Los Edificadores De La Casa Apóstol Sergio G. Enríquez O. Guatemala, 7 de agosto del Año De La Revelación

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Para nosotros, el vivir en familia, en un hogar, necesita una buena dosis de la gracia de Dios. Creemos que un matrimonio feliz, de aquellos que no son disfuncionales, es algo sobrenatural y que no es común, aún dentro de personas cristianas. Sin embargo, hay promesa de parte de Dios para que todos podamos tener un hogar que sea un oasis, una fuente de vida, de esperanza y de alegría, en donde todos en la familia se regocijen entre si. Salmos 127:1 LBLA Cántico de ascenso gradual; de Salomón. Si el SEÑOR no edifica la casa, en vano trabajan los que la edifican; si el SEÑOR no guarda la ciudad, en vano vela la guardia. Este es uno de los 15 salmos llamados de Ascenso Gradual, o El Cántico de los Arrebatados, pues contienen la totalidad de la doctrina que deben observar aquellos que seremos arrebatados. Una de las cosas a tomar en cuenta para poder llegar a ser candidatos de ser arrebatados, es el hogar, pues la Biblia dice que habrá una restauración en la relación entre padres e hijos, también dice que los hombres deben saber poseer a sus esposas, en la epístola a los Corintios se habla del matrimonio como un ejemplo del amor entre Cristo y la Iglesia. Ahora bien, vemos en este pasaje que si el Señor no edifica la casa, en vano trabajan los que la edifican. La palabra trabajan esta en plural, por lo cual deben ser varios los edificadores. También debemos considerar que para que haya un problema en el hogar, por lo menos se necesitan dos personas y para edificar también. Cuando hay problemas en el hogar, no debemos ocultarlos, pues un día se descubrirán; es mejor pedir ayuda. La Biblia dice en el Antiguo Testamento, que cuando salía una mancha en una casa, el hombre debía buscar al sacerdote para decirle que algo parecido a una mancha de lepra había salido en su casa. Ahora bien, el hombre que hacía eso se exponía a un peligro muy grande, pues a partir que el sacerdote llegara a revisar la casa, todo el pueblo se enteraría, y después de tratar de quitar la lepra, si no se iba, la casa debía ser derribada. Cuando se va a edificar una casa, todos deben ser responsables en ella, por consiguiente cuando algo no está bien, todos pueden ser señalados de no estar desempeñando bien su papel. En la antigüedad cuando llegaba la fiesta de los panes sin levadura, había un juego que los padres jugaban con los niños, donde les daban un premio para que encontraran levadura en la casa, antes de la fiesta. La levadura es sinónimo del pecado, entonces todos deberíamos estar buscando en nuestra casa el pecado que pueda haber, no en la del vecino. El tema de la edificación es muy delicado, pues lo primero que debemos hacer es “convencer” a Dios que Él edifique nuestra casa, porque si no lo hace, en vano lo haríamos nosotros. La misma Palabra de Dios nos muestra cómo podemos convencerlo de edificarnos casa, por ejemplo: le dijo Abigail a David cuando quería matar a Nabal, que no se manchara sus con la sangre de Nabal, porque Dios le edificaría casa a David por cuanto él peleaba las batalla de Jehová. Esto nos dice que cuando peleamos las batalla del Señor, Él nos edifica casa. Es decir, que cuando nos ocupamos de la esposa del Señor, Su Iglesia, Él se ocupa de la nuestra; cuando nos ocupamos de los hijos de Dios, Él se ocupa de los nuestros.

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Al estar detrás de un púlpito, los predicadores nos convertimos en una figura pública, a la vista de todos, y también nuestras familias. Para ello debe haber un equilibrio, pero generalmente los que somos ministros ponemos primero el trabajo hermoso que Dios nos dio y Él se ocupa de todo lo que necesitan los nuestros. Desafortunadamente siempre hay personas que no están de acuerdo con esto, pero sabemos que si convencemos a Dios que edifique nuestra casa, entonces obtendremos el permiso para empezar a edificar. Entonces los edificadores son: primero Dios y después los dos conyugues. Proverbios 14:1 LBLA La mujer sabia edifica su casa, pero la necia con sus manos la derriba. Dice la Biblia que es mejor vivir en una terraza, que con una mujer rencillosa, también dice la Palabra que Dalila redujo el alma de Sansón a mortal angustia; por lo cual hay mujeres que no edifican sino destruyen, por ejemplo: en el tema de la igualdad, la mujer ha participado en la creación de leyes injustas, pues al principio algunas leyes favorecían al hombre y ahora las leyes se han reformado para favorecer más a la mujer que al hombre. Las mujeres, solo por la ley del Espíritu en Cristo Jesús, pueden edificar una casa, aunque tienen la protección de las leyes humanas, porque si el hombre no respeta la ley de Dios, se debe reducir por medio de la ley del hombre, pero si queremos edificar nuestra casa, debemos ponernos de acuerdo en pareja. Ahora bien, esto no es posible si primero no convencemos a Dios que nos edifique casa, y en segundo lugar, si los edificadores no hacen lo que les corresponde; es decir, que si no alcanzan la estatura para edificar, pueden llegar a ser un hogar disfuncional. Lo primero que debemos tener es identidad, por ello cada uno debe saber el papel que desempeña en su hogar. Las mujeres tienen un papel muy importante según lo quiere Dios, pues la misma Palabra lo dice en Malaquías; si un hombre eleva una oración, ellos deben tratar a sus mujeres como coherederas para que sus oraciones no sean estorbadas. También el Nuevo Testamento nos habla de una ofrenda que no fue recibida porque anteriormente había llegado la mujer a llorar delante del Señor. Si verdaderamente las mujeres son cristianas, pueden presentar su queja delante del Señor y Él hará lo que debe hacer con el esposo. Cantares 1:6 LBLA No os fijéis en que soy morena, porque el sol me ha quemado. Los hijos de mi madre se enojaron conmigo; me pusieron a guardar las viñas, y mi propia viña no guardé. Dice la versión de la Biblia KJV, que ella es negra, lo cual significa que tienen problemas de racismo, pues piensa que es menos porque tiene un color diferente de piel. En este versículo está justificándose por ser negra, es decir, dice que no es por su genética, sino porque se quemó al sol. El racismo es muy bajo y solo se da en los humanos, pues los animales no hacen distinciones de nada entre ellos. Sabemos que hay muchos que se avergüenzan de su apellido porque no han crecido en ningún ámbito; olvidándose que cuando Cristo vino, hizo una nueva raza, por ello, toda maldición, peleas y discriminación se ha ido en el nombre de Jesús. Sin embargo, esta mujer tiene este problema de racismo; aunque llega a conocer que eso ya no es importante, por lo cual puede llegar a decir lo siguiente:

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Cantares 2:1 LBLA Yo soy la rosa de Sarón, el lirio de los valles. Este versículo ha sido utilizado para crear cantos donde se dice que Jesús es la rosa de Sarón y el Lirio de los valles, pero no es así, pues la mujer es la que dice estas palabras después de comprender quién es. Cantares 2:2 LBLA Como el lirio entre los espinos, así es mi amada entre las doncellas. El amado habla sobre ella como lirio, en todos los versículos de Cantares que el hombre habla sobre lirios, se refiera a la mujer. Este sería el Lugar Santo en los estados de la mujer. Cantares 8:10 LBLA Yo soy una muralla, y mis pechos como torres, entonces fui a sus ojos como quien halla la paz. Este versículo es el Lugar Santísimo de los estados de la mujer, mujeres fuertes que ya han sido probadas y han pasado por pruebas, que no se quebrantan, mujeres ishahah chayil; mujeres que aunque hayan problemas son inamovibles, lo cual significa que las mujeres primeramente deben tener identidad y saber que son lirios y después serán muralla, y entonces podrán edificar su casa. Las mujeres son bendición de Dios, son el bien y la benevolencia de Jehová para los varones, según Proverbios, son un gran regalo que Dios nos dio, pues en el mismo libro dice que en ella está confiado el corazón de su marido, pues todos los días busca hacerle el bien y no el mal. Benditos los que encontramos este tipo de mujer. Sin embargo, hay otras que para ganar una pensión alimenticia y deshacerse de su esposo, ellas mismas se hacen daño y lo acusan a él de haberlas agredido, pero eso no es correcto para una mujer que verdaderamente es cristiana. Ahora podemos ver que los lirios crecen en los valles, incluso algunos dicen que crecen en medio de la obscuridad, donde nada puede crecer. Génesis 14:3 LBLA Todos éstos se reunieron como aliados en el valle de Sidim, es decir, el mar Salado. En este valle de Sidim hubo una batalla entre reyes, fueron derrotados aquí los reyes de Sodoma y Gomorra, era un valle lleno de pozos de asfalto. Significa entonces que esta mujer que es el lirio, no podrá sobrevivir si no cambia de valle, pues el siguiente valle que se menciona es el valle de Save, es decir, el valle del Rey donde aparece Melquisedec. A esta mujer le tocó vivir en lugares muy hostiles, pero un día se le presenta el Rey y entonces todo cambia, pues ya puede tomar control de su vida, y entonces ya no es una esclava. Las mujeres han tenido este problema por generaciones, pues se les ha tratado como esclavas aunque es porque así lo quieren, pero cuando conocen a Cristo, se hacen esclavas de Cristo, obteniendo su propia libertad. Hay muchas mujeres que tienen miedo porque el trabajo que han hecho desde que se casaron, es el trabajo de la casa, no obstante que este trabajo es pesado físicamente. De repente hay un pleito

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con el esposo, provocado porque ella no se viste elegantemente, pero ella tiene el valle de Save, el valle del Rey. Debemos saber que el Señor nunca va a desamparar a aquellas mujeres que acuden al Rey, y un día sus hijos serán profesionales que las van a ayudar, pero jamás las abandonará el Señor, aunque hayan pasado por días malos, Dios siempre les dará tiempos mejores. Hay muchas cosas más de las que debemos hablar respecto a los lirios, por ejemplo, dónde se ponen. También debemos hablar del hombre, qué es el manzano, según Cantares 2:3. Entonces Dios es el edificador sobre todo, luego el lirio y el manzano. Nuestra casa está en la lista de edificación, solamente debemos seguir las instrucciones que nos da la Palabra, pues para edificar la casa debemos confiar en Dios, Él es el que hará la obra, pues no hay imposibles para Dios.