La Crisis de La Ciudad Liberal - Literatura Argentina y Realidad Politica

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  • 5/9/2018 La Crisis de La Ciudad Liberal - Literatura Argentina y Realidad Politica

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    RENJArvlIN FARRINGTONL3 civili7.nci6n de Crecia )' nomaOMAH GARRISONYoga y sexoMAIUIN L, GROSSVerdnd y fnrsa de los testsIdAHTIN HElDECCEHdQue es metaflsica i'JULIAN HUXLEYLa origjnnlidud del hombreFRANCIS JEANSONEI problema 1110ral y el pensamlentode SartreHANS HELU.WT KIRSTSorge, e l espiu del sigloE. KOLl\.fAN~>Qlle es la ciherneticarPh. y II. KHONHAUSEN

    Sensibilklnd sexual de la mujerHAllOt!) LASKIInt rod ncc ion a In po li ti caHENIU LEFEBVRE

    La vmlencia y el fin de In histortaJOSEPH LEHl\IANNTeor ln de l a r elnt ividnd de EinsteinEDWIN LJEUWENCenerales contra presidentcs enAmeriC:l Latina

    EMi\IANUEL LITVINOFFI sr ael vi st a por o ios sov iet icos

    LO DUCAJI istori a de I er nt ismoGEORG LUKACSEnsayos sob]' e el reulisrno

    T enria de Ia novelnMAHGAHET MEADAntropologia la ciencia del hombre

    Antropologin y e l mundo con temporaneoGEORGE l IUKESComo unir a Ias nacionesISa lud, am.gos de Latinoamerica lHENRY MILLEREI '-';0 cosmo!6gicoLos libros en rni vidaPesadriln rle a ire acoudtcronadoC. WRIGHT MILLSEJ poder de los sindicatos

    Sociologin y PragrnatlsmoM. Ivf IRA y LOPEZSintesis historica v compnrativuROBERT MTSHRALa condici6n ref lex iva del hombre [ndioREINHOLD NIEBUHHEI hombre moral en la socredad Inmoral .. GERALD PEARSONLa udolescenem y el conflicto de lasgeneracicnes

    A. j. PEREZ AMUCHASTECUIL;l "Carla de. Laf?llcJ:' y In preceptivah lstorwgraficaLEON POLIAKOV

    His!ori:l del anlisemitisrnoHODOLFO PUIGGROSLa Espana que conql1is!6

    el Nuevo MundoHERBERT HEADCarta a un [oven pintor

    JEAN-FRANCOIS REVELLos itn linnos al desnudoHAINER MARIA HILKECa r tas a nn jnven poetaHOMAJN ROLLANDGandhiBERTRAND BUSSELLMatrimonio y moralLa filosofia de LeibnitzPAUL SANDORHistoria de la dfa lect ica

    S. FREUD y 0lT05La homosexuahdad en la sociedad

    modcrnaALBERT SCHWEITZEREI c ris tiamsmo y l as r cl ig lonesmundialesE ! secrete hist6rico de la vida de Jes{lsJUAN JOSE SEBRELIBuenos Aires, vida cotidiana y a lienactonApogee y ocaso de los AnehorenaJ. SOLER CANAS

    Or igenes de In ll teratura I unfarda. RENE SUDRE

    Trntado de parapsicologiaPAUL TABORI

    Historia de I a estupidez humanaALVIN TOFFLERLos consumidores de culturaERNEST R. TRATTNERArqui tectos de ideasJACOB TSURiQuc es el sionismo?DAVID VINASDe Sarmiento a CortazarERIC WILLIAMSCapltalismo y esclavitudEDUARD ZELLERFundnmenros de la f ilosofla gricgaGRECORY ZILBOOHCSigmund Freud. Su exploracion

    de la mente humana

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    DAVID VINAS

    ~I LITERATURA ARGENTINA Y REALIDAD POLITICAI, .

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    LA CRISIS DE LACIUDAD LIBERAL

    EDICIONES .SIGLO VEINTEBUENOS AIRES

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    -I"Me dircis que es poco hospitalaria, que no condicecan los principios de fraternidad universal de que so[ac ta el hbcruli smo moderno , que es ta en oposi ci on canla s dedarae iones de de rechos y garan tia s de uue st raConstituclon, 'que destruye Ia igualdad civil y otraspaparruchns POl' e1 estilo."

    MIGUEL CANE, fundamentac icn de la 'Leyde Res idencta, en Notas e imwesiones,1901.

    . ' . ' : " '

    Qusdu heche el deposito que maroa In ley 11.723 EDICIONES SICLO VEINTE - Maza 177 - Buenos Aires

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    lmpreso en la Argentina - Printed in Argentina

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    PmMERA PAIlTE

    TEORtA TEATRAL Y CIRCUNSTANCIAHISTORICA

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    IUN REZAGADO GENTLEMAN DEL 80

    "Sus faltas de gramatiea eran propiedades de su estilo.El hombre, con sus abandonos, con sus expansiones,COIl su criol lismo cornplacido, vehemente, orgulloso delos mismos defec tos natives, e st aba ell esc est ilo . .. "

    JOAQUIN DE VEOIA, Pellegrmi,

    La critica tradicional se ha atenido al pie de la Ictra a lasdeclaraciones te6ricas de Laferrere, 0 10 que es 10 mismo:Echague, Martinez Cuit if io , Dancro 0 mas recientemcntc Olaso 1han aceptado acriticamente la imagen que de sf mismo les pro-ponia Laferrere, Y no, So trata de un mito mas de la Iiteraturaargentina confeocionado mediante Ja acentuacion de los gestosde un autor y no rofiriondolos a su conducta entondida comoactos de un trabajo. Al someterse a 10 explicito, esos antareshan olvidado que la crinca debe ser una "torna de inconciencia"y que en los momentos donde los adernanes clcsbordan a loscontenidos entramos en las zonas de cristalizacion. Porque aimcuando yo tam bien me atenga a esas declaraciones, 1 0 harecomo punto de partida y para verificar las contradicciones que

    1 Juan Pahlo Echague, "Gregorio de Lafcrrere" en Escritores de LaArgentina, Emcee, 1945, pp. 84-108; Vicente Martinez Cuitiiio, "Aspectos-de Laferrere" en El CaN de los Lnmortale, Kraft, 1954, pp. 214-230; E.M, S. Danero, prologo a Teatro Completo, Cas te llv i, 1952, pp. 7-32; Eze-quiel de Olaso, presentacion a [et ia tore - Locos de Verano , Eudeba, 1964,pp. 5-10,

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    se pueden inferir de ios clos nucleos fundamentalcs de esc texto:el que por sus implicuncias remite a In manera de los gentlemendel 80 y el que reenvia a la nueva situucion historica y culturalde la Ilumada "epoca de oro" del teatro argentino que en susIineas generales eubre los primeros alios del siglo )LX. Es decir ,10 que media entre Ia retorica como rezago, prcstigio, repeticion,Ideologic y adernan hacia los otros aparentemente 16gico, y lavoluntacl de estilo identificada can c 1 trabajo arnbiguo y empe-cinado frente a lu terq uedad de 10 real,

    Los errores de la critica que impugno deben atribuirsea las limitaciones de sus prcsupuestos tcoricos: apelnndo impli-citamente a la especificidad de 10 Iiterario rnutilan sus valora-cion~s en una perspective escindida y abstracta .: El metododebe SCI' otro : aceptada la re la tiva especificidad y la autonorniaregional de cada nivel, los resultados ahi obtenidos s610 S0verificnrrin y complementaran en un nivel englob::mte superiorque los ilumine y encarne en un movimiento de permanente.vaiven del data :1 los sucesivos contextos y de estes hacia ]0aparcntemente mas anecdotico y particular. Si resulta legitimeplantear una "critica interior", 5610 se cornplcmentara can In"salida" posterior. Del texto al contexte y de este a Ia textura.Balanceo integrador que supone 1 0 inrnanente relacionado COIlla reconstruccion del horizonte donde nace un 'pensamiento;Iu inmcrsi6n perc no el engluticlo. Que la "especificiclacl dclal itera tu ra" -por consiguiente- no se tome separacion en tanto10 autenticamente critico presllpone asocial' ]0 parcelado. Ycornprcnder la literaturu no puede ser un Iimitarse a su litem-lidad, sino ol articulado de su poder de negaci6n con Ia totalidadde I~ real que se d evela en ella y por ella.Pues el lenguajeimplica una trascendencia radical que 10 Ianza sin cesar haciaafuera, hacia el mundo y hacia los otros. Bien vista, toda me-t:5.fora presupone un publico. Y a laInvcrsa.

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    Dice Laferrefe: "He escrito par;) el teatro como he hecho-muchas casas ruras en la vida: par cI cleseo de conocer algoque no conocia, de experimental' emociones nuevas: pOl' no,ahurrirme de 10 mismo que el diu anterior; por halagos deluchas, de investigaoirin, de aventura ... jQue s6 yo por que! .Nunca he tornado en serio mi pupel de hombre de teatro .Durante largas temporadas prescindo en absolute de cuanto-a 6] se refiere, en otras, en cambio, 10 torno con empefio, casicon Iruicion, Un dia me hizo gracia el teutro, eso fue todo, Ycomo por habito hago siempre 1 0 que me causa placer, hiceteatro ... y 10 hare cuantas veces se me ocurra, s in preocupanne,de otra cosa que de mi propia satisfacciOn. No pretendo, pues.,estar contribuyendo con mi granito de arena a cchar los ci-mientos de nuestro teatro, Ni eso ni nada que se le parezca ..No me debe el ' teatro nacional ni desvelos, ill esfuerzos, nisacrificios. En carnbio, Ie soy cleuclor de algunos buenos mo-mentos de mi vida. Tampoco he sentido la necesidad, en suoobsequio, de ponerme el dedo en 10. frente para meditar, Es-cribo porque me divierte, no escribiria si me aburriera. Mecomplace que el publico, en franca cnrnaraderiu conmigo scregocije con mis comedias, pero no Ie guardarla rcncor si ocu-rriese 1 0 contrario. Eso si, no volvcria a escribir, pues no tengoin teres alguno en a burrir a la gente ... " 2.

    EI componcnte mas reiterado en el texto presupone una.actitud hedonica que se verifica a traves de una serie de COIl-notaciones : el teatro como algo de caracter excepcional y "raro"en tanto culminacion bacia 1890, hacia el 900, del elanclismode los exceruricos del 80; el quehacer Iiterario como aventuray ludismo; la necesidac1 de disipar un clirna de aburrimiento .condicionado por ]0 cotidiano; la asuncion de Ia Iaena teutral .

    2 Una pagina inedita, en "Comedia", n9 1, afio 1, 191'l.15

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    'con un criterio diletante y de bon oicaiit, la falta de continui-dud sistem{ltica ell ese trabajo y el inicio sin previa deliberucion,-como una "ocurrcncia" mas; eI teatro insertado en una conste-lacion de datos placenteros que en su homogeneidad absorbencualquier ~igno desgarrador, Ia certeza de contar COIl un pu-blico que adhicre a esas pautas de pasatiempo sin una preocu-_paci6n trascendente.

    Par 10 tanto, hedonismo, diletantismo. Ese es cl tono quecolorea el parrafo. La misma admiracion enfatica de esc texto-exhibe un balanceo dubitativo que subraya el clesprcocupacloluc1:ismo general: qu e s e yo, no me esfuerzo en pensarlo.. da ..Io misrno, no me tome el trabajo. Porque si me 1 0 tomo enserio, mis resultados 0 el exito corroboraran "el milagro" y "la.inspiracion": asi el proceso de Ia Iiteratura se da de arribahacia abajo aludiendo a su or.igen espiritual, a su despegue de"Ta vi i materia" y a sus privilegios de extraterritorialidad. Es-'tamos, a pesar del tono jugueton que aparenta conjurar "1 0serio" de l trabajo, en un camino oblicuo que desemboca en10 sncro. Pcro Ia religiosidad literaria del 900 S0 imprcgna de-ciencia: asi los "ha l agos de lucha" rcenvinn a 10 competitivevinculado a la imagen del mundo del liberalismo y a ci crta.alegre erociclad can que se va cargando en el desplazamientohacia e l darwin ismo social; la " investigacion" recogc ]0 expe-Timenta] de "experimentnr" y S0 tine con obvius alusiones cicn-tificistas conectadas can el positivisrno. EJ cuadro relerencial~parece cornpletarse y en su nucleo la serie de componentesrcmite a 1 0 que caracteriza In Iiteratura de los gentlemen del80, ell especial a esc arquetipo entendido como densificacion"de rasgos que es MansilIa: hcdonismo, aventura, rareza, clan-iisrno, gmtuidad, diletantisrno, complicidad con eI publico :l.

    3 D. V" "Mansilla. claso social, publico y clientela" en Ey apogee16

    Esto pOl' un lado y tomandolo con cautela. Porque pOl' el.reves de Ia truma, y a pcsar de esas declaraciones, se ira advir-tiendo que la actitud concreto de Laferrere frente al teatro nocs In. de un diletante, sino que pcrmanentementc evidcnciapreocupaciones de profesional de Ia Iiteratura. Con otras pala-bras, no ya el teatro visto y elaborado como un gcsto ma s dedandy, de pasariempo y autoiluminacion, sino una paulatina ycreciente continuidnd que implica pautas y act itudes t ip ica-mente profeslonales : descle su relacion y adccuamicnto al pu -blico hasta Ia aspiracion a una perspectiva trascendente, desde.su contacto can cornicos y autores y la promoci6n de mejorasen favor de 10 teatral hasta una objetiva sisrematizacion en eltrabajo especifrco de produccion. .

    Entonces, no s610 ludismo, sino preocupacion, tenc1encm.al sistema, "dedo puesto en la Frente". LR contradicc.i6n entreLeoda y practice es flagrante: cleclaraciones y coticbaneidadoonviven rcspcct ivarncnte como rezagos y como nuevas paulas .Las prim eras uctuan en la mercia, como el peso de las cosas,en funcion del cambia las segunuas. Corrcsponde preguntarde inmediato cuales son las incidencias que condicionan unateoria teatral que se cornpagina con una vision de la literaturavalida en el periodo que va del 80 al 1900 -yque inclusoInvolucra esa exterior coqueteriu que ve al propio esfnerzocomo trabnjo no trabajo-, pero que resulta tard iu pasado esememento. ~QlIC maroa esa escision entre teoria y pra~ tica , en-tre maneras y est ilo? 2,Por que Laferrere en tanto teonza comolos gentlemen del 80 y parcee adherir a sus postulaciones enun coyuntura historica disimil rcsulta un gentleman del 80rezagado? Esta fisura

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    rcsistencia de 1a zona cconornica frente a In cual la prricticateatral de Laferrere debe plegarse? c:En que meclida su retoricaComo decantacion de 10 acatado debe inscribirse en su concien ..cia. de cJase? c:Hasta claude lo s modelos del 80 al fijarse privi-legum un equil ibr ia y desconoccn un cam bio? dE n qu e medida ..esa correlacion eq uil ibrio-cam bio sefial a lo s limires de la CO))-ciencia de un grupo? c:Por que a partir de esc umbra] Lafe-rrere emerge como o l {mico hombre del 80 que Iogrn una reali-zation teatral cuando las otras Jiguras de S 1 . 1 grupo no aececlen:a esc plano a pesar de que escribieron tcutro 0 novelas impreg-nadas de teatralismo como en el caso de Caml~aceres? Y acontinuaci6n : dUnieo gentleman-dramaturgo? ;,Es por esto que-tomumos SU obra como ejemplo de condensacion mayor de losingrediente3 contrad.ictorios que se juegan en el proceso decrisis de la conciencia liberal? 0 su eficacia como dmmaturgo.c:no debe recortarso sobrc la ineficacia de otros gentlemen de-dicados al teatro como Duhau, del Solar, Belisario Roldan? YpOl' llltimo, Iu distancia entre sus exiles y el fracaso de los otrosgentlemen-drmnaturgos dno sefialn el espacin entre los condi-cionamientos y Ia Iibertad? c:Todo debe atribuirse a su talentomayor? tralento es aquf sinonimo de Iibertad entondida comocapacidad para operar can 10 que a todos los gentlemen-cui.maturgos los plantc a la estructura por igual? 0, para expresarloen terminos m{lS polemicos: la validcz de sus productos tea-trales y la invalidez de los de los otros dna sef ia la e l est rechomargen posib!e entre Ia ideologia de una clase cntendida comoestructura y In presencia y la posibilidad de produeci6n del'

    ..sujeto?Vamos par partes .: Porque si una critica concrete no es

    feliz, mucho JiWllOS resulta e6mocla. Si se analizan las carac-teristicas vinculada.s al 1880 como contexto del estilo de los:getltlemen-cscritores y las que empiezan a prevulecer en. torno.

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    ul 900 condicionando Ia creciente profesionalizucion de la lite-ratura y se las insertn en un proceso cuya doblc Iaz absorbcun imn'ovi lismo of ic ia l y un cambio sordo pero indudable, setiene un punto de partida diuamico en los sucesivos asecliospara responder a los intcrrogantes que plantea Laferrere, sutcatro, sus procedimientos, composicion y economic, la vixioudel mundo mherente y su situacion de escritor en un paiscomo la Argentina. En nuestro. perspectivo., la historia no csun cpifenomeno, sino el humus que abarcn pm igl1n.l al cscritorcomo nivel constituiclo de una existcncia impersonal constitu-yente y a una seric de obras como respuestas .proximas a "losncontccimicntos. La que 110 implica que el esfuerzo par rccorn-poneI' los planes de a n alisis sea confundirlos 0 dcsconocer elcspacio entre la ideologic y 10 semiologico. De ahi que cstasaproxirnucioues de manera alguna acentuaran los gestos de La-Ierrere para reincidir en un mito indndable e identico a sl mis-mo, sino para rescatarlo mediante la imprcgnacion en sus acios.Al On de cuentas nada esta mas lejos de nuestro proyectocritico que lu mitologia y nada mas cerca de In realidad que1 0 ambiguo.

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    liente, sin mas instruccion ni aptitudes de ningun genera, queno teme medirse y parangonarse con las prim eras ilustracionesargentinas" como 10 describe La Nadon del 10 de cuero de1880, 0 desde unos "ojos de frio azul grisaceo" can "un brillocomo de acero" y "can la suerte del pais en el pufio" como 10ve Horace Rumbold, ministro de S.i\'J.B. en el Buenos Airesde 1880, a la imagen que Iija su antiguo socio y coparticipeen la jefatura del oficialismo a traves del Partido AutonomistaNacioual en 1902: "Iloca no esta Iisica ni moralmente para aven-turas. Para una politica guerrera se necesita juventud, vigor,entusiasrno y amor a la gloria. Nada de eso, absolutamentenada ticne nuestro general. Que Jo dejen en paz concluir superiodo y poner su hucvo os todo 10 que desea" Ie informaPellegrini a Miguel Cane en su correspondcncia particular.EI jefe triunfante contra los ultimos montoneros en f\1aemb6y frente al indio en el desierto se instala con decision y cautelaen Ia ciudad mitrista, S0 rodea de 10 mas lucido de la intelec-tualidad de la epoca e inicia un perfodo eficaz y progresivoclentro de los lirnites y oontradicciones del proyeeto formuladoen 1853 . POl' e50, si 1880 rnarca el inicio de Ia anexi6n roquistade la ciudad, sefiala a la vez el comienzo de la penetracionmitrista entre los grupos de R'oca, Veinte afios despues 01 ago-tamiento S0 Ie manifiesta en Ia cara, en la manera de caminary hasta en el aire despreocupado de tomar el sable dejandoloarrastrar junto a sus botas, Sin duda: se trata de una fotografia,es un simple dato individual, pero dentro de la sucesion fami-liar, din'astica casi, Roca es el jefe indiscutido de la oligarquiapoliticamente contradictoria pero ideo16gicamente unificada ysociahnento triunfantc; su hijo apenas sera el complemento dercaparicion de su clase'.

    1David Pefia, Viaie politico del Dr, Bernardo de lrigoyen a! interioTde ill ne7!ublica, Bs. As " 1885; Milciades Pefia, De Mitre a Roca, ed.: Fi-22

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    ).

    2) EI mismo Roca advicrtc que ha ocurridn en 1880 y cualcs cl signo principal del periodo que seinaugura en esa Fecha:"Sus recuerdos y Ja galena de retratos que nos pinta -Jeeseribe a Mansilla-i- pertenecen a una epoca que eomprende ala lucha y esfuerzos porIa organizacion nacional, epoca quese abrio a Ia caida de Ia Urania, en Caseros, y que sc puedeconsidorar ccrrada recien, para dar principia a otro periodoque tendra prcbablemente, no los tintcs heroicos del de la in-depcnclencia, ~lilas sombrias incertielumbres y desgarramicntos-que siguieron clespues, sino un caracter esencialmente econo-

    - .mico". De esa perspectiva Hoca no bene cl monopolio, al f ina ldel circuito, Zeballos la ratifica a traves de sus pautas pol it icas:"El [partido] mitrista pereli6 fuerzas electorales y autoridadmoral, mientras el partido nacional [el PAN] robustecia sus.elernentos y se consolidaba en el poder inaugurando en 1880un cuurto de siglo de suprernacia polltica" (La poiitica delAcuerdo, 1898). rem In intcrpenetraoinn de los grupos anta-gonicos del 80 se iba llevundo a cabo y la designaci6n y loseontcnidos de "provincianos" 0 "portefios" se disolvia en el no-minalismo politico. Socarronamente Carlos Correa Luna escribeen Caras y Caretas, "Las presidencias se ganan con p.a.n. criollodcsde el 80! ... ". Una rnanifestacirin callejera, carteles can los.nornbres de las provincias y, en primer plano, Roca. Es lacaricatura de Mayol correspondiente a] numero del 23 de abrilde 1904. Abajo se lee: "[Viva el futuro presidente de la Repu-b]ica que sera elegido por esc sefior que va alii adelante!",Par cierto, la verificaci6n del cierre de esc proceso puede com--chas, 1969; Alberto Ciria, "Justo", cap. 1I -de Parttdos y poder en laArgentina moderna, Alvarez, 1964; Alfredo Galetti, "El Treinta", cap. IVde La realidad argentina en el siglo XX. I. La uolitica y los partidos, F..c. E., 1961; Fernando Hesasco, En las r iberas del Plata, Madrid, FernandoFe, 1891; 1 : . . A~bertj.ni, L'Argentine sans blu ff n i chantage, Les AnnalesFranco-Amencamcs, 1910,

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    probarse en la correspondencia de Groussac a Cane: "Soy ysam os, am.igo mfo -Ie confiesa el 13 de mayo del 98- uncuerpo extrafio en este organismo, cuyo visible ideal es ' el yan-quismo -un yanquismo que odia el trabajo. Estas democracias(dcm\.l?) de bastardos, profesan odios que se refund en en uno.solo: el odio del espiritu, caso particular del odio general partoda aristocrucia. Usted ha sido y se111 victima (dparcial?) deuna y otra. Su, pecado original cs llamarsc Cane, y esto se-agrava con el de ser hombre de pensarniento, un Iiterato, para.soltar la injuria cruda. No sed. listed prcsidente,: a no ser 'que-viva mas el criollismo. La que aternia la amargura de nuestrasituacion es comprobar que por alla [por Europa] las cosasbucnas no viven sino par un resto de tradicion expirante. Todo10 nuevo, todo 10 fuerte y vivo se manifiesta por la demolicionviolenta 0 Ia dcgraducion Icnta de la civilizaei6n que hemosamado. Algo ha muerto can Henan y Taine, que no ha deresucitar". En eI reyes de lu trama de esa elegia se lee e 1 des-vanecimiento de los valores de la elite liberal, e1 desplazamientode sus grupos sociales, las nuevas pautas en avance encarnadascomo un confl icto entre espiri tualis rno y mereanti lismo queen-cubren el reciente eje politico y Ia correspondeneia de una.fractura entre un pals periferico y las' regiones centrales.

    3) E1 roquismo se habia inauguraclo potentemcnte frenteal mitr.ismo entendido como predominio de la tradicional bur-guesia eomercial portefia. Sabre el 80, Lucio Lopez Ia describeen La gran aldea eonstituida por'1as familias deccntes y pu-dientes, 105 apellidos tradicionales, esa especie de nobleza bo-naerense pasablemente beotica, sana' y letrada, muda, orgu-l losa, aburrida, localist a, honorable, ri ca y gorda". En los iniciosdel proceso, Roca traia Iarna de militar duro, primitive ypro-vinciano, pero empieza su campafia de captaci6n inrnediata-mente despues de su triunfo sobre Tejedor: "Pereyra Ie habra.

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    contudo todos los ineidentes can los delegados del comercio-de Buenos Aires -Ie escribe a su eoncufiado Juarez Celmanel 2 de junio del 80- , que se han ido, scgun clicen, encantadosde mi. Probablemente crcyeron que tenian que verselas canun monstruo". EI transite se va realizando y paralelamentedeja huellas en la ciudad tradicional: "Puede marcarse sabree1 plano de la ciudad Ia linea divisoria entre la burguesiaantigua refractaria y la sociedad elegante", anota Vicente G _'Quesada en Memories de un viejo. Y el proceso sigue: "LapoHtica de la conciliacion confundi6 a revolucionarios y auto-nornistas en un abrazo fraternal, inspirado por reciprocas tole-rancias y patrioticas promesas" -eseribc Zeballos comcntandoel circuito-. "Los mitristas fueron atraidos y asimilados, 0 secsterilizaron en una abstcncion impuesta pm la circunstancia"-continua-. "Sus reliquias, sin potencia 'para luehar y veneer,SOI1 Ia base eficaz de que se ha prevalido y sirve todavia aldiestro piloro del partido nacional, en una serie de combine-ciones oportunistas'... "Estas evoluciones, en que la autori-dad moral de los mitristas ha servido como pararrayos al par-tido naeional, son denominadas Politica del Acuerdo". .. "La.vida politica de In Nacion, queda lSI entregada, cas i pOI' entero,a la actividad del partido nacional y a las reliquias del par-tido mitrista. El primero cs la legion militante; el segllnd()su auxilio espiritual". Y puntualiza paso a paso el proceso: "Elgobierno autonornista naciona] del doctor.Pellegrini se inicio,pues, bajo los auspicios de la Politica del Acuerdo". .. "Lapresidencia del honorable doctor Saenz Pefia, fruto tambiendel Acuerdo". Y describe el .proceso sin' saltar pasos interrne-dios: "La politica del Acuerdo, fue de nuevo [a base d~ otra,situacion [la presidencia de Uriburu], un esteril nepotismo, im-plantado sin escnrpulos ni precedcntes". Hasta Ilegar al cierre:"a] proclamar la candidatura del genera] Roca [en 1898] ague-

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    Jln pclitica ha side reanudada pOT este, bajo In influencia deIa autoridad mora] del general Mitre, retirudo de Ia lucha ac-tiva" , Allf esta, pues, Ia linea fundamental del transite que-desdo el activismo [uvenil y progresista de 1880 se va congo-lando en cl quietismo homogeneo entre los diversos grupos deIa oligarquia haoia 1900: "La Politica del Acuerdo, fundadora-dc una unanimidad aparente y efimera -prosigue Zeballos-:y causa eficiente de la disoluci6n de los partidos es fatal a las.instituciones", .. "La Politica del Acuerdo ha anulado los par-tidos organicos, sustituidos a e110s el personalismo intransigente.e intolerunte, desnaturaHzando el sistema federal con la eli-:minaci6n de las provincias de la vida politica, convirtiendoloscel l intendencias , de complicado y caro gobierno". .. "La Poli-rica del Acuerdo que subsiste solamente porquc el general Mi-tre la nutoriza -.insiste ZebaHos-, actun sobrc una republica.muertu, como felizmente lu lIamara Belin Sarmiento". Lo que;58 habia abierto con una homologia de apeluciones respccto delgobierno de Porfirio Diaz en Mexico ("Poea politica y mucha.administracion" alla que aqui daba "Paz y administraci6n"),con el transite cumplido en la ultima decada del sigh encallaen un quietisrno analogo que Zeballos se encarga de destacar:"La apatia politics es fruto de esta visible dolencia de los ani-mos. iUnauimidad oxtraordinaria!" .. , =-exclama->, "Diriase,que este gobiemo flamante es un gobierno viejo, sin secretos ni.esperanzas". .. "Mas este solemnc quietismo - -eoncluye sin-dejar de advertir las contradiccioncs gestadas en 01 seno delproceso y que ernpiezan a evidenciarse-e-, el aspecto mortecino-de Ia masa oficial y las apariencias de anemia que advertirnosen el pueblo mismo, SOil, sin embargo, sintornas de vida" ...'''iLos dioses se vall! Estarnos en presencia de ]0 DESCONO-CIDO" =-dcstacn con mayusculas->, "1 ejecutivo los domina-con el gesto, pOl'que el ministerio esta Formado de sordomudos

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    :poHticos 0 de ministros que han erunudecido" iPresidemes.autoritarios, enero de 1890). "El general Hoca, que habla del:gastamiento y el descredito de sus viejos veteranos" ... -1'C-capitula en otra partc- ."de desaliento, de sensualismo y deindisdplina de la actualidad argentina"... "Las administra-clones nacionales, provinciales y municipales estrin podridas..La vida polttica no existe, Los partidos organicos han dcsapa-recido. Las provincias fcdcralcs no 10 son sino nominalmente:las absorbe y humilla un unitarismo disfrazado de federacion" .Dos procesos sirnilares en'los extremes de America latina han.desembocado en.si tuaciones analogas: "Nuestro pOl'veniT" -C011-cluye Zebal1os- "esta amenazado pOl' e1 silencio de las dicta--duras benevolcntes y patemales, que. hacen de las naciones,como succde en Mexico, grandcs y ornamentados panteones-clvicos" (Boca, 1898).

    Dije que esa interpretacion se ha bia generalizado, Canela confirma: "En cuanto a In situacion de la America en cl.mornento en que escribo estus lineas -declara en los afios inau-:gurales del periodo->, puede decirscen general que, salvo al-:gunos paises como la Republica Argentina y Mexico, que mar-chan abiertumente en la via del progreso ... " (En via/e , 1882)..Porfiriato y roquismo, progresismo y cien ti ficismo: dos proce-sos analogos en. su apogee en cl ultimo cuarto del siglo XlXy en su congelamiento y reemplazo en los primeros ail os delactual 2;

    4) Las cifras ayudan a corroborar ese proceso: los diver-.sos grupos tradicionales coutrapues tos en eI 80, poco a poco,luego'dcI Acuerdo y a partir del intrincado y creciente enjam-bre de intereses comunes se van fundiendo y diluyendo hasta-dar como resultado cl quiet isrno polit ico a que alude Zeballos :

    2 Leopoldo Zea, Dos etapas del pensamientD en Hispanoamer ica: de lromanticistno al positivismo, Mexico, 1949,27.

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    ojicialismo oposici6n1880 155 electores 70 electores. ] 8 6 8 1 6 8 " 44 ".1892 21 0 10 "1898 218 " 381904 240 " 5 4 "1910 54 1

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    "IUnanimidad extraordinaria!", exclama Zeballos.. Y la re-sultunte de ]0 que hist6ricamente significa Roca la sintetizaJoaquin V. Conzalez: "Personificaci6n de Ia politica del ere-dito y del orden Iinanciero de Ia Naci6n, cuyos capitalistas ,hacendados e industriales podian ver en 61, como amigo de lapaz y del orden interior y exterior, el mas firrne sosten de suprosperidud, que es Ia prosper idad comun" (Sesion del Scnadodel lO-XI-1914). Eso, a Dive! oficial, porque por debajo, ell?roceso. real exhibe nit idamente las crecientes y exasperadascontradicciones (v. Enrique 1'. Duley, La deiensa social . Me-dies preoeniicos y represioos, B.s..As., 1913):1878 1 huelga

    : } } 1 : 1888 2 huclgas1 8 9 2 7i ". . _ - _ - . j _ 1 8 9 6 2 6~~":~}; ": ., 1906 1 7 0r ! ' ~ : 1910 23 8

    En el paulatino desplazarniento 10 cuantitativo resulta sor~do, casi siernpre subyacente, imperceptible; In emergencia yaes salta cuali tativo, se visual iza poli ticamente y se I lamaraYrigoyen en el podor, Desde ya: t ironcado entre Ia novcdad ylos rezagos. - .

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    5) De donde se siguc que un elemento clave correlac io-nado con el circuito cumplido a 10 largo de esos .veinte afiosse verifique en 10 economico: "La riqueza privada nacional haaumcntado en proporci6n tal que para formal" una idea, bastaconocer cl capital de los numerosos bancos de Buenos Airesy cl movimiento y giro de los mismos" , describe en 1881 VicenteGil Quesada en Memories de un viejo. Desde S11 perspectiva-William E. Curtis coincide en 1888: "Bueno~ Aires... es laciuclad mas emprendedoru, prospera y rica de Sudamerica-a]go asi como Chicago-, el unico lugar en todo cl continontedonde In gente parece estar apumda", Marco del Pont corro-bora: "No hay tal vez en la historia economica del mundo ejem-'PIn de un tan rapido enriquecimiento en 1 0 individual y colec-tivo, como el que se registr6 aqui en cl pericdo 1880 a 1890"(Roca y S11 tiempo'i, Cierto, esta 01h iato del 90 que Iue vistocomo "01cast igo pOl'el pecado de exceso", recauchutado por losmismos hombres del grupo no pudo superarse en su totalidacly el pasado aureo quedo dcfinitivamente cristalizado en esadimension temporal. De ahi que Ia conversion al patron oroen 1899 y el proyecto de unificacion de la deuda externa de 1901completen el cuadro", Si el apogeo de la oligarquia -pO' 1 0tanto- es concomitante de la expansion prornovida por Ia se-gunda revoluci6n industrial, la crisis dcIa e iuclad libera l debeSCI recortada sobre las contradicciones interimperialistas 4.

    6) En conexi6n con esos datos se siguen otros a ese .n ivel.que dcstacan el proceso en su momento de cierrc: el final de

    a H. Freis, Europe . The Wor ld 's Banker (1870-1914) , New Haven,Yale Univ. Press, 1930; John H. Williams, Argentine International Trade-under Inconver tibl e Paper Money . 1880-1900 , Cambr idge, Mass. ' 1920;Roberto Cortes Conde, Problemas del crecimiento industr ial de la Argentina0870-1914), en "Desarrol lo economlco", abrfl-set iembre 1963, pp. 143-171.4 Parker Thomas Moon, Imperiali sm and Warld Pol it ics , Macmillan,New York, 1926; Wi ll iam L. Langer, The .d ip lomacy of imperiali sm . 1890-1902, New York, 1956. .

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    Ia etapa saladeril y de cnvios a Inglaterra de ganado en piey el pasaje a la politica frigodfiea tiene como correla to el des-p lazamiento del predominio del grupo representado par Roca.hacia c 1 de Quintana, Figueroa AJeorta, Hoque Saenz Pefiay el grupo "modernista"; y par mediaci6n de Marcos Paz a loscontactos can los criadores y estancieros medias de Ja provinciade Buenos Aires, cuyo representante politico es Hipolito Yrigo-yen (Cf. Ram6n J . Carcano, Mis pritneros ochcnta aiios ],7) En cl momenta de apogee de [a elite liberal se va lle-vando a cabo como Ia herencia mas fecunda del liberalismo Iasancion de las leyes Iaicas (educacion comun, matrlmoni~ civil),Son los aiios del 80 y el proceso nacional debe referi rse a 10 quecontemporaneamente ocurre en Francia como paradigm a depais central y en Chile como pals periferico y paralelo, Perocon Ia segunda presidencia de Hooa se advierte el apacigua-miento y cl cierre de ese impulso renovador: la no sanei6n dela ley de divorcio en 1902 crnpieza a seiialar los Iimites de laconciencia liberal, de su impetu progresista y de su elanhistorico, Es decir, las contradicciones que van emergiendorecortan los Iimites posibles de la conciencia liberal. /8) En Forma analoga v abarcando una zona m a s extensadel proccso la primera presidencia se caracteriza par las ten-siones y los enfrentamientos can los grupos catolicos que cul-minan con el incendio del Colegio del Salvador, Ia expulsiondel nuncio y Ia ruptura de relaciones con el Vatic~no .. En lasegunda presidencia y en forma correlacionada can el tonode agotamiento .y apaciguamiento general se reanudan lasrelaciones y empiezan a entrar sacerdotes populistas; eI padreGrote, fundadorde los circulos de Obreros Catolicos e imbuidode las consignas difundidas ' por Leon XIII en la enciclica'Rerum Nooarum, orientada hacia una politico. de conciliacion,es precursor y paradigma (Alfredo Sanche~ Camarra, Vida det

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    P. Grote, rcdeiuorista, Studium, 1949). Signif icat ivamente la.Asamblea de Cat6licos Argentines fracasa en su primera reunion:de 1884; Ia segunda, de 1907, seconvierte en un exito bajoel liderazgo de Emilio Lamarca al desintercsarse de su oposi-cion a] Iiberalisrno para desplazarse en sus ataques al socialismo-que "pone trabas a nuestro comercio florecicnte, perturba la oprospera marcha de las industrias argentinas y tiende a daren tierra con los nobles ideales de la patria'' (Franceschi ; Ideas-sociales de E. Lamarca, UPCA, 1922).

    Correlativamente, S 1 en 1882 Coyena ataca las criticas al'tradicionalismo colonial basadas en Comte, Darwin y Spencery pocos afios despucs Estrada es separudo de su catedra porun gobierno liberal positivista , en 1910, en cambia, monsefiorde Andrea, sucesor del padre Grote en la difusion del social-cristianisrno, encabcza Ia reaccion contra el "miedo que reina .en nuestras calles", organiza Ia "gran concentracion nacional:masculina" destinada a contrarrestar "el efccto disolvente de,Ia manifestaci6n anarquista del 8 de mayo" oponiendo a lac"barbarie'r de "los hijos de las tiniebl~s" que avanzan desde el.barrio .sur, las fuerzas del "alma nacional" y de la "concien-cia del pais" que desfilan par Callao logrando, adernas del'vista buena oficial, c1 aporte concreto de una cornision donde-figuran -entre otros- Manuel de Iriondo, Carlos Casares, Car-los Tornquis t, Enr ique Santamarina, Manuel Ocampo, Gustavo,Martinez Zuviria, Miguel A, Martinez de Hoz, Es el memento-de agotamiento y replicgue del proceso inaugurado en 1880.Ahora, los profesores excluidos se Haman Juan B. Justo y [ose-Ingenieros.

    9) En el orden de las relaciones internacionales el tra,n-sito se comprueba en la apresurada Iiquidaeion del conflicto-de limites con Chile clausurado mediante los pactos demayo,de 1902. Las dos oligarquias agresivas inauguradas en 1880 (Ia.

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    chilena, con el general Bnqucduno y Santa Maria, triunfantc.sobre Peru y Bolivia y duofia de Ins zonas salitreras; In argen-tina, vencedora del indio y en plena rcpartija de las tierrus del-dcsierto ) vciute afios despues escucha 11 las sugcstiones de lajntervenci6n imperial que ya presiente la guerra y so abruzan-civilmente en el ostrecho de Magallanes ro. Para entendernos:si am bas oligarquias tienen UIl origcn oastrense, cuando 50 yen.abocadas a S11 crisis en esa f lexion his tr irica, accntuan sus C0111-poncntcs civilistas. Lo que suena a conversion in articulo mortis.Es precisamente en esas coyunturas donde S0 verifica n las con-tradicciones 'del durwinismo social de su memento de apogee:'no ya Ia sobrevivencia del mas apto. La sobrcvivenciu de cua]-qu.ier munera,

    10) Si en c1 momento aureo Hoca-juarez Colman culminael proceso inruigratorio propiciado por la teoria liberal, y si lapolitica del segundo toma como divisa csa activucion ("jSere.el prcsidente dc Ia inmigrncionl"}, el final del circuito se marca-con 11n instrumento jnridico reprcsivo que subraya el procesode agotamicnto de las posibilidades Iiberales: la ley de resi-dcncia de 1902 cierru la politicu Iorrnulurla par Sarmiento y.Alberdi y los grandcs teoricos del liberalismo, mstuurada can6-nicumente en el Prc.imbulo de 1853 y rcalizada por los alba-ceas de los magnos Iiberales. En el mismo Cane -paradigma-de liberal gentleman del 80 y de intrunquilo testigo del 900-.0 1 giro ideologico inscripto con el proceso genera] resultu evi-dente: "[Mirose la America de hoy, cuentensc los millares de.extrunjeros que vivcn fdices en su suelo, nuestra industria, la

    n Juan Jose Btcdmu, Crclllic(l historica del Hio Negro, 1905; Luis A.Varela, La HepulJlica Argentina !! Chi le . H is toria de la dem(lrcacion de SIJS[ronteras, 2 vols ., Bs, Aires, 1899; Ernesto Quesada, La politico (lTgetltinasespccto de Chile (1895-1898), Buenos Aires, 1898; Armando Braun Me-nendez, Ruca 11Errdzuriz en Punta Aren(ls, Bs , Aires, 1934; Eduardo Poirier,-Chil e en 1910, Edic i6n del Centcnur io , Sant iago, 1910.32

    cxpJotaci6n de nuestras riquezas, el refinarniento de nuestrosgusros, las Iorrnas definitivas de nuestro organismo politico, ydigase que pedazo del munclo ha heche una evolucion seme-jante en medic siglo!" (E n oia ie , 1883). "EI presidente dela Ilepublica, en acuerdo de ministros, POdr{l ordcnar la expul-.sion de todo extranjoro cuya conducta puecla comprometer Insegurldud nacionul, turhar cl orden publico o Ia tranquilidadsocial" iProuecto de leu de resulencia presenuula pard seiuulorMiguel Cane, 1899). Se asiste, como nero subrayudo del finalde un proceso, a ]0 que he llumado, en sintesis de las cones-pondencias entre las produccioncs mentales vinculadas a ese.desplazamiento y sus fundamcnros hist6ricos, inoersun: de ladicotomia de Sarmiento. En este orden de cosas, Blason deplata (1910 de Ricardo Hojas, es un ejcmplo Iehaciente:"Ambos [los problemas de la ciudad y 0] campo] constituycn.el nucleo del antagonismo que Sarmiento designo despues con.el nombre de Civillzacion y Barbaric. Pcro este dilema nopuede satisfncernos ya ... Por eso dire en adelante: el Exotisrno.y eI Irulianismc", Corolarios inmediatos se comprueban en la.crcciente revnlidunion del campo y los valores campesinos, delMartin Fierro, el gaucho, la montonera (La. Cuerra Caucha,1905; Eduardo Caffarot, Comeniarios (L Cioilizacuir: y Barbarie,,0 sea Compadres y Cauchos, por un nieto de QHi'l'oga, 1905),Jos caudillos (los tra bajos de David Pefia so bre Facundo ), Rosas(Quesada en 1898 y el curso de Ibargure sohre el Res taura-dar) y hasta de Espana (Daria; E1 alma espaiiola, de Rojas:El SOlO1' de fa raza, de Calvez ) que configl.lran una constelacioncl e datos puestos bajo el signa de los origenes liberales del.nntillbera lismo 0, si se pre Here, del protonacionalismo espiri-tualista, Del Iluminismo progresista se producia Ull desliza-.miento hacia un misticismo historicism. Includable: un mo-.mento y un proccso cultural que habian logrado un alto indice

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    dehomogcTlc 'I 'd '>c] bajo la [i .:d 'I' ,. . ' : " . c. ClI eCClO11 e una e Ite ngreS]Vfl seestabun disolvicndo )' e ',' ib iend" 11 su crisis I an emcrgICl1C 0 SLlSsucesores,de1orrnac:iones, exacerbaciones y criticos.P d ' 'I0 ria COl1SIC erurse una anecdnta, pero insertada en este

    con~cxto se conv.ierte en un indicador corroboranm de In "alte-racion de j: t bilid I"c ." _e una es a I lC ac : en 1906 dicta Ia ciiredra de lttica yMelaj]slca en In Facultad de Filosofia y Letras de Buenos Airesr Ae. I I' ' ': _ II cc 0 'erreu-a. normulisra de Parana, "ultimo positivistaJntcgrnl" y empeiioso expositor del "san tora I comtiano". des-, 1 'pucs c e un breve pcriodo de clascs y sin acuerdo previa, todoss u ; alumnos resolvicron abandonar su curse: ya se habinurelel_o h asta eJ harlazgo de esc positivismo cuasi oficial bajo losgobiernos de Boca Ferreirr . d '" . u . , . .Ll, como SI acatara su estino, renUI1-CJO eJ~ silcncio. Su exitoso reemplnzante fue Alejandro Kornque chvulgaba a Croce y Bergson (H_ Giusti, A le ja nd ro K o1 '1 l) ,

    II) Conectado con ese estimulo y sus rcspuestas y comoelcmento aparentemente contrad.ictorio ell' l a politica reprcs ivad.e In Icy de Residencia se plantea cl proyccto del C6digo Na-cional de! Trabajo llevado adelanto por el ministro Conzalez(1904) y en e1 que colaboran los j6venes intelechlalcs conquienes implicitamente se proyectaba constituir una elite inte-Iectual de repuesto para Ja gastada e inicial de 1880: LuzonosIn_genieros, Bunge, Del Valle Iberlucea, Es decir, el des;laza:miento y Ia crisis no presuponcn corte, sino ademris de uncambia ~e acento, Jnterpenetracionss, anexiones, ajustes y re-agrupalllJentos. La crisis de Ja ciudad liberal 110 impl ica tantoh~,muer~e de la oligarquia tradicional Como su

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    7 Ezequiel Rnmos Mejia, Mis mcmorias, 1835-1935, La Facul tad, 13s .Aires , 1930; Serafin Livasich, Buenos Aires, Campania Sudamericana debilletes de banco, Bs. Aires, 1907; Ricardo Rojas, Cosmdpolis, Garnier,Paris, 1908; Georges Clemenceau, Notus de oiale por America del Stir,Cabaut, 13s. Aires. 1911.

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    Pefia 7. Deja socieclacl progresivu se ha ida pasando a unacolcctividad desgarrada, clel consenso encarnado en una suertcde "oprimismo sernantico" a una "literatura de incertidum bre":los senores del 80 se habian iustuludo cornoda, naturulmeutedirfamos en el scno de su comunidad; su misma espectabili dadera el primer paso hacia la "naturalizacion", Lafcrrerc ompiozaa sentir su comunidad inestable, cxtrafia, basta udversa, y tomaprecaucioncs Irente a ella. POI' csola Iiteratura del 80 esta con-tada desde cl punto de vista de 1 0 absolute, del orden y el re-paso s in mayorcs sorpresas (0 , a 1 0 sumo, descle 1 0 insol ito que110 s;)10 se disuelve en la ortodoxia general, sino que concluyes llstcnh't~)[lola). Laferrere, en earn b io, de b era relatarla en uriencabalgnnueuto de perspectivas. A partir de ahi esc dcscn-cuentro entre SU teoria y su practica. Y de ese punta en ade-lunte pucdo c~tenclerse por que sus, gesros a 1 0 scfior del' SOse descargun de su contenido (0 S0 ritualizan como conjuro )y sus actos literarios paclccen tensiones tan ineditas comolegitimas.

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    IIIRADICALISMO, CLASES MEDIAS

    Y PROFESIONALIZACI6NDE LA LITERATLlRA

    "Los rndicales han salido por fin de su antigun y hoscaabstcncion para [ugarsc ell los pr6ximos comicios."Nosoiros, "Maniiiesto prcsidenciul", 1912.

    Concomitante de 10 anterior en tanto sintoma del trausitodel apogeo de la oligarquia a la crisis de la: ciudad liberal a sel cierre de l as persecuciones al radicalismo iluego de la ultimarevolucion radical, Ja fracasada en 1905, se abre cl proceso depacificacion, reconocirnicnto, acercamiento y ofcrtas c(l~e cul-mina con la apertura concreta de In ley Saenz Peiia. EI procesoinmigrutor io se p lantoo, S8 rue realizando y ahora presiona ensus resultantes :1, AqUI se inscriben los contactos pcrsonalesentre ulguion gu e tcoricamcnte se ideutifica con los genllc'men-esc~'itores como Laferrcrc con el jefe politico do las clases me-dias. Claro, si el pasaje historico no es tujnnte y rczagos ycornponcntes pl'ecursores se entremezclan, nada tiene de extrafioq l ie un paradigm

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    .:(:,1 ~, sobre e] fonda quict is ta del 900 oficial cs cl unico que se reeortacomo posible iniciudor de una apertura. "Despues de la ex-pectativas halaguefias del 12 de octubre de 1898 -escribeZebnllos->, ningun proceso politico infunde mayor ansiedad enlos :'tnimos de nuestro pais, que el regreso del senador PelJe-grini. .. El es para todos In fuerza promovedora y decisiva, ypam muchos 0 1 principio mismo de las soluciones finales ...L2.s actuales zozobras del pais y estas lcccioncs de la historiaexplican In trascondencia nacional del regrcso del scnadorPellegrini. Ciertamente su posicion, desde que pise el suelo delu natria sera critic a y ITlo]esta... La oposicion al gobierno,aye:' latente y a Ia expectativa, hoy innegablemcnte lanzada, secondensani en torno suyo ... Despues del retire del generalMitre y del doctor Lopez a la atmosfera del hogar y del res pet ade sus conciudadanos, y de ]a exaltacion del general Roca. y deldoctor Yrigoyeu al gobierno, la reserva de las Iuerzas eficientesdel estado, de inmediata disponibilidad, se concentra alrededordel doctor Pel legr ini" ( Pe ll eg ri ni , e sp er an za s, e xa ge ro ci on es yrealulades, 1899)2.

    'La advertencia -expHcita a clesplazuda- del ugotamientodela capucidad estructurante de lu elite roquista se repite rna-lizadamcnte en todos los niveles y el dilema de sobrevivcnciase abre como endurccirniento 0 como absorcion. Previs ible:los sectores vincu lades a tendencias mas arcaicas pretcnden"cerrarse", los grupos mas fluidos, sin tanto peso, insinuan Ianegociacion, las anexiones.

    En este aspecto Laferrere acentua una paula que corrob()~ra el cambia:' "A la hora indicada _:_recu~l'da Enrique GarciaVelloso- Iui al Circulo de Armas. Un viejito que hacia las

    ~.". .~

    :: Cf. tam b h~n Rodolfo Moreno (h.)' Eniermcdades d~ la politiC?argentina, Buenos Aires, 1905; Cesarina Lupat i, Yida Argentina, Maucci,Barcelona, 1910.

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    veces de portero y que adenuis aceptaba can pacicncia enter-neccdora las confideucias de todo aquel que llcgaba en de-manda de don Gregorio, me dijoque si queria verle cnseguidacruzase al Comito de ]01 Asociacion Popular. Frente por Ircnteal antigun edificio d el Circulo estaba instalado el Comito enuna casa colonial, hoy transformada en rascacielos. En el patiocriollo departiun unu infiuidad de tipos pin torescos, El matecruzaba de mano en mana; de las habitaciones repletas deconcurrencia sal ian voces como de disputa. Un negro,. que'parecia ser el cu:idaclor de In . casa, me hizo pasar a un pequefiocscritorto en' cuyos mums se veian estampas de politicos por-teiios del pasado, predominando la cam varonil yatrayentede Adolfo Alsina. Ocupaban los asientos varias mujeres deaspecto modestisirno. Las habia j6venes y viejas, lirnpias ysucias, morenas y ruhias. Eran esposas, mad res, hermanas deindividuos de acci6n, admiradores y peHos fieles del presi-clente de Ia Asociacion Popular. Casi todas ellas vcnian a su-plical' a don Gregorio un socorro en metalico 0 a pedirle queinfluyera con don Pancho (Don Pancho era eI doctor Beazley,jefe de' policia a In sazon ) para que Iargasen al deudo que la.noche anterior se ha b in "desgraciado" en alguna trastienda.de almaccn suburbano. De pronto so abrio la pucrtu vecinu yaparecio un hombre elcgante, simpatico, sonriendo y alargandoIa mano a todas aquellas infelices, Con una celeridad admirableFue despacluindolas. Al estirarles de nuevo la mano para de-cirles adios, les duba con disimulo un billetc de dinero. Des-pues del corn de bendiciones y de jgracias! dichas en un to node penetrunto cmoci6n, quedarnos solos en el cuarto los dos,Y con esa retentiva certera que s610 poseen los caudillos, losviejos soldados' y los pesquisantes ... " (M em or ia .s d e un hom-bre de ieatro, ed. Kraft, pags, 34-35). Es cl deslizamiento trazadopar un gentleman-escrltor dcsdo el club al cornite, del recinto

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    de las cer tezas del 80 a la tipica esccnografia referida a Ia corrr-peteneia politica; la pauta que Mansilla, Lucio L6pez Wildeo Cane no habian ncccsitado asumir ahara correspondo soste-ll.erIa. EI desplazamiento de los senores politicos a los profe-sionales de Ia politica, pues, dibuja una concomitante clave dee sc . I' t" a I 1pa:~aJe lIS onco- .ne usa hasta en las primeras derrotas:Laferrere, diputado de origen fraudulento, caricaturizado enconni vcncia con Marcelino Ugartc ("FIeteme para La Plata tad o.ese grupo, que 10 precise", Ie dice el caudill o conservador sofi a-lando ~ un os vis itant es populates, Caras y Caretas, 9-4-1904).

    " es vencido en las elccciones de la capital en 1908. Los apcllidoss~n e1?cuentes: triunfantes Palacios y Justo; derrotados, Argc-rich , Alvarez de Toledo, Lalerrere."E 'b 'ta amos en la puerta del restauranto esperando a quenos trajeran un cocho -completa el cuadro Garda VeBoso-cuando dcsde una victoria de plaza que avanzaba por Florida

    _"um bo al sur, alguien saluda can efusivo ademan, Laferrereme di jo: espererne aq ui un memento, y coni6 has ta la victo-ria de ,plaza, cuyo auriga apenas detuvo los caballos P'fra queLaferrere subiera, Yo 10 cspere cerca de una hora. Sin darleninguna importancia al planton me marche solo a la Comedia,AI entrar en el cscenario vi enlrecajas a Ia por delcgacionmusa inspiradora de Jetta~ore que [clare estal dialogaba con

    :IRaymond Aron, "De la mobilite sociale a la circulati~n des elites"cap. XV de La lutte de cusses, Callimard, 1964. .El mismo .usc politico de Ia palabra "Comito" se divulga' lucgo de

    1~90 en especial conexion co.n ~l radicalismo, J05 enircntamientos electo-ra es entre Casero~/ cl ~~VeTIlmlentode Roca SCjuegan fundumentalmcntesoted]a base de . c\u~s. La socializacion de estes recintos y Ia exclusi-VI ~ de la, deslgnuclon sc acentua tarnbien como resultado medtatoJoscl1ante entre Ia aceptacion y el rechazo del impacto inmigrntorio Cf~mcs R. Scobie, La lucha por la c01l$oUdac i6n 'de la nacionalidad 'o;gen~~na, ,1852-62,Hachette, 1964; Efralm Cardoso,' Visperas de la guerra del/r(~uay, Ateneo, 1!;l~4;Jose Ignacio Carmendia, Recuerdos de fa guerrae urogtl(llj, Campana de Pykysiry, Buenos Aires, 1884.

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    el poeta, rcportero, novio y empleado de Ia Defensa Agricola ..Cuando iba a concluir la funci6n se me acerc6 Pascual E..Carcavallo (que par aquel entonces tenia veleidacles de seractor sin sospechar que llegaria a ser empresario ) para decir-me que el "feo" Ramirez me buscaba en el vestibule. Supuseenscguida que venia de parte de Laferrere, pues Ramirez era.uno de los "leaders" de la Asociacion Popular. Le yeo auncan S11 inolvidable cara marcada terriblemente por los hoyos.de la viruela, con sus dientes blanquisimos tras In inmensa,boca siernpre sonriente, muy "chic", muy cuidadoso del masminimo detalle de su indumentaria. Venia a avisarme que La-fenere me aguarda ba en 5U coche. Al volvernos a. encontrar:me dijo: -Discll1peme, pera necesitaba ver a Hipolito Yrigo-yen y clio la casualidad que quien me salud6 desde la victoria,era 61. Hasta ahara chemos estado charlando ... " (op. cit ., 38-39). Las clases medias de recicnte forrnacion y en acelerado-proceso de emergencia reciben la personeria juridica desde laperspectiva de un gentlemen en las negociaciones con su j e fe -poHtico. '

    Ala dura, ala negociac1ora. EI Regimen vacila y pretendesobrevivir: entre su intransigencia arcaica figura el generalUriburu, en ese momento rechaza las scducciones del radical.Saguier para plegarse al yrigoyenismo. 1)01' el f lanco conci lia- dol', Enrique Larreta se pregunta "dPor que el empefio de losconservadores en obstruir el acceso a los radicales ouandorepresontan igualmente nues tros principios y bases cconomicas i':Debe dejarse al pueblo que satisfaga su preferencia pues aIcontrario se corre el peligro de que se inclinen a los particlos:realmente avanzados",

    Par esos mismos afios F igueroa Alcorta y Roque Saenz Pefia .andan en tocarnientos analogos que respond en a esa tactica po-Iitica oportunista: "Tcngo el honor de poner en conocimicnto-

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    ~-~.1 " , , - ,1 par su edad puessi Lafcrrere es de 1867, Coronado es del 50 y si . el signa delprimero so corresponds con el de gentleman. profesionalizado,cl del segundo so explica como cl de. un profesional avq.nt laleitre que debe esperar dcsde los alrededores del 90 hasta1902 para lograr actores, publico y coyuntura hist6rica favora-bles al estrcuo de La piedra de escandalo 3. Son dos rezagados

    i,i!ii- . !lImbert, ou. cit., pp. 45, 121 y 50.2 Raul H. Castagnino, Martin Coronado, Edieiones Cul tura les Argon-tinas, 1962, cap. "La segunda epoca" (1902-1911), p. 83 y 5S.:l "No funcionaba por aquel entonces en Buenos Aires ninguna cam-pania dramatica espanola, y mucho menos ninguna de las que habla deIlamarse naelonales, La piedra de escandalo permaneci6 guardada en el

    mismo cajon de donde yo la habia sacado, cinco afios mas" ... "AntonioCale, galan [oven de In campania a quien en el reparto tccaba el papelque muchos afios despues habla de crear ~I pobre Pablo Podesta' en elApolo, puso la mar de inconvenieutes para hacerse cargo de ese perso-nnje, y entre ellos, el de In imposihilidad de cantar las decimas de Iapalornita helada"... "La cierta es que c1 drama de don Martin volvi6

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    :; '. que por sus pautas de vida deben adaptarse can diversos rna-tices perc por motivaciones analogas a Ia nueva circunstanciuhist6rico-enltural. Dos aficionados euya produccion: entra enun nuevo mercado ya sea como salto 0 como tentacum y cuya"mercancia estetica" pasa desde la precaria dependencia delmeccl_1Gs(incluso como divo 0 cmprcsario ) ala abierta y com-petitiva de un publico en ordenaci6n.

    Sin embargo, Laferrerc insiste: "[ettatore fue llevado aIteatro porque no tuve Ia energia suficiente para oponerme alempefio de un amigo"; "Mi primera comedia fue Iettatore. Laescribi POI' humoraday sin imaginarme que un dia seria IIevadaa las tablas". Todo Jo que sea sistema 10 inquieta; cualquieresfuerzo alude a una elaboraci6n, a un trabajo. Pero Cane. ensu correspondencia del 14 de junio de 1904 Ie sefiala 1 0 querealmente hay "Bajo su aparente non cumllza y abandono';: suencrgfa, su impaciencia y su neeesidad de canalizar su capaci-dad de empresa. Eso es 10 que pcrrnanece latente. Su urgenciapor ponerse en actividad y confrontarse ejercitando su capaci-dad de "jefe por naturaleza dada" es 10 que subyace, la con-traparte del desgano y el dilctantismo. U na aventura similar auna accion mas 0 menos agresiva, si; un resultado alcunzadoal final de una cont inuidad de trabajo, no. Es el antiintelectua-!ismo de la gran burguesia liberal en ese momenta: inspiracio-nes, brusquedades asombrosas, espectaculares y oirtuosas, Ra-jaduras de Caruso, estall idos de Ia Bernhardt , estremcci~ie~ltosde Zacconi 0 del "tumultuoso y atletico", Pablo Podesta. E;'anlos temperamentos. Contra todo eso reacciona Stanisla vsky yel Teatro de Arte de Moscu, Las ~atizadas sutilezas de Chejovaparecen en la contraparte: las ideas fijas y el autisrno de sus

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    .su brogrufo ]0 reconoce explicitamente cuando habla del "afande Laferrerc por consolidar el tcatro na~ional". Incluso hasta.el Hombre que le da al Conservatorio que [uncia -Laba~-clen-'presupone obl icua pero terminantemente el reconocimicnto deuna continuidad histbrica dentro del tea tro argentino y la vo-luntad de proseguirla.

    Entonces, ni ludismo ni tal desden por c1 compromise al.cs~i lof inal de los arquetipos del 80, sino rezagado, comperitivo-esfuerzo por actualizar el irnpctu de esos paradigrnas en cl.momento creador del [ ibera lismo. Vamos avanzando. Pero su.actitud no puedc identificarse con I~ continuidad de otro es--critor que inicia su actividad literaria en esos mismos ailos. Ya-se util iz6 la antinomia Lafel'rere~GaJvez como ejemplificacion-del enfrentamiento gentleman-profcsiona1izado, paradigma del'nuevo profesional. De nuevo echamos mano de esa pareja.'Manuel Galvez se opone a las pautas que descienden del 80 y-penetrar,t el 1900: "En las rcvistas, en los cenaculos Iiterarios,-en eJ periodismo subalterno en donde escribiamos, deciamoslos mayores horrores de Miguel Cane, de Ca1ixto Oyuc1 a , de-Estanislao Zeballos, de Lucio Mansilla ... " La impugnaci6n-y el esfuerzo por diferenciarse de una vision del mundo y desus pautas concretas se hace a traves de la denuncia persona] yde Ia luella gcneraclonal. Eso es 10 que acentua: "El escritor-en quien nosotros 1IHls nos cncarnizabamos era Miguel Cane" "."Y sigue clescribiendo el proceso como algo Fundamentalrnente'generacional donde l a s ideologies aparccen como simple y ar-'bitrariaelecci6n de 10 juvenil: "Eramos hombres Iibres -cntre-eomilla-, y todos, el que mas y el que. monos, estabamos-influidos por las ideas sociulistas 0 anarquis tas, contmrias a [u:moral tradicional" 6. "Un elogio de Cane consagraba realrnente

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    s Amigos cit., p. 69 _a ta., p. 60.' 58

    a un escritor cualquiera en el Buenos Aires de 1900 a 1905". '.'-sigue- "Los diaries no ejercen Ia misrna inf luencia que enaqucl los tiempos" . .. "ninguno tiene en la sociedad eJ prestigioque eJ tuvo" '. Galvez no ac1vicrte gran cosa m a s alla de 1 0nnecdotico: ni el por que del anarquisrno de intelectuales jove-nes vinculados a In clase media como eJ, 'm la hornogencicladnecesaria en una sociedad para que el juicio de un dirigentede Ja elite intelcctual tradicional como Cane no se discutieraY . tuviese tanta fuerza , niel por que del poder de consngraci6nde los diaries canonicos en aquel los afios alo largo de los cualeslas estructuras oficiales apenas insinuuban Fisuras. Pero Io quenos intercsa es 1 0 que Galvez dice nun cuando no 1 0 integre en:su contexto ni en funei6n de -sus motivaciones profundas: surigidez de arquetipo de profcsional de In literatura aparecidosobre el 1900 no s610 se opone a las pautas anteriores, sino que'pretende la insti tucionalizncion de 10 profesional: "Mi vidacntera ha sido consagrada, aparte de rni trabajo literario, a lu--char par Ia situaci6n de nuestro gremio .. _ Tenia e l convenci-micnto, y sigo teniendolo, de que c1 escritor es un paria entrenosotros . . . EI ser escritor entre nosotros, significa muy poco.Al que t ieue una vasta obra y talento y ha triunfado, S8 Je reco-noce su valor dentro de la literatura, pero no m a s alla . .. Undiputado nacional, no inculto, Ie dijo a Roberto Giusti que un-escritor, pOl" mucho que valiese, no podia compararse en impor-tancia con un diputado nacional . .. En Paris, como 10 he con-tado, la entrada de Maurice Burres en un salon, era mirada-corno un acontecimiento" . .. "Propuse Ia fundaci6n de In Aea-demia, no para [omental' la pedantcria, sino para dignificar a1cscritor, para que ante el pueblo, su oficio tuviese la mas. altacategorla. Supone -10 que desgraciadamente no ocurri6- que 'i

    1 Ibid., ps. 72-73.59

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    los academicos ocuparian un lugar irnportante en las fiestasoflcialcs, junto a rninistros, parlnmentarios y directores de lasgrandes reparticiones del Estado" (Entre la nooela y L a historia,ps. 83-84).

    Humor no tan inocente en Laferrere; propuestas de estatusprofcs ional en Galvez. En rea li clad est amos ante escritores repre-sentativos de dos clascs contrapuestas, Si, par cierto: ademasde las diferencias generacionales uno y otro perteneccn parsu nacimiento a In oligarquia tradicional, pero en este caso. eJ origen a 1 0 "hidalgo provinciano" de Galvez significa estar"tronado" y tener que trabajar como inspector de escuelaspreocupandose escrupulosamentc de 1 0 que gana por sus librosvendidos y porque le paguon las colaboraciones en los diaries;Laferrere, en cambia, todaviu.puede "darse ,el lujo' en su con-dicion de miembro miJitante d e Ia elite portefia no ,.; 610 deceder sus derechos a actores y viudas, sino de proyectar ciu-dudes a 10 Dardo Rocha 0 colosales teatros en, el estil o esceno-grafico de Torcuato de Alvear (pues aun en esta pauta laremisi6n aIos idenles de vida de los grandes gentlemen destacasu rezago y Sus contradicciones ), Pero ]0 1 cosa puede prolon-garse: el hedonismo de Laferrere estri en las antipodas delespiritualisrno creciente de C{tlvez y si Lafcrrcrc se burla dela Icy Saenz Pefia, G,1.1vez se convertira en bi6grafo del jefepol itico del partido de las c1ascs medias argentinas, empccinadolector del kraus ismo, "idcologfa justificatoria de ]a, mesocraciaespanola".

    En sintesis, algo que ha cumplido su circuito, esui agotado,evidencia sus Iimites y Iisuras y empiezFla, replegarse aunquese resista; por el otro lade, el avance, h i paulatina -convicciony las propuestas de cambio 8. Dos es tilos de escritor -descal i-

    8 Cf. Manuel Galvez, La inseguridad. de la vida obrera, 1913, quedebe ser vinculado por sus critieas, propuestas y coyuntura de aparicional informe del Ingeniero Bialet Masse. V. Adolfo Prieto, E1 mal metaiisioo;

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    ficacion y exaltaci6n- vinculados mediatamente ados clases.distintas y en pugna, Se dijo: no maniqueismo, tarnbien sed ijo: impregnaciones rec iprocas y no cortes tajantes, Pero sobreese clima coloidal van emergiendo nucleos diferenciados ynntagonicos. Ahora corresponde preguntar dsimple coqueteriade dandy las fonnulaciones tc6ricas de Laferrerc para disimularel valor de su esfuerzo mas alia de Ia zona de ocio haciendapasar por "natural y flleil espontaneidad" 10 que ha requeridotrabajo? Eso si se tuvieran en cuenta s610 declaraciones postc-riores al estreno de Jettatore y a su inicio en el teatro, PeroGarda VelJoso alude a palabras previas al estreno, cuandotodavia e l exi to yel Fracaso suponian una di syuntiva no dis ipadadonde Laferrere no contaba con ninguna garantia especial: lasituaci6n concreta es que debia estrenar como escritor "orqui-dea" en competencia y frente a 1a mirada de escritores profe-sionales II. Los terminos rcales eran esos: un gentleman frente

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    e~l_Duquesne Hispanic Review", afio II, n9 3. Id., Pablo Stomi, La situa-CIOn de Ins closes obreras en L a Capital de la'. Republica, Tesis Univ. do 'B s, As., 1909. .

    o EI enfrentamiento escritor-orquldea./profesionales de ]; .Iiteraturase infier_e,del borrador de Laferrere en que Ie contesta a Cane: "Un pocopor esptritu de aventura y mucho, lal vez, 'por habito de lucha me 1'a- -frecio una eobardia dar vuelta la espalda al enemigo -porque' enemigoera 10 que yo vela al frente- y me resolvi a afrontar la situaei6n en lamcjor , forma posible, Me resolvi, pensando ya en la manera de defen-derme, en los golpes que ibn a recibir y en como debin contestarlos, : .".Obras escogidas, ed. Estrada, pp, 281-2. Lo competi tivo de In si tuaciondel escri tor a la que se mcorporaba Laferrere alrededor del 900 resulta]0 opuesto al clirna cornplaciente que prevalece en el momenta de apogeoy homogeneidad de su clase, Cf, Mart in Garda Mereu, Libros y autores,1~86; fd., Recuerdos literarios, '1891; -Emesto Quesada, Dos novelas socio-logicns, 1892; Joaquin Castellanos, op. ci t.

    Como resumen de los diversos componentes que se jugaban en tornoa Ia ~tegoria y situaci6n de un escritor "orquidea", las descripciones queda Cesar ViaIe resultan iluminadoras: "En e1 primero de estos tentros[el Comedia I, uno de los muchachos de entonces -Florencio Castro Vide-la-i- , que hucia punta en muchos renglones, 'en un momento dado lIen6de asombro a sus contemporaneos con una noticia: habia escrito una petit

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    a la expecta tiva burlona de los del gremio recien constituido. Yesa tacita -y si sc quiere laxa ymas adelante fluid a - pewconcreta cornpetencia flotaba densamente la neche del estreno.Lajerrere, pUGS, es un escritor que empieza a escribir condi-cionado par fa competencia can escritores pro!esionales quepiece para Ia couspafiia de Juarcz. Como petite piece debia rcpresenturseantes de la obra de Iondo de la neche. Su hermano mayor I l u - L I I , que erael summum de Ia resolucion y Ia energia, asesor6 0.1 autor incipientc yambos fucron can e1 libreto a Ieerselo a Rogeho Juarez. Bste, que de.cuando en cuando Ie abria los brazos a algun ensayista del pais, 5 1 ' : mostr6hospitalario en el caso y la obra pusose en marcha. Ell aquella epocneuando una pieza no gustaba se In silbaba desde el vamos. Raul CastroVidela, queriendo defender a su hermano Florencio de un fracaso, organizO-una barrn fuerte. De tal manera que 10.noche del cstrcno, desde la entrada.del teatro, era visible que a Ia petite piece seria casi: impostble que leoayern rechifla. Por 10menos uuos veinte amigos del autor repartklos enel foyer hablahan del estreno y anunciaban con los pufios corrades y arne-nazantos que e1que silbnra en In sala ida a dar a la Rccolcta -0 la Chacarltu.Los urnigos, cuya cdud oscllaba entre los 17 y 20 afios fueron ocupando.asientos en In platen y los pnlcos baleen. A los de arriba lcs habin reco-mendado Hatll: -En cuanto alguno de abajo so haga cl vivo, le tirnnustedes a la cabeza las si llas que teugau a mano: dospues veremos. Afor-tunadamente la pieza se represento sin altcracion del orden, mas sin npro-baci6n tampoco. A Ia salida del foyer, 011 el entreacto, algun espectadorcomento con otro, que aquello que aeubaba de estrenarse no tenia mayor-valor artfstico. 1 \ : : 11 '11 Videla, cuptundo en el aire aquel .desnhucio de Ia,petite piece, acercose prestamentc a los dialogantes y les 'espet6 este co-mentario : =-Pnrn los analfabetos que vicncn a In Comedia es demaslado 10-que se aeaba de dar. _.' Parte de Ia patota qUE!cscoltaba a su jefe, im-puso pur su sola presencia su punto final a aquella cri ticn". EI supuesto-espontancismo de Laferrere con su asombro, gratitud y -pasatiempo se dacomo pauta generahzada, la perspect iva clasi sta entre estos hi jos de los:gentlemen del 80 se institucionallza y exacerba en el pequefio grupo en-frentado a una sltuacton no cotidiana y a sectores de otro nlvel social;Ia erlad corrobora In coyuntura historica y Ia inicincion generaciona1 remitea otras situaciones mas tensas donde Itt patota de seiioritos deriva en inccn-diarios de cireos, guardias hhneas y linchadores! "Patota 0 la patota, es:on Argentina, 10que en Espana In partida de la porra; puro asi como CIIEspafia suelen formar csta partida elementos de la s(]eicdad de ciert; l clase-o sin educaci6n, e.n Argentina Ia forillan los nif ios bien, los j6venes de 'familias acomodadas. _." describe Enrique Molina Nadal en El emigrante--en America, Madrid, 1913, y pasa a resenar el incendio del circo del "se- -lior Frambroun" [Frank Brown] en el ano del Centenario. Complcta csta.

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    710 son de su clase en Ui memento en que los arqueUpos de:la elite intelectual de la oligarquia tradicional se van replegando.con su grupo para deiar el control de la escena politica y culturala hombres de distinio nioei social. En eso estriba La tension.que sulujace ell sus [ormulaciones teoticas, en su actiiud, en.situ_itc!on,p~oy~ctada nttidamcnte sobre Inmigrantes, .judios, anarquistns ysoclahs~r~sJEnnque Dickmann en Becuerdo de un mil-itante socialisla. Su,recJ'e~clOn teatra] se da parcialmentc en La gente honesta y Los muertosd~ Sanchez , y eontodas sus implicancias en La patota, La inc/jack, y L08.! ! l r ( / t ~ _ d~, Carlos M. Pacheco. Resulta pertincnte preguntar: el escritorcrquidea y su banda des Ia traspostcnin del patoterismo sobre el teatro?Laferrere, en_ anto .e~critor "orquidea" que se asimila a las profeslonales.Gen que mcdida suhhma pautns dc su clase ell csa coyuntura historica alproycctarlas en el plano leatral? Se vera e6mo la proyeccion titeo-cotidiano.en titeo-reatrnl rcela born estcneamentc esa clave dc su grupo social,

    Un borrador de respuestns 10adelanta Felipe Amadeo Lastra en He-ctler(~os did 900, Huemul, 19G5: desde la ccologia de la patota su inte--graClOnpoJ' "hijos del 80", horarios, jerga, ademalles.itinerarios: silcncioso agl:eslO~?Sde los diarfos hasta cl desplazamiento de Ia platen y 10tentral.en lhrecelOn a [a calle y la politicn , " . .. 31 conmcmorarse el centenariod~ ?,se.uconlecimiento [! ~revoluci6n de 1810], sc recurre a los "indios,1~le_npar~ evitar In accron de los extrcrnistns , .. Se averiguo en forma,slgllosa clonde se hallnban las madrigucras de esos extrernistas y fuerouJll~t~mente las patotas, tan equtvocadamenra vlllpendindas pOl los repor-'teres, las que .hlc1eron nbortar los atentados preconcehidos. . . La policia.no [u,:,o neeesl_d~d de actuar y las autoridades quedaron rcconocidns porela aetitud decidida y valiente de esos jovenes",

    Mas adelanto, agroga Via le : "Tocaba a su fin el ano 1916. Fijada ..estaba la .noche Em quo iba a tener yo que pasar POl' las horeas caudinus.de.1veredicto del. actor Elias Altppl Con respeeto a Lo que haec falta, uns~llnete cnyo asnnto habia trazado Con unas pocas pala bras en los carna-!-I~~S~1~1eatro Buenos Ah:~sa los directores de la compafiia Mutfio-Alippi.Fei ~lllluda. _I.a.ercera. seccion nocturna de aquel db, Jleg6 el actor Alippla nn donllc~ho. Delicadamente cortes, insinuo sus disenlpas por la tar-danza de mmutos en qll~ habra incurrtdo, -Deseamos con Muifio -agl'e--g6- 110 hacerle perder tiempo, Su Informnclon de dins arras nos interesa:dspel'am?~ que In factum sea viable para nuestro cOlljllnto, 10cual quedarle maI_1l~lestoen segnida. Las maneras inas de mi interlocutor fuerorLrcguln~lzan.dome gradnnlmente e 1 pulso. Porque !tabla estado presa de lac icb5;-'tcI6n.mfemal que dominaba en mi cada vcz que siendo estudiantce I rendlr examell. Hahia oido yo re/erir que Enrique Garcia Velloso

    ela un portentoso lector de sus propias obms' que interpretaha como nadieas voces I '. d I 'y a mlmlC:I e os diversos personajcs de uno u OITO sexo que'

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    -su produccuni, ell su lenguaje Ij en su conjeccionada ju_~tifica-.cion. lluminada asi, su misma retorica -en tanto deieusa in-.dividual y clasista- se inscribe como parte integrante de sucOllciencia de ctase a le t dejensioa. A esto queria llegar. Si unen ellas intervenian. Por suerte no tuve que intentar en Ia ocasi6n traba]osemejante. LLegados a la leetura de la scgunda escena apoderose Alippi-de las cuarti llas, y haciendo uso de un lapiz rojo-azul ~edio a estampar.sefiales aqui y aculla. A partir de entonces, snbstituyeudome, prosiguiopor si y para si la' lecturn de los tres cuadros, releyendo 0 haciendo las.observacioncs y signos que le sugcria su analisis agudo y eficaz. Llcgado.al epilogo, exteriorizo su visto bueno asi. ...:.Unsainete, en el seutido q.uedamos a l termiuo en el teatro nacional, es una obra en un acto con vanos-cuudros"; . . "Una tarde trabe conocirniento con todos los personajes" ..."El 2 de enero cl panorama del Buenos Aires anunciaba el estreno paraIa ultima hom, con musica de Arturo de Bassi. Iba el sainete en buenacompafiiu, en las anteriores seccioncs se representaban Las viborGS de'Gonzalez Pacheco y El ultimo gaucho de ALberto Vacarezzn. Antes delevantarse el telon, Muiiio me indico que me situase detras de uno de losbasttdores del fondo, que simuluba uno de los aposentos del conventillo-.morada del Pibe. -, :Ve ese agujero, mi amigo? Bueno, este mirador espara usted solamente. EI autor desde aqui puede bichamos a todos en 10-que hacemos y cluunusjainos. Tarnbien ir{l sabiendo que opina el publico.sobre este hueso que usted Ie tira ... " (Gincuenta mios atras , Bs. Aires,1950, ps, 68 y' 81). Veamos las significaciones del parrafo: el actor-ejerce sus privilegios profesionales pero sin desconocer el nivel social del"autor-gentlemana cuya casa acude y 0.1 que trata can un lenguaje 10.suficientemente ouidadoso como "para que' resulte evidente y reverencial;la alusi6n a un tipico cscritor profcsional no s610marca malices, sino queimplica y [ustifica el acatamiento ,ante las actitudes bruscamente dldac-- ticas del actor, que van desde la correccion a Ia iniciaci6n. Y pOl' ultimo:.la actitud de un gentleman-escritor que poeos afios despues de Laferrereya no compile can los profesionales provenientes de la close media queocupan todo el escenario teatral, sino que a partir de ese nuevo predo-:.min.iosiente que Ie otorgan seguridad. Alrcdedor de 1916 los nivelesparecen equiparados. E, incluso, dcscquilibrados a favor de esos hombres.nuevos que le ensei\an a un h.ijo de gentleman, antiguo secretario del jefe,.de policia en HllO, algo tan obvio que suena a condesccndcncia burlona,Descle esta perspectiva, el libro de Viale podria tituiarseMemorulS de tinautor de tea tro orquidea . Corresponderla comprobar las analogius en lasituacion de gentlemen-dramaturgos 0 de "hijos del 80" como Duhau,Roldau, Saldins, Bunge, Quesada, Richard Lavalle para plantcar Ia hipo-'.tesis de Laferrere emergente de una serie de "cscrttores-orquidca". Incluso'para comprobar -0no--- la existencia de 'una "mancha tematica" que so.superponga y los involucre. .

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    gentleman era la culminacion de una cultura 10, Laierrerc nopodia Fracasar ante escri tores profesionales s ituados par debajode su estatus social; con sus declaraclones retoricas aparcntabaprolongar pautas de su c1ase , can su implic ita descal if icnciondc Ia literatura emboscaba su propio osfuerzo y, 10 fundamental,se curaba en salud ll. Es decir, a traves de esa act itud salva-guardaba cl prestigio de su clase, se claba el gusto de la aven-tura, apostaba, cntrnba en competencia can representantcs deotra en ascenso, pero no arriesgaba su estatus ni cl prestigiosocial, En verdad, operaba en dos [ren tes , eI?-.relacion a las'tradicionales pautas sociales de su clase y teniendo en cuentalas recientes nonnas de sus colegas. Lo grupal y 1 0 profesional]0 definen en una encrucijada y su escritura se condiciona pmel desnivel entre esos dos codigos. Su teatro puede leerse comoun punta de encucntro entre dos intencionalidades. De ahi-que, en ultima instancia, sus dcclaraciones , frente a 'un fracaso,pudieron condenarlo a ser un mal cscritor, pero nunca cuestio-nahan su oalidad de gentleman. AI fin de cuentas, tanto para6l como para. su clase un fracaso teatral podia significar unadesdicha literaria, jarnas un menoscabo social,

    HI H. J. Laski, El pei igro de" ser gentleman, Bs, Aires, 1949; J. ].Chevalier, L'eoolution de l 'Einpire Bri tannique, Edit. Inter., 1930.

    1.1 Si se ticnen en cuenta componentes personales que aparecen ar-ticlliandose en especial con [ettatore, podria agregarsc: para curarse ensalud y como cabala. "Era supersticioso don Gregorio, como buen club-man" afirma Joaquin de Vedia, Por algo los titulos de sus obrus inclu-ycndo en algun casu los signos de admiraci6n- estaban compuestos contrece Ietras, La seeuencia entre lo hlstorico y 10 individual se eomple-rneutnria asi: clase en repliegue-competencia can la que avanza-perdida.de conviccion de la elite .trudicional-inseguridad competitiva-ablandamientoettco-ideologins de repuesto-temor-supcrstici6n-c.onjuro del peligro. Paraciertas correlaciones entre impacto inmigratorio, ciudad esoindida, "lun-:fardo y clases medias, enfrentamientos sociules y supersticiones de origenitaliano v. Antonio Dellepiane, El idiom(l del delito, B s, Aires, AmaldoMoen, 1884, y Eusebio Gomez, La mala viM en Buenos Airen, JuanRoldan, 1908. Para los componentes de xenofobia y populismo, JorgeBrown Arnold, La muerte de la Republica, 1892 .

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    vEL NUEVO POBLICO. MOREIRISMOY ANTIMOR.EIRISlv!O

    "Vease que aqucllns eran niiias nacidas en casas patrl-cias y criadas en un medio ambiente de cortesia, debuen gus to, de taeto, de lu]o, de orgullo Y virtud."ENltrQUF. G6MEZ CAlIRn..LO, El encantode Buenos Aires, 1914.

    Pero Laferrere no s610 os un gentleman por las paulus devida y' habitos mentales que ucarrea. Tampoco porque eludael posible fracaso frente a la mirada critica y sin complacenciasde los .profesionalcs del tcatro pertenccicntes a otro estatussocial, sino tam bien porque atrae a gente de su c1asc Iormadapor gentlemen, sus mujeres y su jcfe a sumarse el publico canque ya contaba el teatro nacional: "La sala prescntaba un as-pecto imponente -describe Garda Vclloso Ia noche del estrenode Jettatore-. Esta Integramente represcntado el Circulo deAnnas, habia una cantidad tal de diputados nacionalcs comoen los elias de sesion Importantc, las senoras mas distinguidasde Buenos Aires, que ignoraban la cxistencia de una cornpariiade comicos nacionales, ocupaban los palcos. Dc pronto un mur-mullo en Ia sub y todo el publico mueve Ia cabeza hacia elpasillo de los palcos bajos donde la gente se apefiusca. Esque entra el general Boca, presidente de la Republica" 1.

    lOp. cit., ps, 41-42.67

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    El teatro, el club y el pnrlamento son asimilados comorccintos de un grupo social; las mujeros, con su estatus peculiar,san tl fican el recinto reconocido previamente por ]05 caballerosque ahora actuan de iutroductores c iniciadores, y finalmenteRoca rati fica la consagracion en SU caracter de jefe visible deuna elite, Estamos en mayo de 1904. El "publico de estreno"se perfila: aparece, adhiere y luego se institucionaliza. Pero elque 10 rodea y prosiguc es el "publico de sostcn" cuyo grucsoesta conformado por los scctores medias: en seguimiento de laspautas de prestigio pero en conflicto can las pautasde poder 2.

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    en todos los acres entre cl relampnguoo de dagus y fogonazosde revolver. Todo csto, demas esta decir, entrcmozclado acicrto dejo de arte hidl, accesible a aquella alma colectivainculta que no se hallaba en condiciones de pensar, sino desentir. AI hacer esas concesiones, deponiarnos vanidades litera-rias, ensuefios juveniles y dubamos tema a Ja gaeetilla mozquinnque no so le ocurrfa pensar, par ignornncia 0 por maldad, queaquello era la primera etapa de una evoluci6n que hoy co-mienza a dar tan 6ptimos frutos, Los primeros trabajos nossirvieron para interesar a esc' publico que no habia visto unasob obra nacional en la que la unidad do tiempo y de lugar sesucedieran de acuerdo a los preceptos dramaticos, Hasta quese estreno JCSTls Nazarene en el teatro Apolo no se habra pre-sentado un drama COn decoraciones fijas en' 'todos los actos.Las mutaciones mas extravagantes era uno de los defectos delantiguo repertorio. Con esas obras, -.adcmas, comenzaron aadiestrarso los interpretes, dctesta bles con rams excepciones.~C6mo era posible que se escribieran dialogos superiores paraaquellos . cartistas acostumbrados a un lexico pauperrirno?dC6mo imaginar personajcs de alguna trascendencia para gen-to que no sabia habIar? jose]. Podesta, que tan claro supovcren aquol entonces, ayudo mucho a' Soria en sus proyectos deevoluci6n relativamente lenta, y poeos meses despues velum oscan satisfaccion los enormes progresos abtenidos ~ fuerza deruda labor. Hicimos espectadores e inventamos artistas.Las Iocalidados del Apolo so vieron ocupadas por un publicodistinguidn que exigia alga mejor, queno tard6 en llegar. So-lan\ente los' que hemas estado en Ia brecha sabemos cuantocost6 vincular a eicrtos escritores de talcnto a nuestra ohm.Excuso decide que a raiz de] exito vinieron solos. Despues de{Al campo! y de La piedra de escdndalo, la buena plebe quetanto nos aplaudio a1 principio emigre de la platea al paraiso,

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    y los excelentes cuanto ignorantes rnuchachos que antes de In...reforrnas pergefiaban engendros dramaticos a' traioion, tuvie-ton que refugiarse en el circo. Alii estan con gran contents-rniento de Raffetto. EI guarangaje Iue desapareciendo poco a1)OCO y hoy los criollos visten regularmento el frac, hablan bas-tante mejor y hacen comedias a veces notablemente. HemosIlegado, pues, al momento propicio para In evolucion total ...Usted, amigo Laferrere, ha contribuido mas con su comediasin trascendencia, facil, ingenua, a la cvoluci6n anhelada ... " 4.

    EI proceso del publico a que alude Garda Velloso COIl susrezagos circenses, melodramaticos y populistas y su trans itohacia otras zonas donrle acude un nuevo publico, so concentraen torno a la idea de rejinomicnto: despegarlo de sus origenes.(le "baja extraccion" para apuntar ul publico de las "esferas su-periores de la sociedad". Tcmas, lenguaje, vestuario deben serlas apoyaturas principales de esc pasaje, Y Mariano C. Bosches quien se convierte en el agres ivo sostenedor de ese programa:impugnnndo a cada paso al "genera nctamente guarango parasolaz del para ISO y las grader fas" pero sin dejar de sefialar lacompetencia impuesta por los "precios populares" en la organi-zacion y distribucion de los diversos niveles del publico, Ad-virtiendo los "exccsos" del sometimiento de los nuevos autoresa esc "publico popular", pew sin evaluar el margen de legiti-midad de esa tendencia. Sefialando In estratificacion del pu-blico con el nivel que so queda adherido H I viejo mimodramuy e] sector mas reciente que se interesa par el "asunto italo-criollo". La eeologia teatral con "la concurrencia popular delApolo, especial clientela de Pablo Podesta" y la del Nacionalde la callo Santa' Fe donde Guillermo Battaglia hacia repertorioselecto. Y los desplazamientos internos que Ilevaban a "la

    4 Imbert, op. cit., ps. 53-54. ' . ~ . 11':. i71,

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    genre de las clases superiores a frecuentar casi asiduarnenteel Apolo" iHistoria de los origenes del teatro nacional argen-tino) .

    Ese itinerario referido al publico va encabalgado en olcircuito cumplido par el teatro desde Juan Moreira al 900, delcirca arrabalero aI centro de la ciudad 5 que reenvia nueva-:mente al proceso mas amplio seguido por los sectores mediasen su pnniboln de forrnacion y avance, Los pasos -seJeccio-nando las emergencias mas significa tivas sobre un trasfondoIento e impreciso- son los siguientes: en 1884 a beneficio delos hermanos Carlo se representa con intervenci6n de jose J.Podesta, payaso del circo Humberto J, llarnado Pepino el 88,Juan Moreira, novela de Eduardo Gutierrez transformada en.pantomima, que habia s ido publicada como fol letin ea La patriaArgentina del 28 de noviembre de 1879 al 8 de enero del 80.Era un conjunto de volatineros italicos que mechaban en surepertorio de mimodramas francoitaliauos uno mas vestidoa usanza criolla, con baile y payada y que incorporaron alelenco a un payaso de origen uruguayo que andaba diestra-mente a caballo y conocia esc mundo. .En 1886, en Arrecifes,llegan fusionados los Podesta-Scotti. Quien sugiere la conve-niencia de clialogar en voz alta parte dd mimodrama es unfondero frances, Leon Beapuy, aficionado a la farandula . En1886, aparecen en Chivi1coy; de ahi aI circo de la esquina deEuropa y Piedras en Buenos Aires , exi to l imitado ala parroquiade San Telmo, en 1889 gran exi to en Montevideo, que se repi teen Buenos Aires el mismo ana y se afirma de modo definitive

    5 Sobre ese circuito ex:is ten nurnerosos tes timo.nios; Vicente A. Sala-verri, Del picodero al prosoenio, Montevideo, 1913. Uno. mas, el de Cil-vez.: "Como ya he contado, yo era amigo de los Podesta ... habian dejadoel teatro Doria -

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    -debe emigrar de la platen al paraiso y volver al circa cuandoIn platea cmpieza a llenarse de gentlemen y de gentc de clasemedia que puede pagnr mas caro su butaea y exige un espec-!aculo de ncuerdo con sus Iormas de vida.

    Pero torla Interpretacion lineal resulta ubstracta. As! comoIa aparicion de los gentlemen ell Iuncion mas iva y homog6neade publico del teatro nacional no fue de todo a nada y comoTcsultado inmediato y {mica de Ja apnricion de Laferrere, sc-pucden sefialar antecedentes 0, si se prcfierc, contaminaciones-que sirven de carnadura y contexto a las emergencias mas sig-nificativas : cuando todavia es taba en los arrabales, los senoritas.gentiemciv hacian sus raids sabre esa zona de Ia ciudad pinto--resca, inqnietunte y pccarninosa; un articulo del perioclico Su d.America intercalado en las mornorias de Podesta (Originalida-des sociales. Juan Moreira) alude nl publico dc senores que j"ban par prnnera vez a "reuniones de esa natnrnleza": IgnacioPirovano , Adolfo Alsina, el general Campos; y se nombra, ade-.mas, a los principales propugandistns. los Arriola, Balcarce,Mackinlay, Vivot.

    Si hubiera que seguir encarnando los datos scleccionados,- I n a nn lo g i a can 1 3 1 proccso de otro fenomeno de origen popular,-el tango, que cumple un circuito similar desde los arrabales al.centro correlacionudo con Ja inmigracion y las clascs medias y-que Finalrnentc promuevc la adhesion de los grupos tradicio-nules, resulta complcrnentaria 7.

    7 Horacio A. Ferrer, El tango, su historia y evoZ.uci6n, Pefia Lillo,Buenos Aires , 1960; Jose Sebastian Tallon. El tango en su e tapa de mUs ica:prohibida, Inst, Amigos Libro Argentino. 1959. Teatro nacional, tango,box incluso, como concomitantes de "la mala vida" arrabalera que ern-pieza a Fascinar vinculan In patota y "los hijos del 80": "Son las doce y. va cayendo Ia gente bien pre parada Iy las minas contratadas, / espe-rando eI tango estan . . . / Tambien cne a rnenudo Iun senor Pancho'Zerbino / que es un cnollo muy ladino / y no l