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CECILIA GUERRA J ugar con la naturaleza pue- de tener sus peligros y sus ventajas. Todos los pensa- dores están de acuerdo en que el hombre es quien crea sus propios medios de vida y en que la ciencia le permite mejorar su hábitat y su forma de alimentarse. Pero hay veces en que se va demasiado le- jos: el mal de las vacas locas es el ejemplo más reciente y también más terrible. Aquella enferme- dad, que provocó la alarma en to- da Europa, ha generado entre los consumidores una gran descon- fianza hacia un tipo de alimentos genéticamente modificados, más comunes de lo que muchos creen: los transgénicos. En su mayoría son cultivos que, a través de un cambio en sus genes, pueden ser mucho más productivos y necesi- tar menos abonos y pesticidas, al convertirse en resistentes a cier- tas temperaturas, a las plagas, a determinados climas. En su últi- mo informe sobre el desarrollo, Naciones Unidas era concluyente: "Los alimentos transgénicos pue- den ser claves para reducir el hambre y la desnutrición que afectan a 800 millones de personas en todo el mundo". ¿Por qué? La ONU ponía un ejemplo concreto: "El Gobierno japonés ha logrado variedades de arroz con rendi- mientos superiores en un 50% y que maduran entre un mes y 50 días antes, con más proteínas y mayor resistencia a la sequía, los insectos, las plagas y la maleza, y sin necesidad de utilizar fertili- zantes". Este tipo de mejoras es algo en lo que casi todos los científicos están de acuerdo. "El principal beneficio es la obtención de plan- tas de cultivo más productivas. Cultivos mejores harían posible reducir el número de hectáreas cultivadas y la cantidad de her- bicidas y plaguicidas", ha escrito Ana Crespo, catedrática de Bio- logía Vegetal de la Universidad Complutense de Madrid. En el te- rreno de la ecología, los cultivos transgénicos también presentan una enorme ventaja: al poder mejorarse artificialmente las condiciones en las que crece una determinada planta, podrían uti- lizarse terrenos considerados yermos hasta ahora y evitar la desforestación o la invasión de territorios fértiles pero ocupados por espacios naturales protegi- dos, un mal que afecta funda- mentalmente a muchos países del Tercer Mundo. Y las desven- tajas. Según Ana Crespo, no van mucho más allá de las que plan- teaban los guisantes de Mendel. "Tanto en Estados Unidos como en Europa el uso de transgénicos y sus derivados ha sido un hecho desde hace varios años. Durante ese periodo no se ha tenido cons- tancia de ningún efecto negativo de la agricultura transgénica so- bre la biodiversidad. No hay pruebas claras de efectos indese- ables", señala. ¿EXISTEN PELIGROS? "La desconfianza social podría ser fruto del miedo a lo desconocido", asegura Ana Crespo. En una en- P ara algunos representan el futuro y la posibilidad de un mundo sin hambre. Para otros son una nueva pesadilla, creada por las multinacionales, para ganar más dinero. Los alimentos transgénicos, que cuentan con el apoyo de Naciones Unidas, con las críticas de muchas organizaciones ecologistas y con la desconfianza de la mayo- ría de los consumidores, nos remiten a un universo que roza la ciencia ficción; pero son casi tan viejos como la agricultura. Alimentos transgénicos 6 Escritura PÚBLICA 7 Escritura PÚBLICA •el escaparate• Los transgénicos son cultivos que, por medio de un cambio en sus genes, pueden ser mucho más productivos y necesitar menos abonos y pesticidas España, líder en cultivos E spaña es uno de los países líderes en la Unión Europea, sólo por detrás de Francia, Italia y Reino Unido, en el cultivo de semillas genéticamente modificadas con un total de 400.000 hectáreas en las que se experimenta con cereales, hortalizas y leguminosas. La producción española se destina a la exportación, sobre todo a la alimentación de animales, ya que el pienso no exige aclaraciones en el etiquetado. Según las organizaciones ecologistas, son las condiciones climáticas de nuestro país las que atraen a las dos multinacionales que controlan el mercado mundial de los transgénicos –Novartis y Monsanto– para investigar con nuevos productos mutantes. Cultivos mejores harían posible reducir el número de hectáreas destinadas a este fin. Entre los consumidores existe una gran desconfianza hacia los alimentos genéticamente modificados. Los alimentos transgénicos pueden ser claves para reducir el hambre y la desnutrición que afectan a 800 millones de personas en todo el mundo

Los alimentos Escritura PÚBLICA •el escaparate• claves

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Page 1: Los alimentos Escritura PÚBLICA •el escaparate• claves

CECILIA GUERRA

Jugar con la naturaleza pue-de tener sus peligros y susventajas. Todos los pensa-

dores están de acuerdo en que elhombre es quien crea sus propiosmedios de vida y en que la cienciale permite mejorar su hábitat y suforma de alimentarse. Pero hayveces en que se va demasiado le-jos: el mal de las vacas locas es elejemplo más reciente y tambiénmás terrible. Aquella enferme-dad, que provocó la alarma en to-da Europa, ha generado entre losconsumidores una gran descon-fianza hacia un tipo de alimentosgenéticamente modificados, máscomunes de lo que muchos creen:los transgénicos. En su mayoría

son cultivos que, a través de uncambio en sus genes, pueden sermucho más productivos y necesi-tar menos abonos y pesticidas, alconvertirse en resistentes a cier-tas temperaturas, a las plagas, adeterminados climas. En su últi-mo informe sobre el desarrollo,Naciones Unidas era concluyente:"Los alimentos transgénicos pue-den ser claves para reducir elhambre y la desnutrición queafectan a 800 millones de personasen todo el mundo". ¿Por qué? LaONU ponía un ejemplo concreto:"El Gobierno japonés ha logradovariedades de arroz con rendi-mientos superiores en un 50% yque maduran entre un mes y 50días antes, con más proteínas y

mayor resistencia a la sequía, losinsectos, las plagas y la maleza, ysin necesidad de utilizar fertili-zantes".

Este tipo de mejoras es algo enlo que casi todos los científicosestán de acuerdo. "El principalbeneficio es la obtención de plan-tas de cultivo más productivas.Cultivos mejores harían posiblereducir el número de hectáreascultivadas y la cantidad de her-

bicidas y plaguicidas", ha escritoAna Crespo, catedrática de Bio-logía Vegetal de la UniversidadComplutense de Madrid. En el te-rreno de la ecología, los cultivostransgénicos también presentanuna enorme ventaja: al podermejorarse artificialmente lascondiciones en las que crece unadeterminada planta, podrían uti-lizarse terrenos consideradosyermos hasta ahora y evitar la

desforestación o la invasión deterritorios fértiles pero ocupadospor espacios naturales protegi-dos, un mal que afecta funda-mentalmente a muchos paísesdel Tercer Mundo. Y las desven-tajas. Según Ana Crespo, no vanmucho más allá de las que plan-teaban los guisantes de Mendel."Tanto en Estados Unidos comoen Europa el uso de transgénicosy sus derivados ha sido un hecho

desde hace varios años. Duranteese periodo no se ha tenido cons-tancia de ningún efecto negativode la agricultura transgénica so-bre la biodiversidad. No haypruebas claras de efectos indese-ables", señala.

¿EXISTEN PELIGROS? "La desconfianza social podría serfruto del miedo a lo desconocido",asegura Ana Crespo. En una en-

Para algunos representan el futuro y laposibilidad de un mundo sin hambre.

Para otros son una nueva pesadilla, creadapor las multinacionales, para ganar másdinero. Los alimentos transgénicos, quecuentan con el apoyo de Naciones Unidas,con las críticas de muchas organizacionesecologistas y con la desconfianza de la mayo-ría de los consumidores, nos remiten a ununiverso que roza la ciencia ficción; pero soncasi tan viejos como la agricultura.

Alimentostransgénicos

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• e l e s c a p a r a t e •

Los transgénicos son cultivos que, por medio de un cambio en susgenes, pueden ser mucho más productivos y necesitar menos

abonos y pesticidas

España, líder en cultivosEspaña es uno de los países líderes en la Unión Europea, sólo por detrás de Francia, Italia y Reino

Unido, en el cultivo de semillas genéticamente modificadas con un total de 400.000 hectáreas enlas que se experimenta con cereales, hortalizas y leguminosas. La producción española se destina a laexportación, sobre todo a la alimentación de animales, ya que el pienso no exige aclaraciones en eletiquetado. Según las organizaciones ecologistas, son las condiciones climáticas de nuestro país lasque atraen a las dos multinacionales que controlan el mercado mundial de los transgénicos –Novartis yMonsanto– para investigar con nuevos productos mutantes.

Cultivos mejores harían posiblereducir el número de hectáreasdestinadas a este fin.

Entre los consumidores existe unagran desconfianza hacia los alimentosgenéticamente modificados.

Los alimentostransgénicos pueden ser

claves para reducir el hambrey la desnutrición que afectana 800 millones de personasen todo el mundo

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claramente señaladas en el eti-quetado. "Cuando vean las pala-bras organismo modificado gené-ticamente en la etiqueta de unaproducto alimenticio, los consu-midores tendrán un conjunto degarantías reales", dijo Byrne.

Estos mismos controles han si-do solicitados enérgicamente des-de el mundo científico que, aun-que reconoce que los transgénicosrepresentan un riesgo insignifi-cante para la salud humana,aquellas personas que vayan a unsupermercado tienen derecho asaber qué es exactamente lo quese llevan a casa. "Apoyamos com-pletamente el derecho del públicoa que todos los alimentos, inde-pendientemente de que conten-gan ingredientes modificados ge-néticamente, sean objeto derigurosos controles de seguridady nutrición", señaló Jim Smith,

un biólogo que elaboró un infor-me sobre este tema para la Acade-mia Británica de la Ciencia. A pe-sar de que es una institución queapoya con firmeza las investiga-ciones en este terreno, la ONU, através de la Organización Mun-dial de la Salud (OMS), tambiénha exigido que los controles seanestrictos, independientes e impla-cables. Estos argumentos han lle-gado a convencer a una parte delos ecologistas europeos.

En la votación del Parlamentode Estrasburgo se aprobó por ma-yoría (338 votos a favor, 52 en con-tra y 85 abstenciones) la normaque permite levantar la moratoriaen el uso de productos transgéni-cos en la UE. Los ecologistas seabstuvieron porque consideraronque las leyes son mucho más es-trictas. La moratoria está en vigordesde 1998 e impide la comerciali-

zación de 13 productos, sobre todode aquellos que pueden ser resis-tentes a los antibióticos. Haygrandes diferencias entre losQuince sobre la forma de enfren-tarse a este tema; pero el únicopunto de acuerdo es que la UE de-be dotarse de normas estrictasque regulen el etiquetado y el his-torial de estos productos. La Co-misión Europea es partidaria, encambio, de acabar con la morato-ria lo antes posible.

LEGISLACIÓN ESPAÑOLAEl proyecto de ley sobre organis-mos genéticamente modificadosque se pretende aprobar en Es-paña este mismo año insistirá enque exista un registro de los cul-tivos de OMG y elaborar planesde seguimiento de los ensayoscon este tipo de plantas, segúnreconoció recientemente el pro-

trevista publicada recientementeen esta misma revista, el biólogoFederico Mayor Zaragoza, ex di-rector general de la Unesco y uncientífico de reconocido prestigiointernacional, se pronunciaba entérminos parecidos: "En España,había unas 70 especies autóctonasde trigo. Actualmente, tenemoscuatro híbridos y aquellos setentay tantos están en genotecas. En-tonces, estos híbridos que esta-mos utilizando ¿qué son? Sontransgénicos hechos por hibrida-ción. La hibridación es una cien-cia aplicada, es decir, busca un re-sultado concreto. Por tanto, lo queno podemos hacer es no tener po-siciones científicas. Que hablenlos científicos. No los comercian-tes ni los ecologistas, bieninten-cionados, pero a los que quizá lesfalta en alguno de estos temas unconocimiento científico.

POSTURA CIENTÍFICACasi todos los investigadores coin-ciden en que los organismos modi-ficados genéticamente (OMG) norepresentan ningún riesgo para lasalud de los consumidores, siemprey cuando las investigaciones se lle-ven a cabo de forma controlada,con todos los permisos legales ydentro de las normas que marca lacomunidad científica internacio-nal. Todavía no ha habido un maldel trigo o del arroz transgénico, apesar de que ha sido introducidohace décadas. "Las plantas tratadasgenéticamente no suponen ningúnriesgo para la salud", dijo en Bruse-las, durante un encuentro sobrebioseguridad, el comisario europeode Investigación, Philippe Bus-quin. "El uso de tecnologías másprecisas y la existencia de marcosreglamentarios más estrictos con-vierten estos vegetales probable-

mente en productos más segurosque las plantas y los alimentos clá-sicos", agregó el comisario.

Pero las resistencias son enor-mes y después de crisis de con-fianza en los alimentos como lasque se han vivido recientementeen el mundo desarrollado, no vaa ser fácil suprimir las barreras."Quiero dar la opción a los con-sumidores de toda Europa paraque puedan elegir si compran ono alimentos producidos a partirde organismos modificados gené-ticamente", aseguró a la prensaDavid Byrne, comisario de Sani-dad y Protección de los Consu-midores de la UE en una visita aEspaña. "Es normal sentir preo-cupación cuando no sabemos loque compramos. El miedo a lodesconocido es una reacción hu-mana natural y la comprendoperfectamente. Ese es el mensaje

que me han transmitido los con-sumidores españoles. Ese es elmensaje que el Gobierno españolme transmite", agregó el comisa-rio. Byrne insistió en sus decla-raciones una y otra vez en elprincipal problema que planteala introducción de los transgéni-cos en el mercado, la informa-ción: que los consumidores se-pan lo que están comprando ypuedan elegir.

NORMATIVA EUROPEALa normativa en la que está tra-bajando la Unión Europea prevéque todos los alimentos que ha-yan sido modificados genética-mente sean sometidos a riguro-sos controles antes de llegar almercado, de lo que se ocuparánlos científicos de la AutoridadAlimentaria Europea, y, sobre to-do, que estas alteraciones estén

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Transgénicosen el mundo

Según datos del ServicioInternacional sobre la

Incorporación de laBiotecnología en laAgricultura (ISAAA), lasuperficie de vegetalestransgénicos supera los 44millones de hectáreas entodo el mundo, una cifraequivalente a dos veces elterritorio del Reino Unido. Lasuperficie cultivadadestinada a sucomercialización se reparte,sin embargo, entre 13 países.Entre ellos, cuatro (EstadosUnidos, Argentina, Canadá yChina) acaparan el 99 porciento del crecimientoexperimentado en los últimosaños. El 1 por ciento restantese reparte, sobre todo, entreAustralia, Suráfrica, Rumania,Bulgaria, Ucrania y México.

La mala prensa que tienen los transgénicos hace que los agricultores se debatan entre sus

efectos positivos y los interrogantes que plantean

Casi todos los investigadores coinciden en que los organismosmodificados genéticamente no representan ningún riesgo para la

salud de los consumidores

La Comunidad Europeaconsidera que hay que informara los consumidores sobre loque están comprando para quepuedan decidir libremente.

La alarma de los consumidores europeos encuestiones de alimentación ha crecido aconsecuencia de sucesos como el de "lasvacas locas"

Page 3: Los alimentos Escritura PÚBLICA •el escaparate• claves

biente y Alimentación, que porque se etiqueten los alimentosque contienen más de un 1% decualquier ingrediente transgéni-co se garantiza la plena protec-ción de la salud de los consumido-res. No pensamos que ésta sea lasolución, sino que hay que apos-tar más por otras soluciones comola agricultura biológica.

ECOLOGISTAS EN CONTRAHay un montón de intereses paraconvertir a Europa de importa-dor de alimentos a exportador yes realmente paradójico. Si deverdad se quiere acabar con elhambre en el mundo lo que hayque hacer es una redistribuciónequitativa de los alimentos", diceJosé Ángel Guerrero, miembro deEcologistas en Acción. "Los cien-tíficos se meten en sus laborato-rios y se vuelven locos con sus in-ventos y todavía nadie sabe elriesgo que tienen este tipo de ali-mentos", agrega al tiempo que in-siste en que, al ser una tecnologíacara y sujeta a patentes, se desti-

nará a los países más ricos y fo-mentará la hambruna en el mun-do menos desarrollado.

Aunque en términos menostremendistas, dos grandes gru-pos de consumidores pidieron alos países del G-8, reunidos en lacumbre de Okinawa, que adop-ten una moratoria sobre cultivosy alimentos transgénicos. Estasdos asociaciones, la estadouni-dense Organic Consumers y Ge-netic Snowball, consideran quelos efectos sobre la salud y el me-dio ambiente no han sido sufi-cientemente estudiados y que an-tes de ser introducidos de formamasiva en el mercado, la investi-gación debe continuar. "Hayejemplos de comportamientoanómalo de organismos vivoscuando se liberan en un nuevomedio, como los cangrejos de ríosamericanos que acabaron con laespecie autóctona española o elcaso de los conejos en Australia",ha dicho Gregorio Álvarez, pro-fesor del Departamento Molecu-lar de la Universidad Complu-

tense de Madrid. "El desconoci-miento pone en tela de juicio laseguridad de estos alimentos alalterarse de forma imprevisiblelos mecanismos de control delfuncionamiento de los genes dela planta. Ante la escasa respues-ta del consumidor español, querechaza estos productos, algunasmultinacionales han retirado ennuestro país la variedad transgé-nica de sus marcas es-trella", agrega. Gre-gorio Álvareztoca el meollodel problema.La investiga-ción va muypor delante dela confianza delos consumido-res. Segúnlas estadís-ticas y alcontra -rio de loque ocu-rre enEE.UU. ■

pio ministro de Agricultura,Jaume Matas. Otros puntos quetocará la ley española será la au-torización de comercializaciónde transgénicos durante diezaños que, tras ser sometidos anuevos controles, podrán ser re-novados por otros diez. El eti-quetado, que informe sin ningúntipo de ambigüedades sobre lapresencia de OMG en un produc-to, así como la aplicación de cri-terios unificados con el resto delos miembros de la UE son otrosaspectos importantes del borra-dor legal que presentó el Minis-terio de Agricultura. La malaprensa que tienen los transgéni-cos hace que los agricultores sedebatan entre sus efectos positi-vos y los interrogantes que plan-tean. "Como en toda innovación,muchas veces los ensayos no sonconcluyentes, sobre todo, si sonnegativos. Si se produjera algúntipo de contratiempo que desa-consejara su uso, habría que re-tirarlos, pero eso no quiere decirque no pueda haber otro tipo deagricultura", ha dicho a la pren-sa José Ramón Díaz, técnico deASAJA (Asociación Agraria deJóvenes Agricultores).

Sin embargo, para muchas or-ganizaciones ecologistas lostransgénicos no son una forma deacabar con el hambre en el mun-do, ni de aumentar las zonas cul-tivables sin destruir ecosistemas.Para ellos es un problema pura ysimplemente comercial: EstadosUnidos es el principal productorde organismos genéticamente mo-dificados y quiere imponer suventa en el resto del mundo, mu-cho antes de saber si son total-mente seguros. "No es de reciboafirmar, como han hecho los co-misarios europeos de Medio Am-

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La ley española autorizará lacomercialización detransgénicos, convenientementeetiquetados, durante diez años.

La futura normativa de la Unión Europea prevé quetodos los alimentos que hayan sido modificados

genéticamente sean sometidos a rigurosos controlesantes de llegar al mercado

A favor de la dietamediterránea

El público español esreacio a comprar este

tipo de alimentos porque,sin información clara, nosaben realmente lo queestán comiendo. En palabrasde Antonio López, de laConfederación Española deConsumidores y Usuarios(CECU), "en España siguesiendo importante la culturade la dieta mediterránea yesto se ha visto reforzadocon el asunto de "las vacaslocas". Los nuevosproductos lo van a tenerdíficil si no ofrecen algúntipo de beneficio económicoo nutritivo".