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10 Arequipa Viernes 2 deenero de2015  LOCALES Arequipa Viernes 2 deenero de2015  11 La mala costumbre de deberle a las picanterías  ¤ JorgeMalpartida Tabuchi  [email protected] Cercado. No es novedad que un políco incumpla sus promesas. Un candida - to a presidente o alcalde miente en campaña con la misma frecuencia que un niño pide un helado en ve - rano. El engaño es un arte que, tarde o temprano, e- ne que aprender a dominar cualquiera que aspire a un cargo público. El elector lle - ga a acostumbrarse a esas mañas, pero es natural que la indignación ciudadana brote cuando alguien que ostenta el poder se niega a pagar sus deudas a empo. Hace 100 años un represen- tante de la campaña presi - dencial de José Pardo y Ba - rreda – políco del pardo civilista que gobernó el Perú de 1915 a 1919 – le “meó cabeza” a una picantera de Sabandía. En nuestros em- pos, un funcionario avalado por el alcalde de Arequipa. Alfredo Zegarra también le debe dinero a un grupo de cocineras, integrantes de la Sociedad Picantera de Are- quipa (SPA) , por el almuerzo que les ofrecieron a los in - vitados al XIII Congreso de la Organización de las Ciu - dades del Patrimonio Mun- dial (OCPM), en noviembre pasado. La picantera des- airada un siglo atrás no se quedó callada y salió a los medios a exigir su dinero. Hoy, el grupo de cocineras también piden públicamen- te que les paguen. DEUDA CENTENARIA La mañana del martes 29 de mayo de 1915, Manuela T. de Salinas publicó en el diario El Pueblo un aviso en el que le pedía al señor Ca - yetano Arenas, el dueño de una reconocida fundición de Arequipa, que le cance- lara los cinco soles (alrede- dor de S/. 3.000 al cambio actual) que le debía por EN 1915 UN IMPULSOR DE LA CAMPAÑA DE PARDO NO LE PAGÓ LA CHICHA A UNA PICANTERA DE S ABANDÍA, HOY LA COMUNA PROVINCIAL TIENE UNA DEUDA CON MIEMBROS DE LA SOCIEDAD PICANTERA  ¤ El historiador EnriqueRamír ez, unode los más acuciosos inves gadore s de lagastronomíadel sur del país, encontróel avisoque publicóManuelaT. Salinas parapedir quelesaldaranuna deudapor la compradechicha. ¤ El avisosepublicóen el diar ioEl Pueblo, el 29de mayode1915. ¤ El alcaldede Arequip a, AlfredoZegarra, estuvopresenteenel almuer zoque las picanteras organizar on. ¤ Provee dores dela OCPMfueronaprotestar al local deEl Filtro. Como hasta la fecha usted no quiere cancelar cinco  soles que adeuda de la chicha que  personalmente compró a n de (...) conseguir votos". "No fue una tarea fácil porque se tuvo que uniformar el  servicio. A demás, los insumos de la  picantería como l os camarones y cuyes  son caros". la chicha de guiñapo que compró en su picantería. La bebida adquirida por Caye- tano Arenas iba a reparrse en un evento pardario que se organizó en Sabandía, anguo balneario de la aris- tocracia arequipeña, para impulsar las candidaturas de José Pardo y Barreda, J. M. Bustamante de la Fuente y Domingo Arenas, su hijo que tentaba un escaño como di - putado en las elecciones de ese año. En su misiva, doña Manuela contaba que el empresario Cayetano Arenas se había negado a pagarle porque aducía que ya le había dado cincuenta soles a un tal Jus - to Zegarra para que hiciera la gesón. Pero el señor Ze - garra, según cuenta la pican- tera de Sabandía, también se negó a saldar la deuda. “Como yo no puedo con - tribuir con mi trabajo para que el señor Pardo y otros señores se den el gusto de mandarnos, es muy jus - to que usted pague lo que adeuda pues usted y no otro fue quien compró la chicha”, advierte doña Manuela en el texto de 1915. Este documento fue encon - trado en la hemeroteca de la Biblioteca Municipal por Enrique Ramírez Angulo, presidente de la Asociación de Historiadores Región Sur Arequipa (Ahirsa) y uno de los más acuciosos invesga - dores de la gastronomía re- gional. Ra mírez indica que este aviso es una muestra de que las picanteras siem- pre han sido mujeres lucha - doras que deenden sus derechos y el negocio que les da sustento. “Esta mujer valiente, probablemente, estuvo esperando mucho empo y como vio que no le hacían caso tuvo contratar a un escribano para reclamar su dinero ya que esa deuda estaba desestabilizando su economía”, explica el histo- riador. No se sabe si la deuda fue saldada, pero en el resto de diarios de ese año no apare- cen nuevos avisos ni edictos  judiciales referidos al tema. Tal vez, el escarnio público movó a que los polícos en campaña cumplieran con doña Manuela. DEUDA ACTUAL Veinte días antes de que se realizara el Congreso de la OCPM en Arequipa, el coor - dinador del comité organi - zador, Fredy Padilla, le pidió a la Sociedad Picantera de Arequipa que dieran un bu- et para los 500 invitados internacionales durante los tres días del evento. Según Miguel Barreda, coordina- dor de la SPA, pese al poco empo que les dieron, deci - dieron ofrecerles a los visi - tantes lo mejor de la cocina arequipeña al menos por un día, el 5 de noviembre. Quince picanterías se unie- ron y elaboraron un ban- quete de agasajo compuesto por 30 platos fríos y calien- tes. “No fue una tarea fácil porque se tuvo que unifor - mar el servicio. Además, los insumos de la picantería como los camarones y cuyes son caros”, dice Barreda. Las picanteras también ar ma- ron una ramadita en los jar - dines de Cerro Juli e hicieron una demostración del proce- so de preparación de chicha. Todo este esfuerzo se vio re - compensado con los elogios de los comensales de las ur - bes de Europa, Asia y Amé - rica que correteaban detrás de los guisos, caldos, jayaris y picantes. Gracias a este buet el al - calde de Arequipa, Alfredo Zegarra, miembro del comi- té organizador del congre- so, quedó muy bien frente a sus invitados. Su imagen fue ensalzada producto de la buena sazón de las co - cineras. Sin embargo, este logro se vio opacado por la deuda de 54 mil soles que Fredy Padilla aún manene con las quince picanterías. El pago por el servicio debió cancelarse de inmediato, pero, pese a las insistentes llamadas y correos electró- nicos enviados, aún no les depositan el dinero. Hace dos semanas que no enen nocias del funcionario. “Nos senmos burladas y desilusionadas porque ya pasó más de un mes y no nos entregan el dinero. Más que un daño económico, es una afrenta moral porque nosotros ese día dimos lo mejor que tenemos para hacer quedar bien a Are- quipa”, dice enérgica Saida Villanueva, propietaria de La Cau Cau II, como buena picantera que reclama por sus derechos. Padilla era el representante de la OCPM, pero su desig - nación fue avalada por el alcalde Zegarra. Además, Padilla fue subgerente de Turismo de la comuna pro- vincial. Por eso, se espera que el alcalde asuma su responsabilidad en este caso. Mientras eso sucede, las picanteras no descartan hacer un pronunciamiento público o contratar un aviso para exigir que se les pague. Cien años después, la histo - ria puede volver a reperse.                  F    o    t    o    :    R    o    n    a     l     d    M    a    m    a    n     i                  F    o    t    o    :    C    o    r    t    e    s     í    a                  F    o    t    o    :    R    o    s    P    o    s         g    o                  F    o    t    o    :    N    a    n    c    y    C    u         m     b    o Ext rac tode lavi sodeManu elaT .Sal ina s Mig uelBarr eda ,coordina dor de laSPA

La Mala Costumbre de Deberle a Las Picanterias

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7/23/2019 La Mala Costumbre de Deberle a Las Picanterias

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10Arequipa

Viernes 2 deenero de2015   LOCALES

La mala costumbre de deberle a las pic ¤ JorgeMalpartida Tabuchi

 [email protected]

Cercado. No es novedad

que un políco incumplasus promesas. Un candida-

to a presidente o alcaldemiente en campaña con lamisma frecuencia que un

niño pide un helado en ve -rano. El engaño es un arteque, tarde o temprano, e-

ne que aprender a dominarcualquiera que aspire a uncargo público. El elector lle-

ga a acostumbrarse a esasmañas, pero es natural quela indignación ciudadanabrote cuando alguien queostenta el poder se niega apagar sus deudas a empo.

Hace 100 años un represen-

tante de la campaña presi-dencial de José Pardo y Ba -

rreda – políco del pardocivilista que gobernó el Perúde 1915 a 1919 – le “meó

cabeza” a una picantera deSabandía. En nuestros em-

pos, un funcionario avaladopor el alcalde de Arequipa.Alfredo Zegarra también ledebe dinero a un grupo decocineras, integrantes de la

Sociedad Picantera de Are-quipa (SPA), por el almuerzoque les ofrecieron a los in-

vitados al XIII Congreso dela Organización de las Ciu-

dades del Patrimonio Mun-

dial (OCPM), en noviembrepasado. La picantera des-

airada un siglo atrás no sequedó callada y salió a losmedios a exigir su dinero.Hoy, el grupo de cocinerastambién piden públicamen-

te que les paguen.

DEUDA CENTENARIA

La mañana del martes 29de mayo de 1915, ManuelaT. de Salinas publicó en eldiario El Pueblo un aviso enel que le pedía al señor Ca-

yetano Arenas, el dueño deuna reconocida fundiciónde Arequipa, que le cance-

lara los cinco soles (alrede-

dor de S/. 3.000 al cambioactual) que le debía por

EN 1915 UN IMPULSOR DE LA CAMPAÑA DE PARDO NO LE PAGÓ LA CHICHA A UNA PICANTERA DE SABANDÍA, HOY LA COMUNA PROVINCIAL TIENE UNA DEUDA CON MIEMB

 ¤ El historiador EnriqueRamírez, unode los más acuciosos invesgadores de lagastronomíadel sur del país, encontróel avisoque publicóManuelaT. Salinas parapedir quelesaldaranuna deudapor la compradechicha. ¤ El avisosepublicóen el diarioEl Pueblo, el 29de mayode1915.

¤ El alcaldede Areq

¤ Proveedores dela

Como hasta la fechausted no quierecancelar cinco

 soles que adeudade la chicha que

 personalmentecompró a fin de (...)

conseguir votos".

"No fue una tareafácil porque se tuvoque uniformar el

 servicio. Además,los insumos de la

 picantería como loscamarones y cuyes

 son caros".

la chicha de guiñapo quecompró en su picantería. Labebida adquirida por Caye-

tano Arenas iba a reparrseen un evento pardario quese organizó en Sabandía,anguo balneario de la aris-tocracia arequipeña, paraimpulsar las candidaturas de

José Pardo y Barreda, J. M.Bustamante de la Fuente yDomingo Arenas, su hijo que

tentaba un escaño como di -putado en las elecciones de

ese año.En su misiva, doña Manuela

contaba que el empresarioCayetano Arenas se habíanegado a pagarle porqueaducía que ya le había dado

cincuenta soles a un tal Jus-

to Zegarra para que hicierala gesón. Pero el señor Ze-

garra, según cuenta la pican-

tera de Sabandía, tambiénse negó a saldar la deuda.

“Como yo no puedo con-tribuir con mi trabajo para

que el señor Pardo y otrosseñores se den el gusto demandarnos, es muy jus-

to que usted pague lo queadeuda pues usted y no otro

fue quien compró la chicha”,

advierte doña Manuela en eltexto de 1915.

Este documento fue encon-

trado en la hemeroteca dela Biblioteca Municipal porEnrique Ramírez Angulo,

presidente de la Asociaciónde Historiadores Región Sur

Arequipa (Ahirsa) y uno delos más acuciosos invesga-

dores de la gastronomía re-

gional. Ra mírez indica queeste aviso es una muestrade que las picanteras siem-

pre han sido mujeres lucha-

doras que deenden susderechos y el negocio queles da sustento. “Esta mujervaliente, probablemente,estuvo esperando mucho

empo y como vio que no lehacían caso tuvo contratar a

un escribano para reclamarsu dinero ya que esa deudaestaba desestabilizando sueconomía”, explica el histo-

riador.

No se sabe si la deuda fuesaldada, pero en el resto dediarios de ese año no apare-

cen nuevos avisos ni edictos judiciales referidos al tema.Tal vez, el escarnio públicomovó a que los polícos

en campaña cumplieran condoña Manuela.

DEUDA ACTUALVeinte días antes de que serealizara el Congreso de laOCPM en Arequipa, el coor-dinador del comité organi-

zador, Fredy Padilla, le pidióa la Sociedad Picantera deArequipa que dieran un bu-

et para los 500 invitadosinternacionales durante lostres días del evento. SegúnMiguel Barreda, coordina-

dor de la SPA, pese al pocoempo que les dieron, deci-

dieron ofrecerletantes lo mejor darequipeña al medía, el 5 de novieQuince picanterron y elaboraroquete de agasajopor 30 platos frítes. “No fue unaporque se tuvo mar el serviciolos insumos de lcomo los camaro

son caros”, dice Bpicanteras tambron una ramaditdines de Cerro Ju

una demostració

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Ex tr act odel av is odeManuel aT.Sali nas Mi guel Bar reda,coordinador de laSPA