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Sesión 21. La innovación e investigación en la práctica docente
Lectura Central
El rol del maestro en la innovación e investigación de su práctica profesional.
Comunidad es una palabra que proviene del latín, commune y communis,
conjuntamente, en común, conjunto de personas que se vinculan por el
cumplimiento de obligaciones comunes y recíprocas. La comunidad es una forma
de agrupación basada en la cercanía, compartir experiencias y formas o modos de
vida, sensibilidades y experiencias.
Para Wenger (1998), una comunidad de práctica (CoP) es un grupo de personas
que comparten una preocupación, un conjunto de problemas o un interés común
acerca de un tema, y que profundizan conocimientos en esta área a través de una
estructura social basada en la construcción colaborativa de conocimientos a
beneficio de todos sus miembros.
Wenger (1998), fija tres componentes que caracterizan una CoP:
· Compromiso mutuo: El hecho de que cada miembro de una CoP comparta su
propio conocimiento y reciba el de los otros, tiene más valor que el adquirir
conocimiento del que lo sabe todo.
· Empresa conjunta: Una CoP debe tener unos objetivos y necesidades comunes,
aunque no homogéneos. Pueden ser objetivos distintos y, por tanto, negociados,
pero deben suponer una fuente de coordinación y de estímulo para la CoP.
· Repertorio compartido: Con el término repertorio, Wenger (1998) se refiere al
conjunto de rutinas, palabras, gestos, instrumentos, maneras de hacer y hablar,
símbolos, relatos, conceptos, que la comunidad produce o adopta en el curso de su
existencia. El repertorio es una característica que da coherencia a las comunidades
de práctica.
Otras características de las comunidades de práctica y cómo sus miembros
trabajan y se relacionan, aparecen documentadas en investigaciones y
publicaciones sociológicas y antropológicas, como las llevadas a cabo por Wenger
(1998), Brown y Duguid (1991, 2000), Lave y Wenger (1991) y Barab y Duffy
(2000) citadas por García, J., Greca, I. & Meneses, J. (2008). De sus trabajos se
desprende que estas comunidades son:
Emergentes.
Autoreproducibles.
Envuelven entidades distintas y más amplias que las estructuras
organizacionales formales, con propias estructuras de organización, normas de
comportamiento, canales de comunicación e historia.
Sus miembros pertenecen a organizaciones profesionales diversas y se
relacionan por motivos tanto sociales como profesionales.
Wenger y Snyder (2000) afirman que en una comunidad de práctica sus miembros
se organizan ellos mismos, establecen sus propias agendas y eligen sus propios
líderes. Afirman que en este sentido, una comunidad de práctica es más flexible
que un grupo de trabajo: Una CoP no está sujeta a la duración de un proyecto, un
programa de estudio o trabajo, o a los cambios que puedan darse en la
organización de una institución, lo que posibilita una forma organizacional más
duradera.
Una comunidad de práctica puede hacer explícita la transferencia informal de
conocimiento dentro de redes y grupos sociales ofreciendo una estructura formal
que permite adquirir conocimientos a través de las experiencias compartidas
dentro del grupo. Asimismo, la propia identidad del grupo se fortalece al reforzar el
aprendizaje como un proceso de participación y liderazgo compartido.
Un aspecto importante de las comunidades de práctica es que emplean como
estrategia el aprendizaje colaborativo, el cual es un sistema de interacciones
cuidadosamente diseña das que organizan e inducen la influencia recíproca entre
los integrantes de un equipo. El aprendizaje colaborativo se desarrolla a través de
un proceso gradual en el que hay un compromiso mutuo de cada miembro con el
aprendizaje de los demás, generando una interdependencia positiva que no
implica competencia.
Dicho aprendizaje colaborativo es identificado como un fenómeno social, ya que
nadie aprende una nueva práctica solo; la gente aprende una nueva práctica
simplemente haciéndola, pero siempre guiada al menos por una persona con más
experiencia en dicha práctica. En particular, cuando se quieren aprender prácticas
profesionales, nadie aprende fuera de una comunidad de profesionales, de gente
del oficio. Por lo tanto hay que crear entornos de aprendizaje donde se pueda tener
acceso a profesionales más experimentados en un dominio determinado, en vez de
separar de la práctica cotidiana a las personas que se forman y transferirles sólo
abstracciones de dicha práctica.
Las CoP pueden ser presenciales o virtuales, y en ambos casos es necesaria la
figura de un moderador, quien es el encargado de estimular y dinamizar el
enriquecimiento mutuo y el intercambio de experiencias. Para Wenger (1998) las
funciones del moderador son:
Identificar temas importantes que deben tratarse en el ámbito de la comunidad.
Planificar y facilitar las actividades.
Conectar informalmente a los miembros.
Potenciar el desarrollo de los participantes.
Gestionar la frontera entre la comunidad y otras unidades organizacionales.
Ayudar a construir la práctica, incluyendo el conocimiento, la experiencia
adquirida, las mejores prácticas, las herramientas y los métodos, las actividades
de aprendizaje y las contribuciones de los miembros a la organización.
Las comunidades de práctica tienen un ciclo de reproducción, además que tienden
a regenerarse a sí mismas: "los veteranos" salen, y entran nuevos miembros de la
comunidad para acercarse a sus pares, quienes sirven como ejemplo de práctica
con experiencia (Buysse, Sparkman y Wesley, 2003). La comunidad de práctica se
encuentra dentro de un sistema interdependiente en el que los individuos son
parte de diferentes relaciones laborales y tal vez de campos más amplios.
Es este precisamente nuestro caso, pues deseamos conformar comunidades de
práctica entre diferentes actores interesados en la integración de TIC en las
escuelas porque creemos que la formación y desarrollo profesional de los
profesores puede verse enriquecida con explicaciones teóricas de las experiencias
vividas en el aula. También, consideramos que las autoridades educativas
necesitan conocer los fenómenos de estudio para que puedan comprenderlos y
apoyar las alternativas generadas por los profesores.
En el desarrollo profesional de los docentes se debe propiciar la convergencia de
conocimientos y experiencias. De este modo, si los maestros exponen sus
vivencias de enseñanza a colegas con más experiencia, es posible que desarrollen
ideas, conocimientos y alternativas concretas para mejorar su práctica docente;
Llinares (2000) y Parada (2009) mencionan que las discusiones entre maestros, o
maestros en formación, favorecen una mayor comprensión de la experiencia
profesional de quienes participan y apoyan su crecimiento profesional.
Comunidades de práctica virtuales
Hemos mencionado que las comunidades de práctica pueden ser presenciales o
virtuales. Nos interesa abundar más acerca de estas últimas. La utilización cada
vez más extensa de estas tecnologías ha ido estableciendo relaciones entre
personas e instituciones que anteriormente era imposible, creándose comunidades
cuyos miembros se relacionan entre sí, de un modo más o menos constante, desde
sus lugares de residencia o habituales. Se trata de personas cuyos intereses
personales o profesionales coinciden y que conectan con la comunidad para
enriquecerse y hacer aportaciones a la misma.
Las comunidades virtuales son un fenómeno nuevo, posibilitado por las TIC.
Aparecen en multitud de ámbitos: desde los intereses de un grupo ciudadano
hasta las macro-comunidades que aparecen en Internet. Su utilidad en educación
ha quedado manifestada por la creación de entornos de aprendizaje colaborativo,
que en muchos casos se han ido convirtiendo en auténticas comunidades de
práctica.
Las comunidades virtuales, han adquirido un lugar central en la sociedad actual,
especialmente por los avances tecnológicos y la denominada web social. Han
evolucionado y se han consolidado en las últimas décadas (a medida que las
tecnologías de la comunicación avanzan) hasta el punto de encontrarse hoy en día
expandidas de manera generalizada. Cada nuevo avance tecnológico, las
numerosas aplicaciones de gestión de la información y de la comunicación, que a
su vez han facilitado y han multiplicado las herramientas de interconexión y de
nuevas formas comunicativas cada vez más orientadas a la colaboración e
intercambio.
Estos avances tecnológicos (muy rápidos y globales) junto con propuestas teóricas
(comunidad de práctica y aprendizaje), han posibilitado una situación en la que
hay un gran interés tanto por promover experiencias de aprendizaje colaborativo
basadas en comunidades, como por intentar teorizar esta nueva realidad y su
potencial educativo.
Junto a las comunidades virtuales en general, que se crean por motivos muy
diferentes (desde el consumo de información, a intereses particulares en un tema
concreto, pasando por el aprovechamiento de canales de comunicación estables),
están las comunidades de práctica virtuales: organizaciones que mantienen una
continuidad temporal, pero que sobre todo están definidas por compartir una
práctica entre sus diferentes actores.
Si las comunidades de práctica han entrado en una nueva era digital y pueden ser
virtuales, es, sin duda, un aspecto central. No cabe duda que, en muchos casos,
son la forma actual que adoptan, especialmente si no les adjudicamos un número
de rasgos y condiciones tan exhaustivo que apenas pueden cumplirlo, es decir si
vemos que la virtualidad supone un conjunto de diferencias ligadas a la
especificidad de las nuevas formas de mediación y de interacción, y que están
creando por tanto comunidades diferentes a las tradicionales.
Las TIC permiten contar, en un espacio de trabajo virtual, con un repositorio para
almacenar y organizar diversos tipos de archivos y recursos, y con un espacio
donde se puede consultar, debatir, analizar, enriquecer y retroalimentar el trabajo
de los demás integrantes de la comunidad. Reconocemos que en las comunidades
de práctica que cuentan con espacios virtuales, la figura de un moderador es
importante para dinamizar el enriquecimiento mutuo y el intercambio de
experiencias. Además, estos espacios virtuales pueden aprovecharse para guardar
relatos estructurados y preservar la memoria de la comunidad de práctica.
En las comunidades de práctica virtuales se observan generalmente tres niveles de
participación. El primer nivel lo constituye un núcleo de individuos que participan
muy activamente en la comunidad, que la lideran. Este grupo suele ser pequeño y
no representa más del 10% al 15% de la comunidad. Luego están los miembros
activos, que participan regularmente en las reuniones y discusiones online, pero
sin la regularidad ni la intensidad de las personas del núcleo duro. Este grupo
también es pequeño y suele representar de un 15% a un 20% de la comunidad.
Finalmente, la mayoría de los miembros de la CoP están en la periferia y no
participan activamente en las actividades de la comunidad.
El potencial que ofrecen las comunidades virtuales puede ser usado en el ámbito
educativo, constituyéndolas con el objetivo de mejorar la práctica educativa,
creando así un espacio donde las cuestiones relacionadas con el quehacer diario
del docente tengan eco y sean discutidas y compartidas por otros actores
implicados en la educación. Aunque no se cree que sólo mediante el uso de las TIC
y la creación de comunidades virtuales de práctica se vayan a solucionar todos los
problemas existentes entre los profesionales de la educación, sí es posible, que
este tipo de comunidades se consoliden para abrirse nuevas vías de solución a
algunos de los problemas.
Enriqueciendo la red profesional
Como hemos visto las comunidades de práctica son un entorno vital para ampliar o
enriquecer la Red Profesional, teniendo claro que las primeras tienen unos ciclos
de vida y que la Red Profesional es un ambiente personal flexible y cambiante que
puede variar pero que de alguna manera hace parte permanente de su ejercicio
docente. En este momento de Apropiación vamos a trabajar en el “enriquecimiento
de la red profesional” en la perspectiva de fortalecer las conexiones entre los
nodos y de lo que ello puede significar para involucrar estrategias o factores que
incidan en la formación de nuevas conexiones.
Tenga en cuenta que la ampliación y enriquecimiento de su red profesional son
procesos continuos, que no terminan al final de este Momento de apropiación. El
tejido de su red profesional es una labor que seguirá desarrollando no sólo en el
diplomado sino después de que lo culmine.
¿Recuerda el video propuesto en el Momento 2 sobre “Pensar en Red - Redes
Sociales en Educación”, en el que se hablaba de las redes sociales que existen en
nuestras aulas y demás espacios académicos? ¿Recuerda que uno de los desafíos
planteados allí era pensar en otras configuraciones para esas redes? Después de
haber realizado un primer mapeo de su red profesional, nuestra misión en este
momento es justamente, pensar en esas configuraciones. Pensar en formas
de tejer nuestras redes profesionales. Para lo cual le brindamos algunas ideas para
ampliar su red profesional:
Le proponemos regresar sobre el mapa que dibujó en el Momento Tres y leerlo a
partir de realizar una reflexión acerca de las razones que tendría para enriquecer
su red profesional. Use las siguientes preguntas como orientadoras para este
proceso:
Piense en su red profesional como la intersección de los APA de las personas
que hacen parte de ella. ¿Hay elementos del APA de esas personas que podrían
enriquecer la interacción actual y que no estén incluidos en su mapa?
Según su rol, ¿Hay personas o sectores de su red profesional con los que no
está interactuando? ¿o que interactúan poco entre sí?
Si existen nodos que concentran demasiadas conexiones (esto es, su red es
altamente centralizada), ¿tiene sentido fortalecer a otros nodos o promover
nuevas relaciones que generen descentralización?
Luego de pensar en estas preguntas, agregue a su mapa (dibuje) los nuevos
elementos que tendría sentido agregar y resalte aquellos que vale la pena
fortalecer. Si entendemos una red como un conjunto de nodos, conexiones y
señales, contamos con un punto de partida para pensar en estrategias para
enriquecerla. Use las siguientes preguntas como guía. Si se le ocurren preguntas
adicionales, no dude en incluirlas:
¿Cómo podría fortalecer los nodos (individuos) de la red?
¿Hay nuevos nodos (individuos) que deban ser incluidos?
¿Cómo podría generar nuevas interacciones (conexiones + señales) entre los
nodos de la red? ¿Podría usar la tecnología para ello?
¿Qué mecanismos pueden ser usados para visibilizar las señales entre los
nodos? ¿cuáles medios/herramientas pueden ser usados para
almacenar/recopilar esa información que se genera (si tiene sentido hacerlo)?
¿Qué mecanismos (estrategias o herramientas) pueden facilitar la
difusión/distribución de la información hacia los diversos sectores de su red?
Si la red profesional es la intersección de los APA de quienes la conforman, ¿hay
nuevos puntos de intersección que puedan/deban ser generados? ¿otros que
puedan ser aprovechados?
Piense además en cómo podría volver reales esas nuevas relaciones. ¿Qué se
requiere de su parte? ¿Qué se requiere de otras personas? ¿Qué tecnología tendría
sentido usar? ¿Qué necesita aprender?
Recuerde que las nuevas relaciones no implican necesariamente la inclusión de
tecnología, y que esta debe cumplir un papel que potencie lo que ocurre en la
presencialidad, en lugar de simplemente sustituir cosas.