Libro Entre La Ley y La Costumbre

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Ana Marfia
de unacritica
de acuerdo a los
formas
de
costumbre
adquirir nueva dinmmica
si losgru
poblaci6n indigena
y
se
complica
por
las
estrategias
de
desarrollo
indigenas a
veces se yen involucrados en las lamadas guerras de baja intensidad. Es
en este contexto, nos dice el
autor, que deben situarse los
actuales
es
fuer70,s
por
respetar
y
reconoccr
las
costumbres
tradicionales
de
los
desde el in
tanto
con el que 6ste se enfrenta. En la
segunda
parte
de c6mo qucdaron incluidos los derechos indigenas en la nueva
Constituci6n brasilcfia le 1988, y ofrece algunas
observaciones
suetudinario indigcna, como scfiala Esther
Prieto en el
sin
etapas por
de conquista
llevadas a
cabo primero
teriormente
grupos indigenas latinoamericanos, y
tratado
cribe en
los derechos del pueblo mapuche, cul
minando con la legislaci6n etnocida del r6gimen militar (1979). El autor
analiza c6mo la legislaci6n estatal
contradice
atribuyen
frecuente
violaci6n
el
norte
de
Mxico,
las
formas
de
simbolizaci6n:
la
bfisqueda
de
una
Tierra
de
normas
expresas
que,
independientemente
de
la
dimientos colectivos que se
presentan bajo formas ritualizadas.
organizan los procedimientos) las
como
una
virtud
actores queintervienen
en las disputas
y, por
por
parte
de
las
que
invo
lucran
einterpretaci6n.
Estas estrategias
implican un
de
papel disuasivo,
y, sobre
los
nficleos
de
comunidades
indigenas
carecian
de
poblaci6n
blanca,
y
sus
relaciones
con
los
centros
rectores
Ayuntamiento Constitucio
indios.
En
antropologia,
ge
neralmente
nos
referimos
a
88 Entre
las relaciones del Es
laprActica ha
por
la Constituci6n Nacional de 1961
y,
N
esquema
que
desta
ca
los
puntos
nodales
o
niveles
de
inclusividad
en
las
relaciones
y
dere
chos
civiles
o
mantenimiento
de
caminos;
las
van
revelan
un
refuerzo
de
la
solida
ridad
e
identidad
tnicas.
Esto
nos
permite
afirmar
-ue
aun
en
estas
comunidades
fuertemente
penetradas
ideol6gicamente,
se
batalla
por
mantener
vigentes
hs
formas
de
autogobierno.
Feizmente
para
todos,
los
exploradores
s6lo
estaban
extraviados,
pero
el
caso
estipula
tabties
que
deben
obser
bio
la
existencia
de
reglas
eslaineficiencia de
la difusa presi6nsocial
regla
magistral-
se
debe
a
6
ridicas,de sus interrelaciones y de
su eficacia.
sino,
recho
de
de
un
sistema
sistemapoliticodelcual es parte (Raz 1986:
253).
elementos
en
su
composici6n.
Ese
es
la compafieraSissi Villavicencio quienhizodiversas e importantes atingen
cias
apoyarnuestro
las
Ia
Friedrich
Nauman.
Chase-Sardi,
Miguel
1987
Derecho
consuetudinario
chamacoco.
Akal.
Museo Nacio.
XLIII.
Lima.
1982
como
un
que
se
extrale
gales,
implica
una
opci6n
desanciones que
abigeos y
yse quita
comunidades
se
acuerda
cuindo
los
campesinos
de
sanci6n.
les aplicancasti
nimero
Los
campesino,
de
todo
econ6micamen
el de las obras
la participaci6n de todos
social,
las normas.
del tenientego
liegaba
hasta
el
rio
del
anta
gonismo
y
la
y muertosy
ritual
alma,
espiritu
tipos de alma; la
(li
pero
familia durante unpcrio
do
de cuatro afios, en que pueden transtornarlos. Pasadoestetiempo, se
produce cl alejamiento definitivo. Pero es
el alma que conficre la vitali
dad
la
que
trastorna
aleja
del
(1980) los
los
los
conocimiento de la
que operan como agentes de control social en la comunidad,
a trav6s
de la
sarios puedan hacerle a
cer
c6mo
se
resolvi6
17-0 Entre
la ley
triona),etctera.
desplazarse fuera
la tierra que tienen en el sur del
pais,
quien
junto
con
entre ambas mujeres parece posible corres
ponder una
casa
en
se
Pedro
circula
entre
ambos,
repartiendo
y
en
las
efectiva
en
su
plitica
incansable
mientras
cosen,
efectiva
en la
hombre
alas dos,
Loses
no cs el
tribu,
y
en
la
relaci6n
intertribal.
En
este
a
,C6mo conciliar
brujeria
Castillo
cativa
tejido sociocultural
querer asumir
como propio.
Supremo Tarahumara que formula,
la
casi
totalidad
de
fue
descartado
por
los
forestal
la
repartici6n
bisicaque
plaza depromotor.
y
como
discurso
como
antagonismo
entre
el
trabajo
asalariado
en
mayor in
corporaci6n de
liaci6n
que podriamos interpretar
consuetudina
Sin lugar a
falta
una
decir,
con
la
categorfa
a los
M.,
y
comunida
des
y
tomar por si mismo aquellas decisiones que conciernen a los inte
reses
como
un
la
porende, su posici6n dentrode la
comunidad, es
tableciendo una
cumplimiento coercitivo
en caso
por
parte
y es
en el consenso
imperativo
-atribu
la
impuestas
mayor
de conflicto
que requieren
la intervenci6n
refiere ala
al derecho positivo,
cionales del
dades
indigenas
su
eficacia
es
considerable
punto
vidad y
punto
de
tanto,
es
jurfdico
basado
presta auna discusi6n muy amplia, y
ante la
cual reconocemos queain
no hemos fijado una posici6n definitiva. Nos interesa, sin embargo, dejar
abierta la discusi6n
plantearin
ense
guida
puedan
la
reciente
levada
a
indigene
indigena guatemalteco. Tesis,
283stadoy
discusi6n, y
salidad que
por igual adiferentes
Estado
trata
de
aco
modar
solo
patr6n
ha
comunidades; una
vez conseguida
la tierra,
ayudas
obtenidas,
los
cuales
son
Colombia, en los
admita
comfinmcnte
que
de
un
conjun
to
§
generaciones
de
el
Instituto
menonitas
y
surge
una
generaci6n
de
indigenistas
del gobierno
323egislaci6nparaguaya
que
que,
aunque
no
encontr6
,Quienesscr.in
los titularcs
tonido
el
efecto
de
matizar
nuestro
concepto
BIBLIOGRAFIA
Bejarano
adecuado
el
alcance
y
los
lamados
pueblos
indios;herencia
colonial
que
para
el
protecci6n
pronta
civiizaci6n
el0.
En
virtud
de
un
convenido, estableciendo
al perio
don
en
1857,
344 Entre
radicaci6n
desarrollado
entre
de Arauco
y Osorno,
2.918 tftulos
510.386,67
hectAreas,
radicando
del mapuche con su
creadas con base
a
este
proceso,
dad bastaba con la petici6n
de
un
solo
348 Entre
trabajo
profur.dizar
conflictos
que
periodo colonial
indigenas
al
r6gi
de
1930
cn
de fines
del siglo
pasado, luego
alteraciones
en
hizo posible
ci6n
de
sus
labores
agricolas
en
su
crea
objetivo.
La

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