15
LA ESTRUCTURA DE LAS REVOLUCIONES CIENTÍFICAS (Síntesis) Un papel para la historia La ciencia en esencia no puede conocerse a través de los libros que se diseñan para que las nuevas generaciones de científicos aprendan a hacer ciencia. El concepto fundamental de ciencia se aleja de estos textos, pues si se toma desde esta perspectiva la ciencia se volvería únicamente el conjunto de teorías y conceptos que se acumulan, y el papel del científico se reduciría a combinarlos y complementarlos, por consiguiente la historia de la ciencia se vuelve simplemente la relatoría de acontecimientos que permiten llegar a obtener dichos conceptos y teorías. Actualmente el estudio de la historia de la ciencia ha vuelto la mirada a los acontecimientos que precedieron los actuales sistemas de conocimiento, retomando el componente científico que validaba las observaciones hechas por hombres de ciencia en otras épocas. El historiador debe entender esta nueva perspectiva e incorporarla a su estudio de las ciencias a fin de identificar esa nueva imagen de la ciencia. El desarrollo temprano de las ciencias se da principalmente por una continua competencia de argumentos y postulados, que en última instancia se diferencian por posturas personales o creencias de un grupo de científicos en algún punto de la historia. Pero esto no quiere decir que dichas posturas no sustenten el desarrollo de modelos científicos, por el contrario, lleva a quienes se inician en las ciencias por un camino de desarrollo desde la concepción más simple hasta el desarrollo actual de la ciencia. Esto se da fundamentalmente porque a pesar que la ciencia manifiesta cierta resistencia a la innovación, pero dicha resistencia es la que hace que la innovación se valga de herramientas para buscar la legitimidad. Es la revolución la que promueve el cambio, y la ciencia no es ajena a esta realidad. El problema con la innovación, o mejor dicho, la verdad tras la resistencia, es que exige la reevaluación de los conocimientos previos a la luz de los nuevos descubrimientos, de las nuevas teorías. Pone en tela de juicio la validez de los conocimientos

La Estructura de Las Revoluciones Científicas

Embed Size (px)

DESCRIPTION

Como se dan las revoluciones científicas

Citation preview

LA ESTRUCTURA DE LAS REVOLUCIONES CIENTÍFICAS (Síntesis)

Un papel para la historia

La ciencia en esencia no puede conocerse a través de los libros que se diseñan para que las nuevas generaciones de científicos aprendan a hacer ciencia. El concepto fundamental de ciencia se aleja de estos textos, pues si se toma desde esta perspectiva la ciencia se volvería únicamente el conjunto de teorías y conceptos que se acumulan, y el papel del científico se reduciría a combinarlos y complementarlos, por consiguiente la historia de la ciencia se vuelve simplemente la relatoría de acontecimientos que permiten llegar a obtener dichos conceptos y teorías.

Actualmente el estudio de la historia de la ciencia ha vuelto la mirada a los acontecimientos que precedieron los actuales sistemas de conocimiento, retomando el componente científico que validaba las observaciones hechas por hombres de ciencia en otras épocas. El historiador debe entender esta nueva perspectiva e incorporarla a su estudio de las ciencias a fin de identificar esa nueva imagen de la ciencia.

El desarrollo temprano de las ciencias se da principalmente por una continua competencia de argumentos y postulados, que en última instancia se diferencian por posturas personales o creencias de un grupo de científicos en algún punto de la historia. Pero esto no quiere decir que dichas posturas no sustenten el desarrollo de modelos científicos, por el contrario, lleva a quienes se inician en las ciencias por un camino de desarrollo desde la concepción más simple hasta el desarrollo actual de la ciencia. Esto se da fundamentalmente porque a pesar que la ciencia manifiesta cierta resistencia a la innovación, pero dicha resistencia es la que hace que la innovación se valga de herramientas para buscar la legitimidad. Es la revolución la que promueve el cambio, y la ciencia no es ajena a esta realidad.

El problema con la innovación, o mejor dicho, la verdad tras la resistencia, es que exige la reevaluación de los conocimientos previos a la luz de los nuevos descubrimientos, de las nuevas teorías. Pone en tela de juicio la validez de los conocimientos anteriormente incorporados a la ciencia y esto supone un trabajo que no se va a llevar a cabo de la noche a la mañana.

El camino hacia la ciencia normal

La ciencia normal es la que se basa en los conocimientos previos, situaciones descritas anteriormente. Dicha ciencia normal está llena de paradigmas que sustentan el trabajo de los científicos y con dificultad fomenta la discusión, pues su validez se da por hecha. La investigación científica requiere paradigmas que no sean tan estrechos, para facilitar el desarrollo de modelos más avanzados.

La madurez de las ciencias se logra gracias a pequeñas revoluciones que sirven de medio de transición entre paradigmas establecidos. Cada paradigma establecido ayudaba a sustentar las ideas de ciertos grupos de personas, o escuelas, que defendían cada teoría basado en alguna variante particular del paradigma para darle validez. A pesar que cada variante y cada paradigma se realizaban a la luz del método científico el resultado de esas actividades rara vez llegaba a volverse ciencia.

La principal dificultad a la que se enfrenta el historiador para dar con la base de la ciencia es mucho más ardua de lo que parece, pues tiene que entender el conjunto de acontecimientos previos a cada una de las revoluciones que llevaron al desarrollo de las ciencias. Los registros muchas veces sustentan y dan luces al desarrollo de teorías más completas, otras veces muestran problemas que agregan complejidad a los modelos existentes o en desarrollo. A medida que avanza la ciencia los registros se centran más en los resultados que en el proceso que los sustentaba. A excepción de los clásicos griegos que describían detalladamente los pasos que llevaron a formular un método, o inclusive un paradigma; los registros actuales se centran en el resultado y pasan por alto el contexto en el que se desarrollan, tanto las creencias metodológicas como las teorías conjuntas que lo apoyan.

Gracias a la recolección de datos y la formulación de teorías podemos decir que las ciencias se desarrollaron con mayor facilidad. Las personas que no se adapten a los nuevos paradigmas que devienen en las nuevas formas de ciencia generalmente se aíslan del proceso científico o se unen a otra escuela de conocimiento que se articule mejor con sus necesidades. Estas agrupaciones de personas también se dan entre quienes aceptan los nuevos paradigmas y fomenta la especialización del conocimiento. Dicha especialización favorece el desarrollo particular de la ciencia pues facilita la labor investigativa, dejando de lado los aspectos conocidos y adentrándose en las cuestiones que sean de interés para el grupo. Para exponer los resultados de sus trabajos, los científicos han ido apropiándose de los artículos para comunicarlos, dado la puntualidad de las preguntas que surgen.

La naturaleza de la ciencia normal

El paradigma, entendido desde la ciencia, es un elemento que permite articular nuevos elementos en un sistema más riguroso. La aplicación exitosa de un paradigma no quiere decir que responda totalmente a todos los problemas, sino que permite dar solución a un rango más amplio de problemas que el paradigma anterior. La ciencia normal se apoya en estos paradigmas, su trabajo es depurar los resultados a la luz de las nuevas evidencias. El desarrollo de la ciencia normal se da para resolver un tipo particular de problemas, con un enfoque tan preciso el análisis se hace minucioso y favorece el descubrimiento de nuevos elementos que aporten a la ciencia.

La ciencia normal consta fundamentalmente de tres problemas centrales, en cuanto a la experimentación, los enfoques de los hechos. Primero se enfoca en los hechos para los cuales el paradigma aplica con mayor precisión. Generalmente sobre estos hechos se hacen los estudios y se alteran las condiciones a fin de tener una descripción más completa del hecho. En segundo lugar la ciencia normal se centra en los hechos que sirven como punto de comparación de los primeros, para ello se valen de recursos tecnológicos que facilitan la comparación y recolección de datos. Finalmente la ciencia normal revisa los hechos para los cuales los paradigmas anteriores no tenían una solución estable.

En cuanto a la teoría, se pueden clasificar los problemas en tres grandes categorías. Una primera parte de este análisis consta de usar la información conocida para predecir resultados. A pesar que esto parece simple, es el punto de contacto entre la teoría y la naturaleza. En segundo lugar tenemos el problema que los paradigmas generalmente se traducen en modelos que se aproximan a la realidad, a pesar de no modelarla a la perfección. El tercer problema se

relaciona con la forma en que la teoría se articula al paradigma, y por tanto, a la realidad. La mayoría de problemas científicos. Cuando un paradigma deja de ser necesario, la ciencia debe cambiar y sobre este hecho es que se articulan las revoluciones que permiten el avance de las ciencias.

La ciencia normal como resolución de enigmas

La investigación normal poco aspira a producir novedades importantes. Al tener un modelo que permita predecir un resultado, cualquier fallo que aparezca no se deberá al modelo o la naturaleza sino al científico que ejecuta el experimento. Pero aunque esto aparentemente impida el avance de la investigación, realmente ayuda a delimitar el campo de acción en el que el paradigma tiene aplicación y por tanto favorece a su desarrollo.

Hay que distinguir los enigmas de los verdaderos problemas de la ciencia normal. Los enigmas son simplemente problemas que sirven para poner a prueba la habilidad o el ingenio y dar una respuesta satisfactoria, mientras que los problemas que interesan a la ciencia normal, no siempre parecen tener una respuesta aparente. La ventaja de tener un paradigma es que permite delimitar el rango de los problemas animando a la comunidad a enfocarse en dicho tipo de situaciones, mientras que las que se encuentran fuera de ese rango. Generalmente se buscan los problemas que puedan tener solución a la luz del paradigma.

Sin embargo la mayoría de problemas con los que se encuentra la ciencia normal encuentran solución solamente con habilidad suficiente por parte del científico, y desde esta perspectiva se volverían simplemente enigmas. Para un científico que realice una investigación científica normal su motivación será simplemente encontrar una solución, o una mejor solución a un problema.

Para catalogar un problema como enigma debemos tener la certeza que hay más de una solución, y las soluciones encontradas deben cumplir ciertas restricciones. Dichas restricciones o reglas se encuentran en diferentes niveles de acuerdo a la rigurosidad con la que se aplican. Pueden ser generalizaciones explicitas, leyes o teorías, y finalmente las metafísicas. Las reglas permiten al científico enfocarse en las actividades que pueda ejecutar para darle solución al problema. De esta manera se define, a partir de la relación entre los enigmas y las reglas, la naturaleza de la investigación científica normal.

Prioridad en los paradigmas

Es deber del historiador determinar los paradigmas en una comunidad científica, esto significa que encuentra un núcleo de problemas y técnicas para la comunidad que acepta el paradigma. Pero su ejercicio no termina aquí pues es necesario que compare los paradigmas de diversas comunidades y posteriormente analizar el conjunto de reglas que lo rigen. Al tratar de encontrar un conjunto de reglas que pertinentes es posible que no llegue a un resultado adecuado. Este problema se soluciona si aceptamos que la existencia de un paradigma no presupone un conjunto de reglas establecido.

Para encontrar las características en común de los problemas o técnicas se puede relacionar con una de las realizaciones previas establecidas por la comunidad en cuestión. Sin embargo

los paradigmas pueden tener mayor complejidad que cualquier conjunto de reglas que lo sustente, y por tanto la ciencia normal se puede determinar en base a paradigmas únicamente.

Existen varios aspectos que demuestran dicho postulado. En primer lugar la descripción de las reglas que rigen la investigación suele ser bastante tediosa y no unificada. En segundo lugar hay una transmisión del conocimiento puesto que los científicos no desarrollan su trabajo desde ceros sino a partir del trabajo, los conceptos, teorías y enunciados previos que puede encontrar documentados; su aprendizaje por tanto depende de su trabajo en el campo de acción del paradigma, pero no depende de que conozca un conjunto de reglas concretas que vayan ligadas al paradigma. En tercer lugar, la educación científica permite que, si un paradigma es aceptado por la comunidad, no se tenga la necesidad de usar reglas abstraídas. Sin embargo, si los problemas aparecen, entonces, es cuando la búsqueda de reglas adquiere importancia, especialmente antes de las revoluciones. En cuarto y último lugar, se puede ver que las reglas son más generales y afectan un número mayor de científicos. Por el contrario los paradigmas solo afectan a un pequeño grupo de individuos pues los paradigmas sustentan campos especializados de la ciencia.

La anomalía y la emergencia de los descubrimientos científicos

La ciencia normal no busca novedades de ningún tipo, si aparecen novedades no aportan a la ciencia. Los descubrimientos se inician cuando se encuentra una anomalía y concluye cuando puede ser ajustada a la teoría del paradigma. Si no puede ajustarse completamente a la teoría no puede considerarse un hecho científico. Descubrir algo no es un hecho aislado y particular sino es un conjunto de sucesos que permiten determinar que algo existe y que algo es. Para descubrir algo debe prestarse atención a la anomalía que la causa.

Por lo general los descubrimientos causan conmoción a pesar de no poner en duda el paradigma. Estos acontecimientos tienden a complementar la ciencia normal y en ocasiones tienden a generar cambios en campos de la ciencia previos. El problema con los paradigmas es que en ocasiones restringen el uso de instrumentos para realizar los experimentos, si se expande el rango de los experimentos es probable que se encuentren cosas por el espectro de lo esperado y se llegue a conocer nueva información.

El hecho de la detección de la anomalía invita a revisar las condiciones bajo las cuales se dio, a intentar repetirlas y a realizar las correcciones conceptuales adecuadas para facilitar la predicción de la anomalía y en ese momento se puede decir que se ha iniciado el descubrimiento. Esto contribuye a que la ciencia sea cada vez más rígida. Se refinan los conceptos y se mejoran las herramientas pero cada vez se presenta una mayor resistencia al cambio de paradigma. Entre más refinado sea un paradigma más difícil va a ser cambiarlo y se verá una mayor sensibilidad frente a la existencia de una anomalía.

Las crisis y las emergencias de las teorías científicas

El avance en la ciencia debido a los descubrimientos se da luego que estos permitan explicar con mayor precisión fenómenos conocidos, pero solo después de reemplazar componentes del viejo paradigma con componentes del nuevo, aunque no son los únicos agentes de cambio en los paradigmas.

Debido al surgimiento de nuevos paradigmas se puede encontrar que se genera una inseguridad debida al fracaso de las ciencias existentes, mientras, después de un tiempo de transición e incorporación de las nuevas teorías y paradigmas se da. Pero previo al cambio existe un momento de crisis donde factores externos ponen en tela de juicio la validez del modelo planteado. Otro síntoma de crisis es la proliferación de teorías para explicar la variación en los resultados.

Es típico que sucedan varios fracasos antes de encontrar una nueva teoría. De hecho la nueva teoría responde directamente a la crisis, nace de esta. Es frecuente que para que dichas teorías nuevas aparezcan los científicos naturales se basen, más que en otras teorías, en una colección de datos determinada. Aunque estos casos son aislados y generalmente se dan antes del planteamiento del paradigma de la ciencia que van a estudiar. La razón de esto es simple, pues a no ser que sea estrictamente necesaria la introducción de nuevas herramientas, se mantiene el modelo anterior que venía funcionando adecuadamente.

La respuesta a la crisis

Por lo general la crisis demuestra un fallo en el paradigma, pero los científicos toman como ejemplos y tratan de ampliar la teoría, si no es posible, es cuando comienza un ejercicio comparativo entre paradigmas y su relación tanto con el mundo como con ellos mismos. Muchas veces la resistencia al cambio es tan grande que se busca ajustar el paradigma para eliminar los conflictos aparentes, pero esto no es del todo malo pues es una tensión normal que aparece en todo proceso de investigación científica.

Es inevitable rechazar un paradigma sin tener otro que lo reemplace, pues esto va en contra del desarrollo mismo de la ciencia. No puede abandonarse una teoría sin tener otra que sustente los mismos fenómenos, incluyendo los que llevaron a cuestionar ese paradigma. Así como los enigmas que constituyen la ciencia normal solo existen porque los paradigmas no pueden resolverlos completamente, la ciencia y la investigación no pueden existir si no hay algo que las cuestione.

Esto no quiere decir que los ejemplos en contrario, o las excepciones sean enigmas por sí mismas, pues los ejemplos en contrario conducen directamente a la crisis. La ciencia debería hacer que los hechos y las teorías concuerden de manera más precisa, pero por el contrario tratan de dar solución a un problema asumiendo como válido el paradigma.

Las anomalías por sí solas no conducen a la crisis, de hecho es incluso aceptado que se presenten anomalías aisladas, pero no por eso el científico se detendrá a revisarlas todas. Simplemente se hace un ajuste del paradigma y se continúa la investigación. Las anomalías pueden llevar a una crisis solamente si hacen dudar de los modelos que tienen una importancia práctica particular. Si es así hace que se le preste un interés particular, y si no se halla respuesta se considera como el objeto de estudio de su campo de acción.

La investigación se abre una vez el paradigma deja de tomarse como totalmente cierto la ciencia inicia un proceso de reestructuración con cambios y reformulación de generalizaciones, y durante la transición la comparabilidad de ambos permitirá resolver desde distintas

perspectivas propias de cada paradigma una gran cantidad de problemas. Puede decirse que con los mismos datos, pero con otro enfoque, la ciencia se re direcciona.

Los científicos aprenden que el cambio en la visión no implica que las cosas dejen de ser, simplemente analizan a través de un nuevo lente la información que tenían anteriormente. Ellos tienen el trabajo a partir de la detección de la anomalía, y es su deber el llevar a cabo la investigación normal que le permita encontrar y aislar correctamente la anomalía, para luego llevarla a diseñar un nuevo paradigma partiendo de la especulación de nuevos modelos teóricos que resulten más o menos eficientes, antes de dar con un nuevo paradigma.

La ciencia normal se mantiene alejada de la filosofía, pero en ocasiones recurre a ella para dar solución a enigmas. La filosofía permite analizar el conjunto de reglas que sustentan un paradigma, pero mientras no sea necesario, el científico se mantendrá dentro del paradigma asumiendo las reglas implícitas en el proceso. Esto facilita y prepara la mentalidad científica para introducir una nueva formulación.

Generalmente las personas que inventan un nuevo paradigma, o vislumbran su realización, son nuevos en el campo y no están atados totalmente por las reglas tradicionales. Esto les permite cierta flexibilidad que ayuda a establecer nuevos métodos que pueda reemplazar a los anteriores.

La naturaleza y necesidad de las revoluciones científicas

Básicamente las revoluciones científicas son el cambio de un paradigma por otro. Inician con un sentimiento creciente de que el paradigma ha dejado de dar todas las explicaciones necesarias y se hace necesario encontrar una solución adecuada. Esto puede desembocar en una crisis que haga pensar a los afectados, que efectivamente se está dando una revolución.

Cuando se da una revolución, no se puede elegir arbitrariamente sobre cuál paradigma adoptar, sino que deben ponerse los dos en discusión y cada grupo defiende el paradigma desde el mismo. Con ello el paradigma da una muestra de la efectividad de su aplicación, lo que puede resultar como un método persuasivo para cambiar el paradigma.

Los nuevos tipos de fenómenos no implican que debamos cambiar de paradigmas, porque puede ser que el paradigma se ocupe de fenómenos desconocidos hasta el momento, o de una generalización de teorías conocidas, pero sin necesidad de afectar ninguna de ellas estructuralmente.

Las personas han creído que la ciencia es genuinamente acumulativa, pero no es así puesto que la ciencia no puede darse normalmente como una acumulación de novedades, y el científico es consciente de ello. Por eso su trabajo radica en la observación, el diseño de instrumentos y el enfoque de su pensamiento para resolver un problema determinado. El descubrimiento surge si los resultados no son los esperados.

Las nuevas teorías surgen de manera similar. Existen tres tipos de fenómenos que podrían dar pie a una nueva teoría: Aquellos que han sido bien explicados, aquellos que son conocidos pero solo pueden comprenderse a través de una articulación de un paradigma para darles solución, y aquellos fenómenos que no caben dentro de los paradigmas existentes.

Ninguna teoría puede entrar en discusión con sus casos especiales. Pero para aceptar esto las teorías deben limitarse estrictamente y los estudios que se realicen deben mantenerse en ese rango de investigación, lo que limita el rango de acción científica. Lógicamente es necesaria la aceptación de un paradigma para saber qué enigmas existen, y una vez son detectados y aislados la actividad científica toma un sentido de investigación en el que los resultados obtenidos pocas veces se asemejan a lo que se conoce sobre dicha ciencia.

Las nuevas teorías requieren una resignificación de los conceptos de las teorías anteriores, a pesar que se mantengan los nombres para expresar elementos similares, hay un cambio fundamental que agrega información que la teoría anterior no podía manejar. Es por esto que la transformación conceptual es fundamental para la revolución científica, es un prototipo para reorientar la ciencia. De esto deviene una naturaleza irreconciliable entre paradigmas nuevos y viejos, que a su vez lleva a la reformulación de la ciencia de la que viene. El paradigma tiene el papel de vehículo de las teorías científicas. Proporciona una guía que seguir para entender la complejidad de la naturaleza y facilita la labor investigativa. Por eso cuando hay un cambio en el paradigma, se da un cambio en la forma en la que se hace ciencia.

Las revoluciones como cambios del concepto de mundo

Cuando ocurre una revolución, el científico debe reeducar su visión para adaptarla a situaciones completamente diferentes a las que está familiarizado. Para ello hace falta una inmersión prolongada de su experiencia bajo el nuevo paradigma. El científico no puede ir más allá de lo que vean sus ojos o midan sus instrumentos.

Puede asumirse que los cambios en los paradigmas se dan por un cambio en la observación de los mismos fenómenos, pero solo en un primer acercamiento. El mundo no cambia necesariamente por el cambio en el paradigma, pero el científico ya no trabaja en el mismo mundo que trabajaba previo al cambio. Dado el paradigma el científico asume las herramientas que este le proporciona para reconocer el mundo.

Las observaciones no se reducen a datos únicamente. Son índices elementales que se usan para la fabricación de un paradigma aceptable. La ciencia selecciona diferentes tipos de manipulaciones concretas que faciliten la implementación de un paradigma. Hay que recordar que nuestra percepción no se da gradualmente sino nos sumerge en un gran campo de experiencia. Las preguntas particulares que surgen de dichas experiencias son parte de la ciencia normal pues presuponen la existencia de un paradigma y, cuando cambia el paradigma nos muestran diferentes resultados.

Para analizar con mayor facilidad es mejor obviar los fenómenos que permiten nuestra percepción y concentrarnos en los fenómenos que aparecen de la práctica experimental. Esto nos ayuda a entender que a pesar de las revoluciones, a pesar del cambio de paradigma, el trabajo del científico no cambia la realidad en la que trabaja, a pesar que cambie su forma de entenderlo.

La invisibilidad de las revoluciones

Por norma general las revoluciones se entienden como adiciones a la ciencia establecida pues los planteamientos que surgen de las revoluciones científicas se dirigen a un conjunto ya

articulado con sus propios métodos, teorías y conceptos. Como cumplen una función informativa no requieren ahondar en la explicación del origen de la anomalía, y por facilidad de divulgación simplemente añaden los nuevos resultados que muestren las nuevas revoluciones en el campo científico.

En parte los libros de textos han sido los responsables del sesgo en la historia de la ciencia. En ellos se plasma solo la parte de los resultados que sustenta las teorías que están presentando. Pero si se hiciera el ejercicio de reescribir la documentación existente a partir de los descubrimientos que propicien una revolución la ciencia seguiría pareciendo acumulativa.

La historia de la ciencia tiende a verse como una secuencia de acontecimientos que resultan en el desarrollo actual de cada campo de acción, obviando el contexto histórico pues, a juicio de los científicos, resta carácter objetivo a los descubrimientos. Ello nos conduce a un camino de datos engañadores que ocultan el desarrollo de las revoluciones pues hacen parecer que los descubrimientos se dieron de manera espontánea y no como producto de un trabajo investigativo constante y hechos históricos combinados. En los libros de texto encontramos que las teorías se ajustan a los hechos de una forma más o menos convincente, pero solo porque han pasado por un proceso de transformación que permite agregarlas por medio de una reformulación revolucionaria, y no como parte del gran aparato acumulativo que se entiende por ciencia. De aquí podemos decir que los conceptos puedan inventarse sin un contexto, aunque no se cambie el vocablo su concepto debe reformularse o complementarse para que sirva a una teoría nueva.

La resolución de las revoluciones

Los libros de texto son el producto documental de una revolución científica y ayudan a presentar una nueva forma de entender el mundo, descubierta por unos cuantos y su desarrollo se centra en atender los problemas que fomentaron la crisis que llevo a la revolución.

En el contexto de la ciencia normal el investigador se encarga de resolver enigmas, pero durante su investigación puede encontrar que ciertos métodos no dan resultados esperados según el paradigma y, aunque no sea su intención, lo pone a prueba. Es esta prueba la que permite comparar los paradigmas y llegar finalmente a un consenso entre la comunidad científica para que se tome como aceptable.

Las teorías científicas adquieren validez en la medida que las probabilidades de aplicabilidad sean mayores, o sean más completas que otras teorías. Pero ello supone un problema pues no puede darse un sistema de conceptos o teorías totalmente neutro y desligado de un paradigma, lo que limita las experiencias posibles para estudiar. También parece posible evitar la verificación si en su lugar se emplea la falsación, pues de ella se deducen los ejemplos que pueden llevar a un paradigma a la crisis. Pero no es legítimo decir que las experiencias anómalas que dan origen a los enigmas sean iguales que las experiencias falsables, pues no hay experiencias falsables en realidad.

Las teorías son comparables entre sí, y deben serlo pues no es posible decir hasta qué punto una u otra sean correctas, o cuál es su rango de aplicabilidad. De esta manera parece que se

simplifica la labor de la ciencia, pero en realidad siempre existe una seria dificultad para elegir entre diferentes teorías y es por ello que siempre aparecen conflictos entre quienes proponen paradigmas adversos. Esto se debe a la incompatibilidad de tradiciones debidas a paradigmas contrarios o yuxtapuestos. Pero como los paradigmas suelen nacer a partir de la aplicación de los antiguos, es normal que involucren los mismos términos, conceptos y experimentos.

La dificultad también se presenta en tanto que los paradigmas definen de distintas maneras la realidad, a pesar que se refieren a los mismos fenómenos los entienden de maneras distintas y ven las relaciones entre sus elementos de otra forma. Por tanto es difícil que logren llegar a un consenso adecuado para articularlos sin negarse entre sí.

Debemos entender que la transición entre paradigmas no puede ser un proceso forzado sino que requiere aceptación gradual y que la resistencia hace parte de ella. La manifestación de la inseguridad al cambio hace posible que la ciencia normal exista como tal. Pero la resistencia no dice que sea imposible la persuasión de otros científicos a cambiar de paradigma, pues en ello radica el avance de la ciencia.

Para lograr persuadir a la comunidad de la aceptación de un paradigma el primer argumento que se tiene a la mano inevitablemente es la solución al problema que devino en crisis bajo el paradigma anterior. Esto generalmente es suficiente si los resultados tienen una superioridad frente al anterior paradigma. Otro de los argumentos que facilitan la aceptación de un nuevo paradigma es el sentido estético de los individuos. A pesar que este tipo de argumentos es el último en desarrollarse, tienen un gran valor pues hace que unos pocos científicos comiencen a trabajar bajo ese desarrollo y los resultados que de su trabajo se logren terminarán por legitimar la validez del nuevo paradigma.

Normalmente después del planteamiento del paradigma es que se comienzan a desarrollar los argumentos que dan la razón al paradigma planteado, y es trabajo de la ciencia normal el producirlos pues es lo que finalmente quedará documentado en los libros de texto post revolucionarios. Previo a la documentación el debate entre paradigmas es habitual y tanto el nuevo como el viejo, muestran la forma en la que pueden articularse las soluciones a los problemas. Los debates paradigmáticos no se dan para medir la capacidad de dar solución a un problema, sino para decidir bajo qué paradigma debe continuar la ciencia.

Progreso a través de las revoluciones

La ciencia progresa de manera evidente, es parte de su naturaleza. Esto se ve claramente en los debates sobre las ciencias sociales. El avance de determinados campos de estudio se ve con mayor claridad que otros. En la actualidad podemos ver el progreso tanto en la ciencia como en la tecnología, pues parecen que van ligados. Esto puede aclararse pero no resolverse. Para entender la importancia del progreso debemos reconocer como causas lo que vemos como efectos. En este punto se plantea el dilema: ¿la ciencia lo es por progresar, o es el progreso la razón de que sea una ciencia?

El trabajo en la ciencia normal se da bajo un paradigma o un conjunto de paradigmas relacionados. Los científicos normalmente no evidencian el progreso puesto que a veces los esfuerzos de diferentes escuelas son contrarios, y los nuevos paradigmas son el resultado de la

acumulación de datos de transición para confirmar su validez. El progreso entonces se puede evidenciar con claridad si el espectador nota la ausencia o exceso de competidores de diversas escuelas que propongan un debate que favorezca a determinado paradigma. Esto resuelve parcialmente el problema del progreso, pero la principal razón es que las normas que definen el paradigma suelen ayudar a enfocar la actividad científica y pasar rápidamente de un problema a otro bajo el mismo paradigma, en lugar de tomar varios paradigmas y dar resolución a un solo problema.

La educación juega también un papel crucial pues han sintetizado el conocimiento que sustenta los paradigmas de forma sistemática en libros de texto que facilitan a los estudiantes la apropiación de los conceptos necesarios sin extenderse en la investigación, los hechos que la causaron o los acontecimientos que influyeron para su desarrollo. El progreso se ve desde esta perspectiva formativa como la única realidad puesto la linealidad y sistematización del conocimiento así lo expone.

La pregunta sobre el progreso queda abierta en la medida que no hay una solución real a ella, no existe un indicio que nos diga que todo está resuelto, contestado o descubierto. No existe una meta que indique que no puede progresarse más. Es por esto que la ciencia será vista siempre como un ente dinámico, los científicos se encargarán cada vez más de particularizar su obrar para complementar su campo de acción, y los paradigmas seguirán sirviendo de ruta de trabajo científico.