132
Recursos de dominio público La vuelta de Martín Fierro José Hernández

La vuelta de Martín Fierro · LA VUELTA DE MARTIN FIERRO I Atención pido al silencio y silencio a la atención, que voy en esta ocasión, si me ayuda la memoria, a mostrarles que

  • Upload
    others

  • View
    8

  • Download
    0

Embed Size (px)

Citation preview

Page 1: La vuelta de Martín Fierro · LA VUELTA DE MARTIN FIERRO I Atención pido al silencio y silencio a la atención, que voy en esta ocasión, si me ayuda la memoria, a mostrarles que

Recursos de dominio público

La vuelta de Martín Fierro

José Hernández

Page 2: La vuelta de Martín Fierro · LA VUELTA DE MARTIN FIERRO I Atención pido al silencio y silencio a la atención, que voy en esta ocasión, si me ayuda la memoria, a mostrarles que

José HernándezLa Vuelta de Martín Fierro

José Hernández (1834 - 1886)Imágenes de dominio público. Fuente:http://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/8/8c/Jos%C3%A9_Hern%C3%A1ndez_Argentino.jpghttp://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/3/30/El_Gaucho_Mart%C3%ADn_Fierro_2.jpg

Page 3: La vuelta de Martín Fierro · LA VUELTA DE MARTIN FIERRO I Atención pido al silencio y silencio a la atención, que voy en esta ocasión, si me ayuda la memoria, a mostrarles que

http://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/4/44/El_Gaucho_Mart%C3%ADn_Fierro_3.jpg

http://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/4/47/El_Gaucho_Mart%C3%ADn_Fierro_1.jpg

Página 2

Page 4: La vuelta de Martín Fierro · LA VUELTA DE MARTIN FIERRO I Atención pido al silencio y silencio a la atención, que voy en esta ocasión, si me ayuda la memoria, a mostrarles que

LA VUELTA DE MARTIN FIERRO

I

Atención pido al silencioy silencio a la atención,que voy en esta ocasión,si me ayuda la memoria,a mostrarles que a mi historiale faltaba lo mejor.

Viene uno como dormidocuando vuelve del desierto;veré si a esplicarme aciertoentre gente tan bizarra,y si al sentir la guitarrade mi sueño me dispierto.

Siento que mi pecho tiemblaque se turba mi razón,y de la vigüela al sonimploro a la alma de un sabio,que venga a mover mi labioy alentar mi corazón.

Si no llego a treinta y una,de fijo en treinta me planto,y esta confianza adelantoporque recebí en mí mismo,con el agua del bautismola facultá para el canto.

Tanto el pobre como el ricola razón me la han de dar;y si llegan a escucharlo que esplicaré a mi modo,digo que no han de reír todos,algunos han de llorar.

Mucho tiene que contarel que tuvo que sufrir,y empezaré por pedirno duden de cuanto digo,pues debe crerse al testigo

Página 3

Page 5: La vuelta de Martín Fierro · LA VUELTA DE MARTIN FIERRO I Atención pido al silencio y silencio a la atención, que voy en esta ocasión, si me ayuda la memoria, a mostrarles que

si no pagan por mentir.

Gracias le doy a la Virgen,gracias le doy al Señorporque entre tanto rigory habiendo perdido tanto,no perdí mi amor al cantoni mi voz como cantor.

Que cante todo vivienteotorgó el Eterno Padre;cante todo el que le cuadrecomo lo hacemos los dos,pues sólo no tiene vozel ser que no tiene sangre.

Canta el pueblero... y es pueta;canta el gaucho... y ¡ay Jesús!Io miran como avestruz,su inorancia los asombra;mas siempre sirven las sombraspara distinguir la luz.

El campo es del inorante;el pueblo del hombre estruido;yo que en el campo he nacido,digo que mis cantos sonpara los unos....sonidos,y para otros... intención.

Yo he conocido cantoresque era un gusto el escuchar,mas no quieren opinary se divierten cantando;pero yo canto opinando,que es mi modo de cantar.

El que va por esta sendacuanto sabe desembucha,y aunque mi cencia no es mucha,esto en mi favor previene;yo sé el corazón que tieneel que con gusto me escucha.

Lo que pinta este pincel

Página 4

Page 6: La vuelta de Martín Fierro · LA VUELTA DE MARTIN FIERRO I Atención pido al silencio y silencio a la atención, que voy en esta ocasión, si me ayuda la memoria, a mostrarles que

ni el tiempo lo ha de borrar;ninguno se ha de animara corregirme la plana;no pinta quien tiene ganasino quien sabe pintar.

Y no piensen los oyentesque del saber hago alarde;he conocido, aunque tarde,sin haberme arrepentido,que es pecado cometidoel decir ciertas verdades.

Pero voy en mi caminoy nada me ladiará,he de decir la verdá,de naides soy adulón;aquí no hay imitación,ésta es pura realidá.

Y el que me quiera enmendarmucho tiene que saber;tiene mucho que aprenderel que me sepa escuchar;tiene mucho que rumiarel que me quiera entender.

Más que yo y cuantos me oigan,más que las cosas que tratan,más que lo que ellos relatan,mis cantos han de durar:mucho ha habido que mascarpara echar esta bravata.

Brotan quejas de mi pecho,brota un lamento sentido;y es tanto lo que he sufridoy males de tal tamaño,que reto a todos los añosa que traigan el olvido.

Ya verán si me dispiertocómo se compone el baile;y no se sorprenda naidessi mayor fuego me anima;

Página 5

Page 7: La vuelta de Martín Fierro · LA VUELTA DE MARTIN FIERRO I Atención pido al silencio y silencio a la atención, que voy en esta ocasión, si me ayuda la memoria, a mostrarles que

porque quiero alzar la primacomo pa tocar al aire.

Y con la cuerda tirante,dende que ese tono elija,yo no he de aflojar manijamientras que la voz no pierda,si no se corta la cuerdao no cede la clavija.

Aunque rompí el estrumentopor no volverme a tentar,tengo tanto que contary cosas de tal calibre,que Dios quiera que se libreel que me enseñó a templar.

De naides sigo el ejemplo,naide a dirigirme viene,yo digo cuanto convieney el que en tal güeya se planta,debe cantar, cuando canta,con toda la voz que tiene.

He visto rodar la bolay no se quiere parar;al fin de tanto rodarme he decidido a venira ver si puedo viviry me dejan trabajar.

Sé dirigir la manseray también echar un pial;sé correr en un rodeo,trabajar en un corral;me sé sentar en un pértigolo mesmo que en un bagual.Y empriéstenmé su atenciónsi ansí me quieren honrar,de no, tendré que callar,pues el pájaro cantorjamás se para a cantaren árbol que no da flor.

Hay trapitos que golpiar,y de aquí no me levanto.

Página 6

Page 8: La vuelta de Martín Fierro · LA VUELTA DE MARTIN FIERRO I Atención pido al silencio y silencio a la atención, que voy en esta ocasión, si me ayuda la memoria, a mostrarles que

Escúchenme cuando cantosi quieren que desembuche:tengo que decirles tantoque les mando que me escuchen.

Déjenmé tomar un trago,éstas son otras cuarenta:mi garganta está sedienta,y de esto no me abochorno,pues el viejo, como el horno,por la boca se calienta.

II

Triste suena mi guitarray el asunto lo requiere;ninguno alegrías esperesinó sentidos lamentos,de aquél que en duros tormentosnace, crece, vive y muere.

Es triste dejar sus pagosy largarse a tierra agenallevándosé la alma llenade tormentos y dolores,mas nos llevan los rigorescomo el pampero a la arena.

¡Irse a cruzar el desiertolo mesmo que un forajido,dejando aquí en el olvido,como dejamos nosotras,su mujer en brazos de otroy sus hijitos perdidos!

¡Cuántas veces al cruzaren esa inmensa llanura,al verse en tal desventuray tan lejos de los suyos,se tira uno entre los yuyosa llorar con amargura!

En la orilla de un arroyosolitario lo pasaba;en mil cosas cavilabay, a una güelta repentina,

Página 7

Page 9: La vuelta de Martín Fierro · LA VUELTA DE MARTIN FIERRO I Atención pido al silencio y silencio a la atención, que voy en esta ocasión, si me ayuda la memoria, a mostrarles que

se me hacía ver a mi chinao escuchar que me llamaba.

Y las aguas serenitasbebe el pingo, trago a trago,mientras sin ningún halagopasa uno hasta sin comerpor pensar en su mujer,en sus hijos y en su pago.

Recordarán que con Cruzpara el desierto tiramos;en la pampa nos entramos,cayendo por fin del viajea unos toldos de salvajes,los primeros que encontramos.

La desgracia nos seguía,llegamos en mal momento:estaban en parlamentotratando de una invasión,y el indio en tal ocasiónrecela hasta de su aliento.

Se armó un tremendo alborotocuando nos vieron llegar;no podíamos aplacartan peligroso hervidero;nos tomaron por bomberosy nos quisieron lanciar.

Nos quitaron los caballosa los muy pocos minutos;estaban irresolutos,quién sabe qué pretendían;por los ojos nos metíanlas lanzas aquellos brutos.

Y déle en su lengüeteohacer gestos y cabriolas;uno desató las bolasy se nos vino en seguida:ya no créiamos con vidasalvar ni por carambola.

Página 8

Page 10: La vuelta de Martín Fierro · LA VUELTA DE MARTIN FIERRO I Atención pido al silencio y silencio a la atención, que voy en esta ocasión, si me ayuda la memoria, a mostrarles que

Allá no hay misericordiani esperanza que tener;el indio es de parecerque siempre matarse debe,pues la sangre que no bebeIe gusta verla correr.

Cruz se dispuso a morirpeliando y me convidó;aguantemos, dije yo,el fuego hasta que nos queme:menos los peligros temequien más veces los venció.

Se debe ser más prudentecuanto el peligro es mayor;siempre se salva mejorandando con alvertencia,porque no está la prudenciareñida con el valor.

Vino al fin el lenguarazcomo a tráirnos el perdón;nos dijo: "La salvación"se la deben a un cacique,"me manda que les esplique"que se trata de un malón.

"Les ha dicho a los demás"que ustedes queden cautivos"por si cain algunos vivos"en poder de los cristianos,"rescatar a sus hermanos"con estos dos fugitivos."

Volvieron al parlamentoa tratar de sus alianzas,o tal vez de las matanzas;y conforme les detallo,hicieron cerco a caballorecostándosé en las lanzas.

Dentra al centro un indio viejoy allí a lengüetiar se larga;quién sabe qué les encarga;

Página 9

Page 11: La vuelta de Martín Fierro · LA VUELTA DE MARTIN FIERRO I Atención pido al silencio y silencio a la atención, que voy en esta ocasión, si me ayuda la memoria, a mostrarles que

pero toda la riuniónlo escuchó con atenciónlo menos tres horas largas.

Pegó al fin tres alaridos,y ya principia otra danza;para mostrar su pujanzay dar pruebas de jinetedio riendas rayando el fletey revoliando la lanza.

Recorre luego la fila,frente a cada indio se para,lo amenaza cara a cara,y en su juria aquel malditoacompaña con su gritoel cimbrar de la tacuara.

Se vuelve aquéllo un incendiomás feo que la mesma guerra;entre una nube de tierrase hizo allí una mescolanzade potros, indios y lanzas,con alaridos que aterran.

Parece un baile de fieras,sigún yo me lo imagino:era inmenso el remolino,las voces aterradoras,hasta que al fin de dos horasse aplacó aquel torbellino.

De noche formaban cercoy en el centro nos ponían;para mostrar que queríanquitarnos toda esperanza,ocho o diez filas de lanzasal rededor nos hacían.

Allí estaban vigilantescuidándonós a porfía;cuando roncar parecían"Huincá", gritaba cualquiera,y toda la fila entera"Huincá", "Huincá", repetía.

Página 10

Page 12: La vuelta de Martín Fierro · LA VUELTA DE MARTIN FIERRO I Atención pido al silencio y silencio a la atención, que voy en esta ocasión, si me ayuda la memoria, a mostrarles que

Pero el indio es dormilóny tiene un sueño projundo;es roncador sin segundoy en tal confianza es su vida,que ronca a pata tendidaaunque se dé güelta el mundo.

Nos aviriguaban todocomo aquél que se previene,porque siempre les convienesaber las juerzas que andan,dónde están, quiénes las mandan,qué caballos y armas tienen.

A cada respuesta nuestrauno hace una esclamación,y luego, en continuación,aquellos indios feroces,cientos y cientos de vocesrepiten al mesmo son.

Y aquella voz de uno solo,que empieza por un gruñido,llega hasta ser alaridode toda la muchedumbre,y ansí alquieren la costumbrede pegar esos bramidos.

III

De ese modo nos hallamosempeñaos en la partida:no hay que darla por perdidapor dura que sea la suerte,ni que pensar en la muertesinó en soportar la vida.

Se endurece el corazón,no teme peligro alguno;por encontrarlo oportunoallí juramos los dosrespetar tan sólo a Dlos;de Dios abajo a ninguno.

Página 11

Page 13: La vuelta de Martín Fierro · LA VUELTA DE MARTIN FIERRO I Atención pido al silencio y silencio a la atención, que voy en esta ocasión, si me ayuda la memoria, a mostrarles que

El mal es árbol que crecey que cortado retoña;la gente esperta o bisoñasufre de infinitos modos:la tierra es madre de todos,pero también da ponzoña.

Mas todo varón prudentesufre tranquilo sus males;yo siempre los hallo igualesen cualquier senda que elijo:la desgracia tiene hijosaunque ella no tiene madre.

Y al que le toca la herencia,donde quiera halla su ruina:lo que la suerte destinaIo puede el hombre evitar:porque el cardo ha de pinchares que nace con espina.

Es el destino del pobreun continuo safarrancho,y pasa como el carancho,porque el mal nunca se saciasi el viento de la desgraciavuela las pajas del rancho.

Mas quien manda los pesaresmanda también el consuelo;la luz que baja del cieloalumbra al más encumbrao,y hasta el pelo más delgaohace su sombra en el suelo.

Pero por más que uno sufraun rigor que lo atormente,no debe bajar la frentenunca, por ningún motivo:el álamo es más altivoy gime constantemente.

El indio pasa la vidarobando o echao de panza;la única ley es la lanzaa que se ha de someter,

Página 12

Page 14: La vuelta de Martín Fierro · LA VUELTA DE MARTIN FIERRO I Atención pido al silencio y silencio a la atención, que voy en esta ocasión, si me ayuda la memoria, a mostrarles que

lo que le falta en saberlo suple con desconfianza.

Fuera cosa de engarzarloa un indio caritativo;es duro con el cautivo,le dan un trato horroroso,es astuto y receloso,es audaz y vengativo.

No hay que pedirle favorni que aguardar tolerancia;movidos por su inoranciay de puro desconfiaos,nos pusieron separaosbajo sutil vigilancia.

No pude tener con Cruzninguna conversación;no nos daban ocasión,nos trataban como agenos:como dos años lo menosduró esta separación.

Relatar nuestras penuriasfuera alargar el asunto;les diré sobre este puntoque a los dos años reciénnos hizo el cacique el biende dejarnos vivir juntos.

Nos retiramos con Cruza la orilla de un pajal;por no pasarlo tan malen el desierto infinito,hicimos como un benditocon dos cueros de bagual.

Fuimos a esconder allínuestra pobre sutuación,aliviando con la uniónaquel duro cautiverio;tristes como un cementerioal toque de la oración.

Página 13

Page 15: La vuelta de Martín Fierro · LA VUELTA DE MARTIN FIERRO I Atención pido al silencio y silencio a la atención, que voy en esta ocasión, si me ayuda la memoria, a mostrarles que

Debe el hombre ser valientesi a rodar se determina,primero, cuando camina;segundo, cuando descansa,pues en aquellas andanzasperece el que se acoquina.

Cuando es manso el terneritoen cualquier vaca se priende;el que es gaucho esto lo entiendey ha de entender si le digo,que andábamos con mi amigocomo pan que no se vende.

Guarecidos en el toldocharlábamos mano a mano;éramos dos veteranosmansos pa las sabandijas,arrumbaos como cubijascuando calienta el verano.

El alimento no abundapor más empeño que se haga;lo pasa uno como plaga,ejercitando la industriay siempre, como la nutria,viviendo a orillas del agua.

En semejante ejerciciose hace diestro el cazador,cai el piche engordador,cai el pájaro que trina;todo bicho que caminava a parar al asador.

Pues allí a los cuatro vientosla persecución se lleva;naide escapa de la leva,y dende que la alba asomaya recorre uno la loma,el bajo, el nido y la cueva.

El que vive de la cazaa cualquier bicho se atreveque pluma o cascara lleve,

Página 14

Page 16: La vuelta de Martín Fierro · LA VUELTA DE MARTIN FIERRO I Atención pido al silencio y silencio a la atención, que voy en esta ocasión, si me ayuda la memoria, a mostrarles que

pues cuando la hambre se sienteel hombre le clava el dientea todo lo que se mueve.

En las sagradas alturasestá el máestro principal,que enseña a cada animala procurarse el sustentoy le brinda el alimentoa todo ser racional.

Y aves, y bichos y pejes,le mantienen de mil modos;pero el hombre en su acomodo,es curioso de oservar:es el que sabe llorary es el que los come a todos.

IV

Antes de aclarar el díaempieza el indio a aturdirla pampa con su rugir,y en alguna madrugada,sin que sintiéramos nadase largaban a invadir.

Primero entierran las prendasen cuevas, como peludos;y aquellos indios cerdudos,siempre llenos de recelos,en los caballos en pelosse vienen medio desnudos.

Para pegar el malónel mejor flete procuran;y como es su arma segura,vienen con la lanza sola,y varios pares de bolasatados a la cintura.

De ese modo anda liviano,no fatiga el mancarrón;es su espuela en el malón,

Página 15

Page 17: La vuelta de Martín Fierro · LA VUELTA DE MARTIN FIERRO I Atención pido al silencio y silencio a la atención, que voy en esta ocasión, si me ayuda la memoria, a mostrarles que

después de bien afilao,un cuernito de venaoque se amarra en el garrón.

El indio que tiene un pingoque se llega a distinguir,lo cuida hasta pa dormir;de ese cuidao es esclavo:se lo alquila a otro indio bravocuando vienen a invadir.

Por vigilarlo no comey ni aun el sueño concilia;sólo en eso no hay desidia;de noche, les asiguro,para tenerlo segurole hace cerco la familia.

Por eso habrán visto ustedes,si en el caso se han hallao,y si no lo han oservaoténganló dende hoy presente,que todo pampa valienteanda siempre bien montao.

Marcha el indio a trote largo,paso que rinde y que dura;viene en direción siguray jamás a su capricho:no se les escapa bichoen la noche más escura.

Caminan entre tinieblascon un cerco bien formao;lo estrechan con gran cuidaoy agarran, al aclarar,ñanduces, gamas, venaos,cuanto ha podido dentrar.

Su señal es un humitoque se eleva muy arriba,y no hay quien no lo apercibacon esa vista que tienen;de todas partes se vienena engrosar la comitiva.

Página 16

Page 18: La vuelta de Martín Fierro · LA VUELTA DE MARTIN FIERRO I Atención pido al silencio y silencio a la atención, que voy en esta ocasión, si me ayuda la memoria, a mostrarles que

Ansina se van juntando,hasta hacer esas riunionesque cain en las invasionesen número tan crecido;para formarla han salidode los últimos rincones.

Es guerra cruel la del indioporque viene como fiera;atropella donde quieray de asolar no se cansa;de su pingo y de su lanzatoda salvación espera.

Debe atarse bien la fajaquien aguardarlo se atreva;siempre mala intención lleva,y como tiene alma grande,no hay plegaria que lo ablandeni dolor que lo conmueva.

Odia de muerte al cristiano,hace guerra sin cuartel;para matar es sin yel,es fiero de condición;no gólpea la compasiónen el pecho del infiel.

Tiene la vista del águila.del león la temeridá;en el desierto no habráanimal que él no lo entienda,ni fiera de que no apriendaun istinto de crueldá.

Es tenaz en su barbarie,no esperen verlo cambiar;el deseo de mejoraren su rudeza no cabe:el bárbaro sólo sabeemborracharse y peliar.

El indio nunca se ríe,y el pretenderlo es en vano,ni cuando festeja ufano

Página 17

Page 19: La vuelta de Martín Fierro · LA VUELTA DE MARTIN FIERRO I Atención pido al silencio y silencio a la atención, que voy en esta ocasión, si me ayuda la memoria, a mostrarles que

el triunfo en sus correrías;la risa en sus alegríasle pertenece al cristiano.

Se cruzan por el desiertocomo un animal feroz,dan cada alarido atrozque hace erizar los cabellos;parece que a todos elloslos ha maldecido Dios.

Todo el peso del trabajolo dejan a las mujeres:el indio es indio y no quiereapiar de su condición;ha nacido indio ladróny como indio ladrón muere.

El que envenenen sus armasles mandan sus hechiceras;y como ni a Dios veneran,nada a las pampas contiene;hasta los nombres que tienenson de animales y fieras.

Y son, ¡por Cristo bendito!lo más desasiaos del mundo;esos indios vagabundos,con repunancia me acuerdo,viven lo mesmo que el cerdoen esos toldos inmundos.

Naides puede imaginaruna miseria mayor;su pobreza causa horror;no sabe aquel indio brutoque la tierra no da frutosi no la riega el sudor.

V

Aquel desierto se agitacuando la invasión regresa;llevan miles de cabezasde vacuno y yeguarizo:

Página 18

Page 20: La vuelta de Martín Fierro · LA VUELTA DE MARTIN FIERRO I Atención pido al silencio y silencio a la atención, que voy en esta ocasión, si me ayuda la memoria, a mostrarles que

pa no aflijirse es precisotener bastante firmeza.

Aquéllo es un herviderode pampas, un celemín;cuando riunen el botínjuntando toda la hacienda,es cantidá tan tremendaque no alcanza a verse el fin.

Vuelven las chinas cargadascon las prendas en montón;aflije esa destrución;acomodaos en carguerosllevan negocios enterosque han saquiado en la invasión.

Su pretensión es robar.no quedar en el pantano;viene a tierra de cristianoscomo furia del infierno;no se llevan al gobiernoporque no lo hallan a mano.

Vuelven locos de contentoscuando han venido a la fija;antes que ninguno elijaempiezan con todo empeño,como dijo un santiagueño,a hacerse la repartija.

Se reparten el botíncon igualdá, sin malicia;no muestra el indio codicia,ninguna falta comete;sólo en esto se sometea una regla de justicia.

Y cada cual con lo suyoa sus toldos enderiesa;luego la matanza empiezatan sin razón ni motivo,que no queda animal vivode esos miles de cabezas.

Página 19

Page 21: La vuelta de Martín Fierro · LA VUELTA DE MARTIN FIERRO I Atención pido al silencio y silencio a la atención, que voy en esta ocasión, si me ayuda la memoria, a mostrarles que

Y satisfecho el salvajede que su oficio ha cumplido,lo pasa por áhi tendidovolviendo a su haraganiar,y entra la china a cueriarcon un afán desmedido.

A veces a tierra adentroalgunas puntas se llevan;pero hay pocos que se atrevana hacer esas incursiones,porque otros indios ladronesles suelen pelar la breva.

Pero pienso que los pampasdeben de ser los más rudos;aunque andan medio desnudosni su convenencia entienden;por una vaca que vendenquinientas matan al ñudo.

Estas cosas y otras pioreslas he visto muchos años;pero, si yo no me engaño,concluyó ese bandalaje,y esos bárbaros salvajes,no podrán hacer más daño.

Las tribus están desechas:los caciques más altivosestán muertos o cautivos,privaos de toda esperanza,y de la chusma y de lanzaya muy pocos quedan vivos.

Son salvajes por completohasta pa su diversión,pues hacen una junciónque naides se la imagina;recién le toca a la chinael hacer su papelón.

Cuanto el hombre es más salvajetrata pior a la mujer;yo no sé que pueda haber

Página 20

Page 22: La vuelta de Martín Fierro · LA VUELTA DE MARTIN FIERRO I Atención pido al silencio y silencio a la atención, que voy en esta ocasión, si me ayuda la memoria, a mostrarles que

sin ella dicha ni goce:¡feliz el que la conocey logra hacerse querer!

Todo el que entiende la vidabusca a su lao los placeres;justo es que las considereel hombre de corazón;sólo los cobardes sonvalientes con sus mujeres.

Pa servir a un desgraciaopronta la mujer está;cuando en su camino vano hay peligro que la asuste;ni hay una a quien no le gusteuna obra de caridá.

No se hallará una mujera la que esto no le cuadre;yo alabo al Eterno Padre,no porque las hizo bellas,sino porque a todas ellasles dio corazón de madre.

Es piadosa y diligentey sufrida en los trabajos:tal vez su valer rebajoaunque la estimo bastante;mas los indios inorantesla tratan al estropajo.

Echan la alma trabajandobajo el más duro rigor;el marido es su señor;como tirano la mandaporque el indio no se ablandani siquiera en el amor.

No tiene cariño a naidesni sabe lo que es amar;¡ni qué se puede esperarde aquellos pechos de bronce!yo los conocí al llegary los calé dende entonces.

Página 21

Page 23: La vuelta de Martín Fierro · LA VUELTA DE MARTIN FIERRO I Atención pido al silencio y silencio a la atención, que voy en esta ocasión, si me ayuda la memoria, a mostrarles que

Mientras tiene qué comerpermanece sosegao;yo, que en sus toldos he estaoy sus costumbres oservo,digo que es como aquel cuervoque no volvió del mandao.

Es para él como jugueteescupir un crucifijo;pienso que Dios los maldijoy ansina el ñudo desato;el indio, el cerdo y el gato,redaman sangre del hijo.

Mas ya con cuentos de pampasno ocuparé su atención;debo pedirles perdón,pues sin querer me distraje,por hablar de los salvajesme olvidé de la junción.

Hacen un cerco de lanzas,los indios quedan ajuera;dentra la china ligeracomo yeguada en la trilla,y empieza allí la cuadrillaa dar güeltas en la era.

A un lao están los caciques,capitanejos y el trompatocando con toda pompacomo un toque de fajina;adentro muere la china,sin que aquel círculo rompa.

Muchas veces se les oyena las pobres los quejidos,mas son lamentos perdidos;al rededor del cercao,en el suelo, están mamaoslos indios, dando alaridos.

Su canto es una palabray de áhi no salen jamás;llevan todas el compás,

Página 22

Page 24: La vuelta de Martín Fierro · LA VUELTA DE MARTIN FIERRO I Atención pido al silencio y silencio a la atención, que voy en esta ocasión, si me ayuda la memoria, a mostrarles que

ioká-ioká repitiendo;me parece estarlas viendomás fieras que Satanás.

Al trote dentro del cerco,sudando, hambrientas, juriosas,desgreñadas y rotosas,de sol a sol se lo llevan:bailan, aunque truene o llueva,cantando la mesma cosa.

VI

El tiempo sigue en su giroy nosotros solitarios;de los indios sanguinariosno teníamos qué esperar;el que nos salvó al llegarera el más hospitalario.

Mostró noble corazón,cristiano anhelaba ser;la justicia es un debery sus méritos no callo;nos regaló unos caballosy a veces nos vino a ver.

A la voluntá de Diosni con la intención resisto,él nos salvó... pero, ¡ah Cristo!muchas veces he deseadono nos hubiera salvadoni jamás haberlo visto.

Quien recibe beneficiosjamás los debe olvidar;y al que tiene que rodaren su vida trabajosale pasan a veces cosasque son duras de pelar.

Voy dentrando poco a pocoen lo triste del pasaje;cuando es amargo el brebajeel corazón no se alegra;

Página 23

Page 25: La vuelta de Martín Fierro · LA VUELTA DE MARTIN FIERRO I Atención pido al silencio y silencio a la atención, que voy en esta ocasión, si me ayuda la memoria, a mostrarles que

dentró una virgüela negraque los diezmó a los salvajes.

Al sentir tal mortandálos indios desesperaosgritaban alborotaos:"Cristiano echando gualicho"no quedó en los toldos bichoque no salió redotao.

Sus remedios son secretos;los tienen las adivinas;no los conocen las chinassino alguna ya muy vieja,y es la que los aconseja,con mil embustes, la indina.

Allí soporta el pacientelas terribles curacionespues a golpes y estrujonesson los remedios aquéllos;lo agarran de los cabellosy le arrancan los mechones.

Les hacen mil herejíasque el presenciarlas da horror;brama el indio de dolorpor los tormentos que pasa,y untándoló todo en grasalo ponen a hervir al sol.

Y puesto allí boca arriba,al rededor le hacen fuego;una china viene luegoy al óido le da de gritos;hay algunos tan malditosque sanan con este juego.

A otros les cuecen la bocaaunque de dolores cruja;lo agarran y allí lo estrujan,labios le queman y dientescon un güevo bien calientede alguna gallina bruja.

Página 24

Page 26: La vuelta de Martín Fierro · LA VUELTA DE MARTIN FIERRO I Atención pido al silencio y silencio a la atención, que voy en esta ocasión, si me ayuda la memoria, a mostrarles que

Conoce el indio el peligroy pierde toda esperanza;si a escapárseles alcanzadispara como una liebre;le da delirios la fiebrey ya le cain con la lanza.

Esas fiebres son terribles,y aunque de esto no disputoni de saber me reputo,será decíamos nosotros,de tanta carne de potrocomo comen estos brutos.

Había un gringuito cautivoque siempre hablaba del barcoy lo augaron en un charcopor causante de la peste;tenía los ojos celestescomo potrillito zarco.

Que le dieran esa muertedispuso una china vieja;y aunque se aflije y se queja,es inútil que resista:ponía el infeliz la vistacomo la pone la oveja.

Nosotros nos alejamospara no ver tanto estrago;Cruz sentía los amagosde la peste que reinaba,y la idea nos acosabade volver a nuestros pagos.

Pero contra el plan mejorel destino se revela:¡la sangre se me congela!el que nos había salvado,cayó también atacadode la fiebre y la virgüela.

No podíamos dudaral verlo en tal padecerel fin que había de tener

Página 25

Page 27: La vuelta de Martín Fierro · LA VUELTA DE MARTIN FIERRO I Atención pido al silencio y silencio a la atención, que voy en esta ocasión, si me ayuda la memoria, a mostrarles que

y Cruz, que era tan humano,"vamos me dijo, paisano,"a cumplir con un deber".

Fuimos a estar a su ladopara ayudarlo a curar;lo vinieron a buscary hacerle como a los otros;lo defendimos nosotros,no lo dejamos lanciar.

Iba creciendo la plagay la mortandá seguía;a su lado nos teníacuidándoló con pacencia,pero acabó su esistenciaal fin de unos pocos días.

El recuerdo me atormenta,se renueva mi pesar;me dan ganas de llorar,nada a mis penas igualo;Cruz también cayó muy maloya para no levantar.

Todos pueden flgurarsecuánto tuve que sufrir;yo no hacía sino gemiry aumentaba mi afliciónno saber una oraciónpa ayudarlo a bien morir.

Se le pasmó la virgüelay el pobre estaba en un grito;me recomendó un hijitoque en su pago había dejado."Ha quedado abandonado,"me dijo, aquel pobrecito.

"Si vuelve, búsquemeló,"me repetía a media voz,"en el mundo éramos dos,"pues él ya no tiene madre:"que sepa el fin de su padre"y encomiende mi alma a Dios."

Página 26

Page 28: La vuelta de Martín Fierro · LA VUELTA DE MARTIN FIERRO I Atención pido al silencio y silencio a la atención, que voy en esta ocasión, si me ayuda la memoria, a mostrarles que

Lo apretaba contra el pechodominao por el dolor,era su pena mayorel morir allá entre infieles;sufriendo dolores cruelesentregó su alma al Criador.

De rodillas a su ladoyo lo encomendé a Jesús;faltó a mis ojos la luz,tuve un terrible desmayo;cái como herido del rayocuando lo vi muerto a Cruz.

VII

Aquel bravo compañeroen mis brazos espiró;hombre que tanto sivió,varón que fue tan prudente,por humano y por valienteen el desierto murió.

Y yo, con mis propias manos,yo mesmo lo sepulté;a Dios por su alma rogué,de dolor el pecho lleno,y humedeció aquel terrenoel llanto que redamé.

Cumplí con mi obligación;no hay falta de que me acuse,ni deber de que me escuse,aunque de dolor sucumba:allá señala su tumbauna cruz que yo le puse.

Andaba de toldo en toldoy todo me fastidiaba;el pesar me dominaba,y entregao al sentimiento,se me hacía cada momentoóir a Cruz que me llamaba.

Cual más, cual menos, los criollos

Página 27

Page 29: La vuelta de Martín Fierro · LA VUELTA DE MARTIN FIERRO I Atención pido al silencio y silencio a la atención, que voy en esta ocasión, si me ayuda la memoria, a mostrarles que

saben lo que es amargura;en mi triste desventurano encontraba otro consueloque ir a tirarme en el sueloal lao de su sepoltura.

Allí pasaba las horassin saber naides conmigoteniendo a Dios por testigo,y mis pensamientos fijosen mi mujer y mis hijos.en mi pago y en mi amigo.

Privado de tantos bienesy perdido en tierra ajenaparece que se encadenael tiempo y que no pasaracomo si el sol se pararaa contemplar tanta pena.

Sin saber qué hacer de míy entregado a mi aflición,estando allí una ocasióndel lado que venía el vientooí unos tristes lamentosque llamaron mi atención.

No son raros los quejidosen los toldos del salvajepues aquél es vandalajedonde no se arregla nadasinó a lanza y puñalada,a bolazos y a coraje.

No preciso juramento,deben crerle a Martín Fierro:ha visto en ese destierroa un salvaje que se irrita,degollar una chinitay tirárselá a los perros.

He presenciado martirios,he visto muchas crueldades.crímenes y atrocidadesque el cristiano no imagina;

Página 28

Page 30: La vuelta de Martín Fierro · LA VUELTA DE MARTIN FIERRO I Atención pido al silencio y silencio a la atención, que voy en esta ocasión, si me ayuda la memoria, a mostrarles que

pues ni el indio ni la chinasabe lo que son piedades.

Quise curiosiar los llantosque llegaban hasta mí;al punto me dirigíal lugar de ande venían.¡Me horrorisa todavíael cuadro que descubrí!

Era una infeliz mujerque estaba de sangre llena,y como una Madalenalloraba con toda gana;conocí que era cristianay ésto me dio mayor pena.

Cauteloso me acerquéa un indio que estaba al lao,porque el pampa es desconfiaosiempre de todo cristiano,y vi que tenía en la manoel rebenque ensangrentao.

VIII

Mas tarde supe por ella,de manera positiva,que dentró una comitivade pampas a su partido,mataron a su maridoy la llevaron cautiva.

En tan dura servidumbrehacían dos años que estaba;un hijito que llevabaa su lado lo tenía;la china la aborrecíatratándolá como esclava.

Deseaba para escaparsehacer una tentativa,pues a la infeliz cautivanaides la va a redimir,y allí tiene que sufrir

Página 29

Page 31: La vuelta de Martín Fierro · LA VUELTA DE MARTIN FIERRO I Atención pido al silencio y silencio a la atención, que voy en esta ocasión, si me ayuda la memoria, a mostrarles que

el tormento mientras viva.

Aquella china perversa,dende el punto que llegó,crueldá y orgullo mostróporque el indio era valiente;usaba un collar de dientesde cristianos que él mató.

La mandaba trabajar,poniendo cerca a su hijito,tiritando y dando gritospor la mañana temprano,atado de pies y manoslo mesmo que un corderito.

Ansí le imponía tareade juntar leña y sembrarviendo a su hijito llorar;y hasta que no terminaba,la china no la dejabaque le diera de mamar.

Cuando no tenían trabajola emprestaban a otra china."Naides, decía, se imagina"ni es capaz de presumir"cuánto tiene que sufrirla infeliz que está cautiva."

Si ven crecido a su hijito,como de piedá no entienden,y a súplicas nunca atienden,cuando no es éste es el otro,se lo quitan y lo vendeno lo cambian por un potro.

En la crianza de los suyosson bárbaros por demás;no lo había visto jamás;en una tabla los atan,los crían ansí, y les achatanla cabeza por detrás.

Aunque esto parezca estraño,

Página 30

Page 32: La vuelta de Martín Fierro · LA VUELTA DE MARTIN FIERRO I Atención pido al silencio y silencio a la atención, que voy en esta ocasión, si me ayuda la memoria, a mostrarles que

ninguno lo ponga en duda:entre aquélla gente ruda,en su bárbara torpeza,es gala que la cabezase les forme puntiaguda.

Aquella china malvadaque tanto la aborrecía,empezó a decir un día,porque falleció una hermana,que sin duda la cristianale había echado brujería.

El indio la sacó al campoy la empezó a amenazar;que le había de confesarsi la brujería era cierta;o que la iba a castigarhasta que quedara muerta.

Llora la pobre afligida,pero el indio, en su rigor,le arrebató con furoral hijo de entre sus brazos,y del primer rebencazola hizo crugir de dolor.

Que aquel salvaje tan cruelazotándolá seguía;más y más se enfurecíacuanto más la castigaba,y la infeliz se atajaba,los golpes como podía.

Que le gritó muy furioso:"Confechando no querés"la dio vuelta de un revés,y por colmar su amargura,a su tierna criaturase la degolló a los pies.

"Es incréible, me decía,que tanta fiereza esista;no habrá madre que resista;aquel salvaje inclemente

Página 31

Page 33: La vuelta de Martín Fierro · LA VUELTA DE MARTIN FIERRO I Atención pido al silencio y silencio a la atención, que voy en esta ocasión, si me ayuda la memoria, a mostrarles que

cometió tranquilamenteaquel crimen a mi vista."

Esos horrores tremendosno los inventa el cristiano:"ese bárbaro inhumano,sollozando me lo dijo,me amarró luego las manoscon las tripitas de mi hijo".

IX

De ella fueron los lamentosque en mi soledá escuché;en cuanto al punto lleguéquedé enterado de todo;al mirarla de aquel modoni un istante tutubié.

Toda cubierta de sangreaquella infeliz cautiva,tenía dende abajo arribala marca de los lazazos;sus trapos hechos pedazosmostraban la carne viva.

Alzó los ojos al cieloen sus lágrimas bañada;tenía las manos atadas;su tormento estaba claro;y me clavó una miradacomo pidiéndomé amparo.

Yo no sé lo que pasóen mi pecho en ese istante;estaba el indio arrogantecon una cara feroz:para entendernos los dosla mirada fue bastante.

Pegó un brinco como gatoy me ganó la distancia;aprovechó esa gananciacomo fiera cazadora,desató las boliadorasy aguardó con vigilancia.

Página 32

Page 34: La vuelta de Martín Fierro · LA VUELTA DE MARTIN FIERRO I Atención pido al silencio y silencio a la atención, que voy en esta ocasión, si me ayuda la memoria, a mostrarles que

Aunque yo iba de curiosoy no por buscar contienda,al pingo le até la rienda,eché mano, dende luego,a éste que no yerra fuego,y ya se armó la tremenda.

El peligro en que me hallabaal momento conocí;nos mantuvimos ansí,me miraba y lo miraba;yo al indio le desconfiabay él me desconfiaba a mí-

Se debe ser precavidocuando el indio se agasape:en esa postura el tapevale por cuatro o por cinco:como el tigre es para el brincoy fácil que a uno lo atrape.

Peligro era atropellary era peligro el juir,y más peligro seguiresperando de este modo,pues otros podían veniry carniarme allí entre todos.

A juerza de precauciónmuchas veces he salvado,pues en un trance apuradoes mortal cualquier descuido;si Cruz hubiera vividono habría tenido cuidado.

Un hombre junto con otroen valor y en juerza crece;el temor desaparece,escapa de cualquier trampa:entre dos, no digo a un pampa,a la tribu si se ofrece.

En tamaña incertidumbre,en trance tan apurado,

Página 33

Page 35: La vuelta de Martín Fierro · LA VUELTA DE MARTIN FIERRO I Atención pido al silencio y silencio a la atención, que voy en esta ocasión, si me ayuda la memoria, a mostrarles que

no podía, por de contado,escaparme de otra suertesino dando al indio muerteo quedando allí estirado.

Y como el tiempo pasabay aquel asunto me urgía,viendo que él no se movía,me fui medio de soslayocomo a agarrarle el caballoa ver si se me venía.

Ansí fue, no aguardó más,y me atropelló el salvaje;es preciso que se atajequien con el indio pelée;el miedo de verse a pieaumentaba su coraje.

En la dentrada no másme largó un par de bolazos:uno me tocó en un brazo;si me da bien me lo quiebra,pues las bolas son de piedray vienen como balazo.

A la primer puñaladael pampa se hizo un ovillo:era el salvaje más pilloque he visto en mis correrías,y, a más de las picardías,arisco para el cuchillo.

Las bolas las manejabaaquel bruto con destreza,las recogía con prestezay me las volvía a largarhaciéndomelás silbararriba de la cabeza.

Aquel indio, como todos,era cauteloso ... ¡aijuna!áhi me valió la fortunade que peliando se apotra:me amenazaba con una

Página 34

Page 36: La vuelta de Martín Fierro · LA VUELTA DE MARTIN FIERRO I Atención pido al silencio y silencio a la atención, que voy en esta ocasión, si me ayuda la memoria, a mostrarles que

y me largaba con otra.

Me sucedió una desgraciaen aquel percance amargo;en momento que lo cargoy que él reculando va,me enredé en el chiripáy cái tirao largo a largo.

Ni pa encomendarme a Diostiempo el salvaje me dio;cuanto en el suelo me viome saltó con ligereza;juntito de la cabezael bolazo retumbó.

Ni por respeto al cuchillodejó el indio de apretarme;allí pretende ultimarmesin dejarme levantar,y no me daba lugarni siquiera a enderezarme.

De balde quiero moverme:aquel indio no me suelta;como persona resuelta,toda mi juerza ejecuto,pero abajo de aquel brutono podía ni darme güelta.

¡Bendito Dios poderoso!Quién te puede comprendercuando a una débil mujerle diste en esa ocasiónla juerza que en un varóntal vez no pudiera haber.

Esa infeliz tan llorosaviendo el peligro se anima;como una flecha se arrimay, olvidando su aflición,le pegó al indio un tirónque me lo sacó de encima.

Ausilio tan generoso

Página 35

Page 37: La vuelta de Martín Fierro · LA VUELTA DE MARTIN FIERRO I Atención pido al silencio y silencio a la atención, que voy en esta ocasión, si me ayuda la memoria, a mostrarles que

me libertó del apuro;si no es ella, de siguroque el indio me sacrifica,y mi valor se duplicacon un ejemplo tan puro.

En cuanto me enderecénos volvimos a topar;no se podía descansarY me chorriaba el sudor;en un apuro mayorjamás me he vuelto a encontrar.

Tampoco yo le daba alcecomo deben suponer;se había aumentado mi quehacerpara impedir que el brutazoIe pegara algún bolazo.de rabia, a aquella mujer.

La bola en manos del indioes terrible, y muy ligera;hace de ella lo que quiera,saltando como una cabra:mudos, sin decir palabra,peliábamos como fieras.

Aquel duelo en el desiertonunca jamás se me olvida;iba jugando la vidacon tan terrible enemigo.teniendo allí de testigoa una mujer afligida.

Cuanto él más se enfurecía,yo más me empiezo a calmar;mientras no logra matarel indio no se desfoga;al fin le corté una sogay lo empecé aventajar.

Me hizo sonar las costillasde un bolazo aquel maldito;y al tiempo que le di un gritoy le dentro como bala

Página 36

Page 38: La vuelta de Martín Fierro · LA VUELTA DE MARTIN FIERRO I Atención pido al silencio y silencio a la atención, que voy en esta ocasión, si me ayuda la memoria, a mostrarles que

pisa el indio y se refalaen el cuerpo del chiquito.

Para esplicar el misterioes muy escasa mi cencia:lo castigó, en mi concenciasu Divina Majestádonde no hay casualidásuele estar la Providencia.

En cuanto trastabilló,más de firme lo cargué.y aunque de nuevo hizo pielo perdió aquella pisada,pues en esa atropelladaen dos partes lo corté.

Al sentirse lastimaose puso medio afligido;pero era indio decidido,su valor no se quebranta;le salían de la gargantacomo una especie de aullidos.

Lastimao en la cabezala sangre lo enceguecía;de otra herida le salíahaciendo un charco ande estaba;con las pies la chapaliabasin aflojar todavía.

Tres figuras imponentesformábamos aquel terno:ella en su dolor materno,yo con la lengua dejueray el salvaje, como fieradisparada del infierno.

Iba conociendo el indioque tocaban a degüello;se le erizaba el cabelloy los ojos revolvía;los labios se le perdíancuando iba a tomar resuello.

En una nueva dentrada

Página 37

Page 39: La vuelta de Martín Fierro · LA VUELTA DE MARTIN FIERRO I Atención pido al silencio y silencio a la atención, que voy en esta ocasión, si me ayuda la memoria, a mostrarles que

le pegué un golpe sentido,y al verse ya mal herido,aquel indio furibundolanzó un terrible alaridoque retumbó como un ruidosi se sacudiera el mundo.

Al fin de tanto lidiar,en el cuchillo lo alcé,en peso lo levantéaquel hijo del desierto,ensartado lo llevé,y allá recién lo larguécuando ya lo senti muerto.

Me persiné dando graciasde haber salvado la vida;aquella pobre afligidade rodillas en el suelo,alzó sus ojos al cielosollozando dolorida.

Me hinqué también a su ladoa dar gracias a mi santo:en su dolor y quebrantoella a la madre de Diosle pide, en su triste llanto,que nos ampare a los dos.

Se alzó con pausa de leonacuando acabó de implorar,y sin dejar de llorarenvolvió en unos trapitoslos pedazos de su hijitoque yo le ayudé a juntar.

X

Dende ese punto era juerzaabandonar el desierto,pues me hubieran descubierto,y, aunque lo maté en pelea,de fijo que me lanceanpor vengar al indio muerto.

Página 38

Page 40: La vuelta de Martín Fierro · LA VUELTA DE MARTIN FIERRO I Atención pido al silencio y silencio a la atención, que voy en esta ocasión, si me ayuda la memoria, a mostrarles que

A la afligida cautivami caballo le ofrecí:era un pingo que alquirí,y donde quiera que estabaen cuanto yo lo silbabavenía a refregarse a mí.

Yo me le senté al del pampa;era un escuro tapao;cuando me hallo bien montaode mis casillas me salgo;y era un pingo como galgo,que sabía correr boliao.

Para correr en el campono hallaba ningún tropiezo:los ejercitan en esoy los ponen como luzde dentrarle a un avestruzy boliar bajo el pescuezo.

El pampa educa al caballocomo para un entrevero;como rayo es de ligeroen cuanto el indio lo toca;y, como trompo, en la bocada gültas sobre de un cuero.

Lo varea en la madrugada;jamás falta a este deber;luego lo enseña a correrentre fangos y guadales;ansina esos animaleses cuanto se puede ver.

En el caballo de un pampano hay peligro de rodar,¡jue pucha! y pa disparares pingo que no se cansa;con prolijidá lo amansasin dejarlo corcobiar.

Pa quitarle las cosquillascon cuidao lo manosea;horas enteras emplea,

Página 39

Page 41: La vuelta de Martín Fierro · LA VUELTA DE MARTIN FIERRO I Atención pido al silencio y silencio a la atención, que voy en esta ocasión, si me ayuda la memoria, a mostrarles que

y, por fin, sólo lo deja,cuando agacha las orejasy ya el potro ni cocea.

Jamás le sacude un golpeporque lo trata al bagualcon pacencia sin igual;al domarlo no le pega,hasta que al fin se le entregaya dócil el animal.

Y aunque yo sobre los bastosme sé sacudir el polvo,a esa costumbre me amoldo;con pacencia lo manejany al día siguiente lo dejanrienda arriba junto al toldo.

Ansí todo el que procuretener un pingo modelo,lo ha de cuidar con desvelo,y debe impedir tambiénel que de golpes le deno tironén en el suelo.

Muchos quieren dominarlocon el rigor y el azote,y si ven al chafaloteque tiene trazas de malo,lo embraman en algún palohasta que se descogote.

Todos se vuelven pretestosy güeltas para ensillarlo:dicen que es por quebrantarlo,mas compriende cualquier boboque es de miedo del corcoboy no quieren confesarlo.

El animal yeguarizo(perdónenmé esta alvertencia)es de mucha conocenciay tiene mucho sentido;es animal consentido:lo cautiva la pacencia.

Página 40

Page 42: La vuelta de Martín Fierro · LA VUELTA DE MARTIN FIERRO I Atención pido al silencio y silencio a la atención, que voy en esta ocasión, si me ayuda la memoria, a mostrarles que

Aventaja a los demásel que estas cosas entienda;es bueno que el hombre aprienda,pues hay pocos domadoresy muchos frangoyadoresque anda de bozal y rienda.

Me vine, como les digo,trayendo esa compañera;marchamos la noche entera,haciendo nuestro caminosin más rumbo que el destino,que nos llevara ande quiera.

Al muerto, en un pajonalhabía tratao de enterrarlo.y, después de maniobrarlo,lo tapé bien con las pajas,para llevar de ventajalo que emplean en hallarlo.

En notando nuestra ausencianos habían de perseguir.y, al decidirme a venir,con todo mi corazónhlce la resoluclónde peliar hasta morir.

Es un peligro muy seriocruzar juyendo el desierto:muchísimos de hambre han muerto,pues en tal desasosiegono se puede ni hacer fuegopara no ser descubierto.

Sólo el albitrio del hombrepuede ayudarlo a salvar;no hay auxilio que esperar,sólo de Dios hay amparo:en el desierto es muy raroque uno se pueda escapar.

¡Todo es cielo y horizonteen inmenso campo verde!

Página 41

Page 43: La vuelta de Martín Fierro · LA VUELTA DE MARTIN FIERRO I Atención pido al silencio y silencio a la atención, que voy en esta ocasión, si me ayuda la memoria, a mostrarles que

¡Pobre de aquél que se pierdeo que su rumbo estravea!Si alguien cruzarlo deseaeste consejo recuerde.

Marque su rumbo de díacon toda fidelidá;marche con puntualidásiguiéndoló con fijeza,y, si duerme, la cabezaponga para el lao que va.

Oserve con todo esmeroadonde el sol aparece;si hay neblina y le entorpecey no lo puede oservar,guárdese de caminar,pues quien se pierde perece.

Dios les dió istintos sutilesa toditos los mortales;el hombre es uno de tales,y en las llanuras aquéllaslo guían el sol, las estrellas,el viento y los animales.

Para ocultarnos de díaa la vista del salvajeganábamos un parajeen que algún abrigo hubiera,a esperar que anochecierapara seguir nuestro viaje.

Penurias de toda clasey miserias padecimos;varias veces no comimoso comimos carne cruda;y en otras, no tengan duda,con réices nos mantuvimos.

Después de mucho sufrirtan peligrosa inquietú,alcanzamos con salúa divisar una sierra,y al fin pisamos la tierraen donde crece el ombú.

Página 42

Page 44: La vuelta de Martín Fierro · LA VUELTA DE MARTIN FIERRO I Atención pido al silencio y silencio a la atención, que voy en esta ocasión, si me ayuda la memoria, a mostrarles que

Nueva pena sintió el pechopor Cruz, en aquel paraje,y en humilde vasallaje,a la majestá infinita,besé esta tierra benditaque ya no pisa el salvaje.

Al fln la misericordiade Dios nos quiso amparar;es preciso soportarlos trabajos con costancia:alcanzamos a una estanciadespués de tanto penar.

Ahi mesmo me despedíde mi infeliz compañera."Me voy -le dije- ande quiera,aunque me agarre el gobierno,pues infierno por infierno,prefiero el de la frontera".

Concluyo esta relación,ya no puedo continuar.permítanmé descansar:están mis hijos presentes.Y yo ansiosos porque cuentenlo que tengan que contar.

XI

Y mientras que tomo un tragopa refrescar el garguero,y mientras tiempla el muchachoy prepara su estrumento,les contaré de qué modotuvo lugar el encuentro.Me acerqué a algunas estanciaspor saber algo de cierto,creyendo que en tantos añosesto se hubiera compuesto;pero cuanto saqué en limpiofue, que estábamos lo mesmo.Ansí me dejaba andarhaciéndomé el chancho rengo,

Página 43

Page 45: La vuelta de Martín Fierro · LA VUELTA DE MARTIN FIERRO I Atención pido al silencio y silencio a la atención, que voy en esta ocasión, si me ayuda la memoria, a mostrarles que

porque no me conveníarevolver el avispero;pues no inorarán ustedesque en cuentas con el gobiernotarde o temprano lo llamanal pobre a hacer el arreglo.Pero al fin tuve la suertede hallar un amigo viejoque de todo me informó,y por él supe al momentoque el juez que me perseguíahacía tiempo que era muerto:por culpa suya he pasadodiez años de sufrimiento,y no son pocos diez añospara quien ya llega a viejo.Y los he pasado ansí,si en mi cuenta no me yerro:tres años en la fronterados como gaucho matrero,y cinco allá entre los indioshacen los diez que yo cuento.Me dijo, a más, ese amigoque anduviera sin recelo,que todo estaba tranquilo,que no perseguIa el Gobierno,que ya naides se acordabade la muerte de moreno,aunque si yo lo matémucha culpa tuvo el negro.Estuve un poco imprudente,puede ser, yo lo confieso,pero él me precipitóporque me cortó primero;y a más me cortó en la caraque es un asunto muy serio.Me asiguró el mesmo amigoque ya no había ni el recuerdode aquel que en la pulperíaIo dejé mostrando el sebo.El, de engreído me buscó,yo ninguna culpa tengo;él mesmo vino a peliarme,y tal vez me hubiera muertosi le tengo más confianzao soy un poco más lerdo;

Página 44

Page 46: La vuelta de Martín Fierro · LA VUELTA DE MARTIN FIERRO I Atención pido al silencio y silencio a la atención, que voy en esta ocasión, si me ayuda la memoria, a mostrarles que

fue suya toda la culpa,porque ocasionó el suceso.Que ya no hablaban tampoco,me lo dijo muy de cierto,de cuando con la partidallegué a tener el encuentro.Esa vez me defendícomo estaba en mi derecho,porque fueron a prendermede noche y en campo abierto.Se me acercaron con armas,y sin darme voz de preso,me amenazaron a gritos,de un modo que daba miedo,que iban a arreglar mis cuentas,tratándomé de matrero,y no era el jefe el que hablaba,sinó un cualquiera de entre ellos.Y ese, me parece a mí,no es modo de hacer arreglos,ni con el que es inocente,ni con el culpable menos.Con semejantes noticiasyo me puse muy contentoy me presenté ande quieracomo otros pueden hacerlo.De mis hijos he encontradosólo a dos hasta el momento;y de ese encuentro felizle doy las gracias al cielo.A todos cuantos hablabales preguntaba por ellos,mas no me daba ningunorazón de su paradero.Casualmente el otro díallegó a mi conocimiento,de una carrera muy grandeentre varios estancierosy fui eomo uno de tantos,aunque no llevaba un medio.No faltaba, ya se entiende,en aquel gauchaje inmensomuchos que ya conocíanla historia de Martín Fierro;y allí estaban los muchachoscuidando unos parejeros.

Página 45

Page 47: La vuelta de Martín Fierro · LA VUELTA DE MARTIN FIERRO I Atención pido al silencio y silencio a la atención, que voy en esta ocasión, si me ayuda la memoria, a mostrarles que

Cuando me oyeron nombrarse vinieron al momento,diciéndome quienes eran,aunque no me conocieron,porque venía muy aindiaoy me encontraban muy viejo.La junción de los abrazos,de los llantos y los besosse deja pa las mujeres,como que entienden el juego;pero el hombre que compriendeque todos hacen lo mesmoen público canta y bailaabraza y llora en secreto.Lo único que me han contadoes que mi mujer ha muertoque en procuras de un muchachose fue la infeliz al pueblodonde infinitas miseriashabrá sufrido por cierto;que, por fin, a un hospitalfue a parar medio muriendoy en ese abismo de malesfalleció al muy poco tiempo.Les juro que de esa pérdidajamás he de hallar consuelo;muchas lágrimas me cuestadende que supe el suceso;mas dejemos cosas tristes,aunque alegrías no tengo;me parece que el muchachoha templao y está dispuesto,vamos a ver qué tal lo hace,y juzgar su desempeño.Ustedes no los conocen,yo tengo confianza en ellos,no porque lleven mi sangre,(eso fuera lo de menos)sino porque dende chicoshan vivido padeciendo;los dos son aficionados,les gusta jugar con fuego,vamos a verlos correr:son cojos... hijos de rengo.

Página 46

Page 48: La vuelta de Martín Fierro · LA VUELTA DE MARTIN FIERRO I Atención pido al silencio y silencio a la atención, que voy en esta ocasión, si me ayuda la memoria, a mostrarles que

EL HIJO MAYOR DE MARTIN FIERRO

XII

LA PENITENCIARIA

Aunque el gajo se pareceal árbol de donde sale,solía decirlo mi madrey en su razón estoy fijo:"Jamás puede hablar el hijo"con la autoridá del padre".

Recordarán que quedamossin tener dónde abrigarnos;ni ramada ande ganarnos,ni rincón ande meternos,ni camisa que ponernos,ni poncho con qué taparnos.

Dichoso aquel que no sabelo que es vivir sin amparo;yo con verdá les declaro,aunque es por demás sabido:dende chiquito he vividoen el mayor desamparo.

No le merman el rigorlos mesmos que lo socorren;tal vez porque no se borren,los decretos del destino,de todas partes lo correncomo ternero dañino.

Y vive como los bichosbuscando alguna rendija;el güérfano es sabandijaque no encuentra compasión,y el que anda sin direciónes guitarra sin clavija.

Sentiré que cuanto digoa algún oyente le cuadre;ni cara tenía, ni madre,ni parentela, ni hermanos;

Página 47

Page 49: La vuelta de Martín Fierro · LA VUELTA DE MARTIN FIERRO I Atención pido al silencio y silencio a la atención, que voy en esta ocasión, si me ayuda la memoria, a mostrarles que

y todos limpian sus manosen el que vive sin padre.

Lo cruza éste de un lazazo,lo abomba aquél de un moquete,otro le busca el cachete,y entre tanto soportar,suele a veces no encontrarni quien le arroje un soquete.

Si lo recogen lo tratancon la mayor rigidez;piensan que es mucho tal vez,cuando ya muestra el pellejo,si le dan un trapo viejopa cubrir su desnudez.

Me crié, pues, como les digo,desnudo a veces y hambriento;me ganaba mi sustentoy ansí los años pasaban;al ser hombre me esperabanotra clase de tormentos.

Pido a todos que no olvidenlo que les voy a decir;en la escuela del sufrirhe tomado mis leciones;y hecho muchas reflesionesdende que empecé a vivir.

Si alguna falta cometola motiva mi inorancia;no vengo con arroganciay les diré en conclusiónque trabajando de piónme encontraba en una estancia.

El que manda siempre puedehacerle al pobre un calvario;a un vecino propietarioun boyero le mataron,y aunque a mí me lo achacaronsalió cierto en el sumario.

Página 48

Page 50: La vuelta de Martín Fierro · LA VUELTA DE MARTIN FIERRO I Atención pido al silencio y silencio a la atención, que voy en esta ocasión, si me ayuda la memoria, a mostrarles que

Piensen los hombres honradosen la vergüenza y la penade que tendría la alma llenaal verme ya tan tempranoigual a los que sus manoscon el crimen envenenan.

Declararon otros dossobre el caso del dijunto;mas no se aclaró el asunto,y el juez, por darlas de listo,"amarrados como un Cristonos dijo, irán todos juntos".

"A la justicia ordinariavoy a mandar a los tres."Tenía razón aquel juez,y cuantos ansí amenacen:ordinaria... es como la hacen,lo he conocido después.

Nos remitió, como digo,a esa justicia ordinaria,y fuimos con la sumariaa esa cárcel de malevosque por un bautismo nuevole llaman Penitenciaria.

El porqué tiene ese nombrenaides me lo dijo a mí,mas yo me lo esplico ansí:le dirán Penitenciariapor la penitencia diariaque se sufre estando allí.

Criollo que cai en desgraciatiene que sufrir no poco;naides lo ampara tampocosi no cuenta con recursos;el gringo es de más discurso:cuando mata se hace el loco.

No sé el tiempo que corrióen aquella sepoltura;si de ajuera no lo apuran,

Página 49

Page 51: La vuelta de Martín Fierro · LA VUELTA DE MARTIN FIERRO I Atención pido al silencio y silencio a la atención, que voy en esta ocasión, si me ayuda la memoria, a mostrarles que

el asunto va con pausa;tienen la presa siguray dejan dormir la causa.

Inora el preso a qué ladose inclinará la balanza;pero es tanta la tardanzaque yo les digo por mi:el hombre que dentre allídeje afuera la esperanza.

Sin perfecionar las leyesperfecionan el rigor;sospecho que el inventorhabrá sido algún maldito:por grande que sea un delitoaquella pena es mayor.

Eso es para quebrantarel corazón más altivo.Los llaveros son pasivos,pero más secos y durostal vez que los mesmos murosen que uno gime cautivo.

No es en grillos ni en cadenasen lo que usté penarásinó en una soledáy un silencio tan projundoque parece que en el mundoes el único que está.

El más altivo varóny de cormillo gastao,allí se vería agobiaoy su corazón marchito,al encontrarse encerraoa solas con su delito.

En esa cárcel no hay toros,allí todos son corderos;no puede el más altanero,al verse entre aquellas rejas,sinó amujar las orejasy sufrir callao su encierro.

Página 50

Page 52: La vuelta de Martín Fierro · LA VUELTA DE MARTIN FIERRO I Atención pido al silencio y silencio a la atención, que voy en esta ocasión, si me ayuda la memoria, a mostrarles que

Y digo a cuantos inoranel rigor de aquellas penas,yo que sufrí las cadenasdel destino y su inclemencia:que aprovechen la esperenciadel mal en cabeza agena.

¡Ay madres, las que dirigenal hijo de sus entrañas!No piensen que las engaña,ni que les habla un falsario;lo que es el ser presidariono lo sabe la campaña.

Hijas, esposas, hermanas,cuantas quieren a un varón,diganlés que esa prisiónes un infierno temido,donde no se oye más ruidoque el latir del corazón.

Allá el día no tiene sol,la noche no tiene estrellas;sin que le valgan querellasencerrao lo purifican;y sus lágrimas salpicanen las paredes aquellas.

En soledá tan terriblede su pecho oye el latido:lo sé, porque lo he sufridoy créameló el aulitorio:tal vez en el purgatoriolas almas hagan más ruido.

Cuenta esas horas eternaspara más atormentarse;su lágrima al redamarsecalcula en sus afliciones,contando sus pulsaciones.lo que dilata en secarse.

Allí se amansa el más bravo;allí se duebla el más juerte:

Página 51

Page 53: La vuelta de Martín Fierro · LA VUELTA DE MARTIN FIERRO I Atención pido al silencio y silencio a la atención, que voy en esta ocasión, si me ayuda la memoria, a mostrarles que

el silencio es de tal suerteque, cuando llegue a venir,hasta se le han de sentirlas pisadas a la muerte.

Adentro mesmo del hombrese hace una revolución:metido en esa prisión,de tanto no mirar nada,le nace y queda grabadala idea de la perfeción.

En mi madre, en mis hermanos,en todo pensaba yo;al hombre que allí dentróde memoria más ingrata,fielmente se le retratatodo cuanto ajuera vió.

Aquél que ha vivido librede cruzar por donde quierase aflige y se desesperade encontrarse allí cautivo;es un tormento muy vivoque abate la alma más fiera.

En esa estrecha prisiónsin poderme conformar,no cesaba de esclamar:¡qué diera yo por tenerun caballo en que montary una pampa en que correr!

En un lamento costantese encuentra siempre embretao;el castigo han inventaode encerrarlo en las tinieblas,y allí está como amarraoa un fierro que no se duebla.

No hay un pensamiento tristeque al preso no lo atormente;bajo un dolor permanenteagacha al fin la cabeza,porque siempre es la tristezahermana de un mal presente.

Página 52

Page 54: La vuelta de Martín Fierro · LA VUELTA DE MARTIN FIERRO I Atención pido al silencio y silencio a la atención, que voy en esta ocasión, si me ayuda la memoria, a mostrarles que

Vierten lágrimas sus ojospero su pena no alivia.En esa costante lidiasin un momento de calma,contempla, con los del alma,felicidades que envidia.

Ningún consuelo penetradetrás de aquellas murallas;el varón de más agallas,aunque más duro que un perno,metido en aquel infiernosufre, gime, llora y calla.

Del furor el corazónse le quiere reventar,pero no hay sinó aguantaraunque sosiego no alcance;¡dichoso en tan duro tranceaquel que sabe rezar!

Dirige a Dios su plegariael que sabe una oración;en esa tribulacióngime olvidado del mundo,y el dolor es más projundocuando no halla compasión.

En tan crueles pesadumbres,en tan duro padecer,empezaba a encanecerdespués de muy pocos meses;allí lamenté mil vecesno haber aprendido a ler.

Viene primero el furor,después la melancolía;en mi angustia no teníaotro alivio ni consuelosinó regar aquel suelocon lágrimas noche y día.

A visitar otros presossus familias solían ir;

Página 53

Page 55: La vuelta de Martín Fierro · LA VUELTA DE MARTIN FIERRO I Atención pido al silencio y silencio a la atención, que voy en esta ocasión, si me ayuda la memoria, a mostrarles que

naides me visitó a mímientras estuve encerrado;¡quién iba a costiarse allía ver un desamparado!

¡Bendito sea el carceleroque tiene buen corazón!Yo sé que esta bendiciónpocos pueden alcanzarla,pues si tienen compasiónsu deber es ocultarla.

Jamás mi lengua podráespresar cuánto he sufrido;en ese encierro metido;llaves paredes, cerrojosse graban tanto en los ojosque uno los ve hasta dormido.

El mate no se permite,no le permiten hablar,no le permiten cantarpara aliviar su dolor,y hasta el terrible rigorde no dejarlo fumar.

La justicia muy severasuele rayar en crueldá;sufre el pobre que allí estácalenturas y delirios,pues no esiste pior martirioque esa eterna soledá.

Conversamos con las rejaspor sólo el gusto de hablar;pero nos mandan callary es preciso conformarnos,pues no se debe irritara quien puede castigarnos.

Sin poder decir palabrasufre en silencio sus males,y uno en condiciones tales,se convierte en animal,privao del don principal

Página 54

Page 56: La vuelta de Martín Fierro · LA VUELTA DE MARTIN FIERRO I Atención pido al silencio y silencio a la atención, que voy en esta ocasión, si me ayuda la memoria, a mostrarles que

que Dios hizo a los mortales.

Yo no alcanzo a comprenderpor qué motivo será,que el preso privado estáde los dones más preciososque el justo Dios bondadosootorgó a la humanidá.

Pues que de todos los bienes(en mi inorancia lo infiero)que le dio al hombre altanerosu Divina Majestá,la palabra es el primero,el segundo la amistá.

Y es muy severa la leyque por un crimen o un vicio,somete al hombre a un suplicioel más tremendo y atrozprivado de un beneficioque ha recebido de Dios.

La soledá causa espanto,el silencio causa horror;ese contínuo terrores el tormento más duro,y en un presidio siguroestá de más tal rigor

Inora uno si de allísaldrá pa la sepolturael que se halla en desventurabusca a su lao otro serpues siempre es bueno tenercompañeros de amargura.

Otro más sabio podráencontrar razón mejor,yo no soy rebuscador,y ésta me sirve de luz:se los dieron al Señoral clavarlo en una cruz.

Y en las projundas tinieblas

Página 55

Page 57: La vuelta de Martín Fierro · LA VUELTA DE MARTIN FIERRO I Atención pido al silencio y silencio a la atención, que voy en esta ocasión, si me ayuda la memoria, a mostrarles que

en que mi razón esiste,mi corazón se resistea ese tormento sin nombre,pues el hombre alegra al hombre,y el hablar consuela al triste.

Grábenló como en la piedracuanto he dicho en este canto;y aunque yo he sufrido tantodebo confesarlo aquí:el hombre que manda allí,es poco menos que un santo

Y son buenos los demás,a su ejemplo se manejan;pero por eso no dejanIas cosas de ser tremendas,piensen todos y compriendanel sentido de mis quejas

Y guarden en su memoriacon toda puntualidá,lo que con tal claridáles acabo de decir;mucho tendrán que sufrirsi no cren en mi verdá.

Y si atienden mis palabrasno habrá calabozos llenos;manéjensé como buenos;no olviden esto jamás:aquí no hay razón de más;más bien las puse de menos.

Y con esto me despido;todos han de perdonar;ninguno debe olvidarla historia de un desgraciado:quien ha vivido encerradopoco tiene que contar.

EL HIJO SEGUNDO DE MARTIN FIERRO

XIII

Página 56

Page 58: La vuelta de Martín Fierro · LA VUELTA DE MARTIN FIERRO I Atención pido al silencio y silencio a la atención, que voy en esta ocasión, si me ayuda la memoria, a mostrarles que

Lo que les voy a decirninguno lo ponga en duda,y aunque la cosa es peluda,haré la resolución;es ladino el corazónpero la lengua no ayuda.

El rigor de las desdichashemos soportao diez años,pelegrinando entre estrañossin tener donde viviry obligados a sufriruna máquina de daños.

El que vive de este modode todos es tributario;falta el cabeza primario,y los hijos que él sustentase dispersan como cuentascuando se corta el rosario.

Yo anduve ansí como todos,hasta que al fin de sus díassupo mi suerte una tíay me recogió a su lado;allí viví sosegadoy de nada carecía.

No tenía cuidado algunoni que trabajar tampoco;y como muchacho locolo pasaba de holgazán;con razón dice el refránque lo bueno dura poco.

En mí todo su cuidadoy su cariño ponía;como a un hijo me queríacon cariño verdaderoy me nombró de herederode los bienes que tenía.

El juez vino sin tardanzacuanto falleció la vieja."De los bienes que te deja,me dijo, yo he de cuidar:

Página 57

Page 59: La vuelta de Martín Fierro · LA VUELTA DE MARTIN FIERRO I Atención pido al silencio y silencio a la atención, que voy en esta ocasión, si me ayuda la memoria, a mostrarles que

"es un rodeo regular"y dos majadas de ovejas."

Era hombre de mucha labia,con más leyes que un dotor.Me dijo: "Vos sos menor"y por los años que tienes,"no podés manejar bienes,"voy a nombrarte un tutor."

Tomó un recuento de todoporque entendía su papel,y después que aquel pastello tuvo bien amasao,puso al frente un encargaoy a mí me llevó con él.

Muy pronto estuvo mi poncholo mesmo que cernidor;el chiripá estaba pior,y aunque pa el frío soy guapo,ya no me quedaba un traponi pa el frío, ni pa el calor.

En tan triste desabrigo,tras de un mes iba otro mes;guardaba silencio el juez,la miseria me invadía;me acordaba de mi tía,al verme en tal desnudés.

No sé decir con fijezael tiempo que pasé allí;y después de andar ansí,como moro sin señor,pasé a poder del tutorque debía cuidar de mí.

XIV

Me llevó consigo un viejoque pronto mostró la hilacha:dejaba ver por la fachaque era medio cimarrón;muy renegao, muy ladrón,

Página 58

Page 60: La vuelta de Martín Fierro · LA VUELTA DE MARTIN FIERRO I Atención pido al silencio y silencio a la atención, que voy en esta ocasión, si me ayuda la memoria, a mostrarles que

y le llamaban Viscacha.

Lo que el juez iba buscandosospecho y no me equivoco;pero este punto no toconi su secreto averiguo:mi tutor era un antiguode los que ya quedan pocos.

Viejo lleno de camándulas,con un empaque a lo toro;andaba siempre en un morometido en no sé qué enriedoscon las patas como loro,de estribar entre los dedos.

Andaba rodiao de perros,que eran todo su placer;jamás dejó de tenermenos de media docena;mataba vacas ajenaspara darles de comer.

Carniábamos noche a nochealguna res en el pago;y, dejando allí el resago,alzaba en ancas el cuero,que lo vendía a un pulperopor yerba, tabaco y trago.

¡Ah!, ¡viejo más comercianteen mi vida lo he encontrao!Con ese cuero robao,él arreglaba el pastel,y allí entre el pulpero y élse estendía el certificao.

Le echaba de comedido;en las trasquilas, lo viera,se ponía como una fierasi cortaban una oveja;pero de alzarse no dejaun vellón o unas tijeras.

Una vez me dio una soba

Página 59

Page 61: La vuelta de Martín Fierro · LA VUELTA DE MARTIN FIERRO I Atención pido al silencio y silencio a la atención, que voy en esta ocasión, si me ayuda la memoria, a mostrarles que

que me hizo pedir socorroporque lastimé un cachorroen el rancho de unas vascas;y al irse se alzó unas guascas;para eso era como zorro.

¡Aijuna! dije entre mí;me has dao esta pesadumbre:ya verás cuanto vislumbreuna ocasión medio güena;te he de quitar la costumbrede cerdiar yeguas ajenas.

Porque maté una viscachaotra vez me reprendió,se lo vine a contar yo;Y no bien se lo hube dicho,"ni me nuembres ese bicho"me dijo, y se me enojó.

Al verlo tan irritaohallé prudente callar;éste me va a castigardije entre mí, si se agravia:ya vi que les tenía rabiay no las volví a nombrar.

Una tarde halló una puntade yeguas medio bichocasdespués que voltió unas pocaslas cerdiaba con empeño;yo vide venir al dueñopero me callé la boca.

El hombre venía juriosoy nos cayó como un rayo;se descolgó del caballorevoliando el arriador,y lo cruzó de un lazasoáhi no mas a mi tutor.

No atinaba don Viscachaa qué lado disparar,hasta que logró montar,y de miedo del chicote,

Página 60

Page 62: La vuelta de Martín Fierro · LA VUELTA DE MARTIN FIERRO I Atención pido al silencio y silencio a la atención, que voy en esta ocasión, si me ayuda la memoria, a mostrarles que

se lo apretó hasta el cogote,sin pararse a contestar.

Ustedes crerán tal vezque el viejo se curaría:no, señores, lo que hacíacon más cuitao, dende entoncesera maniarlas de díapara cerdiar a la noche.

Ese fue el hombre que estuvoencargao de mi destino;siempre anduvo en mal camino,y todo aquel vecindariodecía que era un perdulario,insufrible de dañino.

Cuando el juez me lo nombróal dármeló de tutor,me dijo que era un señorel que me debía cuidar,enseñarme a trabajary darme la educación.

Pero qué había de aprenderal lado de ese viejo pacoque vivía como el chuncacoen los bañaos, como el tero;un haragán, un ratero,y más chillón que un barraco.

Tampoco tenía más bienesni propiedá conocidaque una carreta podriday las paredes sin techode un rancho medio desecho,que le servía de guarida.

Después de las trasnochadasallí venía a descansar;yo desiaba aviriguarlo que tuviera escondido,pero nunca había podidopues no me dejaba entrar.

Página 61

Page 63: La vuelta de Martín Fierro · LA VUELTA DE MARTIN FIERRO I Atención pido al silencio y silencio a la atención, que voy en esta ocasión, si me ayuda la memoria, a mostrarles que

Yo tenía una jergas viejasque habían sido más peludasy con mis carnes desnudas,el viejo, que era una fiera,me echaba a dormir ajueracon unas heladas crudas.

Cuando mozo fue casaoaunque yo lo desconfío;y decía un amigo míoque, de arrebatao y malo,mató a su mujer de un paloporque le dió un mate frío.

Y viudo por tal motivonunca se volvió a casar;no era fácil encontrarninguna que lo quisiera:todas temerían llevarla suerte de la primera.

Soñaba siempre con ella,sin duda por su delitoy decía el viejo malditoel tiempo que estuvo enfermo,que ella dende el mesmo infiernolo estaba llamando a gritos.

XV

Siempre andaba retobao,con ninguno solía hablar;se divertía en escarbary hacer marcas con el dedo;y cuando se ponía en pedome empezaba aconsejar.

Me parece que lo veocon su poncho calamaco;después de echar un buen tacoansí principiaba a hablar:"Jamás llegués a parara donde veás perros flacos."

"El primer cuidao del hombrees defender el pellejo;

Página 62

Page 64: La vuelta de Martín Fierro · LA VUELTA DE MARTIN FIERRO I Atención pido al silencio y silencio a la atención, que voy en esta ocasión, si me ayuda la memoria, a mostrarles que

llevate de mi consejo,fijate bien lo que hablo;el diablo sabe por diablopero más sabe por viejo."

"Hacete amigo del juez,no le dés de qué quejarse;y cuando quiera enojarsevos te debés encojer,pues siempre es güeno tenerpalenque ande ir a rascarse."

"Nunca le llevés la contraporque él manda la gavilla;allí sentao en su sillaningún güey le sale bravo:a uno le da con el clavoy a otro con la cantramilla."

"El hombre, hasta el más soberbio,con más espinas que un tala,aflueja andando en la malay es blando como manteca:hasta la hacienda bagualacái al jagüel con la seca."

"No andés cambiando de cueva,hacé las que hace el ratón:conservate en el rincónen que empesó tu esistencia:vaca que cambia querenciase atrasa en la parición."

Y menudiando los tragosaquel viejo como cerro,"No olvidés, me decía, Fierro,que el hombre no debe creren lágrimas de mujerni en la renguera del perro."

"No te debés afligiraunque el mundo se desplome:lo que más precisa el hombretener, según yo discurro,es la memoria del burro

Página 63

Page 65: La vuelta de Martín Fierro · LA VUELTA DE MARTIN FIERRO I Atención pido al silencio y silencio a la atención, que voy en esta ocasión, si me ayuda la memoria, a mostrarles que

que nunca olvida ande come."

"Dejá que caliente el hornoel dueño del amasijo;lo que es yo, nunca me aflijoy a todito me hago el sordo:el cerdo vive tan gordoy se come hasta los hijos."

"El zorro que ya es corrido,dende lejos la olfatea;no se apure quien deseahacer lo que le aproveche:la vaca que más rumeaes la que da mejor leche."

"El que gana su comidabueno es que en silencio coma:ansina, vos ni por bromaquerrás llamar la atención:nunca escapa el cimarrónsi dispara por la loma."

"Yo voy donde me convieney jamás me descarrío;llevate el ejemplo mío,y llenarás la barriga;aprendé de las hormigas:no van a un noque vacío."

"A naides tengás envidia,es muy triste el envidiar;cuando veás a otro ganara estorbarlo no te metas:cada lechón en su tetaes el modo de mamar."

"Ansí se alimentan muchosmientras los pobres lo pagan;como el cordero hay quien lo hagaen la puntita, no niego;pero otros, como el borrego,toda entera se la tragan."

"Si buscás vivir tranquilo

Página 64

Page 66: La vuelta de Martín Fierro · LA VUELTA DE MARTIN FIERRO I Atención pido al silencio y silencio a la atención, que voy en esta ocasión, si me ayuda la memoria, a mostrarles que

dedicate a solteriar;mas si te querés casar,con esta alvertencia sea:que es muy difícil guardarprenda que otros codicean."

"Es un bicho la mujerque yo aquí no lo destapo:siempre quiere al hombre guapo,mas fijate en la eleción;porque tiene el corazóncomo barriga de sapo."

Y gangoso con la tranca,me solía decir: "Potrillo,recién te apunta el cormillo,mas te lo dice un toruno:no dejés que hombre ningunote gane el lao del cuchillo."

"Las armas son necesariaspero naides sabe cuándo;ansina, si andás pasiando,y de noche sobre todo,debés llevarlo de modoque al salir, salga cortando."

"Los que no saben guardarson pobres aunque trabajen;nunca, por más que se atajen,se librarán del cimbrón:al que nace barrigónes al ñudo que lo fajen.

"Donde los vientos me llevanallí estoy como en mi centro;cuando una tristeza encuentrotomo un trago pa alegrarme:a mí me gusta mojarmepor ajuera y por adentro."

XVI

Cuando el viejo cayó enfermo,viendo yo que se empioraba,

Página 65

Page 67: La vuelta de Martín Fierro · LA VUELTA DE MARTIN FIERRO I Atención pido al silencio y silencio a la atención, que voy en esta ocasión, si me ayuda la memoria, a mostrarles que

y que esperanza no dabade mejorarse siquiera,le truje una culandreraa ver si lo mejoraba.

En cuanto lo vio me dijo:"este no aguanta el sogazo;"muy poco le doy de plazo;"nos va a dar un espetáculo"porque debajo del brazo"le ha salido un tabernáculo."

Dice el refrán que en la tropanunca falta un güey corneta;uno que estaba en la puertale pegó el grito áhi no más:"Tabernáculo... qué bruto;"un tubérculo, dirás."

Al verse ansí interrumpidoal punto dijo el cantor:"No me parece ocasión"de meterse los de ajuera"tabernáculo, señor"le decía la culandrera."

El de ajuera repitiódándole otro chaguarazo;"Allá va un nuevo bolazo,"copo y se lo gano en puerta:"a las mujeres que curanse las llama curanderas".

No es bueno, dijo el cantor,muchas manos en un plato,y diré al que ese baratoha tomao de entremetido,que no créia haber venidoa hablar entre literatos.

Y para seguir contandola historia de mi tutorle pediré a ese dotorque en mi inorancia me deje,pues siempre encuentra el que tejeotro mejor tejedor.

Página 66

Page 68: La vuelta de Martín Fierro · LA VUELTA DE MARTIN FIERRO I Atención pido al silencio y silencio a la atención, que voy en esta ocasión, si me ayuda la memoria, a mostrarles que

Seguía enfermo como digo,cada vez más emperrao;yo estaba ya acobardaoy lo espiaba dende lejos:era la boca del viejola boca de un condenao.

Allá pasamos los dosnoches terribles de inviernoél maldecía al Padre Eternocomo a los santos benditos,pidiendolé al diablo a gritosque lo llevara al infierno.

Debe ser grande la culpaque a tal punto mortifica;cuando vía una reliquiase ponía como azogado,como si a un endemoniadole echaran agua bendita.

Nnnca me le puse a tiro,pues era de mala entraña,y viendo herejía tamaña,sl alguna cosa le dabade lejos se la alcanzabaen la punta de una caña.

Será mejor, decía yoque abandonado lo deje,que blasfeme y que se quejey que siga de esta suerte,hasta que venga la muetey cargue con este hereje.

Cuando ya no pudo hablarle até en la mano un cencerro,y al ver cercano su entierro,arañando las paredesespiró allí, entre los perrosy este servidor de ustedes.

XVII

Página 67

Page 69: La vuelta de Martín Fierro · LA VUELTA DE MARTIN FIERRO I Atención pido al silencio y silencio a la atención, que voy en esta ocasión, si me ayuda la memoria, a mostrarles que

Le cobré un miedo terribledespués que lo vi dijunto;llamé al alcalde, y al punto,acompañado se vinode tres o cuatro vecinosa arreglar aquel asunto.

"Anima bendita", dijoun viejo medio ladiao;"que Dios lo haiga perdonao,"es todo cuanto deseo"le conocí un pastoreo"de terneritos rabaos.

"Ansina es, dijo el alcalde,con eso empezó a poblar;yo nunca podré olvidarlas travesuras que hizo;hasta que al fin fue precisoque le privasen carniar.

"De mozo fue muy jinete,no lo bajba un bagual;pa ensillar un animnalsin necesitar de otro,se encerraba en el corraly allí galopiaba el potro.

"Se llevaba mal con todos;era su costumbre viejael mesturar las ovejas,pues al haccr el apartesacaba la mejor partey después venía con quejas."

"Dios lo ampare al pobresito,dijo en seguida un tercero,siempre robaba carneros,en eso tenía destreza:enterraba las cabezas,y después vendía los cueros."

"Y qué costumbre tenía;cuando en el jogón estaba,con el mate se agarraba

Página 68

Page 70: La vuelta de Martín Fierro · LA VUELTA DE MARTIN FIERRO I Atención pido al silencio y silencio a la atención, que voy en esta ocasión, si me ayuda la memoria, a mostrarles que

estando los piones juntos,yo tayo, decía, y apunto,y a ninguno convidaba."

"Si ensartaba algún asao,¡pobre! ¡como si lo viese!poco antes de que estuvieseprimero lo maldecía,luego después lo escupíapara que naides comiese."

"Quien le quitó esa costumbrede escupir al asadorfue un mulato resertorque andaba de amigo suyo,un diablo, muy peliador,que le llamaban Barullo."

"Una noche que les hizocomo estaba acostumbraose alzó el mulato enojao,y le gritó: "Viejo indino,"yo te he enseñar, cochino,"a echar saliva al asao."

"Lo saltó por sobre el juegocon el cuchillo en la mano;¡la pucha el pardo livianolen la mesma atropelladale largó una puñaladaque la quitó otro paisano."

"Y ya caliente Barullo,quiso seguir la chacota:se le había erizao la motalo que empezó la reyerta:el viejo ganó la puertay apeló a las de gaviota".

"De esa costumbre malditadende entonces se curó;a las casas no volvió,se metió en un cicutal,y allí escondido pasóesa noche sin cenar."

Página 69

Page 71: La vuelta de Martín Fierro · LA VUELTA DE MARTIN FIERRO I Atención pido al silencio y silencio a la atención, que voy en esta ocasión, si me ayuda la memoria, a mostrarles que

Esto hablaban los presentes;y yo que estaba a su lao,al óir lo que he relatao,aunque él era un perdulario,dije entre mí: "¡Qué rosariole están resando al finao!"

Luego comenzó el alcaldea registrar cuanto había,sacando mil chucheríasy guascas y trapos viejos,temeridá de trebejosque para nada servían.

Salieron lazos, cabrestos,coyundas y maniadores,una punta de arriadores,cinchones, maneas, torzalesuna porción de bozalesy un montón de tiradores.

Había riendas de domar,frenos y estribos quebraos;bolas, espuelas, recaos,unas pavas, unas ollas,y un gran manojo de argollasde cinchas que había cortao.

Salieron varios cencerros,alesnas, lonjas, cuchillos,unos cuantos cojinillos,un alto de jergas viejas,muchas botas desparejasy una infinidad de anillos.

Había tarros de sardinas,unos cueros de venao,unos ponchos aujeriaos,y en tan tremendo entreveroapareció hasta un tinteroque se perdió en el juzgao.

Decía el alcalde muy serio:"Es poco cuanto se diga;

Página 70

Page 72: La vuelta de Martín Fierro · LA VUELTA DE MARTIN FIERRO I Atención pido al silencio y silencio a la atención, que voy en esta ocasión, si me ayuda la memoria, a mostrarles que

"había sido como hormiga,"he de darle parte al juez,"y que me venga después"conque no se los persiga."

Yo estaba medio azoraode ver lo que sucedía;entre ellos mesmos decíanque unas prendas eran suyas,pero a mí me parecíaque esas eran aleluyas.

Y cuando ya no tuvieronrincón donde registrarcansaos de tanto huroniary de trabajar de balde,"vámonos, dijo el alcalde"luego lo haré sepultar."

Y aunque mi padre no erael dueño de ese hormigueroél allí muy cariñero,me dijo con muy buen modo"Vos serás el heredero"y te harás cargo de todo."

"Se ha de arreglar este asunto"como es preciso que sea"voy a nombrar albacea"uno de los circustantes,"las cosas no son, como antes"tan enredadas y feas."

¡Bendito Dios! pensé yo:ando como un pordioseroy me nuembran herederode toditas estas guascas:¡quisiera saber primerolo que se han hecho mis vacas!

XVIII

Se largaron como he dichoa disponer el entierro;cuando me acuerdo, me aterro:me puse a llorar a gritos

Página 71

Page 73: La vuelta de Martín Fierro · LA VUELTA DE MARTIN FIERRO I Atención pido al silencio y silencio a la atención, que voy en esta ocasión, si me ayuda la memoria, a mostrarles que

al verme allí tan solitocon el finao y los perros.

Me saqué el escapulario,se lo colgué al pecador;y como hay en el Señormisericordia infinita,rogué por la alma benditadel que antes jue mi tutor.

No se calmaba mi duelode verme tan solitario,áhi le champurrié un rosariocomo si juera mi padre,besando el escapularioque me había puesto mi madre.

Madre mía, gritaba yo,dónde andarás padeciendo;el llanto que estoy virtiendolo redamarías por mí,si vieras a tu hijo aquítodo lo que está sufriendo.

Y mientras ansí clamabasin poderme consolar,los perros, para aumentarmás mi miedo y mi tormento,en aquel mesmo momentose pusieron a llorar.

Libre Dios a los presentesde que sufran otro tanto;con el muerto y esos llantosles juro que falta pocopara que me vuelva locoen medio de tanto espanto.

Decían entonces las viejas,como que eran sabedoras,que los perros cuando lloranes porque ven al demonio;yo creía en el testimonio:como cré siempre el que inora.

Página 72

Page 74: La vuelta de Martín Fierro · LA VUELTA DE MARTIN FIERRO I Atención pido al silencio y silencio a la atención, que voy en esta ocasión, si me ayuda la memoria, a mostrarles que

Ahi dejé que los ratonescomieran el guasquerío;y como anda a su albedríotodo el que güérfano queda,alzando lo que era míoabandoné aquella cueva.

Supe después que esa tardevino un pión y lo enterró,ninguno lo acompañóni lo velaron siquiera;y al otro día amaneciócon una mano dejuera.

Y me ha contado ademásel gaucho que hizo el entierro(al recordarlo me aterro,me da pavor este asunto)que la mano del dijuntose la había comido un perro.

Tal vez yo tuve la culpaporque de asustao me fui;supe después que volví,y asigurárseló puedo.que los vecinos, de miedo,no pasaban por allí.

Hizo del rancho guaridala sabandija más sucia,el cuerpo se despeluzay hasta la razón se altera:pasaba la noche enterachillando allí una lechuza.

Por mucho tiempo no pudesaber lo que me pasaba;los trapitos con que andabaeran puras hojarascas;todas las noches soñabacon viejos, perros y guascas.

XIX

Anduve a mi voluntá

Página 73

Page 75: La vuelta de Martín Fierro · LA VUELTA DE MARTIN FIERRO I Atención pido al silencio y silencio a la atención, que voy en esta ocasión, si me ayuda la memoria, a mostrarles que

como moro sin señor;ese fue el tiempo mejorque yo he pasado tal vez:de miedo de otro tutorni aporté por lo del juez.

"Yo cuidaré, me había dicho,"de lo de tu propiedá;"todo se conservará,"eI vacuno y los rebaños"hasta que cumplás treinta años"en que seás mayor de edá."

Y aguardando que llegaseel tiempo que la Iey fija,pobre como largartija,y sin respetar a naides,anduve cruzando al airecomo bola sin manija.

Me hice hombre de esa manerabajo el más duro rigor;sufriendo tanto dolormuchas cosas aprendí;y, por fin, vítima fuidel más desdichado amor.

De tantas alternativasésta es la parte peluda;infeliz y sin ayudafue estremado mi delirio,y causaban mi martiriolos desdenes de una viuda.

Llora el hombre ingratitudessin tener un jundamento,acusa sin miramientoa la que el mal le ocasiona,y tal vez en su personano hay ningún merecimiento.

Cuando yo mas padecíala crueldá de mi destinorogando al poder divinoque del dolor me separe,

Página 74

Page 76: La vuelta de Martín Fierro · LA VUELTA DE MARTIN FIERRO I Atención pido al silencio y silencio a la atención, que voy en esta ocasión, si me ayuda la memoria, a mostrarles que

me hablaron de un adivinoque curaba esos pesares.

Tuve recelos y miedospero al fin me disolví:hice coraje y me fuidonde el adivino estaba,y por ver si me curabacuanto llevaba le di.

Me puse al contar mis penasmás colorao que un tomate,y se me añudó el gaznatecuando dijo el ermitaño:"Hermano, le han hecho daño"y se lo han hecho en un mate."

"Por verse libre de usté"lo habrán querido embrujar."Después me empezó a pasaruna pluma de avestruzy me dijo: "De la Cruz"recebí el don de curar."

"Debés maldecir, me dijo,"a todos tus conocidos,"ansina el que te ha ofendido"pronto estará descubierto,"y deben ser maldecidos"tanto vivos como muertos."

Y me recetó que hincaoen un trapo de la viudafrente a una planta de rudahiciera mis oraciones,diciendo: "No tengás duda,"eso cura las pasiones."

A la viuda en cuanto pudeun trapo le manotié;busqué la ruda y al pie,puesto en cruz, hice mi reso;pero, amigos, ni por esode mis males me curé.

Página 75

Page 77: La vuelta de Martín Fierro · LA VUELTA DE MARTIN FIERRO I Atención pido al silencio y silencio a la atención, que voy en esta ocasión, si me ayuda la memoria, a mostrarles que

Me recetó otra ocasiónque comiera abrojo chico:el remedio no me esplico,mas, por desechar el mal,al ñudo en un abrojalfi a ensangrentarme el hocico.

Y con tanta medeciname pareció que sanabapor momentos se aliviabaun poco mi padecer,mas si a la viuda encontrabavolvía la pasión a arder.

Otra vez que consultésu saber estrodinario,recibió bien su salario,y me recetó aquel pilloque me colgase tres grillosensartaos como rosario.

Por fin, la última ocasiónque por mi mal lo fi a ver,me dijo: "No, mi saber"no ha perdido su virtú:"yo te daré la salú,"no triunfará esa mujer."

"Y tené fe en el remedio,"pues la cencia no es chacota;"de esto no entedés ni jota;"sin que ninguno sospeche"cortale a un negro tres motas"y hacelas hervir en leche."

Yo andaba ya desconfiandode la curación maldita,y dije: "Este no me quita"la pasión que me domina;"pues que viva la gallina"aunque sea con la pepita."

Ansí me dejaba andar,hasta que en una ocasión,el cura me echó un sermón,para curarme, sin duda,

Página 76

Page 78: La vuelta de Martín Fierro · LA VUELTA DE MARTIN FIERRO I Atención pido al silencio y silencio a la atención, que voy en esta ocasión, si me ayuda la memoria, a mostrarles que

diciendo que aquella viudaera hija de confisión.

Y me dijo estas palabrasque nunca las he olvidao:"Has de saber que el finao"ordenó en su testamento"que naides de casamiento"le hablara, en lo sucesivo,"y ella prestó el juramento"mientras él estaba vivo."

"Y es preciso que lo cumpla,"porque ansí lo manda Dios."os necesario que vos"no la vuelvas a buscar,"porque si llega a faltar"se condenarán los dos."

Con semejante alvertenciase completó mi redota;le vi los pies a la sota,y me le alejé a la viudamás curao que con la ruda,con los grillos y las motas.

Después me contó un amigoque al juez había dicho el cura;"Que yo era un cabeza dura"y que era un mozo perdito,"que me echaran del partido,"que no tenía compostura."

Tal vez por ese consejo,y sin que más causa hubiera,ni que otro motivo diera,me agarraron redepentey en el primer contingenteme echaron a la frontera

De andar persiguiendo viudasme he curado del deseo;en mil penurias me veo,mas pienso volver, tal vez,a ver si sabe aquel juez

Página 77

Page 79: La vuelta de Martín Fierro · LA VUELTA DE MARTIN FIERRO I Atención pido al silencio y silencio a la atención, que voy en esta ocasión, si me ayuda la memoria, a mostrarles que

lo que se ha hecho mi rodeo.

XX

Martín Fierro y sus dos hijos,entre tanta concurrenciasiguieron con alegríacelebrando aquella fiesta.Diez años, los mas terribleshabía durado la ausenciay al hallarse nuevamenteera su alegría completa.En ese mesmo momentouno que vino de afuera,a tomar parte con ellossuplicó que lo almitieran.Era un mozo forasterode muy regular presenciay hacía poco que en el pagoandaba dando sus güeltas;aseguraban algunosque venía de la fronteraque había pelao a un pulperoen las últimas carreras,pero andaba despilchao,no traia una prenda buena;un recadito cantordaba fe de sus pobrezas.Le pidió la bendiciónal que causaba la fiesta,y sin decirles su nombreles declaro con franquezaque el nombre de Picardíaes et único que lleva,y para contar su historiaa todos pide licencia,diciéndolés que en seguidaiban a saber quién era:tomó al punto la guitarra,la gente se puso atenta,y ansí cantó Picardíaen cuanto templó las cuerdas.

XXI PICARDIA

Página 78

Page 80: La vuelta de Martín Fierro · LA VUELTA DE MARTIN FIERRO I Atención pido al silencio y silencio a la atención, que voy en esta ocasión, si me ayuda la memoria, a mostrarles que

Voy a contarles mi historiaperdónenmé tanta charla,y les diré al principiarlaaunque es triste hacerlo así,a mi madre la perdíantes de saber llorarla.

Me quedé en el desamparo,y al hombre que me dió el serno Io pude conocer;ansí, pues, dende chiquitovolé como un pajaritoen busca de qué comer.

O por causa del servicio,que a tanta gente destierra,o por causa de la guerra,que es causa bastante seria,los hijos de la miseriason muchos en esta tterra.

Ansí, por ella empujado,no sé las cosas que haría,y, aunque con vergüenza mía,debo hacer esta alvertencia:siendo mi madre lnocencia,me llamaban Picardía.

Me llevó a su lado un homhrepara cuidar las ovejas,pero todo el día eran quejasy guazcazos a lo loco,y no me daba tampocosiquiera unas jergas viejas.Dende la alba hasta la noche,en el campo me tenía;cordero que se moría,mil veces me sucedió,los caranchos lo comíanpero lo pagaba yo.

De trato tan rigurosomuy pronto me acobardé;el bonete me apretébuscando mejores fines,y con unos bolantines

Página 79

Page 81: La vuelta de Martín Fierro · LA VUELTA DE MARTIN FIERRO I Atención pido al silencio y silencio a la atención, que voy en esta ocasión, si me ayuda la memoria, a mostrarles que

me fuí para Santa Fe.

El pruebista principala enseñarme me tomó,y ya iba aprendiendo yoa bailar en la maroma;mas me hicieron una bromay aquéllo me indijustó.

Una vez que iba bailando,porque estaba el calzón roto,armaron tanto alborotoque me hicieron perder pie:de la cuerda me larguéy casi me descogoto.

Ansí me encontré de nuevosin saber dónde meterme;y ya pensaba volverme,cuando, por fortuna mía,me salieron unas tíasque quisieron recogerme.

Con aquella parentela,para mí desconocida,me acomodé ya en seguida;y eran muy buenas señoras,pero las más rezadorasque he visto en toda mi vida.

Con el toque de oraciónya principiaba el rosario;noche a noche un calendariotenían ellas que decir,y a rezar solían venirmuchas de aquel vecindario.

Lo que allí me aconteciósiempre lo he de recordar,pues me empiezo a equivocary a cada paso refalo,como si me entrara el malocuanto me hincaba a resar.

Era como tentación

Página 80

Page 82: La vuelta de Martín Fierro · LA VUELTA DE MARTIN FIERRO I Atención pido al silencio y silencio a la atención, que voy en esta ocasión, si me ayuda la memoria, a mostrarles que

lo que yo esperimenté;y jamás olvidarécuánto tuve que sufrir,porque no podía decir"Artículos de la Fe."

Tenía al lao una mulataque era nativa de allí;se hincaba cerca de mícomo el ángel de la guarda¡pícara! y era la pardala que me tentaba ansí.

"Resá, me dijo mi tía,"Artículos de la Fe."Quise hablar y me atoréla dificultá me aflije;miré a la parda, y ya dije"Artículos de Santa Fe."

Me acomodó el coscorrónque estaba viendo venir;yo me quise corregir,a la mulata miré,y otra vez volví a decir"Artículos de Santa Fe."

Sin dificultá ningunarezaba todito el día,y a la noche no podíani con un trabajo inmenso;es por eso que yo piensoque alguno me tentaría.

Una noche de tormenta,vi a la parda y me entró chucho;los ojos, me asusté mucho,eran como refocilo:al nombrar a San Camilo,le dije San Camilucho.

Esta me da con el pie,aquella otra con el codo;¡ah viejas! por ese modo,aunque de corazón tierno,yo las mandaba al infierno

Página 81

Page 83: La vuelta de Martín Fierro · LA VUELTA DE MARTIN FIERRO I Atención pido al silencio y silencio a la atención, que voy en esta ocasión, si me ayuda la memoria, a mostrarles que

con oraciones y todo.

Otra vez, que como siemprela parda me perseguía,cuando yo acordé, mis tíasme habían sacao un mechónal pedir la estirpaciónde todas las heregías.

Aquella parda malditame tenía medio afligido,y ansí me había sucedidoque ai decir estirpaciónle acomodé entripacióny me cayeron sin ruido.

El recuerdo y el dolorme duraron muchos días;soñé con las heregíasque andaban por estirpar,y pedía siempre al resarla estirpación de mis tías.

Y dale siempre rosarios,noche a noche y sin cesar;dale siempre barajarsalves, trisagios y credos:me aburrí de esos enriedosy al fin me mandé mudar.

XXII

Anduve como pelotay más pobre que una rata;cuando empecé a ganar platase armó no sé qué barullo,y yo dije: a tu tierra, grullo,aunque sea con una pata.

Eran duros y bastanteslos años que allá pasaron;con lo que ellos me enseñaronformaba mi capital;cuando vine me enrolaronen la Guardia Nacional.

Página 82

Page 84: La vuelta de Martín Fierro · LA VUELTA DE MARTIN FIERRO I Atención pido al silencio y silencio a la atención, que voy en esta ocasión, si me ayuda la memoria, a mostrarles que

Me había ejercitao al naipe,el juego era mi carrera;hice alianza verdaderay arreglé una trapisondacon el dueño de una fondaque entraba en la peladera.

Me ocupaba con esmeroen floriar una baraja:él la guardaba en la caja,en paquetes, como nueva;y la media arroba llevaquien conoce la ventaja.

Comete un error inmensoquien de la suerte presuma,otro más hábil lo fuma,en un dos por tres lo pela;y lo larga que no vuelaporque le falta una pluma.

Con un socio que lo entiendese armaron partidas muy buenas;queda allí la plata agena,quedan prendas y botones;siempre cain a esas riunionessonzos con las manos llenas.

Hay muchas trampas legales,recursos del jugador;no cualquiera es sabedora lo que un naipe se presta:con una cincha bien puestase la pega uno al mejor.

Deja a veces ver la bocahaciendo el que se descuida;juega el otro hasta la vida,y es siguro que se ensarta,porque no muestra una cartay tiene otra prevenida.

Al monte, las precaucionesno han de olvidarse jamás;

Página 83

Page 85: La vuelta de Martín Fierro · LA VUELTA DE MARTIN FIERRO I Atención pido al silencio y silencio a la atención, que voy en esta ocasión, si me ayuda la memoria, a mostrarles que

debe afirmarse ademáslos dedos para el trabajo,y buscar asiento bajoque le dé la luz de atrás.

Pa tayar, tome la luz,dé la sombra al alversario,acomódese al contrarioen todo juego cartiao:tener ojo ejercitaoes siempre muy necesario.

El contrario abre los suyos,pero nada ve el que es ciego;dándolé soga, muy luegose deja pescar el tonto:todo chapetón cree prontoque sabe mucho en el juego.

Hay hombres muy inocentesy gue a las carpetas van;cuando asariados están,les pasa infintas veces,pierden en puertas y en treses,y dándolés, mamarán.

El que no sabe, no ganaaunque ruegue a Santa Rita;en la carpeta a un mulitase le conoce al sentarse;y conmigo, era matarse,no podían ni a la manchita.

En el nueve y otros juegosllevo ventaja no poca,y siempre que dar me tocael mal no tiene remedioporque sé sacar del medioy sentar la de la boca.

En el truco, al más pintaosolía ponerlo en apuro;cuando aventajar procuro,sé tener, como fajadas,tiro a tiro el as de espadas,

Página 84

Page 86: La vuelta de Martín Fierro · LA VUELTA DE MARTIN FIERRO I Atención pido al silencio y silencio a la atención, que voy en esta ocasión, si me ayuda la memoria, a mostrarles que

o flor, o envite seguro.

Yo se defender mi platay lo hago como el primero;el que ha de jugar dineropreciso es que no se atonte;si se armaba una de monte,tomuba parte el fondero.

Un pastel, como un paquete,sé llevarlo con limpieza;dende que a salir empiezanno hay carta que no recuerde:sé cuál se gana o se pierdeen cuanto cain a ta mesa.

También por estas jugadassuele uno verse en aprietos;mas yo no me comprometoporque sé hscerlo con arte,y aunque les corra el descarteno se descubre el secreto.

Si me llamaban al dao,nunca me solía faltarun cargado que largar,un cruzao para el más vivo;y hasta atracarles un chivosin dejarlos maliciar.

Cargaba bien una tabaporque la sé manejar;no era manco en el billar,y, por fin de lo que esplico,digo que hasta con pichicosera capaz de jugar.

Es un vicio de mal fin,el de jugar, no lo niego;todo el que vive del juegoanda a la pesca de un bobo,y es sabido que es un roboponerse a jugarle a un ciego.

Y esto digo claramente

Página 85

Page 87: La vuelta de Martín Fierro · LA VUELTA DE MARTIN FIERRO I Atención pido al silencio y silencio a la atención, que voy en esta ocasión, si me ayuda la memoria, a mostrarles que

porque he dejao de jugar;y les puedo asigurar,como que fui del oficio:más cuesta aprender un vicioque aprender a trabajar.

XXIII

Un nápoles mercachifleque andaba con un arpistacayó también en la listasin dificultá ninguna;lo agarré a la treinta y unay le daba bola vista.

Se vino haciendo el chiquito,por sacarme esa ventaja;en el pantano se encaja,aunque robo se le hacía:le cegó Santa Lucíay desocupó las cajas.

Lo hubieran visto afligidollorar por las chucherías;"ma gañao con picardía""decía el gringo y lagrimiaba,mientras yo en un poncho alzabatodita su merchería.

Quedó allí aliviao del pesosollozando sin consuelo,había cáido en el anzuelotal vez porque era domingo,y esa calidá de gringono tiene santo en el cielo.

Pero poco aprovechéde fatura tan lucida:el diablo no se descuida,y a mí me seguía la pistaun ñato muy enredistaque era Oficial de partida.

Se me presentó a esigirla multa en que había incurrido,que el juego estaba prohibido,

Página 86

Page 88: La vuelta de Martín Fierro · LA VUELTA DE MARTIN FIERRO I Atención pido al silencio y silencio a la atención, que voy en esta ocasión, si me ayuda la memoria, a mostrarles que

que iba a llevarme al cuartel;tuve que partir con éltodo lo que había alquirido.

Empecé a tomarlo entre ojospor esa albitrariedá:yo había ganao, es verdá,con recursos, eso sí;pero él me ganaba a mífundao en su autoridá.

Decían que por un delitomucho tiempo anduvo mal;un amigo serviciallo compuso con el Juez,y poco tiempo despuéslo pusieron de Oficial.

En recorrer el partidocontinuamiente se empleaba,ningun malevo agarraba,pero tráia en un carguerogallinas, pavos, corderosque por áhi recoletaba.

No se debía permitirel abuso a tal estremo:mes a mes hacía lo mesmo,y ansí decía el vecindario,"este ñato perdulario"ha resucitado el diezmo".

La echaba de guitarreroy hasta de concertador:sentao en el mostradorlo hallé una noche cantandoy le dije: "co... mo. ... quiandocon ganas de óir un cantor".

Me echó el ñato una miradaque me quiso devorar;mas no dejó de cantary se hizo el desentendido,pero ya había conocidoque no lo podía pasar.

Página 87

Page 89: La vuelta de Martín Fierro · LA VUELTA DE MARTIN FIERRO I Atención pido al silencio y silencio a la atención, que voy en esta ocasión, si me ayuda la memoria, a mostrarles que

Una tarde que me hallabade visita... vino el ñato,y para darle un mal ratodije fuerte "Ña... to... ribia"no cebe con la agua tibia",y me la entendió el mulato.

Era el todo en el Juzgao,y como que se achocóáhi no más me contestó:"Cuanto el caso se presiente"te he de hacer tomar caliente"y has de saber quién soy yo."

Por causa de una mujerse enredó más la cuestión:le tenía el ñato aflición,ella era mujer de ley,moza con cuerpo de güey,muy blanda de corazón.

La hallé una vez de amasijo,estaba hecha un embeleso,y le dije: "Me intereso"en aliviar sus quehaceres,"y ansí, señora, ai quiere"yo le arrimaré los güesos.

Estaba el ñato presente,sentado como de adorno;por evitar un trastornoella, al ver que se dijusta,me contestó: "Si usté gusta"arrímelós junto al horno."

Ahi se enredó la madejay su enemistá conmigo;se declaró mi enemigo,y por aquel cumplimientoya sólo buscó el momentode hacerme dar un castigo.

Yo véia que aquel malditome miraba con rencor,buscando el caso mejor

Página 88

Page 90: La vuelta de Martín Fierro · LA VUELTA DE MARTIN FIERRO I Atención pido al silencio y silencio a la atención, que voy en esta ocasión, si me ayuda la memoria, a mostrarles que

de poderme echar el pial;y no vive más el lialque lo que quiere el traidor.

No hay matrero que no caiga,ni arisco que no se amanse;ansí yo, desde aquel lanceno salía de algún rincón,tirao como el San Ramóndespués que se pasa el trance.

XXIV

Me le escapé con trabajoen diversas ocasiones;era de los adulones,me puso mal con el Juez;hasta que, al fin, una vezme agarró en las eleciones.

Ricuerdo que esa ocasiónandaban listas diversas;las opiniones dispersasno se podían arreglar:decian que el Juez, por triunfar,hacía cosas muy perversas.

Cuando se riunió la gentevino a ploclamarla el ñato;diciendo, con aparato,"que todo andaría muy mal,"si pretendía cada cual"votar por un candilato".

Y quiso al punto quitarmela lista que yo llevé;mas yo se la mesquinéy ya me gritó... "Anarquista,"has de votar por la lista"que ha mandao el Comiqué."

Me dio vergüenza de vermetratado de esa manera;y como si uno se alteraya no es fácil de que ablande,

Página 89

Page 91: La vuelta de Martín Fierro · LA VUELTA DE MARTIN FIERRO I Atención pido al silencio y silencio a la atención, que voy en esta ocasión, si me ayuda la memoria, a mostrarles que

le dije "Mande el que mande"yo he de votar por quien quiera".

"En las carpetas de juego"y en la mesa eletoral"a todo hombre soy igual;"respeto al que me respeta"pero el naipe y la boleta"naides me lo ha de tocar."

Ahi no más ya me cayóa sable la polecía;aunque era una picardíame decidí a soportar,y no los quise peliarpor no perderme, ese día.

Atravesao me agarróy se aprovechó aquel ñato,dende que sufrí ese tratono dentro donde no quepo:fi a jinetiar en el cepopor cuestión de candilatos.

Injusticia tan notoriano la soporté de flojo;una venda de mis ojos

vino el suceso a voltiar:vi que teníamos que andarcomo perro con tramojo.

Dende aquellas elecionesse siguió el batiburrillo;aquel se volvió un ovillodel que no había ni noticia:¡Es señora la justicia...y anda en ancas del más pillo!

XXV

Después de muy pocos días,tal vez por no dar esperay que alguno no se fuera,hicieron citar la gentepa riunir un contingente

Página 90

Page 92: La vuelta de Martín Fierro · LA VUELTA DE MARTIN FIERRO I Atención pido al silencio y silencio a la atención, que voy en esta ocasión, si me ayuda la memoria, a mostrarles que

y mandar a la frontera.

Se puso arisco el gauchaje;la gente está acobardada;salió la partida armaday trujo como perdicesunos cuantos infelicesque entraron en la voltiada.

Decía el ñato con soberbia:"Esta es una gente indina;"yo los rodié a la sordina,"no pudieron escapar;"y llevaba orden de arriar"todito lo que camina."

Cuando vino el comendantedijieron: "¡Dios nos asista!"llegó y les clavó la vista,yo estaba haciéndomé el sonzo,le echó a cada uno un responsoy ya lo plantó en la lista.

"Cuadráte, le dijo a un negro,te estás haciendo el chiquitocuando sos el más malditoque se encuentra en todo el pago;un servicio es el que te hagoy por eso te remito."

A OTRO

"Vos no cuidás tu familiani le das los menesteres;visitás otras mujeresy es preciso, calabera,que aprendás en la fronteraa cumplir con tus deberes."

A OTRO

"Vos también sos trabajoso;cuando es preciso votarhay que mandarte llamary siempre andás medio alzao,

Página 91

Page 93: La vuelta de Martín Fierro · LA VUELTA DE MARTIN FIERRO I Atención pido al silencio y silencio a la atención, que voy en esta ocasión, si me ayuda la memoria, a mostrarles que

sos un desubordinaoy yo te voy a filiar "

A OTRO

"¿Cuánto tiempo hace que vosandas en este partido?¿Cuántas veces has venidoa la citación del Juez?No te he visto ni una vez,has de ser algún perdido."

A OTRO

"Este es otro barulleroque pasa en la pulperíapredicando noche y díay anarquizando a la gente;irás en el contingentepor tamaña picardía."

A OTRO

"Dende la anterior remesavos andás medio perdido;la autoridá no ha podidojamás hacerte votar:cuando te mandan llamarte pasás a otro partido."

A OTRO

"Vos siempre andás de florcita,no tenés renta ni oficio;no has hecho ningún servicio,no has votado ni una vez:marchá... para que dejésde andar haciendo perjuicio."

A OTRO

"Dame vos tu papeleta,yo te la voy a tener;ésta queda en mi poder,después la recogerás,

Página 92

Page 94: La vuelta de Martín Fierro · LA VUELTA DE MARTIN FIERRO I Atención pido al silencio y silencio a la atención, que voy en esta ocasión, si me ayuda la memoria, a mostrarles que

y ansí si te resertástodos te pueden prender."

A OTRO

"Vos, porque sos ecetuaoya te querés sulevar;no vinistes a votarcuando hubieron eleciones:no te valdrán eseciones,yo te voy a enderezar."

Y a este por este motivoy a otro por otra razón,toditos, en conclusión,sin que escapara ninguno,fueron pasando uno a unoa juntarse en un rincón.

Y allí las pobres hermanas,las madres y las esposasredamaban cariñosassus lágrimas, de dolor,pero gemidos de amorno remedian estas cosas.

Nada importa que una madrese desespere o se queje;que un hombre a su mujer dejeen el mayor desamparo;hay que callarse, o es claro,que lo quiebran por el eje.

Dentran después a empeñarsecon este o aquel vecino;y como en el masculinoel que menos corre vuela,deben andar con cautelalas pobres, me lo imagino.

Muchas al Juez acudieron,por salvar de la jugada;él les hizo una cuerpiada,y por mostrar su inocencia,

Página 93

Page 95: La vuelta de Martín Fierro · LA VUELTA DE MARTIN FIERRO I Atención pido al silencio y silencio a la atención, que voy en esta ocasión, si me ayuda la memoria, a mostrarles que

les dijo: "Tengan pacencia"pues yo no puedo hacer nada."

Ante aquella autoridápermanecían suplicantes;y después de hablar bastante,"yo me lavo, dijo el Juez,"como Pilatos, los pies:"esto lo hace el Comendante."

De ver tanto desamparoel corazón se partía;había madre que salíacon dos, tres hijos o más.por delante y por detrás,y las maletas vacías.

¿Dónde irán, pensaba yo,a perecer de miseria?Las pobres si de esta feriahablan mal, tienen razón;pues hay bastante materiapara tan justa aflición.

XXVI

Cuando me llegó mi turnodije entre mí: "¡Ya me toca!"y aunque mi falta era poca,no sé porqué me asustaba;les asiguro que estabacon el Jesús en la boca.

Me dijo que yo era un vago,un jugador, un perdido;que dende que fi al partidoandaba de picaflor;que había de ser un bandidocomo mi antesucesor.

Puede que uno tenga un vicio,y que de él no se reformemas naides está conformecon recibir ese trato:yo conocí que era el ñatoquien le había dao los informes.

Página 94

Page 96: La vuelta de Martín Fierro · LA VUELTA DE MARTIN FIERRO I Atención pido al silencio y silencio a la atención, que voy en esta ocasión, si me ayuda la memoria, a mostrarles que

Me dentró curiosidá,al ver que de esa maneratan siguro me dijieraque fue mi padre un bandido;luego lo había conocido,y yo. ignoraba quién era.

Me empeñé en aviriguarlo;promesas hice a Jesústuve, por fin, una luz,y supe con alegríaque era el autor de mis díasei guapo sargento Cruz.

Yo conocía bien su historiay la tenía muy presente;sabía que Cruz bravamente,yendo con una partida,había jugado la vidapor defender a un valiente.

Y hoy ruego a mi Dios piadosoque lo mantenga en su gloriase ha de conservar su historiaen el corazón del hijo:él al morir me bendijo,yo bendigo su memoria.

Yo juré tener enmienday lo conseguí de veras;puedo decir ande quieraque si faltas he tenidode todas me he corregidodende que supe quién era.

El que sabe ser buen hijoa los suyos se parece,y aquél que a su lado crecey a su padre no hace honor,como castigo merecede la desdicha el rigor.

Con un empeño costantemis faltas supe enmendar;

Página 95

Page 97: La vuelta de Martín Fierro · LA VUELTA DE MARTIN FIERRO I Atención pido al silencio y silencio a la atención, que voy en esta ocasión, si me ayuda la memoria, a mostrarles que

todo conseguí olvidar,pero, por desgracia mía,el nombre de Picardíano me lo pude quitar.

Aquél que tiene buen nombremuchos dijustos ahorra;y entre tanta mazamorrano olviden esta alvertencia:aprendí por esperenciaque el mal nombre no se borra.

XXVII

He servido en la frontera,en un cuerpo de milicias,no por razón de justicia,como sirve cualesquiera.

La bolilla me tocóde ir a pasar malos ratospor la facultá del ñato,que tanto me persiguió.

Y sufrí en aquel infiernoesa dura penitencia,por una malaquerenciade un oficial subalterno.

No repetiré las quejasde lo que se sufre allá;son cosas muy dichas yay hasta olvidadas de viejas.

Siempre el mesmo trabajar,siempre el mesmo sacrificio,es siempre el mesmo servicio,y el mesmo nunca pagar.

Siempre cubiertos de harapos,siempre desnudos y pobres;nunca le pagan un cobreni le dan jamás un trapo.

Sin sueldo y sin uniforme

Página 96

Page 98: La vuelta de Martín Fierro · LA VUELTA DE MARTIN FIERRO I Atención pido al silencio y silencio a la atención, que voy en esta ocasión, si me ayuda la memoria, a mostrarles que

lo pasa uno aunque sucumba;confórmesé con la tumbay si no... no se conforme.

Pues si usté se ensoberbeceo no anda muy voluntario,le aplican un novenariode estacas... que lo enloquecen.

Andan como pordioseros,sin que un peso los alumbre,porque han tomao la costumbrede deberle años enteros.

Siempre hablan de lo que cuesta,que allá se gasta un platal;pues yo no he visto ni un rialen lo que duró la fiesta

Es servicio estrordinariobajo el fusil y la varasin que sepamos qué carale ha dao Dios al comisario.

Pues si va a hacer la revista,se vuelve como una bala,es lo mesmo que luz malapara perderse de vista.

Y de yapa cuando va,todo parece estudiao:va con meses atrasaosde gente que ya no está.

Pues ni adrede que lo haganpodrán hacerlo mejor:cuando cai, cai con la pagadel contingente anterior.

Porque son como sentenciapara buscar al ausente,y el pobrc que está presenteque perezca en la indigencia.

Hasta que tanto aguantar

Página 97

Page 99: La vuelta de Martín Fierro · LA VUELTA DE MARTIN FIERRO I Atención pido al silencio y silencio a la atención, que voy en esta ocasión, si me ayuda la memoria, a mostrarles que

el ligor con que lo tratan,o se resierta o lo matan,o lo largan sin pagar.

De ese modo es el pastelporque el gaucho... ya es un hecho,no tiene ningún derecho,ni naides vuelve por él.

¡La gente vive marchita!Si viera, cuando echan tropa,les vuela a todos la ropaque parecen banderitas.

De todos modos lo cargany al cabo de tanto andar,cuando lo largan, lo largancomo pa echarse a la mar.

Si alguna prenda le han dao,se la vuelven a quitar:poncho, caballo, recao,todo tiene que dejar.

Y esos pobres infelices,al volver a su destino.salen como unos Longinossin tener con que cubrirse.

A mí me daba congojasel mirarlos de ese modo,pues el más aviao de todoses un perejil sin hojas.

Aura poco ha sucedido,con un invierno tan crudo,largarlos a pie y desnudospa volver a su partido.

Y tan duro es lo que pasa,que en aquella situaciónles niegan un mancarrónpara volver a su casa.

¡Lo tratan como a un infiel!

Página 98

Page 100: La vuelta de Martín Fierro · LA VUELTA DE MARTIN FIERRO I Atención pido al silencio y silencio a la atención, que voy en esta ocasión, si me ayuda la memoria, a mostrarles que

Completan su sacrificiono dándolé ni un papelque acredite su servicio.

Y tiene que regresarmás pobre de lo que jue,por supuesto a la mercédel que lo quiere agarrar.

Y no averigüe despuésde los bienes que dejó:de hambre, su mujer vendiópor dos lo que vale diez.

Y como están convenidosa jugarle manganeta,a reclamar no se metaporque ese es tiempo perdido.

Y luego, si a alguna estanciaa pedir carne se arrima,al punto le cain encimacon la ley de la vagancia.

Y ya es tiempo, pienso yo,de no dar mas contingente;si el Gobierno quiere gente,que la pague y se acabó.

Y saco ansí en conclusión,en medio de mi inorancia,que aquí el nacer en estanciaes como una maldición.

Y digo, aunque no me cuadre,decir lo que naides dijo:la Provincia es una madreque no defiende a sus hijos.

Mueren en alguna lomaen defensa de la ley,o andan lo mesmo que el güey,arando pa que otros coman.

Y he de decir ansí mismoporque de adentro me brota,

Página 99

Page 101: La vuelta de Martín Fierro · LA VUELTA DE MARTIN FIERRO I Atención pido al silencio y silencio a la atención, que voy en esta ocasión, si me ayuda la memoria, a mostrarles que

que no tiene patriotismoquien no cuida al compatriota.

XXVIII

Se me va por donde quieraesta lengua del demonio:voy a darles testimoniode lo que vi en la frontera.Yo sé que el único modoa fin de pasarlo bien,es decir a todo amény jugarle risa a todo.

El que no tiene colchónen cualquier parte se tiende;el gato busca el jogóny ése es mozo que lo entiende.

De aquí comprenderse debe,aunque yo hable de este modo,que uno busca su acomodosiempre, lo mejor que puede.

Lo pasaba como todoseste pobre penitente,pero salí de asistentey mejoré en cierto modo.

Pues aunque esas privacionescausen desesperaciónsiempre es mejor el jogónde aquél que carga galones.

De entonces en adelantealgo logré mejorar,pues supe hacerme lugaral lado del ayudante.

El se daba muchos aires;pasaba siempre leyendo;decían que estaba aprendiendopa recebirse de fraile.

Aunque lo pifiaban tanto,jamás lo vi disgustao;

Página 100

Page 102: La vuelta de Martín Fierro · LA VUELTA DE MARTIN FIERRO I Atención pido al silencio y silencio a la atención, que voy en esta ocasión, si me ayuda la memoria, a mostrarles que

tenía los ojos paraoscomo los ojos de un Santo.

Muy delicao, dormía en cuja,y no sé por qué sería,la gente lo aborrecíay le llamaban LA BRUJA.

Jamás hizo otro servicioni tuvo más comisionesque recebir las racionesde víveres y de vicios.

Yo me pasé a su jogónal punto que me sacó,y ya con él me llevóa cumplir su comisión.

Estos diablos de milicosde todo sacan partido:cuando nos vían riunidosse limpiaban los hocicos.

Y decían en los jogonescomo por chocarrería:"con la Bruja y Picardía"van a andar bien las raciones".

A mi no me jue tan mal,pues mi oficial se arreglabales diré lo que pasabasobre este particular.

Decían que estaban de acuerdola Bruja y el provedory que recebía lo pior...puede ser, pues no era lerdo.

Que a más en la cantidápegaba otro dentellón,y que por cada raciónle entregaban la mitá.

Y que esto lo hacía del modocomo lo hace un hombre vivo:

Página 101

Page 103: La vuelta de Martín Fierro · LA VUELTA DE MARTIN FIERRO I Atención pido al silencio y silencio a la atención, que voy en esta ocasión, si me ayuda la memoria, a mostrarles que

firmando luego el reciboya se sabe, por el todo.

Pero esas murmuracionesno faltan en campamento;déjenmé seguir mi cuento,o historia de las racioncs.

La Bruja las recebíacomo se ha dicho, a su modo;las cargábamos, y todose entriega en la mayoría.

Sacan allí en abundancialo que Ies toca sacar,y es justo que han de dejarotro tanto de ganancia.

Van luego a la compañía,las recibe el comendante,el que de un modo abundantesacaba cuanto quería.

Ansí la cosa liviana,va mermada por supuesto;luego se le entrega el restoal oficial de semana.¿Araña, quién te arañó?Otra araña como yo.

Este le pasa al sargentoaquéllo tan reducido,y como hombre prevenidosaca siempre con aumento.

Esta relación no acabosi otra menudencia ensarto;el sargento llama al cabopara encargarle el reparto.El también saca primeroy no se sabe turbar:naides le va a aviriguarsi ha sacado más o menos.

Y sufren tanto bocaoy hacen tantas estaciones,

Página 102

Page 104: La vuelta de Martín Fierro · LA VUELTA DE MARTIN FIERRO I Atención pido al silencio y silencio a la atención, que voy en esta ocasión, si me ayuda la memoria, a mostrarles que

que ya casi no hay racionescuando llegan al soldao.

¡Todo es como pan bendito!y sucede, de ordinario,tener que juntarse variospara hacer un pucherito.

Dicen que las cosas vancon arreglo a la ordenanza;puede ser, pero no alcanzan,¡tan poquito es lo que dan!

Algunas veces, yo pienso,y es muy justo que lo diga,sólo llegaban las migasque habían quedao en los lienzos.

Y esplican aquel infierno,en que uno está medio loco,diciendo que dan tan pocoporque no paga el Gobierno.

Pero eso yo no lo entiendo,ni aviriguarlo me meto;soy inorante completo;nada olvido y nada apriendo.

Tiene uno que soportarel tratamiento más vil:a palos en lo civil,a sable en lo militar.

El vistuario, es otro infierno;si lo dan, llega a sus manosen invierno el de veranoy en el verano el de invierno.

Y yo el motivo no encuentro,ni la razón que esto tiene;mas dicen que eso ya vienearreglao dende adentro.

Y es necesario aguantarel rigor de su destino:el gaucho no es argentino

Página 103

Page 105: La vuelta de Martín Fierro · LA VUELTA DE MARTIN FIERRO I Atención pido al silencio y silencio a la atención, que voy en esta ocasión, si me ayuda la memoria, a mostrarles que

sinó pa hacerlo matar.

Ansí ha de ser, no lo dudo,y por eso decía un tonto:"si los han de matar pronto,"mejor es que estén desnudos."

Pues esa miseria viejano se remedia jamás;todo el que viene detráscomo la encuentra la deja.

Y se hallan hombres tan malosque dicen de buena gana:"El gaucho es como la lanase limpia y compone a palos."

Y es forzoso el soportaraunque la copa se enllene:parece que el gaucho tienealgun pecao que pagar.

XXIX

Esto contó Picardíay después guardó silenciomientras todos celebrabancon placer aquel encuentro.

Mas una casualidá,como que nunca anda lejos,entre tanta gente blancallevó también a un moreno,presumido de cantory que se tenía por bueno.

Y como quien no hace nada,o se descuida de intento(pues siempre es muy conocidotodo aquél que busca pleito),se sentó con toda calma,y ya le pegó un rajido;era fantástico el negro,y para no dejar dudasmedio se compuso el pecho.

Página 104

Page 106: La vuelta de Martín Fierro · LA VUELTA DE MARTIN FIERRO I Atención pido al silencio y silencio a la atención, que voy en esta ocasión, si me ayuda la memoria, a mostrarles que

Todo el mundo conocióla intención de aquel moreno:era claro el desafíodirigido a Martín Fierro,hecho con toda arrogancia,de un modo muy altanero.

Tomó Fierro la guitarra,pues siempre se halla dispuesto,y ansí cantaron los dosen medio de un gran silencio:

XXX

MARTIN FIERRO

Mientras suene el encordaomientras encuentre el compás,yo no he de quedarme atrássin defender la parada;y he jurado que jamásme la han de llevar robada.Atiendan, pues, los oyentesy cáyensén los mirones;a todos pido perdonespues a la vista resaltaque no está libre de faltaquien no está de tentaciones.

A un cantor le llaman bueno,cuando es mejor que los piores;y sin ser de los mejoresencontrándosé dos juntoses deber de los cantoresel cantar de contrapunto.

El hombre debe mostrarsecuando la ocasión le llegue;hace mal el que se nieguedende que lo sabe hacer,y muchos suelen tenervanagloria en que los rueguen.

Cuando mozo fui cantor-es una cosa muy dicha-

Página 105

Page 107: La vuelta de Martín Fierro · LA VUELTA DE MARTIN FIERRO I Atención pido al silencio y silencio a la atención, que voy en esta ocasión, si me ayuda la memoria, a mostrarles que

mas la suerte se encaprichay me persigue costante:de ese tiempo en adelantecanté mis propias desdichas.

Y aquellos años dichosostrataré de recordar;veré si puedo olvidartan desgraciada mudanza,y quien se tenga confianzatiemple y vamos a cantar.

Tiemple y cantaremos juntos,trasnochadas no acobardan;los concurrentes aguardan,y porque el tiempo no pierdan,haremos gemir las cuerdashasta que las velas no ardan.

Y el cantor que se presiente,que tenga o no quien lo ampare,no espere que yo dispareaunque su saber sea mucho;vamos en el mesmo puchoa prenderle hasta que aclare.

Y seguiremos si gusta,hasta que se vaya el día;era la costumbre míacantar las noches enteras:había entonces dondequieracantores de fantasía.

Y si alguno no se atrevea seguir la caravana,o si cantando no gana,se lo digo sin lisonja:haga sonar una esponjao ponga cuerdas de lana.

EL MORENO

Yo no soy, señores míos,sinó un pobre guitarrero;

Página 106

Page 108: La vuelta de Martín Fierro · LA VUELTA DE MARTIN FIERRO I Atención pido al silencio y silencio a la atención, que voy en esta ocasión, si me ayuda la memoria, a mostrarles que

pero doy gracias al cieloporque puedo, en la ocasión,toparme con un cantorque esperimente a este negro.

Yo también tengo algo blanco,pues tengo blancos los dientes;sé vivir entre las gentessin que me tengan en menos:quien anda en pagos agenosdebe ser manso y prudente.

Mi madre tuvo diez hijos,los nueve muy regulares;tal vez por eso me amparela Providencia divina:en los güevos de gallinael décimo es el más grande.

El negro es muy amoroso,aunque de esto no hace gala;nada a su cariño igualani a su tierna voluntá;es lo mesmo que el macá:cría los hijos bajo el ala.

Pero yo he vivido librey sin depender de naides;siempre he cruzado los airescomo el pájaro sin nido;cuanto sé lo he aprendidoporque me lo enseñó un flaire.

Y se como cualquier otroel porqué retumba el truenopor qué son las estacionesdel verano y del invierno;sé también de dónde salenlas aguas que cain del cielo.

Yo sé lo que hay en la tierraen llegando al mesmo centro;en dónde se encuentra el oro,en dónde se encuentra el fierro,y en dónde viven bramandolos volcanes que echan juego.

Página 107

Page 109: La vuelta de Martín Fierro · LA VUELTA DE MARTIN FIERRO I Atención pido al silencio y silencio a la atención, que voy en esta ocasión, si me ayuda la memoria, a mostrarles que

Yo sé del fondo del mardonde los pejes nacieron;yo sé por qué crece el árboly por qué silban los vientos,cosas que inoran los blancoslas sabe este pobre negro.

Yo tiro cuando me tiran,cuando me aflojan, aflojo;no se ha de morir de antojoquien me convide a cantar:para conocer a un cojolo mejor es verlo andar.

Y si una falta cometoen venir a esta riuniónechándolá de cantor,pido perdón en voz alta,pues nunca se halla una faltaque no esista otra mayor.

De lo que un cantor esplicano falta que aprovechar,y se le debe escucharaunque sea negro el que cante:apriende el que es inorante,y el que es sabio, apriende más.

Bajo la frente más negrahay pensamiento y hay vida;la gente escuche tranquila,no me haga ningún reproche:también es negra la nochey tiene estrellas que brillan.

Estoy, pues, a su mandao,empiece a echarme la sondasi gusta que le responda,aunque con lenguaje tosco:en leturas no conozcola jota por ser redonda.

MARTIN FERRO

Página 108

Page 110: La vuelta de Martín Fierro · LA VUELTA DE MARTIN FIERRO I Atención pido al silencio y silencio a la atención, que voy en esta ocasión, si me ayuda la memoria, a mostrarles que

¡Ah negro! Si sos tan sabiono tengás ningún recelo:pero has tragao el anzueloy, al compás del estrumento,has de decirme al momentocuál es el canto del cielo.

EL MORENO

Cuentan que de mi colorDios hizo al hombre primero;mas los blancos altaneros,los mesmos que lo convidan,hasta de nombrarlo olvidany sólo le llaman negro.Pinta el blanco negro al diablo,y el negro, blanco lo pinta;blanca la cara o retinta,no habla en contra ni en favor:de los hombres el Criadorno hizo dos clases distintas.

Y después de esta alvertencia,que al presente viene a pelo,veré, señores, si puedo,sigún mi escaso saber,con claridá respondercuál es el canto del cielo.

Los cielos lloran y cantanhasta en el mayor silencio;lloran cuando cáin las aguascantan al silbar los vientos,lloran cuando cáin las aguascantan cuando brama el trueno.

MARTIN FIERRO

Dios hizo al blanco y al negrosin declarar los mejores;les mandó iguales doloresbajo de una mesma cruz;mas también hizo la luz

Página 109

Page 111: La vuelta de Martín Fierro · LA VUELTA DE MARTIN FIERRO I Atención pido al silencio y silencio a la atención, que voy en esta ocasión, si me ayuda la memoria, a mostrarles que

pa distinguir los colores.

Ansí ninguno se agravie;no se trata de ofender,a todo se ha de ponerel nombre con que se llamay a naides le quita famalo que recibió al nacer.

Y ansí me gusta un cantorque no se turba ni yerra;y si en tu saber se encierrael de los sabios projundos,decime cuál en el mundoes el canto de la tierra.

EL MORENO

Es pobre mi pensamiento,es escasa mi razón,mas pa dar contestaciónmi inorancia no me arredra:también da chispas la piedrasi la gólpea el eslabón.

Y le daré una respuestasigún mis pocos alcances:forman un canto en la tierrael dolor de tanta madre,el gemir de los que muereny el llorar de los que nacen. MARTIN FIERRO

Moreno, alvierto que traisbien dispuesta la gargantasos varón, y no me espantaverte hacer esos primores:en los pájaros cantoressólo el macho es el que canta.

Y ya que al mundo vinistescon el sino de cantar,no te vayás a turbar,no te agrandes ni te achiques:es preciso que me espliques

Página 110

Page 112: La vuelta de Martín Fierro · LA VUELTA DE MARTIN FIERRO I Atención pido al silencio y silencio a la atención, que voy en esta ocasión, si me ayuda la memoria, a mostrarles que

cuál es el canto del mar.

EL MORENO

A los pájaros cantoresninguno imitar pretiende;de un don que de otro dependenaides se debe alabar,pues la urraca apriende a hablarpero sólo la hembra apriende.

Y ayúdamé ingenio míopara ganar esta apuesta;mucho el contestar me cuestapero debo contestar:voy a decirle en respuestacual es el canto del mar.

Cuando la tormenta brama,el mar que todo lo encierracanta de un modo que aterra,como si el mundo temblara;parece que se quejarade que lo estreche la tierra.

MARTIN FIERRO

Toda tu sabiduríahas de mostrar esta vez;ganarás sólo que estésen vaca con algún canto:la noche tiene su canto,y me has de decir cuál es.

EL MORENO

No galope, que hay augeros,le dijo a un guapo un prudente;le contesto humildemente:la noche por cantos tieneesos ruidos que uno sientesin saber de dónde vienen.

Página 111

Page 113: La vuelta de Martín Fierro · LA VUELTA DE MARTIN FIERRO I Atención pido al silencio y silencio a la atención, que voy en esta ocasión, si me ayuda la memoria, a mostrarles que

Son los secretos misteriosque las tinieblas esconden;son los ecos que respondena la voz del que da un grito,como un lamento infinitoque viene no sé de dónde.

A las sombras sólo el sollas penetra y las impone;en distintas direcionesse oyen rumores inciertos:son almas de los que han muerto,que nos piden oraciones.

MARTIN FIERRO

Moreno, por tus respuestasya te aplico el cartabón,pues tenés desposicióny sos estruido de yapa;ni las sombras se te escapanpara dar esplicación.

Pero cumple su deberel leal diciendo lo cierto,y por lo tanto te alviertoque hemos de cantar los dos,dejando en la paz de Dioslas almas de los que han muerto.

Y el consejo del prudenteno hace falta en la partida;siempre ha de ser comedidala palabra de un cantor:y áura quiero que me digasde dóndc nace el amor.

EL MORENO

A pregunta tan escuratrataré de responder,aunque es mucho pretenterde un pobre negro de estancia;

Página 112

Page 114: La vuelta de Martín Fierro · LA VUELTA DE MARTIN FIERRO I Atención pido al silencio y silencio a la atención, que voy en esta ocasión, si me ayuda la memoria, a mostrarles que

mas conocer su inoranciaes principio del saber.

Ama el pájaro en los airesque cruza por donde quiera,y si al fin de su carrerase asienta en alguna rama,con su alegre canto llamaa su amante compañera.

La fiera ama en su guarida,de la que es rey y señor;allí lanza con furoresos bramidos que espantan,porque las fieras no cantan:las fieras braman de amor.Ama en el fondo del marel pez de lindo color:ama el hombre con ardor,ama todo cuanto vive;de Dios vida se recibe,y donde hay vida, hay amor.

MARTIN FIERRO

Me gusta, negro ladino,lo que acabás de esplicar;ya te empiezo a respetar,aunque al principio me réi,y te quiero preguntarlo que entendés por la ley.

EL MORENO

Hay muchas dotoreríasque yo no puedo alcanzar;dende que aprendí a inorarde ningún saber me asombro;mas no ha de llevarme al hombroquien me convide a cantar.

Yo no soy cantor ladinoy mi habilidá es muy poca;mas cuando cantar me toca

Página 113

Page 115: La vuelta de Martín Fierro · LA VUELTA DE MARTIN FIERRO I Atención pido al silencio y silencio a la atención, que voy en esta ocasión, si me ayuda la memoria, a mostrarles que

me defiendo en el combate,porque soy como los mates:sirvo si me abren la boca.

Dende que elige a su gusto,lo más espinoso elige;pero esto poco me aflige,y le contesto a mi modo;la ley se hace para todos,mas sólo al pobre le rige.

La ley es tela de araña,en mi inorancia lo esplico:no la tema el hombre rico,nunca la tema el que mande,pues la ruempe el bicho grandey sólo enrieda a los chicos.

Es la ley como la lluvia:nunca puede ser pareja;el que la aguanta se queja,pero el asunto es sencillo,la ley es como el cuchillo:no ofiende a quien lo maneja.

Le suelen llamar espada,y el nombre le viene bien;los que la gobiernan vena dónde han de dar el tajo:le cái al que se halla abajoy corta sin ver a quién.Hay muchos que son dotores,y de su cencia no dudo;mas yo soy un negro rudo,y, aunque de esto poco entiendo,estoy diariamente viendoque aplican la del embudo.

MARTIN FIERRO

Moreno, vuelvo a decirte:ya conozco tu medida;has aprovechao la viday me alegro de este encuentro;ya veo que tenés adentro

Página 114

Page 116: La vuelta de Martín Fierro · LA VUELTA DE MARTIN FIERRO I Atención pido al silencio y silencio a la atención, que voy en esta ocasión, si me ayuda la memoria, a mostrarles que

capital pa esta partida.

Y áura te voy a decir,porque en mi deber está,y hace honor a la verdáquien a la verdá se duebla,que sos por juera tinieblasy por dentro claridá.

No ha de decirse jamásque abusé de tu pacencia;y en justa correspondencia,si algo querés preguntar,podés al punto empezar,pues ya tenés mi licencia.

EL MORENO

No te trabés, lengua mía,no te vayas a turbar;nadie acierta antes de errary, aunque la rama se juega,el que por gusto navegano debe temerle al mar.

Voy a hacerle mis preguntas,ya que a tanto me convida;y vencerá en la partidasi una esplicación me dasobre el tiempo y la medida,el peso y la cantidá.

Suya será la vitoriasi es que sabe contestar;se lo debo declararcon claridá, no se asombre,pues hasta áura ningún hombreme lo ha sabido esplicar.

Quiero saber y lo inoro,pues en mis libros no está,y su respuesta vendráa servirme de gobierno:

Página 115

Page 117: La vuelta de Martín Fierro · LA VUELTA DE MARTIN FIERRO I Atención pido al silencio y silencio a la atención, que voy en esta ocasión, si me ayuda la memoria, a mostrarles que

para qué fin el Etemoha criado la cantidá.

MARTIN FIERRO

Moreno, te dejás cáircomo carancho en su nido;ya veo que sos prevenido,mas también estoy dispuesto;veremos si te contestoy si te das por vencido.

Uno es el sol, uno el mundo.sola y única es la luna;ansí, han de saber que Diosno crió cantidá ninguna.El ser de todos los seressólo formó la unidá;lo demás lo ha criado el hombredespués que aprendió a contar.

EL MORENO

Veremos si a otra preguntada una respuesta cumplida:el ser que ha criado la vidalo ha de tener en su archivo,mas yo inoro qué motivotuvo al formar la medida.

MARTIN FIERRO

Escuchá con atenciónlo que en mi inorancia arguyo:Ia medida la inventóel hombre para bien suyo.Y la razón no te asombre,pues es fácil presumir:Dios no tenía que medirsino la vida del hombre.

EL MORENO

Página 116

Page 118: La vuelta de Martín Fierro · LA VUELTA DE MARTIN FIERRO I Atención pido al silencio y silencio a la atención, que voy en esta ocasión, si me ayuda la memoria, a mostrarles que

Si no falla su saberpor vencedor lo confieso;debe aprender todo esoquien a cantar se detique;y áura quiero que me espliquelo que sinifica el peso.

MARTIN FIERRO

Dios guarda entre sus secretosel secreto que eso encierra,y mandó que todo pesocayera siempre a la tierra;y sigún compriendo yo,dende que hay bienes y males,fue el peso para pesarlas culpas de los mortales.

EL MORENO

Si responde a esta preguntaténgasé por vencedor;doy la derecha al mejor;y respóndamé al momento:cuándo formó Dios el tiempoy por qué lo dividió.

MARTIN FIERRO

Moreno, voy a decirsigún mi saber alcanza;el tiempo sólo es tardanzade lo que está por venir;no tuvo nunca principioni jamás acabará,porque el tiempo es una rueda,y rueda es eternidá;y si el hombre lo dividesólo lo hace, en mi sentir,por saber lo que ha vividoo le resta que vivir.

Página 117

Page 119: La vuelta de Martín Fierro · LA VUELTA DE MARTIN FIERRO I Atención pido al silencio y silencio a la atención, que voy en esta ocasión, si me ayuda la memoria, a mostrarles que

Ya te he dado mis respuestas,mas no gana quien despunta:si tenés otra preguntao de algo te has olvidao,siempre estoy a tu mandaopara sacarte de dudas.

No procedo por soberbiani tampoco por jatancia,mas no ha de faltar costanciacuando es preciso luchar;y te convido a cantarsobre cosas de la Estancia.

Ansí prepará, moreno,cuanto tu saber encierre;y sin que tu lengua yerre,me has de decir lo que empriendeel que del tiempo depende,en los meses que train erre.

EL MORENO

De la inorancia de naidesninguno debe abusar;y aunque me puede doblartodo el que tenga más arte,no voy a ninguna partea dejarme machetiar.

He reclarao que en leturassoy redondo como jota;no avergüence mi redota,pues con claridá le digo:no me gusta que conmigonaides juege a la pelota.

Es buena ley que el más lerdodebe perder la carrera;ansí le pasa a cualquiera,cuando en competencia se hallaun cantor de media tallacon otro de talla entera.

Página 118

Page 120: La vuelta de Martín Fierro · LA VUELTA DE MARTIN FIERRO I Atención pido al silencio y silencio a la atención, que voy en esta ocasión, si me ayuda la memoria, a mostrarles que

¿No han visto en medio del campoal hombre que anda perdido,dando güeltas afligidosin saber dónde rumbiar?Ansí le suele pasara un pobre cantor vencido.

También los árboles crugensi el ventarrón los azota;y si aquí mi queja brotacon amargura, consisteen que es muy larga y muy tristela noche de la redota.

Y dende hoy en adelante,pongo de testigo al cielopara decir sin receloque, si mi pecho se inflama,no cantaré por la famasinó por buscar consuelo.

Vive ya desesperadoquien no tiene que esperar;a lo que no ha de durarningun cariño se cobre:alegrías en un pobreson anuncios de un pesar.

Y este triste desengañome durará mientras viva;aunque un consuelo recibajamás he de alzar el vuelo;quien no nace para el cielode balde es que mire arriba.

Y suplico a cuantos me oiganque me permitan decirque al decidirme a venirno sólo jue por cantar,sinó porque tengo a másotro deber que cumplir.

Ya saben que de mi madrefueron diez los que nacieron;

Página 119

Page 121: La vuelta de Martín Fierro · LA VUELTA DE MARTIN FIERRO I Atención pido al silencio y silencio a la atención, que voy en esta ocasión, si me ayuda la memoria, a mostrarles que

mas ya no esiste el primeroy más querido de todos:murió, por injustos modos,a manos de un pendenciero.

Los nueve hermanos restantescomo güérfanos quedamos;dende entonces lo lloramossin consuelo, créanmenló,y al hombre que lo matónunca jamás lo encontramos.

Y queden en paz los güesosde aquel hermano querido;a moverlos no he venido,mas, si el caso se presienta,espero en Dios que esta cuentase arregle como es debido.

Y si otra ocasión payamospara que esto se complete,por mucho que lo respetecantaremos, si le gusta,sobre las muertes injustasque algunos hombres cometen.

Y aquí, pues, señores míos,diré, como en despedida,que todavía andan con vidaIos hermanos del dijunto,que recuerdan este asuntoy aquella muerte no olvidan.

Y es misterio tan projundolo que está por suceder,que no me debo metera echarla aquí de adivino:lo que decida el destinodespués lo habrán de saber.

MARTIN FIERRO

Al fin cerrastes el picodespués de tanto charlar;ya empesaba a maliciar

Página 120

Page 122: La vuelta de Martín Fierro · LA VUELTA DE MARTIN FIERRO I Atención pido al silencio y silencio a la atención, que voy en esta ocasión, si me ayuda la memoria, a mostrarles que

al verte tan entonao,que tráias un embuchaoy no lo querías largar.

Y ya que nos conocemos,basta de conversación;para encontrar la ocasiónno tienen que darse priesa:ya conozco yo que empiesaotra clase de junción.

Yo no sé lo que vendrá,tampoco soy adivino;pero firme en mi caminohasta el fin he de seguir:todos tienen que cumplircon la ley de su destino.

Primero fue la fronterapor persecución de un juez,los indios fueron después,y, para nuevos estrenos,ahora son estos morenospa alivio de mi vejez.

La madre echó diez al mundo,lo que cualquiera no hace;y tal vez de los diez pasecon iguales condiciones:la mulita pare nones,todos de la mesma clase.

A hombre de humilde colornunca sé facilitar;cuando se llega a enojarsuele ser de mala entraña;se vuelve como la araña,siempre dispuesta a picar.

Yo he conocido a toditoslos negros más peliadores;había algunos superioresde cuerpo y de vista... ¡aijuna!Si vivo, les daré una...historia de las mejores.

Página 121

Page 123: La vuelta de Martín Fierro · LA VUELTA DE MARTIN FIERRO I Atención pido al silencio y silencio a la atención, que voy en esta ocasión, si me ayuda la memoria, a mostrarles que

Mas cada uno ha de tiraren el yugo en que se vea;yo ya no busco peleas,las contiendas no me gustan;pero ni sombras me asustanni bultos que se menean.

La créia ya desollada,mas todavía falta el rabo,y por lo visto no acabode salir de esta jarana;pues esto es lo que se llamaremachárselé a uno el clavo.

XXXI

Y después de estas palabras,que ya la intención revelan,procurando los presentesque no se armara pendencia,se pusieron de por medioy la cosa quedó quieta.Martín Fierro y los muchachos,evitando la contienda,montaron y paso a pasocomo el que miedo no lleva,a la costa de un arroyollegaron a echar pie a tierra.Desensillaron los pingosy se sentaron en rueda,refiriéndose entre síinfinitas menudencias,porque tiene muchos cuentosy muchos hijos la ausencia.Allí pasaron la nochea la luz de las estrellas,porque ése es un cortinaoque lo halla uno donde quiera,y el gaucho sabe arreglarsecomo ninguno se arregla.El colchón son las caronas,el lomillo es cabecera,el coginillo es blandura,y con el poncho o la jerga,para salvar del rocío

Página 122

Page 124: La vuelta de Martín Fierro · LA VUELTA DE MARTIN FIERRO I Atención pido al silencio y silencio a la atención, que voy en esta ocasión, si me ayuda la memoria, a mostrarles que

se cubre hasta la cabeza.Tiene su cuchillo al lado,pues la precaución es buena;freno y rebenque a la mano,y, teniendo el pingo cerca,que pa asigurarlo bienla argolla del lazo entierra(aunque el atar con el lazoda del hombre mala idea),se duerme ansí muy tranquilotodita la noche entera;y si es lejos del camino,como manda la prudencia,más siguro que en su ranchouno ronca a pierna suelta,pues en el suelo no hay chinches,y es una cuja cameraque no ocasiona disputasy que naides se la niega.Además de eso, una nochela pasa uno como quiera,y las va pasando todashaciendo la mesma cuenta.Y luego los pajaritosal aclarar, lo dispiertan,porque el sueño no lo agarraa quien sin cenar se acuesta.Ansí, pues, aquella nochejue para ellos una fiestapues todo parece alegrecuando el corazón se alegra.No pudiendo vivir juntospor su estado de pobrezaresolvieron separarse,y que cada cual se jueraa procurarse un refujioque aliviara su miseria.Y antes de desparramarsepara empezar vida nueva,en aquella soledáMartín Fierro con prudencia,a sus hijos y al de Cruzles habló de esta manera:

XXXII

Página 123

Page 125: La vuelta de Martín Fierro · LA VUELTA DE MARTIN FIERRO I Atención pido al silencio y silencio a la atención, que voy en esta ocasión, si me ayuda la memoria, a mostrarles que

Un padre que da consejosmás que padre es un amigo;ansí, como tal les digoque vivan con precaución:naides sabe en qué rincónse oculta el que es su enemigo.

Yo nunca tuve otra escuelaque una vida desgraciada;no estrañen si en la jugadaalguna vez me equivoco,pues debe saber muy pocoaquél que no aprendió nada.

Hay hombres que de su cenciatienen la cabeza llena;hay sabios de todas menas,mas digo, sin ser muy ducho:es mejor que aprender muchoel aprender cosas buenas.

No aprovechan los trabajossi no han de enseñarnos nada;el hombre, de una miradatodo ha de verlo al momento:el primer conocimientoes conocer cuándo enfada.

Su esperanza no la cifrennunca en corazón alguno;en el mayor infortuniopongan su confianza en Dios;de los hombres, sólo en uno,con gran precaución, en dos.

Las faltas no tienen límitescomo tienen los terrenos,se encuentran en los más buenosy es justo que les prevenga:aquel que defetos tengadisimule los agenos.

Al que es amigo, jamáslo dejen en la estacada;pero no Ie pidan nadani lo aguarden todo de él:

Página 124

Page 126: La vuelta de Martín Fierro · LA VUELTA DE MARTIN FIERRO I Atención pido al silencio y silencio a la atención, que voy en esta ocasión, si me ayuda la memoria, a mostrarles que

siempre el amigo más fieles una conduta honrada.

Ni el miedo ni la codiciaes bueno que a uno lo asalten,ansí, no se sobresaltenpor los bienes que perezcan;al rico nunca le ofrezcany al pobre jamás le falten.

Bien lo pasa hasta entre pampasel que respeta a la gente;el hombre ha de ser prudentepara librarse de enojos;cauteloso entre los flojos,moderado entre valientes.

El trabajar es la ley,porque es preciso alquirir;no se espongan a sufriruna triste situación:sangra mucho el corazóndel que tiene que pedir.

Debe trabajar el hombrepara ganarse su pan;pues la miseria, en su afánde perseguir de mil modos,Ilama en la puerta de todosy entra en la del haragán.

A ningún hombre amenacenporque naides se acobarda;poco en conocerlo tardaquien amenaza imprudente,que hay un peligro presentey otro peligro se aguarda.

Para vencer un peligro,salvar de cualquier abismo,por esperencia lo afirmo:mas que el sable y que la lanzasuele servir la confianzaque el hombre tiene en si mismo.

Página 125

Page 127: La vuelta de Martín Fierro · LA VUELTA DE MARTIN FIERRO I Atención pido al silencio y silencio a la atención, que voy en esta ocasión, si me ayuda la memoria, a mostrarles que

Nace el hombre con la astuciaque ha de servirle de guía;sin ella sucumbiría;pero, sigún mi esperencia,se vuelve en unos prudenciay en los otros picardía.

Aprovecha la ocasiónel hombre que es diligente;y ténganló bien presentesi al compararla no yerro:la ocasión es como el fierro,se ha de machacar caliente.

Muchas cosas pierde el hombreque a veces las vuelve a hallar;pero les debo enseñar,y es bueno que lo recuerden:si la vergüenza se pierdejamás se vuelve a encontrar.

Los hermanos sean unidos,porque ésa es la ley primera;tengan unión verdaderaen cualquier tiempo que sea,porque si entre ellos peleanlos devoran los de ajuera.

Respeten a los ancianos,el burlarlos no es hazaña;si andan entre gente estrañadeben ser muy precavidos,pues por igual es tenidoquien con malos se acompaña.

La cigüeña, cuando es viejapierde la vista, y procurancuidarla en su edá maduratodas sus hijas pequeñas:apriendan de las cigüeñaseste ejemplo de ternura.

Si les hacen una ofensa,aunque la echen en olvidovivan siempre prevenidos;

Página 126

Page 128: La vuelta de Martín Fierro · LA VUELTA DE MARTIN FIERRO I Atención pido al silencio y silencio a la atención, que voy en esta ocasión, si me ayuda la memoria, a mostrarles que

pues ciertamente sucedeque hablará muy mal de ustedesaquél que los ha ofendido.

El que obedeciendo vivenunca tiene suerte blanda;mas con su soberbia agrandael rigor en que padece:obedezca el que obedecey será bueno el que manda.

Procuren de no perderni el tiempo ni la vergüenza;como todo hombre que piensaprocedan siempre con juicio,y sepan que ningún vicioacaba donde comienza.

Ave de pico encorvadole tiene al robo afición;pero el hombre de razónno roba jamás un cobre,pues no es vergüenza ser pobrey es vergüenza ser ladrón.

El hombre no mate al hombreni pelée por fantasía;tiene en la desgracia míaun espejo en que mirarse:saber el hombre guardarsees la gran sabiduría.

La sangre que se redamano se olvida hasta la muerte;la impresión es de tal suerte,que a mi pesar, no lo niego,cái como gotas de fuegoen la alma del que la vierte.

Es siempre, en toda ocasión,el trago el pior enemigo;con cariño se los digo,recuérdenló con cuidado:aquél que ofiende embriagadomerece doble castigo.

Página 127

Page 129: La vuelta de Martín Fierro · LA VUELTA DE MARTIN FIERRO I Atención pido al silencio y silencio a la atención, que voy en esta ocasión, si me ayuda la memoria, a mostrarles que

Si se arma algún revolutissiempre han de ser los primeros;no se muestren altanerosaunque la razón les sobre:en la barba de los pobresaprienden pa ser barberos.

Si entriegan su corazóna alguna mujer querida,no le hagan una partidaque la ofienda a la mujer:siempre los ha de perderuna mujer ofendida.

Procuren, si son cantores,el cantar con sentimiento,no tiemplen el estrumentopor solo el gusto de hablar,y acostúmbrensé a cantaren cosas de jundamento.

Y les doy estos consejos,que me ha costado alquirirlos,porque deseo dirijirlos;pero no alcanza mi cenciahasta darles la prudenciaque precisan pa seguirlos.

Estas cosas y otras muchas,medité en mis soledades;sepan que no hay falsedadesni error en estos consejos:es de la boca de un viejode ande salen las verdadcs.

XXXIIl

Después a los cuatro vientoslos cuatro se dirijieron;una promesa se hicieronque todos debían cumplir;mas no la puedo decir,pues secreto prometieron.

Página 128

Page 130: La vuelta de Martín Fierro · LA VUELTA DE MARTIN FIERRO I Atención pido al silencio y silencio a la atención, que voy en esta ocasión, si me ayuda la memoria, a mostrarles que

Les advierto solamentey esto a ninguno le asombrepues muchas veces el hombretiene que hacer de ese modoconvinieron entre todosen mudar allí de nombre.

Sin ninguna intención malalo hicieron, no tengo duda;pero es la verdá desnuda,siempre suele suceder:aquél que su nombre mudatiene culpas que esconder.

Y ya dejo el estrumentoconque he divertido a ustedes;todos conocerlo puedenque tuve costancia suma:éste es un botón de plumaque no hay quien lo desenriede.

Con mi deber he cumplidoy ya he salido del paso:pero diré, por si acaso,pa que me entiendan los criollos:todavía me quedan rollospor si se ofrece dar lazo.

Y con esto me despidosin espresar hasta cuándo:siempre corta por lo blandoel que busca lo siguro;mas yo corto por lo duro,y ansí he de seguir cortando.Vive el águila en su nido,el tigre vive en la selva,el zorro en la cueva agena,y, en su destino incostante,sólo el gaucho vive errantedonde la suerte lo lleva.

Es el pobre en su orfandáde la fortuna el desechoporque naides toma a pechosel defender a su raza;

Página 129

Page 131: La vuelta de Martín Fierro · LA VUELTA DE MARTIN FIERRO I Atención pido al silencio y silencio a la atención, que voy en esta ocasión, si me ayuda la memoria, a mostrarles que

debe el gaucho tener casaescuela, iglesia y derechos.

Y han de concluír algún díaestos enriedos malditos;la obra no la facilitoporque aumentan el fandangolos que están, como el chimango,sobre el cuero y dando gritos.

Mas Dios ha de permitirque esto llegue a mejorar,pero se ha de recordarpara hacer bien el trabajoque el fuego, pa calentar,debe ir siempre por abajo.

En su ley está el de arribasi hace lo que le aproveche;de sus favores sospechehasta el mesmo que lo nombra:siempre es dañosa la sombradel árbol que tiene leche.

Al pobre al menor descuidolo levantan de un sogazo;pero yo compriendo el casoy esta consecuencia saco:el gaucho es el cuero flaco,da los tientos para el lazo.

Y en lo que esplica mi lenguatodos deben tener fe;ansí, pues, entiéndanmé,con codicias no me mancho:no se ha de llover el ranchoen donde este libro esté.

Permítanmé descansar,¡pues he trabajado tanto!En este punto me plantoy a continuar me resisto;éstos son treinta y tres cantos,que es la mesma edá de Cristo.Y gualden estas palabrasque les digo al terminar:

Página 130

Page 132: La vuelta de Martín Fierro · LA VUELTA DE MARTIN FIERRO I Atención pido al silencio y silencio a la atención, que voy en esta ocasión, si me ayuda la memoria, a mostrarles que

en mi obra he de continuarhasta dárselá concluida,si el ingenio o si la vidano me llegan a faltar.

Y si la vida me falta,ténganló todos por cierto,que el gaucho, hasta en el desiertosentirá en tal ocasióntristeza en el corazónal saber que yo estoy muerto.Pues son mis dichas desdichas,las de todos mis hermanos;ellos guardarán ufanosen su corazón mi historia;me tendrán en su memoriapara siempre mis paisanos.

Es la memoria un gran don,calidá muy meritoria;y aquéllos que en esta historiasospechen que les doy palo,sepan que olvidar lo malotambién es tener memoria.

Mas naides se crea ofendido,pues a ninguno incomodo;y si canto de este modopor encontrarlo oportuno,NO ES PARA MAL DE NINGUNOSINO PARA BIEN DE TODOS.

Página 131