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LA CRONOLOGÍA PROFÉTICA MÁS EXTRAORDINARIA 70 semanas y 2300 días Dr. Alberto R. Treiyer www.tagnet.org/distinctivemessages Hace unos ocho años estaba dando conferencias en Ucrania durante las noches sobre los eventos finales, y durante el día un seminario sobre el evangelio del santuario a pastores y laicos líderes. En la última etapa de mi gira estuve en la capital, Kiev, sin sospechar la sorpresa que iba a tener. El presidente de la Asociación me preguntó si iba a incluir en mis exposiciones a los pastores el tema de la fecha inicial de los 2.300 días. Le dije que no había traído material sobre ese punto porque nunca me pedían que tocase el tema. Lo más que pude prometerle fue tocar al final, en forma general, algunos de los problemas de los calendarios diferentes que se usaban entonces. Cuando llegó el último día, al concluir dije que, a pedido del presidente de la Asociación de Kiev podía tocarles algunos problemas en el uso de los calendarios, pero que no iba a tocar el tema de la fecha en sí del año 457 AC porque no había traido material. Luego de una corta exposición les referí la respuesta de nuestra iglesia a través del Biblical Research Institute, en especial el trabajo del Dr. William Shea en el último número de la serie sobre Daniel y Apocalipsis, además del primero que fue escrito enteramente por él. El presidente de esa Asociación pasó entonces para cerrar el seminario y, en lugar de agradecerme los servicios que habían alegrado en gran manera a los pastores y laicos prominentes al enseñarles los rituales hebreos, se puso a explicar con una energía y convicción impresionantes cómo nuestra iglesia se había equivocado y estaba enseñando el error con respecto al inicio de los 2300 días. Cuando terminó me paré y le dije que si tenía problemas con la fecha de partida, estaba el cumplimiento en la época de Cristo que había sellado la profecía de las 70 semanas, así como la de los 2300 días como terminando en 1844. Me respondió categóricamente que no se puede arreglar un error de partida por un acierto de llegada. Le pedí entonces la fuente de su exposición. Se negó a dármela. Entonces me enojé, siempre en público, y le dije que si no había leído la respuesta de nuestra iglesia, era un irresponsable al presentar la crítica como si fuera verdad. Prometí entonces que al regresar a los EE.UU. iba a buscar la documentación que había leído someramente en su momento, e iba a resumirla y enviársela. Al día siguiente me llevaron a conocer el nuevo colegio que estaban levantando a unos 30 kms. de Kiev, en una zona boscosa. De la noche a la

La Cronología Profética más Extraordinaria

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LA CRONOLOGA PROFTICA MS EXTRAORDINARIA

LA CRONOLOGA PROFTICA MS EXTRAORDINARIA70 semanas y 2300 das

Dr. Alberto R. Treiyer

www.tagnet.org/distinctivemessagesHace unos ocho aos estaba dando conferencias en Ucrania durante las noches sobre los eventos finales, y durante el da un seminario sobre el evangelio del santuario a pastores y laicos lderes. En la ltima etapa de mi gira estuve en la capital, Kiev, sin sospechar la sorpresa que iba a tener. El presidente de la Asociacin me pregunt si iba a incluir en mis exposiciones a los pastores el tema de la fecha inicial de los 2.300 das. Le dije que no haba trado material sobre ese punto porque nunca me pedan que tocase el tema. Lo ms que pude prometerle fue tocar al final, en forma general, algunos de los problemas de los calendarios diferentes que se usaban entonces.

Cuando lleg el ltimo da, al concluir dije que, a pedido del presidente de la Asociacin de Kiev poda tocarles algunos problemas en el uso de los calendarios, pero que no iba a tocar el tema de la fecha en s del ao 457 AC porque no haba traido material. Luego de una corta exposicin les refer la respuesta de nuestra iglesia a travs del Biblical Research Institute, en especial el trabajo del Dr. William Shea en el ltimo nmero de la serie sobre Daniel y Apocalipsis, adems del primero que fue escrito enteramente por l.

El presidente de esa Asociacin pas entonces para cerrar el seminario y, en lugar de agradecerme los servicios que haban alegrado en gran manera a los pastores y laicos prominentes al ensearles los rituales hebreos, se puso a explicar con una energa y conviccin impresionantes cmo nuestra iglesia se haba equivocado y estaba enseando el error con respecto al inicio de los 2300 das. Cuando termin me par y le dije que si tena problemas con la fecha de partida, estaba el cumplimiento en la poca de Cristo que haba sellado la profeca de las 70 semanas, as como la de los 2300 das como terminando en 1844. Me respondi categricamente que no se puede arreglar un error de partida por un acierto de llegada. Le ped entonces la fuente de su exposicin. Se neg a drmela. Entonces me enoj, siempre en pblico, y le dije que si no haba ledo la respuesta de nuestra iglesia, era un irresponsable al presentar la crtica como si fuera verdad. Promet entonces que al regresar a los EE.UU. iba a buscar la documentacin que haba ledo someramente en su momento, e iba a resumirla y envirsela.Al da siguiente me llevaron a conocer el nuevo colegio que estaban levantando a unos 30 kms. de Kiev, en una zona boscosa. De la noche a la maana nuestra iglesia se qued con una propiedad de grandes edificios que haba pertenecido al ejrcito y que haba servido por aos para la instruccin comunista. Guardaban una pared cubierta por una cortina con las insignias del comunismo, un valor histrico sin duda, ahora sirviendo para instruir a muchos en el evangelio de Cristo. Sorpresivamente v de nuevo al presidente de esa Asociacin quien se acercaba donde estaba y sonrea, algo nervioso e incmodo. Pens que le haba afectado algo la confrontacin del da anterior por lo que amigablemente volv a preguntarle: De dnde obtuvo la informacin que us ayer para atacar la fecha inicial de las 70 semanas y los 2300 das? Me contest cualquier cosa menos lo que le pregunt, por lo que el traductor no quiso traducirme la misma pregunta otra vez, hacindome una sea de no darle importancia.

Se me inform despus que haba un grupo de ucranianos en los EE.UU. que mandaba informacin y propaganda disidente a Ucrania, y que eso estaba confundiendo a muchos, inclusive a ese presidente. Me sent en parte responsable de la situacin del da anterior por no haberme preocupado antes por dominar a fondo el tema. En todos lados a donde haba ido se haba dado por sentado la exactitud de la fecha, y no sent la necesidad de llevar material extra para tratar ese punto all.Al volver a los EE.UU. le el artculo de William Shea, lo resum y agregu algunos datos adicionales que haba recogido mientras enseaba en Francia. Luego lo mand a ese presidente, a la traductora (una gorda rusa maciza que hizo creer a mi hija, cuando la abraz, que abrazaba un colchn: habr sido sin duda de tanto comer papa con tanto almidn, como los rusos), y a un pastor que hablaba ingls pidindole tambin que lo tradujera. Cuando cuatro aos ms tarde fui otra vez a Kiev, lo v a ese presidente flaco con una barbita en el mentn y le pregunt si haba recibido el material. Ya no era presidente, tena otro cargo. Me dijo que no, que nunca lo haba recibido (al recibirlo en ingls tal vez ni se enter de qu se trataba, ni se preocup porque alguien se lo tradujera).Otra confrontacinAunque entend los argumentos principales de William Shea, basados en gran parte en el arquelogo adventista ya fallecido, Siegfried Horn, haba algunas preguntas que me quedaban y para las que no haba encontrado una respuesta satisfactoria. Al verlo poco despus en la Asoc. Gral. en un pasillo, aprovech para preguntarle una de ellas. A pesar de que haba salido de su oficina para ir al bao, se detuvo a explicrmela y me hizo un grfico pequeo, sin dar apariencias de apuro. Le agradec la atencin y le ped que no se detuviera ms conmigo. Mi pregunta tuvo que ver en esa oportunidad con la sincronizacin de la profeca de los 2300 das con la de los 1335 das. Otra pregunta crucial me quedaba sobre la razn por la que los milleritas escogieron el Da de la Expiacin de 1844 y no el de 1843, dado que el ao civil hebreo expiraba el da anterior al primero de Tishri (Fiesta de las Trompetas), y no el dcimo (Da de la Expiacin).Poco tiempo despus me encontr con un hermano brasileo a quien haba conocido cierto tiempo atrs, entusiasmado al extremo segn haba yo interpretado, con la fecha de los 2300 das. Criticaba a muerte a todos los telogos adventistas. En una reunin que pidi en la Asoc. Gral. con el Dr. William Shea y otros dirigentes, incluyendo del Centro White, termin dicindole que iba a llegar el da en que iba a tener que pedirle perdn a la Iglesia Adventista por haberla engaado. Me interes en su material, aunque para mis adentros pens, de Brasil podr salir un telogo, tan luego uno que ni siquiera hizo los primeros cuatro aos elementales de teologa? No obstante, dej la puerta abierta por ver si alguien que se expresaba tan decididamente tendra algo que ofrecerme. Esta vez, la crtica provena de alguien que presuma defender el enfoque tradicional sostenido por los milleritas y los pioneros de la Iglesia Adventista, y acusaba a los dirigentes actuales de haber descarriado a la iglesia en ese tema tan importante.Un tercer y cuarto empujn para estudiar el temaMi correspondencia con ese hermano laico brasileo no me sirvi demasiado. El material que me envi me pareci confuso por falta de metodologa. De una cosa saltaba a la otra y no entenda la razn de sus reacciones contra la posicin de nuestros telogos actuales. Por esa poca le una breve declaracin de un profesor de Andrews, adonde ese hermano brasileo haba ido a pelear tambin, diciendo que la posicin de William Shea y de otros telogos adventistas era slida y no dbil como nuestro hermano del pas del ftbol y de las bananas argua. Enterado de que una comisin en Brasil, dirigida por el Dr. Alberto Timm (medio pariente mo por parte de mi abuela brasilea, y nico telogo brasileo elocuente que conozca junto con Siegfried Shwantes ya jubilado hace tiempo), le haba prometido a ese hermano estudiar su material, decid esperar. Le promet entonces estudiar su material cuando dispusiera de ms tiempo, ms definidamente, para cuando preparase mi tercer seminario sobre el santuario (pienso incluirlo porque se trata de un problema que explotan algunos para confundir y hacer perder la fe de nuestro mensaje proftico a muchos hermanos).Ese da lleg el ao pasado, y se increment con el folleto de la leccin del ltimo trimestre que se bas en el libro de Daniel. Estaba contento de haber comprado una tesis doctoral sobre el tema preparada en la Universidad de Andrews. Basado en esa tesis y en otros documentos adicionales que haba estado juntando con el tiempo, prepar un comentario sobre las 70 semanas. Confiadamente d la fundamentacin bblica y extrabblica all expuesta. Pero ya casi el ltimo da de mis vacaciones v por casualidad en la biblioteca de la Universidad Adventista del Plata un libro sobre esa cronologa editado en Brasil. Vi que se trataba de ese hermano, y la recomendacin decidida del doctor tocayo mo del Brasil me interes ms. Con el perdn de todos los que tienen posiciones ya tomadas sobre el tema, creo que el material del hermano Jurez Rodrguez de Oliveira es el mejor que se haya escrito hasta ahora sobre la cronologa de las 70 semanas y de los 2300 das (salvando su estilo polmico que no lograron quitarle del todo hasta ahora).De esta introduccin se desprende que no soy especialista en cronologa bblica. Mi especialidad tuvo y tiene que ver con la teologa del santuario de Israel y, debido a su relacin especial con los eventos finales, extend esa especializacin hacia los libros de Daniel y Apocalipsis. Poco a poco, sin embargo, voy avanzando en el conocimiento y profundizacin de la cronologa bblica que requiere el concurso de varias ciencias como la arqueologa, la historia, la astronoma, las matemticas y la teologa. Esta serie que estoy compartiendo con Uds. por internet es una manera tambin de obligarme a meterme ms en el tema, para organizar mejor los conocimientos que ya adquir. Por lo cual, si alguien se siente inclinado a criticar alguna posicin asumida, tal crtica ser bienvenida y servir para enriquecer ms su comprensin. Soy conciente que se requiere un esfuerzo de simplificacin como el que se ver aqu, pero a su vez, tal esfuerzo puede dejar aspectos de lado que son necesarios para satisfacer a mentes ms inquisitivas. Por lo que si en este foro se puede contar con observaciones crticas de quienes tambin pusieron su cabeza en el tema, alabado sea el Seor por ello.Origen de los calendariosAntes de entrar en el tema mismo de la cronologa de las 70 semanas y los 2300 das, ser til dar una mirada rpida a la historia de algunos calendarios. El tema de los calendarios me haba interesado ya mientras preparaba mi tesis doctoral sobre el Da de la Expiacin en la Universidad Protestante de Estrasburgo, Francia. Ezequiel recibi su visin del Nuevo Templo en un Da de la Expiacin (Eze 40:1)mi tesis vers sobre ese da especialy el hecho no parece ser fortuito. El significado de ese da proyectado en la visin que Dios le dio a Ezequiel deba, sin duda, arrojar luz sobre el mensaje que Dios quiso dar a su pueblo entonces. Lo llamativo en Ezequiel es que se refiri a ese da diez como dndose al principio del ao, en referencia probable al ao otoal (vase A. R. Treiyer, The Day of Atonement and the Heavenly Judgment, 124ss, 318ss). Posteriormente me interes algo ms en el tema debido a que un alumno de teologa en Francia, Francois DuMesgnil DEngente, lleg a convencerse al leer a Siegfried Horn que se haba equivocado en un artculo de Ministry recin aparecido en esa poca. Una mejor comprensin sobre los distintos calendarios y la manera de contar de los judos los aos de los reyes, fue suficiente entonces (tal vez en parte), para resolver el problema que suscit en una de mis clases.En tiempos modernos surgi la teora promovida por telogos liberales, de que los israelitas copiaron el calendario solar de los Egipcios que comenzaba en el mes Toth (diciembre), y posteriormente, bajo la influencia babilnica, adoptaron su calendario lunar que comenzaba en el mes Abib (marzo-abril). Esta teora ha sido fuertemente rechazada por muchos telogos, inclusive judos, que argumentan que el calendario hebreo fue siempre lunisolar ya que fue institudo en el da mismo de la creacin (Gn 1:14; Sal 104:19). Lo que es motivo real de discusin, sin embargo, es determinar cmo se las arreglaban al principio para sincronizar el calendario lunar con el solar que medan por las cosechas. Dos autores judos, S. Safrai y M. Stern, llegaron a afirmar en 1976 que el contraste entre la pobreza de nuestras fuentes y la abundancia y riqueza de detalles de las teoras es sorprendente.En qu poca o estacin deba comenzar el ao solar que, quiranlo o no, estaba presente regularmente con la maduracin de las cosechas y el movimiento del sol? Pareciera ser en la poca en que el sol llegaba a su perodo ms dbil o corto del ao o, por decirlo de otra manera, cuando el sol comenzaba a permanecer ms tiempo a la vista de los antiguos. En otras palabras, el ao deba comenzar cuando los das comenzasen a extenderse. De all que los Egipcios lo hiciesen comenzar en nuestro diciembre, una prctica que siguieron los romanos al llamar al primer mes Jano (de all January, Enero). Ese mes estaba representado por un dios, Jano, que tena dos caras pegadas por la nuca, mirando una hacia el pasado y la otra hacia el futuro. Por eso, en torno al 25 de diciembre, los romanos hacan fogatas anunciando el nacimiento del dios sol, ya que en torno a esa fecha el sol comenzaba a extenderse durante el da en el hemisferio norte.Los cristianos de Roma, por su parte, decidieron ms tarde festejar en esa fecha la Natividad, el natalicio del Sol de Justicia, Cristo Jess, aunque ese da no hubiese tenido nada que ver con la fecha real en que naci Jess (en Navidad los pastores de Beln no hubieran pasado toda la noche en el campo con los animales porque era invierno). Esa misma prctica de encender fogatas se perpeta en las luces artificiales que se prenden en tantas ciudades cristianas para las fiestas de Navidad y Ao Nuevo que comienzan tambin en el mes de diciembre y se apagan luego del primero de enero.

La sincronizacin de los calendarios lunisolares

Los israelitas tambin hicieron comenzar los meses con la luna creciente, y hubiera sido de esperarse que comenzasen el ao de una manera semejante, con el mes en el que supuestamente el sol comenzaba a alargarse. Sorprendentemente, el calendario civil o solar lo hicieron comenzar en el otoo, en la poca en que expiraba el ao religioso y lunar, y en ocasin de la cosecha final del ao. Fue en la declinacin del sol, y no en su nacimiento, que hicieron comenzar el ao civil. Habr tenido ese hecho como propsito evitar que se tentasen a honrar al sol como lo hacan los dems paganos, festejando su natalicio el da en que presuman comenzaba a resurgir? Tampoco tenan fiestas de germinacin, sino slo de cosecha, en reconocimiento a Dios por sus dones, algo contrastante con las fiestas de la fertilidad que tenan los paganos con diosas como Astart que contena siete senos.

[Un estudio que no he podido hacer y sera positivo hacerlo un da es comparar la ubicacin de los das festivos anuales de los pueblos paganos en contraste con la ubicacin de los das festivos en Israel, sus motivaciones y teologa especial. Hasta ahora slo expuse en mi tesis doctoral tales contrastes en relacin con el Da de la Expiacin y la purificacin del templo del dios Nebo en la antigua Babilona. A lo que me refiero es a hacer una comparacin de los calendarios festivos religiosos entre los pueblos antiguos y el de Israel].El calendario hebreo puede definrselo fcilmente como agrcolo-ganadero porque se festejaban las fiestas en determinados das del mes ligados a las cosechas, y se los celebraba en el templo junto con ciertos sacrificios de animales definidos (Lev 23; Nm 28-29). Ahora bien, las cosechas no se ajustan a la luna, sino al sol. Cmo podan determinar, entonces, el da exacto del mes en que deban traer las gavillas o los frutos al templo, en gratitud a Dios por sus bendiciones materiales y espirituales? Ms an, cmo podan llamar a esos meses de fiesta primer mes, o sptimo mes, en referencia a los meses ms cargados de fiesta, si los doce cambios de luna del ao no coincidan con los cambios anuales de rotacin de la tierra en torno al sol?Se sabe que los pueblos antiguos, incluyendo el pueblo de Israel, tenan un ao solar de 360 das, lo que corresponde a 12 meses de 30 das cada uno. Eso se ve confirmado por la profeca de los 1260 das de Daniel, y su definicin ms clara del Apocalipsis como 42 meses (Apoc 11:2; 13:5), 1260 das (Apoc 11:3; 12:6) o tiempo (1), tiempos (2), y la mitad de un tiempo (1/2 ao) (Dan 7:25; 12:7; Apoc 12:14). Qu pasaba con los cinco das y algo restantes que no se computaban? Se sabe tambin que algunos pueblos tenan algunos das extras que entre los romanos llev a ciertos emperadores a competir entre s para que el mes que honraba su memoria se quedase con mayor nmero de das. Entre los israelitas es probable que cada sis aos arreglasen su calendario solar con un mes extra que hiciesen coincidir con la vspera del ao sabtico. El ao sabtico mismo podra haber servido como medio regulador de todo desajuste que se hubiese dado hasta esa fecha, permitiendo recomenzar el primer ao del nuevo ciclo en armona con la cosecha, correspondiente tambin a la rotacin de la tierra en torno al sol.

Una prueba indirecta de un mes extra se percibe, por ejemplo, en la profeca de los 1290 das de Dan 12:11. Tal vez con el propsito de evitar cualquier especulacin, Dios previ dos hechos histricos remarcables sobre el levantamiento del anticristo romano futuro, que permitiran reconocerlo de manera doble, reforzada, y nadie sintiese la necesidad de discutir si esos tres aos y medio anticipados en Dan 7:25 tendran en cuenta un mes adicional o no.Si nos quedamos aqu, todo parecera fcil. Pero debemos recordar que el calendario de Israel no fue nicamente solar, sino tambin lunar, esto es, lunisolar. [Los esenios tuvieron un calendario puramente solar, pero no he tenido la oportunidad de estudiarlo todava]. Ms definidamente, Dios indic que deban ofrecer sacrificios especiales cada cambio de luna equivalentes a los del sbado semanal y los de las otras fiestas anuales (Nm 28:11-15). El sptimo mes deba considerrselo, adems, como un sbado anual, festejndolo con sonido especial de trompetas que anunciaban la inminencia del juicio diez das ms tarde, en el Da de la Expiacin (Lev 23:23-32). Cmo hacan los hebreos para sincronizar esos cambios de luna con el ao solar de 360 das y an, con el ao astronmico que segn sabemos, duraba algo ms de 365 das?Para ser ms precisos, el mes lunar dura entre 29 y 30 das, y 12 meses estrctamente lunares dan 354 das y 8 hs., no 360 ni 365 das. Esto requera que cada tres aos se diesen trece cambios de luna en el ao, en lugar de doce, y en algunas ocasiones cada dos aos. De lo contrario, la fiesta de las primicias de la cebada iban a tener que celebrarla con el correr del tiempo en pleno invierno, cuando ni siquiera haba plantas y era la poca de la siembra. Cmo podran en tal caso llamar a ese primer mes Abib, esto es, cebada, si ese mes terminaba cayendo en cualquier poca del ao sin tener nada que ver con la cebada? Y si se parta mal, un problema semejante lo hubieran tenido con la fiesta de las primicias del trigo cincuenta das ms tarde. Tambin la fiesta final de la cosecha hubiera cado en el tiempo cuando las frutas estaban demasiado verdes, y las vides estuviesen muy lejos de colorear.Una suposicin basada en los aos sabticosAs como haba un sptimo da especial y sagrado, y un sptimo cambio de luna tambin especial y sagrado que los israelitas festejaban con sonido de trompetas, tambin haba un sptimo ao sabtico y un ao 49 ms especial an que completaba el perodo de siete aos sabticos (Lev 25). Luego de la sexta cosecha, los israelitas habran comenzado a festejar el ao sabtico que, antes de comenzar la primavera, en el caso de un calendario anual de 360 das, requera un mes adicional o intercalario o dcimotercer mes. El ao sabtico, segn esta teora, podra haberse encargado de arreglar los problemas de sincronizacin del calendario lunar con el solar. Como podemos recordar, el ao sabtico comenzaba en el Da de la Expiacin (Lev 25:9-10), luego de lo cual todos los israelitas deban comparecer en el templo para agradecer a Dios por la cosecha final en la Fiesta de las Cabaas o Tabernculos (Deut 31:11; cf. Lev 23:33ss).Llama la atencin tambin el hecho de que el mes intercalario lunar (el dcimo tercero), lo agregaron los israelitas en tiempos posteriores al concluir el calendario litrgico-religioso, despus del mes de Adar (el doce), y lo llamaban Ve-Adar o segundo Adar (el trece). Esto coincide con la orden indicada por Dios para iniciar los aos sabticos luego que se haba juntado la cosecha final, en el sptimo mes. En este contexto, debemos recordar tambin que durante los aos sabticos los israelitas no cosechaban sus mieses, ni recogan sus frutos (Ex 23:10-11; Lev 25:2-7,20-22). Qu pasaba entonces con sus fiestas de cosecha en tales ocasiones? Las celebraban? Usaban ese ao para recompensar la inexactitud de su calendario anual, como ocurra con todos los otros desajustes sociales que en ese ao deban recomponerse? (Ex 21:2-6; Deut 15:1-18).El primer ao del nuevo ciclo del calendario solar, luego del ao sabtico, podan comenzar a contarlo de nuevo eligiendo como primer cambio de luna el que anunciaba la maduracin de la cebada, como lo hacan siempre con el calendario lunar. De esa forma podan arreglar la diferencia de das de su calendario solare, regulndolo cada siete aos con su calendario lunar. Como dato adicional podemos traer a colacin que al cabo de 19 aos, los cambios de luna volvan a cuadrar otra vez con la posicin de la tierra en torno al sol que haban tenido al principio (es decir, con las estaciones del ao solar), completando un ciclo metnico, nombre ste dado al griego Metn que descubri el hecho (la diferencia es de alrededor de hora y media). [Se me ocurre una pregunta. Siendo que los datos astronmicos hoy son exactos an en retrospectiva, no podra este hecho ayudar a reforzar la fecha aproximada en que los israelitas comenzaron a cumplir con las leyes mosaicas que fueron establecidas especficamente para cuando entrasen en la tierra prometida? (Lev 25:2). Qu ciclo metnico habra cuadrado mejor con el calendario solar y el comienzo de la implementacin de tales leyes en Palestina que pudiese ser ideal?]Un calendario de cosechaEs en las leyes bblicas sobre los aos sabticos y de jubileo que podemos encontrar la primera mencin a un doble calendario en el antiguo Israel, uno de primavera y otro de otoo. Haba un calendario lunilitrgico o religioso cuyo comienzo era a su vez histrico porque recordaba la liberacin divina de Egipto (Ex 12-13), y otro que comenzaba medio ao despus. Mientras que el primero comenzaba en la primavera marcando el comienzo de la cosecha, el segundo comenzaba en el otoo marcando el final de la cosecha (Lev 23; 25). En otras palabras, mientras que un calendario iba de comienzo a comienzo, el otro iba de fin a fin. Al segundo se lo conoce hoy tambin como calencario civil porque posteriormente contaron el comienzo del reinado de los reyes a partir de ese calendario otoal.Es evidente que la cosecha iba a ser el mejor medio para determinar el cambio de poca ya que, por ms conocimientos que tuviesen de astronoma, la medicin exacta de rotacin en torno al sol en una poca en que la hora era el perodo de tiempo ms corto iba a ser ms difcil de determinar. La cosecha era, en esencia, el principio regulador por excelencia del calendario lunisolar. Aunque los cambios del sol y de la luna se tenan en cuenta, la cosecha era el centro de la atencin a la hora de determinar el comienzo y el final, como motivo de agradecer a Dios por la vida, los dones y toda bendicin que les otorgaba.Los registros histricos bblicos acerca de las fechas de los aos sabticos son magros y difciles de determinar (2 Rey 19:29; Isa 37:30). Supuestamente, la destruccin de Jerusaln por los babilonios habra tenido lugar durante un ao sabtico (vase 2 Crn 36:21). Cierta discusin puede darse a la hora de determinar si esa destruccin se dio al comienzo o al final del ao sabtico. La cuenta posterior de los rabinos de tales aos sabticos es cuestionada an hoy inclusive dentro del judasmo. Su celebracin tuvo que ver slo con la shemittah o abandono agrario de la tierra, ya que en muchos respectos el contexto social haba cambiado (vase A. R. Treiyer, Jubileo y Globalizacin. La Intencin Oculta, cap 13).No se sabe ni el da ni la hora

Aqu cabe hacerse algunas preguntas. Si la destruccin de Jerusaln por los babilonios tuvo lugar en un ao sabtico en cumplimiento a las advertencias divinas por no haberlos guardado como Dios lo haba indicado (Lev 26:34-35: 2 Crn 36:21), y si el cumpliento de las fiestas deba darse no slo en cuanto al acontecimiento sino tambin en cuanto al tiempo (CS, 450-451), no habra de suceder lo mismo con la venida de Cristo para venir a destruir a este mundo por sus seis mil aos de pecado? Siendo que el da exacto en que caa esa fecha otoal dependa de la luna que variaba de ao en ao, nadie podra saber ni el da ni la hora hasta que Dios mismo indicase desde el cielo que se iba a ser el ao en que iba a tener lugar.La oracin del pueblo de Dios, como la de los cristianos judos que estuviesen en Jerusaln poco antes de su segunda destruccin, deba tener en cuenta la importancia de que ese da no cayese ni en sbado, ni en invierno (Mat 24:20), algo que de no cumplirse ese ruego, afectara la huda del pueblo de Dios de las ciudades poco antes de su destruccin final, en el hemisferio que para esa poca del ao se viese ms desfavorecido. El otoo del norte correspondiente a la primavera del sur, no es tan inclemente como el invierno [Vase A. Lista Hugo, El Retorno de Jess y el Ritual Judo (Bs.As., 1999)]. [En este respecto debo ser claro en que es imposible determinar cualquier ao de jubileo, ya que no se lo celebr en Israel desde la primera destruccin de Jerusaln, ni se sabe si lleg a celebrrselo antes ni en qu momento se habra comenzado a celebrrselo, por lo cual es intil tratar de imaginarse cul podra ser el ao: vase A. R. Treiyer, Jubileo y Globalizacin. La Intencin Oculta (1999), cap 13].El cmputo de los meses busc enmarcrselo en tiempos post-bblicos y cristianos en forma ms rgida y astronmica, creando otro conflicto dentro del judasmo debido a que en algunos aos esos cmputos no coincidan adecuadamente con la cosecha. Debido a esto se vean a veces confrontados al problema de tener que celebrar las fiestas cuando los granos no estaban suficientemente maduros. Por tal razn, una rama del judasmo (los caratas), mantuvo su propio calendario que no coincida en todo con el de Palestina. Sobre esto volveremos al discutir la fecha del 22 de octubre de 1844, lo que a su vez nos permitir ver cmo hacan entonces para determinar el da exacto en que deban comenzar el primero de los meses y, desde all, determinar los dems das y meses de fiesta anual.La respuesta de Jess a sus discpulos sobre si iba a restaurar el reino a Israel en sus das fue que no les tocaba a ellos saber los tiempos o las pocas [estaciones] que el Padre puso en su sola potestad. Con esto Jess parece haberse referido a que ellos, tanto como Daniel, deban guardar su mensaje sellado hasta el tiempo del fin cuando Dios aclarara ese punto (Dan 12:4). Por otro lado, la referencia de Jess a estaciones podra tener que ver con los calendarios y sus variaciones que se daban cada ao, y que no permitiran conocer en forma exacta ni el da ni la hora en que ese evento tendra lugar. Al no conocerse en qu da preciso deban comenzar las estaciones de la cosecha en el ao de la venida del Seor, tampoco podra conocerse en forma exacta en qu da ni en qu hora definidos volvera a vrselo.Ms sobre la profeca de los 1290 das

Las nicas referencias que conozca a un calendario solar de 30 das rgidos cada mes, y 12 meses dando un total de 360 das, se encuentran en el libro de Daniel y el Apocalipsis. Ese calendario solar de 360 das poda servirles, tal vez, como un punto adicional de referencia que les permitiese regular, de tanto en tanto, el calendario lunar con el movimiento de la tierra en torno al sol. Que los israelitas medan tambin el movimiento del sol, y no solamente el de la luna, se puede ver en la mencin al reloj de Acaz que su hijo Ezequas continuaba utilizando, y al que Dios mismo recurri para permitirle a Ezequas ver la seal que peda (2 Rey 20:8-11). El ao sabtico basado en las cosechas se encargaba de por s en poner en regla ese calendario solar tambin con el astronmico de 365 das, con un dcimotercer mes que, como el lunar, corresponda intercalrselo al concluir el invierno, antes de comenzar la cosecha en el primer mes de primavera.En efecto, el cmputo de 1290 das que nos ofrece Daniel est teniendo en mente un calendario solar que inclua un dcimotercer mes adicional al cabo de sis aos, tal como sola hacrselo con el calendario lunar cada tres aos, y a veces cada dos aos. Recordemos que los cmputos de los aos se los haca partir del calendario otoal, esto es, en el sptimo mes del calendario religioso que comenzaba en primavera. Era entonces, en ese sptimo mes, que conclua la cosecha (Lev 25:3-12). Pues bien, el dcimotercer mes que sola agregarse al tercer ao para no alejarse demasiado del calendario solar, caa en el mes de Adar. Ese mes de Adar se daba despus que haba concluido el ao litrgico y con l las cosechas del ao, y era ms especficamente el mes doce de ese ao lunilitrgico. En otras palabras, el segundo Adar o dcimotercer cambio de luna preceda al mes de Abib con el que comenzaba la primavera y se daban, en la segunda mitad de ese primer mes primaveral, las primicias de la cosecha del ao con el ofrecimiento en el templo de las primeras gavillas de cebada.Resulta obvio que los israelitas escogieron ese ltimo mes lunar para agregar un dcimotercero porque ese mes terminaba el invierno, y para entonces podan ver si las plantas de cebada iban a poder madurar a tiempo o no para el primer mes de primavera. Cuando les resultaba obvio que eso no iba a ser posible, agregaban ese segundo Adar. Los 1290 das de Daniel abarcan, por consiguiente, esos tres aos y medio de un ao otoal (tres septiembres/octubres ms un cuarto Adar [febrero/marzo] doble, haciendo que el nuevo ao lunilitrgico comenzase en abril (abib) y terminase en octubre (etanim o tishri)).Qu nos dice esto con respecto a la profeca de los 1260 1290 das o, ms simple, 3 aos y 1/2? Que ese perodo de dominio del anticristo romano anunciado por Daniel en esa profeca, iba a abarcar un perodo completo, luego de lo cual comenzara una nueva poca, una nueva primavera donde todo comenzara a brotar otra vez (Dan 7:25; 12:7,9,11).No podemos detenernos a considerar aqu los otros detalles dados por la profeca, por lo que inferimos que el lector sabe ya que histricamente, fue en 1798 que concluyeron los 1260 y 1290 das (smbolo de aos), con la herida mortal que recibi el papado romano a su autoridad y despotismo polticos. Para entonces se levantaron dos movimientos de liberacin que fueron el secularismo ateo y el protestantismo norteamericano. Una nueva era de libertad brotaba entonces que permitira levantar un pueblo que con su mensaje, madurase al mundo para la ltima gran cosecha. Esa era haba sido anunciada como siendo la del tiempo del fin (Dan 7:25; 12:4,7,9), y culminara al final con la destruccin del mundo y la segunda venida de Cristo. El movimiento adventista naci con ese tiempo del fin y es inseparable de l. Surgi repentinamente por toda la tierra sealando ese cambio de era y anunciando el pronto regreso del Seor.Llama la atencin en este contexto, la interpretacin de E. de White con respecto al nuevo poder que surgira de la tierra con rasgos de nobleza que al principio se compararan a los de un cordero (Apoc 13:11). Esos rasgos tienen que ver con la libertad emanada de la Biblia que asumi especialmente el protestantismo norteamericano.Cul era en 1798 la nacin del nuevo mundo cuyo poder estuviera entonces desarrollndose, de modo que se anunciara como nacin fuerte y grande, capaz de llamar la atencin del mundo? La aplicacin del smbolo no admite duda alguna. Una nacin, y slo una, responde a los datos y rasgos caractersticos de esta profeca; no hay duda de que se trata aqu de los Estados Unidos de Norteamrica. Una y otra vez el pensamiento y los trminos del autor sagrado han sido empleados inconscientemente por los oradores e historiadores al describir el nacimiento y crecimiento de esta nacin. El profeta vio que la bestia suba de la tierra y, segn los traductores, la palabra dada aqu por suba significa literalmente creca o brotaba como una planta... Un escritor notable, al describir el desarrollo de los Estados Unidos... dice: Como silenciosa semilla crecimos hasta llegar a ser un imperio... Un peridico europeo habl en 1850 de los Estados Unidos como de un imperio maravilloso, que surga y que en el silencio de la tierra creca constantemente en poder y gloria (CS, 493).Ms sobre los calendarios sabticos

Cierta vez mientras viva en California me par la polica por ir ms rpido de lo permitido. Para evitar tener que pagar la multa y quedar manchado el registro del seguro del auto, se daba entonces la oportunidad de asistir a un curso de conducir que duraba un da, todo de una vez, durante ocho horas. Se comenzaba ese curso con un testimonio que peda el que lo dictaba a cada uno de los presentes sobre qu les haba pasado para tener que hacer ese curso. Con casi cada testimonio todos rean porque all no haba ningn fariseo, todos ramos pecadores.Me llam la atencin la filosofa que se buscaba inculcar en esas clases. El pueblo no es el dueo de las rutas y calles del pas, sino el gobierno federal. Al pueblo se le da una concesin, un permiso, para poder transitar por ellas, por lo que si no cumple con las condiciones que se le dan del Estado para conducir, se le puede quitar ese privilegio.

Algo semejante busc inculcar el Seor con el calendario sabtico, el semanal, el de las fiestas anuales y el de los aos sabticos (Lev 23; 25; Nm 28-29). En ese calendario temporal el Creador de este planeta marc su autoridad. Por no haberlo respetado se le quit al pueblo de Israel la concesin o privilegio divinos de vivir en la tierra que les otorg para llenarlos de bendicin (Lev 26:34-35; 2 Crn 36:21; Eze 20:12,20; cf. v. 1-4,36; Jer 17:21-23,27; 34:8-16; Isa 58). La tierra es ma, y para m vosotros sois peregrinos y huspedes, dijo el Seor (Lev 25:23-34).

La marca del anticristo romano y papal que por 1260 y 1290 das-aos iba a procurar establecer durante todo el medioevo sobre el mundo, tendra que ver con un cambio en los tiempos y la ley (Dan 7:25). Mediante la imposicin de un calendario diferente que se enmarcase en su propia autoridad en contraposicin con la del Creador, el papado romano se erigi a s mismo como el anticristo perfecto anunciado por los profetas Daniel y Juan en el Apocalipsis. No slo cambi el sbado semanal que reconoce la autoridad del Creador sobre esta creacin, sino que tambin impuso un calendario anual que sepultaba el calendario proftico del Seor. En lugar de conducir a todos, en esta poca, a mirar hacia la consumacin final representada por las fiestas de cosecha final del sptimo mes, el papado impuso sobre el mundo un calendario basado nicamente en el pasado, culminando, incluso, con el nacimiento del Hijo de Dios al concluir el calendario juliano-gregoriano que lleva su nombre en honor al papa Gregorio.Al hacer caer la pascua en domingo siempre, en forma artificial, el papa Gregorio busc adems imponer y honrar el domingo por encima de toda otra fiesta. Los papas de hoy estn procurando restablecer esa marca de autoridad no slo con respecto al domingo, sino tambin con respecto a las dems fiestas de la Iglesia Catlica Romana y a la imposicin de un jubileo que oblige a las naciones ms ricas a perdonar la deuda a las ms pobres (vase A. Lista Hugo, El Retorno de Jess y el Ritual Judo, y mi libro Jubileo y Globalizacin).Mediante semejante engao, qu pasar con tanta gente que no podr conocer los tiempos ni las estaciones que marcaran la poca de la venida del Seor? (Mat 24:32-33). En otras palabras, qu pasar con tanta gente que no reconoce ni reconocer las seales que el Seor dej an en el sol y la luna para indicar la llegada del tiempo del fin? Lo que el antiguo profeta declar. Terminarn diciendo con tristeza y dolor, pas la siega, se acab el verano, y nosotros no hemos sido salvados (Jer 8:20).La siega es el fin del mundo (Mat 13:39). El que duerme en el tiempo de la siega es indigno (Prov 10:5). El Seor no les permitir ms transitar en la tierra de su Creacin, el da en que venga para limpiarla y transformar an sus cielos atmosfricos en una nueva creacin. Establecer sobre ella nicamente a los que miraban por fe hacia adelante, reconociendo que eran peregrinos y forasteros en la tierra, y reconocan tambin la autoridad de Aquel que por su sola majestad puede conceder el privilegio de morar a quien quiere en su posesin (Heb 11:13-16). Aunque el anticristo hubiese intentado apoderarse de ellos y de la tierra del Seor hacindolos andar errantes por la tierra, la patria que el cielo les prometi les sera concedida para que pudiesen transitar sobre ella libres, y para siempre (Heb 11:36-40).Preguntas y reflexiones adicionales sobre los tres calendariosA esta altura uno puede preguntarse si los judos se habrn referido a menudo a aos por el trmino da debido a la confusin que se poda presentar a la hora de determinar lo que implicaba el ao, si un ao lunar de doce o trece meses como el que tenan en relacin con sus cosechas, un ao solar de 360 das como el que exista tal vez ya desde la poca del rey Acaz, quien posea un reloj solar (2 Rey 20:10-11), o un ao solar astronmico como el que conocemos hoy con mayor precisin. El trmino da por ao podra referirse en un lenguaje an no proftico, a una manera implcita de referirse al ao sin entrar en la discusin (Nm 14:34; Eze 4:5-6). De all que fuese fcil an para los judos medievales entender que las profecas de Daniel en trminos de das se refiriesen a aos. Estaban acostumbrados a referirse a los aos por el trmino das.Tambin podramos preguntarnos si Daniel no recurri al trmino tiempo para referirse a un ao, como otra manera de evitar discutir la cantidad de das de un ao y qu clase de aos deban tenerse en cuenta para su definicin. Tiempo, tiempos y la mitad de un tiempo fueron definidos al final como 1290 das, lo que incluye medio ao luego de tres, con un mes adicional. De todas maneras, tanto Daniel y ms tarde Juan en el Apocalipsis, fueron suficientemente claros como para dar al ao proftico un valor fijo de 360 das. El ao no deba computrselo como refirindose a 354 das ms 8 hs. (segn un calendario estrctamente lunar y sin un mes intercalario adicional), ni a 365 das ms 5 hs. (segn un calendario astronmico solar), sino a 360 das (segn el calendario solar usado entonces). Aunque ambos profetas no usaron el trmino aos en esos casos, sino tiempo, meses y das, los dos se refirieron a un ao de 360 das. Pero al darle un sentido proftico de da por ao, deba entenderse por ao un ciclo solar completo.Calendario solar astronmico: seis aos (365 das y 5 hs. c/ao) = 2.191 das y fraccin.Calendario solar vigente: 6 aos de 12 meses (30 das c/u) suman 2.160 das (360 das c/ao) + un dcimotercer mes de 30 das = 2.190 das.Calendario lunar: 6 aos de 12 meses lunares suman alrededor de 2.126 das (354 das y 8 hs. c/ao) + dos dcimotercer meses de 30 das agregados c/tres aos = 2.186 das.La diferencia de alrededor de cuatro das entre el calendario lunar y el calendario solar judo de 360 das, poda ser fcilmente regulada cada seis aos en el sptimo ao sabtico, lo mismo que los cinco das adicionales del ao astronmico que corresponda a ese ao sabtico, as como la fraccin de cinco horas astronmicas solares adicionales que se acumulaban cada ao, toda vez que su acumulacin lo hiciese necesario. El primer ao que segua al ao sabtico habran hecho comenzar el nuevo ao otoal y solar judo de 360 das en correspondencia con el calendario lunar de primavera de 354 das y fraccin.Recordemos que la luna y la cosecha (esta ltima al comps del sol), eran el principio regulador mayor de los aos lunares, solares y astronmicos. Puede traerse a colacin que Moiss fue educado en Egipto en donde se desarroll un calendario solar. Inspirado por Dios habra tenido en cuenta de esta forma, la dificultad que su pueblo hebreo esclavizado y privado de educacin por tanto tiempo, hubiera tenido para sincronizar el movimiento de la luna con el sol. De una manera sencilla, regulada finalmente por las cosechas y los aos sabticos y de jubileo, podan cumplir con un calendario religioso agrcolo-ganadero-lunar y ofrecer a las generaciones futuras una proyeccin proftica del plan de Dios para salvar al mundo.Testimonio millerita

Los milleritas escribieron lo siguiente en Signs of the Times (Seales de los Tiempos, 26 de abril de 1843, 58-61): Doquiera los hombres han computado el tiempo, los aos de Dios fueron siempre los mismos. Sin embargo, ha sido obra de los astrnomos, matemticos, cronlogos e historiadores, desde que los hombres estuvieron sobre la tierra, la de procurar compatibilizar sus cmputos defectuosos con el verdadero ao naturalel tiempo requerido por la tierra para pasar desde un punto particular en su rbita redonda por el mismo punto, usualmente comenzando en los equinoxios...

Fue por tomar como referencia ese modelo regular sin variacin que se descubri el ao bisiesto... As sucedi con los antiguos y sus maneras de reconocer el ao. Hay buena evidencia que permite saber que conocan suficiente sobre astronoma como para conocer cundo el sol brillaba, y distinguir entre el da y la noche, entre el invierno y el verano; y conocan suficiente como para poder arreglar la deficiencia en sus aos corrientes mediante meses intercalarios o das, segn el caso lo requera... Ellos siempre tuvieron los verdaderos aos solares como los tenemos nosotros, independientemente de si sus aos corrientes incluan un ao entero o no; y siempre se las arreglaron de alguna manera para mantener en armona sus computos de aos corrientes con los naturales...Aunque todas las naciones puedan no haber estado de acuerdo en la manera de determinar sus aosalgunas los regulaban por el movimiento del sol, y otras por el de la lunatodas ellas, sin embargo, usaban generalmente el ao solar en su cronologa... Las naciones que usaban aos lunares agregaban cierto nmero de das intercalarios para hacerlos concordar con el ao solar... Con tal propsito los judos agregaban un mes entero al ao, tan a menudo como fuese necesario; el que ocurra comnmente una vez cada tres o dos aos...Si entonces el ao judo antiguo consista en no ms de 360 das, y si tampoco se alargaba aumentndole cinco das, ni se lo regulaba en ocasiones con meses intercalarios, se hubiera dado un descalabro en relacin con las cosechas. Igualmente claro resulta que los antiguos judos no podan haber contado con aos de 360 das sin algn expediente para hacer coincidir esos aos otoales con los aos solares.Convendr mantener fresca en la memoria la ilustracin que trajeron los milleritas del ao bisiesto con un da extra que debi integrarse cada cuatro aos al calendario actual que tenemos, una vez que se descubri con mayor precisin astronmica su necesidad. Nos ayudar a entender ms fcilmente que los antiguos, con calendarios ms primitivos, debieron hacer algo semejante no slo con ciertos das, sino tambin con los meses, en el caso de los que contaban los meses lunares naturales.

La sincronizacin de los tres calendarios (lunar, solar corriente y solar astronmico)

Jess dijo a los que lo acusaron de violar el sbado por sanar a un hombre, que su Padre y l mismo siempre trabajan, an en sbado, especialmente en obras de redencin (Juan 5:17). As como ni el mundo, ni el sol, ni la luna, ni el universo dejan de moverse el da sbado, sino que Dios los sostiene para que la vida pueda continuar, as tambin durante los aos sabticos ni la luna ni el sol se detenan. Lo que se detena era la siembra y la cosecha. En el sbado semanal, adems, la cesasin tena que ver con el trabajo diario que para un pueblo agrcolo-ganadero, estaba relacionado tambin con la siembra y la cosecha (Ex 20:8-11). Pero ningn sbado deba en principio detenerse a la hora de comer (Lev 25:6; Mat 12:1-4), de librar un animal que haba cado en un poso, o de sanar a una persona cuando eso poda hacerse, librndolo as de su miseria (Mat 12:10-13). El sbado tanto semanal como el anual tena en cuenta, as, tambin a los animales (Ex 20:10; 23:10-11; Lev 25:7).

Si el sol y la luna no iban a detenerse en el ao sabtico, cmo entonces, poda el ao sabtico ayudar a sincronizar los tres calendarios, de tal manera que el nuevo ciclo semanal de aos no les quedase torcido de entrada? Ajustando el calendario lunar cada tres aos y a veces cada dos aos en relacin con la cosecha; tambin ajustando el calendario solar cada seis aos con el calendario lunar, luego de concluir el ao sabtico, en el primer ao del nuevo ciclo de siete aos.Tenemos datos bastante claros con respecto a cmo computaban el calendario lunar, lo que nos permite deducir cmo habrn tenido que hacer para sincronizar ese calendario con el ao solar astronmico que dura, segn podemos saber con precin hoy, 365 das y fraccin. Mientras que hoy, con un calendario solar astronmico, tenemos que usar meses artificiales de 30 31 das, antiguamente los que usaban como Israel un calendario lunar natural de aproximadamente 29 das, deban usar aos de cmputo artificial de 360 das. Tal vez les resultaba ms fcil redondearlo as ya que ni an agregando cinco aos les iba a cuadrar siempre bien la geometra. Y as como febrero se qued con menos das porque no tuvo ningn emperador romano con ese nombre, as tambin los antiguos aos solares corrientes de 360 das podan modificarse ms fcilmente en algunos aos sin exigirle ni a la luna ni al sol que se detengan por unos das, porque su cmputo debe haber sido tan artificial como nuestro cmputo mensual de 31 das.El calendario lunar primaveralEn la antigedad no haba almanaques como los que hoy todos tenemos en nuestras casas. No exista el papel ni la imprenta. No obstante, todos saban contar ya que, de otra manera, no hubieran podido hacer negocios, es decir, no hubieran podido ser judos. De hecho, conocan la regla de tres simple porque podan deducir el diezmo, el segundo diezmo y hasta un tercer diezmo. De manera que cada familia en su casa poda llevar tambin la cuenta de los das, los meses y los aos, sin importar si se hacan sus propios almanaques (su propia cuenta) sobre madera, piedra, papiro o cuero.

As, entre unos y otros solan comentar cuntos meses faltaban para el comienzo de la siega o la cosecha final. Adems, esas cuentas caseras tenan una confirmacin oficial en el templo que llamaba al son de trompetas a participar de las fiestas (Nm 10:10). A tal cuenta que todos llevaban se refiri Jess cuando dijo: No decs vosotros: An faltan cuatro meses hasta la siega? (Juan 4:35). Refirindose a una cosecha prematura, algo anticipada tal vez porque en ese ao o a lo sumo, en el ao anterior, haban tenido un segundo Adar o dcimotercer mes adicional, Jess se refiri a las primicias de la cosecha espiritual que en ese momento estaba lista para darse entre los samaritanos y que deba ser mayor para cuando llegase el Pentecosts (v. 30).

El calendario solar otoal corriente de 360 das

Los antiguos no tenan un punto fijo como un ao antes de Cristo y un ao despus de Cristo. Pero no por eso estaban desprovistos de otras referencias estables y fijas para contar los aos. En sus referencias ms cortas, solan contar los aos teniendo como punto de partida el comienzo del reinado de los reyes extranjeros y de Israel mismo. Tambin parecen haber llevado una computacin fija en aos solares corrientes de 360 das ms 30 adicionales al concluir el perodo de 6 aos en un ao sabtico, segn ya vimos. El reloj de sol que tenan y que marcaba la diferencia en la sombra (2 Rey 20:11) no les dio, se ve, como para medir en forma exacta 365 das y fraccin. En el caso del calendario solar corriente de 360 das deban ajustarlo de nuevo en el otoo de la cosecha que segua al ao sabtico. Eso les permitira referirse en forma equivalente al segundo o tercer ao, o quinto, etc., en referencia al ao sabtico (vase Lev 25:9-10,20-22; 2 Rey 19:29).Algunas referencias fijas de mayor extensin que las que se daban en un perodo corto y regular de siete aos, o en el perodo de determinado rey, las encontramos en ocasiones muy especiales en relacin con pocas anteriores a las del reinado. Se las arreglaron, por ejemplo, de alguna manera para contar 480 aos desde la salida de Egipto hasta el comienzo de la edificacin del templo de Salomn (1 Rey 6:1). Anteriormente, Moiss registr los cuatrocientos aos de cautividad de Israel que Dios haba anticipado a Abraham varios siglos antes (Gn 15:13,16; Ex 12:40-41). Y entre la inauguracin del templo de Salomn y su destruccin se sumaron, segn la profeca retrospectiva de Ezequiel, 390 aos (Eze 4:4-5). Los otros cuarenta aos parecen haberse referido al tiempo de reinado de Salomn cuya responsabilidad en la apostasa de Israel y su destruccin posterior fue mayor (Eze 4:6; vase A. R. Treiyer, The Day of Atonement and the Heavenly Judgment, cap 6). 70 aos de abandono de Tiro y de Jerusaln formaron parte de las profecas de Isaas (23:15-18) y de Jeremas (2 Crn 36:21; Jer 25:11; 29:10).Para computar otras profecas ms extensas Dios le dio a Daniel como referencia un calendario fijo de 360 das con 12 meses regulares de 30 das cada uno (Dan 7:25; 12:7; Apoc 11:2-5; 12:6,14; 13:5). Cmo habrn hecho para coordinar el calendario solar corriente de 360 das con la luna y el sol? Eso puede ser materia de discusin. Aqu sugerimos algunas pautas que podrn servir, a la hora de tener que explicarle la cronologa bblica y proftica a alguien que est confundido porque no sabe qu hacer con esas cifras profticas que dan al ao un valor de 360 das, ante un calendario lunisolar como era el de los israelitas (354 das y fraccin), y ante el ao solar astronmico y determinado cientficamente de 365 das y 5 hs. por el que se iban a regir las cosechas.Ya en la poca del rey Acaz llevaban la cuenta, segn se ve, del movimiento del sol con un reloj que meda el recorrido de la sombra durante los das (2 Rey 20:11). Por Daniel y Juan sabemos que el ao solar vigente (o corriente entre los judos) duraba 360 das. Si iban a querer ajustar esos 360 das al ao solar astronmico dentro del perodo de 6 aos, les iban a faltar 31 das y fraccin. Cul ao elegir para agregarle un mes ms? Indudablemente el ao sabtico, luego de concluida la sexta cosecha, ms definidamente en relacin con el mes lunar de Adar (el doce), antes del comienzo de la sptima cosecha que en ese ao no tena lugar porque era el ao sabtico (no se sembraba ni se cosechaba). La profeca de los 1290 das de Daniel parece confirmar ese agregado de un mes adicional, porque es paralela a la de tres aos y medio que deban comenzar en el otoo y desembocar en la primavera, segn ya vimos (Dan 12:11).Calendario solar corriente

Por O entindase Otoo. Por CAS entindase Comienzo Ao Sabtico. Por FAS Fin Ao Sabtico.

360 I O 360 II O 360 III O 360 IV O 360 V O 360 VI CAS 390 VII FASEl ao sabtico revolucionaba el ciclo de la cosecha no slo durante el sptimo ao, sino tambin durante todo el octavo ao de tal manera que slo en el comienzo del noveno ao se dispona en pleno de la primera cosecha del nuevo ciclo (Lev 25:20-22). Por tal razn, era ms apropiado reajustar el ao solar vigente o corriente de 360 das en esa poca. Esto es lo que sugiere la profeca de Daniel cuando menciona un perodo de 3 aos y medio de 390 das, es decir, con un mes adicional (tres otoos ms un cuarto invierno alargado por un mes adicional). Esos tres aos y medio deban corresponder a la segunda mitad del ciclo sabtico de siete aos.En la poca de los reyes, los aos de reinado los computaban hacindolos partir, como veremos ms tarde, en el comienzo del otoo del calendario lunar que caa en el sptimo mes. Para qu serva, entonces, ese calendario solar corriente de 360 das rgidos? Para referencia adicional que pudiera ayudarles en cmputos que requeran cifras ms estables ya sea para los negocios o para poder computabilizar mejor ciertos hechos histricos (sin necesidad de tener que sacar tantas cuentas). As como a la hora de computar profticamente los tiempos indicados por el Seor se requeran cifras fijas y estables para evitar la especulacin y caer en la anarqua interpretativa, as tambin para otros menesteres tales cifras les permitiran a los antiguos contabilizar o regularizar mejor ciertas actividades anuales.

La mitad o el nmero 3

Daniel anticipa en su profeca un perodo de tres aos y medio de un calendario solar ms un mes intercalario adicional. Esto significa la mitad de una semana de aos, que puede explicarse fcilmente por un comienzo otoal con un mes bisiesto en la cuarta primavera. Llama la atencin que el Pentateuco asigna al nmero 3 tambin un valor significativo. As como Dios puso en la mente del pueblo la nocin de un sptimo da, de un sptimo mes, de un sptimo ao, de un sptimo ao sabtico (el 49 50 del jubileo: Lev 25), lo que reforz con tantas prescripciones de sacrificios que incluan siete corderos, amn de siete fiestas anuales festejadas en siete meses (Lev 23; Nm 28-29); as tambin, aunque con menos nfasis, involucr el nmero tres (la mitad) en ciertas actividades.Hay pruebas bblicas de un nfasis tambin en la mitad, esto es, en el nmero 3? S, las hay, y bien definidas. Tal vez inconcientemente heredamos el mismo principio al tener los cultos de mitad de semana, los martes o mircoles, para buscar al Seor en un punto intermedio tambin.

a) La purificacin del impuro. En Nm 19:12, por ejemplo, se requiere que el impuro se purifique al tercer y sptimo das de la semana de purificacin (vase v. 11). De no purificarse en el tercer da tampoco quedara limpio en el sptimo. En otras palabras, no alcanzaba con purificarse en el sptimo da. Se requera el ajuste en ambos perodos, al tercer y al sptimo das.

b) En las fiestas israelitas. Tambin en las fiestas judas el Seor requera que al tercer mes se celebrase la fiesta de las semanas o primicias del trigo (49 50, de all Pentecosts: Ex 23:16a; 34:22a-b; Lev 23:15-22; Nm 28:26-31; Deut 16:9-12,16-17), y en el sptimo mes de otoo la fiesta de los tabernculos o cabaas, concluyendo el calendario de cosecha (Ex 23:16b; 34:22c; Lev 23:34-43; Nm 29:12-38; Deut 16:13-17). Vemos as que otra vez, en el tercer mes, deba participarse de una fiesta de primicias de la cosecha del ao que no se completara hasta llegar la fiesta de las cabaas en el sptimo mes. As tambin, al concluir tres inviernos y luego al final de otros tres inviernos (en el sexto invierno que caa en la mitad del ao sabtico), se recompona el calendario solar vigente con el astronmico tambin.

c) El ao del diezmo u ofrenda especial. Esto no es todo. Al cabo del tercer ao Dios haba ordenado un diezmo adicional especial que no era el diezmo regular ni un segundo diezmo que solan dar como ofrenda, sino otro que tena en cuenta a los que no tenan herencia como los levitas y huspedes extranjeros, as como a las viudas, a los hurfanos y a los pobres (Deut 14:28-29; 26:12). Se lo llamaba el ao del diezmo porque los israelitas deban dar un diezmo especial, tal vez en gratitud a Dios por darles un mes ms de vida en ese ao (Deut 14:28-29; 26:12). Para todo aquel que para esa poca poda estar al borde de sucumbir bajo una deuda y llegar al punto de tener que venderse a s mismo hasta el ao sabtico, esta era una medida anticipada que Dios requera para evitar tal medida extrema.As como nuestro cuerpo fue hecho an antes de la entrada del pecado con tantos recursos para hacer frente a la tremenda emergencia que iba a darse con sus secuelas de enfermedad y muerte, evitando que sucumbisemos antes de la cuenta; as tambin vemos el mismo principio divino en relacin con la vida social, de ayudar a evitar lo peor a la mitad de la semana. An as, iban a contar en el ao sabtico con una liberacin no slo de deudas, sino tambin de la esclavitud en el caso en que la bendicin del tercer ao no hubiera sido suficiente.Llama la atencin que el ao sabtico, al completarse los siguientes tres aos, iba a tener en cuenta tambin a los pobres y esclavos, con una liberacin mayor (Deut 15); y el ao del jubileo luego de siete aos sabticos seguidos, con una liberacin completa mediante la devolucin de la herencia que hubiesen perdido durante ese perodo jubilatorio (Lev 25). El tercer ao era, as, la medida ms pequea que anticipaba la liberacin ms grande del ao sabtico, el que a su vez anticipaba la liberacin final cuando no slo se obtena la libertad, sino tambin la herencia. As, vemos de nuevo que el segundo tercer ao caa en el ao sabtico cuando deban dejarse los productos del campo para los pobres, de una manera ms completa que lo que se lo haba hecho en el primer tercero segn Deut 26:12-13.Por qu elegir el ao sabtico como referencia bsica de regulacin?

Porque en esa direccin apuntaban las leyes que dict el Seor a su pueblo. Fue con el propsito de recomponer no slo el deterioro de la sociedad en el tiempo de intervalo, sino tambin la desproporcin de los diferentes calendarios, que se dio la ley del ao sabtico y del jubileo. Durante los aos sabticos los israelitas deban comer lo que encontrasen para cada da sin almacenar lo que la tierra diese de por s (Lev 25:5-7). A su pueblo en un mundo turbulento en donde tendra que vagar como extranjero y peregrino (Lev 25:23; Heb 11:13), Jess tambin le refiri la necesidad de depender de Dios da a da, confiando en que as como Dios alimenta a los pjaros que ni plantan ni siegan, tambin cuidar de sus hijos como en la antiguedad lo haca tambin en cada ao sabtico cuando, como los pjaros, su pueblo tampoco plantaba ni segaba (Mat 6:25-34).

La ley del ao sabtico y del jubileo

Consideremos ahora ms de cerca la manera en que la ley levtica se refiere al calendario del ao sabtico. Ha habido mucha confusin con respecto a la fecha indicada para el ao sabtico y de jubileo en Lev 25:9-10, y en los v. 20-22. Eso se v an en muchas Biblias comentadas, entre ellas la Catlica de Jerusaln. La exgesis moderna ha concluido, sin embargo, que los tres aos referidos en esos pasajes son, traducidos a nuestro cmputo moderno, el 6/7/8 y el 48/49/50. La sexta cosecha iba a dar para comer durante todo el ao sabtico (el sptimo), hasta que viniese la cosecha del octavo ao en primavera (el primero del nuevo ciclo) y en verano (Lev 25:20-22). Siendo que en el otoo de ese octavo (o primer) ao comenzaba el noveno (o segundo ao), y era en ese momento que se completaba la recoleccin de los frutos (en especial de las vides), la sexta recoleccin de frutos iba a alcanzar para mantenerse hasta que llegase la recoleccin final de ese octavo/noveno ao (la cosecha terminaba en el sptimo mes que iniciaba el noveno ao, unos das despus de completarse el octavo ao en el sexto mes: Lev 23:39).

Otra posibilidad es que el 49 fuese tambin el 50, si el 50 lo computamos desde el punto de partida del ao, no desde su cumplimiento. A esta segunda manera de computar se la conoce hoy como cmputo inclusivo. [Hoy un nio cumple un ao despus de haberlo vivido. El cmputo inclusivo comenzara a computarle ese ao desde el momento en que naci. Pero, cmo haramos, en ese caso, con la explicacin de Lev 25:21-22? La nica alternativa para una posibilidad tal sera que el profeta estuviese yuctaponiendo un calendario lunar de primavera con el que comenzaba en otoo. Si esta fue la intencin del escritor bblico, el octavo ao sera el de la siembra que segua al sptimo ao sabtico, y el noveno una referencia al calendario de primavera que iniciaba la cosecha con las primicias de la cebada, en este caso, la primera despus del ao sabtico (Lev 25:21-22). En este contexto, el pasaje de Lev 25:9-10 implicara que el ao 49 y el ao 50 se yuctapondran en la mitad. Mientras que el ao 49 sera completo, de otoo a otoo; el ao 50 tendra que ver con la quincuagsima primavera de un calendario lunar.Los 1290 das y el ao sabticoBajo este enfoque que tiene tanto soporte bblico y astronmico en su favor, los 1290 das de la profeca de Daniel deban concluir en la mitad de un ao sabtico. Qu implicaciones implcitas tendra este hecho? Que en 1798, cuando la autoridad poltica del gran impostor romano que en el ao 508 impuso la abominacin o idolatra detestable del papado en medio de la iglesia (Dan 12:11; cf. 8:11; 2 Tes 2:3-4), se consumara una liberacin como la que se daba de los deudores y de los esclavos en cada ao sabtico (Ex 21:2; Deut 15).El ao sabtico comenzaba seis meses antes del segundo Adar o dcimotercer mes, fecha en que deban concluir los 1290 das en su proyeccin simblica. As tambin, la liberacin que trajo la Biblia mediante el protestantismo comenz a mediados del S. XVI, tres siglos antes del golpe decisivo de 1798 que produjo la liberacin secular. Por eso anticip Jess que ese tiempo proftico de gran tribulacin para el pueblo de Dios (1260 y 1290 aos) sera acortado (Mat 24:21-22). As como durante el ao sabtico el pueblo de Dios deba dirigirse al santuario de Jerusaln (en su cumplimiento ahora al santuario celestial de la Nueva Jerusaln, en un acercamiento espiritual de fe: Ef 2:6,18; Heb 12:22-24; Apoc 11:1-2), para leer la Biblia en plena libertad y reposo espiritual (Deut 31:9-13), as tambin una liberacin equivalente a la que se di en los tiempos evanglicos tendra lugar en relacin con la poca del tiempo del fin (Dan 7:25; 12:4,7,9).[La liberacin de los esclavos negros en los EE.UU. y otros lugares del mundo no seran sino un reflejo de la verdadera liberacin producida por la Palabra de Dios. La esclavitud racial fue introducida por Espaa luego que los sacerdotes telogos de Valladolid en el S. XVI, llegasen a la conclusin que el indgena era un ser humano y, por tanto, cristianizable. Para la labor de esclavitud que los nuevos propietarios de grandes extensiones de tierra en el Nuevo Mundo necesitaban, decidieron entonces traer negros del Africa que estaban, segn el criterio de entonces, en un nivel inferior. No debemos olvidar que el papado hered de la antigua Roma la trata de esclavos, y mantuvo la esclavitud durante la mayor parte de la Edad Media].Los cuarenta y dos meses y los mil doscientos sesenta das designan el mismo plazo, o sea el tiempo durante el cual la iglesia de Cristo iba a sufrir bajo la opresin de Roma... La persecucin contra la iglesia no continu durante todos los 1260 aos. Dios, usando de misericordia con su pueblo, acort el tiempo de tan horribles pruebas... (Mat 24:22). Debido a la influencia de los acontecimientos relacionados con la Reforma, las persecuciones cesaron antes del ao 1798 (CS, 309-310; vase tambin 351).Valindose Roma de la ambicin de los reyes y de las clases dominantes, haba ejercido su influencia para sujetar al pueblo en la esclavitud, pues comprenda que de ese modo el estado se debilitara y ella podra dominar completamente gobiernos y sbditos. Por su previsora poltica advirti que para esclavizar eficazmente a los hombres necesitaba subyugar sus almas y que el medio ms seguro para evitar que escapasen de su dominio era convertirlos en seres impropios para la libertad... Despojado el pueblo de la Biblia y sin ms enseanzas que la del fanatismo y la del egosmo, qued sumido en la ignorancia y en la supersticin y tan degradado por los vicios que resultaba incapaz de gobernarse por s solo (CS, 324-325).El espritu de libertad acompaaba a la Biblia. Doquiera se le recibiese, el evangelio despertaba la inteligencia de los hombres. Estos empezaban por arrojar las cadenas que por tanto tiempo los haban tenido sujetos a la ignorancia, al vicio y a la supersticin. Empezaban a pensar y a obrar como hombres (CS, 320). Dios haba permitido que viniesen pruebas sobre su pueblo con el fin de habilitarlo para la realizacin de los planes misericordiosos que l tena preparados para ellos. La iglesia haba sido humillada para ser despus ensalzada. Dios iba a manifesar su poder en ella e iba a dar al mundo otra prueba de que l no abandona a los que en l confan. El haba predominado sobre los acontecimientos para conseguir que la ira de Satans y la conspiracin de los malvados redundasen para su gloria y llevaran a su pueblo a un lugar seguro. La persecucin y el destierro abrieron el camino de la libertad (CS, 335).El Evangelio hubiera dado a Francia la solucin de estos problemas polticos y sociales que frustraron los propsitos de su clero, de su rey y de sus gobernantes... Los ricos no tenan quien los reprendiera por la opresin con que trataban a los pobres, y a stos nadie los aliviaba de su degradacin y servidumbre... La carga del sostenimiento de la iglesia y del estado pesaba sobre los hombros de las clases media y baja del pueblo, las cuales eran recargadas con tributos por las autoridades civiles y por el clero (CS, 322-323). La liberacin de 1793 y 1798 liberaron al pueblo de las deudas y esclavitud ejercidas durante tanto tiempo por la opresin del clero y de la nobleza (vase Deut 15:1ss).Con la liberacin protestante norteamericana por esa misma poca se estableci un principio de libertad en donde todos son iguales ante la ley, y en donde la libertad de conciencia estuvo completamente asegurada (CS, 337-8). Su principio fundamentalla libertad civil y religiosalleg a ser la piedra angular de la repblica americana de los Estados Unidos (CS, 339). La Biblia era considerada como la base de la fe, la fuente de la sabidura y la carta magna de la libertad. Sus principios se enseaban cuidadosamente en los hogares, en las escuelas y en las iglesias... (CS, 341).Seis aos microsabticos concluan en el ao macrosabtico del jubileo

Pero, no representaba acaso el ao sabtico a la ocasin en que los redimidos se encontrarn en la patria celestial, para juzgar al mundo de acuerdo con la Palabra de Dios, la Biblia? (PE, 52; vase ms citas en A. R. Treiyer, La Crisis Final en Apoc 4-5 [1998], 100-101; y ms an en Jubileo y Globalizacin. La Intencin Oculta [1999], cap 13). Por favor, no tan rpido!Los antiguos aos sabticos no producan una liberacin completa porque no restituan al esclavo sus antiguas propiedades. El esclavo liberado entonces segua hasta cierto punto dependiente, trabajando como asalariado, y en algunos casos se vea compelido a someterse de nuevo a la esclavitud (Ex 21; Deut 15). La liberacin total caa en el ao del jubileo, en el sptimo ao sabtico, cuando los esclavos recobraban, adems, la herencia que una vez les haba pertenecido. Podemos definir, de esta manera, a los primeros seis aos sabticos precedentes como microsabticos, y al sptimo del jubileo como macrosabtico porque inclua la restitucin de las antiguas propiedades que, por el deterioro social intermedio, los pobres y esclavos haban perdido (Lev 25:8ss).

El cumplimiento tipolgico o simblico del primer ao microsabtico comenz en el S. I con la primera venida de Cristo, tal como lo haba profetizado Isaas (61:1-3; Luc 4:16-22; Juan 8:31-33,36). Esa restauracin proyectaba para adelante, adems, el retorno final de los cautivos y la restauracin de su patria prometida, algo que se ajusta ms a un jubileo que a un ao sabtico intermedio (Isa 61:4ss; Rom 6:22). La liberacin y reposos tpicos del ao sabtico que nos trajo el Seor entonces fue inicial y limitada a nuestra naturaleza espiritual (2 Cor 3:17; Mat 11:28-30). Nuestras tendencias heredadas y adquiridas hacia el mal no son aniquiladas con su liberacin espiritual inicial ni suprimidas, sino puestas bajo control hasta el da de la redencin final en la que an nuestra propiedad, la nueva tierra prometida y el nuevo Edn, nos sern restituidos (Rom 7:15-8:4,21-23; Apoc 21-22). Hoy el Seor nos libra de la penalidad y poder del pecado. En el gran jubileo nos librar de la presencia misma del pecado que intenta, a travs de las naciones, someternos de nuevo a esclavitud. Ser entonces que entraremos en su reposo final (Heb 4:6-11).No hay necesidad de buscar seis momentos de liberacin intermedios en la historia del cristianismo, para que se ajusten a los seis aos sabticos que precedan al gran jubileo. Como tampoco es necesario determinar cules son las siete cabezas de Apoc 17:9, ya que Juan se interesa nicamente en la quinta, la sexta y la sptima (cuyo octavo est incluido entre los siete). As tambin la profeca de Daniel y de Juan sobre los 1260 y 1290 das nos anticipan una liberacin que se dara en torno a una nueva poca, la del tiempo del fin, producida ms que nada por un levantamiento y ensalzamiento de la Palabra de Dios (los dos testigos: Apoc 11:3,11-12).

Por tal razn, el intento actual del papado romano de suplantar el verdadero da de liberacin (Deut 5:15), an mediante el almanaque juliano-gregoriano que hace que la Pascua caiga siempre en domingo, tiene como propsito imponer un falso da de reposo (el domingo), y que honra la institucin romana como su autora. El intento papal, adems, de imponer su propio jubileo que desvirta y aparta la mirada del pueblo de Dios del verdadero jubileo que est por venir, tiene que ver con el intento final del diablo, en esta era del fin, de apoderarse de la creacin del Seor.

El ao sabtico del gran jubileo

En referencia a la Segunda Venida de Cristo, E. de White escribi: Entonces comenz el jubileo, durante el cual la tierra deba descansar. Vi al piadoso esclavo levantarse en triunfal victoria, y desligarse de las cadenas que lo ataban, mientras que su malvado dueo quedaba confuso sin saber qu hacer... (PE, 34-35,286). El gran plan de la redencin dar por resultado el completo restablecimiento del favor de Dios para el mundo. Ser restaurado todo lo que se perdi a causa del pecado. No slo el hombre, sino tambin la tierra ser redimida, para que sea la morada eterna de los obedientes. Durante 6000 aos, Satans luch por mantener la posesin de la tierra. Pero se cumplir el propsito original de Dios al crearla (PP, 335; vase Rom 8:21-23).El gran conflicto entre el bien y el mal aumentar en intensidad hasta la consumacin de los tiempos... Pero a medida que la iglesia se va a cercando a su liberacin final, Satans obrar con mayor poder... Por espacio de seis mil aos esa inteligencia maestra... no ha servido ms que para el engao y la ruina (CS, 12). Cuando la voz de Dios ponga fin al cautiverio de su pueblo... se oir un inmenso grito de victoria (CS, 711,698). Durante seis mil aos, la obra de rebelin de Satans hizo temblar la tierra. El convirti el mundo en un desierto, y destruy sus ciudades; y a sus prisioneros nunca los soltaba para que volviesen a casa. Durante seis mil aos, su prisin [la tumba] ha recibido al pueblo de Dios, y lo habra tenido cautivo para siempre, si Cristo no hubiese roto sus cadenas y libertado a los que tena presos (CS, 717-718; vase Heb 2:14-15).A esta liberacion final representada por el sptimo ao sabtico (el del jubileo), se refiri tambin el apstol Pedro cuando exhort a sus compatriotas a arrepentirse y convertirse, en vsperas de los tiempos del refrigerio de la presencia del Seor. En esa ocasin, el Dios del cielo enviar a Jesucristo, designado de antemano; a quien es necesario que el cielo retenga hasta el tiempo de la restauracin de todas las cosas, que desde la antiguedad Dios prometi por medio de sus santos profetas (Hech 3:19-21). Pero todo en su debido orden: Cristo la primicia; despus los que son de Cristo, cuando el venga. Entonces vendr el fin, y Cristo entregar el reino a Dios y Padre, cuando haya quitado todo dominio, toda autoridad y potencia. Porque l debe reinar hasta poner a todos sus enemigos bajo sus pies. Y el ltimo enemigo que ser destruido es la muerte (1 Cor 15:23-26; Apoc 20:14; 21:4).

Por qu tambin 1260?

Es claro que Daniel interpret los tres aos y medio como teniendo que ver con un dcimotercer mes en su cmputo del tiempo de opresin y blasfemia del anticristo romano (Dan 12:11). Como trasfondo este hecho nos permite percibir, como ya vimos, un ao de liberacin hacia el final de ese perodo donde la Palabra de Dios iba a tener una relevancia especial. Pero, por qu Juan se refiri siempre a 1260 das?

Una deduccin que ya sugerimos es que Dios quiso reforzar el cumplimiento de ese perodo con dos hechos de enorme trascendencia para el levantamiento del papado romano. Dos hechos significativos reforzaran el cumplimiento histrico de lo anunciado. Pero hay tambin otro propsito velado en la insistencia del Apocalipsis en 1260 das, y no en 1290 das como en Daniel. Tal vezpodemos interpretarlose esconde en ese hecho un intento de la Providencia divina de evitar que se exagere demasiado una proyeccin simblica y tipolgica a tal punto que su cumplimiento real e histrico en aos precisos quedase de lado.

En las profecas apocalpticas pueden apreciarse, de tanto en tanto, proyecciones simblicas adicionales que se esconden detrs de las cifras dadas y de sus imgenes. Por ejemplo, el nmero 666 aplicado al anticristo, podra proyectar al mismo tiempo un cuadro de imperfeccin, teniendo en cuenta que el siete representa un nmero completo (Apoc 13:17-18). La marca de la bestia, representada en ese nmero imperfecto, le sera aplicada finalmente al mundo que se sometera, de buena o mala gana a la autoridad del anticristo romano. Lamentablemente, la tendencia a buscar simbolismos adyacentes o adicionales en las profecas apocalpticas, ha llevado a algunos, inclusive adventistas, a desestimar la gematra proyectada por ese nmero y tan conocida en los das de Juan. De todos los nombres que han buscado atribuirse al anticristo predicho, uno solo responde a todas las caractersticas de la profeca que incluyen el recuento del valor de sus letras. Es VICARIVS FILII DEI, porque cumple con las caractersticas indicadas en forma definida de un poder blasfemo (Apoc 13:1; vase Juan 5:18; Mat 9:2-6: pretende perdonar pecados como el Hijo de Dios).En otras palabras, todo simbolismo adicional que se pueda apreciar como trasfondo de determinada visin, no debe ignorar la proyeccin real que, en el caso de la profeca del nmero 666, debe involucrar como punto fundamental el recuento de los nmeros de un ttulo blasfemo del anticristo. As tambin, la profeca de los 1290 das, smbolo de aos, debe vrsela en una proyeccin concreta de aos y enmarcada en hechos histricos definidos.En relacin con las profecas fechadas, hay una tendencia moderna que ha tocado tambin a algunos telogos adventistas de tendencia liberal, de negar su cumplimiento histrico definido por sus posibles vnculos con un simbolismo adyacente. Aunque no pueden encontrar ningn smbolo en el nmero dado para algunas fechas profticas como las de los 2300 das y los 1335 das, parecieran tener una fe increble en que algn da lo encontrarn. En ellos toda bsqueda histrica enmarcada en datos precisos por esos nmeros de das debe desestimarse. Usan un trasfondo simblico adicional como excusa para ignorar la verdadera proyeccin histrica de la profeca.

En este contexto, el hecho de que a travs de Juan Dios haya decidido proyectar 1260 das y no enfatizar la proyeccin de Daniel en 1290 das con un dcimotercer mes y su vnculo escondido con la liberacin que antiguamente se daba en los aos sabticos, pareciera tener como propsito el evitar que pueda ponerse tanto nfasis en ese trasfondo tipolgico escondido como para que su real cumplimiento histrico en fechas definidas quedase diludo. Un principio conductor claro para no caer en la trampa de debilitar o desvirtuar la proyeccin histrica definida por modelos o smbolos escondidos debe llevarnos, en primer lugar, a buscar comprender lo que el profeta proyect en forma definida, sus especificaciones histricas concretas y en el orden que su cumplimiento histrico confirma.En segundo lugar, si aparece en escena un marco tipolgico escondido y adicional, podemos destacarlo pero sin extremar ese marco como para obliterar o disminuir los lmites impuestos por la profeca misma. No es el marco o modelo o trasfondo tipolgico el que debe poner lmites a los detalles dados por la profeca, sino que tal trasfondo debe sujetarse y limitarse a lo proyectado por el profeta. Para los que revelasen una tendencia a ignorar la realidad histrica usando como excusa smbolos escondidos en la profeca de los 1290 das, la especificacin divina dada a Juan de 1260 das deba servir como una nota de advertencia. Es como si Dios dijera: Hay un smbolo escondido de liberacin en los 1290 das, s, pero no muevan ni quiten las especificaciones concretas de la profeca por ese hecho, porque en lugar de afirmar la fe de esa manera, podrn terminar debilitndola. El propsito de la profeca de los 1290 das es confirmar que habra una liberacin significativa a la impostura oficial papal, equiparable a la que se daba en los aos sabticos, y nada ms.Registros histricosEs lamentable que no tengamos registros histricos que nos muestren cmo los israelitas guardaron los aos sabticos antes de la primera destruccin de Jerusaln en el ao 586 AC. Los nicos registros que nos llegan son bsicamente las declaraciones de los profetas condenando el reinado por no cumplirlos (Isa 58:6ss; 2 Rey 19:29; Isa 37:30; Jer 34:8-22; Eze 7:13), y revelando el castigo divino que hara descansar la tierra por todos los aos que no le permitieron descansar conforme a lo predicho (2 Crn 36:21). Tampoco conozco ningn dato histrico preciso sobre la manera en que intercalaron los dcimotercer meses extras durante la vida del segundo templo, el de Zorobabel que ms tarde lleg a ser identificado tambin con Herodes y que fue destruido en el ao 70 DC. La manera de contar luego los meses y los aos alter la prctica antigua y original, segn puede verse en las discusiones rabnicas posteriores. Esto lo consideraremos al discutir la experiencia millerita que descubri que en 1844, el verdadero Da de la Expiacin caa el 22 de Octubre.Otro de los problemas que tenemos para comenzar a contar se da con nuestra imposibilidad para determinar el ao en que los israelitas comenzaron a contar su calendario de cosecha. Es probable que al haber entrado en la tierra prometida en la primavera, cuando comenzaba la siega y el Jordn desbordaba por el deshielo de las montaas (Jos 3:15; PP, 517), hubiesen comenzado a computar ese ao como el primero en la serie de siete. La ley levtica era clara para decir que cuando entris en la tierra que os doy, y cosechis [la cebada], traeris al sacerdote la primera gavilla, primicia del primer fruto de vuestra cosecha (Lev 23:10). Siendo que en la creacin Dios no comenz descansando, sino que el descanso se dio en el sptimo da, es lgico suponer que la primera cosecha al entrar en la tierra prometida hubiese correspondido al primer ao. Aunque los israelitas no sembraron, otros lo hicieron y ellos entraron en sus labores para la cosecha, y lo recibieron como un don de Dios.

En tal contexto histrico que marc la entrada del pueblo de Dios a la tierra prometida, es de suponer que para cuando comenzaron a celebrar la pascua en su primer mes de primavera, y a comer los panes sin levadura, hubiesen contado con una buena cantidad de das en su favor en relacin con la cosecha (Jos 5:10-12). De lo contrario hubieran podido encontrar muy pocos granos maduros para todo un pueblo recin llegado del desierto. No ignoremos que, a diferencia del ao que segua al sabtico, los israelitas no contaron para entonces con el producto superbendecido y almacenado de un sexto ao (Lev 25:20-22). [No descarto la posibilidad de que Dios hubiese hecho un milagro con la cosecha semejante al del man, y al que Jess hizo luego al alimentar a los 5000 hombres que fueron a escucharlo, con cinco panes y dos peces].En la actualidad, los clculos histricos que se hacen con respecto al calendario hebreo y los dcimotercer meses ofrecidos, se basan en los informes babilnicos y los papiros de Elefantina que documentaron la costumbre de algunos judos que vivieron en esa colonia egipcia. Aunque la manera en que lo hacan no garantiza que los judos de Jerusaln habran comenzado el ao en el mismo momento que en la Mesopotamia y en el delta del Nilo, sirve como referencia adicional til ya que todos ellos desarrollaron un calendario lunar semejante.

Lamentablemente, los judos que volvieron del cautiverio babilnico reiniciaron los aos sabticos, pero su implementacin encontr grandes obstculos porque las circunstancias y condiciones eran diferentes. Nunca se pusieron de acuerdo sobre cundo deban comenzar los aos sabticos, ni tampoco en su interpretacin de cundo habra comenzado antes del cautiverio. Al no descender la gloria de Dios sobre el nuevo templo ni estar en posesin de toda la tierra ni existir todas las tribus de Israel, sintieron muy probablemente que la imposicin de un ao sabtico era arbitraria. Por tal razn tampoco festejaron jubileos, con la restitucin de la propiedad inmueble al dueo original. La tierra no haba sido repartida despus del cautiverio por Dios, como lo hizo a travs de Josu, en forma ideal, por lo cual nadie senta que deba devolver ninguna propiedad al primero que habra tomado posesin de la tierra al regresar del cautiverio, ni a su familia posteriormente. Para evitar tener que cancelar las deudas en el ao sabtico, los judos inventaron adams el prosbul, que consista en un documento en donde el deudor renunciaba a la liberacin de su deuda en el ao de la libertad. Tampoco cumplieron con la liberacin de los esclavos.

La septuagsima semana

Algunos han querido sugerir que en la ltima semana proftica de aos, en cuya mitad muri el Seor segn lo profetizado por Daniel (9:27), debe encontrarse una proyeccin tipolgica basada en los aos sabticos que se habra cumplido en forma literal al comenzar Jess su ministerio terrenal. Nuestro problema consiste en saber cul ao correspondera con ese ao sabtico. Si aceptamos que el punto de partida de esa semana final de aos fue el otoo del ao 27 AC cuando, como lo veremos luego en detalle, Jess fue bautizado y comenz su ministerio proftico, entonces el ao sabtico tendra que haber comenzado en el ao anterior, el 26 AC, y el siguiente ao sabtico hubiera correspondido al ao 34 AC con el que esa semana proftica llega a su fin. Esto, si queremos incluir en la ltima semana de aos un cuadro tipolgico que culmina con un ao sabtico. De ser as, el primer ao de esa ltima semana no poda ser computado como el sptimo.Poco despus de ser bautizado y haber ayunado por 40 das, Jess fue a Nazaret donde se haba criado, y declar que en ese da se haba cumplido lo prometido por Dios a travs del profeta Isaas (Luc 4:16-21). Con su venida y ministerio pblico haba llegado el ao favorable del Seor (Isa 61:1-2). Si se quiere vincular literalmente ese ao con el comienzo del ministerio de Jess, quedamos descolocados con respecto a la ltima presunta semana tipolgica, ya que cuando Jess se expres as estaba en el primer ao de esa semana final de aos. Por consiguiente, debemos descartar un simbolismo adyacente escondido adicional en el primer ao de esa semana de aos proftica si queremos hacer cuadrar la declaracin de Jess con un ao sabtico literal o, a la inversa, debemos interpretar esa declaracin de Jess como puramente simblica.Lamentablemente, las elucubraciones rabnicas posteriores no nos ayudan demasiado en la determinacin de los aos sabticos, ya que nunca estuvieron de acuerdo. Por ejemplo, el Talmud afirma que tanto para la destruccin de Jerusaln por los Babilonios como por los Romanos ms de medio milenio despus, los enemigos del pueblo de Dios escogieron el final de un ao sabtico, cuando se habran comido la mayor parte de las reservas obtenidas durante el sexto ao. De acuerdo a los datos histricos de los que dispongo (586 AC y 70 DC), no puede encontrarse una cifra divisible en siete entre esas dos destrucciones.Si la afirmacin talmdica fuese verdad, resultara obvio que para comenzar a celebrar de nuevo los aos sabticos (al menos en lo referente al abandono agrario), deban hacerlos partir luego de siete aos de haber regresado de Babilonia. Siendo que el cautiverio dur 70 aos, tal cifra debiera haber concordado con la destruccin de Babilonia. Pero, cundo correspondera que iniciasen los aos sabticos? Correspondera que tal recuento comenzase con la inauguracin del templo de Zorobabel en el ao 516 AC, aunque ni se encontr el arca ni descendi la gloria de Dios por la cual todos deban mirar hacia adelante? (Ag 2:6-9; Zac 2:5,10,12; Mal 3:1). Podra inferirse que, ms bien, tal recuento debiera darse en relacin con la orden anunciada profticamente para restaurar a Jerusaln, y la resurgiente nacin pudiese comenzar a operar oficialmente como una entidad poltico-religiosa? (Dan 9:25). Qu decir del hecho de que los repatriados judos nunca ms tuvieron rey, y no lo tendran hasta que viniese el prometido mesas y le quitasen la vida? (Dan 9:26; vase Eze 21:25-27; PR, 332).Nehemas nos cuenta, con todo, que prometieron despus de un tiempo guardar las leyes divinas, inclusive las del ao sabtico (Neh 10:31). Esto tiene que ver con un deseo que implcitamente revela cierta dificultad para cumplirlo. The Jewish Encyclopedia (605), nos informa, sin embargo, que el ao exacto de la shemittah (abandono agrario) est en disputa, y se han dado diferentes fechas. Para muchos judos, tanto el abandono agrario de la tierra como la cancelacin de las deudas despus del cautiverio babilnico, descansaban nicamente en la autoridad de los rabinos, no en la Biblia, ya que no estaban en posesin de toda la tierra. Tampoco fueron capaces de determinar cundo habran hecho comenzar el ao sabtico en la poca del primer templo (vase detalles en A. R. Treiyer, Jubileo y Globalizacin, cap 13).Del relato del evangelio de Juan se puede ver que justo antes de comenzar la primavera del ao 29 DCo a lo sumo el ao anterior (el 28) pero cuyos efectos se podan todava percibir en el siguiente aolos judos haban agregado un dcimotercer mes o segundo Adar, ya que los campos haban madurado en forma prematura para ese entonces (Juan 4:35). Esa historia de Juan nos lleva a suponer que, dos o a lo sumo tres aos ms tarde, deban tener otro dcimotercer mes agregado o segundo Adar (a la mitad de la semana final de aos de la profeca de Dan 9:27), ms definidamente, en el ao 31 DC. Esto en relacin con un calendario lunisolar fundamentado en las cosechas.Gracias a los relatos precisos de los evangelios en relacin con los das de la semana en que se dieron los hechos relativos a la Pascua y la crucifixin, hoy se puede saber astronmicamente si para esa tercer Pascua se dio un dcimotercer mes o segundo Adar. De acuerdo a la posicin de la luna y el sol (en relacin con el equinoxio de primavera), se puede determinar con bastante precisin cundo deban haber comenzado el primer mes en el ao de la crucifixin. El SDABC (V, 252), llega a la conclusin de que en el ao 31 DC, la Pascua debe haber cado el 27 de abril, algo que nicamente poda suceder con un dcimotercer mes adicional en ese ao. A una conclusin semejante llega nuestro hermano brasileo, Jurez Rodrguez de Oliveira, pero sobre la base de que la Pascua hubiese cado en ese ao en jueves, como lo confirman los Sinpticos, y no en viernes (como se lo habra deducido errneamente malinterpretando a Juan).

Estos aspectos los consideraremos en la siguiente seccin donde abordaremos los aspectos relacionados con las fechas profticas de las 70 semanas y de los 2300 aos. Concluyamos aqu que, lo ms que podra indicarnos tipolgicamente la ltima semana proftica de aos, con un sentido adyacente o escondido, es que Jess, siendo rico, dio su vida en ofrenda por el pecado, para que nosotros, siendo pobres, por su riqueza fusemos enriquecidos (2 Cor 8:9; 9:9ss). Esto estaba en consonancia con lo que deba ocurrir luego de tres aos con el diezmo u ofrenda especial para los desheredados (Deut 26:12-15). Con su muerte el Seor nos asegur una herencia incorruptible e inmarcesible que ni la polilla ni el xido podrn corromper (Mat 6:20).Otras profecas nos llevan tambin a ver en su muerte, el cumplimiento inicial del ao sabtico de liberacin que Jess mismo hizo partir ya en el primer ao de su ministerio, pero que se concret al morir sobre la cruz (Isa 60:1-2; Luc 4:16-22). Nada sugiere un cumplimiento literal que deba caer en un ao sabtico vigente en sus das.Nuevamente parecemos encontrarnos ante una decisin predeterminada por la Providencia de evitar que su pueblo especulase con la fecha de un ao sabtico que marcase el jubileo final. As como la profeca de los 1290 das-aos no deba interpretrsela como cayendo en un ao sabtico literal; tampoco la ltima semana proftica deba vrsela necesariamente en trminos literales de aos sabticos. Nuestra misin es predicar el evangelio del reino hasta que nuestro Seor vuelva, apreciando las seales que anuncian su pronto regreso, pero sin vivir bajo fechas definidas con respecto a ese evento final.

LAS 70 SEMANAS DE AOS

Cuando estudiaba alemn en la ciudad de Estrasburgo, Francia (ciudad bilingue que linda con Alemania y cuyo territorio siempre estuvo en disputa entre las dos naciones), nos hicieron leer en alemn una leyenda sobre un conejo y un puerco espn. Los dos decidieron apostar para una carrera. El premio iba a ser un cajn con botellas de cerveza. Luego de establecer el punto de partida y el punto de llegada, declararon que la carrera iba a darse 70 veces ida y vuelta. Cuando se lanz la carrera, el conejo pens que se iba a ganar fcilmente ese cajn de cerbeza. Cul no fue su sorpresa al llegar y ver que el puerco espn estaba ya all dicindole: Ich bin schon da (ya estoy ac). Decidido a ganarle el regreso corri con ms fuerza para otra vez sorprenderse con el puerco espn dicindole de nuevo: Ich bin schon da. Ms desesperadamente an fue por la segunda vuelta con el mismo resultado. Con todas sus energas volvi a emprender el regreso, y as sucesivamente hasta cumplir la septuagsima vuelta y caer muerto, sbitamente, sin poder llegar antes que el puerco espn que anticipadamente le repeta, rindose: Ich bin schon da. Entonces el puerco espn agarr la botella de cerbeza y, llamando a su esposa que estaba en el otro extremo le dijo: vamos de fiesta.El propsito fundamental de nuestro estudio es el de las 70 semanas de aos de la profeca de