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ECONOMÍA INDUSTRIAL N. o 346 • 2002 / IV 47 La cooperación para la innovación en la empresa española desde una perspectiva internacional comparada. Como consecuencia de la creciente complejidad de la ciencia y de la tecnología, de las mayores incertidumbres y crecientes costos de los proyectos de I+D y de la menor duración de los ciclos de inno- vación la cooperación en investigación e innovación ha crecido de modo especta- cular desde mediados de los ochenta, y ha atraído la atención de los analistas y responsables de la política tecnológica. Pero, a pesar de la creciente proliferación de estudios sobre esta cuestión, todavía son escasos los análisis abordados desde una óptica comparada internacional. Este es, precisamente, el principal objetivo de este trabajo. Tras exponer en un primer apartado los motivos aducidos por la literatura para explicar este fenómeno, las modalidades MIKEL NAVARRO ARANCEGUI (*) Universidad de Deusto-ESTE y tipos de socios de la cooperación en I+D y las fuentes disponibles para su es- tudio, en un segundo apartado se anali- zarán y compararán los datos que sobre la cooperación en innovación contiene la encuesta sobre innovación tecnológica del INE y los de la encuesta sobre inno- vación en los países europeos publica- dos por Eurostat. Este análisis compara- do abordará, en primer lugar, la extensión de la innovación y de la coo- peración; a continuación, se tratará de los países a los que pertenecen los so- cios de los proyectos en innovación, y, por último, las organizaciones con las que las empresas cooperan. En todos estos ámbitos, el análisis com- parado distinguirá en función de tramos de tamaño y del nivel tecnológico de los sectores, así como, en el caso de España, de los diferentes comportamientos liga- dos a la pertenencia o no a grupos em- presariales nacionales y extranjeros, al desarrollo o no de actividades de I+D sis- temáticas u ocasionales y al tipo de inno- vación, de producto o de proceso des- arrollado por la empresa.

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ECONOMÍA INDUSTRIAL N.o 346 • 2002 / IV

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La cooperación para la innovación

en la empresa española

desde una perspectiva internacional comparada.

Como consecuencia de la creciente complejidad de la ciencia y de latecnología, de las mayores incertidumbres y crecientes costos delos proyectos de I+D y de la menor duración de los ciclos de inno-

vación la cooperación en investigación einnovación ha crecido de modo especta-cular desde mediados de los ochenta, yha atraído la atención de los analistas yresponsables de la política tecnológica.Pero, a pesar de la creciente proliferaciónde estudios sobre esta cuestión, todavíason escasos los análisis abordados desdeuna óptica comparada internacional. Estees, precisamente, el principal objetivo deeste trabajo.

Tras exponer en un primer apartado losmotivos aducidos por la literatura paraexplicar este fenómeno, las modalidades

MIKEL NAVARRO ARANCEGUI (*)Universidad de Deusto-ESTE

y tipos de socios de la cooperación enI+D y las fuentes disponibles para su es-tudio, en un segundo apartado se anali-zarán y compararán los datos que sobrela cooperación en innovación contiene laencuesta sobre innovación tecnológicadel INE y los de la encuesta sobre inno-vación en los países europeos publica-dos por Eurostat. Este análisis compara-do abordará, en primer lugar, laextensión de la innovación y de la coo-peración; a continuación, se tratará delos países a los que pertenecen los so-cios de los proyectos en innovación, y,

por último, las organizaciones con lasque las empresas cooperan.

En todos estos ámbitos, el análisis com-parado distinguirá en función de tramosde tamaño y del nivel tecnológico de lossectores, así como, en el caso de España,de los diferentes comportamientos liga-dos a la pertenencia o no a grupos em-presariales nacionales y extranjeros, aldesarrollo o no de actividades de I+D sis-temáticas u ocasionales y al tipo de inno-vación, de producto o de proceso des-arrollado por la empresa.

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La teoría sobre lacooperación empresarialen innovación

Tradicionalmente eran dos las grandes es-trategias de obtención del conocimientoque se consideraba que una empresa po-día seguir para poder llevar a cabo la in-novación: producir internamente dichoconocimiento o adquirirlo en el exterior(make or buy, en la terminología de Veu-gelers y Casssiman, 1999). En lo que res-pecta a la generación de conocimiento através de la I+D, ante la gran innovacióninstitucional que supuso la aparición y di-fusión en las empresas de departamentosde I+D como unidades organizativas pro-pias, autores como Stigler (1956) pensa-ron que el avance en el proceso de espe-cialización llevaría a que las empresasexternalizarían dichas unidades.

Sin embargo, las previsiones de Stigler re-sultaron erróneas, pues la mayor parte delas empresas mantuvieron dentro de su or-ganización este tipo de unidades. La prin-cipal explicación teórica la proporcionó lateoría de los costes de transacción. Aducíaésta que, por las características que pre-sentaba la tecnología (incertidumbre, es-pecificidad de los activos...), resultaba ge-

neralmente preferible la internalización delas actividades de I+D a su desarrollo y ad-quisición en el exterior (Teece, 1988).

De todos modos se consideraba que, pa-ra los conocimientos más fáciles de for-malizar o incorporar a los equipos, la ad-quisición externa de conocimientos podíaconstituir una vía apropiada. Desarrollosteóricos posteriores, tales como los de lacorriente de la perspectiva de la firma ba-sada en los recursos (Prahalad y Hamel,1990) y en la capacidad de absorción(Cohen y Levinthal, 1989 y 1990), reforza-ron la idea de que el buy no era, con fre-cuencia, sustitutivo del make, sino com-plementario del mismo.

Pero, junto con esta doble posibilidad deproducir internamente o de adquirir en elexterior los conocimientos necesarios parallevar a cabo los procesos de innovación,los analistas descubrieron que las empre-sas en ocasiones recurren a una tercera for-ma, que cabría calificar de híbrida, para ge-nerar ese conocimiento: la de cooperacióncon otras empresas u organizaciones en elproceso de investigación y de innovación.

Autores como Freeman (1991) o Dodg-son (1994) muestran claramente que, tan-to la realidad de la cooperación empresa-rial en materia de innovación como el

reconocimiento por parte de la literaturade la positiva influencia que la coopera-ción ejerce en el éxito y eficacia de las ac-tividades innovadoras, hunden sus raícesbastantes décadas atrás.

Sin embargo, hay que esperar a mediadosde la década de los ochenta para que, an-te el espectacular crecimiento que tiene enlas empresas la cooperación para la inno-vación y la mejora tecnológica y competiti-va que se atribuye a la política tecnológicade impulso a la cooperación llevada a ca-bo de modo pionero por Japón, la literatu-ra sobre cooperación para la innovaciónse convierta en uno de los principales fo-cos de interés de los analistas del cambiotécnico, y las políticas tecnológicas de losEEUU y la Unión Europa se reorienten ytomen como eje central de sus actuacionesel impulso a la cooperación de los agentesen el ámbito de la investigación y la inno-vación (Hagedoorn et al., 2000).

Motivos para la cooperaciónen investigación

¿Qué factores de tipo teórico se aducen,por la literatura, para explicar esa formahíbrida de cooperación empresarial enmateria de investigación e innovación?Hagedoorn et al. (2000), clasifican la vas-

M. NAVARRO ARANCEGUI

48 – Minimizar los costes de transacción queimplican los activos intangibles (conoci-miento tecnológico)

– Sortear los contratos incompletos

– Evitar comportamientos de mercado opor-tunistas

– Evitar altos costos de la internalización dela actividad

– Compartir costes de I+D

– Compartir riesgos

– Economías de escala y de alcance

– Competencia de cooptación

– Mejorar la posición competitiva

– Coordinar cadenas de valor con socios dela coalición

– Incrementar la eficiencia, la sinergia y elpoder mediante la red

– Acceso a recursos complementarios paraexplotar los propios

– Empleo de la colaboración como vehículode aprendizaje para acumular y desplegarnuevas habilidades y capacidades

– Aprender de los socios; transferencia detecnología

– Crear nuevas opciones de inversión

– Compartir costes de I+D

– Compartir riesgos

– Economías de escala y de alcance

– Competencia de cooptación

– Acelerar los retornos de la inversión

– Acceder a recursos complementarios

– Desacelerar el ritmo de innovación

– Incrementar el poder de mercado

FUENTE: Extraído de Hagedoorn et al. (2000).

CUADRO 1INCENTIVOS PARA LLEVAR A CABO INVESTIGACIÓN EN COOPERACIÓN

Costes de transacción Dirección estratégica Organización industrial

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ta literatura que ha tratado de esta cues-tión en tres grandes campos: la ligada alos costes de transacción, la relacionadacon la organización industrial y la vincu-lada con la dirección estratégica (inclu-yendo dentro de ésta los enfoques de lafuerza competitiva, de las redes estratégi-cas, de la perspectiva de la empresa basa-da en los recursos, de las capacidades di-námicas y de las opciones estratégicaspara las nuevas tecnologías). Un resumende los incentivos aducidos por tales co-rrientes para justificar la cooperación em-presarial en investigación se encuentra enel cuadro 1, y una exposición más por-menorizada de tales motivos puede en-contrarse, además de en los autores cita-dos, en Hagedoorn (1993), Sakakibara(1997) y en Cassiman (1999).

El amplio número de motivos aducidospor la literatura teórica para explicar laimplicación de las empresas en materiade cooperación podría ser resumido, si-guiendo a Hagedoorn (1993) o Bayona etal. (2001), en dos grandes categorías: losligados a la tecnología (v. gr., reducir ycompartir los costos de la I+D) y los vin-culados a los mercados (v. gr,. creación openetración en nuevos mercados y pro-ductos). La primacía de unos u otros va-riará, entre otras cosas, con las caracterís-ticas del sector (por ejemplo, en sectoresde alto nivel tecnológico primarán el pri-mer tipo de factores) y el tamaño de laempresa (en las grandes pesan relativa-mente más los motivos ligados a la tecno-logía; y en las pequeñas, las considera-ciones de mercado).

Si descendemos del nivel de análisis teó-rico a un plano más empírico, la acelera-ción experimentada por los acuerdos decooperación empresarial en I+D e inno-vación desde mediados de los añosochenta, a la que antes hemos hecho re-ferencia, se explica por los analistas ha-ciendo referencia fundamentalmente alos importantes cambios industriales ytecnológicos que tienen lugar en los añosochenta y noventa, que han llevado adesarrollos tecnológicos y científicos decomplejidad creciente, a una mayor in-certidumbre en torno a las actividades deI+D, a unos crecientes costos de los pro-yectos de I+D y a unos ciclos de innova-ción cada vez más breves (OECD, 1992 yHagedoorn, 2002).

Tipos de cooperación en investigación, segúnestructura organizacional

Pasando del análisis de los motivos queimpulsan a las empresas a cooperar en in-vestigación a los posibles tipos o formasque esa cooperación en investigación pue-de adoptar, Hagedoorn et al. (2000) pro-ponen dos criterios básicos para clasificarlas relaciones de cooperación: según la es-tructura organizacional de la cooperacióny según los partner o participantes.

La estructura organizacional de la coopera-ción puede ser formal o informal. A pesarde que la mayoría de los autores reconoceque los acuerdos de cooperación informa-les son muy numerosos, su carácter infor-mal hace que, como indica Freeman(1991), apenas pueda seguírseles el rastroy sea muy difícil la realización —y dispo-nibilidad— de estudios sobre tales acuer-dos. Por ello, los análisis empíricos suelenestar basados, generalmente, en las rela-ciones de cooperación de carácter formal.

En cuanto a las relaciones formales decooperación tecnológica, Hagedoorn etal. (2000), en su propuesta de clasifica-ción, distinguen dos grandes categorías.Por un lado, las relaciones de coopera-ción basadas en participaciones acciona-riales, cuya relación de cooperación dalugar a una nueva unidad organizacional,creada y controlada por dos o más em-

presas u organizaciones. Por otro lado,los proyectos de investigación conjuntoso acuerdos contractuales, cuando dos omás organizaciones comparten recursoscon el objeto de emprender actividadesde I+D conjuntas. Según Hagedoorn(2002), en contextos y sectores de rápidocambio o alto nivel tecnológico suelendesarrollarse más los acuerdos contrac-tuales; mientras que los entornos más es-tables o sectores maduros son más propi-cios para el primer tipo de acuerdos.

De los tipos de cooperación tecnológicaseñalados, la encuesta de innovación delINE relativa al año 2000 y la de innova-ción comunitaria (la llamada CIS) se cen-tran en las segundas, esto es, en «la parti-cipación activa en proyectos conjuntos deI+D e innovación con otras organizacio-nes». En las encuestas sobre innovacióntecnológica del INE de años anteriores,los acuerdos de cooperación se referíanexclusivamente a la participación en pro-yectos conjuntos de I+D, por lo que losdatos de aquéllas no son plenamentecomparables con los de la encuesta delaño 2000 ni tampoco con los de la CIS.

Tipos de cooperación en investigación, según los componentes

En cuanto al otro criterio de clasificaciónde la cooperación en investigación e in-

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novación, Hagedoorn et al. (2000) distin-guen entre participantes públicos y priva-dos. En la encuesta de innovación delINE relativa al año 2000, en particular, sedistinguen las siguientes categorías: Otrasempresas de su mismo grupo; Clientes;Proveedores de equipo, materiales, com-ponentes o software; Competidores yotras empresas de su misma rama de acti-vidad; Expertos y firmas consultoras; La-boratorios comerciales/empresas de I+D;Universidades u otros institutos de ense-ñanza superior; Organismos públicos deinvestigación o centros tecnológicos. Lasmencionadas encuestas sobre innovacióndel INE relativas a años anteriores, ade-más de contemplar entre los posiblespartner a las empresas conjuntas, incluíancategorías menos precisas que las de laencuesta relativa al año 2000.

La encuesta sobre innovación tecnológicadel INE, al igual que el modelo comunita-rio, distingue igualmente los interlocuto-res o participantes en los acuerdos de co-operación según el país al que estospertenecen.

Tal como señalan Tether (2002) y Bayo-na et al. (2000), los motivos que condu-cen a una empresa a establecer unacuerdo de cooperación serán distintossegún sea el tipo de organización con laque se plantea la cooperación (competi-dores, proveedores, clientes, centros deinvestigación, universidades...); y, comoresulta lógico pensar, ello conduce tam-bién a que el recurso a una forma u otrade relación para la cooperación varíesegún figure como interlocutor un tipou otro de agente.

Fuentes para el estudio delos acuerdos de cooperación

No son muchas las fuentes disponiblespara el estudio de las relaciones de coo-peración en materia de I+D e innovación,por lo que, inicialmente, bastantes cen-tros o investigadores diseñaron unoscuestionarios ad hoc que los aplicaban adistintos conjuntos de empresas. Sería im-posible hacer mención de todos estos in-tentos, pero centrándonos exclusivamen-te en los habidos en España habría quedestacar, por estar referidos al conjuntodel Estado, la encuesta del Círculo de

Empresarios (1995) o los estudios realiza-dos por el equipo Buesa y Molero con lasempresas del CDTI; y en un plano regio-nal, los estudios de Buesa y Molero(1992) sobre la Comunidad de Madrid,los de Buesa et al. (1997) y Zubiaurre(2000) sobre el País Vasco y los de Agua-do (2001) sobre Andalucía.

El origen disperso de este tipo de en-cuestas hace que prácticamente sea im-posible comparar de manera estricta ygeneralizar los resultados obtenidos, a lavez que su falta de continuidad en eltiempo impide la elaboración de seriestemporales de datos, necesarias para unanálisis evolutivo.

Dejando a un lado los estudios basadosen el lanzamiento de una encuesta pro-pia, una gran parte de los trabajos empíri-cos en este ámbito se han basado hastafechas recientes en tres grandes bases dedatos: la MERIT-CATI, mantenida por Ha-gedoorn y sus colegas de Maastricht (Ho-landa), basada en una permanente reco-pilación de las referencias que sobre losacuerdos de cooperación aparecen en re-vistas y prensa especializada; la CORE,construida bajo el patronazgo de la Natio-nal Science Foundation y mantenida porLink, que se alimenta de la informacióncontenida en los archivos del Departa-mento de Justicia de EEUU; y la NCRA-RJV, que, mantenida por Novortas, tam-bién recoge información sobre los

acuerdos contractuales en EEUU, basadosen el Registro Federal.

Las bases citadas presentan, como princi-pal ventaja, la posibilidad de estudiar laevolución que la cooperación empresarialen investigación ha tenido a lo largo deltiempo. Así, por ejemplo, en una recienterevisión de los principales rasgos y ten-dencias que se aprecian en los acuerdosde cooperación de I+D entre empresasdesde 1960, Hageddoorn (2002) indicaque la sostenida tendencia al crecimientoque se aprecia en las relaciones de coope-ración en investigación desde comienzosde los años sesenta experimenta una brus-ca aceleración desde la década de losochehta, y que desde finales de esta déca-da parece apreciarse un patrón de creci-miento más cíclico en este fenómeno; queen general las empresas prefieren acuer-dos contractuales a la creación de socieda-des conjuntas, y que el fuerte crecimientoque en las relaciones de cooperación tienelugar desde los ochenta se debe al fortísi-mo incremento de los acuerdos de tipocontractual; que el predominio que hoydía poseen, entre los acuerdos de coope-ración, los correspondientes a los sectoresde nivel tecnológico alto (especialmentelas tecnologías de la información y, en me-nor medida, farmacia) es fruto de un des-arrollo gradual, que no se hace plenamen-te visible hasta mediados de los añosochenta, y que las industrias de bajo niveltecnológico desempeñan un papel muchomás secundario; y que, en contra de loque cabría suponer a la vista de la crecien-te internacionalización de las empresas, elporcentaje de acuerdos de cooperación in-ternacionales muestra una evolución untanto irregular y ligeramente descendenteen los últimos cuarenta años.

Tal como destacan Kleinknecht y Reijnen(1992), uno de los mayores inconvenien-tes de las fuentes anteriores es que estánbasadas en muestras que cubren gruposde empresas singulares. Los casos de co-operación que aparecen referenciados enprensa, por ejemplo, son sólo una partede los que tienen lugar en la realidad y,obviamente, son los prominentes.

Para hacer frente a tales problemas, sincaer tampoco en las carencias de genera-lidad y comparabilidad que presentabanlas encuestas sobre innovación surgidas

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inicialmente como ensayos individualesde centros o de investigadores particula-res, la OCDE publicó unas directrices, co-nocidas como Manual de Oslo, basándo-se en las cuales Eurostat puso en marchala Encuesta Comunitaria sobre Innova-ción (CIS) (véase, para más detalles, Bue-sa et al., 2001).

En la CIS figuran una serie de items relati-vos a los proyectos de I+D en innovaciónempresariales llevados a cabo en coope-ración, que posibilitan analizar la innova-ción y, en lo que a nosotros concierne,los proyectos de innovación en coopera-ción a partir de muestras amplias repre-sentativas de la economía de todo el país.

Estrechamente ligado a la CIS, cabríamencionar también el proyecto DISKO,impulsado desde la Universidad de Aal-borg (Dinamarca) e integrado dentrodel grupo de trabajo sobre redes de em-presas innovadoras de la OCDE, en elque toman parte una serie de investiga-dores de diferentes países (Austria, Nor-uega, España, Suecia y Australia), y quetenía por objetivo conocer, medianteuna encuesta a las empresas, las activi-dades de colaboración desarrolladaspor éstas en torno a su innovación re-ciente más importante.

Pero los estudios basados en la CIS pre-sentan también ciertos inconvenientes.En primer lugar, las series históricas dis-ponibles son todavía muy cortas para ha-cer estudios evolutivos, más aún si consi-deramos que en algunos casos, como esel de España, en las diferentes encuestasse han ido introduciendo cambios, tantode carácter general como en los item pro-piamente correspondientes a la coopera-ción, en I+D e innovación, que hacenque los datos de unos años y otros no se-an plenamente comparables.

En segundo lugar, una importante cues-tión a tener en cuenta es que la encuestase basa en datos a nivel de empresas, yno tanto a nivel de proyecto; en la medi-da en que una empresa, especialmentelas grandes, puede estar involucrada enmás de un proyecto en cooperación yque la encuesta no da ningún tipo de in-formación sobre ello, los resultados delas comparaciones (por ejemplo, sobre elcarácter complementario o sustitutivo de

la generación interna y adquisición exter-na de conocimientos) deben tomarse congran precaución.

En tercer lugar, el acceso a microdatos anivel de empresa ha sido hasta fechas re-cientes muy limitado, cuando menos enEspaña, lo que ha impedido explotar almáximo las potencialidades de los datosrecopilados mediante esta encuesta. Porúltimo, la encuesta sobre innovación noproporciona información sobre el éxitode la cooperación, ni tampoco de mododirecto sobre los motivos para el estable-cimiento de tales acuerdos.

Si exceptuamos unos pocos estudios quecomparaban los resultados de los diferen-tes países —véanse, por ejemplo, Euro-pean Commission y Eurostat (2001) o losinformes generales del proyecto DISKO(Basri, 2000, y Christensen et al., 1999)—,los análisis empíricos que han explotadolos datos de las encuestas de innovaciónrelativos a proyectos de I+D o innovaciónen cooperación han analizado principal-mente los resultados de un país determi-nado, de modo aislado: por ejemplo,Kleinknecht y Reijnen (1992), los de Ho-landa; Veugelers y Cassiman (1999), losde Bélgica; Cassiman (1999) y Bayona etal., (2001), los de España; Tether (2002),los del Reino Unido, etc.

Mediante tales análisis se intentaba ponerde manifiesto las características empresa-

riales (tamaño, la realización o no por laempresa de I+D y la intensidad de dichaactividad de I+D, el tipo de innovaciónque lleva a cabo, la pertenencia o no aun grupo de empresas y la nacionalidadde su capital, si la empresa exporta ono...) o sectoriales (nivel tecnológico,propensión exportadora, estructura demercado, apropiabilidad...) que aparecenrelacionadas con el desarrollo de acuer-dos de cooperación, así como esclarecerlos motivos que habían impulsado a losacuerdos de cooperación.

Con respecto a los motivos, si bien la en-cuesta sobre innovación no recoge infor-mación directa sobre tal cuestión, losanalistas han ideado diversos indicadorespara, partiendo de otras informacionesrecogidas en la encuesta, especialmentede las respuestas proporcionadas por lasempresas a las preguntas sobre factoresque dificultan la innovación (riesgos eco-nómicos excesivos, costes de innovaciónelevados...) y sobre los efectos de las in-novaciones (aumento del mercado o dela cuota de mercado, aumento de la gamade bienes o servicios...), aproximarse atales motivos.

Ante la práctica inexistencia de estudiosque hayan tenido como principal objeti-vo el análisis de la cooperación empre-sarial en proyectos de I+D e innovaciónen España desde una perspectiva inter-nacional comparada, el resto del artículo

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se centrará en mostrar los rasgos princi-pales que muestra la cooperación enproyectos de innovación de las empre-sas españolas, así como en comparar losresultados españoles con los que ofrecela encuesta comunitaria CIS2 para la me-dia comunitaria.

Análisis empírico de la cooperaciónempresarial en proyectosde innovación

Para el análisis comparado de la colabora-ción en proyectos de innovación nos basa-remos en los datos que de la misma pre-senta la encuesta sobre innovacióntecnológica. Eurostat ha propuesto unosmodelos de encuesta para su realizaciónque, en algunos casos con pequeños cam-bios, suelen llevar a cabo luego las institu-ciones competentes de los Estados miem-bros. Aunque ya se han llevado a cabotres encuestas en la Comunidad (relativasal año 1991, 1996 y 2000), de la tercera to-davía no se dispone de datos publicados,por lo que para los análisis comparadoscon Europa tendremos que basarnos enlos datos de la CIS2, relativos a 1996/97.

En el caso de España, el INE es el res-ponsable de la realización de la encues-ta de innovación y hay datos publicadospara 1994, 1996, 1998 y 2000. En lo quesigue, nosotros manejaremos principal-mente los del año 2000, que se ajustanmás a las categorías y distinciones queen torno a la cooperación manejaba laCIS2.

Advirtamos, por último, que la CIS2 serefiere a las empresas de 20 o más traba-jadores de la industria manufacturera yde 10 o más trabajadores del sector servi-cios, habida cuenta de las dificultades derecogida de información para las empre-sas de menor tamaño y la menor fiabili-dad que en general presentan los datospara las micro-empresas. En el caso de laCIS3, el tamaño de empresa al que se re-comienda que vaya referida la encuestaes el de 10 o más trabajadores, tanto parala industria manufacturera como para losservicios. De acuerdo con estas recomen-

daciones, a diferencia de la política se-guida en las anteriores encuestas (la es-pañola iba referida a todos los tamañosde empresas); la del INE relativa a 2000se ha llevado a cabo para las empresasde 10 o más trabajadores.

Empresas que cooperan en innovación

Hay una creciente corriente que sostieneque la innovación no es ya un campo deactuación de empresas individuales, sinoque es un área de acción colectiva. Así, porejemplo, de acuerdo con los estudios lleva-dos a cabo en varios países simultánea-mente por el grupo DISKO (Basri, 2000;Christensen et al., 1999 y, en particular pa-ra España, Sanz-Ménendez y García 1998),entre el 40% y el 60% —según países— delas empresas manufactureras de más de 10trabajadores son innovadoras; y entre el62% y el 97% de tales empresas innovado-ras están implicadas en acuerdos de cola-boración. Frente a ellos, autores como Te-ther (2002) insisten en que tales acuerdosde colaboración están lejos de constituir lanorma, incluso entre las empresas innova-doras. Ante tal discrepancia, veamos quées lo que nos muestran los datos de la CIS2y de la encuesta sobre innovación del INErelativa al año 2000.

La innovación y la cooperación: Espa-ña y Europa. Tal como se puede com-

probar en el cuadro 2, ni la innovacióntecnológica es un fenómeno tan extendi-do como parecía deducirse de los datosproporcionados por el grupo DISKO, nitampoco el porcentaje de empresas inno-vadoras involucradas en proyectos de co-operación en innovación resulta tan ele-vado, si bien el cuadro 2 pone demanifiesto que en unos y otros se danfuertes diferencias según sea el tamañode la empresa, el sector o el país afecta-do. Las principales conclusiones que sederivan de tal cuadro con relación a losporcentajes de empresas innovadoras yde las que participan en proyectos de co-operación serían las siguientes:

■ El porcentaje de empresas innovado-ras resulta en casi todos los países supe-rior en la industria que en los servicios.Tales diferencias son algo más marcadasen España, país cuyo porcentaje de in-novadoras en la industria manufactureraduplica al del sector servicios, que en laUE-15.

■ A medida que crece el tamaño, se incre-menta la probabilidad de que la empresasea innovadora. Como indican EuropeanCommission y Eurostat (2001), ello es lógi-co, habida cuenta de la más amplia gamade productos y líneas de producción queposeen las empresas de mayor tamaño.Las diferencias en los porcentajes de em-presas innovadoras por tramos de tamañoson, en términos relativos, similares en laindustria y en los servicios en España y laUE-15; pero tales diferencias varían signifi-cativamente entre países.

■ En la industria manufacturera, mientraslas grandes empresas muestran una altapropensión a la innovación en todos lospaíses, el porcentaje de las pequeñas varíamucho de unos a otros. El porcentaje deinnovadoras entre las grandes empresasespañolas (71% en 2000 y 76% en 1996)no queda muy lejos del de la UE-15 (79%);pero el porcentaje de innovadoras entrelas empresas pequeñas (37% en 2000 y21% en 1996), que es aproximadamente lamitad que el de las grandes, se sitúa clara-mente por debajo del comunitario, a pesardel espectacular crecimiento que ha teni-do después de 1996. Así pues, la desventa-ja que en materia de innovación presentaEspaña con relación a la UE se debe prin-cipalmente a las PYMEs. Éste es un resul-

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tado similar a los encontrados en los estu-dios empíricos sobre la internacionali-zación de la empresa española con res-pecto a la de otros países (Alonso yDonoso, 1998). Todo lo anterior muestrala conveniencia de seguir dando prioridad

en las políticas tecnológicas a las actuacio-nes tendentes a incrementar el porcentajede PYMEs innovadoras.

■ Los porcentajes de innovadoras entrelas empresas grandes varían más, entre

países, en los servicios que en la indus-tria manufacturera. El porcentaje de in-novadoras españolas (14%) en el sectorservicios es casi tres veces inferior al dela UE-15 (40%), lo que es reflejo, enparte, del olvido o marginación sufridos

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EMPRESAS INNOVADORAS

España 2000 41 37 46 71 14 13 20 33

UE-15 1996 51 44 58 79 40 37 49 73

España 1996 29 21 43 76 n.d. n.d. n.d. n.d.

Bélgica 1996 34 33 34 51 13 11 21 55

Dinamarca 1996 71 64 76 91 30 24 45 71

Alemania 1996 69 63 70 85 46 41 60 83

Francia 1996 43 64 48 75 31 25 33 73

Irlanda 1996 73 68 78 85 58 60 49 87

Italia 1996 48 44 57 73 n.d. n.d. n.d. n.d.

Luxemburgo 1996 42 21 52 85 48 45 55 83

Holanda 1996 62 54 71 84 36 32 45 71

Austria 1996 67 59 73 88 55 54 58 74

Portugal 1996 26 22 30 52 28 28 27 52

Finlandia 1996 36 26 40 77 24 22 30 43

Suecia 1996 54 43 61 79 32 29 48 45

Reindo Unido 1996 59 54 59 81 40 40 37 55

EMPRESAS INNOVADORAS QUE COOPERAN

España 2000 15 7 24 41 9 6 14 28

UE-15 1996 27 19 28 50 24 22 28 35

España 1996 21 11 25 50 n.d. n.d. n.d. n.d.

Bélgica 1996 32 24 33 69 45 43 45 58

Dinamarca 1996 57 55 54 76 66 71 51 72

Alemania 1996 24 22 22 37 17 14 22 22

Francia 1996 35 26 35 61 35 32 43 33

Irlanda 1996 36 26 35 61 23 23 14 77

Italia 1996 11 8 15 35 n.d. n.d. n.d. n.d.

Luxemburgo 1996 29 6 37 37 46 38 70 54

Holanda 1996 29 20 30 59 28 23 33 55

Austria 1996 23 14 27 42 18 16 21 37

Portugal 1996 20 19 18 35 23 22 30 35

Finlandia 1996 71 57 72 93 60 61 59 57

Suecia 1996 59 43 63 85 48 42 62 70

Reindo Unido 1996 32 22 36 53 28 27 25 53

En manufacturas, datos de empresas de 20 o más trabajadores; en servicios, datos de empresas de 10 o más trabajadores.

FUENTES: INE, Encuesta sobre innovación tecnológica, y Eurostat/Enterprise DG, CIS2.

CUADRO 2EMPRESAS INNOVADORAS SOBRE EL TOTAL Y DE LAS QUE HAN COOPERADO EN INNOVACIÓN,

POR TRAMOS DE TAMAÑOPORCENTAJE

Manufacturas Servicios

Todas Pequeñas Medianas Grandes Todas Pequeñas Medianas Grandes

03 LA COOPERACION/346 30/7/03 11:52 Página 53

Page 8: LA COOPERACIÓN PARA LA INNOVACIÓN EN LA EMPRESA … · ECONOMÍA INDUSTRIAL N.o 346 • 2002 / IV 47 La cooperación para la innovación en la empresa española desde una perspectiva

por dicho sector en el diseño y aplica-ción de las políticas tecnológicas ennuestro país.

■ Pasando al porcentaje de empresas in-novadoras implicadas en proyectos decooperación, el cuadro 2 muestra que, alhecho de que las empresas españolas in-novan menos que las comunitarias, hayque añadir que las empresas innovado-ras españolas participan en proyectos encooperación en menor medida que lascomunitarias. Además, el porcentaje deempresas innovadoras españolas impli-cadas en proyectos de innovación decre-ce en España entre 1996 y 2000, a pesarde que el ámbito a que se refiere la coo-peración se amplía, en la encuesta de2000, sobre la de 1996 (en la primera serefiere a cooperación en proyectos deI+D, y en la segunda, a proyectos de in-novación) y de que la literatura pareceindicar que en el mundo los proyectosde cooperación en investigación mues-tran una tendencia al crecimiento.

Las diferencias entre los valores españo-les y los de la media comunitaria son,proporcionalmente, más elevadas en lasempresas de menor tamaño y en el sectorservicios: mientras que el porcentaje deempresas manufactureras españolas quecoopera en proyectos de innovación eraen 2000 casi la mitad del de las empresaseuropeas en 1996, en el sector serviciosel valor español es un tercio del valormedio europeo.

■ En lo que hace referencia a la relacióndel tamaño empresarial con la participa-ción en proyectos en cooperación, la te-oría no ofrece una guía clara, pues, co-mo Tether (2002) señala, cabría sostenertanto que las pequeñas empresas tienenmayor necesidad de acuerdos cooperati-vos, dados sus menores recursos inter-nos, como que, puesto que las empresasgrandes tienen mayores recursos inter-nos y se embarcan en un número másamplio de actividades, es probable quepuedan beneficiarse de más oportunida-des de cooperar. Y aunque los resulta-dos de los análisis empíricos se inclinanen su mayoría por considerar que lasempresas grandes cooperan más en I+Dque las pequeñas (véanse, por ejemplo,Fritsch y Lukas, 2001; Tether, 2002; Ba-yona et al., 2001; Veugelers y Cassiman,

1999; Navarro 2001b; Basri 2000...), enalgunos estudios se concluye que el ta-maño empresarial no ejerce influenciasignificativa en la cooperación en I+D(véase, por ejemplo, Kleinknecht y Reij-nen, 1992).

Ante ello, los datos de la CIS2 y de la en-cuesta sobre innovación tecnológica delINE, recogidos en el cuadro 2, parecenconfirmar que el porcentaje de empresasinnovadoras que participa en proyectos deinnovación crece con el tamaño, especial-mente en la industria manufacturera. A se-mejante conclusión llegan European Com-mission y Eurostat (2001), que aducen queeso se debe a que la más amplia gama deproductos y las mayores inversiones enI+D que tienen las empresas grandes creanmás incentivos para llevar a cabo actuacio-nes de cooperación con objeto de compar-tir riesgos y el conocimiento técnico.

■ A diferencia de lo que sucede en Espa-ña, país cuyo porcentaje de empresas in-novadoras manufactureras que coopera enproyectos de innovación supera amplia-mente al de los servicios, en la media de laUE las diferencias que a este respecto seobservan entre empresas manufactureras yde servicios no son muy señaladas y sedan sólo en el tramo de las grandes, sibien ello es fruto de comportamientos na-

cionales bastantes dispares. Así, por ejem-plo, mientras que también en Francia estaratio es muy superior en las empresas ma-nufactureras que en las de servicios, en Ir-landa sucede justo lo contrario.

Tal como hemos visto en el apartado teóri-co, son múltiples los estudios que han su-brayado la influencia que ejerce el niveltecnológico del sector en la propensión delas empresas a involucrarse en proyectosde innovación en cooperación (Hagedo-orn et al., 2000; Hagedoorn, 2002; Tether,2002; Bayona et al., 2001; Veugelers y Cas-siman, 1999; Aguado, 2001; EuropeanCommission y Eurostat, 2001; Navarro,2001b...), si bien autores como Kleink-necht y Reijnen (1992) sostienen que lapseudo correlación que resulta entre el ni-vel de cooperación y el del sector es frutoen gran medida de la falta de control deotras variables, tales como si la empresaposee o no un departamento formal deI+D. Veamos, pues, los datos que sobreesta cuestión ofrecen la CIS2 y la encuestasobre innovación tecnológica del INE.

Tal como se puede apreciar en el cuadro 3,tanto en el Área Económica Europea (AEE)como en España, el porcentaje de empresasmanufactureras innovadoras que cooperanen proyectos de innovación crece a medidaque aumenta el nivel tecnológico del sector,

M. NAVARRO ARANCEGUI

54

ESPAÑA 2000

Total 15 7 24 41

Alta tecnología 49 27 57 70

Tecnología medio-alta 21 11 34 39

Tecnología medio-baja 12 6 18 44

Baja tecnología 11 6 19 31

ÁREA ECONÓMICA EUROPEA (1996)

Total 27 19 28 50

Alta tecnología 43 26 47 65

Tecnología medio-alta 32 24 33 56

Tecnología medio-baja 28 18 30 49

Baja tecnología 19 16 20 38

(*) No incluidas empresas de 20 o más trabajadores.

FUENTES: INE, Encuesta sobre innovación tecnológica, y Eurostat/Enterprise DG, CIS2.

CUADRO 3EMPRESAS MANUFACTURERAS INNOVADORAS QUE COOPERAN

EN PROYECTOS DE INNOVACIÓNPORCENTAJE

Total* Pequeñas* Medianas Grandes

ECONOMÍA INDUSTRIAL N.o 346 • 2002 / IV

03 LA COOPERACION/346 30/7/03 11:52 Página 54

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siendo ese hecho todavía más marcado enEspaña que en la media de la AEE. Es decir,el menor nivel de cooperación en proyec-tos de I+D que presenta España con rela-ción a la media europea se concentra en lossectores de menor nivel tecnológico.

La cooperación en España. Una vez ob-tenida una aproximación a la cooperaciónen España y en Europa, pasemos a pro-fundizar en el conocimiento de este fenó-meno en nuestro país. El cuadro 4 nospermite afirmar al respecto lo siguiente:

■ La mayor parte de los acuerdos de coo-peración tienen lugar en la industria manu-facturera. Del total de empresas que consti-tuyen la población de referencia de laencuesta, aproximadamente el 30% perte-necen al sector manufacturero, y de las quehan desarrollado proyectos en coopera-ción, más de la mitad son manufactureras;y, por el contrario, mientras que las de ser-vicios constituyen aproximadamente el 50%del total de la población, sólo cooperan eninnovación un 37%. También al conglome-rado de Extractivas, energía y construcciónle corresponde un peso dentro de las em-presas que cooperan en innovación, que es

prácticamente la mitad del que le corres-ponde en el total de empresas.

■ En contra de lo que parecen sugerir losestudios de Hagedoorn et al. (2000) y Ha-gedoorn (2002), el porcentaje de la coope-ración en proyectos de innovación que co-rresponde a sectores de nivel tecnológicoalto es muy pequeño, cuando menos en laeconomía española: los correspondientes alas manufacturas y servicios de nivel tecno-lógico alto se sitúan en el 5%; e incluso si alos sectores anteriores se les suman las ma-nufacturas de nivel tecnológico medio-alto,el porcentaje conjunto se sitúa en el 17%.Y también en contra de la realidad mostra-da por Hagedoorn, en España los sectoresde Máquinas de oficinas y ordenadores,Equipos electrónicos, Telecomunicacionesy Actividades informáticas tienen una pro-pensión a cooperar inferior a la de los res-tantes sectores de alto nivel tecnológico(Farmacia, Aeronáutica y Servicios de I+D).

■ A medida que crece el nivel tecnológi-co del sector manufacturero lo hace la di-ferencia entre empresas grandes y peque-ñas en la cooperación en proyectos deinnovación.

■ Nuevamente se confirma que los secto-res que muestran un porcentaje superiorde empresas con actividades innovadorasque han cooperado en innovación sonlos pertenecientes a las categorías de altao medio-alta tecnología.

Por último, habida cuenta de la relaciónmostrada por la literatura entre la coope-ración en investigación, por un lado, y lapertenencia a un grupo de empresas o na-cionalidad del capital, el desempeño deactividades de I+D y las características dela innovación, por otro, veamos qué com-portamiento tienen las empresas españo-las, en materia de cooperación, según se-an empresas individuales, pertenecientesa un grupo español o pertenecientes auno extranjero; según hagan I+D sistemá-tica, ocasional o no hagan I+D; y segúnhayan realizado innovación de producto ode proceso.

Tal como se puede apreciar en el cuadro5, el porcentaje de empresas pertenecien-tes a grupos españoles y extranjeros esdel 9% y del 3%, respectivamente, y elporcentaje de tales empresas que desem-peña actividades innovadoras es elevado:

ECONOMÍA INDUSTRIAL N.o 346 • 2002 / IV

55

LA COOPERACIÓN PARA LA INNOVACIÓN EN LA EMPRESA ESPAÑOLA...

TOTAL EMPRESAS 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 35,9 39,7 19,6 4,6 8,7 2,4 6,9 18,2 33,8

Total manufacturas 52,7 47,9 56,0 54,9 53,3 100,0 32,7 42,3 20,5 4,7 10,2 2,7 7,0 22,2 39,0

Manuf. de alta tecnol. 1,5 0,9 1,0 2,6 5,1 100,0 22,4 26,7 34,7 15,9 35,5 14,1 24,5 44,4 63,9

– Prod. farmaceúticos 0,6 0,3 0,3 1,2 2,9 100,0 15,2 21,9 40,5 22,4 48,5 0,0 40,9 55,9 73,0

– Máquinas de oficina 0,1 0,1 0,1 0,1 0,1 100,0 30,7 40,0 24,4 4,9 14,6 28,6 7,3 12,0 0,0

– Equipo electrónico 0,7 0,5 0,5 1,2 1,9 100,0 25,8 29,2 32,4 12,0 27,5 16,7 19,2 34,6 53,7

– Construcción aeronaútica 0,1 0,1 0,0 0,1 0,2 100,0 40,4 19,2 23,1 17,3 40,4 28,6 0,0 75,0 66,7

Manuf. de medio-alta tecnol. 12,0 10,2 12,6 13,1 17,6 100,0 30,6 41,6 21,4 6,8 14,5 4,4 9,7 30,7 38,7

Manuf. de medio-baja tecnol. 15,4 15,0 14,8 17,3 14,3 100,0 35,1 38,3 22,1 4,3 8,5 2,7 5,6 16,7 41,0

Manuf. de baja tecnol. 23,8 21,7 27,6 21,9 16,2 100,0 32,8 46,2 18,1 3,1 7,5 1,5 5,8 18,7 29,5

Total servicios 36,6 39,7 35,1 33,3 39,8 100,0 39,0 38,1 17,9 5,0 7,8 2,4 8,6 12,7 25,8

Servicios de alta tecnol. 3,6 3,1 3,6 4,0 5,6 100,0 30,8 40,4 22,1 7,2 23,4 23,7 19,2 24,8 40,5

Resto de servicios 33,0 36,6 31,5 29,3 34,2 100,0 39,8 37,9 17,5 4,8 6,1 0,7 7,3 11,1 23,4

Extractivas, energía y const. 10,8 12,4 8,9 11,8 6,9 100,0 38,7 35,9 21,7 3,1 5,3 0,8 0,6 16,1 39,6

FUENTES: INE, Encuesta sobre innovación tecnológica, y elaboración propia.

CUADRO 4EMPRESAS ESPAÑOLAS QUE HAN COOPERADO EN PROYECTOS DE INNOVACIÓN

AÑO 2000, EN PORCENTAJE

Distribución sectorial Distribución por tramos de Empresas con actividades de las empresas que tamaño de las empresas que innovadoras que

cooperan en innovación cooperan en innvación cooperan en innovación

Total 10-19 20-49 50-249 >249 Total 10-19 20-49 50-249 >249 Total 10-19 20-49 50-249 >249trabaj. trabaj. trabaj. trabaj. trabaj. trabaj. trabaj. trabaj. trabaj. trabaj. trabaj. trabaj.

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33% y 46%, respectivamente. Convieneadvertir, no obstante, que el mejor com-portamiento innovador de las empresaspertenecientes a grupos españoles y, so-bre todo, extranjeros se explica porquetales empresas se encuentran en mayorproporción en sectores de nivel tecnoló-gico más elevado y son empresas de ma-yor tamaño. El cuadro 5 pone de mani-fiesto, igualmente, que aproximadamenteel 6% de las empresas constituyentes dela población desarrollan actividades deI+D (el 2,9% de modo sistemático y el3,3% ocasional), mientras que el númerode empresas que han llevado a cabo unainnovación de producto es de un 12,6% yel de las que han innovado un proceso,del 13,5%.

Descendiendo, más en particular, al por-centaje de empresas con actividades in-novadoras que han cooperado en innova-ción, el cuadro 5 pone de manifiesto quelas empresas pertenecientes a grupos pre-sentan, en esta ratio, un valor superior,especialmente las pertenecientes a gru-pos españoles. También Tether (2002)había observado, para las empresas del

Reino Unido, que la pertenencia a ungrupo aumenta la probabilidad de que laempresa desarrolle acuerdos en coopera-ción, cosa que él atribuía tanto a que a talempresa le resulta más fácil llegar aacuerdos con otras empresas del mismogrupo, como a que el grupo puede au-mentar su conocimiento de potencialespartners y, para su aceptación como in-terlocutor, la empresa se puede beneficiardel poder, seguridad y prestigio que leofrece su pertenencia a un grupo.

Los porcentajes de cooperación de lasempresas innovadoras pertenecientes agrupos españoles son superiores a los delas pertenecientes a grupos extranjeros entodos los tramos de tamaño y sectores(excepto en manufacturas de alta tecno-logía). A su vez, fijándonos en la fila delos totales de empresas, los valores de lasempresas pertenecientes a grupos extran-jeros (14,9%) superan a los de las empre-sas individuales (6,3%); pero si nos fija-mos en los datos desagregados portramos de tamaño y sectores se apreciaque con frecuencia los valores de las se-gundas superan a los de las primeras: lo

anterior se explica porque las empresaspertenecientes a grupos extranjeros seencuentran relativamente concentradasen sectores de mayor nivel tecnológico yen los tramos de mayor tamaño de em-pleo, que son los que más porcentajes deempresas innovadoras con proyectos decooperación poseen.

En cuanto a la realización o no de activi-dades de I+D y su carácter sistemático,prácticamente toda la literatura empíricacoincide en afirmar que ese hecho (o laintensidad del gasto en I+D de la empre-sa, o la existencia de un departamentoformal de I+D) es uno de los principalesfactores determinantes de la conclusiónde acuerdos de cooperación (Tether,2002; Fritz y Lukas, 2001; Kleinknecht yReijnen, 1992; Bayona et al., 2001; Cassi-man, 1999; Aguado, 2001; Navarro,2001b...), siendo ello debido a que las ac-tividades de I+D internas permiten au-mentar la capacidad de absorción, es de-cir, la capacidad de aprender de suentorno y del trabajo de otros. En tal sen-tido, los datos del cuadro 5 no hacen sinoreforzar tales valoraciones.

M. NAVARRO ARANCEGUI

56

ECONOMÍA INDUSTRIAL N.o 346 • 2002 / IV

% s/total empresas 100,0 88,0 9,0 3,0 2,9 3,3 93,9 12,6 13,5

% de empresas con actividades 22,0 20,0 33,0 46,0 100,0 100,0 16,0 100,0 100,0de innovación

Empresas que cooperan 2.779,0 1.591,0 881,0 307,0 1.203,0 536,0 1.040,0 2.008,0 1.782,0en innovación

EMPRESAS CON ACTIVIDADES INNOVADORAS QUE COOPERAN EN INNOVACIÓN (%)

TOTAL 8,7 6,3 20,2 14,9 28,2 10,3 4,7 10,8 8,9

Total de manufacturas 10,2 7,6 24,0 20,4 27,7 8,1 5,6 11,7 10,2

– De alta tecnol. 35,3 26,0 49,0 53,2 48,2 11,8 14,4 37,5 39,4

– De medio-alta tecnol. 14,5 10,3 40,2 20,2 28,9 9,8 6,0 16,3 14,2

– De medio-baja tecnol. 8,5 6,2 19,9 16,4 26,5 9,7 4,3 10,1 8,2

– De baja tecnol. 7,5 6,3 15,9 13,7 19,6 5,4 9,1 7,8 8,3

Total servicios 7,8 5,5 15,4 9,5 32,3 14,5 4,0 10,1 8,5

– De alta tecnol. 23,4 19,1 44,1 17,2 38,8 18,1 5,3 25,9 25,2

– Resto de servicios 6,1 4,2 12,4 8,4 25,4 13,6 4,0 7,7 7,2

De 10-19 trabaj. 2,4 2,1 6,6 0,0 21,9 4,6 0,9 4,0 1,7

De 20-49 trabaj. 6,9 5,7 15,9 3,9 15,4 10,4 4,6 8,6 6,8

De 50-249 trabaj. 18,2 15,8 23,9 20,9 32,,6 15,9 12,6 18,7 17,8

De 249 o más trabaj. 33,8 28,8 44,4 25,8 48,4 29,9 16,6 39,5 36,2

FUENTE: INE, Encuesta sobre innovación tecnológica.

CUADRO 5COOPERACIÓN EN INNOVACIÓN SEGÚN PROPIEDAD, ACTIVIDAD DE I+D Y TIPO DE INNOVACIÓN

Total Empresas Grupo Grupo Hace I+D Hace I+D No hace Innova en Innova enindividuales español extranjero sistemática ocasional I+D producto proceso

03 LA COOPERACION/346 30/7/03 11:52 Página 56

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El cuadro 5 distingue al respecto tres cate-gorías: empresas que hacen I+D de modosistemático, las que lo hacen de modoocasional y las que innovan pero basán-dose en otras actividades que la I+D (in-geniería, compra de maquinaria...). Puesbien, de las cifras contenidas en el cuadroparece desprenderse una relación claraentre el porcentaje de empresas con acti-vidades innovadoras que cooperan en in-novación y el nivel de implicación en acti-vidades de I+D, de modo que en unextremo se situarían las empresas que ha-cen I+D de modo sistemático (con unaratio 28%) y en el otro extremo las que nohacen I+D (con un 5%).

Señalemos, por último, que Kleinknechty Reijnen (1992) no encuentran confir-mación a la hipótesis formulada inicial-mente por Lundvall, de que, debido a lamayor incertidumbre y turbulencia ligadaa la innovación de producto, la propen-sión a la cooperación sería mayor en lossectores con mayores tasas de innova-ción de producto que en los que tieneninnovación de proceso; pero otros auto-res que, sin centrarse en la distinción en-tre innovación de producto y de proceso,habían analizado la relación entre nivelde novedad de la innovación y propen-sión a cooperar, sí encontraban indiciosde tal relación (Tether, 2002 y Fritz; Lu-kas, 2001).

Los datos por nosotros disponibles, re-cogidos en el cuadro 5, distinguen en-tre las empresas que han innovado enproducto y las que han innovado enproceso. Pero en parte porque en lamayoría de las empresas tales innova-ciones tienen lugar simultáneamente,para el nivel agregado con que se dis-ponen aquí los datos no se perciben di-ferencias significativas de comporta-miento en materia de cooperación eninnovación.

País de los socios con los que se coopera

En el cuadro 6, en el que se presenta elporcentaje de empresas cooperantes quetienen proyectos con cada zona, aparecede modo rotundo que, a la hora de bus-car socios para la cooperación en innova-ción, las empresas innovadoras de prácti-

camente todos los países (a excepción deLuxemburgo) los encuentran en organiza-ciones situadas en su mismo Estado. Ha-gedoorn (2002) ya indicaba que, en con-tra de lo que pudiera pensarse a la vistade la creciente internacionalización de lasrelaciones económicas, en los últimos 40años se apreciaba una irregular y decre-ciente tendencia a la participación en losacuerdos internacionales en I+D.

La concentración de los acuerdos para lacooperación en innovación en organiza-ciones del propio país es todavía más pa-tente en el caso de España, ámbito en elque en el año 2000 más del 96% de lasempresas que cooperan tienen como so-cio a una organización española.

También en todos los países contenidosen el cuadro 6, la siguiente zona elegidapara la búsqueda de socios para la coope-ración en innovación es el resto de la UE;EEUU y Japón figuran a mucha distanciade ésta, difiriendo bastante de unos paísesa otros el porcentaje de acuerdos estable-cidos con países de la categoría «otros».Tal realidad difiere de la presentada porHagedoorn (2002) a partir de los acuerdosrecogidos en la base MERIT-CATI. Segúnel autor holandés, el número de acuerdos

llevados a cabo entre 1990-1998 entre em-presas europeas y norteamericanas másque duplica al de los establecidos entreempresas europeas.

En el caso particular de España, además delmenor nivel de internacionalización de losacuerdos de cooperación, sobresale la con-centración de éstos en el área comunitaria,y el carácter residual de los establecidoscon EEUU y, sobre todo, con Japón. Lasáreas de cooperación en proyectos de inno-vación mostrarían, así, notables similitudescon el nivel de apertura y especializacióndel comercio exterior y con la internaciona-lización de la inversión directa de Españaen el extranjero (Navarro y Olarte, 2002).

En el informe Statistics on Innovation inEurope. Data 1996-1997, de la ComisiónEuropea y Eurostat (2001), se aprecia queson los países de mayor nivel tecnológico(Suecia, Finlandia, Alemania) y los de cul-tura anglosajona (Reino Unido e Irlanda)los que muestran, en Europa, mayores la-zos con EEUU y Japón. Hay, por otra par-te, una serie de países europeos (Finlan-dia, Suecia, Reino Unido…) que, a pesarde presentar un porcentaje elevado deempresas innovadoras que tienen proyec-tos de cooperación con socios extranjeros,

LA COOPERACIÓN PARA LA INNOVACIÓN EN LA EMPRESA ESPAÑOLA...

ECONOMÍA INDUSTRIAL N.o 346 • 2002 / IV

57

Manufacturas (*)

Nacional 96 97 96 94 84 81 86 87

Resto UE 26 12 25 50 50 40 52 65

EEUU 7 4 5 15 25 16 25 40

Japón 3 2 2 7 9 5 8 17

Otros 15 18 12 17 14 12 16 17

Servicios

Nacional 96 97 96 91 74 70 83 84

Resto UE 34 28 37 46 37 36 33 53

EEUU 6 4 8 11 29 27 24 45

Japón 1 1 4 0 12 10 12 17

Otros 19 23 17 7 22 23 18 25

(*) En manufacturas, datos referidos a empresas de 20 o más trabajadores; y en servicios, a 10 o más tra-bajadores. En España 2000, en lugar de resto UE, es resto de países de la UE y EFTA.

FUENTES: INE, Encuesta sobre innovación tecnológica, y Eurostat/Enterprise DG, CIS2.

CUADRO 6EMPRESAS QUE COOPERAN CON UNA ZONA SOBRE TOTAL QUE COOPERA

PORCENTAJE

España 2000 AEE 1996

TotalPequeñas Medianas Grandes Total PequeñasMedianas Grandes

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registran al mismo tiempo los porcentajesmás elevados de empresas innovadorascon proyectos de cooperación con sociosnacionales, mostrando que una y otra fa-ceta no son contrapuestas.

Obsérvese, además, que, en contra de loque cabría imaginarse, buena parte de lospaíses con mayores porcentajes de pro-yectos de cooperación con socios nacio-nales son considerados de tamaño peque-ño (Finlandia, Suecia, Noruega); y queprecisamente buena parte de los Estadoscomunitarios considerados grandes (Ale-mania, Francia e Italia) presentan porcen-tajes de proyectos de cooperación con so-cios nacionales inferiores a los de la mediacomunitaria. Todo ello apunta a que, talcomo sostienen los análisis de clusters ge-ográficos, las interacciones y relacionesempresariales tienen frecuentemente unabase local (Navarro, 2001a).

Por otro lado, los datos relativos al totalcomunitario parecerían indicar que lasempresas manufactureras cooperan enmayor proporción que las de servicioscon socios de su propio país o del restode la UE; sin embargo, los datos de Espa-ña no muestran grandes diferencias entrelos países de los cooperantes de las em-presas manufactureras y de servicios, sal-vo por el destacado porcentaje que ad-quieren en estas últimas los acuerdos decooperación con el resto de la UE.

Tanto en la UE como en España se observaque el porcentaje de empresas grandesque, respecto al total de cooperantes, hamantenido acuerdos de cooperación concada una de las zonas es mayor que el delas PYMEs (a excepción, en España, de losacuerdos con interlocutores nacionales).European Commission y Eurostat (2001) loatribuyen a que el número de proyectos decooperación que, como media, tienen lasempresas de mayor tamaño suele ser supe-rior al que registran las de menor tamaño.

Además de tal tendencia, se aprecia unamayor propensión de las empresas pe-queñas a concentrarse en socios naciona-les para la cooperación en innovación; yque, a medida que aumenta el tamaño dela empresa, ésta amplia su horizonte geo-gráfico hacia la búsqueda de socios: ini-cialmente hacia el resto de la UE, luegohacia el resto de Europa y EEUU y, en el

caso de las empresas de mayor tamaño,también a Japón. Centrándonos en el ca-so de España, una vez más resulta evi-dente que la escasa internacionalizaciónde la empresa española en materia de co-operación en innovación es particular-mente grave en el caso de las PYMEs (aexcepción de la categoría de «otros»).

El cuadro 7 muestra, por su parte, queexisten claras diferencias de unos secto-res a otros en el grado de recurso a uno uotro ámbito territorial para la búsquedade socios de proyectos de I+D en coope-ración, generalmente ligadas al nivel tec-nológico del sector a que pertenecen lasempresas. En el Área Económica Europea(AEE) y en España, las empresas manu-factureras de los sectores de alta tecnolo-gía han cooperado en innovación con to-das las zonas en un porcentaje superior alde las empresas de los sectores manufac-tureros de menor nivel tecnológico, loque se explicaría por el mayor númerode proyectos en cooperación que, comomedia, poseen las empresas situadas enlos sectores de mayor nivel tecnológico.Las diferencias que en cooperación en in-novación presentan las empresas de ma-nufacturas de alto nivel tecnológico conrespecto a las de sectores de menor nivelson, además, proporcionalmente mayorescuando la zona a que pertenece el sociose encuentra más alejada de la de la em-presa cooperante (European Commissiony Eurostat, 2001).

Tales resultados difieren de los que obtie-ne Hagedoorn (2002) explotando la baseMERIT-CARI. Según el autor holandés,son los sectores de nivel tecnológico me-dio los que aparecen más internacionali-zados en sus acuerdos de I+D, y los deniveles tecnológicos alto y bajo presentanuna internacionalización en sus acuerdossimilares entre sí e inferiores a los del ni-vel tecnológico medio. Según los datosde la encuesta del INE, esta mayor pro-pensión a los acuerdos internacionalesque muestran los sectores manufacture-ros de mayor nivel tecnológico en com-paración con los de menor nivel tambiénse constata en el sector servicios; la prin-cipal excepción a esa mayor internacio-nalización de los acuerdos en los sectoresde nivel tecnológico alto la constituirían,según la encuesta del INE del año 2000,el sector manufacturero de Equipos elec-trónicos y el de Servicios de actividadesinformáticas.

Veamos, por último, cómo incide en quese recurra más a socios de un ámbito te-rritorial u otro el que la empresa perte-nezca o no a un grupo empresarial (na-cional o extranjero), desarrolle o noactividades de I+D (sistemáticas u ocasio-nales) y realice innovaciones de productoo proceso.

El cuadro 8 muestra que el perfil por paísesde los socios de los proyectos en coopera-ción del total de empresas está más inter-

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ECONOMÍA INDUSTRIAL N.o 346 • 2002 / IV

58

España: 2000 (*)

Manufacturas de alta tecnol. 99 43 28 7 24

Manufacturas de medio-alta tecnol. 93 31 7 6 18

Manufacturas de medio-baja tecnol. 93 33 5 1 19

Manufacturas de baja tecnol. 100 10 1 0 6

AEE: 1996

Manufacturas de alta tecnol. 90 60 42 22 15

Manufacturas de medio-alta tecnol. 85 58 31 12 17

Manufacturas de medio-baja tecnol. 91 49 27 9 10

Manufacturas de baja tecnol. 90 43 16 5 15

(*) En España 2000, en lugar de resto UE, es resto de países de la UE y EFTA.

FUENTES: INE, Encuesta sobre innovación tecnológica, y elaboración propia.

CUADRO 7EMPRESAS QUE COOPERAN CON UNA ZONA SOBRE EL TOTAL

DE LAS QUE COOPERASEGÚN NIVEL TECNOLÓGICO DE LAS EMPRESAS, EN PORCENTAJE

Nacional UE EEUU Japón Otros

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nacionalizado en el caso de las pertene-cientes a un grupo español que en el delas individuales, siendo relativamente talesdiferencias mayores cuanto más lejano esel país del socio en cooperación. Tal he-cho se debe, tanto a que las empresas in-dividuales tienen una mayor presencia re-lativa en los sectores manufactureros denivel tecnológico bajo y en las micro y pe-queñas empresas (que son las característi-cas que presentan una menor asociacióncon la internacionalización de la coopera-ción en innovación) como a que, para elmismo tramo y sector, las empresas perte-necientes a grupos empresariales naciona-les presentan una mayor propensión a lainternacionalización de su actividad quelas empresas individuales.

A su vez, las empresas pertenecientes agrupos nacionales presentan a primera vis-ta un grado de internacionalización de sussocios menor que las empresas pertene-cientes a grupos extranjeros. También aquíhay que tomar en cuenta que las empresaspertenecientes a grupos extranjeros seconcentran en los sectores de mayor niveltecnológico y en los tramos de empresa demayor tamaño en mayor medida que laspertenecientes a grupos nacionales. Ob-sérvese, empero, que la propensión a te-ner como socio en los proyectos a EEUU oJapón no es menor en las empresas degrupos nacionales que en las de gruposextranjeros; y que, incluso cuando noscentramos en algunas categorías determi-nadas (pequeñas y medianas, o de servi-cios), las empresas de grupos nacionalescooperan en mayor medida con socios es-tadounidenses que las de grupos extranje-ros. Esto es, la mayor inclinación a teneracuerdos con socios de otros países quepresentan las empresas pertenecientes agrupos extranjeros resulta cierta cuando elsocio pertenece a la UE/EFTA, pero no estan evidente cuando el socio es estadouni-dense o japonés.

En cuanto a la influencia del desarrollo ono de actividades de I+D, los datos delcuadro 8 ponen claramente de manifiestoque el desarrollo de actividades de I+D, ymás aún cuando éstas son de carácter sis-temático, aparece positivamente correla-cionado con el grado de internacionaliza-ción de los socios en proyectos deinnovación. También ello tiene que ver,en parte, con una mayor presencia de las

empresas que desarrollan I+D sistemáti-camente (y, en menor medida, de las quelo hacen ocasionalmente) en sectores demayor nivel tecnológico y en los tramosde tamaño de empresa superiores. Pareceapuntarse, no obstante, que en los tramosde empresas grandes y medianas las dife-rencias entre empresas con I+D ocasional

y empresas sin I+D se difuminan en loque hace referencia al país de los socios.

Por último, al igual que pasaba cuandomostrábamos la propensión a realizaracuerdos de cooperación según el tipo deinnovación que realiza la empresa, no seconstatan diferencias significativas entre

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ECONOMÍA INDUSTRIAL N.o 346 • 2002 / IV

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Total

España 95,7 95,7 87,9 94,4 93,7 96,0 93,5 96,0

EU/EFTA 21,8 26,4 55,4 41,9 23,1 11,8 30,3 31,0

EEUU 3,5 11,7 12,1 11,8 3,9 3,3 8,7 8,9

Japón 2,1 2,7 2,3 3,9 1,1 1,0 3,1 2,9

Manufacturas (*)

España 94,8 96,9 89,1 93,3 93,0 96,7 93,1 95,8

UE/EFTA 18,9 29,4 54,5 41,4 46,7 8,1 31,4 30,2

EEUU 3,2 9,4 13,1 12,1 2,2 0,2 8,3 7,8

Japón 1,9 4,5 3,3 4,7 1,9 0,3 3,7 4,0

Servicios (*)

España 97,5 93,9 85,3 96,2 94,2 94,2 93,7 96,4

UE/EFTA 29,5 23,5 57,9 39,2 37,2 19,2 30,7 32,6

EEUU 4,5 7,9 4,2 10,7 6,8 1,0 6,3 5,8

Japón 2,7 0,3 0,0 1,6 0,0 2,4 2,1 0,7

Pequeñas

España 95,6 95,2 46,7 92,9 93,1 97,5 93,4 95,7

UE/EFTA 21,2 10,2 86,7 37,6 23,2 3,1 22,3 21,9

EEUU 4,0 4,2 0,0 9,2 4,5 0,0 4,8 5,1

Japón 1,5 0,0 0,0 2,1 1,5 0,0 1,3 1,8

Medianas

España 95,8 97,5 91,0 94,7 96,9 96,1 94,0 97,1

UE/EFTA 20,0 27,5 44,9 36,7 22,0 15,1 29,7 29,7

EEUU 2,8 17,5 7,2 10,2 3,8 6,3 10,4 9,5

Japón 2,9 22 1,2 3,5 0,0 2,2 3,9 2,3

Grandes

España 95,9 94,4 88,8 95,5 86,7 87,6 92,6 94,3

UE/EFTA 35,5 45,6 64,8 53,3 24,4 39,2 49,9 49,2

EEUU 4,1 14,1 20,0 16,7 2,2 5,2 14,2 14,2

Japón 0,8 6,5 4,8 6,2 2,2 0,0 5,6 5,9

(*) En manufacturas, datos referidos a empresas de 20 o más trabajadores; y en servicios, a 10 o más tra-bajadores.

FUENTES: INE, Encuesta sobre innovación tecnológica, y Eurostat /Enterprise DG, CIS2.

CUADRO 8PORCENTAJE DE LAS EMPRESAS QUE, COOPERANDO EN INNOVACIÓN,

TIENEN UN SOCIO ESPAÑOL, DE LA UE/EFTA, DE EEUU O DE JAPÓN

Empresas Grupo Grupo Hace I+D Hace I+D No hace Innova en Innova enindividuales español extranjero sistemática ocasional I+D producto proceso

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las que innovan en producto y las que in-novan en proceso en la distribución porpaíses de los socios de la cooperación eninnovación.

Tipo de socios con los quese coopera

La importancia de los diferentes tipos deorganizaciones con los que las empresashan cooperado en innovación varía signifi-cativamente de España a la media de laAEE. Lo mismo ocurre dentro de cada te-rritorio: de la industria manufacturera a losservicios, y de los tramos de pequeñasempresas a los de las grandes (cuadro 9).Por tal razón, con objeto de ordenar la ex-posición, empezaremos analizando las di-ferencias existentes entre los datos de Es-paña y los de la AEE en las columnas deltotal de empresas manufactureras (prime-ramente) y de servicios (después), sin to-mar en consideración inicialmente las dife-rencias por tramos de tamaño.

Pues bien, el orden en que se podríanagrupar los socios en cooperación en la in-dustria manufacturera del AEE es el si-guiente: en primer lugar, las empresas delmismo grupo; en segundo lugar, los clien-tes y los proveedores; en tercer lugar, lasuniversidades y los organismos públicos deinvestigación e institutos de investigaciónsin fines de lucro; y en cuarto lugar, lasconsultoras y los competidores. El ordenen que se sitúan los diferentes socios delos proyectos en cooperación es notable-mente diferente en el caso de España:

■ En España aparecen, en primer lugar,la universidad y las OPIs y centros tecno-lógicos. También en los datos relativos aencuestas de años anteriores [véanse Na-varro (2001b) para la del año 1998; y Ba-yona et al. (1999), para los de 1996] so-bresale el papel de la universidad y loscentros tecnológicos; y otro tanto sucedecon los resultados que, dentro de la redDISKO, Sanz-Menéndez y García (1998)obtienen para España, que prácticamenteduplican los que en los otros estudios delas encuestas DISKO se obtienen para losotros países.

Tales resultados no se ajustan a la imagenque tiene la sociedad del grado de liga-zón de la investigación universitaria con

la realidad empresarial; y, como apuntanBayona et al. (1999), parecerían entrar encontradicción con los datos que la mismaencuesta de innovación ofrece sobre lasfuentes de información para la innova-ción: «Los centros de investigación son lasegunda fuente externa peor valoradapor las empresas, cuando después resul-tan ser las organizaciones con las quemás cooperación existe (...)». «Esta prime-ra conclusión podría señalar que las em-presas diferencian entre la generación deideas innovadoras, más relacionadas conlos clientes, y la capacidad para desarro-llar estas ideas, más relacionada con loscentros de investigación. Otra posible ex-plicación sobre la importancia de colabo-rar con los centros, aunque no se les con-fiera gran importancia como una fuentede ideas innovadoras, puede estar en elhecho de que de esta manera las empre-sas pueden acceder a fondos para la in-vestigación a través de la participación en

programas promovidos por los gobier-nos» (pp. 18 y 22).

■ Los proyectos con otras empresas delmismo grupo poseen una importanciaclaramente inferior en España que en laAEE, lo que puede quizá deberse a unmás tardío o menor grado de desarrollode los grupos empresariales en nuestropaís. También en los resultados de la en-cuesta española relativa a 1998 las otrasempresas del grupo aparecían en un lu-gar intermedio en el ranking de socios delos proyectos de cooperación en innova-ción (Navarro, 2001b).

■ A semejanza de los resultados quepresenta el AEE, o de los resultados quepara España ofrecen las encuestas delINE de años anteriores o los del grupoDISKO, los proveedores aparecen comouno de los principales socios de los pro-yectos en cooperación. Pero, a diferen-

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ECONOMÍA INDUSTRIAL N.o 346 • 2002 / IV

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España 2000

Empresas delmismo grupo 37 28 34 61 50 58 31 52

Clientes 32 28 30 43 54 64 41 45

Proveedores 43 37 41 60 63 58 69 72

Competidores 31 22 35 35 38 38 34 40

Consultoras 36 36 33 44 57 58 58 50

Laboratorios de I+D 34 39 28 41 31 33 30 28

Universidades 57 46 61 66 62 67 54 58

OPIs y centros tecnol. 49 41 49 64 50 53 47 42

AEE 1996

Empresas delmismo grupo 59 48 58 66 68 76 65 58

Clientes 48 49 47 47 33 32 34 34

Proveedores 49 44 50 54 39 38 38 42

Competidores 18 18 15 23 40 41 36 42

Consultoras 22 19 23 25 30 25 36 52

Universidades 37 27 37 51 27 27 25 32

OP/s y centrostecnológicos 32 32 29 36 30 30 22 43

(*) Porcentaje que suponen las empresas con cooperación con esa organización sobre las empresas con co-operación En manufacturas, empresas de 20 o más trabajadores; en servicios, de 10 o más trabajadores.

FUENTES: INE, Encuesta sobre innovación tecnológica, y Eurostat/Enterprise DG, CIS2.

CUADRO 9ORGANIZACIONES CON LAS QUE SE COOPERA EN INNOVACIÓN

POR GRANDES SECTORES Y TRAMOS DE TAMAÑO (*)

Manufacturas Servicios

Total Pequeñas Medianas Grandes Total PequeñasMedianas Grandes

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cia del AEE o de los resultados que paraEspaña ofrece la encuesta DISKO lleva-da a cabo por Sanz-Menéndez y García(1998), los clientes aparecen en una po-sición bastante baja del ranking, inferiorincluso a la que ofrecía la encuesta delINE relativa a 1998.

■ Los competidores aparecen, al igualque en el AEE y en las restantes encues-tas realizadas en España (bien del INE re-lativas a años anteriores o bien del pro-yecto DISKO), en los últimos puestoscomo socios de los proyectos de coope-ración en innovación; en cuanto a lasconsultoras, tipo de socio que en el AEEaparecía en penúltimo lugar en el ran-king de socios, el valor que para Españaofrece la encuesta de innovación de 2000es algo superior, si bien cabe añadir queen la encuesta de 1998 también los pro-yectos de cooperación con consultoresaparecían en el penúltimo lugar.

Cuando atendemos a la composición delos socios en los acuerdos de coopera-ción de las empresas de servicios, nosencontramos no sólo que difieren signi-ficativamente de los de las empresas ma-nufactureras, sino que también difierennotablemente entre España y la mediadel AEE. Así, en esta última, en el ran-king de socios se encontrarían en primerlugar las empresas del grupo, seguidaspor los competidores, los proveedores y,luego, con valores muy semejantes, to-das las demás categorías.

A diferencia de lo que sucede en el AEE,en España los competidores figuran entrelos últimos lugares de los socios en coo-peración de las empresas de servicios; yla universidad, los consultores y los clien-tes, entre los primeros. Las principalestendencias comunes en las empresas deservicios del AEE y España son que losgrupos de empresas, las consultoras y loscompetidores resultan más importantescomo socios en las empresas de serviciosque en las manufactureras.

Pasemos ahora a analizar los datos delcuadro 10, prestando atención a la des-agregación que del total se hace por tra-mos de tamaño y manteniendo la distin-ción entre empresas manufactureras y deservicios. Un primer rasgo sobresale alrespecto en la industria manufacturera,tanto del AEE como sobre todo de Espa-ña: los mayores valores que, para prácti-camente todo tipo de socios, ofrecen lasempresas grandes con relación a las pe-queñas; nuevamente, ello cabe explicar-lo por el mayor número de proyectos encooperación que en promedio tienen lasempresa grandes y, eventualmente, porla participación de un mayor número desocios en los proyectos en cooperaciónde las empresas grandes.

Aunque, como se acaba de señalar, lasempresas grandes cooperan en mayormedida que las PYMEs con todo tipo desocios, dicha ventaja es particularmenterelevante en las relaciones con empresas

del mismo grupo, con las organizacionesmás ligadas a la investigación (universi-dad, OPIs y centros tecnológicos) y conproveedores y competidores.

■ La mayor participación de las empresasgrandes con empresas del mismo gruporesulta, en principio, lógica, dado queaquéllas participan en grupos empresaria-les en mayor medida que las pequeñas.

■ Respecto a la mayor participación delas empresas grandes con universidades yorganismos de investigación y consulto-ras, Tether (2002), que también encuentratal relación en las empresas del ReinoUnido, considera que es debida a que lasgrandes tienen mayores recursos para im-plicarse en colaboraciones, así como aque las mismas están más al corriente delas capacidades de las organizacionesorientadas a la investigación.

Santoro y Chakrabarti (2002), que estu-dian la relación entre tamaño de empresay universidad, encuentran que en las em-presas grandes tales relaciones son másde transferencia de conocimiento y deapoyo a la investigación y que buscanmás reforzar las habilidades y el conoci-miento y obtener acceso a los recursosuniversitarios para avanzar en tecnologíasno nucleares para la empresa; mientrasque en las empresas pequeñas tales rela-ciones son más de transferencia de tecno-logía e investigación cooperativa y quebuscan más reforzar habilidades y cono-

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España (2000)

Manufacturas de alta tecnol. 45 41 45 49 43 73 59

Manufacturas de medio-alta tecnol. 42 37 43 30 37 55 63

Manufacturas de medio-baja tecnol. 49 43 54 34 48 60 58

Manufacturas de baja tecnol. 22 17 36 24 24 51 27

AEE (1996)

Manufacturas de alta tecnol. 64 50 46 30 23 52 34

Manufacturas de medio-alta tecnol. 67 55 47 17 21 44 34

Manufacturas de medio-baja tecnol. 56 53 49 22 23 33 34

Manufacturas de baja tecnol. 53 34 59 15 26 31 32

FUENTES: INE, Encuesta sobre innovación tecnológica, y Eurostat/Enterprise DG, CIS2.

CUADRO 10ORGANIZACIONES CON LAS QUE SE COOPERA EN INNOVACIÓN SEGÚN EL NIVEL TECNOLÓGICO DEL SECTOR

Empresas OPIs y del mismo Clientes Proveedores Competidores Consultoras Universidades centros

grupo tecnológicos

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cimiento y obtener acceso a los recursosuniversitarios para tecnologías nuclearespara la empresa (1).

La razón de ello sería que las empresasgrandes suelen estar dotadas de más re-cursos, particularmente financieros, queles permiten diversificarse hacia áreas nonucleares; en tanto que las pequeñas estánmás preocupadas por la supervivencia ybuscan en la universidad relaciones queprovean soluciones inmediatas a las cues-tiones que afectan a las áreas de negocioscentrales y a las tecnologías claves.

■ En cuanto a la cooperación con prove-edores, Tether (2002), que también en-cuentra que tiene lugar en mayor medidaen las empresas grandes, la atribuye alpoder de las grandes empresas sobre suscadenas de suministradores, que les per-miten compelerlos a participar en proyec-tos conjuntos. La cooperación con com-petidores presenta, en el trabajo deTether, una relación más débil con el ta-maño de la empresa que la que en elcuadro 10 presenta para España y la AEE.

En el sector servicios, los comportamien-tos por tramos de tamaño presentan enEspaña y la media del AEE notables dis-paridades. Como principales rasgos co-munes en España y AEE cabría indicar, enprimer lugar, que en los servicios no secumple, de modo tan general como en laindustria manufacturera, que las empre-sas grandes presenten mayores ratios decooperación con todo tipo de socios; ensegundo lugar, también, a diferencia delo que sucede en las manufacturas, lasempresas de servicios grandes no presen-ten ratios particularmente superiores a lasde las PYMEs en la cooperación con em-presas del mismo grupo; y tercero, losproveedores siguen apareciendo comoun socio más importante para las empre-sas grandes que para las pequeñas.

Mas, como anteriormente hemos indica-do con respecto al resto de los interlocu-tores, los resultados de España difierensignificativamente de los del AEE; en par-ticular, mientras que en el AEE las empre-sas grandes de servicios siguen mante-niendo un mayor nivel de relación conlas organizaciones ligadas a la investiga-ción que las empresas pequeñas, en Es-paña sucede lo contrario.

Pasando a un análisis más detallado de lasdiferencias que, en el grado de coopera-ción en innovación por tipos de socios, sedan entre las empresas, según la rama deactividad o el nivel tecnológico del sector aque pertenecen, el cuadro 10 nos permiteapreciar que, prácticamente para todos lostipos de socios, las manufacturas de altatecnología muestran un mayor nivel de re-lación que las de baja tecnología; además,esas diferencias en la frecuencia de las re-laciones con los socios, según el nivel tec-nológico de los sectores, son mayores enEspaña que en la media de la AEE. Proba-blemente detrás de esas diferencias en elnivel de relaciones con los socios se en-cuentra el hecho de que en los sectoresmanufactureros de mayor nivel tecnológicolas empresas poseen, en general, un mayornúmero de acuerdos de cooperación queen los sectores de menor nivel tecnológico.

Si intentamos aislar tal hecho y nos fija-mos en qué tipo de socios las diferenciasalcanzan su mayor magnitud entre lasmanufacturas de mayor y menor niveltecnológico, nuevamente las conclusio-nes varían un tanto según atendamos alos datos de España o a los de la mediadel AEE.

● En las relaciones con clientes, compe-tidores y empresas del mismo grupo lossectores de mayor nivel tecnológicomuestran una frecuencia de relaciones

muy superior a los de menor nivel tec-nológico tanto en España como en laAEE. También Tether (2002) constataque los sectores manufactureros de ma-yor nivel tecnológico interactúan máscon los clientes.

● En los sectores manufactureros de ma-yor nivel tecnológico del AEE, así comoen las empresas del Reino Unido estudia-das por Tether, hay fuertes relaciones decooperación con universidades. En el ca-so de España, lo distintivo no es el nivelde relaciones de las industrias manufactu-reras de mayor nivel tecnológico con launiversidad, que también es sumamentefuerte, sino que los sectores de menor ni-vel tecnológico tengan a este tipo de so-cio como principal partner.

● En las manufacturas de menor niveltecnológico destaca, comparativamente,el importante papel de los proveedoresen los acuerdos de cooperación.

● Mientras que en el AEE el porcentajede empresas con acuerdos de coopera-ción que mencionan que tienen como so-cios a consultores y OPIs no difiere ape-nas con el nivel tecnológico de lossectores, en España los de mayor niveltecnológico recurren a este tipo de inter-locutores en mucha menor medida quelos de bajo nivel tecnológico.

Veamos, por último, cómo incide en quese recurra más a un tipo de socios u aotro el que la empresa que participa enun proyecto de cooperación en innova-ción pertenezca o no a un grupo empre-sarial (nacional o extranjero), desarrolle ono actividades de I+D (sistemáticas uocasionales) y realice innovaciones deproducto o proceso.

Empezando por la influencia que ejercela pertenencia a un grupo, los datos delcuadro 11 parecen confirmar la hipótesisde Tether (2002) de que los grupos deempresas, especialmente los pertene-cientes a capitales extranjeros, gracias alpoder, seguridad y prestigio que obtie-nen de su pertenencia a tales grupos y almayor conocimiento que, merced a losotros miembros del grupo, tienen de po-tenciales socios, poseen un mayor nú-mero de acuerdos de cooperación. Ob-viamente, las empresas pertenecientes a

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grupos cooperan en mayor medida conotras y del mismo grupo. Pero con losrestantes socios no se aprecia un parti-cular sesgo, dado que en los tres colecti-vos empresariales que estamos analizan-do los tipos de socios que con mayor ymenor frecuencia figuran en los acuer-dos son semejantes: entre los que más,proveedores y universidad; y entre losque menos, laboratorios y empresas deI+D, competidores y clientes.

En cuanto a la influencia que ejerce eldesarrollo de actividades de I+D, nueva-mente encontramos que las que poseenactividades de I+D sistemáticas superan,prácticamente en todas las categorías desocios, los valores de aquellas otras conactividades de I+D ocasional; y éstas, asu vez, a las de las empresas que no rea-lizan I+D. También aquí ello parece atri-buible a que las empresas con I+D siste-mática poseen un mayor número deproyectos en innovación que las restan-tes empresas.

Mas, a diferencia del caso anterior, la rea-lización de actividades de I+D sí que pa-rece ejercer una clara influencia en los ti-pos de socios con que se coopera. Enefecto, las diferencias entre las empresascon I+D y sin I+D en la frecuencia conque se relacionan con un tipo u otro desocio son mayores en el caso de las rela-ciones con la universidad, con las OPIs,con empresas del grupo y con clientes.Aunque los proveedores son uno de lossocios principales para todo tipo de em-

presas, lo son en especial para las empre-sas que no hacen I+D.

Por último, las diferencias según el tipode innovación que desarrolla la empresano parecen afectar muy sustancialmenteal tipo de socio que participa en losproyectos.

Conclusiones

En lo referente a implantación de la coo-peración en innovación en las empresas,los datos de la encuesta sobre innovaciónmuestran que ésta todavía no se encuen-tra tan extendida como parecerían sugerirbastantes autores: ni en la media europeani sobre todo en España, país que pre-senta un porcentaje de empresas innova-doras y de empresas innovadoras que co-operan en innovación notablementemenor que la UE, especialmente en elsector servicios y en las PYMEs.

En España sólo el 15% de las empresasmanufactureras innovadoras coopera eninnovación y sólo 9% de las de servicios;y, dado que el porcentaje de empresasinnovadoras sobre el conjunto de la po-blación es relativamente bajo (41% enmanufacturas y 14% en servicios), el por-centaje de todas las empresas que coope-ra en innovación se sitúa en torno al 6%en la industria manufacturera y apenassupera el 1% en los servicios. Además, en

contra de lo que apunta la literatura inter-nacional, los porcentajes de empresas in-novadoras que cooperan en innovaciónson inferiores en España en el año 2000que en el año 1996.

Al igual que en la mayoría de los análisisempíricos consultados, también en Espa-ña el porcentaje de empresas innovado-ras que coopera en innovación crece conel tamaño, especialmente en la industriamanufacturera; y mientras que en la me-dia comunitaria no hay grandes diferen-cias entre la industria manufacturera y losservicios en el porcentaje de empresas in-novadoras que cooperan en innovación,en nuestro país el porcentaje de las ma-nufactureras supera ampliamente al delas empresas de servicios.

Al igual que en el AEE, el porcentaje deempresas innovadoras españolas que co-operan en innovación crece a medidaque aumenta el nivel tecnológico del sec-tor. La diferencia que para el conjunto dela industria manufacturera aparece en elnivel de cooperación en innovación entreEspaña y la AEE se debe, especialmente,al bajo nivel de cooperación de las em-presas españolas en los sectores de me-nor nivel tecnológico, especialmente enlas empresas de menor tamaño.

En términos absolutos, la mayor parte delos acuerdos de cooperación en innova-ción corresponden a empresas manufac-tureras. En contra de lo apuntado por Ha-gedoorn, el porcentaje de acuerdos de

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Empresas del grupo 25 55 65 47 42 30 44 42

Clientes 33 42 50 49 43 22 43 41

Proveedores 51 51 69 60 48 48 58 54

Competidores 33 31 42 38 32 29 34 36

Consultoras y expertos 38 49 55 44 49 40 48 43

Laboratorios y empresas de I+D 34 30 44 38 32 29 38 37

Universidades 53 64 60 73 48 44 61 59

OPIs o centros tecnológicos 42 54 50 64 58 23 52 48

(*) Porcentaje de empresas que cooperan en innovación que tienen relación con ese tipo de socio.En manufacturas, datos referidos a empresas de 20 o más trabajadores; y en servicios, a 10 o más trabajadores.

FUENTES: INE, Encuesta sobre innovación tecnológica, y Eurostat/Enterprise DG, CIS2.

CUADRO 11SOCIOS DE LA COOPERACIÓN EN INNOVACIÓN, SEGÚN LA PERTENENCIA A GRUPOS DE EMPRESAS,

EL DESARROLLO DE ACTIVIDADES DE I+D Y EL TIPO DE INNOVACIÓN (*)

Empresas Grupo Grupo Hace I+D Hace I+D No hace Innova en Innova enindividuales español extranjero sistemática ocasional I+D producto proceso

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cooperación que corresponde a los secto-res de nivel tecnológico alto (especial-mente a los sectores ligados a las TIC) noes tan grande en la economía española;los sectores que, en términos absolutos,presentan un mayor número de empresasque cooperan en innovación son los sec-tores tradicionales.

Los porcentajes de empresas pertenecien-tes a grupos españoles y extranjeros queson innovadoras son bastante elevados(33% y 46%); y en tales empresas, los por-centajes de las que participan en proyec-tos de cooperación (20% y 15%) superanampliamente el 6% correspondiente al delas empresas individuales. Se constata, asi-mismo, una clara relación positiva entreel porcentaje de empresas con activida-des innovadoras y el nivel de implicaciónen actividades en I+D. Por último, el tipode innovación (de producto o de proce-so) no parece influir fuertemente ni en laintensidad de la cooperación en innova-ción, ni tampoco en el área geográfica delos socios o los tipos de socios.

Pasando al análisis del área geográfica delos socios con que se coopera, tanto en elAEE como en España, en la mayor partede los acuerdos toma parte como socioalguna organización del mismo país (el96% en la industria manufacturera espa-ñola y en torno al 84% en la de la UE); estambién importante el número de acuer-dos en que figura como socio alguna or-ganización de otro país comunitario (26%en España y 50% en la UE); y muy atrásqueda la presencia de socios de EEUU yJapón (7% y 3%, respectivamente, en Es-paña; y 25% y 9% en la UE). De lo ante-rior se desprende el menor nivel de inter-nacionalización de los acuerdos decooperación en España, así como el ca-rácter residual de los existentes conEEUU y sobre todo con Japón.

Por tramos de tamaño, las empresas pe-queñas tienden a concentrarse más en so-cios nacionales, y a medida que aumentael tamaño de la empresa ésta amplia suhorizonte geográfico. La menor interna-cionalización de los acuerdos de coope-ración españoles es particularmente acen-tuada en el caso de las PYMEs.

Por sectores, mientras que en España nose encuentran diferencias muy notables

de las manufacturas a los servicios en elgrado de internacionalización de la coo-peración en innovación, en la UE las em-presas manufactureras cooperan en ma-yor medida con socios de su propio país.Tanto en Europa como en España los sec-tores de mayor nivel tecnológico mues-tran una superior propensión a acuerdosinternacionales.

El perfil de los socios de los proyectos decooperación en innovación es más inter-nacional en el caso de las empresas per-tenecientes a grupos españoles que enlas empresas individuales. El nivel dedesarrollo de las actividades de I+D de laempresa también aparece correlacionadocon el grado de internacionalización desus socios.

Pasando, finalmente, a los tipos de socioscon que se coopera, en las empresas ma-nufactureras españolas los socios con quemás frecuentemente se coopera son lasuniversidad y las OPIs, tipo de socio queen el AEE sólo aparece en tercer lugar. Lacooperación con empresas del mismogrupo posee una importancia claramentemenor en España que en el AEE, lugaréste donde las empresas del grupo figu-ran en el primer lugar del ranking de so-cios. Tanto en el AEE como en España losproveedores aparecen como uno de losprincipales socios de los proyectos en co-operación; mas, a diferencia del AEE, losclientes aparecen en España en una posi-

ción bastante baja del ranking. Por últi-mo, los competidores figuran tanto en elAEE como en España en los últimospuestos como socios de los proyectos encooperación.

Las empresas manufactureras grandescooperan más con todo tipo de sociosque las empresas pequeñas. La diferen-cia entre empresas grandes y pequeñases más acusada con empresas del mismogrupo, con las organizaciones ligadas ala investigación (universidad, OPIs ycentros tecnológicos), con proveedoresy competidores.

La composición de los socios de losacuerdos de cooperación es, en las em-presas de servicios, notablemente dife-rente de la de las empresas manufacture-ras; y, a su vez, difiere sensiblemente deEspaña a la del AEE. Igualmente, bastan-tes de los rasgos diferenciales que portramos de tamaño destacábamos en lasempresas manufactureras tampoco se danen las de servicios.

Por último, la pertenencia a grupos y larealización de I+D aparecen relacionadascon el número de socios en cooperación,debido en gran parte a que las empresasintegradas en grupos y las que realizanI+D poseen generalmente mayor númerode proyectos en cooperación que las res-tantes. Adicionalmente, las empresas quepertenecen a grupos cooperan, obvia-mente, en mayor medida con empresasdel mismo grupo; mas, aparte de tal he-cho, no se aprecia que la pertenencia agrupos influya significativamente en el ti-po de socios con que se coopera. La rea-lización de actividades de I+D, en cam-bio, sí que influye: las que realizan I+Dcooperan más con la universidad y OPIs,con empresas del grupo y con clientes;mientras que los proveedores, aunqueimportantes para todo tipo de empresas,lo son en especial para las empresas queno hacen I+D.

(*) Agradezco el apoyo financierootorgado por el Departamento de Eco-nomía y Turismo de la Diputación Fo-ral de Gipuzkoa, en su programa parala Red Guipuzcoana de Ciencia, Tec-nología e Innovación, al proyecto de

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investigación en que descansa estetrabajo, así como a Antonio Salcedo,las facilidades otorgadas para la ob-tención de los datos de la encuesta delINE en que se base este trabajo.

Notas(1) En la terminología de Santoro y Chakra-barti (2002), la relación de apoyo a la investi-gación hace referencia a las contribucionesfinancieras y de equipos que efectúa la in-dustria a la universidad; la investigación coo-perativa, a los contratos de investigación y aciertos acuerdos que responden a problemasindustriales inmediatos; la transferencia deconocimiento, a las interacciones personales,a la educación cooperativa, al desarrollo decurrículos y a los intercambios de personal; yla transferencia de tecnología, por último,que busca responder a cuestiones industria-les específicas, tiene lugar por acuerdos deconsultoría y empresas poseídas u operadasconjuntamente.

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