LA FUERZA DE JESÚS DE NAZARET EN MARCOS · PDF filemo y el cristianismo. En este sentido, la historia de Jesús ... desarrollan generalmente dentro del cristianismo. ... El cristianismo

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LLAA FFUUEERRZZAA DDEE JJEESSÚÚSS DDEE NNAAZZAARREETT EENN MMAARRCCOOSS

José Antonio Martínez Fernández

RREESSUUMMEENNDestacar el profundo judaísmo de Jesús es imprescindible en cualquier

estudio moderno de los evangelios. Para ello, se impone la consideración delevangelio de Marcos por su antigüedad.Jesús es hijo de su pueblo. Este, le deja su impronta. Vive su bautismo, de

tal modo que lo marca para su vida entera. Tiene plena conciencia de Dioscomo Padre, como Papá, lo que le lleva a una interpretación inaudita de la Ley.Hay mandamientos que no son de Dios, sino de Moisés.Jesús es el aglutinante de todo lo bueno que, de forma aislada, habían ido

afirmando algunos escribas. Tiene su propia interpretación de la Torá, perodentro del judaísmo.

AABBSSTTRRAACCTTIn any moderm study of the Gospel, it is fundamental to point out the pro-

found Jewish element in Jesus. This will be taken into account on an exami-nation of the Gospel according to Mark, for its antiquity.Jesus is the Son of this people. This leaves him a mark. He lives his bap-

tism in such a way that marks His entire life. He is absolutely aware of God asFather an Dad, which allows Him to have an unprecedented interpretation ofthe Law. Some commandments belong to Moses, not to God.Jesus agglutinates all the good things some Scribes had been declaring in

isolation. He has His own interpretation of the Torah, but within Judaism.

IINNTTRROODDUUCCCCIIÓÓNN

En los estudios modernos de los Evangelios, es ya un lugar comúndestacar el profundo judaísmo de Jesús, tema, que a su vez, se veimplicado en los debates concernientes a las relaciones entre el judaís-mo y el cristianismo. En este sentido, la historia de Jesús escrita porMarcos ha suscitado muchísimo menos interés que las demás narrati-vas evangélicas. El motivo principal es haberse concentrado la dispu-

(LUCUS, Nº 3, 2002, pp. 231-254)

LUCUS N.º 3: LA FUERZA DE LAS RELIGIONES

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ta en el fuerte antijudaísmo del evangelio de Mateo y Juan, que semanifiesta en determinados pasajes. Al no ser tan marcadamente nega-tivo, Lucas-Hechos se ha ido abriendo paso cuando se tratan las rela-ciones judeo-cristianas y se quiere comprender cómo el hecho deseguir a Jesús deja de ser algo interno al judaísmo y se transforma enuna religión separada, la religión cristiana con carácter universal. Eneste aspecto, Marcos presenta una mayor interacción entre Jesús y losgentiles que ningún otro evangelio, incluyendo a Lucas.

No obstante, hay una razón importantísima para analizar el evan-gelio de Marcos con relación al judaísmo de Jesús (y de su movimien-to): es la fecha en que fue redactado. Según la opinión más extendida,Marcos es el primer evangelio escrito y fue redactado poco antes de ladestrucción de Jerusalén en el año 70. Antes de esa catástrofe, eljudaísmo exhibía una gama interpretativa extremadamente rica, tantodentro como fuera de los círculos rabínicos formales, lo que puedeayudarnos a situar a Jesús dentro de la religiosidad judía, círculo enque se desarrollan sus vivencias religiosas, como hoy las nuestras sedesarrollan generalmente dentro del cristianismo. Hoy parece impo-nerse la datación de Marcos antes del año 50.

Cuando se trata del estudio sobre la fuerza de la religión en Jesúsde Nazaret, Marcos, en mayor medida que los demás evangelios, esuna fuente muy útil ya que nos presenta a Jesús en una mayor, aunquerelativa, cercanía y nos sitúa antes de la problemática de la definitivaseparación de los caminos judío y cristiano, con toda la reacción anti-judía que ello conlleva y que, sin duda, afecta a la correcta visión einterpretación de Jesús.

Como indicativo de la necesidad de descubrir cual es y hastadónde llega la religión o religiosidad de Jesús de Nazaret, diremos quees necesario señalar que para un cristiano no es posible cortar el nexoque une a su cristianismo con el judaísmo. Es fácil entrever la causa.Se trata de un hecho evidente: Jesús era judío.

Hoy día, resulta consolador recordar que Jesús nació judío y viviótambién como judío, se mostró solidario con su propio pueblo, com-partió con los suyos el culto en la sinagoga y el templo y supo discu-tir, sobre todo con los fariseos, acerca de la correcta interpretación dela Torá o Ley. Por fin, Jesús acabó muriendo, como judío, en la cruzcondenado por sedición.

LA FUERZA DE LA RELIGIÓN DE JESÚS DE NAZARET EN MARCOS

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Pero aún hay más. Hacia este judío llamado Jesús existió una res-puesta judía positiva; respuesta de algunos de sus hermanos judíos, quedespués estuvieron dispuestos a llevar su mensaje a otros, inclusopaganos de más allá de su propia tierra. Da la sensación de que Jesúsestuvo positivamente integrado entre muchos de sus conciudadanos.

Es cierto que, con la documentación que poseemos en el NuevoTestamento, no podemos afirmar cuestiones tan centrales como laautoconciencia de Jesús, lo que él pensaba y decía de sí mismo o lo queproyectaba. Con otras palabras, el Jesús predicado por la Iglesia es el“Jesús atestiguado” por sus primeros discípulos y sus sucesores. Pero,cuando aquellos aplicaban a Jesús los títulos de Salvador del mundo,Hijo de Dios o Mesías de Israel, lo hacían dentro del contexto de supropio judaísmo. Así, puede comprenderse que, como afirman losHechos de los Apóstoles, los primeros cristianos seguían asistiendo alos cultos del templo judío. A pesar de las tensiones que siempre pue-den existir entre grupos, nada indica que en un principio haya existidouna ruptura que pudiese conducir a la división de caminos. La rupturaaparece más tarde iniciada por la admisión de los gentiles en el movi-miento de Jesús, que va exacerbando y extremando las posiciones quese van adoptando con relación a la observancia de la Torá, de maneraespecial con la práctica de la circuncisión y las normas alimentarias.Pero, es un hecho histórico ajeno a Jesús, el que vino a dinamitar yexplosionar este polvorín ya constituido: la destrucción del templo y lacaída de Jerusalén.

Después del año 79, el judaísmo necesita fuertemente de una iden-tidad propia para reconstruirse y por lo mismo, debía romper con todaclase de compromisos y contemporizaciones relativas a las posicionesadoptadas por algunos líderes de la naciente Iglesia cristiana. Estasituación, con toda la polémica y apologética que ello conlleva, es loque de una u otra forma se refleja en el Nuevo Testamento. De estaforma, la autoconciencia de Jesús, cómo el se entendía a sí mismo, seve oscurecida por el reflejo de la problemática y puntos de vista queacuciaban a los escritores neotestamentarios. Por esta razón, es impor-tante escoger el evangelio más antiguo, el de Marcos, escrito, segúnalgunos, por los años 50.

Como afirma Fraijó, el camino que conduce a la autoconcienciade Jesús es muy espinoso. No creo que podamos transitar por él. Ni


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siquiera está disponible nuestra propia autoconciencia. Mucho menosla de un hombre del que nos separan veinte siglos1. Por eso, Fraijóelige el camino indirecto. Parte de abajo, del recuerdo y de la reflexiónde los discípulos.

GGAALLIILLEEAA YY NNAAZZAARREETT

Para comprender, en parte, la religiosidad de Jesús, es precisoencuadrar con precisión la idiosincrasia del pueblo y región a que per-tenece: Galilea y Nazaret. Galilea está separada de Judea y su capitalJerusalén por Samaría judío-pagana. Era la provincia religiosamentemenos observante, socialmente más oprimida y, en consecuencia, polí-ticamente más inquieta. Galilea no sólo había sido el origen del movi-miento Zelota, rabiosamente nacionalista y antirromano, sino que esteaspecto era consecuencia del carácter de sus habitantes que teníanfama de vigorosos, bravos y amantes de la libertad.

Sucedió que en aquellos días llegó Jesús desde Nazaret de Galilea(Mac. 1,9). Nazaret, en tiempos de Jesús, era probablemente una aldeade poca importancia, pues no se nombra ni en el A.T. ni en FlavioJosefo. Estaba situada a 4,5 Km. al sur de la antigua capital Séforis, enla montaña a unos 30 Km al oeste del Tiberíades y del lago deGenesaret. La región montañosa donde se encontraba Nazaret tenía lafama de ser un nido de exaltados, y en ella se conservaban los idealesjudíos con mayor pureza, como sucedía en otros lugares más retiradosde Galilea. Concretamente, en Séforis, se había hecho fuerte Judas deEzequías, un guerrillero nacionalista de principios del siglo I.

Galilea tenía una población mezclada. Algunas ciudades comoTibiríades y Séforis eran en su mayor parte paganas. Griegos, sirios yromanos estaban por toda la región. Es lógico, pues, que entre losoyentes de Jesús habría paganos, incluso en las sinagogas. Estrabón, ensu “Geografía XV 1, 2, 3, 4, se refiere a tribus egipcias, árabes y feni-cias existentes en Galilea. Es fácil que la misión entre paganos hayaempezado aquí.

1 Fraijó, M., El cristianismo. Una aproximación, Trotta, Madrid, 2000, pág. 84.


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La distancia entre Galilea y Jerusalén, así como la separación polí-tica de las dos regiones desde la muerte de Herodes el Grande (4 a.C.),favorecía, sin duda, el plan de Jesús. En Galilea, podía escapar mejoral control de los círculos dirigentes, a la vez que los galileos eran des-preciados por la ortodoxia de Jerusalén y no se interesaban tanto porlas minucias de la Ley. Además, por las razones dadas, formaban unaregión muy cosmopolita.

Por todo ello, no es de extrañar que los primeros discípulos deJesús, Simón y Andrés, tengan por lo menos, una manera de pensarzelota. También parece, en cierto modo, explicable la actitud crítica deJesús hacia la ley o, al menos, el medio que lo rodea lo pone en cami-no, junto con sus profundas vivencias religiosas, para ir a lo más bási-co y esencial de la misma.

El universalismo de Jesús puede estar enraizado, aunque no exclusi-vamente, en el ya indicado carácter cosmopolita de su tierra que le habrállevado a una mejor comprensión de las profundidades del ser humano.

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La gran mayoría de intérpretes cristianos y judíos sobre Jesúsestán de acuerdo en que lo importante y decisivo para él, no era laobservancia de la Ley en sí, sino el hombre concreto. Así se refleja enel evangelio de Marcos. Pero, el interés de Jesús se centra total y abso-lutamente en el hombre porque primeramente está centrado total yabsolutamente en Dios.

Jesús actuaba desde una experiencia de Dios, desde una vincula-ción con Dios y desde una inmediatez a Dios absolutamente excepcio-nales cuando -en confrontación con los gobernantes- proclamaba lasoberanía y voluntad de Dios y se negaba a admitir sin más las estruc-turas de poder humanas2. Marcos, en su evangelio, expresa maravillo-samente estas experiencias de Jesús cuando describe su bautismo3. En

2 H. Küng, El judaísmo, Trotta, Madrid, 1993, pág. 319.3 Mc. 1, 9-11.


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efecto, Jesús aparece sólo, no está mezclado con otros, y no confiesa suspecados. Juan bautizaba “a medida que confesaban sus pecados”4, perosobre Jesús no se menciona tal aspecto. Jesús acude a Juan el Bautistapara ser bautizado. Es un hecho cierto, pues, de no ser así, la primitivacomunidad cristiana no lo hubiera aceptado por representar en ciertomodo un sometimiento de Jesús al jefe de un movimiento ajeno.

El bautismo joánico exigía la “enmienda”5. Esta palabra denota uncambio de actitud hacia los demás, que se traduce en un cambio deconducta. No contiene referencia a Dios, sino al hombre; en eso difie-re de la “conversión”, que implica la vuelta a Dios6. Se trata, pues depecados de injusticia, daño habitual e intencionado al prójimo, sobretodo a los más débiles, como en toda la tradición profética anterior. Losque se bautizaban debían tomar conciencia de toda su responsabilidadcon relación a la situación injusta. Era, pues, todo un compromiso. Enesta línea, Jesús, que no confiesa pecados, por lo mismo, no tiene nece-sidad de enmienda, expresa con su bautismo la disposición a una entre-ga total, a un compromiso sin límites.

Si bien, el bautismo por inmersión es un símbolo de muerte en Jesús,la bajada al agua con todo su compromiso va seguida de un “subir” llenode sentido. A este “subir” de Jesús sigue “inmediatamente” la respuestaceleste a su pleno compromiso, expresada a modo de una experienciaíntima. En la descripción de Marcos, el cielo no se abre como en Mateoy Lucas, sino que se rasga, lo cual implica cierta violencia: el compro-miso de Jesús es de tal calibre que “rasga el cielo”, rompiendo la fronte-ra entre Dios y el hombre. Dios no puede contener la expresión de suamor cuando encuentra en el hombre un amor como el suyo.

Jesús “ve” que el Espíritu, realidad divina, baja hasta penetrar enél. Esto es, sin duda, una experiencia mística. Jesús “sube” del agua yel Espíritu “baja” a su encuentro. Pero, no se queda en una simpleaproximación. El Espíritu inunda, empapa totalmente a Jesús, como un

4 Mc. 1, 5.5 Mc. 1, 4.6 Mateos, J. y Camacho, F. El Evangelio de Marcos, t. I, El Almendro, Córdoba,

1993, pág. 67.


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nuevo bautismo. El apego de la paloma a su nido era proverbial y seusaba, a menudo, en comparaciones. El Espíritu baja hasta Jesús, converdadera avidez, velozmente, como la atracción irresistible que sien-te la paloma por estar en su nido. Es la atracción violenta que ejercesobre Dios el compromiso total de Jesús.

Los textos proféticos como Is 61, 1s, sobre la donación delEspíritu, confirman que la enmienda pedida por Juan se refería a laopresión e injusticia y que, en el bautismo, Jesús expresa su compro-miso de enfrentarse con ellas.

...Y hubo una voz del cielo, continúa la descripción del bautismoen Marcos. En correspondencia con el “vio” rasgarse el cielo, Marcosdebería haber dicho aquí: y oyó una voz del cielo. Sin embargo, nointeresa el sonido necesario para que algo se oiga. Sólo interesa elsuceso, la experiencia; la comunicación no es realmente auditiva, sinoque es la experiencia interna consciente de lo expresado por la voz.Después de analizar el texto, Juan Mateos parafrasea de la siguientemanera: vio... al Espíritu bajar hasta [entrar en] él y [en aquel momen-to] percibió una comunicación de Dios: Tú eres mi Hijo...7

Lo que dice esa voz: Tú eres mi hijo, el amado, en ti he puesto mifavor es la explosión del amor divino que responde al compromiso deJesús a favor de los hombres y la total aprobación de la línea que se hapropuesto seguir.

Las experiencias místicas de Jesús fruto de la vivencia de su pro-pia religión judía, no le llevan a olvidarse del hombre, antes al contra-rio, lo llevan a entregarse más a él.

JJEESSÚÚSS YY LLAA TTOORRÁÁ

Jesús jamás quiso abolir o poner en duda la autoridad de Moisés.Tampoco intentó suprimir la Torá; él siempre deseó cumplirla. Pero esnecesario preguntarse ¿qué significa para Jesús “cumplir” la Ley?Existe, actualmente, un notable consenso en que para él, cumplirla sig-

7 Id. Pág. 88.8 Hans Kung, op. cit., El judaísmo, pág. 314.


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nifica “profundizar, concentrar y radicalizar la Ley de Dios”8. Jesús, lovemos claramente en Marcos, está sumamente convencido de que nopuede existir en la Ley nada que vaya contra la voluntad de Dios, quebusca siempre el bien del hombre. Por todo ello, Jesús cumple la Leycuando:

• Explora la intención básica de Dios en la Ley. De esta forma laprofundiza.

• Une los dos grandes amores, el amor a Dios y el amor al próji-mo. Este amor es el gran concentrador de la Ley.

• Cuando extiende el amor al prójimo, no sólo al próximo, al com-patriota, sino también a los enemigos. Radicaliza así la Ley, con unperdón sin límites y una entrega total.

En contra de lo afirmado por algunos, Marcos no presenta a Jesúscomo un rabí entre rabíes. Recordemos que el título “rabí” significa“mi grande”, es decir, “mi señor”, y se usaba para dirigirse a los maes-tros de la Ley, que la exponían dentro de unos límites. En Marcos, rabíse encuentra sólo tres veces, dirigido a Jesús, es cierto; pero analice-mos. Dos veces se pone en boca de Pedro, el que lo negará (9, 5; 11,21). Y otra vez, en boca de Judas, el que lo traicionará (14, 45). Pedroy Judas tratan de asimilar a Jesús a los doctores legalistas, mostrandoasí una tremenda incomprensión de lo que él representa.

Sin embargo, el término arameo “rabbouní”, que Marcos (10,51)pone en boca del ciego curado no tiene esa connotación.

En la base de la “profundización, concentración y radicalización”de la Ley, se encuentra el Dios de Jesús, que en Marcos, ama a lahumanidad entera y quiere comunicarle vida. Es el secreto del Reino.

Como ejemplo, puede servirnos la curación del leproso (Mc. 1,40-45). Los datos históricos sobre el concepto de lepra y clases no inte-resan para la interpretación del pasaje. La persona que padecía enfer-medades de la piel, más o menos repugnantes, era considerada impuray por lo tanto no aceptada por Dios y excluida del pueblo elegido. Estamarginación religiosa va a ser denunciada por Jesús, sacudiendo así loscimientos teológicos del judaísmo.

La postura del leproso, de rodillas, quizá intente prevenir queJesús no castigue su transgresión de la Ley, por haberse acercadodemasiado. Aquel suplica, no que lo cure, sino que lo limpie, que lo


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purifique. Se subraya así el aspecto religioso. Lo que interesa ante todoal leproso es conseguir su relación con un Dios que lo rechaza9.Posiblemente, la petición se apoya en un precedente famoso, el de 4 Re5,11, en que el profeta Eliseo cura de lepra a un pagano, sirio. Seinsinúa que la acción de Jesús alcanza a los enemigos, a los paganos.

En el V. 41, aparece el verbo “conmoverse”, verbo que en el N.T.se aplica sólo a Dios y a Jesús y en la literatura de la época se utiliza-ba para significar la ternura del amor de Dios por los hombres10. Jesústoca al leproso, con lo cual hace algo prohibido por la Ley, y se vuel-ve impuro. Niega con su gesto que Dios excluya al leproso.

Como nos dice el V. 43, Jesús riñe al leproso después de limpiar-lo de su mal. Quizá la razón sea porque sigue creyendo que, de verdad,antes Dios lo rechazaba y esta forma de pensar sobre Dios es intolera-ble para Jesús. De hecho, le manda presentarse al sacerdote para quecumpla las prescripciones de Moisés -no de Dios- “como prueba con-tra ellos” (V. 44). Esta última expresión está en la línea de M. 10, 4-9,donde Moisés es infiel a Dios cediendo a la dureza del pueblo, a propó-sito del repudio. En el mismo judaísmo existían dudas sobre el origendivino de algunos preceptos de la ley. La intención de Jesús no essometer al leproso a un rito de purificación, pues él mismo ha queda-do impuro al tocarlo y no acude a purificarse. Es hacerle caer en lacuenta de que son unos ritos que se vuelven contra ellos. Son una prue-ba contra la institución judía y contra las complicaciones de la Ley.Con Jesús, todo va a ser mucho más sencillo porque él va a lo másesencial, al meollo de su propia religión judía. Ritos tan complicadosy costosos son la mejor prueba de su falta de autenticidad11.

JJEESSÚÚSS EENN CCOONNTTRRAA DDEELL FFAANNAATTIISSMMOO DDEE LLAA LLEEYY

Si bien es verdad que Jesús vivió enteramente sujeto a la Ley, enlíneas generales, e incluso la recrudeció, sin embargo, nunca vaciló,

9 Mateos, op. cit. pág. 183.10 Mateos, op. cit., pág. 184.11 Mateos, op. cit., pág. 186, nota 19.


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cuando lo creyó conveniente, en actuar de forma totalmente contrariaa la Ley. Sin derogarla se situó sobre ella. Vamos a fijarnos en los datosadmitidos por los exégetas más críticos:

• Ninguna pureza meramente exterior: “no hay nada que desdefuera del hombre entre en él y pueda hacerlo profano; no, lo que saledel hombre es lo que hace profano al hombre”12. Jesús, en este pasaje,se dirige tanto a sus discípulos judíos como a los seguidores no judíoso provenientes del paganismo13. Por esta razón, el principio que va aenunciar vale para toda su comunidad y, por tanto, para la humanidadentera. Para los fariseos, estaban lejos de Dios los que no pertenecíana Israel, los que eran paganos, y los mismos judíos si no observabanestrictamente la Ley. Con su afirmación, Jesús, no sólo se opone a unatradición o forma de interpretar la Ley, sino que se opone frontalmen-te a la misma Ley escrita del Antiguo Testamento. Desde que Jesúspronunció su frase, la limpieza ante Dios sólo la da la limpieza delcorazón: se acabó la distinción entre un orden profano y otro sagrado.La última frontera entre judíos y paganos ha sido borrada. Las leyessobre los alimentos separaban al pueblo judío de los otros pueblos dela tierra, no pudiendo mantener con ellos comunión de mesa o de fami-lia. Ahora, no hay razas ni nacionalidades, todos somos iguales, Jesússigue siendo un valor de actualidad.

• Marcos expuso aquí lo que de forma figurada había expresadocon el tema del leproso o del paralítico. Es el sentir de Jesús, no hayduda sobre ello. La universalidad del mensaje es irreversible.

• Jesús transgrede la ley del sábado: para este desarrollo, nos basa-mos principalmente en Mc. 2, 23-28 y 3, 1-6. Jesús permite a sus discí-pulos coger espigas en sábado y él mismo realiza numerosas curacio-nes. Muchos hemos vivido la intransigencia con que en muchas parro-quias rurales se exigía el cumplimiento de la ley del descanso domini-cal.

Jesús, aún siendo cumplidor, ha manifestado una gran libertadsobre la Ley, y sus discípulos se van liberando del rigorismo con que

12 Mc. 7, 15.13 Mateos, Juan y Camacho, F. El Evangelio de Marcos, Tomo II, El Almendro,

Córdoba, 1993, pág. 143, 144.


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se interpretaba y de la misma casuística farisea. Los discípulos arran-can espigas para abrir camino, pero Marcos no aduce razones de esteproceder, no menciona el hambre, tal como hacen Mateo y Lucas, nisiquiera la finalidad de comer el grano. Marcos concentra intenciona-damente la atención sobre el hecho de arrancar espigas y, por lo tanto,en una verdadera transgresión de la Ley. Mateo y Lucas se ven en lanecesidad de suavizar el texto, como para suavizar el escándalo. Losdiscípulos obran con gran libertad, sin que Jesús se lo mande, niimitándole en este caso.

Frente al mandamiento por autonomasia, el mandamiento defen-dido por todos con la mayor decisión, es decir, el descanso sabático,Jesús concede a los hombres una libertad radical cuando pronunciaaquellas palabras, sin duda auténticas: “el precepto del descanso sehizo para el hombre, no el hombre para el precepto”14. Esto debióescandalizar en sumo grado a los hebreos de aquella época. Tanta fuer-za tenía el cumplimiento del sábado que, según una tradición judía,Dios mismo lo guarda en el cielo en compañía de todos los ángeles.

Todo lo que hemos visto sobre pureza y descanso festivo pertene-ce, sin duda, al núcleo histórico de los evangelios. De no ser así, jamáslos escritores evangélicos hubieran atribuido a Jesús dichas actitudessumamente escandalosas para la piedad tradicional judía. Para suavi-zar el escándalo, Mateo y Lucas silencian la frase revolucionaria yamencionada. Incluso Marcos le da un valor cristológico cuando añadeque “el Hijo del Hombre es también dueño del día de precepto”15. Deesta forma, se autocorrige consignando que no es simplemente el hom-bre, sino el Hijo del Hombre el dueño del sábado.

Está claro que Jesús distingue muy bien lo fundamental de la reli-gión de todo lo que es accidental. Todo es producto de su actitud bási-ca, capacidad de síntesis y sentido globalizador, o de su experiencia mís-tica que reduce toda la relación con Dios a lo puramente fundamental.

14 Mc. 2, 27; en la misma línea véase, Mc. 3, 4.15 Mc. 2, 28.


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Los evangelios de Mateo, Lucas y Juan hacen en parte una carica-tura de los fariseos debido a que eran los únicos representantes deljudaísmo oficial que había quedado después de la caída del templo y deJerusalén. En esas circunstancias, los fariseos intentan reconstruir lareligiosidad judía y se cierran sobre sí mismos, siendo los principalesadversarios de las jóvenes comunidades cristiana. Pero no es este el casode Marcos, escrito bastante antes de dichos sucesos, probablemente porlos años 50. En consecuencia, existen documentos eclesiásticos actualesque piden un cambio de actitud respecto a los fariseos, como sucede conla declaración de la Conferencia Episcopal Alemana de 1980.

Los fariseos, como separados, que esto significa su nombre, toma-ban totalmente en serio los mandamientos de Dios y los observabancon escrupulosidad. Partiendo de Ex. 19,6, que habla de Israel comoun reino de sacerdotes y pueblo santo, trataban de asimilarse a lossacerdotes cumpliendo las prescripciones de pureza que sólo a ellosobligaban, junto con otras prescripciones más propias de la mismaclase. Sin embargo, viendo que algunas de estas imposiciones podíanresultar de difícil cumplimiento para el pueblo, trataban, por medio deuna hábil casuística de acomodación, hacer más fácil la vivencia de laLey. Por ejemplo, en sábado no era lícito sacar nada de casa. Pero losfariseos entienden que los patios de varias casas son como un recintodoméstico común, con lo cual, mover las cosas de un domicilio al patiopuede considerarse como moverlas dentro de la propia casa. Estáprohibido trabajar en sábado, pero, según los fariseos, si hay peligropara la vida de personas o de animales, puede hacerse.

Vistas así las cosas, ¿no podríamos decir que Jesús tenía muchospuntos en común con los fariseos? Son a menudo, distintos los puntosde vista de los investigadores cristianos sobre Jesús de los de los inves-tigadores judíos. Con bastante frecuencia, los cristianos adoptaron unaactitud tendenciosa alimentada, quizá, por la postura dominante dentrode las propias iglesias. De esta forma, han olvidado los puntos comu-nes de Jesús con los fariseos, en contra del judaísmo de Jesús.

La mayoría de intérpretes judíos ven a Jesús muy cercano a losfariseos, e incluso algunos llegan a decir que fue un “fariseo del amor”,considerados como los únicos fariseos buenos de los que se enumeran


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en el Talmud. No obstante, se debe afirmar que la cuestión no es tanfácil de resolver. En las cuestiones sobre Jesús, hay, a menudo, un con-trapunto o matización que se debe tener en cuenta.

Lo fundamental para los fariseos, es decir, la autoridad de Moisésy la Torá o Ley, tenían también para Jesús un peso notable. Jesús res-petaba la autoridad de Moisés, aunque discernía, como otros de sutiempo, cuándo Moisés transmite un mandato divino y cuándo no. Porotra parte, Jesús no trata de abolir la ley sino de cumplirla, comovemos en otro apartado.

El fariseo del amor es el que obedece a Dios por amor, en contra-posición del que obedece a Dios por temor o fariseo del temor. Existen,además, el fariseo con contusiones, (que golpea su cabeza contra lapared para no tener que mirar a una mujer), el que lleva a cuestas susbuenas obras y algunos más. Sólo es tenido por verdadero fariseo el delamor. En los evangelios, hay alusiones a varios tipos de fariseos,menos a este último. En Marcos, podemos consultar 2,16; 2,24; 3,6;7,1; 8,15; todos ellos, ejemplo de incidentes negativos.

¿Está Jesús en la línea de los fariseos del amor? En efecto, existenparalelos o analogías rabínicas a varios aspectos doctrinales de Jesús.El amor a Dios y al prójimo se encuentran también en la Biblia hebrea.Pero, es necesario no olvidar los enfrentamientos y contrastes de Jesúscon los fariseos, como los acabados de citar, esos contrastes establecendesde un principio el trasfondo problemático de la proclamación delreino de Dios que Jesús hace16. Así, en Mc. 2,16 se denuncia la opre-sión que se ejerce sobre los pecadores y publicanos. Si se acepta, conBover y otros, la lectura más difícil, se trata de fariseos que a la vezson letrados y por tanto opresores con su interpretación de la Ley. Deahí que Jesús conteste que “los que son fuertes”no necesitan médico,en clara alusión a varios textos de Isaías en que los fuertes son los jefesy opresores del pueblo. Los que se encuentran mal son en Ez. 34,4 elpueblo abandonado por sus dirigentes. Jesús no vino a invitar a los quese tienen por justos basándose en el cumplimiento de la Ley.

El pasaje de 2,24-28 lo comentamos en otro lugar, pero también enél se ve cómo Jesús aprovecha la forma contrapuesta de pensar para trans-

16 Kung, op. cit. El judaísmo, pág. 315.


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mitir su mensaje sobre el Reino de Dios, el hombre es la base para inter-pretar la Ley. Sigue en la misma línea 3,1-7, sobre la pureza externa. En3,9-13, nos dice que primero es cuidar de los padres que hacer promesasy ofrecimientos a Dios que vayan en detrimento de esa obligación.

Mc. 8,15 es una especie de resumen. Si “levadura” proporciona aveces la idea de corrupción, Jesús trata de corrupta e inaceptable la ide-ología de los fariseos, incompatible con el mensaje de Jesús.

En cuanto a sentencias equivalentes a las de Jesús, no es lo mismoencontrar una de ella -y no más- en un rabino, siendo por lo tanto nece-sarios tantos rabinos como sentencias transmitidas de Jesús17, que encon-trarse todas ellas en una sola persona. Lo importante es la globalidad delmensaje de Jesús, cosa que no logra ningún rabino ni ningún fariseo.Jesús, comparado con los fariseos, es de una liberalidad sorprendente.

RREELLAACCIIÓÓNN DDEE JJEESSÚÚSS CCOONN OOTTRROOSS GGRRUUPPOOSS JJUUDDÍÍOOSS

La narrativa de Marcos nos muestra a Jesús interactuando condiferentes grupos del judaísmo de la época. La manera en que descri-be a estos grupos hace a veces, difícil la división en categorías. Unasveces, se trata de representantes de diferentes halakhot, como son losfariseos y los saduceos; otras, se refieren a funciones, como los ancia-nos, los escribas y los sacerdotes. Así, en Marcos 2,16 aparecen escri-bas que eran a la vez fariseos. También se habla del grupo político delos herodianos; además del uso de la sinagoga y el templo para entraren contacto con el colectivo de fieles del judaísmo.

Las interacciones entre Jesús y los demás grupos se refieren a suestilo de interpretar o establecer la lectura verdadera de la Ley. Marcospresenta a Jesús como un judío que trata de establecer una nueva inter-pretación de la Ley como veremos en otro apartado.

Esas relaciones de Jesús con los diversos grupos son bastante aca-loradas, exceptuando el relato con el escriba de 12,28 cuando este lepregunta sobre el primero de los mandamientos. Jesús lo alaba dicién-dole que no está lejos del reino de Dios18.

17 Id. Pág. 315.


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Existen dos grupos de judíos con los cuales Jesús establece unarelación positiva. El primero de ellos es el movimiento de JuanBautista que aparece en relación con Jesús en 1,1-13 y con referenciaa él en 6,14-29. En comparación con el grupo de Jesús aparece en 2,18como gente que tiene la práctica del ayuno, al igual que los fariseos,mientras que los discípulos de Jesús no son ascetas, no ayunan y niJesús se interesa porque ayunen.

Un segundo grupo se describe en el pasaje de 9,38-41. Aunqueposiblemente trata un problema de la primitiva comunidad cristiana dela época de Marcos refleja, sin embargo, el talante de Jesús en líneacon todo el evangelio. “Expulsar los demonios” significa liberar de losfanatismos violentos que bloquean a la persona como ya quedó indi-cado. En este pasaje Juan, que habla por boca de los Doce, excluye elseguimiento de Jesús que no conlleve el pertenecer a su grupo. Sinembargo, triste realidad, ellos mismos no están siguiendo a Jesús y poresta razón no fueron capaces de expulsar el espíritu mudo (9,28). LosDoce mantienen una actitud de intolerancia y tratan de monopolizar aJesús. Este, por el contrario, no admite el exclusivismo de los Doce. Loimportante para Jesús no es pertenecer al grupo de los Doce, sino la fe-adhesión a su persona, trabajando a la vez por la liberación de losdemás hombres de todo fanatismo institucional.

Marcos nos muestra que conoce, al menos, un grupo diferente alos Doce que también sigue a Jesús.

Una vez observados los grupos con los que de una u otra forma serelaciona Jesús, podemos echar una breve mirada sobre los temas que sedebaten en la forma halákhica de Jesús y la de los demás. Así por ejem-plo, el ayuno (2,18), ejemplos de observancia del Sabbath (2,23-27; 3,1-

18 Enumeramos algunos de esos incidentes negativos:Fariseos: 2,16-22; 2,23-28; 3,1-6; 7,1ss; 8,15.Herodianos: 3,6; 8,15; 12,13ss.Escribas: 1,22;2,6-12; 2,16-22; 3,22-30; 9,14; 12,28-34; 10,33-34; 11,27-

33;12,38-40; 14,1; 14,53-65; 15,31-32.Ancianos: 8,31; 11,27-33; 14,53-65.Sumos sacerdotes: 10,33-34; 11,27-33; 14,1; 14,53-65; 15,31-32.Saduceos: 12,18-27.


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5), un pasaje complejo referido al lavado y las ofrendas rituales ((7,1-23), causas de divorcio (10,1-12), tributos a Roma (12,13-17), “el pri-mero de todos lo mandamientos” (12,28-31), el Mesías (12,37), el largodel ropaje y los asientos en las sinagogas (12,38-40), el valor relativo delas ofrendas del rico y del pobre (12,41-44) y el Templo (11,15-18; 13,2).

Sin embargo, con su propia halakhá, no hay ningún indicio enJesús de que su intención sea separarse del judaísmo. Más bien seobserva que los conflictos que describe Marcos son compatibles con lapermanencia dentro del judaísmo. No en vano, Juan Pablo II, en elmismo comienzo de su pontificado, (12 de marzo de 1979), enMaguncia, tuvo la osadía de declarar: “Nuestras dos comunidades reli-giosas están vinculadas al mismo nivel de su propia identidad”, y en lagran sinagoga de Roma, el 13 de abril de 1986: “la religión judía no noses extrínseca, sino en cierto sentido, es intrínseca a nuestra religión”.

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Uno de los momentos en que se muestra de una manera general lareacción de Jesús en contra de la opresión de las instituciones judías esen la liberación de las personas poseídas. Ya en 1,21b-28 se presenta elprimer pasaje al respecto. Es sábado y en la sinagoga se encuentra unhombre poseído por un espíritu inmundo y que habla en plural. Las pala-bras tienen un interés especial. Si ese hombre estaba en la sinagoga esporque forma parte de los que cumplen la Ley y reciben la enseñanza delos letrados, encontrándose en el mismo engaño que los demás fieles.También ha experimentado la autoridad con que hablaba Jesús (v.22).

Pero ese hombre está poseído de un espíritu inmundo. De inter-pretarse al pie de la letra, no podría estar en la sinagoga por su impu-reza. Sin embargo, no hay problema en que esté presente. Por estarazón, para Marcos no se trata de un agente externo, personal, que opri-me y despersonaliza al hombre, sino de un factor alienante que priva alhombre de su capacidad crítica y lo lleva por el camino de la violencia.Las palabras que pronuncia manifiestan que se trata de un partidarioincondicional de la institución a la que representan los letrados en lasinagoga, a quienes debió herir profundamente la autoridad de Jesús(v.22). Según el v.24, saben que Jesús es Nazareno y les extraña quevenga a destruirlos. En efecto, la región montañosa de Galilea, la zona


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de Nazaret, tenía fama de un espíritu exaltado y en ella había tenido sureducto algún guerrillero nacionalista. Aunque a Jesús se le llama el“Consagrado por Dios” aquí se ve que el poseído lo proclama comoMesías tal como la ideología del judaísmo lo entendía: proclamaciónde la monarquía de David, dominación de los pueblos paganos y some-timiento a las instituciones y a la Ley. El poseído pretende que Jesúsadopte como programa la obtención del poder político en Israel. Jesúsno puede admitir esa ideología y le manda callar, libera al poseído deldominio ideológico que lo esclavizaba bajo la forma de fidelidad reli-giosa y patriótica y le devuelve su libertad. Ya no está alienado.

La diferencia entre los demonios y los espíritus inmundos radicaen que la violencia fanática de aquellos no aparece sólo ocasional-mente, sino que es conocida por todos. La expulsión de los demoniosen la gira por Galilea puede interpretarse como una discusión con indi-viduos o con círculos fanáticos19. Que la interpretación no puede serliteral se refuerza con el hecho de la cantidad de personas endemonia-das o posesas dentro del judaísmo que aparecen en Marcos(1,23.32.39; 3,11.13; 5,2).

Además, el uso de paralelos también nos conduce al simbolismoen la interpretación. En 5,2, comienzo de su primera visita a tierrapagana de Garasa, se da la misma fórmula que en 1,21b, primer con-tacto de Jesús con la institución judía: “un hombre poseído por un espí-ritu inmundo”. La diferencia es que el poseído en la sociedad judíavivía integrado en institución religiosa y pasa inadvertido hasta queaparece exasperado por la enseñanza de Jesús; en territorio pagano, sucomportamiento es de ruptura con la sociedad. Posteriormente, trata-remos del Templo como una institución especial y clave.

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Es necesario situar primeramente la actividad del Templo. Se con-vertía en un gran mercado anual que comenzaba tres semanas antes dePascua. Al igual que hoy en cualquier mercado, eran necesarias unas

19 Mateos, J. y otro, op. cit., Tomo I, pág. 181.


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licencias para instalar los puestos comerciales, las cuales revertían alsumo sacerdote. Incluso algunas tiendas pertenecían a su propia fami-lia. Según algunos, es casi seguro que la venta de animales para lossacrificios estuviese en manos de la poderosa familia del sumo sacer-dote Anás.

En Pascua, Jerusalén con unos 55.000 habitantes podía recibirunos 125.000 peregrinos y se sacrificaban unas 18.000 víctimas pas-cuales.

El episodio de la purificación del templo20 no adquirió la forma deun tumulto pues, en ese caso, habría intervenido rápidamente la policíadel templo y la cohorte romana de la Torre Antonia, situada en unángulo del mismo templo. Es fácil que el mismo Marcos haya exage-rado un tanto la escena para darle mayor viveza narrativa. No hubo,pues, ninguna provocación de tipo zelota. Fue quizá un acto de senti-do profético para condenar todo el tráfico comercial que se realizabapara un gran enriquecimiento de los jerarcas, y salvar el lugar comopropio de una casa de oración. En este aspecto sí hubo una grave pro-vocación a la jerarquía y a la gran masa de comerciantes que estabanalrededor.

Al igual que Jesús se había mostrado con un pensamiento propioacerca de la interpretación de la Ley, también manifiesta su punto devista acerca del otro gran pilar doctrinal y espiritual del judaísmo, quees el Templo. Jesús relativizó el templo como relativizaría hoy las igle-sias. No en vano afirma Jesús que amar a Dios y al prójimo como a unomismo “es mucho mejor que todos los holocaustos y sacrificios”21.Jesús no estuvo en contra de las ofrendas, como buen judío; criticó losabusos como se ve en el episodio del templo e hizo su escala de prio-ridades. En línea con la cita anterior, es más importante la reconcilia-ción con el hermano que la ofrenda.

Aquí se ve, nuevamente, la fuerza de las vivencias religiosas deJesús. Está en Jerusalén y sabe que su actitud puede tener graves con-secuencias. De hecho, salvo en Juan por motivos teológicos, la purifi-

20 Mc. 11, 15-18.21 Mc. 12, 33.


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cación del templo está al principio de la semana trágica para Jesús. Sinduda que tuvo gran relación con todo lo sucedido. Pero Jesús es fiel asu conciencia y a sus vivencias religiosas.

La causa de Dios, como siempre, no es el culto ni el templo, es elhombre. Esta es la dirección de todo proceder de Jesús. Es la formajudaica del ser de Jesús.

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El tema de la no violencia de Jesús está íntimamente relacionadocon el carácter mesiánico de éste y de alguna forma con el llamado“secreto mesiánico” propuesto por Marcos. En la sociedad judía,existían diversos grupos ideológicos con su correspondiente actitud yactividad respecto al Mesías. Como grupo violento aparecen los nacio-nalistas fanáticos llamados zelotas. Pertenecen a la clase oprimida ypiensan que el reinado de Dios tendrá comienzo con una guerra santaen la que participará milagrosamente Dios y los paganos serán derro-tados, quedando Israel libre del dominio romano. Juntamente se pro-duciría una revolución social y política para mejorar la suerte de lospobres y depurar a los dirigentes indignos. Eran, además, reformistasradicales.

En Marcos 1,16ss., aparece la elección de Simón y Andrés queechaban las redes de mano en el mar, pues eran pescadores. Tienennombres griegos lo que hace suponer que pertenecen a un círculo judíono muy estricto. Como pertenecientes a la clase oprimida, no tienenbarca, echan las redes de mano.

Exceptuando el pasaje de Ez. 47, la metáfora de la pesca en bocade los profetas, tiene siempre connotaciones guerreras y de conquista,aunque, en tiempo de Jesús, la metáfora se aplicaba también a cuestio-nes de tipo cultural, social o psicológico. Pero la referencia al A. T.pone a esta pareja de hermanos en cercanía con los círculos zelotas.Más concretamente, la expresión “echar la red”, en el A. T., solamen-te se encuentra en Hab 1,17 que se refiere a las conquistas de Asiriadiciendo: “Echará su red y nunca cesará de matar naciones”.

Simón y Andrés dejaron inmediatamente las redes y lo siguieron(v. 18). Dejan su actividad violenta y lo siguen. La pesca de hombresa la que Jesús invita no tiene pues, sentido violento.


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Como vemos en otro momento, también los poseídos de espíritusinmundos y, sobre todo, demonios pueden tener una relación con laviolencia para salir de la opresión. Jesús no admite ningún dominioideológico y menos si conduce a la violencia. Echa afuera, expulsatodo tipo de alineación religiosa que puede conducir a la violenciafanática.

Históricamente, es probable que Jesús no haya empleado jamás eltítulo de Mesías para aplicárselo a él mismo. Según los evangelios, sonsiempre otros los que aplican el título a Jesús. En verdad, que si Jesúshubiera dicho que era el Mesías no habría aclarado mucho. El concep-to de Mesías no era el mismo para los zelotas que para los rabinos. Paraestos últimos, sería el maestro de la Ley. Para los zelotas, como dijimosarriba, pondría en fuga al enemigo, a los romanos, usando para ello laguerra, la violencia, hasta donde fuera necesario. De ahí, la necesidaddel “secreto mesiánico” hasta que Jesús haya muerto y resucitado. Nopodría entenderse correctamente hasta ese momento. Pedro mismo, enla transfiguración, lo entiende todo al revés y Jesús tiene que pedirlesque no cuenten nada para evitar nuevos malentendidos. Para Pedro,Jesús es el Mesías nacionalista apoyado por la Ley y los Profetas. Sinembargo en Ex. 34,35 Moisés conversa con Dios para recibir sus ins-trucciones. En la transfiguración conversa con Jesús, junto con Elías,para recibir sus órdenes. Jesús toma el lugar de Dios. Pedro, recordan-do la gran fiesta nacionalista de las Chozas, quiere hacer tres chozas:una para Jesús, otra para Moisés y otra para Elías. Los tres personajestienen el mismo valor: Mesías, Ley e instituciones y profetismo. Lostres son válidos y, por lo tanto, la Ley con todas sus tradiciones e insti-tuciones siguen vigentes. De ahí, que Pedro llame a Jesús Rabbí. Pedro,Santiago y Juan deben guardar silencio hasta que pase el calvario, paraque no contaminen a los demás de sus ideas nacionalistas y zelotas. Seve cómo Jesús los va educando para la no violencia.

Jesús se muestra siempre en la línea del sermón de la Montaña (ode la Llanura) que muestran los otros tres evangelistas. Al desplegar elespíritu de la no violencia está de acuerdo con algún maestro de la Ley.Pero, como decimos en otro lugar, lo que cuenta en Jesús no es quealgún maestro judío haya dicho lo mismo, porque muchas de las cosasque dijo Jesús ya las había dicho algún otro compatriota de su religiónjudía. Pero siempre de forma dispersa: uno, un aspecto y otro, otro


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aspecto. En Jesús se dan todos a la vez. En Jesús cuenta la globalidad.En este sentido, Jesús es el judío perfecto.

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Comprender a Dios como Padre, como Papá, como Papaíto, haceposible concebir una nueva imagen suya. Al menos, la hace muy posi-ble. Jesús parte de esta actitud básica y llega a donde nadie había pen-sado. Presenta una imagen de Dios inédita. El Dios de Jesús, el DiosPapá, es tan bueno, tan amable, tan Papá y Mamá, que nos perdona yolvida las culpas a la menor señal de arrepentimiento. El Dios queconoció Jesús en el judaísmo, también perdonaba, pero en un clima deseveridad. Jesús transforma a su propio Dios, al Dios que aprendió desus padres. Ya no será el Dios de la justicia, sino el Dios del amor ale-jado de todo rigorismo, flexible y generoso. Es verdad que Marcos notiene la parábola de los viñadores que trabajan de sol a sol junto conlos que se incorporan a última hora, dándoles el mismo salario; ni ladel hijo pródigo, por ejemplo. Pero presenta una serie de narracionessimbólicas que ponen de manifiesto a un Dios que se entrega a loshombres. Veamos la del paralítico (2, 3-12):

El paralítico tiene en la narración el carácter de representativo dela humanidad pecadora y en concreto de la comunidad pagana deMarcos (Marcos tiene también un grupo de cristianos de origen judío).El paralítico y sus portadores son inseparables. Él es un personaje anó-nimo y sin voz, prototipo de invalidez. Los portadores también sonanónimos y sin habla, pero son cuatro. Este dato proporciona unabuena clave para la interpretación. El número cuatro expresa princi-palmente totalidad y universalidad, el mundo y la humanidad entera.También cuatro veces se menciona la camilla (2,4.9.11.12) y cuatro los“pecados” (2,5.7.9.10). toda la humanidad pagana es pecadora y seencuentra paralítica. “Viendo Jesús la fe de ellos, le dice al paralítico:“Hijo, se te perdonan tus pecados” (v.5). y aparece una incongruencia:si los pecados se perdonan por la fe, ¿cómo es que se perdonan lospecados del que no se dice que la muestra y nada se dice de los que lamanifiestan? Parece indicar que tanto los portadores como el paralíti-co son el mismo personaje.


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En los v.v. 6-7, se muestra la doctrina oficial judía y los letradosjuzgan con absoluta seguridad, pues lo que contradice a la doctrina ofi-cial es blasfemia, que se castiga con la lapidación. Todos los partidosreligiosos, sin distinción, están de acuerdo en que sólo Dios puede can-celar los pecados; pero, aún así, nadie podía tener la certeza de estar abien con Dios, pues nadie podía estar seguro de que Dios le hubieseperdonado. Frente a esta inseguridad se presenta la certeza que expre-sa Jesús.

La curación del paralítico será la prueba de que Dios ha perdona-do los pecados, pero hacer andar a un paralítico se consideraba impo-sible. De hecho, nunca en el A.T. se habla de paralíticos, ni de su cura-ción. Marcos personifica aquí, como ya se indicó, la situación de lahumanidad pagana considerada como la de un incurable paralítico.

Varias cosas más se podrían decir sobre el comentario de estetexto, pero el hecho es que todos se quedaron atónitos y alababan aDios diciendo “Nunca hemos visto cosa igual” (v. 12). Alababan aDios. La reacción no se dirige directamente a Jesús, ni se le menciona.Jesús enseña lo que Dios es: amor a toda la humanidad y de esta nuevaidea de Dios nace la alabanza.

El Dios que presenta y manifiesta Jesús es muy distinto del pre-sentado por la teología judía. En Dios, hay la seguridad del perdón ynueva vida en libertad. Dios ama al hombre incondicionalmente.

La curación del paralítico es una escenificación del mensaje deJesús; refleja, sin duda, su propia experiencia vital. Es la experienciaque Jesús tiene de su propio Dios, de ese Dios que él conoció dentrodel judaísmo y que él mismo fue modelando, en cierto modo, comohace todo aquel que experimenta el contacto con la divinidad. Es unacaracterística de la experiencia religiosa cuando se trata de explicarlaa los demás. Pero esa “modelación” es una manifestación de la verdad,no es una tergiversación.

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Como resumen de lo dicho, creo que en Jesús hay una actitud bási-ca de interiorización de ideas fundamentales y una capacidad globali-zadora o de concentración que pueden, en gran parte, explicar la granfuerza de sus experiencias religiosas. Sin duda que se da un efecto de


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feed-back, pues seguro que sus experiencias religiosas le llevan tam-bién a interiorizar y globalizar cada vez más.

El Dios en que Jesús se educó, el Dios que fue descubriendo aJesús misterios insondables, es el Dios del Antiguo Testamento, el Diosde su religión Judía. Pero no se puede explicar el misterio humano dela persona de Jesús si no le concedemos la actitud de una interiorizaciónapasionada. Aquí estuvo para mí, y en ello he pensado muchas veces, elsecreto de todas sus vivencias religiosas. Y estas vivencias hay que tra-ducirlas cuando se van a transmitir. Es este un fenómeno maravilloso;unas veces porque no se encuentra la expresión acertada, otras porqueabren grandes horizontes y profundos destellos de luz.

Jesús era un hombre de mucha oración. Se retiraba al monte a orar(Mc. 6,46), como muchos judíos de su tiempo. Oró en Getsemaní conel rostro en suelo (Mc. 32ss), en momentos de fuerte angustia, con unaoración que no es sólo un echarse en los brazos de Dios, sino aden-trarse en sus profundos misterios: “Abba, Padre, todo te es posible;aleja de mí este cáliz; mas no sea lo que yo quiero, sino lo que quierestú”. En este preciso momento, cuando nosotros no somos capaces deexplicar el dolor, el sufrimiento, las desgracias de esta vida, en estepreciso momento Jesús llama a Dios, Abba, Papá, Papaíto y le deja quese cumpla su terrible voluntad. Aunque al final, muy solo se debió sen-tir cuando en la cruz, olvidando el Abba, el Papaíto, dice: “Dios mío,Dios mío, ¿por qué me has abandonado?” (Mc. 15,34). Es verdad que,con esas palabras, está recitando un salmo de confianza, el salmo 22;pero Lucas, posiblemente para suavizarlo, pone el salmo 31: “Padre,en tus manos encomiendo mi espíritu”. Y Juan: “Todo está cumplido”.

Estoy de acuerdo con M. Fraijó cuando dice: “Una vida intensa,avezada a la soledad y anclada en la oración, en el contacto con elPadre, tenía que tener consecuencias teológicas”22.

Jesús habría oído, alguna vez, a algún escriba aislado llamar aDios, Abba; pero, con la firmeza, vivencia y profundidad de Jesús,jamás lo había hecho nadie. Es que en Jesús proviene de sus vivenciasmísticas, de su experiencia vital. Es una actitud básica de Jesús.


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También Jesús habrá oído otras muchas cosas radicalmente positivas.Pero, en él, son producto de su experiencia vital que le hace recibirlascuando ya eran realmente propias, las globaliza y las concentra.

Jesús es el hierro que se deja penetrar por Dios y es enrojecido porel fuego divino.

La denominación divina como “Padre” se encuentra en Marcos en8,38, dicha ante el grupo de paganos y el grupo de judíos que siguen aJesús; en 11,25, con los discípulos; en 13,32 ante cuatro discípulos; en14,36, oración de Jesús. Aún cuando sea vocabulario de la comunidad,no cabe duda que refleja el sentir de Jesús.

El evangelio de Marcos es sobre el origen de la Buena noticia deJesús, Mesías, Hijo de Dios. Consiste en la inminencia del reinado deDios sobre la humanidad. El Dios de Jesús es el que ama a la humani-dad entera. Esto constituye el secreto del reino de Dios. El Padre es elDios que, por amor, comunica al hombre su propia vida, su Espíritu,para que alcance su plenitud. Dios es Padre, Abba, Papá, para Jesús ypara nosotros.

El trato de familiaridad de Jesús con Dios es un entregarse, obe-decer y confiar, alcanzando un excesivo nivel para un judaísmo queacentúa continuamente la absoluta trascendencia de Dios.

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