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La Crisis Bancaria Irlandesa

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La Crisis Bancaria Irlandesa

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Page 1: La Crisis Bancaria Irlandesa

LISTADO DE ABREVIATURAS

ALBK: Allied Irish BankBKIR: Bank of IrelandEMU: European Monetary UnionFMI: Fondo Monetario InternacionalIPC: Índice de Precios al ConsumoIPM: Irish Life and PermanentIRPF: Impuesto sobre la Renta de las Personas

FísicasIVA: Impuesto sobre el Valor AñadidoOCDE: Organización para la Cooperación y el

Desarrollo EconómicoPIB: Producto Interior BrutoROE: Return on Equity, retorno sobre fondos pro-

pios.

RESUMEN EJECUTIVO

El 30 de Septiembre de 2008, como consecuenciade la dificultad de una entidad financiera pararenovar su financiación mayorista, el gobiernoirlandés anunció una garantía estatal a todas lasdeudas de seis bancos irlandeses. En Diciembrede ese año tres de los cuatro bancos cotizadospresentaban capitalizaciones bursátiles entre el 5y el 7% de su nivel de 2007, el cuarto banco esta-ba al 1%. La capitalización bursátil de la bancairlandesa represaba una octava parte de sus fon-dos propios, y la relación de precios partido porbeneficios estaba a una vez1. ¿Qué había sucedi-

do para que la otrora alabada banca irlandesaacabara cayendo en una postración que terminóarrastrando en 2010 el propio Estado a unaintervención por parte del FMI y la UE?

La crisis bancaria irlandesa se gestó por laconjunción de un entorno macroeconómico con-ducente a la expansión crediticia, de una corto-placista gestión bancaria y de una pésima super-visión bancaria.

En el primer ámbito es de destacar los tiposreales negativos que vivió Irlanda tras el acceso alEMU, su repercusión en fuertes subidas de preciosde activos, en especial inmobiliarios, la facilidadeconómica para financiar un creciente déficit decuenta corriente con una divisa única, una pro-gresiva pérdida de competitividad del país debidoa fuertes subidas de costes laborales unitarios, yuna política fiscal ilusoria y a todas luces errónea.

En el segundo, confluyeron factores comoexpansiones de balance continuadas de doble dígi-to, relajación en los estándares de concesión depréstamos, con niveles cada vez mayores de loan tovalue, una altísima exposición crediticia al segmen-to de commercial real estate, unos sistemas ineptos decontrol de riesgos y de auditoría interna y externa,una enorme dependencia de la financiación mayo-rista (con ratios de préstamos a depósitos superio-res al 200%, muy por encima del nivel de Españade 150% y el doble de la media de la zona euro, al100%), con los consiguientes riesgos en la duraciónde activo y pasivo, un sistema de incentivos malplanteado y unas estructuras de gobernanza ban-carias más que cuestionables.

En el tercero, Irlanda abogó por una supervi-sión light touch, que fue claramente inútil para

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LA CRISIS BANCARIA IRLANDESA

Ignacio de la TorreProfesor de finanzas, IE Business School

Socio, Arcano

1 HONOHAN, Pág. 1.

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minimizar la catástrofe bancaria que se avecina-ba. Los organismos supranacionales (ECB, FMI)fueron incapaces de advertir sobre cómo los cre-cientes desequilibrios en el sistema financieroestaban interrelacionados con los macroeconó-micos, y los riesgos inherentes de esa debilidaden la solvencia bancaria. Una falta absoluta decoordinación entre supervisores bancarios, quepermitía el arbitraje regulatorio.

Qué mejor ejemplo del enorme fallo delsupervisor supranacional que este extracto de uninforme del BCE de Mayo 2007: «los efectos debancos en países grandes sobre los principalesbancos en países pequeños, incluyendo particu-larmente Finlandia y Grecia, y a veces Irlanda oPortugal, tienden a ser significantemente másdébiles que los efectos sistémicos en los bancosde su propio país, por lo tanto, los países peque-ños situados en la periferia de Europa parecenestar más aislados de contagio bancario euro-peo»2.

Este artículo aborda cada uno de los tresapartados, destacando cada uno de los elemen-tos. Termina con unas conclusiones y sugeren-cias a tener en cuenta para prevenir un sucesosimilar.

I. CAUSAS MACROECONÓMICASDE LA CRISIS BANCARIA

Irlanda accedió a la Comunidad Económica Euro-pea en 1973, para entonces, era el socio máspobre en términos de PIB per capita. Para 2007Irlanda era el segundo país más rico por habitan-te de la Unión Europea sólo detrás de Luxembur-go. El intenso crecimiento económico que desdelos años 80 posibilitó este salto cualitativo se hadenominado «el milagro irlandés». Dicho creci-miento fue consecuencia de acertadas políticas yde pactos entre el gobierno, sindicatos y empresa-rios, que desembocaron en una moderación sala-rial que posibilitó la conversión de Irlanda en unaeconomía competitiva y exportadora. Además, untipo de sociedades muy reducido atrajo numerosainversión extranjera directa, lo que provocó lageneración de muchos puestos de trabajo cada vezmás cualificados, y por primera vez en su historiamoderna, Irlanda se convirtió en un país receptorde población. La preferencia de los irlandeses acanalizar su ahorro hacia los inmuebles provocóque mucha de la riqueza generada estos años seinvirtiera en viviendas, lo que desembocó en fuer-tes subidas de los precios de los inmuebles,comenzándose así a gestar el desequilibrio.

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2 HARTMANN, Pág. 125.

LA CRISIS EN EUROPA: ¿UN PROBLEMA DE DEUDA SOBERANA O UNA CRISIS DEL EURO?

GRÁFICO 1. PRECIOS DE LA VIVIENDA EN IRLANDA, 1970-2008, DEFLACTADOSPOR IPC, 1970=1

Fuente: Department of Environment, Heritage and Local Government, Gobierno de Irlanda.

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Desde 1997 Irlanda perdió su contenciónsalarial, empeorando poco a poco la competitivi-dad relativa. La entrada en el euro aceleró estatendencia, y pronto Irlanda se convirtió en elsegundo país de la UE con los costes laboralesmás altos, y el país con el mayor nivel de precios.Para 2000 Irlanda entró en déficit de cuentacorriente.

La entrada en la zona euro provocó unareducción a la mitad de los tipos de interés alargo plazo. En el periodo 1999-2005 se produ-jeron tipos reales negativos. Dada la preferen-cia de los irlandeses por el ahorro en forma deviviendas, se proyectó en un aumento relativodel peso del sector constructor: para 2006 éste

representaba un 13% del PIB, el doble de sumedia histórica3, con el consiguiente sobreca-lentamiento económico, a medida que mayoresprecios inmobiliarios inducían mayor consumoy mayor apalancamiento. Los bancos, incapacesde hacer frente con depósitos a tanta demandade crédito hipotecario, acudieron a los merca-dos mayoristas de la zona euro para solicitar esafinanciación, lo que fue agravando progresiva-mente el déficit de cuenta corriente. Paraentonces muy poca gente fue capaz de ver cómolas ventajas que ofrecía la EMU (financiaciónmás barata, mercados mayoristas de financia-ción) podrían resultar perniciosas si no se utili-zaban con la justa mesura.

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GRÁFICO 2. POSICIÓN DE LA BALANZA EXTERIOR DE IRLANDA COMO % DE PIB

Fuente: OCDE.

La gran disonancia de la economía irlandesaera precisamente su mayor dependencia del cré-dito para crecer. Cada incremento marginal delPIB requería de una mayor proporción deendeudamiento. Así, si en 1995 el ratio de prés-tamos bancarios sobre PIB estaba en el 67%, en2003, antes del último ciclo de expansión crediti-cia, este ratio había aumentado hasta el 127%.Sin embargo nadie puso el acento ante esta ano-malía de un crecimiento viciado por el endeuda-miento masivo.

La mayor imposición ligada al sector cons-tructor provocó un aumento de la elasticidad fis-cal irlandesa. Así, cada incremento marginal dePIB en los años anteriores a la crisis provocaba

un incremento mayor en la recaudación fiscal.Los excesos provocados por la dependencia delsector inmobiliario se podrían haber compensa-do con una política fiscal anti cíclica. Sin embar-go, el gobierno no procedió a mantener constan-te el peso del gasto público en la economía, y porlo tanto éste aumentó en proporción de PIB.Además, una gran parte del gasto fue a financiargastos corrientes (aumento en el número de fun-cionarios de un 15%), lo que provocaba aúnmayor inestabilidad en las cuentas públicas anteun cambio de tendencia.

3 REGLING, Pág. 22.

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Aunque las cuentas de 2007 mostraban unaparente equilibrio fiscal, la realidad es que eldéficit estructural era ese mismo año cercano al8,75%, si se ajustaba por los ingresos fiscalesirregulares provenientes de la expansión inmo-biliaria. El gobierno irlandés había ofrecido aempresarios y a sindicatos reducciones deimpuestos de la renta como contrapartida a lapolítica de moderación salarial, resultando enque el peso del impuesto sobre la renta comoporcentaje del total fue cada vez más bajo, dis-minuyendo la estabilidad de la imposición anteun cambio de tendencia económica. Durante elperiodo del milagro económico irlandés habíasido parejo a una reducción del peso de losimpuestos recurrentes (IRPF, IVA), dentro delsistema impositivo, sesgándose hacia bases norecurrentes (Impuesto de sociedades, impuestosde plusvalías), que subieron su peso en la impo-sición desde el 8% de los años 80 hasta el 30%en 2006.

Además, los subsidios fiscales a las hipotecas,mediante la deducibilidad de los intereses deéstas, los subsidios al mercado inmobiliariocomercial y la ausencia de un impuesto sobre elpatrimonio inmobiliario, agravaron la situación,provocando que el Tesoro se viera sin capacidadde adoptar una política fiscal expansiva ante uncambio de tendencia. Por otro lado, una impor-tante porción de la mayor renta disponible de losciudadanos consecuencia de las bajadas deimpuestos fue canalizada a la adquisición deinmuebles, provocando mayores subidas de pre-cios, lo que agravó los desequilibrios. En conjun-to, el Tesoro irlandés fue incapaz de desarrollarherramientas de análisis que permitieran diso-ciar los componentes coyunturales de los estruc-turales del presupuesto, convirtiendo a éste enuna situación de extrema vulnerabilidad ante uncambio de ciclo4.

La expansión económica irlandesa la décadaanterior, que como hemos visto permitió a Irlan-da superar los estándares de vida de la UE, y lapreferencia de la sociedad irlandesa por los

inmuebles, en un contexto en que no se habíaproducido hasta entonces una gran crisis inmobi-liaria nacional, se podría haber mitigado con unapolítica fiscal prudente y con una muy estrictasupervisión bancaria, quizás provocando un softlanding que hubiera minimizado el impacto de lacrisis. Sin embargo nada de esto se llevó a cabo.

II. UN SISTEMA FINANCIEROVULNERABLE

El boom irlandés comenzó en 1995, cuatro añosantes de la entrada en el euro, con expansionescrediticias por encima del 32% en 1998 y 1999.La expansión se contuvo hacia 2002 y volvió confuerza en 2004. La diferencia es que si a final delos 90 el volumen crediticio iba sobre todo enfo-cado hacia deuda corporativa, desde 2004 laexpansión crediticia se centró más en inmuebles.Los tipos de interés bajaron desde el 10% en1993 hasta tasas reales negativas entre 1998-2004.

El sistema bancario irlandés adolecía de gra-ves problemas: un crecimiento alarmante delvolumen crediticio, una concentración crediticiaexcesiva en el sector inmobiliario, una depen-dencia excesiva de la financiación mayorista, unsistema muy cuestionable de control de riesgos, yunos controles de auditoría interna y externa atodas luces deficiente. Con todo, el reguladorirlandés fue incapaz de poner orden, empezandopor intentar limitar la expansión crediticia.

La situación se agravó con una competenciaferoz en la banca comercial, a medida que bancosdomiciliados en el Reino Unido pero con sucur-sal en Irlanda intentaron conseguir cuota demercado con estrechos márgenes y relajadosestándares de crédito, ofreciendo hipotecas quefinanciaban el 100% del valor del inmueble, todocon sencillos trámites de aprobación de présta-mos, algo que azuzó a la banca irlandesa a res-ponder con menores estándares de concesión ycon evidentes errores en el control de riesgos,tanto en la documentación de las hipotecas comoen la realización de test de stress.

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4 REGLING, Pág. 26.

LA CRISIS EN EUROPA: ¿UN PROBLEMA DE DEUDA SOBERANA O UNA CRISIS DEL EURO?

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El resultado de esta coyuntura fue demoledor:incrementos del crédito bancario en los activosde los bancos irlandeses entre el 20% y el 30% de2003 a 2006, lo que provocó a nivel individual,incrementos crediticios medios exorbitantes, enesos años: el Anglo Irish Bank con crecimientosanuales medios por encima del 45%, IrishNationwide Building Society al 40%, Allied IrishBank, Educational Building Society y Irish Lifeand Permanent entre el 30% y el 35%, y el más«prudente» Bank of Ireland (el único que ya en2011 no ha pasado a ser controlado mayoritaria-mente por el Estado), entre el 25% y el 30%.

Estos incrementos crediticios fueron en oca-siones no sólo coyunturales, sino estructurales.Anglo Irish Bank presentó incrementos de acti-vos superiores al 20% en ocho de los nueves añosanteriores al estallido de la crisis, con un creci-

miento anual compuesto de un 36% entre 1998 y2007, y Irish Nationwide presentó un crecimien-to medio superior al 20% en ese mismo periodo.Dichos incrementos crediticios hubieran sidomenos peligrosos si hubieran sido parejos a unestricto control del riesgo, pero no fue el caso.Además, era de especial preocupación el hechode que mucha de la cartera crediticia de la bancairlandesa fue generada en un periodo muyreciente, ya que este hecho aumentaba la vulne-rabilidad de la banca ante un cambio de ciclo enlos precios de los activos.

Por otro lado las expansiones de balance no sediversificaron entre diferentes sectores, sino quese centró en el sector inmobiliario, en especial enla promoción de commercial real estate, con elagravante de que el riesgo se interconectabaentre diferentes bancos expuestos a un mismo

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GRÁFICO 3. CRECIMIENTO PORCENTUAL DEL PRÉSTAMO PRIVADO EN IRLANDA

Fuente: Banco Central de Irlanda.

GRÁFICO 4. CRECIMIENTO ANUAL COMPUESTO DEL VOLUMEN CREDITICIODE DIFERENTES BANCOS IRLANDESES, 2003-2006

Fuente: REGLING, pág. 31.

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promotor, generando una vulnerabilidad sistémi-ca. Así, Anglo Irish Bank y Irish Nationwide Buil-ding Society presentaban en 2006 una exposiciónde balance a préstamos en el sector constructor einmobiliario excluyendo hipotecas superior al80%, o más de doce y siete veces en proporciónde su base de capital. Por otra parte, los loan tovalue fueron aumentando año a año en el perio-do 2004-2007, como consecuencia de la situación

competitiva, hasta provocar situaciones comoque en los años 2006 y 2007 el 30% de las hipo-tecas concedidas a primeros compradores pre-sentaban loan to value del 100%. Por lo demás, labanca irlandesa también presentaba una relevan-te exposición al Reino Unido, por lo que la defla-ción de activos que experimentó ese país desde2008 también afectó de lleno a la solvencia de labanca irlandesa.

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LA CRISIS EN EUROPA: ¿UN PROBLEMA DE DEUDA SOBERANA O UNA CRISIS DEL EURO?

GRÁFICO 5. CRECIMIENTO DEL LIBRO DE PRÉSTAMOS DE LOS ÚLTIMOS DOS AÑOSCOMO PORCENTAJE DEL TOTAL DEL ACTIVO

Fuente: CURRAN, Pág. 9.

GRÁFICO 6. EXPOSICIÓN DE LA BANCA IRLANDESA AL REINO UNIDO, COMO %DEL TOTAL DE ACTIVOS

Fuente: CURRAN, Pág. 26.

Con todo, el talón de Aquiles del sistemafinanciero residía en su liquidez. Con un ratio depréstamos a depósitos del 200%, la banca irlan-desa no sólo duplicaba a la media de la banca dela UE, sino que estaba en una situación muchopeor que otros países vulnerables, como Españay Portugal, con ratios cercanos al 150%. Los seis

mayores bancos irlandeses presentaban unafinanciación mayorista equivalente al 39% de susvolúmenes de créditos. Esta situación era extre-madamente vulnerable, ya que mucha de lafinanciación mayorista se conseguía en venci-mientos cortos, lo que contrastaba con la muysuperior duración de los activos. Entre 2003 y

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2006 la financiación mayorista con vencimientoinferior a un año subió de € 11.000 mm. a €

41.000 mm5. Ante un shock, de liquidez como elque se inició en verano de 2007, la debacle esta-ba asegurada. A este respecto, es interesante la

reflexión de que existe una intensa correlaciónen la historia financiera entre la libertad demovimiento de capital y la incidencia de crisisbancarias internacionales, tal y como señalanReinhard y Rogoff6.

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GRÁFICO 7. POSICIÓN NETA INTERNACIONAL DE LA BANCA IRLANDESA EN % DE PIB

Fuente: Banco de Irlanda.

Antes de la debacle oficial de Septiembre de2008, el mercado ya percibía el enorme riesgosistémico del que adolecía la banca irlandesa. Así,en un informe bursátil de Enero de 2008 sobre labanca irlandesa, los analistas de UBS exponíancómo los precios de commercial property habíansubido un 131% en los últimos cinco años, ycómo la banca irlandesa había incrementado enese periodo la exposición a ese segmento a razónde un 26% de crecimiento anual compuesto. Losmismos analistas señalaban cómo desde 1995 sehabía producido una caída de la morosidad,caída pareja a la inflación de activos; sin embar-go, si se analizaban series más amplias de tiem-po, la morosidad sí que subía en épocas de baja-das de precios de activos, por tanto, concluían losanalistas de UBS, no había ningún motivo parapensar que una bajada de precios de los activosno repercutiera muy negativamente en la solven-cia de la banca irlandesa, por lo que ya entoncesaconsejaban vender los dos bancos más expues-tos a este ciclo, el Allied Irish Bank y el AngloIrish Bank7.

Quizás el mejor exponente de esta vulnerabi-lidad bancaria sea Anglo Irish Bank, que conapenas media decena de sucursales abordó unaintensa expansión crediticia orientada a promo-tores de commercial real estate, lo que provocó sucaída estrepitosa tras el estallido de la crisis,hasta alcanzar las acciones tan sólo unos centavosde valor, reflejando simplemente la opcionalidadde un salvamento por parte del Estado. Apartede una estrategia fallida, AIB incurrió en cues-tionables transacciones en forma de préstamoscon los miembros de su consejo de administra-ción, lo que provocó la dimisión del Presidente yprimer ejecutivo de la entidad en Diciembre de2008, y del director financiero y el responsablede riesgos en Enero de 2009.

Tras estos eventos, el Gobierno procedió anacionalizar el AIB la noche del 15 de Enero de2009, quizás en la aparente noción de que AIB eraun «banco sistémico» para el sistema financieroirlandés. La nacionalización provocó el día 16abruptas caídas del 13% en Allied Irish Banks y elBank of Ireland, y el diferencial de riesgo irlandéssubió de manera relevante ese mismo día, y sobretodo la semana siguiente, hasta alcanzar niveles de260 puntos básicos (118 más que la semana pre-via), mostrando la correlación que existe entre el

5 REGLING, Pág. 33.6 REINHART, ROGOFF, Pág. 22.7 CURRAN, Pág.1.

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peso del sector bancario en un índice bursátil y eldiferencial del bono soberano8.

En conjunto el sistema bancario irlandés ado-lecía claramente de un mal gobierno que expli-caba la bomba de relojería sobre el que se estabagestando. Los consejos de administración no rea-lizaron su trabajo con una prudente supervisión,tampoco los comités de riesgos, ni los de audito-ría, ni los auditores externos, y claramente el sis-tema de incentivos estaba perniciosamente plan-teado.

Se había acelerado la trilogía maldita: fuertesincrementos de crédito, incrementos de preciosde activos, y financiación bancaria mayorista.Irlanda estaba sentada sobre bases tan peligrosascomo la de los EEUU, el Reino Unido, o España,con el agravante de que los activos bancariosrepresentaban un % superior frente al PIB enIrlanda que en los otros países.

Con todo, en 2006 ya había señales de extre-mado riesgo en el sistema inmobiliario, incluyen-do un 15% del parque vacío. En palabras delGobernador Honohan, «dada la relativa bonanzacon la que los bancos irlandeses habían sobrevi-vido las severas recesiones a mediados de los 50,en los 70 y en los 80, incluyendo esta última unaintensa reducción de los precios inmobiliariosreales, es sorprendente cómo estas institucionesbancarias, tradicionalmente tan conservadoras,sucumbieron a tan extravagante burbuja de pre-cios y construcción»9.

III. UNA SUPERVISIÓN FALLIDA

La peligrosa situación arriba expuesta se podríahaber compensado con una regulación bancariamuy intensa, de forma que se asegurara el máxi-mo control en la documentación de la concesiónde créditos, para amortiguar así el exceso deliquidez. Sin embargo, el supervisor irlandésoptó por una supervisión «ligera», en consonan-cia con otras supervisiones anglosajonas, partien-

do de la base que el sistema bancario era capazde auto regularse y controlar su política crediticiay niveles de riesgos, nociones todas presentes enBasilea II.

El fracaso de la supervisión fue a todo nivel,comenzando por el FMI que fue incapaz deadvertir en sus informes de estabilidad finan-ciera ni siquiera en el de 2006 de los desequili-brios bancarios que se estaban generando enEuropa, seguido del BCE, que tendría quehaber advertido a los supervisores nacionalesde las peligrosísimas confluencias entre el cicloeconómico, entorno financiero y oleadas deliquidez. Así, en un estudio de 2005, el BCEmantenía en un análisis sobre Grecia, Irlanda yPortugal que los

booms generados por la adopción del euro habíancomenzado tres-cuatro años antes de su entradaen vigor, alcanzando su máximo clímax el año delacceso a la moneda única; a pesar de los intensosincrementos de crédito, no se han observado con-secuencias negativas en los sistemas bancarios;los bancos siguen siendo rentables y bien capita-lizados, y la morosidad ha decrecido. Por lo tantose puede observar cómo la fuerte expansión delcrédito en dichos países como consecuencia delacceso al euro habían resultado inocuos para susistema bancario10.

Paradójicamente ese mismo estudio afirmabamás adelante cómo «... la explosión hipotecariaprovocó una subida de precios inmobiliarios, quedurante los últimos seis años han visto incremen-tos anuales superiores al 20%, ..., aunque no hayevidencia clara de sobrevaloración de activosinmobiliarios, hay algo de riesgo que Irlanda seenfrente a una burbuja de precios en el mercadoinmobiliario»11.

Ya hemos expuesto cómo en otro estudio delBCE de Mayo de 2007 se defendía que «los efec-tos de bancos en países grandes sobre los princi-pales bancos en países pequeños, incluyendoparticularmente Finlandia y Grecia, y a veces

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9 HONOHAN, Pág. 4.10 BRZOZA-BRZEZINA, Pág. 5.11 BRZOZA-BRZEZINA, Pág. 14.

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Irlanda o Portugal, tienden a ser significante-mente más débiles que los efectos sistémicos enlos bancos de su propio país, por lo tanto, los paí-ses pequeños situados en la periferia de Europaparecen estar más aislados de contagio bancarioeuropeo»12.

También es destacable la propia regulaciónbancaria ejemplificada en Basilea II, que no sólocedió excesivamente a los bancos la evaluaciónde sus niveles de riesgos, sino que siguió ponien-do el acento en la solvencia ignorando la liqui-dez, un error clave del que el sistema financierohabría de dolerse una vez que ésta desapareció. Anivel más local, el supervisor irlandés erró al noligar la supervisión al ciclo económico y financie-ro, al no implantar políticas anti cíclicas en laconcesión de créditos, al apenas realizar inspec-ciones in situ, y al no controlar los estándares deconcesión de créditos.

A pesar de tantas alarmantes señales, la únicatibia respuesta del regulador sobre el incrementode préstamos con loan to value del 100% fue ele-var el consumo de capital de los mismos del 4%al 4,8%, en una regulación adoptada el 31 deMarzo de 2006 (esto suponía un mayor consumode capital de tan sólo 4.000 euros en un présta-mo de 500.000). Tan tibia reacción no impidióque siguieran acelerándose los préstamos deestas características.

La supervisión irlandesa adolecía de numero-sos errores; era ligera, no era preventiva, apenasse daban inspecciones in situ, no se ponía énfasisen el gobierno corporativo, ni en los incentivos,ni se fijó el acento en la defectuosa documenta-ción para la concesión de un crédito, ni en el pro-gresivo aumento de los ratios loan to value. Tam-bién falló el supervisor en señalar i) los riesgos deconcentración crediticia, ii) los riesgos de liqui-dez asociados a la financiación mayorista, iii) lafalta de análisis de sensibilidad ante correccionesinmobiliarias, iv) la concentración en pocosacreedores interconectados y v) las puntuales trans-acciones llevadas a cabo para «arreglar» el fin de

año. En general, el sistema supervisor erró estre-pitosamente en advertir la interrelación entre lacontabilidad financiera, la bancaria, la situaciónmacro y el sistema financiero en su conjunto, sis-tema que podía experimentar una caída en cas-cada ante un cambio de coyuntura, como yaadvirtió en los años setenta Hyman Minsky.

Por otra parte, la competencia en territorioirlandés de bancos sometidos a distintas supervi-siones era consecuencia de la integración finan-ciera que provocó la EMU. En general esta inte-gración financiera fue vista con buenos ojos porlos supervisores y por el poder político, pues ayu-daba a financiar el crecimiento económico y ade-más podría distribuir riesgos mediante la diversi-ficación de carteras. Paradójicamente, la supervi-sión de los bancos que operaban con sucursaldependía no del supervisor irlandés, sino delsupervisor del país de origen del banco. Por lotanto, una política estricta del supervisor irlandéspodría ser muy criticada, ya que si no era llevadaa cabo en paralelo con el otro supervisor, la con-secuencia sería una pérdida de cuota de mercadode los bancos domiciliados en Irlanda. Muypocos advirtieron los riesgos asociados a estasparadojas.

CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES

Tras la intervención de Irlanda por parte delFMI y de la Unión Europea en primavera de2011, el país se vio sometido a un duro ajuste fis-cal. Sin embargo, y a diferencia de Grecia, el ajus-te fiscal y en salarios ha repercutido en unasfinanzas más sólidas (el diferencial entre el bonoirlandés y el alemán ha caído significativamenteentre Julio y Septiembre) y en una progresivarecuperación de la economía (a la fecha de redac-ción de este artículo, Septiembre de 2011, la eco-nomía irlandesa ha vuelto a conseguir superávitde cuenta corriente). Con todo, serán muchos losaños en que los irlandeses (padres e hijos, ya queexpansiones de deuda pública superiores al 30%de PIB acaban siendo pagadas por la siguientegeneración), tendrán que hacer frente a los des-manes producidos por ellos mismos, por los ban-

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12 HARTMANN, Pág. 125.

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queros, por los políticos y por los supervisores.Para prevenir una situación así a futuro sugeri-mos posibles líneas de actuación.

Primero, la política fiscal ha de ser auditadapor un organismo no político, para determinarsu estabilidad (regularidad de gastos e ingresos),su posible contribución pro o contra cíclica, y susvulnerabilidades. Segundo, mientras una uniónde divisa no consiga una movilidad laboral dehecho, el déficit de cuenta corriente ha de serinterpretado como un elemento de riesgo a sertenido muy presente por el poder político, por elsupervisor bancario y por los bancos comerciales.Un déficit de cuenta corriente creciente habríade conllevar mayor exigencia de capital y deliquidez en el sistema bancario. La supervisión,aparte de intrusiva, habría de tener varios facto-res en cuenta, a) liquidez, b) dependencia definanciación mayorista, c) sistema de incentivos,d) niveles de control interno, auditoría interna yexterna, y e) vinculaciones legales entre acreedo-res para dilucidar concentraciones de riesgos sis-témicas. Todos estos esfuerzos habrían de llevar-se a cabo en coordinación con el resto de laUnión Europea y los principales reguladoresbancarios internacionales.

Por último, un brindis al sol. La crisis de cré-dito ha demostrado que la autorregulación en lossistemas de incentivos es prácticamente imposi-ble, ya que el tiempo del cual dependen estosincentivos es una variable con diversos intereses.Así, un hedge fund accionista de un banco irlandésen Marzo de 2007 estaría interesado en incre-mentos de activos y mejoras de ROE para loresultados de Junio de 2007, no como inversor alargo plazo. El gestor del banco irlandés, incenti-vado mediante acciones y opciones, actuaría enconsecuencia aumentando el apalancamiento delbanco. El FMI emitía informes de estabilidadfinanciera en 2006 señalando al yuan y al déficitde cuenta corriente de los EEUU como factoresde riesgo, ignorando los desequilibrios de la zonaeuro, y el ECB afirmaba como hemos expuestoque los bancos periféricos como los de Grecia,Portugal o Irlanda presentaban menos riesgos decontagio que los de los países grandes de la zonaeuro. Por su parte, los incentivos de los políticos

irlandeses eran en forma de votos y a una mediade tiempo de dos años, por lo que su reacciónaumentando el gasto público también era «racio-nal», y el supervisor irlandés, aunque a todasluces inútil, no se distinguió en mucho de lossupervisores de otras decenas de países. Todosestos agentes presentan un doble común denomi-nador: a) sus decisiones serán pagadas durantedecenas de años por el contribuyente, y b) apenasse han exigido responsabilidades penales.

Diversos miembros de la Federal Reserve hanmantenido que si el regulador está tan sólo dosestadios por detrás de la banca será un ejercicioexitoso, ya que generalmente está muy pordetrás. Con esta idea, quieren expresar quesiempre la banca aprovechará los vericuetosregulatorios para explotarlos y generar produc-tos que cumpliendo la regulación, la arbitren, yen esa génesis reside la inestabilidad financiera.Como no hay soluciones aparentes a esta para-doja, el moral hazard de los decisores estará siem-pre presente, y la crisis actual demuestra que laética per se no sirve para mitigar dicho riesgomoral. En mi opinión, es necesario contrapesareste enorme peligro con el Código Penal, deforma que se tipifique como delito actuacionesbancarias que conlleven, a) a la toma de decisio-nes bancarias que busquen incrementar la renta-bilidad a corto plazo de incurrir en un graveriesgo a largo plazo, b) la acción manifiesta de,una vez identificados dichos problemas, ocultar-los contablemente, y c) que como consecuenciade los anterior, la institución financiera haya deser rescatada directa o indirectamente con dine-ro público o del depositante. A mi juicio, dichanormativa contribuiría en parte a reducir esca-brosos y vergonzosos episodios como los aquídescritos.

BIBLIOGRAFÍA

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LA CRISIS EN EUROPA: ¿UN PROBLEMA DE DEUDA SOBERANA O UNA CRISIS DEL EURO?

Page 11: La Crisis Bancaria Irlandesa

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LA CRISIS BANCARIA IRLANDESA

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