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LEAMOS TEATRO
La infancia de Clara
Ludovico y Ariadna⧜ ⧜
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FLORENCIA AROLDI
LEAMOS TEATRO
La infancia de Clara
Ludovico y Ariadna⧜ ⧜
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Lucila Scibona, editora
Tronador 2653 - (1430) CABA - Rep. Argentina
Coordinación general: Florencia Aroldi - [email protected]
Coordinación editorial: Lucila Scibona
Material didáctico: Silvana de Ingeniis
Ilustraciones de tapa: Yara Garcete, Daiana Mamani, Franco Salinas,
Tatiana Berta, Dalila Paz, Maia Neira,
Guillermo Tapia, Josefina Ortega, Xiomara Saenz,
Damián Vera y Matías Guerra.
Ilustraciones de interior: realizadas por alumnos de 4°, 5° y 6° grado
de escuelas públicas de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
Diseño de tapas e interior: María Constanza Gibaut
Para más información:
Seguinos en Leamos teatro 3
Impreso en Argentina
ISBN 978-987-22935-5-0
Queda hecho el depósito que marca la Ley 11723.
Todos los derechos reservados.
Este libro es de distribución gratuita para escuelas públicas de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Queda expresamente prohibida su venta.
Esta publicación no puede ser reproducida, ni en todo ni en parte, ni registrada
en, o transmitida por, un sistema de recuperación de información, en ninguna
forma ni por ningún medio, sea mecánico, fotoquímico, electrónico, magnético,
electroóptico, por fotocopia o cualquier otro, sin
permiso previo por escrito de la autora o de la editora.
Esta edición de 1900 ejemplares se terminó de
imprimir en mayo de 2015 en Rivolin Hermanos S.R.L.,
Salta 236, Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
Aroldi, Florencia La infancia de Clara, Ludovico y Ariadna: leamos teatro / Florencia Aroldi; ilustrado por Tiziana Claudia Aluminé Guerra... [et.al.]. - 1a ed. - Ciudad Autónoma de Buenos Aires: Lucila Scibona, 2015. 152 p.: il.; 21x14 cm.
ISBN 978-987-22935-5-0
1. Teatro Infantil y Juvenil Argentino. I. Guerra, Tiziana Claudia Aluminé, ilus. II. Título CDD A862.928 2
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El presente libro es el resultado del proyecto
Leamos teatro 3, aprobado y declarado de interés
cultural por el Consejo de Promoción Cultural
de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
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A Genaro, por dibujar en mi vida la alegría.
A Amelia y Fernando, mis abuelos.
Florencia, por su hijo Genaro.
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Agradezco en primer lugar a todos los niños
y niñas que aportaron sus puntos de vista sobre
los personajes de estas obras, expresados en
los hermosos dibujos que conforman este libro.
También a la familia Anlló, porque este proyecto
surgió en su casa al ver dibujar a Amparo, Abril
y Genaro.
Agradezco, una vez más, a todo el equipo de Leamos
teatro por su humanidad y profesionalismo: Lucila,
Silvana y Constanza.
Y un agradecimiento de color rojo, violeta y azul
a Julio Cortés y a Susana Margrett del Programa
“Teatro en las Escuelas”, por su compromiso y
vocación, y por hacer posible que este libro llegue
a las manos de los niños y docentes. Sin ellos
hubiera sido, si no imposible, muy difícil lograrlo.
Y al niño que Enrique fue y a su admiración
por el teatro.
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¡Hola chicos!
Este libro llega a sus manos gracias al proyecto Leamos teatro 3.
En esta oportunidad podrán disfrutar de dos obras de teatro de la au-
tora Florencia Aroldi: “La infancia de Clara” y “Ludovico y Ariadna”.
Es importante destacar que esta edición tiene algo especial: los di-
bujos que ilustran este libro fueron hechos por alumnas y alumnos
de 4°, 5° y 6° grado de escuelas públicas de la Ciudad Autónoma
de Buenos Aires. O sea, chicas y chicos como ustedes que recibie-
ron las obras antes de que se conviertan en libro, que dejaron volar
su imaginación y crearon estos maravillosos dibujos para ustedes.
El teatro es un mundo increíble, lleno de imaginación y situacio-
nes que nos hacen reír, llorar, emocionarnos y reflexionar sobre
las cosas que nos rodean. Es por eso que les entregamos este libro,
para que puedan experimentar todo lo que el teatro tiene para
ofrecerles y así descubrir lo maravilloso que es.
En estas páginas también encontrarán una breve historia del tea-
tro, para que puedan conocer sus orígenes y evolución; un instruc-
tivo sobre cómo leer una obra de teatro, para así poder comprender
las obras en toda su dimensión; material complementario, que les
dará una referencia sobre lo que están por leer; y una guía de acti-
vidades para que desarrollen junto con sus compañeros y docentes.
También los invitamos a que vuelquen sus experiencias y comen-
tarios en Facebook (Leamos teatro 3), para poder compartirlos
con otros chicos que también recibieron este libro.
Esperamos que disfruten de estas obras y de las actividades que
les proponemos.
Y ahora prepárense, porque la función está por comenzar...
Florencia Aroldi • Lucila Scibona
INTRODUCCIÓN
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Sobre la autora . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 15
Breve historia del teatro . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 17
Cómo leer una obra de teatro . . . . . . . . . . . . . . . 25
¡El teatro nos abre sus puertas! . . . . . . . . . . . . . . 28
La infancia de Clara . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 31
Para saber más . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 72
Actividades . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 74
Ludovico y Ariadna . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 83
Para saber más . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 140
Actividades . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 142
ÍNDICE
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A mis siete años entré en el Instituto Vocacional de Arte Lavar-
dén. Allí estudié muchas disciplinas artísticas como teatro, dan-
za, folklore, pintura, títeres y expresión corporal, entre otras.
Un poco más grande, en la adolescencia, me formé en actuación
con un director y pedagogo muy importante llamado Raúl Serra-
no, y en dramaturgia realicé distintos talleres de escritura con el
gran maestro y escritor Mauricio Kartún.
Mi primera obra la escribí a los 19 años: “La última escena”; lue-
go vinieron “¡Fu, fa, fus!”, “La infancia de Clara”, “Payasos en la
red”, “Galileo y Azucena”, “Ludovico y Ariadna”, “Prometeo y Ce-
nicienta, una historia con revuelta”.
Para adolescentes escribí “La edad de las máquinas” y “La exten-
sión de las mariposas”; y también escribo para el público adulto:
“Tía Malvina”, “Redonda como la luna”, “Las oceanógrafas”.
Algunas de mis obras destinadas para el público infantil forman
parte del Programa Arte y Educación del Ministerio de Educación
de la Nación junto a Paka-Paka, y han participado del Festival de
Teatro para Chicos de Necochea 2014-2015.
“La Edad de las Máquinas” ganó el primer premio del Festival
para Adolescentes Vamos que Venimos.
“La infancia de Clara” recibió el premio Mejor Teatro Para Niños
Teatro XXI del GETEA en 2012.
Sobre la autora
FLORENCIA AROLDI
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“Ludovico y Ariadna” ganó el segundo premio en el concurso de
Dramaturgia Regional organizado por el Instituto Nacional del Teatro.
Además, me otorgaron el sexto puesto en la solicitud de Becas
para producción de Obras Teatrales otorgado por el Fondo Nacio-
nal de las Artes 2014.
Leamos teatro 1 y Leamos teatro 2 participaron en la importante
Feria del Libro de Jujuy en los años 2013 y 2014.
Actualmente, conformo el Jurado de los Premios ATINA (Asocia-
ción de Teatristas Independientes para niños y Adolescentes, 2015).
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— 17 —
ORÍGENES FESTIVOSEn la Antigua Grecia, allá por el siglo VII a.C., los ciudadanos
acostumbraban a celebrar festividades en honor al dios Dionisio.
Cada año, cada vez que se realizaban las fiestas llamadas dioni-
síacas, un coro compuesto por hombres que vestían pieles de chi-
vos danzaban y entonaban un canto festivo alrededor de un altar.
Los hombres del coro, que solían ser unos cincuenta y eran lla-
mados chivos por sus disfraces, representaban la vida alegre y
un tanto desordenada de los adoradores del vino y tenían un pa-
pel importante en las fiestas. Mientras cantaban, interrumpían
su canto por el ritmo del mismo himno, o simplemente para to-
mar aliento. Y en ese momento era cuando podía introducirse en-
tre las estrofas un solo hombre recitando. Esta interrupción de un
hombre solo que recita es la que da origen al diálogo. Diálogo y
danzas juntos, es decir, diálogo y acción.
De esta manera nace la tragedia. Los griegos dieron el nombre de
tragedia a estas primeras representaciones teatrales. La palabra
tragedia proviene de tragos, que significa macho cabrío y ode,
canto. La tragedia es, entonces, el canto del macho cabrío.
El nacimiento de la tragedia es muy importante porque es tam-
bién el nacimiento del teatro en Occidente.
BREVE HISTORIA DEL TEATRO
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TRAGEDIA Y COMEDIAEl teatro tuvo, desde sus orígenes, dos grandes clases de obras: la tra-
gedia y la comedia.
A través de las tragedias, los griegos podían representar los con-
flictos de los héroes, o los momentos difíciles de la vida de hom-
bres importantes como los reyes o los príncipes. Los desenlaces
de las tragedias eran, en general, fatales. Es decir, la obra ter-
minaba con la representación de la muerte de los protagonistas.
Todo esto provocaba dolor y compasión en el público que asistía
al teatro y aprendía a vivir mejor con el ejemplo de los héroes.
La comedia, en cambio, era la representación de conflictos en los
que no había riesgo de vida. El desarrollo de la comedia provoca
risa, es gracioso, y el desenlace siempre es feliz.
¿QUIÉNES IBAN AL TEATRO?
Para el pueblo griego, el teatro se convirtió en una parte muy im-
portante de su vida de Estado porque valoraban esta actividad
como una posibilidad de distracción para los ciudadanos.
El público teatral que asistía a las representaciones de las trage-
dias y de las comedias estaba compuesto por ciudadanos griegos
y extranjeros, sin que importara su condición social o económica.
Al teatro iban las mujeres y los esclavos. Y cuando los ciudada-
nos eran pobres, el mismo Estado se ocupaba de pagarles la en-
trada, lo que demuestra muy claramente la importancia social
tenía el teatro.
MÁSCARAS Y COTURNOS PARA LOS HIPÓCRITASA los actores se los llamaba hipocritai, palabra que, en castellano,
significa hipócritas y que se usa para hablar de una persona que
miente o finge o aparenta lo que no es, no piensa o no siente. Los
hipocritai usaban atuendos especiales:
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> Túnicas y mantos de colores diversos: según los colores de las
ropas, los personajes tenían una importancia mayor o menor. Si
los colores eran oscuros, los personajes eran tristes; si los colores
eran muy vivos, los actores representaban papeles alegres.
> Máscaras: servían para ocultar el rostro y, muchas veces, fun-
cionaban como si fueran una caja de resonancia o un megáfono
para la voz.
> Los coturnos: eran una especie de zapatos de madera, con pla-
taforma, que servían para dar altura a los actores. Así, el público
podía verlos con facilidad.
¿CÓMO ERAN LOS TEATROS EN LA ANTIGUA GRECIA?Los teatros se construyeron al aire libre, por lo general, en la lade-
ra de una colina. Los primeros teatros fueron hechos de madera
pero luego cambiaron por la utilización de la piedra. Tenían capa-
cidad para unas treinta mil personas, como es el caso del Teatro
de Dionisio en la ciudad de Atenas, y tenían forma semicircular y
partes bien definidas:
Proscenio
Orquesta
Escena
Auditorio
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— 20 —
El auditorio: estaba formado por gradas ubicadas en una colina y
estaba destinado al público. El asiento central se reservaba al sa-
cerdote del dios Dionisio.
La orchestra: era el espacio para el coro. Los integrantes del coro
estaban siempre de espaldas al público.
El proscenio: se encontraba enfrente del auditorio y era la parte
posterior de la orchestra. Era el espacio de la representación teatral.
La skené o escena: representaba lo que hoy llamamos escenogra-
fía. Podía mostrar la fachada de un palacio o de un templo y cum-
plía con la función de telón de fondo. Tenía cinco puertas, y se-
gún por la puerta que salía el actor significaba que venía de una
ciudad o de otra, que venía de lejos o de los alrededores o, sim-
plemente, del interior del palacio o templo.
LOS RECURSOS ESCENOGRÁFICOS¿Cómo mostraban los griegos una tormenta en escena?, ¿cómo entra-
ba un dios desde las alturas al proscenio?, ¿qué recursos escenográfi-
cos empleaban para los “efectos especiales”?
Si pensamos en tantos siglos de distancia, los recursos que deta-
llaremos habrán llamado la atención de los espectadores:
> Las máquinas útiles para producir sonidos: las usaban para
imitar truenos y relámpagos.
> La grúa que traía a los dioses: era una plataforma elevada so-
bre la que podían hacer su aparición los actores que representa-
ban a los dioses. Esta grúa era llamada deus ex machina.
> El enquiclema: era una plataforma rodante, que servía para
mostrar al público lo que había sucedido fuera de escena. Se in-
troducía a través de una de las puertas de la skené y se retiraba
cuando ya se había terminado de mostrar lo que había sucedido
en el exterior.
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EL TEATRO, UN ARTE SOCIAL QUE SE TRANSFORMADe todas las formas de manifestación artística, el teatro es, tal vez,
la más social. Porque, como hemos leído en las páginas anterio-
res, desde sus orígenes mostró las inquietudes y los problemas de
los hombres.
A lo largo de la historia, las representaciones teatrales fueron cam-
biando según las circunstancias históricas, políticas, sociales, eco-
nómicas y culturales que fueron afectando a las sociedades. Así,
podemos hablar de varios modos de representación teatral o de
momentos en la historia del teatro en el mundo entero. Algunos de
ellos son los siguientes:
> La Comedia del arte: este género nace en Italia, en el siglo XVI,
y está basado en la improvisación a partir de una trama sencilla.
Cada actor tenía un repertorio de frases y bromas a partir de las
cuales construía su personaje.
Todos los personajes usaban máscaras, menos los enamorados
que actuaban a cara descubierta. Algunos de los personajes típi-
cos eran: el Arlequín, la Colombina, el Dottore y el Polichinella,
entre otros.
> El Teatro isabelino: nace en Inglaterra, bajo el reinado de Isabel I
(1558-1603). Fue un teatro muy popular. Las obras eran representa-
das por grupos de actores que formaban sociedades y compartían
las ganancias de su trabajo. Eran errantes, es decir, se traslada-
ban de pueblo en pueblo llevando sus obras. Es el caso de William
Shakespeare, autor de Romeo y Julieta, Hamlet y Macbeth, entre
otras grandes obras.
Finalmente, fue en la ciudad de Londres donde estas compañías
de actores establecieron sus edificios permanentes destinados a
las representaciones teatrales.
> Teatro de sombras: tiene sus orígenes en la India y en China. En
India, y después en Indonesia, el titiritero de sombras era un hom-
bre muy especial. Tenía la función de educar y transmitir valores
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al pueblo. Fabricaba sus marionetas con piel de búfalo. Los perso-
najes solían ser héroes, princesas, dioses, gigantes, animales. La
pantalla era, y sigue siendo, de tela de lino, y la luz utilizada era
algunas veces de lámpara de aceite y otras con luz eléctrica.
> Teatro de títeres: tiene más de tres mil años y consiste en utili-
zar muñecos de trapo, madera o cualquier otro material en el tea-
tro para comunicar ideas y necesidades de las distintas socieda-
des. Algunos de los teatros de títeres más famosos del mundo son
el Teatro Guiñol, de origen francés, el Teatro de Títeres de Agua de
Vietnam y el Teatro de Marionetas de Sicilia, en Italia.
> Teatro del absurdo: el teatro del absurdo es el nombre que se le
da a un conjunto de obras que representan la existencia humana
como insignificante y también como ridícula. Uno de los mayores
problemas de los personajes de estas obras es que no pueden co-
municarse porque no se comprenden, porque tienen limitaciones
para escuchar y recibir a los otros. Quien ve una obra del teatro
del absurdo reconoce que hay una “ruptura” con respecto a las
formas tradicionales, porque lo que sucede en escena rompe con
todo lo que se ha visto hasta el momento en las obras realistas.
Esta mirada de la vida como absurda e insignificante tiene que
ver con el inicio de la Segunda Guerra Mundial, en 1939. Y el tea-
tro se vuelve un lugar donde recrear la realidad social y psico-
lógica de quienes viven en un mundo irracional, un mundo en
guerra. Por eso, el lenguaje del Teatro del absurdo es ilógico, está
lleno de clichés (frases que de tan usadas pierden su sentido) y
es, en muchas ocasiones, caricaturesco. Y el ambiente emocional
resulta asfixiante, opresivo: los personajes se sienten perdidos,
tristes; la realidad es un lugar del que resulta prácticamente im-
posible escapar. Y en este mismo sentido, la trama de las obras es
muchas veces circular o no conduce a ninguna parte, las acciones
que realizan los protagonistas son ilógicas, sin sentido.
Algunos de los autores más representativos del teatro del absur-
do son: Samuel Beckett, con su obra “Esperando a Godot” del año
1952; Eugene Ionesco, autor de “La cantante calva” de 1950; y Ha-
rold Pinter y su obra “The lover” de 1962.
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NUESTRO TEATRO ARGENTINO
LOS ORÍGENESLa historia del teatro en la Argentina comienza en 1783. En esa fe-
cha, el Virrey Vértiz creó en Buenos Aires la Casa de Comedias.
Otro antiguo teatro era La Ranchería, el cual desapareció en 1792
a raíz de un incendio; allí se había estrenado, tres años antes, “Si-
ripo” de Manuel José de Lavardén. “Siripo” fue considerada la pri-
mera obra de un autor local.
Y como la historia avanza, cuatro años después del incendio de
La Ranchería se inauguró una nueva sala teatral, el Coliseo Pro-
visional. Es evidente que se acercaba la Revolución de Mayo de
1810, porque a esta sala la llamaron también la sala de la revolu-
ción. En este teatro se estrenó “El detalle de la acción de Maipú”,
su autor es desconocido y la obra muestra costumbres populares.
EL TEATRO Y LO GAUCHESCOEn 1884 apareció el drama gauchesco “Juan Moreira” en forma de
pantomima en el circo. Esta obra, del escritor Eduardo Gutiérrez,
apareció en un diario de Buenos Aires y fue la base de la primera
pieza de teatro gauchesco.
Este ciclo se cerró en 1896, al estrenarse “Calandria” de Martinia-
no Leguizamón.
EL SAINETE Y LA EFERVESCENCIA CREATIVAPor ese entonces, Buenos Aires recibía gran cantidad de inmi-
grantes que llegaba a estas tierras en busca de una vida mejor.
Con ellos, y de parte de los españoles, vino el sainete.
El sainete es una pieza teatral de un solo acto, dramática y al mis-
mo tiempo jocosa que busca mostrar las costumbres populares.
Este estilo teatral se combinó con los modos de actuar propios del
circo y dio origen, de esta manera, al sainete criollo. El sainete
criollo se caracterizó por reflejar la vida en los conventillos, es-
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pacios poblados de inmigrantes con sus costumbres, sus lenguas
y sus expresiones culturales.
A partir del comienzo del siglo xx, la actividad teatral en Buenos
Aires fue intensa. Diferentes compañías estrenaron numerosas
obras, inaugurándose, de este modo, la época de oro. Florencio
Sánchez, Alberto Vacarezza, Gregorio de Laferrere y Roberto J.
Payró dieron a la actividad una creatividad poco común.
Todos los estilos aparecen uno a uno: el sainete criollo, la gau-
chesca, la comedia de costumbre, y alcanzaron su más alto lugar
con Armando Discépolo.
UN NUEVO TEATROEn 1930, al fundarse el Teatro del Pueblo, surgió el Teatro Indepen-
diente, movimiento de arte que trataba de luchar contra el teatro
comercial. Este movimiento se extendió por todo el país y se for-
maron muchísimos grupos que intentaron difundir el buen teatro.
Como parte de este proceso, aparecieron nuevos autores que die-
ron un estilo inédito a la expresión dramática, como por ejemplo
Aurelio Ferreti, Carlos Gorostiza, Osvaldo Dragún, Andrés Liza-
rraga y Agustín Cuzzani, entre otros.
En 1980, cuando el gobierno militar empezó a debilitarse, autores
como Carlos Gorostiza, Osvaldo Dragún, Roberto Cossa y Carlos
Soamigliana, que a su vez contaron con el apoyo de otros autores
y demás gente del teatro, crearon las funciones de Teatro Abierto.
En la actualidad, el teatro es una actividad que convoca a muchí-
simos espectadores día a día, siendo una de las expresiones cul-
turales más populares y valoradas del país.
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— 25 —
Cuando leemos una obra de teatro nos encontramos frente a un
texto muy distinto de una narración o de un poema. Por eso es
fundamental tener en cuenta cómo está escrita una pieza teatral.
El texto dramático o teatral consta de dos componentes funda-
mentales: los parlamentos y las acotaciones.
Los parlamentos son las palabras de los personajes, los textos que
ellos pronuncian y que forman el diálogo teatral. Son la parte más
importante del texto.
Sin embargo, mientras leemos, notamos que aparecen entre parén-
tesis descripciones o comentarios que ayudan a comprender lo que
está sucediendo: dónde están ubicados los personajes, qué movi-
mientos realizan, cómo están vestidos, cuál es su estado de ánimo,
cómo es la escenografía, si hay música o sonidos especiales, si es de
día o de noche, etc.; se trata de las acotaciones o didascalias.
Se presentan en un tipo de letra diferente y están dirigidas, en
primer lugar, al director teatral, es decir, a la persona que guiará
a los actores para poner la obra en escena.
Para nosotros, los lectores, es también importante prestarle aten-
ción a las acotaciones, porque nos permiten imaginar mejor la
obra que leemos.
Otra cuestión a tener en cuenta es que cada vez que un persona-
je habla solo para expresar en voz alta sus pensamientos y sen-
timientos, el tipo de parlamento se llama monólogo. Y cuando le
habla al público, en cambio, ese parlamento se denomina aparte.
CÓMO LEER UNA OBRA DE TEATRO
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— 26 —
En un aparte, el personaje habla al público y el público escucha
lo que le dice, pero los demás personajes, aunque se encuentren
muy cerca, no oyen nada.
LAS PARTES DE UNA OBRA TEATRALEn las representaciones teatrales, entre el momento inicial en que
se apagan las luces para dar comienzo al espectáculo y el momen-
to final en que se vuelven a encender para indicar que terminó,
se pueden producir apagones y encendidos o aperturas y cierres
intermedios.
Esas interrupciones se llaman actos. Los actos son las partes meno-
res en las que se divide toda la obra. Los actos se relacionan con el
conflicto que se desarrolla en escena, es decir, con el problema que
se muestra, su planteo, su desarrollo y su resolución.
Cada vez que un comienza acto, se encienden las luces de escena
o se abre el telón. Y el apagón o el cierre del telón indican la fina-
lización del acto.
Los actos, por su parte, están organizados en escenas. Cada es-
cena comienza y termina con la entrada y la salida de los perso-
najes. Las salidas de los personajes reciben el nombre de mutis.
A veces, varias escenas pueden formar un cuadro porque tienen
lugar con un mismo decorado de fondo. Cuando cambia el deco-
rado, cambia el cuadro.
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PARA TENER EN CUENTA: EL CONFLICTO
Para que haya una pieza teatral es indispensable que exista un
conflicto. Sin conflicto no hay nada que representar.
El protagonista o los protagonistas tendrán que resolver un pro-
blema y salvar algunos obstáculos. Estos obstáculos serán pro-
vocados por un personaje antagonista, opositor, que va a tratar
de impedirle al protagonista que alcance sus objetivos.
El cruce de fuerzas entre el protagonista y su antagonista se de-
nomina conflicto. Cuando la tensión llega a su punto máximo,
entonces, es que empieza a resolverse el problema.
Nosotros, los lectores y los espectadores de las obras, nos senti-
mos atraídos por el conflicto. Podemos así reflexionar no sola-
mente sobre lo que sucede en la historia sino acerca de los pro-
blemas comunes a todos los seres humanos, así como lo hacían
los ciudadanos griegos cada vez que iban al teatro.
Tengamos en cuenta estas particularidades de los textos teatra-
les a la hora de leerlos y disfrutarlos.
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¡EL TEATRO NOS ABRE SUS PUERTAS!
Foro: es el fondo del escenario, por donde los actores entran y salen de la escena.
Escenario: es el espacio destinado para la representación de las obras de teatro y de otras artes, como la danza, la música, el canto. Es el lugar donde trabajan los actores y al que mira el público.
Platea: es la parte baja de los teatros donde están las butacas para que se siente el público. A veces, la platea está al mismo nivel del escenario.
Telón: es una cortina de gran tamaño que se sube o baja, corre o descorre, y dejar ver u oculta el escenario.
Palcos: en algunos teatros hay palcos. Son pequeñas habitaciones a modo de balcón, con varios asientos.
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Observen y describan el teatro que ven en la foto. Para hacerlo, pueden ayudarse con estas preguntas: - ¿qué hay en el teatro?, - ¿cómo es el escenario?, - y las butacas ¿cómo son?, - ¿y el telón?
Comenten entre ustedes: - ¿Fueron a ver una obra de teatro? - ¿Qué obra fueron a ver? - ¿Les gustó ir al teatro? - ¿Qué tal si organizan una ida al teatro? Les dejamos la propuesta...
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La infancia de Clara
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PERSONAJES
Clara Tiene la edad de la curiosidad, es
de mediana estatura, su vestuario
es colorido, tiene sonrisa roja y lleva
con ella una libretita donde anota
lo que observa a su alrededor.
Sr. Tiempo Es el mejor amigo de Clara. Es inquieto,
juguetón y alegre.
Sr. Lenguaje Parece un abuelo, con barba y bigotes,
galera y bastón.
Srta. Memoria Es una anciana con anteojos grandes,
muy divertida y tierna.
Sr. Olvido Parece un saltimbanqui. Tiene algo
de malandrín en su apariencia, mucha
destreza física y es muy simpático.
Doña Verdad Parece una modelo de televisión,
con un peinado desopilante que no
le queda nada bien. Muy preocupada
por su apariencia, pasa mucho tiempo
mirándose al espejo.
Mentira Es un señor muy elegante que viste
de frac, es calculador y tiene una risa
bastante particular.
Hermanas Son A y B, y tienen aspecto de bufones
Extremidad de circo; su vestuario su vestuario es
colorido con tiradores elásticos y bonetes.
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Sr. Confusión Es un auténtico científico con
guardapolvo donde tiene escrito
fórmulas, flores y mariposas. Lleva
un lápiz y una libreta donde anota
sus descubrimientos y tiene unos
resortes que le salen de la cabeza.
Eco Es una voz en off.
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La luz, al encenderse, corre un telón imaginario, iluminando planetas, estrellas, cometas, juegos de plaza, tobogán, hamaca, el planeta tierra, el sol, la luna y una hormiga en camiseta planeando por un tobogán. Vemos a Clara ubicada en el centro del escenario–universo–plaza observando el cielo a través de su telescopio. Intenta contar las estrellas pero se pierde una vez más en la constelación numérica. Junto a ella, a la izquierda, hay una tortuga con su sombrero a rayas oliendo una margarita que brota de un tronco de un árbol; a su derecha, una oruga dormilona durmiendo sobre una lona a lunares… en un rincón, tres músicos-planetas comienzan a sonar sus instrumentos.
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Milonga del universo
pa´ quien quiera escuchar.
La infancia de Clara
empieza ahora mismo
a sonar.
Qué oscuridad, qué oscuridad.
Más allá qué habrá.
Qué habrá más allá.
Planetas, estrellas, cometas.
Yo sé qué hay,
una hormiga en camiseta
planeando por el tobogán.
Lo cercano y lo lejano,
al alcance de mi mano.
Milonga del universo
pa´ quien quiera soñar.
Están todos invitados
a esta obra presenciar.
Ajusten sus cinturones
que vamos a despegar
hacia sitios muy lejanos
sin movernos del lugar.
Quién me puede ayudar ahora
a las estrellas contar sin horas.
Niña oruga por qué no madruga.
Yo quiero ver…
No veo la hora de ver
sus alas violetas crecer.
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Si la oruga no me ayuda, mi tortuga sí
lo hará.
Tic tac, tic tac. Tic tac, tic tac.
Tortuga ponga más empeño
que el universo no es tan pequeño.
El tiempo no va a alcanzar
con lo que hay para contar
con lo que hay para contar
el tiempo no va a alcanzar.
Clara (Cuenta las estrellas.): Una, dos, tres. (Entra el
Sr. Tiempo. Juegan a las escondidas.) Cuatro, cinco, seis,
siete. (Lo descubre.) ¡Sr. Tiempo!
Sr. Tiempo: ¡Clara!
Clara: No tan a prisa. Cuidado con mi (en cámara lenta)
tortuga, casi la pisa. (Por el telescopio.) Un telescopio. Me
lo regaló mi abuelo.
Sr. Tiempo (Mira por el telescopio.): La luna está comiendo
un caramelo (en cámara lenta) pero me estoy demorando.
También yo traje un regalo. Tomá, mi presente, para vos.
Clara (Festeja su intriga.): ¿Un presente? ¿Para mí? ¿Qué
es, qué es? (Mirando al público.) ¿Qué será?
El Sr. Tiempo se lo ofrece, pero Clara no lo toma.
Clara: Mmm… déjeme adivinar, (Clara dibuja en el aire lo
que dice), no me diga, no me diga, ¿acaso se trata de un
presente lineal? (El Sr. Tiempo niega con la cabeza.) No…
Ah… ¿entonces un presente triangular? ¡Eso es! (El Sr.
Tiempo vuelve a negar un poco impaciente.) Tampoco…
no me diga. Un presente…
Sr. Tiempo: ¡Tantas opciones hay! ¿Por qué en lugar de
pensar no lo abrís así podemos jugar?
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ClaraTiziana Guerra
4º grado
Escuela 11 DE 10
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Clara: ¿Un presente circular? Un presente circular, un
presente circular, circular. (El Sr. Tiempo la destraba con
un pequeño empujón.) Si no es un presente ni circular
(hace la mímica sin sonido), ni lineal, ni triangular, es un
presente que dura para siempre, ya sé, un presente que
es infinito me regaló, Tiempo, gracias. (Lo va a abrir muy
contenta, pero el Sr. Tiempo la interrumpe.)
Sr. Tiempo: Clara, pensá un poquito, ¿cómo haría para
envolver un presente que sea infinito? (Dudando.) ¿O
acaso este paquete tiene un agujerito?
Clara: Sr. Tiempo, usted hace regalos raros. Un regalo que
dura un ratito es muy poquito.
Sr. Tiempo: Clara, te lo digo, abrilo. Estoy aburrido.
Vamos a jugar. (Comienza a tener hipo.)
Clara va a abrir el regalo que el Sr. Tiempo tiene en la mano, pero el hipo la hace detener.
Clara (Al público.): Esto no me gusta ni medio, (se le
ocurre) para el hipo un susto es el mejor remedio.
Sr. Tiempo: ¿Un susto? (El Sr. Tiempo se asusta.)
Clara: Si le parece bien, sincronicemos nuestro andar. Le
voy a avisar, para que no se asuste de verdad.
Sr. Tiempo (Tiembla con hipo.): Me da miedo tener miedo.
Clara: Pero si no lo asusto el hipo le va a durar.
Sr. Tiempo: ¿Cuánto yo, digo, cuánto tiempo?
Clara: Una eternidad.
Clara lo va a asustar, el Sr. Tiempo la detiene.
Sr. Tiempo: Está bien, asustame. (Da un salto como si
Clara lo hubiese asustado.)
Clara: Pero si todavía no lo asusté.
Sr. Tiempo: Me asusta tanto que me vayas a asustar.
(Cierra los ojos.) ¿Ya está? (Salta por el hipo.)
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Clara: Así no es el modo. No quiero asustarlo contra su
voluntad. Me tiene que ayudar. Veamos, ¿qué le da un
poco de miedo?
Sr. Tiempo (Se asegura de que nadie lo escuche.): Los
relojes. (Se asusta como quien ve un ratón.) ¡Un reloj!
Clara: ¿Dónde‚ dónde? Se trata de una oruga. Déjela que
todavía no madruga. Pero qué miedo tan extraño, nunca
me he detenido a observarlo. (Complicidad con el público.)
Sr. Tiempo (Mientras habla, Clara saca un reloj de su
bolsillo.): Es un miedo muy miedoso, desde que era
chiquito lo tengo. Una vez, cuando tenía cuatro segundos,
casi me fundo.
El Sr. Tiempo, a causa de un sobresalto por el hipo, se queda mirando el reloj.
Clara: Qué tranquilidad, Tiempo, que se ha detenido. (El
Sr. Tiempo queda detenido con el presente en la mano.
Se “tilda”, va a dar un paso que nunca logra.) Ahora
sigamos con el presente. Ahora sigamos con el presente.
Ahora sigamos con el presente. Ahora sigamos con el
presente. ¿Qué le pasa a mi lenguaje? Ha salido de viaje
sin equipaje, se repite sin cesar sin desplegar su cola de
pavo real, esto es una calamidad. (Clara lucha en su boca
por seguir hablando. Un viento fuerte empieza a soplar.
Clara intenta que el viento no se la lleve.) El lenguaje se ha
descompuesto y no es ningún supuesto.
Entra el Sr. Lenguaje con un paraguas luchando contra el viento.
Clara: Sr. Lenguaje, ¿qué está haciendo?
Sr. Lenguaje (Luchando para salvar el pellejo.): Este viento
tiene mucha fuerza. (Entra Clara en el combate. El Sr.
Lenguaje se cae y se levanta como si continuamente un
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contrincante invisible estuviera luchando contra él. Mira
al Sr. Tiempo.) ¿Qué le pasa al Sr. Tiempo?
Clara: No lo puedo diagnosticar, pero esto merece un
alerta meteorológico antes o después de encontrar un
motivo lógico.
Sr. Lenguaje: Estando tan cerca no me puedo acercar
más. (Grita. Aunque Clara está cerca, por el viento no
logra escuchar bien.) ¿Acerca de qué era la discusión
cuando el tiempo desmejoró?
Clara: Hablábamos del presente. En el pasado, digo,
después, mañana ayer pluscuamperfecto pero no tan
perfecto. Infinito, circular… quería… que sí… pero no…
Entonces allá y acá y… No lo sé, no recuerdo.
Sr. Lenguaje: ¡Ajá! Ya comprendo la oración, algo mal se
conjugó, debe tener en algún lado algún verbo dislocado.
Clara: ¿Y eso es mortal? (Clara atrapa el viento que le
zarandea en su mano. El Sr. Lenguaje deja de luchar y
Clara también.)
Sr. Lenguaje: Tendría que corregirlo, ortográficamente
hablando no puedo darle ningún dato (Clara le pasa el
viento y el Sr. Lenguaje lo captura con su mano) hasta no
auscultar la semántica y tomarle la sintaxis, cualquier
construcción verbal es un sinsentido. Yo me dirigía a la
salita del hospital porque con tantos adversarios algo en
mí también anda mal (hace un gesto de descompuesto), ya
que el Tiempo es mi amigo podría llevarlo conmigo.
Clara: Sr. Lenguaje, es muy amable. Yo los alcanzo
enseguida. Sr. Viento, déjelo tranquilo. Lo atrapé (atrapa el
viento en un frasquito de cristal) corran, corran. (Juega a
destapar y tapar el frasco liberando y atrapando el viento.)
Salen el Sr. Tiempo y el Sr. Lenguaje.
Clara: Mi presente. Casi lo olvido. (Va en busca del regalo.)
Voz en off de la Srta. Memoria: ¡Un ladrón! Cuidado.
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Entra corriendo el Sr. Olvido.
Clara (Retándolo.): Sr. Olvido, le dije muchas veces que
recibir su visita abruptamente le va hacer mal a mi mente.
Entra torpemente la Srta. Memoria. El Sr. Olvido la esquiva, juega con ella.
Srta. Memoria: ¡Ladrón! ¡Atrápenlo! Clara, que no escape.
Clara (La Srta. Memoria y el Sr. Olvido combaten
simpáticamente, algo vuela por el aire.): Entre la memoria y
el olvido no hay que interponerse, es mejor correrse.
Srta. Memoria: Es una cosa muy notoria que no tenés
escapatoria
El Sr. Olvido se refugia detrás de Clara. Entra la Srta. Memoria queriendo agarrar al Sr. Olvido. Clara queda en el medio de ambos.
Clara: ¿Qué hace? Salga, Olvido.
Se produce un juego entre los tres. La Srta. Memoria cae, el Sr. Olvido le roba algo más, Clara va en su ayuda.
Srta. Memoria: ¡Ladrón! Otra vez, no lo puedo evitar,
apenas me distraigo y otro recuerdo más que este mocoso
del Olvido se lleva. Pero te voy a atrapar, lo juro por…
por… (tose) no recuerdo… (tose), ya te voy a atrapar y vas a
devolverme mis recuerdos, uno por uno…
Se comporta como si le hubiera bajado la presión. Da vueltas. Cuando está por caerse, Clara la sostiene.
Srta. Memoria (La mira. Transición. Se pone los
anteojos.): ¿Y vos quién sos?
Clara: Clara. (Se dirige al público.) Si Memoria no me
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ClaraDaiana Mamani
4º grado
Escuela 11 DE 10
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Sr. LenguajeAgustín Bruni
Sr. LenguajeElías Méndez4º gradoEscuela 11 DE 10
ClaraAgustín Bruni
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recuerda, es como ir a la guerra. De todas maneras no me
puedo quedar, estoy algo apurada.
Srta. Memoria: ¿Apurada a tu edad?
Clara (Toma una maleta.): El Tiempo está detenido.
Srta. Memoria (Un poco sorda): ¿Y quién lo detuvo?, ¿un
coronel? Vamos inmediatamente al cuartel.
Clara: Pero no, es que sin querer lo asusté.
Srta. Memoria: ¿Y qué hacías jugando con el tiempo?
Debés tener cuidado con él
Clara: Usted no sabe lo que dice. Cuidado, no me pise. No
está atenta a mi problema, Memoria, es una pena. (Clara
hace ademán de irse.)
La Srta. Memoria se pone a llorar.
Clara: ¿Y ahora por qué está llorando? (La Srta. Memoria
llora más y más.) Me tengo que ir, no se ponga así, bueno,
ya pasará. ¿Se acordó de algo triste? (Llora mucho más
exagerada.) Muy triste.
Srta. Memoria (Como una nena.): Es que tengo siempre
que recordar…
Clara: ¿Y por qué lo pelea al Olvido?, ¿por qué no juega
con él?
Srta. Memoria (Va a contestar rápidamente, pero se
olvida.): No me acuerdo. Pero había un motivo…
Entra el Sr. Olvido.
Clara: Olvido, ¿dónde se ha metido? ¿No se da cuenta?, no
tengo tiempo.
Srta. Memoria: Yo te quería decir algo, por acá estaba, ya
lo voy a encontrar.
Clara: Olvido, distraiga a Memoria para que me pueda ir.
Srta. Memoria: Lo dejé por acá. Estoy segura. (No se
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acuerda, abre el bolso, busca.) Otra vez… Olvido. Lo voy a
agarrar.
La Srta. Memoria se agarra la cabeza y comienza a hacer esfuerzo para recordar, crea un clima de intriga, Clara está expectante.
Srta. Memoria: No, ya no puedo recordar. Mejor me voy.
Clara: ¡Pobre! Memoria necesita atención. Espero que no
esté tomando ninguna medicación.
La Srta. Memoria se despide de Clara y sale. Camina encorvada y muy triste.
Srta. Memoria (Da un sobresalto y Clara también.): Me
acordé (se saca la bota y de ella extrae un rollo extenso de
papel, lee, ríe, habla pero no se le entiende, por la risa.)
Clara: A pesar de la risa, sea más precisa. Que diciéndolo
todo usted no dice nada.
Srta. Memoria: “El tiempo, tarde o temprano, todo come”,
este es un recuerdo muy preciado que un gran poeta me
ha dado.
Clara: Pero tiene que ser más precisa, con esa condición
también come personitas como yo.
Srta. Memoria: El poeta no lo puntualizó… pero sí, Clara,
tenés razón.
Clara (Envejeciendo.): ¿Está segura de lo que está
diciendo?, mire que mi corazón está sufriendo. El Tiempo
es mi amigo más amigo, desde que nací lo conocí, desde
hace tanto tiempo que no podría distinguir el recuerdo,
y no es porque el Olvido se haga el distraído y desordene
lo que digo, si quiero acordarme de mi amigo Tiempo
también estoy ahí. Piense otra vez, Memoria, antes de
confesar ¿no lo quiere corroborar?
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Srta. Memoria: Así es y así lo digo… ¿De qué estábamos
hablando?
El Sr. Olvido vuelve a pasar cerca de la Srta. Memoria y le roba algo.
Srta. Memoria: Un día de estos… un día de estos te voy a
atrapar.
Alcanza al Sr. Olvido. Al tocarlo, le pregunta.
Srta. Memoria: ¿Y vos quién sos?
Sr. Olvido (Que tenía un diario entre sus cosas.): Diarios…
¿quiere uno?
Srta. Memoria: Salí tan apurada que no traje la billetera.
Sr. Olvido: Doña, la plaza invita.
Srta. Memoria: Qué chico tan educado.
Sale el Sr. Olvido.
Clara: Si la memoria no reconoce al olvido, estamos más
que perdidos.
Srta. Memoria (Leyendo el diario.): Pero qué barbaridad.
¿Dónde vamos a ir a parar? ¡Taxi!
Sale.
Clara: Esperen, no se vayan, Memoria, Olvido. (Con la
maleta en la mano, mira hacia un lado y hacia el otro.)
Y si la Srta. Memoria tiene razón, yo para allá no voy.
(Señala hacia la dirección por donde salió el Sr. Tiempo.)
¿Cómo es que no tengo un mapa todavía? (Saca una
hoja y garabatea.) ¿Será Verdad? Claro que no. (Va hacia
donde está el Sr. Tiempo.)
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Entra Doña Verdad.
Clara: Pero si es así, qué verdad más fea.
Clara ve a Doña Verdad.
Doña Verdad: ¿Y cómo querés que no me vea fea?, si no
tengo tiempo para mí.
Clara: Doña Verdad, qué susto me da.
Doña Verdad: Y ahora, ¿por qué me llamaste? ¿O ya te
olvidaste?
Clara: No nombre al Sr. Olvido que por fin se ha ido.
Doña Verdad: Mi oído está aturdido (imitando) “verdad”,
“verdad”. Todos pretenden mi presencia como una
urgencia, y cuando por fin llego nadie parece haberme
requerido. (Al público.) Quiero saber quién me llamó esta
vez. Mi secretaria agendó esta dirección y me dijo que una
niña Clara llamó. ¿Quién es Clara? ¿Sos vos? (Clara, detrás
de Doña Verdad, está mirando a los niños del público.)
Clara (Enojada por no ser vista.): ¡Soy yo!
Doña Verdad (La mira de arriba a abajo.): Bueno, adiós.
Clara: Doña Verdad, si apenas ha llegado. ¿No me va a
escuchar?
Doña Verdad saca un relojespejo.
Clara: Parece que no soy la única que tiene problemas
con el tiempo. No sea escurridiza. Usted no podría haber
llegado en mejor momento, le juro que no miento. La
memoria me puso al tanto de esta verdad tan… (Por su
peinado extraño.) Verdad, ¿qué le pasa a su apariencia?
¿No habrá empezado a perder la decencia?
Doña Verdad: Clara, dejá de gritar mi nombre. Me duele
la cabeza. Estaba en la peluquería cuando mi radar
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Sr LenguajeGuillermo Tapia 4º gradoEscuela 11 DE 10
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Sr. TiempoNicolás Conrado 4º gradoEscuela 11 DE 10
TelescopioAgustin Bruni
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(saca el radar y se pinta los labios) comenzó a sonar y no
tuve tiempo para terminar. ¿Creés que una permanente
me quedará bien o tal vez bucles será mejor? Ya no
puedo más, creo que voy a renunciar. Me voy a dedicar
a contemplar. (Se sienta, mira un punto fijo, Clara la
zamarrea.)
Clara: ¿Qué? ¿Qué está diciendo? ¡No! No puede hacernos
esto.
Doña Verdad: La verdad es que me estoy cansando de
ser la verdad. De mí solo quieren mi utilidad, a nadie le
parezco linda de verdad.
Clara: Mentira, si usted es muy hermosa…
Doña Verdad: No lo nombres. (Mira a ver si está.) Seguí
con tu relato (mira el reloj), todavía me queda un rato.
Clara: Entonces… (Clara se interrumpe porque comienza
la música.)
Entra Mentira.
Mentira (Cantando.): No aguantaba más, mi nombre tardaban
en pronunciar.
(Coro.) Es “Mentira”, “Mentira”.
Siempre que la verdad encuentres,
mi cola estará presente.
Si te vas, ya sabés, yo ocupo tu lugar.
A mí me encanta correr ir de aquí para allá.
También subir y bajar, saltar y bailar.
Que requieran mi presencia,
apenas noten mi ausencia.
(Coro.) Es “Mentira”, “Mentira”.
De esmoquin, de jean,
en piyamas o esquí
llego puntual a cualquier lugar
A mí me gusta correr.
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¿Qué le vamos a hacer?
(Coro.) Es “Mentira”, “Mentira”.
Mentira (Culmina la canción abruptamente cuando
Mentira ve el pelo de Doña Verdad.): Pero ¿qué le ha
sucedido a tu cabello?
Doña Verdad: No lo toques. Andá a dormir, a ver si
soñando soñás algo que sea cierto. (Cambia abruptamente
su estado.) ¿Bucles o permanente, que opinión te merece?
Mentira (La mira como si fuera un peluquero.): ¿Unos
reflejos o unos claritos?
Clara (Furiosa.): Basta. ¡Mentira! ¡Verdad! ¿Me van a
prestar atención?
Mentira: Madame, “maduaselle”, etcétera, etcétera. (Se
le acerca a Clara.) ¿Qué pasó, niña, que llamaste a esta
mujer? Ni siquiera te ha preguntado qué es lo que te ha
pasado.
Clara: Memoria me dijo que mi amigo me querrá comer
algún día. Y usted comprenderá la importancia de este
asunto, no puedo cultivar la amistad con alguien tan
particular, que disfruta tanto de una amistad.
Mentira: ¿Amigo?
Clara: El Sr. Tiempo.
Doña Verdad: ¿Eso dijo Memoria?
Clara: No exactamente. Pero eso me dio a entender, y
ahora yo no sé qué hacer.
Doña Verdad (Aparte.): Memoria, vieja chismosa.
Clara (Por la verborragia, Mentira y Verdad no la pueden
escuchar.): El tiempo espera por mí en la salita de
primeros auxilios, pero primero yo quiero pedir auxilio,
no sé si me expliqué, bueno, el Sr. Lenguaje también
está con él, pero entre los dos no hacen uno, yo no sé
si lo tendrán en ayuno, y si me ve así fresquita recién
cumplidita los años tal vez se tienta y de un mordiscón
me hace buñuelo a punto de caramelo y…
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ClaraAbril Caballero
4º grado
Escuela 11 DE 10
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Mentira: Bueno ya… he escuchado muchas cosas, pero
¡cómo hablás! Silencio, por un momento.
Doña Verdad: Esto merece rápida acción. (Mientras se
pinta las pestañas, Mentira y Clara la observan. Llama por
celular con forma de cepillo de pelo.) Hola. (Grita porque
la otra no la escucha.) Memoria, ¿se puede saber qué
es lo que te está sucediendo a vos? Venirle a Clara con
estos cuentos. ¿Por qué no te ocupás de otras cuestiones?
(Grita.) En el país hay mucho que hacer, no me digas
que no encontraste tarea para el hogar, si querés yo te
puedo ayudar. Funcionarios, políticos. ¿Qué te dijo el
presidente? Ahora lo llamo inmediatamente. Pero no me
contesta los llamados.
Mentira: En cambio yo hablo con su secretario privado.
Srta. Memoria (Aparece con el celular.): Esa gente me da
mucho trabajo. El físico ya no me da. Tengo que hacer
tareas sencillas. Más trabajo de oficina.
Clara (A Mentira.): ¿Por qué me mira?
Mentira: Pensaba en tu problema. Yo tampoco me llevo
bien con el tiempo. Me da frío.
Clara: ¿Frío?
Mentira: A la larga o a la corta, mi bufanda la acorta.
Siempre me está descubriendo.
Doña Verdad (Sigue la conversación con la Srta.
Memoria.): Y por eso molestás a esta chica.
Srta. Memoria: ¿Pero de qué chica me hablás?
Doña Verdad: De Clara, decirle que su amigo se la quiere
merendar. ¿Te has vuelto mala?
Clara quiere escuchar el diálogo que mantienen Doña Verdad y la Srta. Memoria. Mentira tapa el sonido.
Clara: Mentira no me deja escuchar a la Verdad.
Srta. Memoria: ¿Yo dije eso? No lo recuerdo. Hay que
hacer algo con el Olvido, cuanto más vieja estoy él más
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joven está. Hay mucha diferencia de edad. Creo que
pronto me saldrá la jubilación, ahí tenemos la solución.
Doña Verdad: También yo voy a tramitar mi jubilación.
¿Has contratado a un gestor?
Srta. Memoria: Doña Verdad. (Suspira.)
Doña Verdad: Srta. Memoria. (Suspira.)
Ambas suspiran. Cortan la comunicación.
Clara: ¿Qué dijo?
Vuelve a sonar el celular de Doña Verdad.
Doña Verdad (Atiende malhumorada.): ¿Hola? (Cambia a
un estado de extremo romanticismo.) Sí. No. Sí. No.
Sí. Sí. No, no, no. (Corta.) Me tengo que ir, un caso muy
importante me reclama.
Clara: Pero… y mi caso ¿no es lo suficientemente
importante?
Doña Verdad: Te dejo este formulario completá… todos…
Clara: ¿Está diciendo que me quede con la Mentira?
Mentira: También yo me tengo que ir.
Clara: Esta burocracia no me causa gracia.
Mentira: Habrá que privatizar a la verdad para que los
trámites sean más ligeros. Por un bono contribución yo te
arreglo este expediente. Si querés ser mi cliente…
Mentira y Doña Verdad (Al mismo tiempo.): Acá te dejo el
número.
Doña Verdad y Mentira siguen con sus acciones pero coinciden en sus discursos. Mentira le entrega un numero “7” y Verdad, un “6”.
Mentira y Doña Verdad (Al mismo tiempo.): Cualquier
inconveniente no dudes en llamar.
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Clara mira desorientada. Doña Verdad y Mentira no notan lo que está sucediendo.
Mentira y Doña Verdad (Al mismo tiempo.): Tengo que
irme, mirá la hora que es, no tengo tiempo. Si hace frío,
abrigate. No comas muchos caramelos. ¿Hiciste los
deberes? ¿Le diste de comer a Cachito? Adiós.
Mentira y Doña Verdad se saludan y salen. Clara queda con el número “7” en una mano y el “6” en la otra. Extiende sus manos y las mueve como agujas de un reloj al ritmo de la música. Une sus manos formando el “76”. Entra sigiloso el Sr. Olvido y le extrae ambos números. Sale casi imperceptiblemente.
Clara: Pero qué barbaridad. No supieron responderme sí
o no. Arriba o abajo. Bueno o malo. Qué barbaridad.
Se adelanta. Se prende una luz del extremo A, esta es una de las Hermanas Extremidad, está leyendo un diario.
A: Qué barbaridad.
Clara ve a A y se asusta. Pronto la sorprende B.
B (Se ilumina B. Es el otro extremo, también lee el diario.): Qué barbaridad.
Clara: ¿Y usted quién es?
Clara va de un extremo a otro.
A: Yo soy un extremo.
B: Y yo soy el otro.
A: Te agarro, te muerdo.
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B: Te suelto, te soplo.
A: Porque soy un extremo y ella es el otro.
B: Qué barbaridad.
A: Qué barbaridad.
Hermanas Extremidad (Cantando.): B: Si me visto de luna plateada.
A: De sol se disfraza mi hermana. (Una se ríe,
la otra llora. Luego ambas se ríen.)
B: Si yo digo ¡sí!
A: Ella dice ¡no!
B: Si quiero salir.
A: Ella quiere entrar.
B: Si digo “así”.
A: Ella dice “asá”.
B: Si quiero volar.
A: Ella quiere gatear.
B: Qué barbaridad.
A: Qué barbaridad.
A y B (Al mismo tiempo.): ¡Somos
las Hermanas Extremidad!
Clara mira extrañada por el sinsentido que tiene lo que está escuchando.
B: Si quiero comer cualquier cosa.
A: Tiene mucha sed la mocosa.
B: Si voy para arriba.
A: Hacia abajo tira.
Clara quedó agotada de ir de una punta a la otra.
B (Hablando.): ¿Y vos quién sos?
A (Hablando.): ¿Y vos quién sos?
B: No vas a salir si no lo decís.
A: Porque soy un extremo.
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B: Y ella es el otro.
A: Pero nos une la curiosidad.
A y B (Al mismo tiempo.): ¡Somos las Hermanas
Extremidad!
Clara (Molesta.): Clara. Me llamo Clara.
A: ¿Y qué estás haciendo por acá? Decime.
B: ¡Silencio!
A: Vení.
B: Andá.
A: Dejala hablar.
Clara (Va con A.): Trato de averiguar si lo que Memoria
me dijo es verdad, pero no me hallo con suerte, nadie
hasta ahora supo decirme ni sí ni no.
A: Sí.
B: No.
Clara: Sí o no ¿qué?
B: Sí.
A: No.
Clara: ¿A qué se refiere exactamente?
B: ¡Sh! ¿Se pueden callar que quiero dormir?
A: No nos callamos nada. (Se hace la buena.) Clara seguí.
(Clara le va a hablar a A.)
Clara va a hablar, mira a B cuando vuelve a A.
A: ¡Quiero dormir! (Se duerme.)
B: Seguí. (Es arrojada al otro extremo.)
Clara: Memoria me dijo que mi amigo me quiere comer y
yo no sé…
Se repite la situación anterior.
A (Se despierta.): ¿Comer? ¿Alguien dijo comer? Tengo
hambre.
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ClaraNatalia Santa Cruz Bareto
4º grado
Escuela 11 DE 10
Sr. TiempoGonzalo Monsalvo
4º grado
Escuela 11 DE 3
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Sr TiempoShande Poquiviqui 4º gradoEscuela 11 DE 10
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Clara se asusta y va hacia B. A se vuelve a dormir.
B: Tengo sed. Silencio, dejala hablar. (Clara va a hablar
con B.) Silencio por favor, esta es una casa de familia.
(Se duerme.)
A (Se despierta.): Decías.
Clara mira a A, se acerca y le dice algo al oído, luego va hacia B y le dice algo al oído. No la dejan hablar. Clara cambiará su expresión en cada extremo: de la tristeza pasará a la alegría, de la calma, al enojo, etcétera.
Clara: ¿Y ustedes qué opinan?
A: Yo opino que…
B: Yo opino lo contrario.
Clara: ¿Lo contrario a qué?
A: Lo contrario.
Clara: Pero si nadie más que yo ha hablado. ¿Qué es lo
contrario?
B: Si no tengo a qué oponerme nada puedo responderte.
A: Si no tengo a qué oponerme nada puedo responderte.
B: ¡Qué barbaridad!
A: ¡Qué barbaridad!
Las Hermanas Extremidad enrollan a Clara con una soga y salen. Clara queda atada en su confusión (el personaje Confusión es quien la desatará).
Clara (Por la soga.): ¿Cuál es el principio? Por acá está,
no, este no es… este es el final… no, tampoco… si no logro
comprender este nudo no podré desprender… tengo que
hallar el principio… qué dificultad… han atado el principio
con el final… así las Hermanas Extremidad lograron la
unidad… pero quedé atrapada yo… estoy cada vez más
confundida.
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Entra el Sr. Confusión.
Sr. Confusión (Cantando.): Quinientos ochenta mil.
Raíz redonda cuadrada.
Más ácido metálico.
Obtengo más polietileno.
Lo tengo.
Error.
Si al logaritmo de una margarita
sumo un poquito de sol.
Lo tengo.
Error.
Si cambiamos el orden de factores,
altera el producto.
Cilindros de flores volando terrestres.
Sin agua no hay peces.
Lo tengo.
Error.
Si a la luna resto mil.
Rectángulas noches me esperan.
Lo tengo
Error.
Clara llora llamando la atención del Sr. Confusión.
Sr. Confusión (Hace cálculos en la mente; Clara no lo deja
concentrarse.): ¿Y esto qué es?
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Clara llora y habla al mismo tiempo.
Sr. Confusión: Pero vos debés ser Clara.
Clara (Habla claramente.): Sí, yo soy Clara.
Sr. Confusión: Ahora sí. Pero hace un rato no.
Clara: ¿Cómo se atreve a decirme que antes yo no era yo?
Sr. Confusión: Dije que no eras clara.
Clara: Y eso es lo que le estoy reclamando. Yo soy Clara.
Sr. Confusión: Ahora sí.
Clara: Para usted ¿yo soy clara, sí o no?
Sr. Confusión: Sí y no.
Clara: Usted es una confusión. Mire si usted me va a decir a
mí si yo soy yo antes no pero ahora sí ¿quién se cree que es?
Sr. Confusión: Confusión.
Clara (Se enredan con la soga.): Yo soy yo.
Sr. Confusión: Yo.
Clara: Yo soy yo.
Sr. Confusión: Yo soy yo. Qué coincidencia.
Clara: No me burle, voy a perder la paciencia.
Sr. Confusión: Pero fíjese, señorita, que comprendo el
malentendido. Solo es cuestión de nombres, escuche
bien lo que le digo. Mi nombre es Confusión. Y lo que se
puede desprender de lo acontecido, Clara, su nombre. (La
desata.) ¿No es así?
Clara se ríe tanto que habla y no se le entiende nada.
Sr. Confusión: Pero usted clara no es.
Clara se detiene, se enoja.
Sr. Confusión (Trae un control remoto con el que se conduce
a sí mismo.): Le estaba haciendo una broma. Si ha quedado
todo claro, Clara, Clara, clori, clarete, claroto, clurete… esta
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batería me está fallando. (Clara le ajusta unos resortes que
le salen de la cabeza.) Gracias… sigo con mi experimento.
Todo esto es una gran pérdida de tiempo.
Clara (Muy triste.): ¿Usted también ha perdido el tiempo?
Sr. Confusión: Tenés razón, no perdamos más el tiempo,
a trabajar. Mil luciérnagas y un rayo de luna multiplicado.
Me quiero deshacer de él.
Clara: ¿De quién?
Sr. Confusión: Del Tiempo.
Clara: ¿Por qué? ¿Qué está tratando de descubrir?
Sr. Confusión (En secreto.): La fórmula de la vida eterna.
Clara: Qué susto, por un momento pensé que usted
también tenía problemas con el tiempo.
Sr. Confusión: La vida sin tiempo. Pues el tiempo
apremia, te corre, te persigue.
Clara (Contenta.): A mí también, jugamos a las escondidas
y siempre me gana. Y… (Sr. Confusión la interrumpe, Clara
se pone seria.)
Sr. Confusión: Permiso. Permiso. No tengo tiempo.
Dejame pasar (Clara se corre y él sigue diciendo las
mismas cosas como un robot.) Lo tengo. Error. (Choca
repitiendo estas palabras.)
Clara: ¿La confusión se va o llega? ¿Cuál es su destino?
Toma el control remoto y maneja al Sr. Confusión.
Clara: La ciencia merece una salida, una salida de
emergencia.
Sale el Sr. Confusión.
Clara: No me importa quedarme sola.
Eco: Hola.
Clara: ¿Quién está por ahí? Es el Eco. Hola.
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Sr. TiempoAgustín Bruni
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ClaraJosefina Ortega 4º gradoEscuela 11 DE 10
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Eco: Hola, ola, ola ola…
Clara: Este diálogo es muy entretenido, solo dialogo con lo
que digo.
Eco: Higo, igo, igo.
Clara: ¿Te gusta comer higo? (come un higo imaginario),
es muy rico.
Eco: Ico, ico.
Clara hace la mímica de andar a caballo.
Clara (Divertida.): Ico, ico, caballito. Si sigo hablando así,
tal vez nunca me aburra.
Eco: Burra, burra.
Clara: ¿Qué me dijiste? ¿Dónde estás? A ver, bajá.
Eco: Ja, ja, ja.
Clara: No voy a hablar, a ver qué hacés ahora, mmmmm.
Eco: Mmm.
Clara: Mmmm.
Se produce un juego de mímesis sonoras, apáticas, sin sentido. Clara adopta una postura amorfa. En lo peor, entra el Sr. Lenguaje.
Sr. Lenguaje: ¿Qué está pasando por acá? ¡Qué linda
manera de matar el tiempo!
Clara (Desaparece Eco.): Mmm.
Sr. Lenguaje: ¿Qué estás diciendo? (Examinándola.) No
parece humana.
Clara: Mmmmm… Estoy tan aburrida… ida… ida.
Sr. Lenguaje: Estás más bien en la ruina. ¿Cómo has
podido llegar a este momento? ¿Hace mucho que no
leés ningún cuento? Tu estado es calamitoso. No quiero
ni pensar en lo que estás pensando para que de vos
salga este vocabulario. Hija ¿qué le está sucediendo a tu
imaginación que nada podés pronunciar con atención?
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Clara (Abrazando al Sr. Lenguaje.): Sr. Lenguaje, no me
abandone.
Sr. Lenguaje: Yo, Clara, te estoy rescatando, vos sos quien
me está abandonando. (Clara sigue casi inmóvil en un
punto fijo.) ¿A qué le estás prestando atención? (Clara
saca un globo de su bolsillo y lo infla, luego lo observa
embobada.)
Sr. Lenguaje: Clara, estás “anlobada”, digo
“englobalizada”, quiero decir embobada. Clara, prestame
más atención.
Clara: ¿Y usted quién es?
Sr. Lenguaje: Tu memoria está fallando.
Clara: Déjeme, necesito pensar.
Sr. Lenguaje: ¿Pensar sin mí? Clara, ya lo decía mi
tatatatarabuelo abuelo: “Sin lenguaje no hay pensamiento”
y no era vanidad, sin lenguaje no podemos pensar.
Entra el Sr. Tiempo.
Sr. Tiempo: Clara ¿dónde te habías metido? Cuando miré
te habías ido.
Sr. Lenguaje: Ya está todo curado, cuidado, cuidado.
(Clara le arroja una piedra invisible y lo golpea en la
cabeza, el Sr. Tiempo cae.) ¿Qué acabás de hacer?
Clara: Me quería comer.
Sr. Lenguaje: Eso es un disparate. (Al Sr. Tiempo.) Parate,
parate.
El Sr. Tiempo se pone de pie con dificultad; Clara lo enfrenta; el Sr. Lenguaje intenta separarlos ubicándose entre ambos.
Clara: Disculpe los chichones, pero alguien me dijo que
usted tenía malas intenciones.
Sr. Tiempo (Levantándose.): ¿Malas intenciones hacia vos?
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Sr. Lenguaje: Vamos a resolverlo en un diálogo ameno
(ambos lo miran mal)… “amenosss”.
Clara: Clara de acá, Clara de allá y un día ¡zas! Me
desayunas.
Sr. Tiempo: ¿Desayunarte?
Clara: No se haga el distraído. Yo lo creí mi amigo.
Sr. Lenguaje (A Clara.): Hablá con más moderación, tus
vocales parecen tener sarampión.
Clara: Hágase a un lado, Sr. Lenguaje. Esto no tiene
mediación. El Tiempo es un traidor. (Clara le arroja una
piedra invisible más pesada al Sr. Tiempo.)
Sr. Lenguaje (Cae al piso.): Siempre tengo que salvar mi
pellejo.
Sr. Tiempo: Ahora yo soy el ofendido, cualquier cosa que
te digan de mí has creído.
Sr. Lenguaje: Has articulado mal la oración, cuidado que
te va a hacer mal al corazón.
Sr. Tiempo: No me importa la ortografía si pierdo a mi
mejor amiga.
Clara: Los mejores amigos no se comen entre sí, aunque
les agarre un frenesí.
Sr. Tiempo: ¿Quién te dijo ese disparate? (Al Sr. Lenguaje.)
Parate, parate.
Clara: Memoria. Mas la pura Verdad me ha dicho que me
querías comer llegada la ocasión con vinagre o con limón
como a un salpicón. Bueno, eso no me lo dijo, le agregué
un poco de condimento ya que comerme a secas me
parece un gesto un poco indigesto.
Sr. Tiempo: Ni siquiera me conoce esa tal “momerio”.
Clara: Memoria.
Sr. Tiempo: Esos eran otros tiempos, se habrá referido a
algún pariente mío, pero ese no es el sentido. Siendo mi
mejor amiga has desconfiado sin darme la oportunidad
de poderme expresar. Sr. Lenguaje, hágase a un lado que
el tiempo se va si no lo sabemos apreciar.
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El Sr. Tiempo va a pasar atravesando todo el escenario.
Sr. Lenguaje: Clara, tenés que hacer algo, el tiempo está
pasando.
El Sr. Tiempo pasa lentamente, se esconde detrás de la tortuga.
Clara: Pero la memoria…
Sr. Lenguaje (Con velocidad.): Esa preocupación te está
haciendo perder el tiempo. A tu edad, una Memoria tan
grande es un poco desparejo, y una Verdad que solo se mira
al espejo es un poco complejo, se va el tiempo, Clara, y las
extremidades no sirven, la confusión busca una ciencia,
pero esto se trata del corazón, donde la razón no sabe nada,
y si solo se quedan tus palabras, con el eco es un sinsentido
más que aburrido. (Trata de convencer a Clara, que queda
inmóvil.) Necesitamos a otro para dialogar, necesitamos a
otro para tener sentido, confiá más en tu percepción, ese es
el mapa definitivo. (Cae por el esfuerzo.)
Clara: “Confiá más en tu percepción, ese es el mapa
definitivo”.
Sr. Lenguaje: Una verdad que solo se preocupa por su
apariencia es apenas una creencia, hay que ir más allá,
mirar más lejos…
Clara: Como con mi telescopio…
Sr. Lenguaje: No pongas tu atención en las apariencias, Clara.
Clara: En mí le doy hospedaje, no se va a tener que exiliar
en un idioma extranjero, usted es mi identidad, es como
mi abuelo. (Llora.) Perdí el tiempo.
El Sr. Tiempo sale de su escondite.
Sr. Tiempo: A veces el tiempo que creímos perder no lo
perdimos, por algo lo vivimos. No soy el único tiempo,
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vení, mirá. (Toma un álbum de fotos y le va mostrando.)
Este era mi bisabuelo, Tiempo de Trabajar; acá está mi
bisabuela, Tiempo de Cocinar. Mi mamá, Tiempo de
Nacer; mi papá, Tiempo de Renacer.
Clara: ¿Y vos quién sos?… no vas a salir sino lo decís.
Sr. Tiempo: Yo soy este al lado de la tortuga, Tiempo
Presente. (Va hacia el regalo.)
Clara: ¡Mi presente!
Sr. Tiempo (Lo abre, hay dos narices de payasos, se las
ponen.): Yo soy tu Tiempo, Clara, tu Tiempo de Jugar.
Clara (Cantando.):
La infancia declara que es
tiempo de abrir presentes.
Declara con verdad y con memoria
vamos construyendo
nuestra historia.
La infancia declara
que nuestro lenguaje
está luchando sin espada
y sin peto,
no le perdamos el respeto.
La infancia declara,
a fuerza de tanto error.
Declara que la ciencia
es confusión
cuando esta ignora
al corazón.
Sr. Tiempo (Aparece una mariposa con alas violetas.): Mirá, Clara, la oruga ya madruga…
Clara: Tiene alas violetas de hadas.
Sr. Lenguaje: Niña mariposa, es hermosa.
Sr. Tiempo: Solo había que darle un poco de tiempo para
que creciera. (El Sr. Tiempo y Clara se abrazan.)
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Sr. Lenguaje: Ya sabía yo que todo esto no era más que
una gran metáfora. Ahora podré irme a descansar al
campo, al campo semántico, por unos días.
Todos (Cantando.):
La infancia declara
que es tiempo de labrar poesía.
La infancia declara
no importa lo que ellos digan.
De reverencias con más coherencias
y más creencias sin apariencias.
(Hablando.) Y si alguien se queja por tanta
declaración
(Cantando.) no está respetando la Constitución.
Seguro lo hace de puro empacho
desde el despacho de algún ladrón.
La infancia declara
con dignidad y respeto:
Por los derechos de todos los niños.
Por el respeto a nuestros abuelos.
Por el futuro.
Y por el presente.
La infancia declara
que es tiempo, que es tiempo,
que es tiempo... de jugar,
de jugar, de jugar.
¡A jugar!
Baja el telón.
Fin
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— 72 —
PARA SABER MÁS
La infancia es un tiempo único en la vida. Cuando una persona
llega a la edad de la adolescencia ha dejado la infancia −como
tiempo biológico− para siempre. Y empieza, entonces, el camino
hacia la adultez.
Sin embargo, la infancia perdura en nuestro interior, en nuestros
recuerdos y sentimientos toda la vida. Por eso, todo lo vivido en
los primeros años de nuestras vidas es fundamental para la vida
futura. Por ello, hay derechos que todos los niños deben ver res-
petados: entre otros, el derecho a una buena alimentación, a la
vestimenta, a la educación, a la salud. Hay derechos que corres-
ponden a necesidades físicas, y otros, a necesidades intelectua-
les, interiores.
Todos los niños tienen derecho a imaginar, a vincularse con el
arte. Porque los seres humanos somos capaces de crear a partir
de lo que conocemos, de lo que vivimos, de lo que vemos. Así,
imaginando y creando nuevos objetos, nuevos relatos, nuevas
imágenes, vamos recordando −al mismo tiempo− aquellos objetos,
relatos e imágenes que otros crearon. Así, la memoria perdura en
las nuevas generaciones y las sociedades pueden avanzar a partir
de lo aprendido y hecho por quienes vivieron antes.
El desarrollo de la imaginación en la infancia y la posibilidad de
crear se vuelven entonces fundamentales para que los niños crez-
can más sanos y más felices.
“LA INFANCIA DE CLARA”, UNA MIRADA
SOBRE EL UNIVERSO DE LOS NIÑOS
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A que nuestros intereses sean lo primero a tener en cuenta en cada tema que nos afecte, tanto en nuestra familia, como en la escuela, los hospitales, ante los jueces, diputados, senadores u otras autoridades.
A tener un nombre y una nacionalidad.
A saber quiénes son nuestros padres y a no ser separados de ellos.
A la vida, el desarrollo, la participación y la protección.
A que el Estado garantice a nuestros padres la posibilidad de cumplir con sus deberes y derechos.
A que nadie haga con nuestros cuerpos cosas que no queremos.
A que se respete nuestra vida privada.
A tener nuestra propia cultura, idioma y religión.
A pedir y difundir información necesaria que promueva nuestro bienestar y nuestro desarrollo como personas.
A tener una vida digna y plena y, si tenemos una discapacidad, a recibir cuidados especiales para que esto se cumpla.
A descansar, jugar y practicar deportes.
A tener a quién recurrir en caso de que nos maltraten o nos hagan daño.
A aprender todo aquello que desarrolla al máximo nuestra personalidad y nuestras capacidades intelectuales, físicas y sociales.
A reunirnos con amigos para pensar proyectos juntos e intercambiar nuestras ideas.
A no ser discriminados por el solo hecho de ser diferentes a los demás.
A vivir en un medio ambiente sano y limpio y disfrutar del contacto con la naturaleza.
A participar activamente en la vida cultural de nuestra comunidad, a través de la música, la pintura, el teatro, el cine o cualquier medio de expresión.
A expresarnos libremente, a ser escuchados y a que nuestra opinión sea tomada en cuenta.
A crecer sanos física, mental y espiritualmente.
A que no se nos obligue a realizar trabajos peligrosos ni actividades que entorpezcan nuestra salud, educación o desarrollo.
Póster Derechos de los niños,
UNICEF.
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La infancia de Clara
Lean la obra teatral “La infancia de Clara” de Florencia Aroldi y resuelvan las siguientes consignas. Presten especial atención a las indicaciones y comentarios.
1. La obra comienza con una canción, una milonga. Respondan las siguientes preguntas:a) ¿Cuál es el tema de la milonga?b) ¿Quiénes la cantan?c) ¿Qué datos anticipa esta con respecto a Clara?
2. Además de la canción, el texto empieza con una larga acotación que describe el escenario:a) ¿Qué hace a este lugar tan particular?, ¿qué les llama
la atención?b) Clara está en el centro del escenario con su telescopio,
¿qué está haciendo?
3. Observen esta tarjeta:
ACTIVIDADES En este juego de comprender
Clara
No tan a prisa. Cuidado con mi (en
cámara lenta) tortuga, casi la pisa.
(Por el telescopio.) Un telescopio.
Me lo regaló mi abuelo.
Sr. Tiempo
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Sr. Lenguaje Sra. Memoria
Sr. Olvido Doña Verdad
Mentira Hermanas Extremidad
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a) Todos los personajes aparecen descriptos en la primera página de esta obra. ¿Cómo los imaginan ustedes? ¿Pensaron qué gestos harán?, ¿cómo se moverán?, ¿qué ropas vestirán? Dibújenlos en las tarjetas.
b) Al pie de cada tarjeta escriban palabras que hayan dicho los personajes y que a ustedes les parezcan representativas de su modo de ser.
c) ¿Qué simboliza cada uno de ellos? Por ejemplo: Clara simboliza a todos los niños del mundo. ¿Y los demás? Anoten las respuestas en sus cuadernos o carpetas.
Si quieren, hagan los dibujos de los personajes en grandes tarjetas blancas y guárdenlas para nuevas actividades.
4. El Sr. Tiempo le hace un regalo a Clara: ¿qué le regala?
5. ¿Cuál es el conflicto de Clara? Cuenten con sus palabras ese conflicto y expliquen con qué personaje se “enfrenta” y qué hace para resolver su problema.
6. Cuando Clara afirma que el Lenguaje se ha descompuesto, ¿a qué se refiere? Mencionen un ejemplo del texto que muestre al “lenguaje descompuesto”.
Sr. Confusión Sr. Eco
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7. En varias ocasiones, algunas palabras o frases son utilizadas por los personajes con más de un sentido. ¿En qué sentidos aparecen usadas las siguientes palabras y frases? Tengan en cuenta el ejemplo:“Presente”Sentido 1: un regaloSentido 2: el tiempo presente, hoy, ahora, un tiempo verbal.
“Tiempo que desmejora”
“Perder el tiempo”
“El tiempo está detenido”
“La infancia declara”
Las personas usamos el lenguaje para comunicarnos, y co-
municándonos aprendemos que las palabras no tienen un
solo sentido. Muchas de ellas dicen lo que el diccionario nos
ofrece como definición y dicen algo más también. Al sentido
dado por el diccionario lo llamamos literal. Y al que le agre-
gamos por el uso o por asociaciones con otros aspectos de
la vida humana lo llamamos metafórico.
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8. Observen estos pares de personajes: Memoria y Olvido, Verdad y Mentira. Conversen de a dos o tres y anoten en sus carpetas las conclusiones a las que lleguen: ¿Por qué les parece que estos dos pares de personajes aparecen juntos en escena? ¿Cómo se tratan entre sí? ¿Por qué Clara recurre a ellos?
9. Transcriban una cita textual que muestre cómo el Sr. Confusión le complica tanto las cosas a Clara.
10. Hagan lo mismo para las Hermanas Extremidad.
11. ¿A quién le dice Clara las siguientes palabras: “Este diálogo es muy entretenido, solo dialogo con lo que digo”? ¿Por qué les parece que este personaje no aparece en escena y es simplemente una voz en off?
12. Una vez que leyeron y analizaron toda la obra, ¿qué simboliza el telescopio que Clara tiene desde el inicio?
13. ¿Por qué Clara no podía jugar?
14. Expliquen las palabras del Sr. Lenguaje cuando afirma que todo fue una gran metáfora. ¿Cuál es esa metáfora?, ¿qué tienen que ver Clara y el regalo del Sr. Tiempo con la metáfora?
Una metáfora es una figura retórica; es decir, un recurso para dar
estilo a lo que decimos, para embellecerlo, para que no resulte tan
lineal.
La metáfora consiste en la posibilidad de expresar una realidad o una
idea a través de una palabra o una frase diferentes que se refieran
a la misma realidad o idea. Por ejemplo: “Recorrimos y construimos
juntos un camino”. La palabra camino tiene un sentido metafórico,
quien habla cuenta que recorrieron y construyeron juntos la vida, los
días, los hechos. Y decir “camino” es una manera de decir “la vida”.
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15. La autora de esta obra teatral utiliza muchas veces rimas consonantes o asonantes para escribir los parlamentos de sus personajes. Observen, por ejemplo, la siguiente rima asonante:
Pero fíjese, señorita, que comprendo el malentendido. Solo es cuestión de nombres, escuche bien lo que le digo.
Busquen y transcriban tres ejemplos más.
16. En algunas ocasiones, Clara se dirige al público en apartes. Busquen un ejemplo y expliquen por qué en ese momento Clara le habla al público.
AHORA ESCRIBIMOS NOSOTROS
17. La infancia en el centro de la escena: si ustedes tuvieran que representar una escena de su infancia en un escenario, ¿qué elementos, personas y animales elegirían para hacerlo? Menciónenlos. Y escriban una acotación como la que inicia esta obra en la que aparezcan ustedes en el centro del escenario rodeados por las personas y los objetos de su infancia.
18. Dibujen esa escena. Pueden usar las tarjetas que hicieron antes o armar una maqueta o una lámina.
19. Campaña para no olvidar: la Memoria y la Verdad hablan sobre los recuerdos que el Sr. Olvido suele “robarse”. Aquellas cosas que las personas nunca deberían olvidar y, sin embargo, olvidan. Completen la siguiente lista de cuestiones que nunca deberíamos olvidar.
- Nunca deberíamos olvidar que todos los niños tienen derecho a…
- Nunca deberíamos olvidar que el tiempo… - Nunca deberíamos olvidar que los extremos… - Nunca deberíamos olvidar que la infancia…
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20. Armen, con la ayuda de su docente, una "Campaña para no olvidar". La campaña puede estar compuesta, por ejemplo, por una serie de tres afiches. Los afiches pueden presentar ilustraciones que muestren lo que nunca deberíamos olvidar con respecto a los derechos de los niños y de las niñas. También pueden agregar frases extraídas de la obra y usar la técnica que más les guste: dar color con acuarelas, con lápices, a través de un collage, etcétera.
21. Tiempo y tiemposa) Observen la siguiente foto
Charles Chaplin
b) ¿Conocen al hombre de la fotografía? ¿Conocían su nombre? ¿En qué tiempo vivió? ¿A qué se dedicó? ¿Cuál fue su aporte a la historia de la cultura?
c) Busquen información en Internet, pregunten en sus casas y escriban una breve biografía de Charles Chaplin.
d) Observen ahora el siguiente afiche:
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e) Describan lo que observan en el afiche: ¿cómo viste el personaje?, ¿qué hace con sus brazos y manos?, ¿cuál es el gesto de su rostro?
f) ¿A qué se referirá el título “Tiempos modernos”? Anoten sus suposiciones.
g) Ahora busquen información sobre la película. Lean entre todos esa información y relaciónenla con la siguiente frase:
“El hombre puede quedar atrapado en el ritmo frenético de un tiempo que valora más el dinero que la felicidad de los vínculos entre los seres humanos”.
Si pueden, vean la película. La encuentran completa en Internet: http://youtu.be/b6mrvKTopY8 .
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h) Escriban un breve texto de opinión personal acerca de lo conversado a partir de las consignas de este punto.
22. Tiempo de una vida ¿Se preguntaron alguna vez cómo eran los adultos
y ancianos de sus familias cuando eran niños? ¿Les preguntaron ustedes a ellos cómo eran?, ¿qué les gustaba hacer?, ¿cómo imaginaban el futuro?, ¿a qué juegos jugaban?
Háganles todas las preguntas que ustedes necesiten para conocerlos más y mejor, para saber sobre un tiempo que ustedes no pudieron compartir con ellos porque simplemente no habían nacido todavía.
Pídanles que les muestren fotos, si es posible. O que les hablen de una música que les gustaba o de una película.
Díganles que les hablen de un lugar favorito, de un viaje especial, de una alegría, de su primera tristeza.
Escriban un texto para presentar a esa persona al resto de sus compañeros. El título del texto puede ser: “Presentación en sociedad de…”
Incluyan en la presentación una descripción física de ayer y una de hoy de la persona elegida y todo lo que quieran agregar a partir de lo charlado.
23. Mural de retratos: recopilen en casa fotos de ustedes, retratos de infancia. Armen un mural en el aula con las fotos. Pueden, previamente, protegerlas con papel transparente y pegarlas con cuidado para despegarlas después, cuando quieran desarmar el mural. Pueden intercalar, entre las fotos, imágenes de juegos y los dibujos que ustedes mismos hicieron de los personajes de esta obra y hasta fragmentos escogidos de los parlamentos de Clara y los otros personajes. Tendrán un interesante mural que represente esta obra y a ustedes mismos.
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Ludovico y Ariadna
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PERSONAJES
Ariadna: Es una niña que lleva puesto un
vestido azul con flores lilas y
lunares rojos y botas verdes. Es
amable, su voz es cálida y sus
movimientos, suaves. Trae consigo
el famoso "hilo de Ariadna" del
que habla la mitología, solo que en
esta ocasión es una soga elástica de
muchos colores.
Ludovico: Es un niño que viste harapos de
colores apagados, y en la obra
la sociedad lo confunde con un
“monstruo”. En la mitología griega
representaría al Minotauro.
Pueblo: Está vestido mitad soldado mitad
payaso, es decir, de la cintura para
arriba lleva camisa y saco, y abajo,
pantalones y zapatos de payaso.
En la cabeza tiene una especie de
máscara circular que gira, lo que le
permite intercambiar tres máscaras
de acuerdo al personaje que
interpreta en distintos momentos:
Pueblo, Pueblo-Teseo y Pueblo-Rey.
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Se abre el telón y se ve un espacio vacío. De a uno, los personajes atraviesan apurados el escenario, como si llegaran tarde a una función que está por empezar. Ariadna lleva el hilo de un extremo, el otro extremo está atado fuera del escenario, en bambalinas, lo que le permite que por momentos esté tirante. Luego de dos o tres apariciones individuales se encuentran Ludovico y Ariadna en el escenario. Están fatigados y con alguna prenda u objeto mal colocados, por ejemplo, un zapato en la mano, un saco al revés, etcétera. Los personajes están a punto de empezar una función teatral, por lo cual la obra se desarrollará en dos niveles de representación: dentro de la obra que ellos representan y fuera de ella.
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Ariadna: ¡Ya empezó la función! ¿Dónde estabas?
Ludovico (Arreglando los últimos detalles de su
vestuario.): Viniendo para acá. ¿Empezó antes?
Ariadna (Poniéndose bien el zapato.): No sé, cuando yo
llegué ya había empezado (por el público), estaban todos
sentados. ¿Y Pueblo? ¿Dónde está Pueblo?
Entra Pueblo tropezándose. En una mano trae el otro extremo del hilo.
Pueblo: ¡Llegué!
Ariadna: Pueblo, ya empezó la función. (Pueblo le da el
otro extremo del hilo.) ¡No! ¿Qué hiciste Pueblo? Mi hilo
mágico…
Pueblo (Interrumpiéndola.): Empezó la función.
Ludovico: ¡Estimado público!
Pueblo: ¡Muy buenas tardes!
Ariadna: ¡Damas y caballos!
Pueblo (Corrigiéndola.): Habrás querido decir “¡buenas
tardes damas y caballeros!”.
Ariadna: Dije bien porque invité a mi caballo también,
con su sobrino, está allá (señala la platea) detrás del
pingüino. ¿Lo ves?
Pueblo (Disgustado.): Estimado público humano...
Ariadna: No es humano mi invitado, no se da por
saludado.
Pueblo (Obligado.): Buenas tardes.
Ariadna: Y al sobrinito, es tan bonito... (Relincha.)
Ludovico: Decile así: “¡Buenas tardes!”
Pueblo (Obligado.): Buenas tardes.
Ariadna: ¡Relinchemos!
Ludovico: “Retomemos”, habrás querido decir.
Ariadna: Y también relinchemos de vez en cuando así
vamos subtitulando. (Relincha.)
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Pueblo (Retomando desde el principio mientras Ariadna
mira los extremos de la soga.): Estimado público…
Ariadna (Relincha.): Es que sino no van entender ni mu
(hace “mu”) mis caballos. (Relincha.)
Pueblo: ¿Estamos en condiciones de continuar? Se nos
hace tarde.
Ariadna asiente con la cabeza.
Ludovico: Buenas tardes niños y cigüeñas.
Pueblo: No, habrás querido decir: “Buenas tardes niños y
niñas”.
Ludovico: Dije bien, invité a una cigüeña, está sentada en
el pasillo a la izquierda. Saludala.
Pueblo: ¡Ya empezó la función!
Ludovico: Vino desde París... un viaje muy largo para
venir a vernos.
Ariadna relincha.
Ludovico: Saludala en su idioma.
Pueblo: No sé cómo hablan las cigüeñas.
Ludovico: Así. (Imita el sonido de una cigüeña.)
Pueblo se niega.
Ludovico: Aunque sea repetí la fonética, lo que importa
es la poética.
Después de negarse, Pueblo finalmente la saluda.
Pueblo: Continuemos.
Ariadna: ¡Empezó la función!
Pueblo (Con alegría.): Estamos en función.
Ludovico: Estamos.
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AriadnaTatiana Berta
4º grado
Escuela 11 DE 3
Ariadna, Ludovico y Pueblo
Ailen Berta
4º grado
Escuela 11 DE 3
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Ariadna y Ludovico
Débora Ruiz
4º grado
Escuela 11 DE 3
Ariadna y LudovicoKiara Selamit4º gradoEscuela 11 DE 3
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Pausa.
Pueblo: Y eso fue todo, esperamos que la hayan pasado
bien. Si les gustó, recomiéndenla…
Ludovico (Mira a Ariadna como diciendo qué le pasa a
Pueblo.): ¿Cómo que terminó?
Ariadna: ¡Terminó! "Sefiní" la cuestión.
Ludovico: ¡Solo duró un instante!
Ariadna (A pueblo.): ¿Solo duró un instante?
Pueblo: Eso te pareció porque el teatro es un hecho
efímero.
Ariadna (Orgullosa.): Fugaz…
Ludovico (Tajante, a Ariadna.): No, no hicimos nada.
Ariadna (Dudando, a Pueblo.): ¿No hicimos nada?
Pueblo (A Ariadna.): ¡Hicimos lo que pudimos!
Ariadna (A Ludovico.): Lo que pudimos hicimos.
Pueblo (A Ariadna.): A su edad es muy fácil decir que no
hicimos nada.
Ariadna: Fue una muy buena función.
Ludovico: ¿A dónde van? No me dejen solo, “pido”.
Pueblo (A Ariadna.): ¿Ya empezó a pedir?
Ariadna: ¿Qué pidió?
Ludovico: “Pido gancho”. Necesitamos un criterio.
Ariadna: ¿Un qué?
Pueblo: Un qué de qué. De o qué... momentito, más
respeto. (A Ariadna.) ¿Qué dijo?
Ariadna (Levantando los hombros.): “Pido”.
Pueblo: Si pide plata, yo no tengo.
Ariadna: No, pide pido.
Pueblo: Nos está tomando el pelo. Yo le doy un
chancletazo, ya va a ver… (Lo corre con una chancleta en
la mano.)
Ludovico (Protegiéndose.): Un criterio que nos ayude a
discernir nuestro porvenir. (Huele una flor de payaso que
tiene en el ojal del saco y finge llorar. Sin que lo vean los
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personajes pero sí el público, aprieta el dispositivo y sale
agua del centro de la flor.)
Ariadna: ¿Quién va a venir?
Ludovico: “Pido” es una expresión que se usa para parar
el juego, para recordar las reglas.
Ariadna: ¡Ah!
Pueblo y Ariadna repiten “ah”.
Ludovico: Un paréntesis, un adentro del adentro.
Pueblo y Ariadna (Al mismo tiempo.): ¡Ah!
Ludovico: ¿Se entendió?
Pueblo: No.
Ariadna: No.
Ludovico: Pido gancho el que me atrapa es un chancho.
Pueblo (A Ariadna.): ¡Chancho gusto!
Ariadna: ¡Chancho gusto!
Ariadna y Pueblo se dan la mano moviéndolas exageradamente.
Ludovico: No, no.
Ariadna: ¡Ah! El chancho burgués.
Ludovico: Pero no, qué tiene que ver…
Ariadna y Pueblo se “duermen” en el hombro del otro.
Ludovico: No, no se achanchen que el teatro por
definición es “hombres en acción”.
Ariadna y Pueblo hacen piruetas.
Ariadna: Hombres… Y las mujeres ¿qué?
Ludovico: Las mujeres. (Despectivo.) Las mujeres no
hacían nada…
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Ariadna: Ah… ah.
Ludovico: Yo no, Aristóteles lo dijo.
Ariadna: ¿Y a ese quién lo juna?
Ludovico: ¡Ahijuna! El gran filosofo de la antigüedad.
Ariadna: ¡Ah! (Hace un gesto de no saber quién es.)
Ludovico: Aristóteles decía que toda obra, para
considerarse teatral, debe constar de un principio o
introducción, un nudo y un desenlace. Nosotros nos
anunciamos pero de eso no pasamos.
Pueblo: Lo que vos querés decir, para ver si entendí, ¿es
que la obra no la hicimos todavía?
Ludovico: Eso mismo.
Pausa. Pueblo: Im-po-si-ble.
Ariadna: Im-po-si-ble. (Por lo bajo, a Pueblo. Lo toma.)
Todavía están. Si ya terminamos la función, ¿por qué no
sé van?
Pueblo: Como que están esperando algo más de nosotros.
Ludovico (Metiéndose en el diálogo de Ariadna y Pueblo.): No se van porque acaban de llegar y están esperando que
empecemos a actuar.
Ariadna: Debido a las circunstancias, entramos en
paritarias. Como delegada propongo que (pausa) ante la
menor duda la hagamos otra vez.
Pueblo: ¿Y si ya la hicimos, compañera? Podríamos
aburrir al espectador. Y eso para un artista es lo peor de
lo peor.
Ariadna: Lo peor de lo peor. Igual ya parecen aburridos,
mirá. (Al público.) Sonrían, no los estamos filmando, pero
sonrían por diversión o por compasión. (Tropieza con el
hilo.) Mi hilo… (Se enredan los tres.)
Pueblo: ¡Un nudo!
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Ludovico: ¡Un nudo! (Tomando un nudo.) Es inadmisible,
estaremos por la página cinco y ya estamos en el nudo…
¿Saben lo que eso significa?
Pueblo: No.
Ariadna: No.
Ludovico: Que no estamos respetando la estructura.
Pueblo y Ariadna se tapan la boca como si escucharan una desgracia.
Ariadna: ¿Y si es la estructura la que no nos está
respetando a nosotros? Yo pregunto...
Pueblo: Qué falta de sentido espacial.
Ariadna (Mirando al cielo.): Se viene un temporal.
Ludovico: ¿Y ahora? ¿Desde dónde seguimos? Tenemos
que desenredarnos para seguir andando. (A Pueblo.) Vos
pasá por abajo.
Pueblo (Señalando una parte del hilo.): Desde acá.
Ludovico: ¿Dónde estamos?
Pueblo: ¿Estaremos en el desenlace?
Ludovico: No, esto recién nace.
Ariadna y Pueblo lloran como bebés.
Ariadna: ¿Estaremos en el final?
Ludovico: La historia está en pañal.
Ponen cara como si hubiera mal olor.
Ariadna (Señalando el nudo que se hizo en el hilo
mágico.): ¡El nudo!
Pueblo: ¿Pero el nudo no viene después?
Ariadna: Estamos en la introducción por inducción.
Pueblo: La función ya la hicimos. Aplaudieron así:
“bravo”. Un éxito descomunal.
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AriadnaMaia Neira5º gradoEscuela 11 DE 10
LudovicoDalila Paz5º gradoEscuela 11 DE 10
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PuebloDamián Vera5º gradoEscuela 11 DE 10
LudovicoXiomara Saenz4º gradoEscuela 11 DE 3
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Ludovico: Eso fue en la función anterior.
Pueblo: ¿La anterior?
Ariadna: ¡Cuántas confusiones!
Ludovico: Desde la semana pasada estamos haciendo dos
funciones por día.
Ariadna: ¡Ah! Trabajar tanto confunde a cualquiera.
Pueblo: ¿Y si sos vos el confundido? ¿Volvimos del pido?
Pueblo y Ariadna intentan escapar pero Ludovico los toma del brazo.
Ludovico: Propongo otra escapatoria para no entrar en
moratoria. Continuemos desde la mitad de la obra. ¿Desde
la página 12 les parece bien?
Ariadna: Tendría que hablar con el sindicato, imagínense
en qué lugar quedo yo si hago una función y media al
costo de una, es una competencia desleal.
Pueblo: Desde la 12 es más de la mitad, desde la página 16.
Ludovico: No se va a entender, desde la 13.
Pueblo: ¡La desgracia!
Ariadna: Desde la 14, así seremos justos con las partes... o
injustos con ambas.
Pueblo: ¿Dónde se ha visto comenzar una historia por la
mitad?
Ludovico y Ariadna: Acá.
Pueblo (Haciendo referencia a la obra que están a
punto de representar.): Estamos en el laberinto cuando
entra Ariadna y dice: “Nos vemos al finalizar, luego del
desenlace, (al público) espero que os place”.
Ludovico (Corrigiendo a Pueblo.): “Que os plazca”.
Ariadna (Sobreactuando.): “Lo que importa es que rime”,
responde Ariadna, “mientras buscamos el sentido, yo sé
bien por qué lo digo”.
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Ludovico y Ariadna, como si no estuvieran actuando, comentan lo que acaban de representar.
Pueblo (Con melancolía.): A mí me hubiera gustado un
comienzo con más misterio.
Ariadna: Con más magia.
Pueblo: Con más identidad infantil.
Ariadna: Sí...
Pueblo y Ariadna se muestran resignados. Transición. Luego se desentienden.
Ariadna: ¡Y bueno, la próxima!
Ludovico (Haciéndolos reaccionar.): El teatro es aquí y
ahora, es urgencia, no puedo esperar más.
Transición hacia el "adentro" de la obra que ellos representan.
Pueblo (Preparándose para actuar. Dentro de la obra): Silencio. Bruto. Malo. Feo.
Ariadna (Fuera de la obra.): ¿Qué te pasa?
Pueblo (A Ariadna.): Así dice el texto (a Ludovico.): "ve a
tu puesto, que este sea el comienzo…".
Sin darse cuenta repiten el fragmento al cual hicieron alusión previamente.
Ariadna: Nos vemos al finalizar, luego del desenlace,
espero que os place.
Ludovico: Que os plazca.
Ariadna: Lo que importa es que rime. Mientras buscamos
el sentido, yo sé bien por qué lo digo. (Su rostro expresa
cómicamente la sensación de deja vu.) Sigue. (Sale.)
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Dentro de la obra.
Pueblo: Cállate, tonto. Te cuido y así me respondes.
Ven aquí, ¿por qué te escondes? (Ve a Ariadna.) Torpe.
Ariadna, has llegado. ¡Aquí está el monstruo!, (fuera de la
obra) dice mi parlamento.
Ariadna (Alternando la mirada entre Ludovico y Pueblo.): ¿Dónde? ¿Dónde?
Pueblo (Dentro de la obra.): Detrás de ti, (saliendo de la
obra) responde Pueblo atento. (Volviendo a entrar.) Pero
debes retirarte, para ti acá no hay arte. Es un monstruo
peligroso, es horroroso.
Ariadna: ¿Y dónde está el “monstruo”?
Pueblo: Delante de ti.
Ariadna: ¿Es un monstruo invisible del cual me estás
hablando?, (saliendo de la obra) dice Ariadna sorprendida.
Pueblo: Yo diría más bien “ida”. (Dentro de la obra.)
¿Invisible? ¿Acaso, niña, no lo están viendo tus ojos?
Ariadna: ¿Dónde?
Pueblo: Allí. (Señalando a Ludovico.) ¿Es que estás ciega,
mujer?
Ariadna: Ah ¿es él? (Transición.) A nadie más bello y a
nadie más dulce han visto mis ojos hasta este momento.
Ludovico (Saliendo de la obra.): Él (por el personaje
Ludovico) queda sorprendido. (Cruzando los dedos.) ¡Que
nadie diga pido! (Vuelve a la obra.)
Pueblo: ¡Momento! Este es el monstruo del cual te hablé.
Ariadna (A Ludovico.): ¡Levántate!
Pueblo (Saliendo de la obra, mientras la lleva hacia
un costado.): Pueblo, desconcertado, la lleva hacia un
costado.
Ariadna: Ariadna, con cara de preocupación.
Pueblo (Dentro de la obra.): Nuestras vidas están en
peligro, ¿no comprendes la situación?
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Ariadna (Fuera de la obra.): Tené más consideración,
recién empieza la función...
Pueblo: Es abominable.
Ariadna (Vuelve a la obra.): Pueblo, sé más amable.
Este niño es adorable.
Pueblo (Lo mira varias veces, sorprendido.): ¿Niño? ¿Tú
dices que es un menor?
Ariadna: He dicho un niño, “señor”.
Pueblo: ¿Estás al revés? ¿Por qué no sé lo que tú ves?
Ariadna: Entonces veamos lo que tú ves. ¿Tiene este
monstruo dos brazos?
Pueblo va corriendo hacia Ludovico y regresa hasta Ariadna de igual forma.
Pueblo: Los tiene, y a cada lado.
Ariadna: ¿Tiene dos piernas, acaso?
Pueblo: Eso parece…
Pueblo corre, lo mira de cerca, vuelve y asiente con la cabeza.
Ariadna: ¿Ojos? Anda...
Pueblo (Sorprendido.): ¡Sí!
Ariadna: ¿Cuántos? ¿Uno, dos, cinco? Anda...
Pueblo (Cada vez más fatigado.): Dos, redondos como
lunas en primavera.
Ariadna: ¿Nariz?
Pueblo: Justo en el centro de su rostro.
Ariadna (Burlándole, como si se asustara con cada
respuesta de Pueblo.): ¿Ah sí? ¿De qué color?
Pueblo: Rojo carmesí.
Ariadna (Burlándose.): Entonces sí, se trata de un niño-
payaso. ¿Cerrado está tu caso?
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Pueblo: Te digo que es una bestia, está todo morado.
Ariadna: Más bien parece enojado.
Ludovico mira.
Pueblo: ¿Enojado has dicho? ¿Es una enfermedad de
gravedad? ¿Contagiosa será?
Ariadna: Pueblo, tiene que venir una mujer a enseñarte
qué es el enojo.
Pueblo: Yo ya sé…
Ariadna: Y qué es…
Pueblo: Ya lo sé yo.
Ariadna: Dímelo. Dímelo.
Pueblo: Enojo es un sombrero con forma de rulero.
Ariadna: Qué sabio eres, Pueblo. Pero no, no lo es, por lo
menos esta vez.
Pueblo: Ya sabía yo que no era eso, lo dije para ponerte a
prueba. Enojo es un barrilete de color “naranjete”. ¿Qué
es? Dímelo, que la duda me asalta.
Ariadna: El enojo es una emoción tan propia del corazón
como el amor...
Pueblo: ¿Amor?
Ludovico y Pueblo ponen cara de asco.
Pueblo: Tú dices que “esto” (por Ludovico) está
enamorado.
Ariadna (Sonriendo.): Dije que parece todo enojado...
quisiera yo verlo enamorado.
Pueblo: ¿Dices tú que no es malvado?
Ariadna: No pises el hilo sagrado ¿Acaso no ves su alma?
Es un ser alado.
Pueblo: Ariadna, ese que está a tu lado es un criminal
descontrolado.
Ariadna: Mide tus palabras. ¿Y quién lo dice?
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Pueblo: Él mismo lo dice. Escuchadlo atentamente.
Ludovico habla como un nene cuando está enojado, no se entiende lo que dice.
Ariadna: ¿Tú qué escuchas?
Pueblo: Lo mismo que tú.
Ariadna: Quiero decir desde dónde escuchas.
Pueblo: Desde aquí.
Ariadna: Me refiero a que si el asunto es de quien
habla, o de quien escucha. ¿Escuchas con encono o con
amabilidad? Dime la verdad.
Pueblo: Escucho con mis oídos, en realidad.
Ariadna: Yo también escucho con los míos pero no es lo
mismo lo que oímos.
Pueblo: No sé por qué te he llamado.
Ariadna: Por lo que tú sientes.
Pueblo: Me castigarán, el rey no tiene piedad. ¡Oh!
Perdón, Ariadna, yo no...
Ariadna: Continúa, no tienes porqué pedir perdón si el
rey no tiene corazón.
Pueblo: ¿Estás segura de que no es un monstruo que
atenta contra el orden natural de la sociedad?
Ariadna: ¿El rey? Oh, claro que sí, sin dudas.
Pueblo: Sé más respetuosa con la ley, me refería a él
(señalando a Ludovico).
Ariadna: ¿Con qué ley, la de los dioses o la de él? Me
refería a él. (Simula una corona y hace gesto burlón
imitando al rey.)
Pueblo: Si es un niño como tú dices, hemos cometido un
grave error. Tiene derecho a sentir rencor.
Ariadna: Tenemos que sacarlo de aquí antes de que lo
vea Teseo.
Pueblo: ¿Por qué te he escuchado? Tengo una familia, tres
niños y otro en camino...
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Elizabeth Méndez5º gradoEscuela 11 DE 10
Karina Gómez5º gradoEscuela 11 DE 10
Yazmín Giraldi
4º grado
Escuela 11 DE 3
Yara Garcete
4º grado
Escuela 3 DE 11
Ariadna
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LudovicoIgnacio Gold4º gradoEscuela 11 DE 3
Luján Getar4º gradoEscuela 11 DE 3
Nicole Mamani5º gradoEscuela 11 DE 10
Nadia Bustamante
4º grado
Escuela 11 DE 3
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LudovicoMatías Guerra5º gradoEscuela 11 DE 10
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Ariadna: Por ellos, Pueblo, por tus hijos, que son muchos.
Pueblo: Niña, yo que soy paje advierto que tu madre fue
una mujer con coraje.
Se apartan. Ariadna: ¡Y mi abuela! Si la vieras… Démonos prisa, no
verlo al rey no le causará risa.
Pueblo: A nadie, ninguno lo quiere en libertad. Las
familias piden por su seguridad, están todos encerrados
en sus hogares, departamentos, countries, barrios
privados...
Ariadna: ¡Pueblo! Es apenas un niño. Me has hecho reír.
Pueblo: Un niño sin porvenir.
Ariadna (Se pone seria.): En eso estamos de acuerdo,
concédeme un porvenir de cinco minutos y yo me llevaré
a este monstruo de aquí.
Pueblo: Pero me quedaré sin trabajo, Teseo llegará para
lograr su cometido...
Ariadna: Ayúdame a ayudarlo como habíamos convenido.
Pueblo: Es un hombre infranqueable... tú lo sabes mejor
que nadie.
Ariadna: Pueblo, tienes que intervenir, sin tu ayuda no
podré.
Pueblo: Puedo decirle a los guardias que vayan por un
mandado, así dejaré abierto el candado.
Ariadna: No será sencillo.
Pueblo: Por fin has hablado con prudencia, mira cómo se
ha puesto. Vete niña. (Le da pastillas a Ludovico.)
Ariadna: ¿Qué le has dado?
Ariadna le saca las pastillas de la boca.
Pueblo: Está muy acelerado.
Ariadna: Escupe. Podrías haberlo matado.
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Pueblo: Está recetado.
Ariadna: Ven a mi lado.
Pueblo (Quitándose responsabilidad.): Y por duplicado.
Ariadna: Este niño no está enfermo, es por eso que no
necesita remedio. Voy a llevarlo de aquí de inmediato,
este era el trato.
Pueblo (Se va a retirar. Vuelve.): ¿Estás segura de lo que
estás haciendo? Si consigues hacerlo (Ariadna saca un
libro de su bolsillo) te llamarán loca por el pueblo...
Ariadna: ¿Y tú eres el cuerdo?
Pueblo: Ya no lo recuerdo...
Ariadna (Sonriendo.): Pero Pueblo, comenzaré por él y
luego por ti. (Le hace un lindo gesto.)
Pueblo: Oigo pasos. Escúrrete en este laberinto. Vete
lejos, donde no puedan encontrarlo. Ten cuidado,
doncella de la ternura, he perdido por fin mi cordura.
¿Quién anda ahí? ¿Quién viene?
Pueblo queda de espaldas. Ariadna: Aunque pongas todo tu empeño en arrugar tu
ceño, que no eres una bestia yo te enseño.
Ludovico: Soy el monstruo del laberinto.
Ariadna: Otros dicen, cuando más deberían callar y
aprender el poder que da el hablar. Te mintieron y tú
les has creído, por eso en un supuesto monstruo te has
convertido.
Ludovico: Te odio.
Ariadna: Las palabras tienen un poder, eso es lo primero
que tienes que aprender. Mal utilizadas te alejan de tu
ser. Pueblo dirá que por ser niño no comprendes lo que
digo. Yo afirmo que porque eres niño más que otro las
comprendes. Por ser niño sabio tú eres…
Ludovico se calma, la mira de costado.
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Ariadna: Traje algo que es tuyo. (Extiende su mano y le
da algo invisible.) Tu nombre.
Ludovico: ¿Mi nombre?
Ariadna: Ludovico.
Ludovico permanece en silencio, mirándola.
Ariadna (Al público.): El lenguaje del amor estoy
empleando, por eso con el corazón me está escuchando.
Ariadna: Ludovico. (No reacciona.) Ludovico.
Ludovico: Estoy pensando.
Ariadna: Estamos en un teatro, pues debes pensar en
acción. Debes utilizar el tiempo dramático. Lo que en tu
mente sucede aquí nada significa. Solo tu accionar te
dignifica. Niño.
Ludovico (Devolviéndoselo): No lo quiero.
Ariadna: No, muchachito, es tu nombre, debes cuidarlo.
Para hallar la salida nos va a ayudar. Es tradición del
oráculo dar un acertijo, escucha lo que dijo: “Saldrás por
tu palabra original, por tu palabra primera”.
Ludovico (Apenado. Luego disimula su sentimiento.): Lo
rompí.
Ariadna: Silencio. Alguien se aproxima.
Pueblo se da vuelta y gira su máscara, ahora es Pueblo-Teseo.
Ariadna: Tienes que esconderte. Escóndete.
Ludovico: ¿Dónde? No hay nada aquí.
Ariadna: ¿Quién viene?
Pueblo-Teseo: Soy yo, Teseo.
Ariadna: No te creo. (A Ludovico.) Escóndete detrás de
mí. (Lo esconde.) Repite tu identidad porque no lo oí con
claridad. (A Ludovico.) ¿Qué estás haciendo?
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Ludovico pasa sus manos por debajo de los hombros de Ariadna. Ella esconde sus brazos detrás, de tal manera que los brazos que se ven son los de Ludovico. Los cubre una tela para que se dé el efecto.
Pueblo-Teseo: Soy yo, Teseo.
Ariadna (Abruptamente queda frente a ella.): Qué
sorpresa me das.
Pueblo-Teseo: ¿De qué te sorprendes, maga? Tu nombre
me llama... ama... ama. (La besa en la mano, que en
realidad es la de Ludovico.)
Mientras Ariadna habla, los brazos de Ludovico irán de movimientos torpes a movimientos más naturales, adaptándose a sus palabras. Por momento serán disociados, provocando la ruptura entre la palabra y el movimiento.
Ariadna: No elijas la esclavitud cuando puedes gozar de
tu juventud. (A Ludovico, por lo bajo.) Por favor, Ludovico,
y mantén por esta escena cerrado el pico.
Pueblo-Teseo: ¿Para qué quiero la libertad? A tu lado soy
tan joven como la eternidad.
Ariadna: Teseo, no sé qué ha pasado esta vez, mi ser no te
convoca. (Ludovico dice no con las manos graciosamente.)
Pueblo-Teseo (Queriendo besarla.): ¡Qué palabras
amargas salen de tu boca! (Ariadna zafa.)
Ariadna: Teseo, Teseo, (pausa) no te deseo.
Ludovico estornuda.
Pueblo-Teseo: ¿Y eso qué fue?
Ariadna: Yo no oí nada.
Pueblo-Teseo: Estás tan cambiada.
Ariadna: ¿Cómo saldrás de aquí? Mi hilo sagrado no te di.
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Pueblo-Teseo: Ícaro se dedica a la compra y venta de GPS.
¡Cómo vio el negocio el bandido ese!
Ariadna: ¿Un GPS?
Pueblo-Teseo: Pero Ariadna, pareces hechizada, tu alma
parece envenenada, tú eres mi amada.
Ariadna: ¿Pero no ves que todo ha cambiado en este rito?
Pueblo-Teseo: Momentito que soy parte de este mito...
Ariadna: Quédate quietito.
Teseo: Vengo a matar al monstruito.
Ludovico le hace cosquillas. Ariadna se ríe.
Pueblo-Teseo: ¿De qué te ríes? Esta es la parte más
trágica del cuento.
Ariadna: Me río de pena… que no lo mates yo te aconsejo.
Pueblo-Teseo: Me dejas perplejo como un cangrejo. ¿Y
por qué no he de matarlo? Dame una buena razón que me
haga cambiar de posición.
Ariadna (Lo cambia de posición para disimular a
Ludovico.): Porque el monstruo eres tú como que aquello
es un conejo.
Pueblo-Teseo: ¿Qué has hecho? Ariadna, tú debes
ayudarme en mi empresa.
Ariadna: No quiero acciones en esta tristeza.
Pueblo-Teseo: ¿Qué te acontece?
Ariadna relincha. Ariadna: ¡De él me he apiadado!
Pueblo-Teseo: Es un despiadado, ha devorado más de un
bocado humano.
Ariadna: Hambre y frío lo han hecho padecer, más diría
yo que lo alimentaron contra su parecer.
Pueblo-Teseo: Vengaré la muerte de mi hermano y así
estaremos a mano.
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— 110 —
Ariadna: La muerte siempre da pérdida, esa es la regla,
nadie gana en una guerra.
Pueblo-Teseo: ¡Seré un héroe! Y te llevaré a un médico,
deliras de fiebre.
Ariadna: De cobarde es perseguir monstruos ajenos sin
antes tratar de conciliar con los propios por lo menos.
Pueblo-Teseo: La bella Ariadna está desquiciada, eso no
me agrada.
Ariadna: Sin espada y sin balas, con el ingenio puedes
vencer, eso también debes aprender.
Pueblo-Teseo: ¿Con quién hablas?
Ariadna: Hablo con mi conciencia.
Pueblo-Teseo: La bella Ariadna ha enloquecido perdiendo
para siempre el sentido. En busca de la mitad hombre/
mitad toro, hago mutis por el foro.
Pueblo se pone de espaldas.
Ariadna: Lo hemos persuadido, Teseo por fin se ha ido.
Para quien no quiere oír la realidad, el mejor repelente es
decirle tu verdad.
Ludovico sale detrás de Ariadna.
Ariadna: ¡Vamos! Es por aquí. Corramos antes de que nos
encuentren. (Chocan contra una pared invisible.)
Cambian de sentido varias veces.
Ariadna: No, por aquí no es. Por aquí... (Hacia el otro lado
chocan nuevamente contra otra pared invisible. Caen.)
Ludovico: Teseo tenía un GPS, ¿tú por qué no tienes uno
como ese?
Ariadna: Este hilo es especial.
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Ludovico: Pero no está funcionando, siempre volvemos al
mismo lugar.
Ariadna: Claro que sí... por acá.
Ludovico: ¿Lo que Teseo tenía es mejor?
Ariadna: Ya te voy a demostrar que no.
Ludovico: Él no tropezó con nada.
Ariadna: Él no desarrolla su sentido de ubicación, anda
caminos de otros…
Ludovico: ¿Y nosotros?
Ariadna: Estamos tratando de ubicarnos.
Ludovico: Estoy cansado. Upa.
Ariadna: ¿Upa? Vamos, Ludovico, camina.
Ludovico: No.
Ariadna: Que camines, estás grande para que te haga upa.
Ludovico: Upa. Quiero volver.
Ariadna: Pero ese no es tu hogar.
Ludovico: Es mi lugar.
Ariadna: Por aquí, “Futuro”. Ven, Ludovico. (Choca contra
una pared invisible.) ¿Un muro?
Ludovico: ¿No hay salida?
Ariadna: Te hago piecito…
Ariadna le hace piecito, Ludovico mira por lo alto.
Ariadna: ¿Pudiste ver algo? ¿Qué viste?
Ludovico: Vienen. (Corre detrás de Ariadna al escuchar a
Pueblo.)
Pueblo se da vuelta colocándose la máscara de Pueblo.
Ariadna: ¿Quién eres ahora, Pueblo?
Pueblo: Soy yo mismo, soy Pueblo. ¿Qué hacen por aquí?
Los hacía afuera del laberinto.
Ariadna: El laberinto en este mapa está distinto…
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AriadnaAbril Medina4º gradoEscuela 11 DE 3
Paula Ledesma
4º grado
Escuela 11 DE 3
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— 113 —
Ileana Pistan
4º grado
Escuela 11 DE 3
Carlos Castro4º gradoEscuela 11 DE 3
Laberinto
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— 114 —
Pueblo: ¿Qué pasa? ¿Tu hilo ya no es mágico?
Ariadna (Cómicamente furiosa.): Sí que lo es.
Pueblo no entiende la reacción desmedida de Ariadna.
Pueblo: Teseo pasó corriendo, él solo parecía un
regimiento y traía un aparatito, te juro que no miento
Ludovico comienza a llorar.
Pueblo: ¿Qué le pasa? ¡Ah! Caprichito no, hay que ponerle
límite. Cucha. Cucha.
Ariadna: Es un ser humano.
Pueblo: Está endiablado. Necesita límites.
Ariadna: ¿Más limite que estos ladrillos? ¿Vos sabías del
muro entre el presente y el futuro?
Pueblo: No lo sabía, no paran de edificar.
Ariadna: Por ahí no podemos pasar.
Ludovico llora.
Pueblo: ¿Qué le pasa?
Ariadna: Le prometí que lo llevaría a casa. Ya pasa, ya pasa.
Pueblo: Dos golpes a tiempo y sabes cómo lo enderezo.
Ariadna: No está doblado, está desconsolado. Esto no
se repara con golpes, Pueblo. Para calmarlo prueba con
acariciarlo.
Pueblo: ¡¿Acariciarlo?! No se lo merece. Además no hay
tiempo. Tienen que hallar la salida. Teseo fue en busca
del rey, dijo que tú has sido hechizada, que estabas con
ideas algo raras. Dile que se calle, sus gritos los guiarán
hasta aquí.
Ariadna: Eso intento. Algo vamos a tener que hacer, está
bastante enojado.
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Pueblo: ¿Y qué tenemos que ver nosotros con el enojo de
este mocoso? Cuidado con el pozo.
Ariadna esquiva el pozo imaginario, Ludovico cae en él.
Ariadna: Es un llanto especial…
Ludovico: Me duele.
Ariadna: ¿Dónde? ¿Qué sientes?
Ludovico: Oprimido… el pecho.
Ariadna saca un estetoscopio y lo ausculta. Luego le mira los oídos y lo va revisando como si estuviera en una consulta médica.
Pueblo: ¡Es un llanto intransigente!
Ariadna: Está llorando delante de la gente.
Pueblo: ¿Es un llanto radical?
Mira su garganta. Ludovico saca la lengua.
Ariadna: Espero que no le haga mal...
Pueblo: ¿Es un llanto peronista?
Ariadna (Niega con la cabeza.): Lo tacho de la lista.
Pueblo: ¿Es un llanto socialista?
Ariadna: No sé, dame una pista.
Pueblo niega con la cabeza.
Pueblo: ¿Es un llanto liberal?
Ariadna: No sé, se lo ve real.
Ariadna y Pueblo niegan con la cabeza.
Pueblo: ¿Es un enojo obrero?
Ariadna: Llora con mucho esmero.
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Ambos asienten con la cabeza y luego niegan. Le hacenun electrocardiograma y sacan un papel con el resultado. También le hacen una radiografía. Ariadna: Pueblo, dame tu mano, es un llanto humano.
Pueblo (Retirando la mano.): No es de mi agrado.
Ariadna: Es un llanto sagrado.
Pueblo: Me voy a otro lado.
Ariadna mira la radiografía.
Ariadna: No es un enojo chiquito, minúsculo, es un enojo
algo mayor. No es un enojo solo doméstico, es un enojo
más grande. No es enojo de dos ambientes, es un enojo que
abarca otra jurisdicción. No es un enojo barrial, es un enojo
provincial. (Pausa.) Ludovico padece de un enojo a nivel
nacional. Un niño está llorando y nadie toma el reclamo.
Pueblo: ¿Qué reclama?
Ariadna: Amor.
Pueblo: ¿Y yo qué tengo que ver?
Ariadna: Pueblo…
Pueblo: Alguien viene.
Ariadna: Este es un llanto social. Pueblo, escucha. (Le
pone el estetoscopio en el corazón, se escuchan bombos y
voces de protesta.)
Pueblo (Sacándose el estetoscopio.): ¡Que deje de
protestar ya! Está viniendo el rey, acabará con él. Su
destino es trágico.
Ariadna: Cuando debería ser mágico.
Ariadna le pone el termómetro.
Pueblo: Los dioses lo han querido, su identidad está en no
poder escapar de su destino.
Ariadna: Es un llanto infantil. Los dioses somos nosotros…
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Ariadna mira el termómetro y se alarma.
Pueblo: Que deje de protestar…
Ariadna: Protesta, Ludovico, es tu derecho. Evoca hasta
los ángeles y tú deja el “misterio” para lo que no podemos
cambiar. Su destino es tan administrable como cualquier
asunto contable.
Pueblo: El pueblo clama, ¿no oyes?
Ariadna: Es un niño, en lugar de clamar deberían amar.
Pueblo se pone de espaldas y gira la máscara, ahora es Pueblo-Rey.
Ariadna: ¿Quién eres, Pueblo, en este instante?
Pueblo-Rey (En transición de un personaje a otro.): Lo has
arrojado a los leones, no sé cuáles son tus intenciones.
Ariadna: Tu rostro está estrepitoso, casi que estás
espantoso. ¿Quién eres?
Pueblo-Rey (Imperativo.): ¡De rodillas!
Ludovico obedece. Ariadna sigue de pie.
Pueblo: Soy el rey.
Ariadna: ¿Acaso eres "mi" rey?
Pueblo-Rey: "El" rey.
Ariadna: Usted ha venido hasta mí, ¿a qué se debe el
horror?, digo, ¿el honor?
Pueblo-Rey (Por lo bajo.): Quiero tu cabeza.
Ariadna (Riéndose.): ¿Quiere pensar como yo, mi lord?
Pueblo-Rey (Ríe irónico.): Qué buen sentido del "humord".
(Forzado.)
Ariadna: ¿También lo quiere, mi señor? Porque no está a
la venta. Acá no es el velorio. Gracias por su visita, nos
vemos en el purgatorio.
Pueblo-Rey: ¿Este es el mendigo?
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Ariadna (Cambia abruptamente protegiéndolo.): Déjelo
tranquilo.
Pueblo-Rey: No te adelantes a mi paso, ya conozco el
caso. Le vengo a ofrecer su libertad.
Ariadna: ¿Cuestión de caridad?
Ludovico (Interesado.): ¿Mi libertad?
Ariadna: Exige claridad.
Pueblo-Rey: Buenos atuendos, un techo, un digno
trabajo…
Ariadna: ¿Trabajo digno? Ningún trabajo es digno a su
edad, sólo debe estudiar y jugar.
Ludovico (Ilusionado.): ¿Todo eso para mí?
Ariadna (Aparte.): A cambio de qué, quisiera saber.
Ludovico va a abrazar al rey. Pueblo-Rey: A cambio te pido muy poca cosa (pausa;
Pueblo-Rey le quita su mano), la cabeza de esta mocosa.
Ariadna (Tocándose el cuello.): Mi alma no está en
liquidación, Ludovico, negocia con moderación.
Ludovico: ¿La cabeza de Ariadna me pide? (A Ariadna.)
Tu cabeza a cambio de darme la salida.
Ariadna: He oído atentamente. Este hombre está demente.
Ofrécele otra mercancía, te puedo dar mi alcancía.
Pueblo-Rey: ¿Acaso mi voz es débil?
Ludovico: ¿Pero no puede ser otro intercambio?
Pueblo-Rey (Rotundo, emprendiendo la retirada.): Hay
que sacrificarlo.
Ariadna (Cara a cara con Pueblo-Rey): Esa es su
estrategia, enfrentar a quienes están unidos, se cree
dueño de mi destino...
Ludovico (Cara a cara con Ariadna.): Si tu cabeza entrego,
dejaré de ser un reo.
Ariadna: Pero…
Ludovico: El rey me dará lo que yo ambiciono.
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Ariadna: Mi cabeza es mi trono.
Ludovico: Un hogar, un bello ropaje…
Ariadna: No olvides la paz que os traje.
Ludovico: Saldré de este laberinto.
Ariadna: Para entrar a otro que es el mismo.
Ludovico: Tendré monedas de oro.
Ariadna: Que no valdrán más que un cobre, seguirás
siendo pobre.
Ludovico: Tu cabeza me pide y se la daré.
Ariadna: Soy Ariadna, Ludovico, mírame.
Se miran. Pueblo-Rey cambia su máscara a Pueblo.
Pueblo (Al público.): El rey con su propuesta tentar a
Ludovico pudo (pensando), creo que estamos en el nudo.
Pueblo (Alentándolo.): ¡Ludovico! ¡Ludovico!
Ludovico: Y yo soy Ludovico, el monstruo del laberinto.
(Levantando la espada.)
Ariadna: Si me matas en eso te convertirás, y le darás la
razón al qué dirán...
Ludovico: Si no te mato, muero. ¿De qué sirve mi esmero?
Pueblo: ¡Vamos, Ludovico, tú puedes!
Ariadna: Pueblo ¿qué haces?, ¿pides violencia?
Pueblo (Al público, excusándose.): Es claro que ahora es
tu peripecia.
Ariadna: Perdóname, Ludovico, pero mi cabeza no te la
daré. O por lo menos la defenderé.
Ludovico: Entonces te la sacaré.
Ariadna: No es posible que me decapites, te ruego que
recapacites.
Pueblo: ¡Lu-do-vico!
Ariadna: Pueblo, desde Grecia no has crecido.
Pueblo (Disimulando.): Ha de ser un malentendido.
Ariadna: ¿Sigues educando para la guerra? Basta, en
nombre de la tierra.
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Azul Condori4º gradoEscuela 11 DE 3
Ignacio Gold4º gradoEscuela 11 DE 3
Laberinto
PuebloAgustín Duarte5º gradoEscuela 11 DE 10
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— 121 —
Fausto Miranda4º gradoEscuela 11 DE 3
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Ludovico: Me ofrece la salida.
Ariadna: Te ofrece la esclavitud.
Ludovico: Es mi única virtud.
Ariadna: No. Yo te ofrezco la salida, que es apostar a la
vida.
Ludovico: ¡Mentirosa! (Pausa. Transición.) Nada hay donde
dices que hay futuro, nos hemos topado con un muro.
Ariadna: Estamos buscándola, y eso requiere esfuerzo y
paciencia.
Ludovico: Él me ofrece un resultado seguro e instantáneo.
Ariadna: Todo lo instantáneo es momentáneo.
Muchachito, antes de cortarme el pescuezo escucha que
lo real requiere esfuerzo. Eso es lo segundo que debes
aprender.
Pueblo: Te he dicho que es un criminal.
Ariadna: Porque cree que la única manera de salir de
aquí es como un monstruo. Esa es la trampa. (Dándose
cuenta de algo.) Decí "pido".
Poniéndose nuevamente la máscara de Pueblo-Rey.
Pueblo-Rey (Advirtiendo.): Nadie dice pido o lo despido.
Ludovico (En el delgado límite entre la obra y el afuera de
ella.): No me animo. (Levanta la espada como para cortarle
la cabeza pero frena de golpe. Transición entre la obra y
la "realidad".) ¿Y por qué me dejan el final de la historia a
mí? (Sale claramente de la obra.) Ludovico es un niño...
Ariadna (Agitada.): Está en lo cierto, el problema es todo
nuestro...
Pueblo-Rey (Dentro de la obra.): Enciérrenlo.
Ludovico: ¡Ariadna!
Ariadna (En el límite difuso entre la obra y la "realidad".): ¿De qué lo acusarás para privarlo de su libertad?
Pueblo-Rey: Espera y lo verás. ¡Guardias, ha delinquido, es
un delincuente!
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Ariadna: ¡Qué elocuente!
Pueblo-Rey: Voy a erradicar la inseguridad, la gente me
lo pide, soy un rey justo.
Ariadna (Le arrebata la corona. Al público.): Miren
su corona, está repleta de oro, esmeraldas y rubíes,
es imposible la igualdad, aquí reside el origen de la
inseguridad. ¿Cuánto vale la vida?
Pueblo-Rey: ¡Guardias, a ella! Digo, ¡a él! Primero a ella
y luego a él, guardias. (Saliendo de la escena-ficción.)
¿Dónde están los guardias?
Ariadna: No van a venir. Hubo reducción de personal,
éramos muchos en la cooperativa. Alto. Usted le robó a él.
Pueblo-Rey: ¿Yo? ¿Yo? A ver ¿qué le robé? No seas
insolente.
Ludovico: Soy inocente.
Ariadna: Su nombre, lo cual está solucionado porque ya
se lo he entregado.
Pueblo-Rey: Ya lo dijo Teseo, Ariadna ha comenzado a
delirar, su imaginación no puede controlar. (Al oído de
Ariadna.) Sigues con esta representación y te mando al
rincón.
Ariadna: En segundo lugar le está robando la posibilidad
de que pueda expresarse transmitiéndonos un mensaje
claro, complejo y significativo.
Ludovico y Pueblo-Rey ponen cara de no entender lo que dice Ariadna.
Pueblo-Rey: ¿Yo? ¿Qué cosa? A ver... que me revisen
dónde lo tengo.
Ariadna: Ludovico, exprésate por favor.
Ludovico emite sonidos inentendibles usando un vocabulario acotado, con oraciones mal construidas.
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Ariadna: ¿Lo ve?
Pueblo-Rey (Asustándose.): ¿Qué clase de simio es?
Ariadna: No es un animal, con respeto al público presente.
Pueblo-Rey: ¿Tratas de animal al espectador?
Ariadna: Solo a los que lo son. (Pausa.) Al caballo y a
la cigüeña y no sé si está el pingüino. Lo que digo es
genuino. Es un ser humano que tiene la capacidad de
emitir mensajes significativos. Es muy serio lo que digo.
Pueblo-Rey (Ríe a carcajadas.): Esa fue tu madre, que
te mandó a estudiar arte en la corte, desde hoy hago un
recorte presupuestario en el área artística si no te callas
la boca. Loca.
Ariadna: Padre.
Ludovico: ¿Es tu padre?
Pueblo-Rey: Basta de cursilería.
Ariadna (Le saca la espada a Ludovico y amenaza a
Pueblo-Rey.): Alguien le pone una mano encima a este
niño y el cielo no tendrá piedad; haré un conjuro que
hasta la tierra se abrirá bajo tus pies, que a este niño
nadie lo lastimará. (Saliendo sutilmente de la obra.) Estoy
tratando de hacer algo estético y creativo con lo que digo.
Pueblo-Rey (Dentro de la obra.): Es un mendigo…
Ludovico: ¿Estético y creativo? Tengo hambre y tengo
frío. (Queriendo salir de la obra.) Pido.
Pueblo-Rey: ¿Otra vez pidiendo? ¿Qué quiere?
Ariadna lo amenaza con la espada. Cada vez se hace más difuso el límite entre la obra y la “realidad”.
Pueblo-Rey: ¿Puedo decir algo?
Ariadna: ¿Qué?
Pueblo- Rey: Pido.
Ariadna: Concedido.
Ludovico (Fuera de la obra.): Se desarma la ficción pero
Ariadna sigue en guardia con la espada en alto, Ludovico
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da un salto y se refugia tras ella. Pueblo-Rey toma un
vaso de agua.
Los dos ámbitos, obra y realidad, están mezclados.
Ludovico (Por lo bajo a Ariadna. Fuera de la obra.): Cuando
volvamos del pido, su corona, que ahora es de utilería,
valdrá más que mil joyerías. Espero que tengas un plan
perfecto para hacer de tu laberinto un camino recto.
Ariadna (Dentro de la obra.): No tengo un plan, soy clown.
Ludovico: Si tú dices que no es mi identidad la de ser poco
menos que un ogro, aprender a ser yo será mi logro.
Ariadna: Comienzas a hablar como un caballero, admiro
tu esmero.
Ludovico: No sabía que era tu padre, tienes sangre de la
realeza. Y vienes a mí, cuánta nobleza.
Ariadna: Tengo sangre como lo manda la naturaleza. (Le
da un libro.) Fíjate dónde estamos ahora. (Por lo bajo,
buscando en sus cosas.) A ver el número... de teléfono de
la psicopedagoga.
Ludovico (Con intención.): ¿Y qué hay de tu madre?
Ariadna (Se lo dice rápidamente.): Tu madre y la mía son
una sola mujer. (Para cambiarle de tema.) Lee: la ficción y
su organización.
Ludovico (Quedó anonadado.): ¿Mi madre es la reina?
Ariadna: Sí. (Ludovico queda inmóvil, como cuando le
dio su nombre.) Es una historia que te contaré si puedo
conservar mi lengua. Aprovechemos la tregua. (Fuera de
la obra.) Necesitamos determinar lo que es del orden del
texto y lo del orden de la representación.
Ludovico (Dentro de la obra): Y mi padre… entonces eres
mi hermana.
Ariadna asiente con la cabeza.
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Pueblo-Rey: ¿Seguimos o estamos en el pido? Por la
espada lo digo.
Ludovico: Estoy confundido.
Ariadna: Sí, pero no por mucho tiempo, te recuerdo.
Pueblo-Rey (Dentro de la obra, pero tratando de parecer
como si estuviera afuera.): Bajá la espada, estamos
haciendo un análisis de mesa.
Ariadna (Fuera de la obra.): Quieren cortar mi cabeza en
esta parte de la pieza.
Pueblo-Rey (Dentro de la obra.): Confiá más en la ficción.
Es claramente un recurso perfecto para que el público no
se aburra, un golpe de efecto.
Ariadna: ¿No podemos encontrar otro entretenimiento,
algo menos sangriento?
Pueblo-Rey (Dentro de la obra.): ¿Tanto lío porque vas a
morir?
Ludovico: ¿Vas a morir? Pero vos no podés morir, sos la
protagonista. ¿Quién es el protagonista?
Ariadna: Es cierto, es un buen argumento. Yo no debo
morir, soy la protagonista.
Ludovico: Aunque para Aristóteles podrías morir
tranquilamente… porque sos mujer.
Pueblo-Rey (Dentro de la obra.): Está claro que soy yo el
protagonista, soy el rey. (Se le cae la corona.)
Ludovico (Fuera de la obra.): No, el rey es un personaje
secundario, tiene una sola escena.
Pueblo-Rey: Pero… soy el rey, Teseo tiene una sola escena
también… ¿seré el protagonista haciendo de Pueblo?
Ariadna: Pueblo es un personaje poco definido. Entra,
sale, sale, entra… no es un personaje, son muchos, es
ambiguo…
Pueblo-Rey: Lo decís así nomás “entra y sale”. ¿Sabés lo
que corro? Voy y vengo, vengo y voy. No doy más.
Ludovico: Ya sé.
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Ariadna: ¿Qué?
Ludovico: Yo soy el protagonista.
Pueblo-Rey (Se ríe.): ¿Cómo va a ser el protagonista un
mendigo...?
Los tres: Claro.
Se miran extrañados.
Ludovico: ¿Yo no importo?
Pueblo-Rey: Claro que sí… pero… importás menos.
Ludovico abre el libro con el guión de la obra.
Ariadna: Cómo no vas a importar si la pobreza es la base
de la riqueza de este país… ¿qué leés?
Ludovico: La estructura dramática.
Ariadna: A ver, dame.
Pueblo-Rey: ¿Volvemos del pido?
Ludovico: Lo que intento averiguar es si no hay otra
estructura que no sea tan dramática.
Pueblo-Rey: ¡Todo esto está mal!
Ludovico: ¿Leo el esquema actancial?
Pueblo-Rey: Ariadna, opino que te dejes degollar así el
hilo se puede desenrollar.
Ariadna: Si en el teatro va a haber este nivel de agresión,
¿no es preferible que los chicos vean televisión?
Pueblo-Rey: ¿El nivel de agresión es tu preocupación?
Ariadna: Sí.
Pueblo-Rey (Fingiendo ternura.): Sonsa. Los chicos están
acostumbrados a ver violencia. (Serio.) ¿No es así, chicos?
Cortadle la cabeza.
Ludovico: ¿Volvimos del pido?
Pueblo-Rey: Sigue.
Ludovico: A mí me convocaron para hacer un infantil.
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Ariadna y LudovicoYara Garcete4º gradoEscuela 3 DE 11
PuebloFranco Salinas4º gradoEscuela 11 DE 3
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PuebloJesús Gold4º gradoEscuela 11 DE 3
Ariadna y PuebloLuciano Castro4º gradoEscuela 11 DE 3
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Ariadna: A mí también. No acepté otra propuesta, me
quedé sólo con esta. Un espectáculo en vivo… y quieren
terminar conmigo…
Pueblo-Rey: Yo quiero trabajar y ustedes no me dejan,
no sean egoístas. No hagamos de esto una tragedia, es un
infantil, como ustedes dicen, un género menor…
Ariadna: ¿Menor? Estamos hablando de niños, es un
género mayor.
Pueblo-Rey (Con gorra de policía.): ¿El conflicto es el
límite de edad?
Ariadna: Aún no analizamos el conflicto… buscá en el
índice: con-flic-to.
Pueblo-Rey: Yo soy un ser flexible. Modifiquémosla.
Pasame el fusible. A partir de este momento, los menores
de dieciocho años no puedan ver este espectáculo.
Documentos, por favor. (Hablando por radio.) Se piden
refuerzos, un montón de menores faltando a la ley.
Ariadna (Anteponiéndose entre el público y Pueblo): ¿Un
infantil para mayores de dieciocho años?
Pueblo-Rey: En este momento cambio de reglamento,
bajemos la edad. A partir de los diez años. Documentos.
Ludovico: Yo opino que debemos subir la edad. Subamos
la edad.
Pueblo-Rey: Decídanse.
Ariadna: Lo que deberíamos hacer como artistas ¿no es
procurar que la ficción sea acorde a su edad?, ¿esa no
sería nuestra función? Yo pregunto.
Pueblo-Rey: ¿Ahora resulta que el que tiene que cambiar
soy yo?
Ariadna: ¡Y yo! Ellos nos imitan a nosotros, los adultos.
Ludovico: Aristóteles lo llama mímesis.
Ariadna: Les estamos pidiendo a ellos que actúen de una
manera diferente a la cual los educamos. Perdón, Ludovico,
no soy una verdadera Ariadna, no puedo ayudarte a salir
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de aquí. Esto es un fracaso, no hemos dado ningún paso.
Tienen razón, mi hilo ya no es mágico.
Ludovico: Extraño laberinto que te encierra y a la vez te
deja afuera.
Pueblo-Rey: Dejemos de discutir, vamos a concluir.
Vos estabas acá, seguí. Dale, Ludovico. Dijo: “estético y
creativo, tengo hambre y tengo frío”.
Ariadna: ¿Quién tiene hambre y tiene frío?
Pueblo-Rey (Dentro de la obra.): Ese es de Ludovico, su
parlamento.
Ariadna (Fuera de la obra.): ¿Yo no escuché el parlamento
o el parlamento no lo escuchó a él?
Pueblo-Rey (Fuera de la obra.): Lo dijo tantas veces…
Ariadna: Tampoco soy una buena actriz, escucho de
memoria preocupada por decir mi texto y... ¿le dimos algo
de comer?
Pueblo-Rey (Dentro de la obra.): No, no está en las
acciones ni en las marcaciones.
Ariadna: Tiene hambre y frío. ¡Producción!
Pueblo-Rey: Se están pagando otros gastos: los de
vestuario, los de iluminación...
Ariadna: ¡Estamos actuando mal!
Pueblo-Rey: No hagas escenitas.
Ludovico: El modelo aristotélico.
Pueblo-Rey: Me estoy poniendo histérico.
Ariadna (Saca pan de un bolso y se lo da): No es mucho,
lo traigo para comer entre una función y otra. (Saca un
guardapolvo.) Ponete esto, es lo único que tengo. Sé que
no es tan estético. (Pueblo-Rey la interrumpe.)
Ludovico come con ganas.
Pueblo-Rey (Dentro de la obra.): Esto no es digno, todo en
el escenario es signo.
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Ariadna: Es lo único que tengo.
Pueblo-Rey (Fuera de la obra.): ¿Qué hacés con un
guardapolvo?
Ariadna: Soy maestra.
Pueblo-Rey: ¿En manos de quién está la educación? ¡De
una actriz de reparto!
Ludovico: Me tiene harto.
Ludovico se va encima de Pueblo-Rey pero Ariadna lo detiene.
Pueblo-Rey: ¿Qué dijiste, mocoso? (Cachetazo de
payasos.) Vas a respetar a los mayores.
Ludovico llora. Ariadna lo abraza y queda de rodillas frente al rey.
Pueblo-Rey: Respeto a tus mayores.
Ariadna (Gritándole, dolida.): ¡Monstruo!
Pueblo-Rey acusa recibo y se vuelve a poner la máscara de Pueblo.
Ariadna: Crece, Pueblo, educa para la paz. ¿Ya no tienes
sensibilidad por el sufrimiento de un niño? Tú, que
puedes ser otro, ponte su rostro.
Pueblo: Ludovico, perdón. Tú no tienes la culpa, eres
inocente, perdón. Tiene razón Ariadna, ando bastante
nervioso. ¿Este es el fin, verdad?
Ludovico (Asustado.): No quiero que termine. Es mi fin.
Ariadna: No te pongas fatalista. ¡Ah!, cierto que eres
artista. Todavía falta mucho por andar… vamos a
encontrar el futuro, te lo juro. (Lo abraza.) Te lo juro.
Pueblo: Esto es un verdadero acertijo.
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Ariadna: ¡Ah! Estamos en el desenlace, el recurso del
acertijo, ¡la ficción vuelve a ser normal! (Ríe.)
Ludovico (Riendo.): ¡Mejor para la realidad!
Ariadna: “Saldrás por tu palabra original, saldrás por tu
palabra primera”.
Pueblo: ¡El nombre!
Ariadna: Eso es. Por eso el rey te lo quitó, porque sin tu
identidad no hubieras salido jamás.
Ludovico: Pero se me rompió
Ariadna: Muéstramelo.
Ludovico: Sólo me quedó ludo.
Ariadna: Ludo significa juego. Eso es, Ludovico, jugando
encontraremos la salida... jugando…
Pueblo: Una maestra actriz me pareció mal, pero una
actriz maestra me parece genial.
Ludovico: Yo solo no lo hubiera adivinado jamás.
Ariadna: Ahora has aprendido la importancia de saber.
Pueblo: Para mantenernos unidos, tomemos el hilo.
Ariadna: Mirá, Ludovico, allá...
Pueblo (Viéndolo.): ¿Lo ves?
Ludovico: El futuro… ¡qué lindo es!
Pueblo: Vamos…
Ariadna: Tenemos que despedirnos antes de irnos.
Pueblo: Propongo un brindis.
Ludovico: Salud.
Pueblo: Salud, Ariadna… Salud, Ludovico.
Ludovico: Salud, público.
Ariadna: Salud pública.
Pueblo: Dijiste mal, habrás querido decir... ¡bah! (Se ríe.)
Se van a ir pero se detienen.
Ariadna (Fuera de la obra.): A mí me hubiera gustado un
final con más magia…
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— 134 —
Ludovico: Con más misterio…
Pueblo: Sí, con más identidad infantil…
Ariadna: Vamos a hacerlo. ¡Música, maestro!
Pueblo: Aquí y ahora.
Ariadna: El presente no puede esperar más.
Ludovico, Ariadna y Pueblo se disfrazan de cigüeña, pingüino y caballo, respectivamente, mientras comienzan a cantar. Lo hacen frente a los espectadores.
Ariadna: Nuestra función como artistas...
Pueblo: Es que los niños vean en el presente...
Ludovico: Lo que en el pasado solo parecía una fantasía…
Cantan todos
Canción murgaPisa pisuela color de ciruela,
manda a mi niño a la escuela,
mi niño que es pobre y es nuestro,
pa´que pueda ser libre.
Pisa pisuela color de ciruela,
pa`que ninguno se quede afuera.
Pisa pisuela color de ciruela.
Estaba la paloma blanca
sentada en un verde limón.
Con el pico cortaba la rama
con la rama cortaba la flor.
No se juega con la educación,
dale tu amor.
Pisa pisuela dale tu amor.
Con la rama cortaba la flor.
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— 135 —
Daré la media vuelta,
daré la vuelta entera.
Lo que haga falta,
pa´que mi niño crezca.
Pa´la “inseguridá”
el antídoto es la...
la “solidaridá”
la” solidaridá”
larilara lari la.
Manda a mi niño a la escuela.
Dale tu amor.
Pido y doy.
Pido y doy.
Dame una mano dame la otra
como lo hacían
nuestros abuelos.
No me digas pisa pisuela
si me vas a dejar afuera
Daré la media vuelta,
daré la vuelta entera
Lo que haga falta
pa´que mi niño crea.
Que crea en un futuro
con alegría y justicia.
Pido y te doy.
Pido y te doy.
Un presente con educación.
Sobre el puente de Avignon
todos bailan todos bailan
y yo también.
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Ludovico, Pueblo Rey y Pueblo
Gonzalo Castro
4º grado
Escuela 11 DE 3
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Hacen así,
así las lavanderas.
Dame tu mano dame la otra
hasta que mi niño crea.
Te abrigaré
con mi bandera.
Al don, al don, al don pirulero.
Cada cual, cada cual atiende
su juego, mi país, mi país.
Es tuyo y es nuestro.
Al gran bonete
se le ha perdido un firulete
y dijo que Ariadna lo tiene.
¿Yo señor?
Sí señor.
No señor.
¿Pues entonces quién lo tiene?
Ludovico.
¿Yo señor?
Sí señor.
No señor.
¿Pues entonces quién lo tiene?
Pueblo.
Pueblo: ¿Yo señor?
Ariadna: Sí señor.
Pueblo: No señor.
Ludovico y Ariadna (Al mismo tiempo.): ¡Sí señor!
Pueblo (Por Ludovico, con las alas de cigüeña.): Tenías
razón, es un ser alado…
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Ariadna: Claro, es mi hermano.
Pueblo: ¿Este es el final, verdad?
Ariadna: Sí, pero qué buen comienzo.
Ludovico, con el guardapolvo blanco y los libros en la mano.
Cantan todos.
Hacen así,
así las lavanderas.
Hacen así.
Ludovico se saca las alas y la máscara de cigüeña.
¡Así me gusta a mí!
Baja el telón.
Fin
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PARA SABER MÁS
Según el Diccionario Mitológico, se da el nombre de Minotauro a un monstruo que tenía cabeza de hombre y cuerpo de toro. En realidad se llamaba Asterio o Asterión y era hijo de Pasifae, esposa de Minos, y de un toro enviado por el propio Poseidón. Minos, asustado y avergonzado al nacer este monstruo, fruto de los amores contranatura de Pasifae, mandó a construir al artista ateniense Dédalo, que entonces vivía en su corte, un inmenso palacio (el Laberinto), formado con un embrollo tal de salas y corredores que nadie, excepto Dédalo, era capaz de encontrar la salida. Allí encerró al monstruo y cada año –otros dicen que cada tres años, o incluso cada nueve– le daba en pasto1 a los siete jóvenes y otras tantas doncellas que, como tributo2, le pagaba la ciudad de Atenas. Teseo se integró voluntariamente en el número de estos jóvenes y consiguió no solo inmolar al animal, sino hallar el camino de salida del palacio. Esto lo consiguió gracias a la ayuda de Ariadna, que viendo la valentía del joven, se dispuso a ayudarlo e ideó un plan que ayudaría a Teseo a encontrar la salida del laberinto en caso de que derrotara a la bestia. Ella le entregó un ovillo de hilo para que atara un extremo una vez que hubiera ingresado en el laberinto. Así, a medida que penetrara en el laberinto, el hilo recordaría el camino; una vez que hubiera matado al Minotauro, lo enrollaría y encontraría la salida.
1. Como alimento.
2. Como ofrenda, como regalo.
“LUDOVICO Y ARIADNA”, UN RELATO MITOLÓGICO SIEMPRE VIGENTE
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Este relato mitológico –y, por lo tanto, de origen oral– ha tenido, a lo largo de los años, numerosas versiones. Las versiones son historias nuevas, creadas por autores que nacieron, vivieron y escribieron, a veces, muchos años después de la creación de la obra inspiradora. Estas obras nuevas se basan, sin embargo, en aquella que fue escrita o creada colectivamente en primer lugar. Y las obras pueden presentar argumentos similares o los mismos personajes protagonizando sucesos en tiempos y lugares diferentes, tal como es el caso de “Ludovico y Ariadna”.
Esta versión del relato mitológico del Minotauro que se edita en este libro pertenece a Florencia Aroldi, autora argentina contemporánea. Entre los autores argentinos, contamos con otras dos versiones: “La casa de Asterión” de Jorge Luis Borges y “Los reyes” de Julio Cortázar.
La literatura permite siempre a los lectores conocer las obras, leerlas con detenimiento y crear respuestas que son nuevas.
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1. Antes de leer la obra:a) Miren la tapa del libro: el título, la ilustración, los
colores. ¿Qué se imaginan acerca del contenido? Escriban por lo menos cinco sustantivos que se refieran a lo que ustedes suponen sobre esta obra.
b) ¿Conocen estos nombres: Ludovico y Ariadna? ¿Alguna persona cercana a ustedes lleva alguno de estos nombres? ¿Leyeron alguna historia real o imaginaria cuyos personajes se llamaran Ludovico o Ariadna? Anoten las respuestas.
2. Ahora lean la obra completa. Pueden hacerlo solos en sus casas o en pequeños grupos, y cada uno de ustedes puede interpretar, alternadamente, a un personaje. También pueden organizar una clase de teatro leído con su docente.
Importante: si organizan una clase de teatro leído pueden trabajar con su docente e ir cambiando de lectores, pueden jugar a cambiar los tonos de voz, pueden detener por momentos la lectura para comentar lo que pasa, las impresiones que ustedes tienen. Y si surgen dudas, pueden hacer preguntas.
3. ¿Quiénes son los personajes protagonistas de esta obra? Les proponemos que los describan y presenten a través de los siguientes aspectos:- Nombre:- Ropas que usan:- Objetos que llevan consigo:
Ludovico y AriadnaACTIVIDADES En este juego de comprender
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4. Lean el siguiente texto transcripto de una clase de teatro que describe las máscaras:
La máscara es una pieza de cartón, tela, pasta, cuero o cualquier otra clase de material que cubre la cara para ocultarla. Es el modo más simple de caracterización y se utiliza desde los albores
del teatro. Máscara es sinónimo de careta y, como tal, constituye uno de los atributos principales del arte escénico. De hecho, una máscara triste y otra alegre componen el emblema mundial del teatro.
También podrán ver y escuchar la versión completa en http://youtu.be/qpeEvkjo6AY
a) ¿Qué personajes usan máscaras en “Ludovico y Ariadna”?b) ¿Cómo son esas máscaras? Descríbanlas.c) ¿Para qué usan las máscaras? ¿Qué sucede cada vez que
cambian de máscara?
5. Consideren la definición transcripta, las respuestas que ustedes mismos formularon en el punto anterior y escriban un breve texto explicativo acerca de las máscaras, su función en el teatro en general y en esta obra en particular.
6. Y hablando de definiciones… les proponemos construir entre todos una definición que responda a esta pregunta: ¿Qué es el teatro? Para eso, sigan estas consignas.a) Localicen en el texto los momentos en que los personajes
afirman que el teatro es:- un hecho efímero;- un aquí y ahora;- hombres en acción;- acción y no pensamiento.
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b) Transcriban los breves diálogos en los que aparece cada una estas frases.
c) Escriban una definición de teatro que incluya los aspectos enunciados en el punto “a”.
7. Completen el siguiente texto explicativo.
Ludovico y Ariadna es una obra de teatro en las que se
representan .
La primera tiene como protagonistas a
. Ellos
interactúan entre sí y miran también al
y en ocasiones hasta le hablan.
La segunda historia es la de dos personajes llamados
y .
Esta segunda historia es representada por los actores de
la primera.
8. Ahora que han identificado cada una de las historias que dan forma a esta obra, respondan a las siguientes preguntas:a) ¿Quiénes son los personajes que aparecen en la
primera historia?b) ¿Cuál es el conflicto que tienen?c) Y los personajes de la segunda historia, ¿quiénes son?,
¿cómo se llaman?d) ¿Cuál es el conflicto que tienen? ¿Qué personajes se
enfrentan? ¿Por qué?
9. Reflexionen sobre las distintas miradas: Ariadna no puede ver en Ludovico el horror. Ella lo cuida, lo quiere, lo acepta. Teseo le es adverso.a) ¿Qué piensan y dicen Teseo y Ariadna acerca de
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Ludovico? Localicen y transcriban frases y expresiones de estos personajes.
b) ¿Qué dice el mismo Ludovico acerca de sí mismo? Encuentren y transcriban expresiones de este personaje.
c) ¿Qué es lo bello? ¿Qué es lo feo, lo desagradable, lo horroroso? Comenten de a dos sus opiniones y escriban las conclusiones en sus cuadernos o carpetas.
10. ¿Cómo es el espacio donde se encuentra Ludovico? ¿Por qué está ahí? ¿Por qué no puede salir? Busquen citas en el texto que respondan a estas preguntas.
CONSIGNAS DE ESCRITURA
11. Los personajes imitan sonidos de animales. Juegan con los sonidos en medio de una sala teatral, ¡lugar en el que no solemos encontrar animales! ¿Qué les parece si nos detenemos ahora en esos sonidos? ¿Y si los transformamos también nosotros? ¿Cómo se reirá un ruiseñor? Se preguntó alguna vez un poeta3 y se imaginó su risa y le cambió el nombre al pájaro y lo llamó “riseñor”.a) ¿Cómo se reirá? ¿Cómo llorará? ¿Cómo gritará? ¿Cómo
susurrará? Un elefante… Un caballo… Una ballena… Un oso…
Jueguen a imitar los sonidos de la risa, el llanto, el grito, el susurro de estos animales y de los que ustedes quieran proponer.
b) Graben esos sonidos, regístrenlos en clase.c) Escuchen esas grabaciones y elijan un sonido que se
repita y les guste. Por ejemplo: grrr, ahhh, shhh…
3. Leónidas Lamborghini.
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d) Incluyan ese sonido en el nombre de los animales elegidos y transformen esos nombres. Escriban los nuevos nombres.
e) Escriban un relato que tenga por protagonista al nuevo animal creado por ustedes.
12. En la obra, los personajes juegan a crear definiciones nuevas para los sentimientos. Así, dicen que el “enojo es un sombrero con forma de rulero”. Imaginen ustedes definiciones para los siguientes sentimientos:
alegría
tristeza
añoranza
miedo
coraje
incertidumbre
arrojo
Les damos algunas definiciones posibles. Pueden usarlas y crear nuevas: Una cartera con forma de luna llena. Un zapato con forma de monedero. Recuerden que pueden usar rimas si así les gusta.
13. La historia que los personajes representan, la historia de “Ludovico y Ariadna”, está inspirada en un antiguo relato mitológico de origen griego. La famosa historia tiene como protagonistas al Minotauro, a Teseo y a Ariadna, y pueden leer lo que se cuenta sobre este mito en el capítulo “Para saber más”, en la pág. 140.
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Resuelvan ahora estas consignas:a) ¿Conocían ustedes la historia mitológica? Busquen más
información acerca de los personajes involucrados, fundamentalmente sobre el Minoaturo, Ariadna y Teseo. Compártanla con sus compañeros.
b) ¿En qué se parecen y en qué se diferencian la historia mitológica y esta obra que ustedes han leído? Completen el siguiente cuadro:
Relato mitológico Ludovico y Ariadna
Parecidos
Diferencias
c) Escriban un texto que muestre sus conclusiones a partir de la comparación de los textos. Les damos algunos pies de escritura:
Vamos a comparar… En el relato mitológico los personajes… En la pieza teatral, en cambio,… La literatura nos permite conocer y volver a contar obras…
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14. Uno de los personajes de la obra afirma: “De cobarde es perseguir monstruos ajenos…”
a) ¿Quién lo afirma? ¿En qué situación?b) Piensen ahora en la idea de que el monstruo simbolice
todo lo feo, lo triste, lo desagradable que pueda suceder a nuestro alrededor: ¿qué personas, qué situaciones resultan monstruosas o insoportables para el común de la gente?, ¿quiénes son los despreciados de nuestra sociedad?, ¿a quiénes les tenemos miedo a veces?, ¿por qué les tememos?, ¿de qué otra manera podrían verse?
c) Hagan un listado con sus respuestas al punto anterior. Tengan en cuenta:
- Lo que nos resulta feo, desagradable: - Lo bueno, lo valioso: Es importante que trabajen con su docente, que los
ayude a conversar y a compartir sus opiniones.d) Propongan, para cada elemento de la lista, un modo
nuevo de mirarlo: ¿cuáles son los valores que esa persona o esa situación tienen?
15. Nuevos laberintos: lean el siguiente relato breve del escritor Franz Kafka.
UN MENSAJE IMPERIALEl Emperador –así dicen– te ha enviado a ti, el solitario, el más miserable de sus súbditos, la sombra que ha huido a la más distante lejanía, microscópica ante el sol imperial; justamente a ti, el Emperador te ha enviado un mensaje desde su lecho de muerte. Hizo arrodillar al mensajero junto a su cama y le susurró el mensaje al oído; tan importante le parecía que se lo hizo repetir. Asintiendo con la cabeza, corroboró la exactitud de la repetición. Y ante la muchedumbre reunida para contemplar su muerte –todas las paredes que interceptaban la vista habían sido derribadas, y sobre la amplia y alta curva de la gran escalinata formaban
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un círculo los grandes del Imperio–, ante todos, ordenó al mensajero que partiera. El mensajero partió en el acto; un hombre robusto e incansable; extendiendo primero un brazo, luego el otro, se abre paso a través de la multitud; cuando encuentra un obstáculo, se señala sobre el pecho el signo del sol; adelanta mucho más fácilmente que ningún otro. Pero la multitud es muy grande; sus alojamientos son infinitos. Si ante él se abriera el campo libre, cómo volaría, qué pronto oirías el glorioso sonido de sus puños contra tu puerta. Pero, en cambio, qué vanos son sus esfuerzos; todavía está abriéndose paso a través de las cámaras del palacio central; no acabará de atravesarlas nunca; y si terminara, no habría adelantado mucho; todavía tendría que esforzarse para descender las escaleras; y si lo consiguiera, no habría adelantado mucho; tendría que cruzar los patios; y después de los patios, el segundo palacio circundante; y nuevamente las escaleras y los patios; y nuevamente un palacio; y así durante miles de años; y cuando finalmente atravesara la última puerta –pero esto nunca, nunca podría suceder–, todavía le faltaría cruzar la capital, el centro del mundo, donde su escoria se amontona prodigiosamente. Nadie podría abrirse paso a través de ella, y menos aún con el mensaje de un muerto. Pero tú te sientas junto a tu ventana, y te lo imaginas, cuando cae la noche.
a) ¿Quién es el personaje protagonista?b) ¿Qué debe hacer? ¿Quién se lo encarga?c) ¿Por qué no puede llegar nunca a su destino? ¿Cómo es
el espacio que debe recorrer?d) ¿En qué se parece este espacio al laberinto del
Minotauro? ¿Y al de Ludovico?e) ¿Cómo interpretan la frase final de este cuento? ¿Cuál
es la importancia de la imaginación?
16. La obra concluye con murgas, cantos alegres, populares.
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Les proponemos que hagan un registro en sus familias de los cantos populares que conocen, que han cantado o bailado en algún momento. Busquen en Internet versiones de esas murgas y elijan las que más les gusten. Escriban ustedes su propia murga dedicada a Ludovico y Ariadna. Pueden poner el acento en la importancia de mirar con amor lo que otros ven con desprecio. Y si así lo desean, pueden representar su propia murga, pueden musicalizarla y cantarla para todos en el patio de la escuela.
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