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La cultura y los procesos de integración 19nacio Medina Núíiez* En el diario ElAraucano, en Santiago de Chile, en 1836, Andrés Bello es- cribió un artículo sobre Ia autonomía cultural de Ias repúblicas hispano- americanas. Senalaba, entonces, Ias grandes dificultades de Ias nacientes naciones emancipadas de los dominadores espanoles, afirmando que "te- níamos que marchar por una senda erizada de espinas y regada de sangre", en donde determinadas fuerzas "nos han negado hasta Ia posibilidad de adquirir una existencia propia a Ia sombra de instituciones libres". Pero él mismo, viendo hacia el futuro, expresa su confianza de que "tendremos constituciones estables, que afiancen Ia libertad e independencia, aI mismo tiempo que el orden y Ia tranquilidad, a cuya sombra podamos consolidar- nos y engrandecemos". Se trata, sin embargo, de un vaticinio - y algunos Ia consideran una utopía irrealizable - que todavía no se ha cumplido porque todavía está en construcción en los inicios deI siglo XXI:no obstante, Andrés Bello pensaba el futuro de manera muy positiva: "América desempenará en el mundo el papel distinguido a que Ia llaman Ia grande extensión de su te- rritorio, Ias preciosas y variadas producciones de su suel0 y tantos elemen- tos de prosperidad que encierra". Parecido había sido el sueno de Simón Bolívar, como 10había expresado en su Carta de Jamaica de 1815, cuando anhelaba que Ias nacientes naciones pudieran constituirse o en Ia gran patria americana o en una confederación de repúblicas~ mas,los últimos afios de su vidaresultaronlaexperienciadel fra- caso de este gran objetivo. "Le imbuí tanto a mis generales el deseo de inde- pendencia que ahora quieren serindependientes unos de otros": son palabras que Gabriel García Márquez le atribuye a Bolívar en su novela histórica El general en su laberinto. Esta fue larealidad histórica de estaregión que en el siglo XIXempezó a conocerse con el nombre de América Latina y que, a pesar de los renovados esfuerzos por Ia integración desde finales deI siglo xx, per- manece todavía como un grupo de repúblicas dispersas en una situación que algunos llaman "atraso", otros "subdesarrollo", pero que en general se distin- gue por sus continuas crisis económicas y sus amplios sectores de población en pobreza y pobreza extrema. Gregorio Weinberg, deI Instituto de Integra- ción para América Latina y el Caribe (INTAL). expresa Ia siguiente interro- gante: "Preguntémonos, pues, cuáles fueron Ias razones que hicieron que Ia unidad de origen haya conducido a Ia diversidad de destinos, y que hoy Ia di- versidad de desarrollos reclame una unidad de destinos". Podríamos considerar, conAndrés Bello, que "enAmérica, el estado de desasosiego y vacilación. . . es puramente transitorio", pero él estaba hablan- do en 1836; cuando ya han transcurrido 169 anos desde entonces hasta el * Profesor en el ITESO (Universidad Jesuita en Guadalajara, México) y en Ia Universidad de Guadala- jara, coordinador dei equipo de Cultura e Integración dentro dei proyecto dei Anuario de Ia Integra- ción Latinoamericana y Caribena. Correo electrónico: [email protected]

La cultura y los procesos de integración - ieei … · ... Ia Cumbre Iberoamericanarealizada en Costa Rica en noviembre, y Ia presentación formal de Ia ... pero América Latina

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La cultura y los procesos de integración19nacio Medina Núíiez*

En el diario ElAraucano, en Santiago de Chile, en 1836, Andrés Bello es-cribió un artículo sobre Ia autonomía cultural de Ias repúblicas hispano-americanas. Senalaba, entonces, Ias grandes dificultades de Ias nacientesnaciones emancipadas de los dominadores espanoles, afirmando que "te-níamos que marchar por una senda erizada de espinas y regada de sangre",en donde determinadas fuerzas "nos han negado hasta Ia posibilidad deadquirir una existencia propia a Ia sombra de instituciones libres". Pero élmismo, viendo hacia el futuro, expresa su confianza de que "tendremosconstituciones estables, que afiancen Ia libertad e independencia, aI mismotiempo que el orden y Ia tranquilidad, a cuya sombra podamos consolidar-nos y engrandecemos". Se trata, sin embargo, de un vaticinio - y algunos Iaconsideran una utopía irrealizable - que todavía no se ha cumplido porquetodavía está en construcción en los inicios deI siglo XXI:no obstante, AndrésBello pensaba el futuro de manera muy positiva: "América desempenará enel mundo el papel distinguido a que Ia llaman Ia grande extensión de su te-rritorio, Ias preciosas y variadas producciones de su suel0 y tantos elemen-tos de prosperidad que encierra".

Parecido había sido el sueno de Simón Bolívar, como 10había expresadoen su Carta de Jamaica de 1815, cuando anhelaba que Ias nacientes nacionespudieran constituirse o en Ia gran patria americana o en una confederación derepúblicas~ mas,los últimos afios de su vidaresultaronlaexperienciadel fra-caso de este gran objetivo. "Le imbuí tanto a mis generales el deseo de inde-pendencia que ahora quieren serindependientes unos de otros": son palabrasque Gabriel García Márquez le atribuye a Bolívar en su novela histórica Elgeneral en su laberinto. Esta fue larealidad histórica de estaregión que en elsiglo XIXempezó a conocerse con el nombre de América Latina y que, a pesarde los renovados esfuerzos por Ia integración desde finales deI siglo xx, per-manece todavía como un grupo de repúblicas dispersas en una situación quealgunos llaman "atraso", otros "subdesarrollo", pero que en general se distin-gue por sus continuas crisis económicas y sus amplios sectores de poblaciónen pobreza y pobreza extrema. Gregorio Weinberg, deI Instituto de Integra-ción para América Latina y el Caribe (INTAL). expresa Ia siguiente interro-gante: "Preguntémonos, pues, cuáles fueron Ias razones que hicieron que Iaunidad de origen haya conducido a Ia diversidad de destinos, y que hoy Ia di-versidad de desarrollos reclame una unidad de destinos".

Podríamos considerar, conAndrés Bello, que "enAmérica, el estado dedesasosiego y vacilación. . . es puramente transitorio", pero él estaba hablan-do en 1836; cuando ya han transcurrido 169 anos desde entonces hasta el

* Profesor en el ITESO (Universidad Jesuita en Guadalajara, México) y en Ia Universidad de Guadala-jara, coordinador dei equipo de Cultura e Integración dentro dei proyecto dei Anuario de Ia Integra-ción Latinoamericana y Caribena. Correo electrónico: [email protected]

Cultura y Sociedad

2005, en verdad podemos sentir bastante preocupación porque el desasosie-go y Ia vacilación han durado tanto y todavía no vislumbramos una etapa deverdadero desarrollo duradero al comenzar ya el siglo XXI.Sin embargo, nopodemos negar que, desde mediados deI siglo XX,han vuelto a aparecer conmás fuerza Ias ideas y proyectos sobre Ia integración latinoamericana, en elámbito de un proceso histórico mundial que Manuel Castells llama "La erade Ia información" y que muchos otros - aunque con múltiples significados- han catalogado ya en Ias ciencias sociales como proceso de"globalización". Ya en ladécadadelSO deI siglo XX,Ia Comisión EconómicaparaAméricaLatina (CEPAL) impulsó los primeros procesos modernos deintegración en el continente, que llegaron a fructificar, por ejemplo, en elMercadoComún Centroamericano (MCCA), en laAsociaciónLatinoameri-cana de Libre Comercio (ALALC), el GrupoAndino, el Parlamento Latino-americano, el Sistema Económico Latinoamericano (SELA), el acuerdo deintegración deI Caribe (CARICOM), laAsociación Latinoamericana de In-tegración (ALADI), el Grupo de Río, el Mercado Común deI Sur(MERCOSUR), etc. De manera formal, con un futuro todavía incierto peromuy prometedor en sus intenciones, también se encuentra Ia ComunidadSudamericana de N aciones (CSN), constituida en diciembre deI 2004, me-diante Ia unión de Ia Comunidad Andina de Naciones (CAN) y elMERCOSUR.l .

En un ámbito más amplio, involucrandoa otros actores más allá deAmérica Latina, también surgieron los proyectos deI Tratado de LibreComercio de América deI Norte (TLCAN: México, Estados Unidos yCanadá), Ia Cumbre de Ias Américas con su proyecto dei Área de Libre Co-mercio de Ias Américas (ALCA), Ias cumbres iberoamericanas, Ias cum-bres entre América Latina y Ia Unión Europea (ALC-UE).

El sueíio de Bolívar sobre Ia "patria americana" seguiria siendo unautopía irrealizable, de no ser por el nuevo contexto histórico de Ia globali-zación de finales dei siglo xx y por Ia experiencia evidente de Ia formaciónde Ia Unión Europea, Ia cual está llegando en el2005 a comprender a 25naciones de culturas e idiomas muy diferentes, pero que aspiran a un mo-delo de confederación supranacional - teniendo, además, otros paísesaspirantes como Turquía. La globalización, a pesar de Ia complejidad desus procesos, está dej ando en claro que, para un mejor desarrollo, los paí-ses no pueden caminar de manera aislada, sino que deben aspirar a for-mar bloques de cooperación más estrecha en ámbitos económicos, polí-ticos y culturales. Para América Latina, l.resultará factible que Iadiversidad de identidades nacionales podrá confluir en una unidad dedestinos? Si bien el parámetro de Ia U nión Europea no es un modelo paracalcar en otra:; regiones deI planeta, ciertamente podemos encontrar el

MCC (Tratado de Managua, 1960); ALALC (Montevideo, 1960) luego se transfonnó en ALADl enlos 80; Parlamento Latinoamericano (1964); Grupo Andino (Acuerdo de Cartagena, 1969); SELA(1975); CARICOM (Tratado de Chaguaramas, 1973); Grupo Contadora (1983); Grupo de los 8 (Apo-yo a Contadora, en Lima, 1985); Grupo de Río (1986); Grupo de los 3 (1990); MERCOSUR (TratadodeAsunción, 1991); Cumbre Iberoamericana (1991); TLCAN (1994); Cumbre de Ias Américas (Miami,1994); CSN (Cuzco, 2004); ALC-UE (Río de Janeiro, 1999).

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Anuario de Integración Latinoamericana y Caribeiia

anhelo de diversos países latinoamericanos a formar bloques regionalesque van prefigurando un tipo de cooperación e integración anteriormenteinexistente.

Bajo esta perspectiva, vamos adesglosar varias de Ias propuestas que, enel ámbito de Ia cultura y los procesos de integración, fueron expresándoseen e12004, tomando en particular Ia m Cumbre de laALC-UE realizada enGuadalajara en mayo, Ia Cumbre Iberoamericanarealizada en Costa Rica ennoviembre, y Ia presentación formal de Ia Comunidad Sudamericana deNaciones, realizada en el Cuzco en diciembre. En todas estas reuniones, hayque llamar Ia atención sobre Ia ausencia formal dei gobierno de Estados Uni-dos en Ias instancias de negociación, un elemento que resalta por el hecho deque, de manera simbólica puede haber empezado una época de mayor auto-nomía en Ia región latinoamericana, cuando el gigante dei norte ha sidohistóricamente el factor determinante dei rombo dei continente, desde Iaépoca de James Monroe con su doctrina de ''América para los americanos",hasta los conceptos de Ronald Reagan sobre el "patio trasero".

La ALC-DE en Guadalajara 2004Este proceso se había iniciado en 1999 con Ia primera cumbre entre man-datarios de 48 países de América Latina y el Caribe y Ia Unión Europea enRío de Janeiro, plante ando el concepto de "asociación estratégicabirregional". Posteriormente se realizó Ia 11Cumbre en Madrid, Espana,en mayo deI 2002, con Ia igual asistencia de 48 dirigentes de países. Conello se llegó a Ia 111Cumbre en Ia ciudad de Guadalajara, México, reuniendoen esa ocasión a 58 manda-tarios (33 procedentes deAmérica Latina y el Caribe;25 de Ia U nión Europea).

A partir deI contexto deIa guerra de Estados Unidosen Ifaq, una de Ias priorida-des establecidas en Ia 111Cumbre fue Ia opción por el "multilateralismo",planteando Ia reorganización de Ia Organización de Naciones Unidas paraenfrentar los nuevos retos deI mundo en el naciente siglo; el enfoquemultilateral de Ia ONU se ratificó de manera explícita como el mejor me-dio para mantener el orden internacional, ai mismo tiempo que se propo-nía su reforma y proyectos de revitalización. EI segundo tema establecidocomo prioritario resultó Ia "Cohesión social", planteando claramente Iasopciones por Ia democracia y Ia gobernabilidad, a partir de brindar unamayor igualdad de oportunidades e, inclusión, social para Ia población; seexpresaba de manera evidente Ia responsabilidad de los gobiernos y Ias or-ganizaciones de Ia sociedad civil en Ia labor de combatir los graves proble-mas de pobreza, desigualdad y exclusión social. EI tercer tema prioritariofue, de nuevo, Ia "integración birregional", estableciendo Ia necesidad deprofundizar los proyectos al interior de América Latina, como el Sistema deIntegración Centroamericana, Ia ComunidadAndina de N aciones, el Cari-be y el MERCOSUR, enfatizando de manera paralela Ias negociacionescomo bloque de todos ellos con Ia Unión Europea. Se senalaba en particu-

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ALC-UEI Cumbre 28-29dejuniode1999 RíodeJaneiro11Cumbre 17demayodei2002 Madrid111Cumbre 27-28demayodei2004 Guadalajara

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Cultura y Sociedad

lar Ia urgencia de concluir pronto el acuerdo de asociación interregionalentre Ia UE y el MERCOSUR.

Más alIá deI logro deI diálogo directo entre los mandatarios - que en símismo ya tiene un enorme valor -.hay que enfatizar Ia necesidad de pro-mover mecanismos de seguimiento para el cumplimiento de los acuerdosemanados de Ias cumbres. La Unión Europea cuenta con tales mecanis-mos y los ha convertido en instituciones de seguimiento, pero AméricaLatina y el Caribe no cuentan con ellos y suelen vivir más con el glamourde Ias cumbres en sí mismas que con Ia práctica de Ias conclusiones de losdocumentos resolutivos.

Las Cumbres Iberoamericanas

Por el concepto lingüístico que implica el nombre de Iberoamérica, desdeun principio, con Ia Primera Cumbre Iberoamericana en Guadalajara,México, en 1991, este tipo de reuniones también excluyó a Estados Uni-dos, convocando a los países de habla hispana y portuguesa deI continenteamericano y estableciendo un vínculo con los dos países de Ia penínsulaibérica que habían sido poseedores de gran parte de Ia tierra de esta regiónen Ia época colonial: Espana y Portugal. Los 21 jefes de Estado y de go-biemo en estas cumbres han tenido continuidad en su propósito a través deestas reuniones, aunque en algunos afios específicos, por problemas polí-ticos o coyunturales. algunos mandatarios no han podÍdo llegar.

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Cumbres Sede TemaIberoamericanasI Cumbre Guadalajara,México Vigenciadei derechointernacional;

18-19dejulio de 1991 educacióny cultura11Cumbre Madrid,Espana Concertaciónpolítica,economiay

23-24dejulio de 1992 desarrollosostenible111Cumbre SalvadordeBahía,Brasil Desarrollosocial

15-16dejulio de 1993IVCumbre CartagenadeIndias,Colombia Comercioe integraciónparael

14-15dejuniode 1994 desarrolloV Cumbre SanCarlosdeBariloche,Argentina Laeducación,factor esencialenel

16-17de octubrede1995 desarrolloeconómicoy socialVI Cumbre Vinadei Mar,Chile Gobernabilidadparaunademocracia

10-11de noviembrede 1996 eficientey participativaVII Cumbre Margarita,Venezuela LosvaloreséticosdeIademocracia

8-9de noviembrede 1997

VIII Cumbre Oporto,Portugal Desafíosde Iaglobalizacióny Ia17-18deoctubrede 1998 integraciónregional

IXCumbre LaHabana,Cuba Iberoaméricay Iasituaciónfinanciera15-16de noviembrede 1999 internacionalen unaeconomia

globalizadaX Cumbre Panamá,Panamá La ninezy Iaadolescencia,basede Ia

17-18de noviembredei2000 justicia y Iaequidad

Anuario de lntegración Latinoamericana y Caribeiia

De 1991 aI 2004, Ias Cumbres Iberoamericanas han sido Ias siguientes:Aunque han tratado numerosos temas de análisis e.conómico y polí-

tico, estas cumbres han dado un especial énfasis a Ia cultura, remarcan-do que hay fuertes lazos comunes venidos a través de Ia historia y que seexpresan en ellenguaje, en costumbres, en valores, etc., que puedenofrecer bases para diferentes proyectos de integración. Hay que seiíalarde manera especial que, paralelo a Ias cumbres de jefes de Estado, se hanestado desarrollando diversas conferencias iberoamericanas de minis-tros de Cultura, con el objetivo de formular acuerdos que tengan encuenta tanto el "espacio cultural común" como "nuestra diversidad cul-tural", orientados a mejorar Ia calidad de vida de nuestros pueblos. Den-tro deI nuevo siglo, por ejemplo, se llevó a cabo Ia V Conferencia Ibero-americana de Cultura en Lima, Peru, el 8 y 9 de noviembre deI 2001; IaVI Conferencia de este tipo realizada en Santo Domingo, RepúblicaDominicana, el 3 y 4 de octubre deI 2002; Ia VII Conferencia Iberoame-ricana de Cultura efectuada en Cochabamba, Bolivia, e12 y 3 de octubredeI 2003. Con estos preámbulos se llegó a Ia XIV Cumbre Iberoamerica-na en San José de Costa Rica, el 21 y 22 de octubre deI 2004, en Ia cuallos funcionarios de asuntos culturales propusieron de manera explícitaIa incorporación de diversos párrafos acerca de cultura a Ia Declaraciónde San José; el documento que presentaron tenía como título: "TejiendoIa iniegración iberoamericana; l,dónde estamos y para dónde vamos?"Teniendo como base este documento, podemos formular Ias siguientesaportaciones:

1) En Ia comunidad iberoamericana de naciones existe una cultura co-mún que es fundamental para el desarrollo sostenible y equitativo denuestras sociedades, pero también una diversidad cultural que hay quepromover y proteger.

2) Los mecanismos de cooperación entre Ias diversas naciones debentomar en cuenta tanto Ia identidad común como Ia riqueza de nuestra di-versidad cultural.

3) Compromiso porque en los procesos educativos se formule Ia cons-trucción deI espacio cultural iberoamericano, el diálogo intercultural y elrespeto a Ia diversidad cultural.

4) Propiciar nuevas posibilidades, intercambios y Ia libre circulaciónde bienes y servicios culturales.

5) Generar compromisos sobre los derechos culturales y socialescomunes.

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XICumbre Lima,Perú Unidosparaconstruirel maiíana23-24de noviembredei2001

XII Cumbre Bávaro,RepúblicaDominicana Turismoy mediaambiente:su15-16denoviembredei2002 impactoen Iaproducción

XIII Cumbre SantaCruzdeIaSierra,Bolivia Inclusiónsocial:motordei desarrollo14-15 denoviembredei 2003

XIVCumbre SanJosé,CostaRica Educarparaprogresar18-20denoviembredei2004

Cultura y Sociedad

6) Luchar por el respeto aios derechos humanos y a Ias libertades fun-damentales, como base principal de Ia diversidad cultural.

7) Sostener el principio de igualdad de todas Ias culturas, por cuantotodas Ias expresiones culturales son parte deI patrimonio común de Ia '"humanidad.

8) Enfatizar Ia naturaleza específica de los bienes y servicios cultura-les, por 10cual deben ser objeto de un tratamiento particular y diferenciadodeI conjunto de Ias mercancías.

9) Revitalizar Ia facultad de los poderes públicos de establecer y de-sarrollar políticas culturales que fomenten y protej an Ia diversidad cultural.

10) Reafirmar que Ia diversidad cultural deviene un factor de empleo,de crecimiento y de desarrollo sostenible.

11) Avanzar hacia un contexto de cooperación cultural iberoamerica-na inc1uyente que contemple el conjunto de mecanismos, iniciativas yacciones generales para aplicarse en Ias políticas nacionales.

12) Hacer de Ia cooperación iberoamericana un mecanismo que con-tribuya a superar Ias asimetrías entre países en relación con su participa-ción en los procesos regionales de integración, en el acceso aios bienes yservi cios culturales y en los beneficios de Ia sociedad deI conocimiento.

Por otro lado, posterior a Ia XIV Cumbre Iberoamericana, se realizó IaXIV Conferencia Iberoamericana de Educación también en San José,Costa Rica, los días 28 y 29 de octubre dei 2004, con importantes propues-tas para todos los países. El elemento central es Ia concepción de Ia educa-ción como una herramienta poderosa para impulsar el desarrollo humanosostenible, en una perspectiva que se convierta en compromiso de todasIas naciones que integran Ia cumbre.

La dec1aración final de esta conferencia de educación reconoce que"América Latina es Ia región más desigual deI planeta, cuyos índices depobreza dificultan el acceso a Ia generación y aios beneficios deI creci-miento económico a cerca de 200 millones de personas"; en particular,uno de los datos más terribles reconoce que, con datos de Ia UNESCO, "elpromedio de escolaridad de Ia población es de 6,3 aõos" en Ia región. Eneste sentido, sabiendo que Ia cultura desborda en verdad 10que ordinaria-mente concebimos como educación, esta última, aI ser parte integrante deIa misma, se convierte, no obstante. tanto en objetivo deI desarrollo comoen motor de una sociedad con mejores niveles de bienestar. Una nacióndesarrollada no puede concebirse sin una elevación sustantiva de los nive-les educativos, y al mismo tiempo tiene que plantearse con toda veracidadque "Ia construcción de sociedades democráticas, cohesionadas y en cre-cimiento, se logrará efectivamente si Ia educación es ubicada como eje delos proyectos de desarrollo. de Ias políticas públicas y de Ias iniciativasde integración regional, por ser el fundamento de Ia convi vencia pacífica,tolerante y solidaria".

La Comunidad Sudamericana de Naciones

Desde Ias luchas de Simón Bolívar por Ia independencia de Ias nacionesdeI siglo XIX,no había surgido un proyecto semejante aI de Ia ComunidadSudamericana de Naciones (CSN). La constitución de este proyecto, ha-

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Anuario de lntegración Latinoamericana y Caribeiia

ciendo alusión aIos ejemplos deI propio Simón Bolívar, de Antonio Joséde Sucre y de José de San Martín, sehatinnado eI8 de diciembre deI 2004, enCuzco, Peru, por Ios mandatarios de 12 naciones que suman alrededorde 361millones de habitantes, con un PIB de 1 trillón de dólares y con un intercam-bio comercial anual de 165 millones de dólares: Peru, Argentina, Bolivia,Brasil, Chile, Colombia, Ecuador, Guyana, Paraguay, Surinam, Uruguay yVenezuela. Este proceso plantea Ia convergencia de Ios bloques regionalesdeI MERCOSUR y de Ia CAN, inc1uidos también Chile, Guyana y Surinam,y porello se convierte en un megaproyecto de integración regional que inc1u-ye a todos Ios países de América deI Sur. Para este mismo afio 2005 se tieneprogramada Ia primerareunión de jefes de Estado de Ia CSN en Brasil, y plan-teada Ia sede de Ia segunda, que se realizará en Bolivia.2

La Dec1aración deI Cuzco - de Ia cuaI reproducimos Ias citas que estána continuación - quiere retomar Ias bases deI proyecto bolivariano deI sigloXIX,sefialando Ia existencia de una historia y cultura común para poderaprovecharla como motor deI futuro desarrollo, a través de una identidadque resultará también mejor reconocida en Ia gIobalidad deI planeta. "Lahistoria compartida y solidaria de nuestras naciones, que desde Ias gestasde Ia independencia han enfrentado desafíos internos y externos comunes,demuestra que nuestros países poseen potencialidades aún no aprovecha-das tanto para utilizar mejor sus aptitudes regionales como para fortalecerIas capacidades de negociación y proyección internacionales".

EI énfasis en una cultura común y, al mismo tiempo, en Ia pluralidadde Ias culturas regionales, sigue siendo Ia dialéctica dentro de Ia cual seinserta eI proyecto futuro de integración: "EI pensarniento político y filo-sófico nacido de su tradición, que reconociendo Ia preeminencia deI serhumano, de su dignidad y derechos, Ia pluralidad de pueblos y culturas, haconsolidado una identidad sudamericana compartida y valores comunes,tales como: Ia democracia, Ia soIidaridad, Ios derechos humanos, Ia liber-tad, Ia justicia social, eI respeto a Ia integridad territoriaI, a Ia diversidad,Ia no discriminación y Ia afirmación de su autonomía, Ia igualdad sobera-na de Ios Estados y Ia soIución pacífica de controversias; Ia convergenciade sus intereses políticos, económicos, sociales, culturales y de seguridadcomo un factorpotenciaI de fortalecimiento y desarrollo de sus capacida-des internas para su mejor inserción internacional". Ésta es Ia dinámica de10que Bolívar había expresado como "una confederación de repúblicas",aI hablar de Ia gran patria americana.

Mas. 10común de toda Ia región no es soIamente Ia cultura como expre-sión de un idioma o costumbres, sino también Ia cultura como un "proyectocomunitario", que podrá expresarse en Ias siguientes modalidades: "su

Muchos se han llenado de optimismo ante esta perspectiva sudamericana de integración, en particularcon el arribo de gobiemos catalogados como progresistas o de izquierda como en Venezuela, Brasil,Argentina, incluidos gobiemos que surgieron en un principio con grau apoyo electoral como Toledoen Peru o el depuesto presidente de Ecuador, Lucio Gutiérrez. Se afiade, además, el triunfo de TavaréVázquez, el nuevo presidente de Uruguay en e12005. Habrá que esperar a ver si estas variables repre-sentan una tendencia más estable o estarán supeditadas a coyunturas de cambios bruscos, como losque pueden ocurrir en Ecuador y Bolivia.

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Cultura y Sociedad

identificación con los valores de Ia paz y Ia seguridad internacionales, apartir de Ia afirmación de Ia vigencia deI derecho internacional y de unmultilateralismo renovado y democrático que integre decididamente y demanera eficaz el desarrolIo económico y social en Ia agenda mundial; Iacomún pertenencia a sistemas democráticos de gobierno y a una concep-ción de Ia gobernabilidad, sustentada en Ia participación ciudadana queincremente Ia transparencia en Ia conducción de los asuntos públicos y pri-vados, y ejerza el poder con estricto apego aI estado de derecho, conforme aIas disposiciones de Ia Carta Democrática Interamericana, en un marco delucha contra Ia corrupción en todos los ámbitos; su deterrninación de de-sarrolIar un espacio sudamericano integrado en 10 político, social, econó-mico, ambiental y de infraestructura, que fortalezca Ia identidad propia deAmérica deI Sury que contribuya, a partir de una perspectiva subregional y,en articulación con otras experiencias de integración regional, al fortaleci-miento de América Latina y el Caribe y le otorgue una mayor gravitación yrepresentación en los foros internacionales".

Más alIá de Ia retórica de los acuerdos gubernamentales, parece existirel propósito de lIevar Ia integración mucho más alIá de los tratados pura-mente comerciales, pues se están buscando proyectos concretos en diver-sas áreas (energía; comunicaciones; desarrolIo rural y agroalimentario;transferencia de tecnología, ciencia, educación y cultura; interacción entreempresas y organismos de Ia sociedad civil,.etc.), a través de acuerdos bila-terales, regionales o subregionales. La mención explícita de los organis-mos de Ia sociedad civil, resulta muy importante debido a Ia pretensión deque Ia integración no se reduzca aI ámbito gubernamental: "Ia integraciónsudamericana es y debe ser una integración de los pueblos".

El secretario general de Ia CAN, AlIan Wagner, tiene una gran espe-ranza en este proyecto, y 10 expresó de esta manera: "Ia comunidad sud-americana será un proceso de integración con inclusión social que mejo-rará cualitativamente nuestro desarrollo, brindará sustento real aIosprocesos de descentralización de nuestros países, fortalecerá Ia cohe-sión social y Ia gobernabilidad democrática, y dará calidad a nuestra in-serción internacional".

Conclusiones

El caso más claro de culturas e identidades diferentes pero vinculadas conun fuerte proyecto común, sigue siendo el de Ia U nión Europea; se trata depoli-identidades e idiomas diferentes, pero que en Ias últimas décadas deIsiglo xx han tenido convergencia de esfuerzos hacia un destino común,para enfrentar de Ia mejor manera Ia globalización mundial. En contraste,en Ia región latinoamericana, desde el período de Ia independencia de suspaíses en el siglo XIX,se habló de su común identidad a partir de Ia historiay de su lengua, pero de manera inmediata Ia opción resultante fue unamultitud de proyectos de nación.

La pregunta que formulábamos aI principio sigue siendo fundamen-tal: l.Por qué Ia unidad de origen condujo a una diversidad de destinos? Talvez, Ia respuesta puede estar en Ia concepción de Kant cuando afirmaba:"sociable insociabilidad" deI ser humano. O tal vez, otra respuesta más

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Anuario de Integración Latinoamericana y Caribeiía

pesimista es Ia de Hobbes en el Leviatán: el hombre es un lobo para elhombre, siempre dispuesto a hacer Ia guerra con quienes 10 rodean.

No obstante, Ia respuesta no es filosófica sino sociológica. La historiamisma crea condiciones para nuevos procesos y proyectos; en el siglo XIXno resultó posible concretar el propósito bolivariano de Ia gran patriaamericana; tampoco a principios dei siglo XX,cuando Sandino aspiraba auna nación latinoamericana. Pero es válido preguntamos en el siglo XXI:l,existen nuevas condiciones que propicien abora laintegración de los paí-ses latinoamericanos? La heterogeneidad de los desarrollos (o subde-sarrollos) nacionales, l,rec1ama abora una convergencia hacia un proyectocomún?

Sobre esta última pregunta, nuestra respuesta es afirmativa en el ini-cio dei nuevo siglo, conforme aios desafíos objetivos impuestos por Iaglobalización, porque nadie podía pensar que en pocos afios se plantearatambién en América Latina una convergencia como Ia que ha empezado asuceder en Ia integración de los actuales bloques regionales.

Aunque Andrés Bello pensaba que el tránsito dei desasosiego y vaci-lación con espinas y con sangre era puramente transitorio en el caminohacia una época de verdadera libertad, independencia y desarrollo, hayque reconocer que esa etapa de tránsito de una fase a otra no es nada corta- con cerca ya de 200 afios de historia dei surgimiento de Ias nacioneslatinoamericanas - y todavía puede durar mucho tiempo hacia delante.Mas, concordamos con su proyecto de una autonomía cultural paraAmé-rica Latina, entendiendo que, sobre Ia base de una identidad común condiversidad de culturas, puede llegarse a plantear y organizarse un proyectocomún más esperanzador. América Latina en diálogo con Ia Unión Euro-pea, Ias diversas Cumbres Iberoarnericanas y Ia Comunidad Sudarnericanade Naciones, son esfuerzos laudables que hay que revalorar, pero pen-sando que muchos de sus objetivos planteados en Ias dec1araciones fina-les deben llegar a concretarse en instituciones estables para este nuevosiglo, y esto significa un gran proceso de luchas locales y nacionales.

América Latina y el Caribe viven más en una cultura de Ia puraretóri-ca ai hablar de los procesos de integración, pero el compromiso verbal conIa integración ya constituye un buen punto de partida; el siguiente es elcompromiso práctico de los gobiemos y de los organismos de Ia sociedadcivil para ir haciendo realidad Ias buenas intenciones de Ias dec1aracionesfinales. En Ia visión dei mundo contemporáneo, hay que recordar cuandoAntonio Gramsci afirmaba que "el pesimismo es el peor enemigo" de Iascausas populares, y por ello, conAndrés Bello, hay que comprometemoscon una cultura de integración y esperanza común comprometida para unfuturo que no sea el de Ias "nacioncitas" dei siglo XIXy XXsino Ia comuni-dad latinoamericana dei siglo XXI.

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