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La Condicion Urbana. Olivier Mongin

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e u r er e s e ñ a sl i b r o s

El autor, Olivier Mongin, noproviene precisamente del

campo de los llamados estudiosurbanos. Filósofo de formación,discípulo de Paul Ricoeur, es am-pliamente reconocido comodirector y editor de la revista depensamiento contemporáneofrancesa Esprit. Dentro de su obra,destaca su contribución a lareflexión política, con ensayoscríticos referidos a los procesos dedemocratización de occidente, asícomo sus trabajos acerca de lastransformaciones de la sociedadcontemporánea, a partir delanálisis de la virtualidad, elpredominio de la imagen y laproliferación de la violencia. Porlo tanto, quizás sea este libro suprimera incursión formal dedicadaa la ciudad y lo urbano comoobjeto de reflexión particular.

No obstante su origen inte-lectual, y quizás por esa mismarazón, el autor entrega en este li-bro una presentación exhaustivade los diversos discursos, abordajesy argumentos en torno a la ciu-dad, recopilando y sistematizandolos trabajos de importantes auto-res de este campo, como Choay,Magnaghi, Ascher, Sassen, Veltz,Donzelot, entre otros, lograndoasí, un texto casi pedagógico so-bre las diferentes perspectivas yenfoques acerca de las característi-cas de la ciudad contemporáneao, en palabras del autor, de la ciu-dad a la hora de la mundiali-zación.

Olivier Mongin

La Condición Urbana. La ciudada la hora de la mundialización

Buenos Aires: Editorial Paidós.Serie Espacios del Saber N°58(2006)

La forma de abordar y estruc-turar el texto parece responder ala experiencia editorial del autor,quien por momentos seinvisibiliza, para entregar de ma-nera bastante directa los argumen-tos de otros. Aun así, Mongin lo-gra articular las distintas miradasque se exponen acerca de la ciu-dad y que, a priori, podrían pare-cer irreconciliables, construyendoun hilo conductor en función deuna estrategia política de recupe-ración del sentido de lo urbano.

Estas miradas a priori irrecon-ciliables expuestas por Mongin,que se reflejan en su título, son lasque configuran la estructura deltexto, y son las que representan lacondición urbana en sus dos sig-nificaciones. Además, son las quese ponen en tensión para lograruna perspectiva multidimen-sional sobre la ciudad.

Por un lado, una condiciónurbana en un sentido experiencialy corporal, explicitada en un tipoideal de ciudad, que vincula ele-mentos mentales, físicos, imagi-narios y espaciales, y que da senti-do a una experiencia de lugar,entendida como la posibilidad ili-mitada de relaciones en un espa-cio físico limitado. Mientras, porotro lado, una condición urbanaen un segundo sentido, el de lasnuevas tecnologías, las comuni-caciones y transacciones globales,que anteponen la importancia delos flujos por sobre la de los luga-res, dividiendo a la ciudad entre

Revista eure (Vol. XXXIII, Nº 98), pp. 138-141, Santiago de Chile, mayo de 2007

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la hipermovilidad y el estanca-miento. El ejemplo de esta segun-da condición urbana, lo constitu-yen las ciudades globales y lasmegalópolis contemporáneas.

Así, esta rigurosa presentaciónconceptual de Mongin, de lasdenominadas condiciones urba-nas, es articulada hacia el final deltexto, a través de la propuesta deun imperativo político de recu-peración del lugar, de la experien-cia urbana, enfrentada como está,a las consecuencias perversas dela modernidad y la globalización.En palabras del autor, a través dereconsiderar la dimensión políti-ca de la ciudad, su vínculo con lademocracia, en una mundializa-ción que divide, fragmenta y se-para, en lugar de reunir y de re-lacionar. Con todo, manifestar,fundamentada y explícitamente,esta urgencia de recuperación delo político, a partir de la lucha porel lugar como una posible suce-sión de la lucha de clases en uncontexto postindustrial, es quizásel mayor aporte de Mongin, jun-to con su capacidad de reunir enun mismo texto, gran parte de lareflexión y discusión intelectualen torno a la ciudad y lo urbano.

Específicamente, el libro seestructura en tres partes. Las dosprimeras, corresponden a los ar-gumentos centrales en torno a lascondiciones urbanas; y el tercero,a la salida política o al imperativodemocrático que impone Mongincomo condición posible de con-ciliación de las dos primeras.

Así, desde la introducción, elproblema principal que presentael libro gira en torno a que, segúnel autor, “hemos entrado en elmundo de la postciudad, una eta-

pa en la que entidades ayercircunscriptas en lugares autóno-mos, ahora dependen de factoresexógenos, principalmente, los flu-jos tecnológicos, las telecomuni-caciones y los transportes (…)donde el equilibrio ideal entre loslugares y los flujos se ha vueltocompletamente ilusorio (…) y elmodelo de la ciudad europea,concebida como una gran aglo-meración que reúne e integra, estáen vías de fragilización ymarginación. El espacio ciudada-no de ayer, pierde terreno a favorde una metropolización, que es unfactor de dispersión, de fragmen-tación y de multipolarización” (p.16-19).

Luego, el objetivo general quese deduce del texto es reflexionarsobre la naturaleza de esta expe-riencia urbana, aunque esté enretirada, para devolverle sus for-mas y sus límites, dar cuenta delos procesos de reterrito-rialización y reconfiguración delos territorios ante la preponde-rancia de los flujos por sobre loslugares, y reconsiderar, así, la di-mensión política de la ciudad, sunecesario vínculo con la democra-cia y delinear una manera de re-vertir los efectos negativos ypolarizadores de la dinámica ac-tual de metropolización.

• La condición urbana I

Específicamente, la primeraparte del libro se refiere a la con-dición urbana en su primera sig-nificación, es decir, la que designatanto un territorio específicocomo un tipo de experiencia, dela que la ciudad es la condición deposibilidad.

Para Mongin, la ciudad en-tendida como experiencia urba-na es polifónica. Es ante todo unaexperiencia física, luego un espa-cio público, así como también unobjeto que se mira. La experien-cia urbana se inscribe en un lu-gar que hace posibles prácticas,movimientos, acciones, pensa-mientos, danzas, cantos y sueños.La ciudad oscila, así, entre una ciu-dad objeto y una ciudad sujeto(p. 38). Por lo tanto, el sentidoinicial de la condición urbana,desde este significado, es enten-der la ciudad como condición deposibilidad de diversas relaciones(corporal, escénica, política), comoun lugar que da forma a prácticasinfinitas y que tiene una conno-tación pública.

Esta condición urbana exigeademás, una experiencia corpo-ral, a partir de la cual la ciudadcobra forma, cuerpo. El cuerpoda una forma a la ciudad, asocia-da sobre todo al recorrido de loscuerpos individuales que se aven-turan en ella. Por lo tanto, la ciu-dad debe presentarse como unaforma en la cual uno puede mo-verse. El marco espacial no es ar-bitrario, oscila entre un centro yuna periferia, con lo cual favoreceun movimiento permanente en-tre dos límites, un ida y vueltaincesante entre una aspiracióncentrífuga al afuera y una seduc-ción centrípeta por el adentro, loque contribuye a generar unaimagen mental de la ciudad. Esdecir, una referencia simbólica aun espacio urbano determinado,un sentimiento de pertenencia aun topos, que se mantiene y per-siste aun en los casos en los que laciudad se deshace, se disgrega ydisuelve la práctica y la experien-cia urbana.

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La condición urbana desdeesta dimensión, tiene también unasignificación política. La experien-cia urbana es, entonces, una ex-periencia de liberación en variossentidos. Luego, este tipo ideal deciudad expresado en esta condi-ción urbana, no se inspira única-mente en la doble dimensión poé-tica o escénica, no se sustenta soloen la ciudad como teatro y esce-nario, también lo hace en la insti-tución de lo político. Por lo tanto,las ideas de participación, delibe-ración, libertad, ciudadanía, jus-ticia, igualdad, poder, integración,etc., se asocian con la capacidadde la ciudad, como experienciapolítica, de permitir el desarrollode la democracia y de instaurar ellugar desde el cual la sociedad seconstituye.

• La condición urbana II

Sin embargo, y puesto queactualmente se daría una prepon-derancia de los flujos sobre los lu-gares, Mongin se pregunta si elurbanismo contemporáneo pue-de ofrecer aún hoy la posibilidadde una experiencia urbana en to-dos sus sentidos (poético-corpo-ral, público, político), acorde a estaprimera condición. Según el au-tor, con el desvanecimiento de unaforma de aglomeración que ofre-ce intervalos, umbrales, pasajes,que pone a las personas en unarelación inestable que las mantie-ne a una distancia equidistante delo demasiado privado y de lo de-masiado público, el espacio urba-no se fragmenta y se prohíbe todoritmo polifónico (p. 155). Es de-cir, se limita la experiencia urbanay por lo tanto la condición urba-na en su primera significación.

Luego, a partir de la pérdidaprogresiva de la ciudad como fa-cilitador de la experiencia urba-na, debido a procesos de distintoorden, surge lo que el autor deno-mina la condición urbana en susegundo sentido. Es decir, a la ciu-dad como red contemporánea quese define, por un lado, por susenlaces e interconexiones y, porotro, por separaciones y fracturas.

Así, ante esta supuesta meta-morfosis de lo urbano, la segundaparte del libro está dedicada a des-cifrar las características de la con-dición urbana nueva, desde susegunda significación.

Para Mongin, la condiciónurbana de la ciudad contemporá-nea se puede resumir desde la in-versión de la paradoja urbana ini-cial, a saber, un espacio limitadoque da la posibilidad de prácticasinfinitas. Hoy, dado el contextode globalización y la tendenciamundial hacia la metropolizaciónde las ciudades -donde la expe-riencia urbana en su significacióninicial es cada vez más escasa- loque caracterizaría a la ciudad se-ría, un espacio ilimitado que hacedifíciles y hasta imposibles los in-tercambios y las trayectorias, unespacio que favorece prácticas li-mitadas y segmentadas.

Es a partir de esta segundacondición de lo urbano, que po-demos describir los procesos ac-tuales de reconfiguración territo-rial, del advenimiento de lo ur-bano generalizado, así como dela red de ciudades globales y laeconomía de red. La condiciónurbana en su segunda significa-ción, está asociada al crecimientometropolitano mundial y a lafragmentación socioterritorial.

Estas transformaciones de la car-tografía mundial, muy cercanasa las descripciones de la ciudadglobal de Sassen o de la econo-mía de archipiélago de Veltz,confronta la experiencia urbanainicial, con un escenario comple-jo, donde la fragmentación pa-rece ser el común denominadorpara referirse a las distintas di-mensiones de lo urbano.

Ante este escenario, lo másurgente para Mongin es reanu-dar la experiencia urbana y nocreer que la condición urbanaefectiva, la cartografía territorialque adquiere forma ante nues-tros ojos, pone término definiti-vamente a la experiencia urbana,a la condición urbana entendidacomo una experiencia de múlti-ples dimensiones (p. 159).

• La condición urbana III

Finalmente, en la tercera par-te del libro, Mongin señala las es-trategias políticas de un imperati-vo democrático para hacer frentea la fragmentación y lograr recu-perar la experiencia urbana en sen-tido amplio y, específicamente, enel sentido del lugar como consti-tuyente de lo social. En palabrasdel autor, la democracia “debedevolverle a la condición urbanaentendida en el segundo sentido,su primer sentido, es decir, el deltipo ideal de la experiencia urba-na, el de las exigencias corporales,escénicas, estéticas y políticas queson su resorte y su matriz. Con-frontados como nos vemos hoy aeconomías de una escala inédita,en forma de archipiélago, a des-igualdades y disparidades nuevasque socavan y disuelven la ciu-dad de ayer, la invitación está car-gada de consecuencias. Es nece-

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sario reconquistar sucesivamenteel sentido de lo local en un imagi-nario del no lugar y de la ciudadvirtual que lo anula, reconquis-tar lugares, pero también recon-quistar un lugar que aliente laformación de una comunidadpolítica y no sea un espacio derepliegue. La condición urbanano se adquiere, tiene que ver conla creación de lugares, con la re-composición de lugares y con unalucha por los lugares democráti-cos (…) esta reconquista se da encombinación con una triple exi-gencia de orden arquitectónico,urbanístico y político” (p. 272).

Esto es, en definitiva, recom-poner los límites, reconquistar loslugares, entendidos como inters-ticios entre el adentro y el afuera,entre lo público y lo privado, en-tre la hipermovilidad y el estanca-miento, en contra de la segmen-tación y la fragmentación, que lle-van fácil y directamente a los pro-blemas de inclusión y exclusión.

Por último, cabe señalar queel texto de Mongin ofrece uncompleto panorama de la discu-sión actual en torno a la ciudad ylo urbano, ejemplificando los con-ceptos con casos y ciudades con-cretas, desde París, Londres y

Nueva Cork, hasta Teherán, ElCairo y Buenos Aires.

Si bien, por momentos da laimpresión que el libro, dada suextensión y multiplicidad de ca-pítulos, podría dividirse en dos otres volúmenes dedicados a dife-rentes aspectos en torno a la ciu-dad, su unidad entrega finalmenteuna visión de conjunto y una con-clusión interesante por susimplicancias prácticas. Con todo,“La Condición Urbana…” reuni-fica la discusión acerca de la ciu-dad y abre nuevas perspectivas encuanto a sus posibilidades a la horade la mundialización.

Felipe Link L.1

1 Sociólogo, Doctorado en Arqui-tectura y Estudios Urbanos. E-mail:[email protected]