo un complejo universo económico y social.y las alteraciones que ese complejo universo ha sufrido, enel caso nuestro, durante los altos de nuestra vida como paisproductor de petróleo, directa o de manera indirecta, provie­nen en su mayor parte tanto de la explotación petroleracomo de la irracional utilización de los recursos que éstaproduce. De esa industria que nos ha proporcionado riquezacasi inconmensurable, que ha puesto en manos de la nación

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la posibilidad de clavar muy lejos la pica en el camino quedebe conducimos a superar nuestra condición de país no de­sarrollado. Riqueza inconmensurable, repito, pero que noso­tros los venezolanos, en particular sus clases dirigentes, he­mos irresponsablemente despilfarrado.

SUMA ESPACIAL PETROLERA Y RESPONSABILI­DAD NACIONAL

Otro aspecto interesante de señalar es el derivado de larelación entre la explotación de hidrocarburos en alta mar yla de los yacimientos en la llamada Faja petrolifera del Orí­noco. La planificación para el desarrollo de esta última seinició a mediados de 1978, continuándose en los años si­guientes, con la definición de los procesos específicos a apli­carse en el área Sur del estado Monagas, seleccionada paracomenzar la producción comercial de dicha faja.

Desde los inicios se ha estimado como lo más importanteel que la incorporación de esta área y el desarrollo industrialcorrespondiente no se realicen atendiendo a los anteriorespatrones de la industria que no conlleven la creación de vi­gorosos espacios geográficos. Se constituye asi una nuevasuma espacial petrolera que podría contribuir, en un futuroinmediato, como de hecho está ocurriendo, de sustento de laeconomía nacional. Sin embargo, junto a la continuidad enla actividad petrolera, valdria la pena preguntarse si se puedehablar de dos Venezuela: una, la que llegarla hasta fines delsiglo XX y que se asienta sobre las ricas cuencas del lago deMaracaibo, principalmente, y la oriental; y la otra Venezuela,aquella cuyo desarrollo dependeria más del producto de lasexplotaciones del petróleo extraído de los fondos marinosjunto al proveniente de la Faja del Orinoco.

Si esto se aceptase, cabe preguntar con qué fmes se intro­ducirá el país en una explotación intensiva de estas últimasáreas. Si ello va a permitir la ruptura de los moldes de de­pendencia a que ha estado sometido secularmente. Si estasexplotaciones se harán para satisfacer necesidades foráneas.Si se van a crear verdaderos espacios geográficos humaniza­dos que contribuyan a consolidar la soberania del territorionacional y a garantizar la defmición de niveles de vida eón­sonos con la dignidad humana. Si conviene hacer la explo­tación con criterios racionales ajenos al espejismo de la

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abundancia. Y en cuánto afectan a los medios de producciónde alimentos y al equilibrio ecológico.

Las respuestas podrian conducir a la no conveniencia decontinuar dichas explotaciones, o al menos a la necesidad deestudiar en fonna muy clara y detenida sus repercusiones demodo que se puedan tomar decisiones que podrian cambiarel rombo de nuestra historia. Ello, implica, entre otros, unaverdadera racionalización en la utilización de los recursosprovenientes de la explotación, así como también su realiza­ción a una tasa inferior a la del crecimiento de las reservascon el fin de extender al máximo el periodo de agotamientodel recurso renovable y, simultáneamente, el desarrollo delmercado interno por la incidencia en una mayor demandade hidrocarburos, lo que obligarla, por ejemplo, a establecernuevos patrones de refinación, como de hecho fue asumidohace pocos aftoso

Se trata, en sfntesis, de que Venezuela utilice todas las cir­cunstancias que la favorecen para lograr su transfonnaciónsocial en base a un desarrollo económico propio; pues es útilrecordar que también las oportunidades pueden malograrsesi no se está alerta y se trabaja con criteno ecuánime. Seria,por tanto, más que una lástima, una pérdida histórica el queVenezuela desperdiciara estas realidades para concretarsecomo nación soberana.

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