La Educacion en El Primer Periodo de La Organizacion Nacional (1852 - 1862)

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  • LA EDUCACION EN EL PRIMER PERIODO DE LA ORGANIZACION NACIONAL (1852 - 1862)La tarea de organizar a la Nacin, despus de la batalla de Caseros que derrib la tirana de Juan Manuel de Rosas, llev a un nuevo planteamiento del problema poltico social que, hasta ese momento, se haba centrado en una oposicin entre federales y unitarios. Urquiza super esa oposicin al definir claramente su actitud, como opuesta a la del tirano derrocado, en la sesin inaugural del Congreso General Constituyente reunido en Santa Fe: "Antagonista de su poltica expres, tom un rumbo opuesto para dar uniformidad a los espritus y a los intereses.

  • Sarmiento poco despus de la batalla de Caseros (1852).

  • La intolerancia, la persecucin, el exterminio fueron la base de su poltica; y yo adopt por divisa de la ma, el olvido de todo lo pasado y la fusin de los partidos". De ah que proclamara la necesidad de sancionar una Constitucin que hiciera imposible la anarqua y el despotismo. "Ambos monstruos dijo nos han devorado. Uno nos ha llenado de sangre; el otro de sangre y de vergenza.

    La Constitucin Nacional fue sancionada el 1 de mayo de 1853 y promulgada por Urquiza el da 25 de mayo. Pero la provincia de Buenos Aires, que haba rechazado el Acuerdo de San Nicols y acudido a las armas para sostener su autonoma, se mantuvo alejada de la Confederacin, que tuvo su sede en Paran.

    Slo despus de la batalla de Pavn se puso trmino a las dificultades y, con la eleccin de Bartolom Mitre como presidente de la Nacin, la Repblica inici una nueva etapa de su historia.

  • Las "Bases" y la organizacin del pas. A mediados de 1852, Juan Bautista Alberdi (1810-1884) public en Valparaso su libro Bases, el que, sintetizando el ideario y las aspiraciones de los argentinos proscriptos durante la tirana de Rosas, seal los "puntos de partida para la organizacin poltica de la Repblica Argentina" y sirvi de inspiracin a los constituyentes de 1853.

    La constitucin a dictarse deba partir de la situacin del pas, cuya independencia estaba asegurada. Por tanto, no deba cerrar al pas a la accin civilizadora de Europa. "Toda la civilizacin de nuestro suelo es europea", afirm Alberdi, y "en Amrica todo lo que no es europeo es brbaro."

    "Queremos plantar y aclimatar en Amrica la libertad inglesa, la cultura francesa, la laboriosidad del hombre de Europa y de Estados Unidos? Traigamos pedazos vivos de ellas en las costumbres de sus habitantes y radiqumolas aqu...IDEAS DE JUAN BAUTISTA ALBERDI

  • Daguerrotipo tomado en Chile (entre 1850 y 1853

  • Para aumentar la poblacin de la Repblica, deban darse en la constitucin garantas de ejecucin y realidad, no promesas: garantizar la libertad de cultos, pues excluir los cultos disidentes implicara excluir a los pobladores que ms necesitbamos; prodigar la ciudadana y el domicilio al extranjero, sin imponrselos; asimilar sus derechos civiles al del ciudadano; permitirle el acceso a los empleos pblicos de rango secundario; reconocer la inviolabilidad del derecho de propiedad y la libertad completa del trabajo, de la industria y del comercio exterior e interior, martimo y terrestre; asegurar la paz y el orden interiores.

    El establecimiento de estos fines esenciales hara de la constitucin a dictarse un instrumento de civilizacin y de cultura.

    Fijados los fines que deba proponerse la constitucin, Alberdi se ocup de sealar los medios que permitiran alcanzarlos. Uno de ellos lo centr en la educacin del pueblo.

  • Sus ideas sobre educacin. Los hombres de Mayo, a juicio de Alberdi, tuvieron un noble empeo: elevar a las clases populares a la altura que requiere un rgimen democrtico de gobierno. Para ello, trataron de difundir la cultura por medio de la instruccin. Y al hacerlo, olvidaron que ms que instruccin nuestro pueblo necesitaba educacin, que no se logra con la creacin de establecimientos educativos sino "se opera por la accin espontnea de las cosas", se hace "por el ejemplo de una vida ms civilizada que la nuestra".

    La accin civilizadora de Europa fue considerada por Alberdi como el medio esencial de educacin requerido por nuestro pas. De ah sus afanes por fomentar la inmigracin europea "gobernar es poblar" con el objeto de que nos ayudara a instruir, educar, moralizar y mejorar la raza.

    Estas ideas justifican la fervorosa defensa que hizo Alberdi de la inmigracin proveniente de pueblos civilizados, pues ella educara a nuestro pueblo, aclimatando con la cultura la libertad, y nos enseara a crear hbitos de orden, de disciplina y de trabajo. Slo as nos sera posible vencer "al grande y agobiante enemigo de nuestro progreso: el desierto, el atraso material, la naturaleza primitiva y bruta de nuestro continente".

  • No bastaba, sin embargo, con esta accin civilizadora de la inmigracin. Para complementarla, sostena Alberdi, era necesaria la instruccin, pero una instruccin tal que implicara una franca rectificacin de la orientacin hasta entonces dominante.

    Era menester dejar a un lado el cultivo de las disciplinas filosficas, reemplazndolas por el conocimiento de las ciencias prcticas y aplicadas, porque stas eran las nicas capaces de "ponernos en aptitud de vencer la naturaleza selvtica que nos domina por todas partes". De ah que, en lugar de telogos y filsofos, necesitramos ingenieros, gelogos, naturalistas, hombres de comercio y de industria.

    De ah los afanes de Alberdi porque los planes de estudios desterraran, ante todo, el latn y, en su lugar, obligaran al aprendizaje del ingls, "idioma de la libertad, de la industria y del orden", e impusieran el estudio de las ciencias y artes aplicadas y conocimientos prcticos, que brindaran una utilidad material e inmediata.

  • Reorganizacin de la enseanza. Vencida la tirana en la batalla de Caseros (3 de febrero de 1852) surgi una preocupacin fundamental en el orden educativo: retrotraer las cosas a la situacin en que se hallaban antes de que se iniciara la tirana. Sin embargo, en Buenos Aires pocos fueron los progresos educativos en los primeros aos, pues hasta que Sarmiento comenz a actuar, la educacin se debati en medio de la mayor desorientacin. Comenzaron las autoridades provinciales derogando el tristemente clebre decreto de 1838, que haba suprimido del presupuesto las partidas destinadas al sostenimiento de la enseanza.

    Restituyeron a la Sociedad de Beneficencia las atribuciones que Rivadavia le haba conferido al fundarla. Crearon el Ministerio de Instruccin Pblica, a cargo de Vicente Fidel Lpez, confindole la "inspeccin y vigilancia directa de todo lo concerniente a escuelas y casas de educacin". Intentaron reorganizar la Universidad y proyectaron la creacin de una escuela normal y otra de comercio. Pero todos estos propsitos fracasaron: faltaban maestros y recursos y el pueblo se mantuvo alejado de las escuelas e indiferente a todas las cuestiones relacionadas con la enseanza.LA ACCION EDUCACIONAL EN EL ESTADO DE BUENOS AIRES

  • Una serie de medidas gubernamentales, reveladoras de una falta de orientacin definida al enfocar la solucin del problema de la organizacin educacional, tuvieron sin embargo efecto satisfactorio, en el sentido de que lograron restituir los establecimientos de enseanza prcticamente suprimidos durante la tirana.

    Pero la superposicin de autoridades cre, al mismo tiempo, una fuente de conflictos para el futuro. En efecto, el gobierno de la enseanza se reparti entre la Municipalidad, el Consejo de Instruccin Pblica y la Sociedad de Beneficencia, que continuaba teniendo a su cargo las escuelas de nias.El verdadero progreso educativo de Buenos Aires se efectu entre 1856 y 1861 y se debi a la accin personal desplegada por Sarmiento, que hizo de la provincia el centro renovador de la educacin.

    Colegio Seminario y de Ciencias Morales. A los pocos das de organizado el gobierno provincial, Valentn Alsina intent reabrir el Colegio Seminario y de Ciencias Morales. Comenz disponiendo, el 20 de marzo de 1852, que las tropas que lo tenan por cuartel desalojaran el edificio.

  • Constituido el Estado de Buenos Aires, su gobernador Pastor Obligado procedi a abrir el colegio, confiando su rectorado al sacerdote doctor Eusebio Agero. Hombre vinculado a Rivadavia, el nuevo rector retom el plan y los propsitos del antiguo Colegio de Ciencias Morales; por eso, la enseanza que se brind estuvo, en cierto sentido, alejada de los requerimientos prcticos de la poca. "En la letra del programa oficial y en su espritu seala Federico Tobal estaban ausentes casi por completo las ciencias exactas y las ciencias naturales. En cierto modo nuestro colegio reproduce el plan de enseanza del Colegio de Ciencias Morales de la poca de Rivadavia, el del colegio de Crdoba y aun el de su misma Universidad durante la colonia". Mas, con su orientacin, se intent formar un clero nacional ilustrado y una generacin culta, moral y religiosa.

    A pesar de las dificultades econmicas y la falta de profesores, el establecimiento fue desenvolvindose normalmente, llegando a ejercer atraccin en toda la Repblica. Pronto fue frecuentado por los hijos de las familias patricias de Buenos Aires y del interior.

    En 1863 el Colegio Seminario y de Ciencias Morales sirvi de base para la fundacin del Colegio Nacional.

  • Sarmiento en el Departamento de Escuelas.

    Desde el momento de su llegada a Buenos Aires, Sarmiento fue el centro y el impulsor de toda la accin educacional de la provincia. Desde el cargo de Jefe del Departamento de Escuelas, para el que fue designado el 7 de junio de 1856, desarroll una actividad extraordinaria que abarc todos los aspectos de la vida escolar. Formacin del fondo de escuelas, edificacin de locales escolares adecuados, mejoramiento de la idoneidad del magisterio, provisin de material didctico, fundacin de la primera publicacin pedaggica del pas, fueron las cuestiones por cuya solucin luch sin descanso. Su actuacin fue la ejecucin de las ideas que haba expuesto durante su exilio y el anticipo del programa educacional que, aos despus, desarrollara desde la primera magistratura del pas.

    Su primera preocupacin fue pregonar la necesidad de dotar a la educacin de rentas propias, lo que obtuvo con la ley sancionada el 21 de julio de 1857 que, al declarar a Rosas reo de lesa patria y ordenar la confiscacin de sus bienes, los destin al sostenimiento de las escuelas del Estado.

  • Sarmiento se preocup de que las escuelas tuvieran edificios adecuados, no slo por conveniencias desde el punto de vista educativo sino tambin por razones de higiene y de ornato. De ah que influyera en la aprobacin de la ley de agosto de 1858, merced a la cual dot a la ciudad de dos edificios escolares, monumentales para su poca Catedral al Norte y Monserrat e hizo posible la construccin de casas para escuelas en toda la provincia.

    La falta de preceptores, sensible especialmente en las escuelas de la campaa, determin que en 1856 se proyectara la creacin de dos escuelas normales, una de maestros y otra de maestras, con el fin de solucionar el problema de la formacin del magisterio.

    Sarmiento fundador de la primera escuela normal de Sudamrica adopt una actitud para muchos inesperada: auspici con todo entusiasmo la creacin de la escuela de maestras y consider que, por largo tiempo, no deba pensarse en formar a los varones para el magisterio.

  • Su franco apoyo a la escuela normal de mujeres es fcilmente comprensible: consideraba a la mujer ms apta que el hombre para la enseanza, ya que su misin como educadora "le est sealada por la naturaleza, porque ella tiene ms corazn, porque, virgen o matrona, lleva en su seno el instinto maternal". A esta razn se agregaba otra de carcter prctico: las mujeres son ms permanentes en el ejercicio de su profesin, ya que "no tienen como los hombres ocupaciones ms productivas que las que le proporciona la enseanza".

    Sarmiento, de acuerdo con su lema -"Haya escuelas que el maestro existe-, se dedic a crearlas en todo el territorio de Buenos Aires. De inmediato se consagr a mejorarlas y, para ello, se preocup por mejorar el magisterio y la enseanza.

    Para mejorar la enseanza era indispensable reemplazar los viejos textos. La accin que desarroll en este sentido impuls la publicacin de nuevos libros escolares, como el Silabario argentino de Jos A. Wilde, El Tempe argentino de Marcos Sastre, Rudimentos de aritmtica de Bode, Album literario de Toribio Arauz, Lecciones de ortografa, Lecciones de gramtica, etctera.

  • Pero era necesario mejorar tambin el magisterio y formar una opinin favorable a la accin educacional, ya que sin el espritu pblico que la vivifique "la instruccin comn ser siempre planta raqutica, cultivada en suelo ingrato e incapaz de propagarse".

    No existiendo ese espritu pblico slo haba una solucin: formarlo. A ello y a dotar a los educadores de los medios para mejorarse, tendi la fundacin de los Anales de la Educacin Comn, primera publicacin pedaggica que tuvo el pas. En sus pginas tuvieron cabida informes, memorias, artculos sobre cuestiones de enseanza y todo lo que se relacionaba con la vida de las escuelas.

    En su informe de 1860, Sarmiento sintetiz la situacin educacional de la provincia, que era fruto de su esfuerzo, expresando: "Tal como se presenta la educacin pblica en Buenos Aires es ya la ms adelantada de la Amrica del Sud, por la ereccin de numerosos edificios, por la perfeccin de sus mtodos, por la belleza de sus implementos y por la buena condicin, eficacia y baratura de sus textos de enseanza. Si en adelantos materiales, en ferrocarriles, puentes, muelles, hemos apenas iniciado al pas en los progresos de nuestra poca, en educacin pblica podemos lisonjearnos de mejores resultados relativos".

  • Pero la obra realizada trascendi al pas, despertando curiosidad, suscitando entusiasmo e intensificando convicciones en favor de la educacin popular.

    Lograremos exterminar los indios? Por los salvajes de Amrica siento una invencible repugnancia sin poderlo remediar. Esa calaa no son ms que unos indios asquerosos a quienes mandara colgar ahora si reapareciesen. Lautaro y Caupolicn son unos indios piojosos, porque as son todos. Incapaces de progreso. Su exterminio es providencial y til, sublime y grande. Se los debe exterminar sin ni siquiera perdonar al pequeo, que tiene ya el odio instintivo al hombre civilizado.

    (El Progreso, 27 de septiembre de 1844)

    No trate de economizar sangre de gauchos. Este es un abono que es preciso hacer til al pas. La sangre de esta chusma criolla, incivil, brbara y ruda, es lo nico que tienen de seres humanos. (Carta a Bartolom Mitre, 20 de septiembre de 1861).

  • Juana Manso.Reincorporada a la vida argentina en 1853, despus del ostracismo que impuso a su familia la tirana, Juana Paula Manso de Noronha (1819-1875) se convirti, pocos aos despus, en la ms eficaz colaboradora de Sarmiento. Designada directora de la primera escuela mixta que funcion en Buenos Aires realiz una intensa accin tendiente a renovar la educacin elemental: ensay la coeducacin, experiment nuevos mtodos de enseanza basados en la intuicin, incorpor al contenido escolar el aprendizaje de idiomas extranjeros. Pero sus reformas, que levantaron grandes resistencias, la determinaron a abandonar el cargo en 1865.

  • Desde los Anales de la Educacin Comn, en cuya direccin reemplaz a Sarmiento, combati por la causa de la educacin popular. Opuesta a la escuela verbalista, propag las ideas de Pestalozzi y sostuvo la necesidad de una educacin integral. Preocupada por la formacin del nio, divulg los principios froebelianos y defendi la difusin de los jardines de infantes.

    Deseosa de mejorar la educacin, luch por crear una opinin en favor del mejoramiento de la situacin del magisterio. Es que crea firmemente que para tener buenos maestros era menester darles un sueldo decente y rodearlos de consideracin.

    "El hombre que despreciado de sus conciudadanos escriba, oprimido de sinsabores, hostigado por la penuria de medios, ve sufrir a los suyos sin poder aliviarlos aunque slo sea para hacer ms tolerable su posicin, trabaja muchas veces diez o doce horas por da, pero ese desgraciado no ama ni puede amar una profesin tan ingrata, y si no la deja, es porque no se le presenta otro recurso; pero la considera su presidio y su cadena; l no puede, aunque quiera, ser amable ni paciente con sus discpulos y la disposicin dolorida de su espritu ha de reflejarse en sus actos en la escuela".

  • Tambin era preciso, para Juana Manso, mejorar la enseanza. Para ello era necesario recurrir a tres medios: basarla en el inters del alumno, desenvolverla en torno de la actividad libre del nio y afianzarla suavizando la disciplina.

    Propagandista de la instruccin de la mujer, encontr el medio ideal para favorecerla con el establecimiento de bibliotecas populares. Para ella, el libro era el amigo ms leal de la mujer. "El deca ser el cmplice y el consolador de sus males, l calmar su pesar de un modo ms radical que los banales consuelos que no llegan hasta su corazn dolorido. La mujer que lee y ama la lectura, luchar mejor contra el infortunio, contra alguno de esos dolores agudos que saben quebrantar las fibras de los corazones ms firmes".

  • "Quiero probar que la inteligencia de la mujer, lejos de ser un absurdo o un defecto, un crimen o un desatino, es su mejor adorno, es la verdadera fuente de su virtud y de la felicidad domstica.La sociedad es el hombre: l solo ha escrito las leyes de los pueblos, sus cdigos; por consiguiente, ha reservado toda la supremaca para s; el crculo que traza en derredor de la mujer es estrecho inultrapasable (sic), lo que en ella clasifica de crimen, en l lo atribuye a la debilidad humana; de manera que, aislada la mujer en medio de su propia familia, de aquella de que dios la hizo parte integrante, segregada de todas las cuestiones vitales de la humanidad por considerarse la fraccin ms dbil, son con todo obligadas a ser ellas las fuertes y ellos en punto a tentaciones, son la fragilidad individualizada en el hombre.

    Adems de sus discrepancias y crticas hacia el catolicismo dominante, algo que la sociedad de su tiempo no le perdon fue permitirse ser una mujer librepensadora. Por esos dos motivos, cuando falleci su cuerpo qued dos das insepulto por negrsele un lugar en los cementerios de Chacarita y Recoleta ambos catlicos por no haber permitido que un sacerdote catlico le diera los ltimos sacramentos.

  • La Universidad de Buenos AiresLa situacin creada por la revolucin de 1852, que mantuvo a Buenos Aires separada de la Confederacin, determin que la Universidad continuara como establecimiento provincial, independiente de toda accin nacional.

    En estos aos, excepto el retorno a sus ctedras de los profesores separados de ellas por el gobierno de Rosas, las nicas disposiciones importantes que se adoptaron tendieron a contemplar la situacin de la emigracin argentina, que despus de Caseros haba retornado al pas. Tales, las resoluciones que dieron validez a los ttulos expedidos por establecimientos oficiales de la Repblica del Uruguay, admitieron los certificados de profesiones cientficas adquiridos por los emigrados en el extranjero, reconocieron vlidos los diplomas de grados y ttulos profesionales obtenidos en universidades extranjeras. Adems, se contempl la situacin que creaba la secesin de la provincia, admitindose los certificados otorgados por la Universidad de Crdoba y los colegios pblicos de la Confederacin. Con todo, la Universidad continu careciendo de autonoma: era una dependencia del Estado, que gobernaba sus aspectos docentes y administrativos.

  • A partir de 1861, despus de cuarenta aos de vida, la Universidad de Buenos Aires se organiza y consolida durante el rectorado del doctor Juan Mara Gutirrez (1809-1878), que proyect una nueva organizacin que tuviera en cuenta la funcin cultural de la universidad y permitiera hacerla efectiva. Para ello, era menester independizar los altos estudios del Estado, dejando que la universidad se gobernase a s misma.

    No bastaba, sin embargo, liberar la universidad de la tutela del gobierno. Para desarrollar realmente la cultura, fomentar la elaboracin de las ideas y favorecer el progreso cientfico, era indispensable implantar la "libertad de estudios". Libertad en un doble sentido: del maestro, para ensear "segn su doctrina y su mtodo"; del alumno para aprender "aquello que considere til e interesante".

    El proyecto de Gutirrez fue recogido, en parte, por la asamblea constituyente de la provincia, que sancion la Constitucin de 1873, estableciendo el reconocimiento de la autonoma de la Universidad y otorgndole independencia econmica, docente, administrativa y cientfica.

  • La educacin primaria. Entre 1853 y 1860 las provincias de la Confederacin Argentina dictaron sus constituciones sancionando, en cumplimiento de la exigencia impuesta por la Constitucin Nacional, el sostenimiento de su instruccin primaria. El impulso educativo que imprimi el general Urquiza a Entre Ros, instalando escuelas para nios de ambos sexos en todos los departamentos del territorio federalizado, repercuti en algunas provincias que, pese a lo reducido de sus recursos, se esforzaron por organizar sus establecimientos de educacin primaria. Otras, en cambio, se mantuvieron en el mismo estado de abandono que se haca tradicional.

    En Mendoza no se hizo nada por la educacin elemental pues, al decir del gobernador, "han faltado los recursos y el tiempo". Lo mismo ocurri en San Juan, donde slo cuando Sarmiento asumi el gobierno de la provincia surgi la preocupacin por la educacin; en Catamarca, que slo cont con las escuelas particulares. LA ACCION EDUCACIONAL EN LA CONFEDERACION ARGENTINA

  • En Salta, Jujuy, La Rioja y Tucumn, en cambio, se inici en 1858 la instalacin de escuelas primarias costeadas por sus gobiernos. Santa Fe y Santiago del Estero, por su parte, organizaron comisiones de instruccin pblica. Crdoba, despus de tener abandonadas sus escuelas durante quince aos, desde 1856 empez a dictar los primeros presupuestos en los que figuraron partidas para el sostenimiento de las escuelas de primeras letras. San Luis y Corrientes constituyeron, en esta poca, honrosas excepciones.

    Justo Daract, primer gobernador constitucional de San Luis, encontr su provincia en un estado de completo abandono; su accin tesonera, empero, supo vencer todos los obstculos. Estableci la educacin de la mujer.

    Desgraciadamente la obra civilizadora de Daract fue efmera. Entre 1860-1867 fue destruida por los continuos alzamientos y las montoneras. Y el golpe de gracia de la barbarie lo dio Juan Saa, que, al provocar la guerra, desquici por completo al gobierno puntano. Por eso San Luis, al decir del doctor Juan P. Ramos, "volvi a descender del nivel a que lo haba llevado la accin eficiente y decidida de un hombre.

  • Corrientes, con el gobierno del doctor Juan Pujol, fue escenario de una intensa accin de reconstruccin educativa, iniciada con la ley de educacin sancionada el 19 de abril de 1853, que fue la primera que tuvo el pas. En ella, considerando "el adelanto de la juventud de ambos sexos como uno de sus primeros deberes", se estableci que la educacin primaria, que sera gratuita, se dara bajo la direccin del Estado, limitndose en las escuelas a la enseanza de lectura y escritura del idioma patrio, doctrina y moral cristiana y elementos de aritmtica prctica.

    Disposiciones legales permitieron que el gobernador Pujol realizara una accin educacional de vastas proyecciones. Mejor la situacin de los maestros, aumentando su nmero y su sueldo como "recompensa del penoso magisterio a que estn consagrados". Difundi escuelas elementales en todos los centros poblados. Repar los locales escolares y construy nuevos en los puntos en que el aumento del vecindario los haca necesarios. Hizo que se proporcionara a los nios pobres papel, pizarras y dems tiles y, en algunos casos, hasta ropa. Implant nuevos libros y textos, como el Catecismo poltico, que contena el texto de la Constitucin Nacional, y el Tratado de puntuacin, de Francisco Surez. Es justo sealar que la tesonera obra de gobierno fue secundada eficazmente por el cannigo Jos Mara Roln, que fue designado director de la educacin primaria de la provincia.

  • La enseanza secundaria. Como consecuencia de la situacin del pas no pudo realizarse en la Confederacin Argentina una accin coordinada en la organizacin de la enseanza secundaria, que en este perodo se brind en colegios dependientes de la Nacin y en establecimientos sostenidos por las autoridades provinciales.En Entre Ros, el Colegio de Concepcin del Uruguay, que a raz de la federalizacin de la provincia qued bajo la direccin de las autoridades nacionales, adquiri carcter, orientacin y prestigio desde el momento en que asumi su rectorado el doctor Alberto Larroque (mayo de 1854). Desde 1855 tuvo su plan de estudios, que comprendi la seccin preparatoria (gramtica, literatura, geografa, latinidad, matemtica y dibujo lineal), estudios mayores universitarios (filosofa, matemtica aplicada, fsica, derecho civil, de gentes y romano), estudios para la carrera del comercio (idioma y prctica epistolar, geografa, matemtica mercantil, tenedura de libros, ingls o francs) y, como clases accesorias, msica vocal e instrumental. Al mismo tiempo fue seleccionando el personal docente e incorporando a distinguidos educadores extranjeros de reconocida capacidad. El Colegio del Uruguay fue en esa poca el mejor organizado que tuvo el pas.

  • El Colegio de Monserrat, que haba estado en poder de la provincia de Crdoba desde 1820, tambin fue nacionalizado. Pero su carcter de casa de pupilaje permaneci invariable. En mayo de 1854, el presidente Urquiza, teniendo en cuenta la necesidad de facilitar a los hijos de todas las provincias la posibilidad de seguir estudios en la Universidad, dispuso la concesin de cinco becas a cada provincia. Y, en junio del ao siguiente, aprob un reglamento minucioso organizando la direccin y disciplina del establecimiento, con el objeto de que respondiera mejor a sus fines.En Tucumn se fund, en 1857, el Colegio de San Miguel, que aunque particular, era sostenido por el gobierno provincial.En las aulas del Colegio de San Miguel se formaron jvenes que tuvieron destacada actuacin en la vida provincial y nacional. Elocuente testimonio de la bondad de su enseanza lo dio el sabio alemn Burmeister, que, habindolo conocido de cerca durante su permanencia en Tucumn, lo consider "superior a un gimnasio alemn de primera clase, en cuanto a las ciencias fsicas, cosmografa, geografa, fsica y en matemticas" y "en nada inferior a aqul en latn y en francs".

  • Jujuy, desde 1858, cont con el Colegio de Dolores, fundado por iniciativa del sacerdote Escolstico Zegada, que tuvo mayores alcances que una escuela comn pues tendi a educar a las nias con el propsito de que estuvieran en condiciones de desempearse como maestras.El Colegio Argentino, que funcion en Corrientes desde 1853 y que una vez nacionalizado se transform en Instituto Argentino, tuvo una breve y prspera vida bajo la direccin de Antonio Zinny, hasta que la invasin paraguaya de 1865 determin su clausura.

    La existencia de estos establecimientos oficiales es reveladora de que en la Confederacin existi una preocupacin por desarrollar la enseanza secundaria. Pero, al mismo tiempo, pone en evidencia la carencia de un plan orgnico. De ah la falta de uniformidad, que fue la caracterstica predominante en la educacin secundaria durante este perodo.

  • La Universidad de Crdoba. A cargo del gobierno de Crdoba desde 1820, mantuvo, con ligeras modificaciones, el plan que le diera el den Funes en los primeros aos de la Revolucin.

    Constituida la Nacin, en 1853, fue tomada a su cargo por el gobierno de Paran, que se preocup fundamentalmente por aumentar las materias de enseanza y aprobar la "Constitucin Provisoria para la Universidad Mayor de San Carlos y Nuestra Seora de Monserrat, en la ciudad de Crdoba" (1858). En realidad, la deficiencia de esta Universidad radic en la falta de separacin entre los estudios universitarios y preparatorios. Por eso, en ella se impartan enseanzas propias de la escuela primaria y caractersticas de la enseanza secundaria, que no hacan sino entorpecer los estudios profesionales.La solucin de esta grave deficiencia se logr slo con la accin de Mitre que, al reorganizar el Colegio de Monserrat, permiti que la Universidad orientara sus enseanzas hacia el cumplimientode sus propios fines.