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10 realidad económica 206 La crisis del modelo La crisis del modelo neoliberal en la Ar neoliberal en la Ar gentina I* gentina I* (y los efectos de la inter (y los efectos de la inter nacionalización nacionalización de los pr de los pr ocesos pr ocesos pr oductivos oductivos en la semiperiferia y la periferia) en la semiperiferia y la periferia) Análisis Enrique Arceo** * La parte II de este trabajo será publicada en un próximo número de RE. ** Abogado, Doctor en Economía de la Universidad de París. Miembro del Instituto de Estudios y Formación de la CTA. Docente de la UBA. Bajo el impacto de la apertura comercial y de la internacionali- zación de los procesos productivos, la evolución de los países periféricos es bien distinta de la que exaltan los voceros de los organismos multilaterales. Sólo sobresale un pequeño grupo de Estados, que logró crecer mediante la sistemática violación de las prescripciones de política económica de esos organismos. Si se excluye este reducido número de casos, los rasgos funda- mentales de ese grupo son la pérdida de peso relativo de los paí- ses periféricos de más altos ingresos; el derrumbe de los que ha- bían conseguido industrializarse y el retroceso de los exportado- res primarios.

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La crisis del modelo La crisis del modelo neoliberal en la Arneoliberal en la Argentina I* gentina I* (y los efectos de la inter(y los efectos de la internacionalizaciónnacionalizaciónde los prde los procesos procesos productivos oductivos en la semiperiferia y la periferia) en la semiperiferia y la periferia)

Análisis

Enr ique Arceo**

* La parte II de este trabajo será publicada en un próximo número de RE.** Abogado, Doctor en Economía de la Universidad de París. Miembro del Instituto de

Estudios y Formación de la CTA. Docente de la UBA.

Bajo el impacto de la apertura comercial y de la internacionali-zación de los procesos productivos, la evolución de los paísesperiféricos es bien distinta de la que exaltan los voceros de losorganismos multilaterales. Sólo sobresale un pequeño grupo deEstados, que logró crecer mediante la sistemática violación delas prescripciones de política económica de esos organismos. Sise excluye este reducido número de casos, los rasgos funda-mentales de ese grupo son la pérdida de peso relativo de los paí-ses periféricos de más altos ingresos; el derrumbe de los que ha-bían conseguido industrializarse y el retroceso de los exportado-res primarios.

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11La crisis del modelo neoliberal en la Argentina

La crisis del modelo de aperturaeconómica y financiera que inten-tó estructurar la dictadura militar yconsolidó el menemismo se hatraducido, desde la asunción delnuevo gobierno, en un intento dereversión de los rasgos políticos einstitucionales más grotescos dela década del noventa. La estrate-gia a seguir para corregir susefectos económicos y sociales hasido, en cambio, objeto de muy li-mitada discusión. Ello es resulta-do, en parte, del hecho que, sibien la resistencia de los sectorespopulares durante 2001 -que cul-mina con las movilizaciones del19 y 20 de diciembre- fue decisivapara el derrumbe de la convertibi-lidad, careció del suficiente gradode organización, cohesión y auto-nomía para delinear e imponeruna alternativa distinta a la plan-teada en la pugna entre devalua-cionistas y dolarizadores. Terminóasí operando como palanca parael triunfo de los primeros.

La lucha entre devaluacionistasy dolarizadores era un enfrenta-miento entre dos fracciones quehabían usufructuado de la apertu-ra económica y financiera y deldesmantelamiento del Estado yque, ante la imposibilidad detransferir la totalidad de los costosde la crisis a los sectores popula-res, procuraban que la otra frac-ción asumiera los costos rema-nentes. Los rasgos esenciales delmodelo: aguda concentración delingreso y creciente exclusión so-cial; crecimiento centrado sobre elconsumo de altos ingresos y ex-

portaciones de bajo contenido tec-nológico, no eran puestos en telade juicio.

El triunfo de la fracción devalua-cionista, frecuentemente asimila-do al de los capitales productivosnacionales, ha dado lugar a unanueva articulación del bloque do-minante bajo su hegemonía. Esafracción, sin embargo, está lidera-da por conglomerados extranjerosy sectores trasnacionalizados delcapital local ligados a la exporta-ción, que participaron en la déca-da de los ‘90, mediante la fuga decapitales, en un intenso procesode transnacionalización financie-ra.

El desplazamiento de la activi-dad hacia la producción de bienesse ha sustentado sobre una gi-gantesca transferencia de ingre-sos de los asalariados al capital, yde los sectores no transables a lostransables. Y, dentro de estos últi-mos, a los más concentrados, yaque más del 70% de las exporta-ciones son realizadas por menosde cien empresas (y por muchosmenos grupos económicos, entanto gran parte de las firmas queconforman la cúpula exportadoradel país están controladas por losmismos conglomerados empresa-rios) que ejercen un poderosocontrol sobre los mercados.

La apuesta es sostener tasassignificativas de crecimiento me-diante la expansión de las expor-taciones primarias, el gasto enobra pública (factible si la renego-ciación de la deuda resulta exito-sa), la paulatina caída de la tasa

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de interés y la recuperación delcrédito. Esta vez con mayor pesode las ventas al exterior y el aña-dido de una cierta dosis de susti-tución, que permita una menorparticipación de las importacionesen la oferta global.

La acción reparadora en lo políti-co e institucional, la ruptura depactos mafiosos entre el Estado yciertos sectores empresarios y lapreservación, frente a los acree-dores externos y los organismosmultilaterales, de las condicionesmínimas necesarias para preser-var un cierto margen para el creci-miento, son el resultado de unaacción gubernamental que recogemuchas de las demandas socialesdel 20 y 21 de diciembre y que haido, sin duda, en estos planos,mucho más allá del horizonte dela fracción hegemónica. Pero esaacción, en lo económico, se man-tiene dentro del cauce impuestopor ésta. Los ingresos de los asa-lariados se mantendrían en nive-les próximos a los actuales, pues-to que se preconiza un aumentode los salarios similar al de la pro-ductividad y las mejoras en la dis-tribución del ingreso provendrán,fundamentalmente, de la disminu-ción de la desocupación, que semantendrá, ello no obstante, enniveles elevados. El objetivo cen-tral, se dice, es bregar para que laArgentina devenga un país “nor-mal” en el mundo globalizado.

El propósito del presente trabajoes abordar, en forma lo más sucin-ta posible, qué implica esa norma-

lidad a la luz de los efectos que laapertura económica y financierahan generado en la periferia. Locual permitirá, a su vez, resituaren un contexto más amplio la cri-sis argentina, atribuida por unos aldesmanejo fiscal y por otros a unainadecuada secuencia en la adop-ción de las reformas estructurales(prematura liberalización financie-ra) y a un tipo de cambio excesi-vo, fruto de la rigidez de la conver-tibilidad frente a las transformacio-nes en el contexto internacional.Se utilizarán para ello materialesprovenientes de una investigaciónmás amplia, aún en curso, de lacual nos limitaremos, en diversosaspectos, por razones de espacio,a consignar los resultados.

Premisas del modelo que seprocura consolidar

La liberalización de los flujos decapitales y mercancías impuestadesde mediados de los años ‘70se ha traducido en importantestransformaciones en la periferia yen el predominio de un nuevo pa-radigma de desarrollo sustentadosobre el crecimiento liderado porlas exportaciones. En cierto senti-do se trata de una vuelta al mode-lo de desarrollo hacia afuera do-minante hasta los años ‘30 del si-glo XX, y ello no es casual. Ambasfases presentan, en algunos as-pectos, fuertes similitudes: la li-bertad de los movimientos inter-nacionales de capital; la tendenciaal predominio del libre comercioen las relaciones centro-periferia y

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la ausencia, en buena parte de és-ta, de Estados soberanos. Esto úl-timo, como consecuencia, en laanterior fase, de la colonizaciónde gran parte de Africa y Asia y elsometimiento de los restantes paí-ses a un estatus cuasi colonial y,en la presente etapa, a las cre-cientes limitaciones a sus atribu-tos por parte de la OrganizaciónMundial del Comercio y los orga-nismos financieros multilaterales.

Una diferencia fundamental es,sin embargo, que la expansión ca-pitalista del siglo XIX y comienzosdel XX se basó sobre flujos com-plementarios de comercio (pro-ductos primarios versus manufac-turas), mientras que la actual sesustenta sobre un comercio in-trarramas controlado, en gran me-dida, por las empresas transna-cionales. La nueva división del tra-bajo, al realizarse dentro del sec-tor manufacturero, dejó de ladobuena parte de los argumentosque sostuvieron en la periferia laspolíticas de industrializaciónorientadas hacia el mercado inter-no: deterioro de los términos delintercambio, incapacidad del sec-tor exportador para generar em-pleo suficiente e incorporar tecno-logía, etc. Es más, este hecho seha transformado en un poderosoelemento de crítica hacia las polí-ticas mercadointernistas.

La especialización industrial con-forme con las ventajas comparati-vas, según se afirma, exige engeneral menos capital por obreroque las actividades sustitutivas deimportaciones más complejas. A

la vez, permite un mayor creci-miento del empleo, especialmentedel no calificado, lo cual posibilitareducir más rápidamente la pobre-za y aumenta la igualdad en ladistribución del ingreso. Se impo-ne así una visión nuevamente li-neal del desarrollo. Los países in-dustrializados, si se deja actuar li-bremente al mercado, fijan la sen-da que recorre el resto de los paí-ses.

También se sostiene que, a me-dida que el capital se torna másabundante en un país periférico yla mano de obra no calificada rela-tivamente más escasa, la produc-ción se desplaza espontáneamen-te hacia actividades más comple-jas, que exigen mayores nivelesde calificación y posibilitan retribu-ciones más elevadas. En la mis-ma línea, se asegura que la movi-lidad del capital hacia los paísesdonde es más escaso posibilitaque este proceso se realice enlapsos históricos relativamentebreves, llevando a la convergen-cia en los niveles de ingresos en-tre el centro y la periferia.

Aceptadas estas premisas, lasanteriores conceptualizacionessobre el subdesarrollo pierden vi-gencia. Éste era caracterizado, encuanto a su causa estructural, porla ausencia de un sistema indus-trial integrado, susceptible de in-corporar las tecnologías másavanzadas y desarrollar otrasnuevas. Tal carencia resultaba dela inserción de la periferia en unadivisión del trabajo asimétrica,donde quedaba limitada a la ex-

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portación de alimentos y materiasprimas, en virtud de la supremacíaindustrial del centro.

En estas condiciones el centrogenera nuevas necesidades ynuevas formas de satisfacerlas através de su sistema industrial. Yfija, en virtud de su ciclo producti-vo, la demanda dirigida a la perife-ria. Su monopolio de la capacidadde innovación le permite, además,sustituir las materias primas o ali-mentos importados, a medida quesu propio sistema industrial ad-quiere la capacidad de producirsustitutos a un costo menor. Estosfactores condicionan la elasticidadingreso de los distintos tipos deproducciones que se intercambianen el mercado mundial y determi-nan un persistente deterioro delos términos del intercambio delos países periféricos.

La dinámica del sector exporta-dor puede, asimismo, resultar in-suficiente para absorber la totali-dad de la mano de obra. Y tiendea reducirse a medida que el recur-so sobre el que se basa pasa aser plenamente explotado. Mien-tras, el desplazamiento a activida-des industriales es dificultado porla supremacía industrial del cen-tro, puesto que en la mayoría delas actividades, en sus fases ini-ciales, los bajos salarios y los cos-tos de transporte no bastan paracompensar las diferencias de pro-ductividad resultantes de las eco-nomías internas y externas gene-rados por el pleno desarrollo delsistema industrial en el centro.

Este diagnóstico implicaba unapolítica precisa: protección de laindustria hasta la conformación deun sistema suficientemente desa-rrollado como para que sus pro-ductos accedan al mercado mun-dial. Esta caracterización es ahoraimpugnada. El capital transnacio-nal, se dice, está actualmente encondiciones de desarrollar de ma-nera directa, o a través de contra-tos y subcontratos, las distintas fa-ses del proceso productivo allídonde sus costos son menores,gracias a la caída en el costo deltransporte, de las comunicacionesy del procesamiento de datos.

El nivel de esos costos está de-terminado por el nivel de salarios,así como también por la disponibi-lidad de infraestructura, el gradode calificación de la mano deobra, el precio del transporte a losgrandes mercados de consumo,etc. Pero un conjunto de trabas alcrecimiento industrial han desapa-recido.

La gran empresa transnacionalincorpora la tecnología más avan-zada en el marco de una red glo-bal, lo cual elimina el problema dela industria infantil y de las dese-conomías externas, o de buenaparte de ellas; las capacidadestecnológicas se diseminan rápida-mente y tiende a conformarse, através del comercio, un único sis-tema industrial.

Los segmentos menos intensi-vos en trabajo calificado y capitalde cada proceso productivo tien-den a desplazarse a la periferia, y

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el intercambio tiene lugar crecien-temente en el interior de las diver-sas ramas industriales, cuyossegmentos se hallan radicados enlos más diversos tipos de países.Las producciones que se radicanen la periferia cambian, por otraparte, rápidamente de localiza-ción. La producción se desplazahacia países de menores salariosy se incorporan actividades máscomplejas, a medida que los sala-rios de los países que realizanuna determinada producción seelevan como consecuencia delaumento de la productividad posi-bilitado por el desarrollo de nue-vas capacidades industriales porparte de la mano de obra.

Finalmente, dado el rápido creci-miento de las exportaciones y laentrada de capitales, desapareceel estrangulamiento externo queen la época del crecimiento indus-trial orientado hacia el mercado in-terno se derivaba de la necesidadde importar bienes intermedios yde capital. También se supera eldeterioro de los términos del inter-cambio, que, en caso de haberexistido estaba originado, se afir-ma, por la escasa elasticidad in-greso característica de los alimen-tos y las materias primas natura-les.

Aceptadas estas premisas el de-bate sobre las políticas para ace-lerar el desarrollo de la periferiagira en torno de:

· si los países industrializadosaplican honestamente las re-glas del juego referidas al librecambio;

· el tipo de política estatal quepuede favorecer una entradamás importante de capitales ex-ternos;

· la necesidad o no de aplicar po-líticas económicas activas paraorientar el crecimiento;

· las políticas sociales más ade-cuadas para la contención delos efectos del aumento de ladesocupación y la pobreza, quepueden sobrevenir como con-secuencia de que la aperturaeconómica, la desregulación dela economía y el desmantela-miento de las actividades asu-midas por el Estado en la ante-rior fase no sólo crean empleos,sino que también, “en un co-mienzo”, los destruyen.

La nueva fase de desarrollodel capitalismo en la peri-feria

Este conjunto de premisas debeser analizado cuidadosamente.Constituye el sustento, a menudoimplícito, de la visión dominante.No cabe duda de que, en efecto,se asiste a una nueva fase de ex-pansión del mercado mundial ca-pitalista. Las relaciones capitalis-tas de producción se han extendi-do a los países que conformabanel bloque soviético; ganan rápida-mente terreno en China; tiene lu-gar, en la mayoría de la periferia,un rápido proceso de destrucciónde las formas de producción pre-capitalistas en el agro; economíasque ejercían un fuerte control es-tatal sobre los flujos de capital y

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mercancías, como la India, se in-corporan plenamente al mercadomundial. La significación de estoresulta evidente si se tiene encuenta que la suma de la pobla-ción de los ex países socialistas,de China y la India representa el44 % de la humanidad.

Esta nueva fase de expansión secaracterizaría, conforme con suspanegiristas, por el hecho de quelos factores antes descriptos hanincrementado las desigualdadesdentro de cada país y entre paí-ses, pero ha producido una mejo-ría en la distribución internacionaldel ingreso1. Ello se compruebacomparando, en distintos momen-tos del tiempo, la suma del pro-ducto bruto interno de los paísesperiféricos a paridad de poder decompra, dividido por la correspon-diente población, con el ingresoper cápita del centro, calculado dela misma forma. Las cifras quearroja este procedimiento puedenobservarse, para el período 1975-2000, en el cuadro 3 (renglón pe-riferia total).

Hay, por lo tanto, se afirma, “con-vergencia en los niveles de ingre-so” -hecho siempre esperado porla teoría económica convencionaly reiteradamente desmentido porla historia-, así como un aumentoen la igualdad global. Es esta últi-ma una afirmación azarosa. Una

aproximación en los ingresos percápita del centro y de la periferiano indica necesariamente unamayor igualdad en los ingresos dela población mundial, si se aceptaque la desigualdad dentro de lospaíses ha aumentado. Ello depen-derá de cómo evolucionó la desi-gualdad del ingreso en el interiorde los países que integran el cen-tro y la periferia. Los escasos da-tos disponibles indican que hubo,si se considera este factor, un in-cremento de la desigualdad.

Un estudio que distribuyó la po-blación mundial en deciles de in-gresos, sobre la base de datos delas encuestas de hogares, verificóun significativo aumento del GINIentre 1986 y 19932. Pero además,es erróneo analizar aisladamentelos distintos aspectos del procesode cambio estructural por el queatraviesa la economía mundial. Elincremento de la desigualdaddentro de los países y el desarro-llo desigual en el seno de la peri-feria (que es el origen de los dis-tintos resultados de la mediciónde la desigualdad con el centro,según se considere el productoper cápita de la periferia como uni-dad, o el producto por habitantede los países que la integran), sonefectos íntimamente interrelacio-nados que no pueden ser consi-derados separadamente, tal comohace la visión dominante.

1 Ver, por ejemplo, Ghose, Ajit K (2003), Jobs and Incomes in a Globalizing World, ILO,International Labour Office, Geneva, paginas 24 y 25.

2 Milanovic, Branko (2002),Can we discern the effect of globalization on income distri-bution? Evidence from household surveys, World Bank Policy Research Working Pa-per 2876.

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La extensión del presente traba-jo obliga, sin embargo, a privile-giar determinados aspectos. Unade las características centrales dela actual fase es el lugar dominan-te asumido por el capital financie-ro. La consideración de este he-cho es esencial para comprenderaspectos centrales de las modali-dades que asume el proceso deacumulación en escala mundial.Otro aspecto igualmente relevan-te es el proceso de reconstituciónde la tasa de ganancia en los paí-ses centrales, los límites que en-frenta y la forma contradictoriaque impone a ese proceso la he-gemonía estadounidense.

Existe sobre estos temas unaamplia bibliografía, por lo cual seha privilegiado el análisis de losefectos sobre la periferia de laapertura económica y la interna-cionalización de los procesos pro-ductivos. Se trata de aspectosque, junto con los anteriores, defi-nen las características de la actualfase de desarrollo del capitalismo,pero que remiten específicamentea las nuevas modalidades queasume la división social del traba-jo en escala mundial y a su impac-to sobre los distintos tipos de for-maciones económico-sociales. Locual resulta importante para preci-sar el lugar que ocupa en ella laArgentina y evaluar la pertinenciade las premisas sobre las que sesustenta la visión dominante.

Para efectuar este análisis nosapoyamos sobre una base con-

feccionada a partir de datos delBanco Mundial. Todos los paísespara los cuales se contaban conlos datos requeridos para los pe-ríodos 1975-2000 o 1990-2000han sido clasificados en centraleso periféricos. Dentro de la periferiase ha distinguido una semiperife-ria, compuesta por el conjunto depaíses que tenían en 1975, a pari-dad de poder de compra, un pro-ducto per cápita dos veces y me-dio superior al del conjunto de laperiferia. En el período 1990-00se incorporan a la semiperiferialos países que la integraban enese año y que no formaban partede la base en 1975, ya que el ob-jetivo es seguir un grupo establede países a lo largo del tiempo afin de observar su trayectoria. To-dos los países periféricos han sidodistribuidos en cuatro categoríasexcluyentes entre sí: industrializa-dos, exportadores de manufactu-ras, exportadores de minerales opetróleo y primarios3.

Se trata de una clasificación queagrupa a los países periféricos bá-sicamente en función de su tipode inserción en la división mundialdel trabajo. La excepción son lospaíses industrializados, entre losque se encuentra la Argentina. És-tos son países con un peso signi-ficativo, en 1990, de la industriamanufacturera en el PBI, y cuyasexportaciones no están integra-das mayoritariamente por manu-facturas, sino, en general, por pro-ductos primarios. La clasificación

3 Los criterios adoptados se incluyen en el Anexo.

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rescata esta discordancia por serimportante a los fines analíticos,como se verá.

Los países exportadores de ma-nufacturas o los de petróleo y mi-nerales pueden en cambio teneruna participación de la industriamanufacturera en el PBI mayor omenor a la existente en los paísesindustrializados; el supuesto esque su dinámica está básicamen-te determinada por su tipo de in-serción en la economía mundial.Los países exportadores prima-rios, en cambio, sólo son tales sila participación de la industria ma-nufacturera en el PBI es menorque en los industrializados.

Este agrupamiento de los paísesno excluye, por supuesto, la exis-tencia de significativas diferenciasdentro de cada uno de los grupos.La base de datos consta, para elperíodo 1975-00, de 108 países, ypara el período 1990-00 de 147países. La amplitud de una y otradepende de la disponibilidad dedatos del producto a paridad depoder de compra. La ampliaciónde la base para los años 90 refle-ja, sin embargo, no sólo un incre-mento de los datos referidos alPBI calculado en términos de pari-dad de poder de compra, sino

también, en buena medida, unaexpansión real del mercado mun-dial capitalista.

Cuando la exposición separadade los datos no aporte esclareci-mientos relevantes, y para ahorrarespacio, se utilizará una fase fu-sionada en que las referencias apartir de 1990, inclusive, son lascorrespondientes a la base am-pliada.

El análisis de la evolución de losdistintos tipos de países periféri-cos se realiza tomando como indi-cador los cambios de su participa-ción en el PBI mundial (a estosefectos se considera el mundo co-mo el total de la muestra), y los desu ingreso per cápita en relacióncon el centro.

Estos cambios se miden: 1) enprimer lugar, en volumen. Es de-cir, en cantidades físicas de bie-nes y servicios evaluadas a pre-cios idénticos en todos los paísesy constantes en el tiempo4; luego,2) en términos de los precios decada país, llevados a una monedacomún mediante la aplicación dela tasa de cambio de mercado decada moneda con el dólar. Esta úl-tima medición indica, cuando seexpresa en términos per cápita, lacapacidad de apropiación de los

4 El PBI está tomado a precios nacionales constantes de 1995 y ha sido llevado a dó-lares constantes utilizando la tasa de cambio de cada moneda con el dólar en ese año.Luego se ha aplicado el coeficiente que lleva esa tasa de cambio a paridad de poderde compra. El PBI de cada país aparece así calculado en dólares de 1995. Y a pre-cios mundiales, pues el mencionado coeficiente define una tasa de cambio que per-mite comprar en cualquier país, con una determinada cantidad de moneda local, lamisma cantidad de bienes que en Nueva York. El conjunto de los datos proviene delos indicadores económicos del Banco Mundial.

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recursos económicos mundialesde que disponen los habitantes decada país5, mientras que la prime-ra señala la cantidad de bienes yservicios disponible por habitanteen el ámbito nacional.

Ambas mediciones arrojan resul-tados marcadamente distintos, yaque la tasa de cambio de mercadoequipara los precios de los pro-ductos transables, es decir, queson objeto de comercio internacio-

nal. Pero el precio de los servicioses más reducido en los países pe-riféricos que en los centrales. Ra-zón por la cual el nivel general deprecios, a la tasa de mercado, esmás elevado en los países centra-les que en los periféricos6. Por lotanto, el producto de estos últimoses mayor cuando se lo calcula aparidad de poder de compra.

5 Arrighi, Giovanni (1997), A ilusao do desenvolvimiento, Editora Vozes, 2da. edición,Petrópolis, página 163.

6 Bela Balassa (1964, The purchasing power parity doctrine. A reappraisal, Journal ofPolitical economy, december) hizo la demostración de ello bajo supuestos neoclási-cos. La tasa de cambio equipara los precios de los productos transables, en cuya pro-ducción son más productivos los países desarrollados. La mayor productividad en elsector transable determina salarios más altos. Y como en una economía nacional tien-de a prevalecer un único nivel de salarios, esto provoca un aumento en el precio re-lativo de los servicios, cuya productividad tiende a crecer mucho menos, mientras lossalarios crecen más que la productividad. En los países periféricos la productividad ylos salarios en el sector transable son menores que en los países desarrollados. Porlo tanto los servicios, que tienen una productividad tan reducida como en los paísescentrales, tienen un precio relativo menor que en éstos y por consiguiente también esmás reducido el nivel general de precios. La tasa de cambio de mercado, que equipa-ra los precios en el sector transable, subvalúa, en consecuencia, la cantidad de bie-nes y servicios producidos en los países periféricos. Se puede llegar a una conclusiónsimilar partiendo de un modelo de raíz marxista del tipo desarrollado por Shaikh, don-de los salarios están determinados no por la productividad del trabajo, sino por el ni-vel de subsistencia propio de cada país y la evolución que impone a éste la lucha declases. El supuesto del modelo es la existencia de movilidad internacional del capitaly la igualación de la tasa de ganancia. En esas condiciones los términos en que serealiza el intercambio dependen de los costos unitarios relativos en trabajo de los pro-ductos transables y la tasa de cambio de largo plazo está fijada por los mismo. En elpaís desarrollado el nivel de salarios es resultado de las luchas del proletariado en elsector transable, y el rápido aumento de la productividad posibilita la obtención deconquistas económicas. Ese nivel de salarios sirve de referencia para las luchas delos restantes sectores, donde el aumento de la productividad es menor y el éxito deestas luchas determina la elevación del precio relativo de los servicios. En la periferia,en cambio, la presencia de una amplio sector precapitalista en el agro y de numero-sos contingentes subocupados en el sector servicios frena o modera notablemente laelevación de los salarios industriales y su traslado al sector no transable. Por lo cuallos precios relativos de éste aumentan lentamente y pueden, incluso, mantenerseconstantes.

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Cambios en la participaciónen el volumen de la pro-ducción mundial

a) Una “convergencia” sus-tentada sobre la caída enla tasa de crecimiento delcentro

Hechas estas observaciones secomprueba que el conjunto de lospaíses periféricos ha experimen-tado tasas de crecimiento más al-tas que las del centro (cuadro Nº1).

La caída en la participación delcentro presenta un ritmo regularhasta 1990; se triplica en el quin-quenio 90/95, donde coinciden larecesión en el centro con el augede los flujos de capital hacia la pe-riferia en su conjunto; y continúaen 1995/00, a una tasa 50% supe-rior a la 1975-90 (cuadro Nº 2).

Los datos absolutos de “mundo”sobre la base de los cuales se ob-tienen los porcentajes se calcu-laron, al igual que el total de cadauno de los agrupamientos, su-mando el producto de los paísesque lo integran. La diferencia en el

crecimiento del producto entrecentro y periferia ha sido , por otraparte, más elevada que la diferen-cia entre las tasas de crecimientode la población, de manera que hahabido una aproximación en losproductos per cápita en volumen.El producto per cápita del total dela periferia era, en 1975, el 10,5%del producto per cápita de los paí-ses centrales y en 2000 ascendíaal 12,8% (cuadro Nº 3).

La “convergencia” en los produc-tos per cápita evaluados a paridadde poder de compra resulta, sinembargo, básicamente, de la no-toria caída en el crecimiento delcentro. La tasa de crecimiento delproducto per cápita, a precios de1995, entre 1960 y 1973, de lospaíses de altos ingreso de la OC-DE, fue del 4,2% anual y la de lospaíses de medianos y bajos ingre-sos del 3,2% anual7.

La “convergencia” no se explica,por lo tanto, por una aceleraciónen el crecimiento de los paísesperiféricos. La tasa de expansiónde éstos en la base restringida fueparticularmente elevada durantela década de los ‘90, como conse-

Cuadro Nº 1. Tasa anual acumulativa de crecimiento del producto per cápi-ta. Base restringida y base ampliada (en %)

Base ampliada Base restringida75/80 80/90 90/00 75/00 90/00

Mundo 1,9 1,6 2,0 1,8 1,6Centro 2,6 2,3 1,8 2,2 1,8Total periferia 2,7 2,2 3,8 2,9 2,4

7 World Bank, Economic indicators.

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21La crisis del modelo neoliberal en la Argentina

cuencia de una excepcionalafluencia de flujos de capitales ex-ternos, que disminuye radical-mente a partir de la crisis asiáticade 1997. Pero a partir de 1990,cuando se incorporan al mercadomundial capitalista los países exsocialistas, así como una cantidadde países periféricos para los cua-les se carecía de datos, la tasa decrecimiento cae por debajo de ladel quinquenio 1975-80, que ya esun 16% más reducida que la delperíodo 1960-73.

b) La contracción de la se-miperiferia

La expansión de la periferia estu-vo además acompañada de mar-cadas transformaciones estructu-rales, sobre todo en relación conel peso y composición de la semi-periferia, las que interesa analizarcon cierto detalle, pues a ella per-tenece, al menos hasta 2000, laArgentina. Los datos muestranuna acentuada caída de la partici-pación de la semiperiferia dentro

Cuadro Nº 2. Participación en el PIB mundial, evaluado en dólares con-stantes de 1995 y coeficiente de conversión a PPP del mismo

Base restringida Variación anual Base ampliada Variación anual en la participa- en la participa-ción, 1975-00 ción 1975-00

1975 1980 1990 2000 1990 2000Mundo 100 100 100 100 100 100Centro 72,2 70,7 67,9 61,4 -0,6% 61,6 58,2 -0,6%Semiperiferia 13,3 13,7 11,7 11,4 -0,6% 17,1 14,2 -1,9%Industrializada 3,0 2,9 2,1 2,0 -1,6% 7,8 4,9 -4,6%Exp. de manuf. 7,2 8,1 7,4 7,3 0,0% 7,3 7,2 -0,1%Excepto Hong Kong y Singapur 7,0 7,7 6,9 6,7 -0,2% 6,8 6,7 -0,2%Hong Kong y Singapur 0,3 0,4 0,5 0,6 3,5% 0,5 0,6 2,4%Mineros 2,6 2,3 1,9 1,8 -1,4% 1,8 1,8 0,0%Primarios 0,5 0,5 0,3 0,3 -1,6% 0,3 0,3 0,9%Periferia 14,5 15,6 20,3 27,2 2,5% 21,3 27,7 2,6%Industrializada 2,1 2,2 2,0 2,0 -0,2% 3,5 2,6 -3,2%Exp. de manuf. 9,7 10,2 14,9 21,8 3,3% 14,3 21,4 4,2%Exc. China, CoreaMalasia y Tailandia 5,0 5,0 6,1 7,1 1,5% 6,3 7,5 1,9%China, Corea,Malasia y Tailandia 4,7 5,3 8,8 14,7 4,7% 8,0 13,9 5,7%Mineros 0,8 0,8 0,7 0,6 -0,7% 0,7 0,7 -1,0%Primarios 2,0 2,3 2,6 2,7 1,2% 2,8 3,0 0,7%Exc. Indonesia 1,2 1,4 1,3 1,4 0,4% 1,6 1,7 0,3%Indonesia 0,8 1,0 1,3 1,4 2,3% 1,2 1,3 1,2%Total periferia 27,8 29,3 32,1 38,6 1,3% 38,4 41,8 0,9%Total periferia exc.China, Hong KongSingapur, CoreaMalasia, Tailandia eIndonesia 22,0 22,8 21,4 21,9 0,0% 28,8 26,0 -1,0%

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22 realidad económica 206

de la periferia total. Su participa-ción en el producto total de la pe-riferia desciende del 48% en 1975al 30% en el año 2000. En la baseampliada pasa del 37 al 28% enapenas diez años.

La caída de la participación de lasemiperiferia en la base restringi-da es particularmente significativaen la década del ‘80; en este pe-ríodo se suman los efectos de lacrisis de la deuda, que afectó so-

bre todo a los países que la inte-gran, con la caída del precio delpetróleo desde 1986. Pero el des-censo se ha reanudado en la se-gunda mitad de los años ‘90. Al in-corporarse en 1990 nuevos paí-ses a la base, la semiperiferia au-menta su participación respectode la muestra restringida, en un22%. Pero a partir de ese añocontinúa el proceso de contrac-ción relativa.

Cuadro Nº 3. Peoducto per cápita a paridad de poder de compra y dólaresconstantes de 1995, del total de la periferia, semiperiferia y periferia y de losdistintos tipos de países como porcentaje del producto per cápita de los paí-ses centrales

Base restringida Variación anual Base ampliada Variación anual brecha 75-00 brecha 90-00-

1975 1980 1990 2000 1990 2000Mundo 29,6 28,6 26,5 27,1 -0,4% 26,4 26,0 -0,2%Centro 100 100 100 100 100 100Semiperiferia 38,2 36,8 27,7 27,2 -1,3% 31,7 26,5 -1,8%Industrializada 57,6 52,6 34,1 33,1 -2,2% 40,7 27,7 -3,8%Exp. de manuf. 31,8 33,5 27,9 27,8 -0,5% 27,9 27,4 -0,2%Excepto Hong Kong y Singapur 31,6 33,0 26,8 26,3 -0,7% 26,9 26,0 -0,3%Hong Kong y Singapur 39,2 51,6 66,9 77,3 2,8% 66,9 77,3 1,5%Mineros 48,9 38,9 25,1 23,4 -2,9% 25,1 23,4 -0,7%Primarios 30,3 26,3 16,3 16,4 -2,4% 16,0 16,5 0,3%Periferia 6,3 6,5 7,6 10,2 2,0% 8,1 10,1 2,3%Industrializada 18,6 18,7 14,8 13,8 -1,2% 18,3 13,2 -3,2%Exp. de manuf. 5,3 5,4 7,3 10,9 2,9% 7,5 11,1 4,0%Exc. China, CoreaMalasia y Tailandia 6,1 5,7 6,2 7,1 0,6% 6,8 7,7 1,2%China, Corea,Malasia y Tailandia 4,7 5,2 8,2 14,7 4,6% 8,2 14,7 5,9%Mineros 9,0 8,8 6,3 5,0 -2,3% 6,6 5,1 -2,4%Primarios 6,8 7,3 7,2 7,2 0,2% 6,4 6,2 -0,3%Exc. Indonesia 7,4 7,6 6,3 5,9 -0,9% 5,4 5,0 -0,9%Indonesia 6,0 6,9 8,5 9,1 1,7% 8,5 9,1 0.7%Total periferia 10,5 10,5 10,4 12,5 0,7% 12,1 12,8 0,6%Total periferia exc.China, Hong KongSingapur, CoreaMalasia, Tailandia eIndonesia 14,5 14,0 11,5 11,4 -0.9% 13,7 12,2 -1,2%

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23La crisis del modelo neoliberal en la Argentina

La magnitud de esta caída (queno se refleja enteramente en labase, pues los ex países socialis-tas se incorporan recién en 1990,cuando ya su producto ha experi-mentado una fuerte reducción),queda en evidencia si se observala diferencia de la participación dela semiperiferia respecto de lamuestra restringida: era de 22%en 1990 y desciende a 3,5% en elaño 2000.

El producto per cápita de la se-miperiferia en relación con el delcentro experimenta una constantedisminución, si bien la misma hasido particularmente acentuadadurante la primera mitad de los ‘80(crisis de la deuda) y de los ‘90(desplome de los países ex socia-listas). Cayó, entre 1975 y el año2000, si se fusionan las bases,31% respecto al centro y 41% res-pecto al total de la periferia. Lasconsecuencias de este procesopueden apreciarse si se cambia ladefinición de la semiperiferia y seincluye en ella sólo a los paísesque en cada año tienen un pro-ducto per cápita dos veces y me-dia superior al del total de la peri-feria.

La semiperiferia reduce su parti-cipación en el total de la periferia,en la base restringida, del 48 al124% (cuadro Nº 4). El númerode países que la integran se redu-ce de 21 a 13 y cae su dimensiónmedia. Respecto de 1975 quedanexcluidos 10 países, entre los quese encuentran algunos de dimen-siones importantes, como Brasil,México, Sudáfrica, Irán y Turquía.En cambio apenas se incorporandos, sólo uno de los cuales, Co-rea, tiene relevancia económica(el otro es la isla de Malta).

Los países de ingreso per cápitaintermedio entre el centro y la pe-riferia se reducen en número y re-levancia demográfica. Simultá-neamente la desigualdad en el se-no de la semiperiferia disminuye(el coeficiente de Gini, tomando elproducto per cápita de los paísesde la semiperiferia, baja en la ba-se restringida de 0,32 a 0,24). Pe-ro ocurre lo contrario con la perife-ria total (el Gini sube de 0,48 en1975 a 0,52 en 2000), lo cual de-nota, como se había señalado, unincremento de la desigualdad enlos productos per cápita de la pe-riferia cuando se considera a los

Cuadro Nº 4. Participación en el PIB mundial del centro, la periferia y lasemiperiferia a dólares de 1995 y tasa de conversión a PPP de 1995. Baserestringida. Semiperiferia correspondiente a cada uno de los años

1975 1980 1985 1990 1995 2000Mundo 100 100 100 100 100 100Centro 72,20 70,66 69,21 67,94 63,33 61,39N. Semiperiferia 13,28 11,58 11,38 7,79 6,14 4,64Periferia 14,51 17,77 19,41 24,28 30,53 33,96

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24 realidad económica 206

países en vez de la periferia en suconjunto.

En términos de porcentaje de lapoblación mundial la semiperiferiapasa del 10,3 al 2,6. Si se toma lamuestra ampliada los resultadosson aún más acentuados. La par-ticipación de la semiperiferia en lapoblación mundial era en 1990 del7% (5,6% en la muestra restringi-da) y cae al 2,5%. Sobrevienenademás fuertes cambios en el tipode países que integran la semipe-riferia. En 1975 los países indus-trializados representaban el 14 %del total de países; los paraísosfiscales o turísticos un porcentajeidéntico; los mineros el 19%; losprimarios (sólo uno) el 5%; y losexportadores de manufacturas el48%.

En 2000, en la muestra restringi-da, que no presenta al respectodiferencias importantes con la am-pliada8, los países industrializadosson el 7% (Argentina ocupa el últi-mo puesto y seguramente desa-parecerá de la lista cuando se pu-bliquen los datos correspondien-tes a 2002) al igual que los paísesexportadores de petróleo o mine-rales; desaparecen los países pri-marios; los paraísos fiscales o tu-rísticos aumentan su participación(aunque no su número) al 23%; ylos exportadores de manufacturassuben al 62%.

La tendencia en el seno de la pe-riferia es a la formación de una re-ducida cúpula conformada por

países exportadores de manufac-turas y paraísos fiscales o turísti-cos. Cabe subrayar sin embargoel hecho de que entre los ochopaíses exportadores de manufac-turas que pertenecen a la semipe-riferia, tres forman parte del espa-cio de integración europeo (Chi-pre, Malta y Hungría), dos son ciu-dades estado (Hong Kong y Sin-gapur) y uno, Nueva Caledonia,es una pequeña isla de Oceaníacon algo más de 200.000 habitan-tes, que posee el 25% de las re-servas mundiales de níquel y fuer-tes flujos turísticos. Esto reduceen la práctica la presencia de paí-ses exportadores de manufactu-ras en la cúpula a Corea y proba-blemente Taiwán, no incluido en lamuestra por falta de datos.

c) El crecimiento diferencialde los distintos tipos depaíses en la semiperiferiay la periferia

El análisis de la evolución de losdistintos tipos de países terminade precisar los cambios. En el ca-so de los países exportadores demanufacturas y de los primarioslos cálculos se realizan con todoslos países que integran la catego-ría y luego, excluidos algunos delos países más dinámicos. Estosúltimos países representan alre-dedor del 35% del total de la po-blación de la periferia. Se trata deuna proporción considerable, peroel tratamiento diferencial se justifi-

8 Ingresa otro paraíso turístico, Antigua y Barbuda y dos exportadores de manufacturasde pequeñas dimensiones, la República Eslovaca y Macao, China.

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25La crisis del modelo neoliberal en la Argentina

ca en la medida que son paísesde un mismo tipo (en el año 2000)y de una misma área geográfica.Además, por su alta tasa de creci-miento ejercen una poderosa in-fluencia sobre los resultados,mientras que interesa aquí resca-tar -pues es lo relevante para laevaluación del contexto interna-cional que enfrenta la Argentina-la situación que experimenta lagran mayoría de los países perifé-ricos.

El primer aspecto a subrayar esque todos los tipos de países de lasemiperiferia han experimentadouna evolución de su participaciónen el PBI mundial más desfavora-ble que el mismo tipo de paísesen la periferia. La apertura econó-mica y la internacionalización delos procesos productivos ha pues-to en competencia a todos los pro-ductores de un mismo bien, pena-lizando a aquellos países con ni-veles de ingresos y salarios máselevados, los cuales han tenidouna menor tasa de crecimiento.

Cabe señalar, sin embargo, quela suerte de la semiperiferia y elcentro, afectados ambos por esteproceso, no ha sido similar, sobretodo si se tiene en cuenta la evo-

lución durante los 90 de los paísesque integran la base ampliada. Elcentro ha experimentado un pro-ceso de desindustrialización, peroretiene el núcleo de las industriasmás dinámicas y en otras se haespecializado en la gama de pro-ductos más complejos o sofistica-dos. Mientras, en buena parte dela semiperiferia se ha producido,junto con la reducción de las ba-rreras aduaneras, un doble proce-so de erosión industrial. En las ac-tividades más intensivas en traba-jo no calificado, por la competen-cia de nuevos productores de laperiferia, y en las más complejas,como resultado del incremento dela competencia de los países cen-trales y de los nuevos núcleos in-dustriales, que se desarrollan enun grupo muy reducido de paísesde la misma semiperiferia.

Un segundo aspecto es el de-rrumbe de los países industrializa-dos, fundamentalmente en la se-miperiferia, pero también en la pe-riferia9. Este grupo de países era,en uno y otro agrupamiento, el demás elevados ingresos per cápita.Y experimenta no sólo la mayorcaída en la participación en el PBImundial y el mayor aumento de la

9 La semiperiferia industrializada está conformada por la Argentina, Costa Rica, Sudáfri-ca, la Federación Rusa, Georgia, los países bálticos y la República Eslovaca. Entre losperiféricos hay cinco países latinoamericanos: Chile, Colombia, Uruguay, Ecuador y ElSalvador; un país asiático: Filipinas; cuatro países africanos: Costa de Marfil (uno delos más grandes productores mundiales de café, cocoa y aceite de palma), Zambia(productor de cobre), Zimbawe (pequeño país exportador de caña de azúcar, oro yamianto) y Swaziland (una virtual dependencia de Sudáfrica, con minas de diamantesy cobre y una industria fundamentalmente procesadora de alimentos); un país deOceanía: Papúa Nueva Guinea; y seis países anteriormente socialistas: Albania, Arme-nia, Bulgaria, Kazakhstan, Moldova y Ucrania.

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26 realidad económica 206

brecha de ingreso respecto de lospaíses centrales, sino también, ensu porción semiperiférica, una sig-nificativa caída en su producto percápita (en 1975, en la base res-tringida, era de 10.352 dólares de1995; en el 2000, en la base am-pliada, sólo alcanza a 8.499 dóla-res).

Son, en general, países con ri-cos recursos naturales que sirvie-ron de base para el desarrollo desu sector exportador y donde lasventajas relativas (su mayor pro-ductividad y rentabilidad) tendie-ron a bloquear un desarrollo in-dustrial relativamente complejo.Éste sólo pudo alcanzarse al abri-go de barreras protectoras y estu-vo acompañado de un aumentomás o menos vigoroso, según lasetapas y los países, de la produc-tividad. Tal aumento se reflejó, almenos parcialmente, en mayoresingresos para el conjunto de la po-blación, aunque resultaran parti-cularmente favorecidos los seg-mentos más calificados de la cla-se obrera y las nuevas capas me-dias.

En otros casos son países quese desconectaron en gran medidadel mercado mundial, en el marcode economías planificadas quedesarrollaron su propio sistemade precios relativos. La aperturade las economías de estos paí-ses, que se realiza entre la segun-da parte de la década del ‘70 y co-mienzos de la de los ‘90, tiene co-mo efecto fundamental que los sa-larios y un bloque importante de

actividades -que eran compatiblescon el funcionamiento de la ley delvalor en nivel nacional- son pues-tos en crisis por la irrupción de laley internacional del valor (es de-cir de los precios de produccióndominantes en el mercado mun-dial).

Las actividades tecnológicamen-te más complejas y más intensi-vas en el uso de trabajo calificado,aquellas en las cuales las desven-tajas de costos respecto de lospaíses centrales son mayores, nopueden, a los precios internacio-nales y los salarios reales vigen-tes (o los resultantes de los suce-sivos recortes aplicados), obtenerla tasa media de ganancia impe-rante en nivel mundial, y desapa-recen.

Otro bloque de industrias esamenazado en su existencia y eldescenso en la producción de és-te y la desaparición del anteriorbajo el avance de las importacio-nes, no puede ser compensado,en muchos casos, por el creci-miento de las exportaciones tradi-cionales, ni por el desarrollo denuevas exportaciones de origenindustrial. Éstas ven impedido sucrecimiento, con frecuencia, por li-mitaciones de escala y de diseño,carencia de redes adecuadas decomercialización y financiación yuna aguda lucha competitiva enun mercado mundial, donde todoslos países pretenden simultánea-mente expandir su participación.

Pero el obstáculo fundamentales el mismo proceso de desindus-

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27La crisis del modelo neoliberal en la Argentina

trialización experimentado, duran-te el cual desaparecieron las acti-vidades más complejas, que porser producidas en los países conmayor avance industrial, habríanadmitido salarios relativamenteelevados en caso de mejora de laproductividad. Las que restantienden, en gran parte, a competircon productos provenientes de laperiferia y dependen en buenamedida, para su expansión, de re-ducciones suplementarias de loscostos salariales. El resultado esun incremento de la desocupa-ción, una caída de la producción y,en muchos casos, una reprimari-zación de la economía. Lo cual daorigen a fuertes desequilibrios ex-ternos, sucesivas devaluaciones yuna significativa fuga de los capi-tales locales al exterior. No es ca-sual que pertenezcan a este gru-po Rusia, Ecuador, la Argentina y,hasta los 80, México, actores de

relevancia en episodios de crisispor la deuda externa.

Los datos utilizados para clasifi-car a los países como industriali-zados corresponden, como se haindicado, a 1990. Diez años des-pués, si se considera el total delos veintisiete países que integranla muestra ampliada en tal carác-ter, sólo seis (22%) tienen unaparticipación de la industria manu-facturera en el valor agregado su-perior al 20%10. Trece países handevenido primarios11; nueve sehan transformado en exportado-res de manufacturas12; dos conti-núan siendo países industrializa-dos13; otros dos son países indus-trializados que no se pueden cla-sificar adecuadamente por care-cerse de datos sobre la composi-ción de sus exportaciones14; y otroes un país en principio primario,del cual se carece también de da-tos15.

10 Armenia, Lituania, la República Eslovaca, Filipinas, Swazilandia y Ukrania.11 Argentina, Estonia, Federación Rusa, Chile, Colombia, Costa de Marfil, Ecuador, Ka-

zakhstan, Moldovia, Papúa Nueva Guinea, Uruguay, Zambia y Zimbawe. 12 Belarus, Costa Rica, Latvia, Lituania, República Eslovaca, Sudáfrica, Albania, Bulga-

ria y Filipinas. 13 Armenia y El Salvador.14 Swazilandia y Ucrania.15 Georgia.

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28 realidad económica 206

Anexo

Centro comprende la totalidad de los países de Europa, excepto Tur-quía, Malta y Chipre y los ex países socialistas; Estados Unidos, Cana-dá, Japón, Australia y Nueva Zelandia. Esta definición incluye entre lospaíses centrales a algunos, como Grecia, Portugal o España, relativa-mente atrasados. Pero se privilegió que, a través de su integración enla Europa de los 15, han devenido espacios regionales sometidos a unadinámica de conjunto

Semiperiferia abarca a los países que tienen dos veces y media el in-greso per capita, evaluado en poder de compra, del conjunto de los paí-ses no centrales que integran la muestra.

Se consideran industrializados los países donde, en 1990 o el año máspróximo para el cual se dispusiera de datos, el valor agregado por la in-dustria manufacturera supera el 20% del PBI; o en los que, a falta deese dato, el valor agregado por la industria supera el 30% del PBI; sitampoco se dispone de ese dato se requiere que el empleo en la indus-tria supere el 25% del empleo total.

Exportadores de manufacturas son aquellos en que, en 1990, más del50% de las exportaciones provienen de la industria manufacturera, cual-quiera sea la participación de la industria manufacturera en el PBI.

Exportadores de petróleo o minerales son aquellos donde estos pro-ductos representan más del 70% de las exportaciones en 1990, cual-quiera sea la participación de la industria manufacturera en el PBI.

Primarios son los países que no entran en las tres categorías previase incluyen, por lo tanto, a los paraísos fiscales y/o turísticos, que paraalgunos efectos serán distinguidos de los restantes.

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70

La crisis del modelo La crisis del modelo neoliberal en la Arneoliberal en la Argentina II* gentina II* (y los efectos de la inter(y los efectos de la internacionalizaciónnacionalizaciónde los prde los procesos procesos productivos oductivos en la semiperiferia y la periferia) en la semiperiferia y la periferia)

Análisis

Enr ique Arceo**

* La parte I de este trabajo se publicó en el número anterior de RE. La numeración delos cuadros es correlativa con los de la parte I.

** Abogado, Doctor en Economía de la Universidad de París. Miembro del Instituto deEstudios y Formación de la CTA. Docente de la UBA.

Las circunstancias excepcionales que permitieron el desar-rollo de un reducido grupo de países periféricos sonirrepetibles, sobre todo en América latina. En ese marco, lasuerte esperable para un país periférico normal es la quepadece la mayoría de las naciones de este grupo. O peor si,como en el caso de la Argentina, es un ex integrante de lasemiperiferia industrializada devenido país periférico pri-mario.

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71La crisis del modelo neoliberal en la Argentina

Los países exportadores de ma-nufacturas son países con esca-sos recursos naturales y limitadodesarrollo industrial que, en las úl-timas décadas, basaron su creci-miento sobre las exportaciones in-dustriales1 o países, a menudocon abundante recursos natura-les, donde un proceso de indus-trialización crecientemente com-plejo permitió el progresivo au-mento de la participación de lasexportaciones industriales2.

Podría pensarse que el panora-ma es totalmente distinto en estegrupo de países, puesto que laapertura comercial, la internacio-nalización de los procesos pro-ductivos y el crecimiento de las in-versiones directas se tradujeronen un rápido incremento de la par-ticipación de las exportaciones deproductos manufacturados en elcomercio mundial.

Esto es, sin embargo, sólo par-cialmente cierto. La participaciónde los países semiperiféricos ex-portadores de manufacturas en elPIB mundial no varió en la baserestringida y cayó ligeramente enla ampliada, mientras aumentó enambos casos la brecha de ingresoper cápita respecto de los paísescentrales (cuadros Nº 2 y 3, pri-mera parte).

Si se excluyen del grupo a HongKong y Singapur, el desempeñonegativo se acentúa notoriamen-te. Se combinan para ello, en dis-tinta medida según los países, uncrecimiento de las exportacionesindustriales relativamente lento yla contracción de múltiples activi-dades como consecuencia de laapertura comercial.

La situación es diferente en lospaíses periféricos exportadoresde manufacturas. Estos aumenta-ron su participación en el PIBmundial en más de un 100% en labase restringida, en tanto la tasaanual de incremento en la partici-pación incluso subió en la baseampliada. A su vez, la brecha deingreso per cápita con los paísescentrales se redujo en proporcio-nes similares. El cambio en la par-ticipación se reduce sin embargoa menos de la mitad si se sustraea China, Corea, Malasia y Tailan-dia. Y la reducción de la brecha enel ingreso per cápita respecto delos países centrales disminuye, enla base restringida, del 106% al17%3.

Los países que se han diferen-ciado en la semiperiferia y la peri-feria de los restantes exportado-res de manufacturas, están rela-cionados con dos procesos de

1 Por ejemplo Bangladesh, Haití o República Dominicana2 Es el caso, en nuestro continente del Brasil o México3 Esta reducción es escasamente significativa aún teniendo en cuenta que se trata de

países que tenían, en 1975, un ingreso per cápita más alto que China, Corea, Mala-sia y Tailandia tomados en conjunto (cuadro Nº 3). Estos últimos países experimen-tan un crecimiento en la participación un 50% más elevado y una disminución de labrecha respecto del ingreso per cápita de los países centrales casi ocho veces supe-rior entre 1975 y 1990 y cinco veces más alta en el período 1990-2000.

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72 realidad económica 207

expansión distintos pero interco-nectados y que, por sus especifici-dades, son difícilmente extrapola-bles. El primero de éstos tiene co-mo eje a Corea y Taiwán; el se-gundo a China.

Corea y Taiwán han condiciona-do decisivamente el crecimientodel Sudeste asiático, donde HongKong y Singapur jugaron tradicio-nalmente el rol de centros articula-dores de los flujos comerciales yfinancieros. Sólo pueden subra-yarse aquí unas pocas de las ca-racterísticas de estos dos países,que presentan en la posguerrauna marcada similitud, por ciertono casual, con diversos rasgos delestado desarrollista japonés

a) una gran importancia estratégi-ca en la guerra fría que se tra-dujo en una ayuda masiva deEUA, la apertura del mercadode éste para sus exportaciones,la aceptación de niveles deprotección elevados para cier-tas actividades, así como de unsevero control de las inversio-nes extranjeras, incluidas lasnorteamericanas y la utilizaciónde todos los instrumentos depolítica industrial prohibidos ac-tualmente por la OrganizaciónMundial del Comercio;

b) una profunda reforma agrariaque posibilitó el rápido creci-miento de la producción agríco-la y eliminó el poder de los te-rratenientes;

c) un Estado con una estructuraadministrativa fuerte y altamen-te centralizada, fruto en Corea

de la dominación colonial japo-nesa y en Taiwán, además, dela estructura interna de poderque impone el Kuomingtan, ins-pirada, en buena medida, enprincipios leninistas;

d) una base económica estatal ex-tendida, resultado de la expro-piación de los empresas japo-nesas y que implica, aún a co-mienzos de los años noventa,que cerca de la mitad de la pro-ducción industrial esté en Tai-wán controlada por empresaspúblicas;

e) una burocracia estatal altamen-te eficiente y seleccionada enfunción de sus méritos;

f) una elevada autonomía relativadel Estado que no concita repa-ros en la burguesía puesto quela burocracia comparte con ellauna ideología nacionalista, anti-comunista y favorable a la granempresa y reprime, en un mar-co de ausencia de democracia,cualquier intento de organiza-ción de los sectores populares;

g) un proyecto hegemónico queubica el crecimiento económicoy la expansión de las exporta-ciones manufactureras por elcapital local como un factor cla-ve, en países carentes deabundantes recursos naturales,para la defensa de la autono-mía nacional y la superación delas consecuencias del colonia-lismo;

h) la manipulación por el Estadode las condiciones en que ope-

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73La crisis del modelo neoliberal en la Argentina

ra el mercado a fin de concretarel proyecto hegemónico deacuerdo con una cuidadosaplanificación estratégica y la im-posición de estrictas obligacio-nes y metas al capital.

El caso chino presenta, en mu-chos aspectos, características nodemasiado diferentes. Pero ellasson el resultado de un caminomarcadamente distinto, como esel de un régimen comunista quemantiene un firme control políticoy que evoluciona, según afirmansus dirigentes, hacia un socialis-mo de mercado. A lo cual se agre-ga que se trata de un país inmen-so que en virtud del camino reco-rrido dispone de tecnología atómi-ca y espacial.

El Sudeste asiático y China con-forman el área de más alto creci-miento de la economía mundialcapitalista e integran un bloque,Asia y Oceanía, que ha aumenta-do su participación en volumen enla economía mundial a una tasadel casi el 2% anual acumulativo.En este bloque Japón, China y elSudeste asiático están insertos enuna red de relaciones creciente-mente densas, aunque no siem-pre directas, que integran un es-pacio altamente dinámico. En élse desarrolla una división regionaldel trabajo rápidamente cambian-te, a la que se incorporan paulati-namente nuevos países de la re-gión, a medida que la elevaciónde los costos en los más exitososobliga a buscar en el exterior nue-vas fuentes de mano de obra ba-rata y disciplinada. Así, los muy

bajos salarios industriales chinosno han impedido, por ejemplo,que este país devenga uno de losmás importantes inversores enVietnam.

La evolución de los países mine-ros y primarios no merece mayo-res comentarios. En la semiperife-ria, si se toma el total del período1975-2000, su participación dismi-nuye y la brecha de su productoper cápita respecto del centro seincrementa en alrededor del 50%,con caídas en el valor absolutomuy superiores a las de los paísesindustrializados.

En la base ampliada hay, encambio, en el caso de los paísesprimarios, un ligero incremento dela participación, enteramente im-putable, por supuesto, a los reciéningresados. En especial, a algu-nos países de Europa del Este cu-yo crecimiento no está ligado conla producción primaria, sino con elaumento de sus exportaciones demanufacturas en el marco de ladivisión regional del trabajo en Eu-ropa occidental.

En la periferia se repite el retro-ceso de los países mineros y encuanto a los primarios, si se exclu-ye el caso de Indonesia -que devi-no un exportador de manufactu-ras- hay un minúsculo aumento dela participación en el productomundial, pero también un incre-mento de la brecha de ingreso percápita respecto del centro.

Finalmente, excluidos los sietepaíses, la periferia total presentauna virtual estabilidad en su parti-

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74 realidad económica 207

cipación en el PIB mundial (cua-dro Nº 2) y un incremento de labrecha de ingresos (cuadro Nº3), con un muy lento incrementode su ingreso per cápita.

La transformación de la periferiabajo el impacto de la apertura co-mercial y financiera y de la inter-nacionalización de los procesosproductivos es, en consecuencia,marcadamente distinta de la exal-tada por los voceros de los orga-nismos multilaterales. Estos ge-neralizan las cifras imputables aun grupo pequeño de estados, losmás importantes de los cuales lo-graron su crecimiento mediante lasistemática violación de las pres-cripciones de política económicade esos organismos.

Los rasgos fundamentales son,si se excluye a ese reducido nú-mero de países: 1. las bajas tasasde crecimiento; 2. la pérdida depeso relativo de la semiperiferia,es decir de los países periféricosde más altos ingresos; 3. el de-rrumbe de los países industriali-zados, en la mayoría de loscuales se contrae el peso relativode la industria manufacturera enniveles marcadamente inferioresa los que la misma continúa te-niendo en el centro; 4. el retroce-so de los países primarios y delos exportadores de petróleo o mi-nerales y 5.un moderado aumen-to de la participación de los expor-tadores de manufacturas y unatambién moderada reducción dela brecha de ingresos con el cen-tro, la que se incrementa en losdemás casos.

De las participaciones envolumen en el PIB mun-dial a las participacionesen dólares corrientes

a) La brecha creciente entrelos ingresos per cápita endólares corrientes delcentro y la periferia

El panorama brindado se ha li-mitado a examinar la evolución,en volumen, del producto total yper cápita de los distintos países,así como sus cambios relativos.En tal sentido, ese enfoque esparcial, ya que los países inter-cambian mercancías en el merca-do mundial y la evolución de susprecios está lejos de ser irrele-vante.

La tasa de cambio de mercadode cada país iguala los precios delos bienes transables evaluadosen una misma moneda (habitual-mente el dólar). Cuando se aplicaal producto bruto interno de cadapaís la tasa de cambio de merca-do de su moneda con el dólar, seobtiene el PIB del país calculadosobre la base de los precios na-cionales y expresado en dólarescorrientes. Este procedimiento daparticipaciones en el productomundial y brechas en el ingresoper cápita totalmente distintas alas examinadas hasta ahora, yque se transcriben en los cua-dros Nº 5 y Nº 6.

Las razones de las diferenciashan sido apuntadas más arriba.Pero lo significativo es que, a pa-

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75La crisis del modelo neoliberal en la Argentina

ridad de poder de compra, la par-ticipación del centro cae del 72,2al 58,2% entre 1975 y 2000. Esdecir, un 26%, mientras que a pre-cios corrientes pasa del 79,7 al78,5%, con una caída de sólo 1,5 %.

Si se divide la participación decada grupo de países en el PIBmundial a precios corrientes porsu participación, evaluado a pari-dad de poder de compra, se verifi-

ca que las diferencias se han in-crementado notoriamente (los re-sultados de esta operación, multi-plicados por cien, se transcribenen el cuadro sobre índices de va-lorización).

El nivel de precios de los paísescentrales ha aumentado alrededorde un 20% sobre el promedio delos precios del conjunto de los paí-ses, mientras que el de los paísesperiféricos ha descendido un 27%

Cuadro Nº 5. Participación en el PIB mundial calculado sobre la base de losprecios nacionales de cada país y la tasa de cambio de mercado de cadamoneda con el dólar. Dólares corrientes. Base fusionada

1975 1980 1985 1990 1995 2000Mundo 100 100 100 100 100 100Centro 79,7 79,0 79,8 79,5 79,7 78,5Semiperiferia 10,0 10,8 9,4 11,1 9,6 10,0Industrializada 1,7 1,6 1,3 4,4 2,8 2,4Exp. de manufacturas 5,6 5,8 5,0 5,3 5,5 6,0Excepto Hong-Kong y Singapur 5,3 5,4 4,6 4,8 4,7 5,2Hong-Kong y Singapur 0,3 0,4 0,5 0,5 0,8 0,8Mineros 2,4 3,1 2,9 1,3 1,0 1,3Primarios 0,4 0,3 0,2 0,2 0,2 0,2Periferia 10,3 10,2 10,7 9,4 10,6 11,5Industrializada 1,1 1,4 1,1 1,6 1,4 1,2Exp. de manufacturas 6,7 5,9 6,9 5,9 7,5 8,5Exc. China, Corea, Malasia y Tailandia 2,9 2,7 2,9 2,4 2,4 2,7China, Corea, Malasia,y Tailandia 3,8 3,2 4,1 3,5 5,1 5,7Mineros 0,9 1,2 0,9 0,5 0,3 0,4Primarios 1,5 1,7 1,8 1,4 1,5 1,4Exc.Indonesia 0,9 1,0 1,0 0,9 0,8 0,9Indonesia 0,6 0,8 0,8 0,5 0,7 0,5Total Periferia 20,3 21,0 20,2 20,5 20,3 21,5Total periferia exc. Hong-Kong, SingapurChina, Corea, Malasia, Tailandiae Indonesia 15,6 16,7 14,8 16,0 13,7 14,4

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76 realidad económica 207

respecto de su nivel de 1975(cuadro Nº 7). Este resultado esdifícilmente justificable. El produc-to del total de los países periféri-cos ha crecido, medido en paridadde poder de compra, más que elde los centrales. Y también lo hizosu producto per cápita, que reflejala productividad por habitante (3%anual, contra menos del 2%).

La productividad del sector tran-sable de estos países debió cre-cer mucho más. En estas condi-ciones tendría que haber habidouna disminución de las diferenciasen los niveles de precios, comoconsecuencia del aumento delprecio relativo de los bienes notransables en los países periféri-cos4. En vez de ello se verifica un

Cuadro Nº 6. Producto per cápita de los distintos tipos de países en porcen-taje del producto per capita del Centro. Dólares corrientes. Base fusionada

1975 1980 1985 1990 1995 2000Mundo 26.6 25.6 22.8 20.4 19.6 19.2Centro 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0Semiperiferia 26.7 27.7 17.3 16.0 13.4 13.9Industrializada 26.1 26.0 18.6 17.7 11.5 10.2Exp. de manufacturas 22.9 24.1 14.1 15.7 15.8 16.9Excepto Hong Kong y Singapur 22.3 23.2 13.1 14.6 13.9 15.0Hong Kong y Singapur 43.8 54.3 48.7 59.9 83.4 83.6Mineros 45.8 47.3 30.3 14.5 10.8 12.9Primarios 19.3 15.3 8.9 7.3 9.3 8.7Periferia 3.9 3.9 3.0 2.8 3.0 3.1Industrializada 9.2 11.2 5.8 6.3 5.3 4.6Exp. de manufacturas 3.1 2.8 2.6 2.4 2.9 3.3Exc China, Corea,Malasia y Tailandia 2.9 2.8 2.3 2.0 1.9 2.1China, Corea, Malasia y Tailandia 3.2 2.8 2.8 2.8 4.0 4.5Mineros 11.1 11.0 5.7 3.7 1.9 2.3Primarios 4.8 5.3 3.8 2.5 2.4 2.2Exc. Indonesia 5.1 4.9 4.0 2.3 1.8 2.0Indonesia 4.6 5.7 3.5 3.0 3.8 2.6Total Periferia 6.9 7.1 5.0 5.0 4.7 4.9Total periferia exc.Hong Kong, Singapur, China, Corea, Malasia, Tailandia e Indonesia 9.3 9.6 6.2 5.9 4.8 5.0

4 Bajo las hipótesis neoclásicas esto debería haber ocurrido porque los salarios del sec-tor transable tendrían que haber aumentado más en la periferia que en el centro y, por

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77La crisis del modelo neoliberal en la Argentina

incremento que supera al acumu-lado en todo la historia del capita-lismo. En 1975 los países centra-les tenían una diferencia del nivelde precios del 56%, respecto deltotal de la periferia; en 2000 as-cendía al 163%.

b) Causas y efectos del in-cremento de la brecha

Una explicación que sólo puedeenunciarse aquí, puede construir-se a partir del modelo de Shaikh5,de determinación en el largo plazode los términos del intercambio.

Según este autor, existiendo mo-vilidad del capital e igualdad de latasa de ganancia en nivel interna-cional, el precio relativo de losproductos que se intercambian enel mercado mundial depende delos costos laborales unitarios rea-

les del trabajo directo e indirectoempleado en la producción de ca-da uno de ellos (eso está asegura-do, precisamente, por la iguala-ción de la tasa de ganancia). Latasa de cambio de las monedasserá, en el largo plazo, la que po-sibilite la realización del intercam-bio de acuerdo con esos costoslaborales unitarios reales relati-vos.

Puesto que los términos del in-tercambio se determinan por laigualación internacional de las ta-sas de ganancia -que, en generalseguirán la evolución de los cos-tos laborales reales a lo largo deltiempo- no constituyen un meca-nismo de equilibrio automático delas balanzas comerciales. Es ne-cesario, para que este equilibriose alcance, que los costos labora-

consiguiente, también debería haber aumentado en ella el precio relativo de los servi-cios en mayor medida que en el centro, disminuyendo así las diferencias en los nive-les generales de precios. En el elemental modelo de raíz marxista esbozado más arri-ba (ver nota 6 de la parte I de este artículo, en el número anterior de RE) un muy rá-pido proceso de industrialización como el experimentado en muchos países periféricosdebió posibilitar una mayor organización de los sectores obreros industriales y la ob-tención de incrementos en sus salarios reales. Lo cual efectivamente ocurrió, tal co-mo se verá, en algunos países muy significativos en cuanto a su peso demográfico.Ello debería haber generado, en un contexto de muy rápido crecimiento de la deman-da urbana y de los servicios a las empresas, fuertes presiones sociales para la eleva-ción de los salarios reales en los restantes sectores mercantilizados de la economía,con el consiguiente incremento en su precio relativo. A su vez, en el centro, la compe-tencia internacional exacerbada debería (como ocurrió) aumentar la desocupación yfrenar ( o hacer descender) los salarios en el sector transable, por lo cual el procesode igualación de la tasa de ganancia entre los sectores no habría debido traducirse enun aumento significativo en el precio relativo de los bienes no transables. Pudieron, enambos casos, jugar tendencias contrarrestantes. Pero también en este contexto teó-rico resulta difícil justificar un aumento de las diferencias en los niveles de precios. Ymucho menos de la magnitud que éstas han revestido, sobre todo en relación, preci-samente, con los países periféricos que más han crecido.

5 Shaikh, Anwar, “Los tipos de cambios reales y los movimientos internacionales de ca-pital”, en Guerrero, Diego (ed) (2000) Macro economía y crisis mundial, Trotta, Madrid.

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78 realidad económica 207

les reales subyacentes (es decir,los salarios y las productividades)experimenten los ajustes necesa-rios.

Las balanzas comerciales entrelos países pueden, sin embargo,una vez alcanzado un cierto equi-librio de largo plazo, alejarse pormúltiples razones. Además de unavariación de los salarios y/o lasproductividades relativas puedeninfluir una modificación en la elas-

ticidad renta de las importaciones(que puede ser resultado, porejemplo, de una reducción de lasbarreras aduaneras); la introduc-ción en el mercado internacionalde un nuevo país con menorescostos o una distinta tasa de cre-cimiento de las economías.

Los países periféricos han sidoafectados, en el período en cues-tión, por varias de estas causas,estrechamente ligadas con el pro-

Cuadro Nº 7. Indices de valorización (o desvalorización). Participación en elPIB mundial a dólares corrientes / participación en el PBI mundial en paridadde poder de compra a dólares constantes de 1995. Base fusionada partici-pación en el PIB mundial en paridad de poder de compra a dólares constan-tes de 1995. Base fusionada

1975 1980 1985 1990 1995 2000Mundo 100 100 100 100 100 100Centro 110.4 111.8 115.3 129.1 133.5 135.0Semiperiferia 75.7 78.7 74.1 65.1 65.2 70.5Industrializada 56.4 55.7 54.8 56.1 53.8 49.9Exp. De manufacturas 77.3 71.7 64.2 72.7 75.5 83.3Excep Hong Kong y Singapur 76.0 69.9 61.6 69.9 70.1 77.9Hong Kong y Singapur 113.2 109.6 110.4 115.5 141.6 146.0Mineros 93.0 134.8 136.1 74.6 56.0 74.7Primarios 77.7 61.2 57.4 58.8 70.3 70.9Periferia 70.7 65.3 59.4 44.0 41.7 41.6Industrializada 51.4 62.9 54.6 44.5 49.2 47.1Exp. De manufacturas 69.7 57.2 54.3 41.2 39.5 39.5Exc. China,Corea, malasia y Tailandia 58.1 54.2 51.0 38.7 34.3 36.6China,Corea, Malasia y Tailandia 81.9 60.1 56.8 43.2 42.6 41.1Mineros 123.9 144.9 116.0 73.3 45.4 60.2Primarios 75.3 75.0 71.9 50.3 47.0 47.3Exc. Indonesia 75.2 71.8 73.5 53.5 47.2 54.4Indonesia 75.5 79.6 70.0 45.8 46.8 38.0Total Periferia 73.1 71.5 65.5 53.4 50.3 51.4Exc. Hong Kong, Singapur, China, Corea, Malasia, Tailandia e Indonesia 70.6 73.2 67.3 55.6 52.1 55.5

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79La crisis del modelo neoliberal en la Argentina

ceso de internacionalización delos procesos productivos.

El descenso de sus barrerasaduaneras ha sido mucho máspronunciado que el experimenta-do por los países centrales, quedesde 1948, en el marco delGATT, habían iniciado un procesode reducción de las mismas. Esedescenso, sin duda, aumentó laelasticidad renta de sus importa-ciones, tendiendo a generar undéficit comercial.

Las economías periféricas cre-cieron más rápido que las econo-mías centrales, lo cual, a igualdadde las demás condiciones, tendiótambién a aumentar ese déficit.Este proceso estuvo a su vezacompañado en la periferia de uncambio generalizado hacia unaestrategia de crecimiento apoya-da sobre las exportaciones demanufacturas. La participación delos países periféricos en las ex-portaciones mundiales de manu-facturas pasó del 12% en 1980-82al 25,9% en 1996-98. En tanto, laparticipación de las exportacionesmanufactureras en el total de susexportaciones ascendió, en elmismo período del 22,4 al 65,8%.A la vez, aparecieron nuevos pro-ductores en la gran mayoría delos rubros industriales exportadospor la periferia.

Los países que procuraban au-mentar su participación en el mer-cado mundial debían, pues, ele-var rápidamente su competitivi-dad para incrementar su penetra-ción en el mercado de los paísescentrales y no ser desplazados

por otros países periféricos. Esta-ban compelidos a ello por la evo-lución de sus importaciones, asícomo también, en la mayoría delos casos, por el aumento de lasremesas de utilidades y royaltiesligados con la extranjerización desu economía, y por la elevacióndel pago de intereses, como con-secuencia de una deuda externacreciente.

El resultado de este proceso hasido la tendencia a la devaluaciónde sus monedas. Esta devalua-ción implica una disminución delprecio relativo de los bienes notransables y el encarecimiento delos bienes de capital importados.

Pero la devaluación, por sí mis-ma, tal como lo demuestraShaikh, no mejora, en el largo pla-zo, el equilibrio comercial. Esteequilibrio sólo experimenta unamejoría en dos casos: a).si la pro-ductividad del sector exportadorse eleva en mayor medida que enel sector exportador del país delcual se importa o b) mediante unacaída en el costo real unitario co-mo consecuencia de un aumentode los salarios, en moneda local,menor al del precio de los produc-tos exportados.

Esta caída no supone, necesa-riamente, una reducción de lossalarios reales en el sector tran-sable. Puede ocurrir que su dismi-nución en términos del precio delos productos del sector transablesea compensada con un descen-so, como consecuencia de la de-valuación, en el precio relativo delos bienes no transables que en-

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80 realidad económica 207

tran en el costo de reproducciónde la fuerza de trabajo. En ese ca-so, sin embargo, habrá un deterio-ro en las condiciones de vida delos campesinos y/o en la tasa deganancia de las empresas delsector no transable y/o en el sala-rio real de sus trabajadores. Ra-zón por la cual es improbable quese produzca un proceso de ajus-te de los costos unitarios realescon mantenimiento del salario realen el sector transable salvo cuan-do el muy bajo nivel absoluto delos salarios determina una escasaincidencia de los productos tran-sables en el costo de reproduc-ción de la fuerza de trabajo.

Los distintos tipos de países pe-riféricos recurrieron en diferentemedida a devaluaciones que re-dujeron su nivel de precios res-pecto del centro y las mismas es-tuvieron ligadas con evolucionesde los salarios reales en el sectormanufacturero muy disímiles.

Los datos muestran un índice dedesvalorización mucho más ele-vado en la periferia que en la se-miperiferia.

En esta última, esto es probable-mente resultado de dos fenóme-nos distintos. Los exportadores demanufacturas altamente dinámi-cos, como Hong Kong y Singapur,no se vieron obligados a entrar enun proceso devaluatorio. En losrestantes países el fuerte compo-nente transable en el consumo,sobre todo de los estratos altos y

medios, frenó el recurso a la deva-luación a cambio del incrementoen el endeudamiento, menor cre-cimiento y, como se verá, reduc-ción de los salarios.

En la periferia puede verificarse,excepto en los países industriali-zados, un proceso devaluatoriomucho más intenso. Este abarcatanto a los países mineros o petro-leros y a los primarios -donde elfactor determinante ha sido, sinduda, la caída en los precios delos productos de exportación- co-mo a los exportadores de manu-facturas.

En éstos han jugado a pleno losfactores antes mencionados, quehan sido finalmente determinan-tes de una caída de los precios yde un deterioro en los términos delintercambio6.

La diferencia respecto de lo ocu-rrido en la semiperiferia reside enque los exportadores más dinámi-cos han sido los que más han de-valuado. Incluso en mayor medidade los que aparece en el cuadro,dado que Corea, excluida de lasemiperiferia porque no la integra-ba en 1975, ha seguido una evo-lución similar a la de Hong Kong ySingapur.

La evolución de los salarios fuetambién marcadamente distinta,incluso ante variaciones similaresdel índice de desvalorización. Enla semiperiferia, el índice de des-valorización fue reducido, pero

5. Maizels, Alfred (1996), New evidences on the North-South terms of trade. South letterNro 27.

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81La crisis del modelo neoliberal en la Argentina

hubo, salvo en los exportadoresde manufacturas, una fuerte re-ducción de salarios.

Lo mismo ocurre, aunque en me-nor medida, en los países periféri-cos exportadores de petróleo y

minerales, y en los primarios. Enmuchos de éstos, el sector manu-facturero se halla sujeto a un fuer-te proceso de reestructuración,como consecuencia de la aperturaeconómica, del incremento de la

Cuadro Nº 8.Indice de evolución de los salarios en la industria manufactur-era por tipo de país, ponderado por la participación del empleo industrial decada país

60 países Crec. 88 países Crec.1980 1990 1997 anual 1991 1997 anual

Mundo 100 114.1 135.2 1.8% 100 106.0 1.0%Centro 100 105.8 109.2 0.5% 100 105.1 0.8%Semiperiferia 100 93.2 106.0 0.3% 100 83.6 -2.9%S. Industrializada 100 75.0 75.1 -1.7% 100 54.7 -9.6%S. Exp. de manuf 100 98.5 114.5 0.8% 100 113.3 2.1%exc. Hong Kong y Singapur 100 113.2 2.1%Hong Kong y Singapur 100 115.1 2.4%

S. Exp. de petroleo y minerales 100 57.0 38.8 -5.4% 100 74.5 -4.8%S. Primaria 100 36.9 44.6 -4.6% 100 104.2 0.7%Periferia 100 120.4 149.7 2.4% 100 113.7 2.2%Periferia industrializada 100 99.6 104.3 0.2% 100 106.3 1.0%Periferia exp. de manuf. 100 122.8 151.7 2.5% 100 112.9 2.0%

Exc. China, Malasia, Corea y Tailandia 100 85.1 61.6 -2.8% 100 71.1 -5.5%

China, Malasia, Coreay Tailandia 100 131.1 176.0 3.4% 100 127.1 4.1%

Periferia exp. De petróleo y minerales 100 59.8 74.2 -1.7% 100 82.8 -3.1%Periferia Primaria 100 112.0 177.7 3.4% 100 134.4 5.1%

Periferia Primaria exc Indonesia 100 89.6 72.6 -1.9% 100 91.4 -1.5%

Indonesia 100 117.0 200.7 4.2% 100 162.3 8.4%Total periferia 100 117 144.3 2.2% 100 106.4 1.0%Total periferia, excluídos Hong Kong, Singapur, China, Corea, Malasia, Tailandia e Indonesia 100 90.1 82.9 -1.1% 100 82.6 -3.1%

Fuente: OIT, Keys Indicators of the Labour Market 2001-2002

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82 realidad económica 207

competencia externa, y de políti-cas de ajuste orientadas a la ex-pansión de exportaciones no tra-dicionales, en un contexto de caí-da internacional en el precio rela-tivo de sus productos tradiciona-les de exportación. Ello no ha ocu-rrido, en cambio, en la periferia in-dustrializada, que no sufrió tam-poco un proceso de desvaloriza-ción significativo.

En cuanto a los exportadores demanufacturas, deben distinguirsevarios procesos. Hong Kong, Sin-gapur y Corea lograron conciliarun proceso de valorización con unaumento de los salarios reales si-milar al de la productividad en elsector transable. Compiten cre-cientemente con los países cen-trales, con productos menos sofis-ticados o complejos de los que és-tos producen, o con produccionesque pasan a radicarse en el peri-feria, pero a las que no acceden lamayoría de los restantes exporta-dores de manufacturas. Constitu-yen, en estas producciones, losproductores de menores costos yno se encuentran sometidos, envirtud de ello, a fuertes presionesdevaluatorias sobre sus salarios.

Los exportadores periféricos demanufacturas más dinámicos (in-cluida Indonesia) experimentanfuertes incrementos salariales,aunque inferiores, al menos en elcaso de China, a los de la produc-tividad.

La desvalorización en este casopodría haber sido, en parte, con-secuencia de una transferencia a

los consumidores del centro deuna reducción de los costos unita-rios relativos. Ese traspaso es po-sible por un incremento de los sa-larios menor, en relación con laproductividad, que el producido enel centro. Pero la diferencia entreel crecimiento de la productividaden la industria manufacturera y lasuba de los salarios fue aún ma-yor en EUA, por ejemplo.

El mecanismo fundamental deajuste ha sido, por consiguiente,el traslado de su peso no a los tra-bajadores de la industria manu-facturera, sino a otros sectores.Sin duda, en buena parte graciasa la escasa gravitación de los bie-nes transables en la demanda.

En los restantes exportadores demanufacturas periféricos la des-valorización fue algo menor, perojugó en cambio un papel impor-tante el deterioro de los salariosreales en la lucha competitiva conlos exportadores más dinámicos.La situación es heterogénea entrelos exportadores de manufacturassemiperiféricos, que en conjuntoperdieron participación en el PIBmundial en paridad de poder decompra. El Brasil, que no ha se-guido, en buena parte del período,una política centrada sobre unaexpansión de las exportaciones acualquier precio, muestra eleva-ción en los salarios; mientras,ocurre lo contrario en México, vol-cado a las exportaciones a EUA. Asu vez, Turquía sigue, en cuanto alos salarios, una evolución similara la del Brasil.

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El saldo en cuanto a evoluciónde los salarios es, empero, claro.Tasas muy bajas de crecimientoen el centro, con caída en EUA yelevación en los países de menordesarrollo relativo de Europa (fun-damentalmente como efecto delproceso de igualación de las re-muneraciones impulsado por la in-tegración), y acentuada caída enla periferia total, si se excluyen alos exportadores de manufacturasseleccionados.

Cabe además indicar, aunque noes posible desarrollar aquí estepunto, que la desvalorización im-plica crecientes trabas para el de-sarrollo del proceso de acumula-ción por encarecimiento del costode los bienes de capital importa-dos y la consiguiente disminuciónde las posibilidades de acceso alos bienes de alta tecnología pro-ducidos en el centro.

En la medida en que la desval-orización está ligada con el des-censo de los salarios como formade incrementar la competitividadsupone también un creciente in-tercambio desigual entre centro yperiferia, es decir, la entrega decantidades crecientes de trabajopara la adquisición de los bienesproducidos en el centro.

Los exportadores periféricos demanufacturas no se encuentran almargen de ese proceso, sino en

su centro, aunque las consecuen-cias de ello no recaigan, en losmás dinámicos, sobre los trabaja-dores de la industria manufacture-ra. Este intercambio desigual re-presenta una sustracción de másdel 15% del PIB de la periferia to-tal7.

Las premisas neoliberales ala luz de los datos (o lasconsecuencias de ser unpaís periférico normal)

La actual fase del capitalismo es-tá signada en la periferia, comolas anteriores, por un desarrolloacentuadamente desigual y el in-cremento, para la mayor parte delos países, de la brecha de ingre-sos per cápita respecto del centro,sea esta medida en paridad depoder de compra o en dólares co-rrientes.

El cambio fundamental es la ad-quisición por el capital más con-centrado de la capacidad paracontrolar procesos productivos,cuyos distintos segmentos se eje-cutan en diversos puntos del pla-neta.

Esto tiene múltiples consecuen-cias. Las empresas que adquierenesta capacidad se encuentran encondiciones de desarrollar cadafragmento del proceso productivo

7 El cálculo ha sido efectuado sobre la base de datos de Kohler, Gernot y Tausch, Ar-no,(2002), Global keynesianism, unequal exchange and global exploitation, NuevaYork. La magnitud del intercambio desigual consignado difiere, sin embargo, de la cal-culada por estos autores, en razón de diferencias conceptuales en la definición del in-tercambio desigual.

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allí donde sus costos son meno-res. Esto les otorga una ventajacompetitiva decisiva y obliga a lasrestantes fracciones del capitalproductivo a fusionarse con ellas,insertarse en redes bajo su controlo desaparecer. Se asiste, en con-secuencia, a una notoria acelera-ción del proceso de concentracióny centralización del capital en ni-vel mundial y al surgimiento de unnuevo capital transnacional. Este,si bien mantiene, la mayoría delas veces, ligazones con su Esta-do de origen -al cual reclamanapoyo para su expansión- pugnapor un mercado mundial unifica-do, donde los Estados nacionalesno puedan interferir en su búsque-da del máximo beneficio.

A su vez, la capacidad del grancapital transnacional para radicarsus inversiones en el lugar másconveniente desde el punto devista de sus costos, le otorga unanueva posibilidad de negociación.En primer lugar, con los Estados,a los que obliga a desregular losmercados, disminuir los impues-tos e imponer políticas de reduc-ción de los costos laborales. Lue-go, con la clase obrera, cuyos dis-tintos segmentos nacionales sonpuestos en competencia a travésdel libre comercio y constante-mente sometidos al chantaje deun retiro de la inversión y la consi-guiente desocupación.

La producción en el mundo y pa-ra el mundo del gran capital trans-nacional determina que, a diferen-cia de lo que ocurría en econo-mías fundamentalmente centra-

das sobre el mercado interno, elsalario de “sus” trabajadores nosea, a la vez, un elemento delcosto y un componente de la de-manda. El contingente nacionalde mano de obra que emplea noconstituye, normalmente, unafracción relevante de su deman-da, y procura reducir su remune-ración en la mayor medida posiblea fin de incrementar su participa-ción en el mercado mundial.

Estos rasgos definen una fasecuya característica central es laofensiva del capital contra el tra-bajo, tanto en el centro como en laperiferia. El imperialismo clásicoimplicaba la expansión de las ex-portaciones industriales del centroy el control, por el capital de éste,de la producción de alimentos ymaterias primas en la periferia. Elincremento de las exportacionesindustriales suponía la expansiónde la ocupación en la industria delcentro, y la importación de alimen-tos y materias primas baratos po-sibilitaba una reducción en loscostos del capital y en el costo dereproducción de la mano de obra.

A su vez, los crecientes contin-gentes de obreros industriales enel centro participaban, en mayor omenor medida en las gananciasde la expansión colonial, gracias asu exitosa resistencia a la reduc-ción de los salarios nominales, locual, en condiciones de baja en elprecio de los alimentos, significa-ba un incremento del salario real.

Ahora, en cambio, el capital seencuentra en condiciones de

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apropiarse por entero de las ga-nancias derivadas de su expan-sión en nivel mundial. La caída delos salarios reales en la industriamanufacturera norteamericanarespecto de su nivel de 1974 y elestancamiento de los salarios rea-les en los países más avanzadosdel centro son una prueba de ello.

Este hecho, junto con la inser-ción subordinada de las burgue-sías industriales periféricas en lasredes de producción y/o distribu-ción del gran capital transnacio-nal, determina un cambio en lacontradicción dominante en la es-cena mundial. La oposición entrepaíses imperialistas y movimien-tos de liberación nacional integra-dos por sectores de la burguesíanacional tiende a ser sustituidapor otra: la que opone al capitalimperialista y los Estados que lesirven de apoyo con los sectorespopulares del centro y de la perife-ria. En esta última, la situación delos sectores populares tiende adeteriorarse en mucha mayor me-dida que en el centro, puesto quela apertura económica hace desa-parecer bloques enteros de la pro-ducción y el sector exportador seencuentra sometido a una ferozcompetencia y a un intercambiocrecientemente desigual.

Esta situación no hará sino acen-tuarse, pese a las afirmaciones delos panegiristas de la globaliza-ción. Es cierto que ha habido uncambio fundamental en la distribu-ción del empleo en la industriamanufacturera en el mundo, con

pérdida, por parte del centro, decasi 10 puntos en su participación.Pero el desplazamiento de la in-dustria a la periferia supone, en ni-vel mundial, una disminución en elingreso de los asalariados (traba-jadores mal pagos son reempla-zados por otros aún peor remune-rados).

Tal caída, en condiciones en queuna fracción en rápido aumentode la producción se orienta haciael mercado internacional (la pro-ducción mundial creció, en volu-men, entre 1980 y el 2001, 61%;las exportaciones totales, 169%;la producción mundial de manu-facturas, 72%; las exportacionesde manufacturas, 233%) deberíaser compensada por un consumocreciente del centro, que constitu-ye apenas el 15% de la poblaciónmundial. Y en especial, del seg-mento cada vez más reducido quedetenta altos ingresos.

Esto se traduce, inevitablemen-te, en una creciente pugna por elacceso a los mercados de los paí-ses centrales por parte de la peri-feria, un incremento del intercam-bio desigual y un deterioro aúnmayor de las condiciones socia-les. Por otra parte, es inexactoque este proceso esté acompaña-do de una rápida diseminación delas capacidades tecnológicas. Lanueva división internacional deltrabajo tiende a asemejarse, con-forme con la acertada imagen deArrighi, a la existente entre losmúsculos y el cerebro8.

8 Arrighi, Giovanni (1997).

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La transferencia de tecnologíaque realizan efectivamente lastransnacionales a la periferia que-da normalmente encapsulada enla misma empresa. Hay, sin duda,procesos de capacitación de ma-no de obra y de cuadros medios, ygeneración de economías exter-nas que pueden eventualmentefavorecer la progresiva constitu-ción de subsistemas. Pero el con-trol básico de las capacidades tec-nológicas sigue radicado en lasempresas multinacionales. En au-sencia de una capa empresariallocal (que la propia internacionali-zación de los procesos producti-vos tiende a destruir) resulta difícilque sean efectivamente apropia-das y difundidas en la economíalocal.

Incluso si esto ocurre, ello nootorga, aun dentro del subsiste-ma, la capacidad de generaciónde nuevos productos y procesos.En el mejor de los casos se ad-quiere la capacidad de inserciónen las fases menos complejas dela producción de algunos produc-tos.

Además, el progreso tecnológicotiende a interconectar las diversasesferas del conocimiento en elmarco de una creciente subordi-nación de las indagaciones cientí-ficas a las prioridades fijadas porel capital.

Esto implica que la insercióncompetitiva en las actividadesmás dinámicas no puede descan-sar en un proceso acumulativo deaprendizaje, eventualmente ayu-

dado por la familiarización con lasprácticas más avanzadas a travésde la compra de patentes y deacuerdos tecnológicos. Requiereel desarrollo de saberes ligadoscon un complejo sistema científi-co, cuya constitución en la perife-ria choca con las exigencias de lacompetitividad.

En definitiva, el pasaje de la pro-ducción de alimentos y materiasprimas para el mercado mundial ala de productos manufacturados,sin creación de sistemas indus-triales, no cambia la estructura je-rárquica de la división mundial deltrabajo, en los hechos reforzadapor el control de las empresastransnacionales sobre las cade-nas de producción y distribución.Tampoco elimina el intercambiodesigual, que no es un efecto dela naturaleza de los productos in-tercambiados, sino de las relacio-nes internacionales asimétricasde producción que articulan elmercado mundial.

Las premisas sobre las que seasienta la visión neoliberal son,pues, falsas, y el recetario que sederiva de ellas no es sino una co-dificación de las exigencias delgran capital transnacional, a cuyaaplicación se le atribuye efectosque están lejos de verificarse.

Lo comprobable es un aumentode la desigualdad en los países;bajas tasas de crecimiento; un in-cremento de la brecha de ingre-sos con el centro, para la mayoríade los países de la periferia; y unaacentuada caída en el ingreso re-

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lativo de los países periféricos demayores ingresos, en el marco deuna degradación generalizada delas condiciones sociales hacia unpiso que es extremadamente bajo.

Por supuesto puede alegarseque, pese a este panorama, exis-ten en la periferia países exitosos.Más arriba se han precisado lascircunstancias excepcionales enque se implantó el núcleo del nue-vo polo regional de desarrollo ca-pitalista. Este se mantuvo en sufase de constitución fuera del con-trol del capital transnacional y apli-có una política que se halla en lasantípodas del recetario neoliberal.

El hecho es que esas circunstan-cias son en gran medida irrepeti-bles, sobre todo en América latina.En casi todos los países de la re-gión subsiste una estructura agra-ria con una muy alta concentra-ción de la propiedad de la tierra; elEstado goza de muy escasa auto-nomía frente al bloque dominante;y el capital transnacional ostentauna fuerte presencia -en la mayo-ría de los casos decisiva- tanto enlos sectores comerciales y pro-ductivos como en el financiero.

Con el agravante de que Américalatina no constituye un riesgo es-tratégico central para los EstadosUnidos y que la nueva preceptivaimpuesta por los organismos fi-nancieros multilaterales y la Orga-nización Mundial del Comercioprohíbe prácticamente la totalidadde los instrumentos utilizados poraquel grupo de países “exitosos”para impulsar y orientar su desa-

rrollo. En los hechos se ha im-puesto una fuerte reducción delEstado y se disminuyó la protec-ción del mercado interno a nivelesridículos, en relación con la practi-cada, por ejemplo, en Corea y Tai-wán en sus años de más acelera-do crecimiento. También se verifi-ca esa relación con China, cuyosaranceles superaban hasta 1992el 40% y son aún en la actualidad-cuando es el tercer exportador alos Estados Unidos y el proveedorde Japón y Corea- un 50% máselevados que los de América lati-na y se encuentran reforzados porun sinnúmero de prácticas y nor-mas restrictivas.

La suerte esperable para un paísperiférico normal, tan ansiada porlos voceros del bloque dominanteen la Argentina, es la que padecela mayoría de los países de la pe-riferia. O peor si, como en el casode nuestro país, es un ex integran-te de la semiperiferia industrializa-da devenido país periférico prima-rio.

El problema argentino no es suexcepcionalidad (el camino queha seguido es, como se ha visto,el de la mayoría de la periferia in-dustrializada) sino, precisamente,que es un país periférico normal.Y su historia sólo será distinta sisus sectores populares lograndesplazar a un bloque hegemóni-co transnacionalizado, portadorde un futuro de decadencia, pérdi-da de autonomía y reducción delos espacios democráticos.

Este bloque dominante, por sus

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características, sólo puede impul-sar el modelo de desarrollo pro-puesto por el capital transnacionaly este modelo no es sólo produc-tivo, es también un modelo deconsumo que supone una deter-minada distribución del ingreso.Esto implica, en un país con el in-greso per cápita de la Argentina,que la mayoría de la población vi-va en la pobreza o en niveles pró-ximos a ésta para que el 1% pue-da vivir como los ricos de NuevaYork y el 20% tenga el nivel de vi-da de las capas medias nortea-mericanas. Y como la brecha deingreso se ensancha, el vértice dela pirámide se achica y la basetiende a aumentar.

Además, para este modelo, laArgentina sólo tiene desventajas:una fuerte tradición de activaciónde sus capas populares; la me-moria histórica de niveles de re-muneraciones significativamentemás altos y una realidad actualaún lejos del “óptimo” nivel chino;una estructura industrial que, sal-vo en alimentos, está en condicio-nes de exportar, en el mejor de loscasos, los mismos productos quela economía china; y un sectoragrario pampeano eficiente, queha aumentado su producción enmás de un 70 % en la última dé-

cada, pero que genera poco em-pleo, planteando un problema depoblación excedente y díscola.

La Argentina pierde, en este mo-delo, sus ventajas esenciales, ex-cepcionales en un país periférico:una capacidad de producción quele permite eliminar los hogarespobres y la disponibilidad de re-cursos humanos y técnicos parala adecuada cobertura en educa-ción y salud del conjunto de la po-blación.

Se trata de ventajas sólo aprove-chables si los sectores popularesconforman un nuevo bloque ca-paz de asumir la tarea de cons-truir, a partir de una sustancial re-distribución del ingreso, una so-ciedad sin pobres ni excluidos,asentada sobre la democraciaparticipativa, motorizada en sucrecimiento por la expansión desu mercado interno e integrada almundo, y en primer lugar, al restode América latina, a partir de lasventajas dinámicas generadaspor un nuevo sector social de laeconomía, apto para generar res-puestas creativas a los requeri-mientos en materia de bienes yservicios de los sectores popula-res.

Es decir, dejando de ser un paísperiférico normal.

Anexo 1

Centro comprende la totalidad de los países de Europa, excepto Turquía,Malta y Chipre y los ex países socialistas; Estados Unidos, Canadá, Japón,Australia y Nueva Zelandia. Esta definición incluye entre los países centrales

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a algunos, como Grecia, Portugal o España, relativamente atrasados. Perose privilegió que, a través de su integración en la Europa de los 15, han de-venido espacios regionales sometidos a una dinámica de conjunto Semiperiferia abarca a los países que tienen dos veces y media el ingresoper cápita, evaluado en poder de compra, del conjunto de los países no cen-trales que integran la muestra. Se consideran industrializados los países donde, en 1990 o el año más pró-ximo para el cual se dispusiera de datos, el valor agregado por la industriamanufacturera supera el 20% del PIB; o en los que, a falta de ese dato, el va-lor agregado por la industria supera el 30% del PIB; si tampoco se disponede ese dato se requiere que el empleo en la industria supere el 25% del em-pleo total. Exportadores de manufacturas son aquellos en que, en 1990, más del 50%de las exportaciones provienen de la industria manufacturera, cualquiera seala participación de dicha industria en el PIB. Exportadores de petróleo o minerales son aquellos donde estos productosrepresentan más del 70% de las exportaciones en 1990, cualquiera sea laparticipación de la industria manufacturera en el PIB. Primarios son los países que no entran en las tres categorías previas e inclu-yen, por lo tanto, los paraísos fiscales y/o turísticos, que para algunos efec-tos serán distinguidos de los restantes.

Bibliografía citada Amsden Alice, (1992) Corea, un proceso exitosos de industrialización tardía,

Grupo Editorial Norma, Colombia.

Amsden, Alice H.,(2001), The rise of “the rest”. Challenges to the west from la-te- industrializing economies, Oxford University Press, New York.

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Kohler, Gernot y Tausch, Arno,(2002), Global keynesianism, unequal exchangeand global exploitation, Nueva York.

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Shaikh, Anwar, Los tipos de cambios reales y los movimientos internacionalesde capital, en Guerrero, Diego (ed) (2000) Macro economía y crisis mundial,Trotta, Madrid.

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