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Oríetta Caponi Las raíces del machismo en la ideología judeo-cristiana de la mujer Summary: Applying the analysis of the dialectical relation between the mitical and social order we will study the effects of the Judaism and Christianity that have been negative to women. We will show how the Judaic and Christian myths ha ve justified and perpetuated the patriarchal structure presenting the women's inferiority as plausible, rational and inevitable. Resumen: Aplicando el análisis de la relación dialéctica entre el orden mítico y el orden social estudiamos los efectos de la tradición judeo-cristiana que han sido perjudiciales para la mujer. Mostramos cómo los mitos de la religión judeo-cristiana justifican y perpetúan la estructura patriarcal presentando como plausible, racional e inevitable la inferioridad femenina. Introducción Las ideas de los hombres son las representaciones de las acciones y relaciones que tienen lugar en su vida social. O sea, la actividad social básica genera en la mente humana una expresión ideal e inmaterial de las relaciones sociales y materiales. Esto es lo que comúnmente llamamos ideología. Ideología es, en efecto, un sistema de valores, creencias y representaciones que emana de un status quo definido. Es importante tener en cuenta que la ideología, siendo necesariamente inmaterial se separa inevitablemente de la realidad de que se origina y que se constituye como un poder ideal, trascendente y autónomo. Esta autonomía es lo que ha sido llamado, por ejemplo, por Freud, "la omnipotencia de las ideas". A través de un proceso de intemalización, el hombre, consciente o inconscientemente, hace de esta ideología la fuerza motivadora o represiva de su propia conciencia. La ideología se origina de la sociedad y, a su vez, repercute sobre ella: en efecto, la ideología penetra en la organización social justificándola y legitimándola. Es en este sentido que se puede decir que, mientras toda ideología tiene su fundamentación en los hechos, ella misma se vuelve a su vez la justificación ideal de estos hechos, haciéndolos aparecer como un orden necesario natural e inevitable. Es éste el sentido en el cual se puede decir que la ideología sirve los intereses de los grupos dominantes de la sociedad; en efecto, ya que los grupos dominantes tienen interés en prevenir cualquier cambio en una situación para ellos beneficiosa, la ideología se vuelve su aliada en la tarea de reforzar y perpetuar el status quo. Un modelo análogo de análisis puede aplicarse a la relación entre mito y rito, considerando el mito como una forma primitiva de organización social. Sea que uno esté de acuerdo con Levi-Strauss en que "los cuentos de los dioses son historias verdaderas de costumbres" o con Mircea Eliade que afirma, al contrario, que "las costumbres de los hombres son a menudo la expresión de sus creencias acerca de los dioses", esto es una mera cuestión del punto de partida de la relación y, por lo tanto, irrelevante. Lo importante es que la función del mito es hacer intelectual y socialmente tolerable lo que de otra manera parecería incoherente: en efecto los ritos son vistos como racionales, plausibles y aceptados como orden social sólo si son corroborados por mitos trascendentes, o sea, por la voluntad de Dios. A su vez los mitos son Rev. Filosofía Univ. Costa Rica, XXX (71), 37-44, 1992

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Oríetta Caponi

Las raíces del machismo en la ideología judeo-cristianade la mujer

Summary: Applying the analysis of thedialectical relation between the mitical and socialorder we will study the effects of the Judaism andChristianity that have been negative to women.

We will show how the Judaic andChristian myths ha ve justified and perpetuatedthe patriarchal structure presenting the women'sinferiority as plausible, rational and inevitable.

Resumen: Aplicando el análisis de larelación dialéctica entre el orden mítico y elorden social estudiamos los efectos de latradición judeo-cristiana que han sidoperjudiciales para la mujer. Mostramos cómo losmitos de la religión judeo-cristiana justifican yperpetúan la estructura patriarcal presentandocomo plausible, racional e inevitable lainferioridad femenina.

Introducción

Las ideas de los hombres son lasrepresentaciones de las acciones y relaciones quetienen lugar en su vida social. O sea, la actividadsocial básica genera en la mente humana unaexpresión ideal e inmaterial de las relacionessociales y materiales. Esto es lo quecomúnmente llamamos ideología. Ideología es,en efecto, un sistema de valores, creencias yrepresentaciones que emana de un status quodefinido. Es importante tener en cuenta que laideología, siendo necesariamente inmaterial sesepara inevitablemente de la realidad de que seorigina y que se constituye como un poder ideal,trascendente y autónomo. Esta autonomía es loque ha sido llamado, por ejemplo, por Freud, "laomnipotencia de las ideas".

A través de un proceso de intemalización,el hombre, consciente o inconscientemente, hacede esta ideología la fuerza motivadora o represivade su propia conciencia. La ideología se originade la sociedad y, a su vez, repercute sobre ella: enefecto, la ideología penetra en la organizaciónsocial justificándola y legitimándola. Es en estesentido que se puede decir que, mientras todaideología tiene su fundamentación en los hechos,ella misma se vuelve a su vez la justificaciónideal de estos hechos, haciéndolos aparecer comoun orden necesario natural e inevitable. Es éste elsentido en el cual se puede decir que la ideologíasirve los intereses de los grupos dominantes de lasociedad; en efecto, ya que los gruposdominantes tienen interés en prevenir cualquiercambio en una situación para ellos beneficiosa, laideología se vuelve su aliada en la tarea dereforzar y perpetuar el status quo.

Un modelo análogo de análisis puedeaplicarse a la relación entre mito y rito,considerando el mito como una forma primitivade organización social. Sea que uno esté deacuerdo con Levi-Strauss en que "los cuentos delos dioses son historias verdaderas decostumbres" o con Mircea Eliade que afirma, alcontrario, que "las costumbres de los hombresson a menudo la expresión de sus creenciasacerca de los dioses", esto es una mera cuestióndel punto de partida de la relación y, por lo tanto,irrelevante. Lo importante es que la función delmito es hacer intelectual y socialmente tolerablelo que de otra manera parecería incoherente: enefecto los ritos son vistos como racionales,plausibles y aceptados como orden social sólo sison corroborados por mitos trascendentes, o sea,por la voluntad de Dios. A su vez los mitos son

Rev. Filosofía Univ. Costa Rica, XXX (71), 37-44, 1992

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aceptados como plausibles sólo si puedenfundamentarse en hechos, o sea, si el orden socialles da un significado racional.

En este trabajo vamos a aplicar este análisisde la relación dialéctica entre el orden mítico y elorden social. Nos concentraremos, en general, enlos efectos que nuestras religiones tradicionalestienen sobre nuestra sociedad y en particular aaquellos aspectos de las religiones que han tenidoy tienen consecuencias negativas para la mujer.Lo que analizaremos es, sobre todo, la influenciade la tradición judeo-cristiana en la civilizaciónoccidental y, más específicamente la delcristianismo en general. Lo que trataremos demostrar es cómo el cristianismo hereda mitos delas religiones arcaicas y los recupera comomedios para penetrar la sociedad y perpetuarse nosólo a sí misma como religión sino también a laestructura patriarcal de la cual se originó. Lo quela sociedad contemporánea ha heredado delcristianismo no es sólo un cuerpo de doctrinasreligiosas, sino también una organización socialbasada en la sumisión de la mujer, acompañadapor doctrinas sofisticadas que justifican dichasumisión.

Es importante recalcar que no trataremos dela religión como fe personal o como experienciametafísica y evitaremos, en lo posible, emitircualquier juicio de valor concerniente aconvicciones íntimas. Aún más no haremos, enningún momento, teología. Nos limitaremos arealizar lo que podría llamarse una exégesispopular: examinaremos la discrepancia entre laIglesia como una poderosa institución social y suinfluencia sobre las masas; o sea, entre lainterpretación teológico-filosófica de los dogmasy la manera en la cual el pueblo, las masas,sienten y viven dichos dogmas.

Dejadas claras las premisas anteriorespodemos afirmar que Dios, como es representadopor las tradiciones religiosas que examinaremos,es un hombre, en el sentido estricto y biológicodel término. Se puede poner en duda que estaimagen de Dios como ser masculino seacorroborada o no por la Biblia (y nosotrostrataremos de mostrar que esto es cierto, por lomenos, por lo que se refiere al Viejo Testamento),pero es seguramente cierto que ella vive en elsentir popular, o sea, en la sociedad en general, enciertas manifestaciones de la cultura y en lasrazones que la Iglesia misma ofrece para laexclusión de las mujeres del sacerdocio en las

diferentes ramas del cristianismo. Por ejemplo, elObispo C.L. Meyer dijo en 1971 en su Crónica deSan Francisco:

El sacerdocio episcopaliano es una concepción masculina. Elsacerdote es el símbolo de Dios y, en el Viejo y NuevoTestamento, Dios es representado bajo una imagen masculina.Cristo es el origen del sacerdocio. El sexo de Cristo y sumasculinidad no son accidentales. Son una escogencia divina'.

La masculinidad de Dios no constituyealgo sorpresivo (no obstante Dios, por definicióndebería ser asexuado) en cuanto, comomostraremos a lo largo de este trabajo, no es sinouna expresión de la realidad, o sea el espejoideológico de la existente sociedad patriarcal. Lareligión judeo-cristiana, a través de la fuerzaideológica de sus mitos, hace plausible, legitimay perpetúa la dominación patriarcal,contribuyendo de esta manera a la opresión de lasmujeres en la sociedad contemporánea. Losarquetipos femeninos que emanan de los mitosjudeo-cristianos difunden una visióndistorsionada de la mujer que es usada comojustificación ideológica para la perpetuación de lasociedad patriarcal.

En la primera parte del artículoexaminaremos la realidad de la opresión de lasmujeres en la sociedad patriarcal y en la segundauna serie de mitos santificados por la Cristiandady propagados para justificar dicha opresión.

La opresión de la mujer en lasociedad patriarcal

En esta primera parte de nuestro análisisvamos a tratar de reconstruir la destrucción de lasociedad matriarcal por parte de los invasorespatriarcales y a demostrar cómo la opresión de lamujer está estrechamente relacionada a, o másbien, es directamente consecuente con, laestructura patriarcal. Como punto de partida esnecesario dejar en claro dos presuposiciones:

1. que la sociedad patriarcal no necesita ser y,en realidad, no ha sido siempre el sistemadominante; y

2. que dado el largo tiempo que transcurreentre el acto sexual y el nacimiento de unniño, los hombres no estuvieron conscientesdesde un principio de su responsabilidad enel acto de concebir. Este segundo punto es

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MACHISMO Y JUDEO-CRISTIANISMO

importante para entender cómo las primerasideas acerca de los dioses como creadoresde la humanidad y del universo pudieronatribuir una identidad femenina a lasdivinidades. Debido a la poca informaciónque existe al respecto y a las limitacionesde este trabajo examinaremos sólobrevemente las religiones más antiguas, lasreligiones de la Gran Diosa, comointroducción a la instauración delpatriarcado.

La destrucción del culto a la Gran Diosa(culto que algunas autoridades en el ramoconsideran que existió desde una época tanantigua como la Alta Era Paleolítica, 25.üOOañosa.C.) fue crucial para el establecimiento delpatriarcado. Diversos pasajes del ViejoTestamentorevelan que las religiones matriarcalesno desaparecieron naturalmente, sino que fueronvíctimas durante siglos de continua persecuciónpor parte de los promotores de las nuevasreligionesque tenían como ser supremo a un diosmasculino. En efecto, mientras se encuentranhuellas de las diosas matriarcales desde el año7.000 a. C. hasta el cierre del último templo de ladiosa madre en el año 500 d.C., se supone queAbraham, primer profeta y gran patriarca, vivióentre el año 1800 y 1550 a.C. Si examinamos laBiblia encontramos varios testimonios que noshacen pensar que al llegar los Semitas a su asíllamada Tierra Prometida, los sacerdotes Levitasordenaron la exterminación del pueblo de Canaaprecisamente para eliminar a los adoradores de ladiosa madre, condición necesaria para lainstauraciónde la sociedad patriarcal.

El patriarcado requiere como condiciónnecesaria para la perpetuación de su poder através del tiempo de una organización patrilinealde la herencia. Lógicamente, a su vez, elmatriarcado necesita una organizaciónmatrilineal, pero, mientras la matrilinearidad, porlas virtudes biológicas del nacimiento, esinmediatamente manifiesta, lo mismo no puededecirse de la patrilinearidad. Las demandas de lapatrilinearidad pueden estar aseguradas sólo alprecio de estrictos controles y regulaciones de lasactividades sexuales de la mujer. Lapecaminosidad de la sexualidad femenina fueadoptada y propagada por los Levitas como unarma ideológica para restringir la autonomía quehabían disfrutado las mujeres bajo las religiones

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matriarcales. Esta ideología de la pecaminosidaddel sexo determinó limitaciones que las mujeresy no los hombres fueron obligadas a internalizar;en efecto, la moralidad de la sexualidadmasculina nunca ha tenido ni tiene mayorimportancia dentro de la sociedad patriarcal contal que el hombre no "humillara la esposa de suvecino" (Deut. 22).

Es imposible para nosotros examinarhistóricamente las culturas de la épocamatriarcal; es suficiente para nuestro propósito(que es demostrar que una sociedad patriarcaltiene necesariamente una ideología patriarcal)referimos al libro de la antropóloga Merlin StoneWhen God was a woman, donde encontramostodo tipo de evidencia de la supremacía femeninaen las sociedades con religiones matriarcales,Las mujeres tenían poder en el contexto social;las sacerdotisas de la Gran Diosa gobernabansobre los hombres y las mujeres del templomonopolizaban la actividad económica. Cadaaño la sagrada unión entre la Diosa y su hijo-amante era encarnada por la unión sexual sagradaentre la gran sacerdotisa y un hombre escogidoque luego era inmolado. Alusiones a este rito seencuentran en la Biblia donde estas sacerdotisasson consideradas prostitutas sagradas. Porejemplo, en el Deut. 23: 17 "No habrá ningunaprostituta sagrada entre las hijas de Israel".

En la guerra santa contra los Medianites,Moisés ordena: "matad todos los varones, aún losniños, y degollad toda mujer que haya conocidohombre acostándose con él. Reservaos solamentea las niñas y a las doncellas que no hayanconocido varón" (num. 31:17-18). Esta esclaramente una medida para asegurar unconocimiento cierto de y un control sobre lapaternidad. Las antiguas costumbres sexuales delos adoradores de la Diosa fueron denunciadaspor los Levitas como inmorales y depravadas. Lastribus hebreas invasoras consideraron la antiguareligión matriarcal como un culto orgiástico,vergonzoso y pecaminoso. Pero es fácil suponerque subyacente a estas afirmaciones moralesexistía la intención política de la afirmación delpoder sobre las tierras y las propiedades, a travésde la instauración del sistema patrilineal. Lapersecución de los adoradores de la Diosa parecehaberse centrado en la autonomía sexual de lasmujeres; en efecto, sólo un control estricto de lapaternidad permite la supervivencia de un sistemade herencia por vía masculina.

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Las leyes de los Levitas son muy claras ensu insistencia' en que la herencia pase aldescendiente masculino: sólo "si un hombremuere sin hijo varón pasará la herencia a su hija"(Num. 27:8). "Es a causa de sus propios pecadosque un hombre muere sin tener un hijo varón"(Num. 27:3). "Si un hombre muere sin tener nihijo ni hija, su herencia pasa a su hermano"(Num. 27: 10). Además en Num. 36 se afirma quesi la hija ha heredado, por las circunstancias antesmencionadas, ella podrá casarse sólo con unmiembro de la tribu de su padre (Num. 36:6).

Las leyes de los Levitas relacionadas con laviolación delatan una mayor preocupación por lacerteza de la paternidad que por la justicia social.

En Sumeria en el año 2.000 a.C. si unhombre violaba a una mujer era condenado amuerte. En las leyes de Asiria de 1450 y 1250 a.C.si un hombre violaba a una mujer, el marido o elpadre de ella debían entonces violar a la esposa ola hija del violador y/o el violador debía desposara la mujer violada. Esta última parte de la leyeratambién la ley de los Hebreos, que ademásagregaron que si la mujer violada estaba casada oprometida ella debía ser condenada a muerte. Laley judía afirmaba que si era violada una virgen,que no estaba todavía prometida, el violador debíapagarle al padre el precio fijado por una virgen yésta debía casarse con el violador.

Aparece claro el contraste entre lainsistencia en la virginidad pre-maritalúnicamente para las mujeres y la libertad sexualque los judíos asignaban a los hombres, quecoleccionaban honorablemente tantas mujerescuantas podían económicamente permitirse.

En el Deuteronomio (22:20-21) leemos quesi en la primera noche de bodas "no fuera posibleencontrar muestras de la virginidad de unadoncella, entonces la doncella será llevada hastala puerta de la casa de su padre y los hombres dela ciudad la deberán lapidar hasta que ellamuera". En relación al adulterio masculino ésteparece ser considerado como algo normalsiempre que la mujer con la cual se comete noeste casada o prometida a otro. En este caso eladulterio es considerado como ilegal en cuantova en contra de la propiedad de otro hombre.

Los ejemplos expuestos hasta ahora puedenser considerados suficientes no porque se hayaagotado el material bíblico, sino porque se hademostrado lo que nos habíamos propuesto: lasociedad patriarcal que los judíos querían

establecer en la tierra prometida no podía subsistirjunto con las sociedades matriarcales, lo queexplica la persistente persecución de los pueblosque se encontraban en ese territorio. Laincompatibilidad de los dos sistemas reside en laimposibilidad para los hombres de obtener yperpetuar el control de la sociedad, queanteriormente pertenecía a las mujeres, sinimponer la patrilinearidad. Esta imposiciónrequería de: a) total destrucción de las sociedadesmatriarcales y b) instauración de un controlriguroso sobre la autonomía sexual de las mujeres.

Lo que nos queda ahora por examinar, enesta primera parte, es cómo esta idea de lasumisión de la mujer al hombre fue recuperadapor el Cristianismo y legitimada como parte delorden divino y natural. Es necesario aclarar queJesús Cristo con sus enseñanzas se separa de estavisión machista y muestra en su doctrina muchosargumentos en favor de la igualdad entre lossexos, por lo tanto no se puede ni se debeconsiderar al machismo como constitutivo delCristianismo. Al contrario, el anti-feminismo queha divulgado no le pertenece realmente, sino quees una herencia de la cultura judía, que haasumido y absolutizado haciéndola sobrevivirhasta nuestros días.

Una vez que la cultura y la religión judíashan santificado la segregación de las mujeres, seaa través del proceso evidente de leyesdiscriminatorias, o a través de métodos mássutiles, como la extrema valorización de lacircuncisión, el trato dado a las mujeres comomiembros marginales que deben ser excluídos delcontrol y de los puntos claves de la sociedaddesarrolla un tipo de organización social que noofrece a las mujeres ninguna alternativa viable.Si desde la niñez las mujeres son excluídas de laeducación, de la cultura, de la política, etc., eslógico que cualquier potencial que puedanofrecer esté truncado al nacer y es, por lo tanto,muy fácil usar luego el argumento de que lasmujeres demuestren su inferioridad al no habermujeres poetas, escritores, políticos, etc.

Al heredar el Cristianismo las tradicionesfundamentales del judaísmo y su concepción de lafamilia, se le asigna a la mujer el mismo lugar quele había asignado la ley judía: el de ser el centrode la familia y el de quedar completamentemarginada de la sociedad. En efecto, los intentosde Jesús por realzar el status de las mujeres através de la santificación del matrimonio

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monógamo y del establecimiento del celibato pre-marital para los hombres no pudieron alterarfundamentalmenteesta situación ya que eran ideasrevolucionarias dentro de un sistema socialestático. Quedaban como principios formalesfrente a la estructura socio-cultural tradicional.Estos principios determinaban un cambio a nivelideológicoque no respondía a un cambio similar anivel material y real. Esta nueva ideologíasobreponiéndose a la anterior lo único que logrófue ofrecer a las mujeres dos alternativas opuestasentre sí: la de la maternidad y la de la virginidadconsagrada. En las dos las mujeres no logransuperar la dominación patriarcal: por un lado, lamadre perpetúa esta dominación a través de loshijos, anulándose en ellos y anulando su propiasexualidad. La ideología de la maternidad escrucial para mantener el orden establecido yjustificar el patriarcado. El reforzar y alabar lapurezade la madre es un mecanismo muy efec~~opara asegurar que la propiedad quede en la familiapaterna.La ideología de la maternidad en realidaddefiende la paternidad. Además proveé unajustificaciónpara el sistema de división del trabajopor sexos y para el entero sistema de supremacíamasculina (una madre no puede trabajar porquedebe cuidar a sus hijos; la mujer es la única quepuede amamantar los; por lo tanto, no puede nidebe alejarse del hogar, etc.). Esta ideología de lamaternidad implica que los hombres no puedencriar a los hijos; que las mujeres se realizan a símismas sólo si llegan a ser madres; que lascualidades maternales son cualidades esenciales ypropiasde toda mujer y, de esta manera, defme lasposibilidades y los límites de las mujeres en laesfera social, económica y política.

Por otra parte, el Cristianismo, comodijimos, le ofrece a la mujer otra alternativadiametralmente opuesta a la primera: lavirginidad. Esta alternativa al igual que la de lamaternidad no ofrece amenaza alguna para laestructura patriarcal. Si la mujer no es propiedadde un hombre para asegurarle a través de loshijos la continuidad de su dominación, lo únicoque puede hacer es marginarse completamente dela sociedad, renunciar a sus atributos sexuales.

La justificación mitológica de lasubordinación de la mujer

Cuando un grupo humano oprime y domina a otro, tienetendencia a justificar dicha situación de desigualdad por

medio de una historia que remonta a los orígenes...Esta historia es un conjunto de mitos cuyo fin es dar razón deun fenómeno existente y así legitimarlo'.

"El nacimiento de nuevos símbolos no esun asunto que pueda ser decidido arbitrariamenteen un mesa de conferencias. Más bien vasurgiendo de una serie de nuevas situaciones yexperiencias:". Los mitos judeo-cristianos tienenuna función central y determinante en la vidadiaria porque son medios no conscientes,tradicionales y poderosos para justificar laestructura patriarcal existente.

Esta parte de nuestro trabajo está dirigida amostrar cómo el "machismo" de la sociedadpatriarcal se perpetúa hoy en día a través de losmitos cristianos concernientes a la debilidad y ala ineptitud de las mujeres. A la luz del procesodialéctico descrito anteriormente podremos verque la situación de dominación masculina nuncaha aparecido como anormal sino, más bien, comoinmutable, universal, verdadera expresión de lavoluntad de Dios. Examinaremos aquellos mitosde la ideología cristiana que han contribuidograndemente a la opresión de la mujer.Analizaremos primero el mito de la masculinidadde Dios como legitimación del poder masculino;luego el mito de la Creación; el del PecadoOriginal y el de la Encarnación y de la Virgen-Madre como medios de legitimación de ladesigualdad sexual. Tomaremos en consideraciónla interpretación más comúnmente aceptada dedichos mitos, interpretación que aún hoy en díala gente acepta, internaliza y propaga.

El "Ser Supremo" debería ciertamentetrascender toda sexualidad, pero cuando estaconceptualización abstracta de Dios se objetivizasu resultado, en la tradición judeo-cristiana, essiempre una figura masculina. Dios es Padre ,Señor, Creador.' Que esta masculinidad no seauna cuestión trivial del lenguaje, lo demuestra elrepresentante de Dios en la tierra: ¿Por qué elPapa debe ser un hombre? Si Dios es asexuado,¿Por qué nunca ha existido un Papa mujer?¿Cómo se justifica la exclusión de las mujeresdel sacerdocio?

La imagen del Dios masculino es elsímbolo ideológico del padre patriarcal: en elViejo Testamento, Dios se refiere al pueblo deIsrael como su "esposa" e "hijos" y la mismarelación sobrevive en el Nuevo Testamentoentre Cristo y la Iglesia. Siendo Dios laautoridad a la cual la humanidad subordinada

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debe obedecer, la atribución de la masculinidada Dios se transforma en la justificaciónideológica de la autoridad "natural" del hombre.El mito de la masculinidad de dios surge en unasociedad patriarcal y sirve para hacer plausibley aceptable la dominación masculina. Ese mitono es una invención sino más bien el reflejo deuna sociedad que establece el antifeminismocomo su doctrina fundamental.

La desigualdad de los sexos se manifiestano sólo en el Viejo Testamento sino también en lanoción de Cristo como único Dios-hombre. Laencarnación de Dios en un hombre es unargumento muy fuerte a favor de la supremacíamasculina: Dios ha escogido no encarnarse enuna mujer. La mayoría de la gente puedefácilmente interpretar que hasta El considera a lamujer como un ser inferior. La masculinidad deDios queda así confirmada por Su Hijo. Estaimagen de Dios como ser masculino hace queaparezcan como completamente plausibles losmitos que examinaremos a continuación.

En la Biblia encontramos dos versiones dela creación de los seres humanos: (Génesis 1.27)"Así Dios creó el hombre a su propia imagen... Elcreó el hombre y la mujer" y (Génesis 2:22.23) "Yde la costilla, que el Señor había tomado delhombre, creó la mujer y la condujo ante elhombre. Y Adán dijo: ésto es ahora hueso de mishuesos y carne de mi carne, ella será llamadavarona porque fue creada del varón". La primeraversión no establece diferencia alguna entrehombre y mujer a partir del acto creador, mientrasla segunda, más antigua, probablemente del X óXI siglo a.c., narra la creación de la primera mujera partir del primer hombre, creado antes que ella.Nos limitaremos a analizar la segunda versión encuanto es la más popular y la que ha sido el puntocrucial de la interpretación masculinizante de lacreación.

La gran difusión del mito de Adán y Evamuestra su relación con las circunstancias socio-culturales de la sociedad patriarcal de la quesurgió. Los comentarios judeo-cristianos hanextraido de este texto implicaciones fuertementedenigrantes para las mujeres: sólo el hombretiene el honor de haber sido creado a imagen ysemejanza de Dios, mientras la mujer fue creadacomo objeto de la dominación masculina.

Un hombre no debe cubrir su cabeza, porque él es la imageny la gloria de Dios, pero la mujer es la gloria del hombre.Porque el hombre no es de la mujer sino que la mujer es del

hombre... El hombre no fue creado para la mujer, sino la mujerpara el hombre'.

Las consecuencias de esta interpretación nohan sido puramente teóricas, ya que haninspirado una imagen social de la mujer y hanservido como base para la continuadiscriminación del sexo femenino. De acuerdocon la versión del Génesis 2, la mujer no sólo esuna decisión posterior de Dios, sino que ha sidocreada para el hombre. Esta versión hajustificado y explicado su inferioridad ysubordinación al hombre como ley natural,voluntad de Dios. La interpretaciónmasculinizante de la creación ha ignoradointencionalmente el otro texto bíblico que norevela diferencia alguna entre hombre y mujer yque, por lo tanto, no apoya el antifeminismo de lasociedad patriarcal.

El objetivo del mito del Pecado Original esel de ofrecer una explicación de la presencia delmal y del sufrimiento en el mundo. El mal nopuede originarse en Dios que es BondadSuprema. El mal se origina en los seres humanos,en sus pecados, que son desobediencias de lavoluntad de Dios. Este dogma fundamental delCristianismo ha sido utilizado como argumentoperfecto para justificar la discriminación de lamujer, asignando la responsabilidad del pecadooriginal a la primera mujer. La maldad de lasmujeres en general puede reforzarse sólomediante la creencia de que es con el nacimiento,o sea, a través de la mujer, que el pecado originalse transmite de generación en generación. Lacaída de la primera mujer ha manchado parasiempre todas las sucesivas generaciones demujeres y ha servido para atribuirles unadebilidad original y natural. "Parirás tus hijos condolor y tu voluntad será la de tu esposo y élgobernará sobre ti" (Gen. 3:16). Esta concepciónha sido adoptada y propagada por los padres de laIglesia y por los teólogos para justificar laexclusión de las mujeres de las actividadespúblicas sociales y religiosas. La lógica delargumento es muy fuerte: las mujeres handemostrado, desde un principio, ser fácilesvíctimas de la tentación; por lo tanto es imposiblerespetar su autonomía. Necesitan un dueño, unhombre que tome las decisiones en su nombre yque salve a la humanidad de su mala influencia.Se puede explicar el nacimiento de este mito através de las necesidades de la estructurapatriarcal. Como ya hemos señalado, el control

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MACHISMO Y IUDEO-CRISTIANISMO

sexual de las mujeres es una condiciónindispensable para la patrilinearidad. Siendo elpecado original, a menudo, identificado por laIglesia con el acto sexual, es la sexualidad mismala que se convierte en pecado. Eva, en el Paraísoterrenal, ha demostrado ser menos inteligente ymás vulnerable que Adán: víctima de laseducción, ella misma deviene la gran seductora,la mediadora entre el demonio y el hombre, lacarne que tienta al espíritu. La necesidad deevitar tentaciones permite al hombre someter alas mujeres a condiciones de servidumbre. Lareligión realiza así la total sublimación del sexo:sólo la perpetuación de la especie, dentro de lasantidad del matrimonio, purifica lapecaminosidad del acto sexual. La mujer, bajo laautoridad del marido, sirve únicamente comovehículo para la multiplicación de los sereshumanos, como receptáculo, citando aAristóteles. Su participación en el acto sexual espasiva y sin placer en cuanto se hace énfasisexclusivamente en el deber. Ella no tieneautoridad sobre su propio cuerpo; Dios, a travésdel hombre, es su único dueño. Además, laBiblia declarando el dolor de parto como castigodivino corrobora la idea de la pecaminosidad dela sexualidad femenina. El único valor de lamujer dentro de una sociedad patriarcal es sufunción de madre. En las palabras de San Pabloencontramos la justificación ideal de la autoridadmasculina:

Esposas sométanse a sus esposos, como se someten al Señor.Porque el esposo es el Jefe de su esposa, como Cristo es elJefe Je la Iglesia; y él es el salvador del cuerpo. Por lo tanto,como la Iglesia se somete. a Cristo, sométanse las esposas asus esposos en todo momento'.

El último mito que analizaremos es el de laEncarnación de Dios y la representación de laVirgen-Madre. Es difícil examinar el mito deMaría porque es muy variado y contradictorio. Esal mismo tiempo la idealización de las dosvocaciones opuestas que se le ofrecen a la mujeren una sociedad patriarcal cristiana: maternidad ovirginidad consagrada.

La figura de María ofrece unalegitimación de la subordinación de la mujermuy diferente de las expuestas anteriormente.Mientras los otros mitos demostraban laincapacidad y debilidad de la mujer y susubsecuente necesidad de someterse a la tutelamasculina, el mito de la Virgen-Madre permite,

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a través de una idealización del sexo femenino,la exclusión de las mujeres de tareas terrenales,consideradas indignas de ellas. La recuperaciónde la mujer como madre queda ennoblecida enla figura de la Madre de Dios. La mujer escreada por Dios con una naturaleza particularorientada hacia la maternidad.

Por un lado, el hecho de que la Encar-nación de Dios requiera de una mujer corroborasu masculinidad: el Padre necesita a la Madrepara procrear un Hijo; por el otro, este acto por elcual el espíritu se objetiva en la Materia sublimala carnalidad y materialidad de la mujer,exaltando la maternidad en una vocación; es unavía muy sutil para demostrar la necesidad deexcluir a las mujeres de lasactividades sociales yreligiosas: la madre tiene que aceptar conhumildad y resignación la tarea noble y divina deser madre, dejando a los hombres los asuntos delmundo y de la Iglesia. La Virgen Maríapersonifica la totalidad de las virtudes que unasociedad patriarcal espera de las mujeres:modestia, humildad, generosidad, espíritu desacrificio y, sobre todo, la resignada aceptaciónde la voluntad del Señor: "Fiat voluntas tua".María es glorificada solamente y precisamenteporque acepta el rol subordinado que le esasignado: "Soy la sierva del Señor". Esta es lavictoria suprema del hombre, consumada en elculto a la Virgen: como María acepta la voluntadde Dios, así la mujer debe aceptar la voluntad delhombre.

Junto a la maternidad, el mito de Maríasantifica otra característica sublime de lasmujeres que sirve al sistema patriarcal parasalvaguardar la patrilinearidad: la virginidad.Sólo si las mujeres renuncian a su "animalidad",al aspecto pecaminoso que han heredado de Eva,podrán ser parte del triunfo de los elegidos. Maríarepresenta lo opuesto de Eva, ella aplasta laserpiente, es la mediadora de la salvación comoEva lo fue del pecado. Pero la virginidad deMaría tiene sobre todo un valor negativo: elcuerpo, a través del cual la mujer se redime de laherencia pecaminosa, no es un cuerpo carnal, noha sido ni tocado ni poseido. Si la mujer renunciaa ser la sierva del hombre y el medio divino parala perpetuación de la especie, debe entoncesrenunciar a todo atributo femenino,transformándose en un ser sexualmente neutroque no presenta peligro alguno para lapatrilinearidad.

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ORIETIA CAPON!44

La recuperación de la mujer en el Cris-tianismo es una idealización y como todaidealización esconde un propósito dediscriminación y denigración. El Cristianismosiempre ha considerado el cuerpo femenino comopecaminoso; sólo si la mujer renuncia a su cuerpoes reconocida como creatura del Señor y no comoinstrumento del mal. Como virgen, como esposa,como madre la mujer pierde sus característicascorporales y humanas, es exaltada no comopersona con las mismas necesidades y dignidaddel hombre, sino como un símbolo. Como virgenes el símbolo neutral de la pureza; como esposa elde la subordinación; como madre el de laabnegación y el sacrificio. En el Cristianismosólo como sierva de Dios o del hombre, puede lamujer aspirar a la santificación.

El mito es la historia de sus autores, no desus personajes".

Notas

l. Crónica de San Francisco, oct. 1971 en MerlinStone, When God Was a Woman, Prefacio.

2. P. Aubert, La Fernme, p. 813. Mary Daly, "After the Death of God the Father" en

Womanspirit Rising, pág. 564. 1 Corintios: 11: 7-95. Efesios: 5: 22-246. Edward Bumett Tylor, The Origins of Culture, pág.

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Bibliografía

Aubert P., Jean Marie, La Femme, Paris, Edit. duCerf/Descleé, 1975

Christ, Carol P. and Plaskow Judith (editores),Womanspirit Rising, Harper and RowPublishers, San Francisco, 1979.

Stone, Merlin, When God Was a Woman.Harvest/HBJ Book, N.Y., 1976.

Orietta CaponiCiencias Sociales

Universidad Simón BolívarApdo. postal 89.000

Caracas- Venezuela