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Karla Gabriela Elizalde Meneses

Taller de producción multimedia

Universidad Autónoma de Baja California Sur

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Paco el chemero vivía en una colonia a las afueras de la ciudad de La Paz, llamada Alta Tensión. Al cumplir los 15 años, Paco debía entrar a la preparatoria, sin embargo él no quería. Paco decía que no necesitaba estudiar, él sólo quería beber Tonayán con sus amigos e inhalar resistol.

¿Qué pedo?

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Su familia no le prestaba mucha importancia, ya que pensaban que era un joven sin futuro y que moriría a muy temprana edad. El único miembro de su familia a quien le importaba era a su tía Tisha.

Andas valiendo madre, mi’jito.

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Paco estaba atrapado en el mundo de las drogas y los cotorreos. Trabajaba de cerillito en el Áliser para poder comprar su sustento de cada día, el chemo, el chuky y demás drogas.

Su tía Tisha estaba muy preocupada por él, ya que Paco estaba siguiendo los pasos de

su padre, Don Francisco. Ella quería ayudarlo, ya que en su casa nadie lo haría, su

madre era prostituta y su papá un adicto. Tenía 14 hermanos más, 11 de ellos eran de

distintos padres y madres, pero no los conocía a todos.

Paco comenzó a ausentarse en su casa por varios días porque se iba a fiestas o se

juntaba con sus amigos en casas donde podían inhalar resistol y demás

estupefacientes sin que nadie los molestara.

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Su Tía Tisha habló con la madre de Paco, le platicó lo que pensaba sobre la situación y

sobre los problemas que tenía Paco, pero la mamá no demostró importancia. Su tía

llegó a la conclusión que ella era la única persona que podría ayudarlo. Intentó hablar

con él pero él decía que no necesitaba ayuda y que ése era el estilo de vida que él

había elegido.

Una noche Paco fue a una fiesta. Después de varias horas de estar bebiendo alcohol e inhalando resistol y thinner, comenzó a sentirse extraño, como

No me moleste, Tía. A mí me gusta ser así.

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nunca se había sentido, sentía que su cuerpo tomaba otra forma. Sentía que le salían brazos de más y sus piernas desaparecían.

Intentó controlarse y no entrar en pánico, pero era muy real. Paco perdió la consciencia y quedó tirado en el suelo. Horas después despertó y lo primero que hizo fue revisar su cuerpo. Se sintió aliviado porque al parecer todo había sido una alucinación muy real.

Sólo fue un mal viaje

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Paco escuchó que llegó gente a su casa, pero no le tomó importancia. Después abrieron rápidamente su puerta y entraron dos hombres a agarrarlo a la fuerza, Paco se resistía pero no podía safarse. Se llevaron a Paco a un centro de rehabilitación en Mulegé, donde pasaría 1 año para poder salir

Después de un año, Paco salió del centro y regresó a su casa. Su tía estaba muy contenta que estuviera de vuelta y rehabilitado.

Paco encontró un bote de resistol en su casa y comenzó a sudar, sentía el cuerpo caliente y una gran desesperación, no lo resistió y volvió a caer en las drogas.

¡SUÉLTENME!

¡Pero qué suculento!

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