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LatinVelis_8 1 TEMA 8 A) Los pronombres-adjetivos demostrativos, de identidad y enfático. El pronombre relativo y el pronombre-adjetivo interrogativo. Los poronombres-adjetivos indefinidos. B) Traducción. C) Etimologías. D) Historia de Roma: El principado de Augusto. A) GRAMÁTICA En este tema continuaremos con el estudio de los pronombres, muchos de los cuales aparecen en la traducción que proponemos en el apartado B). Prestaremos atención, resaltándolas en negrita, a aquellas particularidades que son típicas de ellos, como el genitivo singular en -uius, o a aquellas desinencias que se apartan de la esperada distribución 2ª-1ª-2ª, típica de muchos adjetivos. Algunas desinencias de ciertos pronombres anticipan las que estudiaremos para la tercera declinación, como el dativo singular en -i (todos los pronombres recogidos en este tema, excepto hic) y el dativo y ablativo plural en -ibus (pronombre relativo, interrogativo e indefinido). Los pronombres-adjetivos demostrativos La función principal de los demostrativos es la deíctica: sirven para señalar objetos en el espacio. Hic es el demostrativo de los objetos más próximos al emisor, iste remite al entorno del destinatario e ille señala los objetos lejanos (física o mentalmente). Este sistema sin embargo no es válido para el latín clásico que, en cuanto al valor puramente demostrativo, presenta más bien un sistema repartido entre dos formas: hic, para los objetos cercanos al emisor y al destinatario; ille, para los objetos lejanos. Los demostrativos pueden presentar también función enfática- y, en ocasiones, ésta será su función principal-. Iste, que quedó fuera del sistema de demostrativos, se usa con valor enfático negativo, como peyorativo. Ej.: Iste grex, "esa (despreciable) pandilla". Dentro de este uso despreciativo hay que considerar el uso de iste en el lenguaje forense para designar a la parte contraria. Por su lado, ille, el demostrativo de la lejanía, se usa con valor enfático positivo, para referirse a personas o cosas muy conocidas. Ej.: Xenophon, Socraticus ille , Jenofonte, aquel (ilustre) discípulo de Sócrates. Marcaremos cada uno de los pronombres demostrativos con los números 17, 18 y 19. 17. este, esta, esto SINGULAR PLURAL MASCULINO FEMENINO NEUTRO MASCULINO FEMENINO NEUTRO N. hic haec hoc hi hae haec Ac. hunc hanc hoc hos has haec G. huius huius huius horum harum horum D. huic huic huic his his his Ab. hoc hac hoc his his his 18. ese, esa, eso SINGULAR PLURAL MASCULINO FEMENINO NEUTRO MASCULINO FEMENINO NEUTRO N. iste ista istud isti istae ista Ac. istum istam istud istos istas ista G. istius istius istius istorum istarum istorum D. isti isti isti istis istis istis Ab. isto ista isto istis istis istis 19. aquel, aquella, aquello SINGULAR PLURAL MASCULINO FEMENINO NEUTRO MASCULINO FEMENINO NEUTRO N. ille illa illud illi illae illa Ac. illum illam illud illos illas illa G. illius illius illius illorum illarum illorum D. illi illi illi illis illis illis Ab. illo illa illo illis illis illis

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Tema 8 de nuestro método de Latín

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TEMA 8 A) Los pronombres-adjetivos demostrativos, de identidad y enfático. El pronombre relativo y el pronombre-adjetivo interrogativo. Los poronombres-adjetivos indefinidos. B) Traducción. C) Etimologías. D) Historia de Roma: El principado de Augusto. A) GRAMÁTICA

En este tema continuaremos con el estudio de los pronombres, muchos de los cuales aparecen en la traducción que proponemos en el apartado B). Prestaremos atención, resaltándolas en negrita, a aquellas particularidades que son típicas de ellos, como el genitivo singular en -uius, o a aquellas desinencias que se apartan de la esperada distribución 2ª-1ª-2ª, típica de muchos adjetivos. Algunas desinencias de ciertos pronombres anticipan las que estudiaremos para la tercera declinación, como el dativo singular en -i (todos los pronombres recogidos en este tema, excepto hic) y el dativo y ablativo plural en -ibus (pronombre relativo, interrogativo e indefinido). Los pronombres-adjetivos demostrativos

La función principal de los demostrativos es la deíctica: sirven para señalar objetos en el espacio. Hic es el demostrativo de los objetos más próximos al emisor, iste remite al entorno del destinatario e ille señala los objetos lejanos (física o mentalmente). Este sistema sin embargo no es válido para el latín clásico que, en cuanto al valor puramente demostrativo, presenta más bien un sistema repartido entre dos formas: hic, para los objetos cercanos al emisor y al destinatario; ille, para los objetos lejanos.

Los demostrativos pueden presentar también función enfática- y, en ocasiones, ésta será su función principal-. Iste, que quedó fuera del sistema de demostrativos, se usa con valor enfático negativo, como peyorativo. Ej.: Iste grex, "esa (despreciable) pandilla".

Dentro de este uso despreciativo hay que considerar el uso de iste en el lenguaje forense para designar a la parte contraria. Por su lado, ille, el demostrativo de la lejanía, se usa con valor enfático positivo, para referirse a personas o cosas muy conocidas. Ej.: Xenophon, Socraticus ille, Jenofonte, aquel (ilustre) discípulo de Sócrates. Marcaremos cada uno de los pronombres demostrativos con los números 17, 18 y 19. 17. este, esta, esto

SINGULAR PLURAL

MASCULINO FEMENINO NEUTRO MASCULINO FEMENINO NEUTRO

N. hic haec hoc hi hae haec Ac. hunc hanc hoc hos has haec

G. huius huius huius horum harum horum

D. huic huic huic his his his

Ab. hoc hac hoc his his his

18. ese, esa, eso

SINGULAR PLURAL MASCULINO FEMENINO NEUTRO MASCULINO FEMENINO NEUTRO

N. iste ista istud isti istae ista

Ac. istum istam istud istos istas ista

G. istius istius istius istorum istarum istorum D. isti isti isti istis istis istis

Ab. isto ista isto istis istis istis 19. aquel, aquella, aquello

SINGULAR PLURAL

MASCULINO FEMENINO NEUTRO MASCULINO FEMENINO NEUTRO

N. ille illa illud illi illae illa Ac. illum illam illud illos illas illa

G. illius illius illius illorum illarum illorum

D. illi illi illi illis illis illis

Ab. illo illa illo illis illis illis

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El pronombre (o adjetivo) de identidad

El pronombre de identidad tiene como funciones la anafórica (señala a algo que ya ha aparecido en el texto) y la enfática (recalca lo designado). Su traducción es "el mismo, la misma, lo mismo..." Ej.: Omnes eadem porta intraverant, "todos habían entrado por la misma puerta".

Este pronombre se forma sobre el pronombre anafórico is ed id20 (con ligeros cambios fonéticos) más la partícula invariable -dem (que insiste en la idea de identidad).

Se emplea frecuentemente para añadir una nueva calificación a un sustantivo, bien análoga bien contraria. Ej.: Vir honestissimus idemque doctissimus, "un hombre muy honrado y al mismo tiempo muy sabio". Este pronombre será numerado, a partir de ahora, con el 21. 21. el mismo, la misma, el mismo (del que se ha hablado antes)

SINGULAR PLURAL

MASCULINO FEMENINO NEUTRO MASCULINO FEMENINO NEUTRO N. idem eadem idem eidem eaedem eadem

Ac. eundem eandem idem eosdem easdem eadem

G. eiusdem eiusdem eiusdem eorundem earundem eorundem

D. eidem eidem eidem eisdem o iisdem eisdem o iisdem eisdem o iisdem Ab. eodem eadem eodem eisdem o iisdem eisdem o iisdem eisdem o iisdem El pronombre (o adjetivo) enfático

Como su nombre indica, su función principal es la enfática: refuerza la unidad gramatical con la que concierta. Se traduce 'mismo' o 'propio'. Ej.: Ipse vidi, "yo mismo lo vi". Ipse dixisti, "tú mismo lo dijiste".

A veces se usa como pronombre de tercera persona, marcando el originario valor de oposición que tenía este pronombre. Ej.: Caesar milites in proxima municipia deducit; ipse ad urbem proficiscitur, "César conduce a sus soldados a los municipios cercanos; él, por su parte, marcha a Roma". El pronombre enfático llevará el número 22. 22. él mismo... o "en persona"

SINGULAR PLURAL

MASCULINO FEMENINO NEUTRO MASCULINO FEMENINO NEUTRO

N. ipse ipsa ipsum ipsi ipsae ipsa Ac. ipsum ipsam ipsum ipsos ipsas ipsa

G. ipsius ipsius ipsius ipsorum ipsarum ipsorum

D. ipsi ipsi ipsi ipsis ipsis ipsis

Ab. ipso ipsa ipso ipsis ipsis ipsis El pronombre relativo

El pronombre relativo tiene como función exclusiva la anafórica, pues remite siempre al antecedente, con el que concierta en género y número.

El uso fundamental del pronombre relativo es el de nexo introductor de oraciones subordinadas adjetivas o de relativo. Ej.: Sallutius bellum scripsit quod Populus Romanus cum Iugurtha fecit, "Salustio escribió la guerra que el pueblo romano hizo contra Jugurta". Marcaremos, a partir de ahora, al pronombre relativo con el número 23.

23. el que, la que, lo que (o que)

SINGULAR PLURAL MASCULINO FEMENINO NEUTRO MASCULINO FEMENINO NEUTRO

N. qui quae quod qui quae quae

Ac. quem quam quod quos quas quae

G. cuius cuius cuius quorum quarum quorum D. cui cui cui quibus quibus quibus

Ab. quo qua quo quibus quibus quibus El pronombre-adjetivo interrogativo-indefinido

El pronombre-adjetivo interrogativo ('quién, qué) y el pronombre indefinido ('alguien, algo') tienen idéntica declinación, con la excepción de que el indefinido añade dos formas más: qua, en el nominativo femenino singular; y el mismo qua en el nominativo y acusativo neutro plural. Excepto en algunas formas del nominativo, su declinación es exactamente igual a la del pronombre relativo.

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Las formas quis, quid del masculino y neutro singular se suelen utilizar como pronombres interrogativos, mientras que las formas qui, quod aparecen como adjetivos interrogativos. Ej.: Quis venit?, "¿Quién viene?"; Qui servus venit?, "¿Qué esclavo viene?"; Quid accidit?, "¿Qué sucede?"; Quod templum ruit?, "¿Qué templo se derrumba?".

El pronombre interrogativo se usa para introducir tanto interrogativas directas (sirvan de ejemplo las frases anteriores) como interrogativas subordinadas o indirectas. Ej.: Nescio quis venerit, "no sé quién ha venido".

El pronombre indefinido quis es menos usado que algunos de sus compuestos (aliquis), y suele aparecer detrás de conjunciones como si, nisi, ne y la partícula interrogativa num: Ej.: Si quis hoc dicit, errat, "si alguien dice esto, se equivoca"; Si qui mihi deus vestram ad me audiendum benevolentiam conciliarit..., "si algún dios me concede vuestra buena disposición para escucharme...";Caveant consules ne quid detrimenti res publica capiat, "cuiden los cónsules que la república no sufra ningún daño".

El pronombre-adjetivo interrogativo-indefinido quis llevará el número 24 y el pronombre indefinido aliquis el número 25. 24. alguien, algo o quién qué

SINGULAR PLURAL

MASCULINO FEMENINO NEUTRO MASCULINO FEMENINO NEUTRO

N. quis o qui quae, qua quid o quod qui quae quae, qua Ac. quem quam quid o quod quos quas quae, qua

G. cuius cuius cuius quorum quarum quorum

D. cui cui cui quibus quibus quibus

Ab. quo qua quo quibus quibus quibus

25. alguien, algo

SINGULAR PLURAL MASCULINO FEMENINO NEUTRO MASCULINO FEMENINO NEUTRO

N. aliquis aliqua aliquid (o aliquod) aliqui aliquae aliqua

Ac. aliquem aliquam aliguid (o aliquod) aliquos aliquas aliqua

G. alicuius alicuius alicuius aliquorum aliquarum aliquorum D. alicui alicui alicui aliquibus aliquibus aliquibus

Ab. aliquo aliqua aliquo aliquibus aliquibus aliquibus

Y ahora vámonos de tabernas, quiero decir, de tiendas...

Una amiga mía en una taberna (tienda) romana de Ostia.

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B) TRADUCCIÓN

TABERNA ROMANA (A) 5 10 15 20

Ecce taberna1 Romana7, in qua23 gemmae1 et margaritae1 multae7 sunt1. Cuius24 est1 haec17 taberna1? Albini2 est1. Albinus1 hanc17 tabernam1 habet4. Qui23 tabernam1 habet4 tabernarius7 est1. Albinus2 est1 tabernarius7 Romanus7 qui23 gemmas1 et margaritas1 vendit5. Alii26 tabernarii7 libros4 vendunt5, alii26 mala6 et pira6, alii26 rosas1 et lilia6. Multae7 feminae1 in hac17 via1 ambulant3 ante tabernam1 Albini2 consistunt5. Eae20 quae23 magnam7 pecuniam1 habent4 multa7 ornamenta6 emunt5. Quae23 nullam7* aut parvam7 pecuniam1 habent4 ornamenta6 aspiciunt7 tantum, non emunt5. Qui23 magnam7 pecuniam1 habent4 ornamenta6 emunt5 et feminis1 dant3. Feminae1 quarum23 viri5

magnam7 pecuniam1 habent4 multa7 ornamenta6 a viris5 suis16-7 accipiunt7. Aemilia1, cuius23 vir5 pecuniosus7 est1, multa7 ornamenta6 ab eo20 accipit7. Aemilia1 anulum2 in digito2 et margaritas1 in collo6 multa7que alia26 ornamenta6 habet4. Anulus2 digitum2 Aemiliae1 ornat3, margaritae1 collum6 eius20 ornant3. In via1 prope tabernam1 Albini2 vir5 et femina1 ambulant3. Qui24 vir5 et quae24 femina1? Est1 Medus2, qui23 cum Lydia1, amica1 sua16-7, ambulat3. Medus2 est servus2 Iulii1, et dominus2 eius20 Romae1* non est1. Medus2 sine domino2 suo16-7 cum femina1 formosa7 in viis1 Romae1 ambulat3. Lydia1 ornamentum6 pulchrum8 in collo6 habet4. Quod24 ornamentum6? Ornamentum6 quod23 Lydia1 habet4 est linea1 margaritarum1. Lydia1 autem nullum7* aliud26 ornamentum6 habet4, quia pecuniosa7 non est1, neque pecuniosus7 est1 amicus2 eius20. (Pecuniosus7 est1 qui23 magnam7 pecuniam1 habet4.) Albinus2 clamat3: "Ornamenta6 Ornamenta6 feminarum1! Or-na-men-ta6! Emite28 ornamenta6! Lydia1 consistit5 oculos2que ad tabernam1 Albini2 vertit5: Lydia1 tabernam1 aspicit7. Medus2 non consistit5 neque tabernam1 aspicit7. Lydia: "Consiste28, Mede2! Aspice30 illam19 tabernam1! O, quam pulchra8 sunt1 illa19 ornamenta6!" Lydia1 tabernam1 Albini2 digito2 monstrat3. Medus2 se11 vertit5, tabernam1 videt4 cum Lydia1 ad tabernam1 adit (se dirige). Medus2 et Lydia1 ante tabernam1 consistunt5. Albinus2 eos20 salutat3 et margaritas1 in linea1 ante oculos2 Lydiae1 tenet4. Albinus2 Lydiae1 margaritas1 ostendit5 (...) ¿Comprará Medo joyas a su amiga Lidia? ¿Cambiará Lidia de opinión y pensará que un buen libro es mejor que un buen collar? ¿Qué trucos podrá utilizar Albino para convencer a estos posibles comparadores? ¿Qué recursos podría utilizar Lidia para hacer que su amigo le compre joyas? ¿Qué pensáis de los que se humillan para conseguir favores? ¿Comprarán por un precio fijo o se podrá regatear? La solución a estas angustiosas preguntas la encontraréis en el siguiente episodio .

Esta bella pulsera de plata y cristal de murano está inspirada en las joyas romanas.

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DECLINACIÓN Aemilia1 Aemiliae1 : Emilia

Albinus1 Albini2 : Albino

aliud26 alii26 alia26 : otro

amica1 : amiga

amicus2 : amigo

anulus2 anulum2 anulis2 : anillo

collum6 collo6 : cuello

digitum2 digito2 : dedo

dominus2 domino2 : amo

eius20 eo20 eae20 eos20 (pron. anaf.):

femina1 feminae1 feminarum1 feminis1 : mujer

formosa7 : hermosa

gemmae1 gemmas1 gemmis1 : piedras preciosas

haec17 hanc17 hac17(pron. dem.): ésta

illam19 illa19 (pron. dem.): aquélla

Iulii2 : Julio

libros4 : libros

lilia6 : lirios

linea1 : collar

Lydia1 Lydiae1 : Lidia (n. propio)

magnam7 : grande

mala6 : manzanas

margaritae1 margaritas1 margaritarum1 margaritis1 : perlas

margaritae1 margaritas1: perlas

Medus2 Mede2 : Medo (n. propio)

multae7 multa7 : muchas nullam7* nullum7* : ninguna

oculos2 : ojos

ornamentum6 ornamenta6 ornamentis6 : joya

parvam7 : pequeña

pecuniam1 : dinero pecuniosus7 pecuniosa7 : adinerado, con dinero

pira6 : peras

pulchrum8 pulchra8pulchris8: hermoso

qui23 quod23 qua23 quae23 quarum23 (pron. rel.): el que, que

qui24 quae24 quod24 cuis24 (pron. interr.): quién, qué

Romae1 Romae1* : Roma

Romanus7 Romana7 : romano

rosas1 : rosas

se11 (pron. pers.): servus2 : esclavo

sua16-7 suo16-7 suis16-7 (pron. pos.):

taberna1 tabernam1 : tienda

tabernarius7 tabernarii7 : tendero

via1 viis1 : camino

viri5 viris5 : hombres, maridos

CONJUGACIÓN accipit7accipiunt7 (accipio: recibir):

ambulat3 ambulant3 (ambulo: andar):

aspicit7 aspiciunt7 aspice30 (aspicio: mirar):

clamat3 (clamo: gritar):

consistit5consistunt5 consiste28 (consisto: parar, detenerse):

dant3 (do: dar):

emunt5 (emo: comprar):

est1 sunt1 (sum):

habet4 habent4 (habeo):

monstrat3 (mostrar):

ornat3 ornant3 ornatur142 ornantur142 (orno: adornar):

ostendit5 (ostendo: mostrar):

salutat3 (saluto: saludar):

tenet4 (teneo: sostener):

vendit5 vendunt5 (vendo: vender):

vertit5 (verto: volverse):

videt4 (video: ver):

PALABRAS INVARIABLES a ab (prep. +ab.): de, desde, por (con pas.) ad (prep. +ac.):a, hacia ante (prep.): delante de, ante aut (conj.): o autem (prep.): sin embargo cum (prep. +ab.): con ecce (adv.): he aquí et (conj.cop.): y in (prep. +ab.): en nam (conj.): pues neque (conj.cop.): y no, ni non (adv.): no o (interj.): oh! prope (prep.): junto a quam (adv.) cuánto, qué -que (conj.cop.): y quia (prep.): porque sine (prep. +ab.): sin tantum (adv.): sólamente

Actividades (presenciales) 1. Completa la declinación de: ADJETIVOS, PARTICIPIOS Y PRONOMBRES

Sign. SINGULAR PLURAL MASCULINO FEMENINO NEUTRO MASCULINO FEMENINO NEUTRO

N. id eae Ac. G. eius D. iis Ab eo

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Sign. (relativo) SINGULAR PLURAL MASCULINO FEMENINO NEUTRO MASCULINO FEMENINO NEUTRO

N. qui23 quae quod quae Ac. G. cuius quarum D. Ab quo qua

SUSTANTIVOS

Sign.

SINGULAR PLURAL SINGULAR PLURAL SINGULAR PLURAL SINGULAR PLURAL N. nummus2 viae V. Ac. oculos2 G. D. Ab. oculis via1 viis Loc. Romae1 SINTAGMAS

Sign.

SINGULAR PLURAL SINGULAR PLURAL N. V.

Ac. G. D.

Ab. amica1 sua16 domino2 suo16 Sign. SINGULAR PLURAL SINGULAR PLURAL N. Ac. G. D. Ab. hoc17 ornamento6 hac17 taberna1 Sign. SINGULAR PLURAL SINGULAR PLURAL N. hic17 anulus2 ille19 anulus2 Ac. hunc anulum G. illius anuli D. Ab. hoc anulo his anulis Sign. SINGULAR PLURAL SINGULAR PLURAL N. Ac. G. D. Ab. quo24 digito2? 2. Completa la conjugación y da el significado de los siguientes verbos:

Sign. 1s. 2s. pone28 3s. ponit5 convenit8 dat3 1p. 2p. emite28 aspicite30 3p.

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3. Traduce los siguientes verbos y luego cámbialos de singular a plural o de plural a singular, según convenga: TRADUCCIÓN S>P / P>S TRADUCCIÓN S>P / P>S 3s. ostendit5 aspicit7 3p. consistunt5 ambulant3 3s. vendit5 consistit5 3p. aspiciunt7 vendunt5 3s. ornat3 dat3 3p. emunt5 sunt1 4. Traduce al latín las siguientes frases: Los maridos de las mujeres compran esos hermosos collares de perlas.

Ves con tus ojos el hermoso cuello de su amiga.

Estas tiendas no vendían ni joyas ni anillos a mis amigos. Dad al amo el dinero que tenéis para los esclavos.

C) ETIMOLOGÍAS 1. Con ayuda del esquema de etimologías (ver blog) analiza la evolución de las palabras subrayadas de la traducción anterior. D) HISTORIA DE ROMA Cronología del principado de Augusto

Cinco siglos duró el llamado Imperio Romano (27 a.C.- 476 d.C.). Obviamente es difícil resumir todos los acontecimientos históricos y toda la tarea llevada a cabo por el pueblo romano en ese tiempo. Si hemos de esquematizar, diremos que existe un período ascendente (siglos I y II d.C.) al que sigue un período de declive y descomposición (fines del siglo III al V). En este capítulo trataremos de los siglos I y II de nuestra era, los llamados siglos de oro del Imperio.

Cuando Augusto llegó al poder encontró a Roma sumida en el más absoluto caos. Cuando falleció, el Estado había sido pacificado y organizado. Con esta frase podemos resumir los más de 50 años que Octavio pasó al frente del gobierno romano, iniciándose en estos momentos el período conocido como Imperio. No en balde, posiblemente la obra arquitectónica más importante que se levantó durante su gobierno es el Ara Pacis, el Altar de la Paz cuyos espléndidos relieves aún hoy podemos contemplar en las cercanías del Tíber. Octavio Augusto nace el 24 de septiembre del año 63 a.C. en el seno de una familia burguesa procedente de Veletri, en el Lazio. Su padre se llamaba Cayo Octavio y había sido durante un tiempo gobernador de Macedonia. Su carrera política estuvo determinada por su matrimonio con Atia, una sobrina de César. Cuando Cayo Octavio iba alcanzar el consulado, falleció (58 a.C.) De ese matrimonio, posiblemente de conveniencia como todos entre los miembros de la élite romana, habían nacido dos hijos: Octavia y Cayo Octavio, más conocido posteriormente como Augusto.

En el año 45 a.C. Julio César adopta a Octavio quien, desde ese momento, se llamará Cayo Julio César Octaviano. Ese mismo año acompañó al dictador a las campañas militares en España, donde tomó un claro partido durante la guerra civil. Octaviano fue enviado al Épiro por César para detener a los partos. En este lugar recibió la noticia que provocaría su abierta participación en política: el asesinato de su padre adoptivo (15 de marzo del año 44 a.C.). Ante el dramático panorama que se ceñía sobre Roma, Antonio, como lugarteniente de César, se hizo cargo de la situación. Con cierto apoyo del Senado, la alianza de Lépido - que controlaba la caballería- y buena parte de la plebe, Antonio consiguió controlar parcialmente los resortes del poder. Pero Octaviano decidió regresar a Roma para recibir la herencia del dictador y convertirse en su vengador. En mayo llegó a la ciudad no sólo para recoger las riquezas del difunto César sino para abrirse paso en la complicada y tensa tela de araña de la política romana. Sus primeros pasos fueron encaminados a poner de manifiesto el carácter divino de su padre adoptivo, viéndose favorecido por la aparición de un cometa en unos Juegos. Este prodigio fue considerado por la muchedumbre como una clara y evidente señal. Octaviano había conseguido su primer triunfo ante sus más directos rivales precisamente cuando Antonio pasaba por sus momentos más bajos entre los partidarios de César. Antonio se alejó de los asesinos -Bruto y Casio eran enviados a Creta y Cirene como gobernadores - y se dispuso a realizar una maniobra de acercamiento a Octaviano. Pero el heredero de César cometió un grave error: reclutó a los veteranos y marchó sobre Roma para alzarse con el poder (10 de noviembre), quizá con la esperanza de contar con el apoyo de los partidarios de César. El enfrentamiento entre sus tropas y las de Antonio no llegó a producirse por la negativa de los soldados a combatir. Octaviano tuvo que huir al norte, atrincherándose en Arezzo donde esperó la llegada de Antonio. Dos de las legiones de éste desertaron a favor de Octaviano y Antonio decidió marchar sobre la Galia Cisalpina para luchar contra Décimo Bruto.

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En enero de 43 a.C. el Senado daba un vuelco a la situación gracias a Cicerón. Los ejércitos de Octaviano y Décimo eran considerados legales mientras Antonio debía deponer sus armas. Antonio se negó y el Senado se dispuso a hacer frente al rebelde. En abril Antonio sufría dos contundentes derrotas pero los generales Hircio y Parsa, enviados por el Senado para luchar contra el rebelde, murieron en combate. Con Antonio exiliado en la Narbonense y los dos generales muertos, Octaviano parecía convertirse en el nuevo dueño de la situación. Sin embargo, las cosas cambiaron cuando las provincias occidentales constituyeron un sólido bloque dirigido por hombres cercanos al difunto César. Octaviano quedaba encuadrado entre los republicanos al haber participado claramente como miembro del Senado contra Antonio. El joven supo manejar sus cartas y realizó una maniobra difícil de prever: se dirigió con sus tropas a Roma para reclamar el consulado. El Senado envió contra él tres legiones que se pusieron de su lado sin combatir. Octaviano accedía al consulado de la mano del ejército y del pueblo romano. Corría el 19 de agosto de 43 a.C. y Octavio se presentaba como representante de la legalidad frente a los rebeldes de Occidente y los asesinos de César que gobernaban en Oriente. En las cercanías de Bolonia se establecía el Segundo Triunvirato entre Octavio, Lépido y Antonio. Su objetivo era el restablecimiento de la autoridad estatal, iniciándose un período de persecución contra los republicanos. Numerosos senadores y caballeros fueron condenados a muerte sin juicio previo; los supervivientes tuvieron que huir o esconderse. Se llegaron a ofrecer 25.000 dracmas por las cabezas de los que huían. La guerra civil era inminente pero Octaviano había jurado solemnemente vengar a los asesinos de su padre y ahora se le proporcionaba la ansiada oportunidad. Republicanos y cesaristas se vieron las caras en la batalla de Filipos (23 de octubre de 42 a.C.). La victoria parecía sonreír en un principio a los republicanos ya que la formación de Octaviano fue rota por el empuje de Bruto. Pero Casio, erróneamente, creyó que todo estaba perdido al verse atacado por Antonio, optando por el suicidio. Bruto huyó y dos semanas más tarde lo intentó de nuevo pero la victoria sonrió a Octaviano y Antonio. Viendo todo perdido, Bruto corrió la misma suerte que su amigo Casio. Los dos eventuales aliados se repartieron el botín: Antonio partía para Oriente con el objetivo de conquistar el Asia interior y Octaviano se dirigía a Roma para gobernar Italia. Filipos había supuesto un golpe definitivo contra la República y la aristocracia, cuyos más insignes miembros murieron en el combate o en los numerosos suicidios que siguieron a la derrota.

En los primeros días del año 40 a.C. Antonio intentó penetrar en Italia al frente de un ejército pero se le prohibió el acceso en Brindisi. Los italianos estaban hartos de guerra por lo que se imponía la paz. Mecenas y Polión, representando a Octavio y Antonio respectivamente, firmaban un tratado en el que se repartían el mundo conocido: Octavio recibía la zona occidental, Antonio la oriental y Lépido se debía de contentar con África. El pacto de Brindisi se refrendaba con el matrimonio entre Antonio y la hermana de Octavio, Octavia. Paulatinamente, la estrella de Octavio inicia un vertiginoso ascenso apoyado por su política de reparto de tierras entre los soldados licenciados (ahora fuera de Italia para evitar tensiones con los campesinos) y su importante programa de obras públicas en Roma, diseñado por Agripa y en el que encontramos la construcción de acueductos, fuentes y el saneamiento de la Cloaca Máxima. Italia entera le prestaba juramento y le reclamaba como jefe, según reza en su testamento. El año 33 a.C. finalizaba el triunvirato y los dos cónsules elegidos eran partidarios de Antonio. Octavio no se dejó amilanar y, acompañado de una escolta armada, entró en la sala de reuniones y expulsó a los cónsules, nombrando a otros de probada fidelidad. Los cónsules expulsados y más de 300 senadores se dirigieron a Antonio para solicitar su apoyo ante el acto de agravio provocado por Octavio, ahora más asentado todavía en el poder.

Cuando finalizaba el año 32 a.C. Octavio declaraba la guerra a Cleopatra. Esta maniobra suponía el enfrentamiento con Antonio que se produjo al año siguiente. La victoria conseguida sobre Antonio en Accio (2 de septiembre de 31 a.C) permitirá a Octavio hacerse con el poder definitivo en Roma. Antonio siguió a su amada Cleopatra a Egipto mientras Octavio desembarcaba en Grecia para poner paz en la zona, regresando de nuevo a Italia para sofocar una revuelta. Al año siguiente se dirigió a Asia para cortar los lazos que aún podía mantener Antonio. En agosto del año 29 a.C. llegó triunfante al país del Nilo. Tomada Alejandría, Octavio sólo pudo ver el cadáver de su enemigo ya que Antonio se suicidó al llegar a sus oídos la falsa noticia del suicidio de Cleopatra. La reina de Egipto no aguantó las amenazas de Octavio -quería que paseara su belleza por Roma como miembro de su cortejo triunfal- y puso fin a su vida. El rastro de sangre no acabó aquí ya que Cesarión y el hijo mayor de Antonio y Fulvia fueron asesinados, mientras que los hijos nacidos de la relación con Cleopatra fueron enviados a su viuda, Octavia.

Tras la restauración de la paz, Octavio entrega el poder al Pueblo y el Senado romanos, planteándose la retirada de la vida política. Este acto formaba parte de una estrategia premeditada pero los senadores no podían renunciar al abandono del artífice de la creación del nuevo Imperio. Por eso, el 16 de enero de 27 a.C. recibe del Senado el nombre de "Augustus", una nueva denominación oficial que recogía la grandeza de sus actos. Desde ese momento empezaba una nueva época en la que Augusto concentraba en sus manos la autoridad pero conservando la apariencia de la libertad republicana. Como procónsul y cónsul tenía a su cargo la política exterior y la administración estatal, la autoridad sobre los demás magistrados y la convocatoria del Senado donde había alcanzado el título de "princeps senatus", la figura de mayor jerarquía en la institución. Su autonombramiento como "imperator" le situaba como jefe supremo de las legiones. Sin embargo, la tradicional constitución romana no fue suprimida ni transformada por lo que su "dictadura" estaba cargada de legalidad. Este período se denomina el principado de Augusto.

Octavio se rodeó de un pequeño grupo de colaboradores que ejercían la función de gabinete ministerial. Su labor será crucial para el desarrollo que se vivirá en este momento. Agripa será el organizador y promotor de las reformas urbanísticas que se realizaron en Roma. Mecenas despuntará como promotor cultural y excelente financiero mientras que entre los generales pronto empezó a despuntar Tiberio, hijastro de Octavio. También escogió a veinte senadores entre los aristócratas para formar una especie de Consejo Asesor y evitar de esta manera la repulsa de la élite social romana. Una de sus primeras medidas de gobierno será la devolución al Senado de la gestión de las provincias que formaban el Imperio, excepto Hispania, Galia y Siria que quedaban bajo su jurisdicción. Las continuas sublevaciones que se producían en estos territorios serían la justificación por las que mantuvo estas provincias bajo su mando. En este ámbito de conflicto en las provincias se produjo su llegada a tierras hispanas para sofocar las revueltas cántabras, fundando Cesar Augusta, la actual Zaragoza, y Emérita Augusta, la actual Mérida.

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En el año 24 a.C. regresa Octavio a Roma debido a un agravamiento de su enfermedad. Los opositores aprovechan su oportunidad para mover sus piezas aunque algunos no tengan muchas opciones como el cónsul Terencio Varrón, condenado a muerte por traición. Augusto deja temporalmente el poder en manos de Agripa y el cónsul Calpurnio Pisón. Su muerte parece inminente pero de manera milagrosa sobrevive gracias a la receta de un médico griego. Este año 23 a.C. realiza una nueva reforma administrativa al renunciar a su nombramiento anual como cónsul para ocupar el tribunado con el que conseguía el derecho de veto sobre los demás magistrados. La vida personal de Octavio tampoco está exenta de ajetreo. Su salud fue siempre muy frágil, estando afectado de eccema, colitis y bronquitis, enfermedades que se fueron enconando con el tiempo para convertirse en crónicas y motivar que siempre tuviera que ir acompañado de un médico, al tiempo que sentía pánico por las corrientes de aire. Apenas bebía y comía frugalmente, siendo muy austero en sus costumbres. Vivía en una pequeña habitación del palacio de Hortensio en la que no existían lujos. En sus matrimonios tampoco fue muy dichoso. Como muestra del buen entendimiento entre Octavio y Antonio se le impuso el matrimonio con Claudia, la hijastra de su aliado, aunque el enlace no se llegó a consumar. En el año 40 a.C. se casa con Escribonia, viuda ya en dos ocasiones, madre de Julia, su hija favorita a pesar de ser considerada la "viuda alegre" de Roma. Pronto se divorció para volver a contraer matrimonio con Livia Drusila. Livia estaba felizmente casada con Tiberio Claudio Nerón y de este matrimonio nacieron dos hijos: Druso y Tiberio. Pero Octavio se enamoró de ella -a pesar de estar embarazada de cinco meses- y convenció a su esposo para que se divorciara y poder casarse con la bella Livia. Tampoco hubo descendencia para Octavio de esta relación. Los últimos años de la vida de Octavio estarán determinados por la búsqueda de un sucesor. Los herederos con mayores posibilidades eran sus nietos Gayo y Lucio César, hijos de Julia y Agripa. Pero estos jóvenes fallecen entre el año 2 y 4 de nuestra era. Octavio no tiene más remedio que delegar su sucesión en su hijo adoptivo Tiberio. Para evitar que la familia Julia se alejara del poder, obligó a Tiberio a adoptar a Germánico, nieto de Octavia. Valoración del principado de Augusto

La época de Autusto tuvo dos fases: en la primera su preocupación consistió en hacerse con el gobierno y el control de lo que podemos llamar "el Estado romano" y las provincias. En la segunda fase comienzó una tarea de pacifi-cación y disminución de conflictos y tensiones; la "pax augusta", más mítica que real, pero sentida, en cualquier caso, como un alivio frente a los desórdenes civiles de épocas anteriores.

Augusto se empeñó en una tarea de embellecimiento de Roma y de promoción y fomento de las actividades culturales. Al mismo tiempo, se inició un proceso de asimilación entre las culturas y lenguas de las tierras conquistadas y Roma. El latín se fue expandiendo fuera de Roma y actuó como elemento de cohesión entre los diversos componentes del Imperio. A su vez, Roma absorbió y asimiló modelos culturales de otros pueblos con los que entró en contacto, como por ejemplo el concepto de veneración del gobernante de corte oriental, que fue asimilado con gusto y sin dificultad por los habitantes del imperio.

Durante el gobierno de Augusto Roma vivió un extraordinario florecimiento cultural, artístico y literario que a veces rozó la propaganda. Uno de sus principales promotores fue Mecenas -no en balde, con este nombre se designan a los personajes que favorecen el desarrollo artístico- quien supo atraerse la amistad de los poetas Virgilio y Horacio, entre otros. También conviene destacar la fiebre arquitectónica que se vivió especialmente en Roma, con la restauración y la edificación de un amplio número de templos, basílicas, pórticos, un nuevo foro - Forum Augusti- para la capital imperial o el famoso teatro Marcelo que todavía hoy se contempla en parte. De igual modo, en el plano religioso, los romanos comienzaron a abrirse a otro tipo de cultos y creencias que penetraron poco a poco, especialmente en las capas más bajas de la sociedad, como es el caso del culto a Mitra e Isis.

El envejecimiento acentuó el mal carácter de Augusto, que veía como las gripes y la colitis se hacían sus inseparables compañeras. Se volvió más suspicaz e incluso aumentó su crueldad, viendo por todos sitios inexistentes conspiraciones. Precisamente para salvaguardarse de ellos creó la guardia pretoriana. Las noticias que llegaban del Elba no eran muy alentadoras. Varo había sido exterminado con tres legiones por Arminio y la frontera que Druso había establecido en el Elba tuvo que ser restituida en el Rin. Sus reformas de las costumbres no habían surtido efecto como se puso de manifiesto con la inmoral actitud de su hija Julia.

Augusto falleció en las cercanías de Nola, en la Campania, el 15 de marzo del año 14, a los 77 años de edad, después de una bronquitis. Su cadáver fue portado por toda Roma a hombros de los senadores siendo quemado en el Campo de Marte. Tras su muerte vendría su divinización por el pueblo.

Imagen de Octavio Augusto

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