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:: portada :: Cultura :: 04-09-2013 Reseña de "Cuando las películas votan" Política en el celuloide Enric Llopis Rebelión El visionado de una película admite diferentes posibilidades. La primera, puede que la más inocente, consiste en dejarse llevar por la magia del llamado séptimo arte: empatizar con los personajes, implicarse en una determinada trama y envolverse en los ambientes propuestos por el realizador. Disfrutar y recrearse -en lenguaje Zen, que el espectador logre fundirse con el filme- aunque sin llegar al extremo que le llevaba a Alfred Hitchcock a afirmar que una película "es buena cuando el precio de la cena, la entrada al cine y la cochera lo valieran". Pero hace mucho que el cine -y la imagen en general- se ha convertido en una herramienta para la manipulación de las conciencias, y por ello se precisa dar un paso más: un análisis crítico de las películas que haga posible entresacar las claves y su sentido más profundo, sin que esto niegue el grado de subjetividad que implica toda interpretación. Algo así son las 18 miradas a películas y series, realizadas por diferentes especialistas en Ciencias Sociales, que configuran el libro "Cuando las películas votan", coordinado por Pablo Iglesias Turrión y editado recientemente por Libros de la Catarata. Cualquier objeto artístico "produce" y "contiene" ideología (en su Teoría Estética Theodor Adorno -uno de los patriarcas de la Escuela de Frankfurt- subraya que no hay arte que no contenga en sí, en forma de negación, aquello contra lo cual choca). Una película, como toda producción intelectual y artística, es hija de su tiempo y siempre refleja, de una manera u otra, el presente en el que se inserta: la hegemonía ideológica (y sus contradicciones) o la crítica a los valores dominantes. También permite aproximarse a diferentes periodos históricos (entre otros muchos ejemplos, resultan impagables "Novecento" (Bernardo Bertolucci) y "El Gatopardo" (Luchino Visconti) para comprender mejor la historia de Italia, o "Las bicicletas son para el verano" (Jaime Chávarri) para introducirse en la vida cotidiana durante la guerra civil española). Estos ejercicios de acercamiento a la Historia no los permite exclusivamente el cine. En literatura, ¿Qué modo mejor de entender la "gran depresión" de los años 30 en el agro estadounidense que sumergirse en "Las uvas de la ira", de John Steinbeck? O entender los procesos que llevaron al fin de la República de Weimar y el ascenso del nazismo mediante la lectura de "Una princesa en Berlín", de Arthur Solmssen. O la revolución rusa, a través de las crónicas periodísticas de John Reed en "Diez días que estremecieron el mundo". En "Cuando las películas votan" se analizan diferentes categorías esenciales de las Ciencias Políticas (liderazgo, ciudadanía, democracia, movimiento obrero, feminismo) a través de una serie de filmes. Uno de los méritos del libro es que no se constriñe a una prolija descripción de las películas, es decir, en los diferentes capítulos no sólo se reitera lo que el lector puede percibir en un mero visionado. No se trata de discursear sobre obviedades. Aporta algo más. Sobre todo, cuando agrega reflexiones (acompañadas de una oportuna bibliografía) sobre asuntos cruciales en la Politología actual. Por ejemplo, las alusiones de Pablo Iglesias a la relación entre ética, política y poder en "La Batalla de Argel"; el auge y ocaso del llamado Estado del Bienestar a propósito de "Un mundo libre" (Ken Loach), que trata la investigadora Gemma Ubasart-González; o la plaga del "pensamiento page 1 / 3

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04-09-2013 Reseña de "Cuando las películas votan"

Política en el celuloideEnric LlopisRebelión

El visionado de una película admite diferentes posibilidades. La primera, puede que la másinocente, consiste en dejarse llevar por la magia del llamado séptimo arte: empatizar con lospersonajes, implicarse en una determinada trama y envolverse en los ambientes propuestos por elrealizador. Disfrutar y recrearse -en lenguaje Zen, que el espectador logre fundirse con el filme-aunque sin llegar al extremo que le llevaba a Alfred Hitchcock a afirmar que una película "es buenacuando el precio de la cena, la entrada al cine y la cochera lo valieran".

Pero hace mucho que el cine -y la imagen en general- se ha convertido en una herramienta para lamanipulación de las conciencias, y por ello se precisa dar un paso más: un análisis crítico de laspelículas que haga posible entresacar las claves y su sentido más profundo, sin que esto niegue elgrado de subjetividad que implica toda interpretación. Algo así son las 18 miradas a películas yseries, realizadas por diferentes especialistas en Ciencias Sociales, que configuran el libro "Cuandolas películas votan", coordinado por Pablo Iglesias Turrión y editado recientemente por Libros de laCatarata.

Cualquier objeto artístico "produce" y "contiene" ideología (en su Teoría Estética Theodor Adorno-uno de los patriarcas de la Escuela de Frankfurt- subraya que no hay arte que no contenga en sí,en forma de negación, aquello contra lo cual choca). Una película, como toda producción intelectualy artística, es hija de su tiempo y siempre refleja, de una manera u otra, el presente en el que seinserta: la hegemonía ideológica (y sus contradicciones) o la crítica a los valores dominantes.También permite aproximarse a diferentes periodos históricos (entre otros muchos ejemplos,resultan impagables "Novecento" (Bernardo Bertolucci) y "El Gatopardo" (Luchino Visconti) paracomprender mejor la historia de Italia, o "Las bicicletas son para el verano" (Jaime Chávarri) paraintroducirse en la vida cotidiana durante la guerra civil española).

Estos ejercicios de acercamiento a la Historia no los permite exclusivamente el cine. En literatura,¿Qué modo mejor de entender la "gran depresión" de los años 30 en el agro estadounidense quesumergirse en "Las uvas de la ira", de John Steinbeck? O entender los procesos que llevaron al finde la República de Weimar y el ascenso del nazismo mediante la lectura de "Una princesa enBerlín", de Arthur Solmssen. O la revolución rusa, a través de las crónicas periodísticas de JohnReed en "Diez días que estremecieron el mundo". En "Cuando las películas votan" se analizandiferentes categorías esenciales de las Ciencias Políticas (liderazgo, ciudadanía, democracia,movimiento obrero, feminismo) a través de una serie de filmes.

Uno de los méritos del libro es que no se constriñe a una prolija descripción de las películas, esdecir, en los diferentes capítulos no sólo se reitera lo que el lector puede percibir en un merovisionado. No se trata de discursear sobre obviedades. Aporta algo más. Sobre todo, cuando agregareflexiones (acompañadas de una oportuna bibliografía) sobre asuntos cruciales en la Politologíaactual. Por ejemplo, las alusiones de Pablo Iglesias a la relación entre ética, política y poder en "LaBatalla de Argel"; el auge y ocaso del llamado Estado del Bienestar a propósito de "Un mundo libre"(Ken Loach), que trata la investigadora Gemma Ubasart-González; o la plaga del "pensamiento

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positivo" y su uso por las grandes empresas, en relación con "American Beauty" (Jorge Moruno).

Otras veces el valor añadido de los comentarios se ubica en la propia película o sus personajes. Asíocurre en el capítulo que el profesor Juan Carlos Monedero dedica a "Skyfall" (filme de la sagaJames Bond), donde no sólo explica el rol del estado y sus cloacas ("licencia para matar") aplicado ala película, o el control del Departamento de Estado y el Pentágono sobre el actual cinenorteamericano. Monedero repara, asimismo, en cómo ha evolucionado con el tiempo el personajede James Bond. También resulta de particular interés el artículo -muy completo y exhaustivo- dePepe Gutiérrez-Álvarez sobre el "Espartaco" de Kubrick, que incluye información de contexto sobreel personaje y su huella histórica; el forjado y la génesis de esta superproducción y, sobre todo, elpapel primordial de su muñidor, Kirk Douglas; También da explicaciones Pepe Gutiérrez sobre otros"Espartaco", además del de Kubrick, en la historia del cine. En el capítulo dedicado a "Germinal" ysu ligamen con el movimiento obrero, el lector puede encontrar una minuciosa glosa de estasuperproducción (la mayor en la historia del cine francés) a cargo de los especialistas en DerechoLaboral, Héctor Illueca y Adoración Guamán.

El libro arranca con un análisis de "Dogville", película dirigida por Lars von Trier y estrenada en2003, en la que Carlos Prieto del Campo analiza el concepto de liberalismo. Concluye que elrealizador danés "construye el ciclo liberal mediante la triangulación de la relación entre Tom,Grace (dos de los protagonistas) y la comunidad de Dogville. En el liberalismo la violencia y lasumisión siempre son objeto de mediación política (...)". Interesantes conclusiones extrae asimismoRubén Martínez Dalmau en su texto sobre la saga "Star Wars", de George Lucas, en el que abordala categoría "democracia" y subraya algunas perspectivas sugerentes del filme, por ejemplo, cómola organización Jedi y su papel frente al gobierno evocan a los guardianes de la República platónica.O las concomitancias entre los seguidores del lado luminoso de la fuerza y la filosofía estoica o elbudismo.

Jaime Ferri aporta un artículo sobre "In the loop", película británica de 2009 dirigida por ArmandoIannucci, que define como una "ácida sátira de los políticos angloamericanos que buscaronjustificación a la decisión de invadir Iraq". Los jerarcas que toman las decisiones no aparecen en lapantalla, pero sí los "mediocres asesores sin escrúpulos", empeñados en justificar políticamente labarbarie. El libro exhibe múltiples caras. Enhebradas por dos hilos conductores que cierran elargumento: su vigencia teórica y práctica para afrontar el conflicto en el presente; y la centralidadque ocupan en el campo de las ciencias políticas las nociones tratadas. Y nada tan actual como lasprácticas de los movimientos sociales y la acción colectiva, que Miguel Ángel Martínez aborda apartir de "La estrategia del caracol", película ambientada en Colombia y dirigida por Sergio Cabrera.¿Cómo se representa la "acción colectiva" en el metraje? "Combina el humor con la religión, lascontroversias entre un anarquista y un comunista, los resquicios de la legalidad con una burocraciakafkiana y atravesada por la práctica regular de la corrupción", sintetiza Martínez.

Para tratar una idea tan vidriosa y fronteriza como la de "liderazgo" (y otras adyacentes como"carisma" y "legitimidad"), la profesora de Ciencia Política de la Universidad Complutense, PalomaRomán, recurre en sus clases a "Lawrence de Arabia", película rodada por David Lean en 1962. En"Cuando las películas votan" vierte las conclusiones de su experiencia didáctica. Por otra parte,Sara Porras afronta la cuestión del feminismo a partir de diferentes personajes femeninos de "MadMen". Sobre el derecho a derecho a decidir en la reproducción de las mujeres escribe CristinaCastillo un artículo que trata de dos películas, ambas de 2007: "Juno" y "4 meses, 3 semanas y 2

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días". Si bien a las dos les conecta una misma temática -embarazos no deseados-, los contextosdifieren sobremanera. En el primer caso, el de una adolescente norteamericana en la actualidad; enel segundo filme, el de una chica de 22 años en la Rumanía de Ceausescu.

El libro se completa con artículos sobre "Desgracia", en el que Pablo Sánchez León propone algunaspinceladas sobre "¿Qué es la ciudadanía?"; "Millennium 1" y sus concomitancias con la violencia degénero, a cargo de Jesús Lima; La importancia de la "Comunidad" a través de la película "Moolaadé"(Jesús Izquierdo); la "alienación" en "Blade Runner", por Albert Noguera, y un brillante y aceradoarticulo de Ricardo Romero sobre "Tout va bien", el filme de Jean-Luc Godard. "Lo inteligente, laverdadera estrategia es servirse del arma del enemigo, moverse en el terreno del enemigo y, comobien confiesa Godard, "hacer un Love Store con lucha de clases", afirma en el texto el cantante de"Los chikos del Maíz". Una frase para la reflexión.

"Cuando las películas votan" (Ed. Libros de la Catarata)

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de CreativeCommons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.

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