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Las Fuerzas Atractivas Entre Moleculas
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FUERZAS INTERMOLECULARES
Las fuerzas atractivas entre moléculas, las llamadas fuerzas intermoleculares, son las
responsables del comportamiento no ideal de los gases. Ellas juegan un papel importante
también en los distintos estados de agregación de la materia (líquido, sólido o gas).
Generalmente, las fuerzas intermoleculares son mucho más débiles que las
intramoleculares. Así, por ejemplo, se requiere menos energía para evaporar un líquido que
para romper los enlaces de las moléculas de dicho líquido. Para entender las propiedades de
los distintos estados de la materia, necesitamos comprender y conocer los distintos tipos de
fuerzas intermoleculares.
Los átomos de un molécula se mantienen unidos por enlaces químicos cuya fuerza va de
150 a 1000 kJ/mol. Otras fuerzas de atracción más débiles, llamadas fuerzas
intermoleculares o atracciones intermoleculares, atraen una molécula a otra. Por ejemplo,
se requieren 1652 kJ para romper 4 moles de enlaces covalentes C¾H y separar el átomo de
C y los cuatro átomos de H de todas las moléculas de 1 mol de metano:
Pero sólo se requieren 8.9 kJ para separar unas de otras 1 mol de moléculas de metano que
están muy juntas en el metano líquido, a fin de evaporar el líquido y convertirlo en gaseoso.
Las atracciones moleculares son más débiles que los enlaces covalentes porque no son el
resultado de compartir pares de electrones entre átomos; es decir, son interacciones no
covalentes: fuerzas de atracción que no son enlaces iónicos y que son diferentes de los
enlaces covalentes. Las interacciones no covalentes entre moléculas (fuerzas
intermoleculares) explican el punto de fusión, el punto de ebullición y otras propiedades de
las sustancias que no son iónicas. Las interacciones no covalentes entre diferentes partes de
una molécula grande (fuerzas intramoleculares) mantienen las moléculas de importancia
biológica con la forma exacta que requieren para desempeñar sus funciones. Por ejemplo,
un gran número de interacciones no covalentes entre las cadenas de ADN establecen la
estructura de doble hélice de esta molécula de gran tamaño. Sin embargo, las interacciones
no covalentes individuales dentro del ADN son bastante débiles como para que sean
vencidas en condiciones fisiológicas, lo cual hace posible la separación de las dos cadenas
del ADN para copiarlos.
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En las siguientes secciones exploraremos estos tipos de interacciones no covalentes,
conocidas en conjunto como fuerzas de van der Waals (fuerzas de London, atracciones
dipolo-dipolo) y puentes de hidrógeno. Estas fuerzas son las que contribuyen al término
n2a/V
2 en la ecuación de van der Waals para los gases no ideales.
Fuerzas de London o de dispersión.
Las fuerzas de London se presentan en todas las sustancias moleculares. Son el resultado de
la atracción entre los extremos positivo y negativo de dipolos inducidos en moléculas
adyacentes. Cuando los electrones de una molécula adquieren momentáneamente una
distribución no uniforme, provocan que en una molécula vecina se forme
momentáneamente un dipolo inducido. En la figura 4 se ilustra como una molécula con una
falta de uniformidad momentánea en la distribución de su carga eléctrica puede inducir un
dipolo en una molécula vecina por un proceso llamado polarización. Incluso los átomos de
los gases nobles, las moléculas de gases diatómicos como el oxígeno, el nitrógeno y el
cloro (que deben ser no polares) y las moléculas de hidrocarburos no polares como el CH4,
C2H6 tienen tales dipolos instantáneos.
La intensidad de las fuerzas de London depende de la facilidad con que se polarizan los
electrones de una molécula, y eso depende del número de electrones en la molécula y de la
fuerza con que los sujeta la atracción nuclear. En general, cuantos más electrones haya en
una molécula más fácilmente podrá polarizarse. Así, las moléculas más grandes con
muchos electrones son relativamente polarizables. En contraste, las moléculas más
pequeñas son menos polarizables porque tienen menos electrones. Las fuerzas de London
varían entre aproximadamente 0.05 y 40 kJ/mol.
Figura 4. Origen de las fuerzas de London.
Cuando examinamos los puntos de ebullición de varios grupos de moléculas no polares
pronto se hace evidente el efecto del número de electrones (Tabla 2). Este efecto también se
correlaciona con la masa molar: cuanto más pesado es un átomo o molécula más electrones
tiene: Resulta interesante que la forma molecular también puede desempeñar un papel en la
formación de las fuerzas de London. Dos de los isómeros del pentano –el pentano de
cadena lineal y el 2,2-dimetilpropano (ambos con la fórmula molecular C5H12)- difieren en
su punto de ebullición en 27 ºC. La forma lineal de la molécula de n-pentano, por su
linealidad, permite un contacto estrecho con las moléculas adyacentes, mientras que la
molécula de 2,2-dimetilpropano, más esférica no permite ese contacto.
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Tabla 2. Efecto del número de electrones sobre el punto de ebullición de sustancias no
polares
Gases nobles Halógenos Hidrocarburos
NºElec P.A P.E.ºC NºElec P.M P.E.ºC NºElec P.M P.E.ºC
He 2 4 -269 F2 18 38 -188 CH4 10 16 -161
Ne 10 20 -246 Cl2 34 71 -34 C2H6 18 30 -88
Ar 18 40 -186 Br2 70 160 59 C3H8 26 44 -42
Kr 36 84 -152 I2 106 254 184 C4H10 34 58 0
Atracciones dipolo-dipolo
Una atracción dipolo-dipolo es una interacción no covalente entre dos moléculas polares o
dos grupos polares de la misma molécula si ésta es grande. En la sección anterior
explicamos cómo se forman moléculas que contienen dipolos permanentes cuando se
enlazan simétricamente con átomos con electronegatividad diferente. Las moléculas que
son dipolos se atraen entre sí cuando la región positiva de una está cerca de la región
negativa de la otra (figura 5).
Figura 5. Atracciones dipolo-dipolo (líneas punteadas) entre moléculas de BrCl.
En un líquido las moléculas están muy cercanas entre sí y se atraen por sus fuerzas
intermoleculares. Las moléculas deben tener suficiente energía para vencer esas fuerzas de
atracción, y hacer que el líquido pueda entrar en ebullición. Si se requiere más energía para
vencer las atracciones de las moléculas del líquido A que aquéllas entre las moléculas del
líquido B, el punto de ebullición de A es más alto que el de B. Recíprocamente, menores
atracciones intermoleculares dan pie a puntos de ebullición más bajos.
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Puentes de hidrógeno
Es un tipo especial de interacción dipolo-dipolo entre el átomo de hidrógeno que está
formando un enlace polar, tal como N—H, O—H, ó F—H, y un átomo electronegativo
como O, N ó F. Esta interacción se representa de la forma siguiente:
A—H•••B A—H•••A
A y B representan O, N ó F; A—H es una molécula o parte de una molécula y B es parte de
otra. La línea de puntos representa el enlace de hidrógeno.
La energía media de un enlace de hidrógeno es bastante grande para ser una interacción
dipolo-dipolo (mayor de 40 KJ/mol). Esto hace que el enlace de hidrógeno sea una de gran
importancia a la hora de la adopción de determinadas estructuras y en las propiedades de
muchos compuestos.
Las primeras evidencias de la existencia de este tipo de interacción vinieron del estudio de
los puntos de ebullición. Normalmente, los puntos de ebullición de compuestos que
contienen a elementos del mismo grupo aumentan con el peso molecular. Pero, como se
puede observar en la Figura 6, los compuestos de los elementos de los Grupos 15, 16 y 17
no siguen esta norma. Para cada uno de los grupos, los compuestos de menos peso
molecular (NH3, H2O, HF) tienen el punto de ebullición más alto, en contra de lo que se
podría esperar en principio. Ello es debido a que existe algún tipo de interacción entre las
moléculas en estado líquido que se opone al paso al estado de vapor. Esa interacción es el
enlace de hidrógeno, y afecta a los primeros miembros de la serie pues son los más
electronegativos, y por ello el enlace X-H es el más polarizado, lo que induce la mayor
interacción por puente de hidrógeno.
Los puentes de hidrógeno son especialmente fuertes entre las moléculas de agua y son la
causa de muchas de las singulares propiedades de esta sustancia. Los compuestos de
hidrógeno de elementos vecino al oxígeno y de los miembros de su familia en la tabla
periódica, son gases a la temperatura ambiente: CH4, NH3, H2S, H2Te, PH3, HCl. En
cambio, el H2O es líquida a la temperatura ambiente, lo que indica un alto grado de
atracción intermolecular. En la figura 6 se puede ver que el punto de ebullición del agua es
200 ºC más alto de lo que cabría predecir si no hubiera puentes de hidrógeno. Los puentes
de hidrógeno juegan también un papel crucial en la estructura del ADN, la molécula que
almacena la herencia genética de todos los seres vivos.
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Figura 6. Variación de los puntos de ebullición de los hidruros moleculares.
Figura 6. Variación de los puntos de ebullición de los hidruros moleculares.
El tipo de interacciones intermoleculares de un conjunto de moléculas determina como se
agrupan entre si. Los átomos de diferentes moléculas que presentan enlaces covalentes,
dependiendo de la polaridad de los mismos, atraerán con mayor o menor intensidad a otros
átomos. Así cuanto más polares sean el enlace de las diferentes moléculas más probable es
que estas adquirieran una configuración líquida, como es el caso del agua. Cuando los
enlaces de las moléculas están poco polarizados, las fuerzas que mantienen unidas estas
moléculas son de menor intensidad. Así un aumento ligero de la temperatura (que se
traduce en aumento de energía cinética de las moléculas) provoca que las uniones entre las
distintas moléculas se rompan. Este es el motivo por el que sustancias con este tipo de
moléculas presentan una configuración gaseosa a temperatura ambiente.
Por este motivo, los puntos de fusión y ebullición son muy altos en los compuestos iónicos,
mientras que en los compuestos covalentes son más bajos. No obstante, dependen de la
polaridad de los átomos, cuanto mayor polaridad mayores puntos de fusión y ebullición.
Estos puntos también dependen del tamaño de las moléculas, cuanto mayor es el tamaño de
una molécula (más átomos la forman), más puntos de unión pueden darse y mayores son
los puntos de ebullición y fusión.
En el caso de las moléculas biológicas este tipo de fuerzas no covalentes tienen una gran
importancia en el desarrollo del fenómeno vital, ya que permiten la interacción de las
diferentes biomoléculas entre sí.
Compuesto Enlace Punto fusión Punto ebullción
N2 Apolar (no polar) -210 -196
O2 Apolar (no polar) -219 -183
NH3 Polar -78 -33
H2O Polar 0 100
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NaCl Iónico 804 ?
Compuesto Enlace Punto fusión Punto ebullición
CH4 Apolar -182,5 -161.5
CH3-CH3 Apolar -182,8 -88,6
CH3-CH2-CH3 Apolar -187,7 -42,1
CH3-CH2-CH2-CH3 Apolar -138,4 0,5
Isobutano Apolar -159,6 -11,7
Pentano Apolar -129,7 36,1
Isopentano Apolar -159,9 27,9
n-Hexano Apolar -95,3 68,7
n-Heptano Apolar -90,6 98,4
n-Octano Apolar -56,8 125,7
n-Nonano Apolar -53,5 150,8
n-Decano Apolar -29,7 174,0
En el agua el átomo de hidrógeno está unido con el de un elemento bastante más
electronegativo como es el oxígeno. Dada la pequeñez del átomo de hidrógeno (es el átomo
más pequeño) y la ausencia de electrones que protejan su núcleo (el átomo de hidrógeno
tiene sólo un electrón), la molécula será muy polar, lo cual implica la posibilidad de que se
unan unas con otras mediante fuerzas de tipo eléctrico entre polos de distinto signo tal y
como se indica esquemáticamente a continuación:
esquemáticamente a continuación:
El enlace anterior entre el oxígeno y el hidrógeno de moléculas de agua distintas
(representado aquí por una línea punteada) recibe el nombre de enlace de hidrógeno. Un
enlace de hidrógeno es una unión de tipo intermolecular generada por un átomo de
hidrógeno que se halla entre dos átomos fuertemente electronegativos. De hecho sólo los
átomos de F, O y N tienen la electronegatividad y condiciones necesarias para intervenir en
un enlace de hidrógeno. La clave de la formación del enlace de hidrógeno es el carácter
fuertemente polar del enlace covalente entre el hidrógeno H y otro átomo (por ejemplo O).
La carga parcial positiva originada en el átomo de hidrógeno atrae a los electrones del
átomo de oxígeno de una molécula vecina. Dicha atracción se ve favorecida cuando ese
otro átomo es tan electronegativo que tiene una elevada carga parcial negativa.