LO CLÁSICO – LA MÁSCARA

Partiendo desde el orden, la disposición de las cosas y sus materiales a una escala objetual, la comparación de estas dos obras, con una diferencia de inicio de obra de 100 años, tiene como objetivo ver lo clásico de ambas y que cosas no se cumplen en esta categoría. La obra de Alberti se monta sobre algo preexistente al igual, que la máscara que tiene montada la catedral de sucre. La fachada de San Francisco de Rímini actúa como un regulador, un aparato que armoniza, estabiliza al objeto pero más interesante es pensarlo desde el negativo de la situación, del campo urbano, y que la fachada sea parte de lo urbano. La fachada desde el concepto romano, le da dirección y sentido a un objeto que se articula con un sistema-orden-escala diferente al propio.

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TRABAJO PRÁCTICO

HISTORIA 2

FERNÁNDEZ 2015

LO CLÁSICO – LO BARROCO

VERÓNICA HACHMANN – DOCENTE

SANTIAGO MERCADER // PABLO

COMTE – ALUMNOS

FADU - UBA

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La fachada de San Francisco de Rímini se presenta a lo urbano de forma diferente a lo que pasa por detrás. El sistema de materiales no aparece dentro de la templo, generándose una controversia acerca de lo clásico, ya que no es la única verdad sino hay una superposición y hasta podría decirse que la discrepancia es tal que se la puede tildar de mentira. No se engloba todo el objeto a una sola constante sino la pieza, y parece que el ensamble se genera al revés, con esto quiero decir de campo a figura y no de figura a campo. La reinvención de lo clásico no opera en todas sus partes sino que tiene que convivir con lo preexistente y hibridarse o no, se impone una manera y se tapa la otra. En el caso de sucre es algo parecido por el hecho de montarse una pieza sobre otra. Lo particular de este montaje es el encastre que se hace, toma el orden original, la yuxtaposición no es tan imponente . La mascara de Alberti es clásica en si misma pero su montaje rompe con el criterio clásico, en cambio en sucre es peculiar que el montaje se encastre con lo clásico, y conviva una verdad sobre otra o una al lado de la otra.

LO CLÁSICO – LA MÁSCARA

Catedral de sucre Templo malatesta

Las categorías varían por forma, las relaciones con la trama se rompe y cada

pieza sale del orden cuadricula-damero. Lo interesante es pensar que mas

comparten cada categoría, una pieza con otra, cual es su vinculaión y que

nueva categoría se establece.

LO notacional – lo urbano

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LO CLÁSICO – lo urbano

Desde el mismo enfoque, en san carlino de las cuatro fuentes, el sistema de materiales de la composición, la fachada no es tan montada como la de Malatesta, sino que es una pieza del adentro que cambia de clase y se articula con lo urbano. Cambia de escala y se monta a lo urbano como lo hace cada edificio que se presenta a la calle sobre esa calle, con continuidades y discontinuidades de los materiales. Entonces lo clásico está presente es esta continuidad de materiales que dependen de su lugar, cada parte encuentra su forma dependiendo de su posición.

“Podríamos decir que la arquitectura clásica es como un juego de ajedrez. Siguiendo la analogía de los juegos de ajedrez y go, los órdenes arquitectónicos son como las piezas de ajedrez, estas tienen una clara identidad fija y un rango de movimiento dentro de esa identidad.

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LO notacional – lo urbano

Simbolica-paisajistica, entre qué cosas está la ciudad, los elementos

geográficos. Acá una curiosa relación entre el patrimonio americano

mitológico y su cosmología con lo europeo, su recontextualización.

El mapa es una traducción que en su pasaje pierde información, a su vez lo

que queda es un resto de formas que están unidas a través de las

condiciones de campo establecidas. Los efectos se pierden. En el trabajo de

Armelle Caron el mapa se desvincula de las condiciones y el orden

especifico para pasar a un sistema notacional diferente que relaciona cada

parte o elemento, de la ciudad de Tamarac en Florida, por semejanza y

diferencia.

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El ajedrez, finalmente, es semiótica o significado. Cualquier transformación

mas allá de los movimientos prescritos permanecen en el reino de la

desviación, porque en este sistema de cambio pueden solo ser referidos en

especies, por su relación a un modelo fijo. La forma de tales desviaciones

está limitada a elaboración o deformación – en efecto a las versiones

manierista o barroca del original.

En contraste a nuestros trabajos operan por momentos como un juego de

go, donde cada elemento no tiene un significado intrínseco y estable fuera

de su relación contextual. Una hebra es una tela o una pieza de go no es

diferente de otra.

El significado es adquirido en relación al comportamiento especifico y los

efectos que nosotros buscamos en una zona determinada de un proyecto…

en este modelo, no existe una clara distinción entre ornamentación y

estructura, como tampoco ocupa distintas zonas, las hebras ocupan el

todo.”

La intromisión de lo urbano con su sistema de materiales, ordenes y escalas

siempre rompe con lo clásico, no puede estabilizarse todos los mundos o

artificializarse a una constante. Las condiciones de campo de la calle dotan a

las figuras de información que deben reordenar en sus composiciones o

negarla operando fragmentariamente en la ciudad.

LO CLÁSICO – lo urbano

Desde lo formal, la pieza es reconocible en el dibujo. “‘Las notaciones son

‘’maquinas abstractas’’ capaces de producir nuevas configuraciones a partir

de materiales dados.

(…) Cada sistema de notación articula una comunidad interpretativa

específica, un dominio. La abstracción de la notación es instrumental, y no

un fin en sí mismo’’. Con estos criterios, lo que se quiere

explicar es la cantidad de maneras de encontrar algo en el tejido y cuanto

de sus notaciones necesitamos, que categorizan cosas de diferente especie y

generan la heterogeneidad de Roma en este caso.

El tejido de Roma es la acumulación de partes en el tiempo, en el cual las

mencionadas condiciones de campo, dan forma y orden. La trama tiene un

orden muy especifico regulada a veces pormuchas cosas, que pueden ser

mapeables y otras que no. En cambio en la ciudad de Sucre encontrar la

Catedral Metropolitana en el mapa contemporáneo al de Roma, es mucho

más sencillo por ser un actor tan fundante y central sobre el control del

territorio y es el nodo principal del diagrama. La ubicación no necesita de

una multiplicidad de lecturas sobre los sistemas de relaciones, sino tal vez a

una escala .

LO notacional – lo urbano

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El mapa como traducción de una ciudad, necesita un sistema notacional

para trasladar datos. Traducir es transportar, una traslación de un contexto

organizativo a otro diferente. La forma de relevar y replantear nos permite

observar comportamientos de los materiales, la especificidad de las cosas.

El replanteo como construcción de algo nuevo.

Desde dos tipos de mapeo, la búsqueda de las obras encuentra, diferentes

dificultades a la hora de ubicarlas el tejido del cual pertenecen. Cada mapa

tiene su precisión y escala, y va desde su forma de registrar las cosas.

Encontrar la obra de Borromini en el mapa del siglo XVII necesita de una

especificación de su lugar, puede ser desde un sistema referencial-

anotacional de las calles o sino desde patrones formales en el tejido.

La lectura pasa a ser una forma de categorizar las cosas que aparecen en la

multiplicidad. San Carlino de las cuatro fuentes esta dentro de un diagrama

que le da las condiciones de campo específicas de su momento contextual,

a su vez se acopla a otros diagramas de otras escalas y materiales

diferentes. Podemos saber la dirección exacta de la obra pero también

buscar en este sistema de calles es complicado, lo cual deberíamos cruzar

otro sistema para ubicar, como poner la atención sobre actores no humanos

importantes en el mapa, para englobar una pieza del diagrama.

LO notacional – lo urbano

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LO CLÁSICO – lo urbano LO notacional – lo urbano

Lo heterogéneo de la ciudad surge del damero y la multiplicidad dentro de la trama. Cada tipología de “manzana-cuadra” se arman de diferente forma y su ordenamiento depende de algo mucho más complejo que el simple ordenamiento ortogonal. El hecho urbano en sucre, es la catedral metropolitana, desde su inicio como actor o parte de un grupo de actores, en los cuales la ciudad se arma a partir de ellos, a pesar de la trama ortogonal, la catedral está a una escala más grande simbólica y materialmente.

Confrontando ambos casos, es una cuestión de que Roma ya tiene múltiples sistemas y modos de usos operando y San Carlino de las cuatro fuentes se suma a lo heterogéneo y es parte de capas sucesivas o completa uno de los estratos articulándose a lo urbano con su fachada manteniendo materiales de esa heterogeneidad y también montándose. En cambio, la Catedral Metropolitana es aquella que tensa cosas y genera un sistema de estratificación-acumulación de partes rompiendo el orden original.

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LO CLÁSICO – lo urbano

Rossi menciona a los hechos urbanos como un actor tensante de los

materiales -“ahora se puede afirmar que el carácter distintivo de toda

ciudad, y por lo tanto también de la estética urbana, es la tensión que se

ha creado y se crea entre áreas y elementos, entre un sector y otro; esta

tensión viene dada por la diferencia de los hechos urbanos existentes en

cierto lugar y esta medida no solo es términos de espacio, sino también

de tiempo. Estos se refieren bien al proceso histórico allí donde hay

presentes fenómenos de permanencia, con todas las implicaciones que

estos poseen, bien en sentido puramente cronológico donde se pueden

hallar hechos urbanos acontecidos en tiempos sucesivos”.

El diagrama tiene que ver con esta diferencia entre hechos urbanos y

otras múltiples condiciones que se despliegan. “El campo describe un

espacio de propagación, de efectos, no contiene materiales, más bien

funciones, vectores y velocidades”.³ Lo que quiere explicar es la búsqueda

de materiales entre las cosas para hacer frente a las dinámicas de uso

complejas geometrías de las masas en movimiento. La ciudad convive en

tensión continua entre sus lugares y sus momentos, así Roma tiene una

forma heterogénea por sus modos de uso, dadas por estas tensiones, y

entrando en critica con Stan Allen, el campo también tiene forma,

contiene también momentos de figura sumado a materiales formales

estrictos. La dualidad figura-campo entra en una indeterminación.

El caso de la ciudad de Sucre es diferente desde su concepción, es lugar

de una experimentación de las formas de apropiación de territorio,

propias de la reinvención de la historia, de lo clásico. Podría decirse que

es una interpretación de las ciudades militares romanas, o de las colonias

romanas en las periferias pero en este caso recontextualizadas a América,

con sus materiales y actores nuevos. Su apropiación del territorio es

sobre un valle y a su alrededor un paisaje anteriormente venerado; la

herencia de lo patrimonial americano sigue estando presente, pero los

ejes, vectores ceremoniales se diluyen y destruyen.