Longevidad a través de los sueños Santiago Velarde Paz, a sus siete años, aparenta ser un hombre con mucho recorrido. Al despertar el pasado 17 de julio, comenzó a hablar como si fuese alguien distinto al que se había ido a dormir la noche anterior. Sus padres, desconcertados, recurrieron a especialistas de toda clase, desembocando en las manos del obispo Jacinto Menéndez Pozuelo, quien propuso un exorcismo. Camino a la iglesia, se arrepintieron. Dieron fe al amor por su hijo.
1. Santiago Velarde Paz, a sus siete aos, aparenta ser un
hombre con muchorecorrido. Al despertar el pasado 17 de julio,
comenz a hablar como si fuesealguien distinto al que se haba ido a
dormir la noche anterior. Suspadres, desconcertados, recurrieron a
especialistas de todaclase, desembocando en las manos del obispo
Jacinto MenndezPozuelo, quien propuso un exorcismo. Camino a la
iglesia, se arrepintieron.Dieron fe al amor por su hijo.
2. Algunos medios sensacionalistas de Mxico soltaron lasriendas
a su espritu amarillo. No obstante, entre losdesperdicios de
imgenes, voces y papel, un saber estaratrajo nuestra atencin. Las
reacciones de SantiagoVelarde, ante el acoso de la prensa local, no
fueron las deun nio asustado, sino las de un hombre equilibrado.
Suautenticidad no se sostena tanto en las palabras queutilizaba
como en su tolerancia para sobrellevar laestupidez ajena. La
Pastilla Rosa lo invit a conversar. Heaqu un adelanto que
ampliaremos en nuestro prximonmero.
3. Santiago atribuye su madurez a las experienciasque vivi en
sueos y que recuerda al dedillo:ancdotas de colegial, la carrera
que estudi en launiversidad, los detalles de sus noviazgos,
lapaternidad que asumi a sus hipotticos 33aos, los domingos en el
huerto de Sopocachi, lasfrases de los libros que lo emocionaron,
loscontratiempos, los tiempos, sus cumpleaos
4. Soaste dentro de ese sueo?Soaba cada noche. En uno
recurrente tena un hermano, Gonzalo. Vivamos enun barrio llamado
Lavapis, donde personas de diferentes razas hablaban
idiomasevocadores. Nos gustaba jugar a entender lo que decan.Alguno
de esos sueos fue tan real como en el que creciste?Me ocurri varias
veces y, al despertar, nadie se asombraba. Incluso so dentrode esas
realidades, pero prefiero no ahondar en ello porque s que la
comprensinnace de compartir, al menos, un indicio sobre lo que se
habla. De lo contrario, laspalabras se quedan en el asombro o en la
incredulidad sus ojos se tornantraviesos, asumiendo la compleja
digestin de su caso.
5. Entonces, se podra decir que tienes ms de cienaos.Cien,
doscientos, mil; para qu contarlos. Lasestaciones tienen un
sentido, los aos no. Lacarne envejece slo en el tiempo destinado a
lacarne, que es el de las estaciones. Las fechasson un invento como
los marcadores en unpartido. Prefiero jugar sin distraerme
enbanalidades. Se tiende a buscar la longevidad enese tiempo lineal
cuando es tan simpleencontrarla a lo ancho, a travs de los
sueos.
6. Qu sentiste cuando despertaste este 17 dejulio?Normalidad,
hasta que me consideraronextrao. No puedo olvidar lo que hevivido,
y tampoco quiero. Quiz, mi nicoconsuelo, dentro de este espacio
quecomparto contigo y con mis padres, es quemis errores los han
pagado seresrelativamente imaginarios. Lo aprendido serun regalo
para quienes compartan mi futurono slo de carne y hueso. Me queda
muchopor soar.