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Edmund Husserl: La fenomenología Traducción y notas de GARLA GURDUA I. LA PSICOLOGÍA PURA. SU CAMPO DE EXPERIENCIA, SU MÉTODO, SU FUNCIÓN. ’’FENOMENOLOGÍA” se llama un nuevo método descriptivo surgido en la filosofía en las postrimerías del siglo y una ciencia aprióríca engendrada por él destinada a proporcionar el órgano fundamental para una filosofía científica rigurosa y, corno repercusión consecuente, a hacer posible una reforma metódica de todas las tiendas. Siniuliánearaerue con esta fenomenología filosófica y por de pronto no separada de ella se desarrolló una nueva disciplina psicológica paralela suya en lo metódico y en el contenido, la ”psicología ícnomenológica” o psicología pura aprióricaa. Tiene ésta la pretensión reíontüsia de ser por principio el fundamento metódico sobre el cual exclusivamente cabe basar una psicología empírica cicniH’tciuncnte rigurosa, La caracterización de esta fenomenología psicológica, que está más cerca del pensamiento natural es. seguramente, apropiada como iutrodueción propedéutica para llevar a la comprensión de la fenomenología filosófica. La psicología moderna es la ciencia de lo ”psíquico” en la urdimbre concreta de realidades espacio-temporales, esto es, de aquello que en la naturaleza tiene, por decir así, la forma del yo y de todo tuanto va indisolublemente unido con ello como vivencia psíquica (tal como tener experiencias, pensar, sentir, querer). como facultad y como actitud. La experiencia presenta lo psíquico como un mero estrato del ser de los hombres y los animales. Según esto la psicología es una rama de ciencias más concretas como la antropología o la zoología. Las realidades animales son. Por de pronto, según un estrato fundamental, realidades físicas. En tanto que tales per tenccen a la urdimbre unitaria de la naturaleza física, de la naturaleza en su sentida primordial y más acusado, aquella que es ”el tema universal de una ciencia natural pura, cito u* de una tienda objetiva de la naturaleza que con consecuente unilateralidad prescinde de todas las determinaciones ex traíísicas de ius realidades. A ella pertenece la investigación científica de los cuerpos animales. Si frente a esto quiere tomarse como tema el mundo animal en lo que tiene de psíquico hay que preguntarse primero hasta qué punto es posible una psicología pura paralela a la ciencia natural pura. En cierta medida es obvio que se puede poner en práctica una btvesíiga’ríú» puramente patológica. A e¡¡a debemos Jo* conceptos fundamentales de lo psíquico según sus determinaciones esenciales propias, conceptos que han de entrar a formar parte de la conccptuación psicofísica fundamental de la psicología. Pero lo que en modo alguno es claro de antemano es hasta qué punto tenga un sentido legitimo y por lo

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Edmund Husserl: La fenomenologíaTraducción y notas de GARLA GURDUA

I. LA PSICOLOGÍA PURA. SU CAMPO DE EXPERIENCIA, SU MÉTODO, SU FUNCIÓN.

’’FENOMENOLOGÍA” se llama un nuevo método descriptivo surgido en la filosofía en las postrimerías del siglo y una ciencia aprióríca engendrada por él destinada a proporcionar el órgano fundamental para una filosofía científica rigurosa y, corno repercusión consecuente, a hacer posible una reforma metódica de todas las tiendas. Siniuliánearaerue con esta fenomenología filosófica y por de pronto no separada de ella se desarrolló una nueva disciplina psicológica paralela suya en lo metódico y en el contenido, la ”psicología ícnomenológica” o psicología pura aprióricaa. Tiene ésta la pretensión reíontüsia de ser por principio el fundamento metódico sobre el cual exclusivamente cabe basar una psicología empírica cicniH’tciuncnte rigurosa, La caracterización de esta fenomenología psicológica, que está más cerca del pensamiento natural es. seguramente, apropiada como iutrodueción propedéutica para llevar a la comprensión de la fenomenología filosófica.

La psicología moderna es la ciencia de lo ”psíquico” en la urdimbre concreta de realidades espacio-temporales, esto es, de aquello que en la naturaleza tiene, por decir así, la forma del yo y de todo tuanto va indisolublemente unido con ello como

vivencia psíquica (tal como tener experiencias, pensar, sentir, querer). como facultad y como actitud. La experiencia presenta lo psíquico como un mero estrato del ser de los hombres y los animales. Según esto la psicología es una rama de ciencias más concretas como la antropología o la zoología. Las realidades animales son. Por de pronto, según un estrato fundamental, realidades físicas. En tanto que tales per tenccen a la urdimbre unitaria de la naturaleza física, de la naturaleza en su sentida primordial y más acusado, aquella que es ”el tema universal de una ciencia natural pura, cito u* de una tienda objetiva de la naturaleza que con consecuente unilateralidad prescinde de todas las determinaciones ex traíísicas de ius realidades. A ella pertenece la investigación científica de los cuerpos animales. Si frente a esto quiere tomarse como tema el mundo animal en lo que tiene de psíquico hay que preguntarse primero hasta qué punto es posible una psicología pura paralela a la ciencia natural pura. En cierta medida es obvio que se puede poner en práctica una btvesíiga’ríú» puramente patológica. A e¡¡a debemos Jo* conceptos fundamentales de lo psíquico según sus determinaciones esenciales propias, conceptos que han de entrar a formar parte de la conccptuación psicofísica fundamental de la psicología. Pero lo que en modo alguno es claro de antemano es hasta qué punto tenga un sentido legitimo y por lo tanto necesariamente realizable, la idea de una psicología pura tomo disciplina psicológica nítidamente diferenciada y estrictamente paralela de la ciencia natural puramente física.

Para fundamentar y desarrollar esta idea directriz se precisa ante todo una aclaración de la peculiaridad de la experiencia y en especial de la experiencia pura de lo psíquico, así como también de lo psíquico puro mismo que ella revela y que ha de convertirse en el tema de la psicología pura. Preferimos, naturalmente, la experiencia nuis inmediata, aquella que en cada caso nos descubre la psique propia.

Ln orientación de la mirada hacia la psique propia se realiza necesariamente como reflexión, como inversión de la mirada que llevaba antes otra dirección4. Toda experiencia admite tal reflexión y también las otras maneras en que nos ocupamos de objetos reales o ideales, por ejemplo, pensándolos, o según los modos del

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temperamento y la voluntad, valorando, deseando. Pues ocupada la conciencia en forma directa sólo tenemos ante la mirada las correspondientes cosas, pensamientos, valores, fines, instrumentos, pero no la vivencia psíquica misma en la que ellos nos son consdentes coma tales. Recién la reflexión viene a revelarla. Por su intermedio captamos en lugar de las cosas mismas, de los valores, fines, utilidades mismas, las vivencias subjetivas correspondientes en las que se nos tornan ”conscientes”, en las que «parecen, en el ca¿s vasto sentido, para nosotros. Por eso todas ellas se Daman también fenómenos; su carácter esencial más general es el de ser como ”conciencia - de”, ”manifestación • de”, de las cosas respectivas, los pensamientos (formular juicios, fundamentar, deducir), los proyectos, Ius decisiones, las esperanzas, etc De ahí que esta rclaüvidad esté implicada en el sentido que en los diversos idiomas tienen las expresiones que designan vivencias psíquicas, percepción de algo, recordar o pensar algo, esperanza de algo, temer, aspirar a algo, decidirse por algo, etc. Si este reino de los ”fenómenos” se prueba como campo posible de una disciplina psicológica pura que sc refiera a él exclusivamente, se comprende que se la designe como psicología ¡cnomcnológíca. El nombre, que como término procede de la escolástica, para aquel carácter fundamental del ser como conciencia, como manifestación de algo.

’Este trabajo fue compuesto por Husscrl a pedida de la Encyclopaedia Brilannica para ser publicado en ella bajo el título ”Phenomenology”. Las cuatro versiones que de él se conservan en el Huíscrl-Arehlv fueron redactadas en la segunda mitad del año 1927 en coUbutación con M. Heideger. La traducción inglesa, que aparece en !a 14» edición (1927), tuina XVH. pigs. 699-672, de la Encyclopaedia Rrilannica. fue preparada por C. Salmón en febrero de1928. Es una versión muy Ubre del original. La presente traducción ai castellano «e ha hecho sobre la. cuarta y última redacción del artículo original, accesible por primera vez en alemán gracias a que fue incluido por tu editor. \V. Bicmel, en el tomo ce de HuxxrUana, págs.277-301. Al final de este trabajo damos una lista de las obras de Husserl a que remitimos en ¡as notas y de las traducciones al castellano de que disponcnjas basta aqui,

*E1 problema de lai relaciones entre fenomenología y psicología preocupa muy especial, mente a Husserl entre los afios 1925 y 1928. Su aspiración es desarrollar una psicología a partir de la íenomeuolqgia, es decir, DO tanto buscar el fundamento de una ciencia ya existente como construirla desde £1. Al propio tiempo, desea poner a prueba lo que la fenomenología es capaz de rendir en un terreno especial. Para un tratamiento más extenso de esta cuestión véase la introducción del editor, Hiaítrliena IX.

•”Experiencia” tiene aquí el sentido muy restringido de experiencia empírica. Husserl usa la palabra ”experiencia” en acepciones muy diversas; a veces, como en ideas... i, el término

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EDMUND HUSSERL, LA FENOMENOLOGÍA

2. Lo psíquico puro en la experíentía de si y en I» exjx* rienda comunitaria, ía detcrípcián universal de vivencias intencionales

Se opone, por ejemplo, a ”intuición eidética”. Pero, en sentido amplio, ”experiencia” indure a todas las formas cíe la intuición que no son más que otras tantas maneras de experiencia directa, inmediata, de un objeto.

’En actitud natural la conciencia está dirigida hacia el mundo, hada objetos mundanos. La reflexión o vuelta de la conciencia sobre sí misma entraña una modificación de su dirección natural, un nuevo tipo de inteniio y de objeto por ella menudo.

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de hacer comprensible íenaincno,Wgkameuie también la villa «n covaunídaí según todas las intencionalidades respectivas.

La idea de una psicología fenomenológica abarca en toda su latitud la esfera de tareas que surge de la experiencia de si y de la experiencia del prójimo fundada en aquélla. Pero aún no es claro si una experiencia fenomenología] conducida consecuente y exclusivamente nos proporciona un campo del ser tan unitario que pueda desarrollarse una ciencia referente nada más que a él, liberada y pura de todo lo psicofísico8. Uuy aquí en efecto dificultades que le han ocultado a los psicólogos la posibilidad de una. tal psicología puramente fenomenológica aún después que Brcntano descubrió la intencionalidad. Concíerneii hasta a la factibüidad de una experiencia de si efectivamente pura y con ello a la de un dato que sea de veras puramente psíquico. Se precisa de un método especial de acceso al campo ícnomenoíógico puro. Este método de h ”reducción fenomenolágica” es pues el método fundamental de la psicología pura, el supuesto de todoj sus métodos teóricos específicos. En último término toda hi dificultad reside en la manera cómo ya la experiencia que los psicólogos tienen de si está por todos lados enlazada con la experiencia externa, la de lo real cxtrapsíquico. Lo ”externo” de que tenemos experiencia no forma parte de la interioridad intencional, aunque la experiencia misma si pertenece a ella como experiencia de lo externo. Lo mismo ocurre con cualquier oirá forma de conciencia dirigida hacia algo mundano. Se necesita, pues, de una epojé consecuente dd fenomenóiogo si quiere acceder a su conciencia como fenómeno puro, caso por caso y como todo de su vida pura. O sea, que en la ejecución de la reflexión fenomenológica lia de inhibir toda cocjccudón de las posiciones (tesis) objetivas efectuadas ctt la conciencia no reflexiva y Con ello toda inclusión judkativa del mundo directamente ahí ”existente” para 61°. La experiencia de esia casa, de este cuerpo, de un mundo en general es respectivamente y continúa siendo de acuerdo con su contenido esencial inseparable, experiencia ”de esta casa”, este cuerpo, este mundo y lo mismo sucede con cualquier modo de conciencia objetivamente dirigido. Pues resulta imposible describir una vivencia intencional, aunque sea ilusoria, un juzgar inválido o algo similar, sin describir, en tanto que tal. también aquello de que en ella se toma conciencia. La cpojé univcnal respecto del mundo que deviene consciente (el .”ponerlo entre paréntesis”) descarta del campo fcnomcnologícp al mundo absolutamente existente para el sujeto respectivo, pero su lugar lo pasa a ocupar el mundo consciente de tal o cual manera (percibido, recordado, juzgado, pensado valorado, etc.) en tanta que luí, el mundo entre paréntesis, o, lo que es lo mismo, en lugar del mundo o de las singularidades mundanas tenemos el correspon diente sentido de la conciencia en sus diversos modos (sentido de la percepción, sentido del recuerdo, etc.)

3. El campo unitario de lo psíquico puro. Reducción fenamenológita y experiencia interna auténtica.

•Aquí se retoma el problema de la posibilidad de la psicología pura, mencionado ya hacia el final del párrafo I y más adelante en el párrafo 4. Si tal disciplina no existe y se reflexiona acerca de ella desde la fenomenología, resulta tan inexcusable el examen de su posibilidad como el de los motivos por los cuales no ha sido descubierta antes. Está muy lejos de ser obvio a primera vista que lo psíquico pueda ser de algún modo desligado de lo físico, por ejemplo, de manera que el residuo constituya el objeto ”puro” de la ciencia correspondiente.

*A1 cambio de dirección del acto intencional requerido por la reflexión (véase nota S) se agrega la suspensión metódica de nuestra fe en la existencia independiente o en si del mundo y lo

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mundano. Reflexión y epojc son momentos sucesivos en el camino del descubrimiento de la subjetividad trascendental.

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Con esto se aclara y completa nuestra primera determinación de la experiencia lenomcnológrca y de su esfera del ser. Al retroceder” desde las unidades establecidas en la actitud natural a la multiplicidad de los modos de la conciencia en los que aparecen hay que atribuir también estas unidades -pero en tanto que puestas entre paréntesis- a lo psíquico puro ya que son inseparables de estas multiplicidades y hay que atribuírselas en cada caso con los caracteres manifiestos con que se presentan. £1 método de la reducción fenomenología! (reducción a los fenómenos puros, a lo psíquico puro) consiste entonces 1) en la e pojé metódica y estrictamente consecuente ante cada tesis (posición) objetiva que surge en la esfera anímica, tanto en el caso del fenómeno singular como cu el de toda la existencia anímica en general; 2) en la captación y descripción, metódicamente ejercidas, de las múltiples ”manifestaciones” como manifestaciones de sus unidades objetivas y de las unidades como unidades del conjunto de sentidos que van procurándoles lus correspondientes manifestaciones. Con ello aparece una doble dirección de las descripciones fcnomenológicas: la tioctica y la nocmática*-. La experiencia fenomenología! en la forma metódica de la reducción fenomenológica es la única auténtica experiencia interna en el sentido de una ciencia psicológica bien fundada. Su propia esencia muestra la posibilidad de que se la prosiga continuadamente ín injinitum manteniendo de manera metódica la pureza. £1 método reductive se deja trasponer de la experiencia de sí mismo a la experiencia del prójimo en cuanto se puede efectuar en la vida ajena, tal como nv« la hago píeseme, la correspondiente postura cutre paréntesis y descripción de la manifestación y lo manifiesto según la modalidad subjetiva (noesis y nocma). Más adelante la comunidad de que tenemos experiencia en la experiencia comunitaria es reducida no sólo a los campos intencionales animitos de cada cual sino que a la unidad de la vida comunitaria intcrsubjetiva que los enlaza a todos, en su pureza fenomenológica (reducción intcrsubjetiva). Así se obtiene la ampliación cabal del auténtico concepto psicológico de ”experiencia interna”.

A cada alma pertenece no sólo la unidad de su vida intencional múltiple con todas las unidades dé sentido inseparables de ella en cuanto se dirige hacia ”lo objetivo”. Inseparable también de esta vida es el yo, sujeto de las vivencias, el polo idéntico iM yo que centra todas las intencionalidades singulares y que es el portador de lus hubitualidades13, que adquiere a lo largo de esta vida. Asi es, pues, como tu ihlcriubjeUvKÍad reducida, captada concretamente y en forma pura, es una comunidad de personas puras que se hace efectiva en la vida intersubjetiva pura de la conciencia.

”Mención intencional y objeto menudo son inseparables. La epojé no es una supresión del mundo, sino una modificación de su sentido: el objeto queda reducido a lo manifiesto en un cierto tipo de manifestación (recuerdo, juicio, percepción, etc.).

”Husserl dice ”retroceder”, porque cuando pasamos de los objetos a los actos que los hacen posibles nos movemos de lo originado al origen, de lo derivado al principio, o, en términos estrictamente huucrlianos, de lo constituido a lo constituyente.

”Que las descripciones fcnomenológicas tengan esta doble dirección no e» un azar, sino una necesidad enraizada en el carácter esencial de la conciencia. La descripción noética lo es del acto mismo de experimentar algo; la noemática es la descripción de lo experimentado en el acto de experiencia, su unidad significativa o de sentido.

”Acerca del concepto de ”habituaUdad”. véase Cartesianitche Medilotionen, rv, Nr. 32, ¡•e. ««„ págs. 100-101. (Trad., págs. 119-121).

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LA FE.NOMENOLOtilA

En qué medida garantiza la unidad del campo fcnomcnológico de experiencia la posibilidad de una psicología exclusivamente referida a él. de una psicología ferioinenotógica pura? No asegura sin más la posibilidad de una ciencia empírica pura de hechos que abstrajera de todo lo psicofisico. £1 caso es distinto tratándose de una ciencia apriúvíca. Todo campo unkatio de experiencia posible pcnnhe eo ipío el paso universal desde la facticidad a la forma esencial (eidos). Lo mismo aquí. Si la (adicidad fenomenológica se vuelve irrelevante, si sirve sólo ejemplarmente y corno base para una variación libre pero íniuiíiva que trasponga las psiques singulares lácticas y las comunidades de almas en psiques y comunidades posibles a priori (imaginables) y si entonces la mirada teórica se dirige a lo que por necesidad se mantiene invariant? en la variación, se desarrolla asi, al proceder sistemáticamente, un reino peculiar del « priori. De esta manera surge el estilo formal esencialmente necesario (el cidüi) que ha de recorrer a todo ser anímico posible en sus detalles, sus asociaciones sintéticas y totalidades unitarias si es que ha de ser ”pensable” de algún modo, esto es. intuitivamente reprcsentablc14. La fenomenología psicológica ha de ser fundamentada en esta forma sin duda como fenomenología eidclica y se dirige entonces exclusivamente hacia las formas esenciales invariantes. La fenomenología de la percepción de los cuerpos, por ejemplo, no es un informe acerca de las percepciones Tácticas efectivas o probables uno que la exposición del sistema estructural invariante sin ei que serian impensables la percepción de un cuerpo y el acuerdo imtcuco de una multiplicidad «le percepciones como percepciones de uno y el mismo cuerpo. Si la reduction fenomcnológica creó el acceso a los ”fenómenos” de la experiencia interna real y luego también de la posible, entonces el método de la reducción eidélica, que ss; funda en ella, proporciona acceso a las formas esenciales invariantes de la esfera total de lo anímico puro.

4. La reducción eidftica y ia psicología Ifnomenológico como ciencia tidetica

La psicología fenomenológica pura es el fundamento absolutamente necesario pata la constitución de esa psicología empírica ”exacta” que se lia buscado siguiendo el modelo de la ciencia natural exacta puramente física desde los comienzos de ésta en la ¿poca moderna. £1 significado fundamental de la exactitud de esta ciencia natural reside en que se funda eu el sistema apriórico de formas de una naturaleza posible en general desarrollado en disciplinas particulares (geometría pura, teoría pura del tiempo, teoría del movimiento, etc.). Por medio de la aplicación de este sistema apriórico de formas a la naturaleza fáctica la empine inductiva vaga gana una participación en la necesidad esencial y la misma ciencia natural empírica adquiere el nuevo significado metódico de elaborar los conceptos y leyes racionales en que es menester apoyar todos los conceptos y las reglas vagas. A pesar de la persistente diferencia esencial entre el método científico natural y el psicológico lo que tienen necesariamente en común consiste en que-también la psicología, como toda ciencia, sólo puede derivar su ”rigor” (”exactitud”) de la racionalidad de lo ”esencial”. £1 descubrimiento de la típica apriórica sin la cual sería impensable el yo. o el nosotros, la conciencia, la objetividad de la conciencia y, con ello, el ser anímico

”Las relaciones entre lo láctico y lo esencial son estudiadas por Husscrl en Ideen ...,>. pdgs. 10-39 (Trad., pdg*. 17-43). Uno de los procedimientos para aislar la esencia de lo inescncial es el de la libre variación que se menciona también en este pasaje. Lo invariante a través de las sucesivas variaciones es, precisamente, el ciclos o esencia. Véase aquí mismo un ejemplo esquemático de la técnica de la variación en el párrafo 7. Además, Ideen.,., i, Nr.70, pig». 160-163 (Trad., págs. 155-158); Fórmale und transzendentaie Logik, Nr. 98, pigs. 217-221; CartesiantxheMeditaíionen,^!. 34, págs. 103-106 (Trad., pági- 123-150); Srfahrung und Urteit, Nr. 87-97, págs. 410-458.

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5. La función fundamental de la psicología fenómeno’ lógica pura para una psicología empírica exacta

En general incluyendo todas lag formas de síntesis por esencia necesarias y posibles que son inseparables de la idea de totalidad de una psique singular o de la de una comunidad anímica- crea un enorme campo de exactitud que se transfiere a la investigación empírica del alma, y en su caso incluso en forma inmediata (sin el eslabón intermedio de la idealización del límite).

En todo caso el a priori fenomenología» no es el a priori completo de la psicología, por cuanto la conexión psicofísica tiene como tal su propio a priori. Es claro, sin embargo, que este a priori presupone el de la psicología fenomcnológica pura tanto como, en la otra dirección, el u priori puro de una naturaleza física en general (y en especial, el de una naturaleza orgánica).

La constitución sistemática de una psicología fenomenológica pura requiere:

1) la descripción de las peculiaridades que forman parte de la esencia de una vivencia intencional en general, a la que pertenece también la ley más general de la síntesis: toda conexión de conciencia con conciencia produce una conciencia;

2) la investigación de las formas singulares de las vivencias intencionales que tienen que surgir por necesidad esencial en una psique en general o que pueden surgir en ella; a la par con eso la investigación de la típica esencial de las síntesis correspondientes: las continuas y las discretas, las finitas cerradas o aquellas cuya prosecución esta abierta al infinito;

3) la presentación y descripción esencial de la forma de conjunto de una vida anímica en general, esto es, el modo esencial de un ”torrente de conciencia” uníversal, y

4) en una nueva dirección inquisitiva apunta el término ”yo” (abstrayendo todavía del sentido social de esta palabra) en relación con las formas esenciales de habitualidad que le pertenecen, o sea, el yo como sujeto de ”convicciones” permanentes (convicciones referentes al ser, a los valores, decisiones de la voluntad, etc.), como sujeto personal de costumbres, de un saber bien constituido, de cualidades del carácter.

Por todos lados conduce esta descripción esencial ”estática” por último a problemas genéticos y a una génesis universal que domina según leyes deletreas toda la vida y el desarrollo de! yo personal. Así se construye en un nivel superior la fenomenología dinámica o genética sobre la primera ”fenomenología estática”. Trata como primera génesis fundante a la de la pasividad en la que el yo no participa en cuanto activo. Aquí reside la nueva tarea de una fenomenología universal eidética de la asociación, rehabilitación tardía de los grandes descubrimientos precursores de D. Hume, con la comprobación de la génesis apriórica en la que se constituye para una psique un mundo espacial real con vigencia habitual. Sigue la doctrina esencial del desarrollo de la habituaüdad personal, en la que el yo anímico puro existe como yo personal dentro de formas estructurales invariantes y conserva con vigencia habitual la conciencia de sí como en vías de formarse incesantemente. Un nivel especial v unitario de investigación de grado más avanzado es el de la fenomenología estática de la razón y más adelante el de la fenomenología genética de la misma.

”Esta Frase se torna más clara a la luz de un pasaje que originalmente venia a continua, don y que Huiscrl suprimió. Dice así: ”En esta inmediatez tiene la psicología una ventaja importante sobre la ciencia natural, por cuanto en aquélla está ausente la

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tensión entre los dato* de la experiencia directa y la idealidad geométrica del límite” (tíusíerliana rx, pág.609).

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II. PSICOLOGÍA FENOMENOLOCICA Y FENOMENOLOGÍA TRANSCENDENTAL.

La idea de una psicología fenomenológica pura no tiene sólo la {unción recién expuesta de reformar la psicología empírica. Por razones muy fundamentales puede servir de preparación para el descubrimiento de la esencia de una fenomenología trascendental1”. También históricamente esta idea no ha surgido a partir de las necesidades propias de la psicología misma. Su historia nos retrotrae hasta la memorable obra fundamental de J. Locke y la importante repercusión de los impulsos de ella emanados, gracias a J. Berkeley y D. Hume. Ya en Locke la limitación a lo puramente subjetivo «tuvo determinada por intereses extrapsicológicos. La psicología estaba al servicio del problema trascendental suscitado por Descartes. En sus Medí* tationtí se convirtió en idea conductora de la filosofía primera la de que todo lo real y hasta este mundo entero sólo es para nosotros existente y asi determinado en tanto que contenido representado de nuestras propias representaciones, en tanto que lo mentado judicativamente y, en el mejor de los casos, evidentemente comprobado en nuestra propia vida cognoscitiva. En esto residía la motivación de todos los problemas trascendentales, tanto de los auténticos como de los falsos. El método cartesiano de la duda fue el primer método que puso en evidencia la ”subjetividad trascendental”, su ego cogito condujo a su primera formulación conceptual. En Locke la metis trascendental pura de Descartes se transforma en la mente pura (human mind) cuya investigación sistemática a través de la experiencia interna inicia Locke, movido por un interés filosófico trascendental. Se convierte asi en el fundador del psicologismo como filosofía trascendental a través de una psicología de la experiencia interna. El destino de la filosofía científica pende de una superación radical de todo psicologismo que no sólo haga patente su contrasentido de principio” sino que haga también justicia a lo que encierra de verdad y de trascendentalmente significativo. El origen de su fuerza histórica permanente reside en una equivocidad de todos los conceptos de lo subjetivo que se desarrolla en seguida con el desenvolvimiento de la cuestión trascendental. Poner esta ambigüedad en evidencia significa establecer a la par con el distingo riguroso un paralelismo de la psicología fcnomenoiógica pura (como la forma científicamente estricta de la psicología a partir de la pura experiencia interna) y la fenomenología trascendental como la auténtica filosofía trascendental. Al mismo tiempo se justifica así que hagamos que la psicología pura anteceda, como un medio de acceso, a la verdadera filosofía. Comenzamos con la clarificación del auténtico problema trascendental, que debido a la inestabilidad inicialmcnte no percibida de su sentido indina tanto (y esto vale ya para Descartes) 1S a conducirlo por un camino extraviado.

”La diferencia decisiva entre 1a psicología fcnomenológica y la fenomenología o filosofía trascendental reside en que la primera no abandona la actitud natural, no realiza el vuelco trascendental de que se habla en el párrafo 7. Víase Phánomenalogische Ptychologie, Husscr liana nc, pág. 48.

1TE1 tomo i de las Logjsche Vnícnuchungen se ocupa de esta tarca. La obra apareció en1900. Véase, además, ”Philosophic ais strcnge YV’isscnichaft”, Logos, i, 1910-11, pág. 294 (Trad., pág. 14).

”Husserl reconoce a Descartes «1 mérito de haber inaugurado una nueva época de la historia de la filosofía al descubrir el problema trascendental. ”Efectivamente, Descartes inaugura un tipo enteramente nuevo de filosofía: ésta cambia su estilo de conjunto, efectuando un vuelco radical del objetivismo ingenuo al subjetivismo trascendental” (Cariesianische Meditatioaen, loe. cit., pág. 46; trad., pág. 8). Pero Descartes no habría entendido, según Kaiser!, el sentido auténtico de lo trascendental, y le habría sido posteriormente infiel.

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6. La rcvolución trascendental de Descartes y el psicologismo de Locke

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refiere- a la relatividad del sentido del ser de lo ”trascendente” respecto de la conciencia) al nivel de los principios. Consiste en saber que la demostrada relatividad respecto de lu conciencia no sólo afecta al hedió de nuestro mundo sino que según necesidad eidética a todo inundo imaginable en general. Pues variemos libremente en la lamasia nuestro mundo fáctico transformándolo en mundos pensablcs cualesquiera y con él nos variaremos irremisiblemente nosotros mismos, cuyo entorno es, nos transformaremos en cada caso en una objetividad posible cuyo entorno respectivo sería el mundo imaginado, como mundo de sus experiencias posibles, de sus evidencias teóricas posibles, de su posible vida práctica. Esta variación deja intocados, por cierto. los mundos puramente ideales de aquel tipo cuyo ser consiste en la generalidad eidéiica y a cuya esencia pertenece la invaríabilidad; pero en la posibilidad de variación del sujeto que conoce tales ¡dcnüdades se muestra, sin embargo, que su cognoscibilidad, esto es, su relatividad intencional no sólo importa a nuestra subjetividad fáclica. Con el planteamiento eidélico del problema se transforma también la debida investigación de la conciencia en investigación eidética.

La elaboración de la idea de una psicología fenomenológica puní demostró la posibilidad de descubrir mediante la reducción fenomenológica consecuente lo esencialmente propio de los sujetos de conciencia en su generalidad eidética y según todas sus formas posibles. Esto también incluye las de la razón que funda y acredita legitimidad y con ello a todas las formas de mundos capaces de manifestarse, de exhibirse por medio de una experiencia coherente como existentes en sí. y de ser determinados en su ventad teórica. Según lo cual esta psicología fenomenología! parece en su realización sistemática abarcar en si la investigación total de las correlaciones entre ser y conciencia y desde la partida abarcarlas en su generalidad de principio eidética, justamente), y asi parece ser el lugar da todas las aclaraciones trascendentales. Frente a esto hay que pasar por alto que la psicología es en todas sus disciplinas empíricas y cidcücaj ”ciencia positiva”, ciencia desde la actitud natural, en la que el sustrato temático es el mundo simplemente existente. Lo que quiere investigar son las psiques y las comunidades de psiques que existen en el mundo. La reducción fenomenológica en tanto que psicológica sólo sirve para acceder a lo psíquico de las realidades animales en su peculiaridad esencial pura y sus conexiones eidéticas propias. Conservan también en la investigación eidética el sentido del ser de lo que existe mundanamente, sólo que relacionado con mundos reales posibles. E1 psicólogo es tiascendentalmeme ingenuo aun como fcnomenólogo eidético, entiende las ”psiques” posibles (sujetos de un yo) del todo según el sentido relativo de la palabra, absolutamente en tanto que psiques de hombres y animales pensados como entes de un mundo espacial posible. Dejemos, sin embargo, que en vez del interés mundano natural prime teóricamente vi interés trascendental y entonces toda lu psicología adquiere el sello de lo trasccndentalmcnte problemático, no pudicnclo, en consecuencia, aportar ningún tipo de premisas a la filosofía trascendental. La subjetividad de la conciencia que cuanto anímica es su tema no puede ser aquella por la que se lia de preguntar desde el nivel trascendental.

Para alcanzar una claridad evidente en este punto decisivo es necesario fijar In atención en el sentido que el problema trascendental tiene como tema y considerar cómo se separan de acuerdo con él las regiones de lo prcguntable de aquellas de lo ¡nipresumable. E1 tema filosófico trascendental es una aclaración concreta y sistcv mática de aquellas múltiples referencias intencionales que pertenecen esencialmente a. un mundo posible en general en tanto que entorno de una subjetividad posible correspondiente para la cual aquel sería el mundo existente, accesible práctica y teóricamente. Esta accesibilidad significa relativamente a todas las categorías de objetos mundanos y estructuras del mundo existentes para las subjetividades que para ésta* hay regulaciones de su posible vida consciente, que están todavía por

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descubrirse en su típica. Tales categorías son, por ejemplo, ”cosas inanimadas”, pero también hornbres y animales con sus interioridades anímicas. Desde este punto debe adararse el sentido cabal y pleno del ser de un mundo existente posible en general y relativamente a todas sus categorías constitutivas. Como todo problema con sentido, el trascendental presupone una base ontológica que no se puede cuestionar y en la que han de estar contenidos todos los medios de solución. Esta base es aquí la subjetividad de aquella vida de la conciencia en la que se constituye un mundo como existente posible en general. Por otro lado va de suyo que un método racional exige por principio que esta base que se presupone como incuestionable no sea confundida con aquello que el problema trascendental en su universalidad pone en cuestión. La esfera de esta cucstionabilidad es la de la ingenuidad trascendental en su conjunto e incluye, en consecuencia, a todo mundo posible en tanto que objeto de la confianza absoluta de la actitud natural. Según esto todas las ciencias positivas han de ser sometidas trascendenialmente a una epojé, asi como también sus campos de objetos; también, pues, la psicología y todo lo psíquico en sentido. Seria por lo tanto un circulo vicioso trascendental apoyar la respuesta al problema trascendental en la psicología, lo mismo da que sea empírica o eidético-fenomenológica. La subjetividad y la conciencia -aquí nos encontramos frente a la ambigüedad paradójica- a que recurre el problema trascendental no pueden pues, realmente, ser la subjetividad y la conciencia de que trata la psicología.

“Scntido del ser” traduce ”Seinssinn”. esto es. el significado peculiar de los entes que pertenecen a una determinada esfera emtológica. Asi, ser conciencia tiene un sentido radicalmente diverso de ser espacial.

8. La solución psicológica como circulo vicioso trascendental

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9. La reducción fenomenológica trascendental y el espejismo trascendental de la duplicación.

¿”Nosotros” seríamos entonces dobles, psicológicamente como seres humanos, existencia sen el mundo, sujetos de vida anímica y al propio tiempo, trascendcntalmente, nológica iros- Jos sujetos de una vida trascendental que constituye mundos) Esta dualidad se aclara tendtntaly el por medio de una presentación evidente. La subjetividad anímica, el ”yo” y el ”nos- otros” concreto del habla cotidiana, es conocida en su peculiaridad psíquica pura ctniienial de la por medio del método de la reducción fenomenológico-psicológica. Modificada eidéduplicacián ticamente crea el campo de la psicología fenomenológica pura. La subjetividad trascendental que es la meta de lo que se pregunta en el problema trascendental y que éste presupone como base ontológica, no es otra que de nuevo ”yo mismo” y ”nosotros mismos”, pero no como nos encontramos en la actitud natural de la vida cotidiana y de la ciencia positiva, apercibidos como partes integrantes del mundo objetivo existente para nosotros, sino más bien como sujetos de la vida de la conciencia en la que éstas y todas las existencias -para ”nosotros”- ”se hacen” por medio de ciertas apercepciones. Como seres humanos, existiendo en el mundo tanto anímica como corporalmente, somos para ”nosotros”; somos manifestación de una vida intencional muy compleja, ”nuestra” vida, en la que esto que existe se hace aperceptivamente en todo su contenido significativo ”para nosotros”. E1 yo y el nosotros existente (apercibido) presupone un yo y un nosotros (apercipiente) para el cual aquél existe pero que no puede él mismo existir a su vez en igual sentido. A eíta i subjetividad trascendental tenemos acceso directo mediante una experiencia trascen Procederemos aquí a introducir la reducción trascendental como apoyada sobre la reducción psicológica, como otra purificación más que es necesario practicar cada vez sobre esta última y de nuevo mediante una cierta epojé. Esta es una mera con* secuencia de la epojé universal que forma parte del sentido del problema trascendental. Asi como la relatividad trascendental de todo mundo posible exige su universal ”postura entre paréntesis”, asi también la exige respecto de las psiques puras y de la psicología fcnomenológica pura que se refiere a ellas. Mediante lo cual éstas se transforman en fenómenos trascendentales. Mientras el psicólogo reduce la subjetividad con que se encuentra en el mundo, dotado para él de vigencia natural, a la subjetividad anímica pura -en el mundo- el fcnomenólogo trascendental, mediante su epojé absolutamente universal, reduce esta subjetividad psicológicamente pura a la trasccnden taimen te pura, esto es, a aquella que lleva a cabo y confiere validez a la apercepción del mundo y en ella a la apercepción objetivante ”psique de realidades animales”. Por ejemplo, mis vivencias perceptivas puras, vivencias puras de la fantasia, etc.. son datos psicológicos de la experiencia psicológica interna en la actitud de la positividad. Se convierten en mis vivencias trascendentales cuando por medio de la epojé radical pongo al mundo, incluido mi propio ser humano, como mero fenómeno y presto atención entonces a la vida intencional en la que se foima toda la apercepción ”del” mundo y en especial la apercepción de mí psique, de mis vivencias perceptivas psicológicamente reales, etc. E1 contenido de estas vivencias, su esencial peculiaridad se conserva con ello plenamente aun cuando se vuelva visible como núcleo de una apercepción que antes fue psicológicamente activa una y otra vez, pero no tomada en cuenta. Para el filósofo trascendental que lia creado en si mediante una decisión universal previa de la voluntad la habitualidad firme de la ”postura entre paréntesis” trascendental, queda también eliminada de una vez por todas aquella mundanización de la conciencia que nunca falta en la actitud natural. Según esto la reflexión consecuente acerca de la conciencia produce para él cada vez de nuevo lo trascendental puro y, a saber, en forma intuitiva, según un nuevo modo de experiencia, la trascendental ”interna”. Surgida de la epojé trascendental metódica

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ella revela el infinito campo oncológico trascendental. Es el paralelo del infinito campo psicológico asi como su método de acceso es paralelo del puramente psicológico, el de la reducción psicológico-knomenológica. Y del mismo modo el yo trascendental y la comunidad trascendental de yoes, entendidos en la concreción plena de la vida trascendental, es el paralelo trascendental del yo y el nosotros en sentido corriente y psicológico, entendidos también concretamente como psique y comunidad de psiques con la correspondiente vida psicológica de la conciencia. Mi yo trascendental es pues, evidentemente ”diverso” del yo natural pero de ningún modo como un segundo yo separado en el sentido natural de la palabra; asi como tampoco, al contrarío, uno con él ligado o entrelazado en sentido natural. Pues justamente el campo de la experiencia trascendental de si (considerado en toda su concreción) en todo momento debe poderse mudar en experiencia psicológica de si mediante un mero cambio en la actitud. En este tránsito se establece necesariamente una identidad del yo; en la reflexión trascendental sobre él la objetivación psicológica se revela como autoobjcúvación del yo trascendental y se encuentra asi como cuando, en cada momento de la actitud natural, él se ha impuesto una apercepción. Una vez que emendemos el paralelismo de Lis esferas de experiencia trascendental y psicológica como una especie de identidad de la conjunción del sentido etnológico, que resulia de un mero cambio de actitud, se vuelve comprensible también la consecuencia que de ello deriva y que consiste en el paralelismo análogo y la inclusión implícita en la conjunción de la fenomenología trascendental y la psicológica, cuyo teína completo es lu mtcrsubjetividad pura en su doble sentido. Pero es menester tomar en cuenta que la ínicrsubjctividad puramente psíquica también conduce, apenas es sometida a la cpojé trascendental, a su paralelo, la intersubjeiividad trascendental. El paralelismo no implica, por cierto, en modo alguno una equivalencia teórica. La intersubjetividad trascendental es el sustrato ontológko absoluto, concreto c independíente, a partir del cual lodo lo trascendente (incluyendo a todos los cutes reales mundanos) adquiere su sentido ontohnjico en tanto que ser de un ente que lo es sólo de manera relativa y con clio incompleta, como sentido de una unidad intencional que existe de verdad gracias a una dotación trascendental de sentido, a una verificación coherente y al hábito consiguiente de una convicción perdurable.

”La mundanización o naturalización de la conciencia, que se trata de evitar metódicamente, es consecuencia del procedimiento que se vale de representaciones espaciales o de otro tipo para captar el ser de la conciencia. La conciencia como espejo que refleja el mundo, o como habitante del cuerpo, como ”the ghost in the machine”; la concepción del conocimiento como el proceso digestivo de una especie de araña que se apodera de sus objetos-presas y los absorbe lentamente, etc., son algunas de las formas tradicionales de mundanización de la conciencia. En su esfuerzo por evitar este vicio, Husserl concibe a la conciencia como acto, como totalidad de los actos conscientes, o como subjetividad o centro de referencia de los acto* del sujeto. Véase Ideen..,, Nr. 33, 34, 39, 42, 50.

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10. La psicología pura como propedéutica dé la fenomenología trascendental

Gracias al esclarecimiento de la cquivocídad esencial de la subjetividad de la conciencia y tic la ciencia cidética que se refiere a ésta se llega a comprender en sus últimos fundamentos por qué el psicologíuno ha sido históricamente invencible. Su fuerza reside en un escencial espejismo trascendental que, no revelado, tenía que seguir actuando. También se comprende mediante cl esclarecimiento logrado, por una parte la independencia de la idea de una fenomenología trascendental y de su realización sistemática respecto de su idea de una psicología pura fenotiienologica. Pero, por otra paite, se entiende el valor proucdéutico?3 del proyecto previo de una patología puní pura alcanzar a la fenomenología trascendental, valor que ha orientado la presente exposición. Ante todo en lo que toca al primer punto es manifiesto que al descubrimiento de la relatividad trascendental se puede conectar inmediatamente la reducción fenomenológica y eidética y asi la fenomenología trascendental se desarrolla directamente a partir de la intuición trascendental. De hecho este camino directo fue el recorrido históricamente. La psicología fenomcnológica pura como ciencia cidética de la positividad ni siquiera existía. Pero, en segundo lugar, en lo referente a la ventaja propedéutica del camino indirecto a la fenomenología trascendental pasando por la psicología pura, la actitud trascendental implica una especie de transformación de toda la forma de vida que sobrepasa completamente a cualquier experiencia vital anterior, de manera que por su absoluta extraíleza tiene que ser difícil de entender. Algo similar se aplica a una ciencia trascendental. La psicología fenomenológica, aunque también relativamente nueva y muy novedosa en su método del análisis intencional, tiene, sin embargo, cl carácter accesible propio de las ciencias positivas. Una vez que se la ha aclarado, por lo menos, en su idea precisada con rigor, ya no se necesita más que del esclarecimiento del auténtico sentido de la problemática lilosóíico-trascendental y de la reducción trascendental para apropiarse de la fenomenología trascendental, en cuanto ¿su constituye una mera conversión a lo trascendental del contenido doctrinal de aquélla. Las dos dificultades fundamentales para penetrar en la nueva fenomenología se reparten en estas dos etapas, a saber, la de la comprensión del verdadero método tie la ”experiencia interna” que forma pane ya de las condiciones quc harían posible una psicología ”exacta” como ciencia rational de hechos, y la tic la comprensión de la peculiaridad de la problemática y los métodos trascendentales. Considerado en si mismo el interés de lo trascendental es, cu todo caso, el supremo y último interés científico y por ello lo debido es desarrollar, en adelante como en el pasado, las teorías trascendentales en el sistema absoluto c independiente de la filosofía trascendental y deHac-ir en cila misma, mostrando el tipo esencial de la actitud, natural írentc al de Ja actitud trascendental, la posibilidad de icinu-ipretar todas las doctrinas íenomenológico-trascendcmales como doctrinas de la positividad natural.

-La fenomenología propiamente (al comien/a dnpucs de huljcr desmontado algunas de las más cnraüadas creencias del sentido común. ti lector que nú morra por si mismo este camino negativo no encontrará cl acceso a ella. De ahí que lltisscrl busque en este trabajo, que por su brevedad no puede preparar la conversión del lector, un puente entre la actitud natural y la fenomenológica.

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111. FENOMENOLOGÍA TRASCENDENTAL V FILOSOFÍA COMO CIENCIA UNIVERSAL CON FUNDAMENTACIÓN ABSOLUTA,

Al considerar el alcance de la fenomenología trascendental se producen consecuencias notables. En su realizudón sistemática hace efectiva la idea leibniziana de una antología universal como unidad sistemática de todas las ciencias aprióricas pensables, pero sobre un nuevo fundamento, superando al ”dogmatismo” por medio del método fínomenológico trascendental. La fenomenología como ciencia de todos los fenómenos trascendentales penables y en cada caso en las formas sintéticas de conjunto en las que exclusivamente son posibles de manera concreta -esto es, las de sujetos trascendentales singulares unidos en comunidades de sujetos- es eo ipso ciencia apriórica de todo ente pensable. Pero, entonces, no limitada al todo de los entes objetivos, tomado, además, en la actitud de- la positividad natural, sino quc de modo plenamente concreto, ciencia de los cutes en general según adquieren su sentido outoló^ico y su validez mediante la constitución intencional correlativa. Esto incluye inmljíéu el ser de la misma subjetividad trascendental cuya esencia evidcncialile es la de ser constituida en sí y para sí trascciulcntahneiue. Según lo anterior una fenomenología realizada es frente a la ontologfa de la positividad sólo en apariencia universal, la auténticamente universal, superando justamente en virtud de ello la unilliteralidad dogmática y, en consecuencia, la ininteligibilidad de aquélla, cuyos conit nidos legítimos, sin embargo, tiene quc abarcar como fundados originatiamcute en la constitución intencional.

11. La fenomenología trascendental como otología

Reflexionemos sobre el modo como los abarca: lo que se quiere decir es quc todo a priori en su validez omológica está fijado e» lanío que función trascendental, o sea. junto con ¡as formas esenciales de su constitución, las clases y los grados de su autonuinifestación y verificación, y las habitualidades correspondientes. Esto implica que al establecer a priori y con ello, se hace transparente el método subjetivo seguido para establecerlo; quc por eso para las disciplinas aprióricas que encuentran su fundamento en la fenomenología (por ejemplo como ciencias matemáticas) no

Ontología de la positividad” designa aquí a la metafísica implícita del positivismo y et naturalismo, según la cual no hay otros entes u objetos legítimos del conocimiento que los espacio-temporales. Es. pues, el ¡mentó de reducir el saber al de las ciencias positivas, quc constituirían, tomadas en conjunto, un universo. Husscrl la llama una falsa universalidad, porque está viciada por la unilatcralidad y la ceguera propias de este enfoque. Sobre el naturalismo, véase ”Philosophic ais strengc Wisjcascliaít”, págs, 294-322 (Trad,, págs. 13-49); ídem .... i. págs. 40-37 (Trad., pigs. 46-CS).

12. La fenomenología y la crisis de fundamentos de las ciencias exactas.

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puede haber ”paradojas” ni ”crisis de fundamentos”. En lo que se refiere a las ciencias aprióricas que se han formado históricamente, que se lian formado en la ingenuidad trascendental, resulta la consecuencia de que sólo una fundamentación fenoraenológica radical puede transformarlas en ciencias autenticas y que se justifiquen metódicamente en forma cabal. Pero con ello dejan de ser ciencias positivas (dogmáticas) y se convierten en ramas dependientes de la fenomenología única en tanto que ontología eidéüca universal.

13’ La fundamentación fenomenológica de las ciencias de hechos y la fenomenología empírica

Esta infinita tarea de exponer el universo completo del a priori en su autorrefencia trascendental y con ello en su independencia y acabada claridad metódica es nomenolágica por su parte una función del método para alcanzar una ciencia universal y cabalde las ciencias mente fundamentada de ¡a facucidad empírica. Dentro de la positividad, la ciencia de hechas empírica auténtica (relativamente autentica) exige la fundamentación metódica y la fenómeno- mediante la ciencia aprióríca correspondiente. Si consideramos el universo de todas logia empírica las ciencias empíricas posibles en general y exigimos una f undamcntaciún radical, libre de todas las crisis de fundamentos, ello conduce al a priori universal en la fundamentación radical, o sea, fenomcnológica. La forma auténtica de una ciencia universal de la facu’cidad es pues ía fenoraenoíógiea; en tanto que ta! es ciencia universal du la intersubjctividad trascendental íáctica sobre el fundamento metódico de la fenomenología cidética como ciencia de una subjetividad trascendental posible en general. Según esto, se comprende y justifica la idea de una fenomenología empírica que viene después de la fenomenología eidética. Es idéntica con el uní verso sbtemático completo de las ciencias positivas, con tal de que la pensemos de antemano como metódicamente fundada de manera absoluta por la fenomenología eidéica.

14. La fenomenología completa como filosofía universal. Con esto se restituye el más originario concepto de la filosofía como ciencia unímenolagia versal que $e autolegitíma radicalmente -ía única que es ciencia en el viejo sentido completa como platónico y también en el cartesiano. La fenomenología realizada en forma estrictafilosofía mente sistemática en el sentido ampliado anterior es idéntica con esta filosofía que universal abarca a todo el conocimiento auténtico. Se divide en fenomenología cidética (u ontoiogia universal), como filosofía primera y en filosofía segunda, la ciencia del universo de los hechos o de la intersubjeüvidad trascendental que los abarca sintéticamente a todos. La filosofía primera es el universo del método para la segunda y está referida a sí misma en su fundamentación metódica.

15. Los problemas ultimos y supremos son problemas fenomenológicos

Todos los problemas racionales tienen su lugar en la fenomenología, asi también los que tradicionalmcntc se han calificado en algún sentido especial como filosóficos; a partir de las.fuentes absolutas de la experiencia trascendental o de la intuición eidética vienen a obtener recién en la fenomenología su auténtica formulación y las vías posibles de su solución. La fenomenología en su autorrcferencia universal reconoce su propia función en una posible vida trascendental de la humanidad. Reconoce las normas absolutas que se pueden evidenciar en ella, pero también su originaria estructura ideológica que tiende en la dirección del descubrimiento de estas normas y su repercusión práctica consciente. Se reconoce entonces como función de la meditación universal acerca de sí de la humanidad (trascendental). al servicio de una praxis racional universal, esto es, al servicio de la aspiración, liberada

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por ej descubrimiento, en dirección a la idea universal de la perfección absoluta, situada en el infinito. O, lo que es lo misino, en dirección a la idea -situada en el infinito-, dc una humanidad que de hecho y absolutamente existiera en la verdad y viviera en la autenticidad. Reconoce su función -como autorref lesión- para la realización relativa de la idea práctica correspondiente dc una vida de la humanidad auténtica en un segundo sentido (curas formas esenciales y normas prácticas ella tiene que investigar), a saber, la dc aquella consciente y deliberadamente dirigida hacia esa idea absoluta. En resumen, los problemas metaíisko-tclcológicos, éticos, de filosofía de la historia no menos, como es obvio, que lo* problemas de la tazón judicaúva. quedan comprendidos en su esfera, así coma en general le pertenecen todos los problemas con sentido y todos en su más intima unidad sintética y orden en unto que problemas de la espiritualidad trascendental.

En el trabajo sistemático dc la fenomenología que avanza de datos intuitivos a niveles abstractos, se resuelven por sí mismos, y sin los artificios de una dialéctica argumentadora, sin esfuerzo y compromisos débiles, las tradicionales y ambiguas antítesis, cutre los puntos de vista filosóficos, antítesis como las de racionalismo (platonismo) y empirismo, relativismo y absolutismo, subjetivismo y objetivismo, ontologismo y trascendentalismo, psicologistno y aniipsicoiogismo, positivismo y metafísica, concepción ideológica y causali&ta del mundo. En todas ellas encontramos motivos «que las justifican, pero en todas se trata de medias verdades o de que se ha conferido carácter absoluto a parcialidades justificadas sólo en sentido relativo o abstracto. EL íublcliviano sólo puede ser superado por el subjetivismo más universal y consecuente (el trascendental). En esta forma es al propio tiempo objetivismo en la medida en que representa el derecho dc toda objetividad que se verifica por medio dc una experiencia coherente pero que. por supuesto, también hace valer su sentido completo y auténtico, contra el que peca el pretendido objetivismo realista en su incomprensión dc la constitución trascendental. El relativismo puede ser superado sólo a través del relativismo más universal, de tu fenomenología trascendental que hace comprensible la relatividad dc todo ser ”objetivo” en tanto que trascendentalmente constituido pero con ello también la relatividad más radical, aquella de la subjetividad trascendental respecto de si misma. Y justamente esto se revela ¿como el único sentido posible del ser ”absoluto” -frente a todo ser ”objetivo” relativo a él- a saber, como el ser ”para-sí-m!&mo” dc la subjetividad trascendental. Una vez más: el empirismo sólo puede ser superado por el empirismo más universal y consecuente que en lugar dc la ”experiencia” limitada de los eiupirisias pone el concepto dc experiencia, necesariamente ampliado, dc la intuición que da el objeto dc modo originario, la que en todas sus modalidades (intuición cidética, evidencia npodíctica. intuición esencial fenomenológica, etc.), mediante la clarificación fenomcnologica evidencia la forma como confiere legitimidad. La fenomenología en tanto que eidética es, por otro ludo, racionalista: supera, sin embargo, el racionalismo dogmático limitado mediante el más universal de la investigación esencial referida unitariamente a la subjetividad trascendental, al yo, la conciencia y la objetividad consciente. Igual cosa sucede en relación con las otras antitesis, implicadas en las anteriores. Para mencionar un caso más, la referencia de todo ser a la subjetividad trascendental y sus funciones intencionales constitutivas sólo deja cabida a una consideración teleológica del mundo. Y sin embargo la fenomenología le reconoce también un grano de verdad al naturalumo (o al sensualismo). Pues al exhibir las asociaciones como un fenómeno intencional, como una típica cornpleta de formas de síntesis intencional pasiva con una legalidad esencial de génesis trascendental y puramente pasiva, pone en evidencia descubrimientos precursores, aunque envueltos en teorías absurdas, en el ficcionalismo de Hume, particularmente en su doctrina acerca del origen de las ficciones cosa, existencia permanente, causalidad. La filosofía fenomenológica se considera en su método como consecuencia pura de las intenciones metódicas que mueven ya a la filosofía griega desde sus comienzos; pero sobre todo

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de las intenciones aún vivas que a partir de Descartes y a través de las dos líneas del racionalismo y el empirismo pasando por Kant y el idealismo alemán, alcanzan hasta nuestro confuso presente. Consecuencia pura de intenciones metódicas quiere decir verdadero método que encauza los problemas por las vías de un trabajo concreto- que se ponga a la obra y la lleve a cabo. Esta vía es, según la característica de la auténtica ciencia, infinita. Por lo tanto, la fenomenología exige del fenomenólogo que renuncie al ideal de un sistema filosófico propio pero que viva como modesto obrero en comunidad con otros39 para una philosopliia perennis.

”No se trata, por cierto, tan sólo dc exagerar una tesis filosófica insostenible, la del subjetivismo, para resolver los problemas que suscita. La idea de Husscrl es, más bien, la de superar del todo las antítesis tradicionales, que colocan al pensador frente a una alternativa tajante de términos ya dado» y definidos, obligándolo a elegir entre ellos. Bien entendida, no existe la oposición insoluble de subjetivismo y objetivismo. Puede haber momentos en el camino del discurso Ulosófiío en que la oposición aparece y tiene un sentido legitimo. Pero ello no quiere decir que el pensamiento se petrifique en ella y la dogmatice: por eso Husserl sostiene que en el avance sistemático de la fenomenología estai antítesis se resuelven solas.

16. La solución fenomenológica de todas las antitesis filosóficas.

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EDICIONES UTILIZADAS

A continuación indicamos las ediciones de las obras de Husscrl a que remiten tas referencias que figuran en las notas.

Cartesianiíche Mcdilationm, en Husscrliana, Edmund Husserts getammelte WeUte, Band I, Haag Martinus Nijhoíf, 1950 (traducción apañóla parcial: Meditaciones cartesianas, trad, de José Gao*. El Colegio de Mexico, 1<M2).

Ideen zu einer reine» Phanomenotogie und phünoincnalogischen Philotophie, Ersics Buen, en Huutrliana, Band in, Haag. Martinus Nijhoff, 1950. (Trad.: ¡deas relativas a una fenomenología pura y una filoío/ia fenomenológica, trad, por José Gaos, México. Fondo de Cultura Económica. 1949).

Phánomcnologiiche Psychologic, Vorlcsungen Sommersemester, 1925, en Huuerliana, Band IX, Den Haag, Martinus Nijhoíf. 1962.

Fórmale und transzendentale Logik. I’ersuch einer Kritik der logisehen í’frnunfl. Halle, Max Niemeyer, 1929.

Er/ahrung und Vrteil. Unterfuchungen tur Genealogie der Logik (redigicrt und heraujgcgebcn von Ludwig Landgrcbe). Hamburg. Claasen, 1954.

”Philosophic ais strenge \Viiscimhaft” en Logos, Band I. 1910/11, paga. 289-341 (trad.: La ¡üoíofia como ciencia estricta, trad, por Elsa Tabcrning, Buenos Aires, Nova, 1962).

•La idea de’la filosofía como una disciplina que debería crecer lentamente por acumula’ ción de los aportes impersonales de muchas generaciones de investigadores fue desarrollada más extensamente por Husscrl en ”Philosophic ais strenge Wissenschaft”, especialmente págk333 y 337 (Trad., págs. 63 y 68). ¡