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16/ARGUTORIO 1 er SEMESTRE 2003 LOS APUROS ECONÓMICOS DE FRAY ATANASIO DE LOBERA Estas estrofas entresacadas del «Himno a León», perfectamente sirven como presentación del libro de Fray Atanasio de Lobera “Historia de las grandezas de la muy antigua y insigne ciudad y Iglesia de León”. El Padre Lobera, aunque nació en Herce (La Rioja), puede ser considerado hijo adoptivo de la ciudad de León. Él es el primer autor que deja constancia, en esa obra, impresa en el año 1596, de todos los sucesos acaecidos en esta ciudad a lo largo de su historia. León será así la primera ciudad de España que tenga un libro editado contando la vida de los Reyes, las batallas, las vidas de los Obispos y Santos...Pero el proce- so de plasmar estos sucesos en un libro y editarlo no le resultó fácil al Padre Lobera. Desde este artículo pretendemos dar a conocer algunos de los contra- tiempos que el autor tuvo que superar, así como una breve reseña biográfica de este personaje, el cual, a pesar de su esfuerzo por reunir toda la historia de León en esta obra, es un gran desconocido. Ana Isabel Arias Fernández Sin León no hubiera España (...) Tierra hidalga, tierra mía Estrofas del Romancero Desde Guzmán a Don Suero (...) De historia milenaria De santidad osario De arte relicario Y de la fe expresión. Himno a León. Letra: José Pinto Maestro. Música: Odón Alonso I ¿QUIÉN FUE FRAY ATANASIO DE LOBERA? El nombre de Atanasio Lobera, o Athanasio como aparece en algunos li- bros, no es desconocido para las perso- nas que gustan de leer la historia de León (aunque posiblemente lo que vamos a relatar sí sea novedoso), pero, por si al- guien no tiene muy claro quien es este personaje, lo mejor será dar una breve pincelada de su vida. Atanasio de Lobera nace en Herce, lu- gar que pertenece a la diócesis de Calahorra, en La Rioja. No tenemos cons- tancia del año exacto de su nacimiento, pero sabemos que muere en 1605 en Valladolid. Ingresó como monje benedic- tino cisterciense, obedeciendo así la re- gla de San Benito, según la cual los mon- jes debían dedicarse a la oración y la pe- nitencia, pero también al estudio, a las ar- tes y a la industria, para poder ser útiles a la sociedad. Puede que este deseo de ser- vir a los demás a través del estudio fuera lo más relevante de su personalidad, pues aparte de monje en el monasterio de Mon- te Ramo en Galicia, concretamente en Orense, fue doctor en teología y cronista de Felipe II. Es en esta época cuando es- cribe sus obras más notables. De ellas merece la pena destacar: - Historia de las grandezas de la muy antigua y insigne ciudad, y Iglesia de León, también conocida como Historia de León. Impresa en Valladolid en el año 1596 por Diego Fernández de Córdoba y Oviedo, impresor del rey, escrita en cuarta. - Epístola historial a Felipe II, impresa en Madrid en el año 1601 y escrita en fo- lio. - Cronología de los Reyes de España, impresa en Valladolid en el año 1602. - Dos obras hagiográficas sobre dos monjes del monasterio cisterciense de Santa María de Moreruela (Zamora) que son: Vida del bienaventurado Fray Benito de Salamanca, monje del monasterio de Moreruela, y Vida del beato Ignacio, monje de Moreruela. - Crónica general del Reino de Galicia. Todas las obras citadas son interesan- tes porque nos ofrecen un análisis de la sociedad y los problemas de la época en que fueron escritas, además de, en oca- siones, relatar la historia de ciertos luga- res; pero nos interesa especialmente la primera de ellas por ser la más cercana a nosotros y por los avatares que rodearon su elaboración. Pasamos a relatarlos a continuación. II CÓMO SURGIÓ LA IDEA DE ESCRI- BIR LA HISTORIA DE LAS GRANDE- ZAS... CIRCUNSTANCIAS QUE RO- DEARON SU ELABORACIÓN Sabemos que Fray Atanasio de Lobe- ra, para documentarse y reunir toda la historiografía, visitó los archivos disponi- bles de su época intentando obtener in- formación de primera mano para escribir esta magnífica obra, lo cual le ocupó ocho años, según relata él mismo. Su génesis hay que buscarla en el obispo de León Don Juan Alonso de Moscoso, que vino trasladado a nuestra ciudad desde la dió- cesis de Guadix, provincia de Granada, en el año 1593, y ocupó el cargo de obis- po hasta 1603, año en que es trasladado a Málaga. Este obispo, aparte de ejercer sus tareas al frente de la diócesis, desea- ba que algún erudito escribiera la historia de San Froilán, obispo de León desde el año 900 hasta el 905 y patrono de la dió- cesis, para que todos pudieran conocer- la. Este encargo fue a recaer en Fray Atanasio, el cual pensó que sería una buena idea si, además de escribir la vida del santo, incluía en el libro algunos capí- tulos referentes a la historia de la ciudad de León, relatando guerras, sucesos tan- to favorables como nefastos para la ciu- dad, y las vidas de los reyes, príncipes y caballeros que habían vivido en el reino de León. Pretendía, asimismo, dejar cons- tancia de los obispos de León y de todos los hombres buenos que habían vivido en esta ciudad. Una vez recopilada toda la información y escrito el libro, éste atravesaba la fase más importante y delicada de todo el pro- ceso: pasar la censura y obtener el privi- legio de impresión. En cuanto al primer punto, el manuscrito pasó no una sino dos censuras. La primera realizada por el Maestro Fray Pedro de Lorca, lector en el Colegio de San Bernardo en Alcalá de Henares. Fray Pedro había recibido el encargo de revisar cuidadosamente el li- bro de Fray Atanasio, y afirma que no hallo en él cosa que sea contra nuestra santa fe, ni mala doctrina (...) averigua la histo- ria con diligencia y la adorna con buenas razones. Así se le puede dar licencia y lo imprima. Esta primera licencia es conce- dida el día 14 de febrero del año 1595 en Alcalá. La segunda revisión de la obra para obtener la licencia estuvo a cargo del doctor Pedro Miguel en Alcalá el día 18 de abril del mismo año, 1595. El doctor Pedro Miguel dio el visto bueno a la obra pues era escritura católica y de gran utili- dad al contar la historia de los santos y era, aún hoy lo es, una obra digna de ser leía y que salga a la luz. El siguiente paso era conseguir un pri- vilegio del rey para poder imprimir la obra; esto era algo muy similar a los derechos de autor de hoy en día. El 25 de mayo de

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16/ARGUTORIO 1er SEMESTRE 2003

LOS APUROS ECONÓMICOS DE FRAY ATANASIO DE LOBERA

Estas estrofas entresacadas del «Himno a León», perfectamente sirven comopresentación del libro de Fray Atanasio de Lobera “Historia de las grandezas dela muy antigua y insigne ciudad y Iglesia de León”. El Padre Lobera, aunquenació en Herce (La Rioja), puede ser considerado hijo adoptivo de la ciudad deLeón. Él es el primer autor que deja constancia, en esa obra, impresa en el año1596, de todos los sucesos acaecidos en esta ciudad a lo largo de su historia.León será así la primera ciudad de España que tenga un libro editado contando lavida de los Reyes, las batallas, las vidas de los Obispos y Santos...Pero el proce-so de plasmar estos sucesos en un libro y editarlo no le resultó fácil al PadreLobera. Desde este artículo pretendemos dar a conocer algunos de los contra-tiempos que el autor tuvo que superar, así como una breve reseña biográfica deeste personaje, el cual, a pesar de su esfuerzo por reunir toda la historia de Leónen esta obra, es un gran desconocido.

Ana Isabel Arias Fernández

Sin León no hubiera España (...)Tierra hidalga, tierra míaEstrofas del Romancero

Desde Guzmán a Don Suero (...)De historia milenaria

De santidad osarioDe arte relicario

Y de la fe expresión.Himno a León.

Letra: José Pinto Maestro.Música: Odón Alonso

I¿QUIÉN FUE FRAY ATANASIO

DE LOBERA?

El nombre de Atanasio Lobera, oAthanasio como aparece en algunos li-bros, no es desconocido para las perso-nas que gustan de leer la historia de León(aunque posiblemente lo que vamos arelatar sí sea novedoso), pero, por si al-guien no tiene muy claro quien es estepersonaje, lo mejor será dar una brevepincelada de su vida.

Atanasio de Lobera nace en Herce, lu-gar que pertenece a la diócesis deCalahorra, en La Rioja. No tenemos cons-tancia del año exacto de su nacimiento,pero sabemos que muere en 1605 enValladolid. Ingresó como monje benedic-tino cisterciense, obedeciendo así la re-gla de San Benito, según la cual los mon-jes debían dedicarse a la oración y la pe-nitencia, pero también al estudio, a las ar-tes y a la industria, para poder ser útiles ala sociedad. Puede que este deseo de ser-vir a los demás a través del estudio fueralo más relevante de su personalidad, puesaparte de monje en el monasterio de Mon-te Ramo en Galicia, concretamente enOrense, fue doctor en teología y cronistade Felipe II. Es en esta época cuando es-cribe sus obras más notables. De ellasmerece la pena destacar:

- Historia de las grandezas de la muyantigua y insigne ciudad, y Iglesia de León,también conocida como Historia de León.Impresa en Valladolid en el año 1596 porDiego Fernández de Córdoba y Oviedo,impresor del rey, escrita en cuarta.

- Epístola historial a Felipe II, impresaen Madrid en el año 1601 y escrita en fo-lio.

- Cronología de los Reyes de España,impresa en Valladolid en el año 1602.

- Dos obras hagiográficas sobre dos

monjes del monasterio cisterciense deSanta María de Moreruela (Zamora) queson: Vida del bienaventurado Fray Benitode Salamanca, monje del monasterio deMoreruela, y Vida del beato Ignacio, monjede Moreruela.

- Crónica general del Reino de Galicia.

Todas las obras citadas son interesan-tes porque nos ofrecen un análisis de lasociedad y los problemas de la época enque fueron escritas, además de, en oca-siones, relatar la historia de ciertos luga-res; pero nos interesa especialmente laprimera de ellas por ser la más cercana anosotros y por los avatares que rodearonsu elaboración. Pasamos a relatarlos acontinuación.

IICÓMO SURGIÓ LA IDEA DE ESCRI-BIR LA HISTORIA DE LAS GRANDE-ZAS... CIRCUNSTANCIAS QUE RO-

DEARON SU ELABORACIÓN

Sabemos que Fray Atanasio de Lobe-ra, para documentarse y reunir toda lahistoriografía, visitó los archivos disponi-bles de su época intentando obtener in-formación de primera mano para escribiresta magnífica obra, lo cual le ocupó ochoaños, según relata él mismo. Su génesishay que buscarla en el obispo de LeónDon Juan Alonso de Moscoso, que vinotrasladado a nuestra ciudad desde la dió-cesis de Guadix, provincia de Granada,en el año 1593, y ocupó el cargo de obis-po hasta 1603, año en que es trasladadoa Málaga. Este obispo, aparte de ejercersus tareas al frente de la diócesis, desea-ba que algún erudito escribiera la historiade San Froilán, obispo de León desde elaño 900 hasta el 905 y patrono de la dió-cesis, para que todos pudieran conocer-la. Este encargo fue a recaer en Fray

Atanasio, el cual pensó que sería unabuena idea si, además de escribir la vidadel santo, incluía en el libro algunos capí-tulos referentes a la historia de la ciudadde León, relatando guerras, sucesos tan-to favorables como nefastos para la ciu-dad, y las vidas de los reyes, príncipes ycaballeros que habían vivido en el reinode León. Pretendía, asimismo, dejar cons-tancia de los obispos de León y de todoslos hombres buenos que habían vivido enesta ciudad.

Una vez recopilada toda la informacióny escrito el libro, éste atravesaba la fasemás importante y delicada de todo el pro-ceso: pasar la censura y obtener el privi-legio de impresión. En cuanto al primerpunto, el manuscrito pasó no una sino doscensuras. La primera realizada por elMaestro Fray Pedro de Lorca, lector en elColegio de San Bernardo en Alcalá deHenares. Fray Pedro había recibido elencargo de revisar cuidadosamente el li-bro de Fray Atanasio, y afirma que no halloen él cosa que sea contra nuestra santafe, ni mala doctrina (...) averigua la histo-ria con diligencia y la adorna con buenasrazones. Así se le puede dar licencia y loimprima. Esta primera licencia es conce-dida el día 14 de febrero del año 1595 enAlcalá. La segunda revisión de la obrapara obtener la licencia estuvo a cargo deldoctor Pedro Miguel en Alcalá el día 18de abril del mismo año, 1595. El doctorPedro Miguel dio el visto bueno a la obrapues era escritura católica y de gran utili-dad al contar la historia de los santos yera, aún hoy lo es, una obra digna de serleía y que salga a la luz.

El siguiente paso era conseguir un pri-vilegio del rey para poder imprimir la obra;esto era algo muy similar a los derechosde autor de hoy en día. El 25 de mayo de

1er SEMESTRE 2003 ARGUTORIO/17

Portada del libro

1595, Fray Atanasio logra en Madrid elpreciado privilegio, otorgado por el reyFelipe II, para que durante el plazo de diezaños ninguna persona sin su licencia oconsentimiento pudiera imprimir o venderel mencionado ejemplar.

Una vez conseguido el privilegio y pa-sadas todas las censuras, el libro empie-za realmente a cobrar forma y vida. Es desuponer que, para que este notable pro-yecto prosperara, el obispo Don JuanAlonso de Moscoso donara una cantidadimportante de dinero con el fin deayudar en la impresión del mismo,lo cual debió alegrar mucho a FrayAtanasio. Pero su alegría pronto severía enturbiada a tenor de los su-cesos que acaecieron.

IIIFRAY ATANASIO PRESENTA SUGRAN OBRA AL CORREGIDOR Y

A LOS REGIDORES DE LACIUDAD DE LEÓN

El 23 de junio del año 1596, casiun año después de haber obtenidola licencia y privilegio de impresión,el padre Fray Atanasio de Lobera sepresenta en el Ayuntamiento de laciudad de León en una sesión ex-traordinaria, pues era domingo, anteel corregidor de la ciudad, el doctorDiego González de Yepes, y losregidores Francisco de Villamizar,Juan de Mieres, Tristán de Obregón,Francisco González de Getino, Ma-nuel de Quiñones y el secretario delAyuntamiento, Simón de la Ossa. Elpadre Atanasio de Lobera habíaacudido al Consistorio porque que-ría que se leyera una petición quehacía desesperadamente a la ciu-dad de León. En ella contaba comohabía tardado ocho años en escri-bir la historia del glorioso San Froilány las cosas insignes de esta gene-rosa ciudad, habiendo acudido a to-dos los archivos de España y leyen-do infinidad de escrituras con mu-cho trabajo para componer el librotitulado Grandezas de la muy anti-gua y insigne ciudad de León. FrayAtanasio, animado por el interés que sulibro despierta entre los regidores allí pre-sentes, empieza a relatar cómo está es-tructurado su libro. Empieza éste con laprimera fundación de la ciudad y los dis-tintos trances que pasó siendo colonia ro-mana; sigue hablando del poderío de losreyes suevos y cómo Leovigildo, rey delos godos, la conquistó; relata el momen-to en que comenzó a haber cristianos enla ciudad; la conquista que de ella hicie-ron los moros y cómo la recuperó donPelayo, que fue su primer rey y como taltomó por armas el león que hoy usan los

reyes de España; este hecho, apostilla,está refutado con razones, historias y es-crituras antiguas. Fray Atanasio prosigueen su relato haciendo una lista de todoslos reyes de León, comenzando desdedon Pelayo y relatando las batallas queen tiempo de cada uno de ellos sucedie-ron, haciendo hincapié en cómo losleoneses cumplían con el tributo de lascien doncellas que pagaban a los moroscada año, el cual había sido concebidopor el rey Mauregato, y cómo el rey Don

Ramiro habiendo celebrado primero cor-tes en León, reunió a su ejército y pusofin al aciago vasallaje en la batalla deClavijo. Así los leoneses celebran estetriunfo con la celebración solemne y re-gocijada fiesta de las doncellascantaderas. Pero no sólo recoge la victo-ria de Clavijo, sino que también destacatodas las batallas y hechos notables lle-vados a cabo por los leoneses. Inclusohace una mención de las tres veces queAlmanzor vino a León y de los apuros quepasaron los leoneses. Recoge también lahistoria de los reyes cuyos cuerpos des-

cansan en la ciudad con sus epitafios.Además, reseña cosas y sucesos de SanMarcelo, Santa Nona y sus doce hijos, pro-bando con razones, historias y escriturasantiguas que San Facundo y San Primiti-vo son naturales de León. Escribe la his-toria y vidas de los obispos de la Iglesiade León: San Froilán, San Albito, SanPelayo y San Cebrián, que hasta la fechano estaban escritas. Así mismo narra lahistoria de San Vicente mártir, abad deSan Claudio y de San Ramiro, su prior,

junto con doce mártires. Igualmen-te describe la vida del confesorSanto Martino, canónigo de SanIsidoro, y de cómo fue el trasladodel glorioso arzobispo San Isidoro.Relata asimismo la vida del bendi-to sacerdote beato natural deBalcabado (sic), y finalmente expo-ne la vida del niño mártir Pelayo,del cual hasta ese momento nadiehabía contado nada a pesar de sernatural de León. En otro apartadodel libro habla del obispado de Leóny de sus obispos, abarcando des-de el primero hasta don JuanAlonso de Moscoso, obispo deLeón desde 1593 hasta 1603. Con-cluye el trabajo incluyendo un apar-tado con los apellidos de los lina-jes nobles de la ciudad de León.

Tras esta amplia exposición detodos los temas que abarcaba sulibro, Fray Atanasio confiesa el ver-dadero motivo de su visita a laCasa Consistorial ante el corregi-dor y regidores y en una sesión ex-traordinaria celebrada en domingo.Aunque la Iglesia y el Obispo le ha-bía concedido una importante can-tidad de dinero para poderse llevara cabo la impresión, lo cierto es queel pobre Fray Atanasio tenía unadeuda de trescientos ducados y nopodía terminar la publicación de suobra. Su petición era muy simple:como el libro estaba escrito parahonrar a la ciudad de León y pues-to que sería la primera en Españaque tendría su historia impresa enun libro, suplicaba al Ayuntamien-

to le concediera merced de alguna ayudapara seguir adelante con el proyecto y quesu libro saliera del taller del impresor.

IVPRIMERA VOTACIÓN REALIZADA

POR LOS MIEMBROS DEL AYUNTA-MIENTO

Oída la petición de Fray Atanasio, losregidores y el corregidor pasaron a emitirsu veredicto respecto al tema. Esta vota

18/ARGUTORIO 1er SEMESTRE 2003

Colofón de la obra

ción se hacía en voz alta diciendo si seestaba a favor o en contra, y argumen-tando el porqué; al final el corregidor con-taba los votos favorables y los adversos.Ganaba, evidentemente, la propuesta quehubiera obtenido más votos. Los regidorespresentes ese día en el Ayuntamiento de-cidieron lo siguiente:

El licenciado Álvarez opina que el Ayun-tamiento puede gratificar el estudio y tra-bajo que el padre Fray Atanasio de Lobe-ra ha puesto en escribir la historia y ori-gen de la ciudad de León (...) Tales cosasson dignas de ver y de saberpues muchas de ellas han esta-do escondidas. Por lo tanto pien-sa que es justo que el Ayunta-miento recompense al PadreFray Atanasio y se le dé una ayu-da por el trabajo realizado. Ade-más, el licenciado Álvarez creeque no es necesario pedir licen-cia real para hacer esta remune-ración, por lo tanto su voto es fa-vorable para que Fray Atanasioreciba una ayuda.

El doctor Samaniego se pre-gunta si el Ayuntamiento puedeen conciencia hacer la remune-ración al padre Fray Atanasio deLobera para el gasto que ha he-cho en sacar a la luz la antigüe-dad de esta ciudad de León y susgrandezas y vidas de los santosnaturales conforme a la relaciónescrita. Además, ha observadoque reúne las grandezas de estaciudad y sus linajes. Así, por seruna buena obra, útil para la re-pública y por tratar de la muchasantidad y decoro, y viendo lacantidad de santos que ha dadola ciudad, como en el libro se re-fiere, parece que en concienciase le pueda hacer gratificación aesta tan importante obra.

Vista y leída la petición, la ciu-dad pasó a votar el asunto en laforma siguiente:

El sr. Francisco de Villamizar,regidor, dijo que por el bien queel libro podía hacer a la ciudad ypor ser éste de mucho servicio a DiosNuestro Señor y a Su Majestad, era suparecer que se le diera cien ducados enrecompensa por el enorme trabajo quesignificaba haber puesto y sacado a la luzcosa de tanto aprovechamiento y honorde esta ciudad. Éste era su parecer.

Los señores Juan de Mieres, Tristán deObregón, Francisco González de Getinoy Manuel de Quiñones, todos ellosregidores, pensaban de igual modo queel sr. Francisco de Villamizar y, por lo tan-to, estaban a favor de conceder a FrayAtanasio los cien ducados a modo de ayu-

da para poder terminar la impresión de suobra.

El sr. Melchor de Lorenzana dijo que locontradecía y que no se le diesen (los cienducados) pues este hecho no se podíahacer sin facultad real, y los propios deesta ciudad (dinero que pertenecía a laciudad para satisfacer los gastos públicos)eran más necesarios para aderezar lascalzadas que estaban muy arruinadas. Poresto y otras causas más urgentes lo con-tradecía y pedía y suplicaba a los dichosseñores justicia y regidores presentes no

diesen esa cantidad de dinero.El sr. corregidor dijo que se conforma-

ba con los demás caballeros que estabanpresentes y mandó que a pesar de la con-tradicción hecha por el sr. Melchor deLorenzana, se libraran los cien ducadosal padre Fray Atanasio de Lobera, puesel trabajo realizado por él era muy impor-tante para la ciudad, y así mandaba quese cumpliera lo votado.

Acaba aquí la primera votación, y se-gún el parecer de casi todos los caballe-ros regidores, era lógico y normal que sediera la ayuda de los cien ducados a Fray

Atanasio para la publicación de su libro.Pero, desgraciadamente, las cosas nosuelen ser tan fáciles como parecen.

VSEGUNDA VOTACIÓN REALIZADADOS DÍAS DESPUÉS. ALGUNOS

REGIDORES NO ESTABAN CONFOR-ME CON LA PRIMERA

En el Ayuntamiento del día 25 de juniodel año 1596, entre otros temas, se trató

por parte del sr. Álvaro deQuiñones Osorio, regidor de laciudad, una protesta por la recien-te celebración del Ayuntamientoextraordinario del pasado domin-go, 23 de junio, en el cual se ha-bía acordado que se concediesea Fray Atanasio de Lobera cienducados. Esta sesión se habíaconvocado con urgencia sin ha-ber necesidad, y él, junto conotros caballeros, no había sido lla-mado al Ayuntamiento. Por esoahora que estaban reunidos enuna sesión ordinaria, protestabapor la decisión tomada pues pen-saba que no se debía librar esacantidad de dinero por no haber-se decidido el acuerdo en el modorequerido y según lo tienen de de-recho. Además, no se tenía unafacultad del Rey donde se autori-zara a hacer donación de estoscien ducados, sobre todo porquela ciudad necesitaba arreglar mu-chas cosas y saldar algunas desus interminables deudas. Trassu exposición, el sr. Álvaro deQuiñones creía que lo más lógi-co era volver a votar el asunto,puesto que en la primera votaciónhabían faltado muchos regidorespor haberse realizado ésta en do-mingo. Pero esta idea, que pare-ce lógica, no gustó mucho a losregidores allí reunidos, y así el sr.Francisco de Villamizar dijo rápi-damente que la votación ya esta-ba realizada y en ella se había

aprobado que se le diesen los cien duca-dos y se debía cumplir. La opinión del sr.Francisco de Villamizar fue apoyada porel sr. Juan de Mieres, por el sr. Tristán deObregón, por el sr. Antonio de Villafañe ypor el sr. Diego Rodríguez de Lorenzana.Pero en contraposición estaban las opi-niones del sr. Isidro Vaca, que no apoya-ba la donación, junto con el sr. Juan deVillafañe, el sr. Francisco González deGetino, el sr. Manuel de Quiñones y el sr.Álvaro de Quiñones.

Ante el resultado de esta nueva vota-ción, que acababa en un empate, cinco

1er SEMESTRE 2003 ARGUTORIO/19

El arte de escribir

votos a favor y cinco en contra, el sr.corregidor se reafirmó en su idea primerade dar los cien ducados a Fray Atanasiode Lobera en concepto de gratificación porhaber escrito la historia de la ciudad deLeón.

VIY... TERCERA VOTACION. EL CORRE-GIDOR NO ESTÁ DISPUESTO A ADMI-

TIR MÁS VOTACIONES SOBRE ELMISMO ASUNTO

Pero todavía no conforme con esta se-gunda votación, en el siguiente Ayunta-miento celebrado el día 28 de junio, selleva a cabo una tercera, puesto que al-gunos caballeros regidores alegaban queen la primera votación, la del día 23, nohabían estado presentes. El resultado deesta nueva votación es el siguiente:

El sr. Francisco de Villamizar, regidor,expuso que la cuestión estaba ya votadados veces y librada y que por lo tanto pe-día que se pagase.

El sr. Juan de Mieres opinó que el asun-to ya estaba votado y pidió al sr. corregi-dor que lo pagara.

El sr. Francisco Diez de Quiñones pi-dió que, aunque no estuvo presente cuan-do se votó, se hiciera cumplir lo acorda-do.

El sr. Antonio de Villafañe dijo que, aun-que el domingo 23 no estaba en el Ayun-tamiento, sabe que el voto fue favorablepor mayoría y que en la votación del mar-tes 25 se volvió a confirmar la ayuda delos cien ducados. Pidió al corregidor quemandara guardar lo ya votado en los Con-sistorios anteriores en base a las leyes ypragmáticas de estos reinos, donde sedispone que inviolablemente se debeguardar y respetar lo votado por la mayorparte y así se diera la gratificación a FrayAtanasio.

El sr. Isidro Vaca siguió opinando encontra como ya lo había manifestado enla sesión del día 25, y pidió que se sus-penda la ejecución y libranza de los cienducados.

El sr. Diego de Quiñones no estuvo pre-sente en los Consistorios anteriores, peropidió al sr. corregidor que le concedieseel dinero.

El sr. Diego Rodríguez de Lorenzanadijo que aunque no estuvo en el Ayunta-miento del día 23 de junio, opinaba comoel sr. Antonio de Villafañe.

Los regidores Juan de Villafañe, Fran-cisco González de Getino, Melchor deLorenzana y Álvaro de Quiñones eran dela misma opinión y parecer que el sr. Isi-dro Vaca.

Ante esta nueva votación, en la cual se-guía habiendo disparidad de opiniones, elcorregidor zanjó el asunto diciendo queen la primera votación, celebrada en una

sesión extraordinaria, seacordó se libraran los cienducados por mayoría;posteriormente en unasegunda votación en se-sión ordinaria se obtuvo elmismo resultado y por lotanto no puede haber unatercera votación que revo-que algo que previamen-te ha sido votado y apro-bado salvo que se obten-gan todos los votos encontra y sin faltar el de nin-gún regidor. Por lo tantomanda que se cumpla loproveído en la primera vo-tación y se pague la libran-za.

Con estas votacionesse cerró el periodo de in-certidumbre. Fray Atana-sio de Lobera pudo sacaradelante la impresión desu libro, que hoy en día esuna de las pocas obrasleonesas conservadas del siglo XVI, tan-to en el ámbito bibliográfico en generalcomo cronístico en particular.

Por todo ello, Fray Atanasio de Loberadebe ser considerado como una de lasprincipales figuras de la historiografíaleonesa junto con Sampiro, notario, cro-nista del rey y, según algunas fuentes,obispo de Astorga, que escribe suCronicón hacia el año 1020, y Lucas deTuy (también llamado el Tudense), cuyaobra el Chronicon Mundi, también cono-cida como Crónica de España, data delaño 1236. La magnífica obra de FrayAtanasio, impresa en el año 1596, fuecontinuada y mejorada por escritores tanilustres como el Padre Enrique Flórez(1702-1773), una de las principales figu-ras eruditas del siglo XVIII, con su obraEspaña Sagrada, de la cual solamentepudo escribir los veintinueve volúmenesprimeros; tras su muerte, esta labor fuecontinuada por el Padre Manuel Risco(1735-1801), uno de sus colaboradores,que se encargó de elaborar desde el tomoXXX hasta el XLII.

El brete económico sufrido por FrayAtanasio de Lobera, y cómo fue resueltogracias a la intervención del Consistorio,ha quedado fielmente reflejado en la do-cumentación. Así, hoy en día sabemos unpoco más sobre la vida cotidiana de nues-tra ciudad y la mentalidad de sus habitan-tes en el siglo XVI.

* Ana I. Arias Fernández, Diplomada enTécnicas de Investigación Histórica por laFundación Sánchez-Albornoz, es investi-gadora.

BIBLIOGRAFÍA

1.- FUENTES

1.1.- FUENTES IMPRESAS- ÁLVAREZ ÁLVAREZ, C.; MARTÍN FUERTES J. A. Ar-chivo Histórico Municipal de León: inventariogeneral. León: Ayuntamiento de León, D. L.1986. ISBN 84-505-4705-9.

1.2.- FUENTES MANUSCRITAS- ARCHIVO HISTÓRICO MUNICIPAL DELEÓN. Sección: Gobierno. Serie: Actas Muni-cipales. Caja: 42

2.- BIBLIOGRAFÍA

- LOBERA, A. DE, Fray. Historia de las grandezasde la muy antigua y insigne ciudad de León.León: Ediciones Lancia, D. L. 1987. Edición fac-símil de la realizada en 1596 por DiegoFernández de Córdoba, impresor del Rey. ISBN84-68025-35-2.

- MARTÍNEZ GARCÍA, F. Historia de la literaturaleonesa. León: Editorial Everest, D. L. 1982.ISBN 84-241-2709-9.

3.- RECURSOS ELECTRÓNICOS

- PAILLANSON. El arte de escribir. [en línea]<http://www.portaldellibro.com/manuscritos/index.htm>. Fecha creación: 2000. Fecha con-sulta: agosto, 2002. En Portal del libro: enci-clopedia del libro en internet. [en línea].<http://www.portaldellibro.com/Default.asp>.Fecha: creación 2000