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Leyenda. Todos los derechos reservados.
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Mi Promesa.
Nadie sabe si el desenlace de esta historia es verdadero, pero de lo que todo el mundo
está seguro es que todo lugar tiene un pasado; incluyendo una escuela, una preparatoria
que se inauguraba hace aproximadamente 25 años, tenía una extensión de terreno tan
grande que sería perfecto para toda clase de actividades.
El pueblo estaba alborotado ante las posibilidades unas instalaciones tan modernas para
aquella época. Pronto comenzaron a llegar alumnos a la escuela, no importaba si en un
vehículo o a pié, todos cruzaban aquella reja verde con brillo en los ojos y una expresión
de nerviosismo en el rostro. Al parecer, todos convivirían con personas de su mismo medio
social y también con gente que acababa de llegar de diferentes lugares, gente nueva en la
ciudad, tal fue el caso de Regina, una joven que tras un trágico accidente perdió a su
padre y a su hermano mayor cuando el vehículo en el que viajaban derrapó y cayó al rio,
desde entonces la madre de Regina se hacía a cargo de ella y de su pequeña hermanita
de 6 años.
Al entrar Regina al salón de clases, tomó asiento y tímida como siempre, se dedicó a
escuchar la clase de historia, pero su mente estaba en blanco, no se explicaba por qué,
¿Sería un trauma a partir del accidente?, ella no lo sabía; fue cuando terminó la clase y
junto con el timbre entró un hombre joven, de cabello ondulado color castaño quién
aparentemente llamó su atención. No pensó absolutamente nada en toda la hora y el resto
del día, tenía la imagen del profesor en la cabeza y no podía deshacerse de ella y de vez
en cuando reflexionaba acerca de cómo podría presentarse ante él al siguiente día.
Y así fue, al parecer algo cambió en ella porque llegó al colegio con maquillaje y el
cabello peinado, en tanto tuvo oportunidad se acercó a él y comenzó a hacer conversación.
Ella podría jurar sentir tanta química entre ellos que no conseguía estar separada de él, al
cabo de un tiempo, le pidió asesorías por las tardes, las cuáles era evidente que no
necesitaba, amablemente el profesor accedió y aquí es la parte en que Regina pierde el
control de sus emociones. Tan solo tenía 16 años y era capaz de crear una gran confusión
acerca de lo que deseaba y la realidad, sentía tanta atracción hacia el profesor como
nunca antes había sentido por alguna otra persona que se puso un solo propósito,
conquistarlo.
Poco a poco, ella lograba convivir más con él y de alguna manera encontraba la forma de
involucrarse en su vida, fue entonces que este sin darse cuenta permitió que Regina fuera su
amiga, en realidad él ya la consideraba más que una alumna, pero tampoco era
exactamente lo que ella quería, no le interesaba una simple amistad, ella buscaba ir un
poco más lejos.
A pocos días de reanudar las clases, habiendo pasado las vacaciones de invierno, en el
colegio circulaba el rumor de que Carlos, el profesor de Literatura al que Regina tanto
amaba, se encontraba involucrado sentimentalmente con una estudiante que al parecer era
muy cercana a él y como era de esperarse, Regina no tuvo siquiera tiempo de pensar dos
veces aquella declaración, su mente se torcía, deliraba y creía que se trataba de ella,
mantuvo una sonrisa tan grande un brillo en los ojos como toda una adolescente
enamorada, estaba tan ilusionada, hasta que ante la presión escolar y de los demás
maestros, Carlos, su profesor declaró que era cierto, tenía una relación sentimental con una
alumna de último año llamada Lorena. Para Regina y su extraña manera de tomar las
noticias que no eran de su agrado fue como una puñalada en el alma, entonces, recordó lo
que tanto había pensado, solo ella era la indicada para ese amor, gracias a su gran
obsesión fue capaz de alterar una bebida de la joven Lorena, la cual le causó un
envenenamiento mortal e hizo que esta falleciera en el hospital unas horas más tarde. Al
parecer no fue suficiente para que el profesor se decidiera por ella, al enterarse de los
actos de Regina, frente al colegio entero reclamó la muerte de su novia, se dirigió
directamente a los ojos de Regina y le dijo todo el odio y desprecio que guardaba hacia
ella, estaba arto del acoso excesivo de la joven y su absurda obsesión, resaltó que jamás
pasaría nada entre ellos y dejó en claro que no quería saber nada de ella nunca más.
En ese momento, Regina corrió a través del patio y por la parte trasera subió las escaleras
negras voladas del edificio más alto del colegio para llegar a la azotea, ahí entre lágrimas
y gritos de dolor, tomó un alambre viejo y oxidado y lo enterró en sus muñecas, estas
comenzaron a sangrar abundantemente mientras todos los alumnos y comenzaban a
juntarse en la planta baja y observaban lo que Regina estaba haciendo, escuchaban como
gritaba a su profesor todo lo que sentía por él, le platicaba lo que hubieran podido hacer
juntos y lo felices que se hacían el uno al otro, sin embargo el profesor negaba cada
palabra de lo que la joven decía y le pedía no fuera hacer alguna tontería. Fue cuando
grito que ella lo amaba y lo esperaría por siempre, viva o muerta. Entonces, salió de sus
labios un “te amo Carlos” y se dejó caer al vació sabiendo perfectamente que no volvería a
abrir los ojos.
Nadie sabe en realidad que fié de aquella promesa de amor que hizo Regina aquel día,
algunas personas dicen que la joven se presento cada noche a aquél profesor en sueños
hasta el día que falleció. En realidad solo el profesor, Lorena y Regina lo saben.