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La Vanguardia 02/01/2012 artículo www.ilustrum.com
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30 LAVANGUARDIA T E N D E N C I A S LUNES, 2 ENERO 2012
E ls años sesenta y setenta,con el AñoNuevo llegabanlos emisarios reales, encar-gados de recoger las cartas
de la chiquillería dirigidas a los Ma-gos de Oriente. Si el remitente no sehabía portado bien, hacía el firmepropósito de mejorar en conductadurante el año que empezaba, paraacto seguido referir la retahíla de ju-guetes deseados que SusMajestades,gracias a sus poderes mágicos, depo-sitarían la noche del 5 al 6 de eneropara hacer felices a pequeños y ma-yores. El heraldo tenía nombre pro-pio, como el Paje Faruq del Anoia oel Paje Gregorio, y en los grandes al-macenes era el Cartero Real.Poco a poco, sin embargo, cada
tienda quiso tener su propio paje enla puerta: lo disfrazaban de reymagoaunque no lo pudiera ser porque, se-gún la tradición, hasta la noche deldía 5 no llegaban los Reyes. Enton-ces los padres, cuando un crío grita-ba: “Mira, el rey blanco”, lo rectifica-ban diciéndole: “No es el Rey, es unode sus pajes”. (¡Cómo podía ser quela avidez comercial alterara las cos-tumbres!) Pero la presencia de falsosreyesmagos seguía aumentando, a lavez que lo hacían los papás noel.El Jueves sacó una portada impa-
gable donde los tres Reyes regaña-ban a Papá Noel con un sensacional“Yankees, go home!”. El mal, sin em-bargo, ya no tenía freno. La hornadade padres sobreprotectores se aga-rró al argumento de que los regalostenían que llegar antes porque así loscríos tenían todas las vacaciones pa-ra jugar, y los que se resistían a abrirlas puertas a Papá Noel se inventa-ron un tió que no sólo cagaba golosi-
nas y turrones, sino que también ade-lantaba regalos. Mientras tanto en lacalle, los papás noel seguían prolife-rando ya no en progresión geométri-ca, sino según la sucesión deFibonac-ci, y eran puntualmente sustituidospor unamultitud de reyes de pega pa-sada la Navidad.Sin apenas darse cuenta, los niños
–que desde el traje nuevo del empe-rador ya habían demostrado que notenían un pelo de tontos– y los pa-dres –hartos de excusarse– pasarondel artículo definido al artículo inde-finido: “Mira, un rey”. Los Magos deOriente, hasta hace unos decenioslos monarcas más poderosos de lacristiandad, perdieron el artículo de-finido, aquella categoría léxica den-tro de los determinantes que excluyecualquier otro sustantivo y que iden-tifica un referente único (el rey), y pa-saron al artículo indefinido, allí don-de nada es exclusivo (un rey).Ni yankees go home ni monarquía
ni magia. El artículo indefinido haacabado de echar al traste la pocacredibilidad que estos entrañablespersonajes aún conservaban.
Unreynoes el rey
LETRAPEQUEÑA
El emprendedor tarraconense Albert Abelló, de 24 años, muestra Ilustrum en su ordenador
Inversiónde250.000euros
ESTEVE GIRALTTarragona
E l coleccionismo, con millo-nes de aficionados en todoel planeta, no ha tenido has-ta ahora demasiado éxitoen internet. En la red se in-
tercambian y venden objetos o se citancoleccionistas, pero ninguna aplicaciónha logrado adaptar el espíritu del colec-cionismo en el entorno 2.0. “Siempre he-mos coleccionado, pero trasladar el ál-bum y los cromos a internet tal cual nofunciona”, advierte Albert Abelló, inge-niero de telecomunicaciones deTarrago-na afincado en Finlandia. Con 24 años,Albert es el fundador de Ilustrum, unaempresa que ha inventado un sistemaque permite crear colecciones exclusiva-mente para internet, seguir y completarlas colecciones a través de la red y rivali-zar en colecciones y conocimientos conotros aficionados.La idea surgió con la voluntad de apro-
vechar el tirón del coleccionismo de to-da la vida en internet, pero desde un pri-mer momento sus creadores descarta-ron trasladar las mismas colecciones, ál-bumes y cromos en el entorno web, sinapenas modificaciones, como sí han he-cho otras compañías. “Esto no funciona,había que adaptar el coleccionismo al2.0”, sentencia Abelló, que se explicacon atrevimiento, pasión y nervio. Losusuarios pueden crear sus propias colec-ciones y que otros aficionados se añadancomo jugadores en una competición querivaliza en conocimientos.La creatividad manda. Se pueden se-
guir colecciones de series de televisión,de banderas, del antiguo Egipto, de lasmaravillas del mundo, de bolsos lujosos,de cartas del tarot, de herramientas deingeniería, de los jugadores de la Liga es-pañola o de fotografías de Nueva York.Otro de los atractivos es la posibilidadque se da a los coleccionistas para incre-mentar sus conocimientos sobre un de-terminado tema, compartiendo una co-lección con miles de usuarios.El coleccionista puede demostrar en
la plataforma Ilustrum que es quien mássabe, como si estuviera en un concursomundial, aunque monotemático, de Tri-vial. Imágenes y conocimiento se mez-
clan en un juego didáctico que prima elentretenimiento, el juego. “Queremosque el usuario sienta que entra cada díaen su Ilustrum como ahora abre su Face-book”, explica el joven emprendedor.Ilustrumha logrado atraer en los últi-
mos meses a más de 5.000 usuarios, es-pecialmente en España, pero tambiénen Finlandia, país utilizado ahora comobanco de pruebas por sumadurez en in-ternet. “En verano del 2012 esperamosllegar a los 50.000 usuarios”, advierteAbelló, que está cursando dos mástersen la Universidad de Helsinki.
El camino recorrido hasta ahora hadespertado el interés de uno de los gi-gantes del sector del entretenimiento2.0. Abelló y sus colaboradores no pue-den por ahora desvelar el nombre deuna compañía que estaría dispuesta a se-guir desarrollando Ilustrum.Antes, reci-bieron alguna oferta de compramarean-te de otros inversores.“La mayor competición de coleccio-
nismo del mundo”. Así se vende Ilus-trum en internet, con un equipo de seispersonas, con una diseñadora y tres pro-
gramadores a la cabeza. Un mundo pa-ralelo que ofrece a los aficionados todotipo de colecciones que se van actuali-zando. Periódicamente se van lanzandonuevas series, a medida que aumentanlos usuarios. Sus creadores esperan unnuevo tirón para lanzar una de las colec-ciones que se han preparado con másesmero, dedicada al rock de los 80. Sehan lanzado hasta ahora una veintenade colecciones y otra decena está a laespera, sobre las setas, lamúsica en cata-lán o la historia de Apple.Para captar a nuevos usuarios, Ilus-
trum confía también en el potencial deFacebook. Aunque ahora jugar es gra-tis, se está estudiando el desarrollo deservicios de pago. Se ha creado unamo-neda virtual, por ahora gratuita, que sepodrá comprar con moneda real, paraque los usuarios puedanmejorar y com-pletar sus colecciones de forma más rá-pida, con nuevos privilegios.Para obtener financiación para el pro-
yecto también se planea que algunas delas colecciones estén patrocinadas. Sehizouna experiencia piloto con la indus-tria petroquímica de Tarragona, sobrela historia de la química, con buenos re-sultados. También se está ultimando eldesarrollo de la aplicación para iPhoney Android. Paralelamente, se está traba-jando en una plataforma paralela paralanzar Ilustrum exclusivamente comoherramienta pedagógica. La idea seríautilizar el coleccionismo para fomentarel aprendizaje de forma entretenida.c
VICENÇ LLURBA
Sin darse cuenta,pequeños y mayorespasaron del artículodefinido al indefinido
Un joven de Tarragona se posiciona en la red con una aplicación pioneraque permite crear colecciones y competir con aficionados de todo el mundo
Coleccionismopara internautas
]Con una inversión inicial de250.000 euros, Ilustrum ha desa-rrollado en un año y medio laprimera fase del proyecto. Paraponer a prueba la idea, su funda-dor lanzó antes del verano unaprimera colección entre los estu-diantes de la Universitat Rovira iVirgili (URV). Se ofrecieron rega-los atractivos valorados en 3.000euros. El éxito de la primera co-lección, con un millar de usuariossiguiendo las fotografías de Nue-
va York, sirvió para animar a suscreadores. En la actualidad, conmás de 5.000 usuarios en todaEspaña y los países escandinavos,la media de juego diario de cadaaficionado es de entre 20 y 25minutos. “Los usuarios se engan-chan, eso es lo que nos gusta. Noqueremos que guste a todos, sinoque guste mucho”, destaca Abe-lló, su fundador. La segunda faseprevé ampliar la inversión hastalos 600.000 euros en un año.
MagíCamps
Ilustrum ha despertadoel interés de unode los gigantes delentretenimiento 2.0